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Bloque 2
“EL PENSAMIENTO MEDIEVAL: RELIGIÓN Y FILOSOFÍA”
1. INTRODUCCIÓN.
2. FILOSOFÍA Y CRISTIANISMO.
2.1. INTRODUCCIÓN.
2.2. DIFERENCIAS ENTRE FILOSOFÍA Y CRISTIANISMO.
2.3. PLATONISMO Y CRISTIANISMO.
2.4. CONCLUSIONES.
3.1. APOLOGÉTICA:
3.1.1. CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL.
3.1.2. PROBLEMAS FUNDAMENTALES.
3.2. PATRÍSTICA:
3.2.1. CONTEXTO HISTÓRICO Y CULTURAL.
3.2.2. RASGOS GENERALES.
3.2.3. PROBLEMAS FUNDAMENTALES.
3.3. ESCOLÁSTICA:
3.3.1. ETAPA DE FORMACIÓN (SIGLOS 1X-X).
3.3.2. ETAPA DE APOGEO (AÑOS 1000-1350).
3.3.3. ETAPA DE CRISIS (AÑOS 1350-1460).
5. VOCABULARIO BÁSICO.
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El pensamiento medieval: religión y filosofía
1. Introducción:
En el fin del mundo antiguo el desfondamiento del orden social romano lleva a
un progresivo acercamiento de la filosofía a la religión. Ya no se entiende la filosofía
con el ejemplo de la serenidad del sabio, propia de la época helenística, sino que se
busca la salvación, es una época de miedo a la razón.
Con el Edicto de Milán (año 313- siglo IV) y el reconocimiento de la libertad
de culto cristiano, la Iglesia se convertirá en el nuevo poder que monopolizará la
cultura y la administración estatal. Su férreo control ideológico irá persiguiendo todas
aquellas ideas que no concuerden con lo afirmado en la Biblia y, de esta manera, las
escuelas de pensamiento griegas irán desapareciendo o manteniéndose sólo en
algunas elites cultas.
La Edad Media abarca desde la caída de Roma en el año 476 d. C. hasta el
Renacimiento, ya en el siglo XV. Es un milenio que se suele calificar como
geocéntrico porque en él Dios ocupa el centro de la vida intelectual. Se pasa del
predominio de un discurso racional al predominio de un discurso estrictamente
religioso. El pensamiento se ocupa de la relación entre la fe cristiana y la razón, más
concretamente, se estudia la adaptación de la filosofía griega a los dogmas cristianos. La
tutela religiosa de la cultura queda reforzada por el hecho de que la Iglesia es la única
institución estable en medio de los constantes conflictos políticos que debilitan el poder
civil. Por ello, el saber y la creación cultural se refugian en los monasterios, sobre todo,
durante los primeros siglos.
Los primeros pensadores cristianos (los padres apologistas) rechazan
frontalmente todo aquello que no sea cristiano y, en concreto, la filosofía. Esto se
explica, por un lado, por la necesidad de defenderse frente a las persecuciones y
herejías; por otro, la razón griega es asimilada al paganismo y, por tanto, al error y a la
falsedad. La única verdad es la revelada por Dios.
Pasada esta fase, a la razón se le da el papel de instrumento válido al servicio de
la fe. Agustín de Hipona ( 354- 430 ), uno de los principales padres de la iglesia
(dentro de una corriente denominada patrística ), hace la primera gran síntesis entre
cristianismo y pensamiento griego, en concreto, con el platonismo, ya que era la
filosofía que tenía más influencia de ideas religiosas y , por ello mismo, más posibles
puntos de contacto con el cristianismo.
Se produce un desplazamiento de la actividad cultural y científica a Oriente.
En el año 529 el emperador Justiniano clausura las escuelas filosóficas de Atenas y los
filósofos se marchan llevándose las obras clásicas del pensamiento griego a Oriente. En
estos textos la filosofía de Platón y Aristóteles se fusionan, hecho que provocará
equívocos en su posterior interpretación, cuando en el siglo XIII sean recuperados en
Occidente.
Mientras tanto, el pensamiento cristiano ha fijado su credo básico y, para
transmitirlo, funda la Escolástica, formada por las escuelas monacales primero y,
después, por las escuelas catedralicias, que serán el embrión de las primeras
universidades. En ellas se reinicia poco a poco la reflexión y el debate filosófico,
aunque siempre dentro de los límites del credo cristiano.
En el siglo XIII la recuperación de parte de la obra de Aristóteles por el filósofo
árabe Averroes (1126- 1198) causa un gran impacto en la Universidad de París. Se
genera una gran controversia pues se encuentran con una explicación meramente
racional, que no recurre en ningún momento a la revelación, de todas las cuestiones que
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2. FILOSOFÍA Y CRISTIANISMO.
2.1. Introducción.
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EN SUS CONTENIDOS.
Hay una concepción de la realidad, el hombre, la verdad y la historia diferentes en cada
una de ellas. Contrastamos las ideas predominantes en el mundo griego con las que
impondrá el cristianismo.
a) La imagen de la divinidad.
1. El cristianismo defiende el monoteísmo frente al politeísmo de los griegos -o su
monoteísmo vacilante-.
2. En el cristianismo, Dios crea el mundo partiendo de la nada, idea que desde
Parménides había sido rechazada por el pensamiento griego. La imposibilidad de
que algo surja de la nada absoluta era considerada por ellos como un principio
racional incuestionable.
3. La idea de creación acentuaba el poder ilimitado de Dios, se dice que Dios es
omnipotente. Esto posibilitará, a su vez, la explicación de los milagros.
b) La concepción de la historia.
La afirmación de que Dios creó el mundo es una idea extraña a la filosofía griega y tiene
unas consecuencias manifiestas puesto que supone que:
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2.4. Conclusiones.
A diferencia de lo que había ocurrido con la filosofía griega, que había centrado su
reflexión en torno a la determinación del objeto, la filosofía medieval centrará su interés en
Dios. La filosofía helenística había dado una orientación práctica al saber, dirigiéndolo
hacia la felicidad del hombre. Es el caso del estoicismo y del epicureísmo, que habían
colocado a la ética en el vértice del saber. A lo largo de los primeros siglos de nuestra era,
la progresiva expansión del cristianismo y otras religiones mistéricas irá provocando la
aparición de otros modelos de felicidad o "salvación individual", que competirán con los
modelos filosóficos.
En definitiva, frente a la inicial hostilidad hacia la filosofía manifestada por algunos
de los primeros padres apologistas cristianos, sus continuadores encontrarán en la filosofía,
especialmente a partir del desarrollo del neoplatonismo de Plotino, un instrumento útil, no
sólo para combatir otras religiones o sistemas filosóficos, sino también para comprender, o
intentar comprender, los misterios revelados. Surge de ahí una asociación entre filosofía y
cristianismo o, más en general, entre filosofía y religión, que pondrá las bases de la futura
filosofía medieval, entre los cristianos, los musulmanes y los judíos. El tema fundamental
de reflexión pasará a ser la divinidad, quedando subordinada la comprensión e
interpretación del mundo, del hombre, de la sociedad, etc., al conocimiento que se
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pueda obtener de lo divino. La fe, que suministra las creencias a las que no se puede
renunciar, tratará de entrar en diálogo con la razón. La inicial sumisión de la razón exigida
por la fe, dejará paso a una mayor autonomía propugnada, entre otros, por Santo Tomás de
Aquino, que conducirá, tras la crisis de la Escolástica, a la reclamación de la independencia
de la razón con la que se iniciará la filosofía moderna.
3.1. Apologética.
La llamada filosofía cristiana no es un corpus que aparezca dado, sino el resultado de
un largo proceso de formación. Veamos las etapas en la formación del pensamiento
cristiano. La primera de estas etapas se denomina Apológética (Siglos II al V d. C.,
aproximadamente) porque en ella se intenta defender y justificar el nuevo punto de
vista cristiano.
3.1.1. Contexto histórico y cultural.
Se produce un desfondamiento del orden social romano, lo cual supuso el fin del
mundo antiguo. Con respecto a la cultura griega y su aceptación y transmisión, hay una
fragmentación del saber, que se recorta bajo el patrón del credo cristiano (la Biblia). Se
inicia una represión contra la ciencia y todo lo clásico, considerado ahora como pagano.
Como consecuencia de las persecuciones y los enfrentamientos ideológicos, surgen
las apologías, que son alegatos jurídicos en defensa del cristianismo, es decir, suponen el
esfuerzo por defender, en un imperio y contexto paganos, el reconocimiento de la fe
cristiana.
Se había de reinterpretar y asumir, dentro de la originalidad del cristianismo, el
pensamiento precedente. Era pasar de una filosofía animada por un espíritu religioso a
una religión capaz de consideraciones filosóficas (impuestas en parte por el prestigio del
modo de hacer de la cultura griega).
Desde esta perspectiva, el trabajo de estos primeros filósofos cristianos estará
centrado en la crítica de los elementos paganos de la cultura griega, que no eran
asimilables o compatibles con el credo cristiano. Por ello, son objeto de especial crítica
aspectos como la inmoralidad de los dioses, el politeísmo, la pluralidad de escuelas
filosóficas (a la que contraponen la unidad del cristianismo), la fatalidad (que contraponen
al libre albedrío -esto último les proporciona bastantes seguidores entre los esclavos-).
3.1.2. Problemas fundamentales.
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3.2. Patrística.
3.2.1. Contexto histórico y cultural.
Se desarrolla de los siglos IV al VIII d. C.,
aproximadamente. En esta etapa se
constituye la base del corpus doctrinal del
cristianismo. Históricamente, ocupa la
denominada "Edad de las tinieblas", en la
que hay una clara transición al feudalismo.
Hay una decadencia cultural y científica
absoluta. La cultura griega se recorta,
reinterpretándose. Se escriben los textos
básicos que servirán de base para las
discusiones del siglo XII y XIII en las Universidades (comentarios y enciclopedias).
Se produce un desplazamiento de la actividad cultural y científica a Oriente. En el
año 529, el emperador Justiniano clausura las escuelas filosóficas de Atenas, y los filósofos
se marchan, llevándose las obras clásicas a Oriente. Allí se traducen al sirio, después del
sirio, al árabe, y, más tarde, por obra de los árabes, se conocen directamente del griego. En
estos textos las filosofías de Platón y Aristóteles se fusionan, cosa que provocará
equívocos en su interpretación y clara distinción, cuando, en el siglo XIII, sean
recuperados en Occidente.
3.2.2. Rasgos generales.
La necesidad de exponer la doctrina cristiana que sigue al reconocimiento del
cristianismo (Edicto de Milán del 313) y la lucha contra las herejías (gnosticismo,
arrianismo, maniqueísmo,...) dará lugar a la producción de una extensa literatura de
escritos doctrinales, que se conoce con el nombre de la Patrística. Sus autores son
llamados los Padres de la Iglesia. Su tarea fundamental será redactar obras exponiendo el
cristianismo.
Se inicia así un pensamiento cristiano a partir del pagano, ya que al cristianismo
llegan espíritus de culturas muy diferentes, cada uno de ellos trae sus ideas personales y las
conserva, una vez convertido. Hay una labor sincrética -sin criterio- y ecléctica -con
criterio- muy grande y no muy coherente.
Su representante más destacado es Agustín de Hipona, que elabora un pensamiento
cristiano de fuerte raíz platónica y neoplatónica, que predominará y marcará la pauta
del pensamiento medieval hasta el siglo XIII, alargándose más allá su pervivencia, pero
ya no de forma unánime.
3.2.3. Problemas fundamentales.
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3.3. Escolástica.
Se desarrolla de los siglos IX al XIV y su rasgo básico es proteger y transmitir
el credo cristiano, para, más adelante, debatirlo. Hay distintas etapas.
3.3.1. Etapa de formación (siglos IX-X).
La primera etapa de la Escolástica coincide con la extensión del feudalismo por
toda Europa. Con respecto al valor que se le da a la cultura grecolatina, hay que reseñar
que, en el año 910, se realiza la Reforma de Cluny, la orden
religiosa más poderosa de la época, que mutila la cultura
clásica y la censura de forma implacable e inflexible.
Además, para contrarrestar las ideas paganas y heréticas, y
difundir su doctrina, se fundan, por parte de las distintas
órdenes religiosas, las Escuelas monacales y catedralicias.
En líneas generales se establece una subordinación de
la razón a la fe y se plantea el denominado “problema de los
universales”, que consiste en el intento de determinar qué tipo de realidad les
corresponde a los términos y conceptos más abstractos. En esta época se opta por una
solución conocida en la Historia de la Filosofía como “realismo platónico”: las ideas o
esencias son interpretadas al modo platónico, con existencia independiente y separada.
Pero ahora son concebidas como son el modelo que sigue Dios en el momento de la
creación. Por tanto, las Ideas están presentes en la mente divina.
3.3.2. Etapa de apogeo (años 1000-1350).
Se produce la creación de las primeras Universidades. En ellas se adopta como
método de estudio las Disputatio: se da a los alumnos textos seleccionados de distintos
autores sobre un mismo tema para ser debatidos. Se toman como base las compilaciones y
enciclopedias ya citadas. Significa un desarrollo de la retórica y la dialéctica. Por otro
lado, los reyes y Papas se enfrentan en la búsqueda de prestigio, fomentando sus
respectivas Universidades. Los reyes se centran en los estudios más prácticos -artes,
política, derecho...- y los Papas en temas teológicos.
Al final de esta etapa, se produce un cambio en la sociedad, provocado por el auge
de las ciudades y el inicio de la crisis del feudalismo. Aparecen más escuelas, que orientan
sus estudios hacia temas más pragmáticos -formar comerciantes y políticos- y menos
contemplativos -aunque éstos siguen siendo los más importantes-.
Hasta el siglo XIII, el pensamiento en Occidente había estado dominado
absolutamente por la filosofía cristiana de inspiración platónica, debido, básicamente, a
la influencia del agustinismo. Había un casi total desconocimiento de Aristóteles. Pero
no ocurría lo mismo en Oriente o en el mundo árabe. En esas culturas había un
momento de gran esplendor cultural. En ellas se había conservado y recuperado la
cultura antigua. Los árabes habían traducido del sirio a Aristóteles así como los
comentarios que a sus obras habían hecho los comentaristas griegos, en su mayoría
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a) Conflicto entre fe y razón: búsqueda del equilibrio. Hay una única verdad a la que
se puede acceder por caminos distintos pero convergentes. La teología sirve de
norma negativa a la filosofía. o bien le advierte que el método racional ha sido mal
usado puesto que ha llegado a falsas afirmaciones, o bien, que ha entrado en un
campo -reservado a la teología- en el que no es posible el argumento racional.
b) El problema de los universales y del conocimiento. En ambos defiende posturas
similares a las de Aristóteles:
- frente al método de conocimiento interior agustianiano, de inspiración
platónica, Tomás de Aquino afirma que el conocimiento se inicia y tiene su
origen en los sentidos. Con los datos que éstos nos proporcionan, el
entendimiento elabora los conceptos (universales) mediante la abstracción.
- los universales, obtenidos en el proceso de abstracción, son un reflejo real de
la esencia de las cosas, pero no se hallan en un mundo aparte, sino en las cosas
mismas. Es lo que se denomina “realismo moderado”.
3.3.3. Etapa de crisis (años 1350-1460).
Se viven situaciones históricas terribles: la peste, la guerra de los cien años,... Se
desmoronan las estructuras político-religiosas del medievo cristiano. El Cisma de
Occidente divide a la Iglesia, acentuándose el conflicto entre el poder político y el
religioso. Se inicia un proceso de secularización de la cultura, se abandona todo intento de
racionalizar la fe, es decir, se reconoce que la razón es una vía diferente de conocimiento
que la fe. Muchos teólogos llegan al convencimiento de que la fe se degrada al quererse
apoyar en la filosofía.
La ruptura entre teología y filosofía dejará libertad a ésta para ocuparse de otros
temas seculares más próximos. La experiencia como modo de conocimiento va obteniendo
cada vez más importancia en detrimento del valor tradicionalmente atribuido a la
deducción y a la autoridad, hecho que contribuirá decisivamente al avance logrado por la
ciencia moderna. En definitiva, el siglo XIV se caracterizará por el misticismo en lo
religioso y el criticismo en lo filosófico.
De entre todas las corrientes filosóficas de este siglo XIV destaca el nominalismo,
que es la más innovadora ya que implica un cambio radical de perspectiva. Se
autodenominan “modernos” para marcar su diferencia y separación con los filósofos de su
tiempo. Sus principales aportaciones fueron éstas:
a) Concepción de los universales. Son el resultado de una
invención humana, son sólo signos, nombres, fórmulas de
economía mental que utilizamos para designar a las cosas:
no tienen otra realidad, ni independiente de las cosas ni en
las cosas mismas. Por lo tanto, no existe ninguna otra
realidad más que lo individual (individualismo) y sólo puede
ser conocido a través de la experiencia (empirismo).
b) Crítica a la metafísica. La Navaja de Ockham: "En vano expliques con muchas
ideas o categorías lo que puedas decir y explicar en pocas". Es un principio de
simplicidad que atacaba el barroquismo conceptual de la síntesis aristotélico-
tomista.
c) Relación entre fe y razón. Defienden la supremacía de la razón, separando
definitivamente la teología de la filosofía. La idea de que la filosofía y la razón
eran autónomas fue favorecida por la recuperación de Aristóteles. Este había
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No hay una distinción clara entre razón y fe en la obra de San Agustín, lo que
marcará el discurrir de todo su pensamiento. Existe una sola verdad, la revelada por la
religión, y la razón puede contribuir a conocerla mejor. "Cree para comprender", nos
dice, en una clara expresión de predominio de la fe; sin la creencia en los dogmas de la
fe no podremos llegar a comprender la verdad, Dios y todo lo creado por Dios (la
sabiduría de los antiguos no sería para él más que ignorancia); "comprende para
creer", en clara alusión al papel subsidiario, pero necesario, de la razón como
instrumento de aclaración de la fe: la fe puede y debe apoyarse en el discurso racional
ya que, correctamente utilizado, no puede estar en desacuerdo con la fe, afianzando el
valor de ésta. Esta vinculación profunda entre la razón y la fe será una característica de
la filosofía cristiana posterior hasta la nueva interpretación de la relación entre ambas
aportada por santo Tomás de Aquino, y supone una clara
dependencia de la filosofía respecto a la teología.
El conocimiento
Aunque sin llegar a elaborar una teoría del conocimiento,
San Agustín se ocupará del problema del conocimiento,
tratando de establecer las condiciones en las que se puede dar
el conocimiento de la verdad, según el ideal cristiano de la
búsqueda de Cristo y la sabiduría.
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Antropología
Dios
También encuentra a Dios en el interior del hombre, a donde San Agustín acostumbra a
dirigirnos para encontrar en nosotros la verdad. Es precisamente por ese camino por el
que vamos a encontrar la que suele considerar con propiedad la demostración de la
existencia de Dios a partir de las ideas o verdades eternas: el fundamento de tales
verdades inmutables no puede estar en las cosas creadas, que son cambiantes, sino que
ha de estar en un ser inmutable y eterno, a su vez; es decir, en Dios.
Ética y política
La ética agustiniana, aunque inspirada directamente por los ideales morales del
cristianismo, aceptará elementos procedentes del platonismo y del estoicismo, que
encontramos también en otros aspectos de su pensamiento. Así, compartirá con ellos la
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1.1
"Así, pues, ¡oh Señor!, Tú que das inteligencia a la fe, concédeme, cuanto conozcas que me sea
conveniente, entender que existes, como lo creemos, y que eres lo que creemos. Ciertamente, creemos
que Tú eres algo mayor que lo cual nada puede ser pensado.
2.2
Se trata de saber si existe una naturaleza que sea tal, porque el insensato ha dicho en su corazón: no hay
Dios.
2.3
Pero cuando me oye decir que hay algo por encima de lo cual no se puede pensar nada mayor, este mismo
insensato entiende lo que digo; lo que entiende está en su entendimiento, incluso aunque no crea que
aquello existe.
2.4
Porque una cosa es que la cosa exista en el entendimiento, y otra que entienda que la cosa existe. Porque
cuando el pintor piensa de antemano el cuadro que va a hacer, lo tiene ciertamente en su entendimiento,
pero no entiende todavía que exista lo que todavía no ha realizado. Cuando, por el contrario, lo tiene
pintado, no solamente lo tiene en el entendimiento sino que entiende también que existe lo que ha hecho.
El insensato tiene que conceder que tiene en el entendimiento algo por encima de lo cual no se puede
pensar nada mayor, porque cuando oye esto, lo entiende, y todo lo que se entiende existe en el
entendimiento.
2.5
Y ciertamente aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado, no puede existir sólo en el
entendimiento. Pues si existe, aunque sólo sea también en el entendimiento, puede pensarse que exista
también en la realidad, lo cual es mayor. Por consiguiente, si aquello mayor que lo cual nada puede
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pensarse existiese sólo en el entendimiento, se podría pensar algo mayor que aquello que es tal que no
puede pensarse nada mayor.
2.6 Conclusión
Luego existe sin duda, en el entendimiento y en la realidad, algo mayor que lo cual nada puede ser
pensado."
El argumento ontológico fue llamado así por primera vez por Kant (s. XVIII), y
ha sido uno de los argumentos más polémicos de la historia de la filosofía. Filósofos de
la talla de Descartes y Hegel lo consideran válido y lo introducen en sus respectivos
sistemas. Otros, como Sto. Tomás, Hume y Kant, rechazarán la validez del argumento,
negando su fuerza probatoria. San Anselmo introduce el argumento en el contexto de
una plegaria a Dios y su estructura lógica puede resumirse como sigue:
a)Concebimos a Dios como aquello mayor que lo cual nada puede pensarse, y esa idea
de Dios es comprendida por cualquiera.
b) Pero aquello mayor que lo cual nada puede pensarse debe existir no sólo
mentalmente, en la idea, sino también extramentalmente, en la realidad, pues siendo la
existencia real una perfección, será más perfecto ("mayor que…..") el ser existente en la
realidad que otro que posea los mismos atributos pero que sólo exista mentalmente; de
otro modo caeríamos en una flagrante contradicción, lo que no puede ser aceptado por
la razón.
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real (lo existente) no está justificado, dado que dichos elementos no son homogéneos.
Para explicar la ilegitimidad del mismo se sirve de una metáfora: supongamos que
alguien tiene la idea de unas Islas Afortunadas perfectas y paradisíacas, y concluye que,
a partir de tal idea, deben existir necesariamente debido a su perfección, pues la
existencia es una perfección. Nadie daría crédito a la persona que argumentara de tal
modo y pretendiera demostrar así la existencia de dichas islas, resultando clara la
ilegitimidad del argumento, tal como ocurre con la prueba anselmiana de la existencia
de Dios.
Parece entonces que la idea de Dios que pide al principio de su prueba San
Anselmo no es la que puede tener cualquiera en su mente, sino que supone compartir
varios presupuestos doctrinales o filosóficos, entre los que se han destacado los
siguientes:
Por esta razón Sto. Tomás rechazará la validez del argumento, eligiendo una
dirección totalmente opuesta a la de San Anselmo en sus cinco pruebas en las que
tomará la experiencia, la realidad sensible, como el punto de partida de su
argumentación, siguiendo su formación aristotélica, que no acepta otro punto de partida
del conocimiento sino la experiencia.
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La metafísica tomista.
Al igual que para Aristóteles, para Sto. Tomás la metafísica es la ciencia del "ente
en cuanto ente" y, como tal, la ciencia de las primeras causas y principios del ser. Al
igual que Aristóteles aceptará, pues, la teoría de las cuatro causas, la teoría de la
sustancia y la teoría del acto y la potencia. Pero la necesidad de conciliar el
aristotelismo con el cristianismo le llevará a introducir una nueva estructura metafísica,
utilizada ya por Avicena: la de la distinción entre esencia y existencia. Además,
recurrirá a las teorías platónicas de la participación, de la causalidad ejemplar y de los
grados del ser.
Para Sto. Tomás, del mismo modo que para Aristóteles, la sustancia es
identificada con la entidad concreta y particular, constituida por un compuesto
indisoluble de materia y forma. En cuanto tal, es el modo privilegiado de ser, el sujeto
en el que inhieren los accidentes, las formas de ser que no son sujeto sino que se dan en
un sujeto. Acepta, por lo tanto, la misma ordenación de las categorías accidentales que
Aristóteles: cantidad, cualidad, relación, lugar, tiempo, posición, estado, acción y
pasión. ¿Es posible la existencia de sustancias que no estén compuestas de materia y
forma? Ha de serlo, si se pretende conciliar la filosofía aristotélica con la revelación,
que se refiere, al menos, a dos de ellas: los ángeles y Dios. Pero será preciso recurrir a
otros elementos metafísicos no aristotélicos, como veremos posteriormente, para poder
explicar su posibilidad.
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distinta de todas las demás? La distinción que ya había establecido Avicena entre la
esencia y la existencia será la respuesta que buscará santo Tomás: además de las
estructuras anteriormente citadas, y basada especialmente en la teoría del acto y la
potencia, habrá que distinguir en cada sustancia la esencia de la existencia. La esencia
está respecto a la existencia como la potencia respecto del acto. Lo que una cosa es, su
esencia, puede ser comprendido independientemente de que esa cosa exista o no; e
independientemente de su existencia o no, la esencia se mantiene inalterable siendo lo
que es.
La concepción de la esencia se
modifica con respecto a la concepción
aristotélica: para Aristóteles la esencia
venía representada exclusivamente por la
forma; para Sto. Tomás la esencia de los
seres contingentes comprende también la
materia, y la esencia de los seres
espirituales se identifica exclusivamente
con la forma, ya que carecen de materia.
Se establece pues una separación radical
entre Dios y el mundo, haciendo del
mundo una realidad contingente, es decir, no necesaria, y que debe su existencia a Dios,
único ser necesario. Por lo demás, en la medida en que la existencia representa el acto
de ser, se establece una primacía de ésta sobre la esencia. Esta identificación del ser con
la existencia le permitirá a Sto. Tomás hablar de seres constituidos por formas puras,
como los ángeles y Dios, distinguiéndose en que los ángeles reciben también la
existencia de Dios. Le es posible, entonces, admitir sustancias inmateriales, lo que
desde una posición estrictamente aristotélica resultaría difícilmente sostenible.
La existencia de Dios.
Por lo que respecta la existencia de Dios, Sto. Tomás afirma taxativamente que
no es una verdad evidente para la naturaleza humana, (para la razón,) por lo que,
quienes la afirmen, deberán probarla. La existencia de Dios, nos dice, es evidente
considerada en sí misma, pero no considerada respecto al hombre y su razón finita y
limitada. Tanto es así que ni siquiera las diversas culturas o civilizaciones tienen la
misma idea de Dios (judaísmo, islamismo, cristianismo, politeísmo...) e, incluso, ni
siquiera todos los hombres pertenecientes a la misma cultura poseen la misma idea de
Dios. Y esto es un hecho ante el que no cabe discusión. Con ello pretende recalcar tanto
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Siendo tal la posición de Sto. Tomás comprendemos por qué criticará duramente
el argumento ontológico y rechazará su validez. El argumento anselmiano toma como
punto de partida la idea de Dios como ser perfecto, pero tal idea, dice Sto. Tomás,
procede de la creencia, de la fe, y no tiene por qué ser aceptada por un no creyente.
Pero, además, el argumento de San Anselmo contiene un paso ilegítimo de lo ideal a lo
real: pensar algo como existente no quiere decir que exista en la realidad. La existencia
pensada no tiene más realidad que la de ser pensada, la de estar como tal en nuestro
entendimiento, pero no fuera de él. Para Sto. Tomás la existencia sólo puede ser
alcanzada si partimos de la existencia y argumentamos a partir de ella. Y la única
existencia indudable para nosotros es la existencia sensible. Por ello desarrollará sus
cinco pruebas de la existencia de Dios a partir siempre de la experiencia sensible, la
primera pero no la única forma de experiencia que el hombre conoce...
LAS CINCO VÍAS DE LA DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS.
En la Suma Teológica, primera parte, capítulos 2 y 3, encontramos formuladas
las cinco pruebas tomistas de la demostración de la existencia de Dios, (conocidas como
las "cinco vías"), que se exponen a continuación:
1. Primera vía (basada en la realidad de la existencia del movimiento):
nos consta por los sentidos que hay seres de este mundo que se mueven; pero todo lo
que se mueve es movido por otro, y, como una serie infinita de causas es imposible,
hemos de admitir la existencia de un primer motor no movido por otro, inmóvil. Y ese
primer motor inmóvil es Dios.
2. Segunda vía (basada en la causalidad eficiente):
nos consta la existencia de causas eficientes que no pueden ser causa de sí mismas, ya
que para ello tendrían que haber existido antes de existir, lo cual es imposible. Además,
tampoco podemos admitir una serie infinita de causas eficientes, por lo que tiene que
existir una primera causa eficiente incausada. Y esa causa incausada es Dios.
3. Tercera vía (basada en la distinción entre seres necesarios y contingentes):
hay seres que comienzan a existir y que perecen, es decir, que no son necesarios; si
todos los seres fueran contingentes, no existiría ninguno, pero existen, por lo que deben
tener su causa, pues, en un primer ser necesario, ya que una serie causal infinita de seres
contingentes es imposible. Y este ser necesario es Dios.
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Antropología y psicología.
También la concepción del ser
humano en Sto. Tomás está basada en la
concepción aristotélica. Pero, al igual
que ocurre con otros aspectos de su
pensamiento, ha de ser conciliada con
las creencias básicas del cristianismo: la
inmortalidad del alma y la creación.
El ser humano es un compuesto
sustancial de alma y cuerpo,
representando el alma la forma y el
cuerpo la materia de dicha sustancia.
Frente a la afirmación de algunos de sus predecesores de que existen en el ser humano
varias formas sustanciales, como la vegetativa y la sensitiva, Sto. Tomás afirma la
unidad hilemórfica del ser humano, que constituye una unidad en la que existe una
única forma sustancial, el alma racional, que informa inmediata y directamente a la
materia prima constituyendo el compuesto "hombre".
Del mismo modo que Aristóteles había concebido la existencia de una sola alma
en el ser humano, que engloba las funciones vegetativa y sensitiva, Santo Tomás afirma
que esa única alma es la que regula todas las funciones del "hombre" y determina su
corporeidad. El alma se sigue concibiendo, pues, como principio vital y como
principio de conocimiento, pero se rechaza la interpretación platónica de la relación
entre el alma y el cuerpo, en el sentido de que Platón había atribuido al alma, y no al ser
humano, esas funciones vitales y cognoscitivas, mientras que la interpretación
hilemórfica de Santo Tomás le llevará a atribuir esas funciones al "hombre": es el ser
humano, el individuo, el que vive y conoce, el que razona y entiende, el que imagina y
siente. Todo ello es imposible sin tener un cuerpo, por lo que éste ha de pertenecer al
"hombre" con el mismo derecho que le pertenece el alma.
La relación del alma y el cuerpo es una relación natural, no una situación forzada
y antinatural, según la cual estaría el alma en el cuerpo como el prisionero en la celda.
No se puede interpretar la interdependencia entre el alma y el cuerpo como un castigo
para el alma, en contra de lo que los neoplatónicos afirmaban, y que dio pie al desarrollo
de algunas herejías basadas o inspiradas en el gnosticismo, como la de los cátaros.
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Ética y política.
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La ley positiva y las formas de gobierno. La ley positiva ( ley promulgada por
quien tiene a su cargo la comunidad) es la”ordenación de la razón” para el bien
común, y como tal, debe ser justa y moral, es decir reflejo de la ley natural, que
impone siempre buscar el bien y evitar el mal. Para lograr tal fin, no debe
imponer cargas imposibles y debe tener en cuenta las circunstancias de tiempo y
lugar, respetando las tradiciones de los pueblos, esto implica:
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de acción política. No menos actuales son sus ideas sobre la ley natural, el respeto, la
responsabilidad y la libertad como fundamento de los derechos humanos.
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5. VOCABULARIO BÁSICO.
1. Apologética: término que designa a un conjunto de pensadores cristianos
de la primera etapa de difusión del cristianismo. Estos autores se
dedicaron a realizar una apología o defensa de la fe cristiana y, sobre
todo, de aquellos contenidos de ésta que más extraños resultaban en el
contexto de la cultura griega: creación del mundo desde la nada, nueva
concepción del ser humano, carácter personal de Dios, etc.
2. Argumento ontológico: argumento desarrollado por Anselmo de
Canterbury que pretende demostrar racionalmente la existencia de Dios.
Tal argumento parte de una definición de Dios: Dios es el ser mayor (en
el sentido de más perfecto, esto es, el que tiene más realidad) que
podemos pensar. Aceptada esta definición, se concluye que Dios existe,
pues, de lo contrario, podríamos pensar otro ser mayor. Pero, por la
definición antes dada, éste no podría ser otro que el mismo Dios. Tal
argumento conduce, por tanto, a sostener que en la esencia de Dios está
incluida su existencia.
El argumento no se basa en ninguna prueba empírica, sino en el solo
concepto mental de Dios. Fue muy célebre durante la Edad Media y a él
también recurrieron pensadores modernos, como el propio Descartes.
3. Artículos de fe: para Tomás de Aquino, son aquel tipo de verdades que
sólo pueden ser conocidas a través de la fe, (por ejemplo, que Dios es
una persona y tres sustancias al mismo tiempo).
4. Averroísmo latino: se denomina así a una corriente de pensamiento
cristiano que está inspirada en la obra del filósofo musulmán Averroes.
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