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22 – 08 – 2023

Experiencia 2:

Biblioteca Virgilio Barco.


La biblioteca pública Virgilio Barco es una biblioteca ubicada
en la localidad de Teusaquillo, esta se encuentra rodeada de
diferentes zonas verdes, recreativas y deportivas en donde las
personas pueden realizar distintas actividades. Una de sus
características particulares es su estructura representativa a un
caracol y los espejos de agua que son parte fundamental de la
obra del arquitecto Rogelio Salmona, como también el concreto
y el ladrillo. La biblioteca fue fundada en el año 2001, gracias al
proyecto “Biblored” que se inició para el año 1998, en un inicio
iba a ser nombre “Biblioteca Parque Simón Bolívar” sin
embargo, la donación que hizo el expresidente Virgilio Barco, determino su actual nombre.
Para el encuentro con las profesoras y compañeras nos ubicamos en uno de los espejos de agua cercano
a una de las entradas de la biblioteca, allí se abrió un pequeño espacio de diálogo en donde se dieron a
conocer diferentes datos importantes frente al arquitecto encargado de la construcción de la biblioteca,
su vida y los fines de cada uno de los espacios que podíamos encontrar en este sitio. En primer lugar, se
hizo una breve descripción de Rogelio Salmona, conocido por ser uno de los mejores arquitectos
Colombofrancés, nacido en Paris, Francia, e identificado por sí mismo como colombiano, ya que a muy
corta edad sus padres decidieron venir a vivir en Bogotá, y en donde entró a estudiar arquitectura en la
Universidad Nacional de Colombia, carrera que no culmino, y, por tanto, decidió devolverse a Francia.
Empezó a recorrer diferentes partes del mundo, y gracias a esto, especialmente a la arquitectura árabe
en España, se interesó por el uso del agua en la arquitectura, la
cual se volvió característica en sus trabajos, pues en el caso de
la Biblioteca, se dice que los espejos de agua tienen una
función que va más allá de aportar a la parte estética, pues en
concreto permite que este espacio se vea más natural y limpio,
ya que sirven para absorber la contaminación, por otro lado, su
diseño en esta edificación tiene una característica clave que
hace homenaje a la cultura precolombina Quimbaya, estas son las líneas marcadas que se pueden
encontrar en las terrazas y que está dirigidas hacia el cielo.
En cuanto a los espacios de la biblioteca, se pudo evidenciar que esta se encuentra ambientada para una
gran diversidad de público, por lo que podemos encontrar una sala de literatura infantil, una sala
general, en donde se dan diferentes capacitaciones y formación en tecnologías, un área de internet, que
suele ser concurrido, una zonoteca y videoteca, sala de exposiciones de arte, un auditorio, sala de
música, dos teatros al aire libre, un aula múltiple y una sala de
tareas, espacios que pueden ser explorados por niños, niñas,
jóvenes y adultos, sin limitaciones alguna.
Después de haber dialogado sobre la biblioteca, nos dirigimos
como grupo a la sala de literatura infantil, un espacio amplio
que cuenta con una distribución extensa de libros, entre los
cuales encontramos novelas, cuentos, álbumes, leyendas y
mitos, historietas, poesía, teatro, etc., así mismo el mobiliario de
esta sala, se encuentra adecuado para el público infantil en
cuanto a proporciones, tamaños y colores, lo que posibilita una
mayor comodidad durante los espacios de lectura y exploración. Durante el recorrido, se nos brindó
una charla informativa sobre la sala, dentro de la cual se explicó cómo se distribuía el espacio para
mayor facilidad a la hora de buscar un libro específico, los diferentes eventos o encuentros que se
realiza para los niños y las niñas, y el uso de los computadores dentro de este espacio. Posteriormente,
la profesora, Yamileth, hizo una lectura en voz alta de un libro llamado “El encargo”, en donde
constantemente interactuó con nosotras, para que de esta forma se hiciera un análisis tanto de lo escrito
como de las imágenes que se encontraban en el libro; esto a su vez permitió que no solo nos
ubicáramos dentro de lo que sucedía en cada página, sino que, por medio de lo visual, se fortaleciera la
comprensión inferencial a partir de nuestros conocimientos y saberes previos. Por cuestiones de
tiempo, no se terminó la lectura, así que procedimos a realizar una exploración del espacio y una
búsqueda selectiva de libros escritos por 12 autores específicos, los cuales fueron: Roald Dahl, Keiko
Kasza, Ivar Da Coll, Babbete Cole, Anthony Browne, Ian Falconer, Maurice Sendak, Ana María
Machado, Ziraldo, Jairo Anibal Niño, Chris Van Allsburg y Helen Oxenbury.
Al iniciar la búsqueda, personalmente me sentí un poco
desubicada ya que no lograba encontrar a los autores,
puesto que estaba buscando de manera aleatoria, sin
embargo, con ayuda de una compañera, me percaté de que
estos se encontraban organizados por el autor del libro en
orden alfabético, así que de manera un poco más eficaz
empecé a encontrar la mayoría de los autores solicitados,
sin dejar de lado, que en la exploración iba encontrando
libros de mi interés. Una vez encontrados los libros, me
dedique a leer varios de ellos, especialmente aquellos que tenían una gran riqueza y variedad en
ilustración.
Entre los libros leídos, mis favoritos fueron: “Cuando el elefante camina” y “Choco encuentra una
mamá” de Keiko Kasza, el primero por la manera cómica en cómo se narra cada una de las situaciones
y la nueva perspectiva que se le da al miedo, como algo válido que todos, como seres vivos llegamos a
sentir en algún momento, y el segundo por su riqueza en imágenes que personalmente, me resultaron
graciosas, y por la historia y el mensaje que transmite frente al amor de una madre por sus hijos. Otros
de los libros fueron “Él cuenta distancias” de Jairo Aníbal Niño, el cual deja un mensaje de empatía
frente a las capacidades de los demás, la manera en cómo las reconocemos y valoramos, y por último
“Supongamos” de Ivar Da Coll, que desarrolla una historia con un sentido cómico-aterrador frente a
cómo sería nuestra vida si asumiéramos el papel de ranas, que al final terminan en un experimento
escolar, las imágenes y la expresión de los personajes, me ayudaron a conectar con la historia,
generándome risas e ideas de otras formas de asumirnos.
Finalmente, nos volvimos a reunir en la parte central de la sala infantil, para dialogar sobre nuestra
experiencia en la búsqueda y exploración de los libros, ahí algunas compañeras compartieron datos
importantes de los autores, las percepciones que estos tenían sobre la infancia y las técnicas de
ilustración que se evidenciaban en las imágenes que acompañaban sus historias. A partir de este
ejercicio, las profesoras plantearon el ejercicio de investigación y reflexión que debíamos realizar para
generar nuestro Corpus de autores literarios, que enriquecerán nuestras experiencias lectoras como
futuras maestras y mediadoras de la literatura infantil.

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