Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Tema 6
Tema 6
La responsabilidad penal
de sujetos especiales:
personas jurídicas y
menores
Índice
Ideas clave 3
6.1. Introducción y objetivos 3
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
A fondo 49
Test 54
Ideas clave
En este tema se presentan los posibles sujetos del delito que durante mucho tiempo
solo podían serlo las personas físicas o naturales, pero desde el año 2000, los
menores de entre 14 y 18 años, y desde 2010, las personas jurídicas son sujetos
aptos para exigírseles responsabilidad penal.
De ese modo, se han ampliado los sujetos activos del delito y, por tanto, en la
actualidad, contamos con tres clases o tipos de posibles autores de los hechos
delictivos, que sobre la base común del Código Penal (CP) y las leyes penales
especiales, pueden ser acusados y condenados de delitos.
La especialidad es que menores y personas jurídicas tienen una regulación propia que
es lo que en el presente tema se expone. Su régimen jurídico, con cita de los artículos
específicos se hace en el tema, pero es conveniente la consulta directa de las normas
que regulan sus especialidades procesales y que se citan en los apartados
correspondientes.
Los posibles responsables de los delitos son: personas físicas, personas jurídicas y
menores.
Personas físicas
Una de las clasificaciones que puede hacerse de los tipos de procesos penales pivota
sobre quien sea el autor. Y así, se habla de procesos comunes u ordinarios en que el
posible autor del delito puede ser cualquier persona, y procesos especiales, con
relación al sujeto activo, en que la persona a enjuiciar presenta alguna característica
especial.
Son autores «quienes realizan el hecho por sí solos, conjuntamente o por medio de
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
otro del que se sirven como instrumento». E igualmente los inductores y los
cooperadores necesarios con un acto sin el cual no se habría efectuado (art. 28 CP).
La del pactum scaeleris, o acuerdo de voluntades entre los que deciden tomar
parte en el delito.
La doctrina del dominio funcional del hecho que dice son coautores quienes
realizan conjuntamente el hecho delictivo realizando aportaciones relevantes
durante la fase de ejecución del delito.
La llamada imputación recíproca, en cuya virtud se entiende que todos los
partícipes en el delito aceptan implícitamente lo que cada uno haga.
La coautoría adhesiva en la que basta que el acuerdo surja durante la ejecución,
uniéndose a los hechos.
El dolo compartido en el que se produce la coincidencia de las voluntades de todos
los partícipes.
En todos estos casos, ya sea que participe una o más personas, nos referimos al
supuesto común u ordinario, en el que los partícipes son personas físicas o naturales
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Este personaje puede responder como coautor o mero cómplice, según realice un
aporte o aportes esenciales o simplemente ayude o auxilie al hombre de atrás. Pero
cuando el partícipe no es plenamente conocedor de que toma parte en un delito, y
en realidad, se convierte en un mero «instrumento» del verdadero autor, que lo
utiliza en su exclusivo interés, su contribución puede ser impune.
Menores
Desde dicha norma es posible exigir responsabilidad penal a las personas jurídicas
como tales, sin perjuicio de la que pueda corresponder en cada caso a las personas
físicas relacionadas con la entidad y respecto al delito cometido.
Apunte histórico
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
El clásico aforismo societas delinquere non potest no ha sido realmente verdad nunca.
Está en tela de juicio desde hace tiempo y parece desconocerse que al menos entre
los siglos XII al XVIII rigió el opuesto: universitas delinquere et puniri potest, mediante
el cual pudo castigarse a municipios, monasterios, asociaciones, sectas o ligas de los
más diversos hechos delictivos.
También sufrieron castigos penales ciudades como Montpellier o Burdeos, las cuales
fueron sancionadas, entre otras penas, a soportar la demolición de sus murallas
defensivas.
Y así, desde el principio de la unidad del ius puniendi se dice que, si el Estado puede
castigar a entidades y empresas de todo tipo con sanciones administrativas, ¿por qué
no podría hacerlo desde el punto de vista penal?
Por su parte, en el derecho anglosajón, se alzan dos subteorías dentro de una idea
general: la responsabilidad por problemas de organización.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Sin embargo, no todos los países occidentales ―sí lo hacen Francia, Italia, Dinamarca,
Bélgica― reconocen en estos momentos, de modo general, esta responsabilidad de
las personas jurídicas.
El art. 31 bis establece que las personas jurídicas serán penalmente responsables:
Ahora bien, para imputar a una persona jurídica se requiere, además, que la
conducta le reporte un beneficio o provecho.
Lo que excluye el delito en el que la persona jurídica sea la víctima directa, por sufrir
un perjuicio en vez de un beneficio.
Ahora bien, son inimputables aquellas sociedades «sin ninguna otra clase de
actividad legal o que lo sea solo meramente residual y aparente para los propios
propósitos delictivos».
Se trata de sociedades instrumentales que suelen emplearse para un uso único, así
como de instrumento para la obtención de una plusvalía simulada mediante la
compra y posterior venta de un mismo activo, normalmente un bien inmueble (por
su elevado valor) o activos financieros (por su dificultad para conocer su valor real);
o para la tenencia o titularidad de los fondos o activos a nombre de la entidad, a
modo de velo que oculta a la persona física que realmente posee los fondos o disfruta
del activo.
Y, por otro lado, en el art. 31 quinquies CP se establecen cuáles son las entidades
inimputables: a saber, el Estado (donde se incluyen, además de las Administraciones
territoriales, los organismos autónomos, organismos reguladores y consorcios) y las
fundaciones públicas, sometidas al derecho administrativo.
En cambio, pueden responder penalmente los partidos políticos, los sindicatos, los
colegios profesionales, las cámaras de comercio y las sociedades mercantiles
públicas.
Finalmente, hay que indicar que a las personas jurídicas les puede ser eximida la
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Frente al sistema de responsabilidad por delitos de las personas físicas, que incluye
todos los contenidos en el Libro II, para las personas jurídicas rige un sistema de
numerus clausus, es decir, solo responden penalmente de los delitos concretos que
así lo establecen.
Se trata de delitos que, por sus características, parecen especialmente propicios para
ser cometidos por las personas jurídicas.
Tabla 1. Delitos que pueden ser cometidos por personas jurídicas. Fuente: Código Penal Español.
Es decir, el ámbito delictivo de las personas jurídicas se amplía, pues se hace a estas
potencialmente responsables de nuevos delitos respecto al régimen anterior creado
por la LO 5/ 2010.
Por último, hay que indicar que se aplica el régimen del art. 129 CP (la imposición de
las consecuencias accesorias junto con la pena que proceda contra el autor del delito)
a los delitos previstos para las personas jurídicas cuando se hayan cometido en el
seno, con la colaboración, a través o por medio de entes carentes de personalidad
jurídica, con relación a los siguientes delitos:
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Del listado expuesto, podemos hacer varias clasificaciones. Así, por su naturaleza, por
los intereses que tutelan o por su culpabilidad.
Por su naturaleza:
• Delitos económicos: aquellos en que la búsqueda de lucro es el objetivo
principal, como la estafa, delitos contra el mercado, frustración de la ejecución,
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Por los intereses que tutelan: delitos que vulneran intereses privados, como los
delitos contra la propiedad intelectual e industrial, estafa, insolvencias punibles,
etc., y otros que infringen intereses públicos; además de los delitos contra
Hacienda y la seguridad social, la falsificación de moneda, los delitos de urbanismo
y contra el medio ambiente, los de explosivos, radiaciones ionizantes o la
financiación del terrorismo.
Por su generalidad o no, podemos distinguir entre delitos comunes propios del
orden social y delitos relacionados con la órbita política. Entre los primeros, la
inmensa mayoría, entre los segundos, aquellos conectados a la esfera
administrativa-política que se asocian a la denominada corrupción política, como
la financiación ilegal de partidos políticos, el cohecho, el tráfico de influencias.
• Como se dijo, fuera del CP, tenemos el delito de contrabando, del que las
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Reglas y especialidades
Este tipo de responsabilidad solo podrá ser exigida cuando un delito concreto
expresamente la prevea. Supone la aplicación estricta del principio de legalidad
―numerus clausus de delitos para las personas jurídicas― configurando toda una
regulación particular, aunque sea dentro del CP.
Las consecuencias accesorias del art. 129 CP, sistema de punición anterior previsto
para las personas jurídicas, sirven ahora como base de las penas a imponerles,
ampliándose su número.
La reforma operada por la LO 1/2015, sin duda para responder a la mala conciencia
de castigar a una persona jurídica —con las graves consecuencias que de ello puede
seguirse— por defectos de organización o abusos de directivos o empleados, ha
introducido la denominada compliance, institución proveniente del derecho
anglosajón que trata de conciliar la responsabilidad con la prevención por parte de
las empresas.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
En los casos en los que las anteriores circunstancias solamente puedan ser objeto de
acreditación parcial, esta circunstancia será valorada a los efectos de atenuación de
la pena.
A fin de no dejar esta importante cuestión al libre albedrío, con la inseguridad que
ello produce, de las propias personas jurídicas, el CP introduce en el art. 31 bis 5 el
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
estándar que deben cumplir los modelos de organización y gestión (compliance) para
que pueda aplicarse la exención referida.
«1.º Identificarán las actividades en cuyo ámbito puedan ser cometidos los
delitos que deben ser prevenidos.
2.º Establecerán los protocolos o procedimientos que concreten el proceso
de formación de la voluntad de la persona jurídica, de adopción de
decisiones y de ejecución de las mismas con relación a aquéllos.
3.º Dispondrán de modelos de gestión de los recursos financieros adecuados
para impedir la comisión de los delitos que deben ser prevenidos.
4.º Impondrán la obligación de informar de posibles riesgos e
incumplimientos al organismo encargado de vigilar el funcionamiento y
observancia del modelo de prevención.
5.º Establecerán un sistema disciplinario que sancione adecuadamente el
incumplimiento de las medidas que establezca el modelo.
6.º Realizarán una verificación periódica del modelo y de su eventual
modificación cuando se pongan de manifiesto infracciones relevantes de sus
disposiciones, o cuando se produzcan cambios en la organización, en la
estructura de control o en la actividad desarrollada que los hagan
necesarios».
la regulación general prevista para las personas físicas, aplicable también a las
personas jurídicas en la medida que resulte compatible.
«Artículo 14 bis
Cuando de acuerdo con lo dispuesto en el artículo anterior el conocimiento
y fallo de una causa por delito dependa de la gravedad de la pena señalada
a éste por la Ley se atenderá en todo caso a la pena legalmente prevista para
la persona física, aun cuando el procedimiento se dirija exclusivamente
contra una persona jurídica».
«Artículo 119
1. Cuando de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 118 de esta Ley, haya
de procederse a la imputación de una persona jurídica, se practicará con ésta
la comparecencia prevista en el artículo 775, con las siguientes
particularidades:
a. La citación se hará en el domicilio social de la persona jurídica, requiriendo
a la entidad que proceda a la designación de un representante, así como
Abogado y Procurador para ese procedimiento, con la advertencia de que,
en caso de no hacerlo, se procederá a la designación de oficio de estos dos
últimos. La falta de designación del representante no impedirá la
sustanciación del procedimiento con el Abogado y Procurador designado.
b. La comparecencia se practicará con el representante especialmente
designado de la persona jurídica imputada acompañada del Abogado de la
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
«Artículo 120.
1. Las disposiciones de esta Ley que requieren o autorizan la presencia del
imputado en la práctica de diligencias de investigación o de prueba
anticipada se entenderán siempre referidas al representante especialmente
designado por la entidad, que podrá asistir acompañado del letrado
encargado de la defensa de ésta.
2. La incomparecencia de la persona especialmente designada no impedirá
la celebración del acto de investigación o de prueba anticipada que se
sustanciará con el Abogado defensor».
Se añade un nuevo artículo 409 bis que queda redactado en los siguientes
términos:
Se añade un nuevo apartado 4.º al artículo 554 respecto del concepto de domicilio
que queda redactado en los siguientes términos:
Se añade un nuevo párrafo final al artículo 746 que queda redactado en los
siguientes términos:
Se introduce un nuevo artículo 786 bis, que queda redactado en los siguientes
términos:
Se introduce un nuevo artículo 839 bis, que queda redactado en los siguientes
términos:
Fundamentación
Ello hace que el legislador haya considerado necesario una aplicación distinta de la
ley penal a este colectivo, los llamados menores.
Por ello, siendo común con los adultos, que su responsabilidad penal se exige por el
CP y las leyes penales especiales, la especialidad consiste en que se les aplica una
norma procesal distinta: la Ley Orgánica Reguladora de la Responsabilidad Penal de
los Menores (LORPM).
Especialidades
El hecho de que la justicia juvenil sea una justicia específica o especial respecto a la
general, o de adultos, o como lo llama la STC 36/91, de 14 de febrero, «una variante
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
El modelo que sigue la LORPM es específico en cuanto integra una doble naturaleza
—como puede leerse en la exposición de motivos— sancionadora-educativa, pero
sobre la base de un proceso penal con garantías y la aplicación de un derecho
material o sustantivo, que no es otro que la legislación penal (Código Penal y demás
leyes penales especiales).
El principio del interés superior del menor se erige en el criterio rector interpretativo
respecto a todas las cuestiones que se susciten en este proceso.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
En efecto, el interés superior del menor se configura como el más específico de esta
jurisdicción, y proyecta su efecto irradiante sobre el resto de los principios procesales,
confiriéndoles una aplicación especial.
En su parca regulación del tema ―dedica tan solo el artículo 2°, con remisión a otros
dos: art. 20.3 de la Ley y 18 de la LECrim―, la LORPM establece que para «conocer
de los hechos cometidos por las personas mencionadas en el art. 1 de esta Ley»,
ejecutar las sentencias y resolver sobre la responsabilidad civil, será competente el
juez de menores del lugar donde se haya cometido el hecho delictivo y, en los casos
de delitos cometidos en diferentes territorios, el del lugar del domicilio del menor y,
subsidiariamente, el resultante de los criterios expresados para los delitos conexos,
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
en el art. 18 LECrim.
Las Audiencias Provinciales conocerán los recursos de apelación contra los autos
y sentencias de los juzgados de menores.
La Audiencia Nacional será competente, con el juzgado central de menores para
la instrucción y enjuiciamiento de las causas de menores incursos en presuntos
delitos de terrorismo, y la Sala de lo Penal correspondiente, para resolver sobre
los recursos contra las decisiones de este.
La Sala II del Tribunal Supremo conocerá del recurso de casación de unificación de
doctrina en los casos que proceda, contra las sentencias dictadas en apelación por
la Audiencia Nacional ―cuando entre en vigor esta previsión― y contra las
sentencias de las Audiencias Provinciales, pero únicamente cuando contengan
algunas de las medidas incluidas en el art. 10.
Ello determina, que serán las Audiencias finalmente ―no las nonatas Salas de
Menores de los Tribunales Superiores de Justicia― las que configuran la
jurisprudencia penal en materia de menores, con las excepciones de que será el
Tribunal Supremo el que establecerá los criterios y los principios en materia de
unificación de doctrina, en los supuestos en que se apliquen las medidas de mayor
gravedad. Esta jurisprudencia menor resulta, por tanto, del mayor interés en la
materia que examinamos.
También debe tenerse presente que las entidades públicas de las comunidades
autónomas, que se ocupan de la protección y reforma de menores, están llamadas a
desempeñar un papel relevante en la aplicación y ejecución de las medidas pues debe
escuchárseles antes de la adopción, sustitución o reducción de estas y son las
competentes para materializar la ejecución de las medidas (art. 45) si bien bajo el
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Por otra parte, la regulación que de los jueces de menores se contiene en la Ley
Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) es la siguiente:
Además del Ministerio Fiscal, contamos con los equipos técnicos, los abogados de
menores y la policía judicial especializada en el ámbito del menor.
Pues bien, la LO 5/2000 incluye estos equipos, adscritos al juzgado de menores (art.
22.1 f), con dependencia funcional también del Ministerio Fiscal, con la importante
labor de contribuir, con su apoyo técnico, al mejor desarrollo del procedimiento.
El art. 12 de las Reglas de Beijing establece que los agentes de policía que traten con
menores reciban «instrucción y capacitación especial».
Ámbito subjetivo
Actualmente, tales distingos carecen de utilidad práctica en este proceso, dado que
la ley solo se aplica a los menores de catorce a dieciocho años y ha dejado, por tanto,
de ser necesario diferenciar al menor del joven.
En efecto, toda esta amplia franja de edad que va desde los catorce años hasta los
veintiún años, al menos, comprende un grupo de personas en pleno periodo de
formación y madurez cultural, no incorporado a la vida laboral, no emancipados
económicamente y, en consecuencia, no independiente o autónomo, pues su déficit
madurativo y racional, impregnado de sentimientos y carente de suficientes
experiencias propias y diferenciadas de su entorno familiar, se traduce en una
personalidad in fieri, frágil e influenciable, abierta a la corrección y modificación para,
en la mayoría de los casos, concluir en su lógica integración social al final del camino
de dicha fase evolutiva, que a veces se prolonga hasta alcanzar la inserción
económica y adquisición de la autonomía vital, que hoy en día no suele llegar antes
de los veinticinco años.
de aplicación las normas del Código Civil y las de protección, en especial la Ley
Orgánica 1/1996, de 15 de enero, de Protección Jurídica del Menor y la Ley Orgánica
8/2015, de 22 de julio, de modificación del sistema de protección a la infancia y a la
adolescencia.
Nuestro derecho histórico, hasta el Código Penal de 1928, que acabó con el sistema
del discernimiento, se basaba en la necesidad de evaluar, en cada caso, el grado de
madurez y malicia del menor, resultando, por ejemplo, que en el CP de 1822 los
menores de siete años eran inimputables con lo que en la banda de los siete a los
diecisiete años había que comprobar si el menor delincuente tenía discernimiento,
aplicándosele la norma penal en caso positivo y, en caso contrario, se le confiaba a
sus padres o se le internaba en un establecimiento de corrección si se consideraba
más adecuado a la vista de las circunstancias.
A este respecto, uno de los problemas más importantes es determinar el método del
cómputo de la edad, es decir, desde cuándo y hasta cuándo se cuentan los años. Pues
bien, para ello debe tenerse en cuenta la regla general del derecho común (art. 5 del
Código Civil) en la cual los plazos fijados en años se cuentan de fecha a fecha, por lo
que el día en que se cumple la edad forma parte del plazo o tramo de edad inicial y
el que se cumple la edad hasta la que llega el tramo, también.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Una solución, por otra parte, es la seguida por la jurisprudencia que adopta el criterio
del «momento a momento», y cuando no conste la hora se sigue el criterio
cronológico estricto, de fecha a fecha o día a día, es decir, se sustituye el cómputo
del art. 315 del Código Civil, que resulta más perjudicial, por el indicado (SSTS 14-1-
1988, 13-2-1991 y 20-5-1999), en interpretación pro reo, pues ha de entenderse que
el menor nació durante la vigencia de la ley que más le beneficie.
Pasando ya al análisis del régimen jurídico de los distintos tramos de edad, que
contempla la LORPM, podemos distinguir:
También en este tramo hay especialidades por razón del llamado «terrorismo de
menores». Por lo demás, es una edad incluida de lleno en las previsiones aplicativas
normales de la ley para la cual están previstas las medidas en su máxima duración
posible que, con la LO 7/2000, de 22 de diciembre, de modificación de la LORPM,
puede llegar a los diez años de internamiento en los supuestos de los delitos de
terrorismo comprendidos en los arts. 571 a 580 del CP (art. 11.1). La duración
máxima, no obstante, en los supuestos ordinarios, es de seis años de internamiento
(art. 10.1 b).
La ley , en el art.14 LORPM especifica que el menor que alcanzase la mayoría de edad
continuará cumpliendo la medida de internamiento que le hubiera sido impuesta
hasta alcanzar los objetivos propuestos en la sentencia, si bien cuando se trate de la
medida de internamiento en régimen cerrado y el menor alcance la edad de
dieciocho años sin haber finalizado su cumplimiento, el Juez de Menores, oído el
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Las fuentes de los recursos del derecho penal de menores, se encuentran en las
siguientes disposiciones:
Arts. 41 y 42 LORPM.
LECrim por establecerlo la disposición final 1ª de la LORPM, derecho supletorio de
primer grado, el procedimiento abreviado. En particular:
• Queja: arts.213 a 238.
• Apelación: 212 y 766.
• Casación: 847 y ss.
Clases de recursos
El recurso de queja es el que puede interponerse contra todos los autos no apelables
y contra las resoluciones que denieguen la admisión de un recurso de apelación. Es
un recurso devolutivo.
El recurso de apelación.
Contra las sentencias de los jueces de menores y los autos que ponen fin al
procedimiento o que resuelvan el incidente de los artículos 13, 28, 29 y 40 LORPM.
Pueden ser de dos clases: contra decisiones que ejecutan las medidas contenidas en
sentencia y contra las correcciones disciplinarias impuestas a los menores.
Las primeras pueden ser recurridas en reforma y apelación. Las segundas ante el juez,
sin recurso ulterior.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Existe la posibilidad de autodefensa del menor, de modo que los puede por sí mismo
presentar las reclamaciones o impugnar las sanciones.
Los medios de defensa jurídica del menor interno están regulados en el RLORPM de
30-7-04 y comprenden tanto reclamar un derecho como impugnar una sanción.
Dado que se considera que la pena es en principio una reacción inadecuada frente al
menor como ser humano que no ha culminado su proceso de maduración, no se le
imponen penas sino medidas.
Clases
Se regulan en el art.7:
Esta medida podrá imponerse como accesoria cuando el delito o falta se hubiere
cometido utilizando un ciclomotor o un vehículo a motor, o un arma,
respectivamente.
Elección de la medida
La ley establece que, tanto por el Ministerio Fiscal y el letrado del menor en sus
postulaciones como por el juez en la sentencia, se deberá atender de modo flexible,
no solo a la prueba y valoración jurídica de los hechos, sino especialmente a la edad,
las circunstancias familiares y sociales, la personalidad y el interés del menor, puestos
de manifiesto los dos últimos en los informes de los equipos técnicos y, en su caso,
de las entidades públicas de protección y reforma de menores.
Por su parte, el juez deberá motivar la sentencia, expresando con detalle las razones
por las que aplica una determinada medida, así como el plazo de duración de la
misma, a los efectos de la valoración del mencionado interés del menor.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
El art. 13 permite que el juez, de oficio o a instancia del Ministerio Fiscal o del letrado
del menor, previa audiencia de estos e informe del equipo técnico pueda en cualquier
momento dejar sin efecto la medida impuesta, reducir su duración o sustituirla por
otra, estableciendo como requisitos que la modificación redunde en el interés del
menor y se exprese suficientemente a este el reproche merecido por su conducta.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Legislación
Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal. Boletín Oficial del Estado,
núm. 281, de 24 de noviembre de 1995. Disponible en:
https://www.boe.es/buscar/pdf/1995/BOE-A-1995-25444-consolidado.pdf
Muy recomendable para el estudio de este tema la lectura de la Ley Orgánica del
Código Penal, especialmente de los siguientes artículos:
Arts. 28 y 29.
Art. 31 quinquies.
Art. 66 bis.
Art. 122.
Art. 129.
Arts. 571 a 580.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
Modificaciones de la Ley del Menor que ocupa una parte central del mismo la
situación de los infractores menores de 14 años y, en particular, la polémica sobre si
dicha edad de 14 años es adecuada para constituir el límite mínimo para ser
responsable criminal o si, por el contrario, debería ser disminuida.
Ley Orgánica 5/2010, de 22 de junio, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995,
de 23 de noviembre, del Código Penal
Muy recomendable para el estudio de este tema la lectura de la Ley que modifica el
Código Penal, especialmente de los siguientes artículos:
Art. 31 bis.
Arts. 257, 258 y 258 bis.
Art. 304 bis.
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
4. Entre los delitos por los que puede responder una persona jurídica, no se
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
encuentra:
A. El descubrimiento y revelación de secretos.
B. El delito de extorsión.
C. Los delitos ecológicos.
D. El delito contra la salud pública.
10. ¿Es posible modificar una medida una vez impuesta y que ha comenzado a
ejecutarse?
A. No, tiene que hacerse antes de empezar a ejecutarse.
B. Sí, si lo solicita el fiscal y cuenta con el apoyo del equipo técnico.
C. Sí, pero basta que el equipo técnico presente informe, que no es vinculante.
D. Decide el juez, previa audiencia de las partes e informe del equipo técnico
teniendo en cuenta el interés superior del menor.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
C D D B D D D D C D
© Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)