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A pesar de los esfuerzos por conocerse a sí mismo, el hombre sigue siendo en gran medida un
misterio para sí mismo y para otros. Se citan varias afirmaciones de diferentes autores y filósofos
que enfatizan la complejidad y el misterio inherentes a la naturaleza humana. Sin embargo, se
argumenta que esto no debe llevar al escepticismo, ya que a lo largo de la historia, el
conocimiento sobre el hombre ha aumentado, aunque siempre será parcial.
En resumen, el texto explora la búsqueda del hombre por comprender su propia naturaleza y
cómo esta pregunta ha sido central en la filosofía y la cultura a lo largo de la historia. A pesar de
la complejidad y el misterio que rodean a la naturaleza humana, se destaca la importancia de
continuar buscando respuestas a esta pregunta fundamental.
El texto explora la etimología de la palabra "Antropología", que proviene del griego "anthropos"
(hombre) y "logos" (tratado o ciencia), lo que la define como la ciencia o disciplina que trata
sobre el hombre. Se menciona que esta aplicación del término es relativamente reciente.
Antropología física o natural (etnografía): Estudia al hombre desde un punto de vista físico,
analizando sus rasgos corporales, morfológicos y fisiológicos. Se enfoca en aspectos biológicos y
geográficos, pero no puede abordar aspectos espirituales o metafísicos.
Antropología filosófica o Filosofía del hombre: Es un estudio sistemático del hombre que busca
comprender sus causas últimas y principios esenciales en términos de su ser y acción. Esta
disciplina se enfoca en la esencia y la naturaleza humanas desde una perspectiva metafísica y
filosófica, y busca unificar y dar sentido a las otras disciplinas relacionadas con el hombre.
Para evitar la ambigüedad del término "Antropología", se propone referirse a ella también como
"Filosofía del hombre" para resaltar su carácter filosófico en la reflexión sobre el ser humano.
Otra dificultad surge de la idea de que el hombre es a la vez el sujeto y objeto de estudio en esta
ciencia, lo que plantea cuestiones sobre la objetivación de la persona humana. Max Scheler
argumenta que la persona humana es "inobjetivable" desde el conocimiento intelectual y que el
conocimiento empático es más apropiado para comprenderla.
Finalmente, se aborda la objeción del culturalismo, que sostiene que la naturaleza humana no
existe como tal debido a la diversidad cultural. Sin embargo, se argumenta que la filosofía puede
trascender el relativismo cultural y buscar la verdad esencial del ser humano más allá de las
condiciones culturales.
Se señala que el método de la Antropología Filosófica debe ser capaz de abordar ambas
dimensiones, la material y la espiritual, del ser humano. Se critica el reductivismo tanto del
materialismo, que reduce al ser humano a la materia, como del espiritualismo, que reduce al ser
humano al alma o espíritu. Se destaca la importancia de comprender y abordar la complejidad
de la naturaleza humana en su totalidad para obtener una visión completa y precisa de la
persona humana.
En resumen, la precomprensión del ser humano como un ser con dimensiones materiales y
espirituales orienta el método de la Antropología Filosófica hacia la necesidad de abordar ambas
dimensiones en su investigación sobre la naturaleza humana.
Planos Metodológicos: a) Vía Cosmológica: Este enfoque considera al hombre como un ser en
el mundo de la naturaleza. Se basa en la idea de que el hombre es un "animal racional" y se
centra en sus dimensiones vitales comparándolo con otros seres vivos. Es un enfoque más
clásico, influenciado por pensadores como Aristóteles. b) Vía de la Conciencia: En contraste, este
enfoque ve al hombre como un "espíritu encarnado". Considera al hombre como un sujeto
personal irreductible a las categorías del mundo natural. Se enfoca en la experiencia de la
libertad, la dignidad y la intimidad personal. Este enfoque es más moderno y se desarrolla en
respuesta a la crisis de la cosmología medieval.
Estos enfoques no son necesariamente opuestos, y la realidad humana es tan rica y compleja
que puede ser abordada desde diversas perspectivas metodológicas. Se reconoce que el hombre
tiene aspectos comunes con otros seres vivos, pero también presenta diferencias significativas
que lo distinguen como un ser espiritual.
Planos Metodológicos: a) Plano de la Exterioridad: Este plano considera al ser humano como
un objeto dentro del mundo material y es susceptible de ser analizado por las ciencias empíricas.
Se basa en la observación y experimentación de fenómenos físicos. b) Plano de la Interioridad:
En este plano, se analizan los estados de conciencia del sujeto humano desde su propia
experiencia subjetiva. Es el enfoque fenomenológico que describe los fenómenos vitales tal
como se presentan en la subjetividad. c) Plano Metafísico: Este plano trasciende la perspectiva
de la ciencia experimental y se adentra en una comprensión más profunda de la realidad
humana. Reconoce que la esencia humana no se puede reducir a categorías físicas y requiere
una lectura metafísica de los datos empíricos.
Antropología Filosófica: Se basa en la razón natural y la experiencia para estudiar al ser humano.
Examina al hombre desde una perspectiva secular, sin referencia a la revelación religiosa.
El texto argumenta que estas dos disciplinas no son contrapuestas, sino complementarias. La
Antropología Teológica requiere una comprensión "natural" del hombre para comprender la
acción de la gracia divina en el ser humano real. La Antropología Filosófica debe estar abierta a
la trascendencia y en sintonía con una concepción cristiana del hombre para ser relevante en un
contexto de antropología sobrenatural.
Este párrafo introduce una reflexión antropológica a partir de un fragmento de una novela
filosófica. En el texto, se observa una jerarquía en el orden natural que abarca desde lo
inanimado (cosas inertes como muñecas o sofisticados ordenadores), pasando por el mundo
vegetal (la materia vegetal que brota de la tierra), hasta llegar al mundo animal (representado
por el gato Sherekan) y, finalmente, al mundo humano, que se caracteriza por una mayor
conciencia y complejidad.
El fragmento sugiere que el ser humano, en un primer momento, se percibe a sí mismo como
parte de este orden natural, compartiendo algunas similitudes con otros seres vivos, pero al
mismo tiempo, se reconoce como algo distintivo. Sofía, la protagonista, se da cuenta de que el
ser humano es más que una máquina sofisticada, y aunque se compara a sí misma con una
muñeca, comprende que tiene vida y una conciencia más desarrollada que otros seres.
La reflexión sobre la esencia del ser humano parece comenzar desde la conciencia de que el
hombre comparte ciertas características con los seres vivos, lo que lo diferencia de los objetos
inanimados. Por lo tanto, el texto sugiere que es apropiado considerar al ser humano como un
ser animado para comprender su naturaleza esencial.
Este fragmento aborda las diferencias entre los seres vivos y los objetos inanimados desde una
perspectiva antropológica. Se describen varias características que distinguen a los seres vivos:
• Unidad: Los seres vivos tienen una mayor unidad interna en comparación con los objetos
inanimados. Mientras que los objetos inanimados pueden dividirse en partes sin perder
su esencia, en los seres vivos, la división suele resultar en su destrucción.
• Organicidad: Los seres vivos exhiben una organización interna no homogénea, donde
cada parte del organismo tiene una función específica en el todo. En contraste, los
objetos inanimados tienden a ser más homogéneos en su estructura.
• Automovimiento: Los seres vivos tienen la capacidad de moverse por sí mismos, lo que
se conoce como automovimiento. Esto los diferencia de los objetos inanimados, que
solo se mueven cuando son impulsados por una fuerza externa.
• Inmanencia: Los seres vivos realizan operaciones inmanentes, lo que significa que sus
acciones y efectos permanecen dentro de ellos. Esto se refleja en su capacidad de
adaptación al entorno y su tendencia a actuar en función de su propia perfección.
Estas características se presentan en una escala de perfección, donde los seres vivos superiores
exhiben estas cualidades de manera más completa que los seres vivos inferiores. En última
instancia, vivir se define como un modo de ser, y para los seres vivos, vivir es ser.
Este análisis proporciona una base para comprender la esencia de los seres vivos y su diferencia
fundamental con los objetos inanimados, lo que es relevante para la reflexión antropológica
sobre la naturaleza humana.
Este fragmento se centra en la relación entre el principio vital, las operaciones vitales y las
facultades en los seres vivos. Aquí está el resumen de los puntos clave:
• Principio Vital: El principio vital, también conocido como alma, es esencial para la
existencia de un ser vivo. La vida es un predicado esencial para el ser vivo, ya que sin
ella, el ser vivo no sería lo que es. A pesar de que las operaciones vitales son importantes,
la vida en sí misma no es ninguna de estas operaciones; es el principio que hace posible
estas operaciones.
• Operaciones Vitales: Se identifican cuatro operaciones vitales fundamentales:
alimentarse, sentir, trasladarse y entender. Aunque estas operaciones son características
de los seres vivos, no son idénticas a la vida misma. Un ser vivo puede estar vivo sin estar
realizando activamente una de estas operaciones.
• Facultades: Las facultades son los principios próximos de las operaciones vitales.
Mientras que el alma es el principio remoto de estas operaciones, las facultades son los
principios inmediatos que permiten llevar a cabo estas operaciones. Las facultades
pueden ser orgánicas o espirituales.
• Diferencias entre Facultades: Las facultades pueden ser orgánicas cuando dependen
intrínsecamente de un órgano corporal, como los sentidos externos e internos. También
pueden ser espirituales cuando no dependen intrínsecamente del cuerpo, como la
inteligencia y la voluntad. Aunque algunas facultades se relacionan con órganos
corpóreos, no se limitan a la actividad física de esos órganos.
• Jerarquía de Facultades: Existe una jerarquía y subordinación entre las facultades. Las
funciones orgánicas, como la nutrición, están al servicio de funciones más elevadas,
como la generación. Esta jerarquía refleja la organización y el propósito intrínseco de las
facultades en la vida de un ser vivo.
El fragmento se enfoca en las funciones vegetativas, que son comunes a todos los seres vivos, y
menciona que en temas posteriores se abordarán otras funciones vitales y cómo la persona
humana las integra de manera armónica. Proporciona una base para comprender la relación
entre el principio vital, las operaciones vitales y las facultades en los seres vivos.
• Nutrición: Esta operación vital consiste en mantener la integridad sustancial del ser vivo
a través de la absorción y el reemplazo de los materiales que componen el organismo.
La nutrición implica procesos como el metabolismo y la homeostasis, que son esenciales
para el mantenimiento de la vida. En los seres humanos, la nutrición se modula mediante
la razón y la libertad, lo que lleva a elecciones culturales en la satisfacción de necesidades
básicas.
• Crecimiento o Desarrollo: A diferencia de la nutrición, el crecimiento se refiere al
aumento cuantitativo del ser vivo y al desarrollo cualitativo que lleva a la madurez y a la
forma perfecta. En el ser humano, el crecimiento no se limita solo a las facultades
orgánicas, sino que también se refiere al desarrollo de las facultades espirituales, como
el conocimiento y la voluntad.
• Generación: Esta operación vital se relaciona con la transmisión de las características
propias de cada especie a través de la reproducción. La generación asegura la
continuidad de la especie a lo largo del tiempo, permitiendo la sucesión de individuos.
Aunque es esencial para la perpetuación de la especie, no es una necesidad individual
para la subsistencia.
• Transformación de la Materia Inerte: La vida vegetativa implica una transformación
asombrosa de la materia inorgánica en materia viva a través de procesos metabólicos
complejos. Esto muestra cómo lo "inferior" se subordina a lo "superior" en la jerarquía
de la vida, con lo inerte al servicio de lo vivo, y lo vivo al servicio de la persona.
• Modo Humano de Vivir: Aunque todas estas operaciones se encuentran en la persona
humana, se experimentan de manera personal, consciente y libre. Los seres humanos
pueden vivir estas funciones vitales de manera cultural y racional, y su forma de
satisfacer estas necesidades es única, como se ve en la gastronomía y la reproducción
humanas. Mientras que los animales viven para la perpetuación de la especie, las
personas viven para pensar y amar los bienes que han elegido libremente, teniendo una
finalidad "metaespecífica" más allá de la especie.
En resumen, este fragmento aborda las operaciones vitales básicas compartidas por todos los
seres vivos, pero destaca cómo el ser humano las experimenta de manera única y libre debido a
su capacidad de razonar y elegir.
Este fragmento aborda el concepto de conocimiento y cómo añade una perfección mayor a los
seres vivos, especialmente al ser humano. Aquí se resumen los puntos clave:
Este fragmento explora la relación entre los sentidos externos y la sensación en el proceso de
conocimiento. Aquí tienes un resumen de los puntos clave:
• Importancia de los Sentidos Externos: Los sentidos externos son facultades orgánicas
que permiten a los seres vivos captar la realidad material que les rodea. Son el punto de
contacto entre el mundo exterior y el sujeto que conoce.
• Rol de la Sensación: La sensación es el acto de recibir intencionalmente una forma
sensible y particular de la realidad material. A través de la sensación, los seres vivos
captan cualidades sensibles, como colores, sonidos, sabores, olores y sensaciones
táctiles.
• Limitaciones de los Sentidos: Cada sentido externo está especializado en captar un
aspecto específico de la realidad material. Existen umbrales de percepción que
determinan la amplitud de las sensaciones que pueden ser captadas por cada sentido.
• Acción Inmanente: Aunque la sensación involucra una alteración fisiológica en los
órganos receptores, el conocimiento no se reduce a un proceso puramente neuronal. El
conocimiento sensible implica una acción inmanente del sujeto, donde la realidad
material se aprehende de manera inmaterial.
• Libertad en la Percepción: En los seres humanos, la libertad juega un papel importante
en la percepción. A diferencia de los animales irracionales, los seres humanos pueden
dirigir activamente sus sentidos externos, enfocándolos hacia lo que desean percibir y
explorando de manera activa su entorno.
En resumen, este fragmento explora las facultades cognoscitivas internas que permiten a los
seres vivos captar realidades ausentes y valorar la realidad exterior, destacando la importancia
de estas funciones tanto en los animales como en los humanos. También se señala la
complejidad de la percepción y se presentan diferentes enfoques psicológicos para
comprenderla.
Cap. 4: Las tendencias sensibles: deseos e impulsos
Este fragmento se centra en la idea de la dinámica tendencial como un principio activo presente
en todos los seres vivos, que los impulsa hacia su propia perfección vital o bienestar. Aquí tienes
un resumen de los puntos clave:
En resumen, este fragmento explora la idea de que todos los seres vivos tienen una tendencia
interna hacia su propia perfección o bienestar, y cómo esta tendencia puede ser influenciada
tanto por la percepción sensorial como por el conocimiento intelectual en el caso de los seres
humanos. También se aborda el concepto de conflicto de tendencias en la experiencia humana.
• Definición del Instinto: El instinto se define como "la mediación cognoscitiva e impulso-
motora de las funciones vegetativas básicas, es decir, la autoconservación y la
reproducción". Esto significa que el instinto implica tanto un aspecto cognitivo (captado
por la estimativa o percepción sensorial) como una tendencia que impulsa a la acción
concreta.
• Características del Instinto: a) Tendencia Compleja: El instinto involucra tanto funciones
locomotoras como cognoscitivas, lo que lo hace complejo. b) Innato: El instinto es innato
y no se adquiere a través del aprendizaje. Es infalible y no requiere experiencia previa.
c) Universalidad Específica: El instinto es propio de todos los individuos de una especie
y se mantiene estable a lo largo del tiempo, sin variaciones notables. d) Estable: El
instinto define una conducta estable en el sujeto, a pesar de las modificaciones
funcionales y de las situaciones externas. e) Automatismo: Los seres que siguen el
instinto actúan sin tener un conocimiento reflexivo de su finalidad, lo que los hace actuar
de manera automática.
• Diferencia entre Instinto en Humanos y Animales: En los seres humanos, el instinto es
menos predominante debido a su capacidad para el conocimiento consciente y reflexivo.
Los humanos pueden adaptar y modificar sus instintos mediante el aprendizaje y la
educación. Además, tienen la libertad de ir en contra de sus instintos básicos.
• Deseos y Impulsos: El instinto se divide en dos grandes tipos de tendencias sensibles:
deseos y impulsos. Los deseos se centran en la satisfacción de un bien presente y son
placenteros. Los impulsos implican la superación de obstáculos para alcanzar un bien
difícil y requieren esfuerzo. Los impulsos son una tendencia de rechazo de los
obstáculos.
• Complementariedad de Deseos e Impulsos: En los seres humanos, la armonización y
complementación de deseos y impulsos son esenciales. Los impulsos apuntan a bienes
más arduos pero más valiosos, mientras que los deseos tienden a la gratificación
inmediata. La satisfacción de lo conseguido y los nuevos proyectos son aspectos
importantes de las tendencias humanas.
En resumen, este fragmento explora las características fundamentales del instinto, cómo se
manifiesta en los seres humanos y animales, y la importancia de equilibrar deseos y impulsos en
la experiencia humana. También destaca la capacidad única de los humanos para reflexionar y
modificar sus instintos en comparación con los animales.
Innatismo o Instintivismo:
Antropobiología:
Importancia de la Libertad:
Este fragmento explora la plasticidad de las tendencias humanas y cómo la libertad, la razón y la
voluntad distinguen la conducta humana de la conducta instintiva de los animales. Aquí tienes
un resumen de los puntos clave:
• Los humanos tienen un potencial ilimitado para percibir realidades de interés, que van
más allá de la satisfacción de instintos básicos como la conservación y la reproducción.
• Los humanos pueden captar el valor objetivo de la realidad, reconociendo el significado
real de los objetos más allá de su utilidad personal.
• Las respuestas humanas a estímulos no son automáticas ni inmediatas, ya que el circuito
estímulo-respuesta permanece abierto debido a la libertad de elección.
• El hombre no tiene medios determinados para satisfacer sus necesidades biológicas; la
inteligencia determina cómo se satisfacen esas necesidades.
• Las finalidades no instintivas pueden convertirse en objetivos mediante la adquisición
de hábitos, que se desarrollan mediante el aprendizaje y la repetición de actos.
• La educación y la adquisición de hábitos son esenciales para el desarrollo y la
humanización de los seres humanos.
La Importancia de la Libertad:
En resumen, este fragmento subraya la idea de que la conducta humana es moldeada por la
libertad, la razón y la voluntad, lo que permite a los individuos controlar y dirigir sus instintos y
apetitos. Se destaca que los humanos tienen la capacidad de ir más allá de la satisfacción de
necesidades biológicas básicas y que la adquisición de hábitos a través del aprendizaje es
fundamental para la humanización y el desarrollo de las personas.
1. RACIONALIDAD Y VERDAD
• Definición del ser humano: Se señala que Aristóteles atribuye al ser humano la cualidad
de "animal racional" o "ser que tiene logos" (razón y palabra) como una distinción
fundamental entre los seres humanos y los seres no humanos.
• La búsqueda de la verdad: Se afirma que el ser humano busca naturalmente la verdad
como una necesidad intrínseca de su naturaleza. La verdad es esencial para orientar la
libertad y tomar decisiones informadas.
• Pensamiento y lenguaje: Se destaca la estrecha relación entre el pensamiento y el
lenguaje en los seres humanos. El pensamiento se expresa y desarrolla a través del
lenguaje, y viceversa.
• Limitaciones en la búsqueda de la verdad: Se reconoce que la búsqueda de la verdad
tiene limitaciones, ya que a veces la adecuación completa a la realidad es difícil de
alcanzar. Esto puede llevar a actitudes como el escepticismo o el relativismo.
• Tipos de racionalidad: Se describen varios tipos de racionalidad que contribuyen al
conocimiento humano, incluyendo el conocimiento espontáneo, el conocimiento por
testimonio, el conocimiento afectivo y el conocimiento científico-experimental.
• Conocimiento espontáneo: Se menciona que el conocimiento espontáneo abarca
verdades evidentes y de sentido común que son esenciales para la vida cotidiana y la
toma de decisiones.
• Conocimiento por testimonio: Se destaca la importancia de creer en el testimonio de
otros como una fuente válida de conocimiento, que implica una relación de confianza y
sociabilidad.
• Conocimiento afectivo: Se describe el conocimiento afectivo como una forma de
aprehensión de la realidad que involucra experiencias intuitivas y emocionales,
especialmente en el ámbito moral y en las relaciones interpersonales.
• Conocimiento científico-experimental: Se menciona la importancia del método científico
y la experimentación en la adquisición de conocimiento, pero se señala que este enfoque
también tiene limitaciones y desafíos éticos.
• Crisis de la racionalidad científica: Se plantea que, a pesar del éxito del conocimiento
científico-experimental, ha habido una crisis de la racionalidad científica debido a su
enfoque reduccionista y a sus aplicaciones potencialmente perjudiciales para la
humanidad.
En este fragmento se discute la capacidad del ser humano para conocer la esencia de las cosas y
cómo esto se relaciona con la inteligencia. Aquí están las ideas clave:
• Sentidos externos y percepción: Los sentidos externos, como la vista y el oído, nos
permiten percibir los aspectos sensibles de la realidad, como luces, colores y sonidos.
Sin embargo, estos sentidos no nos permiten captar las cosas en sí mismas, solo sus
características sensibles.
• Sentido común y percepción: La unificación de las sensaciones en la percepción, llevada
a cabo por el sentido común, permite una primera captación de la sustancia de las cosas.
Sin embargo, estas sensaciones se refieren a objetos singulares.
• Conocimiento abstracto y universal: La inteligencia humana puede comprender la
esencia de las cosas de manera abstracta y universal. Esto implica la capacidad de
identificar propiedades constantes y esenciales en los objetos y realizar descripciones
esenciales aplicables a todos los individuos de una especie.
• Diferencia entre pensar e imaginar: A veces, puede ser difícil distinguir entre el
pensamiento abstracto y la imaginación. Un ejemplo dado es que mientras podemos
pensar en un círculo abstractamente, no podemos imaginar una figura geométrica con
diez mil lados, pero podemos comprender su esencia.
• Objeto de la inteligencia humana: Tradicionalmente, se dice que el objeto propio y
adecuado del entendimiento humano es la naturaleza o esencia de los seres materiales.
La inteligencia puede conocer directamente la quididad o esencia de las cosas
materiales.
• Conocimiento de realidades inmateriales: Aunque la inteligencia humana se enfoca en
gran medida en las realidades materiales, también es capaz de conocer realidades
inmateriales, como el alma o Dios, por analogía con las cosas materiales o de manera
indirecta.
• Máxima apertura del conocimiento humano: El conocimiento humano tiene un alcance
infinito en el sentido de que no está restringido a un tipo particular de seres. En principio,
cualquier realidad, material o inmaterial, es potencialmente objeto de conocimiento
humano.
• Limitaciones del conocimiento humano: Aunque el ser humano puede conocer la
esencia de las cosas, su conocimiento es limitado y no agota completamente la realidad.
La esencia de las cosas puede ser parcialmente desconocida, y la inteligencia humana es
aspectual y discursiva.
En resumen, este fragmento explora cómo la inteligencia humana puede conocer la esencia de
las cosas, tanto materiales como inmateriales, y cómo esta capacidad de conocimiento se
relaciona con la percepción sensorial y la imaginación. Se destaca la capacidad única del ser
humano para comprender aspectos esenciales y universales de la realidad.
En este fragmento se aborda la distinción entre dos funciones de la razón humana: la razón
teórica o especulativa y la razón práctica. Aquí están las ideas clave:
Razón práctica:
• Simple Aprehensión del Bien: La inteligencia presenta al individuo la idea del bien que
se puede buscar y disfrutar. Por ejemplo, considerar la idea de dar limosna o irse de
vacaciones.
• Juicio sobre el Bien: Se evalúa si el bien presentado es posible y conveniente en una
situación específica. Se considera si es factible y adecuado realizar la acción.
• Consideración de los Medios: Aquí, se comparan y evalúan diferentes medios o formas
de alcanzar el bien deseado. Se analizan las opciones disponibles.
• Consejo o Deliberación: La inteligencia ofrece una recomendación sobre cuál de los
medios es el más adecuado para alcanzar el bien previamente identificado.
• Precepto o Imperio: Finalmente, se emite una orden intelectual que guía las acciones
humanas hacia la consecución del bien. Esta orden es impulsada por la voluntad del
individuo.
Estas operaciones prácticas orientan la toma de decisiones y la acción moral de una persona,
ayudándola a alcanzar el bien que ha sido previamente comprendido y valorado.
En resumen, la razón humana se despliega en operaciones tanto teóricas como prácticas, lo que
permite a las personas comprender la verdad y guiar sus acciones hacia el bien en función de sus
conocimientos y juicios.
Cap.6: La dinámica volitiva humana
En contraste, lo voluntario se define como aquello cuyo principio se encuentra en uno mismo y
se realiza con pleno conocimiento de las circunstancias de la acción. Para que una acción sea
completamente voluntaria, debe ser intrínseca, no forzada por factores externos, y debe implicar
un cierto conocimiento del objetivo o fin de la acción. Este conocimiento puede ser imperfecto
(conciencia del objeto pero no de su naturaleza como fin) o perfecto (comprender tanto el objeto
como la razón de su fin).
En el caso de las acciones humanas, estas son las que son atribuibles al individuo como autor
responsable y están sujetas a su voluntad libre. La distinción entre actos del hombre (acciones
involuntarias) y actos humanos (acciones voluntarias) es esencial para la ética, ya que solo las
acciones humanas son susceptibles de evaluación moral.
La Voluntad y su Objeto:
La voluntad humana se define como la facultad espiritual que se inclina hacia un bien concebido
por la inteligencia. A diferencia del deseo, que se orienta hacia bienes captados por la
sensibilidad, la voluntad se dirige hacia bienes inteligibles. El objeto de la voluntad es el bien, y
este bien es captado previamente por la inteligencia.
Se enfatiza que las cosas no son buenas porque son queridas, sino que son queridas porque son
buenas. La voluntad se mueve hacia el bien captado por la inteligencia debido a su naturaleza
como bien. Esto significa que la voluntad no puede elegir el mal en sí mismo, sino que puede
tender hacia el mal solo si lo concibe como un bien o para obtener un bien mayor.
La Espiritualidad de la Voluntad:
Además, se destaca que la voluntad humana busca constantemente la felicidad, y ningún bien
creado puede satisfacer por completo este deseo de felicidad. Esto sugiere que la estructura
fundamental del ser humano apunta hacia una plenitud de bondad, verdad y felicidad que se
encuentra más allá de esta vida, en una dimensión ultraterrena.
3. LA ESPECIFICACIÓN DE LA VOLUNTAD
Aristóteles sostiene que los principios intrínsecos de la acción voluntaria son la inclinación y la
elección. Esto se refiere a que en la dinámica volitiva, primero, existe una inclinación natural
hacia el bien en general, es decir, una tendencia a la felicidad que no está bajo nuestro control y
que está presente en todas nuestras acciones. Segundo, intervienen la elección y la deliberación,
que son procesos en los que seleccionamos los medios para alcanzar la felicidad, y estos procesos
sí están bajo nuestro poder.
La inclinación hacia la felicidad es una tendencia natural e implícita en todas nuestras acciones,
y no podemos modificarla. En otras palabras, deseamos ser felices, pero no elegimos ser felices,
ya que la búsqueda de la felicidad es una tendencia innata en nosotros.
Tomás de Aquino explica que todo ser humano tiende necesariamente hacia la felicidad, que es
el fin último y el bien supremo desde una perspectiva subjetiva. Esta inclinación natural al bien
en general se llama "voluntad según la naturaleza" y es una apertura activa hacia el fin último.
Sin embargo, debido a la limitación del conocimiento humano, no podemos conocer
directamente el bien último, que es Dios, sino solo bienes particulares que son medios hacia ese
fin. Esta etapa se llama "voluntad según la razón" y se refiere a la elección de bienes concretos
que están relacionados con el fin último.
Esta distinción no implica la existencia de dos facultades volitivas, ya que la voluntad humana es
una y su acto es único. Más bien, se refiere a dos niveles dentro del acto volitivo: uno "material"
relacionado con la elección de cosas concretas y otro "formal" relacionado con la idea de bondad
presente en lo que es elegido. La voluntad está indeterminada en relación con bienes finitos y
requiere el entendimiento práctico para dirigir la acción hacia bienes concretos.
En resumen, la acción voluntaria involucra una inclinación natural hacia la felicidad y la elección
de bienes concretos como medios para alcanzarla. La voluntad está indeterminada en relación
con bienes particulares y necesita la guía del entendimiento práctico.
4. ENTENDIMIENTO Y VOLUNTAD
a) Por un lado, se ha afirmado que la voluntad se mueve hacia el bien presentado por el
entendimiento. Sin la captación del bien por parte de la inteligencia, la voluntad no se activa a la
acción, ya que "nada es querido si no ha sido previamente conocido". En este sentido, se podría
decir que el entendimiento mueve a la voluntad.
b) Por otro lado, se afirma que "la voluntad tiene un dominio sobre sí misma y en su poder está
querer o no querer". Según esto, la voluntad es la causa de su propia acción y puede mover a
otras facultades cognitivas, ya sean sensibles o intelectuales. Por ejemplo, uno puede elegir no
ver o no comprender. Esto sugiere que la voluntad se mueve por sí misma y también puede influir
en otras facultades.
El entendimiento y la voluntad son causas reales, pero cada una opera en su nivel:
a) La inteligencia actúa como una causa final, moviendo a la voluntad al presentarle un bien que
debe ser amado. En este sentido, la inteligencia es la "causa final" de la voluntad.
b) La voluntad actúa como una causa agente al mover la inteligencia para que considere su
objeto. En este sentido, la voluntad es la "causa agente" de la inteligencia y otras facultades.
Esta interacción puede entenderse como una especie de "retroalimentación" positiva, donde la
inteligencia impulsa a la voluntad al presentarle un bien, y a su vez, la voluntad motiva a la
inteligencia a comprender mejor lo que ya conoce y desea. Por lo tanto, aunque es cierto que la
voluntad influye en la inteligencia, la voluntad siempre actúa en función de un bien presentado
por la razón y no de manera independiente.
Este texto aborda la complejidad de la afectividad humana y su relación con la vida psíquica y
corporal. Los afectos, como alegría, tristeza, esperanza, dolor o miedo, son difíciles de analizar y
clasificar, pero desempeñan un papel crucial en la vida personal.
• Objeto desencadenante: Siempre hay una causa que inicia una emoción.
• Perturbación anímica: La impresión subjetiva de la realidad exterior con un valor positivo
o negativo.
• Alteración orgánica o síntomas físicos: Las emociones provocan síntomas físicos que
muestran la conexión entre el cuerpo y el alma.
• Conducta práctica: Las emociones se reflejan en la conducta, impulsando a la acción.
Estos elementos son necesarios para definir una emoción y están interconectados. Solo al
considerarlos todos se puede comprender plenamente un sentimiento.
En resumen, la afectividad humana es una parte esencial de la experiencia humana que involucra
tanto la mente como el cuerpo. Los afectos son subjetivos y desafiantes de analizar
objetivamente, pero desempeñan un papel importante en la valoración de la realidad y la
conducción de la acción.
2. EMOCIONES Y SENTIMIENTOS
Este texto explora la distinción entre emociones y sentimientos, términos que se utilizan para
describir los actos apetitivos anteriormente conocidos como "pasiones" en la psicología tomista.
Emociones:
• Perturbación Brusca y Profunda: Las emociones se caracterizan por una alteración súbita
y profunda en la vida psíquica y fisiológica de una persona.
• Reacciones Fisiológicas Observables: Las emociones van acompañadas de reacciones
fisiológicas complejas que pueden medirse y observarse, como cambios en la
respiración, ritmo cardíaco, digestión y expresiones faciales.
• Impulso a la Acción Inmediata: Las emociones impulsan a la acción práctica inmediata y
llevan a una conducta exterior específica. Están asociadas con respuestas automáticas.
• Limitada Influencia de la Voluntad: Las emociones tienden a estar parcialmente fuera del
control consciente de la voluntad.
Sentimientos:
El texto aborda la dificultad de definir y clasificar los afectos humanos, como las emociones y los
sentimientos, y presenta varios enfoques clasificatorios.
Clasificación Clásica de las Pasiones: La filosofía clásica presenta una tipología de las pasiones,
considerándolas como formas de apetito sensible. Esta clasificación se basa en el objeto del
deseo (bien o mal) y el tiempo (ahora o después). Ejemplos incluyen el amor, el odio, el deseo,
la aversión, el gozo, el dolor, la esperanza, la desesperanza, el temor, la audacia y la ira.
Clasificación de Max Scheler: Max Scheler, desde la fenomenología, propone una clasificación
según el origen de los sentimientos. Estos se estratifican en cuatro niveles: sentimientos
sensibles (localizados y sensoriales), sentimientos vitales y corporales (afectan al cuerpo en su
totalidad), sentimientos psíquicos o anímicos (relacionados con circunstancias y hechos
concretos) y sentimientos espirituales (proceden de niveles más espirituales y son menos
modificables).
Los estados de ánimo predominantes en una persona pueden definir su personalidad. Algunos
ejemplos incluyen:
c) Personalidad: La personalidad se desarrolla a lo largo del tiempo a medida que una persona
toma decisiones libres y adquiere hábitos que la definen como un individuo singular. Es un
proceso continuo que nunca termina y se puede denominar proceso de "personalización".
La afectividad tiene un valor cognoscitivo al informarnos sobre la realidad desde una perspectiva
subjetiva. Aunque esta idea fue negada por el racionalismo representado por filósofos como
Descartes y Kant, la filosofía contemporánea, como el existencialismo y la fenomenología,
defiende que la afectividad es cognoscitiva al proporcionarnos conocimiento sobre la realidad
"para mí".
La psicología experimental y las neurociencias respaldan la idea de que todos tenemos dos
formas de conocimiento: la mente racional y la mente emocional. La mente emocional es más
rápida y prerracional, proporcionando un conocimiento de la realidad antes de cualquier
valoración racional objetiva.
La vida afectiva también actúa como un índice del grado de perfección de la persona y de sus
acciones. Los sentimientos y afectos son un "termómetro" de nuestra felicidad y nos informan
sobre la consecución de bienes. La sensación de placer acompaña a la posesión de bienes
sensibles, mientras que la alegría se relaciona con bienes no necesariamente sensibles. La
tristeza indica carencia de un bien querido, y el remordimiento refleja el dolor por realizar un
mal.
El deseo de felicidad impulsa a las personas a buscar constantemente el bien, pero la posesión
plena del bien solo se logra en la vida más allá de esta existencia terrenal, como señaló San
Agustín. Sin embargo, es importante distinguir entre la sensación de felicidad y la realización
efectiva del bien, ya que algunos pueden centrarse demasiado en la búsqueda de la sensación
de plenitud en lugar de buscar objetivamente el bien.
La afectividad tiene una base fisiológica, ya que el cerebro humano está dividido en dos
hemicerebros: uno emocional y otro racional. La estimulación del centro de placer puede ser
natural, a través de la recompensa por el logro de acciones meritorias, o artificial, como en el
caso de las drogas.
Además, los afectos pueden llevar a una comprensión inmediata de la realidad, a menudo
llamada "intuición" o "empatía". La empatía permite a las personas comprender los sentimientos
de los demás y ponerse en su lugar, lo que puede considerarse como un tipo de conocimiento
por connaturalidad.
Sin embargo, ninguna de estas dos posturas es completamente satisfactoria. La filosofía clásica
propone una visión equilibrada, reconociendo que la correlación entre una acción buena y el
gozo, o una acción mala y la tristeza, a menudo está viciada. Por lo tanto, se requiere un esfuerzo
de integración armoniosa de los afectos con la actividad moral.
La educación de los afectos desempeña un papel crucial en este proceso. Aunque los
sentimientos pueden surgir inicialmente de manera involuntaria, la persona tiene la capacidad
de asumir deliberadamente esos sentimientos. La integración armoniosa de los afectos con la
actividad moral implica que el agrado por hacer el bien es el resultado de la educación de la
voluntad, y que la virtud se manifiesta cuando los sentimientos están alineados con las
tendencias libremente asumidas.
En última instancia, los sentimientos actúan como motivos para las decisiones voluntarias, y en
una persona virtuosa, el agrado es un indicador de la realización del bien verdadero. La
educación moral de la afectividad es fundamental para asegurar que los sentimientos estén
adecuados a la realidad y que haya proporción entre el objeto del sentimiento, su intensidad y
su expresión.
En resumen, la afectividad juega un papel relevante en la ética al actuar como motivación para
las decisiones voluntarias y al ser un indicador de la realización del bien. Sin embargo, es
importante educar los afectos para lograr una integración armoniosa con la actividad moral y
evitar que los sentimientos se conviertan en fines en sí mismos.