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ACTIVIDAD DE APRENDIZAJE Nº 4 (Lección 7)

NOMBRE
GRUPO
Con la intención de causar la muerte de Mateo, Luis vierte una dosis mortal de veneno en el café de la
víctima antes de que le sea servido. Mateo se toma la bebida y enferma gravemente, siendo trasladado al
hospital. María trabaja como médico en el servicio de urgencias del hospital y asume la asistencia médica de
Mateo a su llegada al hospital. Tras los oportunos análisis detecta que ha sido envenenado, existiendo un
antídoto que le puede salvar la vida. Cuando va a proporcionar dicho antídoto al paciente, advierte que este
es la persona que la había violado tiempo atrás. En venganza, decide no continuar el tratamiento,
produciéndose un empeoramiento paulatino del cuadro clínico y la consecuente muerte de Mateo.

Analiza razonadamente si concurren los elementos típicos de un delito de homicidio en la conducta de María
(arts. 138/142 CP).
RESOLUCIÓN DEL CASO PRÁCTICO

1º. Determinar correctamente la cuestión jurídica relevante.


Se trata de determinar si la no aplicación del tratamiento médico por parte de María es constitutiva del
tipo de homicidio por omisión de una acción debida.

2º. Explicar la teoría general relativa a la cuestión jurídica relevante.


La conducta humana que da origen a la responsabilidad penal puede consistir en un comportamiento
activo, de modo que el sujeto activo realiza una determinada acción, o en un comportamiento pasivo,
en una abstención, que resulta lesiva para el bien jurídico. Sin embargo, al Derecho Penal no le
interesa cualquier comportamiento omisivo: la omisión no consiste en un simple “no hacer algo”, sino
en abstenerse de hacer aquello que debería haberse hecho porque es lo que determina la ley. Tal y
como señala DOPICO GÓMEZ-ALLER, Jacobo: “Tema VI. Omisiones en Derecho Penal”, en
Quintero Olivares, Gonzalo y otros (dirs.), Esquemas de Teoría jurídica del delito y de la pena, 4ª ed.,
Tirant lo Blanch, Valencia, 2018, p. 61, “la omisión no es pasividad (cabe omitir una acción y realizar
otra en su lugar). Es un concepto transitivo: se omite algo (una determinada acción)” Frente a la
vulneración de la norma prohibitiva que es la base de los delitos de acción, los delitos de omisión
suponen la infracción de una norma imperativa o preceptiva, que impone la realización de una acción
determinada. Estas dos modalidades de comportamiento humano penalmente relevantes aparecen
recogidas en el art. 10 del CP al señalar que son delitos “las acciones u omisiones dolosas o
imprudentes penadas por la ley”.
En cuanto a las clases de delitos de omisión, tradicionalmente la doctrina distingue entre delitos de
omisión pura y delitos de comisión por omisión, a los que habría que añadir las omisiones puras de
garante.
En los delitos de comisión por omisión se castiga la no realización de una acción encaminada a
evitar la producción de un resultado lesivo para el bien jurídico. Se requiere, por tanto, la producción
de un determinado resultado material, imputable a la omisión (delito de resultado) y admiten tanto el
dolo como la imprudencia.
Salvo algunos supuestos excepcionales que se recogen en el CP, estos no se tipifican expresamente y
debe acudirse a la cláusula general prevista en el art. 11 CP para su incriminación. Esta cláusula
establece las condiciones que deben darse para equiparar la omisión a la acción penalmente relevante.
De acuerdo con este precepto, la equiparación entre acción y omisión debe hacerse “según el sentido
del texto de la ley” y, además, el sujeto activo debe tener un especial deber jurídico de actuación
infringido por su comportamiento pasivo (posición de garante).
La determinación de las fuentes de la posición de garante que acoge el art. 11 CP ha sido uno de los
temas más criticados por la doctrina, ya que el legislador de 1995 se decantó por la teoría formal del
deber jurídico (ley, contrato y actuación precedente peligrosa -injerencia-), mucho más restrictiva que
la teoría de las funciones de A. KAUFFMANN (función de protección del bien jurídico y deber
personal de una fuente de peligro).
3º.- Aplicar la teoría general al caso concreto.
Aplicando lo expuesto al caso concreto, puede afirmarse que este reúne los elementos propios de la
estructura de la comisión por omisión: situación típica (situación de peligro para la vida de
Mateo)+posición de garante; ausencia de la acción debida por parte de María (no aplicar el
antídoto)+la producción del resultado letal (muerte) y, por último, capacidad de realizar la acción
(podía haberle dado un antídoto)+capacidad de evitar el resultado (juicio de causalidad hipotética: un
hipotético comportamiento activo del sujeto habría evitado aquél con una probabilidad rayana en la
certeza -el antídoto le hubiera salvado la vida casi con total seguridad-).
María en cuanto médico que trabaja en el hospital al que acude Mateo se encuentra en posición de
garante respecto de su vida, tanto desde una perspectiva formal (relación legal/contractual con el
hospital y el Servicio de Salud) como desde un punto de vista material (función de protección del bien
jurídico), por lo que el resultado muerte le es imputable a su no actuación, cumpliéndose los requisitos
exigidos en el art. 11 CP para poder hacer responsable a María de la muerte de Mateo (art. 138/142
CP). En síntesis, podría responder por un delito de homicidio en comisión por omisión (doloso o
imprudente, lo que ahora no toca resolver).

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