ecuaciones más generales (como (10a) y (10b)) y
aproximaciones alternativas (válidas para lluvias transitorias a
corto plazo) para evaluar las condiciones hidrológicas que
desencadenan deslizamientos de tierra.
2.2. Comportamiento a corto plazo
Las respuestas piezométricas a corto plazo a la lluvia se
pueden evaluar identificando el tiempo adimensional
apropiado como t* - tDo/H2 y sustituyendo esta expresión
entre la contracción (2), (3) y (4) en (1). Luego, la
multiplicación de todos los términos por H/gsat y alguna
simplificación algebraica produce una forma de ecuación de
Richards escalada apropiadamente para evaluar 1⁄2(x, y, H, t) en
respuesta a lluvias de corta duración (t << A/Do)
Suponiendo que e<<1, los términos de orden e y e2 en (15)
generalmente pueden despreciarse. Luego (15) se reduce a
una ecuación que describe el flujo de agua subterránea cerca
de la superficie en la dirección z.
Esta ecuación se puede expresar en términos de una
coordenada vertical Z* = x* sen a + z* cos a (definida como
positiva hacia abajo como en la Figura 3) como
que es la ecuación estándar de Richards para la infiltración
vertical, escrita en forma normalizada que tiene en cuenta el
efecto de la pendiente de la superficie a. Esta ecuación
gobierna las respuestas de carga de presión transitoria a
profundidades relativamente poco profundas (e <<1) y
tiempos relativamente cortos (t<<A/Do), pero la no linealidad
de la ecuación hace que sea difícil de resolver analíticamente.
El análisis se facilita al considerar formas limitantes de (17)
que describen las respuestas de la carga de presión en suelos
que inicialmente están bastante húmedos o bastante secos.
Estas formas limitantes pueden identificarse diferenciando los
términos entre paréntesis en (17) y utilizando la definición de
carga total h - • - Z junto con la ley de Darcy para el flujo
vertical en respuesta a la infiltración, Iz = -Kz(Oh/OZ ) , para
reescribir (17) en una forma que contenga términos distintos
de flujo de gravedad y difusión de presión en el lado derecho.
La ecuación (18) indica que si los suelos están lo
suficientemente húmedos como para que Kz --->Ksat y C(1⁄2) --
> Co, el término de flujo de gravedad que involucra Iz/K z
puede despreciarse, lo que produce una ecuación de presión y
difusión.
en el que la difusividad normalizada es (CoK*czos2a)/C (1⁄2).
Por otro lado, si los suelos están lo suficientemente secos
como para que Kz << Ksat (es decir, K*z-->0), el término de
difusión en (18) se puede despreciar y sólo se puede retener
el término de flujo de gravedad. Luego (18) se reduce a una
ecuación de onda cinemática, obtenida empleando la regla de
la cadena OK*z/OZ=(dK*z/d1⁄2*)(O1⁄2*/OZ*) y reorganizando los
términos para obtener
Donde
es la velocidad de onda cinemática normalizada. La solución
no trivial más simple de (20)
predice cabezales de presión negativa donde Z* > Pt* y
cabezales de presión positiva donde Z* < Pt*. En
consecuencia, Z,* = Pt* define la ubicación de un frente
humectante saturado que se mueve hacia abajo a la velocidad
de la onda cinemática. Como señalaron Smith y Hebbert
[1983], los modelos de infiltración por ondas cinemáticas
describen la propagación de frentes de humectación de
pistones similar a la concebida en el modelo de infiltración de
Green y Ampt [1911].
Una medida de la eficacia relativa de la humectación del
frente del pistón y la difusión de la presión de poro durante la
infiltración la proporciona la relación K de la velocidad de la
onda cinemática normalizada en (21) con respecto a la
difusividad normalizada en (19)
Esta expresión para k también se puede obtener escribiendo
(19) y (21) en forma dimensional y dividiendo la escala de
tiempo para la difusión de la presión de poro por la escala de
tiempo para la propagación de ondas cinemáticas. Los valores
pequeños de k indican la primacía de la difusión y se aplican
más comúnmente cuando los suelos están relativamente
húmedos inicialmente [cf. Van Genuchten, 1980]. Para analizar
las condiciones más prevalentes cuando la lluvia desencadena
deslizamientos de tierra, me concentro en las condiciones
iniciales húmedas y asumo que k << 1 y se aplica la ecuación
(19). Sin embargo, (20) puede ser una mejor aproximación si
los suelos están secos antes de que comience la lluvia.
Para condiciones iniciales húmedas asumo Kz, ~ Ksat C ~ Co, y
que (19) en consecuencia se reduce a la aproximación (en
forma dimensional) [cf. Eagleson, 1970, págs. 291-295]
La linealidad de (24) permite la superposición de soluciones.
Por lo tanto, para evaluar las respuestas de la carga de presión
a secuencias de lluvia complicadas con intensidades variables
y duraciones irregulares, sólo es necesario obtener una
solución fundamental de (24) que describa la respuesta 4(Z, t)
a la lluvia de intensidad y duración fijas y sumar una serie de
respuestas.
Una solución fundamental apropiada de (24) obedece a las
condiciones inicial y de frontera.