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DOCTORADO EN FILOSOFIA

SEMINARIO DE EPISTEMOLOGÍA
Doctorando: Richard Jhony Luque Bautista
Docente: Richard Orozco Contreras.
PROTOCOLO DEL ARTÍCULO
EXPERIENCIA PERCEPTUAL, VAGUEDAD Y REALISMO INGENUO
Autor: Manuel Alejandro Amado.
En la sesión de fecha 16 de julio del 2021, Rafael Loredo Chupán, expuso el artículo escrito por
Manuel Alejandro Amado, “Experiencia Perceptual, Vaguedad y Realismo Ingenuo”, que fue
publicado en el Volumen 67, del año 2018 en la Revista "Ideas y Valores" de Colombia.
Se precisó que los filósofos modernos como Berkeley y Hume (afirma que no sólo no sabemos cómo
son las cosas, sino que no sabemos ni siquiera si existen realmente) desplegaron una argumentación
de corte escéptico en contra del llamado realismo ingenuo: la idea de que la experiencia perceptual
provee un acceso directo al mundo. Dicha argumentación ha sido criticada por Michael Martin y John
Campbell, quienes reclaman justicia por una nueva forma de realismo ingenuo llamado relacionalista.
Amado argumenta que tanto el realismo ingenuo como el relacionalista son falsos. Defiende la tesis
central de Berkeley y Hume: no hay experiencias perfectamente verídicas de objetos materiales.

El objetivo del artículo en comento era mostrar que tanto el realismo ingenuo como el relacionalista
son falsos. Para ello se defenderá una de las tesis centrales del escepticismo moderno; a saber, que
no hay experiencias perfectamente verídicas de objetos materiales. En otras palabras, nuestra
experiencia perceptual (fundamentalmente la experiencia visual) es, al menos parcialmente, errónea
(ilusoria o alucinatoria). Recibió críticas con argumentos basados en ilusiones por decir cuando se ve
a un palo sumergido en el agua y otros en alucinaciones, por decir, al ver un oasis.
Al respecto, el autor tal vez para escribir el artículo se haya preguntado, si ¿tengo acceso al mundo a
través de la percepción? Y si ¿puede ésta proporcionar un conocimiento fiable del mundo,
¿entendido como realidad independiente del sujeto?
Para el autor, la argumentación escéptica funda sus observaciones sobre la fenomenología de
nuestra experiencia visual de estos objetos materiales y en una defensa de la vaguedad de los bordes
de dichos objetos.
A.1. Tener una experiencia visual de un objeto existente X, involucra ser consciente de una parte
significativa del borde o contorno de X.
A.2. Cuanto somos conscientes de gran parte del borde de X, este borde se nos muestra como
definido o como difuso.
A.3. Si adquirimos una experiencia visual del objeto X obteniendo un borde definido, esta
experiencia es un caso de ilusión y, por consecuentemente, un caso de experiencia no verídica.
A.4. Si adquirimos una experiencia visual del objeto X como teniendo un borde difuso, dicha
experiencia corresponde a una “ilusión verídica” por lo tanto, es un caso de experiencia no verídica.
Sostiene la validez de la siguiente conclusión:
A.C. No existe experiencia visual inmejorablemente cierta de objetos materiales.
Este argumento cuestiona ambos realismos, en el fundamento del actualismo, que parte de la idea
que los humanos tenemos eventualmente, experiencias perceptuales perfectamente verídicas sobre
los objetos externos. Es posible mantener una forma de realismo compatible con las tesis escépticas.
Respecto de la premisa A2 de los Bordes Difusos (BD), no hay manera que los bordes de la
experiencia se presenten como difusos o precisos. En caso de creencias sobre objetos no puede ser
reconocido como preciso o difuso, porque las creencias no significan que sean verdaderas. Respecto
la premisa A1, que realza la presentación del objeto, como una condición necesaria que genera la
experiencia visual de los objetos, uno de los requisitos para lograr experiencias visuales no
epistémicas de un objeto, es tener la capacidad de diferenciar visualmente el objeto de su entorno
inmediato, y esa diferenciación no implica la generación de creencias o juicios de experiencias. Sobre
la premisa A3 sobre la imprecisión de los bordes o límites de los objetos, refiere que existen objetos
que son separables de su ambiente y otros que no. Así es posible suponer que la vaguedad no es un
asunto ontológico, sino un tema de perspectiva, que podría superarse con utilizar instrumentos que
nos permitan observar el borde de los objetos. En suma, recurriendo a Russell, la vaguedad no
estaría referida al mundo real, sino a nuestros conceptos.
El autor del artículo describe el problema del conocimiento del mundo externo, pero centrado en la
percepción.
Sobre el realismo ingenuo (RI), se dice que a través de los sentidos percibimos cosas del mundo, cuya
existencia y modo de ser son totalmente independientes de nuestra mente. Así, toda percepción lo
es del mundo exterior, porque percibir es captar una parte del mundo y hacerlo directamente, sin
mediaciones.
El contenido de las percepciones, es decir aquello que percibimos, son cosas externas (propiedades).
Cuando alguien percibe algo, x, “x” es parte del mundo, y por tanto, su experiencia y modo de ser es
independiente de mí. Serían presupuestos: el mundo existe y es como parece ser en general.
Ahora su existencia es independiente de nuestra mente, por decir las casas, los árboles, los coches,
los libros, etc., existen y continuarán existiendo, aunque nadie los percibiera ni pensara en ellos. Su
modo de ser es independiente de nuestra mente.

Este pez “Karachi”, existe realmente y es amarillo, su figura ovalada, color, sabor, aunque nadie los
percibiera ni pensara en ellos. Tal como aparenta, ¿cómo lo sé? Porque lo veo.
Entonces, para el Realismo Ingenuo (RI) la percepción es un fuente de conocimiento fiable, a través
de los sentidos se descubre la realidad tal y como es. Respecto la existencia de dos líneas paralelas,
afirma “lo que veo” no pueden ser “lo que hay”, es decir, tienen la misma longitud, pero yo veo no la
tienen. Si dos objetos, A y B, no comparten todas sus propiedades, entonces A ≠ B. Una cosa es ver
otra la cosa real. Siendo relevante las propiedades que la componen.
Respecto el argumento de la vaguedad ontológica, la idea de la vaguedad como una característica del
mundo, acarrea, conduce a un absurdo. Precisa, si un objeto es vago debe tener límites difusos. Pero
si un objeto posee límites difusos, los enunciados de identidad (que comprendan términos referidos
a dicho objeto) serán indeterminados. Ahora, si un enunciado es indeterminado, no existe un hecho
que compruebe si el denunciado es verdadero o falso. Por lo tanto, si existen objetos vagos, los
enunciados de identidad sobre estos objetos son indeterminados, pero que la identidad sea
indeterminada nos conduce a un absurdo. Para el autor, la idea de que la vaguedad sea un tema
ontológico debe ser falsa. Si los bordes de un objeto (Sócrates) son vagos, y los bordes de los
candidatos son precisos, aquel objeto y los candidatos serían determinadamente no idénticos.
Entonces la vaguedad es esencialmente una restricción cognitiva, un asunto epistémico, por lo que la
premisa 3 es verdadera.
Sobre el realismo, el autor señala que el argumento de los bordes difuso no muestra que los objetos
producto de la percepción no son objetos externos, sino solo imágenes, cuya existencia depende de
la mente. Dicha aseveración no implica el idealismo o el escepticismo radical del conocimiento
perceptual. El hecho de haber identificado al menos una de las propiedades que evidencie una
cualidad del objeto de percepción no implica que estemos imposibilitados de acceder a una
experiencia perceptual de los objetos y conocer las propiedades de un mundo independiente de la
mente. De igual modo, el hecho de que existan tonos de colores que no sean claros a su pertenencia
a determinada categoría y que no sea posible definir sino en el caso frontera, no impide que sea
posible tener experiencia de estos objetos. Con el argumento de BD puede conciliarse con la
posibilidad de tener acceso al mundo objetivo, independiente de nuestra mente.
Ambos realismos, el ingenuo y el relacional, tendrían en común el actualismo, donde todos los seres
humanos en condiciones normales tenemos eventualmente experiencias perceptuales verídicas
acerca de los objetos materiales del mundo exterior. Para el relacionismo habría una relación mental
y de conocimiento, mas elemental que cualquier creencia que se mantiene entre el sujeto y el
mundo. Ambos identificados por el carácter fenoménico de la experiencia verídica.
Luego se instaló el debate, el docente Dr. Orozco señaló que el argumento de los Bordes Difusos está
tratando de socavar la ingenuidad del Realismo Ingenuo (RI), tal como lo vemos el mundo.
Normalmente, desde la perspectiva epistémica ataca al realismo ingenuo desde el lenguaje de como
este interviene en la construcción de la realidad. Es decir, de como se construye la realidad y de
como el lenguaje interviene, al hacerlo ya no habría objetividad total. Siendo este el mecanismo mas
común o extendido en el ataque al RI. El autor no habla de cómo lo conocemos, sino de cómo lo
vemos, es decir desde la ontología. Luego, a modo de cuestionar dicha postura, consideró que la
Filosofía quedaría mal parada al dedicarse a temas de BD en los objetos que a la larga en nada
cambia la percepción o la visión de los objetos o de las cosas, porque seguiría siendo Sócrates. En
suma sería una discusión innecesaria. De otro lado, dicho argumento intenta socavar asuntos
escasos, triviales como sería las moléculas, con apariencia de innecesarios para ser tomados en
cuenta, ya que en la práctica se ven los objetos como bordes precisos y no difusos.
Rafael Loredo al respecto señaló que la idea del autor Amado era identificar el Borde Difuso es o no,
para cuestionar el realismo, si existe experiencia directa entre el sujeto y el objeto sin intermediarios.
Vio al enfoque como denso, busca tesis filosóficas en determinadas cuestiones específicas, si podía
tener utilidad para complementar un discurso amplio de esa experiencia, pero que la filosofía no
queda mal parada, ya que se trata de hurgar, indagar sobre la dimensión real del fenómeno, la
realidad y la naturaleza.
La teoría de los BD no son definidos, el realismo no es claro, no puede diferenciar la frontera, no
tiene relevancia ahora. Es irrelevante por el momento, no tendría mucho impacto en el discurso
filosófico a menos que se asocie con otras intenciones de estudio.
Para Odilón, el autor del artículo, Amado, no tendría originalidad. Hace referencia sobre los aportes
de la física cuántica, sobre el efecto de la doble ranura, sobre la interpretación que se brinda a
aquella, de como percibimos al fenómeno, cuando el fotón atraviesa la doble ranura, habría cierta
convergencia ambigua, se trata de ver que, lugar tiene la observación, el conocimiento, la mente
respecto la experiencia perceptual, de ahí que considera que el problema tiene que ver con la
ontología y la epistemología.
En el año 1762 Kant, desarrolla la figura silogística, el sujeto hace inferencia. Se trata del problema
del conocimiento, que implica a la percepción, el juicio, el conocimiento que hace el sujeto con su
facultad de juzgar, relievando la razón. Distingue la cuestión ontológica y epistemológica y la
necesidad de plantear la cuestión metodológica para acercarse al objeto y superar la supuesta
ambigüedad, lo difuso del fenómeno perceptual. El aparato perceptual forma parte de la realidad y
no puede pretender desgajarla, lo cual de darse sería un error, no podríamos entenderlo. En suma,
no hay originalidad. El profesor Orozco, señaló, el realismo ingenuo es insostenible. Amado no
podemos depender de nuestras percepciones. Los fenómenos introducen la intencionalidad, la
construcción de la realidad dependen de nuestras intenciones, nuestra percepción nunca es
completa la completamos con nuestra intención, así atrapamos, lo comprendemos, lo identificamos,
por la intencionalidad que imprimo. Además, precisó si el autor al advertir errores de percepción,
consistentes en los límites de la percepción, la intencionalidad y si existe bordes difusos, con estos
tres argumentos critica al Realismo Ingenuo, pero se pregunta que pretende el autor, si nos empuja
al antirrealismo o a otras formas de realismo.
Odilón, señala que nos empuja a un subjetivismo que se desprende del realismo ingenuo. Donde la
existencia de los objetos, depende de las meras percepciones de las mentes, de las ideas, del espíritu
al borde del solipsismo. Siendo relevante la intencionalidad, le da forma a la realidad.
El profesor Orozco discrepa, señala que no es todo subjetivismo, hay elementos dados que viene del
exterior. Bailón por su parte realza la idea de que la realidad se construye, un subjetivismo
objetivista, no caer en el escepticismo o subjetivismo radical, en suma el sujeto construye la realidad
El profesor Orozco, señala que la construcción de la realidad descubrir que elementos aparecen en
dicha construcción dentro de ellos, la intencionalidad. Ejemplo como vemos la olla está la tapa que
es parte de la olla, no así respecto la forma de percibir la mesa y la silla, son dos objetos distintos. La
definición de identidades depende de nuestros conceptos. Rafael igualmente resalta la importancia
del idioma en la construcción de la realidad. Odilón vuelva a afirmar la importancia de la carga
semántica del lenguaje, en la fundamentación de la moral. Jaime Mujica a su turno indicó que el
Realismo Ingenuo (RI) es errado porque los humanos abstraemos la realidad. Disgregamos las
cualidades de una cosa. No ve como llamar a una persona amputada de una pierna, sino como tal.
El profesor Orozco, señala que la ontología y epistemología se entrecruzarían, intervienen nuestros
conceptos y como lo hacemos. Aunque hay momentos o situaciones particulares, desde el ángulo
epistemológico de cómo podemos percibir algo que no existe, entonces no siempre se entrecruzarían
la ontología con la epistemología. Odilón complementó sobre la importancia de la imaginación, de lo
que se vive y se almacena en el sub consciente. Habría relación entre la cuestión ontológica y
epistemológica, imprescindible, no concibe la existencia de la una sin la otra. Cristian Milla, afirma
que para entender el tema del conocimiento tendríamos que entender el objeto sobre el que recae
el acto de conocer del observador. Avanzar de un realismo ingenuo al realismo crítico que sería
adecuado, dependería del objeto sobre el cual recae la observación.
Finalmente, Jaime Mujica, aseveró que la epistemología es un método para saber si podemos saber
algo de lo sabemos. Tal vez sea en el caso de la pierna amputada, podríamos saber algo sobre algo
que no existe, tal vez se trata de cambiar el objeto por conocer que sería el recuerdo, observar otro
agente o fenómeno. Se trata no de llevar al extremo un realismo escéptico, sino de afinar una visión
de la realidad.

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