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Tema 6

Práctica Procesal Penal

La responsabilidad penal
de sujetos especiales:
personas jurídicas y
menores
Índice
Ideas clave 3
6.1. Introducción y objetivos 3
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6.2. Los tres tipos posibles de autores del delito 4


6.3. La responsabilidad penal de las personas
jurídicas 8
6.4. La responsabilidad penal de los menores 26

A fondo 49

Test 54
Ideas clave

6.1. Introducción y objetivos

En este tema se presentan los posibles sujetos del delito que durante mucho tiempo
solo podían serlo las personas físicas o naturales, pero desde el año 2000, los
menores de entre 14 y 18 años, y desde 2010, las personas jurídicas son sujetos
aptos para exigírseles responsabilidad penal.

De ese modo, se han ampliado los sujetos activos del delito y, por tanto, en la
actualidad, contamos con tres clases o tipos de posibles autores de los hechos
delictivos, que sobre la base común del Código Penal (CP) y las leyes penales
especiales, pueden ser acusados y condenados de delitos.

La especialidad es que menores y personas jurídicas tienen una regulación propia que
es lo que en el presente tema se expone. Su régimen jurídico, con cita de los artículos
específicos se hace en el tema, pero es conveniente la consulta directa de las normas
que regulan sus especialidades procesales y que se citan en los apartados
correspondientes.

Los objetivos que se pretenden conseguir son los siguientes:

 Aprender la regulación de la responsabilidad penal de los sujetos especiales:


personas jurídicas y menores, respectivamente.
 Identificar las diferentes sanciones penales que se les puede imponer a los sujetos
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especiales en sus respectivos procesos penales.


 Conocer las especialidades procesales en relación con las personas jurídicas y los
menores cuando están sometidos a la actividad jurisdiccional para la exigencia de
responsabilidad penal.

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6.2. Los tres tipos posibles de autores del delito

Los posibles responsables de los delitos son: personas físicas, personas jurídicas y
menores.

Personas físicas

Una de las clasificaciones que puede hacerse de los tipos de procesos penales pivota
sobre quien sea el autor. Y así, se habla de procesos comunes u ordinarios en que el
posible autor del delito puede ser cualquier persona, y procesos especiales, con
relación al sujeto activo, en que la persona a enjuiciar presenta alguna característica
especial.

En tal sentido, la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim) en su Título I del Libro IV


(artículos 750 a 756 ambos inclusive.) trata «Del modo de proceder cuando fuere
procesado un Senador o Diputado a Cortes», estribando dicha especialidad, no solo
en que el órgano de enjuiciamiento va a ser la Sala Segunda del Tribunal Supremo
(art. 57 1 2º LOPJ), sino en que se requiere la autorización por el cuerpo colegislador
correspondiente, mediante el otorgamiento del «suplicatorio» instado por el juez o
tribunal «que encuentre méritos para procesar» al parlamentario en cuestión.

Sabemos que la responsabilidad por un hecho delictivo puede exigirse a título de


autor o de cómplice, figuras delictivas que vienen definidas en los artículos 28 y 29
CP.

Son autores «quienes realizan el hecho por sí solos, conjuntamente o por medio de
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otro del que se sirven como instrumento». E igualmente los inductores y los
cooperadores necesarios con un acto sin el cual no se habría efectuado (art. 28 CP).

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Son cómplices los que, no hallándose comprendidos en el artículo anterior,
«cooperan a la ejecución del hecho con actos anteriores o simultáneos». Se trata de
que se presta una cooperación meramente auxiliar o de ayuda, pero que no resulta
imprescindible para la realización del hecho delictivo (art. 29 CP).

Por otro lado, si en el delito hay más de un partícipe, se habla de la coautoría.

En esta delincuencia plural, no basta detectar la presencia en el lugar de los hechos,


es preciso, por el contrario, determinar si existe responsabilidad penal y su grado,
que puede ser muy variado: inductor, cooperador necesario, cómplice…

Como ya vimos, ayudan a la calificación de dicha participación diversas teorías:

 La del pactum scaeleris, o acuerdo de voluntades entre los que deciden tomar
parte en el delito.
 La doctrina del dominio funcional del hecho que dice son coautores quienes
realizan conjuntamente el hecho delictivo realizando aportaciones relevantes
durante la fase de ejecución del delito.
 La llamada imputación recíproca, en cuya virtud se entiende que todos los
partícipes en el delito aceptan implícitamente lo que cada uno haga.
 La coautoría adhesiva en la que basta que el acuerdo surja durante la ejecución,
uniéndose a los hechos.
 El dolo compartido en el que se produce la coincidencia de las voluntades de todos
los partícipes.

En todos estos casos, ya sea que participe una o más personas, nos referimos al
supuesto común u ordinario, en el que los partícipes son personas físicas o naturales
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sin una especial condición.

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Distinto es el caso del responsable a título lucrativo. En el art. 122 CP se sanciona lo
que clásicamente se entiende como receptación civil, situación en la que quien no
participa en el delito, pero sí del producto de este debe restituir o resarcir aquello de
lo que se haya lucrado, en la cuantía de su efectiva participación.

El fundamento de este precepto, como dijera la STS 532/2000, de 30 de marzo,


estriba en que nadie debe enriquecerse indebidamente, del producto de negocios
que derivan de una causa ilícita que ha reportado un perjuicio a la víctima de aquellos.

Lo que la doctrina viene llamando un testaferro u «hombre de paja», es la persona


que da la cara actuando materialmente en nombre de otro —el hombre de atrás—
que es el autor intelectual, controla al primero y se beneficia de la actuación del
testaferro.

Este personaje puede responder como coautor o mero cómplice, según realice un
aporte o aportes esenciales o simplemente ayude o auxilie al hombre de atrás. Pero
cuando el partícipe no es plenamente conocedor de que toma parte en un delito, y
en realidad, se convierte en un mero «instrumento» del verdadero autor, que lo
utiliza en su exclusivo interés, su contribución puede ser impune.

Incluso alguna sentencia ―STS de 14 de julio de 2011, RC 2629/2010― también le


exime de responsabilidad cuando el testaferro conoce la trama, pero desempeña un
rol accesorio, no lográndose acreditar su relevancia en el acuerdo inicial ni vincularle
con el núcleo de las decisiones delictivas.
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Personas jurídicas

Desde la LO 5/2010, de 22 de junio, es posible exigir responsabilidad igualmente a


las personas jurídicas.

Dicha norma se ha traducido en una serie de delitos y criterios de imputación


contenidos en el CP, sobre cuya base se les puede exigir responsabilidad penal
directa. Además, en la LECrim, diseminados a lo largo de su texto, se contienen una
serie de artículos sobre especialidades procesales cuando de personas jurídicas se
trate.

Menores

Finalmente, junto a la delincuencia de adultos, podemos hablar también de una


delincuencia de menores ―en criminología, es la llamada delincuencia juvenil― cuyo
tratamiento procesal se efectúa a través de la LORPM 5/2000, de 12 de enero que
trata de la exigencia de la responsabilidad penal a los menores de entre 14 y 18
años, autores de delito.

Dicha norma se completa con el R. D. 1774/2004, de 30 de julio que aprueba el


reglamento de aplicación de la citada ley.

Así, la exigencia de responsabilidad penal a los menores comprendidos en el tramo


de edad indicado se hace en base al mismo derecho penal sustantivo que los adultos
y a las dos referidas normas de orden procesal y para ejecución de las medidas que
puedan haberse acordado.
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A los que tienen menos de 14 años no se les puede aplicar medidas penales, sino las
normas de protección y control que la autoridad administrativa considere en base a
la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor, reformada
por la Ley 26/2015, de 28 de julio, de modificación del sistema de protección a la
infancia y a la adolescencia.

6.3. La responsabilidad penal de las personas


jurídicas

Cuando por la LO 5/2010, de 22 de junio se introduce la responsabilidad penal directa


de las personas jurídicas, solo existía el artículo 31 CP que establecía la
responsabilidad personal de los administradores o representantes, en estos
términos: «El que actúe como administrador de hecho o de derecho de una persona
jurídica, o en nombre o representación legal o voluntaria de otro, responderá
personalmente, aunque no concurran en él las condiciones, cualidades o relaciones
que la correspondiente figura de delito o falta requiera para poder ser sujeto activo
del mismo, si tales circunstancias se dan en la entidad o persona en cuyo nombre o
representación obre».

Desde dicha norma es posible exigir responsabilidad penal a las personas jurídicas
como tales, sin perjuicio de la que pueda corresponder en cada caso a las personas
físicas relacionadas con la entidad y respecto al delito cometido.

Apunte histórico
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El clásico aforismo societas delinquere non potest no ha sido realmente verdad nunca.
Está en tela de juicio desde hace tiempo y parece desconocerse que al menos entre
los siglos XII al XVIII rigió el opuesto: universitas delinquere et puniri potest, mediante
el cual pudo castigarse a municipios, monasterios, asociaciones, sectas o ligas de los
más diversos hechos delictivos.

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En efecto, Giorgio Marinucci en «La responsabilidad penal de las personas jurídicas.
Un bosquejo histórico-dogmático», colaboración en Estudios penales en homenaje a
Enrique Gimbernat (EDISOFER 2008) ha puesto de manifiesto que ya en el Medievo,
se castigaba por delitos a personas y corporaciones jurídicas y, por cierto, con penas
muy diversas: multas, confiscaciones, perdidas de privilegios e incluso, la pena de
muerte de las personas jurídicas, como sucedió en la antigüedad con la destrucción
de ciudades como Troya y Cartago. Y más próximamente, se acordó la confiscación
del patrimonio de la ciudad de Toulouse, en 1331, decisión adoptada por el
Parlamento de París, por las lesiones infringidas por un estudiante de Derecho a un
magistrado hecho que, además, le costó la vida al ser decapitado al día siguiente de
la sentencia, pese a que había apelado. Y en 1631, se acordó la destrucción de
Magdeburgo por rebelarse contra el emperador germánico.

También sufrieron castigos penales ciudades como Montpellier o Burdeos, las cuales
fueron sancionadas, entre otras penas, a soportar la demolición de sus murallas
defensivas.

Modernamente, como una necesidad de evitar la impunidad de formas de


criminalidad que, precisamente, utilizan el instrumento societario para cometer
graves delitos se postula, cada vez más, la responsabilidad penal de las personas
jurídicas. Prueba de ello, es el movimiento legislativo internacional en tal dirección:
la Convención de Bruselas del 26 de mayo de 1997 sobre la lucha contra la corrupción
en el ámbito de la función pública de la UE; la Convención de Nueva York del 9 de
diciembre de 1999 sobre terrorismo; la Decisión Marco de 19 de julio de 2002 del
Consejo de la UE sobre la lucha contra la trata de seres humanos o la Convención y
los Protocolos de Naciones Unidas contra el crimen organizado trasnacional.
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Y así, desde el principio de la unidad del ius puniendi se dice que, si el Estado puede
castigar a entidades y empresas de todo tipo con sanciones administrativas, ¿por qué
no podría hacerlo desde el punto de vista penal?

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Se trata, por tanto, de partir del principio de societas delinquere potest y de construir
los fundamentos de esa declaración de principio. Lo que sucede es que si el Estado
en algunos casos, distribuye la carga sancionadora entre el orden administrativo y el
penal, (así en el delito fiscal o en el delito ecológico) y sanciona a personas jurídicas
en el campo administrativo, no parece descabellado que la respuesta punitiva pueda
alcanzar a sociedades o empresas, como sucede, por otro lado, en multitud de países.

Esta es la filosofía a la que responde la reforma del CP en materia de punición de las


personas jurídicas que regula, por primera vez, la responsabilidad penal directa de
las personas jurídicas en España.

Fundamentos de la responsabilidad penal de la persona jurídica

En cuanto a los fundamentos de la responsabilidad penal de la persona jurídica,


puede construirse, fundamentalmente, sobre dos ideas:

 La primera, considerando que deben responder, por poseer una culpabilidad


propia o específica que «se ha de aplicar de forma distinta a como se hace respecto
de las personas físicas» (STC 246/1991, de 19 de diciembre).
 La segunda, a través de diferentes consideraciones no culpabilísticas, que llevan
igualmente a defender que deben responder igualmente: por un fallo de
organización (Tiedemann), por la necesidad de proteger bienes jurídicos
infringidos por estas (Schünemann), porque hay que restablecer la vigencia de la
norma jurídica infringida (Bacifalupo Saggese), etc.

Por su parte, en el derecho anglosajón, se alzan dos subteorías dentro de una idea
general: la responsabilidad por problemas de organización.
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Y así, en EE. UU. se recurre a la organizational negligence o culpa organizativa, en


tanto en el Reino Unido se utiliza la expresión management failure, deficiencias
organizativas o culpa en la gestión.

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Pero la corporate crime británica de 2007, que podemos traducir como el delito
corporativo de las personas jurídicas, incluye en su regulación ambas modalidades,
respondiendo por los resultados que originen un delito tanto a causa de la forma en
que se organizan como por el modo en que se gestionan las actividades de una
organización.

Pero más allá de la cuestión organizativa, actualmente existen razones de eficacia


práctica para combatir una forma de política criminal de empresa, que utiliza el
ropaje corporativo como vehículo comisivo del delito, sistemáticamente empleado
para cometer mejor los delitos.

Sin embargo, no todos los países occidentales ―sí lo hacen Francia, Italia, Dinamarca,
Bélgica― reconocen en estos momentos, de modo general, esta responsabilidad de
las personas jurídicas.

Se piensa, también como alternativa, en un sistema administrativo sancionador pues


como dijera el Tribunal Supremo (TS), en su STS 2ª 29-7-2009: «No parece posible
hablar de una conducta humana atribuible a la propia persona jurídica; ni tampoco
realizar un reproche ético social, con base en el principio de culpabilidad, aun ente
que no es una persona física».

Y tal consideración tiene sus pros y sus contras, pero es perfectamente


razonable, pues sortea problemas de punición y, antes, de atribución de
culpabilidad, el elemento débil de esta modalidad de responsabilidad penal.
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Tema 6. Ideas clave
Criterios de imputación

El art. 31 bis establece que las personas jurídicas serán penalmente responsables:

«a) De los delitos cometidos en nombre o por cuenta de las mismas, y en su


beneficio directo o indirecto, por sus representantes legales o por aquellos
que actuando individualmente o como integrantes de un órgano de la
persona jurídica, están autorizados para tomar decisiones en nombre de la
persona jurídica u ostentan facultades de organización y control dentro de
la misma.
b) De los delitos cometidos, en el ejercicio de actividades sociales y por
cuenta y en beneficio directo o indirecto de las mismas, por quienes, estando
sometidos a la autoridad de las personas físicas mencionadas en el párrafo
anterior, han podido realizar los hechos por haberse incumplido gravemente
por aquéllos los deberes de supervisión, vigilancia y control de su actividad
atendidas las concretas circunstancias del caso».

Ahora bien, para imputar a una persona jurídica se requiere, además, que la
conducta le reporte un beneficio o provecho.

En definitiva, la responsabilidad puede derivarse de una doble vía:

 En primer lugar, por los actos de quienes la representen o tengan capacidad de


decisión o control.
 Y, por otro, por actos de los subordinados con cierto poder de decisión, siempre
que haya existido una falta de vigilancia o control.

Esta ausencia del debido control permite pensar en conductas generalmente


imprudentes, que no serán punibles si no existe una previsión expresa (art. 5 del
Código Penal).
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Pero, además, y en terminología de la reforma operada por la LO 1/2015, se necesita


que el acto sea en «beneficio directo o indirecto» de la persona jurídica.

Lo que excluye el delito en el que la persona jurídica sea la víctima directa, por sufrir
un perjuicio en vez de un beneficio.

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Tema 6. Ideas clave
Por otro lado, antes de la reforma de 2015 se hablaba de provecho, término que tenía
un significado marcadamente económico, en cambio ahora con lo de «beneficio
directo o indirecto», parece se abre el abanico para incluir daños y perjuicios de orden
reputacional, en general.

Ahora bien, son inimputables aquellas sociedades «sin ninguna otra clase de
actividad legal o que lo sea solo meramente residual y aparente para los propios
propósitos delictivos».

Se trata de sociedades instrumentales que suelen emplearse para un uso único, así
como de instrumento para la obtención de una plusvalía simulada mediante la
compra y posterior venta de un mismo activo, normalmente un bien inmueble (por
su elevado valor) o activos financieros (por su dificultad para conocer su valor real);
o para la tenencia o titularidad de los fondos o activos a nombre de la entidad, a
modo de velo que oculta a la persona física que realmente posee los fondos o disfruta
del activo.

Y, por otro lado, en el art. 31 quinquies CP se establecen cuáles son las entidades
inimputables: a saber, el Estado (donde se incluyen, además de las Administraciones
territoriales, los organismos autónomos, organismos reguladores y consorcios) y las
fundaciones públicas, sometidas al derecho administrativo.

En cambio, pueden responder penalmente los partidos políticos, los sindicatos, los
colegios profesionales, las cámaras de comercio y las sociedades mercantiles
públicas.

Finalmente, hay que indicar que a las personas jurídicas les puede ser eximida la
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responsabilidad penal, en función de los modelos de organización y gestión


(compliance programs), en el que desempeña un papel clave el denominado oficial
de cumplimiento (compliance officer).

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Tema 6. Ideas clave
Delitos de las personas jurídicas

Frente al sistema de responsabilidad por delitos de las personas físicas, que incluye
todos los contenidos en el Libro II, para las personas jurídicas rige un sistema de
numerus clausus, es decir, solo responden penalmente de los delitos concretos que
así lo establecen.

Se trata de un conjunto de delitos desperdigados a lo largo de todo el texto del CP,


sobre los cuales lo único que podemos decir es que el legislador los considera
adecuados para tal exigencia de responsabilidad.

Se trata de delitos que, por sus características, parecen especialmente propicios para
ser cometidos por las personas jurídicas.

Pues bien, en la actualidad, tras la reforma de 2015, son los siguientes:


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Tabla 1. Delitos que pueden ser cometidos por personas jurídicas. Fuente: Código Penal Español.

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El listado expuesto, como se dice en la Circular de la FGE 1/2016, incorpora en
relación con el catálogo anterior a la reforma los nuevos delitos de:

 Frustración de la ejecución (arts. 257, 258 y 258 bis).


 Financiación ilegal de los partidos políticos (art. 304 bis).
 Delitos contra la salud pública no relacionados con el tráfico de drogas (arts. 359
a 365)
 Falsificación de moneda (art. 386), para los que con anterioridad no se
contemplaba el régimen del art. 31 bis sino el del art. 129.
 Se incluyen igualmente los delitos de odio y enaltecimiento (art. 510, con la errata
en el art. 510 bis de la referencia a los «dos artículos anteriores» en lugar de al
«artículo anterior»).
 Al listado hay que añadir, el delito de contrabando, conforme establece la LO
12/1995, de 12 de diciembre, de represión del contrabando.

Es decir, el ámbito delictivo de las personas jurídicas se amplía, pues se hace a estas
potencialmente responsables de nuevos delitos respecto al régimen anterior creado
por la LO 5/ 2010.

Por último, hay que indicar que se aplica el régimen del art. 129 CP (la imposición de
las consecuencias accesorias junto con la pena que proceda contra el autor del delito)
a los delitos previstos para las personas jurídicas cuando se hayan cometido en el
seno, con la colaboración, a través o por medio de entes carentes de personalidad
jurídica, con relación a los siguientes delitos:
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Tema 6. Ideas clave
Tabla 2. Delitos cometidos por personas jurídicas a los que se les aplican consecuencias accesorias. Fuente:
Código Penal español.

De ese modo, en esos siete tipos de delitos, se procura, además de la imposición de


la pena —normalmente multas— incidir sobre su funcionamiento, evitando su
continuidad.

Clasificación de los tipos delictivos

Del listado expuesto, podemos hacer varias clasificaciones. Así, por su naturaleza, por
los intereses que tutelan o por su culpabilidad.

 Por su naturaleza:
• Delitos económicos: aquellos en que la búsqueda de lucro es el objetivo
principal, como la estafa, delitos contra el mercado, frustración de la ejecución,
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insolvencias punibles, blanqueo de capitales, contra la Hacienda pública y la


seguridad social, etc.

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• Delitos no económicos: los que atentan contra otros bienes jurídicos, aunque
se hallen vinculados también, a un elemento económico más o menos
indirecto, como el tráfico de órganos humanos, la trata de seres humanos,
delitos sexuales, delitos informáticos, delitos contra los derechos de los
trabajadores, delitos urbanísticos, delito ecológico, narcotráfico, falsificación
de moneda, etc.

 Por los intereses que tutelan: delitos que vulneran intereses privados, como los
delitos contra la propiedad intelectual e industrial, estafa, insolvencias punibles,
etc., y otros que infringen intereses públicos; además de los delitos contra
Hacienda y la seguridad social, la falsificación de moneda, los delitos de urbanismo
y contra el medio ambiente, los de explosivos, radiaciones ionizantes o la
financiación del terrorismo.

Por su generalidad o no, podemos distinguir entre delitos comunes propios del
orden social y delitos relacionados con la órbita política. Entre los primeros, la
inmensa mayoría, entre los segundos, aquellos conectados a la esfera
administrativa-política que se asocian a la denominada corrupción política, como
la financiación ilegal de partidos políticos, el cohecho, el tráfico de influencias.

 Por su culpabilidad, la mayoría se aplican si concurre dolo, pero se responde tanto


a título de dolo como de imprudencia en estos cuatro:
• Las insolvencias punibles.
• Los delitos contra los recursos naturales y el medio ambiente.
• El delito de blanqueo de capitales.
• Los delitos de financiación del terrorismo.

• Como se dijo, fuera del CP, tenemos el delito de contrabando, del que las
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personas jurídicas pueden responder también, y hacerlo tanto a título doloso


como culposo.

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Este delito se regula en la LO 12/95 de 12 de diciembre de represión del contrabando,
modificada por la LO 6/2011, de 30 de junio, por la necesidad de adaptarla al Código
Aduanero Modernizado aprobado por el Reglamento CE 450/2008, de 23 de abril del
Parlamento y Consejo europeos.

Y sanciona las operaciones aduaneras contraviniendo las normas administrativas al


respecto, según la cuantía de las mercancías y su clase. Pero cuando se trata de
personas jurídicas están exentas de cuantía.

En efecto, están exentos de importe alguno, las operaciones de contrabando que


recaigan sobre drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas, armas,
explosivos, agentes biológicos, toxinas, sustancias químicas y sus precursores o que
sean realizadas por una organización.

Reglas y especialidades

La regulación actual, se asienta en los siguientes principios o ideas generales:

 La responsabilidad penal de la persona jurídica es independiente y se declarará


cuando concurran los presupuestos del tipo, con independencia de que exista o
no responsabilidad de una persona física, aunque ciertamente aquella actúe
siempre a través de personas físicas.
 No pueden ser sujeto activo del delito todas las personas jurídicas, excluyéndose
los entes de derecho público y determinadas sociedades mercantiles estatales
relevantes para el interés general (así, se exceptúan, el Gobierno, los
ayuntamientos, o el Banco de España, pero no los partidos políticos y los
sindicatos, a los que se pueden exigir responsabilidad penal como tales).
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 La responsabilidad de la persona jurídica se generará por dos vías posibles:
• Cuando el delito se cometa por quienes tengan poder de representación en su
nombre, por su cuenta y en su provecho.
• Cuando tenga por causa la falta de control por parte de dichos representantes.

 Este tipo de responsabilidad solo podrá ser exigida cuando un delito concreto
expresamente la prevea. Supone la aplicación estricta del principio de legalidad
―numerus clausus de delitos para las personas jurídicas― configurando toda una
regulación particular, aunque sea dentro del CP.

 Las consecuencias accesorias del art. 129 CP, sistema de punición anterior previsto
para las personas jurídicas, sirven ahora como base de las penas a imponerles,
ampliándose su número.

 Se regulan las circunstancias modificativas, pero solo de las eximentes y


atenuantes.

A este respecto, lo más importante es la exención de responsabilidad de la persona


jurídica en función del llamado compliance.

La reforma operada por la LO 1/2015, sin duda para responder a la mala conciencia
de castigar a una persona jurídica —con las graves consecuencias que de ello puede
seguirse— por defectos de organización o abusos de directivos o empleados, ha
introducido la denominada compliance, institución proveniente del derecho
anglosajón que trata de conciliar la responsabilidad con la prevención por parte de
las empresas.
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Y así, en el nuevo artículo 31 bis 2, contiene la exención de responsabilidad penal de


una persona jurídica, cuando el delito es cometido por sus representantes o
directivos con capacidad de toma de decisiones en la misma, si se cumplen las
siguientes condiciones:

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Tema 6. Ideas clave
«1.ª el órgano de administración ha adoptado y ejecutado con eficacia, antes
de la comisión del delito, modelos de organización y gestión que incluyen las
medidas de vigilancia y control idóneas para prevenir delitos de la misma
naturaleza o para reducir de forma significativa el riesgo de su comisión;
2.ª la supervisión del funcionamiento y del cumplimiento del modelo de
prevención implantado ha sido confiada a un órgano de la persona jurídica
con poderes autónomos de iniciativa y de control o que tenga encomendada
legalmente la función de supervisar la eficacia de los controles internos de
la persona jurídica;
3.ª los autores individuales han cometido el delito eludiendo
fraudulentamente los modelos de organización y de prevención y
4.ª no se ha producido una omisión o un ejercicio insuficiente de sus
funciones de supervisión, vigilancia y control por parte del órgano al que se
refiere la condición 2.ª».

En los casos en los que las anteriores circunstancias solamente puedan ser objeto de
acreditación parcial, esta circunstancia será valorada a los efectos de atenuación de
la pena.

Y si el delito fue cometido por empleados, a causa de falta de la debida supervisión y


control, también hay exención cuando «antes de la comisión del delito, ha adoptado
y ejecutado eficazmente un modelo de organización y gestión que resulte adecuado
para prevenir delitos de la naturaleza del que fue cometido o para reducir de forma
significativa el riesgo de su comisión».

En este caso resultará igualmente aplicable la atenuación prevista en el párrafo


segundo del apartado 2 de este artículo.

Requisitos para la eximente

A fin de no dejar esta importante cuestión al libre albedrío, con la inseguridad que
ello produce, de las propias personas jurídicas, el CP introduce en el art. 31 bis 5 el
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estándar que deben cumplir los modelos de organización y gestión (compliance) para
que pueda aplicarse la exención referida.

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Tema 6. Ideas clave
Y, en consecuencia, deberán cumplir los siguientes requisitos:

«1.º Identificarán las actividades en cuyo ámbito puedan ser cometidos los
delitos que deben ser prevenidos.
2.º Establecerán los protocolos o procedimientos que concreten el proceso
de formación de la voluntad de la persona jurídica, de adopción de
decisiones y de ejecución de las mismas con relación a aquéllos.
3.º Dispondrán de modelos de gestión de los recursos financieros adecuados
para impedir la comisión de los delitos que deben ser prevenidos.
4.º Impondrán la obligación de informar de posibles riesgos e
incumplimientos al organismo encargado de vigilar el funcionamiento y
observancia del modelo de prevención.
5.º Establecerán un sistema disciplinario que sancione adecuadamente el
incumplimiento de las medidas que establezca el modelo.
6.º Realizarán una verificación periódica del modelo y de su eventual
modificación cuando se pongan de manifiesto infracciones relevantes de sus
disposiciones, o cuando se produzcan cambios en la organización, en la
estructura de control o en la actividad desarrollada que los hagan
necesarios».

 Se establecen normas para la determinación de la pena, pero otorgando amplias


facultades en este ámbito al juez o tribunal sentenciador, que no ha de guiarse por
las reglas generales de imposición de penas, previstas en el artículo 66, ya que se
crea un nuevo artículo 66 bis CP.

 El texto recoge diversas prevenciones para evitar que la disolución encubierta de


la sociedad, o su transformación, absorción, fusión o escisión puedan evitar la
exigencia de responsabilidad, respondiendo así a una realidad bien conocida que
produce gran impunidad y rechazo general.

 En el ámbito de la responsabilidad civil no se contienen novedades relevantes, si


bien se recoge expresamente el cumplimiento solidario con las personas físicas
que pudieran ser condenadas por los mismos hechos, previsión que coexiste con
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la regulación general prevista para las personas físicas, aplicable también a las
personas jurídicas en la medida que resulte compatible.

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Tema 6. Ideas clave
Aspectos procesales

La Ley 37/2011 de medidas de agilización procesal reformó la LECrim a fin de


establecer un régimen procesal de las personas jurídicas, cara a su exigencia de
responsabilidad en un proceso penal. En concreto, dicha regulación se contiene en
los siguientes artículos de la LECrim:

 Se introduce un nuevo artículo 14 bis, que queda redactado en los siguientes


términos:

«Artículo 14 bis
Cuando de acuerdo con lo dispuesto en el artículo anterior el conocimiento
y fallo de una causa por delito dependa de la gravedad de la pena señalada
a éste por la Ley se atenderá en todo caso a la pena legalmente prevista para
la persona física, aun cuando el procedimiento se dirija exclusivamente
contra una persona jurídica».

 Se introduce un nuevo artículo 119, que queda redactado en los siguientes


términos:

«Artículo 119
1. Cuando de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 118 de esta Ley, haya
de procederse a la imputación de una persona jurídica, se practicará con ésta
la comparecencia prevista en el artículo 775, con las siguientes
particularidades:
a. La citación se hará en el domicilio social de la persona jurídica, requiriendo
a la entidad que proceda a la designación de un representante, así como
Abogado y Procurador para ese procedimiento, con la advertencia de que,
en caso de no hacerlo, se procederá a la designación de oficio de estos dos
últimos. La falta de designación del representante no impedirá la
sustanciación del procedimiento con el Abogado y Procurador designado.
b. La comparecencia se practicará con el representante especialmente
designado de la persona jurídica imputada acompañada del Abogado de la
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misma. La inasistencia al acto de dicho representante determinará la


práctica del mismo con el Abogado de la entidad.
c. El Juez informará al representante de la persona jurídica imputada o, en
su caso, al Abogado, de los hechos que se imputan a ésta. Esta información
se facilitará por escrito o mediante entrega de una copia de la denuncia o
querella presentada.

Práctica Procesal Penal


22
Tema 6. Ideas clave
d. La designación del Procurador sustituirá a la indicación del domicilio a
efectos de notificaciones, practicándose con el Procurador designado todos
los actos de comunicación posteriores, incluidos aquellos a los que esta Ley
asigna carácter personal. Si el Procurador ha sido nombrado de oficio se
comunicará su identidad a la persona jurídica imputada»

 Se introduce un nuevo artículo 120, que queda redactado en los siguientes


términos:

«Artículo 120.
1. Las disposiciones de esta Ley que requieren o autorizan la presencia del
imputado en la práctica de diligencias de investigación o de prueba
anticipada se entenderán siempre referidas al representante especialmente
designado por la entidad, que podrá asistir acompañado del letrado
encargado de la defensa de ésta.
2. La incomparecencia de la persona especialmente designada no impedirá
la celebración del acto de investigación o de prueba anticipada que se
sustanciará con el Abogado defensor».

 Se añade un nuevo artículo 409 bis que queda redactado en los siguientes
términos:

«Artículo 409 bis.


Cuando se haya procedido a la imputación de una persona jurídica, se
tomará declaración al representante especialmente designado por ella,
asistido de su Abogado. La declaración irá dirigida a la averiguación de los
hechos y a la participación en ellos de la entidad imputada y de las demás
personas que hubieran también podido intervenir en su realización. A dicha
declaración le será de aplicación lo dispuesto en los preceptos del presente
capítulo en lo que no sea incompatible con su especial naturaleza, incluidos
los derechos a guardar silencio, a no declarar contra sí misma y a no
confesarse culpable.
No obstante, la incomparecencia de la persona especialmente designada por
la persona jurídica para su representación determinará que se tenga por
celebrado este acto, entendiéndose que se acoge a su derecho a no
declarar».
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Práctica Procesal Penal


23
Tema 6. Ideas clave
 Se añade un nuevo artículo 544 quáter que queda redactado en los siguientes
términos:

«Artículo 544 quáter.


1. Cuando se haya procedido a la imputación de una persona jurídica, las
medidas cautelares que podrán imponérsele son las expresamente previstas
en la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal.
2. La medida se acordará previa petición de parte y celebración de vista, a la
que se citará a todas las partes personadas. El auto que decida sobre la
medida cautelar será recurrible en apelación, cuya tramitación tendrá
carácter preferente».

 Se añade un nuevo apartado 4.º al artículo 554 respecto del concepto de domicilio
que queda redactado en los siguientes términos:

«Tratándose de personas jurídicas imputadas, el espacio físico que


constituya el centro de dirección de las mismas, ya se trate de su domicilio
social o de un establecimiento dependiente, o aquellos otros lugares en que
se custodien documentos u otros soportes de su vida diaria que quedan
reservados al conocimiento de terceros».

 Se añade un nuevo párrafo final al artículo 746 que queda redactado en los
siguientes términos:

«Cuando el procesado sea una persona jurídica, se estará a lo dispuesto en


el artículo 786 bis de esta Ley».

 Se introduce un nuevo artículo 786 bis, que queda redactado en los siguientes
términos:

«Artículo 786 bis.


1. Cuando el acusado sea una persona jurídica, ésta podrá estar
representada para un mejor ejercicio del derecho de defensa por una
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persona que especialmente designe, debiendo ocupar en la Sala el lugar


reservado a los acusados. Dicha persona podrá declarar en nombre de la
persona jurídica si se hubiera propuesto y admitido esa prueba, sin perjuicio
del derecho a guardar silencio, a no declarar contra sí mismo y a no
confesarse culpable, así como ejercer el derecho a la última palabra al
finalizar el acto del juicio.

Práctica Procesal Penal


24
Tema 6. Ideas clave
No se podrá designar a estos efectos a quien haya de declarar en el juicio
como testigo.
2. No obstante lo anterior, la incomparecencia de la persona especialmente
designada por la persona jurídica para su representación no impedirá en
ningún caso la celebración de la vista, que se llevará a cabo con la presencia
del Abogado y el Procurador de ésta».

 Se introduce un nuevo apartado 8 en el artículo 787, que queda redactado en los


siguientes términos:

«8. Cuando el acusado sea una persona jurídica, la conformidad deberá


prestarla su representante especialmente designado, siempre que cuente
con poder especial. Dicha conformidad, que se sujetará a los requisitos
enunciados en los apartados anteriores, podrá realizarse con independencia
de la posición que adopten los demás acusados, y su contenido no vinculará
en el juicio que se celebre en relación con éstos».

 Se introduce un nuevo artículo 839 bis, que queda redactado en los siguientes
términos:

«Artículo 839 bis.


1. La persona jurídica imputada únicamente será llamada mediante
requisitoria cuando no haya sido posible su citación para el acto de primera
comparecencia por falta de un domicilio social conocido.
2. En la requisitoria de la persona jurídica se harán constar los datos
identificativos de la entidad, el delito que se le imputa y su obligación de
comparecer en el plazo que se haya fijado, con Abogado y Procurador, ante
el Juez que conoce de la causa.
3. La requisitoria de la persona jurídica se publicará en el Boletín Oficial del
Estado y, en su caso, en el Boletín Oficial del Registro Mercantil o en
cualquier otro periódico o diario oficial relacionado con la naturaleza, el
objeto social o las actividades del ente imputado.
4. Transcurrido el plazo fijado sin haber comparecido la persona jurídica, se
la declarará rebelde, continuando los trámites procesales hasta su
conclusión».
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Práctica Procesal Penal


25
Tema 6. Ideas clave
6.4. La responsabilidad penal de los menores

Fundamentación

El derecho penal de menores se fundamenta en una realidad específica: la edad de


las personas a las que se aplica, por la importancia diferencial que ello implica
respecto a la denominada justicia penal de adultos.

La causa o motivo en concreto de aplicarles un régimen procesal distinto,


ciertamente más benévolo pues evita la prisión, radica en que la edad propicia, sobre
todo en los años de la adolescencia, una situación psíquico-física muy diferente al
adulto, al tratarse de personas inmaduras en proceso de formación y, por ello, con
importantes déficits como el cultural o el de sociabilidad.

Ello hace que el legislador haya considerado necesario una aplicación distinta de la
ley penal a este colectivo, los llamados menores.

Por ello, siendo común con los adultos, que su responsabilidad penal se exige por el
CP y las leyes penales especiales, la especialidad consiste en que se les aplica una
norma procesal distinta: la Ley Orgánica Reguladora de la Responsabilidad Penal de
los Menores (LORPM).

Especialidades

El hecho de que la justicia juvenil sea una justicia específica o especial respecto a la
general, o de adultos, o como lo llama la STC 36/91, de 14 de febrero, «una variante
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del proceso penal común», demanda el establecimiento de sus propias bases y de


un régimen procesal diferenciado.

Práctica Procesal Penal


26
Tema 6. Ideas clave
La ley que rige el derecho penal juvenil o de menores deja a un lado los otros modelos
clásicos, como son el tutelar de naturaleza protectora o tuitiva y otros como el
modelo educativo que pretendía una respuesta de dicho tipo, a las infracciones
penales cometidas por los menores.

El modelo que sigue la LORPM es específico en cuanto integra una doble naturaleza
—como puede leerse en la exposición de motivos— sancionadora-educativa, pero
sobre la base de un proceso penal con garantías y la aplicación de un derecho
material o sustantivo, que no es otro que la legislación penal (Código Penal y demás
leyes penales especiales).

Lo más importante de este modelo es su pretensión decidida de procurar la


reinserción y reeducación (objetivos generales, previstos en el art. 25 CE),
desjudicializando en lo posible el tratamiento de la infracción y, en su caso, tratando
de proporcionar respuestas adecuadas al menor y al hecho que ha cometido, que no
son exclusiva ni fundamentalmente represivas proporcionadas a la gravedad del
hecho criminal.

Las especialidades de la justicia juvenil radican en el aspecto procesal, integrado por


la LORPM, su reglamento y demás normas, especialmente de orden internacional,
aplicables. Por otro lado, la imprecisión e insuficiencias que presenta la LO 5/2000,
debe solucionarse con la remisión expresa que hace a la LECrim y a otras normas,
como derecho supletorio.

El principio del interés superior del menor se erige en el criterio rector interpretativo
respecto a todas las cuestiones que se susciten en este proceso.
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En efecto, el interés superior del menor se configura como el más específico de esta
jurisdicción, y proyecta su efecto irradiante sobre el resto de los principios procesales,
confiriéndoles una aplicación especial.

Práctica Procesal Penal


27
Tema 6. Ideas clave
De manera muy sintética, significa que todas las cuestiones que se susciten en
relación con el proceso penal de menores han de resolverse buscando lo más
conveniente para el menor (es el principio favor minoris).

Su concreto alcance es difícil de expresar en una o pocas palabras, pero está


conectado a la idea de desarrollo de la personalidad (art. 10.2 CE) y se engarza con
la preocupación educativa y protectora ―antes que sancionadora― que deben guiar
todas las disposiciones y medidas que se refieran a los menores.

En la Convención de los Derechos del Niño (1989) se plasma en el derecho a alcanzar


un nivel de vida adecuado para su desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social
(art. 27).

Ello supone dos consecuencias:

 Lo más conveniente no es ni lo más cómodo ni lo que el menor prefiera sino la


respuesta más adecuada al caso, teniendo en cuenta su proyección de futuro en
la formación de la personalidad del menor, a la vista de sus circunstancias de todo
orden.
 Que la ponderada valoración del interés del menor en cada caso requiere de una
investigación en profundidad, de su concreta situación personal y familiar, lo que
abarca: los aspectos físico-psíquicos, su entorno familiar y de
amistades/enemistades y su nivel de educación y aptitudes.

La Exposición de Motivos de la LO 5/2000 lo considera «elemento determinante del


procedimiento» que ha de ser valorado «con criterios técnicos y no formalistas por
equipos de profesionales especializados en el ámbito de las ciencias no jurídicas»,
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uniéndolo a principios garantistas generales tan importantes como el acusatorio, el


de defensa o el de presunción de inocencia.

Práctica Procesal Penal


28
Tema 6. Ideas clave
 Especialización jurisdiccional (subjurisdicción de menores): jueces de menores y
una sección especializada de las Audiencias Provinciales para conocer de los
recursos de apelación contra las decisiones del juez de menores.
 Especialización también de la policía (GRUME) y de los abogados que participan
en estos procesos, a través del turno de menores de los colegios de abogados.
 Instrucción a cargo del Ministerio Fiscal que puede hacer uso del principio de
oportunidad para decidir si se incoa o no proceso.
 Establecimiento de los equipos técnicos, pericia oficial, que informa todas las
decisiones relevantes del proceso penal de menores, cuyos integrantes no son
juristas.
 No imposición de penas sino de medidas flexibles, modificables durante la
ejecución y muy numerosas para cubrir del mejor modo posible la
individualización de las respuestas a cada menor en particular.
 Recurso de casación especial, en el que tiene particular importancia los informes
de los equipos técnicos y las circunstancias del menor.

Cuestiones procesales en la justicia de menores

Las normas de competencia

En su parca regulación del tema ―dedica tan solo el artículo 2°, con remisión a otros
dos: art. 20.3 de la Ley y 18 de la LECrim―, la LORPM establece que para «conocer
de los hechos cometidos por las personas mencionadas en el art. 1 de esta Ley»,
ejecutar las sentencias y resolver sobre la responsabilidad civil, será competente el
juez de menores del lugar donde se haya cometido el hecho delictivo y, en los casos
de delitos cometidos en diferentes territorios, el del lugar del domicilio del menor y,
subsidiariamente, el resultante de los criterios expresados para los delitos conexos,
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en el art. 18 LECrim.

A ello, añade la reforma, la competencia de la Audiencia Nacional para la instrucción


y enjuiciamiento de los delitos previstos en los arts. 571 a 580 CP, cometidos por
menores (art. 2.4).

Práctica Procesal Penal


29
Tema 6. Ideas clave
Otras normas competenciales son las siguientes:

 Las Audiencias Provinciales conocerán los recursos de apelación contra los autos
y sentencias de los juzgados de menores.
 La Audiencia Nacional será competente, con el juzgado central de menores para
la instrucción y enjuiciamiento de las causas de menores incursos en presuntos
delitos de terrorismo, y la Sala de lo Penal correspondiente, para resolver sobre
los recursos contra las decisiones de este.
 La Sala II del Tribunal Supremo conocerá del recurso de casación de unificación de
doctrina en los casos que proceda, contra las sentencias dictadas en apelación por
la Audiencia Nacional ―cuando entre en vigor esta previsión― y contra las
sentencias de las Audiencias Provinciales, pero únicamente cuando contengan
algunas de las medidas incluidas en el art. 10.

Ello determina, que serán las Audiencias finalmente ―no las nonatas Salas de
Menores de los Tribunales Superiores de Justicia― las que configuran la
jurisprudencia penal en materia de menores, con las excepciones de que será el
Tribunal Supremo el que establecerá los criterios y los principios en materia de
unificación de doctrina, en los supuestos en que se apliquen las medidas de mayor
gravedad. Esta jurisprudencia menor resulta, por tanto, del mayor interés en la
materia que examinamos.

También debe tenerse presente que las entidades públicas de las comunidades
autónomas, que se ocupan de la protección y reforma de menores, están llamadas a
desempeñar un papel relevante en la aplicación y ejecución de las medidas pues debe
escuchárseles antes de la adopción, sustitución o reducción de estas y son las
competentes para materializar la ejecución de las medidas (art. 45) si bien bajo el
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control de los jueces de menores.

Práctica Procesal Penal


30
Tema 6. Ideas clave
En resumen, no existe especialidad alguna en materia de competencia objetiva,
correspondiendo a esta jurisdicción el conocimiento de cualesquiera cuestiones
relacionadas con una infracción penal cometida por menores (con las precisiones que
en lo relativo a los distintos tramos de edad procede).

Se establece un sistema de tres niveles o escalones en cuanto a la competencia


funcional, siendo respecto a la competencia territorial, fuero principal el del lugar de
comisión del hecho, y el del domicilio del menor si se hubieren cometido en diversos
territorios, con la aplicación subsidiaria de las normas de la LECrim (el art. 15 cuando
se desconozca el lugar de comisión del hecho delictivo y el 18 en materia de delitos
conexos; vid. arts. 15 y 18 de la LECrim).

En cuanto a otras cuestiones, en los supuestos en que se plantee un habeas corpus


respecto a un menor detenido, será el juez competente el de instrucción del lugar
en que se encuentre el menor privado de libertad, si no constase el del lugar donde
se produjo la detención y, en defecto de los anteriores, el del lugar donde se hayan
tenido las últimas noticias sobre su paradero (art. 17.6 LORPM).

Y para el planteamiento de cuestiones de competencia se seguirán las normas del


procedimiento abreviado ―supletorio, según la DF 1ª― pudiendo plantearse ante
los juzgados de menores con relación a la competencia, cuando el Ministerio Fiscal
de cuenta de la incoación de un expediente.

La planta judicial en el ámbito penal del menor

En el ordenamiento español, la jurisdicción de menores ha sido tradicionalmente


servida por órganos colegiados no profesionalizados, formados por personas con
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dedicación pedagógica, actuación social o conocimientos en la materia, si bien en la


Segunda República se ensayó el sistema de juez único y retribuido y en la legislación
del régimen anterior —Ley de 13-12-1940 y texto refundido aprobado por Decreto
de 11-6-1948― se exigía que el nombramiento recayera entre licenciados en Derecho
que no estuvieran ejerciendo en otra jurisdicción.

Práctica Procesal Penal


31
Tema 6. Ideas clave
La situación actual, fruto de la LORPM, consiste en que esta jurisdicción está formada
por jueces de carrera con categoría de magistrado, integrada, a todos los efectos, en
la jurisdicción penal, con la denominación de jueces de menores, si bien no gozan de
la condición de especialistas, ni, en consecuencia, se demanda que los jueces de
menores estén especializados en la materia. Sin embargo, en la actualidad, existe esta
especialización que sirve para otorgar preferencia en los destinos de esta
subjurisdicción.

Por otra parte, la regulación que de los jueces de menores se contiene en la Ley
Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) es la siguiente:

 Se constituyen uno o más en cada provincia, pero podrán establecerse bien en un


partido determinado o agrupación de partidos o en dos o más provincias de la
Comunidad, tomando su nombre de la población donde radique su sede.
 Sus funciones, además de las que le atribuyan las leyes, se extienden a los menores
que hayan incurrido en conductas tipificadas por la ley como delito o falta.

Como órganos de recursos, podemos distinguir las Salas de Menores de las


Audiencias Provinciales, inexistentes como tales, pues se trata de las propias
Secciones de las Audiencias, a alguna de las cuales se les asigna esta competencia,
por la vía de las normas de reparto; la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo, cuya
Sala Segunda conoce de las sentencias dictadas en apelación por las Salas de Menores
de las Audiencias, cuando se hubiese impuesto alguna de las medidas a las que se
refiere el art. 10 de la ley.
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Práctica Procesal Penal


32
Tema 6. Ideas clave
Órganos complementarios

Además del Ministerio Fiscal, contamos con los equipos técnicos, los abogados de
menores y la policía judicial especializada en el ámbito del menor.

Las Reglas de Beijing contemplan la necesidad de contar con personal especializado


(art. 22) que, en su labor de auxilio técnico al órgano jurisdiccional, emitan informes
sobre las condiciones sociales y circunstancias que rodean al menor delincuente
«antes de que esa autoridad dicte una resolución definitiva».

Estos equipos, entre cuyos componentes deberán hallarse, al menos, un educador


social y un psicólogo, ya fueron introducidos en la LO 4/92, implantándose en todos
los juzgados de menores con positivos resultados, y realizando una función esencial
durante la mediación, adopción de medidas y su ejecución, pudiendo considerarse
que sus informes tienen naturaleza de prueba pericial, al igual que los que se prestan
en otros ámbitos (análisis de drogas) que a la competencia e imparcialidad de sus
integrantes, se une la nota de oficialidad, ya que pertenecen a órganos encuadrados
en el sector público.

Pues bien, la LO 5/2000 incluye estos equipos, adscritos al juzgado de menores (art.
22.1 f), con dependencia funcional también del Ministerio Fiscal, con la importante
labor de contribuir, con su apoyo técnico, al mejor desarrollo del procedimiento.

Sin excesiva precisión, pues no se establece su alcance, la LO 5/2000 prevé en su


disposición final cuarta, la especialización de los abogados en materia de menores,
para lo cual se remite al Consejo General de la Abogacía el encargo de que adopte las
disposiciones oportunas para la formación de los letrados que deseen adquirir la
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especialización en materia de menores «para intervenir ante los órganos de esta


jurisdicción».

Práctica Procesal Penal


33
Tema 6. Ideas clave
En el ámbito de los colegios de abogados existe un turno de menores, en el cual los
letrados interesados reciben formación en la materia, con vistas a su intervención en
la jurisdicción de menores.

El art. 12 de las Reglas de Beijing establece que los agentes de policía que traten con
menores reciban «instrucción y capacitación especial».

La importancia de la función de la policía en el ámbito de la jurisdicción de menores


pues supone el primer contacto entre la autoridad y el menor, hace que la
disposición final cuarta de la LO, prevea la adecuación de las plantillas de los Grupos
de Menores de las Brigadas de Policía Judicial (GRUME), con objeto de adscribirlos a
las secciones de menores de las fiscalías, dando así específico cumplimiento al
mandato constitucional (art. 126 CE) sobre la existencia de una policía judicial
dependiente de los jueces, tribunales y miembros del Ministerio fiscal.

Su intervención en la detención y en otras funciones de prevención, averiguación y


custodia o protección, requiere una especialización que debe proporcionarse de
forma permanente a través de los correspondientes cursos que al efecto se
organicen.

Ámbito subjetivo

La LORPM en la redacción originaria de su art. 1, distinguía entre menor para referirse


a las personas que no han cumplido los dieciocho años y jóvenes, que son quienes
han cumplido esa edad. Perfilándose en los arts. 3 y 4 que el primer concepto abarca,
por abajo, hasta los catorce años y el segundo, llega hasta los veintiuno.
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Actualmente, tales distingos carecen de utilidad práctica en este proceso, dado que
la ley solo se aplica a los menores de catorce a dieciocho años y ha dejado, por tanto,
de ser necesario diferenciar al menor del joven.

Práctica Procesal Penal


34
Tema 6. Ideas clave
La Convención de los Derechos del Niño, de 20 de noviembre de 1989 —ratificada
por España el 30-11-1990― considera niño a los menores de 18 años, señalando de
ese modo, una frontera de responsabilidad-irresponsabilidad en dicha edad, que
cada legislación nacional ha de concretar, dejando expedita la posibilidad de un
tratamiento diferente al adulto, para el joven o semi adulto, que sería toda persona
que aun superando la edad de dieciocho años, no debiera ser acreedor del mismo
trato que el adulto.

En efecto, toda esta amplia franja de edad que va desde los catorce años hasta los
veintiún años, al menos, comprende un grupo de personas en pleno periodo de
formación y madurez cultural, no incorporado a la vida laboral, no emancipados
económicamente y, en consecuencia, no independiente o autónomo, pues su déficit
madurativo y racional, impregnado de sentimientos y carente de suficientes
experiencias propias y diferenciadas de su entorno familiar, se traduce en una
personalidad in fieri, frágil e influenciable, abierta a la corrección y modificación para,
en la mayoría de los casos, concluir en su lógica integración social al final del camino
de dicha fase evolutiva, que a veces se prolonga hasta alcanzar la inserción
económica y adquisición de la autonomía vital, que hoy en día no suele llegar antes
de los veinticinco años.

Pero como se ha dicho, la actual redacción del artículo 1 ha suprimido la dicotomía


menor-joven al excluir a estos últimos, los mayores de dieciocho años, de que les sea
de aplicación la ley, en una opción por principios de defensa social antes que por
otras consideraciones pro minoris.

En nuestro derecho, en cuanto al límite inferior se ha decidido fijar en los catorce


años la edad en la cual el derecho penal interviene. Al menor de dicha edad le será
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de aplicación las normas del Código Civil y las de protección, en especial la Ley
Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor y la Ley Orgánica
8/2015, de 22 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la
adolescencia.

Práctica Procesal Penal


35
Tema 6. Ideas clave
Lo cual obliga a la entidad de protección autonómica a adoptar las medidas de
protección adecuadas al caso, conforme a sus propias leyes, las cuales han sido
dictadas por todas las Comunidades Autónomas, sin excepción.

Nuestro derecho histórico, hasta el Código Penal de 1928, que acabó con el sistema
del discernimiento, se basaba en la necesidad de evaluar, en cada caso, el grado de
madurez y malicia del menor, resultando, por ejemplo, que en el CP de 1822 los
menores de siete años eran inimputables con lo que en la banda de los siete a los
diecisiete años había que comprobar si el menor delincuente tenía discernimiento,
aplicándosele la norma penal en caso positivo y, en caso contrario, se le confiaba a
sus padres o se le internaba en un establecimiento de corrección si se consideraba
más adecuado a la vista de las circunstancias.

Con la nueva LORPM se ha adoptado el criterio biológico o cronológico que supone


una mayor seguridad jurídica, acabando con la polémica doctrinal al respecto, y
apartándonos de otros sistemas como el italiano y el alemán que mantienen el
criterio de la necesidad de un examen individualizado de la capacidad penal del joven
(la maduritá) a fin de determinar en cada caso, con independencia de su concreta
edad, su grado exacto de discernimiento en cuanto a la capacidad de comprensión
de la norma y su control volitivo.

A este respecto, uno de los problemas más importantes es determinar el método del
cómputo de la edad, es decir, desde cuándo y hasta cuándo se cuentan los años. Pues
bien, para ello debe tenerse en cuenta la regla general del derecho común (art. 5 del
Código Civil) en la cual los plazos fijados en años se cuentan de fecha a fecha, por lo
que el día en que se cumple la edad forma parte del plazo o tramo de edad inicial y
el que se cumple la edad hasta la que llega el tramo, también.
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Práctica Procesal Penal


36
Tema 6. Ideas clave
Así, se considera que no tienen catorce años todos los que no han cumplido dicha
edad, y para estar comprendido, por ejemplo, entre 14 y 16 años, es preciso contar
desde el día en que se cumplen los catorce años hasta el día anterior a que se
cumplen los 17. No es de aplicación, por tanto, el sistema que excluye del cómputo
el día inicial, que de conformidad con la orientación del derecho romano, sigue el
sistema de días enteros y que conforme al aforismo dies a quo non computatur,
excluiría de aplicar el régimen de la ley penal del menor a quienes cumplieron catorce
años, hasta el día siguiente. Interpretación in malam partem y prevista para el
cómputo de plazos no para determinar el origen y fin de un tramo de edad.

Una solución, por otra parte, es la seguida por la jurisprudencia que adopta el criterio
del «momento a momento», y cuando no conste la hora se sigue el criterio
cronológico estricto, de fecha a fecha o día a día, es decir, se sustituye el cómputo
del art. 315 del Código Civil, que resulta más perjudicial, por el indicado (SSTS 14-1-
1988, 13-2-1991 y 20-5-1999), en interpretación pro reo, pues ha de entenderse que
el menor nació durante la vigencia de la ley que más le beneficie.

Es fundamental, abordar el tema de la prueba de la edad, para lo cual no se excluye


medio de acreditación alguno. Si bien, en principio el método natural será aportar
certificación de la inscripción de nacimiento en el Registro Civil, conforme establece
el art. 375 de la LECRIM y recoge la Instrucción de la Fiscalía General del Estado de 16
de marzo de 1993, sobre las líneas generales de actuación del Ministerio Fiscal en el
procedimiento de menores.

Pero, en su defecto, podrá recurrirse a cualesquiera modos de identificación


posible, con preferencia, de forma documental (DNI, pasaporte, partida de
bautismo...) o pericial como por ejemplo un informe forense sobre aspectos
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anatómicos y mentales, especialmente interesantes en los casos de extranjeros con


problemas de comunicación o de otras razas, en los que habrá que valorar junto a
elementos físicos como longitud y resistencia de huesos, o aparato sexual, otros
relacionados con cuestiones culturales, como su pertenencia a una etnia concreta o
su medio físico de vida, en el que tener en cuenta la exposición al sol, al frío, etc., ya

Práctica Procesal Penal


37
Tema 6. Ideas clave
que el crecimiento y la vejez celular se relacionan tanto con aspectos genéticos como
ambientales.

Pasando ya al análisis del régimen jurídico de los distintos tramos de edad, que
contempla la LORPM, podemos distinguir:

 Menores de catorce años.

Como se ha dicho, al menor de esta edad no se le exigirá responsabilidad penal, sino


que se «le aplicará lo dispuesto en las normas sobre protección de menores».

En estos casos, dice la ley:

«El Ministerio Fiscal deberá remitir a la entidad pública de protección de


menores testimonio de los particulares que considere precisos respecto al
menor, a fin de valorar su situación, y dicha entidad habrá de promover las
medidas de protección adecuadas a las circunstancias de aquél conforme a
lo dispuesto en la Ley Orgánica 1/1996, de 15 de enero» (art. 3).

La opción del legislador se basa en la presunta irrelevancia de la mayoría de las


conductas delictivas que a estas edades pueden cometerse, para lo cual prevé
exclusivamente normas de protección —además de las responsabilidades civiles que
de ellas deriven— que se contienen en el Código Civil (sobre patria potestad, guarda,
acogimiento, tutela y curatela) y en la LO 1/1996 (guarda y acogimiento).

Sin embargo, se ha criticado el hecho de que no se haya previsto un internamiento


de los menores de catorce años que cometan graves delitos (crímenes, terrorismo),
abogándose por el internamiento psiquiátrico previsto en el art. 763 de la Ley de
Enjuiciamiento Civil (LECIV) 1/2000, de 7 de enero, al revelar estas conductas una
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alteración mental evidente.

Práctica Procesal Penal


38
Tema 6. Ideas clave
 Mayores de catorce y menores de dieciséis años.

Es el primer tramo de responsabilidad penal al que se aplica en principio la LORPM


sin excepciones. Es decir, los menores de catorce o quince años que delinquen son
destinatarios de la ley, con todas sus consecuencias.

Sin embargo, su régimen sancionador es distinto del de los mayores de dieciséis


años y menores de dieciocho, pues la duración de las medidas será como máximo de
dos años (art. 9.3) excepto en los supuestos de terrorismo contemplados en los arts.
571 a 580 del CP, en que puede llegar a seis años (art.11.2).

 De dieciséis a dieciocho años.

También en este tramo hay especialidades por razón del llamado «terrorismo de
menores». Por lo demás, es una edad incluida de lleno en las previsiones aplicativas
normales de la ley para la cual están previstas las medidas en su máxima duración
posible que, con la LO 7/2000, de 22 de diciembre, de modificación de la LORPM,
puede llegar a los diez años de internamiento en los supuestos de los delitos de
terrorismo comprendidos en los arts. 571 a 580 del CP (art. 11.1). La duración
máxima, no obstante, en los supuestos ordinarios, es de seis años de internamiento
(art. 10.1 b).

La ley , en el art.14 LORPM especifica que el menor que alcanzase la mayoría de edad
continuará cumpliendo la medida de internamiento que le hubiera sido impuesta
hasta alcanzar los objetivos propuestos en la sentencia, si bien cuando se trate de la
medida de internamiento en régimen cerrado y el menor alcance la edad de
dieciocho años sin haber finalizado su cumplimiento, el Juez de Menores, oído el
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Ministerio Fiscal, el letrado del menor, el equipo técnico y la entidad pública de


protección o reforma de menores, podrá ordenar en auto motivado que su
cumplimiento se lleve a cabo en un centro penitenciario conforme al régimen general
previsto en la Ley Orgánica General Penitenciaria si la conducta de la persona
internada no responde a los objetivos propuestos en la sentencia.

Práctica Procesal Penal


39
Tema 6. Ideas clave
Los recursos en la LORPM

Las fuentes de los recursos del derecho penal de menores, se encuentran en las
siguientes disposiciones:

 Arts. 41 y 42 LORPM.
 LECrim por establecerlo la disposición final 1ª de la LORPM, derecho supletorio de
primer grado, el procedimiento abreviado. En particular:
• Queja: arts.213 a 238.
• Apelación: 212 y 766.
• Casación: 847 y ss.

 Reglamento aprobado por R. D. 1774/04, de 30 de julio.


 R. D. 232/2002, de 1 de marzo sobre el Registro de Sentencias.

Clases de recursos

Podemos enumerar el sistema completo: reforma, apelación, casación, súplica,


queja, contra los decretos del Ministerio Fiscal en materia de ejecución y de defensa
de los menores internos.

 Los recursos de reforma y queja.

Recurso de reforma con carácter general, pudiendo interponerse apelación


directamente o si no se estimara la reforma (art. 766 LECrim). Y si antes contra las
resoluciones interlocutorias cabía solo la queja, ahora también cabe apelación contra
estas.
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El recurso de reforma es el que puede interponerse contra todas las providencias y


autos del juez de menores, no expresamente exceptuados. Es un recurso no
devolutivo.

Práctica Procesal Penal


40
Tema 6. Ideas clave
La tramitación se formalizará mediante la interposición del escrito en el plazo de tres
días, y se deberán aportar con el escrito tantas copias como partes haya en el
proceso.

La resolución se daría en dos días por el propio juez de menores

El recurso de queja es el que puede interponerse contra todos los autos no apelables
y contra las resoluciones que denieguen la admisión de un recurso de apelación. Es
un recurso devolutivo.

La tramitación se formalizará en el mismo plazo que la apelación (5 días), informe del


MF.

La resolución por la Sala de Menores de la Audiencia Provincial. Si la resolución a


recurrir es de un Tribunal, se hará recurso de súplica.

 El recurso de apelación.

Contra las sentencias de los jueces de menores y los autos que ponen fin al
procedimiento o que resuelvan el incidente de los artículos 13, 28, 29 y 40 LORPM.

La tramitación de este recurso será el previsto en el procedimiento abreviado: contra


autos, (art. 766 LECrim), en cinco días, ante el Juzgado de Menores, resolviendo la
Sala de Menores de la Audiencia Provincial; contra sentencias (art. 790 LECrim), el
plazo se eleva a diez días.

La celebración de vista en el recurso y posibilidad de práctica de prueba en los casos


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del art. 790.3 LECrim. Resuelve la Sala de Menores de la Audiencia Provincial.

Práctica Procesal Penal


41
Tema 6. Ideas clave
 El recurso de casación.

Es la gran novedad de la Ley, regulado en el art.42 LORPM. No es un recurso directo,


sino de unificación de doctrina.

Se puede interponer contra sentencias que contengan graves medidas y autos


definitivos, en materia del art. 4 de la ley.

Solo se puede fundar en resoluciones que, respecto a hechos y valoraciones de las


circunstancias del menor sustancialmente iguales, hayan dado lugar a
pronunciamientos distintos.

Un gran problema es el acceso al registro de sentencias sobre Reglamento


penitenciario de menores, creado por R. D. 232/2002, de 1 de marzo, limitado a
jueces, fiscales y policía judicial.

La tramitación se haría a través de una documentación a presentar, en diez días ante


la Audiencia Provincial, admisión en la Sala II del TS, vista oral obligatoria y sentencia.

 Recursos en fase de ejecución.

Pueden ser de dos clases: contra decisiones que ejecutan las medidas contenidas en
sentencia y contra las correcciones disciplinarias impuestas a los menores.

Las primeras pueden ser recurridas en reforma y apelación. Las segundas ante el juez,
sin recurso ulterior.
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Existe la posibilidad de autodefensa del menor, de modo que los puede por sí mismo
presentar las reclamaciones o impugnar las sanciones.

Los medios de defensa jurídica del menor interno están regulados en el RLORPM de
30-7-04 y comprenden tanto reclamar un derecho como impugnar una sanción.

Práctica Procesal Penal


42
Tema 6. Ideas clave
 Derecho a formular peticiones-quejas (art. 57; 1, 2 y 3 Rgto).

Se pueden formular por escrito o verbalmente ante el propio centro penitenciario,


Administración de Justicias, Ministerio Fiscal, Defensor del Pueblo o Institución
análoga de la Comunidad Autónoma.

 Derecho a presentar recursos.

Se pueden presentar recursos contra decisiones sobre cumplimiento de medidas


ejecutivas, directamente por el menor (verbalmente), a través de su letrado (por
escrito).

Se presentan ante el director del establecimiento. Se pone en conocimiento del juez


de menores, en 24 horas quien, tras escuchar al Ministerio Fiscal, resuelve
motivadamente por auto. Contra dicha resolución cabe interponer recurso ante la
Audiencia Provincial.

Se pueden presentar recursos contra sanciones disciplinarias. En estos casos, el


procedimiento sancionador consiste en la posibilidad de presentación de pliego de
descargo por parte del menor, el derecho a presentar alegaciones y a proponer
prueba dentro de las 24 horas siguientes al traslado del pliego de cargos. Y finalmente
se dicta resolución.

Contra la sanción disciplinaria que recaiga en el procedimiento sancionador, se puede


interponer recurso directamente por el menor o su abogado ante el director del
centro. Se remite en 24 horas al juez de menores. Informe del Ministerio Fiscal.
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Este recurso es auto irrecurrible.

Práctica Procesal Penal


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Tema 6. Ideas clave
Las medidas y su aplicación

Dado que se considera que la pena es en principio una reacción inadecuada frente al
menor como ser humano que no ha culminado su proceso de maduración, no se le
imponen penas sino medidas.

Clases

Se regulan en el art.7:

 Internamiento en régimen cerrado: las personas sometidas a esta medida


residirán en el centro y desarrollarán en el mismo las actividades formativas,
educativas, laborales y de ocio.

 Internamiento en régimen semiabierto: las personas sometidas a esta medida


residirán en el centro, pero realizarán fuera del mismo actividades formativas,
educativas, laborales y de ocio.

 Internamiento en régimen abierto: las personas sometidas a esta medida llevarán


a cabo todas las actividades del proyecto educativo en los servicios normalizados
del entorno, residiendo en el centro como domicilio habitual, con sujeción al
programa y régimen interno del mismo.

 Internamiento terapéutico: en los centros de esta naturaleza se realizará una


atención educativa especializada o tratamiento específico dirigido a personas
que padezcan anomalías o alteraciones psíquicas, un estado de dependencia de
bebidas alcohólicas, drogas tóxicas o sustancias psicotrópicas, o alteraciones en la
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percepción que determinen una alteración grave de la conciencia de la realidad.

Práctica Procesal Penal


44
Tema 6. Ideas clave
 Tratamiento ambulatorio: las personas sometidas a esta medida habrán de asistir
al centro designado con la periodicidad requerida por los facultativos que las
atiendan y seguir las pautas fijadas para el adecuado tratamiento de la anomalía
o alteración psíquica, adicción al consumo de bebidas alcohólicas, drogas tóxicas
o sustancias psicotrópicas, o alteraciones en la percepción que padezcan.

Cuando el interesado rechace un tratamiento de deshabituación, el juez habrá de


aplicarle otra medida adecuada a sus circunstancias.

 Asistencia a un centro de día: las personas sometidas a esta medida residirán en


su domicilio habitual y acudirán a un centro, plenamente integrado en la
comunidad, a realizar actividades de apoyo, educativas, formativas, laborales o de
ocio.

 Permanencia de fin de semana: Las personas sometidas a esta medida


permanecerán en su domicilio o en un centro hasta un máximo de 36 horas entre
la tarde o noche del viernes y la noche del domingo, a excepción del tiempo que
deban dedicar a las tareas socioeducativas asignadas por el juez.

 Libertad vigilada: en esta medida se ha de hacer un seguimiento de la actividad


de la persona sometida a la misma y de su asistencia a la escuela, al centro de
formación profesional o al lugar de trabajo, según los casos, procurando ayudar
a aquella a superar los factores que determinaron la infracción cometida.
Asimismo, esta medida obliga, en su caso, a seguir las pautas socioeducativas que
señale la entidad pública o el profesional encargado de su seguimiento, de
acuerdo con el programa de intervención elaborado al efecto y aprobado por el
juez de menores. La persona sometida a la medida también queda obligada a
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mantener con dicho profesional las entrevistas establecidas en el programa y a


cumplir, en su caso, las reglas de conducta impuestas por el juez, que podrán ser
alguna o algunas de las siguientes:

Práctica Procesal Penal


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Tema 6. Ideas clave
• Obligación de asistir con regularidad al centro docente correspondiente, si el
interesado está en el período de la enseñanza básica obligatoria, y acreditar
ante el juez dicha asistencia regular o justificar en su caso las ausencias, cuantas
veces fuese requerido para ello.
• Obligación de someterse a programas de tipo formativo, cultural, educativo,
profesional, laboral, de educación sexual, de educación vial u otros similares.
• Prohibición de acudir a determinados lugares, establecimientos o espectáculos.
• Prohibición de ausentarse del lugar de residencia sin autorización judicial
previa.
• Obligación de residir en un lugar determinado.
• Obligación de comparecer personalmente ante el juzgado de menores o
profesional que se designe, para informar de las actividades realizadas y
justificarlas.
• Cualesquiera otras obligaciones que el juez, de oficio o a instancia del
Ministerio Fiscal, estime convenientes para la reinserción social del
sentenciado, siempre que no atenten contra su dignidad como persona.

 Convivencia con otra persona, familia o grupo educativo: la persona sometida a


esta medida debe convivir, durante el período de tiempo establecido por el juez,
con otra persona, con una familia distinta a la suya o con un grupo educativo,
adecuadamente seleccionados para orientar a aquella en su proceso de
socialización.

 Prestaciones en beneficio de la comunidad: la persona sometida a esta medida,


que no podrá imponerse sin su consentimiento, ha de realizar las actividades no
retribuidas que se le indiquen, de interés social o en beneficio de personas en
situación de precariedad.
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 Realización de tareas socioeducativas: la persona sometida a esta medida ha de


realizar, sin internamiento ni libertad vigilada, actividades específicas de
contenido educativo encaminadas a facilitarle el desarrollo de su competencia
social.

Práctica Procesal Penal


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Tema 6. Ideas clave
 Amonestación: esta medida consiste en la reprensión de la persona llevada a cabo
por el juez de menores y dirigida a hacerle comprender la gravedad de los hechos
cometidos y las consecuencias que los mismos han tenido o podrían haber tenido,
instándole a no volver a cometer tales hechos en el futuro.

 Privación del permiso de conducir ciclomotores o vehículos a motor, o del derecho


a obtenerlo, o de las licencias administrativas para caza o para uso de cualquier
tipo de armas.

Esta medida podrá imponerse como accesoria cuando el delito o falta se hubiere
cometido utilizando un ciclomotor o un vehículo a motor, o un arma,
respectivamente.

Elección de la medida

La ley establece que, tanto por el Ministerio Fiscal y el letrado del menor en sus
postulaciones como por el juez en la sentencia, se deberá atender de modo flexible,
no solo a la prueba y valoración jurídica de los hechos, sino especialmente a la edad,
las circunstancias familiares y sociales, la personalidad y el interés del menor, puestos
de manifiesto los dos últimos en los informes de los equipos técnicos y, en su caso,
de las entidades públicas de protección y reforma de menores.

Por su parte, el juez deberá motivar la sentencia, expresando con detalle las razones
por las que aplica una determinada medida, así como el plazo de duración de la
misma, a los efectos de la valoración del mencionado interés del menor.
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Práctica Procesal Penal


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Tema 6. Ideas clave
Modificación de la medida impuesta

El art. 13 permite que el juez, de oficio o a instancia del Ministerio Fiscal o del letrado
del menor, previa audiencia de estos e informe del equipo técnico pueda en cualquier
momento dejar sin efecto la medida impuesta, reducir su duración o sustituirla por
otra, estableciendo como requisitos que la modificación redunde en el interés del
menor y se exprese suficientemente a este el reproche merecido por su conducta.
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Práctica Procesal Penal


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Tema 6. Ideas clave
A fondo

Legislación

Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal

Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. Boletín Oficial del Estado,
núm. 281, de 24 de noviembre de 1995. Disponible en:
https://www.boe.es/buscar/pdf/1995/BOE-A-1995-25444-consolidado.pdf

Ley orgánica donde se definen los tipos de delitos.

Muy recomendable para el estudio de este tema la lectura de la Ley Orgánica del
Código Penal, especialmente de los siguientes artículos:

 Arts. 28 y 29.
 Art. 31 quinquies.
 Art. 66 bis.
 Art. 122.
 Art. 129.
 Arts. 571 a 580.
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Práctica Procesal Penal


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Tema 6. A fondo
Real Decreto de 14 de septiembre de 1882 por el que se aprueba la Ley de
Enjuiciamiento Criminal

Real Decreto de 14 de septiembre de 1882 por el que se aprueba la Ley de Enjuiciamiento


Criminal. Boletín Oficial del Estado, núm. 260, de 17/09/1882. Disponible en:
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-1882-6036

Muy recomendable para el estudio de este tema la lectura de la Ley de


Enjuiciamiento Criminal, especialmente de los siguientes artículos:

 Arts. 14 bis y 15.


 Arts. 17.6 y 18.
 Art. 18.
 Art. 20.3.
 Arts. 119 y 120.
 Art. 409 bis.
 Art. 544 quáter.
 Art. 746.
 Arts. 750 a 756 ambos inclusive
 Arts. 786 bis y 787.
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Práctica Procesal Penal


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Tema 6. A fondo
Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los
menores

Ley Orgánica 5/2000, de 12 de enero, reguladora de la responsabilidad penal de los


menores. Boletín Oficial del Estado, núm. 11, de 13/01/2000. Disponible en:
https://www.boe.es/buscar/act.php?id=BOE-A-2000-641

Modificaciones de la Ley del Menor que ocupa una parte central del mismo la
situación de los infractores menores de 14 años y, en particular, la polémica sobre si
dicha edad de 14 años es adecuada para constituir el límite mínimo para ser
responsable criminal o si, por el contrario, debería ser disminuida.

Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995,
de 23 de noviembre, del Código Penal

Ley Orgánica 5/2010, de 22 de modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre,


del Código Penal. Boletín Oficial del Estado, núm. 152, de 23 de junio de 2010, páginas
54811 a 54883 (73 págs.). Disponible en: https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-
A-2010-9953

Muy recomendable para el estudio de este tema la lectura de la Ley que modifica el
Código Penal, especialmente de los siguientes artículos:

 Art. 31 bis.
 Arts. 257, 258 y 258 bis.
 Art. 304 bis.
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 Arts. 359 a 365.

Práctica Procesal Penal


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Tema 6. A fondo
Lecturas

La cuestión de la responsabilidad penal de las personas jurídicas

MORILLAS CUEVA, L. «La cuestión de la responsabilidad penal de las personas jurídicas».


Anales de derecho. 2011, núm. 29, pp. 1-33. [consultado el 22 de junio de 2021].
Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3968724

Una lectura básica que permite profundizar en las bases y fundamentos de la


responsabilidad penal de las personas jurídicas y mejorar la comprensión de la
materia objeto de estudio.

Responsabilidad penal de las personas jurídicas en el Derecho Español

DE LA CUESTA ARZAMENDI, J. L. «Responsabilidad penal de las personas jurídicas en el


Derecho Español», (pp. 49-102). En N. J. de la Mata, J. L. de la Cuesta (dir.).
Responsabilidad penal de las personas jurídicas. Madrid: Thomson Reuters Aranzadi,
2013. Disponible en:
https://www.ehu.eus/documents/1736829/2010409/CLC+103+Resp_penal_pers_jur_
en+el+Derecho+Espa%C3%B1ol+(Responsabilidad+Penal+Personas+Jur%C3%ADdicas).
pdf

Una lectura complementaria que permite una mayor comprensión de la


responsabilidad penal de las personas jurídicas en el derecho español,
incrementando los conocimientos sobre la materia que es objeto de estudio en este
tema.
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52
Tema 6. A fondo
El nuevo Derecho penal de menores ¿creación de un sistema penal menor?

TAMARIT SUMALLA, J. M. «El nuevo Derecho penal de menores ¿creación de un sistema


penal menor?». Revista penal. 2001, núm. 8, pp. 71-89. [consulta: 22 de junio de 2021].
Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=196253

Una lectura básica sobre el sistema de exigencia de responsabilidad penal a los


mejores infractores en derecho español, que permite profundizar en el análisis del
estudio de las ideas clave que se ofrecen en el tema.
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53
Tema 6. A fondo
Test
1. La expresión societas delinquere non potest…
A. No ha sido nunca, realmente, una expresión correcta.
B. Es una verdad histórica.
C. Antes fue cierto, pero no ahora.
D. Es totalmente cierta.

2. El fundamento de la responsabilidad penal de las personas jurídicas…


A. Se encuentra en un tipo de culpabilidad distinto.
B. Se basa en un defecto de organización.
C. Se castiga por desobedecer la norma.
D. Todas las respuestas son correctas.

3. Indica cuál de las siguientes afirmaciones es la más correcta como criterios de


atribución de responsabilidad penal de las personas jurídicas:
A. Un defecto de control y de vigilancia.
B. Un acto de personas que vinculen a la sociedad o de personas que controlan
a los empleados.
C. Ha de tratarse de actos de quienes ostenten alguna representación y
facultades de control.
D. Poseer una capacidad de vincular a la sociedad, bien por la capacidad de
decisión que se ostente o bien por faltar a la debida vigilancia o control del
empleado infractor.

4. Entre los delitos por los que puede responder una persona jurídica, no se
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encuentra:
A. El descubrimiento y revelación de secretos.
B. El delito de extorsión.
C. Los delitos ecológicos.
D. El delito contra la salud pública.

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54
Tema 6. Test
5. ¿Cuál es el principal fundamento de que la responsabilidad penal de los menores
no sea como la de los adultos?
A. La falta de madurez.
B. La falta de socialización.
C. El déficit de educación.
D. La edad.

6. El modelo de la Ley del menor…


A. Es un modelo social.
B. Es un modelo tutelar.
C. Es un modelo educativo.
D. Es un modelo educativo sancionador.

7. El principio del interés superior del menor…


A. Debe valorarse con criterios técnicos, no jurídicos.
B. Debe apreciarse de modo global.
C. Está conectado al desarrollo de su personalidad.
D. Todas las respuestas son correctas.

8. ¿Qué son los equipos técnicos de la ley del menor?


A. Son órganos de asesoramiento.
B. En concreto, constituyen una pericia oficial.
C. Emiten informes sobre las condiciones sociales y circunstancias que rodean
al menor delincuente.
D. Todas las respuestas son correctas.
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55
Tema 6. Test
9. Indica la respuesta incorrecta sobre el recurso de casación del proceso penal de
menores:
A. Es una clase o modalidad de recurso de casación penal.
B. Es un recurso de unificación de doctrina.
C. Es un recurso ordinario, con la especialidad de que recae sobre sentencias
de menores.
D. La clave es comprobar si la sentencia ha valorado correctamente las
circunstancias del menor, y ante casos sustancialmente iguales se han
producido pronunciamientos distintos.

10. ¿Es posible modificar una medida una vez impuesta y que ha comenzado a
ejecutarse?
A. No, tiene que hacerse antes de empezar a ejecutarse.
B. Sí, si lo solicita el fiscal y cuenta con el apoyo del equipo técnico.
C. Sí, pero basta que el equipo técnico presente informe, que no es vinculante.
D. Decide el juez, previa audiencia de las partes e informe del equipo técnico
teniendo en cuenta el interés superior del menor.

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
C D D B D D D D C D
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56
Tema 6. Test

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