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FACULTAD DE MEDICINA
SEGUNDO SEMESTRE
CLINICAS 1
DR JOSE FELIX ZARAT MENDEZ
Historia de la Bioetica
Historia de la bioética La bioética actual es una corriente internacional iniciada en las últimas
décadas. Sus primeras manifestaciones aparecieron en Estados Unidos, a principios de los
años setenta. Y esta corriente se ha extendido posteriormente al resto de los países.
La palabra bioética fue acuñada en 1970 por Van Rensselaer Potter (1911-2001), que fue un
bioquímico dedicado a la investigación oncológica. Este investigador publicó un artículo
titulado: “Bioethics: The science of survival”,4 y un año más tarde su libro: Bioethics: Bridge
to the Future. 5 En estas obras argumentaba la necesidad de crear una nueva disciplina que
uniera el conocimiento biológico con el conocimiento de los sistemas de valores humanos.
Y en 1971 André Hellegers (1926-1979), médico obstetra, utilizó ya el término bioética para
dar nombre al primer instituto universitario de la disciplina, el Kennedy Institute for the Study
of Human Reproduction and Bioethics, localizado en la ciudad de Washington. Pero el
espaldarazo definitivo a la bioética lo dieron las comisiones de ética nombradas por el
gobierno de los Estados Unidos. La primera de estas comisiones fue The National
Commission for the Protection of Human Subjects of Biomedical and Behavioral Research.
Esta comisión nacional, tras cuatro años de trabajos, acabó publicando el Informe Belmont
en 1978. En este informe se proponían tres principios que habían de regir la investigación
con seres humanos. Y un año más tarde se publicó el libro de Beauchamp y Childress
Principles of Biomedical Ethics, en el que aparecían expuestos los principios que habían de
regir la toma de decisiones médicas: los famosos cuatro principios de respeto a la
autonomía, benefi cencia, no malefi cencia y justicia.
De esta manera, la bioética se trasladaba del terreno de la investigación al de la práctica
clínica. A pesar de su corta vida, la bioética en el campo de la medicina ha logrado un éxito
extraordinario. Ha contribuido a transformar el modelo paternalista de relación con los
pacientes y ha cambiado significativamente la forma de tomar decisiones médicas. Además,
ha servido para fundamentar desde un punto de vista ético la investigación con seres
humanos y ha tratado los problemas que suscitan las organizaciones sanitarias, además de
que ha generado debates sobre justicia y distribución de recursos.
La reflexión de la bioética está basado en los hechos concretos, principios y reglas. Los
principios guían al profesional de la salud hacia un enfoque particular en la solución de un
problema, pueden además cumplir con la función de justificación.
Son normas generales, son necesarios y suficientes para dirimir los dilemas éticos,
consisten en reglas que ordenan los argumentos y permiten resolver las diversas situaciones
, los principios y las reglas se consideran que obligan prima facie y no poseen carácter
absoluto, permitiendo resolver situaciones de conflicto, basándose en el principio que
predomine en la situación de salud determinada.
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Que es Bioetica:
La bioética es una disciplina que surge a mediados del siglo XX como respuesta al
desarrollo tecnocientífico sobre la vida. Su finalidad es elaborar un pensamiento
fundamentado en la ética, que responda a deliberaciones sustentadas en la razón, a fin de
ofrecer criterios éticos a la hora de tomar decisiones que afecten a la vida.
Una de las primeras formulaciones de la bioética hace referencia al sentido más global de la
supervivencia de la humanidad en la tierra, donde queda definida como "un llamamiento a
la responsabilidad de preservar el medio ambiente, la atmósfera y la biodiversidad".
Pero es en el campo de la investigación y de la actividad asistencial donde se ha
desarrollado más, surgiendo, por un lado, de la necesidad de regular la ética de la
investigación con sujetos humanos, después de la experiencia trágica durante la II
Guerra Mundial, a la vez que por el contexto clínico ante las dificultades de los profesionales
de tomar ciertas decisiones donde se planteaban conflictos de valores (recursos limitados,
decisiones al final de la vida, etc.). La bioética ofrece respuestas, proponiendo un diálogo
entre las diversas disciplinas de las ciencias y las humanidades para poder encontrar
soluciones a los posibles conflictos éticos de su día a día. Así, la bioética reflexiona de
manera global sobre cuestiones sociales que tienen que ver con la salud de las personas y,
por tanto, que interesan a todo el mundo.
Este principio está contemplado en el juramento hipocrático cuando expresa Dirigiré la dieta
con los ojos puestos en la recuperación de los pacientes, en la medida de mis fuerzas y de
mi juicio y les evitaré toda maldad y daño.
Se diferencia del principio de beneficencia en que pudiese en ocasiones hacer el bien al
paciente y sin embargo, acontecer complicaciones no contempladas que eventualmente
pudieran perjudicarlo directa o indirectamente.
El equipo de salud en servicio al paciente debe preocuparse por hacer el bien, y cuidarse de
no hacer daño a una persona o a un colectivo.
El principio de no maleficencia no debe ser considerado de forma aislada ya que muchos
procedimientos en el área de la salud pueden ocasionar daños y/o sufrimientos, así como
causar riesgos al paciente, sin embargo se justifican en razón de los beneficios que puedan
generar, que por supuesto deben superar al dolor y la discapacidad.
3. Principio de Autonomía: Consiste en que cada persona es autodeterminante para
optar por las propias escogencias en función de las razones del mismo, es decir, que
al hacer uso de la autonomía, cada quien conduce su vida en concordancia con sus
intereses, deseos y creencias.
El principio filosófico de la autonomía tiene su contraparte legal en el principio de
autodeterminación que en nuestro país se contempla en el articulo 44 de la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela que expresa: la libertad personal es inviolable. La
autonomía tiene su valor al ser una reafirmación de una de los rasgos fundamentales de la
persona y por principio porque tiende a promover el bienestar del sujeto al permitirle
seleccionar lo que considere que es mejor para él.
Según John Stuart Mill al hombre le pertenece plenamente aquella parte de sus actos que
no afecten a los otros, y sobre la cual la sociedad no debe interferir, ya que la autonomía
constituye la esfera de la libertad humana. Se puede definir como la obligación de respetar
los valores y opciones personales de cada individuo en aquellas decisiones básicas que le
atañen vitalmente. Supone el derecho incluso a equivocarse a la hora de hacer uno mismo
su propia elección.
El principio de autonomía da origen a la norma moral, de no coartar la libertad de la persona
y nos remite a la obligación de aplicar el consentimiento informado ante la toma de
decisiones en el campo de la salud (15). Lo cierto, es que en el modelo social emergente, se
tiende a que cada cual tenga derecho a opinar sobre su salud en ejercicio de su libertad, y
para lo que se requiere de un conocimiento, es decir, estar bien informado, la comprobación
de la competencia del enfermo para decidir y la ausencia de coerción.
El principio de la Autonomía visto filosóficamente corresponde al principio de
Autodeterminación desde un punto de vista legal, que en Venezuela se encuentra plasmado
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en nuestra Carta Magna en el capítulo III, de los derechos civiles donde se establece que
todos los venezolanos tienen derecho al libre desenvolvimiento en diversas áreas, sin más
limitaciones que las derivadas del derecho de los demás y del orden público y social. En
concordancia, la autonomía es la base fundamental del artículo 57 del Código de
Deontología Odontológica que expresa que toda persona debe expresar con absoluta
libertad su voluntad de aceptar o rechazar su condición de ser paciente, así como rehusar
determinadas indicaciones diagnósticas o terapéuticas.
Este principio es la base para una nueva relación paciente-profesional de la salud, ya que al
paciente se le trata como adulto responsable con la capacidad y el derecho de decidir entre
las opciones presentes, en una determinada situación clínica.
Una reflexión sobre la comprensión del principio de autonomía en la atención en salud nos
muestra una posible contradicción, cuando el equipo de salud, tomando en cuenta sus
funciones en los diferentes niveles de atención (prevención, promoción, curación y
rehabilitación), trata de cambiar estilos de vida, hábitos, costumbres, e incluso tradiciones,
que puedan estar reñidas con la salud de las personas y de la comunidad, lo que puede
verse como una intromisión en el mundo interno de esta comunidad, que lesiona su
independencia y por ende su autonomía.
4. Principio de Justicia: Para analizar este principio comenzaremos definiendo la
justicia que para muchos griegos y filósofos constituye el elemento fundamental de la
sociedad, consideran que algo es justo cuando su existencia no interfiere con el orden
al cual pertenece, el que cada cosa ocupe su lugar. Cuando no sucede así, y una
cosa usurpa el lugar de otra, o cuando existe alguna demasía, se origina una injusticia
y se cumple con la Justicia al restaurar el orden de origen, cuando se corrige y
sanciona la desmesura. En los aspectos sociales de la justicia se destaca el equilibrio
en el intercambio entre dos o más miembros de la sociedad.
El principio de justicia y equidad surge a partir de pensadores del ámbito de la salud,
sensibles a la problemática de aquellos más necesitados e insatisfechos con el modelo
utilitarista de Mill que establece el mayor bien para el mayor número de personas, lo cual
puede desproteger a las minorías y los marginados y se han visto en la necesidad de añadir
la teoría de John Rawls, sobre justicia social, centrada en la igualdad de los seres humanos
desde una óptica formal, que a ayudar a los menos favorecidos ante las desigualdades
sociales y económicas existentes entre los seres humanos, con el objeto de que las leyes,
instituciones y servicios públicos se encuentren organizados en forma tal que redunden en el
beneficio de las personas.
Este principio está relacionado con la norma moral de dar a cada quien lo que necesita, de la
cual se derivan diversas obligaciones, como realizar una adecuada distribución de los
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vida y de la atención a la salud, examinando esta conducta a la luz de los valores y de los
principios morales”.
Albert Jonsen,3(nacido en 1931), a su vez, distingue entre una bioética como disciplina
académica, elaborada por instituciones y por expertos, y una bioética como discurso público
que es el producto de la opinión pública y está promovida por una variedad de participantes
sociales. Y en este segundo sentido la bioética sería un nuevo espacio o foro de debate
público, más que una disciplina propiamente dicha. En cualquier caso, todas las definiciones
de la bioética propuestas hasta el momento incluyen la idea de que la bioética es “un estudio
interdisciplinar de los problemas suscitados por el conocimiento científico y por el poder
tecnológico que tenemos sobre la vida”. Y se le reconoce siempre la finalidad práctica de
servir para orientar las decisiones importantes. Conviene señalar, también, que la bioética ha
acabado produciendo dos líneas de desarrollo. Por un lado está la bioética clínica, que se
ocupa de los problemas de la asistencia y la investigación médica.
Y por otro lado está la bioética, que afronta los problemas relativos al medio ambiente. Potter
propuso llamar a esta segunda línea de desarrollo bioética global. Los artículos de esta
serie se ocuparán exclusivamente de la bioética clínica o ética clínica, que ha predominado
sobre la bioética global en todos los aspectos cuantificables.
Principales métodos y escuelas de la bioética La bioética en sus inicios fue entendida como
una ética aplicada de carácter principialista, porque pretendía resolver los problemas desde
principios éticos. A los primeros bioeticistas les parecía evidente que se necesitaban
principios desde los que pudieran deducirse leyes y normas. Albert Jonsen vio en ello la
expresión de la necesidad cultural norteamericana de subsumir las nuevas realidades bajo
principios claros sin ambigüedades. Y denominó moralismo americano a este abordaje ético
principialista.10 Jonsen mantiene que este abordaje se originó en la tradición religiosa del
calvinismo. Una tradición que ha generado un moralismo secularizado que mantiene una
adherencia rígida a la ley, las reglas y los principios. Sin embargo, el principialismo y el
deductivismo moral no eran solo una característica peculiar del moralismo americano,
puesto que la tendencia a deducir las normas y los juicios particulares desde principios
universales ha sido la característica de casi todos los sistemas occidentales de pensamiento
ético posteriores a Aristóteles, y por ello en el contexto latinoamericano el principialismo
aplicado a la bioética ha tenido también un enorme éxito. Sin embargo, en la actualidad la
bioética tiende cada vez más a entenderse como una ética práctica que intenta resolver los
problemas concretos utilizando una variedad de métodos.
Los principios del Informe Belmont eran aplicables solamente a los problemas de la
investigación. Pero Beauchamp y Childress, en Principles of Biomedical Ethics, extendieron
el procedimiento principialista a las decisiones clínicas, y elaboraron los llamados “cuatro
grandes principios” que llegaron a ser considerados el “santo y seña” de la bióetica:
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para los clínicos en el entorno español, figuran entre los primeros lugares aspectos éticos
como los problemas de información o confidencialidad, la toma de decisiones con pacientes
incapaces, el consentimiento informado, los problemas socio-sanitarios, los problemas por
desacuerdo con el ingreso o el alta del paciente, los conflictos con los familiares o las
diferencias con el paciente sobre su tratamiento (no aceptación del tratamiento o solicitudes
no ajustadas a lex artis). En el cuadro siguiente se exponen algunos de los problemas de
ética clínica más relevantes.
Principales problemas en ética clínica Manejo de la información
Problemas en el final de la vida
Decir la verdad Limitación de los esfuerzos terapéuticos
Consentimiento informado Obstinación terapéutica
Confidencialidad, intimidad y secreto médico
Paciente en coma Capacidad y competencia para tomar decisiones
Estados vegetativos persistentes y permanentes
Discrepancia de criterios Enfermos terminales (cuidados paliativos)
Rechazo a procedimientos terapéuticos o diagnósticos
Suicidio asistido Desacuerdo sobre la decisión, bien entre profesionales o con los
usuarios Eutanasia Rechazo del médico a los procedimientos (objeción de
conciencia)
Diagnóstico de muerte
Problemas de justicia Problemas en el inicio de la vida
Distribución de recursos escasos
Problemas relacionados con la sexualidad Prioridades en la gestión de recursos
Anticoncepción y esterilización
Costos sanitarios Métodos de reproducción artificial
Pacientes que abusan de los recursos Interrupción del embarazo
Conflictos de interés entre distintas partes
Uso de células madre.
Terapia génica Triage (unidad de cuidados intensivos, diálisis, catástrofes)
Diagnóstico prenatal Trasplantes (distribución de órganos) Consejo genético
Comités de ética para la asistencia sanitaria
Existen dos tipos de comités de ética.
Los comités de ética para la asistencia sanitaria (CEAS), que asesoran, median,
apoyan y hacen recomendaciones sobre los aspectos y conflictos éticos de la
asistencia sanitaria,
Los comités de ética para la investigación clínica (CEIC), que revisan y autorizan los
protocolos de investigación con seres humanos.
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Funciones de los CEAS Las principales funciones de los CEAS son la formación en bioética
en la institución donde están radicados, el asesoramiento a los profesionales de la institución
ante confl ictos éticos (y a los usuarios del centro) y la elaboración de recomendaciones ante
confl ictos éticos que sean reiterados en la institución. Estas recomendaciones pueden
formularse a través de protocolos o directrices y se elaboran para facilitar la toma de
decisiones cotidiana cuando aparezca el problema ético.
Los CEAS por tanto buscan esclarecer las dudas morales que surgen de la actividad clínica
diaria y, sobre todo, ayudar a tomar las mejores decisiones. Sin embargo, a pesar de ser
herramientas enormemente útiles, son infrautilizados tanto por los profesionales como por
los usuarios, que muchas veces desconocen su existencia y sus funciones. Utilidad de la
bioética En primer lugar, es importante señalar que la bioética se ha hecho necesaria para
hacer frente a los enormes cambios ocurridos en la ciencia, la técnica y la sociedad, cambios
que han creado nuevas situaciones que la antigua deontología profesional o la simple buena
conciencia resultaban insuficientes para resolverlos. Por otro lado, la bioética puede
contribuir a desarrollar la ética civil que necesitan las sociedades democráticas, compuestas
por ciudadanos autónomos capaces de deliberar y participar en las decisiones que les
afectan.
La bioética invita a la participación pública, instaurando procedimientos de deliberación
públicos a todos los niveles institucionales y sociales. Por ello ha contribuido a superar el
paternalismo y la imposición de códigos morales únicos. Sin embargo, una bioética
deliberativa no puede ser un árbitro que indique unilateralmente lo que es “moralmente
correcto”. La bioética es una ética de la responsabilidad porque sopesa los principios que
hay que aplicar en cada circunstancia, tiene en cuenta los compromisos y evalúa las
consecuencias de las decisiones.
En resumen, la bioética instaura una ética de la responsabilidad abierta, aproximativa y
probabilista, capaz de evaluar los riesgos, los costos y los beneficios. Asimismo, aspira a
conseguir regulaciones participativas y consensuadas en momentos de incertidumbre frente
a nuevos problemas.
Llegamos a la conclusión de que la bioética puede ser un vehículo adecuado para introducir
en la vida moral de nuestras sociedades:
• Racionalidad y diálogo para resolver los conflictos.
• Deliberación para tomar decisiones y alcanzar nuevos consensos sociales.
• Transparencia pública que evite desconfianzas e invite a colaborar.
• Autonomía individual y social, como valor que respeta la dignidad y las posibilidades de
todos.
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