Está en la página 1de 3

Universidad Alberto Hurtado

Facultad de Filosofía y Humanidades


Licenciatura en Historia
Filosofía Medieval
Sebastian Casanova - Luis Soto

La apoteosis del Cristianismo primitivo

El trabajo que será exhibido a continuación será una discusión y/o reflexión que gira
alrededor del cristianismo y la filosofía. Vamos a poner dos perspectivas entorno a la
filosofía cristiana y como la fe interactúa con la razón; teniendo en consideración que, un
autor ve de mala manera las prácticas filosóficas helenas y otra que piensa lo contrario.

Para empezar, vamos a dar a conocer las dos fuentes escogidas para este informe. Primero
encontramos a Tertuliano, este fue un influyente teólogo cristiano y apologista que vivió en
los primeros siglos del cristianismo, específicamente en el siglo II y principios del siglo III
d.C. Su posición sobre la filosofía es conocida por ser constantemente crítica en gran
medida. Tertuliano tenía opiniones negativas sobre la filosofía griega y la consideraba en
líneas generales incompatible con la fe cristiana. Posteriormente analizaremos a San Justino
quien fue un filósofo y apologista cristiano del siglo II d.C.

Por otro lado, abordaremos a San Justino Mártir, en su dialogo de Trifón. En este texto el
autor mantiene un diálogo de muy al estilo socrático, donde abunda la retórica. Donde
discute aspectos filosóficos desde un claro posicionamiento griego, directamente algo neo-
platónico, con Trifón un judío que presenta desagrado y no está de acuerdo con la
anunciación y misión mesiánica de Jesús. A diferencia de Tertuliano, San Justino tenía una
perspectiva más positiva sobre la filosofía y creía que ciertos elementos de la filosofía
griega podían ser útiles para los cristianos.

En el texto de Tertuliano, “Sobre el Alma”, (pp. 52-55). El escrito aborda la problemática


que causa la confiabilidad de los cinco sentidos humanos (vista, oído, olfato, gusto y tacto)
y las críticas que han recibido a lo largo de la historia. Se menciona que algunos filósofos,
como Platón, han argumentado que los sentidos son engañosos y están estrechamente
relacionados con la opinión más que con la verdad, como podemos ver en el capítulo XVII:
“con toda certeza Platón, que declara al conocimiento sensible irracional y unido
estrechamente a la opinión” (Fernandez, 1979). Así dando a entender que los sentidos
pueden percibir las cosas de manera incorrecta debido a diversas causas, como la refracción
de la luz en el agua o la uniformidad del aire alrededor de un objeto entre algunos ejemplos
encontrados en el texto. De esta manera se critica la Academia y la filosofía por poner en
duda la confiabilidad de los sentidos y se destaca la importancia de los sentidos en la vida
cotidiana, la percepción y el entendimiento del mundo.

En la obra de San Justino, podemos apreciar como mediante el diálogo, este se posiciona a
favor de la tradición filosofica griega y como el sentido neoplatonico o quizá platónica
situandonos plenamente en le contexto, es donde este entiende que tanto la razón como la fe
van de la mano, más aún cosiderando, que en este periodo se buscaba el desarrollo de esta.
A su vez, el autor sostenía que la filosofía griega, en particular el pensamiento platónico y
estoico, había preparado el camino para la verdad revelada en el cristianismo. Creía que los
filósofos griegos habían captado de manera parcial algunas verdades morales y éticas que
se encuentran en la enseñanza de Jesús, siendo culmine la llegada de Jesús como mesias
puesto que este cumpliría con los requerimientos de las antiguas escrituras hebreas, siendo
por anunciación el enviado de Dios

Por otro lado, seria correcto afirmar que, a pesar de reconocer el valor de la filosofía griega,
San Justino argumentaba que la verdadera sabiduría se encontraba en la fe cristiana y en la
revelación divina. Además, creía que Jesucristo era la encarnación de la Sabiduría de Dios y
que la filosofía griega solo proporcionaba una visión limitada de la verdad. Por otro lado,
Justino también sostenía que la φιλοσοφία tenía sus limitaciones y que necesitaba ser
corregida y complementada por la enseñanza cristiana. Argumentaba que algunos aspectos
de la filosofía griega, como la adoración de múltiples dioses, eran incorrectos y debían ser
rechazados.

En conclusión, podemos apreciar como desde estos dos autores se expone de manera clara
y concisa, los dos extremos del cristianismo primigenio, por un lado, se encuentra la
postura crítica de Tertuliano, quien consideraba que la filosofía griega era incompatible con
la fe cristiana y, por otro lado, se encuentra la perspectiva más positiva de San Justino,
quien creía que ciertos elementos de la filosofía griega podían ser útiles para los cristianos
donde dentro de este constante roce con la influencia griega y la tradición hebrea de vivir
la fe, de manera estricta al antiguo testamento, además que podemos ver la base del
pensamiento medieval.

Bibliografía
Fernandez, C. ( 1979). Los Filósofos Medievales. Madrid: Catolica S.A.

También podría gustarte