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Los mayas no solo inventaron un sistema numérico, se destaca el gran avance en las
matemáticas, en la astronomía, arquitectura, también un sistema jeroglífico de escritura,
sino que también crearon un color intenso de fuerte carga simbólica cuyo uso se expandió
por toda Mesoamérica y que influenció de manera importante el arte.
Gracias a la exactitud de sus números los mayas tenían sistemas de calendario muy
complejos y entrelazados, que eran tan exactos como los calendarios de hoy día.
Usando su conocimiento en astronomía y matemáticas, Los antiguos mayas tenían una
fascinación con los ciclos del tiempo. Los calendarios mayas más conocidos son el
Haab y el Tzolk’in. Además de éstos, los mayas también desarrollaron el calendario de
Cuenta Larga para dar fecha cronológica a eventos mitológicos e históricos. El calendario
de Cuenta Larga incorpora ambos calendarios, el Haab y el Tzolk’in, entrelazados en un
ciclo de 52 años. El ciclo de 13 baktún del calendario maya de Cuenta Larga dura 1.872.000
días o 5.125,366 años tropicales.. Este ciclo de 13 baktún termina en el solsticio de invierno
El ciclo del Haab es de 365 días y se aproxima al año solar. El Haab es un calendario de
diecinueve meses. El Haab está compuesto de 18 meses, llamados “uinal”, de 20 días, y un
mes de 5 días. Este mes de 5 días se llama “Wayeb”. De este modo, 18 x 20 + 5 = 365 días.
El calendario sagrado maya se llama Tzolk’in en el idioma maya yucateco y Chol Q’ij en el
idioma maya quiché. Este calendario está compuesto por una sucesión de glifos de 20 días
en combinación con los números 1 al 13, produciendo así 260 días únicos. La duración del
Tzolk’in concuerda con los nueve ciclos de la Luna y el período de gestación de los seres
humanos. El Tzolk’in también está relacionado con los movimientos del Sol, el paso cenital
y el ciclo de crecimiento del maíz.
Economía
Los mercaderes mayas comerciaban con más de un centenar de productos, desde
el maíz y las frutas que circulaban en los mercados locales hasta la obsidiana, la
piedra verde y los ornamentos de oro que llegaban de tierras distantes.
La agricultura del maíz (milpa) constituyó la columna vertebral de la economía
maya, tanto durante el período Clásico como en el Postclásico. Básicamente, se
empleó el sistema de la milpa que consistía en el cultivo intensivo y rotativo de los
empobrecidos suelos selváticos, pero también lo eran los tubérculos como la
mandioca, los frijoles, la calabaza, el amaranto y los chiles.
Religión
La religión maya fue una de las más complejas y sofisticadas del mundo indígena
americano, debido a la importancia que tenía en todos los niveles de la sociedad.
Cada individuo poseía un dios tutelar que guiaba su vida cotidiana; además de
existir numerosas divinidades domésticas. Las ciudades mayas eran ante todo
centros ceremoniales, donde la religión cumplía el propósito de legitimar una rígida
jerarquía social. Dentro de ella los sacerdotes, especialmente durante el período
Clásico, constituyeron un grupo de poder que llegó incluso a regir los destinos
políticos de los mayas.
Itzamná el Señor de los Cielos, la Noche y el Día, era invocado principalmente para
que evitara las calamidades públicas, pues se trataba de un dios benévolo siempre
amigo del hombre. Otras deidades importantes del Posclásico eran Chaac, el dios
de la lluvia y Yum Kax, el dios del maíz y de los bosques. Entre los dioses malévolos
del Inframundo o las tinieblas, sobresalía Ah Puch, el dios de la muerte asociado
también a la guerra y a los sacrificios humanos.