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TEMA

ENFERMEDADES PULMONARES

ASIGNATURA
ADULTO MAYOR

ESTUDIANTE
ANTONIO OBREGON VIVAS

DOCENTE
GISELA BUSTAMANTEN CABRERA

LIMA, 30 DE OCTUBRE DEL 2023


INDICE

I. INTRODUCCION: enfermedades pulmonares en adulto mayor

II. CAPITULO I: CANCER PULMONAR

 Definición
 Causas
 Factores de riesgo
 Síntomas
 diagnostico
 Tratamiento
 Prevención
 Cuidados de enfermeria
 Conclusión
 Bibliografía

III. CAPITULO II: EPOC EN ADULTO MAYOR

 Definición
 Causas
 Factores de riesgo
 Síntomas
 diagnostico
 Tratamiento
 Prevención
 Cuidados de enfermeria
 Conclusión
 Bibliografía

IV. CAPITULO III: NEUMONIA EN ADULTO MAYOR

 Definición
 Causas
 Síntomas
 Factores de riesgo
 diagnostico
 Tratamiento
 Prevención
 Cuidados de enfermeria
 Conclusión
 Bibliografía
ENFERMEDADES PULMONARES EN ADULTO MAYOR

INTRODUCCION

Los adultos mayores son más susceptibles de adquirir algunas enfermedades de tipo respiratorio que otras
personas, siendo más frecuentes las crónicas como la bronquitis crónica, enfermedad pulmonar obstructiva
crónica, asma bronquial, bronquiectasias. En relación a las enfermedades agudas son más frecuentes las
infecciones respiratorias altas seguido de neumonías y bronquitis.

Estos cuadros patológicos se deben a que las personas de la tercera edad tienen los pulmones envejecidos, por
lo que se vuelven más lentos y menos elásticos, lo que finalmente va a limitar su función. Además, el reflejo
de la tos es más lento y menos fuerte, por lo que dificulta la eliminación de secreciones que están aumentadas,
los músculos que participan en la respiración también se debilitan, lo que finalmente aumenta el riesgo de
contraer infecciones, además su sistema inmunitario se puede encontrar debilitado.

Por eso los gérmenes, virus o bacterias ingresan al organismo del adulto mayor y encuentran sus mecanismos
de defensa insuficientes para controlar el desarrollo de estos microrganismos, provocando finalmente una
infección respiratoria.

Una manera de reconocer si alguien de este rango sufre una enfermedad respiratoria grave es por los síntomas
que presente: fiebre alta, taquicardia (latidos cardiacos aumentados), frecuencia respiratoria rápida (mayor a
30 respiraciones por minuto), alteraciones de conciencia, decaimiento, o cuadros respiratorios que persistan
por más de una semana.

Ante esto, el adulto mayor deberá ir a un centro asistencial para que le receten un tratamiento que puede ser
desde algo de menor complejidad hasta ser internado en la unidad de cuidados intensivos.

Pero para no exponerse a esta situación, puede prevenir las patologías respiratorias de gravedad evitando la
contaminación ambiental e intradomiciliaria, suprimir el tabaco, evitar visitar enfermos y aglomeraciones
(hacinamiento), mantener una alimentación balanceada, lavar frecuentemente sus manos, tratar y controlar sus
patologías asociadas y seguir los programas de vacunación.
CAPITULO I: CANCER PULMONAR

DEFINICION

Es el cáncer que comienza en los pulmones.

Los pulmones se localizan en el tórax. Cuando usted respira, el aire pasa a


través de la nariz, baja por la tráquea y llega hasta los pulmones, donde fluye a
través de conductos llamados bronquios. La mayoría de los cánceres
pulmonares comienzan en las células que recubren estos conductos.

Existen dos tipos principales de cáncer pulmonar:

 Cáncer pulmonar de células no pequeñas (CPCNP) que es el tipo más común.

 Cáncer pulmonar de células pequeñas (CPCP) que conforma aproximadamente el 20% de todos los
casos.

Si el cáncer pulmonar está compuesto de ambos tipos, se denomina cáncer mixto de células grandes/células
pequeñas.

Si el cáncer comenzó en otro lugar del cuerpo y se diseminó a los pulmones, se denomina cáncer metastásico
al pulmón.
CAUSAS

El cáncer pulmonar es el tipo de cáncer más mortífero tanto para hombres como para mujeres. Cada año,
mueren más personas de cáncer en el pulmón que de cáncer de mama, de colon y de próstata combinados.

El cáncer pulmonar es más común en adultos mayores. Es poco común en personas menores de 45 años.

El consumo de cigarrillo es la principal causa de este tipo de cáncer. Cerca del 90% de los casos de cáncer de
pulmón están relacionados con el tabaquismo. Cuantos más cigarrillos fume usted al día y cuanto más
temprano haya comenzado a fumar, mayor será el riesgo de padecer cáncer pulmonar. El riesgo disminuye
con el tiempo después de que usted deje de fumar. No existe evidencia de que fumar cigarrillos bajos en
alquitrán disminuya el riesgo.

Ciertos tipos de cáncer pulmonar también pueden afectar a personas que nunca han fumado.

El tabaquismo pasivo (inhalar el humo de otros) incrementa el riesgo de cáncer pulmonar

FACTORES DE RIESGO

Los siguientes factores pueden incrementar el riesgo de cáncer pulmonar:

 Exposición a químicos cancerígenos, como el uranio, el berilio, el cloruro de vinilo, los cromatos de
níquel, los productos del carbón, el gas mostaza, los éteres clorometílicos, la gasolina y los productos
de la combustión del diésel

 Exposición al gas radón

 Antecedentes familiares de cáncer pulmonar

 Altos niveles de contaminación del aire

 Altos niveles de arsénico en el agua potable

 Radioterapia en los pulmones

Síntomas comunes del cáncer de pulmón

Existen varios síntomas de cáncer de pulmón relacionados con el pulmón que aparecen después de que el
cáncer haya estado creciendo durante algún tiempo, entre ellos:

Tos. Tos que no desaparece o empeora y que no está relacionada con una infección vírica o bacteriana que
afecte a los pulmones.
Falta de aire. Sensación de falta de aire, opresión en el pecho, sensación de no poder respirar o sensación de
no obtener suficiente aire. Hay enfermedades no cancerosas que también pueden causar este síntoma. En
cualquier caso, debe acudir a un médico para que le revise los pulmones.

Tos con mucosidad sanguinolenta. Tos con flemas o mucosidades teñidas de sangre o de color óxido.

Dolor en el pecho. Dolor que empeora al reír, toser o respirar profundamente.

Sibilancias. Las sibilancias son ese sonido agudo y silbante que se produce al exhalar.

Infecciones pulmonares que no desaparecen. Las infecciones repetidas, como la neumonía o la bronquitis,
o una infección pulmonar que no desaparece, probablemente deberán ser evaluadas por su médico en busca de
otra causa.

Ronquera. Si su voz se vuelve ronca sin motivo aparente, debe consultar a un médico

Signos y síntomas inesperados del cáncer de pulmón

Lo que puede resultar sorprendente es el número de signos inesperados de cáncer de pulmón. Estos signos y
síntomas no parecen estar relacionados con los pulmones, por lo que normalmente no se relacionan con un
posible diagnóstico de cáncer de pulmón.

Dolor en el brazo/hombro. Un tipo de cáncer de pulmón (denominado tumor de Pancoast) se desarrolla en la


parte superior del pulmón. En lugar de afectar a los pulmones, estos tumores pueden extenderse a las costillas,
las vértebras de la columna vertebral o los nervios o vasos sanguíneos. Estos tumores causan dolor en el
omóplato, la parte superior de la espalda o los brazos. También pueden causar entumecimiento u hormigueo
en las manos.

Problemas oculares. Los tumores de causan dolor en el brazo/hombro también pueden causar problemas
oculares. Los pacientes pueden notar que la pupila de un ojo es más pequeña, que el párpado se cae y que hay
menos transpiración en ese lado de la cara. Este "conjunto" de síntomas oculares se denomina síndrome de
Horner y es un signo de cáncer de pulmón.

Problemas de equilibrio. Sentirse inestable o perder el equilibrio puede ser una consecuencia del cáncer de
pulmón. Un tumor puede estar situado cerca de la vena cava superior (VCS), una gran vena que lleva la
sangre desde la cabeza y los brazos hasta el corazón. A medida que el tumor crece, puede hacer que la sangre
retroceda en esta vena y causar mareos o pérdida de equilibrio. La anemia, común en el cáncer de pulmón,
también puede causar problemas de equilibrio.

Dolores de cabeza. Los dolores de cabeza pueden estar causados por un tumor cerca de la vena cava superior
(la gran vena que transporta la sangre desde la cabeza y los brazos hasta el corazón). La sangre retenida en
esta vena puede hacer que la cabeza le lata con fuerza o incluso que se desmaye. Los niveles elevados de
calcio en sangre, que se observan hasta en un 20% de los cánceres de pulmón, también provocan dolores de
cabeza.

Hinchazón del cuello, los brazos o la parte superior del tórax. A veces se acompaña de un tinte rojo
azulado en la piel, lo que se denomina síndrome de la vena cava superior. Los tumores en la zona de la vena
cava superior pueden presionar ésta y los ganglios linfáticos cercanos. Esto puede hacer que la sangre se
acumule en las venas, lo que hace que la persona parezca estar hinchada en esa zona del cuerpo.
Aumento o pérdida de peso. Los pacientes con cáncer de pulmón pueden ganar o perder peso. Los tumores
del cáncer de pulmón microcítico a veces hacen que el organismo produzca una hormona llamada ACTH. La
ACTH, a su vez, hace que el cuerpo produzca cortisol. Un exceso de cortisol provoca retención de líquidos y
aumento de peso. Otros pacientes, sin embargo, pierden peso, normalmente a causa de los mayores niveles de
calcio que provocan la pérdida de apetito.

Coágulos sanguíneos. Las personas con cáncer de pulmón son más propensas a desarrollar coágulos
sanguíneos en las piernas, los brazos o los pulmones. Los investigadores creen que el cáncer aumenta la
inflamación en el organismo. La inflamación, a su vez, provoca coágulos sanguíneos.

Dolor de huesos. Algunas personas tienen dolor de huesos o se sienten débiles y doloridos. A veces, es difícil
distinguir entre el dolor óseo y el muscular. Si el dolor empeora al moverse, por la noche o al acostarse de
espaldas, probablemente se trate de un dolor óseo. El cáncer de pulmón puede extenderse a los huesos,
provocando dolor óseo en la columna vertebral/espalda, la pelvis o los huesos grandes de los brazos y las
piernas.

Dedos en palillo de tambor - dedos más gordos. Los extremos de los dedos parecen "más gordos". La piel
junto a la uña puede tener un aspecto brillante. La uña comienza a curvarse hacia abajo como una cuchara. Un
sorprendente 80% de las personas con dedos en palillo de tambor tienen cáncer de pulmón.

Problemas digestivos. Entre el 10 y el 20% de las personas con cáncer de pulmón presentan niveles elevados
de calcio en la sangre, una condición llamada hipercalcemia. Un exceso de calcio en la sangre puede provocar
problemas digestivos, como dolores de barriga, estreñimiento o náuseas.

Sed extrema y micción frecuente. Los niveles más altos de calcio en la sangre (hipercalcemia) que causa
problemas digestivos también pueden causar sed extrema y micción frecuente.

Fatiga o sensación de cansancio. Como el cáncer de pulmón hace que los pulmones no funcionen tan bien,
los pacientes pueden sufrir anemia. El cáncer se alimenta de los nutrientes del organismo y le roba la energía
necesaria para realizar las tareas cotidianas. Este síntoma por sí solo no es necesariamente un signo de cáncer
de pulmón, pero asegúrese de informar a su médico si se siente excesivamente cansado para que pueda
evaluar ese síntoma junto con cualquier otro que le comunique.

Problemas cardíacos. Los niveles elevados de calcio y la anemia pueden provocar problemas cardíacos,
generalmente latidos rápidos o irregulares. Los niveles altos de calcio pueden causar problemas cardíacos
muy graves, como un ataque al corazón o entrar en coma. Los pacientes con anemia grave pueden
experimentar dolor en el pecho y falta de aliento.

Dejar de fumar de repente es fácil. Algunas personas que son capaces de dejar de fumar de repente pueden
tener ya cáncer de pulmón. Los expertos creen que esto se debe a que las células cancerosas de los pulmones
pueden interferir con la adicción a la nicotina.

Pechos hinchados en los hombres. Un tipo menos común de cáncer de pulmón, llamado de células grandes,
puede interferir con los niveles hormonales de un hombre, causando hinchazón y sensibilidad en los senos de
un hombre.

Ansiedad, depresión o demencia. Los expertos no saben por qué, pero las personas con cáncer de pulmón
son más propensas a sufrir problemas de salud mental que requieren tratamiento. Los problemas de salud
mental combinados con otros síntomas son preocupantes.

Aunque ninguno de estos signos y síntomas significa definitivamente que se trate de un cáncer de pulmón,
tener varios de estos síntomas es preocupante. Es el momento de programar una revisión con su médico de
atención primaria para analizar sus síntomas.
Diagnostico Pruebas y exámenes

El cáncer de pulmón con frecuencia se encuentra cuando se realiza una radiografía o una tomografía
computarizada por otra razón.

Si se sospecha de cáncer de pulmón, el proveedor realizará un examen físico y hará preguntas acerca de la
historia clínica. Le preguntarán si fuma. De ser así, le preguntarán cuánto fuma y durante cuánto tiempo lo ha
hecho. También le preguntarán sobre otras circunstancias que pueden haberlo puesto en riesgo para cáncer de
pulmón, como la exposición a ciertos químicos.

Al auscultar el tórax con un estetoscopio, el proveedor puede oír líquido alrededor de los pulmones. Esto
puede sugerir la presencia de cáncer.

Los exámenes que pueden realizarse para diagnosticar el cáncer de pulmón o saber si se ha extendido
incluyen:

 Gammagrafía ósea

 Radiografía de tórax

 Conteo sanguíneo completo (CSC)

 Tomografía computarizada del tórax

 Resonancia magnética del tórax

 Tomografía por emisión de positrones (TEP)

 Examen de esputo para buscar células cancerosas

 Toracentesis (muestra de acumulación de líquido alrededor

del pulmón)

En la mayoría de los casos, se extrae un pedazo de tejido de los pulmones para su análisis bajo el
microscopio. Esto se llama biopsia. Hay varias maneras de hacerla:

 Broncoscopio combinada con biopsia

 Biopsia por punción dirigida por TC

 Ultrasonido endoscópico

 Mediastinoscopia con biopsia

 Biopsia de pulmón a cielo abierto

 Biopsia pleural
Si la biopsia muestra cáncer, se realizan más exámenes imagenológicos para averiguar el estadio del cáncer.
Estadio o etapa significa cuán grande es el tumor y cuánto se ha propagado. La estadificación ayuda a guiar el
tratamiento y el seguimiento, y le da una idea de qué puede esperar.

TRATAMIENTO DE CANCER AL PULMON EN (A.M)

El tratamiento para el cáncer de pulmón depende del tipo de cáncer, de lo avanzado que esté y de cuán
saludable esté usted:

 La cirugía para extirpar el tumor se puede hacer cuando este no se haya

propagado más allá de los ganglios linfáticos cercanos.

 La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir las células

cancerosas y detener el crecimiento de las nuevas células.

 La radioterapia utiliza potentes rayos X u otras formas de radiación para

destruir las células cancerosas.

Los tratamientos anteriores pueden realizarse solos o combinados. El proveedor puede comentarle más sobre
el tratamiento específico que usted recibirá, dependiendo del tipo específico de cáncer pulmonar y del estadio
en el que se encuentre.

PREVENCION EN EL ADULTO MAYOR

Aún no existe una manera segura de prevenir por completo el cáncer de pulmón, sin embargo, se puede
disminuir el riesgo de desarrollarlo a través de las siguientes acciones:

 Dejar de fumar: Hacerlo disminuye el riesgo de cáncer de pulmón, incluso si has fumado durante

años.

 Evitar el humo de segunda mano: Intentar no estar en áreas donde la gente fuma, como bares y

restaurantes. Se pueden buscar opciones libres de humo.

 Evitar las sustancias cancerígenas en el trabajo: Implementar acciones para protegerse de la

exposición a sustancias químicas tóxicas en el lugar de trabajo.

 Seguir una dieta con frutas y vegetales: Elegir una dieta saludable con variedad de frutas y

vegetales. Las fuentes alimenticias de vitaminas y nutrientes son las mejores.


 Hacer ejercicio la mayoría de los días de la semana.

Cuidados de enfermeria paciente hospitalizado con cáncer de pulmón

 Alimentación asistida.
 Signos vitales monitorizados.
 Mantener respaldo.
 Permanencia y vigilancia del saturometro de
oxigeno
 Manejo de saturaciones y reportarlas.
 Cuidados de oxigeno terapia.
 Aspiración y manejo adecuado de secreciones.
 Vigilancia y toma de gases arteriales
 Cuidados de ventilación mecánica.
 Cuidado de catéter venoso central.
 Cumplimiento de medicamentos
 Asistencia y baño en cama.
 Asistencia a quimioterapias y radioterapia.

CONCLUSION
El cáncer de pulmón es una neoplasia prevalente entre los tumores malignos, con mayor frecuencia de
presentación en el sexo masculino, sin embargo, en aumento en el sexo femenino. La mayor vinculación
carcinogénica está en relación al tabaco, otras causas son la exposición a humo de leña doméstico, asbestos,
hidrocarburos, radiaciones, entre otros. Los estudios genéticos establecen que las células malignas del cáncer
de pulmón presentan mutaciones y deleciones en genes determinados, las que son cada vez mejores
entendidas. El tipo histológico más frecuente es el adenocarcinoma, cuya clasificación histológica ha sido
modificada recientemente. La detección temprana de micro nódulos, con el uso de tomografía espiral
multicorte de bajas dosis, se viene evaluando en poblaciones de alto riesgo, mediante estudios prospectivos,
cuyos resultados aún no han concluido. El diagnóstico con la ayuda de imágenes es fundamental y los
estudios de extensión de enfermedad mejoran con los avances de la imagenología, incluyendo técnicas de
tomografía, medicina nuclear y tomografía con emisión de proteínas con fusión a la tomografía
computarizada que permite la clasificación TNM por estadios clínicos. El diagnóstico cito histológico es
fundamental para precisar la naturaleza y pronóstico de la enfermedad. El tratamiento quirúrgico en estadios
tempranos tiene una excelente sobrevida en pacientes considerados elegibles luego de la evaluación del riesgo
quirúrgico, de reserva pulmonar, entre otros. El tratamiento multidisciplinario que incluye la cirugía, la
quimioterapia y la radioterapia se ha considerado en estadios moderadamente avanzados. La quimioterapia y
radioterapia tienen un rol de paliación en estadios avanzados, con criterio de calidad de vida y mejora de la
sobrevida, eventualmente

sobre las patologías respiratorias en el adulto mayor podemos anticiparnos a que la enfermedad recaiga sobre
las personas, educando a la población sobre que son estas patologías, también los cuidados de enfermería
sobre estas mismas. Pero también, es importante aprender sobre el normal deterioro del sistema respiratorio
en adultos mayores, para así poder actuar sabiendo cuales son los limites donde nosotros podemos ayudar,
para poder mejor la calidad de vida y la expectativa de vida en los adultos mayores.

CAPITULO II: Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica en personas mayores (EPOC)

DEFINICION

La EPOC es una enfermedad pulmonar crónica común, afecta a


hombres y mujeres de todo el mundo y se
puede prevenir y tratar. Aquellos afectados por la EPOC, sufren
daños en los bronquiolos viéndose así restringida la capacidad
pulmonar de intercambiar gases. Existen diversos procesos que
provocan el estrechamiento de las vías respiratorias y también
puede llegar a producirse la destrucción de algunas partes del
pulmón u obstruir las vías respiratorias a causa
de secreciones o inflamación.

En los casos en que se destrozan los alvéolos pulmonares, se habla de enfisema mientras que cuando
existe tos crónica con mocos debido a una inflamación de las vías respiratorios se habla de bronquitis crónica.

Una de las enfermedades más comunes entre las personas mayores es la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica (EPOC). La EPOC es la cuarta causa de muerte entre personas mayores, siendo crónica, irreversible y
progresiva.
Se trata de una enfermedad inflamatoria que afecta al pulmón, causando una obstrucción en el flujo de aire
que llega a los pulmones.

La EPOC es más común entre personas con hábito de fumar, siendo común entre personas que fuman más d
30 cigarrillos al día. Un 90% de las personas con EPOC son fumadores, y un 40% de las personas mayores de
entre 60 y 69 años que fuman altas cantidades de cigarros sufren esta enfermedad. Se sospecha, sin embargo,
que puede estar altamente infra diagnosticada.

Causas de la EPOC en personas mayores

Entre las causas más comunes de la EPOC en personas mayores se encuentran las sustancias tóxicas presentes
en el tabaco, ya sea por fumar demasiado o por la exposición al humo del tabaco.

Sin embargo, puede haber otros factores que provoquen o faciliten que una persona mayor desarrolle EPOC,
como el combustible que se usa para calentar cuando la habitación no está lo suficientemente ventilada, o la
contaminación ambiental.

La exposición prolongada a gases y otras sustancias químicas irritantes, así como al polvo, ya sea en la vida
diaria o en el lugar de trabajo también es un factor de riesgo, ya que irrita e inflama los pulmones.

Por supuesto, estos factores no afectan por igual a todas las personas, ya que siempre hay un factor genético
que influye, provocando que algunos sean más susceptibles de desarrollar la enfermedad que otros.

Si no obstante una persona mayor ha “ayudado a la genética” desarrollando actividades o hábitos poco
saludables, aumentamos el riesgo de que esa persona mayor pueda sufrir graves consecuencias.

La EPOC es una patología que evoluciona gradualmente.

FACTORES DE RIESGO DE LA EPOC

en la mayoría de los casos debido a los factores de riesgo asociados. Entre los más comunes encontramos:

 Tabaquismo, ya sea por exposición directa o pasiva al humo.


 Exposición a polvos, humos o químicos en el entorno laboral.
 Contaminación del aire en interiores.
 Asma en la infancia.

Síntomas de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica en personas mayores

Entre los síntomas más comunes de la enfermedad se encuentran aquellos que afectan directamente a los
pulmones, como la capacidad de respirar, la tos, la producción de mocos y las sibilancias, que son sonidos
producidos durante la respiración cuando el aire pasa en los pulmones a través de conductos respiratorios
estrechos.
Sin embargo, los síntomas de la EPOC no suelen aparecer hasta que el daño que se ha producido en los
pulmones se ha vuelto significativo. Además, como hemos dicho, es una enfermedad progresiva, lo que
significa que la EPOC empeora con el tiempo, sobre todo si hay una continuación a la exposición al tabaco.

Sin embargo, hay más síntomas y aspectos en los que esta enfermedad puede afectar a las personas mayores,
de una manera tanto directa como indirecta.

 La falta de aire puede afectar al nivel de actividad que las personas mayores realizan. De esa
manera, será especialmente difícil que una persona mayor con EPOC pueda realizar alguna clase
de ejercicio físico.

 Cansancio y falta de energía, que disminuye las ganas de hacer diferentes tareas.

 Al disminuir el número de actividades que realizan también se reducirá el número de actividades


de ocio que puedan realizar, con lo que es más fácil que puedan desarrollar síntomas de
depresión.

 Opresión en la zona del pecho, con una alta sensación de no poder respirar correctamente y
síntomas de ahogo.

 Alta frecuencia de infecciones respiratorias e incluso fiebre.

 Hinchazón en la zona de las piernas, los pies o los tobillos.

 Disminución del peso de una manera involuntaria.

En casos extremos se puede llegar a producir hasta cianosis. Ésta se produce cuando la falta de la suficiente
oxigenación de la sangre produce en la piel una coloración azulada.

En algunos casos, la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica se asocia también a otras enfermedades como
el cáncer de pulmón.

Diagnóstico de la EPOC

Existen muchos métodos para diagnosticar la EPOC entre los que se incluyen el historial médico del paciente,
el examen físico, la radiografía de tórax y la evaluación de la función pulmonar con la prueba de la
espirometría.

La espirometría es una prueba pulmonar sencilla e indolora, mediante la cual el médico evalúa la cantidad de
aire que el paciente puede expulsar durante una espiración forzada. Si la cantidad de aire expulsado es menor
de los niveles normales, puede ser un indicio de que las vías respiratorias están inflamadas, contraídas o
bloqueadas por el moco, lo cual puede revelar que el paciente sufra la enfermedad pulmonar obstructiva
crónica.
Independientemente de las pruebas médicas, la tos crónica y los cambios respiratorios suelen ser síntomas
frecuentes y altamente sugestivos de EPOC, por lo que se debe acudir al médico de inmediato, sobre todo en
el caso de las personas mayores, que son mucho más vulnerables a esta patología.

Complicaciones de la EPOC en los ancianos

 Arritmias: latidos cardíacos irregulares

 Insuficiencia cardíaca derecha o Cor Pulmonale

 Neumonía

 Neumotórax

 Osteoporosis

 Debilidad, pérdida de peso y desnutrición

 Ansiedad

 Depresión

 Deterioro cognitivo

 Aumento en la frecuencia de caídas

Tratamiento de la EPOC en personas mayores

Entre los tratamientos más eficaces está la oxigenoterapia domiciliaria, es decir, la aplicación de oxígeno a la
persona en el propio domicilio.

Es imprescindible, no obstante, abandonar los hábitos poco saludables que han provocado o facilitado la
aparición de la EPOC, como fumar.

Cuando la enfermedad además está pasando por etapas más agresivas, será necesario que la persona mayor
quede hospitalizada, incluso siendo necesario que ingrese en la unidad de cuidados intensivos. De media, esto
puede ocurrir hasta dos veces al año.

prevención de la EPOC en personas mayores


Hay sin embargo algunas cosas que podemos hacer, ya sea para prevenir la aparición de la EPOC en una
persona mayor, o para ralentizar el avance de la enfermedad si ésta ya está presente.

 Ponerse la vacuna contra la gripe todos los años, así como la


vacuna contra la neumonía para evitar o prevenir infecciones.
 Hábitos de vida saludables, como comer sano y realizar
ejercicio, y beber suficiente agua. Que la persona mayor
adelgace si padece de obesidad puede ser de extrema ayuda, ya
que la obesidad repercute enormemente en la función
pulmonar.
 Que la persona mayor siga un tratamiento para rehabilitar la
función pulmonar, así como la expectoración, para respirar con
mayor eficacia.
 Acude al médico: el uso de medicamentos de acción
mucolítica y expectorante y broncodilatadores y corticos
esteroides puede ser necesario dependiendo de la fase de la
enfermedad.
 Acude también al médico si notas otros síntomas, como tristeza, apatía, impotencia depresión,
etc.

CUIDADO DE ENFERMERIA EN PACIENTE CON EPOC

No hay ninguna cura para la EPOC. Sin embargo, hay muchas cosas que se pueden hacer para aliviar los
síntomas e impedir que la enfermedad empeore.

PACIENTE EN CRISIS

Colocar al paciente con respaldo a 45 o 90°Colocar oxigeno por cánula o mascarilla de Venturi

Llamar a terapia respiratoria Asistencia en ventilación si es necesario.

Canalizar vena Cumplir esteroides y otros medicamentos Pedir se le tomen gases arteriales Asistencia a toma
de RX Vigilar la permeabilidad de las vías aéreas Asistir en el inspirómetro Monitorización de signos vitales.

Cuidados de enfermería

Colocar al paciente con respaldo

Hidratación endovenosa

Asistencia en la colocación de oxigeno

Cumplimiento de bronco dilatadores


Asistencia en las nebulizaciones

Colocar en cuarto donde no haya desencadenantes de otro ataque como polvo, flores y otros

Asistir en el drenaje postural

Educar sobre el cumplimiento de sus medicamentos.

Educar sobre evitar el contacto con alérgenos

Educar sobre el uso correcto de la respiración al hacer ejercicios o actividad física Vigilancia de signos vitales

CONCLUSION

Para finalizar podemos concluir, que la EPOC es una afección con una alta prevalencia en el anciano, a
menudo infra diagnosticada, lo que obliga a plantearse su presencia y solicitar una espirometría

Las enfermedades crónico-degenerativas no trasmisibles, en este caso la EPOC, generan invalidez en el


paciente y alteraciones en la organización familiar, así como altos gastos en la atención médica.

El diagnóstico o la sospecha de este en el primer nivel de atención médica es primordial para ofrecer un
tratamiento que retarde la evolución de la enfermedad hacia el compromiso respiratorio.

Además, el conocimiento de la etiología le permite al médico de primer contacto realizar actividades de


orientación y promoción de la salud, para evitar o disminuir la exposición a los agentes que desencadenan esta
enfermedad.

Finalmente podemos comentar que la EPOC en poco tiempo será un problema de salud mundial debido a la
exposición a los altos índices de contaminación atmosférica, así como al alto índice de fumadores jóvenes y a
la tendencia de la población hacia el envejecimiento, pues es una enfermedad de prevalencia y desarrollo en la
edad adulta.

CAPITULO III: NEUMONIA EN ADULTO MAYOR

Definición

Es una afección respiratoria que afecta a los pulmones, es causada por virus u hongos donde los adultos
mayores tienen un mayor riesgo de desarrollar neumonía debido a que su sistema inmunológico se debilita
con la edad también es una condición que puede agravarse debido a la edad y las modificaciones en el cuerpo
que con ella vienen

Causas de la neumonía en adulto mayor

La neumonía es una enfermedad común que afecta a millones de personas en los Estados Unidos todos los
años. Pueden causarla microbios llamados bacterias, virus y hongos. En los adultos, las bacterias son la causa
más común de neumonía.
Las formas como se puede contraer la neumonía incluyen:

 Las bacterias y virus que viven en la nariz, los senos


paranasales o la boca pueden propagarse a los pulmones.
 Usted puede inhalar algunos de estos microbios directamente
hacia los pulmones.
 Usted inhala alimento, líquidos, vómitos o secreciones desde la
boca hacia los pulmones (neumonía por aspiración)

La neumonía puede ser causada por muchos tipos de microbios.

 El tipo más común de bacteria es el Streptococcus pneumoniae (neumococo).


 La neumonía atípica, con frecuencia llamada errante, es causada por otras bacterias.
 Un hongo, denominado Pneumocystis jiroveci, puede causar neumonía en personas cuyos sistemas
inmunitarios no funcionan correctamente, especialmente personas con una infección avanzada por
VIH.
 Los virus, como el de la gripe también, y recientemente el de la SARS-CoV2 (que causa la COVID-
19) son también causas comunes de neumonía.

FACTORES DE RIESGO

 Los factores de riesgo que aumentan las probabilidades de contraer neumonía incluyen:
 Enfermedad pulmonar crónica (EPOC, bronquiectasia, fibrosis quística)
 Fumar cigarrillos
 Demencia, accidente cerebrovascular, lesión cerebral, parálisis cerebral u otros trastornos cerebrales
 Problemas del sistema inmunitario (durante un tratamiento para el cáncer o debido a VIH/sida o
trasplante de órganos)
 Otras enfermedades graves, tales como enfermedad cardíaca, cirrosis hepática o diabetes
 Cirugía o traumatismo reciente
 Cirugía para tratar cáncer de la boca, la garganta o el cuello

neumonía ¿Cuáles son sus síntomas?

Por la forma en cómo se manifiesta, la enfermedad en cuestión puede ser típica y atípica. A continuación,
distinguimos las diferencias de los dos tipos de neumonía:
Neumonía atípica Los síntomas son algo diferentes a los de la neumonía típica o común. Es una forma
menos grave y sus síntomas suelen ser más leves.

En los ancianos, la neumonía puede presentar síntomas que no son de carácter respiratorio, por lo que puede
que no se produzca fiebre, tos, esputo, tos seca ni tos crónica, sino alguno de estos otros síntomas:

Debilidad
Disnea
Confusión, inquietud o apatía
Falta de apetito
Mareos
Respiración acelerada
Taquicardia
Bajada de la presión arterial
Fiebre alta

Los ancianos con patologías previas, como EPOC, insuficiencia cardíaca, enfermedad coronaria, diabetes
mellitus o enfermedad renal crónica deben acudir de inmediato al servicio de urgencias ante cualquier síntoma

En las personas mayores que sufren enfermedad de Alzheimer o demencia, los síntomas pueden ser aún más
difíciles de distinguir, ya que la confusión puede ser un síntoma previo del paciente. En estos casos,
cualquier molestia o cambio en el comportamiento del enfermo debe ser consultado con el médico de
inmediato.

Neumonía típica o común

Por el contrario, este tipo de neumonía suele tener un comienzo súbito, produce fiebre superior a 38, 5º C, se
producen con frecuencia escalofríos, temblores, dolor en el pecho y se suele acompañar de tos seca, tos
crónica, tos con sangre o mucosidad.

Puede aparecer también dificultad para respirar, inapetencia, fatiga, malestar general y en personas mayores
suele ser bastante frecuente la aparición de episodios de confusión.
Sin embargo, en el caso de las personas mayores que sufren neumonía no siempre se presentan estos
síntomas. La fiebre aguda, que es un síntoma típico, solo se manifiesta en el 50% de los casos entre los
ancianos que padecen neumonía.

Un signo muy típico es el síndrome de la uña blanca o leuconiquia, que son unas manchas blancas que
empiezan a aparecer en las uñas de manos o pies.

¿Es contagiosa la neumonía?

Por regla general, la neumonía no es contagiosa, aunque, como cualquier enfermedad infecciosa, si se trata de
una neumonía bacteriana o viral sí puede contagiarse si se entra en contacto directo con los líquidos que el
enfermo expulsa por la nariz o por la boca. No obstante, no es fácil contagiarse y la gran mayoría de la gente
que trata a un enfermo de neumonía no se contagia.

Diagnóstico de la Neumonía en adulto mayor

Como en todas las enfermedades, es fundamental realizar una buena exploración inicial por parte del médico
junto con el historial clínico. En el caso de la neumonía es necesario la auscultación, que consiste en escuchar
de manera directa o a través de un estetoscopio los sonidos pulmonares y del tórax. Si hay sospechas de la
enfermedad lo primero que pautaría el médico es la realización de una radiografía simple de tórax.

En caso de dudas, patologías asociadas o por creerlo así conveniente el médico, se ordenarán otras pruebas
como pueden ser:

 Gasometría arterial

 Hemocultivo

 Cultivo del esputo

 Hemograma

 TAC

 Broncoscopio

 Toracentesis
Tratamiento en el adulto mayor
Su proveedor debe decidir primero si usted necesita o no estar en el hospital. Si a usted le brindan tratamiento
en el hospital, recibirá:

 Líquidos y antibióticos (o antivirales) por vía intravenosa


 Oxigenoterapia
 Tratamientos respiratorios (posiblemente)

Si le diagnostican una neumonía bacteriana, es muy importante que los antibióticos se empiecen poco después
de ingresar al hospital. Si usted tiene una neumonía viral, no recibirá antibióticos. Esto es porque los
antibióticos no destruyen los virus. Usted recibirá otros medicamentos, tales como antivirales, especialmente
si tiene gripe.

Usted tiene mayor probabilidad de ser hospitalizado si:

 Tiene otro problema de salud serio


 Tiene síntomas graves
 Es incapaz de cuidar de sí mismo en casa, o es incapaz de comer o beber
 Tiene 65 años o más
 Ha estado tomando antibióticos en casa y no está mejorando
 Muchas personas pueden tratarse en casa. De ser así, su proveedor puede pedirle que tome
antibióticos.

Al tomar antibióticos:

 No pase por alto ninguna dosis. Tome el medicamento hasta que se acabe, aun cuando usted empiece
a sentirse mejor.
 No tome antitusígenos ni medicamentos para el resfriado a menos que el proveedor lo autorice. La
tos ayuda al cuerpo a librarse de la flema de los pulmones.
 Respirar aire caliente y húmedo ayuda a aflojar el moco pegajoso que puede hacerlo sentir como si
se estuviera ahogando. Estas medidas pueden ayudar: Póngase un pedazo de tela caliente y húmeda
sobre nariz y boca sin hacer presión.
 Llene un humidificador con agua caliente e inhale el vapor caliente.
 Tome un par de respiraciones profundas 2 o 3 veces cada hora. Las respiraciones profundas le
ayudarán a abrir los pulmones.
 Dese golpecitos suavemente en el pecho unas cuantas veces al día, mientras está acostado con la
cabeza más baja que el pecho. Esto le ayuda a sacar la flema de los pulmones para que usted la pueda
expectorar.
 Tome bastantes líquidos, siempre y cuando su proveedor lo autorice.
 Beba agua, jugo o té claro
 Beba al menos de 6 a 10 tazas (1.5 a 2.5 litros) por día
 No tome alcohol

Descanse mucho cuando se vaya a su casa. Si tiene problemas para dormir por la noche, haga siestas durante
el día.

Prevención de la neumonía en adulto mayor

La prevención es el mejor modo de evitar la neumonía en ancianos. Como principales consejos para prevenir
la neumonía en el anciano se aconseja seguir las siguientes pautas:

Administración de vacunas Es muy importante que las personas mayores de 65 años, o con factores de
riesgo, se pongan la vacuna antineumocócica. Esta vacuna protege contra la neumonía. El paciente debe
volver a vacunarse aproximadamente cada cinco años.

Además, también se aconseja a los ancianos que se pongan la vacuna contra la gripe. Esta vacuna se
administra anualmente y es importante que se la pongan las personas mayores, dado que en muchas ocasiones
la neumonía se produce por una complicación de la misma.

Mantener una buena higiene bucal La higiene bucal y el cuidado de las piezas dentales es un factor esencial
para evitar la neumonía en los ancianos. Cualquier infección que se produzca en la boca debilita el sistema
inmunitario, con el riesgo de que la infección se extienda al tracto respiratorio superior, produciendo sinusitis
o amigdalitis que, de extenderse al tracto respiratorio superior, puede provocar una neumonía. También es
importante que el anciano coma siempre sentado, manteniendo la espalda recta, ya que de este modo se
facilita la deglución y se pueda evitar una infección en los pulmones.

Tener una nutrición adecuada Una buena nutrición es un factor clave en las personas mayores. Una persona
mayor desnutrida tiene su sistema inmunitario debilitado y es más propenso a sufrir cualquier tipo de
infección, incluida la neumonía. Por eso, es muy importante que el anciano no tenga ninguna carencia
nutritiva. En caso de ser necesario, se debe consultar con el médico sobre la posibilidad de incluir
suplementos nutricionales en la dieta del anciano para compensar posibles carencias.

Además de la nutrición adecuada, también es importante que el anciano tome suficiente cantidad de líquido.
Los familiares y cuidadores deben prestar mucha atención para que las personas mayores tomen suficiente
líquido (agua, infusiones, sopas), ya que en muchas ocasiones las personas mayores se olvidan de beber la
cantidad necesaria para el organismo, y esto acaba por afectar negativamente a su estado de salud.

Mantener un estilo de vida saludable Se requiere una prevención integral. Adoptar un estilo de vida
saludable ayuda a mantener fuerte el sistema inmunitario, con lo que es más fácil combatir las enfermedades
infecciosas. Para ello, se aconseja seguir una dieta equilibrada, en la que no falten nutrientes esenciales,
realizar ejercicio moderado de forma habitual y evitar hábitos nocivos, como el tabaco y el alcohol. Un
sistema inmunitario fuerte puede combatir los patógenos que provocan las infecciones en el organismo y
evitar que el anciano sufra neumonía.
Insistir en la limpieza La pandemia generada por el nuevo coronavirus ha normalizado muchas de las pautas
de higiene que son fundamentales no solo para la prevención del COVID-19 sino de muchas otras
enfermedades infecciosas. En el caso de la neumonía también resulta de gran ayuda la limpieza frecuente de
las manos con agua y jabón o con geles hidroalcohólicos, así como la desinfección de aquellas superficies que
están más sometidas al contacto. En el caso de los ancianos, estos objetos y superficies pueden ser desde el
vaso de agua que dejan en la mesilla de noche hasta el bastón que emplean para sus desplazamientos o la
mesa auxiliar en la que dejan el libro, las gafas o el mando de la televisión.

Evitar el contacto y protegerse La prevención de la neumonía en personas mayores debe contemplarse


desde una doble perspectiva: la de la persona contagiada y la de la persona que está en riesgo de contagio. En
ambos casos, la mejor manera de evitar la propagación de la enfermedad es evitar el contacto y mantener al
enfermo aislado del resto de la familia hasta su recuperación. En caso de que el contacto sea imprescindible,
el afectado y la persona que lo asiste deberán emplear mascarilla que cubra nariz y boca. Asimismo, se deben
evitar los pañuelos de tela y utilizar los desechables, toser o estornudar en la parte interior del codo y
desinfectar las manos tras sonarse o antes de emplear cualquier objeto.

Llevar un control regular de otras patologías Enfermedades comunes en las personas mayores como el
asma, la diabetes o las afecciones cardíacas incrementan el riesgo de sufrir complicaciones durante un proceso
de neumonía. Basta con destacar el riesgo de hospitalización por neumonía en personas diabéticas es hasta 39
veces superior al de una persona sana. También durante el período gripal se produce un aumento notable de
las hospitalizaciones por neumonía con índices de letalidad más altos, lo que pone de manifiesto la
importancia de la vacunación contra la gripe en personas mayores. La prevención de esta enfermedad de las
vías respiratorias exige tener bajo control todo lo que suponga un factor de vulnerabilidad en el paciente.

Cuidado de enfermeria en personas mayores con neumonía

La neumonía en ancianos se ha convertido en un problema de salud pública, y su diagnóstico en un desafío


para los médicos debido a los síntomas atípicos que, con frecuencia, presenta. El actual escenario de
pandemia supone un nuevo reto en el abordaje de esta enfermedad y en el papel que desempeñan quienes
cuidan de personas mayores en sus domicilios. A tenor de las características de ambas enfermedades, la
COVID-19 y la neumonía, la asistencia domiciliaria se presenta como una de las opciones más interesantes y
efectivas en el cuidado y la protección de los colectivos más vulnerables.

Conclusión

En este sentido, la prevención es primordial. En el Día Mundial de la Neumonía conviene recordar a


familiares y cuidadores lo importante que es conocer la gravedad de esta enfermedad.
Es responsabilidad de todos prestar atención a los síntomas de la neumonía, cuidar la
alimentación e higiene de las personas mayores, motivarlas a realizar cualquier tipo de actividad
física (moderada), asegurarnos de que nuestro mayor se pongan la vacuna antineumocócica y de la gripe y
protegerlos de los rigores de los climas fríos.

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