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ASUNTO NÚMERO: 000369-ORO1-2023-CO

APELANTE: DARLING RAFAELA CASTILLO.

REPRESENTANTE LEGAL DE LA PARTE APELANTE: JUAN RAFAEL SANTAMARIA

ALVAREZ EN CALIDAD DE DEFENSOR PÚBLICO.

APELADO: FABIO ROBERTO FONSECA CASTILLO.

MOTIVO DEL ESCRITO: CONTESTACION DE APELACIÓN.

JUEZ ANTE QUIEN SE CONTESTA EL RECURSO DE APELACION: JUEZ PRIMERO LOCAL

CIVIL ORAL DE LEÓN.

JUEZ DE SEGUNDA INSTANCIA: JUZGADO DE DISTRITO CIVIL ORAL DE LEÓN.

Soy, FERNANDO JOSE LARIOS, mayor de edad, casado, abogado y notario público, con

cedula de identidad número 281-080987-0000k del domicilio de León, actúo en carácter de

Apoderado General Judicial del Señor FABIO ROBERTO FONSECA CASTILLO y en tal

carácter comparezco y expongo.

I.- IDENTIFICACIÓN DE LA CAUSA.

Me refiero a Demanda Declarativa Sumaria y con pretensión de Restitución de Inmueble por

Comodato Precario interpuesto por DARLING RAFAELA CASTILLO que se encuentra incoado

en su juzgado a Su Digno cargo, proceso dirigido en contra de mi representado 000369-ORO1-

2023-CO.

II.- NOTIFICACIÓN

A las diez y quince minutos de la mañana del día cuatro de septiembre del año dos mil

veintitrés, fui notificado a través cédula judicial, el auto dictado por su autoridad en fecha del uno

de septiembre del año dos mil veintitrés a las once y veinte minutos de la mañana del dos mil

veintitrés a las once y veinte minutos de la mañana en el cual se me confiere traslado por el

término diez días para contestar agravios.

III.- CONTESTACIÓN DE AGRAVIOS

En la calidad con que actúo de conformidad al Artículo 553 CPCN, vengo a contestar los

agravios y lo hago de la siguiente manera:


III. 1.- POR LO QUE HACE AL PRIMER AGRAVIO: El recurrente refiere que el análisis

realizado por la autoridad judicial de primera instancia viola los artículos 199, 200 y 201 CPCN.

Además, que los medios de prueba presentados por la parte demandada no demuestran de

manera indudable los requisitos necesarios para la prescripción adquisitiva, como justo título,

buena fe, posesión pacífica, continuidad y publicidad; cuestiona la falta de documentación que

respalde las supuestas mejoras realizadas por Fonseca Castillo en la propiedad. Se argumenta

que la excepción no cumple con demostrar plenamente el ánimo de dueño y se cuestiona la

buena fe del demandado. Además, se menciona que el análisis realizado por el juez de primera

instancia es subjetivo y no se realiza un análisis detallado de los requisitos de la prescripción

adquisitiva. En cambio, se da mayor peso al testimonio de los testigos de la parte demandada,

dejando de lado los testimonios presentados por la representación del autor. En tal sentido, es

importante recordarle al recurrente que los judiciales en materia de valoración probatoria actúan

bajo los criterios de la sana critica razonada, se debe de tomar en cuenta que implica un análisis

objetivo y razonado de las pruebas presentadas en el proceso judicial, observando su

pertinencia, credibilidad y coherencia, evaluando cuidadosamente cada elemento probatorio,

considerando su origen, forma de obtención y consistencia; en la sentencia recurrida el Judicial

fundamentó de manera coherente y razonada, cada uno de los medios de prueba, otorgando a

cada uno su valor de forma individual y en su conjunto utilizando la lógica, la razón, el sentido

común y la experiencia en la valoración, es evidente que los presupuestos necesarios para la

prescripción adquisitiva treintenal responden a los siguientes elementos de conformidad al Arto.

888 C que refieren a: Posesión: El poseedor debe tener la posesión efectiva del bien inmueble

durante un mínimo de treinta años, esta posesión debe ser continua, sin interrupciones, pacífica,

sin oposición por parte del propietario legítimo y de forma pública. Se debe hacer énfasis a la

buena fe del poseedor debe tener la creencia de que es el propietario legítimo del bien inmueble

y actuar de buena fe; debiendo ser conocida y visible para el público en general. Esto implica

que el poseedor debe actuar de manera abierta y no oculta su posesión del bien. Estos

presupuestos fueron demostrados con los testimonios de los ciudadanos JOSE JESUS

CHAVARRIA RUIZ y MARLON BETANCO quien fueron contestes, sin contradicciones y sin

concurrir circunstancias de incredibilidad o desacreditación al afirmar que mi representado

desde el año mil novecientos noventa hasta la fecha de la demanda ha tenido más de treinta y
tres años de encontrarse en posesión del mencionado bien, permaneciendo en ella de forma

continua, publica porque ellos son vecinos y tuvieron conocimiento en todos estos años que era

mi representado la persona que habitaba el inmueble, de la misma forma refirieron

armónicamente que el señor FABIO ROBERTO FONSECA CASTILLO realizo durante todos

esos años mejoras, construcciones y mantenimiento en el hogar lo que fue verificado y

respaldado por la Juez a Quo con el Reconocimiento Judicial quien constato la condiciones del

inmueble y que efectivamente es mi representado quien se encuentra habitando en el inmueble;

estos medios de prueba no pudieron ser desacreditados por la parte demandada en su

contrainterrogatorio, todo lo contrario, incluso en el contrainterrogatorio se logró acreditar

proposiciones fácticas de la propia parte demandada, por lo que los niveles de credibilidad en la

prueba de esta representación, se fortalecieron frente a la prueba de los demandantes. En

consecuencia, se cumplieron los requisitos legales establecidos en el Arto. 897 C que refiere

que la adquisición y el dominio de los bines comerciales es posible en virtud del lapso de treinta

años, aunque no se tenga título y cualquiera que sea la condición del poseedor; es así que las

fundamentaciones hechas por el Judicial fueron sustentadas en la experiencia y la razón por lo

que la sentencia está ajustada a derecho.

2. POR LO QUE HACE AL SEGUNDO AGRAVIO: El recurrente considera que viola el artículo

201 del CPCN refiriendo que los fundamentos de derecho carecen de un análisis responsable

de la norma sustantiva relacionada con la prescripción adquisitiva por treinta años, critica que el

análisis se limite únicamente al artículo 888 C. y al testimonio de las testificales presentadas por

la parte demandada. Alega que la sentencia carece de razonamiento jurídico y no se realiza un

análisis conjunto de la prueba, como lo establece el artículo 251 del CPCN, cuestiona la

valoración del reconocimiento judicial y argumenta que la carga de la prueba recae en la parte

demandada para demostrar los presupuestos de la prescripción adquisitiva, lo cual, según el

autor, no se logró. Por último, menciona que a través de testificales y documentales, se

demostró la posesión de la representada y los hechos posteriores a la adquisición de la

propiedad. En tal sentido no le asiste la razón al recurrente, el judicial, como se dijo en el acápite

anterior, aplicó acertadamente los criterios de la sana critica razonada, el recurrente pretende

acreditar la posesión con un título de dominio lo que resulta ser un absurdo porque el dominio

no siempre conlleva la posesión material y con las mismas declaraciones testificales se


demostró que a pesar de haber adquirido el bien inmueble jamás estuvo en posesión del mismo,

lo que también no se sostuvo con la prueba de cargo de los Señores EDUAL JOSE SALAZA y

TERESA DE JESUS LOAISIGUA, quienes versaron su testimonio en relacionar e insistir sobre

la existencia de una escritura de propiedad, lo que resulta incrédulo para cualquier ser humano

promedio tener la capacidad de recordar datos registrales de un documento público, solo

viéndolo, en el corto tiempo que dura el proceso de realizar una fotocopia y tener la capacidad

retención tanto años después que llego a rendir testimonio ante la judicial, tal circunstancia,

Honorable Juez, en lugar de fortalecer la teoría del caso de la parte demandada, debe tener

como un descredito total a la prueba de cargo. Es necesario hacer notar a su digna Autoridad,

que la parte apelante pretende sorprenderla a través del recurso de apelación al intentar

incorporar de manera disimulada pero dolosa, hechos que jamás fueron alegados como

proposiciones fácticas en la demanda y que tampoco fueron sostenidos por los testigos,

específicamente debe observarse en segundo agravio en la parte in fine dice textualmente: “el

hecho de que mi representada mes a mes viajaba del Cua Jinotega hasta León a supervisar su

casa de habitación y lógicamente el dominio sobre su propiedad”, tal afirmación no se encuentra

en la demanda, por lo que estamos frente a una evidente deslealtad procesal, falsedad y falacia

hacia su digna autoridad. El recurrente pretende obtener una valoración disminuida de los

medios de prueba al intentar hacer creer que solamente se acredito la existencia del bien

inmueble con el reconocimiento judicial; no obstante, la Juez A Quo pudo evidenciar y así

consta en el acta respectiva, no solo la ubicación y existencia del bien inmueble, sino también

que está en posesión por mi representado FABIO FONSECA CASTILLO, que habían mejoras

que se han realizado en el transcurso del tiempo, la buena condición del inmueble y la

apreciación de árboles frutales en el patio incluyendo un árbol de aguacate cuyo fruto es

reconocido por el vecindario.

3.- POR LO QUE HACE AL TERCER AGRAVIO:

El recurrente plantea la inconformidad con la parte resolutiva de la sentencia, debido a la

parcialidad percibida en el proceso, menciona que se presentó como prueba un medio técnico

de grabación, consistente en una reproducción de sonidos captados a través de un audio

enviado por WhatsApp en el teléfono celular de la representada. Sin embargo, la parte

demandada impugnó la validez de esta prueba argumentando una supuesta violación de


derechos constitucionales y el juez resolvió a favor de la impugnación y el recurso de reposición

fue denegado. Esta resolución fue objeto de protesta por parte del autor del documento. En

relación, a este medio de prueba pretendido ser incorporado en Segunda Instancia, se debe

hacer notar que abogado recurrente continua pretendiendo sorprender al Sistema de Justicia de

Nicaragua, y continua con su postura de agravios falsos y dolosos al pretender incorporar un

mensaje de audio enviado a una supuesta conversación por medio de la aplicación de

WhatsApp con fecha del catorce de octubre del año dos mil tres; sin embargo, la mentira tiene

piernas cortas y el mentiroso no corre lejos, de una simple búsqueda por cualquier explorador

de internet se puede constatar que la aplicación de WhatsApp salió al público hasta el año dos

mil nueve, es decir seis años después de la supuesta conversación, por lo que es

evidentemente ilícita, cuasi delictiva, por tal razón fue legalmente desechada por ilicitud. El

recurrente reincide en sus agravios mitómanos al insistir sobre dicho medio de prueba y ofrecer

el celular SANSUMG GALAXY S23Pro cuyo modelo salió al mercado hasta el año el año dos mil

veintitrés, por lo que al parecer el recurrente es un viajero del tiempo. En consecuencia, solicito

se declare inadmisible dicho medio probatorio y me reservo el derecho de hacer uso de la vía

penal en su momento por tales falsedades.

Así respondo los agravios y pido se tenga sin lugar el recurso de apelación.

V.- PETICIONES:

En tal sentido Honorable Juez, que concurro ante usted a pedir lo siguiente:

V.1.- Se me tenga como parte Apelada dentro del presente Recurso.

V.2.- No admita el medio de prueba ofrecido por la parte Recurrente y que fue correctamente

inadmitido en Primera Instancia.

V.4.- Se dicte Sentencia en el siguiente sentido:

a) Declare sin lugar el recurso de apelación de la sentencia interpuesto por la parte demandante

Señora DARLING RAFAELA CASTILLO y se confirme la sentencia recurrida número 88/2023

dictado por su autoridad a las dos de la tarde del Diecinueve de agosto de dos mil veintitrés,

b) Ordene regresar las diligencias a su lugar de origen para su cumplimiento de ley.

Señalo lugar para oír notificaciones oficina de Ley que sita en el tercer piso del edificio Lawyer

Oficina ubicada al costado sur de la catedral de León.


León, dos de septiembre de año dos mil veintitrés

Licenciado Fernando José Larios

Carné CSJ No. 20370

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