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Todo esto es lo que los eticistas llaman “moral vivida”. Sea en el aula, en el patio, en
la casa, en la calle, en la sociedad, la moral está en juego diariamente, valorando,
juzgando, estimando en términos de bien y mal, justo e injusto, correcto e incorrecto,
deseable o no, etc. Sin embargo, ¿solo podemos quedarnos en ese nivel moral?
Todo centro educativo, que se precie de tal, busca moralizar a los estudiantes, es
decir, orientarlos acerca de lo que está bien o mal, de lo que es correcto e incorrecto.
Y eso es labor de los tutores y de cursos como “Orientación del educando” o
“Persona, familia y relaciones humanas”. No obstante, ¿qué puede aportar la ética
filosófica a la educación de adolescente? ¿Y para qué?
La ética, como reflexión filosófica, no busca moralizar, sino hacer pensar al alumno,
sobre las conductas, las expresiones, las creencias, los sentimientos morales y las
normas, presentes en una determinada situación. ¿Cómo hacerlo? Analizando la
moral de la época, encontrar su razón de ser o quizá, su carencia de razón, viendo el
fundamento de nuestras creencias, normas y valores morales. Esto debido a que la
moral, o las morales, de una época adquieren vitalidad cuando pasan por el tamiz de
la crítica. Recordemos que mucho de lo que en el pasado era aceptado moralmente,
no lo aceptamos ahora, pues la crítica hizo su labor. Esto no significa que la crítica
siempre destruya la moral, sino busca renovar su sentido.
RESPONDE:
1. Según el autor, "la moral vivida"
A. Es una manera de abordar casos de acoso escolar.
B. Está descreditada por las acciones que podemos ejecutar ante un caso de la
sociedad.
C. Es aquella que usamos diariamente para determinar qué es lo bueno o lo malo.
D. Se parece a una acción que puede tomar un tutor sobre un caso problemático
solo en las escuelas.
4. Aunque los estudiantes ya poseen una moral dada usualmente por los
otros, la reflexión ética debe:
A. Ayudarlos a acceder a otras morales de mayor prestigio.
B. Promover la comunicación cuando suceden casos como violencia escolar o
discriminación.
C. Motivar a que entiendan que es así como se vive lo moralmente aceptado en la
sociedad.
D. Ayudarlos a pensar críticamente dicha moral.
10. ¿Estás de acuerdo con lo que plantea el autor en este texto? ¿Por qué?
Justifica tu respuesta.
Lectura 2:
Vida: El desafío de vivir el presente
Escrito por: Pedro Cornejo
Basta con darse una vuelta por las calles de nuestra ciudad para constatar el
continuo ajetreo en el que viven inmersas las desconcertadas gentes que la habitan.
Todos corren de un lado a otro como si siempre les faltara tiempo. Y entonces se
agitan, se atropellan —si van a pie—, tocan la bocina o gritan desaforados —si se
desplazan en auto— en pos de esos segundos que, a toda costa, intentan ganar. El
tiempo es oro, dicen, y hacen lo imposible por convertir cada instante en dinero o
algo que se le parezca: algo, en todo caso, que pueda ser ahorrado, guardado para
mañana. Están convencidos de que así aprovechan al máximo la vida que el destino
les ha asignado.
Y es que ¿hay algo más incierto que el futuro? Urdir planes con el falaz propósito de
controlar lo venidero nos obliga a ingresar en una espiral de acciones que solo
cobrarán sentido si dichos planes se llevan a cabo, es decir, si el futuro se pliega a
nuestros ambiciosos designios. De este modo, el presente se nos escapa de las manos
sin que siquiera nos percatemos de ello. Carpe diem, pues, como decía otro gran
escritor romano, el poeta Horacio, aprovecha el día y no te fíes del mañana. Porque
no hacerlo es tener la ilusión de que vamos a vivir siempre olvidando —o mirando
de soslayo— nuestra condición mortal. En consecuencia, hay que vivir cada día
como si fuera el último por la razón elemental de que efectivamente puede ser el
último.
Pero vivir el día no es lo mismo que vivir al día. No se trata de exaltar la insensatez
ni el inmediatismo, tampoco de renegar de la previsión y la prudencia. Se trata, más
bien, de apurar el trago del presente hasta la última gota y de disponerse a afrontar
lo que vendrá con tanto ímpetu como serenidad, para lo cual ciertamente deberemos
estar en óptimas condiciones. Eso implica cuidarse y tomar ciertos recaudos, pero
no para dilatar indefinidamente la vejez y la muerte ni para conjurar la
incertidumbre del porvenir —ambas cosas totalmente ilusorias—, sino para vivir
bien el tiempo que nos quede por vivir.
No vaya a ser que al final constatemos que de todos los días que vivimos son pocos,
muy pocos, los que valen la pena ser evocados con alegría. Y que todos esos
magníficos proyectos en los que consumimos nuestras energías no son otra cosa que
el triste recordatorio de lo que dejamos de hacer por pensar desmedidamente en el
futuro.
RESPONDE:
1.-El primer párrafo del texto, básicamente:
A. Critica mordazmente la vida moderna en la ciudad
B. Nos conduce a la pregunta sobre Séneca
C. Reflexiona sobre la importancia de ahorrar tiempo
D. Nos introduce al tema mostrando un problema