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FOCAD para División de Psicología Jurídica

LA PRUEBA
PRECONSTITUIDA. MODELOS
DE ENTREVISTA
PSICOLÓGICA FORENSE
JOSÉ RAMÓN JUÁREZ LÓPEZ
Psicólogo Forense. Equipo de Asesoramiento Técnico
Penal, de Girona. APF (Asociación de Psicología
Forense de la Administración de Justicia)

FERNANDO ÁLVAREZ RAMOS


Psicólogo Forense. Coordinador del Equipo Psicosocial
Judicial. C.A. del País Vasco. APF (Asociación de
Psicología Forense de la Administración de Justicia)

Mª JOSÉ CATALÁN FRÍAS


Psicóloga Forense. IMLCF de Murcia. APF (Asociación
de Psicología Forense de la Administración de Justicia)

ISSN 1989-3906
Contenido

DOCUMENTO BASE ........................................................................................... 3


La prueba preconstituida. Modelos de entrevista Psicológica Forense

FICHA 1 ........................................................................................................... 25
Entrevista Exploratoria versus Entrevista Forense: arquitectura común en el abordaje
de la violencia sexual y el maltrato infantojuvenil

FICHA 2 ................................................................................................................................. 28
Tipología y clasificación de las preguntas en la entrevista forense
Consejo General de la Psicología de España

Documento base.
La prueba preconstituida. Modelos de entrevista
Psicológica Forense

ÍNDICE
1. Introducción
2. Legislación sobre la prueba preconstituida
3. Memoria de testigos y psicología del testimonio
4. Estándares internacionales de calidad de la entrevista forense basados en la evidencia
5. La evaluación previa y posterior en la entrevista forense
6. Modelos de entrevista forense
7. La escucha activa y las reformulaciones en la entrevista forense
8. A modo de resumen
9. Bibliografía

1. INTRODUCCIÓN
La violencia ejercida sobre niños, niñas y adolescentes (NNA) es un fenómeno de especial preocupación y connota-
ción pública, donde, además se dan las características de ser un incidente íntimo y privado en el que normalmente no
hay otras personas que puedan demostrar y testimoniar sobre los hechos. Estas particularidades (intimidad y secretis-
mo) junto con la singularidad del propio procedimiento judicial de investigación, se convierten en un desafío y un
reto para la labor y el desarrollo profesional del psicólogo/a forense en contextos penales. Por ello se exige no sólo
una formación inicial rigurosa, sino también una posterior actualización y reciclaje continuo. En la presente Forma-
ción Continua a Distancia (FOCAD) nos hemos propuesto introducir y desarrollar aquellos aspectos básicos y esencia-
les que nos permitirán, como profesionales de la psicología forense, incrementar nuestra base teórica y conocer
aplicaciones prácticas que nos ayuden en esta delicada tarea.
Los protocolos o Guías de Buenas Prácticas permiten abordar estos desafíos y retos de forma efectiva y basada en la
evidencia. No obstante, partimos de la base que no es posible una Buena Práctica desligada de la visión ética-deonto-
lógica que debe considerar la evolución del tratamiento de la violencia sexual infanto-juvenil en nuestra sociedad.
Cuando en 2014 Ross E. Cheit publica su controvertida obra The witch-hunt narrative: Politics, psychology, and the
sexual abuse of children y se produce una sucesión de respuestas a favor y en contra, se está abordando esta conside-
ración social del propio fenómeno de la violencia sexual infantojuvenil. Y así, Frederic G. Reamer (2017) en su traba-
jo A Narrative on the Witch-Hunt Narrative: The Moral Dimensions refiere las cuestiones éticas necesarias en el
tratamiento de la violencia sexual infanto-juvenil, que debido a su estrecha relación con nuestro tema, compartimos
en esta introducción: la integridad de las alegaciones, de las investigaciones, de los litigios y los enjuiciamientos por
abuso sexual infantojuvenil (ASI); la ética de la investigación y recolección de la información, especialmente con res-
pecto a población vulnerable y el tema del consentimiento informado, la revisión institucional, la protección de los
testigos en la investigación, el uso del engaño y coacción, la confidencialidad y privacidad, los informes de resultados
y los conflictos de interés; el complejo y delicado tema de la revelación y, finalmente, la propia denuncia. Todas estas
cuestiones son las planteadas por los autores y las que deberíamos tener muy en cuenta en el desarrollo de nuestra
labor profesional.

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Porque como ya han referido diversos autores, los principales factores que dificultan el abordaje de este tipo de deli-
tos (Muñoz et al, 2016; Juárez y Lira, 2020; Faller, 2017, 2020) son la falta de otras evidencias distintas a la propia
declaración del NNA, la ocurrencia en contextos de intimidad, sin presencia de testigos, un ambiente relacional
caracterizado por la asimetría, dependencia y silenciamiento del NNA, la dificultad para establecer relaciones causa-
les, la falta de reconocimiento por parte del autor, y por último, las posibilidades de contaminación del relato del
NNA por entrevistas reiteradas o falta de formación de los entrevistadores.
En estos casos, la entrevista forense para la declaración judicial por medio de expertos (psicólogos/as forenses) reali-
zada en formato de prueba preconstituida cobra un especial significado.

2. LEGISLACIÓN SOBRE LA PRUEBA PRECONSTITUIDA


La protección de la infancia y adolescencia frente a la violencia es considerada desde el punto de vista jurídico,
como un imperativo de los derechos humanos que se consagra mediante la Convención sobre los Derechos del Niño,
adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas 1989 y ratificada por España en 1990 y reconocida en el
artículo 39 de la Constitución Española. La Unión Europea, mediante el Tratado de Lisboa, recoge este imperativo
legal y el Consejo de Europa cuenta con estándares internacionales para garantizar la protección de los NNA en el
Convenio de Lanzarote, Convenio de Estambul, Convenio sobre la lucha contra la trata y Convenio sobre Ciberdelin-
cuencia.
El cuerpo normativo español ha ido incorporando importantes avances en la protección de los NNA frente a la vio-
lencia como fue la reforma operada en la L.O. 1/1996 de Protección Jurídica del Menor, modificaciones del Código
Civil y Ley de Enjuiciamiento Civil, Código Penal y Ley de Enjuiciamiento Criminal.
La declaración judicial de menores o personas con discapacidad necesitadas de especial protección mediante la
prueba preconstituida aparece recientemente regulada por medio de dos normas legales: la Ley 4/2015, de 27 de
abril, del Estatuto de la Víctima del Delito, y la más reciente L.O. 8/2021, de 4 de junio, de Protección Integral a la
Infancia y Adolescencia frente a la Violencia.
El Estatuto de la Víctima establece como medida de protección, para menores y personas con discapacidad necesita-
das de especial protección, la grabación de las declaraciones que podrán ser reproducidas en el juicio; así como que
esa declaración (art. 26) pueda recibirse por medio de expertos. De forma mucho más completa y sistemática la Ley
Orgánica 8/2021 de Protección Integral de la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia realiza algunas modifica-
ciones de la Ley de Enjuiciamiento Criminal introducidas por el Estatuto de la Víctima y establece nuevas pautas lega-
les sobre la prueba preconstituida fijando los requisitos necesarios para su validez y conceptuando dicha prueba
como un instrumento adecuado tanto para la obtención de un relato (declaración) de calidad como para evitar la vic-
timización secundaria, siendo particularmente eficaz cuando las víctimas son personas menores de edad o personas
con discapacidad necesitadas de especial protección.
Además, la citada norma legal recoge, sin límite de edad y con la única restricción motivada cuando sea contrario a
su interés superior, el derecho de los NNA a ser escuchados, asegurando que el proceso sea accesible en todos los
procedimientos administrativos, judiciales o de otra índole relacionada con la acreditación de la violencia y la repara-
ción de las víctimas. Para ello asegura y exige una adecuada preparación y especialización de profesionales, metodo-
logías y espacios para garantizar que la obtención del testimonio de las víctimas menores de edad sea realizada con
rigor, tacto y respeto (art. 11), se enfatiza, por tanto, la formación profesional, las metodologías y la adaptación del
entorno para la escucha a las víctimas en edad temprana.
También regula el derecho de los menores víctimas de violencia a una atención integral que supone el acceso a
medidas de protección, apoyo, acogida y recuperación teniendo siempre en cuenta el objetivo de evitar la victimiza-
ción secundaria; especialmente (art. 12) se promueve la atención psicológica y psiquiátrica si se requiere para el NNA
y su unidad familiar, apoyo formativo, acceso a redes y servicios públicos, acompañamiento y asesoramiento en los
procedimientos judiciales; medidas que han de ser cumplimentadas de forma coordinada, con un enfoque inclusivo,
en espacios que cuenten con un entorno amigable adaptado al NNA.
Se establecen los criterios de actuación de los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en los casos de vio-
lencia sobre la infancia y la adolescencia, quienes se regirán por el respeto a los derechos de los NNA y actuarán de
conformidad con los protocolos de actuación policial. Se limitan las intervenciones con NNA a las estrictamente
necesarias y por regla general la declaración del menor (art. 50) se realizará en una sola ocasión y, siempre, a través

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de profesionales específicamente formados. Dicha postura, precisamente coincide con la que desde la psicología
forense se defiende: que la declaración del NNA sea llevada a cabo por un experto (psicólogo/a forense) en una única
ocasión, en la que se preserven todas las garantías judiciales, que sea grabada y que sirva para ser usada con posterio-
ridad en todo el proceso judicial.
La modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que realiza la L.O. 8/2021 regula explícitamente la declaración
del testigo como prueba preconstituida garantizando el principio de contradicción mediante la presencia letrada del
investigado en la declaración y mediante la grabación del sonido e imagen (art. 449 bis) y establece su obligatoriedad
para los testigos menores de 14 años o personas con discapacidad necesitada de especial protección en todo tipo de
delitos (art. 449 ter). De esta forma (art. 703 bis) se podrá reproducir la grabación en la vista oral sin que sea necesaria la
presencia del testigo, que solo podrá ser acordada con carácter excepcional y mediante resolución motivada.
En esta regulación de la participación de la psicología forense en la declaración de testigos mediante la prueba pre-
constituida destacan tres actuaciones principales:
a) La citada norma legal introduce (art. 449 ter) como actuación previa a la declaración, el apoyo interdisciplinar e
interinstitucional de “equipos psicosociales” recogiendo el trabajo de los profesionales que hayan intervenido ante-
riormente y estudiando las circunstancias personales, familiares y sociales de la persona menor o con discapacidad
para mejorar el tratamiento de los mismos, así como el rendimiento de la prueba.
b) Se regula asimismo (art. 449 ter) la declaración judicial por medio del experto, siendo el juez quien facilitará a éste
las preguntas que estimen oportunas las partes y que sean declaradas pertinentes y útiles por el juez, pudiendo las
partes interesar aclaraciones al testigo; declaración que será en todo caso grabada y que se evitará la confrontación
visual de la persona investigada con el testigo.
c) Se podrá recabar del perito (se entiende que del perito psicólogo/a forense que practicó la declaración judicial) un
informe (art. 449 ter) dando cuenta del desarrollo y resultado de la audiencia del menor.
Para un desempeño exitoso de estas funciones, la propia L.O. 8/2021 garantiza (D.F. 20ª) la especialización de los
órganos judiciales, de la fiscalía y de los equipos técnicos estableciendo, en el caso de estos profesionales, la regula-
ción de su composición y funcionamiento, así como la forma de acceso a los mismos de acuerdo con los criterios de
especialización y formación en infancia y adolescencia que se recogen en la ley.
Como se ha ido detallando la Prueba Preconstituida se fundamenta en tres cuestiones fundamentales: 1) en primer
lugar está enfocada en la víctima (NNA o persona con discapacidad), evitando la victimización secundaria y procu-
rándole un marco apropiado para la recogida del testimonio; 2) en segundo lugar se centra en la recogida de la decla-
ración de la víctima, señalándose las garantías que debe de cumplir, recalcándose la formación especializada para
poder llevarla a cabo; y 3) se enmarca dentro del proceso judicial y por tanto debe acomodarse a las necesidades de
información del órgano juzgador, es decir, necesita información sobre el quién, el cómo y la frecuencia, por lo que el
psicólogo/a forense durante la prueba preconstituida tiene que tener presentes todas estas premisas, para garantizar el
bienestar emocional del NNA, obtener un testimonio en el marco de los conocimientos científicos actuales de la psi-
cología, y teniendo en cuenta las necesidades de la justicia.

3. MEMORIA DE TESTIGOS Y PSICOLOGÍA DEL TESTIMONIO


La Psicología del Testimonio se centró en sus inicios, en el estudio de la exactitud de la memoria para recordar los
sucesos experimentados, así como también en los factores externos que podían disminuir dicha exactitud. El psicólo-
go y filósofo alemán William Lewis Stern (29 de abril de 1871-27 de marzo de 1938) fue considerado como el inicia-
dor de la investigación experimental sobre la confianza del testigo en sus declaraciones. Si bien, históricamente este
autor ha estado vinculado a la medida de la inteligencia, acuñando en 1912 el conocido término de “cociente de
inteligencia” (C.I.) sus trabajos también desarrollaron y analizaron las diferencias individuales tanto en población
infantil como en adultos respecto de su habilidad para explicar con precisión y amplitud aquellos aspectos de los que
habían sido testigos. También estudió las influencias del tipo de pregunta sobre las respuestas de los sujetos. Sus estu-
dios le llevaron a concluir con una frase célebre y siempre actual: El recuerdo absolutamente correcto no es la regla
sino la excepción (1902, p. 327). No obstante, fue Alfred Binet (Niza, 8 de julio de 1857-París, 18 de octubre de
1911) pedagogo, grafólogo y psicólogo francés, reconocido por su contribución a la psicometría y a la psicología dife-
rencial, quien en su obra La Suggestibilité (1900) ya abordó el tema de la sugestión considerándola como la presión
moral que ejerce una persona sobre otra, estudiando la medida de las influencias sugestivas que se introducían en la

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forma de interrogar a un testigo. De esta manera Binet encontró que el tipo de pregunta podía influir notablemente en
las respuestas emitidas, modelando e incluso dirigiendo la respuesta hacia la confirmación de la hipótesis del investi-
gador.
Para una lectura en profundidad sobre la historia de la psicología del testimonio, recomendamos el trabajo de Man-
zanero, A.L. (2010). Hitos de la historia de la psicología del testimonio en la escena internacional. Boletín de Psicolo-
gía, (100), 89-104.

3.1. Conceptos básicos sobre memoria


Recordar es diferente de memorizar. Y el reconocimiento es diferente del recuerdo, en sentido estricto. El recuerdo
puede ser una medida de la memoria (Ruíz-Vargas, 1998). El proceso cognitivo de memorizar implica la codificación
de la información de modo que forme una representación mental determinada (acústica, visual o semántica). Cuando
la información es almacenada (a corto o largo plazo) puede ser posteriormente recuperada, que es lo que llamamos
un recuerdo. Como indica Banyard (1995), dado que la codificación de la información puede establecer conexiones
con otros complementos de información, la memoria no podría ser considerada como una grabadora, sino como un
proceso activo.
El sistema que más parece adecuarse a la definición de “memoria” sería el de episódica, dado que está asociada al
pasado y la que permite reexperimentar conscientemente las experiencias pasadas como propias (Tulving, 2002).
Según Perner (2000) la memoria episódica posee dos características imprescindibles:
1. Está basada en un conocimiento autorreferencial.
2. El vínculo causal ha de ser experiencial: el recuerdo implica un acceso directo (no inferencial) a la información, y
en ningún caso se evalúa su valor de verdad, porque se considera que cuando la persona re-experimenta de mane-
ra consciente un episodio pasado, éste es real.
Estas dos características mencionadas de la memoria episódica son a lo que Tulving (2002) llamó la conciencia
autonoética y la utilización de metarrepresentaciones. A partir del planteamiento de Perner (2000), en la medida en
que los niños y niñas sean capaces de utilizar metarrepresentaciones, también podrán experimentar recuerdos propia-
mente episódicos. Si bien parece que hasta los 4 años existen dificultades para discernir entre el origen de los recuer-
dos o la imaginación (errores en la procedencia de los recuerdos) (Lindsay, Johnson y Kwon, 1991), a partir de los 4-6
es posible discriminar dicho origen. Tulving (1972) distinguió entre tres tipos diferentes de memoria a largo plazo:
4 La memoria episódica que está compuesta por las memorias autobiográficas (el primer día de clase, el día de la
boda, el partido de la final, etc.). Podemos ubicar estos recuerdos en un eje espacio-temporal concreto y definido.
4 La memoria semántica es un sistema de conocimiento general que se adquiere con el transcurso del tiempo y no
está relacionado con los acontecimientos en el momento del aprendizaje (ej. Mi casa está en esta ciudad, la sema-
na tiene 7 días, los pingüinos viven en el polo, etc.).
4 La memoria procesal es un sistema de información que no puede ser dirigido conscientemente como, por ejemplo,
las habilidades motoras, la adquisición del lenguaje o montar en bicicleta. Es muy difícil de expresar en forma ver-
bal, pues accedemos a ella a través de la acción. Equivale al saber cómo.
Squire (1986) conceptualiza además de la memoria procedimental (procesal, en palabras de Tulving) la memoria
declarativa, como aquella accesible conscientemente, verbal o con imágenes, e incluiría tanto la memoria episódica
como la semántica. Equivaldría al saber qué y serían ejemplos todos aquellos conocimientos que podríamos trasmitir
a los demás verbalmente.
Otro tipo de memoria conocida es la denominada memoria de trabajo, sistema de control cognitivo y de procesa-
miento ejecutivo involucrado en el comportamiento, y que implica interacciones entre procesos mentales relaciona-
dos con la atención, percepción, motivación, emociones y memoria (Morgado, 2005).
La investigación en Psicología del Testimonio ha delimitado los distintos factores que pueden afectar a la huella de
memoria que tradicionalmente se han organizado en tres grupos (recogido en Manzanero, 2010):
a) Factores que afectan a la fase de codificación de la información: se encuentran las características de la situación de
victimización criminal, y por otro, las características de la víctima/testigo (sexo, edad, emociones experimentadas,
etc.).
b) Factores que afectan a la fase de retención de la información (el tiempo de retención, el número de repasos y las
recodificaciones).

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c) Factores que afectan a la fase de recuperación de la información: alude al número de veces que se ha abordado a
la víctima sobre los supuestos hechos denunciados y la forma en que se han llevado a cabo los distintos abordajes.
La investigación en este sentido señala que a mayor número de veces que la víctima haya tenido que recuperar el
recuerdo mayor probabilidad de distorsión del mismo. Por otro lado, también se ha comprobado que cuanta menos
edad tiene el/la menor existe mayor riesgo de sugestionarle durante la entrevista (estilo de entrevista directivo y con
uso de preguntas tendenciosas, capciosas, sugerentes, etc.).
Por memoria de testigos se entiende “el conjunto de conocimientos e investigaciones que, basados en los estudios
sobre la memoria humana, intentan determinar la calidad de los testimonios que sobre delitos y accidentes prestan los
testigos presenciales.” (Mira, 1998, p. 383).
Así, el estudio por parte de la psicología de la memoria de los testigos constituye el área de conocimiento que se
conoce como Psicología del Testimonio. En la actualidad, dicha área de la psicología se ocupa de dos aspectos bási-
cos: la exactitud de las declaraciones y la credibilidad de los testigos y sus testimonios.
Respecto a la memoria infantil, diversos autores/as consideran que ya los niños/as de 3 años (preescolares) cuentan
con una memoria bien organizada cuando se trata de aspectos comprensibles y que han sido vividos por ellos/as
(Eisen y Goodman, 1998; Fivush, 1993; en Cantón y Cortés, 2000). Durante la edad escolar, la memoria y capacidad
de recuerdo mejoran considerablemente, y a partir de los 12 años muchos adolescentes pueden ser comparados a la
memoria de los adultos/as (Ibabe y Sporer, 2004).
Como recogieron Bruck y Ceci (1999), la fiabilidad de los relatos de los niños/as tiene que ver más con las habilida-
des del entrevistador que con cualquier limitación natural de sus capacidades cognitivas. Así, por ejemplo, en la
investigación de Juárez y Sala (2011) con preescolares se concluyó que con el método adecuado y una correcta inter-
vención por parte de los/as profesionales, los niños/as eran capaces de aportar testimonios válidos y fiables.

3.2. Falsas memorias


Tanto en el desarrollo de la entrevista forense como en su posterior análisis del contenido, la valoración de las falsas
memorias es un aspecto necesario de abordar. Así, las Falsas Memorias (FM) se entienden como la creación de
memorias que no se corresponden con la experiencia vívida y fruto de una situación real (Milnitsky Stein, 2010), sino
como reportes memorísticos que no se ajustan a la realidad experimentada, bien en parte o bien en su totalidad, pero
que sin embargo para la persona son asumidas como reales. A partir de la década de los 70, gracias a los estudios de
la investigadora Elisabeth Loftus, se inició una intensa línea de investigaciones sobre esta temática, coincidiendo con
juicos famosos sobre abusos sexuales a NNA que fueron la base de muchas de las actuales investigaciones sobre testi-
monio infantil.
Zhu y cols. (2010) han señalado que las personas más sensibles a los efectos de la desinformación (exponer a las
personas a información inadecuada) reúnen los factores de una menor inteligencia junto con un bajo nivel de percep-
ción. Si bien hay que apuntar que la mayoría de estos experimentos están realizados sobre población universitaria, y
no en NNA víctimas de abuso y/o agresión sexual. De hecho, ya en 1997, Faller, Everson y Lamb concluyeron -en
relación a la posibilidad de que NNA víctimas de violencia sexual pudieran ser más propicios a los falsos recuerdos-
que únicamente el 6% de los casos analizados correspondían a denuncias falsas.
Johnson, Hastroudi y Lindsay (1993) explican que las FM generan altos niveles de incertidumbre debido a que son
reportadas con convicción y, por lo general, suelen contener detalles e interpretaciones que las hacen similares a las
memorias verdaderas o reales. La Teoría Intucionista de la Memoria (TIM) es la teoría contemporánea de mayor
influencia en la explicación de las FM (Seamon y cols., 2002). Mojardín (2008) recoge que la TIM concibe la memo-
ria como un sistema que opera al menos con dos tipos de contenidos de la información y bajo procesos diferenciados.
La TIM está compuesta por cuatro principios básicos:
a) La memoria es un sistema flexible y dinámico que almacena de manera simultánea e independiente contenidos lite-
rales (información superficial que incluye todos los rasgos sensoriales) y relacionales (información del sentido,
jerarquía o conexión) de la información.
b) La resistencia al olvido de los contenidos literales es mucho menor que la de los contenidos relacionales.
c) El acceso memorístico a los contenidos de la información es independiente uno del otro.
d) La ruta de recuperación de los contenidos de memoria es siempre en la dirección literal relacional. Esto quiere
decir que para la solución de una demanda memorística, las personas tienen como primera opción de contenido lo
literal y luego lo relacional.

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Cantón y Cortés (2000) señalan las principales técnicas sugestivas que pueden provocar la implantación de FM. Estas
son:
4 El sesgo confirmatorio del entrevistador/a: esto implica la búsqueda de una hipótesis preconcebida por quien entre-
vista y que puede afectar al tipo y forma en que se planteen las interrogantes.
4 Atmósfera de la entrevista: un ambiente tenso puede generar que las personas tiendan a ofrecer información menos
precisa y detallada que aquellos en los que se establece un adecuado rapport.
4 El estatus de adulto: la condición de adulto ha sido promocionada como de autoridad y poder sobre el NNA, ya
que desde la socialización se les enseña a hacer caso, respetar y obedecerles. Esta posición puede implicar que en
su afán por agradarles, se tornen aquiescentes, es decir que acepten y confirmen sus propuestas sistemáticamente.
4 Inducción de estereotipo: uso de expresiones por parte del entrevistador/a que sugieren una posición o expectativa
sobre el hecho en investigación, por ejemplo al preguntar: “¿alguien te ha hecho cosas malas?”.
4 Repetición de preguntas y entrevistas: si bien cada NN reacciona de forma diferente, sin embargo, las investigacio-
nes señalan que las respuestas de éstos pueden variar ante la misma pregunta, y que la forma y el momento en que
se replantea la pregunta también puede influir en las respuestas emitidas.

3.3. Memoria en personas con discapacidad intelectual (DI)


Aunque en general, los testimonios ofrecidos por las personas con DI no son considerados como creíbles para casos
de violencia sexual (Henry, Ridley, Perry y Crane, 2011; Peled, Iarocci y Connolly, 2004; Tharinger, Hein y Schwartz,
1990; citados en Manzanero, 2013), la American Academy of Pediatrics (2001) considera que la mayor necesidad de
atención en el cuidado físico o la higiene personal de los niños/as con DI, les coloca en situaciones propicias para el
abuso sexual.
Relativo a los procesos de atención, percepción y memoria, Rincón y Linares (2011) señalan que la persona con disca-
pacidad intelectual (DI) suele tener algunas particularidades en relación con los dispositivos básicos del aprendizaje:
4 Atención: tienen tendencia a la distracción ante estímulos externos; por lo tanto para mejorar sus niveles de aten-
ción es importante mirarles a la cara cuando se les habla y enviarles mensajes y estímulos repetitivos sobre la temá-
tica trabajada, de manera que se les facilite permanecer atentos a las indicaciones y explicaciones.
4 Percepción: generalmente perciben mejor la información por vía visual, por lo tanto tienen mejores progresos si se
les proporciona información por esta vía y de manera multisensorial basándose en imágenes, dibujos, representa-
ciones gráficas, iconos y complementando con sonidos y material de exploración táctil. Son buenos observadores y
responden muy bien al modelamiento.
4 Memoria: presentan dificultades con la memoria a corto plazo y en la memoria explicita o declarativa (McGuire y
Chicoine, 2009), por tanto se les pueden proporcionar estrategias memorísticas como nombrar objetos, relacionar-
los o agruparlos en categorías, utilizar fotografías, textos como complementos de instrucciones dadas. Al igual que
ocurre con la percepción, es mejor su memoria visual que la auditiva, fortaleza que se puede aprovechar.
Los/as profesionales que tienen que hacer frente a las exploraciones de NNA con DI se encuentran con ciertas difi-
cultades para distinguir los signos y síntomas del abuso de los que están causados por la propia discapacidad (Cooke
y Standen, 2002 en Berástegui, 2006). Así se puede interpretar que el comportamiento sexualizado precozmente,
podría ser un signo de abuso sexual o la consecuencia de la propia discapacidad. Además, como refiere Unicef
(2013) las dificultades en la detección y denuncia de este tipo de malos tratos en la infancia se incrementan en este
grupo, entre otras razones, por las dificultades de comunicación de muchos perfiles que limitan la revelación.
Sin bien debido a la mayor cantidad de estudios científicos, los prejuicios asociados a las personas con discapacidad
intelectual van cambiando, todavía se tiende a considerarlos como personas poco creíbles (Henry, Ridley, Perry y
Crane, 2011; Peled, Iarocci y Connolly, 2004). Este hecho puede estar asociado a que las personas con discapacidad
intelectual podrían mostrar más dificultades para describir y expresar emociones (Egger, Verhoeven, Van Bon y Hois-
chen, 2010; y Mellor y Dagnan, 2005; en Manzanero, 2013). Estudios con personas con discapacidad intelectual,
concluyen que la emoción asociada a la evocación de los acontecimientos no siempre debería ser considerada un
indicador de credibilidad, afirmándose que aunque las emociones pudieran ser un buen indicador para el diagnóstico
clínico no parecen serlo en psicología forense (Manzanero y cols., 2013).
Otras investigaciones apuntan a que incluso los NNA con discapacidad pueden convertirse en testimonios válidos,
pese a su característica de elevada sugestionabilidad. Brown, Lewis, Lamb y Stephens (2012) muestran como NNA

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con discapacidad intelectual leve eran tan capaces como sus homólogos en edad mental, mientras que, efectivamen-
te, los NNA con problemas cognitivos más severos presentan una competencia cualitativamente inferior. Sin embargo,
incluso éstos, fueron muy precisos gracias a la entrevista previa de apoyo, resultando ésta esencial en la toma de
declaraciones forenses. Este aspecto será tratado más adelante con mayor detalle, dando como resultado una propues-
ta metodológica de prueba preconstituida resultante de estos contenidos formativos.

3.4. La sugestionabilidad
Loftus (1979) señala que la sugestionabilidad es una característica universal y natural de la memoria humana, y Ceci
y Bruck (1995) la definieron como la capacidad para la que los individuos acepten la información post-evento incor-
porada contingentemente en su recuerdo de memoria y también como el grado por el cual la codificación, el almace-
namiento, la recuperación y el relato pueden ser influenciados por la variación de factores internos y externos.
De los componentes de la sugestionabilidad que han sido estudiados y asociados a la memoria infantil encontramos
(Bruck y Melnyk, 2004; Ornstein y Elischberger, 2004), entre otros:
1. La sugestionabilidad interrogativa: dar por válidas preguntas que contienen información incorrecta.
2. La incorporación de información post-evento: ir incorporando información errónea en relatos posteriores.
3. El error en la atribución de la fuente: no distinguir entre la fuente real o la añadida posteriormente.
4. La fabricación de eventos: la construcción de relatos sobre acontecimientos que realmente no han sucedido.
Más recientemente, los trabajos de McWilliams, Narr, Goodman, Ruiz y Mendoza (2013) demuestran cómo incluso
en el caso que los NNA testifiquen sobre el asesinato de su madre, sus testimonios –con las ayudas técnico-profesio-
nales adecuadas- puede servir para que los jueces dictaminen sobre los hechos. También, Aydin y Ceci (2013) hacen
hincapié en la importancia del papel de la cultura y la lengua en la sugestionabilidad infantil, evidenciando como
NNA turcos y de habla inglesa se muestran diferencialmente sugestionables en función de las combinaciones lingüís-
ticas, especialmente en los marcadores de evidencia.
La sugestionabilidad es también un fenómeno que afecta a las personas adultas. Cuando se cuestiona repetidamente
a testigos con preguntas engañosas, las respuestas que se cambian pueden llegar a recordarse con confianza, indepen-
dientemente de si eran o no correctas (Henkel, 2014). También se ha observado que, para eventos muy negativos, la
memoria de la persona adulta no es inmune a las inexactitudes ni a las influencias sugestivas (Paz-Alonso y Good-
man, 2008; Chae, Goodman y Edelstein, 2011), o que las personas que informan de un mayor número de experien-
cias negativas también suelen puntuar más en la conocida Gudjonsson Suggestibility Scale (Drake, Bull y Boon,
2008). No obstante, dicha escala no puede ser utilizada como predictor del comportamiento en situaciones legales
reales, ya que este tipo de instrumento se ve más afectado por las variables intelectuales y cognitivas y, en menor
medida, con características emocionales y de la personalidad.
Cabe añadir que la conceptualización de la sugestionabilidad como un proceso inconsciente por medio del cual se
incorpora información a la memoria, es en opinión de Cantón y Cortés (2003) una definición restrictiva. Los autores
apuntan que la sugestión no es un rasgo constante ni con independencia de las circunstancias, estando influenciado
por factores cognitivos y externos, como son: la situación de la entrevista, la naturaleza de las preguntas, la fuerza de
la memoria, y no implica una alteración de la memoria subyacente. Por ello entendemos que es indispensable para
una buena entrevista forense que se convierta en prueba preconstituida, el mayor control y la menor influencia suges-
tiva posible.
Para finalizar este apartado, deseamos recoger aquí las conclusiones del trabajo de Diges, Moreno y Pérez-Mata
(2010) que realizaron un experimento en el que estudiaron la relación entre la sugestionabilidad y la Teoría de la
Mente (que de forma rápida podemos entender como la capacidad del NNA de situarse en el punto de vista del otro,
conociendo y anticipando su interés y/o conveniencia) evaluada con las escalas de evolución de Wellman y Liu
(2004), demostrando una relación negativa entre ambas variables, es decir, cuanto más desarrollado tiene un niño la
Teoría de la Mente, cederá menos a la sugestión.

4. ESTÁNDARES INTERNACIONALES DE CALIDAD DE LA ENTREVISTA FORENSE BASADOS EN LA EVIDENCIA


La declaración judicial de un NNA sobre una experiencia de victimización resulta necesaria no solo para favorecer
una adecuada investigación penal y un proceso judicial con todas las garantías, sino también para salvaguardar su
seguridad y protección y para determinar la necesidad de su recuperación física y mental. Son importantes las diferen-

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cias a nivel internacional en la participación de los NNA en los procedimientos judiciales ya que cada país tiene una
regulación específica, pero en la actualidad ya nadie duda de que resulta imprescindible una apropiada colaboración
interinstitucional y multidisciplinaria que se adapte a los NNA y que garantice adecuadamente el cumplimiento de
sus derechos y necesidades cuando son víctimas y/o testigos.
Para ello, los estándares constituyen un conjunto de principios y actividades transversales, funciones básicas y
disposiciones institucionales que facilitan intervenciones amigables, efectivas y coordinadas (PROMISE, 2019).
Los principales modelos llamados interinstitucionales y multidisciplinares que abordan la situación de victimiza-
ción de los NNA de una forma integral y que presentan una amplia evidencia empírica son el modelo Barnahus,
de implantación fundamentalmente en Europa, y los National Children Advocacy Center (NCAC) de mayor tradi-
ción norteamericana. Ambos constituyen unidades especializadas y coordinadas que ofrecen un entorno amiga-
ble completo y respetuoso con las necesidades de los NNA víctimas de abuso sexual y otros tipos de malos tratos,
y ambos se guían por el principio de puerta única (one door principle) o bajo el mismo techo (under one roof
principle), lo cual implica que son los profesionales quienes se agrupan en un mismo lugar para atender al NNA
(Pereda et al. 2021). En lo referente al testimonio de los NNA, ambos modelos mantienen como propósito clave el
proporcionar un marco organizativo común que facilite la obtención de testimonios válidos para los tribunales en
cantidad y calidad, que eviten la revictimización y que aseguren el cumplimiento de los derechos de los NNA de
protección, asistencia y justicia adaptada.
El primer NCAC surgió en Alabama (EEUU) en 1985 y en la actualidad existen más de 850 centros en EEUU coordi-
nados por la National Children’s Alliance, que dependen del Departamento de Justicia americano, es decir configuran
un sistema de trabajo ya establecido que ha sido objeto de numerosas investigaciones que avalan su efectividad en la
medida que ofrecen una respuesta más eficaz y satisfactoria que las dadas por los servicios tradicionales de atención
(Pereda et al, 2021). En Europa se ha adaptado este modelo americano siendo el primero de esos centros el de Reikia-
vik (Islandia) bajo el nombre de Barnahus o Casa de los Niños incluyendo como elemento clave la realización de una
entrevista forense con el niño victima por medio de un circuito cerrado de televisión ante representantes del ámbito
judicial que garantiza que la declaración es válida para el juicio al configurarse como prueba preconstituida. Dicho
modelo se ha extendido por Europa, especialmente por los países nórdicos, acentuando la validez de la declaración
judicial del NNA, reduciendo la victimización secundaria y consiguiendo que esos NNA sean atendidos en centros
integrales y multidisciplinares por profesionales expertos y coordinados (Pereda et al. 2021).
Ambos modelos se adaptan a las diferencias normativas y culturales de los distintos países y contextos, si bien esta-
blecen una serie de estándares mínimos de aplicación que garantizan el cumplimiento de la finalidad y que, en rela-
ción a la entrevista forense y prueba preconstituida, se pueden sintetizar en los siguientes (PROMISE, 2019; NCAC,
2017):

4.1. Entrevista adaptada a los NNA


La entrevista se ha de adaptar a la edad y desarrollo, nivel cognitivo y social, antecedentes culturales y estado emo-
cional del NNA y tener en cuenta las necesidades especiales, incluida las idiomáticas. Para ello merece especial aten-
ción el conocimiento práctico de los aspectos básicos de la etapa de desarrollo del niño a nivel motor, cognitivo,
lingüístico y emocional, las diferencias culturales relacionadas con el estilo lingüístico y los comportamientos norma-
tivos familiares, así como el impacto potencial de las experiencias traumáticas en su desarrollo.
El número de entrevistas se limita al mínimo necesario para la investigación judicial, que garantice un relato com-
pleto y exacto de los hechos y asegure el bienestar y seguridad del NNA. Si fuera necesaria más de una entrevista, ha
de ser el mismo profesional quien ha de conducir la entrevista. Además, conviene minimizar la duración de las entre-
vistas, permitir descansos y, únicamente si fuera estrictamente necesario, realizar la entrevista en más de una sesión.
La entrevista extendida es una práctica restringida que puede utilizarse en algunos casos que tengamos razones sig-
nificativas para la sospecha de que la violencia sexual u otro tipo de violencia ha ocurrido y el NNA no es capaz de
hacer la revelación en una única entrevista forense por tratarse de personas altamente traumatizadas, de edad muy
corta, con discapacidades intelectuales, con problemas de salud mental o que por alguna razón se resisten a hablar
sobre lo ocurrido. Estos NNA necesitan más tiempo, más sesiones de entrevista y una vez se inicie la revelación se
daría paso a la entrevista forense.

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En esa adaptación de la entrevista forense a las características del NNA, si éste se encuentra poco motivado para
hablar o mantiene dificultad para abordar el tema, el entrevistador ha de respetarlo sin mostrar frustración ni molestia
y sin presionarlo a hablar.
El uso de materiales de apoyo como el dibujo libre, dibujos de la familia, plastilina, muñecos, etc. ha mostrado su
eficacia en la parte previa a la entrevista para facilitar el rapport y disminuir la ansiedad del NNA y también puede
resultar válido para aportar información acerca de sus circunstancias y contexto de desarrollo. Durante la revelación
del hecho, se puede facilitar el uso de estos materiales para facilitar la comunicación y no para representar los
hechos, pero manteniendo el foco en las descripciones verbales del NNA y relegando ese dibujo o material a un
segundo plano.

4.2. Prácticas y protocolos basados en la evidencia


La entrevista psicológica forense se lleva a cabo de acuerdo con la práctica y los protocolos basados en la evidencia,
que garantizan la validez probatoria en calidad y cantidad del testimonio obtenido. El objetivo principal de la entre-
vista es evitar la revictimización que produce la reiteración narrativa de acontecimientos emocionalmente desagrada-
bles o incluso traumáticos y obtener la narrativa libre de los NNA con el mayor detalle posible, al tiempo que se
cumplen las reglas de evidencia y los derechos de defensa. Para ello se han de utilizar los protocolos que más amplia-
mente han mostrado estar basados en la evidencia científica tales como el Protocolo NICHD o el Protocolo NCAC.
Ambos contienen una guía de entrevista para NNA con una alta validez al estar basados en los resultados de estudios
empíricos y en las etapas de desarrollo infantil y se adaptan a sus características cognitivas y comunicativas.

4.3. Personal especializado


Las entrevistas forenses son realizadas por personal especializado que reciben formación regular, tanto inicial o de
base como de actualización, para realizar entrevistas forenses y exploratorias. Esta formación de los profesionales ha
de ser específica en su área profesional así como sobre temas transversales e incluye la guía, supervisión y revisión
regular por pares, de tal forma que se puedan abordar de forma adecuada la tensión emocional y profesional así como
los desafíos éticos en el trabajo con NNA víctimas y testigos de cualquier forma de violencia.

4.4. Ubicación y grabación


Las entrevistas forenses se llevan a cabo en salas especiales para NNA que garanticen un ambiente seguro y neutral,
que aporte privacidad, informalidad y esté libre de distracciones innecesarias, equipadas con sistemas de cámara y de
sonido, lo que permite una grabación de alta calidad, así como una vista en vivo. Estas grabaciones han de ser custo-
diadas de manera segura garantizando su disponibilidad para el juicio y evitar de este modo repeticiones por parte de
los diferentes profesionales que requieren del acceso a la declaración de las niñas o los niños.

4.5. Presencia multidisciplinaria e interinstitucional


La entrevista forense es realizada normalmente por un solo profesional. Los miembros relevantes del equipo multi-
disciplinario e interinstitucional pueden observar la entrevista forense, en vivo en una habitación contigua o grabada.
Se recomienda un sistema de interacción (por medio de auricular) entre el entrevistador y los observadores para que
se puedan plantear preguntas a las niñas y los niños a través del entrevistador. Si participa un intérprete, el entrevista-
dor ha de recibir formación sobre cómo ha de participar dicho interprete, explicando el papel del mismo a los NNA.
Los familiares y cuidadores no tienen permitido la observación de la entrevista forense, sí en cambio aquel familiar
que esté siendo investigado.

4.6. Respeto del derecho del investigado a un juicio justo


Se permite a la defensa letrada plantear preguntas a la víctima/testigo infantil a través de un entrevistador forense que
garantiza el principio de contradicción necesario para la validez de la declaración judicial como prueba judicial. Esas
preguntas han de ser admitidas por el juez presente y no han de repetirse.
Si la persona investigada tiene el derecho legal de observar el testimonio de las niñas o los niños, este derecho se ha
de materializar mediante transmisión audiovisual para evitar el posible contacto entre el acusado y el niño o la niña.

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5. LA EVALUACIÓN PRE Y POST EN LA PRUEBA PRECONSTITUIDA


En este Programa de Formación Continuada a Distancia, proponemos la conveniencia de realizar tanto una primera
evaluación psicológica, previa a la prueba preconstituida, como una posterior de análisis y valoración.

5.1. La evaluación previa


La importancia de una evaluación previa a la entrevista forense queda reflejada en el artículo 449 ter de la LeCrim
(modificado por L.O. 8/2021 de protección integral a la infancia y la adolescencia frente a la violencia) al hablar de la
prueba preconstituida de menores de 14 años practicada por equipos psicosociales interdisciplinares e interinstitucio-
nales recogiendo el trabajo de los profesionales que hayan intervenido anteriormente y estudiando las circunstancias
personales, familiares y sociales de la persona menor o con discapacidad, para mejorar el tratamiento de los mismos
y el rendimiento de la prueba. Es decir, hay que tener en cuenta las evaluaciones previas existentes y realizar una
recogida de información anterior a la propia declaración judicial que sirva en nuestro caso para mejorar tanto un
eventual tratamiento del NNA como el rendimiento de la prueba. También los estándares internacionales de calidad
referidos a la entrevista forense establecen la necesidad de su adaptación a la situación y características de los NNA
en términos de edad, desarrollo, nivel lingüístico, cognitivo y social, estado emocional y diferencias culturales, por
ello es necesario que el psicólogo forense tenga conocimiento previo de todas las características del NNA con ante-
rioridad a realizar la declaración judicial.
Entendemos la entrevista forense con un NNA como una conversación estructurada cuyo propósito es obtener infor-
mación acerca de un posible evento o serie de eventos que éste haya visto o experimentado (National Children’s
Advocacy Center, 2017) y consideramos como objetivos principales de la misma el obtener la máxima y mejor infor-
mación en cantidad y calidad, que pueda aportar en una investigación criminal y que contribuirá a corroborar o refu-
tar las imputaciones o sospechas de abuso o maltrato así como garantizar la seguridad de la persona entrevistada, es
decir, evitar o minimizar los factores de victimización secundaria.
En este Programa de Formación Continuada a Distancia, proponemos la conveniencia de realizar una primera eva-
luación psicológica, previa a la entrevista forense en sí o prueba preconstituida, que incluya cuatro aspectos funda-
mentales y transversales que pueden afectar a la obtención de un testimonio con la mejor calidad y cantidad, sí como
hacerlo en las mejores condiciones posibles en cuanto a la seguridad del NNA (evitando la victimización secundaria):
a) Formulación de hipótesis que han de guiar todo el proceso de preparación de la entrevista forense, así como la pro-
pia entrevista con la máxima objetividad.
b) Evaluación de las capacidades del NNA para testificar de forma segura y apropiada y obtener el mejor indicio cog-
nitivo.
c) Evaluación del impacto psíquico emocional de la declaración que minimice la victimización secundaria.
d) Factores de influencia en el testimonio de menores incluidos en el conflicto intrafamiliar: como sugestionabilidad y
conflicto de lealtades.
Es habitual que el entrevistador tenga, con antelación a la entrevista, información de contexto sobre el NNA y
respecto de los hechos que se investigan tales como edad, nivel de desarrollo, situación escolar, antecedentes
culturales, composición familiar, estado de salud y necesidades especiales (por ejemplo, discapacidades, dificul-
tades de lenguaje, tratamientos médicos, problemas de salud mental, pérdidas recientes o significativas…) que
puedan afectar a la capacidad del NNA para participar en la entrevista o a su estado emocional. Asimismo, esta
información previa del caso, ayuda al entrevistador a estructurar la entrevista, considerando posibles hipótesis
alternativas a explorar, permaneciendo atento a no presentar información o asuntos al NNA de una manera dirigi-
da a confirmar o descartar información previa obtenida de otras fuentes o las propias sospechas del entrevistador.
En el caso de los NN en edad preescolar o aquellos con discapacidad, el entrevistador necesitará recopilar infor-
mación adicional sobre el lenguaje, entorno y rutinas del niño que puede ser recogida del entorno familiar más
cercano del NN, así como recomendaciones para una comunicación exitosa. Si se necesitara asesoría o prepara-
ción adicional en casos de niños con necesidades especiales (National Children’s Advocacy Center, 2017) habría
de contar con ella.
Pasamos a continuación a detallar estos cuatro aspectos previos fundamentales y transversales que pueden afectar a
la obtención de un testimonio.

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5.1.1. Formulación de hipótesis que han de guiar todo el proceso


El entrevistador debe utilizar un enfoque de prueba de hipótesis y mantener la objetividad a lo largo de la entrevista
que ha de estar presente durante todo el proceso y debe guiar las preguntas para llegar a obtener un testimonio de
calidad, libre de influencias y de sesgos habituales como el confirmatorio (Scott y Manzanero, 2015). Para ello, con-
viene tener presentes durante todo el proceso de entrevista, de acuerdo con Muñoz et al., 2016, las siguientes hipóte-
sis relacionadas con el relato:
1. El relato corresponderá a una situación vivenciada. Pero puede estar influenciado o comprometido por tres posibles
fuentes de influencia:
a) Capacidades cognitivas: Carecer de memoria episódica, no haber adquirido el concepto temporal de cuándo,
con qué frecuencia…)
b) Alteración en el proceso de codificación, almacenamiento y recuperación de la información; p.e. excesivos
abordajes desde la revelación, reiteración del relato…
c) Tipo de victimización denunciada: episodio único o situación cronificada durante un tiempo.
2. El relato corresponde a una situación no vivenciada: esto puede tener su origen en diferentes hipótesis.
a) Recuerdo inducido y el menor no es consciente (falsa memoria). Y esto puede ser debido a inducción voluntaria
para perjudicar al denunciado (p.e. casos de alto conflicto interparental…), a error interpretativo (p.e. el menor
describe una acción higiénica y el adulto la interpreta con contenido sexual inexistente…) o a negligencia profe-
sional como pueden ser intervenciones terapéuticas inadecuadas
b) Recuerdo fruto de una fabulación. cuyo convencimiento de la realidad resulta alto, similar a una falsa memoria,
como pueden ser cuadros psicopatológicos asociados a estados mentales de tipo psicótico, consumo de tóxicos,
alteraciones de la personalidad, etc.
c) Relato intencionadamente falso (mentira) guiado por una motivación secundaria que puede ser animadversión
hacia el investigado, interferencia parental, rencor y venganza hacia él, protección de un tercero, etc.
d) Relato falso por distorsiones debidas al olvido o al funcionamiento de la memoria.

5.1.2. Evaluación de las capacidades para testificar de forma segura y apropiada


Se trata de la evaluación de las aptitudes para percibir, recordar y expresar con rigor los sucesos sobre los que tienen
que informar; es decir las aptitudes necesarias para dar cuenta de los detalles espacio-temporales propios de una
memoria autobiográfica episódica que se solicita para que esa declaración tenga validez de prueba que requiere la
investigación judicial para poder enervar la presunción de inocencia del investigado. Esto supone que el relato pueda
contestar a las preguntas: Qué ocurrió?, Cómo?, Dónde? Cuando? Con qué frecuencia?, etc.
Esta evaluación se refiere a las capacidades cognitivas primarias como la memoria (autobiográfica, episódica,
semántica), percepción (visual, auditiva) y atención (selectiva, sostenida) y secundarias como son las habilidades
comunicativas, identificación de estados emocionales, capacidad moral, capacidad de representación o conocimien-
tos sexuales.
Será un acercamiento focalizado hacia los objetivos de la entrevista forense, no una evaluación psicológica forense
global ni una evaluación clínica que dirigirá un posterior tratamiento. Para esta evaluación de las capacidades, previa
a la entrevista forense, contamos con la información obrante en la causa (informes escolares, de salud) entrevista o
cuestionarios con el cuidador que le acompañe y la práctica narrativa con el NNA en la que se vayan formulando las
preguntas abiertas. Existen, además, procedimientos rápidos en los que por medio de un dibujo el NNA va constru-
yendo una historia con esos detalles que también puede servir a modo de juego para el establecimiento del rapport
(González y Manzanero, 2018).
El hecho de que estas personas sean menores (y por tanto vulnerables y con capacidades cognitivas en desarrollo)
hacen necesaria esta evaluación, más necesaria cuanto menor sea la edad de los NNA y también cuando existe algu-
na discapacidad intelectual. Tal y como ya hemos referido en las páginas anteriores, las personas con discapacidad
intelectual suelen tener algunas particularidades en las áreas relacionadas con la atención y tienden a distraerse con
estímulos externos, por lo que necesitan estrategias del entrevistador que focalicen su atención como mirarles a la
cara, repetirles el mensaje, etc. También presentan dificultades en la memoria a corto plazo y en la memoria explicita
o declarativa, por lo que necesitaran adaptaciones. Las capacidades de percepción, atención o memoria pueden estar
comprometidas: pensamiento más lento, peor comprensión y expresión del lenguaje, elevada deseabilidad social, ten-

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dencia a la aquiescencia, dificultad en el pensamiento abstracto, dificultad en lo espacio-temporal (Contreras et al.


2015) y será necesario, por tanto, su conocimiento y control para el buen desarrollo de la prueba preconstituida.
Además, si atendiendo a su edad y especial vulnerabilidad, se valora la presencia de riesgo de daño psicológico
consecuente a su declaración sobre los hechos traumáticos, se hará saber al órgano judicial aconsejando posponer la
declaración o incluso, desaconsejándola.

5.1.3. Evaluación del impacto psíquico: previniendo victimización secundaría


Cualquier tipo de exploración forense (como por ejemplo la entrevista forense) puede suponer una situación de
estrés para cualquier persona, y más si es una persona vulnerable. Esto es así por tratarse de una situación novedosa y
extraña para él en un contexto muy rígido, estructurado y formalista, y el espacio judicial lo es, el motivo de la entre-
vista es desagradable e incluso a veces traumático con el riesgo de re-experimentación de emociones negativas aso-
ciados a la vivencia traumática (éste sería el principal riesgo de victimización secundaria), la sensación de descredito
si se repite la entrevista o exploración afecta a su autoestima y genera sentimientos de culpa (sobre todo si se somete a
contradicción y el proceso judicial está permanentemente sometido a contradicción), así como por la situación de
vulnerabilidad del NNA siendo objeto de distintas evaluaciones y entrevistas.
No podemos esperar que todos los NNA que hayan sufrido una situación de violencia tengan establecido un patrón
psicopatológico idéntico asociado a la vivencia traumática. Es más, los síntomas y signos que se detectan, cuando
están presenten, son de muy escasa especificidad. Además, el impacto de un hecho traumático para la víctima está
modulado por múltiples factores como las características del hecho, el grado de familiaridad con la víctima, la capaci-
dad de resiliencia de la víctima, el desarrollo cognitivo de la persona, el estado emocional, etc. (Muñoz et al. 2016).
Ahora bien, sea cual fuere el impacto traumático, el peor pronóstico de recuperación de un NNA se asocia al menor
apoyo y al mayor conflicto intrafamiliar y el impacto de la entrevista forense en el NNA está mediatizado sobre todo
por el desarrollo cognitivo de la persona y el estado emocional previo (González et al., 2013).
Por todo ello, conviene estar atentos previamente a todos estos factores para poder orientar con criterios clínicos,
sobre la idoneidad o no del momento elegido para la realización de la entrevista forense y prueba preconstituida y, en
su caso, si conviene aplazarla. Si se decide hacer, el entrevistador ha de estar atento a los signos de ansiedad y de
malestar emocional que pudieran surgir para suspenderla o aplicar técnicas de intervención en crisis, como por ejem-
plo: ¿Hacemos un descanso? ¿Necesitas un pañuelo? ¿Quieres beber un poco de agua?... Cuando me digas para-
mos….

5.1.4. Factores de influencia en el testimonio de menores incluidos en el conflicto intrafamiliar: sugestión infantil y
conflicto de lealtades
Los niños raramente mienten cuando explican de forma espontánea a alguien de confianza una situación que han
vivido; siendo posible, como hemos visto, obtener un testimonio válido y fiable de niños a partir de los 3/4 años y
esta fiabilidad tiene mucho que ver con la forma de hacer las preguntas. Ahora bien, si se les pregunta mediante pre-
sión (tono de interrogatorio, misma pregunta repetidas veces, preguntas cerradas, se espera confirmación, etc.) pueden
suponer que no han dado la respuesta correcta o esperada y crearán una respuesta para complacer al adulto. Refor-
zando esas respuestas consideradas adecuadas se influye en el relato y el niño termina interiorizándolo como recuer-
do. Cuantas más veces tenga que repetir ese falso recuerdo más sólido se volverá.
En los casos de conflicto intrafamiliar con inclusión de los hijos en el mismo, el conflicto de lealtades del NNA y su
deseo en ese momento de satisfacer o perjudicar a uno u otro progenitor, posicionándose en favor o en contra del
mismo, pueden mediatizar el resultado de la entrevista.
En estos casos resulta útil realizar una evaluación previa acerca de los integrantes de la familia del niño/a, así como
las personas con quienes convive o que interactúan frecuentemente con el núcleo familiar, y su opinión de ellos. En
particular, en el caso de entrevistas a NNA en que las imputaciones giran en torno a un integrante de la familia o de
un amigo de ésta, es importante tener una breve conversación que pueda hacer emerger algunos indicadores sobre el
nivel de comodidad y la voluntariedad del niño para hablar de las personas y hechos de su núcleo familiar. Los indi-
cadores de reticencia de un NNA a hablar sobre alguno de ellos pueden revelar que no está listo para la transición a
temas más difíciles y su polarización en el conflicto interparental; destacando únicamente los aspectos positivos o
negativos de uno u otro progenitor puede dar referencia de su posicionamiento.

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5.2. La evaluación posterior


Una vez realizada la prueba preconstituida, como toda prueba judicial, además de ser analizada por los jueces/zas y
magistrados/as bajo el prisma de la sana crítica, desde nuestra disciplina proponemos que también se realice una eva-
luación (psicológica) de las características de la entrevista. Además, la propia L.O. 8/2021 de protección integral a la
infancia y la adolescencia frente a la violencia, refiere explícitamente, en la Disposición final primera, la modificación
que queda expuesta en los siguientes términos (ocho) introduciendo un artículo 449ter con el siguiente contenido:
(…) la declaración siempre será grabada y el Juez, previa audiencia de las partes, podrá recabar del perito un informe
dando cuenta del desarrollo y resultado de la audiencia del menor.
Este análisis de las características de la entrevista, no debe ser confundido con las valoraciones actuales sobre la cre-
dibilidad testimonial. No estará, por tanto, centrado en su contenido criterial, sino todas las vicisitudes que se hayan
dado en la entrevista y que al ser prueba preconstituida, estarán claramente expuestas en la grabación audiovisual, y
que sin duda deberán ser correctamente interpretadas por los profesionales de la psicología para permitir que el resto
de operadores jurídicos puedan interpretarlas de forma adecuada y así evitar una valoración inadecuada y sesgada. Es
evidente que los operadores jurídicos, legos en cuestiones psicológicas, al no tener una interpretación, análisis y/o
evaluación posterior nuestra, pueden dejarse llevar por prejuicios y/o ideas preconcebidas que vayan en contra de la
valoración técnica que la psicología del testimonio ofrece. Las reacciones emocionales (impacto psíquico) de los
NNA entrevistados, las respuestas (aparentemente) contradictorias, el uso inadecuado de preguntas (sugestivas, repeti-
das, incomprendidas, etc.), la ausencia de alguna etapa y/o falta de profundidad del entrevistador/a pueden ser algu-
nas de las necesarias consideraciones en esta valoración y análisis post-entrevista. En el Gráfico 1 sintetizamos la idea
básica de este apartado:

GRAFICO 1

6. MODELOS DE ENTREVISTA FORENSE


La obtención, evaluación y asistencia a los testimonios de NNA así como a personas con discapacidad intelectual,
necesitadas de especial protección, dentro de un marco de contención emocional o con dificultades en las capacida-
des cognitivas para prestar ese testimonio, son objeto de la Psicología del Testimonio, especialidad que cuenta con
procedimientos experimentales y validados empíricamente de aplicación en los tribunales.
Tal y como ya hemos mencionado, la ausencia de formación especializada en la evaluación de supuestos de violen-
cia sexual u otro tipo de maltratos y la aplicación inadecuada de las técnicas específicas podrían condicionar el pro-
ceso de entrevista y/o evaluación, obteniendo información incompleta o errónea. Ello, consecuentemente, dificultaría
el análisis posterior tanto de la propia entrevista convertida en prueba preconstituida, como del contenido del testimo-
nio obtenido y restaría valor probatorio. Es por ello que insistimos en la necesidad de dotar desde el inicio del proce-
dimiento de los mecanismos garantes de la protección de la misma mediante la intervención especializada por parte
de los profesionales de la psicología forense.
Tal y como recomiendan la mayoría de expertos nacionales e internacionales (Lamb et el, 2007; Ahern et al, 2017;
Arce y Fariña, 2012) la entrevista continúa siendo el instrumento evaluador más importante y de mayor exigencia pro-
fesional para la evaluación del maltrato y/o violencia sexual en NNA así como en personas con discapacidad necesi-
tadas de especial protección.

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Existen numerosos autores e instituciones (Juárez y Álvarez, 2018 para la APF) que han desarrollado sus diferentes
protocolos, si bien todos ellos convergen en una serie de principios fundamentales que son:
a) Creación y mantenimiento del rapport, es decir, clima de confianza y sintonía entre el entrevistador y los NNA,
junto con la explicación de la tarea a realizar, con sus reglas y/o condiciones especiales para que en todo momento
los NNA estén informados y comprendan el alcance de la tarea exigida. Dicho rapport puede sufrir ‘altibajos’ espe-
cialmente en la fase de transición, por lo que el entrevistador/a deberá estar atento para mantener esta sincronía y
permitir, en la medida de lo posible, que las posibles reacciones emocionales sean convenientemente atendidas y
reconducidas para llevar a cabo la entrevista de forma detallada y completa. En el último capítulo del presente tra-
bajo abordamos el tema de la escucha activa y las reformulaciones, esenciales para el mantenimiento y consolida-
ción del rapport.
b) Una fase narrativa neutra o de entrenamiento, donde se dialoga y conversa con el NNA de temas rutinarios, no
comprometidos con los incidentes investigados, para facilitar y promover la acomodación y adaptación. Esta etapa,
además, sirve de base para evaluar determinadas capacidades cognitivas necesarias para testificar:
a) uso del lenguaje y la estructura narrativa de sus respuestas;
b) la capacidad de recuperar eventos pasados y así contrastar su memoria;
c) su fijación en las diferentes actividades que se solicitan en la entrevista, observando así su atención y concentra-
ción;
d) su correcta percepción del contexto y de las características del espacio físico;
e) su nivel de razonamiento y la comprobación de su estadio en la TdM (Teoría de la Mente) etc.
c) En algunos protocolos (por ejemplo, RATAC) se puede incluso introducir material gráfico para facilitar la identifica-
ción anatómica y así reducir la sensibilización de los NNA en el momento de nombrar las partes genitales involu-
cradas en el suceso investigado.
Una fase sustancial, precedida del enfoque, puente o transición, en el cual se pasa de la fase neutra a centrar y diri-
gir la atención de los NNA hacia la situación objeto de la entrevista, de forma que a partir de este enfoque poda-
mos desarrollar los principios básicos del interrogatorio forense: invitación o relato libre, preguntas abiertas,
preguntas encadenadas, preguntas aclaratorias y en casos excepcionales, preguntas más dirigidas y/o centradas.
Algunos protocolos (por ejemplo, el NICHD) sistematizan y determinan minuciosamente las diferentes invitaciones
no sugestivas de la fase de transición o puente, pasando desde enfocar la atención en algo que le haya pasado al
NNA e incluso sobre si alguna persona ha estado molestándole o haciéndole algo que no está bien.
En la fase sustancial será necesario diseccionar el recuerdo episódico del presunto maltrato y/o violencia sexual
que los NNA posean, con el máximo detalle y la mínima contaminación por parte de la persona que entrevista.
En esta fase algunos protocolos (por ejemplo, la Entrevista Cognitiva) permiten introducir diferentes técnicas de recupe-
ración del recuerdo, para así obtener la máxima precisión y exactitud en el recuerdo de los hechos investigados.
d) El cierre o etapa final, en la cual se rebaja la intensidad emocional por medio de actividades de índole lúdica y/o
creativa, e incluso con NNA más maduros/as se puede dialogar de temas informales, como deportes, gastrono-
mía… El objetivo de esta etapa es evitar que los NNA finalicen la entrevista con la imagen mental y la emoción
conectada con los incidentes relatados, posibilitando un clima más distendido y con un tiempo de atención que
vaya más allá del propósito judicial de obtener información.
Siempre que el/la juez así lo acuerde, se realizará la videograbación que permita preconstituir la prueba testimonial,
con todas las garantías necesarias. La comunidad académica ha publicado ya diferentes trabajos que exponen los
beneficios de ésta. Destacamos el trabajo de la Fundación Amparo y Justicia (2016) por su detalle y análisis, no sólo
de las exigencias metodológicas de las entrevistas, sino también de las necesidades de los NNA y sobre la propia per-
sona que realiza la entrevista para así garantizar el éxito de este particular procedimiento judicial que es la prueba
preconstituida.
Por tanto, es necesaria y exigible una formación sólida y contrastada sobre diferentes protocolos de entrevista foren-
se. Si bien el propósito de esta formación no es defender ni promover un único método o protocolo, sí que es preciso
insistir en la exigencia tanto institucional como colegial, de que el profesional de la psicología forense que entreviste
a NNA haya recibido un entrenamiento y una capacitación específica para este tipo de técnicas de entrevista.
Como criterios generales, con respecto a las exploraciones de los NNA, cabe indicar que se han de celebrar sin
demora injustificada, en locales y/o espacios adaptados a tal efecto y con la participación de profesionales expertos,

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siendo recomendable que una misma persona sea la encargada de las diferentes entrevistas y exploraciones de un
mismo NNA, así como con el menor número posible de entrevistas, siendo preferible, limitarla a una única entrevista,
puesto que será el estándar que mejor se ajustará a la prueba preconstituida.
En la medida de lo posible se evitará la repetición del testimonio infantil, y ello tanto con el objeto de proteger el
indicio cognitivo original (eludiendo así el falso recuerdo o la contaminación post-evento) como para evitar la victimi-
zación que puede producir la reexperimentación de acontecimientos traumáticos, en un contexto potencialmente
ansiógeno como es el judicial. En este sentido, es conveniente aunar las solicitudes periciales (asistencia a la declara-
ción, prueba preconstituida, informes de credibilidad del testimonio, informe pericial sobre afectación psicológica o
secuelas) de tal forma que se realicen por un único profesional de la psicología (2 en casos de sumarios). Por ello,
conviene que los órganos judiciales hagan la previsión y soliciten la realización del informe correspondiente concre-
tando lo más posible el objeto u objetos de pericia al profesional de la psicología forense correspondiente para que se
pueda organizar y establecer la metodología a seguir de forma lo más unificada posible.
En el caso de que se solicite la obtención del testimonio por medio de experto como prueba preconstituida, así
como el posterior informe de credibilidad del testimonio, el profesional, con objeto de evitar la victimización secun-
daria y recabar un testimonio de calidad, deberá de proveer lo necesario para utilizar la metodología adecuada para
que un mismo testimonio sirva como declaración judicial (prueba preconstituida) y a la vez como base del posterior
análisis del contenido, evitando así la reiteración del testimonio del NNA.
Todo ello, siendo conscientes de que, aunque se trata de dos pruebas judiciales diferentes, cada una con un objetivo
probatorio distinto, ambas confluyen parcialmente en cuanto a la metodología y técnicas de obtención del contenido
del testimonio.
En cuanto a la edad del menor, como criterios generales:
4 Por las dificultades del lenguaje y por la inmadurez cognitiva, no se aconseja la declaración judicial de un niño
menor de tres años y si ésta se hubiera de realizar por demanda judicial explícita habría de hacerse, asistida por el
profesional de la psicología forense, con suma cautela y explicando las limitaciones.
4 De tres a seis años se puede obtener indicio mnémico adecuado. Se han de tener en cuenta las dificultades que pre-
sentan para discriminar entre esquemas generales y episodios concretos, mezcla de realidad y fantasía, así como
confusión entre experiencias vividas e imaginadas o protagonizadas por otras personas. Por ello es especialmente
necesaria y exigible, en esta franja de edad, un profesional con formación específica y actualizada.
4 A partir de los seis años, las declaraciones infantiles pueden contener recuerdos más detallados, y en algunos casos,
alrededor de los 9-10 años, similares a los del adulto, por lo que se puede obtener testimonio rico en cantidad y
calidad, por medio del profesional experto/a.
4 Los preadolescentes y adolescentes de entre 14 y 18 años sin dificultades especiales en su proceso evolutivo,
dependiendo de la afectación del caso, podrían ser explorados judicialmente de forma directa, sin la intervención
del psicólogo forense, si bien se recomienda y orienta su actuación experta para minimizar el impacto que supone
recordar/revivir el hecho traumático, para recabar un testimonio de mayor calidad y enfocar las preguntas acorde a
las necesidades del adolescente.
Tal y como ya hemos mencionado, para la obtención de testimonio infantil (y de personas discapacitadas necesita-
das de especial protección) se utilizan técnicas basadas en la evidencia científica del funcionamiento de la memoria,
destinadas a obtener pruebas testimoniales fiables en cantidad y calidad de niños víctimas/testigos, evitando su victi-
mización secundaria.
Para ello, la Psicología del Testimonio ha desarrollado una serie de protocolos de entrevista investigativa o forense
algunos desarrollados inicialmente para adultos y que se fueron adaptando a la población infantojuvenil, mientras que
otros se pensaron ya desde el principio para NNA. Destacamos las siguientes:
4 PEACE (Sheferd, 1990. Police and Criminal Evidence Act, England and Wales, en Fenner, S., Gudjonsson, G. H. y
Clare, I. C. (2002).
4 Entrevista cognitiva (Fisher y Geiselman, 1992),
4 NICHD Protocolo de entrevista forense (Lamb et al., 2007),
4 Protocolo RATAC para entrevistas forenses de Cornehouse, (Anderson et al., 2010),
4 EASI-5, Entrevista del abuso sexual infantil (Juárez y Sala, 2011),
4 National Children´s Advocacy Center (2017). Estructura de entrevistas forenses infantiles del NCAC

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4 Entrevistaforense: obtención del indicio cognitivo en menores presuntas víctimas de ASI, (Muñoz et al., 2016), y
4 Protocolo CAPALIST (Contreras et al., 2015) desarrollado este último especialmente para personas con discapaci-
dad intelectual.
Independientemente de las adaptaciones que requiera cada caso (diferente en NNA con DI, con muy corta edad, o
con alteraciones emocionales significativas), la estructura básica de la entrevista forense en la prueba preconstituida,
desde nuestro parecer debe integrar las diferentes fases que describimos a continuación en la Tabla 1. Se incorpora
una apreciación temporal aproximada para cada etapa, que siempre dependerá de las características individuales del
NNA entrevistado.

TABLA 1
ETAPAS, OBJETIVOS Y CONTENIDO DE LA ENTREVISTA FORENSE EN LA PRUEBA PRECONSTITUIDA.
(ADAPTADO DE JUÁREZ Y ÁLVAREZ, 2018)

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Como norma general, las entrevistas forenses se fundamentan en una fase previa que puede ser más o menos larga,
también en función de las características individuales de los NNA, que es la fase que permite una evaluación y cono-
cimiento del NNA junto con la creación del rapport. En algunos casos, esta fase incluso puede ser objeto de una
entrevista a parte, en los días anteriores, siempre próximos al día de la prueba preconstituida, de forma que este día se
agilice y anticipe la etapa de transición y explicación de los hechos objeto de la investigación.
Tal y como se incorpora en esta tabla, debemos advertir que la interpretación del comportamiento del NNA durante
el juego con muñecos y juguetes, así como la representación de comportamientos sexuales específicos mediante
muñecos infantiles, muñecos anatómicamente correctos, dibujos y/o manualidades, no resultan técnicas fiables en
contexto forense para obtener conclusiones probatorias sobre la producción de maltrato o violencia sexual. Tampoco
para estimular la producción del testimonio por inducir al NNA a la sugestión y a la ampliación de detalles fantásti-
cos. La interpretación de los dibujos infantiles para llegar a conclusiones sobre que éstos son claros síntomas de abuso
sexual o maltrato producido resultan faltos de evidencia científica.
La asistencia de expertos sobre las declaraciones de NNA y personas con discapacidad necesitadas de especial pro-
tección, sin preconstitución probatoria, así como las declaraciones en ruedas de reconocimiento, siguen los mismos
criterios antedichos.
En relación a las personas con discapacidad intelectual (DI) cuyas características cognitivas y afectivas (Verdugo et
al., 2002) las convierten en víctimas más vulnerables, debemos tener una serie de consideraciones y especificidades.
La primera, sin duda, es incrementar y desarrollar el rapport para crear este ambiente de confianza y aproximación a
las características psico-evolutivas de la persona con DI. Se deberá prestar atención, además, a su tiempo de reacción
(TR) que puede ser más amplio que en personas sin DI.
En cuanto a su capacidad, se considera necesario conocer si saben diferenciar episodios identificando diferentes per-
sonas y las acciones que desarrollan, además de ubicarlas espacialmente. También será necesario (en los casos que se
precise) atender a su distraibilidad y dificultades atencionales recentrando y re-enfocando hacia nuestro objeto de
pericia. Se deberá considerar -con especial importancia- la adaptación del lenguaje para facilitar y garantizar la com-
prensión de las preguntas y aclaraciones, y finalmente, mantener la aquiescencia bajo control, para evitar sesgos de
respuesta que desvirtúen su testimonio. El análisis criterial del testimonio, para determinar su credibilidad psicológica,
también deberá considerar las limitaciones cognitivas que presente esta persona y establecer así una valoración y/o
ponderación cualitativa y cuantitativa pertinente.

7. LA ESCUCHA ACTIVA Y LAS REFORMULACIONES


Si bien el relato del NNA lo obtenemos a través de la entrevista y a la vez, ésta se lleva a cabo, principalmente,
mediante preguntas una vez ha finalizado el relato libre, es necesario saber escuchar y adoptar una actitud facilitado-
ra de su discurso.
Como ya hemos visto, la entrevista forense se divide en fases muy diferenciadas: una introducción adaptativa para el
niño, una fase sustancial o tarea de recuerdo y, finalmente, el cierre y descompresión de la entrevista. Es en la fase
sustancial donde tendremos que hacer las preguntas, por lo tanto, será el momento más delicado de nuestra interven-
ción. Tal como hemos explicado en el apartado referente a la sugestionabilidad, el tipo de pregunta y el momento de
su formulación pueden condicionar, influir y sesgar el relato que emita el niño.
Si revisamos la literatura científica sobre protocolos, métodos y técnicas de entrevista forense para NNA víctimas y
testimonios, la mayoría parten de una misma premisa: eliminar al máximo las preguntas cerradas, sugestivas o directi-
vas para evitar la introducción de elementos de contaminación que dificulten poder obtener un relato de lo que real-
mente recuerda el niño. La utilización de preguntas lo más abiertas posibles y un clima de tranquilidad y cordialidad
son el común denominador. Este clima de confianza, básico para el éxito de la entrevista, requiere además un conoci-
miento técnico de la escucha activa y las reformulaciones que favorezca el relato del NNA.

7.1. La escucha activa


La escucha activa es un concepto esencial y útil en cualquier tipo de entrevista que realicemos y, en el caso de la
entrevista a NNA, nos aporta una base sobre la cual desarrollar nuestras intervenciones y las preguntas que le formu-
lemos. La escucha activa significa:

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1. Demostrar en todo momento interés real por aquello que el NNA nos está explicando, adoptando una actitud de
comprensión, en la cual tenga la misma importancia nuestra actitud y comportamiento verbal y no verbal. Así, res-
ponderemos siempre cordialmente a las preguntas que formule el NNA, procurando no alargarse demasiado.
2. Interrumpir lo menos posible al NNA, permitirle expresar completamente su recuerdo, evitando, además, la emisión
por parte del entrevistador de opiniones personales y juicios de valor que signifiquen aprobación o desaprobación.
3. No entrar nunca en ningún tipo de discusión ni criticarlo abiertamente ni recriminarle ninguna acción o carencia
de acción.
4. No dar ninguna información que no haya sido previamente presentada por el NNA en el transcurso de la entrevista
realizada hasta el momento.
5. Recentrar o reenfocar, con tacto, la conversación cuando ésta haya derivado en temas intrascendentes o que no
aporten ninguna información en relación con el objetivo que tenemos marcado.
6. Si el NNA alarga notablemente su relato, o si explica varios episodios, se recomienda utilizar las reformulaciones,
para mantener el hilo conductor de la entrevista.
Por lo tanto, adoptar una actitud de escucha activa quiere decir que ponemos de relieve nuestro rol anticipatorio, y
que guiamos y llevamos la entrevista hacia los objetivos de nuestra intervención. Escuchar activamente supone aten-
der a todo lo que el NNA nos dice, animarlo a ampliar la información ofrecida y respetar en todo momento su ritmo y
velocidad de respuesta.

7.2. Las reformulaciones


Durante la entrevista se producen situaciones que ponen en peligro su correcto desarrollo y que exigen un esfuerzo
de reconducción por parte del entrevistador. Esta función se lleva a cabo mediante reformulaciones, las cuales cum-
plen tres objetivos principales:
1) Síntesis narrativa: permite repasar aspectos fundamentales de la entrevista, o de una parte de ella, aportando los
datos principales y permitiendo la revisión de algún aspecto que sea necesario aclarar o que haya sido incorrecta-
mente interpretado.
2) Control: permite mantener la entrevista dentro de límites relativamente correctos, con lo cual el entrevistador ase-
gura la utilización eficaz del tiempo que está dedicando a la entrevista y el cansancio y saturación del propio NNA.
Recordemos que una entrevista forense ha de estar dentro de unos intervalos temporales comprendidos entre los 30
a los 75 minutos. Con preescolares, consideramos que 30-45 minutos es el tiempo máximo, y con escolares pode-
mos alargar la entrevista alrededor de 60 minutos. Tan sólo con adolescentes podemos realizar entrevistas que
superen ampliamente el límite de una hora.
3) Estimulación: permite reforzar al NNA mostrándole aquello que hasta cierto punto ha aportado, y consecuentemen-
te, lo anima a continuar proporcionando información y a realizar el esfuerzo de memoria que le solicitamos.
En cierta medida, la reformulación actúa como un espejo que refleja los contenidos de la información que se han
recogido. Tenemos que poder resumir los aspectos principales que ha aportado el niño, sin alargarnos en aspectos
aleatorios o intrascendentes. Podemos iniciarla con expresiones como:
“Si he entendido bien lo que me has dicho...”
“Entonces, lo que has querido decirnos es...”
“Es decir, si te he entendido correctamente, has dicho que...”, etc.
Podemos establecer diferentes tipos de reformulaciones:
a) Reformulación intra-episódica: cuando dentro de un mismo episodio el NNA nos da una narrativa extensa y larga.
Nuestro objetivo será remarcar los aspectos (segmentos) principales del episodio o la evolución de lo relatado hasta
el momento. Es el caso de un episodio con un especial grado de violencia, o del propio episodio abusivo.
b) Reformulación inter-episódica: con el objetivo de exponer la coordenada temporal tal y como ha sido relatada por
el NNA, mediante los principales aspectos/detalles de los diferentes episodios/bloques narrados. Esta reformulación
ayuda para ordenar y evitar errores en la sucesión temporal, que suele ser una fuente habitual de confusiones en
los testimonios traumáticos, puesto que la memoria temporal es una de las débiles.
c) Reformulación aclaratoria, con la intención de aclarar alguna cuestión confusa, poco detallada o contradictoria en
el conjunto de la información presentada.

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En estas últimas reformulaciones es imprescindible asegurarse de la fiabilidad de la reformulación presentada, y se


debe solicitar siempre al NNA su asentimiento formal a la reformulación. Además, no debemos obviar que nunca
podemos ser selectivos en nuestras reformulaciones. No podemos incurrir en el error de expresar o reforzar aspectos
selectivos de los que el niño nos informa, puesto que estaríamos sesgando la entrevista y anulando su capacidad pro-
batoria.

8. A MODO DE RESUMEN
Nos hemos adentrado en este documento en La Prueba Preconstituida abordando en primer lugar el marco legal que
la ampara, debiendo de destacarse la reciente Ley Orgánica de 8/2021 de Protección Integral de la Infancia contra la
Violencia.
Se concibe la Prueba Preconstituida como una fórmula para la recogida del testimonio de los NNA o personas con
discapacidad que hayan sido víctimas de cualquier tipo de violencia, aunando tres cuestiones clave: 1) atender las
necesidades y bienestar de la víctima ofreciendo un marco acogedor y adaptado para la entrevista; 2) atender las
necesidades de la recogida de información, obteniendo un testimonio con las garantías científicas que nos ofrece la
psicología del testimonio; 3) atender las necesidades y garantías procesales (obteniendo información lo más precisa
posible de los hechos).
Para llevar a cabo esta prueba se requieren conocimientos especializados en materia de Psicología del Testimonio,
pero también toda la formación de base del psicólogo/a, como la psicología evolutiva, adquisición y desarrollo del
lenguaje, desarrollo cognitivo, dificultades emocionales y psicopatología y un largo etcétera.
Tras un recorrido histórico sobre los comienzos de la psicología del testimonio, se han detallado conceptos básicos
sobre memoria como proceso activo, entendiéndola como episódica (autorreferencial y experiencial). Se enumeran
los factores que pueden afectar a la huella de memoria: codificación, retención y recuperación, reiterándose que
cuantas más veces haya tenido que recuperar una víctima el recuerdo, mayor probabilidad de distorsión habrá en el
relato.
Se ha analizado de manera detallada las falsas memorias (FM), entendidas como la creación de memorias que no se
corresponden con la experiencia vivida y fruto de una situación real, enumerándose las principales técnicas sugesti-
vas: sesgo confirmatorio, atmósfera de la entrevista, repetición de preguntas, etc.
Se han analizado las circunstancias específicas de los NN más pequeños, así como de las personas con discapaci-
dad, debiendo de ser conocedores de sus peculiaridades, así como de sus necesidades específicas, pudiendo aportar
un testimonio válido si reciben el apoyo adecuado.
Tras conocer elementos básicos sobre psicología del testimonio se han facilitado estándares internacionales de cali-
dad de la entrevista forense basados en la evidencia, detallando dos de ellas: el modelo Barnahus y los National Chil-
dren Advocacy Center (NCAC).
Como elementos claves y comunes podemos enumerar:
1. La formación especializada y continua es la base de una buena entrevista.
2. La entrevista psicológica forense debe adoptar protocolos basados en la evidencia.
3. Se valora la necesidad de realizar una evaluación previa a la prueba preconstituida (que permita tener un conoci-
miento de todas las características del NNA), así como una posterior de análisis y valoración (aportando los resulta-
dos de la misma diferenciándolo de un análisis de credibilidad). En la evaluación previa se realizará la formulación
de hipótesis, se evaluará las capacidades del NNA para testificar, el impacto emocional de la declaración, así como
factores de influencia en el testimonio.
4. Los elementos clave de la entrevista serán: la creación y mantenimiento del rapport; una primera fase narrativa de
entrenamiento; una segunda fase sustancial dirigida al objeto de la entrevista; y una fase final de cierre (con la
escucha activa y las reformulaciones).
5. Como criterios generales se han de celebrar sin demora injustificada, en locales y/o espacios adaptados a tal efecto
y con la participación de profesionales expertos, guiadas las entrevistas por un mismo profesional, limitando el
número de entrevistas al mínimo necesario que garantice un relato completo y exacto de los hechos y asegure el
bienestar y seguridad del NNA, y aunando en una sola intervención las diferentes peticiones judiciales.
Adicionalmente se complementa esta formación con dos fichas:

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La primera expone de manera detallada la diferenciación entre una Entrevista Exploratoria y una Entrevista Forense,
debiendo de conocer todos los profesionales que puedan intervenir en algún momento del proceso con el NNA
(ámbito escolar, social, sanitario, etc.) las diferencias entre ambas entrevistas, a fin de saber manejarlas delimitando la
profundidad o detalle del recuerdo solicitado y evitando posibles contaminaciones.
En la segunda ficha se profundiza en la Tipología y Clasificación de las Preguntas en la Entrevista Forense, clave para
la adecuada ejecución de la prueba, utilizando las preguntas correctas que promueven la memoria de recuerdo libre.
Se detallan los tipos de preguntas aportando ejemplos que clarifican cada una de ellas.

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Ficha 1.
Entrevista Exploratoria versus Entrevista Forense:
arquitectura común en el abordaje de la violencia sexual
y el maltrato infantojuvenil
La prueba preconstituida debe posibilitarse con la menor contaminación y/o alteración posible del recuerdo de los
NNA que se entrevistan y evalúan mediante los protocolos o modelos de entrevista forense. Por ello, cualquier aproxi-
mación que se realice en los diferentes entornos previos al judicial (policial, sanitario, educativo, social, psicológi-
co…) se debería desarrollar mediante una entrevista respetuosa y cuidadosa para que estos NNA que han sido
víctimas de violencia sexual y/o maltrato, puedan preservar y mantener su recuerdo de forma intacta y así, lo más pró-
ximo a la realidad de los hechos vivenciados.
Como vemos en este gráfico, la arquitectura de las entrevistas, con independencia del protocolo que se siga, se orga-
niza en una serie de etapas progresivas que preparan y facilitan a los NNA la tarea de hablar y comunicar, de forma
declarativa y detallada acerca de acontecimientos de naturaleza generalmente traumática.

Esta arquitectura facilitadora y respetuosa no debe ser exclusiva de la entrevista forense, sino que entendemos que debe
guiar y establecer, de igual manera, la formulación de las entrevistas previas, que desde la literatura especializada (sobre
todo en el contexto nórdico donde se trabaja con un modelo de actuación integrado) se conocen como entrevistas explo-
ratorias (Pereda, Bartolomé y Rivas, 2021; Save the Children España, 2020; Johansson, Stefansen, Bakketeig y Kaldal,
2018; Friðriksdóttir y Haugen. 2018; Thulin y Kjellgren, 2018). Dichas entrevistas exploratorias se realizan con el mismo
fin de obtener directamente de los NNA un relato descriptivo de los hechos supuestamente vivenciados de naturaleza
traumática, para así poder decidir en función del contexto profesional específico. Así, en un entorno educativo (escuela,
instituto, centro de refuerzo, escuela de verano…) donde surjan las sospechas de una victimización, los responsables (y
en función del protocolo propio institucional) deberán hablar con el NNA sobre la ocurrencia o no de los supuestos
hechos. De la misma manera, en el ámbito social cuando un equipo técnico encargado del seguimiento de una familia
tenga conocimiento de este tipo de hechos, deberá igualmente aproximarse al NNA y conversar con el objetivo de inda-

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gar sobre su ocurrencia o no. La mayoría de los protocolos institucionales, en esta etapa de la detección, se conducen
para obtener información sobre las dos situaciones necesarias de dilucidar: la sospecha fundamentada, es decir, la posi-
bilidad del maltrato versus la certeza evidente, es decir, la ocurrencia del maltrato.
En función del tipo de protocolo institucional, que a su vez integrará diversas posibilidades de actuación, el NNA
podrá ser entrevistado por un/a profesional especializado/a, como elemento indagador de especial importancia y/o
relevancia en la toma de decisiones. Estas actuaciones previas a la prueba preconstituida (entrevistas exploratorias)
pueden convertirse en elementos post-evento contaminantes y perjudiciales para la preservación de la función mnési-
ca, es decir, de la memoria de la experiencia vivida.
Como ya tratamos en el apartado de Memoria de Testigos y Psicología del Testimonio, estamos hablando de la
memoria episódica. Siempre que entrevistamos a NNA sobre la ocurrencia o no de hechos autobiográficos corremos
el riesgo de interferir (y por tanto, modificar) la fidelidad del recuerdo sobre tales acontecimientos. Es por ello que en
esta Ficha 1 proponemos y argumentamos la necesaria adopción (con las adaptaciones que más adelante señalare-
mos) de una arquitectura común entre las entrevistas exploratorias y las entrevistas forenses (estas últimas también
nombradas como entrevistas investigativas, entrevistas testimoniales o entrevistas declarativas).
La diferencia que evidentemente se debe establecer, es la profundidad o detalle del recuerdo solicitado. Partimos del
principio de evitar al máximo la revictimización, por ello, en una etapa previa a la prueba preconstituida, proponer al
NNA una entrevista en la cual narrar pormenorizadamente y de forma minuciosa estaría totalmente desaconsejado,
así como realizar un interrogatorio que nos permitiera la obtención de este recuerdo completo. Tal y como refiere la
Guía de buenas prácticas para el abordaje de niños/as adolescentes víctimas o testigos de abuso sexual y otros delitos
(Berlinerblau, Nino y Viola, 2013) recogemos explícitamente su recomendación de prohibir el interrogatorio en esta
fase preliminar a la prueba preconstituida y recabar la información mínima y necesaria (pág. 25):
Solo se debe procurar la información mínima sobre el hecho que permita realizar la denuncia y determinar si el hecho
sería reciente o de larga data, intra o extra-familiar, realizado por un sujeto conocido o desconocido por la víctima. Por lo
tanto, las únicas preguntas que podrían hacerse en esta instancia son ¿qué pasó?, ¿cuándo?, ¿dónde?, y ¿quién lo hizo?
Estas 4 preguntas integrarían el contenido de aquello que denominamos una descripción episódica simple, a partir
de la cual ya se podrían tomar las decisiones pertinentes para cada contexto profesional. Saber quién fue la persona
actora del maltrato y/o violencia sexual, el contexto espacio-temporal del evento y la descripción de lo qué paso, serí-
an los elementos de la entrevista exploratoria.
La entrevista forense, por otro lado, tal y como ya ha sido referido en los diferentes apartados de este texto, aspira a
un relato que contemple una descripción episódica (o de los diferentes episodios) de forma completa, detallada y con
todos los pormenores del recuerdo que el NNA pueda disponer en ese momento. De esta forma, los jueces y magis-
trados dispondrán del testimonio del NNA que contendrá toda la evidencia mnésica posible para que este testimonio
se pueda convertir en prueba preconstituida, y si fuera el caso, en elemento probatorio suficiente para enervar la pre-
sunción de inocencia. Un relato que además de completo, sería también un relato contrastado, con la integración de
la etapa de preguntas contradictorias, permitiendo así el equilibrio entre las garantías procesales, los derechos de las
personas investigadas y los derechos de los NNA. En el siguiente gráfico sintetizamos lo aquí expuesto:

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Tal y como ya hemos referido, deben existir aspectos comunes entre ambos tipos de entrevistas, pero al mismo tiem-
po, con las adaptaciones convenientes para no repetir etapas que entorpezcan el éxito de la prueba preconstituida.
Una de las diferencias evidentes, está en el núcleo central de la entrevista.
Así, como ya hemos referido, entendemos que un relato episódico simple se completa con la información integrada
en las 4 preguntas que-quien-cuando-donde, por lo que la Entrevista Exploratoria será más corta y con menos coste
temporal.
No obstante, defendemos que se deberá seguir igualmente una arquitectura por etapas que integre el rapport, las
reglas y una etapa narrativa neutral antes de focalizar ya sobre el evento concreto del maltrato y/o violencia sexual.
Y evidentemente, una vez finalizado el relato será necesario un espacio de descompresión y retorno a un estado
emocional estable y sin el impacto del evento traumático.
El núcleo central de la Entrevista Forense, en cambio, sí que será notablemente diferente y amplio, especialmente
cuando se convierta en prueba preconstituida, donde se deberá integrar la fase de las contra-preguntas, lo que amplia-
rá temporalmente la entrevista realizada.

REFERENCIAS
Berlinerblau V, Nino M y Viola S. (2013). Guía de buenas prácticas para el abordaje de niños/as adolescentes víctimas
o testigos de abuso sexual y otros delitos. Protección de sus derechos, acceso a la justicia y obtención de pruebas
válidas para el proceso. Argentina: Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF). Recuperado de
https://files.unicef.org/argentina/spanish/proteccion_Guia_buenas_practicas_web.pdf
Friðriksdóttir, H and Haugen, A.G. (2018). Child Friendly Justice: International Obligations and the Challenges of Inte-
ragency Collaboration. En Johansson, S., Stefansen, K., Bakketeig, E., y Kaldal, A. (Eds.), Collaborating against child
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Johansson, S.; Stefansen, K., Bakketeig, E. and Kaldal, A. (2018). Implementing the Nordic Barnahus Model: Characte-
ristics and Local Adaptions. En Johansson, S., Stefansen, K., Bakketeig, E., y Kaldal, A. (Eds.), Collaborating against
child abuse: Exploring the Nordic Barnahus model. (pp. 1-35). Springer Nature.
Pereda, N., Bartolomé, M., y Rivas, E. (2021). Revisión del Modelo Barnahus:¿ Es posible evitar la victimización
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Thulin, J. and Kjellgren, C. (2018). Erratum to: Treatment in Barnahus: Implementing Combined Treatment for Chil-
dren and Parents in Physical Abuse Cases. En Johansson, S., Stefansen, K., Bakketeig, E., y Kaldal, A. (Eds.), Collabo-
rating against child abuse: Exploring the Nordic Barnahus model. (pp. 331-353). Springer Nature.

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Ficha 2.
Tipología y clasificación de las preguntas en la entrevista
forense
Teniendo en cuenta que toda pregunta de una entrevista comporta cierta cantidad de información implícita, pode-
mos afirmar que no existen preguntas totalmente no sugestivas. Aun así, una pregunta se puede considerar sugestiva si
incluye información sobre la respuesta deseada o esperada, o induce, influye o coacciona al niño para que responda
en un sentido concreto.
Como ya hemos dicho en varias ocasiones a lo largo de este trabajo, existe un amplio consenso de la comunidad
científica, y en particular en el ámbito de la psicología del testimonio, de que la mejor forma de entrevistar a un niño
es mediante preguntas abiertas.
Este consenso se sostiene en los resultados de muchas investigaciones sobre la memoria y la sugestionabilidad de los
NNA y de los adultos. Estos estudios demuestran que la utilización de preguntas que admiten poco grado de libertad
en la respuesta puede alterar el recuerdo subyacente de los hechos, así como generar aquiescencia en el entrevistado.
La superioridad de las preguntas abiertas recae en el hecho de que exigen tareas de recuerdo libre, por lo que el
entrevistado trata de recordar y proporcionar más detalles. Por el contrario, las preguntas cerradas implican tareas de
reconocimiento y, además, ejercen más presión en el entrevistado con relación a lo que ha de responder (Sternberg,
KJ, Lamb, ME, Hershkowitz, I., Yudilevitch, L., Orbach, Y., Esplin, PW y Hovav, M., 1997). En consecuencia, las pre-
guntas abiertas suelen proporcionar más información y menos errores que las preguntas cerradas.
Está más que demostrado que hay preguntas que ayudan a los niños a utilizar al máximo sus capacidades cognitivas,
lingüísticas, comunicativas y memorísticas para describir sus propias experiencias con precisión y facilitar informa-
ción.
En las páginas siguientes, desarrollamos 2 clasificaciones sobre el tipo de pregunta. La primera, es la clasificación de
Endres (1997) que fue adaptada y ampliada con motivo de una investigación posterior (Juárez y Sala, 2011) recogien-
do de forma más detallada y ejemplificada tanto las preguntas ‘correctas’ que promueven la memoria de recuerdo
libre, como aquellas que claramente condicionan, contaminan y perjudican la entrevista, eliminando su valor como
prueba preconstituida. La segunda clasificación, más reciente, sigue los fundamentos del protocolo NICHD diferen-
ciando igualmente entre las preguntas aceptables de aquellas, que se deben evitar y/o limitar en la medida de lo posi-
ble. Siendo ésta una clasificación más reducida, proponemos que se contemple como referencia en todas las personas
que deben entrevistar NNA, más aún cuando además dicha entrevista se convierta en prueba preconstituida.

1. TIPOLOGÍA (CLÁSICA) DE PREGUNTAS CON SUGESTIONABILIDAD BAJA Y ALTA PARA NNA

Baja sugestionabilidad:
Preguntas abiertas ¿Qué pasó? ¿Qué hiciste?
Preguntas de identificación ¿Cuándo pasó? ¿De qué color era?
Preguntas de selección ¿Fue de día o de noche?
Preguntas de sí - no ¿Te dijo algo?
Preguntas de repetición No te he escuchado bien, ¿qué me has dicho?
¿Puedes volver? No te he entendido bien.
Preguntas facilitadoras De acuerdo, ¿recuerdas algo más?
¿Y entonces, qué pasó?

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1. TIPOLOGÍA (CLÁSICA) DE PREGUNTAS CON SUGESTIONABILIDAD BAJA Y ALTA PARA NNA (Continuación)

Alta sugestionabilidad
Estructuradas con premisas ¿Tiró el preservativo a la basura después de haberte tocado?
Implican descripción y evaluación Los calzoncillos blancos que se sacó y puso en la silla, ¿los viste tú?
Implican expectación ¿Y cuando el padre oyó este ruido, salió de la habitación?
Disyunción incompleta en una ¿Llevaba un jersey negro o rojo?
pregunta que contiene alternativas
Presión hasta la conformidad El otro chico nos ha explicado que tenía una peca en la mejilla, ¿se la viste
(comparación social) tú también?
Partículas, oraciones, entonación ¿De verdad te dijo esto? ¿Estás seguro?
intencional
Preguntas de continuación Así pues, él se puso los pantalones y se marchó,
(elaboración contenido sugerido) ¿dónde fue después?
Repetición de preguntas ¿Estás seguro? ¿Cogió las cosas y se marchó?
Retroalimentación negativa ¡No puede ser! ¿Seguro que lo recuerdas?
Confrontación sugerida Antes dijiste que era de noche, piénsalo bien.
Le dijiste a tu madre que te tocó, ¿lo recuerdas?
Recriminación y revictimización ¿Por qué no llamaste? ¿Qué sentiste?
Tratos y promesas Cuando me hayas explicado todo lo que te hizo, podrás ir al lavabo. Seguro
que todo irá bien.
Te daré este lápiz si respondes.

El propio autor de la clasificación original (Endres, 1997) refiere que, dado que no tenemos conocimiento de datos
comparativos de la intensidad de los efectos sugestivos de cada uno de los tipos de pregunta, la clasificación anterior
(baja sugestionabilidad/alta sugestionabilidad) se ha realizado a partir de la intensidad intuida, en términos de canti-
dad de información implícita sobre la respuesta. Hay que señalar que la intensidad sugestiva de la pregunta no está
directamente relacionada con su efectividad, puesto que métodos sutiles pueden tener un efecto sugestivo mucho más
elevado que la utilización de tácticas más obvias. A continuación, detallamos cada tipo de preguntas de la presente
clasificación:

Preguntas abiertas
Para obtener una declaración narrativa, el entrevistador ha de inducir al testimonio de alguna forma para que expli-
que lo que ha pasado, sea mediante demandas “Explícame qué pasó ayer por la mañana” o mediante preguntas
“¿Qué pasó ayer por la mañana?”. Tanto una como la otra exigen una respuesta abierta y promueven el recuerdo y el
relato libres, esperándose, por tanto, un mayor volumen informativo.
Las preguntas abiertas (iniciadas con adverbios cómo: qué, quién, cuándo, dónde, por qué y cómo) suelen implicar
una pequeña conducción en la respuesta, sin predisponer a ningún contenido específico de información. Se pueden
referir a los hechos en su totalidad o a algún aspecto específico que el NNA ya ha mencionado anteriormente.
Este tipo de preguntas son las más recomendables para explorar un NNA maltratado o abusado sexualmente, en par-
ticular en las primeras fases de la entrevista. Sternberg, Lamb, Hershkowitz, Yudilevitch, Orbach, Esplin y Hovav
(1997) han comprobado que los NNAs entrenados durante la fase de introducción a responder con un estilo narrativo
libre dan más información a preguntas abiertas formuladas en la fase de contenido (o de tarea de recuerdo) que aque-
llos no entrenados a responder de este modo. Este entrenamiento durante la fase de introducción hace que el NNA

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entienda que lo que se espera de él es que ofrezca respuestas extensas y detalladas y, consecuentemente, las propor-
cione.
Hay varios tipos de preguntas abiertas:
a. Las preguntas de identificación: no se consideran excesivamente sugestivas puesto que tan solo subrayan la dimen-
sión hacia donde debe dirigirse la respuesta.
“¿Quién era esta persona que dices?”
“¿Cuándo pasó?”
“¿Cómo iba vestido?”
Cuando el NNA se ha referido a una acción, es pertinente preguntar sobre el autor de dicha acción. Hay que
recordar que, en el ámbito de los maltratos y violencia sexual, la identificación del adulto agresor es, precisamente,
una de las principales demandas que hace la instancia judicial. A la vez, y desde una orientación de protección de
los NNA, hay que determinar quién es esta persona para no promover que continúe la relación o el contacto con
su propio agresor.
b. Las preguntas de selección: son consideradas más sugestivas puesto que pueden dirigir la información hacia algu-
nas posibilidades de respuesta.
En estas preguntas, toman un papel determinante las opciones introducidas en la premisa. Si añadimos una opción
sesgada podemos sugestionar una gran cantidad de información posterior. Por ejemplo:
“¿Quién te ha hecho esto, un familiar tuyo o un extraño?”. Con esta pregunta podemos estar ofreciendo la opción
de escapar de una denuncia contra un familiar cercano (por el miedo, amenaza o venganza anticipada) y derivar la
respuesta hacia un extraño para evitar cualquier tipo de reproche o consecuencia futura por el hecho de no perte-
necer a su núcleo cercano.
Además, estas preguntas, y también las que implican una respuesta de sí o no, pueden provocar que el NNA res-
ponda, aunque no sepa la respuesta y, por lo tanto, ofrezca información sesgada o falsa.
c. Las preguntas sí – no: se consideran de débil a moderada intensidad de sugestionabilidad, dependiendo del grado
con el cual limiten el rango de respuestas posibles y del grado de exactitud con el cual representen las diferentes
opciones posibles existentes.
Las preguntas de este tipo se pueden considerar un caso especial de las preguntas de selección, puesto que, explí-
cita o implícitamente, son una disyunción completa de dos alternativas posibles, la afirmación y la negación, aun-
que, en la mayoría de casos, estas alternativas no son psicológicamente equivalentes.
Por un lado, sabemos que, ante una situación de evaluación, los adultos y los niños tienden a favorecer las respues-
tas de conformidad (aquiescencia). Por otro lado, la descripción verbal de un incidente puede evocar la representa-
ción de su imagen mental, la cual por sí misma ya puede provocar influencias sugestivas y, además, no puede ser
contrarrestada por una imagen igualmente potente y de sentido opuesto. Por ejemplo:
“¿Tu padre cogió el cinturón con su mano, o no?”. Esta pregunta conducirá directamente al NNA a ver, mental-
mente, a su padre con un elemento castigador en la mano, pero la negación de esta pregunta no representa
con la misma intensidad una imagen de ausencia de este elemento castigador. Es decir, el cinturón ya ha sido
introducido en el espacio mental del NNA y, en consecuencia, la representación mental del padre como perso-
na agresiva. Por lo tanto, hay que entender que las opciones de respuesta “sí” y “no” no son psicológicamente
equivalentes.
Una modalidad altamente sugestiva de las preguntas sí – no son los enunciados afirmativos con entonación interro-
gativa (“¿Y él te bajó los pantalones?”) puesto que pueden ser entendidos como una pregunta puramente retórica,
de la que se espera únicamente una afirmación.
d. Las preguntas facilitadoras: son aquellas con las cuales se invita y se anima al NNA para que continúe con su narra-
ción.
“¿Y que más recuerdas?”
Incluso estas preguntas, que son las utilizadas en la mayoría de protocolos estandarizados de entrevista, se deben
medir y utilizar con proporción y prudencia. Nuestra insistencia en forma de pregunta abierta puede volverse en
una forma de presión sutil, aparentemente no sugestiva, pero con graves consecuencias para la fiabilidad del relato.
Podemos provocar que el niño entienda que debe responder algo más y, por lo tanto, puede sesgar o falsear la
información que dé en respuesta a nuestra pregunta insistente.

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Una compleción excesiva puede conducir a una presión en la que el NNA puede entender que no realiza correcta-
mente bien la tarea de recuerdo. Por ello tenemos que saber respetar los silencios y los finales del relato del niño,
sin incidir insistentemente sobre qué otras cuestiones sucedieron, porque puede ser que, sencillamente, no las
recuerde o porque la acción fue finalizada con la brusquedad que el niño relata.
A continuación, seguiremos con aquellas preguntas que son consideradas sugestivas puesto que ofrecen información
explícita de la respuesta esperada. La mayoría se pueden responder con un sí - no, pero esta afirmación o negación
comporta una serie de información aceptada o rechazada, que la mayoría a veces no está al alcance de la compren-
sión real del niño, distorsionando no sólo su recuerdo, sino también la comprensión de los operadores jurídicos ante
la declaración así obtenida.

Preguntas estructuradas con premisas (no referidas por el NNA)


Una pregunta estructurada con una premisa contiene unidades de información que aún no han sido dadas por el
niño en sus respuestas precedentes. La sugestionabilidad de estas preguntas es relativamente fácil de ver cuando la
premisa es el contenido central de la pregunta:
“¿Te puso la mano en el culo?”
Pero puede presentarse más sutilmente cuando la premisa se presenta en un lugar menos destacado de la oración,
en una oración subordinada o en un complemento adjetival y adverbial:
a. Las preguntas con premisa que implican descripción y evaluación:
“¿Viste aquel hombre tan bestia que golpeó terriblemente a tu madre?”.
Cómo podemos comprobar, estas premisas incluyen descripción y evaluación, que posteriormente pueden integrar-
se en el discurso del niño y contaminar el relato de los hechos. En este caso, se han introducido tres comparaciones
consecutivas: hombre = bestia, golpe = terrible y madre = víctima agredida. La representación mental consecuente
a estas descripciones verbales puede ser especialmente importante en NN preescolares, más vulnerables a la suges-
tión del adulto.
b. Las preguntas con premisa que implica expectación: estas preguntas ofrecen inferencias e indicaciones (que son
derivadas de guiones y estereotipos generalmente aceptados) que hacen que estas mismas premisas parezcan alta-
mente probables o que llegar a su conclusión es la opción más lógica posible. Esto hace que sea más difícil contra-
decirlas o rechazarlas:
“Tu primo, que estuvo en la cárcel, fue quién te pegó?” “Javier, que estaba borracho, te robó?”
c. Las preguntas alternativas con una disyunción incompleta: son más sugestivas puesto que pueden ser engañosas por
el hecho de limitar el número de alternativas y llevar implícito el mensaje de que las opciones no explícitamente
mencionadas, no deben tenerse en cuenta:
“¿Cuando tu madre te pegó, lo hizo en el culo o en las piernas?” Si excluimos las otras partes del cuerpo, damos el
mensaje que no deben referirse en la entrevista, puesto que no son de nuestro interés.
d. Las preguntas que implican presión hacia la conformidad: utilizan la comparación social (la presión de los iguales
que también pueden haber sido víctimas) o la fuerza de la autoridad para inducir la tendencia al conflicto y dismi-
nuir el grado de seguridad en aquellos NNA en los que su recuerdo está en contradicción con aquello que se les
presenta, como el testimonio o la versión de otra persona sobre la misma situación, e incluso, de otro NNA víctima
del mismo suceso.
En estas situaciones, los NNA presentan muchas dificultades para mantenerse firmes en sus propios juicios cuando
sienten que se encuentran en una posición de extrema minoría, sobre todo si el otro declarante es un adulto o una
persona con ascendencia sobre el propio NNA. Es además especialmente relevante cuando la persona investigada
es además una persona con vinculación afectiva, por lo que saber que ella ha ofrecido otra versión puede ser
entendido por el NNA como una invitación a adoptar la misma versión, aunque contradiga otras declaraciones pre-
vias del NNA.
e. Las preguntas con partículas, oraciones o una entonación intencional: lo que sintácticamente caracteriza una ora-
ción interrogativa puede ser convertido en una demanda de afirmación mediante algunos recursos lingüísticos sen-
cillos. En la vida diaria utilizamos partículas (“todavía”, “efectivamente”, “de verdad”, “incluso”), oraciones
(resaltando determinadas palabras) y una determinada entonación para indicar a los participantes de una conversa-
ción cómo deben entender el sentido del contenido explícito de un mensaje y también cómo deben responder, sin
alternativa real u opción.

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“¿Pero, todavía estaba aquel hombre en la habitación?”


Por otro lado, el uso del artículo determinado (“lo” o “la”) en lugar del indeterminado (“uno”) o el adjetivo “algu-
no/a” señala que la afirmación objetiva implícita en una frase o en una pregunta, no está abierta a la discusión.
“¿De verdad sentiste sus gritos?”
“¿Escuchaste algún grito?”
Semánticamente, estas dos preguntas no difieren demasiado. Aun así, en la primera pregunta observamos clara-
mente que una respuesta positiva no será creída o será puesta en duda y, además, puede implicar problemas o
incomodidades.
f. Las preguntas reiterativas: menos sutiles, pero no necesariamente menos eficientes. Habrá que diferenciar entre si la
repetición se da inmediatamente después de la respuesta del NNA o si se da en una entrevista posterior para com-
probar la primera declaración o para profundizar en detalles concretos. En el primer caso, si a una repetición prác-
ticamente literal de la pregunta le sigue inmediatamente una respuesta, esta segunda respuesta puede comportar la
carga de haber sustituido a la primera respuesta. Esto es debido a que el NNA puede interpretar que el entrevista-
dor no acepta la primera respuesta y que por eso ha tenido que repetir la pregunta para dar una segunda oportuni-
dad de acertarla. Consecuentemente, la repetición de la pregunta traerá implícita la necesidad de cambiar la
respuesta.
La práctica correcta sería que el entrevistador diga al niño que no ha entendido la respuesta que ha dado o que lo
que busca es la comprobación de determinadas respuestas. Es aquí donde puede ser necesario recordar al niño las
reglas de la entrevista e, incluso, reiterar la pregunta con el añadido de que no ha sido entendida la pregunta o,
sencillamente, que no se ha escuchado por el tono de voz bajo, aspecto este que es habitual en la entrevista a
NNA en este tipo de eventos.
g. La retroalimentación negativa: en el contexto de una conversación cotidiana, la reiteración de las preguntas es solo
una de las formas de retroalimentación negativa que informa a la persona a la cual se dirige la reiteración de que
su desarrollo discursivo no llega al esperado y debe mejorarlo para ser entendido.
La retroalimentación negativa también puede darse de forma explícita, afirmando que determinadas partes de una
declaración son improbables, increíbles o inaceptables y que, por lo tanto, deben cambiarse.
h. La confrontación sugerida: sigue el estilo de las preguntas anteriores, pero añaden todavía un elemento de elevado
poder sugestivo: la confrontación con referencias que el NNA ha hecho anteriormente o a otras personas. Se incide
en un elemento muy controvertido: la inexactitud de la memoria del NNA, confrontándolo a contradicciones que
muy probablemente comportarán un cambio de respuesta.
El gran problema de esta confrontación es que no tenemos garantías sobre cuál de las versiones es la correcta. Ade-
más, se coloca al NNA en una situación de confusión y carencia de confianza.
En el ámbito de la violencia sexual intrafamiliar, esta confrontación puede parecer especialmente sugestiva, pues
las propias producciones de los adultos pueden ser objeto de exageración, amplificación o construcción delibera-
da. De esta forma, incluir la figura de la madre, el padre, el abuelo, el hermano mayor, etc., puede significar, de
entrada, que el NNA debe suscribir la versión de ellos, facilitando el cambio de respuesta, o simplemente, indican-
do la dirección de esta. Por ello, en la fase de la contra-pregunta, dentro de la prueba preconstituida, este tipo de
pregunta debe ser analizada y considerada con suma prudencia puesto que se ejerce una presión y coacción apa-
rentemente con el objetivo de contrastar, cuando en cambio, el NNA no posee la capacidad adulta de resistir y
defenderse de este tipo de condiciones interrogativas.
i. Las preguntas con reproches y revictimizaciones: son absolutamente contraproducentes y devastadoras para la con-
fianza de los niños. Como muy bien señala Intebi (2008) hay que tener en cuenta aquello que no hay que hacer,
que no hay que preguntar para que el NNA no se sienta culpable y, sobre todo, para no revictimizarlo. Algunas de
las preguntas que expone esta autora son:
“¿Te gustó lo que te hacía?”
“¿Por qué no pediste ayuda?”
“¿Por qué si te hacía esto, querías estar con él?
“¿Por qué no lo has explicado antes?
“¿Por qué lo dices ahora?
“¿Por qué piensas que te lo hacía?

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Existen alternativas mucho menos coactivas y recriminantes que deben ser conocidas y utilizadas, como son:
“¿Cuál fue la razón por la que no pudiste explicarlo antes?”
“¿Qué pasaba para que continuaras allí?”
“¿Qué impidió que pudieras llamar a tu madre?”
Como se puede observar, ya no se dirige la atención hacia el reproche o la falta de habilidad o duda sobre la
acción realizada, sino que se fija la pregunta en el contexto y las circunstancias, no sobre el propio NNA.
j. Tratos y promesas: todo esto, además, se puede combinar con tratos y promesas, y la anticipación de una recom-
pensa o un castigo asociado a determinadas respuestas.
Estas formas tan directas de sugestión existen, y los análisis realizados de transcripciones de exploraciones mues-
tran que realmente se realizan entrevistas sugestivas en muchos ámbitos diferentes. Por este motivo, se deben revi-
sar especialmente las condiciones de la entrevista. Por ejemplo, no sería aconsejable iniciarla a una hora muy
cercana a una comida y decirle al niño que no podrá comer hasta que finalice la entrevista.
Del mismo modo, es totalmente inadecuado negarle la salida de la sala para ir al servicio hasta que finalice la
exploración. En este caso se establece con el juez quien debe ser la persona que acompañe al NNA al lavabo para
mantener la garantía de custodia, desaconsejándose que sea un familiar u otra persona externa, priorizándose al
propio entrevistador/a. Se debe evitar que la prueba preconstituida se convierta en un elemento de revictimización
y de daño para el NNA con la excusa de ‘conocer la verdad’ por lo que este tipo de prácticas son inapropiadas e
inadmisibles.
Después de esta primera clasificación, pasamos a continuación a presentar otra más reciente.

2. Tipología (actual) de preguntas Recuerdo – Reconocimiento, según el NICHD1


Halley (2019) refiere cómo el protocolo NICHD define analíticamente los tipos de preguntas de acuerdo con su pro-
pósito y efecto en el contexto del Protocolo. Para estos efectos, se pueden clasificar de la siguiente manera:
1. Preguntas abiertas de recuerdo
2. Preguntas abiertas con clave de recuperación
3. Preguntas focalizadas de recuerdo; o preguntas directivas
4. Preguntas focalizadas de reconocimiento, o de alternativas
5. Preguntas sugestivas de reconocimiento
Las preguntas focalizadas, como aquellas del tipo quién, qué, dónde, cuándo y cómo (el tipo de pregunta que tradi-
cionalmente se usa como raíz para las preguntas abiertas en tribunales) caen en el centro del continuo entre la memo-
ria de reconocimiento y de recuerdo libre.
Las preguntas focalizadas pueden clasificarse como preguntas focalizadas de recuerdo (directivas) y focalizadas de
reconocimiento (de alternativas), dependiendo de qué requieran por parte del entrevistado en el continuo entre la
memoria de reconocimiento y de recuerdo libre. Normalmente, el tipo de preguntas que empieza con quién, qué,
dónde, cuándo y cómo se acercan más al extremo del recuerdo libre dentro del continuo, mientras que las de alterna-
tivas son más cercanas al extremo de aquellas de reconocimiento.

1
El presente apartado ha sido desarrollado en base al trabajo de Halley, J. 2019, presentado en la Conferencia del Seminario Inter-
nacional: “Desafíos para la Judicatura sobre la ley 21.057: Experiencias nacionales e internacionales sobre Entrevista Investigativa
Videograbada e intermediación” celebrado el 14 y 15 de diciembre de 2018 en Santiago de Chile, la cual ha sido publicada en
https://www.researchgate.net/publication/333373118

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Las preguntas sugestivas de reconocimiento centran la mente del entrevistado en las áreas de interés del entrevista-
dor y ejercen mayor presión para responder, sea que esté o no seguro de la respuesta correcta. Las preguntas sugesti-
vas evocan respuestas generadas por el entrevistador. Está bien documentado que los niños y niñas son especialmente
susceptibles a aceptar lo que se les sugiere.
Halley (2019) en la citada conferencia insiste que primero, debemos usar preguntas abiertas de recuerdos, tales
como “cuéntame qué pasó”. Luego podemos pasar a las preguntas abiertas con clave de recuperación, continuando,
por ejemplo: “dijiste que estuviste en la fiesta de cumpleaños de tu primo; cuéntame más acerca de esa fiesta”. Expli-
ca que estos tipos de preguntas se describen como preguntas de profundización de recuerdos, usando la información
ya entregada por la memoria de recuerdo libre.
En tercer lugar, vendrían las preguntas focalizadas de recuerdos (directivas) que son más directivas en su naturaleza
(preguntas del tipo qué, cuándo, cómo, etc.) centrando la atención del NNA en detalles específicos que ya haya men-
cionado para seguir con este tipo de pregunta. Insiste que siempre que se obtiene una respuesta a dicha pregunta, se
debe formular una pregunta abierta de recuerdo para obtener el mayor recuerdo libre posible sobre el tema. Como
ejemplo: “has dicho que tu padre tenía puesto el pijama. ¿Cómo era ese pijama? Cuéntame todo lo que recuerdes
sobre el pijama”.
Especialmente importante es el denominado principio de emparejamiento (Lamb, Brown, Hershkowitz, Orbach y
Esplin, 2018) técnica que propone que la pregunta focalizada de recuerdo, que es directiva en su naturaleza, se aso-
cie o empareja a una pregunta abierta de seguimiento de recuerdo. Así, el NNA continúa ofreciendo información
recurriendo a la memoria de recuerdo libre.
Cuarto, sólo cuando sea necesario, dado su carácter inductivo, se pueden utilizar las preguntas focalizadas de reconoci-
miento o alternativas. De nuevo, el autor insiste en la importancia de aparejar cada pregunta focalizada de reconocimiento
con una pregunta abierta de recuerdo. Halley ofrece el siguiente ejemplo: “Cuando me contaste sobre la última vez, dijiste
que él te tocó. ¿Te tocó por encima de tu ropa? Cuéntame más sobre eso… ¿Te tocó por debajo de tu ropa? Cuéntame
todo sobre eso.” Entendemos que posiblemente, estas sean las preguntas que encontremos en la fase de contra-preguntar,
es decir, en la aplicación del derecho de contradicción que la persona encausada puede ejercer tal y como lo permite el
ordenamiento legal, y que debe ser aceptado en la práctica de la prueba preconstituida.
Finalmente, en quinto lugar, tenemos las preguntas sugestivas de reconocimiento que, al igual que antes, se reco-
mienda que siempre deban ir emparejadas con preguntas abiertas de recuerdo. Presentamos el mismo ejemplo que
Halley: existe información independiente, aparentemente creíble y confiable, que el perpetrador usaba un gorro de
piel negro tipo cosaco. A pesar de repetidos intentos con preguntas abiertas de recuerdo y luego con preguntas focali-
zadas de recuerdo y reconocimiento, el niño aún no menciona ese detalle. El entrevistador podría preguntar “¿Estaba
usando algún gorro?”. Si la respuesta es “si”, entonces el entrevistador debería aparejar dicha pregunta sugestiva de
reconocimiento con una serie de preguntas abiertas de recuerdo, como “Dime algo sobre ese gorro”.

REFERENCIAS
Endres, J. (1997). The suggestibility of the child witness: The role of individual differences and their assessment. The
Journal of Credibility Assessment and Witness Psychology, 1(2), 44-67.
Halley, J. (2019). Desafíos para la Judicatura sobre la ley 21.057: Experiencias nacionales e internacionales sobre
Entrevista Investigativa Videograbada e intermediación. Rescatada en https://www.researchgate.net/publication/-
333373118.
Intebi, I. V. (2008). Valoración de sospechas de abuso sexual infantil. Dirección General de Políticas Sociales.
Juárez López, J. R., y Sala Berga, E. (2011). Entrevistando a niños preescolares víctimas de abuso sexual y/o maltrato
familiar: Eficacia de los modelos de entrevista forense. Centre d’Estudis i Formació Especialitzada. Generalitat de
Catalunya. Barcelona.
Lamb, M E, Brown, D A, Hershkowitz, I., Orbach, Y, y Esplin, P W. (2018). Tell me what happened: Questioning Chil-
dren About Abuse. Wiley and Sons.
Sternberg, KJ, Lamb, ME, Hershkowitz, I., Yudilevitch, L., Orbach, Y., Esplin, PW y Hovav, M. (1997). Efectos del esti-
lo introductorio en las habilidades de los niños para describir experiencias de abuso sexual. Abuso y negligencia
infantil, 21 (11), 1133-1146.

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Notas:

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