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Serie Taboo 01
CHEYENNE McCRAY
TOMANDO
INSTRUCCIONES
Taking Instructions (2007)
Serie Taboo 01
ARGUMENTO:
Salir con una de sus propias estudiantes es un tema tabú y Craig Bennett
intenta nunca romper esa regla escolar… Hasta que encuentra un regalo de
fin-de-semestre en su oficina… la magnífica estudiante que él no ha podido
mantener fuera de su cabeza. Y está desnuda, y sentada sobre su escritorio.
Serie Taboo 01
CAPÍTULO 1
Serie Taboo 01
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Él supo el instante en que ella llegó. Ninguna otra mujer olía de la forma en
que ella lo hacía. Caliente, sensual y cálida vainilla.
Levantó la cabeza para ver que era, de hecho, el último estudiante en la
sala. Mierda, su mano tembló un poco mientras tomaba su ensayo. El podio
estaba entre ellos, gracias a Dios. Sus pantalones eran sin duda una tienda de
campaña donde su polla presionaba contra el material.
—¿Cuáles son tus planes para este receso de verano, profesor Bennett? —
Le preguntó Jessica en su suave voz de fóllame. Si ella no se iba, su polla
estaba a punto de estallar. Se aclaró la garganta otra vez.
—Nada especial.
—En serio. —La palabra era un ronroneo de sus labios que casi le hizo
gemir en voz alta. —Mi familia va a Europa por el verano, así que voy a estar
sola.
Craig le dio una sonrisa forzada.
—Parece que estamos en el mismo barco. —Ah infierno. ¿Por qué fue y
admitió eso? Como si la niña necesitara algún estímulo. Tal como esperaba,
le dio otra de sus sonrisas que hizo que su pene se endureciera.
—Tal vez podríamos reunirnos para tomar un café... o tal vez la cena.
—Escucha. —Él se armó de valor y se obligó a decir lo que no quería. —Tú
eres mi alumna. No sería ético que me citara contigo.
Ella arqueó las cejas, una mirada inocente de su expresión.
—¿Quién dijo algo acerca de citas... sólo dos personas solitarias tomando
café juntas. O cenando.
—Lo siento, Jess… Señorita Grayson. —Maldita sea, era lo único que podía
hacer para sacar su mente de su polla…en su cuerpo, en cualquier número de
posiciones…y forzarse a decir las palabras que debía. —No puedo.
—Pero tú quieres—le susurró ella y guiñó un ojo antes de darse vuelta y
caminar hacia la puerta.
Vestía una falda diminuta de color rojo que dejaba ver sus increíblemente
largas y tonificadas piernas. Su camiseta roja a juego moldeaba su figura,
disminuyendo hasta su pequeña cintura. La miró hasta que desapareció por
la puerta, entonces aspiró en una profunda respiración. Le llevó un rato
conseguir tener su erección bajo control. Tenía que pensar en los montones
de ensayos que tenía que calificar. En su abuela. En la reunión de su facultad
esta tarde. En cualquier cosa menos en Jessica.
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Cuando tuvo las cosas bajo control, lo que significaba conseguir que su
polla cooperara, metió los papeles en su maletín, lo cerró y se dirigió fuera
del aula. El golpe de la puerta hizo eco cuando entró en el pasillo casi vacío.
Los estudiantes estaban más que listos para las vacaciones de verano y
parecía que nadie estaba interesado en dar vueltas. No es que él tuviera la
intención de estar por aquí más de lo que debía. Le había dicho a Jessica la
verdad, no tenía absolutamente nada interesante planeado, y más que nada
le encantaría tener a esa chica en su cama y mantenerla allí todo el receso.
Una chica como ella probablemente podría disfrutar de sus juguetes y un
poco de bondage. Quizá mucho bondage.
Mierda. Estos iban a ser tres largos meses antes de que las clases
comenzaran de nuevo. Craig hizo el camino a su oficina, tratando de llevar su
mente a otras cosas sin éxito. Definitivamente iba a necesitar masturbarse
para tener el dolor en su ingle bajo control. Abrió la puerta de su oficina,
entró y de inmediato cerró la puerta. Se dio la vuelta…
Y rápidamente bajó su maletín. Jessica Grayson estaba sentada en su
escritorio. Desnuda.
CAPÍTULO 2
Oh Dios. El cuerpo de Jessica era aún más bello de lo que Craig había
imaginado, de lo que había sido en muchas de sus fantasías. Su largo pelo
negro caía sobre sus hombros delicados hasta su fina cintura. Sus pechos
eran grandes, sus pezones altos e impertinentes. Cada pedacito de su cuerpo
era firme y tonificado desde sus hombros a sus tobillos. Y si pudiera verlo,
apostaría que tendría un buen culo también.
—Hola, profesor. —Jessica apoyó las manos a cada lado de ella en el
escritorio. —Necesito ayuda con una asignación—agregó en un ronroneo.
Las palabras no venían a Craig. No podía moverse. Tal vez debería intentar
recoger la mandíbula del piso, pero en ese momento se sentía como si fuera
necesario un esfuerzo monumental para hacerlo.
Jessica se deslizó de la mesa y su corazón se aceleró cuando ella caminó
lentamente hacia él. Sus caderas tenían un balanceo natural y cuanto más se
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acercaba, incluso podía decir que sus pezones estaban tensos y pidiendo ser
chupados.
Su polla estaba tan dura que era un milagro que no se viniera en sus
pantalones.
Cuando Jessica estaba tal vez a una pulgada de él, extendió la mano y
deslizó sus manos en su pelo. La sensación fue tan erótica que casi gimió en
voz alta.
—¿Sabes lo sexy que eres? —Susurró mientras traía su cabeza hacia abajo
de modo que sus labios se acercaran.
—Jessica. No. No podemos…— comenzó cuando ella lo tiró hacia abajo
para que sus labios se encontraran.
Él estaba perdido.
No había vuelta atrás.
Jessica le mordió el labio inferior y él gimió. Ella inmediatamente deslizó la
lengua en su boca.
Casi sin darse cuenta, llevó las manos a su culo y apretó su cuerpo tan
cerca que sintió sus pezones a través de su camisa. Apretó su polla contra su
vientre y ella gimió en su boca y lo besó aún con más pasión.
Craig no pudo evitar la sensación de satisfacción que le dio tener a Jessica
donde estaba. Ella hizo pequeños sonidos de lloriqueo mientra apretaba las
mejillas de su culo con las manos y la besaba con dominio y control.
Si Jessica Grayson quería jugar, estaba malditamente seguro de mostrarle
con exactitud como jugaba él.
Jessica no podía creer la intensidad que el profesor Bennett estaba
poniendo en su beso. Ella no había estado segura de cómo reaccionaría al
encontrarla en su oficina, desnuda, pero ahora lo sabía.
Dios, era un besador increíble. La forma en que la sostenía, la forma en
que su boca tomó el control de la suya, era total y completamente
dominante y la encendió más, si eso era posible.
Él negó con la cabeza, como si estuviera saliendo de un sueño.
—¿Cuántos años tienes, Jessica?
Su corazón latió un poco más rápido.
—¿Importa?
Él frunció el ceño.
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—Sabes que lo hace. Si quieres jugar conmigo, juegas con mis reglas.
El acero de su voz avivó el fuego dentro de ella. Se sintió traviesa.
Encantada y avergonzada. Y obligada a responder.
—Acabo de cumplir los veinte años—dijo mientras cogía el botón de sus
pantalones. —Edad suficiente para saber lo que quiero cuando lo veo.
—No es edad suficiente para beber—dijo mientras se acercaba y cogía un
puñado de su pelo, la expresión de su mirada intensa. —Pero edad suficiente
para follar.
Sus muslos se volvieron húmedos y las emociones rodaron a través de su
vientre.
—Malditamente correcto.
—Tienes que entender algo, Jessica. —Su puño agarró con más fuerza el
pelo. —No dejo de ser el profesor cuando dejo el podio. Cuando se trata de
sexo, la clase es mía también. Yo soy el jefe. Lo que digo se hace. Si no
puedes vivir con eso, vete ahora.
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¿Acaso no era obvio? Ella quería su polla en su interior tanto que apenas
podía soportar la espera. —Yo-yo quiero que me folles.
—Menos de dos puntos, y esa es la única vez que voy a ser agradable—dijo
mientras sus labios se frotaban sobre su pezón. —No soy todo lo que quieres.
Tenías fantasías antes de conocerme. Dime esas fantasías.
Sintió un poco de calor subir por su cuello al mismo tiempo que se
aferraba a sus hombros con más fuerza.
—He fantaseado acerca de ti follándome en el aula. —Gritó cuando él
mordió su pezón. —Doblándome directamente sobre el podio.
Dio lo que sonó como un gruñido de aprobación mientras continuaba
volviéndola loca con su boca y manos.
—¿Qué más?
—Um...
—Jessica…—Su tono sostenía una nota de advertencia mientras le
pellizcaba el clítoris de nuevo.
—He pensado en tener sexo contigo en un lugar público. —Gritó al tiempo
que tocaba el lugar correcto con los dedos. —Y en tu casa. —Nadie nunca la
había hecho actuar así. —Oh, Dios, profesor Bennett. Sí, allí mismo—se
retorcía contra su mano—ahí.
Él dio una risa suave mientras trazaba su pezón con la lengua.
—La Srta. Grayson, ha sido una muy mala chica. —Movió los dedos de su
clítoris y los puso dentro de su núcleo. —No tienes permitido llegar al
orgasmo hasta que yo de el permiso. —Él le mordió suavemente el pezón. —
¿Entiendes, Srta. Grayson?
Jessica se retorció aún más.
—Sí, profesor. —Sus palabras salieron en un jadeo pesado—Voy a hacer
todo lo que desee.
Le mordió el otro pezón y ella gritó, esta vez más fuerte.
—Vas a tener que estar en silencio—dijo mientras lamía el lugar que
acababa de morder. —O voy a tener que darte otro castigo.
La forma en que dijo castigo envió una emoción a través de ella que fue
directamente a su coño.
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Craig sonrió cuando se dirigía a su casa. Había cambiado las tornas con
Jessica Grayson. Se preguntó si estaría esperándolo cuando llegara allí o si
ella se había escapado.
Estaba dispuesto a apostar dinero a que le estaba esperando, tal y como le
había ordenado. La forma en que le había obedecido sin cuestionamientos en
su oficina, le dijo un montón de cosas, incluyendo el hecho de que la
pequeña Señorita Grayson podía ser agresiva en el exterior, pero por dentro
era una sumisa nacida, hasta la médula.
Su casa estaba en un lote de un acre en las afueras de Tucson. Había
comprado la propiedad antes de que los precios de la vivienda y la población
hubieran explotado en la zona y se alegró de su semi-personalizada casa
construida con algunos espacios para respirar. Y a una distancia suficiente de
sus vecinos para que no pudieran escuchar los gritos de Jessica.
Los gritos de éxtasis. Le iba a enseñar a esa chica sobre el verdadero
placer.
Cuando conducía en su camino de entrada, no se sorprendió al ver el
pequeño auto deportivo rojo esperando delante. Ardiente y deportivo, al
igual que su dueña.
En el momento en que entró en su casa, su estómago gruñó. Aroma a
carne asada y verduras venía de la cocina, junto con algo que olía como a
tortillas frescas de harina.
Él puso su maletín en el suelo y deposito las llaves en la mesa de entrada.
Craig pasó junto a la sala formal y comedor hacia la cocina abierta, rincón y
sala de estar. Él se detuvo en la puerta de la cocina. Apoyó un hombro
contra la pared, cruzó los brazos sobre su pecho y sonrió cuando vio a Jessica
poniendo la mesa. Llevaba un delantal, pero tenía su trasero hacia él y tuvo
una vista clara de su culo y sus muslos bien formados. Dios, no podía esperar
a follar ese culo.
Su cabello negro osciló y se volvió hacia él con un jadeo.
—Yo-yo no te he oído entrar, Profesor.
Él se apartó de la pared y se dirigió hacia ella. El delantal que llevaba cubría
sus senos y su coño.
—Yo no quería que la grasa me salpique sobre la piel—dijo cuando llegó
hasta ella, un poco nerviosa.
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—Eso es bueno, nena. —Se inclinó hacia abajo y rozó sus labios sobre los
de ella y suspiró. —No me gustaría que te lastimes. —La rodeó y le desató el
delantal. —Pero ahora que estoy en casa quiero ver tu hermoso cuerpo.
Ella se estremeció bajo su tacto mientras le quitaba el delantal y lo
arrojaba sobre un mostrador. Mierda. Su cuerpo era tan hermoso que casi le
quitó el aliento.
—Todo está sobre la mesa. —Sonaba como si ella estuviera teniendo
dificultades para hablar mientras él apretaba ambos pezones. —Yo-uh, he
hecho fajitas con tortillas de harina hechas en casa.
Él la besó suavemente otra vez.
—Huele maravilloso. —Craig la soltó y miró los enrojecidos, pezones
duros. —Tengo algo que me gustaría que uses. —Hizo un gesto a la mesa. —
Toma asiento. Volveré enseguida.
No pasó mucho tiempo para que regresara con un par de anillos de pezón
de cristal verde que hacía juego con el color de sus ojos.
Ella abrió mucho los ojos cuando se sentó y apretó uno de sus pezones
para que estuviera aún más duro, a continuación, deslizó el lazo del anillo en
el pezón. Lo apretó con las correderas del collar y jadeó.
—¿Te duele, bebé? —Preguntó.
Se mordió el labio inferior y asintió con la cabeza antes de decir: —Sí,
profesor.
—Bien. —Él tomó su otro pezón y lo apretó muy duro, puso el anillo en el
pezón y lo apretó. —¿Ahora, es que empieza a sentirse bien en una forma de
placer-dolor?
Ella bajó la mirada en sus pechos y le devolvió la mirada.
—Sí, profesor.
—Vas a darme de comer ahora. —Amaba el contraste de ella desnuda con
los anillos en los pezones, mientras él estaba con la ropa puesta. Dios, su
polla se iba a reventar.
—Sí, profesor—dijo.
Cogió una tortilla de harina y empezó a llenarla con crujientes tiras de
carne, cebolla y pimientos.
Cuando terminó, se levantó, se lo ofreció y él lo mordió. Mantuvo la
mirada fija en la de ella mientras él lo devoraba hasta el último bocado. Ella
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gimió mientras sostenía su muñeca con la mano y lamía cada uno de sus
dedos.
—Yo te daré de comer. —Él estaba teniendo un momento
verdaderamente difícil para conversar. Maldita sea, pero necesitaba tenerla
en su cuarto de juguetes.
Después de que le dio de comer una fajita, llevó un vaso de té helado a sus
labios. En el momento en que se tragó el té, deslizó su mano libre en sus
pliegues y comenzó a acariciar su clítoris. Ella gimió y movió sus caderas
contra su mano.
Metió dos dedos en su núcleo y frotó el pulgar contra su clítoris.
—¿Estás cerca, bebé?
—Sí. —Se retorció y echó la cabeza hacia atrás. —Dios, sí.
—Eso es otro castigo. —Retiró su mano y ella lo miró con sorpresa en su
rostro.
—¿Qué he hecho? —Preguntó.
—Doble castigo. —Se paró, la tomó de la mano y la elevó de manera que
sus cuerpos estuvieran nivelados. Podía sentir el calor de su cuerpo a través
de su ropa. —No te diriges a mí correctamente.
Él la agarró por el culo y frotó su polla contra su vientre, deseando no
tener nada puesto.
—Lo siento, profesor Bennett. —Sonaba sin aliento. —No voy a hacerlo de
nuevo.
—Pero todavía necesitas ser castigada. —Tomó su boca en un beso rápido,
con hambre, llevándola tan cerca que sintió sus anillos de pezón a través de
su camisa. Levantó la cabeza y miró a los ojos verdes que estaban vidriosos
de pasión.
—Pero tenemos que hablar de una cosa antes de llevar este asunto a más.
—Apartó el pelo de su cara. —Necesitas una palabra de seguridad. En el
momento en que dices esta palabra termina todo y te enviaré a casa en ese
pequeño coche deportivo rojo.
El ceño fruncido.
—No lo entiendo, hum… profesor.
Le tomó el rostro entre sus manos.
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CAPÍTULO 3
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—Un tapón anal con arnés—Lubricó el tapón y casi se sintió mareada por
todas las sensaciones extrañas zumbando a través de su cuerpo. Puso el tubo
hacia abajo antes de acercarse. Ella se tensó de forma automática cuando se
arrodilló detrás de ella. —Relájate, cariño—murmuró. —Va a sentirse muy
bien una vez que te adaptes a él.
Uh-uh. Seguro. Relájate.
—Confía en mí. Lo disfrutarás. Una vez que te acostumbres a él. —Poco a
poco, empujó el tapón más allá del apretado anillo de su ano y no se detuvo
con su grito de sorpresa. Sólo siguió metiéndolo, manteniendo las cosas con
calma hasta que el tapón estaba enterrado completamente en su interior.
Oh. Dios. Nunca había sentido algo así antes. Dolió, pero se sentía bien.
Entonces se dio cuenta de lo llena que se sentía con éste dentro de ella y de
cuanta humedad crecía entre sus muslos.
El abrochó el cinturón del arnés a su alrededor hasta que el tapón estaba
firmemente en su lugar y no había manera de que se fuera a salir. Una cinta
corrió a través de los pliegues de su coño, contra su clítoris, y se retorció por
la necesidad de venirse.
—Párate, Srta. Grayson. —Se había trasladado al frente de ella y le tendió
la mano.
Ella la tomó y se encontró a un suspiro de distancia de él. El calor de su
cuerpo irradiada a través de su ropa y sus ojos eran oscuros, con deseo. Le
encantaba que la necesidad de su mirada fuera por ella.
Puso su mano en la parte baja de la espalda y continuó guiándola por la
gran sala. Se sentía extraño caminar con un tapón en el culo, pero también
muy excitante.
—Una cama de bondage—dijo, señalando a una superficie acolchada de
cuero lo suficientemente grande como para ser una cama doble, pero
elevada del suelo con patas de madera que parecían que podían subirse o
bajarse, y había restricciones (sorpresa, sorpresa) sujetas a su alrededor.
—Y esta es una barra de suspensión. —Hizo un gesto a un dispositivo
parecido a un gancho de ropa gigante, con cadenas que formaban un
triángulo en la barra de suspensión. Colgaba del techo de una larga y gruesa
cadena de eslabones.
Había incluso una jaula y una silla de bondage. La jaula le hizo levantar las
cejas.
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hecho de que él era el profesor más guapo en el campus. Algo sobre la forma
en que sonreía, la forma en que hablaba con autoridad, pero con los pies
sobre la tierra. Era obvio que estaba siempre en completo control de su clase
cuando enseñaba.
Ahora tenía el control total de ella. Y ella era una estudiante más que
dispuesta.
Craig le sorprendió tomando una larga pluma de avestruz de un cajón
debajo de la cama de bondage.
—Parte de tu castigo es la anticipación y retrasar la gratificación.
Oh, estaba bien con la anticipación. Era la demora en la gratificación por
lo que ella no estaba tan loca. Ella lo quería a él, y lo quería ahora.
—¿Por qué no te sacas la ropa, profesor? —Ella se movió contra sus
ataduras, poniéndolas a prueba.
Frunció el ceño, pero ella vio un brillo en sus ojos.
—Guarda silencio y no me hables, a menos que yo diga que puedes. No
hagas ningún sonido. Si lo haces, voy a añadir otro castigo. —Corrió la pluma
por su vientre, la sensación de suavidad, haciendo cosquillas la hizo
retorcerse, y apenas contuvo un suspiro. —¿Entiendes, Srta. Grayson?
Jessica empezó a decir que sí, pero apretó fuerte la mandíbula y asintió
con la cabeza.
Con una leve sonrisa, Craig dijo: —Bien.
Y luego empezó a acariciarla con la pluma.
¡Oh Dios! Quería gritar, gemir, pedir que se detuviera, rogar que siga
adelante. Todo lo que podría hacer era apretar las mandíbulas y contener
todos los sonidos construyéndose dentro de ella.
El deslizó la pluma por sus pezones, produciendo su contracción y dolor
por la inflamación de los anillos de los pezones. Deslizó la pluma hasta el
ombligo, donde envió sensaciones zumbando directamente a su coño.
Jessica pensó que su cabeza iba a estallar de nuevo por contener sus
gritos. Por no mencionar el hecho de que su cuerpo no iba a poder aguantar
mucho más sin entrar en auto-combustión.
Cuando llegó a su pubis, ella movió la cabeza de lado a lado y cerró los
ojos, tratando de
centrarse en no hacer ruido y no en lo que estaba haciendo con ella.
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CAPÍTULO 4
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CAPÍTULO 5
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—Oh, Dios mío—, dijo Jessica, mientras sus rodillas dejaban de funcionar.
Sólo Dave sosteniéndola por la espalda impidió que cayera al suelo.
Craig rió suavemente y ella gimió. Agarró sus caderas y su barba de un día
erosionaba la suave piel entre sus muslos. Al mismo tiempo, Dave le apartó el
pelo largo a un lado y rozó besos a lo largo de su la nuca, lo que la hizo
temblar.
—No… no puedo aguantar mucho más tiempo, profesor. Su respiración
salía en pesados jadeos mientras sensaciones exquisitas la llenaban,
haciendo que cada parte de su cuerpo zumbara y sus piernas temblaran.
—No, señorita Grayson, dijo Craig mientras se apartaba y la miraba.
Quería gritar por la pérdida de contacto de su lengua sobre su clítoris.
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que estás bien, mientras "piensas" acerca de tus castigos y lo que está por
venir.
Su boca se abrió.
—¿Me estás dejando?
Él sonrió.
—No, hay audio, así que puedes gritar tu palabra de seguridad si deseas
poner fin a esto, señorita Grayson.
Craig llegó con la bufanda y le vendaron los ojos antes de que pudiera
pensar en una respuesta adecuada.
Todo quedó completamente a oscuras. Él la había vendado tan bien que
no había luz en absoluto.
—Tengo miedo, profesor, susurró.
—¿Quieres detenerte? —preguntó.—En cualquier momento puedes ir a
casa. Si quieres quedarte y jugar, prometo que vas a estar bien y vamos a
follarte tan duro y tan bien que tendrás el orgasmo más increíble de tu vida.
Jessica se quedó sin aliento y Craig tomó su boca en un beso posesivo. Sus
manos recorrían su cuerpo y su lengua exploró su boca. Su mente daba
vueltas por el beso y su tacto, magnificado por no poder ver, colgando de la
barra de suspensión, y el tapón en el culo. Dave se presionó contra ella por la
espalda y palmeó sus pechos.
Luego se detuvo y se apartó de ella. Las lágrimas que se derrababan de los
ojos de Jessica eran absorbidas por la bufanda. Tenía que venirse tanto que
estaba a punto de gritar.
Craig rozó sus labios sobre los de ella.
—Estaré de vuelta, señorita Grayson. Después de que hayas tenido la
oportunidad de pensar acerca de lo mala que has sido. ¿Te acuerdas de tu
palabra de seguridad?
Asintió con la cabeza.
—Sí, profesor.
—Buena chica. —La besó de nuevo y entonces el calor de su cuerpo ya no
estaba.
—Di la palabra y voy a venir por ti—dijo, su voz sonaba más lejos. —Y
luego te enviaré a casa.
Serie Taboo 01
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Después de que una buena media hora había pasado, Craig se dirigió hacia
la escalera de la mazmorra y Dave sonrió y se levantó de su asiento.
Llegaron en un tiempo récord. Craig no podía contenerse, permanecer en
calma, sensato, el profesor-a-cargo. Una vez en el calabozo, se quitaron la
ropa silenciosamente, luego fueron hacia Jessica.
Jessica se sentía ni aquí ni allá. Había caído en un lugar donde la realidad
no existía. Solo el fuego en su cuerpo y la inconciencia del momento. Se
sentía casi borracha.
Cuando Craig habló, ni siquiera la sobresaltó.
—Hola, cariño. Cepilló sus labios sobre los de ella y Jessica olió su aroma
embriagador. —¿Pensaste en lo mala chica que has sido?
Jessica asintió con la cabeza.
—Voy a ser buena, te lo prometo, profesor.
—Excelente, Srta. Grayson. Lanzó su lengua para tocar la línea de sus
labios y su estómago saltó cuando llegó lo suficientemente cerca para frotar
su cuerpo desnudo contra el suyo, su pene presionando en su vientre.
Ojalá pudiera verlo, pero todavía tenía los ojos vendados.
—Un examen más y vas a graduarte con honores—dijo.
Ella esperaba por Dios que el "examen", incluyera follarla porque ella iba a
morir si no lo tenía en su interior.
Manos fuertes trabajaron en el arnés a su alrededor, y un momento
después éste fue removido y el tapón anal retirado. De inmediato sintió una
sensación de vacío, pero sabía que probablemente no iba a durar por mucho
tiempo.
Otro cuerpo de hombre se presionó a ella por la espalda y se estremeció
entre la calidez de su dura carne. La sensación era erótica más allá de las
palabras.
—¿A quién quieres follándote por el culo, Srta. Grayson—dijo Craig—¿y a
quién quieres en tu coño?
No había duda en su mente a quien ella quería en su coño.
—Yo…Yo quiero que el Oficial Bennett folle mi culo. Quiero que tu folles mi
coño, profesor.
—¿Ahora, bebé? —dijo Craig, un borde duro de su voz como si estuviera
teniendo un momento difícil para contenerse.
Serie Taboo 01
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¡Era demasiado!
—Todavía no…— comenzó Craig.
Pero ella explotó. Su orgasmo se la llevó con tanta fuerza que ella gritaba y
lloraba y se resistía. Su corazón golpeaba y sentía como si su piel estuviera en
llamas, su cuerpo entero en fuego. Las sensaciones no se detenían mientras
continuaron empujando dentro y fuera de su cuerpo. Se sentía como si
estuviera volando, pero anclada al mismo tiempo por los dos hombres que
estaban follándola.
Orgasmo tras orgasmo sacudieron su cuerpo.
—No más, profesor—sollozó.—No puedo soportarlo más.
—No pasaste tu final—dijo Craig con voz ronca por el esfuerzo.—Te viniste
sin permiso.
—Lo siento, profesor. —Jessica se estremeció por el placer extremo
mientras que más espasmos arrasaban en ella. Sintió su núcleo oprimiendo
su polla con cada contracción de su coño. Sintió la opresión en el culo
mientras Dave se conducía dentro y fuera.
Dave dio un grito, bombeó sus caderas unas cuantas veces más y luego se
mantuvo aún dentro de ella. Craig lo siguió unos momentos más tarde, un
fuerte grito rasgando de él. Su núcleo se cerró sobre su polla y ella sentía
cada pulso.
Por un momento, los tres se quedaron allí. Sudorosos, los cuerpos de los
hombres adheridos contra el suyo, y el olor fuerte del sexo y la testosterona.
Dave se retiró y se sintió parcialmente vacía sin él dentro de ella. Soltaron
cada uno de sus puños de cuero, liberándola, y ella se desplomó contra Craig.
Él la abrazó con fuerza y Dave le quitó la venda de los ojos.
Parpadeó, enfocando lentamente la sala, mientras miraba hacia arriba a
los ojos de Craig. Continuó sintiendo las contracciones residuales y cuando él
se movió un poco, se desató un conjunto más de espasmos.
Se echó hacia atrás y lo miró. Maldición, era hermoso. La tomó por
sorpresa dándole un duro, exigente y posesivo beso.
Finalmente la dejó resbalar por su cuerpo y retiró su polla. Ahora se sentía
completamente vacía. Apenas pudo mantenerse de pie mientras Dave y Craig
se deshacían de sus condones.
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—Parece que tendrás que tomar un nuevo examen si planeas pasar esta
clase, señorita Grayson—dijo Craig con una expresión seria.—¿Crees que
puedes pasar al siguiente?
Dio un débil, agotado asentimiento, a pesar de que no estaba segura en
absoluto.
—Sí, profesor.
CAPÍTULO 6
Serie Taboo 01
Serie Taboo 01
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—No. — Soltó su cabello y trazó el pulgar sobre los labios.—Por ahora sólo
estamos Craig y Jessica, ¿de acuerdo?
Ella asintió y sonrió, y Craig reemplazó su dedo pulgar con sus labios. Era
amable esta vez, corriendo ligeramente su lengua a lo largo de la costura de
sus labios antes de caer en su boca para una exploración suave. Lo probó
disfrutando de su sabor, e incluso del suyo propio desde el momento en que
había lamido sus pliegues más temprano. Suaves gemidos se levantaron
dentro de ella y se acurrucó más cerca de él mientras una de sus manos
recorría su cuerpo desde el cuello hasta su culo.
La erección de Craig presionaba en su vientre y se frotó contra él y juró
que lo sintió crecer aún más duro. Su beso siguió siendo lento, como si
estuviera saboreándola. Mordisqueó ligeramente su labio inferior y atrapó
sus suspiros en la boca. Su mano libre seguía acariciando su carne, vagando
sobre su cuerpo, explorando sus curvas.
Por su parte, Jessica deslizó una de sus manos hacia abajo por su pecho
desnudo y de nuevo hacia arriba, amando el juego de sus músculos debajo de
sus dedos con cada movimiento que hacía. Sus bíceps eran firmes, duros,
como si los trabajara con regularidad. Su respiración se volvió más rápida
mientras le clavaba los dedos en la mejilla del culo y su beso se volvió un
poco más urgente, como si estuviera teniendo un momento más y más difícil
para controlarse a sí mismo. Cuando liberó su culo apretado, le acarició la
piel hacia abajo por el muslo y ahuecó sus testículos, luego tomó su dura
polla.
Mientras acariciaba su longitud, contuvo el aliento contra sus labios.
—No voy a durar mucho tiempo si sigues así.
—No quiero que te contengas, Craig. —Ella se permitió probar decir su
nombre por primera vez, y le gustó la forma en que sonaba procedente de
ella.
Le dio un sonido estrangulado mientras capturaba su mano en la suya.
—Créeme, si no te detienes esto terminará antes de que realmente
comience.
Jessica no pudo evitar la risa suave que se le escapó, y él se echó hacia
atrás, encontrando su mirada. —Eres tan hermosa—, murmuró,
sorprendiéndola.—Te he deseado durante tanto tiempo.
Serie Taboo 01
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Ella gimió cuando él movió la mano y luego deslizó sus dedos entre sus
labios, dejándola probarse a sí misma.
—Chupa—exigió, y ella obedeció como si estuviera programada para hacer
lo que él quisiera.
Infiernos, sí que este iba a ser un verano que ninguno de ellos jamás
olvidaría. No estaba dispuesto a preocuparse por el inicio del próximo
semestre. Por ahora tenía la intención de disfrutar de su cuerpo exuberante y
todo lo que tenía para ofrecer.
Que era más de lo que había esperado. Había tomado todo lo que le había
hecho y estaba lista para más.
Y desde este punto en adelante pensaba mantenerla para sí mismo.
Dejarla tener la experiencia de dos pollas en ella a la vez fue una base. Él no
tenía ninguna intención de dejar otra persona en su interior. Ni siquiera a su
hermano otra vez. Y que Dave se vaya a la mierda.
—Todavía hay un castigo por llegar. —Contuvo el aliento mientras Jessica
chupaba sus dedos.
—Pero ahora mismo, voy a follarte, a montarte duro. ¿Es eso lo que
quieres?
Sacó los dedos de su boca y ella asintió.
—Por favor. Ahora.
—Debería hacerte esperar. —Pellizcó su pezón, la dura protuberancia
estaba entre sus dedos pulgar e índice. Jadeó y sabía que no era sólo de la
sensación, sino del dolor de los anillos de los pezones. —Llegaste sin permiso
en el calabozo.
—¿Puedes castigarme más tarde? —Su mano encontró su polla de nuevo y
frotó el pulgar sobre la gota de semen en su cabeza. —Has dicho que
podríamos ser Craig y Jessica, por ahora.
—Lo hice, ¿no es cierto? —Él tomó su boca con otro beso, tan hambriento
por ella, que apenas podía contenerse. Ella se retorció en su contra, cada
momento más salvaje. Sí, esto iba a ser un infierno de verano.
—Por favor no me hagas esperar más. —Apretó su polla.—Te quiero
dentro de mí de nuevo.
Craig no podía esperar a estar en su dulce coño de nuevo. Tuvo que
estirarse, pero se acercó y sacó un condón de una gran caja en el cajón. No
tardó mucho en tener su polla cubierta y sus caderas entre las piernas de
Serie Taboo 01
Serie Taboo 01
Serie Taboo 01
Las emociones giraron a través del vientre de Jessica cuando abrió los ojos
y vio su expresión feroz. Tenía la mandíbula apretada, los músculos faciales
rígidos.
Sus caderas pistoneaban dentro de ella más fuerte, más rápido, más
profundo.
La sala estaba empezando a girar en espiral.
—Voy a venirme—dijo mientras el mundo estaba cerca de girar fuera de
control.
—Espera. —Golpeó su cadera contra la suya, sus empujes tan fuerte que
sentía como si su coño fuera molido por el impacto. —Va a ser mucho mejor
si te contienes por solo un poco más de tiempo.
—No sé si puedo. —Jessica cogió su bíceps a medida que su mareo crecía
y el cuarto comenzaba a desvanecerse.
—Un poco más, bebé. ——Su voz era áspera, como lija. No tenía duda de
que estaba en el borde y frenándose demasiado.
La sensación de girar en su cabeza se hizo más intensa. Se sentía fuera de
su cuerpo, como si estuviera fuera sí misma.
—Por favor. —Dios, estaba tan cerca. —Por favor, déjame venirme.
Él no respondió mientras sus caderas se estrellaban contra ella con mayor
rapidez. Agitó su cabeza de lado a lado. No podía más. ¡No podía!
—Ahora, Jessica—gritó.
Todo en su universo dejó de girar. Todas las sensaciones se apresuraron a
su coño, luego se ampliaron a su músculos abdominales, el pecho, y a lo largo
de todo su cuerpo cuando su orgasmo se estrelló contra ella.
Ella gritaba y lloraba y no podía controlar lo salvaje que se sentía o la
forma en que se volvió loca en sus brazos.
Craig gritó su nombre y sentía el pulso de su polla mientras se venía. Se
metió un par de veces más, y luego sus brazos cedieron y estaba fijando a
Jessica a la cama. Su peso se sentía bien y se aferró a él mientras su coño
continuaba palpitando alrededor de su polla.
Con un gemido, Craig se retiró de ella y tiró el preservativo a la mesita de
noche, presumiblemente en una papelera. Luego se acomodó sobre su
espalda y tiró de ella en sus brazos para que su cabeza descansara sobre su
pecho. Ella dio un suspiro estremecido y todo su cuerpo se relajó contra el
Serie Taboo 01
CAPÍTULO 7
Serie Taboo 01
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—Ahora sólo tienes que dejar esa clase en la que estás inscrita en el otoño,
y no vas a ser más mi alumna. —Dejó el tenedor en el plato y colocó la frente
junto a la suya. —¿Suena como un plan?
—Considéralo hecho—se las arregló para decir antes de que la besara de
nuevo.
Cuando él se alejó, podía ver el deseo chispeando en sus ojos, y cuando
miró hacia abajo se dio cuenta de la gran protuberancia en sus pantalones
vaqueros.
—Necesitas terminar tu desayuno, y será mejor que cambiemos de tema
antes de que haga de ti mi almuerzo.
Jessica sonrió, luego comió mientras hablaba.
—Has conocido a mi hermano mayor—dijo mientras le daba de comer, y
su rostro enrojeció por el calor. — Pero esa es la última vez que lo voy a dejar
poner sus manos sobre ti. —La dejó beber un poco de jugo de naranja. —
Porque eres mía, Jessica Grayson, y no tengo la intención de compartirte de
nuevo.
Ella casi se fundió en un charco en ese mismo momento.
Mientras continuaba alimentándola, le hacía preguntas sobre sus padres
que habían ido a Europa por el verano. Su hermano vivía en Sacramento y su
hermana en Washington.
—Ella odia la lluvia, sin embargo—dijo Jessica, —si no fuera por su novio y
el trabajo fantástico que tiene como ingeniero informático, creo que se
mudaría de nuevo en un latido del corazón. Ella se mudó sólo para salir de la
casa, creo. Siempre ha sido una especie de rebelde, supongo.
Craig levantó una ceja mientras dejaba el tenedor en la bandeja de cama.
Extendió la mano y rozó su mano primero sobre un pezón y luego el otro.
—¿Y tú? — le dio una sonrisa pícara. —Tengo la sensación de que eres una
de esas personas que va por todo lo que quiere hasta que lo consigue.
El cuerpo de Jessica hizo cosas locas mientras él la tocaba, y sintió más
calor por sus palabras.
—Siempre he tenido impulso, y trabajo duro. He tenido puras A desde que
estaba en la escuela primaria. El fracaso no es una opción.
—Me di cuenta. Pellizcó uno de sus pezones y ella jadeó. —Entonces, ¿qué
te hizo ir detrás de mí?
Se aclaró la garganta.
Serie Taboo 01
—Um, bien. No es sólo que eres apuesto, sino que pareces ser el tipo de
hombre que quiero conocer mejor.
—Y querías follarme. —Craig sonrió y le pellizcó los pezones sensibles. —
¿Cómo te sientes ahora?
—Dolorida—dijo, y Craig rió.
Él respondió a sus preguntas a cambio. No sólo tenía un policía por
hermano, sino que había dos hermanos más. Uno de ellos era terapeuta
físico y el otro era ejecutivo de una empresa.
—¿Están todos en el BDSM? —preguntó.
Craig se encogió de hombros.
—Dave lo está, obviamente. Drew y John se metieron en eso también.
Dave nos contó todo sobre eso cuando estábamos sentados una noche
viendo el fútbol, y a todos nos pareció que sonaba muy malditamente
caliente.
—¿Han hecho esto todos juntos?
Él negó con la cabeza.
—Dave nos contó sobre algunas fiestas y convenciones de BDSM y las
comprobamos. Nos gustó lo que vimos.
Jessica respiró hondo.
—¿Has “compartido” mujeres con todos tus hermanos?
—No. Él tomó una servilleta y se limpió los labios con ella. —Sólo con Dave
y sólo en un par de ocasiones. Eran sus sumisas en ambas ocasiones. Esta fue
la primera vez que compartí mi mujer con él.
Su estómago se disparó.
—¿Por qué yo?
Craig encontró su mirada.
—La verdad... yo no quería compartirte, quería mantenerte para mí. Pero
Dave pasó y pensé que podrías disfrutarlo. ¿Lo hiciste?
—Realmente lo hice, fue una experiencia que nunca olvidaré. —Hizo una
pausa-. —Pero yo sólo quiero estar contigo de ahora en adelante.
Eso sacó otra sonrisa de él.
—Me alegro de que sientas lo mismo que yo.
Serie Taboo 01
Serie Taboo 01
Su corazón latía. Mientras tomaba su mano, sacó las piernas por el lado de
la cama y él la ayudó a ponerse de pie. La besó suavemente luego le señaló
una puerta que conducía a lo que obviamente era el cuarto de baño
principal, pudo ver que era de mármol y bronce a través de la puerta.
Comenzaba a dirigirse al cuarto de baño cuando golpeó su culo, duro. Gritó y
le devolvió la mirada.
—No me hagas esperar demasiado tiempo—dijo con la mirada dominante
que significaba que estaban jugando roles de nuevo.
—Sí, profesor—dijo antes de ir al baño.
La ducha se sintió maravillosa, el calor del agua la alivio de los dulces
dolores en su cuerpo. Cuando terminó, se secó el pelo con un secador y
estudió su rostro en el espejo. Sus labios estaban hinchados de los besos de
Craig y cuando se volvió y miró por encima del hombro a su culo, vio que
estaba aún rosa de los azotes y las palizas.
Después de que su cabello se secó, lo esponjó alrededor de sus hombros,
abrió la puerta y salió del cuarto de baño. Fue una experiencia erótica
caminar desnuda, sobre todo cuando vio a Craig todavía en sus pantalones
vaqueros, una camiseta y un par de zapatillas de correr. Y su gran erección se
perfilaba claramente en contra del algodón de sus vaqueros.
—Te tomaste un tiempo demasiado largo, Srta. Grayson. Él tenía una
expresión severa. —Eso sólo te hizo ganar un segundo castigo.
Jessica se quedó sin aliento por la emoción y ese toque sensual de miedo.
¿Qué haría con ella?
—Lo siento, profesor—dijo.
—Ven. —Le tendió la mano y la tomó. Avanzó tan rápido que tenía
dificultades para mantenerse con él.
Una vez más, la condujo hasta el calabozo, abrió la puerta y la dejó dentro
antes de cerrar la puerta detrás de ellos.
—Esta vez, el timbre de la puerta puede sonar sin parar, pero no vamos a
detenernos, Srta. Grayson—dijo y Jessica trató de no sonreír.
—Sí, profesor.
La llevó hasta el sofá de aspecto extraño. La iluminación atenuada del
ambiente hizo a la escena parecer un poco exótica. El aire rozaba su piel
mientras ella se movía, y el aroma del almizcle era fuerte.
Serie Taboo 01
El sofá era difícil de describir. Tenía una enorme joroba a la izquierda que
se elevaba la longitud de un torso antes de curvarse de nuevo. El lado
derecho se veía casi como un sofá normal.
—Acuéstate sobre la joroba, Srta. Grayson.
Se arrodilló en el extremo más bajo y cubrió con su cuerpo la parte alta y
redondeada. La superficie estaba cubierta con un material de suave piel que
se sentía suave en sus senos y su pubis.
Craig le puso grilletes en las muñecas y los tobillos, extendiéndola amplia
mientras lo hacía, dejando al descubierto su coño. Frotó las manos sobre su
culo dolorido.
—Perfecto, murmuró. —Todo lo que hizo y dijo la encendió, y estaba tan
mojada que podía oler su propio almizcle.
Volvió el rostro para que su mejilla estuviera contra la piel y lo vio irse a la
pared de los juguetes. Regresó con una pelota verde con correas a cada lado
de ella y lo que parecía un tipo de escobilla de mano para barrer.
—Puesto que has sido tan mala, vas a obtener una paliza fuerte—dijo. —Y
no vas a ser capaz de gritar. Se trata de una mordaza de bola, y puedes
morderla cuando sientas algún dolor.
Jessica abrió la boca por la sorpresa y de inmediato deslizó la pelota
dentro todo lo que podía, atando luego las correas detrás de su cabeza. Con
los ojos muy abiertos, lo miró. No sólo no podía moverse, no podía hacer un
sonido. Un indefenso, aunque excitante sentimiento se apoderó de ella. Era
totalmente vulnerable y ni siquiera podía decir su palabra de seguridad.
Su mirada se encontró con Craig y parecía grave.
—Si en algún momento quieres que me detenga, levanta dos dedos. Va a
ser en lugar de la palabra de seguridad. ¿Entiendes, Srta. Grayson?
Su corazón latía con fuerza, ella asintió con la cabeza.
Cuando se movió hacia su espalda, un escalofrío se arrastró por su
columna vertebral mientras colocaba una de sus manos en la parte baja de su
espalda.
Frotó una mejilla de su culo con la mano en círculos lentos y sensuales.
Justo cuando ella comenzó a relajarse, la mano de Craig aterrizó duro en la
mejilla que había estado acariciando. Sus ojos se humedecieron y gritó detrás
de la mordaza de bola, pero no salió ningún sonido. Él la abofeteó de nuevo y
Serie Taboo 01
esta vez mordió la bola. Sus ojos se llenaron de lágrimas por el dolor
mientras la zurraba.
Pero fue tan extraño, cuanto más duro la zurraba, más húmedo se ponía
su coño, y más necesitaba venirse. Ella quería ser follada tanto que podía casi
gritar, y lo hubiera hecho si no fuera por la mordaza de bola. En lugar de eso
mordió sobre la bola y sintió el aguijón, la quemazón y el placer extraño que
venía con la paliza.
—Esto es por ser tan mala chica y venirte sin permiso—dijo Craig en una
voz severa. —¿Te vas a venir otra vez sin que yo lo diga?
Ella movió la cabeza de lado a lado, lo mejor que pudo con la cara contra la
piel.
Se detuvo bruscamente, y ella dio un suspiro de alivio. Dios, el culo
quemaba.
—Muy bien, señorita Grayson. Has tomado tu primer castigo bien. Ahora
el segundo.
Jessica casi gimió. Estaba amando esto, pero al mismo tiempo no sabía
cuánto más podía manejar. La estaba llevando hasta el límite.
Lo siguiente que sintió fue lo que tenía que ser la escoba siendo deslizada
suavemente sobre su culo. No estaba hecha de paja, sino de algo suave,
como hebras de fibra.
Se sentía tan bueno mientras él recorría con la escobilla sobre su culo, la
espalda, los muslos y, después, su coño.
Una vez más la azotó cuando comenzó a relajarse. Se quedó sin aliento por
la sorpresa. La escobilla no la afectó tan gravemente como los azotes lo
habían hecho, pero realzó las sensaciones en su culo, por lo que más lágrimas
fluyeron por sus mejillas. Esta vez le dio un manotazo a su coño, no tan duro
como en el culo, pero lo suficientemente fuerte que se sacudió con sorpresa.
Increíblemente, se acercaba más y más al orgasmo. Se retorció bajo sus
palmadas, frotando su pubis contra la piel, y tiró de sus ataduras. Un gemido
trató de escapar a través de la mordaza. Un gemido de dolor, placer y
excitación.
Craig se detuvo y tiró la escobilla a un lado y se dejó caer contra la piel,
relajando su cuerpo en el domo sobre el que estaba arqueada.
—Has manejado bien tus castigos. —Craig se subió al sofá detrás de ella y
sintió la aspereza de sus vaqueros contra su culo y muslos doloridos. Pero
Serie Taboo 01
aún mejor fue la erección muy desnuda que había liberado de su pantalón
que se presionó ahora contra su culo.
Jessica luchó contra sus ataduras, con ganas de tenerlo dentro de ella. Su
coño estaba en llamas, tanto por las palmadas como por la necesidad de
venirse.
Craig se inclinó sobre ella, su camiseta rozando su espalda, y le hizo
cosquillas en la oreja con su aliento. Se sentía tan bien tener su duro cuerpo
contra ella. Le gustaba la sensación de la ropa áspera contra su piel desnuda
y movió el culo para que la rozara la erección.
Su voz era profunda y sensual y la hizo temblar de necesidad.
—Te has ganado un buen polvo, bebé.
¡Sí, Dios, sí!
Estrelló su polla en su coño y ella quería gritar en éxtasis. Pero mordió la
mordaza de bola en lugar de eso y gimió.
—No te vengas sin permiso—dijo en un gruñido.
Craig la folló duro y rápido. Se condujo dentro y fuera sin piedad, tan
profundo y grueso, y tocando ese lugar dentro de ella que la estaba
volviendo loca. Esta vez las lágrimas escocían en sus ojos por la necesidad de
venirse. Estaba tan fuertemente restringida mientras estaba sobre la joroba
que apenas podía retorcerse bajo él.
Su cuerpo se apretó más y más fuerte hasta que ella estaba tan cerca del
orgasmo, en un borde que la hizo sentir como si estuviera en la cresta de una
ola antes de estrellarse contra la costa.
—Estás tan. Jodidamente. Apretada—gruñó Craig mientras sostenía sus
caderas y empujaba dentro y fuera a un ritmo alucinante. Sus vaqueros
restregaban contra su culo sensible, y movió las manos de sus caderas a sus
pezones, inclinándose para poder apretarlos y retorcerlos, mientras la
tomaba.
Jessica gimió y lloró, y luchó contra el orgasmo que estaba corriendo hacia
ella. Craig la llevó a lo largo de la cresta de esa ola, a lo largo de ella, a lo
largo de ella... Todo su cuerpo empezó a temblar, su mente giraba, su piel
hormigueaba.
—¡Ahora, bebé! —gritó.
Su orgasmo se estrelló contra ella con tal fuerza que sentía como si
pudiera rasgar directamente las restricciones y volar.
Serie Taboo 01
Todo su cuerpo estaba en llamas y se resistió tanto como fue posible por la
forma en que estaba clavada en el sofá y restringida. Craig no detuvo su
ritmo y ella quería gritar a medida que las olas pasaban a través de ella, una
tras otra, y tras otra. Se sentía como si nunca fuera a terminar. El placer casi
se convirtió en dolor porque no creía que fuera a sobrevivir otro orgasmo.
Craig dio un grito y apretó sus pechos duros. Sus caderas se sacudieron y
sólo la penetró unas pocas veces más antes de detenerse y apuntalarse
apretado contra su culo.
Parecía que su cuerpo se había rendido mientras se hundía contra ella en
la joroba de piel. Craig continuó retorciendo sus pezones, causando más
espasmos en su núcleo, apretando y soltando su polla dentro de ella. Sentía
el pulso de su polla que latía con su liberación.
Jessica gimió detrás de la mordaza de bola y sintió las restricciones
sosteniendo las muñecas y los tobillos en su lugar. Le encantaba la sensación
de su cuerpo sobre el de ella y no quería dejar ir este momento nunca.
No quería dejarlo ir a él, nunca.
CAPÍTULO 8
Serie Taboo 01
libertades, aceitando los lados de sus pechos y deslizando sus dedos por
debajo para pellizcar sus pezones.
Jessica se echó a reír. —Eres un profesor malo.
—Mmmm ... Él se acercó y le murmuró al oído, —Me gustaría follarte, aquí
y ahora, en
frente a toda esta gente.
Sensaciones de hormigueo bajaron por su espalda hasta el diminuto bikini
de tiras que Craig había comprado para ella. Su culo estaba completamente
desnudo, pero todo bronceado por todo lo que se habían asoleado en San
Diego, Los Ángeles, Tucson y ahora Hawaii, por lo que las marcas de color
rosa de ser azotada en realidad no se veían. Su coño dolía y estaba
humedeciendo el trozo de tela que cubría sus pliegues.
—Tienes tan buen culo, dijo mientras empezó a frotar el aceite primero en
una mejilla y luego en la otra. —Estoy tan dispuesto a follarlo otra vez.
—Y estoy tan lista para ti, dijo con voz ronca, que traicionó lo mucho que
lo deseaba. Otra vez.
Y otra vez. No se cansaba de él, y parecía que opinaba lo mismo sobre ella.
Craig pellizcó una de las mejillas de su culo dolorido por la paliza que le
había dado ayer por ser una chica mala. Ella le había molestado a propósito,
toqueteando su polla en público sin autorización y frotando el culo contra su
ingle con tanta frecuencia como le fue posible para hacerlo ponerse
completamente erecto.
Ella sonrió mientras él se movía hacia abajo para aceitar sus muslos y
pantorrillas. Había sido sólo una excusa para azotarla y follarla duro, y le
encantaba. A veces a propósito haría cosas que la metieran en problemas
para que la castigara de alguna manera erótica. Incluso llegaría al clímax sin
permiso sólo para meterse en problemas otra vez.
Craig se movió de nuevo hacia arriba en su cuerpo, frotando su carne
mientras movía las manos debajo de sus pechos para pellizcar los pezones. Él
se inclinó hacia ella y sintió el aroma de su carne caliente con el sol y el aceite
de coco.
Sólo podía imaginar su cuerpo pulido deslizando uno contra el otro y sus
pechos le dolían aún más a medida que él los acariciaba.
—Vamos a volver a nuestra habitación, señorita Grayson. Dio un mordisco
duro al lóbulo de su oreja y ella dio un pequeño grito. —Es hora de que te
Serie Taboo 01
castigue por no usar nada que te cubra en la playa hoy y dejar que todos los
hombres vean tu cuerpo perfecto.
Serie Taboo 01
Serie Taboo 01
Serie Taboo 01
FIN