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Ética y Filosofía Médica

Introducción

La Medicina es, por su propia naturaleza, un quehacer moral, un asunto de relación humana.

El médico no trata sólo con datos de laboratorio, con técnicas de diagnóstico por imagen, con

libros: trata, antes de nada, con hombres y mujeres enfermos. (Unidad de Humanidades y

Ética Médica, s. f.)

Al tratarse de una relación humana, es necesario entender las necesidades físicas,

emocionales, sociales y espirituales de la persona y no solo las físicas. Aquí es donde se

introduce un conflicto ético, de comprender que somos seres complejos y no solo materia

física. Por lo que hay un amplio ámbito ético y filosófico para analizar en la medicina.

Para comenzar, introduzcamos el concepto de la “ética médica”. Según Lizaraso Caparo, la

ética médica es una disciplina que acompaña al médico a lo largo de su vida profesional.

Permite, analizar los problemas éticos para tomar decisiones que utilizan el analizar de sus

valores personales y la conciencia moral que ha adquirido previamente, y puede aplicar desde

muy temprano en las aulas universitarias al enseñar; desde sus primeros contactos con la

vida, enfermedad, dolor, muerte y realidades sociales que experimenta en los anfiteatros

anatómicos, en los laboratorios experimentales con animales, y luego aplicarlo con los

enfermos.

Por otra parte, la filosofía médica se comprende como una contribución valiosa a la

formación integral de los profesionales en salud, compensando el hecho de que, el notable

avance de la ciencia y tecnología han conducido a un proceso de la deshumanización de la

cultura en general y de la medicina en particular. La filosofía proporciona los instrumentos

teóricos, metodológicos y analíticos para el análisis de los conceptos médicos como salud,
enfermedad y cuidado, mientras que la medicina brinda a la filosofía temas de reflexión

crítica. (Elío, 2021)

El objetivo de este ensayo es analizar los fundamentos filosóficos por medio de la

examination del contexto histórico y los principios éticos de la práctica médica: autonomía,

beneficencia, justicia y no maleficencia.

Además, abordaremos conceptos básicos como la definición de la salud, muerte, el dolor, el

sufrimiento, la agonía y el propósito de la medicina. Se hablará sobre los desafíos éticos

actuales; los cuidados paliativos, los avances tecnológicos (como la telemedicina, la

ingeniería genética y la inteligencia artificial), la toma de decisiones al final de la vida, la

justicia social y aspectos culturales y sociales. A parte se hablará sobre la relación médico-

paciente y el consentimiento informado. Todos estos temas son de gran importancia y durante

este ensayo se realizará una reflexión acerca de esto.

Contexto histórico

El término “ética médica” se remonta al siglo cuarto antes de Cristo, con Hipócrates, quien

se consideró el padre de la medicina. Pero desde Mesopotamia, con el código de Hammurabi

se hacía mención de la buena práctica médica.

Hipócrates, por su parte, comenzó a hablar sobre los deberes éticos del médico y los plasmó

en su documento más famoso; “el juramento hipocrático”. En el cual planteaba una serie

preceptos que regían la conducta de los médicos para evitar todo mal e injusticia. Uno de los

compromisos presentes en la antigüedad, del cual aún se exige vigencia en las reflexiones

sobre la conducta de los médicos, está vinculado tanto con el paciente como con la Polis; se

trata del secreto médico.

Es importante señalar que la ética médica, en la antigüedad, estableció cuatro principios que

fundamentan la deontología de la práctica: beneficencia, no maleficencia, igualdad y justicia.


Los cuales analizaremos en breve. Estos principios también se mencionan en la obra de

Aristóteles “la ética nicomáquea” donde se concluye que la finalidad del ser es la felicidad

que se logra por medio de la salud. (Mena y Rubio, 2020)

Desde tiempos muy antiguos se ha visto una relación estrecha entre la filosofía y la medicina,

ya que ambas son necesarias para brindar un servicio digno y de calidad.

Después en el siglo V, el médico persa Ishaq ibn Ali al-Ruhawi escribe el primer código de

ética médica conocido como "Ética práctica del médico" o "Deontología médica práctica"

basado en los trabajos de Hipócrates, Galeno y Muhmmad ibn Zakariya ar-Razi médico,

filósofo y erudito que escribió “La conducta del médico”.

Para fines del siglo XVIII, el médico inglés sir Thomas Percival recibe, escribe un documento

orientado a determinar la conducta profesional de los médicos que laboraban en hospitales e

instituciones de caridad de Londres. Este importante documento fue la base de lo que

conocimos después como el Medical Ethics, publicado en 1803, que incluyó por vez primera

el término ética médica.

En 1846, en los Estados Unidos de Norteamérica se funda la American Medical Association

(AMA), que, en 1847, publica el primer código ético. Esta misma asociación en 1948, tras la

segunda guerra mundial, emite la declaración de Ginebra en la que se actualiza el juramento

hipocrático y se crea una base moral para los médicos.

Finalmente, el término de bioética proviene del informe de Belmont escrito en Estados

Unidos a final de los 70’s. (Caparó & Zúñiga, 2018)

Principios éticos de la medicina

Para adentrarnos en el estudio de la ética médica es necesario conocer el concepto de la

autonomía, la justicia, beneficencia y no maleficencia.


El principio de autonomía muestra un gran cambio en el paternalismo médico y también ha

influido en el pensamiento individualista. Este principio ha sido entendido como un límite

moral para la actuación del médico, este principio hizo posible el nacimiento del

consentimiento informado. De acuerdo a este principio, cualquier paciente tiene derecho a

elegir su tratamiento, estando consciente de los beneficios y riesgos que este implica. A

demás puede rechazar el tratamiento o cambiar de médico cuando el lo desee, respetando su

derecho a la libre elección. Ningún médico ético debe interferir en las decisiones del paciente,

no debe intentarlo persuadirlo y mucho menos amenizarlo.

Por su parte el principio de justicia regula el acceso a los servicios sanitarios o la distribución

de los recursos médicos. Todo paciente, sin importar su clase social, raza, sexo, escolaridad,

orientación sexual, etc. Tiene derecho al acceso a un buen servicio de salud y a los recursos

necesarios para ello. El médico no debe hacer distinción, ni debe “seleccionar” a los enfermos

que pueden o no acceder a un determinado servicio o bien sanitario.

El principio de beneficencia regula en gran medida el actuar del médico, ya que este principio

nos obliga a actuar siempre en beneficio del paciente. Un dilema ético en la actualidad podría

ser el realizar procedimientos médicos innecesarios por la necesidad del dinero, lo cual

corrompe todo objetivo principal de la medicina. Ya que en estos casos no se busca el

beneficio del paciente, si no, el propio.

Por último, tenemos el principio de la no maleficencia, el cual nos obliga a no ocasionar un

daño, esto influye en gran medida con el dilema ético de la negligencia médica, el cual, si

bien no es de manera intencional, los errores, descuidos o ausencia de atención, pueden llevar

a graves consecuencias en la salud del paciente, poniendo en riesgo no solo su integridad

física, sino también su salud mental, espiritual y social. Por ejemplo, a través del semestre

vimos varios ejemplos sobre incumplimientos a este principio, como lo fue el caso de
Tuskegee, en donde se llevaron a cabo estudios sobre la sífilis, jugando con la salud y la vida

de las personas involucradas. (Leon, 2011)

Conceptos básicos

Pero si bien ya entendemos los conceptos de los principios fundamentales para la medicina,

es imperativo comprender conceptos tales como el dolor, el sufrimiento, la agonía, la salud,

el bienestar, el objetivo de la medicina y la enfermedad.

La OMS define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no

solamente la ausencia de afecciones o enfermedad. Por lo cual, no solo se toma en cuenta el

bienestar físico, si no toda la esfera que rodea al paciente. Retomando de lo que se hablaba

al principio, tenemos en cuenta que somos seres individuales, con consciencia, sentimientos

y preocupaciones. No somos solo materia física, somos parte de un mundo con el que

interactuemos y este mundo que nos rodea nos afecta ya sea de manera positiva o negativa.

Por lo que el médico debe tener en cuenta que una enfermedad no solo afecta la parte física,

si no también afecta el ámbito social, por ejemplo, sus relaciones interpersonales, su trabajo,

sus actividades diarias y sus experiencias. También afecta el ámbito mental, nuestra mente

ante una enfermedad está muy susceptible a la tristeza, la angustia, la desesperación y el dolor

emocional. Por último, creemos que también es importante incluir en el concepto de la OMS

el ámbito espiritual, aunque no sea tangible, aquella espiritualidad nos brinda un ánimo, un

motivo de felicidad y su preservación es imperativa para el mejoramiento del paciente.

Ahora si bien ya definimos que la salud es estar en un bienestar con la esfera biopsicosocial,

¿Qué es bienestar? Según la RAE Vida holgada o abastecida de cuanto conduce a pasarlo

bien y con tranquilidad. También lo define como las cosas necesarias para vivir bien.

Por el lado contrario tenemos la enfermedad, la cual la OMS define como una alteración o

desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general
conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos, y cuya evolución es más o

menos previsible.

La asociación internacional para el estudio del dolor lo define como una experiencia sensorial

y emocionalmente desagradable, asociada con lesiones reales o potenciales. Este es uno de

los principales factores del sufrimiento, ya que el dolor afecta la calidad de vida del paciente.

Por otra parte, el sufrimiento va más allá de lo físico, ya que implica el sentir del paciente,

altera su apetito, sus ánimos, como se mueve y se relaciona consigo mismo y con otros

individuos, ya que el estado de ánimo se ve afectado por la enfermedad.

El dolor social, a su vez, se caracteriza por el aislamiento y la dificultad de comunicar el

sufrimiento. Puede ser desencadenado por la pérdida del papel en la organización familiar, el

miedo a la separación, el sentimiento de abandono, luto anticipado, etc.

El dolor agudo es el mecanismo de alerta del organismo en respuesta a una agresión

mecánica, química o térmica, mientras que el dolor crónico produce desequilibrios orgánicos

que disminuyen progresivamente las capacidades funcionales de una persona. (Corgozinho

et al., 2020)

Los nuevos fines de la medicina

Como primer fin tenemos la prevención de enfermedades y lesiones y promoción de la salud.

Este fin es fundamental ya que es deber del sistema de salud y de los médicos ayudar a los

pacientes a mantenerse en estado de salud con medidas preventivas destinadas a evitar o

aplazar complicaciones.

El segundo fin es el alivio del dolor o sufrimiento provocado por males, el dolor como ya fue

mencionado, es fácil de localizar pues es causa de una aflicción física, sin embargo, el

sufrimiento no es algo que se pueda medir o interpretar, en estos casos el médico debe ser
empático para poder ayudar al paciente. Y ambos deben ser tratados con la misma

preocupación para poder brindar un buen servicio.

En tercer lugar, tenemos la atención y curación de los enfermos y los cuidados a los

incurables. Esto se debe a que el fin primordial de la medicina es cuidar, no solo curar, esto

implica la atención incluso en enfermedades crónicas o terminales. Esto implica los cuidados

paliativos, que ayudan a pacientes terminales o crónicos a sobrellevar su enfermedad sin tanto

dolor y sufrimiento.

Por último, evitar la muerte prematura y tener una muerte tranquila es uno de los fines más

importantes, pero puede ser muy confuso. Ya que, en ocasiones, el evitar la muerte del

paciente implica prolongar su sufrimiento y a su vez el de sus seres queridos.

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