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“ENSAYO SOBRE INSECTOS”

Selección, Preparación y Conservación de los alimentos

Sandra Edith Balderas

Licencia en Nutrición
“TERCER SEMESTRE “

Arlett Guadalupe Mendoza Guadian

Fecha de entrega: 13 de noviembre del 2023


INTRODUCCIÓN
Los insectos se encuentran en todas partes: desde el trópico hasta los polos; sobre
la tierra, en el aire y dentro del agua.
Los insectos están clasificados como artrópodos, palabra que significa "patas con
muchas articulaciones que se doblan en varias direcciones". Están conformados por
cabeza, tórax, abdomen, y un esqueleto exterior que los cubre como si fuera una
armadura. En la cabeza se encuentran los ojos, la boca y dos antenas para oler,
tocar y orientarse, se alimentan de muchas cosas, entre ellas, el jugo de las hojas,
frutas, granos, larvas de otros insectos, carne, frutas o carne en descomposición,
basura o madera, y algunos como las hormigas, comen azúcar.
Las antiguas culturas de nuestro país, les dieron a los insectos un lugar muy
importante en sus tradiciones, en su comida, en su religión, en sus símbolos y hasta
en su salud. Si recorres la Ciudad de México, por ejemplo, encontrarás lugares con
nombres de origen náhuatl relacionados con insectos como: Chapultepec (cerro del
Chapulín) o Azcapotzalco (hormiguero). En nuestro estado se encuentra el río
Papaloapan, que debe su nombre a la gran cantidad y variedad de mariposas que
vuelan sobre sus márgenes.
Existe una gran variedad de representaciones prehispánicas tanto pictóricas como
escultóricas de insectos. La mariposa es quizás uno de los insectos más difundidos
en el arte de nuestro país desde el periodo preclásico (de 2500 a.C., hasta 200
d.C.). Era el adorno más común de los incensarios de barro de Teotihuacán.
Representaba a la flama y con frecuencia se colocaba al lado de Huehuetéotl, dios
viejo del fuego. En Tula y en Chiché Itzá, la mariposa era usada en los sellos para
imprimir diseños en vasijas de barro y como distintivo de los dirigentes. Los antiguos
mexicanos conocían muy bien su ciclo de vida y sus hábitos: a los huevecillos les
llamaban “ahuauhpapalotl”, a las orugas “ocuilpapalotl” y a las crisálidas
“cochipilotl”. En la cultura maya las mariposas eran consideradas las almas de
guerreros muertos en batallas o sacrificios.
Los teotihuacanos consideraban a las libélulas como símbolo de la pureza del agua.
Sin embargo, los mexicas las relacionaban con entes malignos o demonios
habitantes del aire (Tzitzimimen). En Quintana Roo, el sambay macho o dzabay, es
uno de los bailes más característicos y representa la exhibición de un vuelo especial
que hace la libélula macho para cortejar a la hembra.
Los mayas prehispánicos de México y Guatemala cultivaron abejas sin aguijón para
aprovechar sus mieles y ceras y las asociaban con la fertilidad. Protegían las
colmenas dentro de sus chozas cortando los troncos con cientos de nidos de abejas
en huecos de árbol y colocándolos de forma horizontal. Decían que las son abejas
muy sensibles porque escogen quiénes son sus dueños.
Para los mexicas la hormiga era un animal de mal agüero. En la tradición popular la
hormiga es la responsable de los eclipses de luna y sol. Otro aspecto que vale la
pena mencionar es el de la hormiga como alimento. Algunas hormigas se cuelgan
del techo de cámaras especiales del hormiguero y ahí se quedan mientras las
obreras salen a recolectar néctar de las flores para alimentarlas. Después de eso,
su abdomen empieza a crecer. Cuando hay periodos de sequía y es difícil conseguir
alimento, estas hormigas son una gran reserva viviente. Las personas las recolectan
y se las comen o las venden. Existen también los escamoles, que son estados
inmaduros de la casta reproductora de Liometopum apiculatum o L. occidentale var.
luctuosum, y son de las especies de insectos comestibles más apreciadas,
buscadas y explotadas; al igual que las hormigas chicantanas (Atta mexicana), que
se tuestan para molerlas con chile de árbol y preparar una rica salsa.
El saltamontes tenía un alto valor sagrado y representaba el poder sobrenatural
para los mexicas. En los códices, como el Boturini o Mendoza se usó al chapulín
encima de un cerro para indicar el topónimo de Chapultepec. El chapulín también
se utilizaba y aún se usa como alimento. Una ración de 100 gramos de estos
insectos puede contener hasta 80 gramos de proteínas y solo cuatro de grasas no
saturadas, además de varios minerales. Hay 54 especies de chapulines comestibles
registradas en México, pero son las pertenecientes al género Sphenarium las más
buscadas y comercializadas y dentro de éstas S. purpurascens y S. histrio son las
más consumidas.
Los insectos, ya sea enteros, molidos, en emplastos, infusiones o tostados son
indispensables en la medicina indígena o tradicional. Se pueden mezclar con
hierbas e incluso con lodo. Actualmente la miel de hormiga se emplea en el
tratamiento de otitis, infecciones en la boca y para controlar la fiebre en los niños y
los jumiles se usan como anestésicos y analgésicos. El veneno de la abeja se usa
para atender la artritis y los problemas reumatoides y el piquete de hormiga se aplica
cuando está deprimido el sistema inmunológico, en caso de artritis o enfermedades
en los huesos.

DESARROLLO
En la actualidad, México cuenta con 549 especies comestibles y es uno de los países más
ricos en insectos. Existen aproximadamente 1,681 especies de insectos en todo el mundo
que son aptos para la alimentación, esto significa que nuestro país cuenta con casi una
tercera parte de ellos.
Estos son una fuente alimenticia altamente nutritiva y saludable, poseen un alto contenido
de grasas, proteínas, vitaminas, fibras y minerales e incluso resultan ser mejor que la carne
de res, puerco y pollo. Dentro de la República Mexicana, los estados del sur, centro y
sureste son los principales productores y consumidores de insectos. Algunos ejemplos de
son los pulgones, escarabajos, mariposas, moscas, chapulines, gusanos de maguey,
jumiles y escamoles; cabe destacar que algunos de estos insectos son considerados como
exóticos, su consumo, lejos de ser considerado como un alimento de último recurso, se da
por gusto, tradición, por su abundancia y porque la gente los califica como limpios, sabrosos
y nutritivos.
Se promover el consumo de insectos para poder tener un consumo de animales menos
violento, y al mismo tiempo podemos alimentar y nutrir a las personas de escasos recursos
proporcionado un alimento alto en proteínas y minerales y al mismo tiempo es un alimento
que ayuda a la salud y puede encontrarse en cualquier continente y en un precio más barato
que la carne de res, puerco o venado.
El consumo de insectos o mejor llamado entomofagia es una fuente de proteínas y
minerales que sin lugar a duda cuenta como sustituto de carnes o mínimamente para reducir
el consumo de animales evitando la extinción de especies animales ya que los insectos son
una fuente prácticamente inacabable de proteínas. No parecen, en absoluto, preocupados
por una posible extinción de algunas especies de insectos, según cálculos aproximados,
para cada ser humano existen unos 200 millones de insectos. Su capacidad reproductiva
es extremadamente elevada y la incidencia de un depredador como el ser humano podría
ser perfectamente sostenible. Como podemos ver los insectos son una posible solución
alternativa al grave problema alimentario que padece y padecerá la Tierra en un futuro no
muy lejano.
La entomófaga se practica en muchos países de todo el mundo, pero principalmente en
Asia, África y América Latina. La ingesta de insectos complementa la dieta de
aproximadamente 2.000 millones de personas, y se trata de un hábito que siempre ha
estado presente en la conducta alimentaria de los seres humanos.
El contenido nutricional de los insectos depende de su etapa de vida (etapa metamórfica),
su hábitat y su dieta. No obstante, se acepta ampliamente que: Los insectos proporcionan
proteínas y nutrientes de alta calidad en comparación con la carne y el pescado. Los
insectos son especialmente importantes como complemento alimenticio para los niños
desnutridos porque la mayor parte de las especies de insectos contienen niveles elevados
de ácidos grasos (comparables con el pescado). También son ricos en fibra y
micronutrientes como cobre, hierro, magnesio, fósforo, manganeso, selenio y cinc. Los
insectos plantean un riesgo reducido de transmisión de enfermedades zoonóticas
(enfermedades que se transmiten de los animales a los humanos) como la H1N1 (gripe
aviar) y la EEB (enfermedad de las vacas locas).
En todo el mundo se consumen más de 1.900 especies de insectos comestibles,sin
embargo, esta cifra sigue aumentando a medida que se llevan a cabo más estudios sobre
esta cuestión.
La mayoría de estas especies conocidas se recogen directamente del medio natural. No
obstante, los datos disponibles sobre las cantidades de insectos consumidos en todo el
mundo son escasos. Según los datos disponibles, los insectos más consumidos son los
escarabajos (coleópteros) (31%), las orugas (lepidópteros) (18%) y las abejas, avispas y
hormigas (himenópteros) (14%). Les siguen los saltamontes, las langostas y los grillos
(ortópteros) (13%), las cigarras, los fulgoromorfos y salta hojas, las cochinillas y las
chinches (hemípteros) (10%), las termitas (isópteros) (3%), las libélulas (odonatos) (3%),
las moscas (dípteros) (2%) y otros órdenes (5%). Los insectos, esos pequeños animales
tan rechazados en nuestra cultura, son nutritivos, lucrativos y un buen control biológico
contra las plagas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO). Los insectos comestibles son una importante fuente de proteínas que
ya han llegado a nuestros mercados, en los que, de momento, ocupan un puesto más
relacionado con la curiosidad y con la valentía del consumidor típico occidental que con el
valor nutricional.
El valor nutritivo de los insectos es elevado, y su componente más importante son las
proteínas que, en general, forman la mayor parte de su cuerpo y que se pueden calificar de
buena calidad. Por ejemplo,100 gramos de saltamontes pequeños contienen 20,6 gramos
de proteínas, un poco menos que 100 gramos de carne de buey, que contiene 27,4 gramos
de este nutriente. Por otro lado, las grasas son muy abundantes, sobre todo en los estados
larvarios y en las pupas que, en general, muestran un buen balance de aminoácidos
esenciales (componentes elementales de las proteínas) que hace que su digestibilidad sea
elevada. Las larvas proporcionan calorías de gran calidad, ya que están conformadas por
ácidos grasos poliinsaturados beneficiosos para la salud. Además, los insectos en general
contienen sales minerales, algunos son muy ricos en calcio, albergan vitaminas del grupo
B.
Los insectos aportan no sólo una gran cantidad de proteínas, sino que incluso pueden llegar
a superar la calidad de las que proporcionan el pescado, el pollo y cualquier otra fuente
proteínica". Es decir, los insectos son una fuente de nutrientes.
Es también una de las conclusiones del último informe de la Organización de Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), realizado en colaboración con la
Universidad de Wageningen (Países Bajos): Insectos comestibles: perspectivas de futuro
para la seguridad alimentaria y alimentación para el ganado. “No estamos diciendo que la
gente deba comer bichos.
El perfil nutricional depende del tipo de insecto que predomine en nuestro plato. Hay más
de mil especies comestibles.
● Saltamontes y langostas → Los insectos con cubierta más dura tienen una peculiaridad:
“Esa cubierta no es digerible y funciona como fibra”, afirma Botella.
● Larvas, gusanos y orugas → Se caracterizan por su alto contenido en ácidos grasos
poliinsaturados, presentes en el pescado y en los aceites vegetales.
● Hormigas → Ricas en hidratos de carbono. Tienen un sabor dulzón único. Los insectos
más nutritivos según la FAO: Saltamontes: Son originarios de Canadá, más precisamente
de la zona de Quebec, aportan 160 kilocalorías cada 100 gramos y su nombre científico es
Melanoplus femurrubrum.
● Langosta australiana De acuerdo con el informe de la FAO, este insecto, que es plaga en
Oceanía, aporta cada 100 gramos 499 kilocalorías. Son una especie de hormiga melíferas,
que se encuentran fundamentalmente en Hidalgo, Estado de México, y aportan 16
kilocalorías cada 100 gramos.
CONCLUSIÓN
México hoy vive una paradoja. Es el país con mayor número de insectos comestibles en el planeta:
se calcula que hay 1.900 especies de insectos comestibles a niveles mundial, de las cuales 545 se
encuentran el México, y sin embargo hoy estamos a la retaguardia.

Los insectos son una solución para lograr una alimentación más sostenible, ya que generar más
proteínas sin impactar en el entorno y reducir el consumo de agua y el uso de antibióticos del
sistema de producción de alimentos. Estas son las principales ventajas de incorporar los insectos a
nuestro menú. Hoy en día más de 1.900 especies completan la dieta de 2.000 millones de
personas.

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