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La pancreatitis aguda se produce por la activación intrapancreática de enzimas que digieren el propio páncreas, causando inflamación y daño. El tripsinógeno activado causa daño vascular y hemorragia, mientras que otras enzimas aumentan la permeabilidad vascular y producen dolor e inflamación sistémica. Esto puede conducir a complicaciones como íleo paralítico debido a la inflamación del intestino por las enzimas pancreáticas liberadas, o la afectación del colon por diseminación directa de las enzimas o trom
La pancreatitis aguda se produce por la activación intrapancreática de enzimas que digieren el propio páncreas, causando inflamación y daño. El tripsinógeno activado causa daño vascular y hemorragia, mientras que otras enzimas aumentan la permeabilidad vascular y producen dolor e inflamación sistémica. Esto puede conducir a complicaciones como íleo paralítico debido a la inflamación del intestino por las enzimas pancreáticas liberadas, o la afectación del colon por diseminación directa de las enzimas o trom
La pancreatitis aguda se produce por la activación intrapancreática de enzimas que digieren el propio páncreas, causando inflamación y daño. El tripsinógeno activado causa daño vascular y hemorragia, mientras que otras enzimas aumentan la permeabilidad vascular y producen dolor e inflamación sistémica. Esto puede conducir a complicaciones como íleo paralítico debido a la inflamación del intestino por las enzimas pancreáticas liberadas, o la afectación del colon por diseminación directa de las enzimas o trom
Se presenta una activación intrapancreática de proenzimas (zimógenos) produciendo lisis y
autodigestión pancreática. Algunos agentes como la bilis inhiben la exocitosis de los gránulos de zimógenos, generando un acúmulo intracitoplamástico favoreciendo la fusión con los lisosomas, llevando a una activación de enzimas en cascada y un fenómeno de retroalimentación por lesión-activación. El tripsinógeno es el responsable de todas las complicaciones sistémicas, se activa la elastasa (degradación de las fibras elásticas) produciendo lesión vascular, favoreciendo la hemorragia; la calicreína produce dolor y aumenta la permeabilidad vascular, favoreciendo el shock. La fosfolipasa activada favorece el paso de lecitina a lisolecitina, que a su vez es capaz de escindir los fosfolípidos generando necrosis por coagulación. En la mayoría de los casos el páncreas presenta únicamente edema, el cual revierte y se recupera en una semana aproximádamente. Sólo 20% de los casos serán graves, presentando complicaciones locales o sistémicas, causando un desbalance proteasas-antiproteasas con activación del complemento y del sistema de las quininas. La liberación de citocinas proinflamatorias, como el factor de necrosis tumoral alfa, y las interleucinas; metabolitos del ácido araquidónico como prostaglandinas y leucotrienos, incrementan las lesiones microcirculatorias y aumentan la permeabilidad vascular, lo que induce hemorragia, trombosis y necrosis pancreática.9 Como parte de su fisiopatología la hipercoagulabilidad con microtrombosis, daño endotelial y salida de radicales libres, aumenta la permeabilidad capilar. En pacientes obesos las complicaciones son mayores ya que la inflamación del tejido adiposo produce mediadores que contribuyen a la respuesta inflamatoria sistémica, el tejido adiposo peripancreático ha demostrado ser un factor aún más importante que el Indice de Masa Corporal o la circunferencia de la cintura.
Íleo paralítico: Se suele apreciar una disminución del peristaltismo intestinal debido a la inflamación pancreática.
La afectación del colon puede deberse a la diseminación directa de las enzimas
pancreáticas, que causa inflamación local y necrosis grasa, o bien secundaria a la trombosis de los vasos mesentéricos, que conduce al infarto de la pared del colon. POR QUE UNA PANCREATITIS PUEDE CAUSAR ILEO. La pancreatitis puede causar íleo (parálisis del intestino) debido a varios mecanismos. La inflamación y el daño al páncreas pueden llevar a la liberación de enzimas pancreáticas y sustancias inflamatorias en la cavidad abdominal, lo que puede irritar el intestino y afectar su funcionamiento normal. Además, la inflamación puede extenderse a los tejidos circundantes y afectar los nervios que controlan el movimiento intestinal, lo que puede provocar la parálisis temporal del intestino. Esto puede resultar en síntomas como distensión abdominal, vómitos y dificultad para eliminar los alimentos y los desechos del sistema digestivo.
La inflamación de la serosa peritoneal causa una respuesta mioeléctrica de descontrol de la
contracción intestinal por doble actuación a nivel del SNE: una humoral, por la actuación en él de numerosos mediadores de la respuesta inflamatoria citoquínica, y otra, la neural, por la instauración de reflejos de tipo simpático, causantes de paresia (ley de Stockes).