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CLASE 2

OTROS SUJETOS DISTINTOS DE LOS ESTADOS

1. LOS PUEBLOS: LIBRE DETERMINACIÓN

1.1. INTRODUCCIÓN

El principio de la libre determinación de los pueblos sometidos a dominación colonial, racista o extranjera se ha
consolidado en la era de Naciones Unidas como un principio fundamental del DI contemporáneo, y se ha
convertido en una norma imperativa de este orden jurídico.
En DI clásico los pueblos eran considerados como un simple objeto del ordenamiento susceptible incluso de
dominación extranjera. Pero con el tránsito al DI contemporáneo, los pueblos son titulares de derechos muy
importantes, fundamentalmente el derecho a su libre determinación, que ha aportado la base jurídica al proceso
de descolonización y ha conducido a la universalización de la sociedad internacional.
La noción de pueblo, como la de nación, es un concepto integrador con elementos objetivos (territorio, unidad
de raza, lengua común, etc.) y elementos subjetivos (voluntad colectiva de constituir una nación independiente).
Un pueblo es la comunidad humana sobre la que se asienta el Estado, y tiene derechos, todo el de su libre
determinación (LD), cuya efectividad no se discute. La mayoría de los pueblos están constituidos en Estados
independientes que ejercen los derechos soberanos en su nombre. Y respecto a los que no forman Estados, la
eficacia de sus derechos, sobre todo el de la libre determinación, recibe el apoyo político de la sociedad
internacional, y concretamente de la ONU.
El principio de LD es la dimensión comunitaria de los derechos fundamentales de las personas -Pactos sobre
Derechos Humanos y “Declaración sobre los Principios de DI”- y aporta contenido democrático a la soberanía
del Estado.
Por otro lado, dentro de numerosos Estados existen grupos con conciencia nacional propia, a menudo agrupados
en un territorio concreto, que alegan el principio de LD para independizarse, o vincularse a otro Estado ya
existente del que se consideran descendientes. Consideran que el derecho a la separación de un Estado es una
consecuencia lógica del principio de LD, y esta concepción es desestabilizadora para el sistema internacional.
Y existe otro grupo humano muy particular, los pueblos indígenas, con problemáticas muy concretas, y con
respecto a los cuales cabe exigir un régimen de protección especial con garantías internacionales.

1.2. LA LIBRE DETERMINACIÓN DE LOS PUEBLOS COLONIALES

Históricamente el Pacto de la Sociedad de Naciones no recogía el principio de la libre determinación, pero sí


algunas manifestaciones peculiares para las colonias de los países vencidos en la PGM, Alemania y Turquía.
Establecía el peculiar régimen de los mandatos, otorgando su administración a ciertos Estados que ejercían sus
funciones bajo la supervisión de la Sociedad de Naciones. Pero el régimen de las demás colonias continuó
inamovible.
Tras la SGM, y en la Conferencia de San Francisco se llegó a una solución de compromiso entre las Grandes
Potencias, Estados Unidos y Unión Soviética, contrarias al colonialismo, y las potencias europeas con
importantes intereses coloniales, como Francia y Reino Unido, Bélgica y los Países Bajos.

1.2.1. La Carta de Naciones Unidas

En la Carta de Naciones Unidas se establecen dos regímenes distintos:


1) La "Declaración relativa a territorios no autónomos", Capítulo XI de la Carta, aplicable a las colonias de los
países vencedores y no enemigos.
2) El Régimen internacional de administración fiduciaria de los Capítulos XII y XIII, aplicable a los territorios
sometidos al régimen de mandatos, a los segregados de los Estados enemigos en la SGM, y a los sometidos de
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forma voluntaria por sus potencias colonizadoras (art.77 de la Carta).

Las diferencias entre ambos regímenes eran importantes:


a) Los territorios no autónomos seguirían gobernados por sus metrópolis en virtud de títulos jurídicos
preexistentes. Por el contrario, los sometidos a administración fiduciaria se encomiendan a los Estados
administradores por acuerdos internacionales.
b) En los territorios no autónomos el poder legislativo seguía siendo ejercido por la potencia colonial, mientras
que en los fideicomisos su régimen jurídico deriva de los acuerdos internacionales suscritos.
c) En la Carta la única obligación de las metrópolis con los territorios no autónomos era transmitir regularmente
al SGNU información estadística y técnica sobre sus condiciones económicas, sociales y educativas (art.73.e. de
la Carta), mientras que los territorios fideicometidos quedaban sometidos a la supervisión y control del Consejo
de Administración Fiduciaria de Naciones Unidas (art.87).

1.2.2. El proceso descolonizador y las resoluciones de la Asamblea General de Naciones Unidas

Pero pronto la AGNU creó sucesivos órganos específicos para los territorios no autónomos, sobre todo el
Comité de Descolonización de la ONU, conocido como el "Comité de los 24" -res.1654 (XVI) AGNU de
1961-, con la función de examinar la aplicación de la resolución 1514 e informar a la AGNU. Este Comité es un
órgano subsidiario de la AGNU y ha funcionado como una instancia de reivindicación permanente.
La dinámica del proceso descolonizador produjo la liquidación casi total de las situaciones coloniales, y se
desbordó la solución de compromiso que se había logrado en la Carta de las Naciones Unidas, impulsando la
consolidación del principio de LD de los pueblos. Ciertamente, en la Carta de 1945 ya hay referencias expresas
a este principio (arts.1.2, 55, y Capítulos XI, XII y XIII de la Carta). Pero para los primeros comentaristas de la
Carta este principio no era una norma de DI positivo, sino tan solo un postulado político. No obstante, tras el
proceso de descolonización realizado, nadie discute que se trata de una norma positiva de DI.
En 1960, la AGNU aprobó la res.1514 (XV), la "Declaración sobre la concesión de independencia a los países y
pueblos coloniales", llamada la Carta Magna de la Descolonización. Mayor desarrollo del principio se encuentra
aún en la resolución 2625 (XXV) AGNU de 1970.
En la resolución 1514 (XV), el principio de libre determinación se configuraba como un derecho de los pueblos,
y en la resolución 2625 (XXV) se entiende no sólo como un derecho de los pueblos sino también como un
deber de los Estados.
En la resolución 1514 (XV) se aplicaba la libre determinación a los pueblos coloniales. En la res.2625 (XXV)
se va más lejos en la aplicación del principio de libre determinación, pues se concede no sólo a los pueblos
coloniales, sino también a los pueblos de cualquier Estado. ¿Significa esto que la "Declaración sobre los
Principios" consagra un derecho ilimitado a la independencia y la secesión? No, porque ambas resoluciones
(1514 y 2625) establecen una cláusula de salvaguardia en favor del respeto de la unidad nacional y la integridad
territorial de cualquier Estado, como límite al principio de libre determinación. Así, la resolución 2625 (XXV)
aclara que los Estados dotados de un gobierno representativo de todo el pueblo del territorio, sin
discriminaciones, son beneficiarios de esta cláusula de salvaguardia. En caso contrario, si el Estado no
representa a toda su población o establece un trato discriminatorio grave y sistemático, la parte del pueblo no
representada en el gobierno podría ejercer el derecho a la libre determinación.

1.2.3. Alcance de la libre determinación

Este derecho a la libre determinación comprende aspectos políticos, económicos, sociales y culturales.

1) En el plano político, la libre determinación se puede ejercitar de una de las siguientes maneras, según la
resolución 1541 (XV) AGNU de 1960:
a) Independencia, que es la forma privilegiada del ejercicio de la libre determinación. No se suele necesitar
consulta popular. Sólo se ha de ser más cuidadoso si la declaración de independencia la realiza una minoría no
representativa o si existen reivindicaciones territoriales de Estados vecinos sobre ese territorio.
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b) Asociación libre con un Estado independiente. La asociación requiere que así lo decida el pueblo en
referéndum entre diferentes posibilidades, claramente explicadas y conocidas. El territorio que se asocia tiene
derecho a determinar su constitución interna y al respeto de sus características individuales. Es una situación
permanentemente reversible. Esta fórmula puede ser estable y lógica cuando la potencia administradora es
contigua geográficamente al territorio colonial.
c) Integración en un Estado independiente. Se exige plena información al pueblo colonial, y su decisión
democrática y libre mediante referéndum universal. La integración debe fundarse en el principio de igualdad y
no discriminación en materia de derechos políticos y libertades fundamentales. Debe garantizarse la
participación de la población colonial en los órganos del Estado en el que se integran.

La resolución 2625 añade una forma más, la "adquisición de cualquier otra condición política libremente
decidida por un pueblo", como por ejemplo, una autonomía.

En los planos económico, social y cultural, el principio de libre determinación se concreta en la libertad de
todos los pueblos para determinar de forma libre y soberana:
a) su régimen económico: soberanía permanente sobre sus riquezas y recursos naturales, que debe ejercerse en
interés del desarrollo nacional y del bienestar de la población del Estado. Así se expresan diversas resoluciones
de la AGNU, como la res.3281 de 1974, "Carta de los derechos y deberes económicos de los Estados". La
titularidad de tal soberanía recae indistintamente en los pueblos y los Estados. Este derecho de soberanía sobre
sus recursos naturales se retrotrae y existe antes de que se constituyesen en Estados independientes.
b) su sistema social: respeto a sus tradiciones y peculiaridades.
c) su régimen cultural: derecho a recuperar y proteger su patrimonio cultural y el derecho de todas las personas
a la educación y la cultura.

Según la res. 2625 (XXV), el estatuto jurídico internacional de los territorios coloniales y no autónomos es
distinto y separado del estatuto del territorio metropolitano. Esta distinción persiste hasta el momento en que el
pueblo colonial ejerza su derecho a la LD.
En esta situación, la res. 2625 llevó a cabo un desarrollo progresivo del DI, pues ni la Carta ni las resoluciones
anteriores la mencionaban. La consecuencia es que las potencias metropolitanas ya no pueden alegar la
excepción de jurisdicción interna respecto a estos territorios. Esta condición distinta y separada de los territorios
no autónomos (salvo los enclaves coloniales) también debe ser respetada por los Estados terceros (integridad
territorial de la colonia, a menos que las poblaciones coloniales acuerden separarse, como en Ruanda-Burundi).
Esto significa que las relaciones entre el territorio colonial y la potencia colonial son internacionales, por lo que
el uso de la fuerza entre ambos debe regirse por las normas de DI.
Con todo, las potencias coloniales han realizado la segregación de algunos territorios coloniales (Francia con las
islas Malgaches de Madagascar, o la isla Mayotte de Comoras, o Reino Unido con el territorio británico del
Océano Índico a partir de islas segregadas de Seychelles y de Mauricio). Y también es curioso cómo ciertos
territorios ocupados durante la colonización han quedado asimilados al territorio metropolitano de las potencias
coloniales con consentimiento de las poblaciones locales (como los territorios ultramarinos de Francia).
Se ha tratado de lograr una visión totalizadora de la libre determinación, que proyecta ésta como la dimensión
comunitaria del respeto a los derechos fundamentales de la persona:
1) Existen una clara conexión entre el derecho a la LD de los pueblos y los derechos humanos fundamentales:
Pactos de Nueva York de 1966 (art.1.1); art.21.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. El pueblo
es titular de la soberanía, lo que implica su derecho a expresar periódicamente su voluntad mediante elecciones
auténticas (lo que también es un derecho de cada individuo que compone el pueblo). Cuando se producía un
sistema de discriminación racial –como en la Sudáfrica del apartheid o en Rhodesia del Sur-, puede entenderse
que la población no había ejercido realmente su derecho a la LD, de igual modo que cuando se encuentran bajo
una ocupación extranjera -como Namibia o Palestina, todavía hoy-: recordemos que el derecho de LD se
predica de los pueblos sometidos a dominación colonial, racista o extranjera.
2) Derecho del pueblo colonial a su propia supervivencia como grupo social: Convención para la prevención y
sanción del genocidio (1948); Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial
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(1965).
3) Derecho de los pueblos que recurren a la fuerza armada para lograr la libre determinación a beneficiarse del
derecho de la guerra o ius in bello. Las guerras descolonizadoras son consideradas conflictos armados
internacionales, no internos. Así se han expresado diversas resoluciones de la AGNU y el Protocolo Adicional I
de Ginebra de 1977 (art.1.4). En la resolución 2625 se reconoce el deber de toda potencia colonial de abstenerse
de recurrir a medidas de fuerza que priven a los pueblos de su LD, y que los pueblos coloniales están
legitimados a la lucha armada para lograr ejercer su derecho a la LD, y solicitar y recibir apoyo, de conformidad
con los propósitos y principios de la Carta ONU.
Se entiende que el pueblo colonial con derecho a la LD es la población del territorio de la colonia, tanto la
autóctona como la población sobrevenida durante la colonización cuando ésta estaba permitida por el DI
clásico, como los colonos blancos históricos en Rhodesia. Pero no están incluidos en ese derecho los nuevos
pobladores importados cuando la colonización estaba ya prohibida en DI, pues no está permitida la alteración
demográfica del territorio no autónomo por la potencia administradora (caso de Marruecos con el Sahara
Occidental).

Los pueblos coloniales son representados internacionalmente a través de sus movimientos de liberación
nacional (como la OLP o el Frente Polisario), y así son invitados a participar en las organizaciones
internacionales, con un estatuto privilegiado en las organizaciones regionales, como la Unión Africana y la Liga
de Estados Árabes, y mantienen representantes con rango diplomático o asimilado en algunos Estados. Por ello,
tienen cierta subjetividad internacional, aunque no son sujetos plenos de DI de la misma forma que los Estados.

Las declaraciones de principio contenidas en resoluciones de la AGNU pueden llegar a tener valor y eficacia de
normas positivas, pues en la AGNU la comunidad internacional refleja la opinio iuris colectiva, que junto a una
práctica constante y uniforme de descolonización de territorios ha llevado a la aparición indiscutible de la
norma consuetudinaria que consagra el derecho de los pueblos sometidos a dominación colonial, racista o
extranjera a la LD, norma que tiene carácter de ius cogens. Y su consagración convencional se encuentra en los
dos Pactos de Nueva York de 1966 sobre derechos humanos.
El principio de la libre determinación de los pueblos constituye una de las más importantes manifestaciones de
la efectividad de la ONU, pues tal principio ha sido fundamental para la terminación del colonialismo y la
universalización de la sociedad internacional.

1.3. RECLAMACIONES TERRITORIALES


1.3.1. Reclamaciones descolonizadoras

No se otorga el derecho de LD a poblaciones sobrevenidas en territorios no autónomos que carecían de


población autóctona al producirse el hecho colonial y sobre los que existan reivindicaciones por parte de
Estados vecinos (Gibraltar o las Islas Malvinas). En estos casos, cabe tener en cuenta los intereses de esas
poblaciones pero no concederles el derecho a la LD, pues lo contrario consolidaría la situación colonial.

En el caso de Gibraltar, éste fue ocupado en 1704 por tropas británicas durante la Guerra de Sucesión a la
Corona de España. En 1713, por el Tratado de Utrecht (art.X), España cede su propiedad (soberanía) a Gran
Bretaña. Durante el s.XIX, Gran Bretaña fue ocupando progresivamente el istmo que une Gibraltar con el resto
de la Península Ibérica.
El Reino Unido ha considerado a Gibraltar como colonia, territorio no autónomo. En 1965, por medio de su
res.2070 (XX), la AGNU reconoce la existencia de un desacuerdo entre España y el Reino Unido, y les invita a
iniciar negociaciones sobre el estatuto de Gibraltar. Por la resolución 2353 (XXI) de 1967, la AGNU condenó el
referéndum organizado por el Reino Unido en el territorio y alude al punto 6 de la resolución 1514 (XV), que
dice que "es incompatible con la Carta todo intento encaminado a quebrantar la unidad nacional y la integridad
territorial de un Estado". En 1968, la resolución 2429 (XXIII) de la AGNU, solicitaba al Reino Unido que
pusiese fin a la situación colonial antes del 1 de octubre de 1969, pero el Reino Unido se limitó a otorgar una
nueva Constitución a Gibraltar. Por eso, en este caso la integridad territorial española debe prevalecer sobre una
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supuesta libre determinación de la población gibraltareña.

Si en el territorio no autónomo reside una población autóctona, la reclamación descolonizadora de un Estado


vecino sólo puede prosperar si el hecho colonial se produjo por un tratado de cesión (casos de Hong Kong o
Macao), o si se entiende que esa población autóctona tiene una fuerte voluntad reintegradora (casos de Goa,
Damao y Diu en la India).

1.3.2. Reclamaciones no descolonizadoras

En los demás casos, las poblaciones autóctonas de territorios coloniales tienen derecho a la LD, aunque hayan
sostenido vínculos con el Estado reclamante: en esos casos, tal vez no deba asumirse sin más la voluntad de esa
población de convertirse en Estado independiente, y pueda exigirse un referéndum popular al respecto (casos de
Mauritania, Djibouti, Belice, Timor Oriental y el Sáhara Occidental).

1.4. LA LIBRE DETERMINACIÓN DE LAS MINORÍAS DENTRO DE UN ESTADO

Un pueblo étnico o nacional es un grupo humano con una identidad racial y/o cultural propia y con un fuerte
sentido de pertenencia; se entiende que es una minoría si no es la parte predominante de la población del Estado
en el que se encuentra. El DI exige que no sufra discriminaciones negativas que niegan o limiten los derechos
de sus integrantes, y alienta a que se respete la lengua, cultura o tradición de dicha minoría.
Conforme iban alcanzando su independencia, los nuevos Estados defendían su integridad territorial. Cada
Estado tiene el derecho a auto-organizarse y por tanto, su Constitución puede permitir la LD de los pueblos que
lo componen –aunque es muy infrecuente en la práctica-.
Un Estado puede usar la fuerza armada para combatir movimientos separatistas violentos, siempre que no se
exceda en la represión y no cometa violaciones de derechos humanos o del DI humanitario. Los movimientos
nacional-separatistas siempre buscan el enfrentamiento contra el Estado alegando una supuesta opresión, y
realmente no trabajan por los derechos y libertades fundamentales de todos los ciudadanos, ni por un régimen
democrático.
No existe un derecho de separación de la minoría de un Estado –aunque el tenor literal de los Pactos de
Derechos Humanos de 1966 declaraban el derecho de LD de “todos los pueblos”-, Los otros Estados han de
abstenerse de amenazar o utilizar la fuerza contra la integridad territorial de cada Estado (res.2625; art.2.4 de la
Carta), y cualquier asistencia a movimientos secesionistas sería un acto de intervención ilegal en los asuntos
internos de ese país (res.2131 AGNU).
Pero existen dos excepciones:
1) La minoría puede invocar el derecho de libre determinación si es oprimida y sufre genocidio, violación
masiva de sus derechos, destrucción de su identidad o discriminación política y social grave y sistemática (caso
de Bangladesh).
2) También en el caso de pueblos anexionados por conquista militar, cuando ésta ya estaba prohibida (casos de
Estonia, Letonia y Lituania).

Pero el DI no se desentiende de las minorías. Su existencia se protege en diversos instrumentos convencionales


(Convención para la prevención y sanción del delito del Genocidio, 1948; Pacto de Derechos Civiles y
Políticos, 1966). Los miembros de la minoría tienen los mismos derechos y libertades que los demás ciudadanos
de la sociedad estatal -derecho a participar en la vida pública sin discriminaciones-, y también tienen derecho al
respeto de su identidad cultural, lingüística y religiosa como grupo; cualesquiera actos tendentes a su
destrucción total o parcial serán calificados como crimen de genocidio. Además, algunos autores defienden el
derecho a la autonomía o autogobierno de las minorías nacionales dentro del Estado, con base en la resolución
2625 AGNU.
Así, la Declaración de derechos de las personas pertenecientes a Minorías –res.47/135 AGNU, de 1992- afirma
derechos de los miembros de tales minorías, pero como derecho personal, y el grupo no puede imponer a sus
miembros mantener el hecho diferencial; y los denominados países de ascendencia no tienen derecho a una
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injerencia ilícita en los Estados en los que residen esas minorías.

1.5. LOS PUEBLOS INDÍGENAS

Son los descendientes de poblaciones originarias de un territorio que conservan sus características sociales,
culturales, económicas y políticas a pesar de la llegada de otros pobladores de culturas y/o etnias diferentes.
Los miembros de los pueblos indígenas son beneficiarios de los derechos aplicables a todas las personas, y
además de los derechos de las minorías nacionales o étnicas. Por añadidura, deben contar con un trato
específico, sobre todo cuando son grupos muy reducidos.

En el marco normativo internacional, los pueblos indígenas han recibido cierta protección especial:
1) La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha adoptado diversos convenios para evitar la explotación
laboral de los indígenas, como el Convenio relativo a la abolición de sanciones penales por incumplimiento de
contrato de trabajo de los trabajadores indígenas, el Convenio nº 107 relativo a la protección e integración de las
poblaciones indígenas en países independientes, y el Convenio nº 169, para intentar mejorar las condiciones de
vida de los indígenas.
2) En 2008 la AGNU adoptó la Declaración Universal sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, que les
reconoce el derecho a la LD, entendido hasta ahora como el derecho a tener un autogobierno dentro del Estado,
y no como un derecho de separación del mismo. Algunos de sus derechos son reconocidos como colectivos,
como el derecho a la posesión colectiva de la tierra, imprescindible para la preservación de la identidad indígena
(como la conservación del medio natural, el patrimonio cultural y los ingresos económicos). Esta Declaración
Universal prohíbe su expulsión de su territorio, y se propone la participación plena de los indígenas en todas las
decisiones y cuestiones que puedan afectarles.
Por otro lado, en los Derechos internos de los Estados ha habido tres etapas sucesivas sobre el trato dispensado
a los pueblos indígenas: asimilación forzosa, proteccionismo paternalista y, por último, el reconocimiento de su
identidad y afirmación de sus derechos. Cuando las poblaciones de origen indígena suponen una parte
considerable de la población de ese Estado (como en numerosos Estados de América Latina), sus
Constituciones recientes y legislaciones de desarrollo intentan responder a la realidad social de esos pueblos
indígenas. Su nivel de participación e implicación política, económica y social se ha incrementado
notablemente en los últimos tiempos.

1.6. EL PRINCIPIO DEMOCRÁTICO

La soberanía del Estado, con su derecho a auto-organizarse, puede ser contemplada como la dimensión
comunitaria de los derechos y libertades de las personas, en cuyo caso, el Estado soberano es al mismo tiempo
democrático. Existe una fuerte corriente institucional y doctrinal en favor de impulsar acciones colectivas para
garantizar el derecho de los pueblos a contar con sistemas políticos democráticos.

Como indica el profesor Antonio Remiro, la promoción del principio democrático tiene sentido cuando se trata
de reconstruir Estados fallidos, donde se han cometido violaciones masivas y sistemáticas de derechos
humanos, mediante un esfuerzo multilateral –por ejemplo dirigido por Naciones Unidas-, pero no lo tiene si se
trata de imponer de modo unilateral un cambio de régimen político en un Estado.
En el primer supuesto, nos encontramos en la posguerra fría con la asistencia técnica internacional generalizada
en la elaboración de normas constitucionales y legislativas nacionales, y en la organización y verificación de
procesos electorales internos. En el contexto de la figura del reconocimiento de gobiernos, algunas teorías
legitimistas han abogado por reconocer al gobierno legítimo del Estado y no a los impulsados por golpes de
Estado (doctrinas Tobar, Wilson o Betancourt), frente a otras doctrinas partidarias de reconocer al gobierno que
efectivamente controlaba cada Estado (doctrina Estrada).
En otro ámbito, los programas de asistencia económica de Estados Unidos y de la Unión Europea pretenden en
las últimas décadas la promoción de los valores democráticos en otros Estados, al incluir en los acuerdos de
asociación y de cooperación que celebran con terceros países la llamada cláusula de condicionalidad
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democrática –y de respeto de los derechos humanos-..
También las organizaciones internacionales pueden exigir a sus Estados miembros la asunción de sistemas
políticos democráticos como condición para su admisión y permanencia en su seno, como sucede en la OEA, el
Consejo de Europa o la Unión Europea.
Asimismo, se ha planteado en las últimas décadas si cabe un derecho a la injerencia humanitaria ante casos
extremos de violencia interna general en un Estado o violaciones masivas y sistemáticas de derechos humanos:
dicha intervención sería lícita en DI si es decidida por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en virtud
del Capítulo VII de la Carta.
Pero la regla general es que una intervención unilateral sin autorización del CSNU –ya sea acometida por
Estados, grupos de Estados u organismos regionales-, sería contraria al principio de no intervención y no podría
considerarse lícita en DI, aunque se tratara de una injerencia en favor de la democracia y los derechos humanos
(sentencia CIJ 1986 en el caso Nicaragua), pues la experiencia práctica demuestra cómo las grandes potencias
han subvertido los principios de soberanía y libre determinación en favor de sus intereses, con el propósito de
expandir sus zonas hegemónicas.

2. LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

2.1. INTRODUCCIÓN

En palabras de Antonio Remiro, las OI son sujetos de Derecho Internacional creados por los Estados mediante
tratado (u otro instrumento regido por el DI), con órganos permanentes, voluntad propia jurídicamente distinta
de la de sus Estados miembros y con competencias atribuidas para lograr objetivos convenidos.

La sociedad internacional actual sigue siendo de yuxtaposición de Estados, pero no sólo de Estados. La
aparición de las organizaciones internacionales no supone una ruptura con el sistema interestatal, pero sí una
reforma y modernización del mismo. La s.i. actual es una s.i. de cooperación. Los objetivos de humanización,
socialización y democratización a que aspira el DI contemporáneo han sido potenciados con la aparición y
eclosión de las O.I, que han institucionalizado parcialmente la s.i. Pero si los Estados poseen rasgos comunes en
su estatuto jurídico internacional, entre las O.I. abundan las diferencias.

2.2. HISTORIA DE LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

Surgen en el s. XIX con dos objetivos, unas necesidades limitadas respecto a cuestiones concretas, para lo que
se precisan múltiples O.I. sectoriales, y una aspiración general a la paz, para lo que se necesita una O.I.
universal.

1) Necesidades concretas de cooperación institucionalizada en diversas materias: las primeras OI surgieron con
este fin, como las comisiones fluviales para el ejercicio de la navegación libre por ríos internacionales (Rín y
Danubio), y como las uniones administrativas para cooperar en sectores en desarrollo, como las comunicaciones
y el transporte (Unión Telegráfica Internacional, Unión Postal Universal, etc.).

2) Aspiración general a la paz: Tras el Congreso de Viena de 1815, surgió el concierto europeo de naciones, que
suponía mantener el statu quo en Europa y el equilibrio entre las potencias, pero no era una OI, pues no tenía
tratado instituyente, sede ni secretaría permanente. Tras la PGM fue creada la Sociedad de Naciones como
primera organización de vocación universal y competencias generales, muy en particular para garantizar la paz
internacional. Su sucesora fue la ONU que es el eje de la seguridad colectiva y el núcleo de la cooperación
multilateral.

Actualmente hay cientos de OI, que ejercen un papel decisivo en la evolución de la sociedad internacional de
nuestros días.

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2.3. CARACTERÍSTICAS DE LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

Toda O.I. tiene varias características básicas:

1) Carácter interestatal: Una O.I. es fundamentalmente una asociación de Estados. Por tanto, quedan excluidas
de este concepto las asociaciones de fuerzas sociales diferentes a los Estados que actúan sin ánimo de lucro en
la s.i., y que son conocidas como ONGs. No obstante, cada vez más las O.I. colaboran con las ONGs.

2) Carácter voluntario: son creadas con esa voluntad por un tratado -u otro instrumento regido por el DI- entre
Estados. En casos excepcionales una O.I. ha ido creada por la resolución de una conferencia internacional
(OPEP), aunque esta resolución puede ser vista como un acuerdo en forma simplificada. También caben O.I.
creadas por órganos de O.I. ya existentes, aunque en estos casos las primeras son en realidad órganos
subsidiarios de las segundas. ej: UNCTAD, creada en 1964 por la resolución 1995 (XIX) de la Asamblea
General. Pero una OI no puede ser creada por el Derecho interno de un Estado ni por un acuerdo no jurídico:
así, la CSCE fue dotándose desde 1990 de cierto aparato institucional, pero no fue una OI hasta que se
transformó oficialmente en la OSCE. Los Estados también cooperan entre sí de modo informal, sin base
convencional, como en efectividades o agrupaciones de hecho que no son OI (como partenariados, G-20, Grupo
de Río, etc.). El tratado que crea una OI tiene carácter constitucional (tratado instituyente o fundacional), y en él
se encuentran las reglas básicas de la organización que regulan su funcionamiento (Derecho originario o
primario de la OI, que tiene primacía sobre su Derecho secundario o derivado, formado por las resoluciones,
decisiones y demás actos de la OI en el ejercicio de sus competencias).

3) Sistema permanente de órganos, que asegure la continuidad de la O.I., y contribuya a afirmar su


independencia frente a los Estados miembros. Este elemento distingue a las O.I. de las Conferencias
internacionales.

4) Voluntad autónoma: cada OI tiene un proceso propio de adopción de sus decisiones que le permite expresar
una voluntad jurídicamente distinta de la de sus Estados miembros. Una OI disfruta de personalidad jurídica
internacional por sí misma, con capacidad para ser titular de derechos y obligaciones internacionales (lo que no
significa que su subjetividad sea del mismo grado que la de los Estados, ni que todas las OI tengan la misma
capacidad jurídica).

5) Competencia propia en una serie de materias señaladas por el tratado. A diferencia de la competencia general
y plena de los Estados, cuyas limitaciones no se presumen, las O.I. disponen de competencias de atribución para
la consecución de sus fines, asignadas de forma expresa o implícita por su instrumento constitutivo, y
desarrolladas en la práctica.

6) Cooperación entre sus miembros para la satisfacción de intereses comunes. Las competencias de una O.I. son
el instrumento al servicio de un objetivo que persiguen los Estados.

En definitiva, las O.I. son sujetos derivados de DI con personalidad secundaria y funcional.

2.4. COMPETENCIAS Y FACULTADES NORMATIVAS DE LAS O.I.

Estas organizaciones tienen competencias de atribución (no soberanas), recogidas en su instrumento


fundacional = diferentes a los Estados.

Doctrina de las competencias implícitas: las O.I. no sólo disfrutan de las competencias expresamente asignadas
a ellas en el tratado fundacional, sino también de aquéllas que les resulten necesarias para el ejercicio de las
funciones previstas en su instrumento constitutivo, y que han originado una práctica consentida incorporada a
las reglas de esa OI (CIJ, Reparaciones por daños sufridos al servicio de las Naciones Unidas).
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Tienen subjetividad internacional, tanto en su aspecto activo (pueden reclamar directamente en el plano
internacional cuando sufre una violación de sus derechos), como en su aspecto pasivo (pueden incurrir en
responsabilidad internacional si vulneran obligaciones internacionales).
En concreto, la CIJ, en su dictamen en el asunto de la Reparación de daños señaló que la ONU tiene
personalidad internacional objetiva y capacidad de obrar, doctrina que en la actualidad pretende aplicarse a todo
tipo de OI (Proyecto de artículos sobre la responsabilidad internacional de las OI).

En cuanto a las facultades normativas de una OI, hacia el interior adoptan reglamentos de los órganos, etcétera.
Y hacia el exterior, pueden crear obligaciones internacionales para los Estados miembros. Las OI deben tener
un objeto lícito, compatible con el ius cogens internacional. Las normas del DI se aplican a las OI, les confieren
derechos y obligaciones. Las O.I. gozan de competencias para celebrar tratados con EM, Estados no miembros
y otras O.I, pero no en todas las materias, sólo en aquellos sectores de su competencia.
Tienen Derecho de legación –activo y pasivo- (derecho a tener delegaciones propias en Estados y otras OI y
derecho a recibir y reconocer delegaciones de Estados y otras OI), aunque ningún tratado fundacional lo prevé
expresamente para las OI.
La OI puede prestar protección funcional a sus funcionarios y agentes, de forma parecida a la protección
diplomática de los Estados (art.105 de la Carta ONU, y art.VI del Convenio sobre privilegios e inmunidades de
la ONU de 1946).
En resumen, cada OI tiene capacidad jurídica y competencias diferentes, cuya intensidad coercitiva suele
disminuir cuanto más universal en su composición y general en sus fines es esa OI.

2.5. CLASIFICACIÓN DE LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

Los distintos criterios de clasificación son simplemente una guía teórica, pero veámoslos:
1) Por su composición, las OI pueden ser abiertas o cerradas, basadas éstas últimas en las características
excluyentes impuestas a la admisión de sus miembros –principio de exclusión-;

2) Por sus objetivos, las OI pueden ser generales o sectoriales, las primeras con fines generales en los más
variados ámbitos -si bien su principal propósito suele ser el mantenimiento de la paz y seguridad
internacionales-, y las segundas dedicadas a fines específicos en un sector material concreto;

3) Por sus competencias, las OI pueden ser de cooperación -aunque puedan pasar de adoptar recomendaciones a
exigir obligaciones de comportamiento o incluso de resultado (caso del CSNU)-, u OI de integración (o
supranacionales), cuando sus Estados miembros transfieren competencias soberanas propias a los órganos de
esa OI: así, esos órganos pueden adoptar normas con efectos jurídicos vinculantes, automáticos y uniformes en
los ordenamientos internos de sus Estados miembros (ej: la UE). Por su propia lógica, los procesos de
integración son graduales y sujetos a una evolución continua.

Las OI cerradas -o restringidas- suelen ser sectoriales, y son más aptas para convertirse en OI de integración –
concepción funcionalista).

2.6. ESTRUCTURA ORGÁNICA DE LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

Las organizaciones internacionales actúan por medio de órganos, que les permiten expresar una voluntad
jurídica distinta a la de los Estados miembros por medio de procesos específicos de adopción de decisiones.

Existen múltiples modalidades de estructura de las O.I. –que además pueden ser modificadas mediante
enmiendas a sus tratados constitutivos-, pero es habitual que tengan una estructura tripartita, con tres tipos de
órganos: un órgano principal plenario con competencia general, que normalmente es el órgano deliberante de la
OI, que responde al principio de igualdad soberana entre sus miembros y al que suele corresponder aprobar el
presupuesto de esa OI y designar a los miembros de los órganos electivos; un órgano ejecutivo de composición
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más restringida, que garantiza el gobierno de la OI; y un órgano burocrático, que se encarga de la
administración.

Sus órganos se pueden clasificar atendiendo a diversos criterios:


1) Según su modo de creación, pueden ser órganos principales o subsidiarios: los primeros son los previstos
como tales por el tratado fundacional de la OI, y pueden establecer órganos subsidiarios para ayudarles en el
desempeño de sus actividades, sometidos a su dirección y control; y éstos a su vez pueden crear sus propios
órganos subsidiarios.
2) Según su composición, pueden ser órganos intergubernamentales, no gubernamentales y mixtos: los primeros
están compuestos por representantes de los EM, que deben seguir las instrucciones de sus gobiernos, a los que
rinden cuentas –suelen ser de composición gubernamental los órganos principales más decisivos de una
organización interestatal-. Por su parte, los órganos no gubernamentales tienen personal que ejerce sus
funciones al servicio de la OI y con independencia de los Estados, y pueden ser órganos judiciales, órganos
parlamentarios (compuestos por representantes de los pueblos de los EM, bien seleccionados entre miembros de
sus respectivos parlamentos nacionales o bien elegidos por sufragio universal y directo), y secretarías u órganos
de gestión (ya unipersonal como un Secretario General, o colegiado con importantes competencias como la
Comisión Europea), con un nutrido número de funcionarios permanentes y agentes temporales especializados al
servicio exclusivo de la O.I. Por último, algunas OI sectoriales cuentan con órganos de composición mixta.

Las decisiones pueden ser adoptadas en el seno de las O.I. mediante diversos métodos:

a) Unanimidad, que es más difícil de conseguir, y en ella, las O.I. se encuentran más sujetas. ej: Sociedad de
Naciones, OCDE. No es el método más habitual. En algunas O.I., para impedir un bloqueo minoritario, se
indica que la abstención no impide adoptar la decisión, pero en esos casos sus efectos obligatorios sólo suelen
exigirse a los Estados que hayan votado a su favor.

b) Votación, método usado por la mayoría de las O.I., que permite un mayor dinamismo de la organización,
aunque existen minorías discrepantes. A su vez, el voto puede ser igualitario (AGNU), o no serlo, porque se
prefiera un voto ponderado (FMI, AIEA), o porque exista un derecho de veto (CSNU). Este método supone la
consagración formal del principio de igualdad soberana de los Estados.

c) El Consenso es el procedimiento de adopción de decisiones sin voto, que supone "la ausencia de cualquier
objeción expresada por un representante, y presentada por él como obstáculo para la adopción de una decisión".
Este método implica consultas y negociaciones previas, y se practica en la mayoría de los órganos de las
Naciones Unidas.

2.7. LA PARTICIPACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

Los instrumentos constitutivos de las OI suelen exigir que sus miembros sean Estados, pero caben excepciones,
bien porque se considere como tales a entidades de dudosa estatalidad por estar su territorio bajo ocupación y
administración extranjera, como Palestina o la República Árabe Saharaui Democrática, admitidos como
miembros en OI proclives a sus reivindicaciones; bien por aceptar a sujetos no estatales como la UE, al ejercer
competencias transferidas de sus Estados miembros en los ámbitos de otras OI; bien a entes o territorios no
estatales, como Hong-Kong.
Para adquirir el estatuto de miembro de una OI, el candidato ha de incorporarse a su tratado instituyente, ya
desde su inicio (miembros originarios) o adhiriéndose posteriormente a ese tratado (miembros admitidos), en
cuyo caso han pasado por un proceso más o menos complejo y exigente de admisión. Así se convertirán
simultáneamente en sujetos partes de su tratado constitutivo y en miembros de esa OI.
Pasan entonces a ser titulares de un conjunto de derechos y obligaciones:
1) Derechos: pueden participar en las actividades de esa OI según sus reglas, y ser representados mediante el
ejercicio del derecho de legación ante esa OI. Los miembros gozan de igualdad jurídica en su seno, derecho de
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representación en los órganos plenarios y a ser elegidos en los órganos restringidos de composición
intergubernamental, participación en la adopción de decisiones, etc. –pero la igualdad jurídica supone la libertad
de consentir ser tratados de forma no paritaria en la representación orgánica o en la calidad de voto en ciertas
ocasiones-.
2) Su obligación principal es comprometerse a intentar lograr los propósitos de esa OI, y con ello el
compromiso a sufragar sus costes, ya sean administrativos u operacionales, por el ejercicio de las funciones
atribuidas a esa OI. También cabe sufragar determinados costes mediante contribuciones voluntarias de los
miembros o que esa OI disponga de recursos propios (como el FMI); si un miembro no cumple con sus
obligaciones financieras, se le puede imponer la suspensión del ejercicio del derecho de voto en determinados
órganos de esa OI.
Un Estado puede dejar de ser miembro de una OI por su retirada voluntaria o por su expulsión, en calidad de
sanción por haber cometido infracciones graves de sus obligaciones, aunque suele recurrirse a la sanción más
llevadera de la suspensión o la limitación temporal de su membresía. También pierde la condición de miembro
si desaparece ese Estado o la propia OI.
Cabe la sucesión en la calidad de miembro de una OI, que es un supuesto de sucesión en materia de tratados con
reglas propias, y en donde la práctica de la ONU ha sido seguida por otras OI:
a) La regla general es que un miembro de Naciones Unidas no deja de serlo por el hecho de que su territorio o
su ordenamiento jurídico sea modificado, mientras no desaparezca en DI.
b) Al crearse un nuevo Estado surgido de la descolonización, secesión o disolución, no será automáticamente
miembro de la ONU sino que debe solicitar su admisión oficial como tal, pero el Estado que ya era miembro no
está obligado a solicitar su ingreso de nuevo (Bangladesh-Pakistán, Georgia-Rusia), aunque cada caso ha sido
tratado según sus circunstancias (Yugoslavia).
c) En los casos de unificación, el Estado nuevo no ha solicitado su admisión si los antecesores ya eran
miembros, como en Alemania y Yemen.

De modo progresivo, las OI han venido aceptando cada vez más otras modalidades de participación más
limitada en su seno, como las figuras de miembros asociados y observadores. Por una parte, la condición de
miembro asociado suele tener carácter transitorio y reservarse a Estados –o territorios autónomos que aspiran a
convertirse en Estados-. Por otra parte, el status de observador se ha concedido a todo tipo de entidades: Estados
no miembros o asimilados (Santa Sede o Palestina), movimientos de liberación nacional, otras OI y algunas
ONGs (CICR o la Orden de Malta).

2.8. DINÁMICA DE LAS ORGANIZACIONES INTERNACIONALES

Las OI no suelen tener fijado un límite temporal de duración en su tratado constitutivo (como excepción
podemos citar la CECA). Pero pueden dejar de existir en caso de cambio fundamental de las circunstancias que
dieron lugar a su creación (ej: Pacto de Varsovia, y el COMECON, al desaparecer el bloque socialista de
Estados).
El ingreso de nuevos Estados miembros no suele exigir enmiendas en los tratados constitutivos de las OI de
cooperación, pero sí en las de integración, por razón de su complejidad orgánica y en la adopción de decisiones.
También puede darse la sucesión entre OI, cuando una resulta sustituida por otra en el ejercicio de sus funciones
a (CE por UE, Sociedad de Naciones por la ONU).

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