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El Modelo de Gordon es un método para valorar a las empresas o, mejor dicho, para calcular el
precio de la acción de una compañía que cotiza en bolsa. Es un método económico que parte de la
premisa de que el aumento de los dividendos de una empresa es constantes. Así, el precio de una
acción debe ser igual al precio de los dividendos que va a pagar la empresa a los accionistas
descontando el valor neto de ese momento.
El Modelo de crecimiento constante del dividendo ("constant growth DDM") o modelo de Gordon
considera que, si el dividendo tiene una tasa de crecimiento constante, el valor de una acción
vendrá determinado por la siguiente expresión:
La anterior fórmula está derivada de las matemáticas financieras y es la utilizada para calcular el
valor presente de una renta periódica perpetua de una cuantía D (1), creciente geométricamente a
una tasa g, y descontada a un tipo K. En nuestro caso, V (0) es el valor estimado de una compañía,
D (1) es el dividendo esperado del año siguiente, K es el coste de los recursos propios de la
compañía considerada y g es su tasa perpetua de crecimiento de los dividendos.
Valor actual = dividendo en el año / rentabilidad esperada de las acciones – crecimiento esperado
del dividendo
¿Cómo se interpreta?
Mientras que, si el precio que obtenemos después de realizar la fórmula es superior al precio real
de la acción, entonces la compañía está infravalorada y puede ser una buena oportunidad de
inversión según la filosofía ‘value’. Así, el Modelo de Gordon, también llamado Modelo de Gordon-
Saphiro, debido a la participación de Eli Saphiro para encontrar esta fórmula en 1956, es
habitualmente utilizado para los inversores en valor. Esta filosofía de inversión, seguida por
grandes economistas e inversores como Warren Buffet, se basa en comprar empresas que están
infravaloradas por el mercado, pero que son buenos negocios. Así, es una buena fórmula para
conocer si la empresa que queremos invertir está sobrevalorada, y en qué nivel lo está, o si está
infravalorada.
Consideraciones
Ahora bien, como es complicado estimar cuál será el crecimiento de los dividendos de una
empresa en el año o años siguientes, este modelo parte de la premisa que cada año será igual que
el anterior más un ligero aumento. Este aumento se considera constante en el tiempo. Por tanto,
podríamos sacar así una evolución que podría tener el precio de la acción a lo largo del tiempo.
Sin embargo, es un modelo que, aunque es muy utilizado para valorar a las empresas, tiene
algunos problemas, ya que parte de premisas como que los dividendos serán constantes y
aumentarán con el tiempo. Además, de asumir que estos, los dividendos, son la manera en la que
los accionistas miden la riqueza de una acción. Por tanto, estos son algunos problemas que
presenta este modelo económico de valoración de empresas. Sin embargo, lo podemos utilizar en
todas aquellas compañías que queramos o consideremos invertir para establecer si el mercado las
tiene sobrevaloradas o infravaloradas. En cuyo caso, tendríamos que saber luego porqué tienen
esta valoración, que puede deberse a las perspectivas de la empresa o del sector.
La valoración de una acción es el proceso a través del cual un inversor analiza las
acciones de una empresa para obtener información acerca de ellas. En función de
dicha evaluación, el inversor elegirá comprar, vender o no realizar ninguna operación
con las acciones.
Cuando alguien decide invertir en acciones debe realizar un análisis minucioso de las
diferentes compañías que le resultan interesantes, para poder elegir la mejor opción.
La mejor opción u opciones no son más que aquellas empresas que el inversor considera
que se van a revalorizar considerablemente.
Flujos de caja: Este método permite al inversor conocer si una empresa es solvente o
si tiene problemas para hacer frente a sus deudas. El flujo de caja es el resultado de
la resta de los gastos a los ingresos. A través de los flujos de caja se pueden realizar
estimaciones para conocer cuál será el estado de la compañía en el futuro.
Valor patrimonial: Este método hace uso de la información que aporta el balance de la
compañía para extraer conclusiones acerca de si las acciones de dicha empresa pueden
ser una buena o mala inversión. Debemos de tener en cuenta que el balance aporta
información acerca de un momento puntual, el cierre de ejercicio.