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2
Contenido
Sinopsis ............................................................................................................................................... 4
Agradecimientos ................................................................................................................................. 5
Parte I .................................................................................................................................................. 6
Capítulo Uno ....................................................................................................................................... 7
Capítulo Dos...................................................................................................................................... 19
Capítulo Tres ..................................................................................................................................... 23
Capítulo Cuatro ................................................................................................................................. 31
Capítulo Cinco .................................................................................................................................. 48
Capítulo Seis ..................................................................................................................................... 57
Capítulo Siete .................................................................................................................................... 62
Capítulo Ocho ................................................................................................................................... 72
Capítulo Nueve.................................................................................................................................. 83
Capítulo Diez .................................................................................................................................... 88
Capítulo Once.................................................................................................................................... 96
Capítulo Doce.................................................................................................................................. 102
Capítulo Trece ................................................................................................................................. 117
Capítulo Catorce.............................................................................................................................. 127
Capítulo Quince .............................................................................................................................. 135
Capítulo Dieciséis ........................................................................................................................... 147
Capítulo Diecisiete .......................................................................................................................... 157
Capítulo Dieciocho.......................................................................................................................... 167
Capítulo Diecinueve ........................................................................................................................ 175
Capítulo Veinte ............................................................................................................................... 180
Capítulo Veintiuno .......................................................................................................................... 193
Capítulo Veintidós .......................................................................................................................... 198
Parte III............................................................................................................................................ 200
Capítulo Veintitrés .......................................................................................................................... 201
Capítulo Veinticuatro ...................................................................................................................... 209
Capítulo Veinticinco ....................................................................................................................... 225
Sobre las autoras ............................................................................................................................. 230

3
Sinopsis
Debo casarme con Sawyer Crescent.
La alternativa es ser desechada por mi clan.
Durante un año, me he preparado para mi deber.
Mis desamorados padres me han enviado desde Japón. Como kitsune1
albina con una sola cola, soy vista como un mal presagio, y este matrimonio es
la única manera de redimirme y ser amada por mis compañeros kitsunes.
¿El problema?
Sawyer ha quedado marcado por el amor en su pasado, y no quiere saber
nada de mí.
Mientras intento convencerle de que ambos estamos destinados a estar
juntos, percibo una conexión con otros dos hombres: Carter, el chico malo que
tiene problemas de control con la ira, y Nicholas, el sabio hombre que luchó en
una guerra hace muchos años.
Descubro que tengo tres compañeros, incluido Sawyer.
Pero ellos no lo están poniendo fácil.
Nunca lo es.

The Kitsune`s Pack: Libro Uno.

1
Kitsune: animal que constituye un elemento de singular importancia en el folclore japonés, hasta el
punto en que dicha palabra se utiliza tradicionalmente para nombrar a aquel espíritu del bosque con
forma de zorro, cuya función clásica es la de proteger bosques y aldeas.
4
Agradecimientos
A Taylor Lautner, por darme todas estas molestas fantasías de hombres
lobo.

5
Parte I

6
Capítulo Uno

El destino de todo mi clan pesa sobre el matrimonio por el que estoy aquí.
Durante las últimas tres horas, he viajado desde el aeropuerto en la parte trasera
de este pequeño auto gris. Me he sentado rígidamente, con las piernas apretadas
durante todo el viaje. El tiempo pasa lentamente, y cuando creo que nunca
llegaremos a mi destino, el auto entra por dos puertas de hierro forjado. Muerdo
el interior de mi mejilla mientras los latidos de mi corazón comienzan a
acelerarse, mi mente se despierta al hecho de que hemos llegado.
Mis pulmones se inflaman por una respiración profunda y me atrevo a
mirar por la ventana para ver dónde estamos: el castillo de Crescent. Mi
atención recorre los pilares arcaicos de la entrada. Estatuas de piedra de lobos
me saludan desde lo alto del edificio; criaturas malvadas y enojadas con caninos
afilados que sobresalen de sus bocas abiertas. Sus rostros están erosionados por
las manchas de agua y el musgo, los patrones que gotean les dan a las estatuas
máscaras diabólicas que no aseguran nada bueno para mi tiempo de estadía.
Aquí es donde la manada Crescent ha vivido durante cientos de años. Es donde
voy a encontrarme con el hombre que mi padre me ha ordenado que me case.

Mi conductor aparca en la rotonda. El motor se apaga cuando llegamos.


Ojalá mi pulso errático se apagara de la misma manera, pero se acelera como
un loco.

—Agarraré sus cosas del maletero, ojo-sama2 —dice mi conductor en un


japonés nítido. Es un joven kitsune de mi clan, y cuando termine de escoltarme,
regresará a Japón, dejándome sola aquí con los lobos, con los enemigos que no

2 Ojo-sama: Señorita en japonés.

7
conozco. Probablemente no le importaría si yo muriera aquí. Sus sonrisas no
pueden ser reales, no con la forma en que los kitsunes me detestan.

—Gracias —respondo en un suave susurro, con mis dedos temblando.


Casi puedo escuchar aullidos. Podría ser el viento, o al menos eso espero. Una
ligera llovizna golpea la ventana del auto, pero el sonido que hace es apenas tan
fuerte como los latidos de mi corazón.

Me muevo nerviosamente mientras espero a que mi conductor prepare


mis maletas. Hoy es el día en que me liberan de los kitsunes y también de mis
padres. Cuando miro mi muñeca, recuerdo destellos de mi memoria. Cicatrices.
Contusiones. Sangre. Mucha de mi propia sangre, el olor acre junto con náuseas
paralizantes. Mi padre derramaba mi sangre cada vez que no escuchaba, o tal
vez solo por el gusto de hacerlo cada vez que tenía un mal día. El recuerdo me
hace añicos, incitando otro ataque de ansiedad que se aprieta alrededor de mi
pecho.

Un escalofrío de miedo me recorre cada vez que pienso en él. Hace un


año, me dio una foto de alguien, exigiéndome que dedicara mi vida en esta
búsqueda. Si fallo, mi padre me desterrará o me obligará a afeitarme la cabeza
cuando regrese. Serviré como minko del clan, una doncella del santuario, en el
templo donde nadie quiere trabajar y vivir el resto de mis días célibe, sin amor
ni compañía.

Mientras pienso en la misión que debo completar, miro hacia abajo y saco
la foto de Sawyer, mirándola para calmar mis nervios, estoy aquí para
encontrarlo. Es el hijo del alfa aquí y tengo que casarme con él. No sé qué
esperar, pero ya he llenado mi cabeza de sueños nobles, he mirado la foto de
Sawyer cientos de veces, pienso en él cuando como, duermo y me baño. No es
una obsesión saludable, es más que un hombre lobo más. He construido esta
imagen de él, una que lo retrata como mi salvación.

Se abre la puerta del coche. Mi conductor está esperando.

—Sus maletas, ojo-sama —Hay dos bolsas colocadas frente a él, maletas
que contienen lo que necesito. Traté de traer la menor cantidad de artículos que
pude, por lo que las maletas son livianas. Deberían ser fáciles de llevar incluso
para los humanos.

8
—Gracias —digo de nuevo. Echo un vistazo de reojo al castillo, notando
su entrada amenazadora y poco acogedora. Hacerlo me recuerda lo fuera de
lugar que estoy aquí. Un miedo paralizante se apodera de mí, me frena. Es como
si un cartón estuviera envuelto alrededor de mis extremidades, lo que hace que
sea más difícil moverme.

—Es la primera vez que sale de Japón —dice el conductor. Mira hacia la
puerta principal del coche como si no pudiera esperar para volver a entrar y
salir—. Debe estar nerviosa.

Trago mientras me estabilizo.

—Mmm —La verdad es que estoy aterrorizada. Es la primera vez que


dejo el clan, y a Japón. Mis padres nunca me dieron mucha libertad al crecer.
Pequeña pajarita enjaulada, ese es el apodo que me dio mi mejor amigo, Ren.
Me dio un cálido abrazo antes de irme. Ren es mi pilar y será difícil vivir en
este castillo sin él.

—Está callada —continúa el conductor. Ha sido bastante amable


conmigo durante el viaje, aunque no estoy segura de que su amabilidad sea
genuina. Los japoneses tienden a ser demasiado educados, después de todo. Tal
vez en secreto está pensando lo peor de mí mientras finge una disposición
amistosa. Es difícil saber lo que está pasando por la mente de las personas, y es
difícil para mí confiar en mi propio clan, especialmente después de haber sido
tan herida por ellos—. Intente ser un poco más animada con el hijo del alfa.
Sonría más, ese ceño fruncido no es forma de ganarse el corazón de un hombre
—¿Es bueno su consejo? ¿O está intentando sabotearme?

Intento sonreír, levantando torpemente los bordes de mis labios. Estoy


segura de que en su lugar le he hecho una mueca.

—Eso es... un intento.

—Lo siento —respondo, alisando mi mano por la parte delantera de mi


vestido—. No hay muchos motivos para sonreír en casa.

—Es usted muy bondadosa, ojo-sama. El clan echará de menos las


grullas que nos das —Está mintiendo. He visto esas grullas aplastadas y tiradas

9
en los contenedores. Mis intentos de dar buena suerte a los kitsunes sólo son
vistos como inconvenientes.

El conductor levanta las bolsas del suelo.

—Puedo llevarlas a su habitación.

—Está bien.

—No es mucha molestia-

—Quiero hacer esto yo misma —digo. Después de que entre al castillo,


descartaré mi lado kitsune por el de hombre lobo. Se supone que esta es mi
oportunidad de una nueva vida, con Sawyer Crescent mostrándome el camino.
No más palizas, no más reglas estrictas. Estar con los hombres lobo será un paso
lejos de mis padres, y tal vez eventualmente la libertad. Intento verme más alta,
levantando la barbilla, pero el peso del miedo arrastra mis hombros hacia abajo
de nuevo.

Puede que le esté dando demasiado crédito a Sawyer. Quiero


preocuparme menos por él, pero he fantaseado demasiado con él, para mí, el
será amable, cariñoso y tierno, se supone que es mi compañero, después de todo,
y la niña enamorada que hay en mí todavía quiere creer en la salvación que trae
el romance. Quizás Sawyer no me mire como si fuera un fenómeno. Todo el
mundo en casa siempre me miraba de forma extraña por la forma en que nací.

—¿Está segura de eso? —pregunta el conductor—. Puedo ayudar-

—Puedo parecer pequeña —digo—, pero soy una cambia-formas,


Matsumoto. Somos fuertes. Yo misma puedo llevar estas bolsas —¿Sueno
demasiado terca? Si le hablara así a mi padre, recibiría una paliza.

Se queda con la boca abierta, pero respeta mis deseos y da un paso atrás.
Se inclina en un ángulo de noventa grados.

—Disfruta su tiempo en el castillo, ojo-sama. Deseo que nos traigas


buenas noticias.

—Haré lo mejor que pueda.

10
Al irse, Matsumoto no se despide de mí. Observo cómo se sienta en el
asiento del conductor y se aleja del camino de entrada. Lo miro, reuniendo mis
nervios mientras desaparece por la puerta, dejándome aquí con la manada de
Crescent. Me quedo ahí en las sombras de la noche mucho después de que él se
haya ido. Él fue mi última conexión con el clan Saito, y ahora se ha ido. El auto
acelera, alejándose por el camino sucio y mugriento que está justo afuera de las
puertas del castillo.

Las gotas de lluvia me hacen cosquillas en las mejillas y caen por un lado
de mi cara. Las densas nubes arriba me dicen que la lluvia se volverá más pesada
a medida que la noche se oscurezca. No puedo quedarme frente a la entrada por
mucho tiempo. Eventualmente, tendré que presentarme a los hombres lobo.
¿Cómo son los hombres lobo? He escuchado historias de ellos y, en
comparación con los kitsunes, se supone que son más rudos. Soy mitad hombre
lobo, mitad kitsune. Debería encajar aquí ya que una parte de mí es igual que
ellos... ¿verdad? El viento fresco acaricia la piel de mis brazos, provocando que
se me ericen los vellos de punta. Probablemente sean solo mis nervios los que
provocan tal reacción. Después de todo, los inviernos de Hokkaido3 son mucho
menos indulgentes que las temperaturas aquí.

Recojo mi equipaje del suelo y me dirijo a la entrada.

Entonces, llamo.

Eso es todo.
He esperado toda mi vida una razón para dejar a los kitsunes.

Es hora de conocer a Sawyer Crescent.

*****

Mi garganta esta seca y, ahora que lo pienso, no he bebido mucho


desde que llegué al aeropuerto. Me quedo mirando la imponente puerta de roble

3 Hokkaido: es la segunda isla más grande de Japón.

11
con la garganta reseca, el estómago revuelto y el nerviosismo a mil. La chica
esperanzada y deslumbrada en mí piensa que Sawyer podría abrir la puerta. Me
imagino que me reconocerá como su prometida y comenzará a mostrarme los
alrededores. Estará allí con su cabello castaño y sus penetrantes ojos azules.
Entonces él sonreirá y yo me enamoraré, todo estará bien. Tendremos hijos
kitsune y hombres lobo, y nunca más tendré que volver a casa en Japón para
enfrentar a mis padres.
Esos pensamientos esperanzadores no logran detener el cosquilleo que
siento en la punta de mis dedos. Estoy demasiado distraída por los vientos
fantasmales y las ramas de agujas que me rodean.

Mis ojos se abren cuando mis sentidos se ponen en alerta, mi visión se


vuelve más clara en la oscuridad. Empujo mis tobillos hacia arriba y hacia abajo
mientras me poso fuera de la puerta del castillo con anticipación,
preguntándome cuándo aparecerá Sawyer y me dará la bienvenida a su casa.

La puerta cruje al abrirse, gimiendo por su propio peso. Intento poner una
sonrisa, la misma que Matsumoto me pidió que usara, pero no es Sawyer quien
me saluda. Es una mujer de rostro delgado con el cabello cuidadosamente atado
en una trenza que le cae por el pecho. Tiene la piel suave y bronceada y un
cuello elegante.

—¿Hola, en que puedo ayudarte? —ella pregunta.

Es casi aplastante cómo ella no es Sawyer, pero trato de no mostrar mi


obvia decepción.

—Soy la nueva novia —digo, mi inglés teñido por un ligero acento


japonés—. Enviada por los kitsunes.

—¡Ah! —Sus ojos recorren mi cuerpo—. Esa chica. No esperaba que


fueras tan...

—¿Pálida? —pregunto.

—Te hace falta un poco de color.

—Soy albina —Cuando mi madre me vio por primera vez, lloró y le


preguntó a Dios por qué nací así. A diferencia de otros kitsunes, solo tengo una
cola en lugar de las nueve habituales. A los ojos de mis padres, soy una
12
abominación. He aprendido a vivir con el rechazo, pero no es fácil de soportar.
Mis padres me han visto como un fracaso desde el día en que nací. Soy un signo
de mala suerte.

La mujer se frota la nariz.

—Puedo verlo. Claramente.

Me muerdo la lengua

—¿Vas a mostrarme los alrededores o simplemente te quedarás aquí


boquiabierta?

Ella sonríe.

—Tienes una gran boca.

Me sonrojo, preguntándome si había hablado con demasiada confianza.

—Está bien. Aquí en Crescent nos gustan nuestras chicas luchadoras.

Trato de no quedarme boquiabierta. Es la primera vez que alguien me


dice que soy luchadora.

La mujer inclina la barbilla hacia arriba. Se hace a un lado, dándome


espacio para entrar, y subo los escalones para pasar junto a ella. Es una cabeza
más alta que yo, por lo que su altura me intimida. Por otra parte, todo en el
castillo me asusta. Quedarme en el clan kitsune toda mi vida no me ayudo a
desarrollar valor. Quiero creer que soy más valiente de lo que realmente creo
que soy, aunque eso podría ser exagerado.

Entro al enorme edificio. La mujer cierra la puerta detrás de ella, cortando


la luz de la luna del interior. El castillo es gótico, oscuro y enorme. Se dice que
alberga al menos a doscientos miembros de la manada Crescent, la manada más
grande de los Estados Unidos.

—Te darán una habitación al lado de donde se alojan la mayoría de las


chicas Crescent —dice la mujer—. Soy Isabelle, por cierto.

—¿Cuándo podré conocer a Sawyer?

13
—Mmm. Tu prometido, ansiosa por conocerlo, ¿eh?

Muevo mi nariz.

—Eso es un hecho. He viajado hasta aquí para verlo.

—No le gusta que le digan qué hacer —dice Isabelle—. Buena suerte
tratando de que te conozca solo porque tú quieres que lo haga. Sawyer... —Ella
niega con la cabeza—. Trata de evitarlo —Enderezo mis hombros mientras mi
curiosidad se despierta, pero Isabelle se guarda la información que tiene de
Sawyer para sí misma. Su evitación del tema me hace pensar, y busco en mi
mente la única imagen que tengo de Sawyer.

Me da una vibra oscura cada vez que miro su foto. En esa foto, no hay
ninguna sonrisa en sus labios, solo una expresión tensa con cejas arrugadas. Me
pregunto si siempre se ve tan severo. A pesar de su aspecto estoico, me sonreirá,
con suerte. Seremos compañeros, y el apareamiento es una de las cosas más
sagradas que pueden hacer los hombres lobo y los kitsunes.

Isabelle me mira con una ceja mientras caminamos por el castillo.

—Eres una kitsune. Sawyer es un hombre lobo. ¿Cómo va a funcionar


eso?

—¿Apareamiento?

—Sí.

—Pasó con mis padres. En realidad, solo soy mitad kitsune. Entonces,
sabemos que los kitsunes y los hombres lobo pueden aparearse —Mi madre es
una mujer lobo, casada con el clan kitsune para fortalecer las relaciones. Sin
embargo, nació de un linaje distinto al de los hombres lobo Crescent, lo que
deja la relación del clan Saito con los Crescent aún en mal estado.

Isabelle entrecierra un ojo.

—Ehm, ¿Es por eso que eres albina, porque eres una mestiza?

—No lo creo. Podría ser que sea solo otro percance genético.

—Sin embargo, tu cabello es muy bonito a la vista.

14
Pellizco un mechón de mi cabello.

—¿Perdón?

—Es muy blanco. Como la nieve.

Aprieto mis labios.

—Eres la primera persona además de Ren en decirme eso —La mayoría


de los otros kitsunes no podían dejar de mirar boquiabiertos el extraño color de
mi piel o mis ojos rojos. Me trataron como si fuera un bicho raro. He estado
pensando en Ren en todo el viaje aquí, ya que él fue quien me dio palabras de
aliento antes de irme. Ren y yo crecimos juntos y él siempre me eclipsó. Lo
estoy recordando cuando Isabelle me libera de mis pensamientos que me
distraen preguntándome:

—¿Quién es Ren? ¿Otro chico enamorado?

Niego con la cabeza.

—Es como un hermano mayor para mí. Un amigo de los kitsunes.

—Ya veo. Bueno —dice Isabella, subiendo la mano por la barandilla de


las escaleras—, el Gran Hermano ya no estará aquí para protegerte. No quieres
estar al final de la manada —Se vuelve hacia mí y me ofrece un encogimiento
de hombros con un solo hombro—. Apesta ser la omega más débil. Estar allí
hará que te molesten mucho.

—¿Cómo termino allí? —Mi respiración se acelera ante la conversación


sobre la jerarquía de la manada. El concepto me resulta tan extraño.

—Siendo manipulable. Podrías terminar en algunas peleas aquí y allá.


Eso es un hecho ya que somos lobos. Si tienes suerte, Sawyer podría decidir
intervenir y ayudarte. Eres su prometida. Si eres realmente su compañera, serás
beta por defecto.

Alfa. Beta. Omega.

15
Los kitsunes no tienen esa jerarquía de manadas. Tratamos de trabajar
simbióticamente, como un todo, con el meishu4, mi padre, guiándonos y
llevando al clan.

Leí sobre cómo funcionan las jerarquías sociales de los lobos antes de
venir aquí, leyendo algunos pergaminos de nuestra biblioteca en Japón. Los
hombres lobo a menudo tienen un alfa y el resto son betas. Algunas betas se
destacan por ser más dominantes, por lo que se denominan lunas, y las más
débiles de la manada se conocen como omegas. Al contrario de lo que su
nombre indica, las omegas no son inútiles. El clan todavía los acepta y se ocupa
de los suyos, pero tienen que hacer la mayor parte del trabajo doméstico, como
cocinar, limpiar y cuidar de los cachorros. De hecho, disfrutan de esas tareas
porque se acoplan con sus personalidades.

—Si Sawyer responde por mí, voy a ser una beta —digo, esperando que
Sawyer entre en mi imagen.

Isabella se ríe.

—Estás tan segura de que él intervendrá y te salvará.

—Siempre he querido que él sea ese tipo de persona —Leal. Bravo.


Dispuesto a protegerme.

Debes dedicar tu vida a esta persona, padre me dijo el día que anunció
mi boda. Envuélvete con pensamientos sobre él para que sepas cómo
complacerlo. Hasta ahora he hecho lo que me dijo mi padre. Soy buena en eso,
ya que eso es para lo que me han entrenado.

Llegamos al final de la escalera. El segundo piso del castillo es un poco


más brillante que el primero.

—Puede que te estés adelantando —dice Isabella—. Sawyer apenas sabe


que existes. Se dice que solo se enteró de la boda la semana pasada.

—¿Y cuál fue su reacción cuando se enteró de la noticia? —Una chispa


de esperanza se enciende dentro de mí, pero me preparo para la decepción. La
esperanza puede ser algo cruel.

4
Meishu: Señor de la luz, líder del clan.
16
—No lo sé. Es un tipo esquivo. No estaba allí para ver qué tenía que
pensar al respecto.

Suspiro. Soy un manojo de nervios, mis emociones cambian de un lado a


otro ya que no tengo idea de qué esperar con este nuevo lugar. Mi mirada busca
el castillo, volviéndose tan desenfocada como mis pensamientos, cuando veo
algo por el rabillo del ojo. No puedo creerlo al principio. ¿Debo seguir
caminando para no ser una entrometida? Pero luego la imagen se vuelve más
clara y tengo que saber qué está pasando.

Me detengo en seco. Isabella no se da cuenta, continúa caminando hacia


adelante mientras enfoco mis ojos en las sombras oscuras a mi lado. Allí, veo a
dos hombres besándose, sus cuerpos presionados uno contra el otro, sus manos
explorando la piel del otro. Es de mala educación fisgonear o mirar, pero no
puedo apartarme, embelesada por lo sensuales que se ven los hombres. Mis
mejillas se calientan por la vista tentadora mientras mi interior se enrolla.

Las maldiciones de Osyn. Ellos lucen hermosos, uno de ellos tiene el pelo
rubio arena y el otro hombre más alto es moreno. Sus cuerpos están cincelados,
firmes, pero es la pasión con la que se besan lo que hace que el deseo me recorra.
Meto la lengua entre los dientes.

Mira hacia otro lado, Hana. Mira hacia otro lado.


—¿Vienes? —pregunta Isabella—. ¿Qué estás mirando?

Uno de los chicos escucha a Isabella y se aparta de su compañero. Obligo


a apartar mis ojos de él, sin dar tiempo suficiente para que nuestras miradas se
crucen. Rápidamente me apresuro, uniéndome a Isabella.

—Nada.

—¿Son esas bolsas demasiado pesadas? —ella pregunta.

—N-no, están bien —Se me seca la garganta.

Ella huele.

—Entonces trata de seguir el ritmo.

17
—Mm. Sí —Mientras hablo con Isabella, puedo sentir el calor de los ojos
de los hombres recorriendo mi espalda. Flexiono la mandíbula y sigo
caminando, usando toda mi determinación para no darme la vuelta. Siento que
los pillé en el acto de algo sagrado y mi presencia fue grosera e intrusiva.

Pero también había algo más que se encendió en mí cuando los miré. La
sensación de que los tres estábamos juntos. Que debería estar entre ellos,
besando como ellos se besaron. Podría ser que mis hormonas femeninas actúen
mal, pero estoy medio convencida de que están sucediendo cosas sobrenaturales
por aquí, porque mi piel hormiguea con un tirón que me empuja hacia esos tipos.
Incluso ahora, después de separarme de ellos y seguir a Isabelle, tengo ganas de
correr hacia ellos y rozar mi boca con la de ellos.

—A menudo estás aturdida, ¿no? —Isabelle pregunta.

Me lamo los labios con nerviosismo, sintiendo como si Isabelle me


hubiera pillado en un acto malo. No estoy acostumbrada a pensamientos tan
sucios.

—No en realidad no. Solo estaba... no importa.

—Tu habitación está más adelante. Nuestro alojamiento aquí es cómodo,


por lo que probablemente te gustará.

—Muchas gracias por mostrarme el lugar.

—Lo menos que puedo hacer por la miembro más nueva de nuestra
manada —Ella sonríe, luego continúa caminando hacia adelante, sin darse
cuenta de lo fuerte que mi corazón está latiendo.

18
Capítulo Dos

El matrimonio está programado para el próximo mes. Debería ver a mi


prometido pronto, pero todo lo que tengo de Sawyer en este momento es mi
imaginación, historias que he escuchado de otros kitsunes y una foto de él que
se está desgastando en sus bordes.
—¿Cuándo podré verlo? —le pregunto a Isabelle mientras me muestra
mi nueva habitación. Es un área pequeña con una cama para una sola persona,
un tocador y una tenue iluminación naranja. El castillo Crescent es gigantesco.
Hemos pasado por demasiados pasillos para llegar a esta habitación, y no sé si
puedo llegar a la salida sin perderme si es necesario.

Isabelle se rasca la nuca.

—Te dije que no puedo darte una respuesta, cariño. Nadie le da órdenes
a Sawyer. Las únicas personas a las que escucha son quizás Nicholas y Carter.
Incluso su propio padre tiene problemas para lograr que escuche. Es una
maravilla por qué aceptó este matrimonio en primer lugar —Ella hace una
pausa—. Quizás no lo ha hecho.

—¿Nicholas y Carter?

Isabelle hace un gesto hacia un lugar junto a la cama, donde puedo dejar
mi equipaje.

—Carter... —Su expresión se vuelve amarga—. Él y Nicholas son lunas


poderosas, al igual que tu prometido. Y si no fuera por Sawyer, probablemente
serían los siguientes en la línea alfa. Sin embargo, no quiero hablar de Carter.
Puede irse a la mierda.

19
Entrecierro los ojos. Algo debe haber sucedido entre este tipo Carter e
Isabelle, pero no entrometo.

—De todos modos —dice ella—, eres una novata total aquí, ¿no?

Paso mi lengua por mis labios. Se sienten secos.

—Sí. Es mi primera vez en el castillo, y considerando que nunca me había


presentado aquí antes, esperaba más un saludo de los hombres lobo.

—Tal vez sea porque el alfa aún no sabe que estás aquí. Le avisaré de tu
llegada. Quédate quieta y uh... —Isabelle camina hacia el tocador cercano y
saca un bolígrafo de su bolsillo. Apresuradamente, garabatea algo—. Llámame
si necesitas algo.

Le quito el papel y noto los números escritos en él. No sé qué hacer con
ellos.

—¿Llamar? No creo que pueda.

Me lanza una mirada de desconcierto.

—¿Qué quieres decir?

—No tengo un teléfono celular. En realidad, nunca había usado uno.

Su boca se adelgaza.

—¿Me estás tomando el pelo?

—Mmm, ¿no?

—Esto tiene que ser una especie de broma. Todo el mundo ha usado un
teléfono celular antes. Este no es el siglo XIX5. El teléfono es una forma de
vida, más importante que Jesús por el amor de Cristo. ¿Cómo te mantienes
conectada?

Me siento en la cama y cruzo las manos, sintiéndome de repente culpable


por no tener un teléfono.

5
Siglo 19.
20
—Nunca se me permitió tener uno, ya que mi familia es estricta con esas
cosas. No estoy segura de lo que me estoy perdiendo. No estoy segura de que
me estoy perdiendo.

Isabelle me mira parpadeando.

—Me estás haciendo pensar que los kitsunes son un grupo atrasado.

—No todos ellos. Solo yo.

—¿Por qué?

—Razones —Aparecen en mi mente imágenes del bastón de mi padre.


Mentalmente, las alejo.

Isabelle sigue mirándome como si fuera un pájaro con dos cabezas. Me


sorprende que esté más desconcertada por mi falta de teléfono celular que por
lo albina que soy. La gente siempre se centra en mi piel pálida y blanquecina.
Cada vez que estoy cerca, actúan como si un fantasma sin color hubiera venido
de visita.

—Hablaré con el alfa y veré si de alguna manera puede conseguir que


Sawyer te conozca. Y también te conseguiré un teléfono. ¿De qué otra manera
vas a llamar a tu familia?

—Esperaba que ustedes, los lobos, pudieran ayudarme a enviar cartas.

Isabelle bufó.

—¿Cartas? ¿En esta época? Ciertamente, no. La gente envía mensajes de


texto en estos días —Ella avanza lentamente hacia la salida—. Vuelvo
enseguida.

Un minuto después, Isabelle sale por la puerta, dejándome sola en mi


nueva habitación, me golpea una sensación de soledad. Por otra parte, siempre
me ha seguido. Ser la pequeña de los kitsunes hizo eso. Mamá y papá siempre
pensaron en aislarme por ser la vergüenza de la familia.

Este matrimonio...

21
Padre dice que es para lo único que sirvo. Una vez que esté hecho y
pertenezca a Sawyer, los hombres lobo y los kitsunes pueden reunirse,
renunciando a sus rencores, al menos temporalmente, para unirse y enfrentarse
a los cazadores.

Eres importante por una vez, Hana, me dijo mi padre antes de irme. No me
falles como nos has fallado todos estos años.
Como la hija mayor de la familia Saito, no debería ser albina, de una cola
o tan indeseable como soy. Esta es mi oportunidad de demostrarles a mis padres
que puedo serles útil. Que ya no tienen que mirarme con esos ojos fríos y duros.

Debo casarme con Sawyer.

No hay otra opción.

22
Capítulo Tres

Estoy leyendo una novela ligera japonesa cuando Isabelle irrumpe en


mi habitación. Me asomo desde la parte superior del libro y la miro con
expresión burlona.
—Estoy de vuelta, cariño —dice Isabelle, llevando una caja en sus
manos. Hace una pausa, mirando alrededor de mi habitación—. Este lugar se ve
más ordenado de lo que estaba cuando te dejé por primera vez —Han pasado
dos horas desde que Isabelle se fue.

Marco mi novela y la dejo en la cama.

—Cambié algunas cosas —Recién comencé a leer mi libro. Antes,


mientras esperaba que Isabelle regresara, tuve que desempacar mis pertenencias
y darme una ducha.

—Eres realmente ordenada, ¿eh?

—Mis padres me han enseñado a no ensuciarme —Limpiar la habitación


también hizo maravillas para ayudarme a calmarme. Estoy nerviosa por conocer
a mi prometido, pero aún no ha venido a visitarme.

—Es bueno tener modales, pero casi me asusta un poco lo ordenado que
es este lugar.

—¿No limpias a menudo?

Isabelle agita su mano frente a su cara.

23
—Oh, no, soy una vaga total. Ni siquiera doblo mi ropa y soy demasiado
vaga para intimidar a una omega para que me ayude a doblarla.

Miro su camisa arrugada, notándolo solo después de que ella señaló su


falta de pulcritud.

—Es un buen hábito. Evita que aparezcan arrugas en la tela.

—Uhh. Realmente no me importa. De todos modos, toma.

Me sobresalto, reaccionando por instinto cuando Isabelle arroja la caja


que me ha estado sosteniendo. Casi lo dejo caer, pero lo balanceo en mis brazos,
luego lo dejo en mi regazo. Paso mis dedos sobre la superficie lisa de la caja,
luego levanto una ceja hacia Isabelle.

—Es un teléfono nuevo. Samsung. Ultima edición.

Miro el objeto como si fuera una abominación.

—Bueno, ¿qué estás esperando? Ábrelo.

Doy la vuelta a la caja, la inspecciono y encuentro la pegatina en su


costado. Lo abro con cautela, todavía preguntándome qué voy a hacer con el
teléfono en nombre de Osyn.

Isabelle continúa:

—El alfa me dice que ahora es mi trabajo mostrarte los alrededores, así
que supongo que estarás conmigo hasta que decida presentarte al clan durante
la boda. El objetivo es que te sientas cómoda y acogedora con los Crescents
antes de que comience la boda, de modo que, cuando se te presenten como la
nueva novia de Sawyer, los hombres lobo la aceptarían sin dudarlo —Ella
chasquea los dedos.

—¡Uhm! —me pregunto por qué esta caja tiene tantos componentes. Hay
un compartimento en la parte superior del teléfono, que tengo que quitar, y
cables que no estoy segura de dónde pegar. Parece que los cables podrían
enredarse fácilmente. ¿La gente normal realmente vive con esas cosas todo el
tiempo? ¿Cómo no se quejan del desorden y el revoltijo?

24
—Todavía es de día, así que no hay mucho que hacer. Muchos de los
lobos prefieren descansar durante el día ya que somos criaturas nocturnas.

—Voy a tener que adaptarme a eso —digo, sosteniendo el teléfono,


pesándolo con la palma de la mano—, ya que los kitsunes prefieren el día.

—Es solo una cuestión de ajustar los ciclos de sueño. Si tienes hambre
ahora, puedo traerte un bocadillo, pero la mayoría de nosotros nos reunimos a
las ocho en el comedor para cenar... eh, bueno, desayunar. Sin embargo, si
quieres verlo, Sawyer estará allí, así que puedes echarle un vistazo, pero no
estoy segura de que quiera una audiencia contigo.

—Soy su prometida.

—No sé cómo se siente al respecto. Todo el asunto del matrimonio se le


metió por la garganta. ¿No te preocupa en lo más mínimo que se trate de un
matrimonio arreglado? ¿No tienes otros chicos que quieran que vuelvas a casa?
—Pienso en Ren y en cómo nos llevamos él y yo, pero nunca lo había visto de
esa manera. Ren es como un hermano para mí. Aparte de eso, no tengo buenas
relaciones con nadie más.

Niego con la cabeza.

—No en realidad no. Espero que le guste a Sawyer.

Isabelle pone los ojos en blanco.

—Estás suspirando tanto por él que suenas patética.

—¿Perdón?

—Solo voy a citar el dicho de una abuela de aquí. “Siempre terminas con
el hombre que más te ama”. De esa manera no los persigues y a los hombres les
encanta ser perseguidos

Ladeo la cabeza, sin saber de dónde viene Isabelle.

Ella agita su mano frente a su cara.

—Vamos a arreglarlo con el teléfono, ¿de acuerdo?

25
—Parece brujería —Abro el manual de instrucciones. Soy muy versátil
en inglés, porque mi padre siempre se aseguraba de que asistiera a las lecciones.
Aun así, los botones son complicados.

Ella resopla.

—¿Brujería? Apenas. Ni siquiera me hagas empezar con las brujas.

Isabelle pasa la siguiente hora ayudándome con el Samsung,


enseñándome cómo cargarlo, apagarlo, revisar las contraseñas y todo eso.
Agrega su propio número a mi lista de contactos para que pueda enviarle un
mensaje de texto o llamarla si hay algo urgente. Y me presenta el concepto de
“aplicación”. Todo es muy complicado y confuso, pero con la práctica, creo que
puedo hacer que funcione. Le hablo de Ren, mi mejor amigo de los kitsunes, y
me dice que una vez que obtenga su número, podré llamarlo por video y ver su
cara. Estoy deseándolo. Será agradable ver una cara familiar estando tan lejos
de casa.

—Eso es —dice Isabelle—. Juega más con el teléfono y avísame si tienes


más preguntas.

Lo levanto, señalando el dispositivo.

—Muchas gracias.

—No hay problema. Creo que el alfa tiene algunos teléfonos de repuesto
por ahí. Es un hombre muy rico.

Isabelle se va, diciendo que tiene otros asuntos importantes de los que
ocuparse, pero menciona que volverá cuando sea el momento de dirigirse al
comedor.

—Explora el castillo si quieres, pero trata de no alejarte demasiado. No


quiero que te pierdas ni nada.

—¡Oh, sí! —asiento con la cabeza—. Seguro.

Diez minutos después, estoy caminando por un castillo extraño con un


teléfono nuevo. No me atrevo a alejarme demasiado de mi habitación, así que
tomo nota mental de la distribución del castillo, observando los retratos, los

26
candelabros y las cortinas que decoran el lugar. Busco la ventana más cercana
y me poso en el alféizar de la ventana. Las vistas son extrañamente relajantes a
pesar de lo oscuro que es este lugar. Más allá del Castillo Crescent hay muchas
colinas. El castillo está lejos de la ciudad y la civilización, lo que brinda a los
hombres lobo mucha privacidad.

—¡Sawyer!

Me sobresalto ante la voz aguda, girando hacia mi izquierda.

La figura de un hombre en sombras arrastra a una mujer hacia una pared.


Entrecierro los ojos, buscando en la oscuridad, luego veo al hombre tirando de
sus brazos alrededor de la mujer, arrastrándola hacia su musculoso pecho. Se
besan frente a mí, sus lenguas luchan por el dominio mientras ambos
permanecen ajenos a mi presencia.

—¿Podemos conseguir una habitación al menos? —dice la mujer—.


Alguien podría vernos.

Mi vista está oscurecida desde este ángulo, y la curiosidad se enciende en


mí, así que me empujo desde el alféizar de la ventana y finjo ser un transeúnte,
acercándome, lo veo una vez que tengo una mejor vista. Es Sawyer. Es tal como
lo recuerdo en mi foto, con su cabello despeinado y ojos pensativos y
entrecerrados. Es más alto de lo que imaginé. La imagen lo hacía parecer más
pequeño de lo que realmente es en la vida real.

No me nota cuando paso junto a él y la mujer. O tal vez lo hace, pero no


le importa mirarme, demasiado ocupado divirtiéndose. Su espalda está
presionada contra la pared, y abraza a la mujer contra su cuerpo, ambos
respirando con dificultad.

La agarra por la cintura, con la otra mano ahuecando su nuca.

—Mmm —continúa la mujer—. Estoy tan contenta de que me hayas


elegido, Sawyer.

Mi boca se seca mientras el dolor se abre paso a través de mi estómago.


El aguijón de la traición me da ganas de vomitar. La parte lógica de mí advierte
que Sawyer nunca me traicionó; nunca nos habíamos conocido, por lo que no
es posible que sienta nada por mí, mucho menos un sentimiento de lealtad. Aún
27
así, los celos se clavan en mi pecho como si fueran púas raspando mi piel, y no
quiero nada más que arrancarle los ojos a la mujer. Puedo oler su excitación
desde aquí, húmeda y llena de lujuria. Sawyer tocándola la ha puesto de mal
humor.

—Dame un segundo —le dice Sawyer a la mujer. No escucho ningún


afecto en su voz. La empuja lejos de él, luego me mira. Sus escalofriantes ojos
azules se fijan en los míos, atravesándome y haciendo que mi interior se
estremezca. Siempre imaginé que nuestro primer encuentro sería menos...
traumático. Esperaba que al menos me reconociera, pero me trata como a un
extraño. Sin apenas reconocer que soy su prometida, pregunta—: Lo siento,
¿puedo ayudarte?

Me congelo en el acto. Sawyer me está hablando de una manera fría y


dura. De la misma manera que mi Padre me habla a veces. Me vuelvo muda,
perdiendo el control de mi voz. Ojalá pudiera volverme invisible o tal vez
escapar hacia la pared para que tanto el mundo como yo podamos fingir que no
existo. La pregunta de Sawyer resuena en mis oídos. Quiero decir algo
inteligente, impresionable, pero todo lo que puedo hacer es un débil movimiento
de cabeza.

Sawyer aprieta a la mujer con más fuerza.

—Entonces, ¿puedes dejarnos en paz? Es grosero mirar fijamente.

No sé si Sawyer también lo siente, pero hay una atracción, una fuerza


sobrenatural que me atrae hacia él. Lo sentí en el momento en que escuché a la
mujer decir su nombre. Es un sentimiento indescriptible que me grita,
obligándome a reclamarlo como mi compañero. ¿Es esto solo una atracción
unilateral? Duele. El rechazo se hunde en mi carne como dientes afilados, y mi
corazón se siente como si se estuviera rompiendo en pedazos, al igual que la
forma en que mi padre rompió la grulla de origami 6 que le di. ¿Qué pasará con
el matrimonio de cuento de hadas que imaginé? ¿Dónde está el amor que
anhelo?

Se me llenan los ojos de lágrimas cuando Sawyer me despide. Considero


pisotear a la mujer para apartarla de él. Debería mantenerme firme y defender
6
Origami: es un arte que consiste en el plegado de papel sin usar tijeras ni pegamento para obtener
figuras de formas variadas, muchas de las cuales podrían considerarse como esculturas de papel.
28
mi derecho. Soy su prometida, no ella, se supone que ella no es nada para él.
Ella es simplemente otra loba. ¿Es posible que ella tenga una conexión con
Sawyer similar a la que ahora me invade?

Habla, Hana. Tengo que apostar mi reclamo.

Pero no hablo. En cambio, retrocedo como un ratón tímido y bajo la


barbilla, apartando la mirada de Sawyer y la mujer.

—Yo... me iré. Perdón por molestar.

Me marcho, caminando a paso rápido y con el corazón magullado, esto


es injusto, demasiado injusto. Mi corazón se acelera con tanta fuerza que me
cuesta respirar. Sangre de Osyn, estoy actuando patética, debería ser más fuerte.
Quiero poder defender lo que quiero, y lo que deseo es Sawyer.

—¿Viste el color de su piel? —Escucho a la mujer decir mientras me


retiro.

—Olvídate de ella —dice Sawyer—. Ahora, saca tu maldita lengua.

Ella se ríe.

Más y más de mí muere por dentro a medida que amplío el espacio entre
Sawyer y yo. Corro por el pasillo y me apresuro a entrar en mi habitación. Cierro
la puerta de golpe, luego apoyo mi espalda contra ella, mis dedos tiemblan y las
náuseas toman el control de mi estómago. La angustia que me traga se vuelve
insoportable.

Repetidamente, me digo a mí misma que soy estúpida por haber tenido


tantas esperanzas.

No soy nada para Sawyer. Sin conocerlo, le di demasiado crédito.

Estás suspirando tanto por él que suenas patética. Las palabras de


Isabelle suenan claramente en mi mente, golpeando fuertemente contra las
paredes de mi cabeza.

Se supone que estoy acostumbrada al rechazo, así que no debería ser tan
doloroso. Aun así, mi pecho se aprieta, me acurruco en el suelo de la habitación
y tiemblo. Yo no lloro, quiero creer que soy lo suficientemente fuerte para
29
contener las lágrimas. Pero mi cuerpo se estremece por la angustia, mi estómago
se aprieta, las náuseas se arremolinan a través de mi vientre.

30
Capítulo Cuatro

No he superado lo de Sawyer Crescent. Es una locura pensar que mi


corazón puede estar roto por un chico que nunca había conocido antes, pero
culpo a mis sueños y al apego que he construido hacia él debido a que lo veo
como un escape.
Nos vamos a casar, ¿no? Es mi deber como clan asegurarme de que eso
suceda, y tal vez en ese momento, pueda hacer que se enamore de mí.

Alguien llama a mi puerta mientras me aplico maquillaje en la cara. Es


importante verse bonita para la gente nueva; las primeras impresiones importan.

—Adelante —le respondo.

Isabelle entra un momento después. Se ha cambiado a una ropa nueva,


una camiseta negra ajustada que abraza su forma ágil. Ella usa jeans sobre sus
delgadas y largas piernas. Isabelle se viste de manera informal, pero parece una
diosa.

—Luces fuera de si —dice, atornillando su nariz.

—Hmmm —Cierro mi caja de corrector y la vuelvo a poner en mi estuche


de maquillaje.

—¿Es porque extrañas tu hogar?

El hogar no tiene nada que ver con eso. Ignoro la declaración de Isabelle,
dándome la vuelta para poner un rostro confiado. Ya no puedo ser tan patética
como lo era. El objetivo de que me vaya de casa es desarrollar valor.

31
—Es hora de comer, ¿verdad? ¿Estás aquí para llevarme al comedor?

—Sí. Vienes también —Me hace señas para que avance, saliendo de mi
habitación. Rápidamente agarro mi nuevo teléfono antes de correr tras ella.

Caminamos una al lado de la otra, pero principalmente con Isabelle


liderando el camino a seguir. Ella me mira, su cola de caballo se agita detrás de
ella mientras se mueve.

—¿Tuviste la oportunidad de explorar el lugar antes?

—Sí.

—¿Y qué piensas del castillo?

—No llegué muy lejos.

—¿Por qué no?

—Vi algo.

—¿Cómo qué?

Me quedo en silencio. Recordar a Sawyer besando a esa perra hace que


mis órganos se retuerzan por todos lados. ¿Tuvieron sexo? Ciertamente, parecía
que iban a hacerlo.

—Algo desagradable.

—No hay muchos detalles para continuar. ¿Se trata de Sawyer?

Mi respiración se queda atrapada en mi garganta.

—Quizás.

—Te voy a dar una advertencia justa, cariño, porque estás soñado con él.
Sawyer es... un jugador. No trata bien a las mujeres. Él toma a las chicas y tiene
una fila de corazones rotos detrás de él porque eso es en lo que es bueno. Todas
las lobas del clan lo quieren. Por supuesto que sí, es guapo, un bombón, pero
¿él y los otros dos? Lo único que hacen es lastimar a las chicas.

—¿Los otros dos?

32
—Sí. Siempre está con Carter y Nicholas. Hay un rumor de que están
juntos... Ojalá lo hubiera sabido antes de Carter... Ugh, lo que sea.

—Espera ¿qué? —¿Qué quiso decir con “juntos”?

—Es solo un rumor, nada más.

Antes de que pueda hacer más preguntas, Isabelle se detiene frente a una
gran puerta arqueada. La empuja para abrirla y una cacofonía de ruido viene del
interior, jugando hacia mí. Oigo el tintineo de los utensilios, el parloteo y los
gruñidos.

—Bienvenida al comedor, cariño —dice Isabelle.

*****

Los Crecents son la manada de hombres lobo más grande de Estados


Unidos, por lo que no es de extrañar que el comedor esté lleno de ellos. Están
sentados en mesas cuadradas que están esparcidas por el pasillo de manera
desordenada, y en cada mesa hay una linterna. El techo es alto. Las pieles de
animales cubren desde arriba, cubriendo las ventanas que recubren el gran
interior.
—No siempre tienes que comer aquí —dice Isabelle, apoyando las manos
en las caderas—. Muchos hombres lobo eligen cocinar en sus propios
apartamentos.

—¿Apartamentos?

—Uh, las habitaciones más amuebladas del castillo. Son prácticamente


apartamentos —Cambia su peso de un pie al otro—. Vivo en uno.

—Realmente no tienes que estar aquí conmigo, entonces, si tienes una


cocina.

—Nah. Paso por el comedor todas las noches para mi comida principal.
Soy demasiado vaga para cocinar. Es un dolor de cabeza —Suspira—.
33
Entonces, cómo funciona aquí es que vas para allá, donde las omegas están
sirviendo la carne. Toma un plato para ti y encuentra un lugar para sentarte. Si
no puedes encontrar un asiento, entonces tiene que conformarte con el piso.

—¿No podrían haber proporcionado suficientes asientos?

Isabelle se encoge de hombros.

—Creo que el alfa decidió que es necesaria una competencia sana.


Queremos que los lobos estén siempre al tanto de sus posiciones. De esta
manera, estarán nerviosos y siempre listos para pelear.

—Entonces, ¿luchan por sus asientos?

Isabelle asiente.

—Más o menos.

Contemplo mis alrededores y veo a un hombre lobo en media forma. Su


forma humana parece bastante normal, pero sus brazos son enormes y peludos.
Gruñe, luego agarra el hombro de un hombre que se ocupaba de sus propios
asuntos. De manera grosera, arroja al hombre a un lado, arrojándolo al suelo. El
macho se encoge, huyendo del matón. El matón procede a situarse donde estaba
sentado el macho.

Miro la escena con aprensión, luego le digo a Isabelle:

—¿No crees que será mejor comer en tu casa? Puedo cocinar o algo así.
No quiero preocuparme de que me tiren de mi asiento cuando estoy comiendo,
y conociendo mi estúpida racha de suerte, lo más probable es que me molesten.

—Lo siento —dice Isabelle—. No tengo comida en mi refrigerador, a


menos que cuentes el jugo de tomate como comida.

—¿Jugo de tomate?

—Oh, sí, eso es lo mejor.

Intento ocultar mi extraña mirada y redirigir mi atención a la cena. Mi


estómago gruñe, pero no estoy en ningún estado de ánimo para luchar por la
comida.

34
—Nos llevaré algunas porciones —dice Isabelle—. Búscanos un asiento.

—Espera —Extiendo mi mano hacia ella, Isabelle se aleja, mi súplica cae


en oídos sordos. Vuelvo la mirada hacia el comedor abarrotado y veo otra pelea
que tiene lugar en la esquina de la habitación. La vista no me anima mucho.

Maldita sea, Isabelle. La miro mientras corre hacia la mesa atendida por
omegas. Mientras tanto, me muevo nerviosamente en mi lugar, sin el coraje que
Ren me dice que tengo.

A este paso, seré yo la que sirva comida como una de los omegas, lo que
honestamente no suena tan mal. Mientras no me golpeen, no creo que me
importen las tareas adicionales. Veo un par de asientos vacíos justo enfrente de
mí, abandonados por dos lobos que recientemente terminaron de comer.
Siguiendo un impulso, me apresuro, me abro paso entre algunas personas y me
meto en el primer asiento con el que me encuentro. Mi corazón late
desordenadamente en mi pecho mientras me pregunto de dónde saqué mi coraje.

Tan pronto como me acomodo, me doy la vuelta y miro por encima del
hombro para asegurarme de que nadie se apresure hacia mí para sacarme de mi
nuevo lugar. Mi guardia está levantada, y por una buena razón.

Siento que una mano se dobla sobre la manga de mi brazo y me


sobresalto, volviéndome hacia la izquierda para encontrarme con unos ojos
ocres llamativos. Hay pequeñas motas plateadas en los tibios ojos marrones de
esos iris. Mi pulso se acelera cuando reconozco a este hombre y al otro que está
sentado frente a él. Los vi a los dos antes, besándose en el pasillo. Me recuerda
al diablo mientras me mira, con una sonrisa en su rostro.

—Vaya, vaya —dice el hombre—. Un placer conocerte. Soy Carter.

—C-carter —digo. Es difícil sacar las palabras de mi garganta cuando


estoy así de alarmada. Estudio su despeinado cabello rubio. Es tan largo que
termina en sus hombros. Su rostro está esculpido y afilado. Hay una ligera barba
incipiente ensuciando su mandíbula, y cada centímetro de su cuerpo está hecho
de músculos duros—. Hola —¿Hola? ¿Eso es lo mejor que se me ocurre?

35
Carter suspira. Dejo que mis ojos se detengan en su boca. Se ve suave a
pesar de sus rasgos duros, y siento la necesidad de presionar mi pulgar en su
labio inferior. Me atrae tanto como a Sawyer.

Carter me mira, sin decir una palabra más. Hay hambre en la forma en
que mira. Mis dedos de los pies se curvan cuando pruebo la tensión palpable
que se acumula entre nosotros.

—¿Tu nombre? —Carter pregunta, rompiendo el silencio.

Me muerdo la lengua, puedo olerlo tan claramente con mis sentidos


intensificados. Su olor es el de hojas quemadas, un aroma embriagador,
ceniciento pero natural.

—Hana —digo con un susurro.

—No eres una loba —dice. Levanta mi brazo y acerca mi mano a su nariz.
Luego, olfatea—. Tu aroma es más dulce, como flores. Y... —Un gruñido
retumba desde su garganta—. Es una fragancia increíblemente sensual.

Aguanto la respiración.

—¿Sensual?

—Hana, ¿verdad? Si surge la oportunidad, me gustaría mucho


encontrarme entre tus piernas.

Mis mejillas se enrojecen mientras la vergüenza se apodera de mí.

—No creo haberte escuchado con claridad.

—¡Ah!, te gusta cuando repito cosas sucias, ¿no? —Se pasa la lengua por
la boca y su sonrisa se convierte en una mueca—. Eres una criatura interesante
y deliciosa, Hana, te encuentro muy atractiva. Tu olor me hace querer
reclamarte, follarte, y sería preferible que gritaras cuando te metiera la polla.

Parpadeo, luego me giro rápidamente para inspeccionar mi entorno para


ver si alguien escuchó lo que dijo Carter. Nadie en el clan kitsune se atrevería a
pronunciar tales cosas en voz alta. Somos una raza más que modesta, guardando
nuestros actos sexuales a puerta cerrada. Alejo mi brazo del agarre de Carter,
mi mente adormecida.
36
—Carter —advierte el hombre sentado al otro lado de la mesa—, estás
olvidando que estoy aquí.

Carter chasquea la lengua.

—Lo siento, solo me distrae Hana aquí, ella me obliga. Hay un tirón que
siento, como el de... de... —Sus ojos se abren—. Mierda, es ella, ¿no?

—¿Ella? —pregunto.

—Nada —Carter parpadea y niega con la cabeza como si se despertara


de una pesadilla.

—Es como si tuviéramos un vínculo de compañeros—dice Nicholas,


sonriendo.

¿Un... vínculo de compañeros? ¿Es eso cierto? Lo sentí la primera vez


que mis ojos se posaron sobre Carter. Lo mismo para el hombre al otro lado de
la mesa. Es como si los tres estuviéramos conectados.

Carter se pone rígido cuando Nicholas lo menciona, su sonrisa se


convierte en un gruñido.

—No. Ya no tengo compañeras.

—¿Ya no? —pregunto—. ¿Has estado-

Gruñe, así que dejo caer la pregunta, tirando de mis hombros hacia atrás
para agregar más espacio entre él y yo.

Este es el peor lugar que he tomado. Debería haber encontrado a una


dulce chica lobo para sentarme junto a ella, pero hasta ahora, parece que no hay
muchas de ellas alrededor.

—Si él es Carter —le digo, girando hacia el hombre sentado frente a él—
, entonces tienes que ser Nicholas.

Nicholas guiña un ojo. Dirijo mi atención hacia su rostro afilado. Tiene


el pelo corto y negro, ojos verdes, y parece diez años mayor que Sawyer y
Carter. Los hombres lobo y los kitsunes viven hasta los doscientos años, y
después de los dieciocho, su envejecimiento varía mucho, por lo que no puedo

37
estar completamente segura de la edad de Nicholas. Comparado con los otros
dos, Nicholas es enorme, con brazos grandes que parece que me romperían en
dos con un solo abrazo.

—Eso es correcto —dice. Me sonríe, y no es como la sonrisa


condescendiente que Carter me había ofrecido. Nicholas tiene una disposición
tranquila y sabía que proyecta un aura de seguridad—. ¿Eres nueva aquí?
Hueles diferente, no como cualquier otro lobo

—Huele como si fuera otra persona a la que follar —dice Carter, con los
hombros rígidos—. ¿Qué tal si te encuentras conmigo afuera después de que
terminemos de comer? Puedo mostrarte un buen momento, bonita —Esta vez
hay algo diferente en sus amenazas. Su voz es temblorosa, como si estuviera
tratando de demostrarse algo a sí mismo.

Nicholas bufó.

—Ni siquiera me has preguntado si te dejaré tenerla.

—Demonios, eres molesto —dice Carter—. Bueno, ¿puedo?

—Primero necesitarás el permiso de Hana. No se puede follar a una dama


si ella no da su consentimiento. Eso es simplemente malo.

Carter se está acercando demasiado, y por mucho que quiera sentir mi


piel contra la suya, trato de cambiar el tema; esto me está haciendo arder de
adentro hacia afuera.

—No soy completamente una loba, si preguntas por el olor.

La expresión de Carter se oscurece.

—¿Qué diablos eres, entonces? —Siento un muro a su alrededor.


Mantiene la guardia alta, pero no puedo entender por qué es tan inflexible en
tener un tono grosero conmigo.

—Una kitsune. La mitad, en realidad.

—¿Una de esas ratas de Japón? —Pregunta Carter—. ¿Por qué estás


aquí?

38
—No somos ratas.

—Eres diminuta comparada con nosotros los lobos.

—Somos una subespecie.

—Inferiores.

—¿Perdón? —Extiendo la mano y agarro el tenedor de la persona que


terminó antes que yo. No me enojo fácilmente, pero Carter me pone de los
nervios con la forma grosera en que habla.

Se encoge de hombros.

—Dilo como es. Ganamos la guerra con ustedes hace cien años, ¿no es
así? Y todo el mundo sabe que Osyn es un hombre lobo. Llegamos primero, lo
que significa que tenemos que ser más fuertes.

—Tal vez somos una versión mejorada de los de tu clase —digo con un
susurro.

—¿Mejorada? —suelta—. Dice la chica albina. Joder, es tan pálida.

Sus palabras siguen cortándome, y ahora estoy segura de que no quiero


que me toque.

—Carter —comienza Nicholas—, ya basta.

—Los kitsunes no pertenecen aquí, enana —dice Carter—. No eres parte


de la manada. Sin embargo, aquí estás, tratando de comer con nosotros como si
fueras uno de nosotros. Es desagradable.

—Estoy aquí para casarme con Sawyer.

—¿Casarte con quién? No quiero creerlo, maldición.

—Soy su prometida, enviada aquí por mi clan. Se supone que nuestro


matrimonio reunirá a los hombres lobo y los kitsunes.

Nicholas asiente.

39
—Sawyer nos lo contó, y los rumores se están extendiendo, pero la
mayoría de la manada tiene problemas para creer que Sawyer aceptara casarse
así.

—Probablemente todavía está follando a Dezra —murmura Carter.

Otro cuchillo se clava en mi pecho. Me levanto del asiento, decidiendo


que ya he tenido suficiente de la presencia de Carter. Sus palabras son hirientes,
pero al lobo arrogante no parece importarle lo malo que suena.

—¿Adónde vas? —Carter dice, agarrándome del brazo y tirándome hacia


abajo de nuevo—. Nadie dijo que te pudieras ir —Toma otra respiración
profunda—. Aún no he terminado con tu olor.

—¿Por qué... por qué eres tan grosero? —pregunto.

—¿Grosero? —Carter gruñe—. ¿Así es como me estás describiendo?

—Es porque normalmente consigue a la chica que quiere —responde


Nicholas—. A las chicas le gusta cuando es así de presuntuoso. Demuestra lo
alfa que es.

—Lo mismo contigo —dice Carter.

—Prefiero la persecución de formas más... sutiles.

—Entonces, ¿cuál es el problema con tu piel y tus ojos? —Pregunta


Carter—. ¿Es porque eres uno de los kits? La mayoría de ellos tienen pelaje
blanco, ¿no?

—Por favor, para —No disfruto que me miren como si fuera un


espécimen.

—¿Sabes tan dulce como hueles?

—Para...

—¿Los kits ronronean cuando son follados? Escuché que eso sucede a
veces.

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Su tono condescendiente me enfurece, así que me pongo de pie,
levantándome, mientras apunto con el tenedor a la cara de Carter. Lo esquiva y
luego me agarra del codo.

—Mierda —dice, agarrándome por la cintura.

No soy nada violenta. Son mis padres los que me agreden y no al revés,
así que no estoy segura de lo que me pasó. Estar al lado de Carter hace que mis
emociones se vuelvan locas. Tiene un efecto sobre mí que es preocupante.

—Me estabas molestando.

—¿Molestando? —Carter gruñe, su cabello rozando mi cara. Siento su


pecho retumbar contra mi espalda y su dureza presionando contra mi trasero.
No hay contacto piel con piel, pero el calor de su toque se filtra a través de la
tela, tentándome con una promesa—. Solo estoy tratando de hacerte saber
cuánto te deseo, pequeña kit.

—Por favor déjame ir. Se supone que debo casarme con Sawyer.

—Está con nosotros, ¿sabes? Si eres su perra, también estarás en nuestro


pequeño equipo. Cuando te haya llenado con su polla, quiero mirar.

Entonces, los rumores de que los tres estaban juntos son ciertos.

—Carter, retrocede —dice Nicholas—. Está temblando.

—Bueno, yo estoy jodidamente temblando, ella trató de apuñalarme. ¿No


viste eso?

—Controla tu temperamento.

—Contrólate tú, joder.

Nicholas suspira.

—No soy yo el que pierde la cabeza por un tenedor.

—Lo siento —le digo, sin quererlo realmente—. Eso fue un error.

—Sí, no suenas muy arrepentida.

41
En ese momento, Isabelle se detiene ante a la escena, sosteniendo dos
platos en sus manos. Una vez que me ve en apuro, los coloca en la mesa junto
a nosotros. La mayoría de los lobos en el comedor nos están mirando, curiosos
por la conmoción.

—Carter —dice Isabelle con veneno—. Déjala ir. Ella está bajo la
protección del alfa hasta la boda, y si se lastima, él va a joderme.

—Isabelle —dice Carter, entrecerrando los ojos.

—¿Ese es mi nombre? —Isabelle responde—. Gracias por recordarme.

Escucho a Carter exhalar profundamente. Me empuja lejos, hacia


Isabelle.

—Tenla. Terminé con ella por hoy.

Por hoy. Lo que significa que volverá a buscarme.

—No la lastimarás, Carter. Ella no es otra de tus perras.

—Sí, no lo es —lo escucho murmurar para sí mismo, confundiéndome,


y luego pregunta—: Oh, ¿cómo tú?

Sus ojos brillan. Da un paso adelante y me tira para que quede detrás de
ella.

—Lo que me hiciste... no es algo de lo que debas estar orgulloso.

—Nunca dije que estaba orgulloso de ello.

—Vamos, Hana —me dice.

—¿Yéndose tan pronto? —Carter dice, dirigiendo su declaración hacia


mí—. Tendrás mi atención por el día si quieres. Puedo cambiar de opinión
acerca de haber terminado contigo. Todo lo que tendrás que hacer es decir “por
favor”.

—Prefiere sentarse en el suelo —responde Isabelle en mi nombre—. Ella


no necesita escuchar más de tus burlas.

42
*****

—Es un plato a base de carne —digo metiendo el estofado en mi boca.


No es tan malo sentarse en el suelo. Hacemos eso en Japón todo el tiempo,
descansando con las piernas dobladas y sobre tatamis7. No veo la necesidad de
luchar por un asiento. Fue una maldita idea estúpida colocarme al lado de
Carter.
Isabelle se encoge de hombros.

—Supongo. Los hombres lobo no son exactamente conocidos por ser


vegetarianos.

—Sabe extraño —Estoy acostumbrada a comer pescado crudo y no carne


guisada como esta. Los sabores son contradictorios y los pequeños trozos de
verduras no se mezclan bien con la salsa. Me llevará un tiempo adaptarme a la
diferencia de sabores.

—No es humano, si eso es lo que te estás preguntando.

—Ni siquiera se me pasó por la cabeza —He oído hablar de historias en


las que los hombres lobo se alimentaban de humanos, pero también es de
conocimiento común que los Crescent se alimentan de animales, como la
mayoría de los de su especie en estos días. El único peligro es durante la luna
llena, cuando algunos lobos se enfurecen y comienzan a desear matar.

—No somos los Delvares.

—¿Todavía existen? —Los Delvares son más una leyenda urbana. Son
una manada devoradora de humanos que se dice que se esconden en las
Montañas Apalaches.

7
Tatami: Las esteras denominadas como tatami son un elemento muy característico de las casas
japonesas, que se usaban para recubrir todo el suelo en las habitaciones más destacadas que eran
colocadas en un peldaño inferior, al ras del suelo de entrada.
43
—Oh sí. Su alfa vino aquí el mes pasado, pidiendo refuerzos ya que los
cazadores están muy furiosos —Isabelle mastica su estofado—. Los cazadores
se están volviendo más poderosos. Tal vez necesitemos a Osyn para salvarnos.

—O una alianza.

—Todavía estás insistiendo en ese matrimonio, ¿no?

—Contaba con Sawyer.

—¿Para?

Trago.

—Para dar algo de esperanza.

Isabelle bufó.

—No es el símbolo de la esperanza.

Seguimos comiendo en silencio cuando otro pensamiento cruza por mi


mente.

—¿Qué pasó entre Carter y tú? —pregunto suavemente. No es un asunto


en el que deba entrometerme, pero con el tirón del compañero que siento con
él, me interesa todo lo que lo involucra, incluso si es un individuo malhablado.

—Ah —dice Isabelle—. Se me escapó, ¿no? —Ella se inclina hacia atrás


y me inspecciona—. Ahora, mírate, toda curiosa e interesada en los detalles. Te
advertí que te mantuvieras alejada de esos tres. Sawyer, Carter y Nicholas son
solos problemas.

—Si no quieres decírmelo, no tienes que hacerlo —Es una pena, porque
me gustaría escuchar lo que Isabelle tiene que decir.

Seguimos comiendo sin decir una palabra más, e Isabelle suspira, luego
se vuelve hacia mí con la resignación plasmada en su rostro.

—Carter y yo solíamos salir. Bueno... salir... uso ese término libremente.

Hago una pausa a medio masticar.

44
—Hm —Los celos se vuelven en mi pecho, pero trato de no mostrarlo,
prefiriendo mantener una máscara de calma. Isabelle debería estar de mi lado,
pero mis instintos kitsune se hacen cargo, y no puedo evitar estar cegada por su
pasado con Carter. Ella hizo un reclamo sobre lo que ya estoy considerando que
es mío. Me muerdo la lengua, sorprendida por mi fuerte reacción.

Isabelle continúa, su mirada se aparta de mí.

—Él y los otros tres son unos mentirosos que atraen a las mujeres con sus
encantos. Una vez que obtengan lo que quieren, las descartarán. Estaba
enamorada de Carter durante más tiempo. No es raro que las chicas de Crescents
lo deseen, ya que es la segunda luna más fuerte, justo debajo de Sawyer, y sabes
cómo nos atrae la fuerza de los lobos. Por un minuto, me hizo creer que yo era
algo para él. Venía a mi habitación por la noche y, durante un día, me dejaba
acompañarlo a todos lados. Quería pensar que era especial. Diferente, y especial
a las otras chicas que no había querido antes —Ella niega con la cabeza—. Fui
estúpida. Le di a Carter mi virginidad un día después de que comenzara a
cortejarme, y después de eso, se aburrió. A la mañana siguiente, lo encontré con
otra persona. Una visitante de otro clan. Me dejo jodidamente destrozada.

Mis celos desaparecen tan pronto como escucho la historia de Isabelle.

—Lo siento.

Isabelle respira por la nariz.

—No hay nada de qué lamentar. Jugó conmigo y ahora soy más fuerte.
Dos años después, jugué con su hermano pequeño. Lo engañe durante cuatro
meses antes de romperle el corazón del pobre niño al rechazarlo frente a todos
sus amigos de una manera dura.

Entrecerré los ojos.

—¿Hiciste qué?

—Somos lobos. No jugamos bien. Carter me lastimó, así que decidí


lastimarlo de otras maneras.

45
No sé si sentir repugnancia por Isabelle o admirarla. Dudo que sea capaz
de lograr lo que sea que ella hizo. Suena cruel y despiadado, pero sus acciones
también requirieron habilidad con el engaño. Se me da mal decir mentiras.

Mientras como, el sabor del guiso se vuelve cada vez más suave. Me atrae
Carter, pero es alguien que aplasta corazones sin pestañear. Si el destino hace
que me conecte con un hombre como él, ¿en qué me convierte eso?

—Mi consejo —dice Isabelle—, es que te olvides de esos


rompecorazones y encuentres a alguien que realmente merezca tu amor. Será
más fácil de esa manera.

—¿Qué pasa con la boda? Es en un mes.

—Puedes casarte de nombre, pero no estar realmente enamorada.

—Puede que sea demasiado tarde para eso.

Isabelle ladea la cabeza en cuestión.

Dejo mi plato de comida terminado y cruzo las piernas.

—Me enamoré de Sawyer antes de venir aquí.

Isabelle gritó.

—Eso es una tontería. La cosa más tonta que he escuchado en mi vida.


No es Sawyer de quien estás enamorada, el amor no funciona de esa manera.

—¿Y qué?

—Simplemente estás obsesionada con la imagen que tienes de él. Creaste


una identidad falsa de Sawyer y proyectaste tus emociones en ella. Solo
olvídalo.

—No puedo.

—¿Y por qué no?

—No puedes olvidarte del destino. No es solo la boda lo que me atrae


hacia él —Son muchas razones. Conflictos, dolorosos—. Yo... creo que Sawyer
y yo somos compañeros destinados.
46
Isabelle se resiste.

—¿Sabes raros que son los compañeros destinados, dulzura?

—Extremadamente.

—No he oído hablar de uno en mi generación, y también se saltó la


generación de mis padres. Los hombres lobo en estos días eligen aparearse. No
es el destino ni nada por el estilo.

—Es mi instinto.

—Tu instinto no siempre es correcto.

—Quizás —Mis hombros caen—. Supongo que puedes decir que soy
estúpida.

—Los lobos son así. Nuestro lado animal puede volvernos bastante
tontos.

47
Capítulo Cinco

—¿Quieres enontrarlo? —Isabelle pregunta mientras me acompaña a la


biblioteca
—¿A Sawyer? —Los hombres lobo no son particularmente conocidos
por sus habilidades literarias, pero se dice que el castillo alberga la biblioteca
más grande que contiene literatura sobre lobos. No tengo mucho más que hacer
en el castillo, así que Isabelle sugiere que pase mi tiempo con la nariz metida
en un libro. De todos modos, tengo el hábito de leer, e Isabelle cree que es mejor
para mí ceñirme a eso antes de introducirme en el cautivador mundo de la
televisión.
Asiento con la cabeza, mis pies raspan las baldosas.

—Él podría haberme ignorado porque no sabe que soy su prometida, así
que lo que sea que pasó pudo haber sido un simple malentendido. No es bueno
emitir juicios sobre él antes de tener una charla cara a cara.

—¿Te estás escuchando, dulzura? —Isabelle niega con la cabeza—.


Estás poniendo excusas para él. Es obvio que el hombre no siente nada por ti.

—No me ha conocido todavía.

—¿Y vas a perseguirlo? —Ella gruñe—. No estás escuchando ninguno


de los viejos dichos, ¿verdad? Nunca persigas a los hombres, haz que vengan
tras de ti y si no le agradas al que te gusta, déjalo ir.

—No dejas ir a un alma gemela.

—¿Alma gemela? Ya estás de nuevo con lo del verdadero compañero.

48
—No sabes lo que sentí, ese tirón. Estoy segura de que él también lo
sintió.

Isabelle se detiene junto a una puerta. Se apoya en la pared y cruza los


brazos sobre el pecho

—Si quieres ir y que te rompan el corazón, adelante. Estoy bastante


segura de que todo este asunto de ustedes se debe al hermoso rostro de Sawyer.
Es difícil olvidarse de esos ojos. Tiene a todas las lobas de su edad —Ella suelta
un profundo suspiro, luego mueve su mano frente a su cara—. Si quieres ser
estúpida, te dejaré, pero no quiero ser parte de eso.

—No te estoy pidiendo que lo seas.

—Tendré que hacerlo cuando todo esto termine. Vendrás corriendo hacia
mí con lágrimas rodando por tu rostro, y tendré que mostrarte los mejores
restaurantes de aquí para tratar de animarte mientras lloras con pañuelos de
papel.

—Eso no sucederá.

—Suenas demasiado confiada. Es tu obsesión, puedo ver las estrellas en


tus ojos, y es tan obvio cómo tu enamoramiento te deja ciega.

—¿Dónde crees que está Sawyer ahora?

Isabelle mira su reloj.

—¿Vas a correr tras él después de que te lo diga?

Aprieto mis labios juntos.

—Lo harás, ¿no es así? Maldito infierno. Ahora me pregunto por qué te
acompañé hasta la biblioteca.

*****

49
Isabelle habla por experiencia, pero quiero creer que ella se equivoca. La
chica enamorada que hay en mí está desesperada.
Desesperada por escapar de mis padres.

Desesperada por una conexión.

No es el estado de ánimo más saludable, y no me agrado por ser tan


necesitada, pero durante demasiado tiempo, he imaginado una vida mejor aquí
con los Crescents. Parte de esto es el tirón que siento por los muchachos, pero
la otra es simplemente el miedo al rechazo. Si Sawyer no quiere casarse
conmigo y decide que prefiere divertirse con otras chicas, me enviarán a casa.
Mi padre me castigará por mis fracasos y volveré a quedar atrapada.

Paso los dedos por el pilar que bordea el jardín principal del castillo.
Isabelle me dijo que Sawyer estaría aquí y que, si quería encontrarlo, tendría
que ir por mi cuenta. No quería alentar demasiado mi comportamiento tonto.
Isabelle sigue diciendo que soy una tonta. Es solo porque no entiende lo que es
estar sola con los kitsunes, rechazada por tener una sola cola y asustada de lo
que papá pueda hacerme.

Veo a Sawyer sentado en un banco junto a la fuente. Tiene una pierna


doblada sobre la otra, con un libro en la mano. ¿Debería estar mirándolo así, sin
decir nada? Tendré que calmar mis nervios y caminar hacia él eventualmente si
quiero hacer algo más que quedarme boquiabierta. No es correcto estar
merodeando así. Además, no está haciendo mucho bien.

—Puedo sentir tu presencia —dice, sin levantar la vista de su libro.


Empuja el flequillo de su rostro, revelando más de su fuerte línea de la
mandíbula—. ¿Vas a quedarte ahí para siempre?

Mi corazón late más rápido en mi pecho. Sabe que estoy aquí. Me urjo a
moverme hacia él, pero mis pies de repente se sienten diez veces más pesados.
Hay mucho en juego aquí. ¿Qué pasa si digo algo incorrecto y le doy una
impresión equivocada? Quizás ya hice eso cuando lo encontré a él y a Dezra.

Cierra su libro y despliega sus piernas, inmovilizándome con sus fríos


ojos azules. Un escalofrío recorre mi espina dorsal y él se levanta para pararse
antes de caminar hacia mí. El aire cae, enfriándose hasta convertirse en un
escalofrío abruptamente, pero la mirada de Sawyer se siente como un calor
50
líquido a través de mi piel. Finalmente, mi cuerpo decide escuchar y doy un
paso adelante.

—Tú —dice Sawyer—. Estabas allí en el lado de las chicas del castillo.

Intento sonreír, pero accidentalmente hago una mueca.

—Ahí es donde me quedo. ¿No es extraño que estuvieras allí? Se supone


que no debes estar donde están las chicas.

—Tenía asuntos pendientes y puedo estar donde diablos quiera.

Una punzada atraviesa mi pecho. Asuntos pendientes. Si así es como


quiere decirlo...

—¿Me has estado siguiendo? —pregunta Sawyer.

—No —Aprieto mis manos en puños—. Pero estoy aquí para verte.
Quiero, eh, hablar de algunas cosas, porque no estoy segura de que conozcas la
situación.

Me olfatea.

—Hueles diferente. ¿No eres un lobo?

—Kitsune.

Los ojos de Sawyer se ensanchan mientras digo la palabra, la


comprensión lo recorre.

—Eres esa perra.

—¿Eh?

—Eres con quien mi padre quiere que me case. No me dijo que eras tan
pálida —A pesar de que él critica el color de mi piel, me mira como si estuviera
embelesado, su atención se fijó en mí como si fuera una joya rara—. Estás...
joder, realmente estás aquí, ¿no?

—¿Quién?

51
Aprieta los labios, sin responder. Quiero llenar el silencio entre nosotros,
así que continúo.

—Se supone que debemos aparearnos, Sawyer. No sé si lo tienes claro,


pero-

Gruñe.

—Nunca me voy aparear con nadie —Sawyer alcanza mi barbilla para


agarrarla.

Tan pronto como lo hace, una chispa se enciende en mi visión y la


electricidad recorre mi cuerpo. La luz estalla en mi visión y la claridad atraviesa
mi mente. Es como si todo fuera diferente, todo mi universo girando sobre su
eje, mi mundo cambiando por completo con un simple toque.

Sé con certeza que Sawyer Crescent es mi compañero y que estamos


destinados a estar juntos. Ese... el sentimiento abrumador... simplemente tiene
que ser.

La euforia me recorre el pecho hasta que abro los ojos. Veo a Sawyer
presionando su mano en su frente, delante de mí. Tiene las garras extendidas y
sus ojos se han oscurecido.

—¿Qué fue eso? —pregunta Sawyer. No escucho presencia de alegría en


su voz, solo conmoción y disgusto.

—¿No lo sentiste? —digo—. Somos compañeros, ese fue el comienzo de


un verdadero vínculo —La niña romántica en mí baila, arremolinándose en
celebración mientras visualiza una vida perfecta con su recién descubierta
conexión. Ya no tendré que sentirme sola y asustada. Esta vez, realmente
perteneceré a alguien.

—Mierda —dice Sawyer. Retrae sus garras, luego se abalanza sobre mí,
cerrando el espacio entre nosotros, y toma mis dos muñecas con sus manos antes
de sujetarlas al pilar detrás de mí. Me estudia con una expresión intensa, su
mirada acalorada derritiendo cualquier indicio de esperanza que tengo en mí.
Me sujeta con su peso, debido a que está tan cerca, puedo escuchar su
respiración y sentir el calor de su piel ardiendo dondequiera que me toque—.

52
¿Qué... qué me está pasando? No puedo pensar en otra cosa que anudarme en
ti.

—Porque somos compa-

—Vete a la mierda con esa charla sobre el apareamiento. No va a suceder.

—Tonterías, lo sentiste, ¿no? Sentiste el tirón de la misma manera que


yo. Me quieres, Sawyer.

—No significa que tenga que atarme a ti por el resto de mi vida. No voy
a tener una compañera. Me juré a mí mismo que nunca sucederá —Incluso
mientras expresa su convicción, Sawyer mete la cabeza en la curva de mi cuello
y aspira profundamente, absorbiendo mi aroma—. Demonios, eso digo, pero...
pero hueles... ni siquiera sé tu nombre.

—Hana.

—Hmmmm.

Sawyer muerde mi cuello y empuja mis piernas abiertas con las suyas.
Mueve sus caderas contra las mías, la tensión entre nosotros es imposible de
resistir. Mi respiración se atora en mi garganta cuando él choca contra mí,
mientras siento su erección frotando el interior de mi muslo.

¿Puedo hacer esto? ¿De verdad me follará en medio del jardín? Los
pasillos están abiertos y, de repente, cualquiera puede pasar junto a nosotros. Él
acababa de tomar a otra mujer antes, y sé que sus sentimientos por mí solo se
deben a la atracción de su compañera. ¿Quiero renunciar a mi virginidad con
alguien que todavía no me ama? ¿Qué pasa si se aburre, como Carter lo hizo
con Isabelle, y decide dejarme a un lado una vez que lo ha probado? Cuando la
fuerza de su deseo me golpea, de repente decido que no estoy preparada para
esto.

Un ronroneo le atraviesa la garganta.

—Compañera —dice. ¿No estaba hablando antes de no querer aceptar


una compañera? Está perdiendo la cabeza, dominado por la atracción, mi cabeza
se empaña de la misma manera, el olor a menta que sale de él me pone en trance.
Me estremezco cuando levanta la parte de abajo de mi camisa y alcanza mi

53
pecho. Él mueve su pulgar sobre mi pezón mientras gruñe mi nombre—.
Hanaaa.

Entierro mis dedos en su cabello y tiro ligeramente para que incline su


cara hacia la mía. Él baja su boca sobre la mía y nuestros labios se juntan en un
beso. Sabe a humo y menta. Empuja su lengua a través de mis labios.

Con eso, estoy jodida.

El placer me invade hasta que mi cuerpo grita por más, más, más. La
lógica me dice que Sawyer aún tiene que demostrarme su valía. Aun así, los
instintos toman el control, y mi kitsune interior desea enredarse contra este
macho, escucharlo murmurar mi nombre en mi oído mientras me llena por
detrás. Deseo bañarme en la pasión que hierve a fuego lento entre nosotros,
perderme en ella para ahogar el mundo. Agarro su brazo, solo para sentir un
músculo duro. No es tan grande como Carter y Nicholas, pero cada fibra de su
ser, emana poder, construida para matar.

—Te he querido desde enton-

Sawyer interrumpe mi confesión, besándome más, como si no pudiera


tener suficiente de mí. Saber que me anhela tanto como yo lo deseo me da una
sensación embriagadora. Sus acciones son primordiales. No hay conexión
emocional, solo física. En el fondo, me doy cuenta de que esto no es lo que
estaba buscando, pero la bestia en mí ve a Sawyer solo como un medio para un
fin, una forma de saciar el hambre que surgió del tirón de compañeros.

¡No! Grito en mi cabeza, pero mis instintos resuenan con un fuerte sí.
Sawyer pasa una de mis piernas por encima de su cintura y me envuelvo
alrededor de él. Me levanta mientras yo me engancho sobre su cuerpo y se
mueve del pilar. Solo su fuerza me sostiene, sus brazos soportan todo mi peso.

Ahí es cuando escuchamos pasos que vienen del pasillo. Una risa
estridente resuena hacia nosotros, seguida de aplausos y algunos gritos. Sawyer
gruñe, voltea gruñendo hacia la dirección de los ruidos. Entrecierra los ojos y
me aparta de su cuerpo.

—¡Maldición! —dice de nuevo, enrollando su mano alrededor de mi


muñeca. Me duele la mano por la presión.

54
De repente la suelta.

—¡Mierda! —él grita. — ¡NO TENDRÉ UNA COMPAÑERA!

La rabia estalla fuera de él. Gruñe mientras su cuerpo se mueve, la magia


gira a su alrededor como humo oscuro. Se abraza a su cuerpo, lo asfixia, se
fusiona alrededor de sus miembros y lo envuelve hasta que no es un hombre el
que se para dónde está, sino un lobo.

Alejo mi cabello de mi cara, mirando la enorme forma de lobo de Sawyer.


Su altura llega hasta mi cintura, sus miembros vigorosos fuertes. El pelaje del
lobo es gris, las suaves hebras muestran un brillo fascinante. Sawyer se vuelve
hacia mí y veo sus ojos azules, los mismos que los humanos. Hay algo más
escalofriante en mirar esos ojos en forma de lobo. Más inquietante.

—Sawyer, yo-

Me da un chasquido en la mandíbula. Se gira, sus acciones parecen


dolerle y requieren gran parte de su fuerza. Salta lejos de mí, usando la entrada
trasera del jardín, saliendo después de correr a través de los dos arbustos que
bordean el arco de mármol gris. Me quedo allí de pie, estupefacta, con la
sensación de que mi corazón podría explotar fuera de mi pecho.

—¿Qué has dicho? —pregunta un hombre, riendo después de hablar—.


Hiciste que ese vampiro se humillara, ¿no?

—Trató de engañarme —responde otro—, pero deberías haber visto su


rostro cuando lo hice rogar por su vida.

La carcajada se convierte en un aullido de victoria. El sonido penetrante


viaja a través de la noche, haciendo eco en las paredes revestidas de ladrillos.

—Malditos vampiros. Es bueno saber cuándo reciben su merecido.


Llevan años intentando entrar en nuestro territorio.

El grupo de hombres lobo entra al jardín. Me ven, y uno de ellos me mira


con sus ojos pequeños y brillantes.

—Oye, ¿no es esa la chica japonesa? ¿Qué está haciendo ella aquí?

Doblo mi mano sobre mi muñeca.


55
—Disculpen —digo, inclinando ligeramente la cabeza. Es un gesto
común en casa, aunque no me siento particularmente con ganas de inclinarme
ante estos tipos.

—Huele a Sawyer —oigo decir a uno de ellos mientras salgo por la


entrada por la que Sawyer había salido. La vergüenza calienta mis mejillas
cuando me marcho, el ardor en mi pecho quema mi confianza.

¿Por qué Sawyer es tan inflexible en no tener una compañera?

¿Y cómo puedo convencerlo de lo contrario?

Sé que me añora; es evidente en la forma en que no podía apartar las


manos de mí. Los lugares donde me había tocado me duelen, y mi cuerpo sigue
deseándolo.

No es el príncipe azul que imaginé que sería, pero esa atracción. Es una
maldición y un pecado. Tal vez me arrepienta de haber conocido a Sawyer.

56
Capítulo Seis

El tirón de compañero que sufrí por parte de Sawyer disminuyó después


de que se fuera, el fuerte dolor es ahora una molestia soportable.

Me siento con las piernas cruzadas en mi cama, con un número de


teléfono garabateado en un papel sobre mi regazo. Es el número de teléfono de
mi padre, recuperado por Isabelle de parte del alfa.

El teléfono parpadea con su pantalla azul y brillante. No quiero llamar a


ninguno de mis padres. Mi infancia está plagada de malos recuerdos y
experiencias dolorosas. Pensar en llamarlos hace que me zumben los oídos,
porque al recordar a mi padre me vienen a la cabeza imágenes del bastón.

Mi padre siempre me azotaba por las cosas más pequeñas. Lo haría si


dejaba el pañuelo sobre la mesa o si aparecía demasiado tarde en una de sus
convocatorias. Cuando era más joven, tenía una parte bulliciosa de mí que le
gustaba hablar en voz alta, y mi padre siempre me reprendía por desviarme, a
veces golpeándome las piernas con el bastón para recordarme lo mala niña que
era. Esa parte energética de mí ha muerto, destruida por años interminables de
castigos y cortes en mi piel.

El veneno que veo en los ojos del meishu no es solo porque soy un
fracaso. Hay algo más que explica su odio por mí.

A veces, cuando lo miro, veo el miedo brillar en las esquinas de sus


pupilas. Hay poder en mí que he sometido, y mi padre tiene miedo de eso. Es
un hombre hambriento de poder que necesita cuidar su posición de meishu para
que no lo derroquen. Tiene miedo de que yo pueda ocupar su lugar algún día,
por lo que me mantiene domesticada para asegurarse de que nunca me crezca la
57
columna vertebral para elevarme por encima de él. Algunos días, pienso en mí
misma teniendo la fuerza interior para enfrentarlo, y luego recuerdo lo que le
hice a Hoshi. Lo hice para salvar a Ren, pero el daño que causé...

La libertad es una posibilidad remota. No quiero creer que soy débil como
dice mi padre. Es difícil saberlo después de haber sido tan golpeada. En mis
novelas, leo sobre chicas jóvenes que superan sus desafíos y no se caen
independientemente de lo que enfrenten. Quiero ser como ellas. ¿Quién no
querría ser el héroe de su propia historia? Pero quizás esas experiencias se
quedan en las páginas, y los pájaros de la nieve enjaulados como yo no tienen
suficientes plumas para volar.

Suspiro, los pensamientos oscuros pesan en mi conciencia. Me distraigo


con el objeto metálico que sostengo y miro mi teléfono nuevo, todavía tengo
problemas para desbloquearlo.

Quiero hablar con Ren, y el número de mi padre es todo lo que tengo.


Aspiro superficialmente, es solo una estúpida llamada telefónica, y por mucho
que me asuste la voz de mi padre, no está aquí para golpearme. No hay mucho
daño que pueda hacer cuando estoy a tantas millas de distancia. Dudar así, solo
demuestra lo cobarde que soy, así que hago a un lado mi cobardía y lo llamo.

Marco los dígitos y cierro los ojos. El timbre llena la pequeña habitación
y el latido de mi corazón comienza a hacer eco de la melodía.

—¿Hola? —Padre dice en japonés. Su voz es más profunda por teléfono,


ligeramente alterada.

—Oto-sama8.

—¿Hana? ¿Cómo encontraste un teléfono?

—Los lobos tuvieron la amabilidad de ofrecerme uno.

—Veo que ya te estás tomando libertades. ¿Has olvidado tu propósito?

8 Oto-sama: Padre en japonés

58
—Es para unir a la manada de lobos más fuerte ya nuestro clan para que
podamos unirnos para enfrentar a los cazadores que se acercan a nosotros. Estoy
libre de eso. No lo he olvidado.

Padre gruñe.

—¿Estás cumpliendo con tu deber?

Pienso en Sawyer y en cómo es tan inflexible en asegurarse de que no sea


su compañera. A mi padre no le agradará la noticia, así que miento.

—Todo va bien. Conocí a Sawyer y él se siente atraído por mí. La boda


comenzará sin problemas a fin de mes.

—Si te devuelven, tu castigo no será leve.

Me estremezco.

—Por supuesto.

—Realmente habrás demostrado que eres un fracaso, y ya no te


consideraré una Saito.

—¿Qué? —pregunto suavemente—. ¿Me abandonarás?

—Ya he tenido suficiente vergüenza. Tu madre todavía lamenta haberte


dado a luz. Osyn te da esta oportunidad. El alfa de Crescents quiere que una
mujer se case con su hijo y, lamentablemente, tú eres mi única hija. Si ni
siquiera puedes cumplir con esta sencilla tarea, ¿cómo voy a dejar que tu madre
te mire todos los días?

Mis hombros se hunden, el peso de las palabras de mi padre me derriba.


Sus declaraciones nunca dejan de matar mi confianza. Puede que no esté aquí
para golpearme, pero lo que dice causa bastante daño a mi estado mental.
Marcar este número había sido un error.

—Entiendo, oto-sama. Demostraré que soy una verdadera Saito.

—Bien. Ahora, mientras me hablas, está pasando un tiempo que no está


dedicado a tu tarea. Tengo otras cosas que hacer, así que-

59
—Espera.

—¿Sí?

—Debo hablar con Ren. Necesito su número.

Mi padre suspira profundamente. Puedo imaginarlo sacudiendo la cabeza


ante mi súplica.

—Ren es demasiado perfecto para que lo manches.

Ren es el kitsune más fuerte de nuestro clan. Nació con nueve colas de
color negro y posee un alto nivel de magia que hace que todos los kitsune lo
vean con asombro. Curiosamente, ha decidido hacerse amigo de una pequeña
como yo. Creo que le gusta que lo necesite y que él pueda cuidar de mí. Siempre
lo he visto como un protector, mi protector. Pero la sombra que proyecta es
demasiado larga ya que es una luz tan brillante, y a menudo me deja en ella. Un
día me dejará atrás. Siempre supe que eventualmente tendríamos que
separarnos. La diferencia entre nosotros es demasiado grande.

—Por favor, padre.

—Estás corriendo hacia él porque él es fuerte y tú eres débil.

—Extraño a mi amigo. Eso es todo.

—No hablarás con él. Ren está preocupado por sus propios deberes y
actualmente está corriendo con su equipo para luchar contra una banda perdida
de cazadores. No tiene tiempo para ti.

Pero Ren siempre tenía tiempo para mí, independientemente de lo


ocupado que estuviera.

—Por favor.

—¿Tienes alguna otra solicitud, hija?

Es una pregunta retórica. Padre no quiere que pierda más su tiempo. Esta
llamada telefónica debe terminar pronto.

—No.

60
—Entonces, adiós. Has dicho suficiente.

—Adi-

El teléfono emite un pitido dejándome vacía.

61
Capítulo Siete

Sawyer no me ha contactado, a pesar de que han pasado dos días. El tirón


de mi compañero todavía está ahí; aunque el destino sugiere que vamos a estar
juntos, Sawyer no quiere formar parte de ello. A este paso, el matrimonio se
cancelará y mi padre ya no me querrá como su hija.
Me paro frente al estudio del alfa, mis dedos entrelazados mientras
considero golpear.

—¿Quieres conocer al alfa? —Isabelle me preguntó antes—. Es una


figura intimidante, con tatuajes alrededor de los ojos y una disposición
mezquina.

—Él será mi suegro una vez que todo esto termine. Me sorprende que no
me haya saludado todavía.

—Quizá tampoco esté seguro de la alianza. Escuché que los kitsunes y


los hombres lobo realmente no quieren llevarse bien entre ellos. Este es solo un
triste intento para ellos de enterrar las heridas pasadas y enfrentar a los
cazadores. Tu madre intentó casarse con los kitsunes para arreglar la mala
sangre, ¿no es así? Ese intento falló.

—No habría aceptado que viniera aquí si no le hubiera gustado la idea.

—¿De qué se trata esto realmente? —Isabelle continuó con una ceja
levantada.

—¿Me mostrarás al alfa o no?

62
—Ve tú. Si quieres que te muerda la cabeza, no voy a detenerte, pero
tampoco quiero ser parte de eso.

Y aquí estoy frente al estudio del alfa después de preguntar mucho.


Respiro hondo, a punto de llamar, cuando la puerta se abre por sí sola. Miro a
la figura alta que aparece ante mí, notando sus rasgos afilados y su forma
descomunal. He visto a esta persona antes, en el comedor sentada junto a Carter.
Si mal no recuerdo, su nombre es Nicholas.

—¡Qué sorpresa! —dice Nicholas, la diversión brillando en sus ojos


verdes—. ¿Por qué estás aquí, pajarito?

—Yo... quiero hablar con el alfa.

—¿Sí?

Asiento con la cabeza.

—Es mentira. No es el alfa con el que quieres hablar. Es con Sawyer,


¿no?

Me congelo, sorprendida de que me viera tan fácilmente. Mi plan era que


el alfa organizara más reuniones entre Sawyer y yo. Mi intuición es que Sawyer
me está evitando por alguna razón inexplicable, y si estoy con él más a menudo,
no podrá resistir el tirón de su compañera. Tendrá que estar conmigo
eventualmente.

Las dos noches que dormí sola, cuestioné mi insaciable deseo por
Sawyer. ¿Lo quiero solo por el simple hecho de quererlo, o es porque
compartimos algo significativo? Tiene poco sentido ser rechazada todo el
tiempo. Isabelle probablemente tenga razón acerca de que me enamoré de él por
lo que representa y no por quién es.

Vuelvo a desviar mi atención hacia Nicholas. Cierra la puerta del estudio


del alfa detrás de él, luego pasa a mi lado.

—No obtendrás lo que quieres enfrentándote al alfa, y no le gusta conocer


gente que no ha convocado. Es mejor sentarse en su habitación y esperar.

63
Los zapatos de Nicholas hacen clic en las baldosas del castillo. Aflojo la
tensión en mi mandíbula y suspiro. No voy a dar marcha atrás solo porque
Nicholas me lo diga.

—¿Vienes?

—¿Eh?

—Ven conmigo. Te daré las respuestas que quieras.

Miro la puerta del alfa, reflexionando sobre mi objetivo, divagando sobre


mi decisión de seguir a Nicholas. Siente mi vacilación, por lo que se detiene y
se gira para mirarme, colocando sus manos en sus caderas.

—Lo digo como es, pajarito —afirma Nicholas. Su apodo para mí suena
demasiado similar al que me dio Ren—. Es mejor que pases tiempo conmigo,
además me gusta más tu compañía que una buena copa de vino. No te arriesgues
a pisar los dedos de los pies del alfa. No quiero verte herida.

¿No quiere qué? No tiene ninguna razón para ser protector conmigo. Me
quedo unos segundos más antes de ceder a su demanda. Después de una breve
mirada a la puerta del alfa, me apresuro hacia Nicholas. Sonríe ahora que lo he
escuchado. Continúa avanzando y yo emparejo el ritmo de mis pasos con sus
largos pasos.

—¿Qué podría hacerme el alfa? —pregunto, trazando mis ojos alrededor


de las curvas de su espalda. Sus brazos son enormes, llenando su camisa.

Nicholas responde:

—Él puede decidir que no te quiere con Sawyer y llevarte a su harén.

Mi mandíbula cuelga abierta.

—¿Él puede hacer eso?

—Puede hacer lo que quiera como el más fuerte de la manada de lobos.


Incluso Sawyer le tiene miedo, aunque no quiere darle a su padre el control
sobre él. Intenta defenderse en cada oportunidad que tiene —Nicholas niega con
la cabeza—. Sawyer está pasando por mucho. Necesita enfrentarse a sus
demonios internos antes de poder crecer.
64
Me lamo el labio inferior.

—El alfa no me querría como suya.

Nicholas se encoge de hombros.

—¿Y por qué no? Eres una belleza para mirar. Exótica, no he podido
dejar de pensar en ti desde la primera vez que te vi, y no me sorprenderá que el
alfa piense de la misma manera.

—¿Una belleza?

—Trató de ser sincero. ¿Con qué frecuencia uno puede encontrar una kit
tan justa como tú?

—No es fácil —No lo digo en el buen sentido. Soy albina. Es un defecto


de nacimiento poco común entre todas las razas. Sin embargo, no escucho a la
gente llamándome hermosa. Un fenómeno, más bien.

—Prácticamente imposible. Y el hecho de que seas potencialmente mi


verdadera compañera te hace aún más preciada. No quiero que el alfa te mire,
puede que sea un buen líder, pero también acepta mujeres con regularidad
debido a ciertos problemas que enfrenta. Tengo la sensación de que vas a ser
muy especial para mí, pajarito.

Le doy un golpe con la cabeza.

—¿Tú también lo sientes?

—¿El tirón? Oh sí. Los otros dos son estúpidos por tratar de resistirlo,
pero sabía que vendrías desde el día en que conocí a Sawyer y Carter. Los tres
compartimos una conexión que no podemos entender. Solo hay una explicación
para que los tres nos unamos de esta manera, y es porque tenemos una
compañera. Una compañera compartida.

Nicholas me lleva a una parte más apartada del castillo, donde hay un
balcón que vigila las colinas que rodean el edificio. Hoy ha salido la luna, pero
no está llena, lo que salva a los lobos de su sed de sangre. Nicholas se vuelve
hacia mí y levanta la mano. Me emociono, imaginándolo tocándome, pero en

65
cambio, desliza sus dedos por la parte delantera de mi camisa, rozando
ligeramente mis pechos.

—Sé que somos compañeros, pajarito, y por eso me abstengo de ceder.


Una vez que tengamos contacto piel con piel, comenzará la atracción del apareo
—Sus ojos brillan—. Entonces no sabré si podré contenerme —Traza la curva
de mi boca con su mirada—. Creo que será difícil, especialmente después de
probar esos labios.

Las advertencias de Isabelle estallan dentro de mi cabeza. Nicholas no


me descartará después de usar mi cuerpo, ¿verdad?

—¿A cuántas chicas les has dicho eso? —pregunto—. ¿Con qué
frecuencia funciona?

Arquea una ceja.

—¿Crees que voy a ir por ahí declarando a las mujeres que son mis
parejas predestinadas? No soy tan promiscuo. Casi hieres mis sentimientos.

¿Puede leer la desconfianza pintada en mi rostro?

—Ren me dice que no confíe demasiado en los hombres lobo. Dice que
un pájaro como yo será devorado vivo si me enamoro de cada palabra que
escucho.

—¿Quién es Ren? —Nicholas pregunta. Entrecierra los ojos y endereza


los hombros—. ¿Él te quiere? —Nicholas me acorrala hasta que mi espalda está
de espaldas a la pared. Levanta los brazos, enjaulándome hasta que el aroma de
una fuerte colonia masculina llega a mis fosas nasales. Huele más fresco que
los otros dos machos, como el propio bosque—. ¿Quiere reclamar lo que es
mío?

—La atracción de apareamiento no ha comenzado realmente todavía, y


todavía tenemos que unirnos. Aun así, quieres decir que soy tuya.

—Mmm. ¿Está mal ser codicioso? —Se inclina cerca hasta que su boca
permanece sobre la mía. La excitación me golpea en una ola enorme—. No
comparto a mis mujeres, a menos que sea con Sawyer o Carter. Con ellos...
¿Quizás me follaré a Carter mientras miras? Le gusta cuando está pasivo.

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No puedo imaginar a Carter por debajo de nadie. Ni siquiera Nicholas,
pero la vista me excita y me duele la parte interior de los muslos.

Nicholas da un paso atrás. La frialdad de mi entorno llena la calidez que


desaparece cuando se separa. Respiro por la nariz y miro a Nicholas mientras
se mueve, sus músculos se tensan. Lleva una camiseta ajustada sobre su cuerpo.
El reloj en su muñeca lo hace parecer más civilizado de lo que su brutal
estructura podría sugerir. Camina hacia el balcón y apoya las manos allí.

—Puede que no suceda, el vínculo de compañeros. Sabes cómo funciona,


¿verdad?

Asiento con la cabeza.

—Primero sientes el tirón, y eso unirá a las almas, manteniéndolas cerca.


Se intensificará hasta la próxima luna llena. Hasta entonces, el vínculo no está
completo y las conexiones que provienen del vínculo no están completamente
en su lugar. Hace que sea más fácil romper con la magia. Un apareamiento
exitoso durante la luna llena solidificará las almas como compañeros, y si una
muere, la otra también lo hará —He memorizado el proceso, lo he incrustado
en mi corazón. Todas las mujeres jóvenes cambiaformas quieren experimentar
el vínculo de compañeros. Es similar a ser rociado con polvo de hadas.

—Los enlaces de compañero pueden terminar fracasando.

—Si tu sientes el tirón, es poco probable, pero ocurren casos extraños —


No quiero pensar en tal percance.

—Eso me molestaría mucho. El sueño de todo lobo es engendrar a una


verdadera compañera, pero los otros dos son tercos.

—¿Engendrar? —Se me seca la boca—. ¿Como hacerme un cachorro?

—Eso es lo que les gusta hacer a los lobos. Follamos, nos apareamos y
nos reproducimos. Dios, pensar en tu vientre grande con mi hijo es...

Nicholas se detiene a mitad de la frase. Apoya la espalda en el balcón y


se levanta, frotándose la mano detrás del cuello en un gesto sensual. Una sonrisa
socarrona curva su rostro.

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—Me estoy adelantando. No puedo dejar de pensar en lo hermosa que
estarás cuando te hinches con mi cachorro. Cuando eso ocurra, mi olor se
apoderará de ti y olerás como yo, dejando que el mundo sepa a quién perteneces
realmente. Pero estamos asumiendo que no es el hijo de Sawyer o Carter el que
llevaras.

—El bebé sería de Sawyer.

El ceño de Nicholas se arruga antes de que su expresión se suavice de


nuevo.

—¿Por qué?

—Porque es el compañero con el que debo estar. Tengo que elegirlo a él.

—¿Y quién dijo algo sobre la elección, pajarito? —Inclina la cabeza, sus
ojos se nublan de deseo—. Puedes llevarlos a todos a la vez. Los tres
compartimos a menudo y las chicas no se quejan. Es mejor llenar todos los
agujeros que solo uno.

Un nudo se atora en mi garganta por la sugerencia de Nicholas. Mi cuerpo


se adormece por el calor, mis dedos hormiguean por la imagen mental que me
da.

—¿Te gusta ese pensamiento? —Nicholas pregunta, complacido de


poder excitarme con solo sus palabras—. ¿De turnamos con tu cuerpo? A
Sawyer le gusta poner su polla en el culo. Nunca antes te han follado allí,
¿verdad? Ahora, si tan solo puedo convencer al bastardo de que te tome...
Entonces te llenaré.

Sus ojos se fijan en mí, pero su atención vaga. Está perdido en su fantasía
tanto como me ha metido en ella.

Empiezo:

—Nunca me han... nunca me han tomado.

—¿En tú culo?

Niego con la cabeza.

68
—En ningún lugar.

Una sonrisa aparece en su rostro.

—Una virgen, entonces.

Mi padre no habría dejado que ningún otro hombre se me acercara.

—Será Sawyer quien-

—Vamos a decidir quién es el primero. Los otros dos probablemente lo


convertirán en una competencia y yo ganaré. Siempre —Nicholas me guiña un
ojo—. Primero, tendré que convencerlos de que dejen de luchar contra el
vínculo de compañeros.

—¿Por qué lo rechazan?

Nicholas se frota la nariz, suspirando.

—Están cegados por su pasado y lo que los atormenta. El padre de


Sawyer, el alfa... —Se apaga antes de continuar—. Digamos que no fue el padre
más amable, y la forma en que trata a su compañera es simplemente horrible.

—¿Tiene una compañera?

—No sale a menudo ya que el alfa la mantiene en secreto. Ella no tiene


nada que decir sobre las múltiples mujeres con las que se acuesta. No son solo
lobas. A veces trae a las brujas o a dragones. Se las folla de todos modos. La
mamá de Sawyer debe ser una mujer fuerte para lidiar con todo el dolor, o tal
vez simplemente aprendió a no importarle.

—¿Cómo puede hacerle esto a una compañera?

—No son verdaderos compañeros, para empezar. Están obligados a


unirse con un matrimonio arreglado para juntar dos manadas.

—¿Como Sawyer y yo?

—Es diferente, pero Sawyer no lo ve.

Escucho pasos cuando alguien más entra al balcón.

69
—Si vas a hablar de mí, hazlo frente a mi cara.

Giro hacia la entrada del balcón. Sawyer tiene ambas manos en los
bolsillos y tiene una expresión amarga. Tan pronto como mis ojos se posan en
él, ocurre el tirón de compañero. Aprieto los dientes para resistir el impulso de
arrojarme sobre él, besarlo y abrazarlo y dejar que su olor ahumado me marque
por completo.

Veo el mismo deseo en sus ojos, pero hace un buen trabajo para mantener
la calma.

Espero a que Sawyer me reconozca, pero no lo hace, en lugar de eso,


voltea su mirada hacia Nicholas.

—¿Qué estás haciendo aquí con la kitsune? —Es directo, su tono severo.

—Me estoy divirtiendo con ella, es una cosa delicada. Frágil. Aumenta
mi intriga.

—¿Sí? Bueno, necesito tu ayuda con algo.

—Mmm. ¿Y cómo es eso?

Sawyer me mira brevemente antes de redirigir su mirada a Nicholas.

—Tú sabes de qué estoy hablando. Deja de ser bromista y ven conmigo.

Una sonrisa lobuna se asoma por el rostro de Nicholas.

—Siempre eres demasiado grosero con tus peticiones. Deberías intentar


preguntar más amablemente la próxima vez.

No son obvios acerca de lo que están hablando, pero tengo un ligero


indicio. El calor sube a mis mejillas, algo de él se instala entre mis muslos.
¿Sawyer puede oler mi excitación? Mantiene sus ojos lejos de mí, y siento que
me está evitando a propósito.

—Sawyer, yo... —Me acerco a él, dolorida porque sigue alejándome. Mis
dedos rozan su muñeca. Fue una mala idea tocarlo así, de inmediato, la
necesidad me atraviesa, golpeando a través de mi cerebro. Todos mis músculos
se contraen y se tensan por un deseo incontrolable, el tirón de mi compañero

70
sirve como una forma de tortura. Estoy a punto de arrojarme sobre él cuando
Sawyer lo hace primero, chocando su perfil con el mío. Me empuja hacia el
pilar, su cuerpo me hace un sándwich contra las frías baldosas de mi espalda, se
inclina hacia mi boca y me besa con avidez.

Un gruñido le atraviesa la garganta mientras toma mi lengua con la suya.


Su lengua hace círculos alrededor de la mía, arremolinándose, obligando a que
los dedos de mis pies se doblen. Un beso no es suficiente, necesitamos estar
conectados como uno. De lo contrario, esta hambre no disminuirá.

—¡Mierda! —Sawyer grita, obligándose a alejarse de mí. Veo vasos


sanguíneos tensos en su frente mientras trata de mantener el control. Su
respiración es difícil, como la mía, y se agarra el estómago como si le doliera
mientras trataba de contener su deseo de aparearse.

—Reclámame, Sawyer —digo.

Sawyer niega con la cabeza. Al principio, creo que se transformará en


lobo y saltará lejos de mí como lo había hecho antes. No lo hace, me levanta
con un movimiento rápido, acunándome con sus brazos. Respiro
profundamente mientras abrazo su cuello para estabilizarme. Siento un hambre
animal saliendo de él mientras me lleva por los pasillos del castillo, corriendo
hacia Dios sabe dónde.

71
Capítulo Ocho

Sawyer me lleva a un apartamento cerrando puerta tras puerta detrás de


él. Nicholas está cerca. Nos siguió a través del castillo todo el camino,
mirándonos con una leve diversión.
El tirón de compañero que comparto con Sawyer no es asunto de
Nicholas, pero su presencia me reconforta. Emite una vibra amistosa; una que
me hace pensar que se queda para protegerme.

Sawyer me arroja a una cama. Es mucho más suave que los futones9 en
los que he estado durmiendo durante toda mi vida. Mi cuerpo se hunde en él.
La suavidad de la cama me golpea primero, pero me queda poco tiempo para
concentrarme en esa sensación. Inmediatamente después, Sawyer trepa por
encima de mí, su peso presionando el colchón debajo. No me deja hablar cuando
vuelve a capturar mi boca, atrayéndome a otro beso lleno de lujuria.

—Te escapaste de ella, y ahora te estás metiendo en su cuerpo sin


reprimirte —dice Nicholas—. ¿No crees que podrías asustarla?

Estoy demasiado excitada para pensar en tener miedo. Mi kitsune interior


se ha apoderado de mí, rogándome que me lleve a este hombre. El vínculo de
compañeros no se formará hasta que aparezca la luna llena, pero al menos tener
a Sawyer reducirá un poco el tortuoso deseo.

—Se supone que no debo tener una compañera —susurra Sawyer en la


carne de mi boca. Presiona mi hombro, se inclina hacia atrás y me levanta la

9Futón: Un futón es un estilo de cama tradicional japonesa consistente en un colchón y una


funda unidas y suficientemente plegables que puede ser o no almacenado durante el día.
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falda con el puño. Rápidamente, rasga mi falda de mis caderas, exponiendo mi
lencería a él.

Sí, llevo lencería. La prenda es de color rojo vino, rosa y con volantes
con una cuenta en forma de corazón unida en la parte delantera. Mi ropa interior
fue cosida por la costurera de los kitsunes para acentuar mi forma de la manera
más seductora posible. Después de todo, estoy aquí para tentar al hijo del alfa.

Nicholas tararea de satisfacción. No lo miro, pero siento que está


admirando la forma en que mi lencería abraza la curva de mi trasero. No tiene
mucho tiempo para hacerlo, porque Sawyer arranca la ropa interior de mis
caderas, tirando el trozo de tela flácida al costado de la cama.

—¿Puedes olerla, Nic? —pregunta Sawyer—. Está jodidamente


empapada. ¿Cómo se supone que voy a resistir esto?

—Parecías bastante inflexible sobre evitarla a toda costa. ¿Seguro que


quieres cancelar la boda? Tu padre no estará complacido.

Sawyer murmura otra maldición mientras juguetea con sus jeans. Los
baja, junto con sus bóxers, dejando al descubierto su polla hinchada. Por un
segundo, me saca de mi trance lleno de lujuria, mi garganta se seca. Sawyer es
enorme. Esa... esa cosa no cabrá dentro de mí. Me estremezco, imaginando el
dolor que experimentaré cuando Sawyer se empuje contra mis pliegues,
separándome.

Sawyer niega con la cabeza, visiblemente tratando de contenerse. Su


voluntad se debilita y comienza a suplicar.

—Lucha contra mí, kit. Demonios apártame o tendré que meterme dentro
de ti.

—¿Y por qué haría eso?

—Es mejor para ti a largo plazo. Me parezco a mi padre y no voy a dejar


que otra mujer sufra como mi madre.

No entiendo lo que está diciendo, pero sus ojos se llenan de sinceridad.


Siento el dolor que viene de él, sintiéndolo acompañado por el miedo. Se forma

73
una breve cercanía entre nosotros, así que levanto la mano y engancho mis
dedos alrededor de la parte posterior del cuello de Sawyer.

—Maldita sea —dice Sawyer. Su lobo toma el control en ese instante, un


gruñido rasga su garganta. Sawyer se entierra dentro de mí, llenando mi coño
con su palpitante polla.

Es satisfactorio y doloroso. Me pongo rígida por el dolor, pero tan pronto


como Sawyer comienza a mover sus caderas, arrastrando su longitud a través
de mis pliegues, mi mente se marea con una neblina llena de placer que envía
un hormigueo por mi columna. Clavo mis dedos en su espalda, retorciéndome
por la emoción abrumadora. Por la sangre de Osyn, duele. Perder mi virginidad
es tan doloroso como lo he oído describir.

Sawyer se convierte en todo un animal mientras se acelera. Engancha sus


manos alrededor de mis brazos, presionándome hacia abajo, manteniéndome
pegada a la cama mientras empuja más rápido. Más dolorosamente.

—Sawyer... ¡Sawyer! —grito su nombre como una oración, negando con


la cabeza mientras la opresión en mi vientre se vuelve más intensa. El dolor es
reemplazado por una sensación placentera y frustrante. Es una presión que se
hincha desde mis muslos, hacia mi cabeza, abrumando mis pensamientos en
oleadas.

—Cállate —dice, poniendo su mano sobre mi boca. Estoy amortiguada


mientras me folla. Me doy cuenta de que, como mi primera vez, Sawyer no me
está dando el amor que buscaba. Simplemente me está usando como un medio
para un fin, curando ese terrible dolor que nos atormenta a los dos. Los caninos
de sus dientes se alargan mientras se convierte en todo lobo, y después, siento
su polla hinchándose dentro de mí. Se expande, empujando contra las paredes
de mis pliegues. Algunas de mis sensibilidades luchan contra el placer y siento
miedo. La advertencia de Isabelle atraviesa mi mente. Es tan evidente que
Sawyer todavía no le importo, y mi cuerpo solo está siendo utilizado.
¿Realmente quiero que esta sea mi primera vez? Dios, duele.

La base de su polla continúa expandiéndose en mí, agregando demasiada


presión a mis pliegues.

74
—¿Te estás anudando dentro de ella, Sawyer? —Nicholas pregunta desde
un lado. Casi me olvido de que estaba allí, perdido en la agonía del deseo—.
Puedo oler la sangre. Está sangrando porque es su primera vez. Puede que
tengas contenerte un poco.

—Su primera... —Los ojos de Sawyer se ensanchan cuando las palabras


de Nicholas se asimilan—. Yo... no merezco ser el primero, ¿Por qué lloras?
Deja de llorar —No noto las lágrimas hasta que Sawyer las señala. ¿Por qué
estoy molesta? ¿Porque no hay amor? ¿Porque me siento usada?

Sawyer se tambalea hacia atrás, alejándose de mí. Saca su polla de mi


coño, dejándome vacía y abandonada. Lo alcanzo, pero no soy lo
suficientemente fuerte para sujetarlo. El amor no se puede forzar, si no quiere
quedarse conmigo, ninguna obsesión lo hará hacerlo.

—¿Vas a parar? —Nicholas pregunta.

—Sí.

—No puedes.

—Puedo hacer lo que quiera.

—Estás... la estás lastimando.

Nicholas tiene razón. Las punzadas golpean contra mi pecho, se siente


como si mi corazón estuviera muriendo, marchitándose por el abandono de
Sawyer.

Sawyer salta a un lado de la cama y se sube los jeans, cubriéndose. Gruñe,


rechinando los dientes mientras constantemente mueve sus ojos hacia mi coño
empapado, como si estuviera considerando devorarlo. La hinchazón de su
miembro se muestra como un bulto en sus pantalones. Su respiración es
dificultosa y el sudor gotea por un lado de su cuello.

—Sawyer —dice Nicholas, desplegando los brazos—. No puedes


simplemente irte así.

—Sí, puedo —dice Sawyer.

75
Mi kitsune interior protesta, agitándose en celo, enojada porque Sawyer
se negó aparearse conmigo.

Me acuesto en la cama en shock con mi coño mojado todavía por Sawyer.


Aprieto y abro los puños, temblando mientras mi lado humano y animal pelean,
culminando en una bola de frustración.

Escucho los pasos de Sawyer moviéndose por la habitación. Mis oídos se


tensan mientras me levanto y digo:

—¿Por qué te vas? Termina lo que empezaste —Me duele saber lo


indeseable que soy. Mis lágrimas crecen incontrolables. He conocido a este
hombre tres veces y sabe cómo destrozarme por completo.

Sawyer no responde. Tira de la manija de la puerta.

—Cuida de ella, Nic —dice.

Doblo las piernas una sobre la otra, ignorando el olor a sangre que emana
de mis muslos.

—¿Por qué me dejas? —pregunto con una voz más suave—. ¿Es porque
soy defectuosa? ¿Por qué estoy rota? —¿Me ve de la misma manera que mi
padre me ve?

La puerta hace clic, mi pregunta recibe el tratamiento silencioso. Me


vuelvo hacia Nicholas, mis lágrimas nublan mi visión.

—No te voy a tocar. Tendré que ahorrarte el dolor del tirón de otro
compañero, pero no mereces lo que Sawyer te está haciendo, pajarito. Tienes
que entender eso.

Estoy temblando por todas partes.

—¿Puedes ponerte de pie?

Asiento con la cabeza.

—Hay un baño allí —dice Nicholas—. Esperaré a que te limpies antes de


acompañarte a tu habitación.

76
Mis dedos se doblan, formando una bola, mientras me pregunto si este es
mi destino. ¿Hay algo mal conmigo? Quizás nacer como soy me hace
repugnante y me maldice para siempre por ser odiada por los hombres que se
supone que me aman.

*****

—Estoy jodidamente cabreado —dice Nicholas—. La próxima vez que


me encuentre con el bastardo, no me importará estrellar su cara contra la pared.
—Nicholas controla bien su ira. Uno podría pensar que un hombre de gran
tamaño como él se enojaría fácilmente, pero es bueno para controlar sus
emociones. A pesar de la rabia que dice tener, su rostro permanece
relativamente quieto. Aún así, hay una tensión rígida en su mandíbula que no
puedo ignorar. Me halaga que lo sienta por mí. Al menos uno de los lobos de
este castillo tiene compasión.
—Puedo intentar cargarte sin tocarte la piel —continúa Nicholas. Apenas
hemos dejado el alojamiento de Sawyer. Desde que Sawyer decidió deshacerse
de mí, Nicholas se cierne a mi lado, mirándome con atención para asegurarse
de que estoy bien.

Levanto una mano.

—Puedo caminar bien. Gracias —Una parte de mí todavía está atrapada


en mi propia cabeza, confundida por lo que acaba de pasar, por lo que permití
que sucediera. ¿Realmente he perdido mi virginidad? Todavía me pregunto:
¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué? Lo que acabo de pasar no fue mágico. Fue
principalmente dolor, algo de placer y luego dolor nuevamente, lo suficiente
como para hacerme querer sufrir un paro cardíaco. Pero no es que no quisiera
que sucediera, yo lo permití. Dejé que Sawyer me tomara, aunque no me mostró
ningún afecto, kitsune estúpida. Culpé a la parte kitsune de mí, que se hizo cargo
sin previo aviso. Me hizo hacer cosas que no debería haber hecho.

Nicholas suspira. Coloca una mano en mi espalda como una forma débil
de apoyo, llevándome de regreso a mi habitación. Avanzo lentamente, mis pies

77
raspan el suelo, ya que mi coño todavía está dolorido. Sawyer no había sido
amable conmigo. Su lobo lo obligó a follarme duro, no hubo juegos previos, ni
palabras de afirmación. Simplemente tomó lo que quería.

—Consideré detenerlo —dice Nicholas—. En realidad. Pero pensé que,


si dejaba que Sawyer se rindiera, se superaría y abrazaría el vínculo de
compañeros. Es casi imposible en estos días encontrar un vínculo como este.
Está siendo un imbécil.

No parece que las intenciones de Nicholas hayan funcionado. Fue un


movimiento arriesgado de su parte y la mía, y estalló en mi cara. Si mi madre
se enterara de esto... Según mi padre, se suponía que las chicas buenas no debían
tener relaciones sexuales hasta que se casen. Seguro que me golpearía si todavía
me quedara en el recinto de Saito.

—Simplemente se escapó. La cara que me dio antes que él... Me miró


como si fuera repugnante.

—No eres repugnante, pajarito. Eres hermosa.

—¿A juzgar por la forma en que reaccionó? No puedo confiar


plenamente en tú declaración.

Nicholas hace una pausa. Escucho un leve gruñido de él, pero


rápidamente lo enmascaro.

—Te quería para mí, fue tan difícil ver a Sawyer llevándote. Te hubiera
dado la mejor primera experiencia y, sin embargo, tomé ese riesgo.

—No te conozco, Nic —¿Qué tipo de persona sería yo si abriera las


piernas para todos los chicos por los que me sintiera atraída?

—Tú tampoco conoces a Sawyer —Pero he estado suspirando por


Sawyer durante todo un año, creando falsas expectativas sobre lo que se supone
que debe suceder. Antes de venir aquí, ya creía que estábamos destinados a estar
juntos. Sé que estoy siendo irracional, loca, obsesiva, pero haber sido criada sin
ninguna esperanza puede hacer que alguien sea así. Reconozco que mi estado
mental no es el mejor. Debería arreglarlo.

Debería.

78
¿Cómo puedo crecer a partir de esto?

—Tienes razón —le respondo—. Apenas he conocido a Sawyer. Ni


siquiera conozco su color favorito. Pero al menos soy su prometida.

—¿Tienes miedo de parecer una puta? ¿Follando con tipos que acabas de
conocer, aunque seas su compañera?

Me estremezco.

—No somos tan abiertos sobre el sexo en Japón —A las mujeres en casa
les gustaba enfatizar la importancia de ser puras. Supongo que ya no soy eso,
¿y para qué? ¿Un jugueteo rápido y sin sentido en el que me descartan después?

—¡Oh!, aquí la vergüenza también ocurre —Nicholas exhala un profundo


suspiro—. Le pasa a todas las chicas que tienen vagina. Aunque supongo que
no es tan malo. Sabes que no tuviste la culpa de lo que pasó, ¿verdad? Sawyer
estaba en conflicto. Hay mucho de su pasado con el que tiene que lidiar,
mientras ustedes dos estaban cediendo a su lado animal.

—Mmm.

—¿No me crees?

—Lo sé, todavía estoy en shock. Eso es todo.

—Escucha —dice Nic. Me agarra por los hombros y me hace girar hacia
él—. Eres hermosa, Hana —Es la primera vez que usa mi nombre—. No te
conozco bien todavía, pero tengo la sensación de que voy a disfrutar mucho de
tu compañía.

Mi mirada alcanza los ojos verdes de Nic. Su intensidad me perfora,


haciendo que mi pulso se acelere.

—¿Y?

—Sawyer tiene problemas. Profundos. Su padre le dejó muchas cicatrices


cuando era niño, lo que le da miedo encontrar a su compañera. Utiliza a las
mujeres como un medio para lograr un fin, pero no puede comprometerse.
Entonces, cuando aparece su verdadera compañera, tiene más miedo que

79
cualquier otra cosa —Intento entender, pero no puedo ponerme en los zapatos
de Sawyer, especialmente después de que me lastimó tanto.

—¿Y tú?

—¿Yo?

—También te estás reteniendo conmigo. Tenemos el tirón, al igual que


yo con Sawyer.

—Me estoy estancando. Disfrutando de la persecución. Quiero conocerte


primero antes de que sea pasión y lujuria.

Parpadeo. Nicholas suena bien. Por otra parte, todas sus acciones han sido
buenas.

—He aprendido a crecer de mis heridas. Mis cicatrices son profundas,


pero han tenido tiempo de sanar.

—¿Qué pasó con Carter?

Nic lanza sus ojos hacia la izquierda, luego de vuelta a mí.

—Mucho.

Estaba tan absorta en nuestra conversación que no me di cuenta de que


Nic y yo nos habíamos acercado a la entrada de mi habitación. Isabelle está ahí,
esperándome. Tiene el ceño fruncido y se golpea el brazo con el dedo índice.

—¿Dónde estabas? —pregunta, empujándose a sí misma desde la pared.

—¿Eres su niñera? —Nic responde.

—No te lo pregunté, chico jugador. Estaba buscando a Hana por todos


lados.

No entiendo por qué está tan enojada.

—Se supone que debo llevarte al comedor para cenar —dice Isabelle—.
La próxima vez que desaparezcas, avísame.

—Estaba buscando al alfa —digo.

80
Sus ojos se agrandan.

—¿De verdad fuiste he hiciste eso?

Cambio mi mirada hacia Nic.

—Lo encontré en su lugar.

Isabelle huele.

—Hueles a Sawyer. Y... excitación.

Mi piel se calienta por el tono acusatorio que ella me da.

—¿Qué pasó? —continúa, entrecerrando los ojos y tensándose el


cuerpo—. ¿Dejaste que Sawyer te ganara?

—Él no me forzó —digo.

Ella hace una pausa.

—Te advertí sobre ellos. No se trata de si te obligan o no. Estos hombres


son lobos. Les gusta meterse en tu cabeza de una manera primordial que te
pueda destrozar.

—Antes de que te dejes llevar por tus acusaciones —dice Nic—, recuerda
que estoy aquí.

—Silencio.

La culpa me devora por la forma en que me mira. Estaba adormeciendo


mentalmente el dolor por lo que pasé y cómo había perdido mi virginidad, pero
el ceño fruncido en el rostro de Isabelle me advierte que había hecho algo muy
mal. Odio esa mirada en su rostro. Me incita a un ataque de odio hacia mí misma
que no quiero enfrentar. ¿Qué diría Ren a mis acciones? Seguro que estaría
disgustado. Y mi madre probablemente querría repudiarme como su hija. ¿Y
padre? Las imágenes del bastón aparecen en mi cerebro, enviando náuseas a
través de mi estómago.

81
—Oye —agrega Nic—. Ya basta, Isabelle. Hana solo estaba
reaccionando al vínculo de compañeros, al igual que Sawyer. No terminó tan
bien como estaba planeado, pero-

Isabelle alarga sus garras y le gruñe a Nic.

—Dejaste que sucediera, apuesto a que lo viste, apuesto a que lo


disfrutaste.

—Sí —Nic se enfrenta a Isabelle sin pestañear, sin un solo remordimiento


en su respuesta—. ¿Y qué hay de eso? Ella es mi pareja predestinada, y me atrae
como ninguna otra.

—No significa que sea correcto.

Nicholas no dice nada a eso, y necesito más tiempo para procesarlo.


Isabelle lo trata como a un villano, como si acabara de asesinar a alguien,
mientras que yo no puedo verlo como nada más que amable y protector.

—Ven conmigo —dice Isabelle, alcanzando mi muñeca. Me atrae hacia


ella y me aleja de Nic.

Nic arquea una ceja ante su acción.

—Actúas como si me la fuera a comer.

—Bueno, ¿no estás pensando en eso?

—Ella lo disfrutará.

Ella le devuelve un guiño.

—Necesitaremos tener una buena charla sobre esto —agrega Isabelle—.


Yo me ocuparé de ella desde ahora. Puedes irte.

—¿Me estás echando? —Nic ladea la cabeza—. Soy una luna.

—¿Y qué? Yo también soy una.

Me tira a mi habitación y cierra la puerta en la cara de Nic.

82
Capítulo Nueve

—¿Tu rango es tan alto en el clan? —le pregunto a Isabelle mientras se


apoya en la pared, cruzando los brazos mientras me mira como si estuviera en
una situación inconveniente.
Isabelle huele.

—¿Sorprendida de que yo sea una luna?

—Estás al mismo nivel que los chicos.

—Solo porque no pueden tener un rango más alto con el padre de Sawyer
en la cima. Si estuvieran en otros clanes, los tres serían alfas. No me importa —
Ella suspira—. ¿Por qué seguiste adelante y actuaste así, tonta kit? Te advertí
de ellos y, sin embargo, dejaste que te usaran.

—Usaron... No fue así —Niego con la cabeza mientras estoy sentada en


mi cama—. Creo que quería el sexo tanto como Sawyer.

—No fue una buena primera vez, ¿verdad?

Me muerdo la lengua

—Me dejo a medias —Doblo mis manos sobre mi regazo, ignorando el


calor abrasador que quema mi piel—. Fue agradable al principio. Realmente me
quería y creo que compartimos los mismos pensamientos.

—Ese hijo de puta —Su frente se contrae—. ¿Simplemente te dejo? ¿Sin


cuidarte? ¿Sin consolarte o algo?

—Parecía estar luchando-


83
—Estás hablando por él, cariño. No deberías hacerlo. Los chicos que
dejan a las chicas llorando después de follar deberían ser colgados.

Mi interior se retuerce.

—A Sawyer le tengo que gustar. Por eso estoy hablando por él.

—No tiene que hacer nada. No tienes que ser su compañera solo por este
matrimonio y-

—El tirón de compañeros no se rompen así, y mi padre-

—No es un verdadero vínculo de compañeros. Las parejas predestinadas


no se hacen estas cosas.

—Me gustaría pensar que sí —Pero sé la verdad de lo que sentí. Isabelle


no entiende. No ha sentido el tirón que hace que los dedos de mis pies se doblen,
la necesidad que me ciega como una llamarada en mi visión—. No lo sentiste.
El tirón. Además, debo hacer esto por mi familia. Si no me caso con Sawyer y
vuelvo a unir ambos clanes, mi padre estará disgustado.

Ella arruga la nariz.

—Ninguna familia real obligaría a los suyos a casarse con alguien solo
por una causa. ¿No te aman tus padres? ¿No quieren que seas feliz? No deberían
dejarte casarte con un cabrón que haría tal cosa.

—Lo necesito.

—Al diablo con esto —Isabelle levanta las manos en el aire. Un gruñido
retumba en su pecho mientras me muestra sus caninos—. Vete a la mierda,
Hana, porque realmente mereces ser maldecida por ser tan patética.

Parpadeo hacia ella, sintiendo más dolor latiendo a través de mí. Dios, el
Castillo Crescent no se burla de sus recién llegados.

—¿Qué?

—Sentí lástima por ti al principio, así que decidí dar un paso al frente
para ayudarte, pero te estás dejando pisotear. Tienes que empezar a defenderte
y dejar de permitir que la gente te quite el poder.

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—Yo... no lo entiendo ¿No debo escuchar a mis padres como una buena
hija? —Me doy cuenta de que tienen diferentes conceptos en Occidente, pero la
piedad filial, la lealtad al clan... todos son los principios asiáticos que sigo.
Además, el vínculo de compañeros es algo que mi kitsune interior encuentra
imposible de luchar, y no es algo que pueda simplemente abandonar. Frustrante,
lo sé.

—No si tus padres son una mierda total.

—La familia es primero. Y el Clan es sobre todo los demás —Froto mi


pulgar sobre el dorso de mi mano contraria.

—¿Y quién dijo eso?

—Es lo que los kitsune aprenden al crecer, un concepto que está arraigado
en nosotros desde la infancia. Tenemos que ser leales o el clan se desmoronará.

—Mentira.

Parpadeo hacia ella de nuevo.

Deja respirar a través de los dientes y cambia su peso de una pierna a


otra.

—Crece. Eso es lo que estoy tratando de decir. Vive tu propia vida y toma
el control de ella. Solo tienes que culparte a ti misma de tus acciones.

Sus palabras me congelan, la fragilidad se apodera de mí cuando pienso


en Isabelle cansándose de mí y abandonándome. He estado confiando en ella
desde que llegué a Crescents. Es gracias a su buena voluntad que sentí como si
hubiera alguien cubriéndome las espaldas, y ahora que se ve tan enojada que
podría marcharse, una ligera sensación de pánico palpita en mi pecho.

El ceño de Isabelle se profundiza.

—No tienes que hacer lo que dice tu padre. Dejé mi propio clan cuando
tenía diez años.

—¿Diez? —No puedo imaginarme haciendo algo tan aterrador a una


edad tan temprana.

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—Oh, sí, mi padre era un hijo de puta abusivo, así que decidí largarme
de allí. Nunca miré hacia atrás.

Doblo mis dedos y levanto mi mirada hacia Isabelle, viéndola bajo una
nueva perspectiva. Ella es lo que siempre me imaginé que ser, pero después de
haber sido golpeada tantas veces, es difícil. Tengo que ser más fuerte, como
ella. Llegaré allí eventualmente, y tal vez sus palabras tengan un efecto positivo
en mi psique, pero por ahora, ese viaje mental es un largo camino por recorrer,
el final lejos de la vista.

—Nunca he sido más feliz —agrega Isabelle—. Bueno, hasta Carter, pero
solo lo considero un pequeño bache que debe ser ignorado. Como una mosca el
hombro. Apártalo.

—¿Cómo... cómo puedo ser más como tú?

—¿Hm?

—¿Cómo puedo ser más fuerte?

—Bueno, primero, tienes que aprender a defenderte. Tienes que aprender


a tomar lo que quieres en lugar de dejar que la gente te lo quite.

86
PARTE II

87
Capítulo Diez

Sawyer
Hace 17 años
Sawyer odia a su padre. No sabe por qué mamá confía tanto en ese hijo
de puta, necesitando que papá la cuide a costa de su cordura. Oye a su padre
gimiendo en la puerta de al lado mientras el viejo bastardo choca contra otra de
sus hembras. El techo tiembla; el olor de la lujuria llena el aire. Probablemente
papá esté pasando el mejor momento de su vida mientras la madre de Sawyer
escucha. Si Sawyer puede escucharlo, entonces mamá también puede escuchar
a su padre. Ella está llorando. Sawyer no tiene que verla para saber que tiene las
mejillas húmedas y que le duelen los moretones. Papá le pone nuevos moretones
a mamá todos los días.
Sawyer finalmente reúne la fuerza suficiente para levantarse de la esquina
del suelo en sombras. Sale a trompicones de su habitación y entra en la cocina,
donde mamá prepara la cena. El fuerte olor a carne asada llega a sus fosas
nasales. Mamá echa un vistazo por encima del hombro y mira a Sawyer.

—¡Heyy lobito! —dice—. ¿Cómo estás?

—Estás llorando de nuevo, mamá —responde Sawyer.

Mamá se acerca a la cabeza de Sawyer y le da unas palmaditas.

—Ah, solo de las cebollas.

—Eso es mentira, mamá.

Ella se ríe débilmente.

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—Soy más inteligente que eso. Sé que los lobos no son alérgicos a las
cebollas. Es por papá, ¿no?

—¿Por qué no vas a jugar con los chicos? Van a extrañar no tener más tu
compañía.

Sawyer se retuerce los dedos, mirando a mamá mientras sus cejas se


arrugan. ¿Por qué tenía que ocultarle la verdad? Tiene la edad suficiente para
entender cuando alguien le dice una mentira descarada.

—Los chicos pueden esperar. Solo quiero estar aquí para ti.

Mamá sonríe levemente, pero esa expresión no llega a sus ojos.

—Tu papá... bueno, está teniendo un día particularmente malo. No es un


buen momento para que estés en casa.

—¡Te amo! —dice Sawyer. Corre hacia la pierna de mamá y la abraza,


tratando de ofrecerle consuelo de cualquier forma que pueda—. No quiero que
papá te lastime más. Vámonos de aquí, mamá.

—Él es tu padre, no puedes dejarlo así, él nos protege. Es un hombre


importante, el alfa de nuestro clan.

¿Nos protege? Sawyer recorre con la mirada el hematoma en la muñeca


de mamá. Es a la vez morado y rojo. Cuando papá la golpeó, su muñeca se
rompió tanto que incluso su curación de lobo no puede seguir el ritmo. El
moretón desaparecerá mañana por la mañana, dejando piel fresca para que el
padre de Sawyer vuelva a lastimarla.

—Sawyer —dice papá, interrumpiendo la conversación de Sawyer con


su madre. Sawyer gira rápidamente hacia la puerta, fijando su mirada en el
anciano—. Ve a mantenerte ocupado. Necesito hablar con ella —¿Ha terminado
con esa otra mujer? ¿Por qué su padre viene a molestar a mamá?

Sawyer aprieta su abrazo en la pierna de mamá.

—No.

—Sé un buen chico y déjanos a los dos solos.

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Sawyer niega con la cabeza.

Mamá lo agarra por el hombro y lo aprieta.

—Vete ahora cariño. Tu papá tiene asuntos importantes que discutir


conmigo.

—Mamá, yo-

—Ve.

Ella es severa, y papá le dice a menudo que, si no escucha, golpeará a


mamá aún más. No es que papá siempre golpee a mamá. Hay momentos en que
Sawyer los ve a ambos besándose o sonriéndose, y hay momentos en los que
Sawyer puede fingir que los tres son la familia perfecta, libre de violencia y
culpa. Pero luego vienen los cambios de humor de papá, y en el siguiente
momento, Sawyer ve a una mamá rota y destrozada.

—Volveré más tarde, mamá —dice Sawyer, mirándola con ojos


preocupados.

—No te preocupes por mí.

No importa lo que diga, la ansiedad de Sawyer no se calmará. Se separa


de mamá temblorosamente, luego pasa junto a papá.

—Por favor, no la lastimes —suplica.

Papá ensancha sus fosas nasales, respondiendo con un gruñido


despectivo. Él hace un gesto a Sawyer para que se vaya, y eso pone fin a la
discusión.

*****

Sawyer mira el cielo, observando la luna casi llena, brillando en el mar


de estrellas. Su pulso se acelera, vibra por sus venas, la ansiedad recorre su
espina dorsal como una pitón hambrienta. Los instintos le dicen que nunca
90
debería haber dejado a su madre con ese monstruo. Papá la va a lastimar mucho
y Sawyer compartiría algo de culpa por haberla dejado atrás.
La luna llena saldrá mañana, lo que significa que los hombres lobo
estarán más ansiosos, lo que significa que serán más fácil de molestarse.

Irse había sido un error.

Sawyer ha estado jugando afuera durante unos diez minutos, haciendo


rebotar su pelota de baloncesto en un árbol y practicando su rutina. ¿Por qué
está aquí, lanzando una pelota tonta, cuando es posible que mamá esté
sufriendo? Sawyer atrapa la pelota y la mete debajo de su brazo, luego se
apresura a regresar a casa.

El latido de su corazón se vuelve más errático mientras regresa. Llama a


la puerta de su casa, pero segundos después, sin que nadie le dé la respuesta
inmediata, la impaciencia se apodera de él y se mete en su propia casa.

—¡Mamá!

Huele sangre. El olor es fuerte y forma una niebla espesa alrededor del
aire. Su sentido del olfato aún no se ha desarrollado por completo, pero incluso
un lobo joven como Sawyer entiende que debe haberse derramado una cantidad
significativa de sangre para formar un olor tan espeso.

Escanea sus alrededores en busca de pistas sobre su madre.

—¡Mamá!

Las campanas de alarma están sonando, resonando en su cabeza.

Corre a la cocina, donde la había dejado. Una olla de estofado derramado


yace en el suelo, las cortinas al final de la cocina están rasgadas y hay una huella
de una mano ensangrentada en uno de los gabinetes. Mamá no está aquí. Sawyer
se dirige hacia atrás, concentrándose más una vez que está en la sala de estar.
Él rastrea el olor, siguiendo donde el hierro tiene una presencia más fuerte. Se
siente como si los cables de metal se retorcieran alrededor de sus brazos cuando
entra en la habitación de sus padres, con todo el cuerpo tenso, el sudor goteando
por los lados de su cuello.

91
—M... Ma... —Se atraganta con la pequeña sílaba, incapaz de terminar la
palabra mientras mira la figura destrozada frente a él. Un grito áspero brota de
sus pulmones mientras empuja su cuerpo hacia adelante. Este desastre... no
puede ser ella. Apenas puede reconocer a su propia madre. Le han pelado la piel
para revelar el hueso debajo, le han arrancado un ojo y una de sus piernas está
doblada en un ángulo incorrecto.

Mamá no puede estar muerta.

Sawyer se estremece. Entonces ve que su madre todavía se está


moviendo. Sigue respirando, pero tiene que ser un castigo vivir en un estado tan
deformado.

—L...lobi... to —dice la figura rota. Su voz es apenas un susurro.

La ira surge a través de Sawyer, apoderándose de su mente, cegándole la


vista mientras estira el cuello hacia arriba para enfrentar a su padre. El alfa está
apoyado en el alféizar de la ventana, su postura hundida mientras mira fuera del
castillo.

—¿Como pudiste? —pregunta Sawyer—. ¿Cómo pudiste hacerle esto?

—No lo entiendes, hijo.

—¡No soy tu hijo!

—Amo a tu mamá.

¿Cómo puede decir eso después de convertirla en un desastre?

—He enviado a buscar a una bruja sanadora para que la cuide —dice su
padre.

—No te preocupes. Estará como nueva por la mañana —Papá pasa por
delante de Sawyer y se inclina para llevar a mamá en sus brazos. Coloca la
figura rota sobre la cama y luego le acaricia la mejilla con amor—. Lo siento
mucho —le dice papá a mamá.

—No eres más que un monstruo —dice Sawyer, un gruñido después de


sus palabras.

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—Tengo que decirle —dice papá.

Mamá gime.

¿Dicirme que? Sawyer piensa.


Papá suspira, sacudiendo la cabeza antes de sentarse en el borde de la
cama. Toma la mano de mamá en la suya. Hay una curva torcida en sus labios
mientras sus ojos se nublan.

No debería haber ninguna explicación que haga que papá parezca menos
monstruoso. Los hombres lobo no son criaturas de buen corazón; muchos
matan, roban y golpean, pero solo una criatura verdaderamente vil podría
hacerle algo tan horrible a su compañera.

—Tu madre y yo nos emparejamos por amor; entonces sólo nos


queríamos el uno al otro —comienza papá—, cuando ella tenía dieciséis años y
mi mirada cayó en ella, supe que quería que fuera mía, así que lo hice así. Luché
para llegar a la posición de alfa y conseguí que ella fuera mi esposa.

—No me importa —pregunta Sawyer. Todo lo que sabe ahora es que su


padre es un hombre malo. Su mente joven simplemente no puede comprender
por qué tienen que suceder cosas tan horribles. Mientras está junto a papá, no
puede dejar de mirar a su madre. Su respiración es tan superficial que parece
que podría morir en cualquier momento. Aun así, los hombres lobo no son tan
fáciles de matar. Se necesita una decapitación, un ardor, una vejez o que les
arranquen el corazón para que realmente pasen. —Ella es... ¡ella es tu
compañera!

—Desafortunadamente —Papá se pone rígido. Al ver cómo el rostro del


alfa se contorsiona, Sawyer asume que su padre podría golpearlo o gritar,
actuando violentamente. En cambio, no hay ningún acto de arrebato.

Solo lágrimas.

Papá llora frente a Sawyer, despojándose de la superficialidad que


siempre había mostrado. Sawyer no sabe cómo reaccionar al ver a su padre así.
El llanto alfa parece una fantasía descabellada. Un hombre robusto y terco como
su padre nunca debería poder llorar.

93
—No hay nadie a quien ame más que a tu madre, y aunque me metí en
peleas todo el tiempo en mi juventud, siempre me aseguré de que ella estuviera
a salvo. Subí hasta la cima para no perderla nunca.

—Mentira —Sawyer alarga sus caninos.

—Dios —dice papá—. ¿Qué le he hecho esta vez? Esto es lo peor.

—¡Deja de actuar!

—No estoy actuando, hijo. Cometí un error hace diez años, el día que
naciste. Traté de hacerle la guerra a un grupo de brujas rebeldes ya que les
estaban dando pociones a los vampiros para fortalecerlos. Su líder me maldijo
durante la guerra.

—¿Maldijo?

El alfa asiente.

—Cuando se acerque la luna llena, tendré episodios de una bestia.


Durante ese tiempo, querré lastimar a la persona que más amo, y la romperé una
y otra vez hasta que no pueda evitar querer suicidarme.

Sawyer aprieta los dientes y se niega a escuchar las excusas de su padre.

—Tengo relaciones sexuales con otras hembras porque calma al animal


en mí durante tales episodios. Si lo hago con tu madre, el monstruo realmente
se hará cargo y la romperé. Es difícil controlarlo.

¿No la ha roto ya? Entonces, ¿qué sentido tenía que papá tuviera otra
mujer?

—Esa maldición... ¿Por qué no dejas que mamá se vaya? No podrás


lastimarla si se mantiene lejos de ti.

—¡Oh, hijo, lo he intentado! He hecho todo lo que pude para tratar de


mantenerla alejada de mí, pero la maldición también la afecta. La persona que
más amo hará todo lo posible para estar conmigo, y si no puede, se lastimará,
herirá e incluso se suicidará en el intento. La última vez que la mantuve
encerrada en una celda, se abrió el cráneo.

94
A Sawyer le duele el corazón por su madre. No puede entender por qué
una mujer amable como ella tiene que vivir un destino peor que la muerte. Tal
vez su padre sería más amable de ponerla al final de su miseria.

—Lo intento —dice papá—. Todavía estoy haciendo todo lo posible para
mantenerla a salvo. Hay largos períodos antes de que la maldición haga efecto,
lo que me permite tratar a tu madre lo mejor que pueda.

—Deja de amarla —dice Sawyer, con una fuerte exigencia en su tono de


voz—. Deja de hacerlo.

Su padre suspira.

—Si fuera tan fácil calmar estos asuntos del corazón, la habría dejado ir
hace mucho tiempo. No puedo, no es tan simple.

Las preguntas arden en la mente de Sawyer, pero papá continúa, dándole


poco tiempo a Sawyer para darle sentido a la nueva información.

—Y debo advertirte que no te enamores también, hijo. Las maldiciones


se esparcen de generación en generación. Una vez que te apareas con alguien,
podrías estar atrapado en la misma situación en la que estamos tu mamá y yo.

Sawyer dejó de preocuparse por encontrar a su propia compañera hace


mucho tiempo. Si papá puede hacerle esas cosas a mamá, ¿qué importa el título
de “compañero”?

A partir de ese día, se juró a sí mismo que nunca encontraría una


compañera propia, y si conocía a una chica que le importaba lo suficiente, haría
todo lo posible para mantenerla alejada de él.

Sería por su propio bien.

95
Capítulo Once

Soy Hana Saito y tengo que ser más fuerte.

¿Qué significa ser más fuerte?

Me siento y reflexiono sobre esa palabra mientras me columpio en el


patio. Es un concepto fácil de imaginar, pero más difícil de lograr que
simplemente pensar en él. ¿Cómo llega uno a ser mejor? ¿Es un proceso gradual
o es simplemente serlo?

Suspiro y dejo vagar mis ojos. Mirando la pared de ladrillos grises frente
a mí, me llevo una papa frita a la boca y termino la última bolsa de bocadillos
que traje de Japón. El sabor de la sepia seca envuelve mi lengua, dándome una
cálida sensación de familiaridad. La merienda favorita de Ren también es la
sepia seca, y siempre me daba la última el último bocado cada vez que la
compartimos. Todavía no he conseguido el número de Ren. Isabelle tampoco
me ha hablado desde que me dijo esas frías palabras.

En nombre de Osyn, no me había sentido tan sola y vulnerable en tan


poco tiempo a pesar de mi educación. Realmente no hay nadie que me proteja
aquí en el castillo. Isabelle tiene razón. Tengo que aprender a defenderme.

Doblo el plástico vacío y me paro, preparándome para entrar a la


biblioteca. Debería leer un libro sobre autodesarrollo o algo así. Uno que sea
adecuado para hombres lobo alfa. Quizás eso me dé el coraje que necesito para
enfrentarme a la gente.

Estoy medio aturdida cuando doblo una esquina de los pasillos del
castillo. Mi cara se estrella contra el costado del chico que tengo enfrente.

96
—Uf —digo, dejando caer el paquete de pescado seco vacío—. No quise
tropezar contigo.

—¿Qué no quisiste?

El hombre es joven. Casi más joven que yo. Tiene una cola de caballo
larga y un feo ceño fruncido en su delgado rostro de ojos saltones. No está solo
y su compañía parece feroz. Intento mantener mi atención en él, pero el hombre
corpulento detrás de él hace que el nerviosismo recorra por mi espalda.

—Oye, Big P —dice el que está al frente—. Sabes lo mucho que me


molesto cuando la gente choca conmigo, ¿no? Y también si es la extraña chica
albina —Me mira con la barbilla levantada—. ¿Qué te hicieron cuando eras niña
para ponerte de este color? ¿Te metieron en lejía?

Big P tiene que ser el tipo recio que está detrás de él. Estoy superada en
número por dos matones hombres lobo. No creo que pueda enfrentarme a los
dos a la vez, no a menos que use esos malditos poderes prohibidos míos, no voy
a permitir que mi accidente infantil se repita de nuevo.

Estoy medio evitando sus ojos cuando una fracción de segundo después,
decido mirarlo de frente. Isabelle había hablado de ser fuerte y esta es mi
oportunidad. Se cual es mi límite para soportar golpes, mi padre me lo hizo
saber, pero, ¿dos contra uno? Es un juego arreglado.

—¿Por qué no me respondes? —pregunta el matón con el que me topé—


¿Acaso eres muda?

—Ya me disculpé —respondo—. No hay necesidad de hacer escándalo.

—¿De hacer un escándalo? —El resopla—. ¡De hacer un escándalo! ¿La


escuchas, Big P? Ella me acusa de hacer uno.

—La escuché claramente —dice el otro lobo. Tiene una expresión


aburrida en su rostro tatuado. Big P es una persona enorme, sus hombres son
anchos y enormes. Sus orejas están perforadas en ambos lados con grandes
tachuelas. Es incluso más grande que Nicholas, fornido, grande, como si sus
hombros fueran montañas—. Parece asustada, Stan. Acepta su disculpa y vamos
a cazar. Ha pasado un tiempo desde que comí ciervos.

97
—No vamos a ir a cazar hasta que pague —dice Stan.

—Aquí vamos de nuevo —Big P bosteza.

Stan da pasos hacia mí hasta que mis ojos se nivelan con su pecho. Agarra
un puñado de mi cabello y tira de él hacia atrás. Inhalo, mis pulmones se llenan.
Lucha, Hana. Nunca aprendí a luchar. Siempre que lo intentaba, mi padre me
golpeaba, asegurándose de que me quedara en el suelo. Pero Stan no es mi
padre, lo que hace que enfrentarlo sea más fácil. Es solo otro hombre lobo con
un temperamento incontrolable, un oponente mucho menos intimidante en
comparación con el meishu de los kitsunes.

Podría liberar accidentalmente mi poder si lucho demasiado. Hago una


nota mental para mantener esa parte de mí encerrada, para que no destruya mi
entorno.

—Eres de un color extraño —continúa Stan—, pero una cosa bonita —


Agarra mis mejillas de una manera áspera, forzando a mi boca estar de una
forma aplastada—. ¿Qué tal si me la chupas y dejamos esto por ahora? —Su
expresión cambia de ira a diversión. Una sonrisa maliciosa se forma alrededor
de sus dientes—. Si eres buena, incluso podemos hacerlo rápido.

—Oye Stan —agrega Big P—. Ya basta. Escuché que es la prometida de


Sawyer. No quieres cruzar ese territorio.

—Yo también voy a ser una luna. Muéstrame a Sawyer y le patearé el


trasero.

—No, no lo harás.

—Él entenderá quién está en la cima una vez que tenga a su mujer.

—Stan, madura. Si haces esto, todo depende de ti. No me voy a meter


con Sawyer.

Stan actúa como si Big P no estuviera y se enfoca en mí.

—Eres bastante tentadora, incluso para una albina —Se inclina, sacando
su sucia lengua, como si quisiera obligarme a besarme.

98
Una Hana más joven y con más miedo habría dejado que este hombre
hiciera lo que quisiera con ella, pero no siento nada por él, y mi animal interior
exige que luche. Las garras crecen de las yemas de mis dedos, y las apunto a la
parte inferior de su cuello, hundiéndolas en su piel.

Gruñe, empujándome lejos de él. Intento mantenerme firme, dejando que


mis garras crezcan más. La magia del kitsune burbujea en mi estómago, pero si
la dejo ir, podría hacerle un daño irreparable a Stan. Puedo luchar contra él sin
usar mis poderes. Si permito que se salgan de control, incluso el alfa podría
considerarme demasiado peligrosa para estar entre los lobos de Crescent.

—¿Qué diablos? —pregunta Stan—. Eso duele.

—Estás amenazando con violarme —Aprieto los dientes—. ¿Esperas que


me tumbe y te deje hacer eso?

—Hueles a omega.

—Entonces, revisa tu sentido del olfato —Stan tiene una visión


deformada de las omegas. También leo historias de omegas fuertes. Eran más
serviles, pero eso no significaba que carecieran de valor. Simplemente no les
gustaba pelear tanto como los alfas y preferían ceder. Como yo, lucho cuando
es necesario. Eso es lo que hacen las personas con valor para defenderse.

¿Estoy haciendo esto bien, Isabelle? Pienso para mí.


Stan gruñe ante mis réplicas. Se acerca a mí una vez más y engancha los
dedos debajo de mi cuello, levantando mis pies del suelo.

—¿Me estás insultando, perra?

Gruño de vuelta.

Stan levanta la mano en forma de puño, a punto de lanzarme un puñetazo


en la mandíbula. Me preparo para el golpe, pensando en saltar a un lado para
esquivar. Es entonces cuando una sombra me envuelve, apareciendo al lado de
Stan. Sawyer aparece, agarrando al matón por la muñeca.

Parpadeo, mi cerebro no funciona por un segundo.

Con Sawyer aquí, mi necesidad cobra vida.


99
Tan pronto como Stan ve al hijo del alfa, todos los signos de su valentía
desaparecen de él, convirtiendo su piel en un tono blanco fantasmal.

Stan tartamudea.

—Sa-Sawye-

—¿Qué estás haciendo con lo que es mío? —Su voz es baja pero
intimidante. Siento su necesidad de poseerme mientras lo miro. Sawyer lanza
una mirada en mi dirección antes de volver a mirar a Stan. Un gruñido retumba
en el pecho de Sawyer mientras cierra los puños a los costados.

Stan intenta parecer duro. Se endereza, su mandíbula se flexiona con


determinación mientras se enfrenta a Sawyer.

—Yo... pensé que ella era solo otra omega para joder.

—¿Otra omega? —La expresión de Sawyer se oscurece—. ¿No has


escuchado las noticias?

—¿Q-Qué noticias?

Big P da un paso atrás, la preocupación arruga en su frente.

Sawyer no le da a Stan la cortesía de una respuesta. Su puño vuela hacia


la mandíbula de Stan, derribando a Stan al suelo y enviándolo por el pasillo.

—¡Oh, mierda! —dice Stan, gimiendo mientras se empuja a sí mismo a


sentarse. Sawyer se acerca hacia Stan, con los hombros encorvados, la intención
asesina evidente en sus largas zancadas—. Oye, hombre, déjalo. Solo estaba
bromeando.

—¿Sólo bromeabas? —Sawyer ladea la cabeza—. ¿Llamas bromear al


acoso sexual? Tienes ganas de morir ¿verdad?

Stan se pone de pie. Tiene la guardia levantada, pero su tono no coincide


con su postura corporal tensa.

—Déjalo ir. En realidad, no iba a meter mi polla en-

100
Tan pronto como Sawyer se acerca lo suficiente, Stan lanza su mano con
garras hacia Sawyer, tratando de jugar sucio y atraparlo por sorpresa. Sawyer
esquiva el ataque, lanzando un puñetazo al costado de la cabeza de Stan. Mis
ojos no pueden seguir la pelea. Sawyer se está moviendo demasiado rápido. La
figura de Stan se estrella contra una pared de ladrillos, su cuerpo agrieta la
estructura. Trozos de escombros y rocas caen de la pared, enviando polvo a lo
largo del impecable pasillo del castillo.

Stan ha quedado completamente inconsciente por ese ataque. Su cabeza


está sangrando, y tiene sus ojos cerrados.

Actuando con indiferencia, Sawyer se limpia el polvo del costado del


hombro con dos dedos. Dirige su atención a Big P.

—Limpia esto.

A pesar de ser el doble del tamaño de Sawyer y parecer que podría


aplastarlo en una pelea, Big P asiente. Su cuerpo está rígido cuando responde:

—Sí, señor.

—Y métele este mensaje a su cabeza. Quiero que lo tenga cien por ciento
claro.

—¿Cuál es el mensaje, señor?

—¿Esta kitsune albina de aquí? Ella es mía.

Me congelo. ¿Suya?

Sawyer se gira hacia mí, la intensidad es evidente en la forma en que me


mira. El vínculo tira chispas entre nosotros, enviando otro rastro de lujuria a
través de mi vientre, atormentándome como un incesante latido en la parte
posterior de mi cabeza.

—No... no soy tuya, Sawyer —le digo—. No querías que lo fuera.

—Mierda. Yo tampoco quiero que lo seas, kit —Un montón de


expresiones se muestran en sus rasgos antes de que me agarre por la cintura y
me acerque a él. Me besa intensamente, justo como me había mirado antes—.
No sé qué hacer contigo.
101
Capítulo Doce

Mientras sigo a Sawyer por los caminos del castillo, no puedo evitar
sentirme confundida. ¿Por qué viene a mí ahora si antes me hizo tanto daño?
No puedo leer su plácido exterior. Sawyer es la representación perfecta de un
lobo, su forma depredadora no me da ninguna pista sobre lo que está tramando.
El beso que tuvimos sigue dejándome sus secuelas. Mi corazón late con
más fuerza cada vez que Sawyer está a mi alrededor.

—Siento lo de Stan —dice Sawyer—. No está sano mentalmente.


Algunos dicen que nació con un instinto animal más alto que la mayoría de los
hombres lobo, lo que lo hace propenso a atacar innecesariamente.

—Pensé que podría acabar con él sin tu ayuda.

Sawyer se burla de mi declaración.

—¿Tú? No estoy seguro de si eres tan buena cuidándote.

Mientras estamos a unos metros de distancia, estoy usando todo mi


autocontrol para no arrojarme sobre Sawyer.

—Puedo aprender y eventualmente, podría hacer que la mayoría de las


lunas me teman.

—Claro que puedes. Lo siento dentro de ti, al menos mi lobo lo hace,


hasta cierto punto. No serías mi verdadera compañera si no tuvieras el potencial
de ser digna de mí.

102
—¿Digna de ti? Suenas demasiado confiado. Sobre tu autoestima, eso es
todo.

—No es un exceso de confianza si puedo respaldar mis palabras.

Me muerdo la lengua ante su declaración. La personalidad de Sawyer


grita en todo momento que es un alfa. Su paso seguro, su presencia
abrumadora... el miedo que invoca. Si no fuera por su padre, podría estar
liderando el clan.

—¿A dónde vamos? —pregunto, asegurándome deliberadamente de que


mi voz no suena baja. Se vuelve suave cada vez que mi timidez se apodera de
mí.

—A mi habitación.

—Ese lugar—Es donde Sawyer tomó mi virginidad antes de desecharme


con Nicholas—. No estoy segura de querer volver allí.

—Estás bajo mi protección hasta que solucionemos todo el asunto del


vínculo.

Miro a Sawyer con curiosidad.

—¿Qué quieres decir con solucionar?

—Quiero decir que tenemos que deshacernos del vínculo de compañeros.


Contraté a una bruja para que venga y nos ayude a lidiar con la situación. Antes
de eso, no puedo dejar de pensar en ti ya que mi lobo sigue obligándome a
reclamarte a cada minuto del día. Es jodidamente molesto.

Sawyer se detiene frente a su puerta. Me detengo a su lado, sus palabras


toman tiempo para hundirse en mi cabeza. Mi cerebro se niega a aceptar lo que
acababa de decir: ¿quiere romper el vínculo de compañero conmigo usando una
bruja? ¿Cómo funciona? ¿Y por qué haría algo tan cruel?

—Extrañamente, la atracción no es tan mala cuando estás a mi lado —


dice Sawyer—. Tú presencia me ayuda a calmarme y dejo de tener que
perseguirte tanto. Todavía quiero follarte. Es difícil dejar de pensar en eso, y

103
supongo que la necesidad me volverá loco cuando llegue la luna llena, pero tu
compañía se siente bien.

—Sin embargo, una vez que venga la bruja…

—Estará aquí antes de la luna llena. No tendremos que aguantarnos el


uno al otro después de eso. Ella nos arreglará.

—Me llamaste tuya. Le dijiste eso a Stan.

Sawyer se encoge de hombros.

—No puedo evitar sentirme posesivo. Culpo al animal dentro de mí, dice
cosas en la parte superior de su cabeza.

—¿Pero en realidad no quieres que yo sea tuya?

La postura de Sawyer se afloja. Se vuelve hacia mí, sus ojos azules con
una pesadez que no puedo comprender.

—No quiero que nadie sea nada mío, pequeña. No le deseo ese destino
a nadie.

Lentamente, pensamientos de odio se filtran en mí.

Odio a Sawyer.

No me quiere a pesar de que todo ese año soñé, pensé y anhelé por él.
Simplemente me dejará a un lado como si fuera una ocurrencia tardía, tratando
nuestro vínculo como un inconveniente en lugar de algo significativo para ser
atesorado. Mis pulmones se expanden por mi propia respiración acelerada.

Debería irme. Sawyer solo me traerá aquí para satisfacer el molesto picor
que le da el tirón de compañeros.

—Deja de jugar con mi corazón —le digo—. No quiero estar aquí.

—¿Hm? —Sawyer me levanta una ceja.

—Maldito seas, Sawyer. No voy a seguir estando aquí a tu entera


disposición, apareciendo solo cuando sea conveniente para ti. ¿Quieres romper
el vínculo de compañeros? Bien, adelante. No puedo obligarte a que me ames,
104
pero no esperes que yo sea tu saco de boxeo emocional, solo para que te sientas
mejor, solo porque es lo que tu animal te dice que hagas. No es justo —Niego
con la cabeza—. Es una tortura. Es como un cuchillo clavándose en mi pecho y
quiero más que eso, algo mejor que eso.

¿Qué estoy buscando? ¿Amor? Sawyer no ha mostrado ningún signo de


dármelo. Debería buscarlo en otra parte, porque no tiene sentido que me quede
con alguien tan frío. Pero, ¿qué pasa con el deber que tengo que cumplir con mi
padre? Si abandono a Sawyer, también pierdo mi hogar.

La mano de Sawyer está en el pomo de la puerta. Él aprieta su agarre y


simplemente me mira, sin mencionar nada a pesar de mi arrebato.

Mi boca se adelgaza.

—Si me quieres, entonces ven a mí. —Es tan difícil ser tan inflexible. No
es propio de mí, pero estoy tratando de fingirlo después de encontrar el valor.—
No me hagas seguirte como una mascota, puedo ser mejor que una chica
enamorada que hará todo lo que le pides — Hablar alto tiene un sabor extraño
en mi lengua. Es contundente, por ahora, pero espero estar empujándome en la
dirección correcta.

Cambia su peso a su otra pierna. Hay una ligera arruga en su frente, pero
aparte de eso, su expresión revela poco.

—¿No quieres entrar?

—No, a menos que me quede para siempre como tu pareja predestinada.


No me vas a utilizarme y luego tirarme como si nada.

El silencio cae entre nosotros, el vacío se extiende por un segundo que


parece una eternidad. Sawyer baja la mano del pomo de la puerta. Asiente
ligeramente, luego coloca su mano en la curva de mi espalda. El toque es suave,
pero me está volviendo loca. Quiero más de Sawyer, pero uso toda mi fuerza,
cada fibra de mi ser, para resistir el efecto que el ligero toque de Sawyer tiene
en mí.

—¿Tienes hambre? —Pregunta Sawyer.

—¿Qué?

105
—¿Has cazado antes?

Niego con la cabeza y le lanzo a Sawyer una mirada de asombro. Su


extraña pregunta me distrae de mi ambivalencia y rabia iniciales. Es tan dócil
en comparación con nuestra última discusión.

—¿De verdad a los kitsunes no se les permiten esa emoción? Cazar puede
sentirse como volar. Cuando cedes a tus instintos animales... Bueno... —Una
leve sonrisa roza sus labios. Es la primera vez que veo sonreír a Sawyer.

Me lamo los labios, apartando la mirada antes de volver a mirar a Sawyer.

—A veces cazan —He escuchado a Ren hablar de eso antes. Desaparecía


durante toda una tarde antes de volver a casa con su presa, exudando una prisa
que parecía apoderarse de él. Nunca se me permitió unirme a él; Mi padre no
me daría esas libertades, diciendo que me interpondría en el camino de los otros
kitsunes—. Pero yo no participaba.

—Te trataron como a su dulce princesa, ¿eh? Ya que eres la hija de su


líder. Apuesto a que en casa te dan todo lo que quieres cuando quieres y no
sabes nada sobre el dolor.

El nivel de incomprensión de Sawyer, la falsa impresión que tiene de mí,


me enfurece. Él no sabe nada de mí y está asumiendo algo rápido de mí. Me
pregunto si ese es un rasgo típico de los imbéciles.

—No asumas que lo sabes todo —respondo con un gruñido.

Mi agresión no logra ninguna emoción a Sawyer. Coloca ambas manos


en los bolsillos.

—¿Qué tal una cacería, entonces?

Sigue vacilando entre querer estar cerca de mí y no. Me desconcierta, y


aunque las advertencias de Isabelle suenan en mi cabeza, pidiéndome que me
mantenga alejada del diablo que está frente a mí, estoy de acuerdo.

—¿Dónde? —Me siento más inclinada a ceder a esta sugerencia. No me


está ofreciendo simplemente una habitación para que me siente. Quiere

106
brindarme una nueva experiencia, una que la aventurera niña que hay en mí
anhela.

—El bosque detrás del castillo. Hay muchos ciervos allí.

*****

Vi el bosque durante el viaje hasta aquí, y no me atrajo


particularmente. El follaje aquí es mezquino, careze de la belleza de Japón. En
casa, en la primavera, las flores de cerezo florecen en diferenes formas,
prometiendo serenidad. Aquí, la tristeza de mi entorno refleja el estado de
ánimo que comparto con Sawyer.
—Carter ha estado hablando de ti —dice Sawyer—. Cuando él y yo
salimos juntos, él sigue preguntando sobre lo que estás haciendo —Hemos
salido del castillo y nos hemos adentrado en el bosque. Las hojas ensucian su
suelo, creando una superficie irregular con rocas que sobresalen de ella. Tengo
cuidado con mi equilibrio, pero Sawyer se mueve por el terreno como si fuera
su casa. Probablemente lo haga. No estoy segura de si alguna vez ha vivido lejos
del Castillo Crescent.

Sawyer continúa:

—Carter también es tu compañero, ¿no?

La imagen del cabello rubio arenoso y despeinado de Carter aparece en


mi cabeza. No he hablado con él desde la cafetería, pero sentí el tirón, tan débil
como era.

—¿Es posible que una chica tenga tres compañeros?

—Solo un hombre lobo ha tenido eso.

—¿Quién?

—Osyn —Sawyer sostiene una rama que me había estado bloqueando el


camino. Espera hasta que lo pase a salvo antes de soltarlo.

107
—Pero él es un dios.

Osyn es la deidad que adoran tanto los hombres lobo como los kitsunes.
Se dice que es el primer cambiaformas que existe, y de él provienen todos los
demás cambiaformas. Osyn se originó como un hombre lobo, y los kitsunes son
una subespecie que evolucionó a partir de ellos con el paso del tiempo.

—¿Qué significa si tengo la misma aflicción que un dios? —pregunto.


¿Tenía algo que ver con el monstruo dentro de mí y el poder que tengo
demasiado miedo de desatar?

Sawyer levanta un hombro con indiferencia.

—¿Quién sabe? Podría ser una señal. O simplemente una coincidencia,


estoy seguro de que no quiero ser parte de eso.

—¿Por qué me traes a cazar?

—Es una excusa —Sawyer suspira—. Pensé que mi habitación no era el


lugar donde quisieras estar, así que pensé en atraerte aquí, como una
experiencia. Mi maldito lobo no te quiere fuera de mi vista. Es el puto impulso,
cuando estás fuera, siento una fuerte necesidad de tenerte cerca para asegurarme
de que estás a salvo. Se necesitó todo de mí para no arrancarle la maldita cabeza
a Stan.

—Bueno, de eso se trata cuando uno es compañero de alguien, ¿no?


Queremos mantenernos seguros el uno al otro y, eventualmente, ese instinto
animal se transforma, convirtiéndose en amor-

—No digas esa palabra.

—¿Amor?

Sawyer gruñe.

—Es muy peligroso.

Arrugo la frente. Él está anormalmente en contra de eso, lo cual es


increíblemente enloquecedor. Quiero fisgonear más, pero Sawyer interrumpe
mis pensamientos.

108
—Aquí, lo puedo oler, hay un ciervo cerca.

—¿Cómo cazas ciervos?

Me mira con la cabeza ladeada.

—Deberías saber cómo, incluso si nunca lo has hecho antes. Sigue tus
instintos; el depredador que hay en tu interior debe hacerse cargo y, a pesar de
tu predisposición a ser una omega, todavía estás en la parte superior de la cadena
alimentaria. No es tan difícil de entender.

—A los kitsunes les gusta cazar, sí —Al menos eso es de conocimiento


común—, pero no cazamos ciervos. Normalmente buscamos presas más
pequeñas, como conejos y pájaros —Eso es lo que Ren me dijo de todos modos.

—No tienes que cazar si no puedes.

Yo quiero. Mi padre nunca me dejaría tener una experiencia tan divertida


como esta.

—Necesito que me muestres cómo, eso es todo. Una vez que lo domine,
ya no necesitaré tu ayuda.

Sawyer sonríe. Su diversión me toma por sorpresa.

—Ahora, ¿de dónde vienen estas agallas?

—¿Agallas?

—El exceso de confianza. ¿Crees que no me necesitarás tan pronto,


pequeña kit?

—No es exceso de confianza si puedo hacerlo.

—Ja — La sonrisa de Sawyer se convierte en una mueca. Me mira con


sus ojos centelleantes, y la atención hace que mi corazón se acelere. Me muerdo
la lengua y me advierto mentalmente que me concentre—. Me has atrapado —
agrega Sawyer. De repente, se detiene.

—¿Por qué te detuviste de repente?

109
—Creo que es hora de transformarnos. Después de eso, nos acercaremos
lentamente al ciervo —Cierra los ojos, concentrándose. Todo su cuerpo se
empaña, nubes oscuras se arremolinan a su alrededor. Deja que su forma de
hombre lobo se haga cargo. Sus huesos se transforman y el pelaje brota de su
cuerpo. Sus manos se mueven, sus dedos se acortan, convirtiéndose en patas
que recorren el suelo de una manera suave.

El mismo hermoso lobo gris que había visto en el castillo está frente a
mí, con las orejas dobladas hacia atrás. Se lame la pata y luego me mira.

—¿Que estas esperando? —pregunta Sawyer.

Parpadeo, sorprendida de escuchar su voz dentro de mi cabeza. Los


cambiaformas tienen la capacidad de proyectar sus voces en las mentes de los
seres que los rodean. Lo he usado con los otros kitsunes, pero extrañamente, el
uso de la voz mental por parte de Sawyer me toma por sorpresa. Supongo que
aún no lo he registrado como el gran lobo gris, ya que lo he soñado en su forma
humana durante demasiado tiempo.

—Sí —digo, conteniéndome de pronunciar un tartamudeo— Sólo un


segundo —Busco más profundamente en mí misma, buscando en mi mente mi
kitsune. Ella sale en una fracción de segundo, lista para apoderarse de mi cuerpo
humano. El proceso al que me someto no es muy diferente al de Sawyer.
Cambio a mi forma de zorro, agitando mi única cola detrás de mí una vez que
termino. Sacudo mi cuerpo vigorosamente para quitarme la suciedad de la piel.

—Me dijiste que eres mestiza. ¿Dónde está tu lobo?— pregunta Sawyer.
—Siempre me he convertido en un kitsune. Nunca en un lobo. Creo que
hay algunos rasgos de lobo en mí... en algún lugar, pero hasta ahora, mi lado
kitsune ha sido predominante —Oculto el hecho de que sé de mi loba. Ha estado
escondida durante demasiado tiempo y, hasta ahora, nunca la he sacado. Ella
está allí, acurrucada en alguna parte de mí, y tal vez algún día salga.

Mis instintos animales aumentan cuando estoy en mi forma de kitsune.


Mis sentidos captan mi entorno mucho mejor. Escucho el canto de los pájaros
en el bosque, huelo las hojas y la tierra con más intensidad. Incluso los colores
de la naturaleza brillan más cuando soy una kitsune. El tirón del compañero
disminuye, aunque siento la necesidad de rozar mi pelaje blanco contra el de

110
Sawyer. Su olor es más fuerte cuando lo huelo como un kitsune. Me acerco a
él, atraída por el embriagador aroma ahumado y mentolado que emana.

—Concéntrate —dice Sawyer, su voz apareciendo en mi cabeza una vez


más. Menciona esa palabra con tanta intención que me pregunto si está hablando
solo—. Los ciervos pueden ser una presa, pero cuando luchan por sus vidas,
pueden herir y mutilar. Tenemos que ser cuidadosos, no te distraigas con
ninguna de esas tonterías.

—Lo estás llamando una tontería ahora —resoplo—. Parece que me estoy
adormeciendo con tus palabras. No parecen doler tanto cada vez que dices algo
malo.
Sawyer levanta las orejas, poniéndolas en atención. Sus ojos de lobo se
entrecierran mientras inspecciona nuestro entorno.

—Está justo allí —dice Sawyer—. ¿Puedes olerlo?

Todo lo que siento es bosque. Mi pecho se expande mientras mis


músculos se tensan, luego, entrecerrando los ojos, trato de afinar mis sentidos
sobre a qué se refiere Sawyer. Viene como una presencia débil, lo siento un
segundo después. Hay un ciervo en una fila de árboles a nuestra izquierda.

—No lo estropees — continúa.

—No estás aquí por los ciervos, ¿verdad? —pregunto.


—¿Mmm?

—Solo quieres estar conmigo.

—Dije que toda esta experiencia es una excusa. Escucho a mi lobo y no es


el más inteligente.
Su admisión me afecta más de lo que me gustaría admitir, lo que hace
que mi corazón se estremezca de anticipación. Hay esperanza para los dos, pero
no me aferro a ella, no sea que accidentalmente le dé a Sawyer más poder para
destrozar mi corazón.

*****

111
El venado esta pastando en el suelo del bosque, sin darse cuenta de
que los dos lo acechamos desde los arbustos. Tiene un rostro amable,
inexpresivo e inocente. Observando desde lejos, noto cuán majestuosa y en
sintonía esta el venado con la naturaleza. Cada centímetro de su cuerpo es
vigoroso y el brillo de su pelaje indica lo saludable que está. Mi lado humano
quiere mantener vivo al ciervo para poder seguir admirándolo, pero el kitsune
anhela la caza y la emoción de acabar con su presa.
Sawyer, en su forma de lobo, saca su lengua y se la pasa por la boca. Ya
se lo está imaginado como comida, una de sangre, dolor y carne cruda. Nuestro
lado humano puede ser una gran parte de nosotros, pero siempre habrá un lado
brutal y animal involucrado con cambiaformas como kitsunes y hombres lobo.
Siempre habrá un deseo de matar, de herir, de subir a la cima de la cadena
alimenticia. Los alfas o lunas como Sawyer, especialmente, tienen que afirmar
su dominio.

—Esto será rápido —dice Sawyer—. Puedo hacer la mayor parte del
trabajo. Si algo sale mal, intenta asegurarte de que el ciervo venga en mi
dirección. Solo quiero apuntar a la yugular y darle una muerte rápida.
Respiro profundamente.

—Es cinco veces más grande que yo —Los kitsunes son mucho más
pequeños que los lobos en comparación—. ¿Me temerán los ciervos?

—¿Tienes miedo, pequeña kit?


—No —miento. Pienso en muchas formas en que esto puede salir mal.
Sawyer sabe lo que está haciendo, ¿verdad? Con él alrededor, la matanza
debería ser rápida. Es un hombre lobo con experiencia y, a diferencia de mí, la
novata que acaba de salir de Japón, Sawyer probablemente ha hecho esto cien
veces o más.

—¿Cuándo es el momento adecuado para atacar? —pregunto.


—Ahora.

—¿Qué...?

112
Salta de los arbustos, usando la fuerza de sus patas traseras, y en un
instante, aterriza sobre el ciervo, empujándolo hacia abajo con su forma maciza.
La criatura no tiene ninguna posibilidad. Sawyer tiene al ciervo en el suelo en
una fracción de segundo. Muerde su cuello, luego hunde sus dientes en su
yugular. La sangre sale del cuello del ciervo, mancha el pelaje de Sawyer y llena
el aire con el olor a hierro derramado.

El ciervo se agita debajo del gran lobo, pateando sus patas como si
suplicara por su vida, pero Sawyer continúa sujetándolo por el cuello, sin darle
esperanza de sobrevivir. La lucha del ciervo se debilita progresivamente. Se
agita hasta que no le queda más energía. Se necesitan unos segundos duros y
atormentadores antes de que el ciervo pierda toda su fuerza de voluntad y ponga
los ojos en blanco.

Sawyer lo suelta, con la apariencia de un villano mientras se aleja del


ciervo. Exuda el aura de un asesino, la sangre alrededor de su boca gotea. Parece
un depredador mientras termina su matanza, cada tendón de músculo de sus
huesos grita peligro. Me atrae la fuerza que emana de él; el poder que corre por
sus venas llama a las mías, y en este momento sádico, encuentro una conexión
con él.

El ciervo cierra los ojos y su pecho deja de moverse. Sawyer exhala un


soplo por la nariz cuando el ciervo muere.

—Traté de hacer su muerte lo más rápido posible. Toma tu parte —dice,


empujando el cadáver con el hocico. Ningún humano pensaría en comer carne
cruda de esa manera, pero mi kitsune está complacido con la oportunidad de
comer una presa tan fresca. Acecho hacia el ciervo, salivando por la comida.

—No ayudé mucho —respondo.

—Fui lo suficientemente suave como para que no tuvieras que intervenir.


El lobo gris arranca un trozo de carne del costado del ciervo. Traga la
carne de un trago, masticando poco. Ignoro la expresión muerta del ciervo
mientras le toco el muslo, dejando que la cruda sensación fluya por mi lengua.

Recuerdo los viejos cuentos que hablaban de kitsunes como demonios y


de hombres lobo como monstruos que acechaban la noche. Los cuentos no están
lejos de la realidad. En la antigüedad, durante la luna llena, en el apogeo de
113
nuestro poder, la sed de sangre era la más fuerte, y a menudo se sabía que los
hombres lobo trataban a los humanos de la misma manera que nos estábamos
deleitando con este ciervo, como una presa para ser devorada. Los humanos
hablaban de la muerte a manos de un hombre lobo como una de las cosas más
aterradoras de experimentar, y aquí estoy, retozando con uno de los
descendientes de los antiguos torturadores.

La naturaleza monstruosa de nuestras razas se diluyó a lo largo de los


años, ya que tanto los kitsunes como los hombres lobo aprendieron a
sintonizarse más con nuestro lado humano, pero nunca nos libraríamos de la
necesidad de matar por completo.

—¿Estás disfrutando de la comida? —pregunta Sawyer.

—Es sabrosa —respondo—. Gracias.


—Es una matanza común.

—No te agradecía por la comida. Me refería a la experiencia.


Sawyer me mira como si no entendiera el significado de mis palabras. En
forma de lobo, sus ojos también son azules, están helados y fríos, parece que
necesita algo de calidez en él, al igual que yo.

Trago el trozo de carne que mordí del cadáver.


—Quería ir a cazar desde que mi padre trajo sus primeros conejos, pero el
clan no me quería en la acción. Incluso Ren no me llevó.
Entrecierra los ojos.

—¿Quién es Ren?

—Mi mejor amigo de Japón. Es el kitsune con el que solía jugar mucho,
especialmente durante mi infancia.

—Pídele que se mantenga lejos de ti.

—¿Por qué habría de hacerlo?


—Porque eres mi compañera —Sawyer gruñe, mostrándome sus caninos
cubiertos de sangre—. ¿No es obvio?

114
—Pensé que no querías tener nada que ver con eso. Dijiste que es sólo una
tontería temporal. ¿O estás cambiando de opinión?
Se queda en silencio, como si lo pillara en su error.

—Odio la idea de que otro hombre haya estado a tu alrededor, a menos que
ese hombre sea Carter o Nicholas.
—La bruja se encargará de eso —Le rezo a Osyn para que no lo haga.
Me estoy burlando de Sawyer, usando sus propias palabras en su contra. Estoy
deseando que le afecten, pero la mirada de indigencia que me da demuestra que
no es así. Suspiro—. Además, Ren siempre está cerca de mí. No puedo alejarlo,
ni siquiera si estoy emparejada contigo.

—Supongo que tendré que matarlo, entonces —Sawyer dice


rotundamente. Es difícil saber si habla en serio o no.

—Si te atreves a lastimar un cabello de la cabeza de Ren, te mataré.


Sawyer resopla.

—Que linda. Tus amenazas casi me hacen cosquillas, kit — Se aleja del
cadáver antes de volver a su forma humana. Cuando está de vuelta en su ser,
hay una mancha de sangre en un lado de su boca. Lo limpia con el dorso de la
mano, luego aparta casualmente el flequillo de su rostro—. Todavía hay
demasiada comida. Tendré que cargarla. No puedes terminarla, ¿verdad?

Niego con la cabeza. Los kitsunes no son particularmente grandes, por lo


que no podemos comer mucho.

Sawyer saca un cuchillo de caza de su bolsillo. Se inclina, con habilidad,


corta la cabeza del cadáver, dejando atrás las partes más carnosas del ciervo. Se
echa el resto al hombro, cargando al ciervo como si no pesara nada.

—Te acompañaré a casa.

Estoy a punto de cambiar y seguirlo cuando una sensación de malestar


sube por mi estómago. Mi visión se vuelve borrosa. Sin previo aviso, mis pies
se vuelven pesados y débiles al mismo tiempo, mis piernas no pueden soportar
el peso de mi Kitsune. Las náuseas me rodean, la náusea se apodera de mí.

115
Enferma. Me siento locamente fuera de esto.

Mi mirada busca a Sawyer. ¿Sabe lo que está pasando? Cuando mis ojos
se posan sobre él, veo que está sufriendo de la misma manera que yo. Se
convierte de nuevo en lobo, probablemente debido a la necesidad de pedir
ayuda. La magia se hace cargo, rozando su piel para que las pieles broten de sus
brazos y sus huesos se muevan. Cambiar puede ser difícil y requiere inmensas
cantidades de energía. Me sorprende que pueda cambiar su forma a pesar de
estar tan fuera de sí como yo. Se siente como si un mar de veneno se derrame
en mi cabeza. Es imposible mantenerse estable estando tan enferma.

¿Esto puede matarme?

Sawyer curva su cuello de lobo hacia arriba. Un aullido rasga el aire,


cantando a través del bosque. Me recuerda a una petición de ayuda.

Yo también trato de aullar, aunque los aullidos de zorro son mucho más
ásperos y no viajan muy lejos.

Pierdo el control de mi conciencia. Mi cabeza cae al frondoso suelo


debajo, mis párpados se vuelven más pesados. Los latidos de mi corazón se
aceleran dentro de mi pecho, el pánico llenado de miedo. Pierdo el control
cuando el miedo se apodera de mí. Creo que voy a morir, y el monstruo dentro
de mí deja su caparazón, listo para lastimarse, mutilarse y protegerse.

Fue entonces cuando dejo que mi poder salga de su jaula, ese oscuro,
oscuro poder prohibido. No debería. ¡No! Intento retenerlo, mantenerlo sellado.
Lo he mantenido en secreto durante tanto tiempo que tengo que retenerlo ahora.

116
Capítulo Trece

Abro los ojos y ahí es cuando el dolor me golpea. Un trauma crudo y sin
filtrar me sube por un lado de la cabeza. Cierro los ojos con más fuerza, lidiando
con el corte afilado que se siente como si estuviera a punto de destrozarme el
cerebro.
A medida que el dolor retrocede, busco en mi memoria, tratando de
pensar en lo que sucedió justo antes de perder el conocimiento. Había un
ciervo... Sawyer luchando...

¡Sawyer!
Mi instinto se alerta, y mi cuerpo encuentra fuerza al pensar en mi
compañero sufriendo. Me incorporo, mi respiración se acelera mientras las
preguntas me atraviesan. ¿Está bien? ¿Sobrevivió? ¿Y qué nos había pasado a
los dos con el veneno y las náuseas repentinas?

Escucho a alguien poniendo un vaso de agua a mi lado, sacándome de


mis pensamientos, así que lucho contra el maldito aturdimiento y me vuelvo a
mi lado. Nicholas está allí con su cuerpo descomunal. Me observa con una
expresión cuidadosa, su rostro afilado con el ceño fruncido. Inspecciono mi
entorno a su alrededor. Estoy de vuelta en mi habitación, la que me ofreció el
alfa cuando llegué aquí por primera vez. Huele a mis cosas, la familiaridad me
proporciona una pequeña sensación de comodidad.

—Estás toda magullada —dice Nicholas, con una reprimenda en su


tono—. ¿Cómo te sientes, pajarito?

Miro el vaso de agua, con la garganta reseca.

117
—¿Puedo?

Nicholas inclina la barbilla.

—Por supuesto, sírvete.

Susurro un pequeño agradecimiento y alcanzo el vaso, llevándolo a mi


boca para tomar sorbos.

—He estado mejor. No pensé que iba a perder el conocimiento de esa


manera. ¿Sabes cómo esta Sawyer?

—Está completamente recuperado y ha vuelto a su rutina normal. Han


pasado dos días.

Me retraigo.

—He estado durmiendo durante dos días. Eso... ¿era veneno? Realmente
me hizo daño.

Nicholas niega con la cabeza.

—No es el veneno lo que te puso en tan malas condiciones.

—¿Entonces qué?

—Fue lo que hiciste por dañar el bosque. Usaste demasiada energía y eso
te dejó inconsciente. Carter y yo escuchamos el aullido de Sawyer, así que
fuimos allí tan pronto como pudimos. Para cuando llegamos allí, el área en la
que estabas parecía como si hubiera habido un incendio. Solo que no había
ninguno.

Suena como mi poder. Tengo la capacidad de destruir la vida. Tan pronto


como lo suelto, la vida a mi alrededor desaparece, drenando a los seres vivos,
convirtiendo todo en un color negro ceniciento. Casi mato a alguien una vez por
eso, pero se las arregló para sobrevivir. Aun así, Hoshi nunca regresó a su estado
normal, me odia por ello.

—¿Qué hiciste, pajarito? —Nicholas pregunta—. ¿Por qué el bosque


estaba muerto cuando llegamos?

118
Aprieto mi mandíbula.

—Usé la magia, la magia que me habían prohibido usar. Es demasiado


poderosa. Padre odia que tenga esa habilidad, ya que no puedo controlarla y es
tan volátil como su estado de ánimo. No se parece en nada al arte elemental
normal que tienen los kitsunes —Respiro profundamente—. No sé qué es, pero
cuando se libera, todo muere. Fue por desesperación. No debería haberlo usado
cuando estaba tan cerca de Sawyer. Podría haberlo matado.

—Le salvaste la vida —dice Nicholas.

Frunzo el ceño, inclinando la cabeza en pregunta.

—Los cazadores envenenaron a los ciervos usando sus hechizos, fue por
eso que ambos se enfermaron. Liberan ciervos alterados en la naturaleza para
tentar a los hombres lobo, y si no tenemos cuidado, a veces nos comemos uno
—Nicholas olfatea, pasando un dedo por la punta de su nariz mientras muestra
molestia—. Sawyer cometió un error al sacarte así, debería haber estado más
atento. Es fácil saber si un cazador ha alterado a un ciervo. Las marcas en su
piel cambian ligeramente, pero supongo que Sawyer se volvió perezoso y no
notó el cambio en ese ciervo. Casi los perdemos a los dos por los cazadores.

—No entiendo cómo mi poder se relaciona con el veneno.

—Después de que el hechizo se activa, los cazadores suelen atacar para


matar a los hombres lobo debilitados. Si no hubieras causado esa destrucción,
seguro que ambos habrían terminado muertos. Tu magia es nueva, y eso asustó
a esos cazadores.

Mis músculos se tensan, ese había sido un llamado cercano. Pensar que
un simple viaje de caza podría habernos matado a los dos.

—No sé por qué mi poder perdonó a Sawyer —digo—. Por lo general,


elimina todo lo que lo rodea.

Nicholas se encoge de hombros.

—Tal vez se pueda explicar a través del vínculo de compañeros —Se


sienta a un lado de mi cama, el colchón se curva hacia abajo debido a su peso.
Él alcanza mi mano, acercándola a su regazo, luego toma su otra mano alrededor

119
de mis dedos. Sus dedos son tan grandes en comparación con los míos. Su toque
envía consuelo y calidez a través de mí, haciendo que un enjambre de mariposas
revoloteen por mi interior. Me concentro en su olor, el que huele a
masculinidad.

Un segundo después, comienza el tirón del compañero.

—Tú... me estás tocando —le digo—. Como un compañero.

Mi visión se vuelve borrosa antes de que las estrellas se filtren por sus
lados. El calor que siento de Nicholas me dice que ambos estamos destinados a
estar juntos. Imagino una larga y fructífera vida con él, llena de pasión, deseo y
alegría. Es tan repentino, tan abrumador y, sin embargo, me parece correcto.
Esto es absurdo, y es una gran tormenta de información para tragar de una. Mi
sentido del oído aumenta, mi estómago se retuerce por la atracción que tengo
hacia él. Mi mundo gira con Nic como mi eje, girando y girando hasta que él es
la única persona en la que puedo concentrarme.

Al principio, pensé que Sawyer tenía que ser mi pareja predestinada,


mientras que Nicholas y Carter podrían haber sido anomalías. Las extrañas
sensaciones que me dieron podrían haber sido otra cosa. Pero el toque de
Nicholas arroja esa hipótesis por la ventana. Él es mi alma gemela, al igual que
lo será Carter, y puedo prever que lo amaré tanto como a Sawyer, siempre y
cuando el futuro siga siendo justo para nosotros y podamos permanecer juntos
el mayor tiempo posible.

—Maldita sea —dice Nicholas, con una sonrisa arrastrándose por sus
mejillas—. Es seguro, entonces. Quiero que seas mía —Busca mi rostro antes
de que sus ojos se posen en mi pecho, cayendo hasta mi vientre antes de volver
a mis ojos.

Se me hace un nudo en mi garganta.

—Dijiste que querías evitarme el dolor de otro vínculo —Mi atracción


por Nic corre como electricidad debajo de mi piel, es imposible de ignorar.
Siento lo mismo viniendo de él.

Nic frota su pulgar por el dorso de mi mano.

120
—Eso fue antes de que los cazadores estuvieran a punto de matarlos a ti
y a Sawyer. Lo siento por tocarte e incitar el vínculo de compañeros de esa
manera... tal vez debería haber esperado hasta que te recuperaste, pero cuando
te vi inconsciente allí en el bosque, pensé que lo había estropeado, mucho.
Podrías haber muerto antes de que yo supiera de que realmente eres mi
compañera —Los iris de Nicholas se oscurecen, volviéndose de un verde más
oscuro y profundo, la sombra inquietante—. Ahora lo sé con certeza.

Me duelen los muslos por la necesidad de que me llenen, de la misma


manera que sentí cuando Sawyer los descubrió por primera vez. Las froto juntas
mientras la excitación moja mis piernas. La nariz de Nicholas se contrae.

La sensualidad recorre mi piel, mi estómago se agita de anticipación


mientras imagino a Nicholas abalanzándose sobre mí, abriéndome con sus
manos ásperas y entrando en mí sin abandono.

Lo necesito.
Ignoro los latidos de mi cabeza, la lujuria se apodera de mí, mientras me
muevo hacia Nicholas, agarrando su hombro para poder tirar de su cuerpo
grande y musculoso hacia mi cuerpo tembloroso. Coloca sus manos a los lados
de mis caderas mientras se sube a la cama. Es tan enorme que podría aplastarme
con su tamaño, pero Nicholas es gentil. Me trata con cuidado, asegurándose de
no poner demasiado peso en mi cuerpo comparativamente mucho más pequeño.

Quiero que me lastime. Hay una parte enferma de mí que disfruta del
dolor, tal vez por la forma en que mi infancia me ha chocado. Me imagino a
Nicholas presionándome mientras me penetra con un hambre animal, pero me
está tratando con tanto cuidado que es frustrante.

Nicholas acaricia el costado de mi mejilla con el dorso de la mano.

—Abre la boca, pajarito.

Hago lo que dice, abriendo los labios para poder ofrecerle mi lengua.
Tararea satisfactoriamente cuando obedezco su orden.

—Mmm —Empuja dos dedos contra mi lengua—. Chupa.

121
Ruedo mi lengua alrededor de sus dedos, gimiendo cuando el deseo hace
que la protuberancia de mi clítoris se hinche.

Los ojos de Nicholas se nublan. Agrega más presión a mi lengua con su


dedo índice y medio, obligándome a saborear la salinidad de su piel.

—Cuando te miro así — comienza—, te imagino probando mi polla. Eso


te gustaría, ¿no? —Mientras habla, me mete otro dedo en mi boca. La tensión
se acumula en la parte inferior de mi vientre, así que froto mis muslos para
aliviarla.

Saca sus dedos de mi boca y yo lloro por la pérdida de su sabor.


Sosteniéndome con su otro brazo, arrastra sus dedos húmedos por mi cuello,
dándome un cosquilleo que recorre mi piel, estimulándome con una sensación
agradable y ligera.

—Si te pidiera que te dieras la vuelta y me mostraras tu coño —dice


Nicholas—, ¿serías una buena chica y me escucharías?

Acababa de perder mi virginidad con Sawyer. ¿Sería demasiado puta


mostrarme a Nicholas? Una chica no debería exponerse a tantos hombres; al
menos, esas son las enseñanzas del clan kitsune. Debe permanecer pura, como
el pelaje níveo de los kitsunes.

Mi miedo desaparece con el asalto de Nic a mis sentidos. Él llena mi


cuello con besos. Muevo mis caderas contra las suyas, sujetándome a ambos
lados de sus brazos. Siento su excitación, dura y exigente, rozando la parte
interna de mis muslos mientras me muevo. ¿Cómo es que él tiene tanto
autocontrol para tocarme así y no forzarme? Mi kitsune interior está aullando
de frustración, suplicando encontrar alivio.

—¿Demasiado tímida? —Nicholas pregunta, una risa saliendo de su


garganta—. Así que quieres que yo haga todo el trabajo. Estaré feliz de hacerlo
—Desliza su mano por mi camiseta, alcanzando mi torso. Encuentra el broche
de mi sostén, sus hábiles dedos desabrochan el objeto, aflojando la prenda de
mi piel.

Por un segundo me pregunto si debería hablar. Estoy tan adormecida que


estoy segura de que solo puedo pronunciar palabras incoherentes. Lucho contra

122
la nubosidad de mi mente, logrando palabras a pesar del anhelo reverberante
que llena mis pensamientos.

—No... es... eso... — Presiono mi lengua contra el paladar—. Demasiada


t-tensión...

—¿Frustrada, pajarito? —Nicholas susurra contra la curva de mi cuello—


. Yo también. He pensado en un millón de formas de follarte desde que mis ojos
se posaron en ti, y ahora, me abstengo de usar una.

—¿Por qué p-parar?

Nicholas levanta sus tortuosos dedos hacia mi pezón. Lo rodea, pasando


sus dedos alrededor del montículo de mi carne, antes de pellizcar mi pezón para
darme la cantidad justa de dolor.

—Cuando te tenga, quiero compartirlo con los otros dos —dice—.


Quiero ver a Sawyer y Carter anudarse en ti, corriéndose tanto como quieran
mientras yo te tomo como mía. Esa será la forma más placentera para mí, de
experimentar tu cuerpo.

—No tienes que esperar.

—¡Oh sí! —dice Nicholas—. La primera vez con mi compañera será


inolvidable. No voy a estropearlo como lo hizo Sawyer.

Me distraigo una vez que Nicholas habla sobre ese incidente. Sawyer...
¿se supone que debo seguir dedicándome a él después de que me haya alejado?
¿Es un engaño para mí estar aquí, divirtiéndome con su compañero? Nicholas
atrae mi atención errante hacia él de inmediato, forzando mi coño a abrirse
metiendo sus dedos dentro. Estoy tan mojada que él se desliza fácilmente, por
lo que sus dedos no tienen problema en masajear mis paredes.

Gimo, arqueando la espalda. Nicholas encuentra mi punto G, y tan pronto


como lo hace, echo la cabeza hacia atrás.

—¡No! —grito, mi cuerpo tiembla.

—Tu interior —Comienza Nicholas con una respiración pesada—. Está


tan apretado.

123
¡Dios, Dios, Dios!

Con él tocándome así, podría explotar en cualquier momento.

—Por favor... no... pares —le ruego.

—¿Hmm? —Nicholas sonríe—. ¿Y si lo hago?

Cierro mis ojos.

—Por favor, por favor, por favor.

—Eso no es una respuesta.

Ahora mismo no estoy en condiciones de responderle. No soy más que


una bola de masilla, derritiéndome bajo la sensualidad de su tacto. Bajo la mano,
deseando rodear su polla para sentirla en la palma de mi mano, pero Nicholas
me empuja para mantenerse fuera de mi alcance. Con qué dulzura me
atormenta. Me agarro a sus hombros, él me deja hacerlo, cuando Nicholas
cambia el ángulo y la presión de su dedo con un rápido movimiento. La
sensación de tirantez en mi centro se desata, desprendiéndose en ese momento.

Me golpea en una ola enorme, brotando a través de mis nervios,


inundando mi mente con un torrente de hormonas que me empuja al límite y
luego estoy corriéndome y hundiéndome y siendo destruida por la implacable
tormenta de emociones que se apoderan de mí.

Lloro.

Ni una sola vez me he sentido tan bien en mi vida. Alcanzar el orgasmo


con el contacto de un compañero potencial es una dicha que no merezco. Mi
realidad se desvía del centro, girando y girando, dando vueltas y vueltas, hasta
que mi mente se ve atrapada en un torbellino.

—¿Te divertiste, pajarito? —Nicholas pregunta, soltando un ronroneo.


Saca su mano resbaladiza de mis pliegues y se la lleva a la boca. Con una sonrisa
astuta, lame mis jugos de sus dedos, con una cara de placer. El calor sube por
mis muslos y me calienta las mejillas. Está disfrutando esto demasiado.

Me siento sucia y fascinada al verlo. Puedo olerme a mí misma en él, mis


jugos deletrean cuánto deseo a Nicholas.
124
Murmuro palabras inaudibles, mareada por la euforia.

Él ríe.

—Lo tomaré como un sí.

Nicholas se baja de mí, arrojándose sobre mi cama. Se mueve para tener


una mejor posición para abrazarme, luego me acerca a su pecho. La tela de su
camisa es suave, calmando la aceleración de mi pulso, dándome consuelo
mientras rozo mi cara contra los músculos de su torso.

—¿Cómo controlas el tirón de compañero? —pregunto, recuperándome


de la niebla que nubla mis pensamientos.

—Apenas lo hago —responde, pasando una mano por mi espalda. Me he


calmado un poco ahora que he alcanzado mi orgasmo, pero sigo deseando a
Nicholas, que se anude dentro de mis pliegues y me reclame. Maldita sea mi
kitsune. Es luchadora y codiciosa y no le importa si paso días enteros teniendo
sexo—. Es un desafío —Gruñe, como si me advirtiera de lo difícil que es para
él contenerse.

—Entonces, ¿por qué pasar por este dolor?

—Porque, pajarito —dice Nicholas, apretando su agarre alrededor de mi


cintura—, el tirón que me das también es muy difícil de resistir, y los suaves
ronroneos que haces cada vez que nos tocamos son una motivación suficiente
para tenerte cerca.

La dulzura de las palabras de Nicholas me pone en guardia ya que no soy


alguien en quien confiar fácilmente. Aun así, hacen que mis mejillas se
sonrojen, provocando una excitación retorcida en mi vientre.

Me relajo una vez más mientras los suaves labios de Nicholas presionan
mi frente. No lo conozco muy bien, pero estar tan cerca de él alivia mi ansiedad.
Estar a su lado se siente seguro.

—Quiero protegerte —dice, soplando un ligero aliento en mi mejilla—.


No sé por qué, pero mi lobo no quiere nada más que mantenerte lejos del daño.

Dejo que su voz me calme. Mi cuerpo se afloja, se relaja.

125
—Me dije que me enamoraría de Sawyer. Me aferré a esa idea durante
mucho tiempo.

—Lo harás. Pronto verá el error de sus caminos. Y tú también me amarás,


como lo harás con Carter. Los tres seremos tuyos, Hana.

—Mmm —Eso sonó bien, estar rodeada de amor. Era mi sueño cuando
era niña, y todavía rezo para que suceda. Sin embargo, esa oración nunca ha
sido más que eso: un sueño. El amor para mí es una historia lejana. Una
maravilla que experimentan otras personas, pero yo no, nunca para mí. Siempre
me han dicho que no merezco amor, especialmente no del tipo que lo abarca
todo y que provoca un mareo cálido y calmante.

Mis párpados se cierran, con Nicholas trazando círculos alrededor de mi


brazo, me quedo dormida, permitiendo que un breve respiro de felicidad me
traiga paz.

126
Capítulo Catorce

—Apesta a orgasmo y hormonas —dice Isabelle mientras entra a mi


habitación—. ¿Te has divertido?
Enderezo mi mano sobre mi manta, asegurándome de que esté bien
doblada y ordenada. No estoy acostumbrada a las camas aquí, prefiero mis
futones. De pie, me enfrento a Isabelle, haciendo todo lo posible para no dejar
que la culpa me afecte.

—Fue Nicholas. Él también es mi compañero.

Isabelle hace una pausa. Se cruza de brazos, luego se apoya en el marco


de la puerta, sus rasgos en blanco. Pasan un par de segundos antes de que se
salgan de su conmoción y diga:

—Lo siento, ¿qué?

—Nico-

—Sé lo que dijiste —continúa Isabelle—. Simplemente no puedo creerlo.


Me estás diciendo que tienes dos compañeros.

—Tres, en realidad —Me meto el cabello detrás de la oreja,


preguntándome por qué Isabelle se lo toma tan a pecho. Me estoy recuperando
de la experiencia que me dio Nic, y mi lado introvertido desea estar solo para
poder distraerme y ordenar las cosas en mi habitación. Pero... Isabelle está aquí
para reprenderme sobre lo que había sucedido.

—¿Eh?

127
—Carter... Bueno, todavía no lo he tocado, pero creo que-

—¿Es eso es lo que te dijo Nicholas para meterse en tus pantalones?

—¿Lo que me dijo? —Arrugo la frente—. No trató de convencerme de


nada.

—Oh, por supuesto, Nicholas es un santo. Es la puta encarnación viviente


de Santa y trata de hacerle honor a ese viejo pedorro.

—¿Santa? —Le lanzo una mirada de confusión—. Lo siento, no te sigo.

—¿No sabes quién es Santa?

—Celebramos la Navidad, pero ¿cómo se relaciona esto con Nicholas?

Isabelle bufó.

—No importa, japoneses. No entiendes la referencia.

Me deja perpleja, ya que no puedo seguir su línea de pensamiento.


Isabelle suspira, pellizcándose el puente de la nariz antes de decir:

—No es posible que tengas tres compañeros, cariño. No me importa lo


romántica que seas, pero si piensas eso, estás delirando. Los compañeros son
bastante raros, pero ¿tres? Imposible.

—Ha habido otro cambiaformas con tres compañeros antes.

—¿Quién?

—Osyn —La frustración aumenta en mí. No tengo el apoyo de Isabelle


en esto, y duele un poco porque ya la considero mi amiga. Si pudiera celebrar
conmigo que tengo la suerte de estar unida a tantos compañeros, las cosas serían
mucho más suaves. Pero no, ella está aquí para hacer la vida más difícil sin una
buena razón.

Isabelle todavía me mira fijamente.

—¿Me estás diciendo que te estás comparando con el dios de los


cambiaformas? Osyn? ¡Osyn! Es más o menos lo mismo Santa. Un mito, una
figura religiosa que nadie ha visto nunca.
128
—Solo digo que es posible para mí estar cerca de todos esos tipos.

—Es una broma, eso es lo que. Nic estaba tratando de jugar con tu
corazón. Por eso te tomo, haciendo que este lugar huela a-

—Él no hizo nada por el estilo —le digo—. Nic se contuvo. Él... Él me
complació, eso es todo.

—Te estaba usando para divertirse.

—¿Por qué eres tan amargada? —pregunto. Debería contenerme la


lengua, pero quiere correr.

—¿Qué?

—No te permites creer en el tirón de compañeros.

—No es eso —Isabelle frunce el ceño.

—No lo has sentido como yo. Una vez que tocas a tu compañero, todo en
tu mundo cambia.

—Tu mundo no debería cambiar por nadie, dulzura —dice Isabelle—. Si


quieres ser una mujer fuerte, primero tienes que cuidarte. Eres la persona más
importante de tu vida y nadie más. ¿Entiende eso?

—Eso no es lo que dice mi padre.

—¿Y con qué te lavó el cerebro el cabrón de tu padre? —Le he contado


algo de lo que mi padre me hacía, en las cenas que compartimos, pero me he
guardado muchos de los detalles sangrientos para mí.

—Me enseñó a poner al clan en primer lugar. Si no nos mantenemos


fieles a nuestros lazos, Osyn nos castigará.

—Eh, ustedes los kitsunes tienen una lógica extraña.

—¿Perdón?

Un golpe en la puerta interrumpe nuestra conversación. Isabelle gruñe


molesta cuando se da la vuelta para encontrarse con Nicholas, quien se abre

129
paso hacia mi habitación. Recorro sus rasgos con la mirada, observando los
ángulos cincelados de su rostro y la ligera barba incipiente de su mandíbula.

Nicholas me lanza una sonrisa.

—¿Te importa si interrumpo?

Me encojo de hombros, sin ver el sentido de rechazarlo, cuando Isabelle


apoya la palma de la mano en el marco de la puerta.

—¿Por qué estás jugando con ella?

—¿Hmm? —Nicholas ladea la cabeza—. No estoy haciendo nada por el


estilo.

—Oh, deja de actuar —comienza—. Todos sabemos que solo estás


tratando de meterte en sus pantalones, arrastrando la matanza mientras aún es
divertido.

—Esas son acusaciones fuertes, Isabelle. ¿Desde cuándo aprendiste a leer


la mente?

—Nadie tiene que leer tu mente para ver a dónde va esto. Tienes una
reputación de idiota. Rompecorazones y destructor de coños.

—Ese es Carter. Nos estás confundiendo. Y estás señalando con el dedo


equivocado aquí, no veo a Hana como a otras chicas, ella es mi compañera.

Isabelle hierve.

—¿Puedes parar con esa tontería? ¿Para qué estás aquí?

—Para visitar a Hana. ¿Está tan mal?

—Por muchos motivos.

—¿Por qué? ¿Crees que me la comeré viva?

—Con la forma en que la miras, tal vez.

—El canibalismo no es exactamente mi estilo. Aunque me vendría bien


un ciervo.

130
—No estás entendiendo el punto, bombón. No te pregunté por tus
preferencias alimentarias.

Nicholas levanta su brazo y tira de su manga hacia atrás, revelando su


reloj. Le echa un vistazo antes de llamar su atención a Isabelle.

—¿Has terminado de ser un fastidio? Déjame hablar con Hana. Tengo


asuntos urgentes de los que ocuparme, pero me gustaría estar un tiempo con
ella.

Miro por encima del hombro de Isabelle, mis nervios están intranquilos
sin ninguna razón. Será agradable arrojarme contra los anchos hombros de
Nicholas, sintiendo su cuerpo abrigando el mío.

Isabelle coloca sus manos en sus caderas, mirando a Nicholas con


sospecha.

—No voy a hacerle daño —dice Nicholas.

—No confío en ti.

Nicholas pone los ojos en blanco.

—Sé que Carter te hizo algo horrible, pero yo no soy como él. Es
descarado. Rudo. No recoge lo que hace.

—No se trata de Carter.

Entrecierra los ojos.

—Oh, pero lo es, ¿no? Tuviste una mala experiencia con él y ahora, estás
proyectando esto en Hana, me preocupo por ella, quiero encontrar algo
significativo con ella, no voy a dejar a un lado a Hana, no como te trató Carter.

Isabelle lo agarra por el cuello, intentando amenazar su enorme cuerpo.


Su intento de enfrentarse a Nicholas parece cómico, ya que es mucho más
pequeña y su acción no logra moverlo. Ni siquiera un poquito.

Nicholas sonríe.

—Carter tampoco la abandonará. Ella significará más para él que tú.

131
Ella hace una pausa. Sus hombros se ponen rígidos.

—Ya lo superé, no se trata de él, se trata de otra persona por la que me


preocupo.

¿Debería intervenir? Nic está siendo grosero, y sus palabras podrían abrir
una brecha entre Isabelle y yo, algo que no apreciaré. Mis palmas están
sudorosas por mi incertidumbre.

Nic arquea una ceja.

—¿Lo superaste? ¿No se supone que tu primera vez es significativa? ¿La


mejor? No veo cómo alguien puede superarlo por completo. No hay muchas
oportunidades para la primera vez.

Es un golpe bajo por parte de Nicholas, y aunque se está burlando de ella


para llegar a mí, no puedo estar de acuerdo con la forma solapada en que usó su
debilidad contra ella.

Isabelle gruñe. Siento sed de sangre viniendo de ella, las garras alargadas
que se extienden desde las puntas de sus dedos me advierten de una posible
pelea. No quiero que ninguno de ellos se lastime, y las peleas de los hombres
lobo son sangrientas, así que es entonces cuando decido que ya es suficiente y
me empujo entre ellos, alejando a Nicholas de Isabelle.

—Ya déjalo —le digo a Nic con severidad—. Deja de burlarte de ella.

—¿Es una reprimenda lo que escuché, pajarito?

Estoy tratando de ganar valor. Pero no estoy segura de sí lo estoy


haciendo bien, pero al menos es un comienzo.

—Isabelle no ha hecho más que defenderme. Ella me cuidó cuando


Sawyer decidió ser distante conmigo. Así que, por favor, solo para.

—Ella me cabrea.

Me alegra saber que Nic también tiene mal genio. Hay que temer a la
gente que no tiene ninguno. ¿Quién sabe qué esconden debajo de su genialidad?

—Ella no te ha hecho nada —le digo.

132
Nic hace círculos con su mano alrededor de mi antebrazo, tirándome
hacia él. Me presiona contra su torso, usando demasiada fuerza.

—Ella está tratando de mantenerme alejado de ti. Mi compañera.


Manteniéndome alejado de lo que es mío.

—Nadie va a escuchar tu estúpida historia de que Hana tiene tres


compañeros —Isabelle se burla.

—Oh, pero el alfa lo cree. Me ha dado una orden.

Miro por encima del hombro, prestando atención a Isabelle. Ella levanta
una ceja en un desafío.

—¿Y cuál es?

—El padre de Sawyer ahora encuentra a Hana increíblemente intrigante.

Eso es una sorpresa, ya que esperaba que me dejara a un lado de la misma


manera que lo hizo mi propio padre. Nic respira profundamente y continúa
explicando:

—Nunca ha sentido ni oído hablar de un poder de esta magnitud


proveniente de un kitsune. Lo que sucedió en el bosque no fue elemental, y la
mayoría de la magia kitsune está vinculada a la naturaleza. Su magia muestra
signos de pura muerte —Pone presión en mi espalda baja—. Eso podría explicar
por qué Hana tiene tres compañeros en lugar de uno.

—Todavía no me has dicho cuál es la orden —dice Isabelle, cada vez


más impaciente.

—Tengo que vigilar cuidadosamente a Hana, y debo animarla tanto a ella


como a Sawyer a que sigan adelante con su matrimonio. Tiene potencial para
ser una de las posesiones más preciadas de Crescent si se une a nosotros.

Ella arruga la nariz.

—Más peligro para ti, cariño —advierte—. El alfa te tiene en la mira.

133
—¿No son buenas noticias? —pregunto—. Él me quiere con los
Crescents —Ya que se supone que soy la embajadora de mi clan, eso tiene que
ser un progreso.

Los ojos en blanco de Isabelle hacen poco para infundirme confianza.

—Él te quiere. Probablemente terminarás siendo su próximo juguete.


¿Has visto lo que le ha hecho a su propia compañera? Cualquiera que pertenezca
al alfa solo sufre dolor.

—No conoces ni la mitad de esa historia —dice Nic—. Así que yo no


haría juicios como esos.

—Todo el mundo los hace.

—¿Por qué estás aquí? —le pregunto a Nic antes de que su conversación
estalle en otra discusión.

—Sawyer te está buscando.

¿Sawyer? Me endurezco al escuchar su nombre.

—¿Se siente mejor? —Lo último que recordé fue que se estaba
derrumbando por la enfermedad.

—Mucho y creo que te extraña.

134
Capítulo Quince

Sacudo mi cabeza con incredulidad mientras sigo a Nic por el interior del
castillo.
—Sawyer no me extraña. No puede esperar para enviarme en un vuelo
de regreso a Japón.
Nic responde con su voz baja y profunda.

—El idiota solo está tratando de hacerse el difícil. Nadie querría separarse
de su compañera.

—Excepto por Sawyer, aparentemente. ¿Te habló de la bruja? —Estoy


hablando de la bruja que Sawyer está convocando para romper el vínculo que
compartimos. Ella vendrá antes de la luna llena, y no estoy emocionada de
conocerla en absoluto.

Nic asiente.

—Lo sé. Se supone que llegará un día antes de tu matrimonio. Ella no


puede aparecer de inmediato ya que las brujas son su propia raza separada, no
gobernada por los hombres lobo. Se rigen por sus propias reglas, lo que,
aparentemente, las deja con horarios ocupados que están más apretados que las
latas de sardinas.

—Está tratando de romper el vínculo; Voy a poner las posibilidades de


que me eche de menos bastante estando en una barra. ¿Por qué es tan inflexible
en no querer una compañera?

135
—Porque es un niño estúpido y asustado. Afortunadamente, el chico
tonto parece abrirse, aunque sea un poco —Me divierte que Nic llame niño a
Sawyer. Parece lo suficientemente mayor para gobernar su propia manada—.
Tal vez no sea capaz de controlar el tirón del compañero.

—Debería ser capaz —digo—. No me afecta tanto ahora. Creo que el


tiempo y la distancia ayudan a reducir la tensión.

Nic se rasca la barbilla.

—Dice la chica que tuvo su orgasmo. No he encontrado mi liberación.


Podría ser la razón por la que soñé contigo toda la noche, y no todos los sueños
fueron limpios —Me guiña un ojo—. De hecho, diré que la mayoría de ellos
estaban completamente sucios.

Un par de otros hombres lobo pasan junto a nosotros mientras Nicholas


declara su admisión. Freno mis pasos, las declaraciones descaradas de Nic me
hacen sentir incómoda.

—¿Debería... um, puedo ayudarte con eso, entonces?

—¿Ayudarme? —Nic se ríe—. ¿Quieres ayudarme a encontrar el


orgasmo?

—Lo he pensado —respondo débilmente.

Nic tira de mi brazo, empujándome abruptamente contra la pared. Aprieto


los dientes, sorprendida por la fuerza, mis dedos hormiguean por lo repentino
que fue. Miro hacia arriba y veo la intensa mirada de Nic ardiendo en mí.

—¿Por qué me tientas con tales peticiones, pajarito?

Muerdo mi labio inferior. Su atención viaja allí antes de dispararse de


nuevo a mis ojos. Me lamo los labios.

—Pensé que debería devolverte el favor ya que me ayudaste tanto a


complacerme. Siento la obligación arrastrándose por mi pecho. Maldita sea. La
necesidad de complacer me ha perseguido toda mi vida, inculcada en mí por mi
educación. Según Isabelle, debería asesinarlo, pero en realidad no soy del tipo
asesino.

136
—Mmmm —Engancha sus dedos alrededor de mis caderas—. Ah, las
cosas que estoy pensando en hacerte ahora mismo —Un ronroneo bajo retumba
de su pecho—. Quiero tu cuerpo. Fui amable ayer, pero no lo hago tan a
menudo.

—¿Hacer qué?

—Jugar bien mientras follo. Eras virgen hasta no hace mucho, así que
pensé que debería ir con calma. No sería bueno que te espantara, seré honesto,
quiero verte llorar mientras tus labios rodean mi polla.

—¿Por qué... por qué estaría llorando?

Él se ríe.

—Todavía tan inocente —Él aparta mi cabello de mi cara, sus dedos


rozan mi mejilla mientras coloca mechones de mi cabello detrás de mi oreja—.
Porque estarás luchando para adaptarte a mí, pajarito, te gustará al mismo
tiempo. Será una experiencia enriquecedora y confusa para ti. Espero que te
guste mi sabor.

Solo está haciendo promesas, pero no hay acciones que las sigan. Quiero
que actúe de acuerdo con sus palabras, pero puedo decir que Nic se está
conteniendo. Lleva una sonrisa tranquila, ocultando la tensión que lo delata al
mostrar como una vena se forma en su sien. Cuando Nic me tenga, será crudo
y sensacional, una liberación de control.

Escucho una puerta abrirse con un chirrido. Sawyer sale de allí. Ni


siquiera me di cuenta de que nos habíamos detenido frente a sus habitaciones.

—Podrías haber pedido entrar antes de que ambos decidieran besarse al


aire libre.

Aparto mi atención de Nic y se la doy a Sawyer. Definitivamente se ve


mucho mejor en comparación con la última vez que lo vi. No hay señales de
veneno y luce una mirada de mal humor, como siempre. Me alivia ver que está
bien, no creo que mi kitsune interior pueda descansar adecuadamente hasta que
vea que su compañero este bien.

137
Nic sonríe, rozando la delicada carne de su boca sobre mi hombro antes
de alejarse para saludar a Sawyer. Su áspera palma se desliza por mi brazo,
provocando que un hormigueo recorra mi columna.

—Ella me ofreció una propuesta interesante. No pude resistirme.

—Eres un maldito bastardo cachondo —dice Sawyer, casi aburrido—.


¿Alguien te lo dijo alguna vez?

—Lo has hecho, muchas veces.

Abre más la puerta.

—Si quieres follar con ella, hazlo dentro. Causarás una escena y
demasiados rumores si alguien te atrapa.

—Entonces perderemos algo de la emoción de follar afuera.

Sawyer le lanza a Nic una mirada molesta antes de entrar, indicando que
deberíamos seguirlo. Tan pronto como entro, veo que el sofá se ha extendido a
una cama. Hay dos almohadas dispuestas en el sofá y una colcha blanca que lo
cubre. El conjunto se ve suave y cómoda.

Sawyer se acerca a la mesa del comedor al costado de su sala de estar. Se


sirve una taza de whisky, se inclina sobre la mesa y cruza una pierna sobre la
otra.

—Ahí es donde dormirás esta noche, si no te importa —¿Se refiere al


sofá cama? ¿Eso es mío?

Meto la lengua entre los dientes, dejando que su orden se asimile.

—¿Quieres que duerma en tu apartamento?

—¿Dónde más?

—¿Eh, en mi propia habitación? Es donde me he alojado desde que llegué


aquí —Rechacé su oferta una vez, pero él no se lo está metiendo en la cabeza.

Sawyer se encoge de hombros.

—Es curioso cómo la vida cambia tan rápido, ¿eh?


138
—No es la vida la que está siendo indecisa. Eres tú y no es gracioso, que
me tratas así es muy confuso. Te dije que no me quedaría aquí la primera vez
que intentaste preguntar.

—La última vez, estaba preguntando. Pero eso fue antes de que el anciano
despertara su interés. Ahora te doy una orden y tendrás que escucharme, tú te
quedas. Eso es definitivo.

Nic se detiene a mi lado y envuelve su brazo alrededor de mi hombro. Lo


aprieta, como si me ofreciera apoyo.

Frunzo el ceño.

—No lo entiendo. Querías mantenerme alejada de ti. Vas a romper


nuestro vínculo. Y ahora insistes en invitarme a tu casa.

Me han rechazado tanto que me inclino a darle el dedo a Sawyer y decirle


que se vaya a la mierda. No estoy segura de sí me arrepentiré de esa decisión.
Todavía tengo algunos problemas con la decisión, ya que me falta bastante.
Llegará eventualmente, lo siento hirviendo en mis huesos.

—Te dije que no la primera vez —repito.

Sawyer niega con la cabeza.

—No es una opción, kit.

—¿Y por qué no?

—Eso fue antes de que mi padre se interesara por ti —Sawyer bebe más
whisky—. No quiero que el viejo bastardo te ponga sus sucias patas encima.
Será molesto si pasa algo, así que estarás aquí, durmiendo en nuestro
apartamento.

—¿Nuestro?

—De Carter, Nic y mío, por supuesto.

—¿Ustedes tres comparten un apartamento? —Recuerdo el olor de este


lugar, Sawyer me trajo aquí cuando perdí mi primera vez con él, pero nunca
mencionaron que los tres vivían juntos.

139
—Supongo que los japoneses no tienen compañeros de cuarto a menudo,
¿eh? —Deja su vaso en la mesa.

Respondo:

—Nunca he tenido que compartir mi habitación, si de eso es de lo que


estás hablando. ¿No tienen suficientes habitaciones para todos? ¿Es por eso que
te quedas en el mismo apartamento?

—Hay mucho espacio para alojamiento en el castillo —dice Sawyer—.


A los tres nos gusta estar cerca.

Arrugo la frente.

—Entonces, ustedes chicos... no solo, ya saben... —Golpeo mis puños


juntos, sugiriendo que estén deprimidos y ocupados—. Son íntimos también, en
otras áreas de la vida.

—Nos preocupamos el uno por el otro, sí —responde Nicholas.

Sawyer mira a un lado; el siguiente fragmento de información que está a


punto de revelar parece preocuparlo.

—No podemos explicar el por qué, pero también tenemos algo parecido
al tirón de compañero. Conocí a Nic y a Carter cuando era un niño, pero
entonces no pensaba mucho en ninguno de ellos. Pero cuando llegué a los
dieciocho años, todo cambió. Los necesitaba. Primero a Nic, ya que Carter es
más joven. Lo quería. No tan fuertemente como te quiero a ti, pero se sentía
bien tener su compañía.

—Se siente aún mejor follar en compañía —agrega Nic.

Muevo mi mirada entre los dos.

—¿Qué hay de Carter?

—Le encanta cuando le abro el culo —dice Nic, guiñándome un ojo—.


Le preguntaré si puedes mirar.

Aprieto mis dedos, sintiendo que mi garganta se seca debido a las


imágenes mentales que las palabras de Nicholas encienden en mi mente.

140
Sawyer se mete la mano en el bolsillo. Saca una caja de cigarrillos —el
hecho de que fume explica su olor a tabaco—, y saca después un mechero. Se
lleva la mano a la boca y enciende el cigarrillo, luego aspira un largo trago,
dejando que el humo salga de sus fosas nasales cuando termina.

—¿Por qué? —pregunta despreocupadamente. Saca un cenicero de


detrás de él y le da un toque a la punta del cigarrillo—. ¿Pensar en nosotros tres
follando te hace sentir incómoda?

Niego con la cabeza.

—Es solo que... los detalles son algo entre ustedes tres. No sé si debería
estar al tanto.

—Ya he visto tu coño. No hay necesidad de ser tímida —Entrecierra los


ojos—. No habrá una segunda ronda —Una daga atraviesa mi pecho—.
Lamento lo que hice la primera vez. Si me hubieras desanimado un poco, me
habría resultado más fácil contenerme, pero supongo que no es bueno para mí
echar toda la culpa sobre tus hombros. Tu primera vez no debería haber sido tan
terrible. Desafortunadamente, yo no soy un príncipe azul.

Suena seguro de sí mismo, pero no puedo evitar tener la sensación de que


Sawyer está mintiendo acerca de que no hay una segunda ronda. Lo quiere tanto
como yo. Si no, no me estaría arrastrando hasta aquí y exigiendo que duerma
una habitación lejos de él.

—Puedes ser el príncipe azul —dice Nic—. Sólo para ella —Me lleva al
sofá cama, indicándome para me siente. Lo hago, dejándome hundir en la
suavidad de la colcha, preguntándome si debería estar de acuerdo con esto.
Tengo la intención de salir pisoteando del apartamento para poder exigir que
me traten mejor y no como una ocurrencia tardía. Solo me quedaré para ver
cómo se desarrolla todo esto.

Sawyer hace una pausa, sus mejillas se contraen debido a que fuma. El
tabaco y la nicotina cubren los alrededores.

—Ya sabes como soy. ¿Hacer que las chicas se vuelvan locas para poder
comprometerme con ellas? Nah. No va a pasar en este universo. Al menos no
conmigo.

141
—Realmente vas a traer a esa bruja —afirma Nic como una observación.

—Un par de semanas más y terminaremos con este problema —Sawyer


me hace un gesto.

¿Problema? Primero soy suya, luego soy solo un problema. Sawyer


merece ser estrangulado. Mantengo la calma a pesar de que mi enojo se arrastra
hacia la ira.

Nic gruñe.

—Hana merece que la llamen algo mejor que eso.

Extiendo la mano y rodeo con los dedos la muñeca de Nic, con la


esperanza de calmar sus nervios al igual que los míos.

Sawyer levanta la ceja.

—No me ando por las ramas, lo digo como es. Ella es un problema, y si
no lo resolvemos, se convertirá en uno más grande —Él suspira—. Suena duro,
alejarte así, pero es por tu propio bien. Confía en mí.

Miro alrededor del apartamento, asimilando los mínimos detalles.

—No hay necesidad de ser tan despectivo al respecto. ¿Por qué crees que
es por mi propio bien? —Si Sawyer quiere que me quede aquí, me debe algunas
explicaciones.

—Si me apareo contigo, serás destruida, Hana. Espero que entiendas —


Me da una expresión de pena. No puedo aceptar su declaración porque no lo
entiendo. Tendrá que decir más para leer, porque su trato hacia mi está tan frío.

Nic interrumpe.

—Si te emparejas con Hana y las cosas realmente van mal, te dije que te
detendría si las cosas empeoraban.

—¿Detenerlo? No te sigo.

Los ojos de Sawyer brillan.

142
—Mencioné que no quería arriesgarme. ¿Qué pasa si no puedes
protegerla adecuadamente?

—¿De quién? —Nic pregunta.

—De mí.

—No la lastimarás.

—Sí, podría. Incluso si no quiero.

Algo en la vacilación de Sawyer es extraño. La Hana de Japón habría


dejado escapar su curiosidad. En cambio, presiono.

—Se supone que los compañeros no deben hacerse daño entre sí. El
instinto protector-

—¿Sí? Eso es simplemente un romanticismo tonto —Sawyer empuja el


cigarrillo al cenicero y lo apaga por completo—. De todos modos, estás aquí
para que pueda cuidarte. Desde cierta distancia, si el alfa viene a buscarte, lo
sabré y evitaré que te ponga sus sucias patas encima.

—Lo estás sintiendo, ¿no? —Nic le pregunta—. La necesidad de


garantizar que Hana no sufra ningún daño pase lo que pase. Por eso la estás
llamando. Intentas alejarla, pero no puedes, así que aquí está, traída aquí bajo
tu solicitud.

—Sí, seguro. Admitiré que mi mente está en una niebla debido a ella.

Nic sonríe.

—Pero no puedes hacer que deje de luchar. Continuaré luchando contra


esta maldita niebla hasta que rompamos el vínculo de compañeros, pero antes
de eso, estaré caliente y frío tanto como quiera. La luna llena está justo después
de la boda. La bruja llegará, y terminaré con esta mierda —Sawyer es inflexible
sobre el peligro de unirnos. No nos deja terminar la conversación y se aleja a
mitad de la oración, regresando a su habitación. Él cierra la puerta detrás de él,
dejándome con Nic. Observo que tiene la pésima costumbre de hacer eso.

—¿Crees que debería quedarme aquí? —le pregunto a Nic.

143
—Será doloroso para mí contenerme si te quedas tan cerca —Pasa el
dorso de la mano por un lado de mi cara, acariciando ligeramente mi oreja—.
Pero si lo haces, podría convencer a Sawyer de que estás mejor cerca que lejos.

—¿Lo estoy? —No puedo aceptar que la gente realmente me quiera


cerca. Después de todo, mi propio padre estaba ansioso por echarme. Me dijo
que sería útil con los Crescent cuando, de hecho, no podía esperar a que me
fuera.

Nic frunce el ceño ante mi pregunta.

—¿Por qué pensarías de otra forma?

—Recuerdos. Alguien muy severo me dijo muchas palabras duras en


casa.

Nic ladea la cabeza hacia mí.

—A veces, ese tipo de palabras solo sirven para hacerte más fuerte.

—Tal vez —Frunzo los labios, entrecerrando los ojos ante la suave
alfombra en la que se hunden los dedos de mis pies—. Si es demasiado rompe
tu voluntad eventualmente.

—No te romperás.

—¿Por qué lo crees?

—Porque creo en ti, y no voy a ir a ningún lado. Puedes hacer maravillas


cuando tienes a alguien que cree en ti.

Resoplé.

—Teniendo tanta fe, me preocuparé por no defraudarte.

—Hace que sea menos probable que lo hagas.

Ni siquiera sé qué espera Nic de mí. ¿Hay algún problema suyo que se
supone que debo resolver? Es como si pudiera leer mi mente, y responde esa
pregunta antes de que yo exprese mis dudas.

144
—Te costará defraudarme, pajarito. No espero mucho de ti además de
necesitar que sonrías a menudo y seas feliz. Tu existencia ya es una bendición
para mí.

Afino mis labios, preguntándome de dónde viene su devoción.

Nic inspecciona el sofá cama. Se aleja de mí y se inclina, pasando la mano


por la colcha.

—¿Es esto de tu agrado? Vi a Sawyer pidiendo a los sirvientes que


ordenen nuevas sábanas para que las envíen. Puede ser malo y no le gusta mimar
a la gente, pero está empezando a preocuparse mucho por ti. Seguía
murmurando tu nombre después del incidente con el ciervo.

Hago un círculo con una mano sobre mi muñeca. Sawyer está demasiado
cerca, por lo que es difícil no pensar en él, y eso es problemático, porque
recordar cómo me está alejando duele.

—Preferiría un futón, por favor —digo, evitando el tema—. Crecí


durmiendo con esos.

—Ignoraste mi comentario sobre Sawyer —Nicholas levanta la ceja


hacia mí.

—Él es solo... no quiero hablar de alguien que no puede amarme cuando


le dediqué mi propósito durante tanto tiempo.

Nic me estudia, un conocimiento en la atención que me concede.

—Sawyer puede aprender a amarte. Solo tiene miedo de hacerlo.

—¿Por qué? —¿Cómo puede temer algo que anhelo tanto?

—Ha visto lo peor que puede hacer el amor. Al menos, eso es lo que me
dice. Paso mucho tiempo con él, pero creo que sigue guardando sus secretos.

Aprieto los labios, la confusión zumba alrededor de mi cabeza como


moscas.

—Se supone que el amor no es terrible.

145
—Oh, pero lo es, pajarito. Es lo peor y lo mejor que le puede pasar a
cualquiera.

—¿Como que?

—Es una magia fugaz. Embriagadora cuando está cerca, pero se siente
como una escopeta en tu cara una vez que la pierdes o no la recuperas.

—No estás huyendo de eso. No cómo lo está Sawyer.

Me sonríe, sus ojos verdes se iluminan por su suave sonrisa.

—No, no, no lo estoy.

—Dime por qué.

Nicholas suspira.

—Porque si sigo sin él por más tiempo, entonces estaré frío y muerto por
dentro. Si voy a ser un hombre de todos modos, ¿por qué no correr el riesgo?

146
Capítulo Dieciséis

Golpeo la puerta del dormitorio de Sawyer. No dijo que no podía


molestarlo antes, y tal vez esta sea solo mi estúpida excusa para acercarme y
ver su rostro. Estoy un poco nerviosa por enfrentarme a él, sufriendo la
sensación de nerviosismo cuando estoy a punto de enfrentarme a un flechazo.
¿Por qué diablos estoy tan nerviosa? Lo vi hace unas horas, y él fue quien me
invitó a su casa en primer lugar.
—¿Qué? —pregunta Sawyer, abriendo la puerta. Respondió a mis golpes
en menos de dos segundos. Dios, es tan hermoso. Noto ligeros rizos en su
cabello, pequeños patrones sobre los que deseo pasar mis dedos.

Me muerdo la lengua

—Necesito tomar una ducha.

—Hazlo, entonces. No tenías que interrumpirme en mi repetición de


Game of Thrones.

—No tardaste en responder.

—Estaba en una parte lenta —Olfatea—. ¿No sabes dónde está el baño?

—Si lo sé. Lo vi cuando caminaba por el apartamento ya que no tenía


mucho que hacer. ¿Puedo usarlo?

—Seguro —Intenta cerrar la puerta, pero yo extiendo la mano y agarro


el borde antes de que me la cierre por completo.

—¿Tienes una toalla o una muda de repuesto? —pregunto—. Volveré a


mi habitación a buscar algo si no tienes, pero pensé en preguntar primero.
147
Su mirada se detiene.

—Dame un segundo.

Desaparece en su habitación, así que lo espero mientras estoy fuera con


los nervios de punta. Su aroma emana del interior: menta, humo y masculinidad.
Mi kitsune interior ronronea, empujándome, animándome a entrar y seducir a
Sawyer. Por supuesto, no encuentro el valor para entrar en su habitación.
Probablemente sea de mala educación entrar sin permiso, de todos modos.

Sawyer aparece un minuto después, con un montón de ropa.

—No sé si puedes ponerte los pantalones, pero la camisa debería servir.

Agarro sus ofrendas, frunciendo el ceño cuando noto el olor de otra


persona en el montón de ropa que me dio. Escojo un par un par de todo el
montón, es un pantalón que tiene costuras con volantes y una textura sedosa.
Evidentemente, pertenece de otra mujer.

—No estoy seguro de dónde vino eso —dice—, pero lo encontré en mi


armario. Parece que te queda bien.

—¿Tuviste otra chica?

—¿Cuál?

Mi ceño se profundiza.

—Tuviste varias mujeres.

—Oh sí, muchas. Quizás una de ellas dejó eso atrás.

Empujo los pantalones en las manos de Sawyer, frunciendo el ceño ante


el objeto ofensivo.

—No lo quiero.

—¿Hm? —Lo levanta, arqueando una ceja—. ¿Por qué no? Me parece
perfectamente aceptable.

—No lo es, no de ninguna forma. Tira eso —Mis garras se alargan.


Quiero hacer trizas los pantalones antes de tirarlos a la basura. ¿Cuántas piezas
148
de ropa femenina tiene Sawyer? ¿Con qué frecuencia trae chicas aquí, a su casa?
Mi kitsune me dice que Sawyer es mío, mío, mío y que debería hacer todo lo
que pueda para asegurarme de que ninguna otra perra se acerque a él.

—Eso suena como una orden —dice Sawyer.

—Te exijo que lo tires —respondo, la ira encendida.

Se apoya en el marco de la puerta, la diversión bailando en sus ojos.

—Una exigencia, ¿eh?

Gruño.

—¿Estás celosa, kit?

—¿Y qué si lo estoy?

—Es adorable. Eres como un chihuahua con esteroides. Guau —La


mirada ardiente que me da me cabrea.

Pongo los ojos en blanco.

—Te devuelvo tu ropa. Regresaré a mi habitación y buscaré mis propias


pertenencias-

—Está bien —Él sonríe y se endereza—. Entonces me desharé de esto.


Consigue una camisa que sea lo suficientemente grande como para cubrir todo
tu cuerpo —Tiene la mano en la puerta y la mueve hacia adelante para
cerrarla—. Diviértete en la ducha.

—¿Qué tiene de divertido la ducha?

—Ya verás.

*****

149
Salgo de la ducha con una sensación de satisfacción. El agua se
evapora en el calor del suelo, llenando el aire de niebla. Me froto la toalla sobre
mi cuerpo, tarareando de placer. Por supuesto, la experiencia se compara un
poco con las aguas termales10 de Japón, pero aún así fue divertida, como Sawyer
prometió que sería.
Aquí, las paredes y el suelo se calientan con solo pulsar un botón. El agua
cae en cascada desde la parte superior en un patrón lujoso, con aerosoles que
también provienen de la pared. Es indulgente, mucho mejor que la ducha de mi
última habitación. Me ahogo en el aroma a menta que huele a Sawyer, y mi
cabello está suave por todo el acondicionador que le he aplicado.

Hay mucho de Sawyer aquí. De los otros dos chicos también. Veo sus
afeitadoras, colonia y ropa sucia por el lugar, estoy atrapada en su dominio.
Saber que estoy tan cerca de mis posibles compañeros me da un sentido de
pertenencia. Es más cómodo de lo que quiero admitir.

Cuando termino de secarme, me cubro el cuerpo con la camisa de


Sawyer, cubriéndome con su aroma. Es casi como si le estuviera dejando
marcarme como suya. Recojo mi ropa interior, negando con la cabeza mientras
considero ponérmela. Está cubierto con algo de mi humedad ya que no pude
controlar mi excitación antes. Decido que usarlo es demasiado repugnante, así
que le pongo un poco de jabón y lo lavo debajo del fregadero para poder secarlo
un par de días después. No llevaré nada debajo esta noche. Espero que eso no
termine siendo un problema.

Envuelvo la toalla sobre mi cabello, luego entro a la sala de estar.

Ahí es cuando me tropiezo con un cuerpo duro.

Un nudo se atora en mi garganta cuando miro hacia arriba,


encontrándome con unos ojos color miel que perforan los míos. Carter, el último
hombre lobo del trío, se enfrenta a mí, con perplejidad por sus rasgos tensos.

—Tú —Me agarra para sacarme del baño. Nuestras pieles se tocan, su
palma envolviendo mi brazo.

10 Aguas termales: Se llaman aguas termales a las aguas minerales que salen del suelo con más
de 5 °C que la temperatura superficial.
150
Sé que es mi compañero, pero no esperaba que el vínculo de compañeros
se activara tan abruptamente. El contacto hace que broten chispas, el tirón del
compañero una vez más tira de mi mente. Me alejo de él, sintiendo que mi
kitsune interior se despierta con lujuria y deseo. Es lo mismo que cuando toqué
a Nicholas. Similar a cuando la atracción comenzó con Sawyer. Respiro más
fuerte mientras me concentro en Carter, mi kitsune interior se posa con la
necesidad del nuevo vínculo que está despertando. También veo la misma
reacción en Carter. La conmoción y el deseo se esparcen por su rostro.

Un sonido animal brota de la garganta de Carter. Me empuja contra la


pared al lado del baño, encerrándome en su lugar con su cuerpo mucho más
grande, mi espalda hacia él. Estoy encerrada por su tamaño, su fuerza me
mantiene presionada contra la pared como su cautiva.

—¿Qué... mierda? —se fuerza, su voz se convierte en un tono de


advertencia. Me rodea con el brazo, presionando mi espalda contra sus duros
músculos—. Te quiero —dice—. ¿Por qué diablos te deseo tanto? Mierda, es
verdad, ¿no? Realmente eres... joder.

Es demasiado repentino, demasiado brusco. Un minuto, disfruto de la


calma de la ducha, y al siguiente, Carter está aquí, ambos enloquecidos por el
tirón. Su polla crece y empuja mi trasero. Su cabello rubio cae de su rostro y
toca mis hombros, haciéndome cosquillas en la piel.

Quizás debería haberme puesto ropa interior. Mi coño no está cubierto,


se siente expuesto. Tenso la mandíbula, rogando que el deseo que hay en mí se
calme, pero se agita constantemente en mi cabeza. Estoy perdida en el hambre
que irradia Carter. Tiene hambre de mí, y hay algo absolutamente embriagador
en ser tan deseado.

—Hueles a Sawyer —dice—. ¿Por qué estás usando su camisa? —Juega


con el dobladillo.

—No quería agarrar una muda de ropa —digo.

Apenas conozco a Carter. Son nuestras almas las que nos están uniendo,
obligándonos a estar unidos, dándonos pocas opciones.

151
—Dios, estás cubierta con su olor —continúa Carter—. Es agradable. No,
lo quiero. Jodidamente ahora, quiero que me pertenezcas —En un gran
desgarro, arranca la camisa de mi torso, dejando que los pedazos de tela
andrajosa caigan al suelo.

Empiezo:

—Eso no es tuyo para-

—Cállate —dice. Engancha sus manos debajo de mis rodillas y me


levanta. Sucumbí a mi anhelo, envolviendo mis piernas alrededor de sus
caderas. Temblando, abrazo su cuello, luego lo muerdo allí, chupando
ligeramente después. Mientras me alejo, veo un rojo mordisco de amor en su
piel. El kitsune que hay en mí ronronea, complacida de haberlo marcado como
mío.

—No... no estás usando nada debajo.

—Mmm.

—Que me jodan. No soy bueno con el control —dice Carter—. Soy


terrible en eso, kit.

—Mmmm —Tampoco estoy resistiendo mi lujuria. Carter sabe a canela


y pecado. Es un fuego que me atrae, y cuando su lengua toca la mía, mis piernas
se debilitan. Lo abrazo con salvaje abandono, escuchando el latido de mi
corazón latiendo en mis oídos mientras mi mundo gira, mi sentido de auto-
empañamiento debido a su irresistible presencia. Gimo cuando sus dedos se
clavan en mis muslos. Mis pezones se endurecen por la anticipación, mi
excitación hace que mi coño se moje.

Me lleva al sofá cama. Nic lo había doblado antes desde que le dije que
quería un futón en su lugar. Mis nuevos arreglos para dormir están colocados al
lado de la ventana, cerca de las cortinas, donde pasa la luz de la luna.

Bañado por la luz de la luna, los rasgos afilados de Carter le dan una
presencia etérea que me atrae, tentándome aún más. Cierro mis labios con los
suyos, saboreando más de su delicioso sabor a canela. Mi columna vertebral se
arquea cuando me baja al sofá cama. Gruñe, incorporándose para quitarse la

152
camisa de su musculoso cuerpo. Tira su camisa al suelo, luego alcanza sus
pantalones.

Mi primera vez fue para Sawyer, pero este momento con Carter es
igualmente emocionante. Debería tener miedo, pero estoy empezando a pensar
que queda poco que perder. Mi animal quiere que ceda a mis instintos más
básicos.

—Te voy a anudar, kit —dice—. Y me llevarás todo con tu coño


empapado —Su voz ha perdido su cualidad aterciopelada, reemplazada por una
respiración que hace juego con su enrojecido rostro. Se baja la cremallera de los
pantalones antes de estirarse, acariciando su polla hinchada mientras su
expresión encapuchada recorre mi cuerpo.

Mi lado humano desea conservarme. ¿No sería mejor si pasara más


tiempo conociendo a Carter? ¿Cuál es su color favorito, sus gustos y disgustos?
¿Qué lo vuelve loco y qué lo hace feliz? ¿No deberían llegar esas revelaciones
antes de que participemos en la exploración de los cuerpos de los demás?

Pero no hay tiempo para palabras dulces y conversaciones significativas.

La atracción del lazo nos atrae, golpeándonos como una fuerza que no
podemos ignorar. Carter me toma por las caderas y me arrastra hacia él para que
mis pliegues estén alineados con su polla. Su polla dura, palpitante y adolorida.

Mi respiración se entrecorta cuando lo miro. Cuando pienso que no puedo


acomodarme a su tamaño, se hunde en mí. Tomo cada centímetro de él, su
longitud rozando las sensibles paredes de mi interior.

Estoy aterrorizada, emocionada. La oleada de emociones que palpita a


través de mi cuerpo me marea. Las sensaciones se retuercen en mí,
revolviéndose dentro de mi cabeza.

No lo conozco.

No lo conozco.

¡No lo conozco! Pero mierda, se siente tan bien.

153
—¿Alguna vez te han anudado, pequeña kit? —Carter pregunta—.
¿Sabes lo bien que se siente?

—N-no...

Mis brazos están flácidos. Se me curvan los dedos de los pies. Golpea
sus caderas contra las mías, golpeándome con una fuerza dolorosa y placentera.
Carter no se guarda nada. Me llena tal como prometió la primera vez que nos
conocimos. Cierra los ojos mientras sisea.

Ahí es cuando lo siento crecer.

Su polla se agranda dentro de mí, su base se expande hasta que su


longitud se incrusta dentro de mis pliegues. Pateo mis piernas, tratando de
escapar del tamaño extraño; mi cuerpo se dobla por la presión. Su longitud
hinchada presiona mi punto G. Echo la cabeza hacia atrás y...

Y...

Me vengo.

—¡NO! —grito. Pero realmente, estoy disfrutando demasiado esto y no


deseo que Carter se detenga. El colmo de mi placer me produce un vértigo
embriagador. Me aferro a Carter, sosteniéndome de sus hombros para salvar mi
vida. Mi orgasmo fluye y se expande a través de mí. Se baja, dejando que su
peso caiga sobre mí. Su cuerpo está reluciente de sudor. La intensa expresión
de su rostro, llena de concentración, hace que mi estómago se revuelva.

Un gruñido sale de la garganta de Carter, ya no tiene palabras. Es todo


un animal mientras se anuda dentro de mí. No hay forma de que su polla se
salga, ya que está atrapada allí por su circunferencia expandida. Nuestras pieles
se rozan, el sudor se mezcla, nuestros gemidos se entrelazan. Sus músculos se
ondulan cuando empuja su brazo debajo de mi cuerpo para poder acercarme
más. Estoy completamente sofocada mientras me golpea, la fuerza de sus
caderas me sacude todo el cuerpo. Sus movimientos hacen que se acumule más
presión contra mis paredes.

Me voy a venir... ¿otra vez?

154
Tiene que haber un límite en el número de veces que una mujer puede
venirse durante cada encuentro sexual. La resistencia de Carter no se está
agotando. Me está ordeñando con su polla, forzándome tanto placer como
puede.

—Mmmm —gime.

—Es demasiado. Demasiado —murmuro. Mis palabras quedan


amortiguadas contra los tensos músculos de su hombro. En el fondo de mi
mente, me digo que este no es el amor que imaginé. No estoy segura de si Carter
entiende la primera cosa sobre mí, y ni siquiera sé su apellido. ¿Me abandonará
como hizo con Isabelle una vez que haya terminado? Mi deseo supera al miedo.
Lamo el costado de la oreja de Carter, animándolo a seguir anudando en mí.
Toma mis gestos de la manera correcta, sus caderas bombeando más profundo,
más fuerte.

—C-carter —digo, sintiendo que mi cola brota. No debería aparecer, pero


lo hace cuando los kitsunes están demasiado estimulados. Carter la roza con la
mano y me estremezco. Es una de mis áreas más sensibles; no le presta más
atención después de eso, demasiado concentrado en meter su polla dentro de
mí.

Me vengo otras dos veces más antes de que Carter alcance su clímax.

Levanta su torso del mío, agarrando mi hombro para presionarme contra


el sofá, manteniéndome en mi lugar. Su boca se abre, las venas de su cuello se
tensan. Él cierra los ojos, una expresión de puro placer pintando su rostro. La
mirada que muestra cuando suelta su semilla dentro de mí me quema la mente.
Yo causé eso. Esa mirada sensual, mi coño se aprieta alrededor de su polla
anudada, exprimiendo el semen mientras su orgasmo se apodera de él. Flexiona
la mandíbula y aprieta los dientes. Siento gruesos chorros de semen brotando
de su longitud, llenándome, mezclándome con mis propios jugos. Las
feromonas flotan en el aire, nublando mi cabeza.

Carter se ha corrido en mí. Su semilla cubre mis pliegues.

Mi kitsune ronronea, deleitándose con el semen de su compañero, pero,


sobre todo, estoy sufriendo un shock.

155
Esto sucedió demasiado rápido.

Se pasa la mano por los enredados mechones arenosos y se deja caer en


el sofá cama. Me empuja hacia el borde de la cama y se coloca junto a mi cuerpo.
Sus brazos me rodean y me traen hacia él. Satisfecho, me tararea en mi oído.

—Quinn —susurra.

¿Quinn? Esa no soy yo. ¿A quién está llamando?

Lo escucho roncar levemente después. El sexo lo dejó inconsciente, las


hormonas nos adormecieron a los dos.

No puedo disfrutar completamente de mi gloria después del sexo. No


después de que menciona el nombre de otra mujer. Sin embargo, estoy exhausta
y los fuertes brazos de Carter me dan demasiado consuelo. Me quedo dormida,
mientras que, en el fondo de mi mente, todo en lo que puedo pensar es en el
nombre Quinn.

156
Capítulo Diecisiete

—Pensé que habías pedido un futón —dice alguien con una voz profunda.
Lo escucho hablar desde arriba de mí—. Parece que elegiste el sofá cama de
todos modos. ¿Demasiado cómoda?
Abro los ojos, buscando más allá de la niebla de una mañana fresca.
Nicholas está encima de mí, vestido con una camisa y un par de jeans con
cinturón. Se necesita un segundo para que mi estado actual de desnudez me
golpee. No llevo nada en absoluto, y Carter todavía está envuelto alrededor de
mí, igualmente desnudo. Por una fracción de segundo, estoy confundida acerca
de lo que ambos hemos hecho, luego recuerdo el sexo que tuvimos la noche
anterior.

Mi piel hormiguea por el recuerdo. Lo que experimenté anoche... me


estremeció. Sentir algo tan intenso sin ninguna intimidad, sin ningún atisbo de
amor, me asusta.

Empujo a Carter de encima de mí. Tiene el sueño pesado. Se necesita un


esfuerzo considerable para sacarlo de mi perfil a pesar de mis poderes kitsune.
Se resbala de mí, cayendo al suelo, un fuerte golpe sonando cuando golpea la
alfombra. Carter bosteza, abriendo un ojo y luego el siguiente.

Nic niega con la cabeza.

—Supongo que Carter confirmó el vínculo de compañero anoche.

Carter gime. Se pasa la mano por el pelo. Un ceño disgustado se curva a


los lados de su boca.

157
—¿Por qué estoy tan fuera de sí? —él pide—. ¿Por qué estaba durmiendo
encima de ti? —Se vuelve hacia mí.

Muerdo mi labio inferior.

—Bueno, porque tuvimos relaciones sexuales anoche y quedamos


inconscientes.

—Relaciones sexuales —Carter resopla—. Quieres decir que follamos


como un par de conejitos exagerados. Y maldita sea... Eso fue... ahora lo
recuerdo. Realmente íbamos a por ello, ¿eh?

Agarro una almohada y la abrazo contra mi pecho; mi absoluta falta de


ropa me incomoda. Nic disfruta de mi desnudez, sin importarle ocultar la mirada
complacida en su rostro mientras me mira con los ojos como si fuera su próxima
comida.

Carter se sienta y apoya el codo en la rodilla. No le molesta tanto su


desnudez. Su erección matutina es dura, firme, pero Carter actúa como si no
existiera.

—Sí. Eso fue una locura. ¿Por qué te necesito tanto? No soy bueno para
controlarme, y a tú, sentada ahí de esa manera... —Se pasa la mano por la cara—
. Solo estás pidiendo una segunda ronda, ¿no?

¿Qué quiere decir? Solo estoy sentada. A menos que se refiera a mis
pechos colgando. Realmente debería encontrar algo para cubrirme, estoy tan
expuesta.

—El tirón de compañeros desaparecerá una vez que la tengamos durante


la luna llena —dice Nic—. O cuando Sawyer elimine el vínculo de compañero
con la ayuda de una bruja.

—¿El tirón de compañero? —Carter dirige su atención hacia mí—. Yo


tenía una compañera. La perdí. ¿Esta chica de aquí? Ella no es mi compañera.

Nicholas chasquea la lengua.

—Sigues siendo tan terco como una maldita princesa. Pensé que
habíamos pasado por esto hace mucho tiempo.

158
—Tuviste otra compañera —le digo, mi curiosidad picada. Nadie
mencionó que Carter se había comprometido con alguien en el pasado. La idea
es inquietante y preocupante. Suena tan imposible, considerando su larga racha
de corazones rotos que ha dejado atrás—. ¿Quién? —Quinn, pienso de nuevo,
ese nombre reverberando a través de mis pensamientos en un eco resonante.

—No te importa —dice Carter.

Miro a Nic en busca de respuestas, pero él simplemente se encoge de


hombros.

—Entonces... todavía no has explicado cómo ambos terminaron haciendo


la hazaña en primer lugar —Nic mantiene su mirada fija en Carter. Siento que
está haciendo todo lo posible para evitar mirarme. Todavía quiero tener sexo
caliente con Nic, y eso es después de haber encontrado mucha liberación tanto
a través de Carter como de él. Ni siquiera puedo empezar a imaginar el nivel de
autocontrol que está usando para contenerse. La rigidez con la que se mueve es
una señal de que está reprimiendo su deseo por mí.

—La toqué —dice Carter mientras pasa una mano por su cabello
despeinado—. Así es como empezó. No sabía qué diablos estaba haciendo en
nuestra casa. Después de eso, la olí, y luego no pasó mucho tiempo antes de que
quisiera, necesitara, a la kitsune. La llevé al lugar más cercano que pude
encontrar y la follé.

—Suena como un espectáculo —agrega Nic.

—Te lo perdiste. Deberías haber llegado antes —Carter resopla, su


expresión permanece plana.

—Habrá más oportunidades. Estoy seguro de que disfrutaste tener a Hana


solo para ti.

Carter se mueve. Lleno de fastidio, se pasa la lengua por la fila interior


de dientes y luego me mira con los ojos entrecerrados.

—Todavía estoy confundido en cuanto a qué sucedió exactamente. ¿Por


qué sentí esa necesidad?

159
—El tirón del compañero —repite Nic—. Cuando tienes un compañero,
así es.

—Me dije a mí mismo que nunca querría otra compañera.

—No puedes elegir cosas así.

Entonces, ¿Carter me va a alejar, como Sawyer? Para ser honesta, su


rechazo no me duele tanto, tal vez porque no había pasado el último año
imaginando un futuro con él. Con Sawyer, incluso había planeado los nombres
de los niños que deseaba tener con él, por vergonzosa y patética que pareciera.

Carter me mira con demasiada intensidad, así que desvío mi atención de


él y abrazo la almohada con más fuerza.

—Hey, eh... Nic —le digo.

—¿Sí?

—No tienes una muda de ropa, ¿verdad?

Nic niega con la cabeza.

—¿Para ti?

—¿Qué pasó con la tuya? —Carter me pregunta antes de volverse hacia


Nic—. Tenía el olor de Sawyer por todas partes anoche. Llevaba su camiseta.

—¿Asumo que no te detuviste a preguntar si ella lo necesitaba? —Nic


arquea una ceja.

Carter se encoge de hombros.

—No.

Nicholas le ofrece una mirada de soslayo a Carter y luego pone los ojos
en blanco y luego me dice:

—¿Es por eso que estás pidiendo ropa?

—Dejé la mía en mi habitación. No es gran cosa —Mi agarre sobre la


almohada se aprieta. Ambos no pueden dejar de comerme con los ojos—. Me

160
pondré mi ropa e iré a buscar el resto de mis cosas más tarde. De hecho, ni
siquiera tengo que quedarme aquí. Fue una idea estúpida de Sawyer, pero desde
que arrastré mi trasero a este apartamento, no ha salido de su habitación —¿Nos
escuchó a Carter y a mí anoche? Estábamos haciendo mucho ruido.

—Podemos llevarla al bazar11 —dice Nic—. A las chicas les encanta ir


de compras, ¿no?

Escucho con más atención, despertando mi interés. No porque me guste


ir de compras, no tengo mucho de eso en Japón, así que no puedo decirlo, pero
el bazar me parece un lugar interesante para aprender.

—¿Qué? —Carter agrega—. ¿Así qué podemos actuar como su guía


turístico?

—No ha salido del castillo desde que llegó. ¿No estás aburrida, Hana?

—En realidad no —respondo—. No he explorado la mayor parte del-

—Llevémosla al bazar —interrumpe Nic—. Es un lugar divertido. Lo


disfrutarás. Hay muchos cambiaformas. No solo hombres lobo.

—¿Otros cambiaformas?

—Claro —Nic se encoge de hombros—. Los kitsunes no son la primera


subespecie que se origina de nuestra especie, incluso si son nuestros primos más
cercanos.

—Lo sé —Es el conocimiento básico de los cambiaformas, que se enseña


en la mayoría de los libros de texto.

—El bazar tiene montones de cosas. Será una nueva experiencia. Hay
bailes y festividades y cosas divertidas para emocionarte. ¿No tienes
curiosidad?

—Un poco.

Carter se levanta del suelo. Pasa la mano por el costado de su pectoral,


quitando los trozos de tela que se le pegaron de la alfombra.

11
Bazar: Tienda donde se vende una variedad productos.
161
—Si Hana quiere ir, entonces prepararé mi auto.

—¿No te quejabas de no querer que ella fuera tu compañera? —Nic


pregunta.

Carter levanta una ceja.

—¿Estás tratando de convencerme de que no vaya?

—Simplemente me gusta señalar cuando alguien se contradice —dice


Nic con una sonrisa.

Carter resopla.

—No sé qué es este asunto de los compañeros. Mi corazón todavía está


con Quinn —Me estremezco ante eso—. Pero soy de los que siguen lo que me
dicen mis instintos, y mi lobo me grita que me quede con la chica kitsune.
Entonces, eso es lo que voy a hacer.

—Es porque eres su-

—Sí, si lo que sea. ¿Dijiste algo sobre Sawyer llamando a una bruja?

—Todavía tiene miedo de lo que pasó con su padre.

—Chico inteligente. Tener una compañera es una maldita maldición.

—No creo que sea tan malo —digo.

—¿Mm? —Carter me mira divertido—. ¿Qué sabes tú al respecto?

—Poco. Encontrar a un compañero parece algo agradable. La mayoría de


las mujeres sueñan con eso.

—Sueñan —Carter se da la vuelta y recoge los vaqueros que había dejado


en el suelo anoche—. Esa es la palabra en la que debes concentrarte. Es un sueño
porque ese tipo de mierda no dura para siempre. Encontrar un vínculo de
compañero es absolutamente satisfactorio pero doloroso una vez que te deja.

—¿Qué le pasó a Quinn?

162
Carter estaba subiendo la cremallera de su par de jeans, pero se pone
rígido cuando suelto mi pregunta.

—Ella murió —Se abotona los pantalones, luego se queda ahí, guardando
silencio.

—Oh —digo.

—Los cazadores la atraparon. Ella salió a cazar sin mí y murió con esa
patrulla. Todos los que se apuntaron a su jodidamente inútil plan de venganza.
Los bastardos los mataron a todos, y cuando llegué allí, ella...

—Siento oír eso.

—No necesito disculpas falsas. No van a traer de vuelta a Quinn. Y si


crees que vas a tomar su lugar solo porque eres un buen polvo, entonces te estás
adelantando. No sé si lo has oído, pero las chicas con las que me acuesto no
suelen tener una relación muy larga conmigo. Es de conocimiento común. No
sé porque si quieran lo intentan —Sus declaraciones están llenas de advertencia
y culpa. No sé si le gusta la idea de ser jugador.

—Tal vez porque la chica que consiga atraparte realmente será especial.

Carter niega con la cabeza. Se aleja, buscando su camisa.

—Así es como lo consiguen las chicas, eh. Al no permitirles que se


acerquen —Pero anoche, Carter y yo habíamos sido cercanos. Era demasiado
para la comodidad. Me doy cuenta de que no estoy ni cerca de su corazón.
Quizás me encontré en el mismo lugar que Isabelle. No es el mejor lugar para
estar y, para ser sincera, se siente una mierda.

Carter suena como un idiota de principio a fin.

No me gusta tener esta conversación mientras mis senos aún están


expuestos.

—El bazar suena interesante, pero primero tendré que encontrar algo de
ropa.

—Ponte la mía —dice Carter—. Te pasaré algo después de encontrar mi


maldita camisa.
163
—Puedo ir a buscar la mía o preguntarle a Saw-

—No.

Me siento más derecha.

—¿No?

—No se lo preguntes a Sawyer. Va a ser mi aroma. No el suyo.

Los celos lo están calentando, pero considerando que Carter tiene


enormes problemas de compromiso, no tiene derecho a ser posesivo. Hay una
pared frente a él, y no sé siquiera derribarla.

—Le preguntaré a Sawyer —le digo solo para burlarme de Carter.

Carter gruñe.

—¿Qué?

—Debería poder elegir con qué aroma quiero cubrir mi cuerpo.

Me enseña un canino.

—¿Intentas hacerte la lista?

—¿Y si lo soy?

—Me vas a cabrear.

—Um, ¿debería tener miedo? —Fuerzo el sarcasmo en mi voz, sin saber


si Carter escuchó algo de eso.

—La mayoría de la gente debería.

—Bueno, yo no soy como ellos —digo, fingiendo confianza e hinchando


mi pecho.

Nic se ríe.

—Parece que nuestro pajarito está creciendo.

Sonrío un poco ante eso.


164
—Retendré a Carter —dice Nic—. Ve y pregúntale a Sawyer.

Miro mi cuerpo, pensativa. Debería ponerme algo, primero, pero no es


que Sawyer no me haya visto completamente desnuda antes. Esto es una locura.
Mi educación me enseñó a ser más modesta que esto. Aun así, una gran parte
de venir a Crescents es aprender a ser más aventurera. Mi mente cambia entre
retroceder y abrazar la persona segura que sigo queriendo tener. Dejo caer mi
almohada, bañándome en mi propia desnudez, y acecho hacia la puerta de la
habitación de Sawyer.

—Joder, la odio —oigo a Carter murmurar detrás de mí.

—¿Estás seguro de que no estás confundiendo esa emoción con otra


cosa? Son las dos caras de la misma moneda —dice Nic—. El odio y el amor.

—Vete a la mierda. Ve a poner tus sentimientos de marica en otra parte.


No pertenecen a una manada de alfas.

—Sabes que tengo razón.

Llamo a la puerta de Sawyer, luego me limpio las manos húmedas a los


lados de mis caderas. Empiezo a contar hasta diez. Me responde cuando llego a
siete. Su expresión aburrida se vuelve de sorpresa cuando ve lo desnuda que
estoy.

—¿Mi ropa no te quedaba? —pregunta. Sus ojos están fijos en mi pecho,


pero los aparta para mirarme a la cara.

La mirada de Carter me quema la espalda.

La atención de Nic me hace cosquillas en la piel.

Y Sawyer, la forma en que me mira envía flores a mi interior.

—A Carter no le gustó que los usara —respondo.

Sawyer busca por encima de mi hombro. Saca una caja de metal del
bolsillo, saca una menta y se lo mete en la boca.

—Pareces pensar que tengo un suministro interminable de camisetas. Si


Carter va a arrancarlas a todas, entonces tenemos un problema.

165
—Fue un... duro incidente.

—Mmm. Duro, ¿eh? Seguro que sonaba así.

Meto la lengua entre los dientes y resisto la tentación de mirar al suelo.

—¿Vas a dejarme aquí desnuda? —pregunto.

—Es una linda vista —Él sonríe. Después de que el calor llega a mis
mejillas y la vergüenza comienza a dominarme, Sawyer se encoge de hombros
y dice—: Encontraré un atuendo para ti. Vuelvo enseguida.

Me vuelvo hacia Nic, buscándolo en busca de afirmación, cuando veo su


atención pegada a mi trasero.

166
Capítulo Dieciocho

La ropa de Sawyer era incómoda. La camisa era demasiado grande y


holgada, y mis pantalones demasiado anchos. Tenemos que ir ya al bazar. Nic
mencionó que podría cerrar en dos horas, lo que nos da poco tiempo que perder,
pero aproveché la oportunidad y caminé a mi habitación para poder comprar un
nuevo atuendo de todos modos. Mi propio par de vaqueros se ajusta mejor a mis
curvas y las mangas de mi propia camisa no caen demasiado. Solo le pedí a
Sawyer su ropa para burlarme de Carter; ir de aventuras con ropa que te quede
parece la opción más inteligente.
Mientras esperamos a que Carter llegue con su coche, miro a Sawyer a
través de mi visión periférica. Está abriendo su caja de mentas de nuevo.
Empiezo a pensar que es adicto a esas cosas.

Sawyer come una menta cada vez que termina un cigarrillo. La menta
cubre el regusto ahumado. Fuma en exceso, puedo saborear el tabaco cada vez
que lo beso. El fumar se suma a su encanto de chico malo, y realmente no lo
lastima, ya que los hombres lobo son inmunes a los efectos dañinos de la
nicotina.

—Ha pasado un tiempo desde que fui al bazar —dice Sawyer, deslizando
la caja de menta en su bolsillo. Sawyer, Nic y yo estamos esperando en la puerta
principal del castillo. La luna está creciendo, su débil resplandor bloqueado por
las nubes que flotan sobre ella, lo que indica que no me queda mucho tiempo
antes de que Sawyer rompa nuestro vínculo.

El rostro de padre pasa por mi mente. Seguro que me va a pegar una vez
que me lleven a casa. Alejo esa imagen, reprimiendo un estremecimiento.

167
—No tenías que venir —respondo, mirando de reojo a Sawyer. Su vista
de perfil hace que su mandíbula sea más rígida.

—Quería hacerlo.

—¿Por qué?

—Por si mi padre te arrebata mientras estás en el bazar. Cualquier cosa


puede pasar cuando menos te lo esperas —Sawyer se quita un mechón de
cabello de la frente.

—Estás muy atento.

—¿Sí? Culpo a mi lobo. Es un cabrón molesto al que le gusta obligarme


a hacer cosas que no debería —Me doy cuenta de que los chicos siguen usando
a sus lobos como excusas convenientes de por qué están actuando como lo
hacen. Debe ser agradable poder culpar a las hormonas todo el tiempo. Por otra
parte, también lo hago.

Nic se gira hacia nosotros desde donde está sentado en los escalones y le
muestra a Sawyer una sonrisa juguetona.

—Estás empezando a preocuparte por Hana más de lo que quieres


admitir.

—Mmm. No.

—Seguro que no. Es por eso que estás desperdiciando tu precioso fin de
semana uniéndote a nosotros para venir al bazar. Si mal no recuerdo, llamaste a
ese lugar una gran pérdida de tiempo.

—Me estás poniendo de los nervios, Nic.

—Eso es porque lo que digo es verdad.

Sawyer da un paso lejos de mí, como si estuviera tratando de demostrar


un punto.

—Estoy siendo responsable. El anciano puso sus ojos en una niña


inocente como ella. Me quedo porque no quiero que se lastime.

168
—Entonces, ¿crees que la estás salvando de tu padre? —Nic pregunta.

—Protegiéndola. Sí —Sawyer asiente.

—Sálvame de ti primero —murmuro.

Él frunce el ceño.

—Es un poco difícil hacerlo cuando te estás lanzando de cabeza a las


malditas llamas. Te di una advertencia, pero las chicas estúpidas como tú no las
escuchan.

—Lo intenté. No es fácil cuando nuestras almas están conectadas. El


destino me dificulta mantenerme alejada.

—¿Destino? —Sawyer se ríe—. A la mierda con el destino, aquí solo


estamos actuando por la magia. De eso se trata el vínculo de compañeros.

Le lanzo una mirada de curiosidad.

Nic suspira.

—Sawyer piensa que el tirón y esas cosas son causados por fuerzas
sobrenaturales que están vinculadas a nuestros genes. Hay mucha evidencia de
apoyo basada en escritos de viejos eruditos brujos.

Sawyer continúa.

—Sí, y si el destino existe, entonces solo significa que soy impotente,


¿no? Porque nada de lo que hago importa. Dejar las cosas en sus manos es una
excusa para ser vago.

—Realmente estás harto —le digo, poniendo una mano sobre mi brazo.
No tiene por qué hablar así de mal. En lugar de asustarme, su tono provoca
irritación.

Sawyer levanta una ceja.

—Es mágico pensar que dos almas están destinadas a estar juntas. Dejar
eso en manos del destino, creer que hay alguien que me amará y me tratará
bien... Supongo que ser una romántica me da la esperanza de un futuro mejor.

169
—Cuatro almas —corrige Nic—. Somos cuatro almas destinadas a estar
juntas, según la locura que ha ocurrido entre nosotros. Solo que dos de esas
almas están siendo idiotas.

—Nic siempre ha sido el más tonto entre los tres —dice Sawyer—. No le
escuches.

—He sido el menos amargado, quieres decir —dice Nic—. Simplemente


he superado la tontería melancólica, no como tú y Carter —Se pasa la mano por
la cara y luego me sonríe—. Ayuda que soy unos años mayor que ellos dos,
creo, y que luché mucho más con los vampiros durante mi juventud. Pasé por
una buena carga de mierda con esos chupasangres, lo que me da una mejor
perspectiva de la vida.

—¿Unos años? —Sawyer resopla—. Eres mucho mayor que eso. No


descartes tu edad, maldito cabrón.

—¿Cuáles son las edades de todos modos? —pregunto.

—Sawyer tiene veinticinco años. Carter, veinticuatro —Nic hace una


pausa—. Estoy llegando a los cuarenta este año.

Mi boca se abre.

—¿Cuarenta? —Nic es dos veces mayor que yo. No es de extrañar que


mantenga una cierta calma sobre él que les falta a los otros dos. Son chicos
comparados con él.

Nic resopla.

—La diferencia de edad es la razón por la que estaba tan confundido


cuando me atraían un par de cachorros. No tenían mi edad, ni siquiera
escucharon la misma música que yo o tenía los mismos intereses.

—Pero al final te quedaste —digo—. ¿Por la atracción?

—Los tres tenemos tirón. Eso es seguro. No puedo decir de qué tipo es
ya que no somos compañeros. Tampoco es fraternal, ya que follamos —Nic se
pasa el pulgar por el labio inferior. Dudo que sea consciente de lo sensual que

170
parece cuando hace eso. Sacude la cabeza—. No es la atracción. Eso es lo que
atrae a las almas entre sí, pero después de un tiempo, te quedas por la compañía.

—Sólo soy sol y arco iris, ¿no? —dice Sawyer.

Aliso mis dedos sobre el dobladillo de la camiseta holgada.

—Mmm. No estoy seguro de que puedas disfrutar de mi compañía.

—¿Qué tiene de malo?

—Soy una kitsune japonés. Realmente no me identifico con ustedes, ni


siquiera somos de la misma especie, no del todo, al menos.

—Eres linda, eso es un comienzo —¿No es así como suele empezar? El


chico ve a las chicas, le gustan las chicas, y luego boom, fuegos artificiales.

Nic me sonríe y, débilmente, le devuelvo la sonrisa. Ahí es cuando Carter


se detiene en el camino de entrada, conduciendo un automóvil elegante con el
símbolo de un gran gato en la parte delantera.

—Entonces, eligió al jaguar esta vez —dice Nic, cruzando los brazos
sobre el pecho.

—¿Jaguar? —pregunto, mirando por encima.

—Es el tipo de coche que conduce. A Carter le gustan los coches, tiene
un montón.

—Parece caro.

—Demonios, lo es. Apuesto a que ese coche le cuesta unos cientos de


miles.

Aprieto mis labios.

—¿Dónde encuentra el dinero para comprar todos estos autos?

—Sus padres —Nic se encoge de hombros con un solo hombro—. Son


los miembros más ricos de Crescents.

Arqueo una ceja.

171
—¿Qué hay de los propios Crescents? ¿No se supone que son la familia
más temida aquí?

—Tienen poder y algo de dinero. Sin embargo, nadie es tan rico como
los Maxwell.

—¿No deberían ser los más ricos si tienen la mayor autoridad?

—No funciona así, pajarito —dice Nic—. El dinero y el poder están


relacionados, pero no son intercambiables. Los Maxwell están forrados,
provienen de dinero antiguo, pero aún responden al padre de Sawyer. Él
gobierna a través del miedo y la competencia.

Noto que la expresión de Sawyer se endurece en el momento en que


mencionamos a su padre.

Nic se encoge de hombros ante el disgusto de Sawyer, y agrega:

—Puede que odies a tu padre, pero es bueno para controlar su poder. Se


necesita un alfa fuerte para mantener las lunas bajo control durante tantos años.

—Ha estado ocupando su lugar durante cien años, ¿verdad? —Leí en otro
lugar que el alfa actual ha estado en el poder durante tanto tiempo. Los hombres
lobo normalmente vivían durante doscientos años, pero difícilmente gobernaron
durante tanto tiempo. Veinte eran mediocres. Las constantes luchas por el poder
los sacaban a menudo de sus altos cargos. El padre de Sawyer era la excepción,
no la regla.

—Lo que sea —responde Sawyer con el ceño fruncido—. Odio hablar de
él.

—¿Es él la razón por la que no quieres una compañera?

Sawyer resopla a cambio. Supongo que esa es su manera de decirme que


deje el asunto en paz.

Carter sale del vehículo. Combina su atuendo normal de camiseta y


vaqueros con un par de gafas de sol. Combinado con sus mechones de color
rubio arena, el atuendo le da una especie de sensualidad casual que a la mayoría

172
le resultaría difícil imitar. Se apoya en el costado de su auto, apoyando una
pierna frente a la otra. Inclinando la barbilla hacia mí, me pregunta:

—¿Están listos? ¿O quieren disfrutar de la maldita luz de la luna un poco


más?

—No más disfrutar para mí —digo. Me apresuro a bajar los escalones,


paso a Nic y me dirijo directamente hacia Carter—. ¿Cómo soportas estar al
lado de estos dos todo el tiempo? —No hablo en serio en lo más mínimo, ya
que, sinceramente, disfruto de sus discusiones.

—Tú eres la que quiere unirse al club.

—Me pregunto qué pensaría Ren si me viera salir con ustedes.

Carter me abre la puerta del asiento delantero. Supongo que ahí es donde
estoy sentada.

—¿Ren? ¿Quién es ese?

—Nada de tu incumbencia.

—Si es un hombre cercano a ti, definitivamente es de mi incumbencia.

Me doy cuenta de que todavía no he encontrado la forma de contactar a


Ren. Quizás Nic pueda ayudarme. Pero considerando lo posesivos que son los
tres, podría ser en vano.

—¿Y por qué?

Carter frunce la nariz.

—Porque me perteneces.

—No te pertenezco, ni tú ni Sawyer quieren reclamarme, no soy la


compañera de nadie e incluso si lo fuera, me haré amiga de quien quiera —
Envuelvo mis dedos alrededor de la manija de la puerta y la cierro contra Carter.
Mi corazón late más rápido de lo habitual, estoy hablando por mí misma, estoy
yendo en contra de los imbéciles. No es propio de mí, mi padre me enseñó a ser
tímida, sumisa, débil. Esta vez, estoy siendo más atrevida de lo habitual ya que
él ya no está aquí para pegarme.

173
Y wow, se siente increíble.

174
Capítulo Diecinueve

Carter parquea su coche como si fuera un piloto acrobático. Las ruedas


calientes rechinan sobre el asfalto, girando demasiado rápido mientras hace
movimientos veloces con el volante. Aguanto la respiración mientras el coche
se mete en su ranura.
Por sangre de Osyn. ¿Qué tipo de conducción suicida fue esa?

—¿Siempre conduce así? —pregunto, manteniendo la vista fuera del


parabrisas delantero—. ¿Cómo sigue vivo?

—Vaya —dice Carter, cambiando la marcha para aparcar. Hay una gran
sonrisa en su boca. Es el único feliz en este vehículo. Estoy sufriendo las
réplicas de estar sentada en un automóvil que probablemente iba a ciento veinte
millas por hora, mientras que los otros dos no se divierten—. Eso fue increíble.

—No des por sentado tus reflejos rápidos —dice Nic con un tono
aburrido.

—Algún día, algo saldrá de la nada y tus adictas tendencias a la velocidad


serán tu muerte.

—Nah —Carter empuja la puerta para abrirla y se desliza fuera de su


asiento—. Lo tengo controlado.

—¿De verdad? ¿O simplemente te estás sobreestimando? Suenas como


un adicto.

—Vas a darme otro de tus sermones, viejo. Ya demándame —Él cierra


la puerta del auto de golpe y nos espera afuera.

175
—Voy a fumar —dice Sawyer—. Ustedes tres sigan adelante sin mí. Me
reuniré con ustedes más tarde en el bazar —A pesar de la experiencia cercana a
la muerte que acabamos de enfrentar, Sawyer no se ha separado de su
personalidad melancólica. Lleva su rostro amargado cuando sale del auto,
dejándonos a Nic y a mí solos.

Nic suspira.

—Estoy rodeado de chicos sin autocontrol.

—Estás haciendo un buen trabajo al mantener tu paciencia —le digo.

—Viene de la práctica.

—¿Manteniendo la paciencia para evitar el tirón del compañero? Me


pregunto qué tipo de situaciones te enseñaron a ser tan bueno con eso.

—Muchas batallas, en su mayoría —Nic se ríe—. No está directamente


relacionado, pero mis experiencias me enseñaron cómo controlar mis instintos
más básicos. Cuando estás luchando contra vampiros y cazadores, todos ellos
con el objetivo de matarte, aprendes que actuar sobre las emociones te mata.
Luché en las guerras de los vampiros hace veinte años. Carter y Sawyer eran
sólo niños entonces. Ellos no recuerdan lo más mínimo de la cantidad de
muertes que ocurrieron. Era un pozo de mierda con Bloody Mary en todas
partes. En solo un lapso de poco tiempo, clanes enteros de hombres lobo fueron
sacrificados.

Aprieto mis dedos juntos.

—¿Cuál es la experiencia más aterradora por la que pasaste?

—¿Más aterradora?

Cuando Nic no responde de inmediato, me muevo y miro por encima del


asiento delantero para mirarlo. La expresión amistosa de Nic se ha ido,
reemplazada por una más siniestra y seria. Lamento haberle hecho esa pregunta.

—Pajarito —comienza—, no quieras saberlo. No siempre fui tan


adorable.

Ignoro el nudo que se me pega en la garganta.


176
—Sí quiero saber. Si somos compañeros, se supone que debemos
compartir todo. Quiero saber sobre las malas experiencias, junto con las buenas
—Si alguna vez llegamos al punto de estar tan cerca. Antes de mi matrimonio
con Sawyer, la bruja me arrancará ese vínculo sagrado. No sé si tengo suerte o
si tengo mala suerte. Encontrar no uno, sino otros tres cambiaformas con los
que puedo unirme es un regalo que todos atesorarían. Pero que me lo arrebaten,
ya que uno de mis compañeros lleva un equipaje que parece que todavía no
puede dejar ir...

Nic se afloja, con el hombro hundido. Una leve sonrisa roza sus labios.

—Creo que es asombroso cómo puedes tener tanta esperanza a pesar de


haber experimentado tanto dolor.

—¿Dolor? —¿Qué sabe Nic del mío? No ha visto los moretones, las
cicatrices, el abuso verbal por el que me hizo pasar mi padre. ¿O sí? Hay una
mirada de complicidad en su expresión que me hace sentir como un cristal a
través del cual puede ver—. ¿Qué has visto de mí? —La naturaleza pensativa
de los ojos de Nic me hace pensar que me conoció antes, aunque no recuerdo
haberlo conocido antes de venir a Crescents.

—Visité los kitsunes una vez, hace mucho tiempo. Cuando el alfa intentó
por primera vez hacer las paces con los kitsunes. Tu padre era más resistente
entonces, probablemente debido a que los cazadores no eran una amenaza en
ese momento. No necesitaba nuestra ayuda, por lo que mi visita fue
interrumpida.

—¿Nos conocimos esa vez? —Estoy segura de que habría reconocido a


Nic. A pesar de que era demasiado joven para sentir el tirón del compañero, es
difícil pasar por alto a Nic. La joven yo de ese tiempo habría pensado que él
daba miedo por su forma descomunal y sus rasgos cincelados y severos. Ahora,
no siento el menor miedo hacia él.

Nic niega con la cabeza.

—No adecuadamente. No creo que te hayas fijado en mí, te vi desde


lejos, y esa fue la primera vez que te vi, no miraste en mi dirección, así que no
sabías que existía.

177
—¿Cuándo fue eso?

—Hace más de diez años, creo. Estuve de visita en el clan de los kitsunes,
representando al alfa por un asunto de alianzas. Viendo que estás aquí ahora,
arreglada con un matrimonio con Sawyer, es bastante obvio que la visita no fue
exitosa.

—¿Qué estaba haciendo?

—Llorando, vi moretones cubriendo tus brazos. Incluso por lo lejos que


estaba, conmigo en el puente y tú en el otro lado del estanque, no podía apartar
mis ojos de la niña rota. Creo que eso fue cuando te di tu apodo. Pajarito. Eras
pequeña, frágil y parecía que te habían cortado las alas.

—¿Alas cortadas, eh? Esa es una descripción adecuada. No sé si puedo


extenderlas, pero lo estoy intentando.

—Lo se. Hablaste en contra de Carter. Eso fue divertido.

—¿Divertido? Me alegro de estar sirviendo como entretenimiento.

—Eres más que eso, Hana, mucho más. Espero disfrutarte de verdad
durante la luna llena —Su promesa hace que la tensión aumente en mi
estómago. Intento que la excitación no me afecte, sabiendo que proviene de
falsedades.

—Eso es en tres días —No hay tiempo para convencer a Sawyer y


Carter—. Estaré de regreso al clan Saito por la luna llena. Más de la mitad de
ustedes tres quieren que me vaya. El hombre con el que se supone que debo
casarme me odia con pasión, y Carter... esta inseguro, puedo oler la confusión
de él. Él me quiere y no lo hace, y no sé cómo encaja su última compañera entre
nosotros.

—Sawyer no te odia, no estaría aquí si lo hiciera. Como mencionó, solo


está tratando de protegerte.

—¿Qué pasó exactamente entre él y su padre?

—No es mi parte para contar. Sawyer tiene un pasado violento y tampoco


quiere un futuro violento. Piensa que tener un compañero lo condenará a eso.

178
Por lo tanto, mantiene a las mujeres a distancia, prefiriendo romperles el
corazón en lugar de los huesos.

—Eso es una tontería —le digo—. Dijiste antes que parece asustado, y
eso es todo. El miedo lo detiene. ¿Cómo puedo cambiar de opinión? ¿Qué hago
para que Sawyer me ame y los kitsunes también? ¿Me respetarán una vez que
cumpla con mi deber? ¿O simplemente estarán felices de haber logrado
arrojarme a los hombres lobo?

—Si eres lo suficientemente fuerte como para que él no pueda hacerte


daño, entonces él no tendría que preocuparse por ser tu compañero. Eso debería
ayudar a convencerlo. No tendría ninguna razón para mantenerse alejado si
puedes protegerte de él

Dejé que las palabras de Nic se hundieran en mí. ¿Sawyer no puede estar
conmigo ahora porque soy débil?

Carter golpea el cristal con los nudillos. Me sobresalto, despertando de la


inquietud que hizo que mi frente se arrugara. Golpea con el dedo índice la
ventana del coche, provocando un ruido de golpes.

—¿Ya terminaron? El bazar se cerrará si siguen tomándose su maldito


tiempo.

—No deberíamos hacer esperar a Carter —dice Nic—. El idiota


simplemente perderá los estribos, y luego tendremos problemas.

—No será tan difícil de controlar cuando eso suceda, ¿verdad?

—Puede ser un gran dolor de cabeza —dice Nic. Oigo como se abre la
puerta del coche—. No quiero pensar en la última vez que se puso tan pálido.
Ahora que lo recuerdo... también estaba en el bazar. Dios, espero que no nos
encontremos con él.

—¿Él?

—Solo un tipo del bazar. No tendrás que saberlo si todo va bien. Piensa
en la ropa que quieres comprar, esa debería ser tu principal preocupación,
pajarito.

179
Capítulo Veinte

—Intenta no sobresalir demasiado —dice Nic mientras arrastramos los


pies hacia adelante y nos movemos por el bazar. Me quedo más cerca de Nic,
las extrañas vistas me hacen dudar de mi propia seguridad. Muchas de estas
tiendas venden armas. Armas afiladas y feroces que podrían partirme en dos.
Hay algunas tiendas de ropa, pero están fuera de lugar entre todos los bienes
sobrenaturales que se venden aquí.

—Sí, sí —murmura Carter, manteniendo las manos en el bolsillo.


Encorva su alta figura. La mayoría de las personas en el bazar también son altas,
por lo que Carter no destaca tanto. La multitud es escasa, así que el pasillo que
corta el bazar tiene espacio más que suficiente para aventurarnos a través de él.
Las carpas cuadradas están alineadas una al lado de la otra, sus frentes se abren
para mostrar mesas que muestran productos interesantes.

Una de las tiendas vende pociones. Otras tiendas ofrecen armas y


armaduras. La tienda más interesante que vi es la que vendía criaturas
modificadas. En una de las jaulas, veo un murciélago con tres ojos y alas
escamosas. El letrero en la parte superior dice:

CRIATURAS MÁGICAS MORTALES DE MISSY. REGALA ESTAS


MASCOTAS A LA GENTE QUE ODIAS.

—¿De qué va esto? —pregunto, señalando a Missy mientras le doy un


codazo a Nic.

—Animales de contrabando, los traen de los experimentos fallidos de las


brujas. La mayoría de esas criaturas explotan después de un cierto período de

180
tiempo, por lo que la gente las compra como bromas. Se agotan rápidamente
justo antes de abril.
Una luciérnaga zumba en un farol que descansa en la vitrina. La miro,
fascinada por su luz parpadeante. A diferencia del típico resplandor azul
verdoso de las luciérnagas, este tiene un destello rojo.

—¿Quieres una? —Carter pregunta, acercándose a mí tan de


repentinamente que suspiro—. Te compraré una, pero ten en cuenta que puede
explotar en cualquier momento. Te sugiero que no te encariñes demasiado.

—¿Eh, no gracias?

—¿Por qué le estás dando algo tan peligroso? —Nic pregunta.

—Arriba dice: Regala las mascotas a la gente que más odias.

Trato de no molestarme demasiado por su comentario. Carter es un


imbécil, tal vez incluso más que un cactus. No culpo a Isabelle por odiarlo, y
tengo curiosidad por saber cómo puedo amarlo si vamos a compartir una
conexión de alma.

—Estamos aquí para que Hana se divierta —Nic suspira—. No para


causarle heridas innecesarias.

—Ésa es la razón por la que has venido aquí —dice Carter—. Solo tengo
curiosidad por Hana, eso es todo, y parece que no puedo mantenerme alejado.

Una pequeña mujer se arrastra desde la izquierda de la tienda,


apareciendo desde las sombras. Tiene una cara de ratón y bigotes que brotan de
sus mejillas. La parte superior de su cabeza me llega a la cintura. No estoy
segura de dónde se escondía, porque salió de la nada.

—¿Estás aquí para comprar algo?

—Solo para curiosear, gracias —digo, alejándome rápidamente de la


luciérnaga. Me lanza una mirada irritada antes de volverse hacia Carter, el
reconocimiento se extiende por su rostro.

—¡Tú! —grita, señalándolo con un dedo torcido—. Shiro nos pidió que
le avisáramos si alguna vez te veíamos caminando por aquí.

181
Carter frunce el ceño.

—No sé de quién estás hablando.

—Seguro que no. Heriste a su lagarto favorito y lo cegaste de un ojo la


última vez que pelearon.

—No. Tienes al tipo equivocado.

—Mmm —La mujer mira a Carter con los ojos entrecerrados. Tiene
pestañas terriblemente largas que revolotean sobre sus mejillas mientras
inspecciona a Carter—. No puedo equivocarme. Te pareces a él.

—Ya tienes tus años, Missy. Creo que has recordado mal y me has
confundido con otra persona. No queremos empezar otra pelea en el bazar
ahora, ¿verdad? Las mercancías aquí no son fáciles de conseguir, y si
accidentalmente rompemos sus jaulas, no será bueno para negocio.

—¿Es eso una amenaza?

—Simplemente digo las cosas como las veo.

—No me gusta cuando me amenazan. Puede que sea pequeña, pero si me


empujas, te devolveré el mordisco.

—Me voy, ahora, Missy —dice Carter, pasando su brazo alrededor de los
hombros de Nic, guiándolo lejos. Los sigo a ambos, oliendo la tensión que
impregna el aire—. No soy quien crees que soy, y no quiero causar ningún
problema, así que terminemos esto y dejémonos en paz, ¿de acuerdo?

—Esto molesta más que el papel de lija —se queja Missy. La dejamos
atrás, avanzando por el pasillo del bazar, pareciendo haber esquivado cualquier
mala casualidad que casi nos sobrevino.

—¿Quién es Shiro? —pregunto.

—Él es el tipo que inició el bazar —dice Nic—. Hace unos años, reunió
a todos los comerciantes que pudo y los convenció de que mostraran sus
mercancías en este lugar cada dos meses, es una persona de negocios. Hizo una
matanza desde este lugar al cobrar impuestos a las brujas y cambiaformas,
ganando todos los créditos para sí mismo.
182
—¿Créditos? —Ladeo mi cabeza.

—Es lo que llamamos nuestra moneda, que circula entre el mundo


sobrenatural —Nic frunce el ceño—. ¿Nunca has oído hablar de ello? Eres un
metamorfo. Suenas como si apenas te hubieras mezclado con nuestra
comunidad. En Japón usan credos. He visto el dinero que se pasa por ahí.

—No —Aprieto mi mandíbula—. Padre nunca me dejó mezclarme


mucho. No quería que me vean.

—Aquí tienes un crédito —dice Nic, pasándome el dinero. Es una hoja


de papel rugosa que es marrón con un punto rojo en el medio que se extiende
hacia afuera. El dinero parece viejo, con bordes nítidos y rasgaduras a los
lados—. Esa es su denominación más grande, un Osyn.

—Osyn —repito—. ¿Nuestro dinero lleva el nombre de nuestro dios?

—¿Qué mejor dios para adorar? —Carter murmura—. La codicia es un


motivador fuerte, ¿no crees?

—Deberías poder comprar lo que quieras aquí, incluyendo la ropa —Nic


me echa un vistazo—. Aquí tienen ropa importada de Europa, hecha de seda
mágica que no se desgasta fácilmente —Nic sonríe—. Quiero que te mimen...

Antes de que termine, suenan ladridos a nuestro alrededor. Me recuerdan


a… ¿kitsunes? ¿Qué hacen aquí? Se supone que este es territorio de hombres
lobo. A nuestro alrededor, kitsunes con nueve colas brotaron de las esquinas del
bazar, viniendo desde direcciones aleatorias. Nos gruñen, rechinan los dientes
y sus colas se agitan detrás de ellos. Una tenue luz verdosa, típica de los kitsunes
cuando acaban de cambiar, brilla en sus pieles como la nieve. Cuento siete de
ellos. Estamos claramente superados en número y, a juzgar por la forma en que
los comerciantes se esconden en sus tiendas, ninguno de ellos está dispuesto a
ayudarnos a salir de esta situación.

—Bienvenido Carter —dice un hombre con una voz baja y melódica.


Entra en el bazar entre un par de tiendas—. No pensé que tendrías el valor de
volver aquí después de lo que hiciste.

—Maldita Missy —murmura Carter—. Nos delató.

183
Nicholas bufó.

—Honestamente, no estabas siendo particularmente convincente, amor.

Él sostiene dos cadenas en su mano. Se atan hacia abajo, se unen a los


collares de un par de lagartos exóticos. No, son no son de ninguna raza que
conozca, sus escamas son doradas y su tamaño similar al de un par de
laboratorios. Vuelvo a dirigir mi atención hacia el hombre. Mis pupilas se
ensanchan cuando reconozco su rostro.

Esa... esa cara.

No puede ser

Se supone que está en Japón y, según padre, demasiado ocupado como


para dedicarme su tiempo.

Empujo a Nic lejos de mí y avanzo.

—¿Ren? —pregunto—. ¿Qué estás haciendo aquí?

Él frunce el ceño.

—Ese no es mi nombre. Soy Shiro. ¿Dónde conociste a mi hermano?

Detrás de mí, escucho a Nic susurrarle a Carter:

—¿Deberíamos intentar pelear con este? Creo que podemos.

—Probablemente hay más kits escondidos —responde Carter—.


Podemos jugar sus juegos primero, esperar hasta que Sawyer venga para para
tener una mejor oportunidad. Podemos derribarlos, pero si son muchos, sería un
riesgo.

El intercambio entre Carter y Nic se ahoga en el ruido de fondo. Todo lo


que puedo pensar es que estoy mirando el rostro de mi amigo de la infancia, el
de Ren. ¿Ren tiene un hermano? ¿Desde cuándo?

*****

184
Estamos atados, nuestras muñecas atadas con una cuerda amarilla
mágica. Los kitsunes en forma humana tienen sus katanas12 fuera. Ninguna de
las armas me apunta. En cambio, están dirigidos a los otros dos tipos. Soy
considerada uno de ellos, aunque Shiro dijo que confía menos en mí desde que
aparecí con Carter y Nic.

No estoy segura de adónde nos llevan, pero vamos con la corriente,


dejándolos que nos guíen mientras esperamos a que Sawyer venga y nos dé una
ventaja un poco mejor. Me mantengo en alerta máxima, buscando alguna
abertura para escapar. Si solo usara mi poder mortal, deshacernos de estos
kitsunes no sería ningún problema. Todavía no estoy lista para bailar con algo
tan peligroso.

Shiro mira por encima del hombro y me hace un gesto para que me
acerque a él. Dirijo una mirada cautelosa hacia Nic, que ladea la cabeza, antes
de acelerar para unirme al líder del merodeador. Todavía no puedo dejar de
pensar en él como Ren. Ambos son prácticamente iguales en todos los aspectos
imaginables. Shiro también es tan alto como mi mejor amigo. Son solo sus
expresiones las que no son similares. Ren siempre me mira con cariño, con una
sonrisa en los ojos. Shiro, sin embargo, es frío, distante y me trata como al
enemigo.

—Estás terriblemente pálida —dice Shiro—. Incluso para un Kitsune —


No habla con el ligero acento japonés que tengo yo.

—Nací con un defecto de nacimiento —digo—. ¿Te molesta?

—Te hace diferente —responde Shiro—. Pero tu apariencia no es


importante. Me pregunto por qué uno de nosotros, un kitsune, está pasando
tiempo con el peor de los hombres lobo. ¿Y dijiste el nombre de mi hermano?
¿Cómo conoces a mi hermano?

—Tu hermano creció conmigo en el clan de Hokkaido —Bajo mis ojos


al suelo—. Él nunca te mencionó.

12 Katana: La katana o catana según la RAE es un sable japonés.

185
Shiro flexiona la mandíbula.

—Tal vez sea porque nunca fuimos cercanos.

—¿Eres su gemelo?

El niega con la cabeza.

—Para nada. Soy tres años mayor que él, pero parece que nos parecemos
demasiado, ya que la gente nos confunde mucho a los dos.

—Ren me trata muy bien. No siempre son amables conmigo en casa, ya


que solo tengo una cola-

—¿Solo una? —Visiblemente, veo a Shiro vacilar ante mi admisión. Los


kitsunes ven sus colas como símbolos de buena suerte. Soy increíblemente
desafortunada de estar cerca debido a mi aflicción—. ¿Es por eso que te
enviaron con los hombres lobo? Tu presencia debe haber sido problemática para
los kitsunes en casa.

—Mis padres nunca me perdonaron por haber nacido —digo. Es


melodramático ahora que lo menciono, pero es la verdad.

—Suena como una pesadilla.

—Sin embargo, Ren nunca me vio como un inconveniente. Me dejó


acompañarlo a sus lugares favoritos, sin quejarse a pesar de la superstición.
Umm, Shiro, ¿puedo preguntarte algo?

—¿Sí?

—¿Por qué estás aquí mientras Ren está en Japón? ¿Estaban separados
los dos?

—¿Cuándo conociste a Ren?

Toco mi barbilla.

—Alrededor de los seis años, creo.

—Eres más joven que él, lo que significa que me fui antes de que tú y
Ren se hicieran amigos —Shiro se frota la nuca. Ya no se molesta con Carter,
186
ahora está más concentrado en nuestra conversación—. Nuestros padres se
divorciaron cuando éramos jóvenes. Mamá se llevó a Ren; Papá me llevó y se
mudó a Estados Unidos, decidiendo vivir una vida lejos del clan, ya que la
familia de mamá tiene un estatus más alto que la de él. Haberse divorciado de
ella lo coloca en una posición desfavorable en el clan. Tenía siete años cuando
nos fuimos. Le prometí a mi hermano pequeño que volvería a buscarlo, pero
supongo que la vida se interpuso en el camino —Shiro suspira —. ¿Cómo está?

—Es uno de los miembros más respetados de los kitsunes. Mi padre lo


admira por su fuerza.

Shiro bufó.

—¿Ese pequeño enano? ¿Respetado? No podía hacer nada sin mi ayuda


en el pasado.

—Siempre es admirable para mí. Sigue creciendo, mejorándose cada año.


¿Lo has llamado?

—No tengo su número. Mamá y papá se separaron para siempre, y papá


ni siquiera se molestó en mantener el número de mamá. La única forma en que
puedo contactarlo es ir a casa, pero el clan está en lo profundo del bosque, así
que incluso las cartas no son una opción. Estoy seguro de que Ren se ha
olvidado de mí. Yo tampoco pienso mucho en él, solo que el hecho que hablas
de él me ha puesto nostálgico. No puedo evitar sentirme un poco interesado.
Después de todo, es una gran parte de mi pasado.

—Ren no es de los que se olvidan fácilmente de los lazos. Quizá se toma


sus amistades con demasiada intensidad.

Shiro aprieta la mandíbula.

—Hay muchas cosas de mi hermano que no conozco. No estoy seguro


de si me preocupo demasiado. Lo amaba, pero eso era el pasado. Ya no es una
gran parte de mi vida.

—Eso es comprensible. Ha pasado mucho tiempo.

—Sí.

187
¿Hasta dónde nos llevarán en el bazar? La luna continúa colgando sobre
nosotros, iluminando el camino mientras viajamos por la carretera.

—Hay muchos kitsunes aquí —digo, para llenar el silencio.

Shiro se ríe.

—No solo pensaras que los kitsunes solo existen en Japón, ¿verdad?
Estamos por todas partes.

—¿Por qué querrías estar tan cerca de los hombres lobo?

—No lo hacemos. No estamos aquí por los hombres lobo. Es solo una
ubicación estratégica en un cruce de caminos donde pasan muchos
cambiaformas. No nos inclinamos ante los hombres lobo, eso sí.

—Te dejaron montar un campamento aquí.

—¿Dejar? —Shiro gruñe.

—Este territorio pertenece a los Crescents, ¿no es así?

—Somos una bendición para ellos. Les encanta el bazar, vienen


constantemente aquí para encontrar mujeres o bienes y artículos poco comunes
que no consiguen fácilmente. Pero solo porque estamos en su territorio, creen
que somos dueños de nosotros, y es por eso que Carter decidió matar a mis
mascotas sin permiso.

—Oye —dice Carter, gruñendo después de hablar—. Tus hombres se


estaban burlando de mí. Estaban tratando de ahuyentarme cuando yo me
ocupaba de mis malditos asuntos.

Shiro pone los ojos en blanco.

—No he escuchado ni una pizca de disculpa de él. Tal vez si no fuera tan
arrogante, no tendría que matarlo.

Mis hombros se ponen rígidos.

188
—¿Matar? —Meto la lengua entre los dientes. Hay un mareo que me
sube al estómago cuando me doy cuenta del peligro que corremos—. ¿Ese es tu
plan? ¿Matar a Carter?

—Asesinó a dos de mis mascotas favoritas.

—Son lagartos.

—Todos somos animales al final del día. ¿Quién puede decir qué vida es
más importante que la otra?

—Pero... son lagartos.

—Mis favoritos, los crie desde que eran pequeños. Los alimenté, día a
día. Y el imbécil de aquí decidió matarlos solo porque estaba de mal humor. Les
arranco la cabeza y todo eso.

—Les pediste que me atacaran —dice Carter con los dientes apretados.

—Tú lo hiciste. Yo lo hice. ¿Importa quién lo inició? Solo sé que mis


lagartos están muertos y eso no me sienta bien. No creo que dormí esa noche
después de perder a Suzy y Heath.

Shiro no actúa así, pero creo que está loco. Solo los locos querrían esta
pequeña venganza.

—No vale la pena matar a Carter —digo con una risa incómoda. Estoy
caminando al lado de Shiro, y no tengo una espada apuntándome, así que esto
significa que no estoy en su lista negra, ¿verdad? Me pregunto si puedo salir de
esto con las palabras—. Él no va a rendirse sin pelear. Eso podría llevar a
algunas lesiones innecesarias por no mucho. Quiero decir. ¿Qué vas a conseguir
al matarlo?

—Venganza.

Me estremezco.

—Y muchos problemas, supongo. Dudo que los Crescent estén felices


por eso. ¿Qué pasa si deciden hacer la guerra contra ustedes? Escuché que
Carter es rico, por lo que su familia definitivamente tiene una gran influencia.

189
¿Quieren que el bazar cierre después de que ellos se enteren? Será sangriento.
No tienes tantos kitsunes, así que los lobos podrían invadirte y-

—Entonces dame sangre y guerra.

—¿Por un lagarto? —Arrugo la frente.

—Sí.

Parpadeo hacia Shiro. Ren y él son como el día y la noche. Ren nunca
haría declaraciones tan descabelladas y testarudas sin antes pensarlas.

Realmente espero que mis retorcidas habilidades de razonamiento


funcionen aquí. Shiro podría resistirse, pero puedo sentir mis palabras
trabajando en él. Sus pasos van más lentos, eso es una buena señal.

—Hay mejores formas de vengarse —continúo—. No tienes que matarlo.


¿Qué tal una patada en el estómago? Le dolerá y le enseñará la lección.

—¿Patada en el estómago? —Carter pregunta, hablando desde atrás.

—Y luego puedes dejarnos ir a los tres —continúo, ignorando a Carter—


. Después de eso, vivirá para contar la historia de lo poderoso, fuerte y temido
que eres. No volverá a meterse contigo.

Shiro levanta una ceja.

—Eso será demasiado indulgente.

—Solo estoy dando un ejemplo —Resisto el impulso de arrastrar mi


mano por mi cara. Sueno estúpida, esto es estúpido. No soy el tipo de persona
que razona para salir de los problemas. Antes, me callaba y recibí la peor parte.
¿Me gusta hacer esto? ¿Tratando de hablar más y sonar como una rata? No lo
sé—. Sólo... uh... No mates a Carter, ¿por favor?

Shiro se detiene frente a la tienda más grande del bazar. Este es el único
con el frente caído. En la carpa se muestra un símbolo que está impreso en una
pieza de tela drapeada. La cara de un kitsune me mira fijamente, sus ojos
enjoyados con gemas rojas. Shiro abre la solapa de la entrada principal, luego
me obliga a entrar dándome un codazo en el hombro.

190
—Quita las manos de ella —gruñe Nic.

Shiro ignora la advertencia, llevándonos a la tienda oscura. Lo primero


que noto son las jaulas que están dispuestas en pilas a lo largo de la habitación.
Hay un olor acre que viene hacia mí, uno al que me retuerzo la nariz. Hay
lagartos, decenas de ellos, acechan en sus jaulas de metal. Todos tienen escamas
metálicas que recogen las tenues brasas que parpadean en los faroles colgados
de postes metálicos.

—Realmente amas a tus lagartos —murmuro.

Shiro no se da cuenta de mi observación. Avanza a grandes zancadas y


se sienta en la enorme silla que está al final de la tienda. Es como un trono
cubierto con pelaje de diferentes tonos de marrón. ¿Piel? ¿Cuántos otros
cambiaformas ha masacrado Shiro? ¿O el pelaje pertenece simplemente era de
ellos? Se relaja, enganchando las cadenas de las lagartijas que llevaba en un
accesorio que está al lado de su silla. Shiro se inclina hacia atrás y levanta un
tobillo para apoyarlo en su rodilla.

—Arrodíllate —dice.

Carter escupe.

—Sí, claro.

La magia elemental brota de las manos del kitsune que está detrás de
Carter. Las hojas aparecen de la nada en un torrente, empujando a Carter al
suelo. Carter muestra sus caninos a Shiro, pero un segundo después, está de
rodillas. Noto que el pelaje brota de sus brazos, como si estuviera en medio de
un cambio.

Shiro dirige su atención hacia mí, una sonrisa adornando su boca.

—He considerado tu propuesta. Hana, ¿verdad? —Le ofrecí mi nombre


antes, cuando nos emboscaron por primera vez, con la esperanza de que me
reconociera como la hija del Meishu. No lo hace—. Tienes razón. Me gusta el
bazar, y no quiero perderlo debido a algún ataque de venganza insignificante.
Matar a Carter sería imprudente.

Mis músculos se tensan.

191
—Entonces... ¿solo le vas a dar una patada en el estómago?

—¿Crees que soy tonto? —Shiro ladea la cabeza. Por un segundo, veo
un destello amarillo en sus ojos, su maldad evidente en su mirada cortante—.
Estás del lado de Carter, obviamente. Cuando hablé de matarlo, te pusiste rígida,
de la cabeza a los pies. No voy a dejarlo ir así, se reirán de mí, hablando de que
soy tan débil por ser tan suave con un ingrato como él. Tendré que lastimarlo
donde sea más doloroso. Empezando contigo, luego con el otro que está junto a
él —Creo que se refiere a Nic.

—Conozco a tu hermano. Ren no querría que me hicieras daño.

—No me escuchaste antes, ¿verdad? Estás tan sorda como pálida —Shiro
inclina su cuerpo hacia adelante, colocando sus brazos en los apoyabrazos de su
trono—. Me importa una mierda Ren. Dudo que él también lo haga por mí.
Apenas hemos hablado en años. Si el niño llora porque te has roto algunos
huesos, que así sea.

Shiro se ríe, un sonido retumbante. La sonrisa que atraviesa su rostro


muestra que está bastante satisfecho con la idea que aún no ha revelado.

¿Qué tiene planeado para mí?

192
Capítulo Veintiuno

Tengo los ojos vendados. Antes de que me taparan los ojos y me ataran a
este poste, vi a Nic y Carter mirándose, estaban conversando por la forma en
que se miraban. Fueron ellos quienes deliberaron si debían luchar.
Mientras me dirigía hacia aquí, empujada por la punta de la katana, conté
otros ocho kitsunes. Eso hace quince contra tres, y no soy buena para controlar
mis poderes, así que no estoy segura de poder ayudar con la pelea. Estamos
claramente superados en número. Incluso como algunas de las lunas más fuertes
del clan Crescent, ¿pueden los dos hombres sacarnos de esta situación?

Las puntas de mis dedos hormiguean. Es incómodo y siento la suciedad


del suelo raspando los talones de mis pies mientras me siento con las piernas
extendidas. Confío mucho en mi sentido del olfato para orientarme en lo que
me rodea, y el olor a problemas evidentemente nubla el aire, también está la sed
de sangre. Los kitsunes quieren vernos rotos y doblados. Estas personas pueden
ser de la misma especie que yo, pero no hay amistades para hacer aquí.

—¿Has oído hablar de la acónito13, Hana? —pregunta Shiro. Los lagartos


de atrás de él sisean. No puedo verlos. Aun así, los imagino sacando la lengua,
lamiendo el aire.

Trago, pero el nudo en mi garganta permanece atascado allí.

—Si.

—¿Por qué no eres una buena chica y nos explicas a todos lo que hace?

13
Acónito: Aconitum es un género de plantas fanerógamas de la familia Ranunculaceae. La especie
tipo es el acónito común (Aconitum napellus), a veces llamado simplemente acónito
193
La sensación de hinchazón y nerviosismo que hierve en mi vientre me
dice que abrume a los kitsunes con mi magia mortal. Nadie entiende nada de
eso, pero sé que, si uso ese poder oscuro, puede que no haya sobrevivientes.
Sawyer sobrevivió la última vez que lo intenté debido al vínculo de compañeros.
Tal vez no mate a Nic y Carter. Ellos vivirán, pero ¿lo hará mi conciencia?

Mis músculos se tensan y mi respiración se acelera. No saber qué hacer


es sofocante. He tratado de ser una buena persona toda mi vida: escuchar,
obedecer, complacer. Lo hago no porque sea buena, sino porque tengo miedo
de defenderme por mí misma. Hacer lo malo suele requerir la capacidad de
soportar la culpa y de soportar una dosis igual de coraje. Podría haber escapado
de los abusos de mi padre. Podría haber huido con mi gran capacidad y vivir
una vida propia como Isabelle.

No lo he hecho, porque ser la víctima es más fácil. Es más seguro.

¿Qué quieres, Hana? me pregunto. Mi mente se acelera. No soy buena


pensando en situaciones estresantes. Mi cuerpo tiende a apagarse, y me escondo
en mis propios pensamientos, donde es cómodo.

¡Qué quieres!

Una de las respuestas es cierta. Definitivamente no quiero ser la buena


chica si eso significa ver a la gente que me importa salir lastimada.

Prefiero ver a los kitsunes muertos que a Nic o a cualquiera de mis


compañeros sufriendo. Mi kitsune y ese monstruo oculto quieren protegerlos, e
incluso si no he encontrado en mí para amarlos, soy devota.

—¿No me escuchaste? —Shiro pregunta, su pregunta tiene un gruñido


subyacente—. Explícanos lo que hace el acónito.

Intento aflojar mis músculos, pero es como si el hierro estuviera enrollado


alrededor de ellos. Paso mi lengua por la parte inferior de mi labio seco y
parpadeo más allá de mis emociones arremolinadas.

—El acónito afecta a todos los cambiaformas. No importa si eres un


dragón, un lobo o un kitsune. Para nosotros, es veneno —Todo el mundo sabe
cómo funciona el acónito, Shiro no necesita que lo diga, pero desea que lo haga,
para que recuerde lo aterrador que puede ser—. Te devora de adentro hacia
194
afuera, haciéndote sentir como si cucarachas comieran tu tracto digestivo. El
dolor pica, quema, provoca hinchazón y sangrado en el interior de los ojos. Hay
un diez por ciento de posibilidades de no morir por ello, y si lo hace, es una
muerte lenta, una que se siente como si se estuvieras quemando vivo durante
una semana seguida.

—Explicación precisa, mascota —dice Shiro. Agarra mi mandíbula—.


Ahora, quiero que lo bebas.

Me congelo.

—Carter, este linda y pequeña kitsune va a sufrir un dolor inimaginable


por tu culpa —Shiro se ríe—. ¿Qué piensas de eso?

—¿Solo porque maté a un par de tus lagartijas? —Carter dice—. ¿Qué


mierda te pasa? Déjala en paz, ella no te hizo nada, imbécil. ¿Sabes qué? Si
estás enojado conmigo, entonces dame el acónito. Yo lo beberé.

—Tal vez si lo pidieras más amablemente —Shiro gruñe—. Me muevo


por una delgada línea. No quiero que mis hombres piensen que soy débil. Es
necesaria la cantidad correcta de castigo. ¿No harías lo mismo si gobernaras los
Crecents? Yo soy la ley suprema aquí en el bazar, y quiero que todos aquí sepan
que puedo hacer lo que me quiera, incluso si eso significa destruir a tu pálida
mascota.

—Déjala en paz —advierte Nic.

—No seas impaciente. Tú eres el siguiente.

Está loco. Me cuesta creer que pueda ser el hermano de Ren.

Siento el líquido en la apertura de mi boca. Aprieto la carne de mis labios


con fuerza, negándome a permitirme beber una fracción del acónito. Nadie
merece una muerte tan horrible. Huelo su sabor dulce y engañoso, el aroma
flotando suavemente en mis fosas nasales. Mentalmente, trato de prepararme
para el veneno, pero nadie puede estar realmente preparado para ese destino.

Usa tu poder, me dice mi conciencia interior. Sálvate. ¿Cuáles son las vidas
de estos inútiles kitsunes? Ni siquiera pertenecen a tu clan. Recházaloz, son lo
peor de lo peor.

195
¿Quién es esta persona que habla en mi cabeza? Tal vez siempre he tenido
pensamientos tan tóxicos y solo hice un buen trabajo reprimiéndolos, fingiendo
que la parte venenosa y egoísta de mí no existía.

La ira me recorre el pecho. Shiro apenas entiende con quién se está


metiendo.

—Abre, mascota —dice Shiro melódicamente—. No hagas esto difícil


—Alcanza mi garganta y aprieta cada vez más mi yugular. Me han atado bien
contra este poste. Realmente no puedo moverme con todo mi cuerpo sujeto a
este punto.

—¿Por qué estás luchando? Te irás a dormir pronto.

Una gota se asienta en mi lengua, pero no puedo hacer nada, ya que


significará que el acónito se esparcirá por mis entrañas. Cada vez se hace más
difícil respirar con Shiro estrangulándome así. Tendré que abrir la boca en tres...
dos...

Escucho un sonido de fondo, luego un grito. Se escuchan ruidos


estrepitosos desde todas partes. La venda de los ojos me mantiene fuera de la
vista, pero mi nariz capta el olor del viento afuera.

Suena un gruñido bestial. Un segundo después, ya no siento la presión de


la taza en mi boca. Alguien empujó a Shiro lejos, y soltó su agarre mortal de mi
tráquea. Puedo respirar de nuevo, aspiro una ráfaga de aire que se hincha a
través de mis pulmones, la sensación de niebla en mi cabeza se disipa. Un rugido
envía temblores a través de la habitación. El aullido de kitsunes rebota en la
pared. Alargo mis garras, pero no sirve. No son lo suficientemente largas para
alcanzar la cuerda atada alrededor de mis muñecas.

Los destellos rojos del peligro alertan a mi cerebro. Tengo que dejar de
estar atada, tengo que averiguar qué está pasando

—¡Sawyer! —Carter grita—. ¡Trae a Hana!

¿Sawyer? ¿Sawyer está aquí? Está aquí para salvarnos, ¿no? ¿Cómo va a
enfrentarse a todos estos kitsunes solo? ¿Va salir herido?

196
Enderezo mi columna vertebral, mis sentidos se ponen en alerta máxima.
Mi mente busca cada detalle de lo que sucede a mi alrededor. No tengo mucho
en qué basarme, especialmente porque todo lo que escucho es el caos, y es difícil
orientarse cuando todo está tan desordenado, sobre todo porque todo lo que oigo
es caos, y es difícil orientarse cuando todo está tan desordenado.

Una mano áspera me quita la venda de los ojos. Sawyer está aquí, frente
a mí, con un corte entre las cejas y sangre salpicada en la cara. ¿Es su sangre?
Me quedo estupefacta cuando lo miro así. Su atención se detiene en mí,
recorriendo mi cara. No puedo ignorar la abrumadora sensación de
agradecimiento que florece dentro de mi pecho. Me salvó del acónito, y su
llegada impidió que usara el terrible e inquietante poder que hizo que mi padre
me tuviera tanto miedo.

Empecé a celebrar demasiado pronto, porque un momento después, Shiro


tira a Sawyer. Toma el lugar de Sawyer, con una mirada de puro veneno bañada
en su expresión. Abro la boca en shock. Es entonces cuando levanta su botella
de acónito y me obliga a beberla. El acónito se desliza en mi boca, y estoy
envenenada.

197
Capítulo Veintidós

Por la sangre de Osyn. Por la maldita sangre de Osyn.

No puedo describir este dolor, estoy más allá de la salvación. Me tumbo


de lado, todo mi cuerpo ardiendo, mi visión borrosa por la pura agonía. Es como
arañas arrastrándose sobre mi piel. Como ser desgarrado de adentro hacia
afuera. Como... como...

Dios, duele.

No quiero vivir más, no si vivir significa tener que lidiar un segundo más
de esta tortura. ¿Y si no sobrevivo a esto? Entonces tendré que enfrentarme a
otros diez días más antes de que la muerte venga a buscarme. Estoy rogando
que llegue antes. Lo comparo con ser destrozada, comida viva, ser forzada a
soportar el infierno en la tierra y... no puedo pensar con claridad.

Veo a Shiro muerto frente a mí. Le han arrancado la cabeza; la unión


donde su cabeza conectaba con su cuello ha sido rasgada. Parece que murió de
la misma manera que lo hicieron sus lagartos. Un charco de sangre se forma
debajo de él. Huele... no sé a qué huele. Mi sentido del olfato está muriendo en
mí, al igual que mi conciencia.

Ayúdame.

Paren esto.

No puedo pensar bien…


Quiero dormir, pero el acónito es una droga castigadora. No es lo
suficientemente fuerte como para noquear al cambiaformas por completo. Al

198
menos no por un tiempo. Y justo cuando creo que puedo dormir, vuelvo a la
realidad, una realidad dura y ardiente que es una pesadilla que cobra vida. Voy
a tener que lidiar con eso hasta que muera o hasta que mi sistema luche contra
el veneno y lo libere de mi cuerpo. Siento humedad en mis mejillas. No son
lágrimas, sino sangre.

—Hannnaaa... —La voz de Sawyer es distante en el fondo. Se produce


un eco, reverberando en el aire—. Quédate con nosotros...

Quiero decirle que mi voluntad está siendo arrebatada por la velocidad


de la luz debido a los efectos del acónito. Debería querer seguir con vida. Hay
mucho más que hacer y todavía no he formado mis verdaderos lazos con mis
compañeros. Pero ahora solo tengo pensamientos negativos. Solo puedo ver la
fealdad y la crueldad y lo peor de la vida. Ojalá nunca hubiera venido a Estados
Unidos en primer lugar. Incluso las palizas de mi padre no duelen tanto.

Entro y salgo de la conciencia. Justo cuando creo que el dolor ha pasado,


vuelve con toda su fuerza. ¿Osyn está reorganizando mis órganos? Ciertamente
se siente así.

¿Cuándo terminará esto?

Por favor, para.

Por favor...

199
Parte III

200
Capítulo Veintitrés

Sawyer

Sawyer apenas le hablaba al alfa en estos días. Intentaba evitar al


anciano. Los recuerdos del pasado grabaron profundas heridas en el alma de
Sawyer. Los cortes en su corazón son demasiado severos, demasiado arraigados
dentro de él para ignorarlos.
Ambos, él y el alfa se sientan en un banco en uno de los patios del castillo.
El sol saldrá pronto, poniendo fin a esta noche maldita. Por ahora, los
acompañan las estrellas que se oscurecen y los aullidos distantes de otros
miembros de la manada.

—¿Quieres uno? —pregunta su padre, ofreciéndole un cigarrillo de una


caja. Su padre es el origen del hábito de fumar de Sawyer. El alfa lo usa como
otra de sus distracciones, y a medida que Sawyer se volvió más volátil al crecer,
también comenzó a fumar. Sawyer deseaba tener una mejor figura paterna, pero
la vida le dio esa, así que esa es la mierda que tiene que soportar.

—No, gracias —dice Sawyer, levantando dos dedos para rechazar la


oferta de su padre—. No estoy de humor.

Su padre arquea una ceja.

—¿En serio? Nunca antes rechazaste la oferta por un cigarrillo.

Se encoge de hombros.

201
—Tengo mis razones —La más importante es Hana. Cada vez que saca
un cigarro, esa pequeña kitsune se inquietaba. Ella no lo ha dicho todavía, pero
Sawyer puede decir que ella no aprueba que fume. Podría fumar menos por ella.
Dios, está empezando a preocuparse por ella y por lo que ella piensa de él. Eso
es un problema.

El alfa exhala un suspiro lleno de humo.

—La luna llena llegará en unos días.

—Sí —No había necesidad de recordárselo a Sawyer. Incluso antes del


verdadero vínculo de compañeros, era muy consciente de cuándo llegaba la luna
llena. Fue entonces cuando su madre resultó herida. Papá ha mejorado en el
control de sus tendencias. La mayoría de los meses, mamá sale con un leve
hematoma, y eso es un gran alivio para Sawyer.

—Todavía estoy buscando a la bruja que me maldijo. Creo que está


muerta —El alfa suspira—. Por eso no he logrado encontrarla en todos estos
años.

—¿Por qué estás aquí, papá? —Sawyer pregunta, pateando una pierna
hacia arriba y hacia abajo, sacudiéndola para protegerse del mal humor que se
arrastra por el costado de su cuello—. No hemos estado hablando durante
meses.

—Pensé que debería desearle lo mejor a mi hijo antes de su gran día.


Casarse no es un asunto fácil. A juzgar por lo que escuché, tu prometida también
es una kitsune especial. Será una ventaja para nuestra manada.

—Mantén tus manos lejos de ella.

—Ya me has enviado algunos mensajes de ese tono.

—¿Y?

—Te prometí que lo haré. Quiero que mi hijo sea feliz —Sí, las garantías
de su padre no ayudan. Sawyer duda demasiado de él, considerando su pasado.
Siempre verá alguna parte de su padre como el enemigo.

202
—¿Contento? —Sawyer resopla—. Arreglaste ese matrimonio sin
decírmelo.

Su papá se encoge de hombros.

—Pensé que era la mejor manera de conseguir que estuvieras con una
mujer de la que no te enamorarás. Además, fortalecerá nuestro vínculo con los
kitsunes. Es una forma eficiente de lidiar con las cosas.

—Suena como un buen plan, solo que la persona con la que me


emparejaste es mi compañera.

—¿Qué?

Sawyer deja que la declaración permanezca en el aire. Su padre no sabía


nada de la relación entre Hana y él.

El alfa se vuelve hacia Sawyer. Habla con la voz tensa.

—¿Has encontrado a tu compañera?

—Una maldición, ¿no? —Sawyer encorva su postura—. Pero no lo estará


por mucho tiempo. Le he encargado a una bruja que rompa el hechizo. Ella
vendrá mañana —Hana será lo suficientemente fuerte para soportar la ruptura
de los lazos. Ha estado dormida durante las últimas veinticuatro horas, su lucha
cesó después de que le dieron la cura para el acónito. Estaba mirándola así,
retorciéndose y con dolor, cuando Sawyer se dio cuenta de que realmente se
preocupaba por la pequeña kit. Y no fue solo por el destino o por esas tonterías.
Simplemente disfrutaba tener a Hana cerca.

—No voy a seguir adelante con la boda. Después de que rompa el


vínculo, quiero que la envíes de regreso.

—Me estás diciendo qué hacer —afirma el alfa.

—Te lo estoy preguntando. Si te preocupas por tu hijo, esto es lo que lo


hará feliz.

—¿Evitando el amor? —El alfa niega con la cabeza—. No hay felicidad


en eso. Si no enfrentas el dolor, nunca disfrutarás de lo que realmente importa.

203
—Necesito enviarla de regreso antes de que mis sentimientos se vuelvan
demasiado fuertes.

—No puedo creer que tengas una compañera. Es un don que la mayoría
de los hombres lobo anhelan tener. Dicen que el vínculo formado entre dos de
esas almas no se parece a ningún otro, que el poder que obtendrás a través de
él... —el alfa inhala profundamente—. Hijo. No es seguro que tengas la misma
maldición que yo. Diré que vale la pena correr el riesgo de probar la maldición.
Puede que no la tengas. Y si te unes a ella, la manada podría tener el próxima
alfa digno.

—Creo que sí. Esa maldición es mía.

—¿Por qué estás tan seguro?

Sawyer aprieta los dedos en puños.

—La rabia, está viniendo sobre mí, me siento más fuera de sí. Cuando
ese bastardo de Shiro hirió a Hana, sentí que no tenía otra opción. Lo maté en
un instante, decapitándolo para que nunca volviera a vivir. Esa bruja... ¿la que
te maldijo? Hizo un buen trabajo con su hechizo. Quería lastimarte tanto a ti
como a tus generaciones futuras, y lo hizo bien.

—Entonces, ¿vas a seguir con eso?

—He tomado mi decisión —Sawyer traga el nudo alojado en su garganta.

—Crees que lo has resuelto con tu plan. Crees que romperás el vínculo
sin ningún problema —Hay preocupación en la voz de su padre, como si al alfa
realmente le importara lo que les suceda a él y a Hana. Papá ha estado cuidando
más a Sawyer a lo largo de los años, especialmente después de haber controlado
su sed de sangre. Sawyer todavía no puede confiar en él. Todavía ve al alfa
como el monstruo que rompió a su madre.

Sawyer gruñe.

—Le he encargado a una bruja muy talentosa. Todo saldrá bien.

204
—No funciona así. Esos lazos son una cuestión de dioses. Es magia
fuerte. No puedes simplemente contratar a una bruja para que se los quite.
Podría salir mal. Muy mal.

—Pensé en intentarlo.

—Me temo que estás en una situación difícil. Es bastante complicado,


¿no?

—¿Va a cancelar la boda?

—Eso es problemático. Tanto los kitsunes y yo hemos contado con ello.

Sawyer gruñe a modo de advertencia.

—¿Es este tu intento de hacerme enojar, anciano?

—Esta maldición es tuya, no es algo de lo que puedas huir. Tienes que


crecer, convertirte en un hombre mejor de lo que eres ahora, para poder proteger
a tu compañera. Alejarla no es la respuesta.

—No me voy a casar con ella, demonios. —No voy a terminar como tú.

—Mantenla cerca —dice el alfa, sin responder en absoluto a las palabras


de Sawyer—. Fortalézcanse juntos, esa es la respuesta. Hay una razón por la
que tu madre ya no llora cada luna llena.

—Tu relación con mamá tiene poco que ver con la mía.

—¿Es eso lo que piensas? Asumiría lo contrario.

—No me importa lo que asumas. Cancela la maldita boda, no voy a


aparecer incluso si lo arreglas.

—Por desobedecer al alfa, tendré que castigarte.

Sawyer se pone tenso. Incluso cuando habla con tanto descaro, una parte
de él teme a su padre. Había crecido viendo al alfa como una entidad que era
más grande que la vida, intocable y de la que había que desconfiar.

Sawyer se muerde la lengua.

205
—Castígame, entonces. No voy a escuchar tu consejo, no quiero terminar
como tú.

—No soy el mismo hombre que era hace todos esos años. Cambié por tu
madre.

Es cierto que el alfa ya no duerme tanto, si es que nunca. La mayoría del


clan no lo ve, recuerda las viejas historias y las proyecta en el alfa. Pero Sawyer
estaría condenado si alguna vez tuvo que pasar por esa fase de abusar
constantemente de su pareja. Herir a Hana sería como hacerse daño a sí mismo.

Sawyer junta los dedos en puños.

—Te di una advertencia. Hana no va a ser mi esposa, no puede serlo. Eso


sería injusto para ella.

—¿Le has contado sobre la maldición? —pregunta el alfa.

—¿Por qué lo haría?

—Ella debería tener derecho de saber en qué se está metiendo y por qué
la estás rechazando. ¿No crees que ser difícil sin ninguna razón es la definición
de injusto?

—No tienes razón —Las palabras de su padre lo ponen nervioso, pero


Sawyer preferiría morir antes que admitir que el alfa dice algo de verdad.

—¿No la tengo? —El alfa empuja la punta de su cigarrillo contra el banco


y lo apaga—. Digo estas cosas sólo en tu mejor interés. Si no fueras mi hijo, ni
siquiera habría desperdiciado el aliento contigo.

Sawyer se siente tenso en todas partes. Su mente se ve sumida en un


torrencial ataque de confusión, y su cuerpo está tenso debido a eso.

—Si tuvieras la oportunidad de no enamorarte de mamá, ¿la habrías


aprovechado, sabiendo que estarías maldecido?

El alfa se queda quieto, sin decir una palabra. Sólo después de un largo
rato de silencio rompe la tensión y responde:

206
—No. La habría enviado muy lejos, donde no pueda alcanzarla. Ella
nunca me habría conocido, y tú no hubieras nacido, pero no habría tenido que
verla destrozada por mis propias manos tantas noches.

—Entonces, ¿por qué me estás pidiendo que haga lo contrario?

—Es paradójico. Veo que ya estás atrapado, hijo. Te preocupas por que
esta mujer al hacer esto, lo que significa que una parte de ti ya la ama. No sé si
hay una salida.

—Seré mejor que tú. Protegeré a Hana.

Papá suspira.

—Muchos niños han dicho lo mismo de sus padres, pero, curiosamente,


a menudo terminan en posiciones similares después de un tiempo. Les deseo la
mejor de las suertes, pero me temo que eso no será suficiente.

—Cancela la boda —dice Sawyer—. Eso es todo lo que pido. No necesito


que me desees suerte. Eso no significa nada en absoluto.

—¿Le has preguntado a Hana si quiere que se cancele la boda?

—Sé lo que es mejor para ella.

—¿Lo sabes? —El alfa mira pensativamente la pared opuesta.

Sawyer se está molestando. Su padre actúa como si supiera más que él.

—Si vas a lastimarla privándola de un verdadero vínculo de compañeros,


entonces al menos dale la razón.

Sawyer se pone de pie.

—No necesito tu consejo. Fracasaste en mantener a mamá a salvo.

—Por eso soy la mejor persona para escuchar, porque mi fracaso me hace
consciente de cuál es el camino correcto.

—Lo que sea.

Sawyer se aleja cuando el alfa le habla a su forma que se marcha.

207
—Puede que me odies, hijo, pero me preocupo por ti.

—¿Sí? —Sawyer quiere creer que las palabras de su padre son una
mierda. No puede perdonar a su padre por lo que ha hecho, no importa cuánto
se esfuerce el anciano.

—Cancelaré la boda si lo crees mejor, pero, aun así, creo que deberías
intentar arreglar las cosas con Hana.

Sawyer se detiene al escuchar las palabras de su padre. Él inclina su


mirada sobre su hombro.

—¿Me vas a dejar?

—Serás alfa algún día. Ya no debería forzarte con mis decisiones. Pronto
tendrás que aprender a afrontar tus propias consecuencias.

208
Capítulo Veinticuatro

Hoy la noche es más fría. Muevo mis piernas debajo de las sábanas de mi
cama, e incluso las mantas hacen poco para calentarme. No estoy segura de si
es porque está tan cerca de la luna llena, el aumento de las mareas me
desconcierta e incita a mi rabia animal, o porque estoy más débil por haber sido
envenenada por el acótino.
Estoy acostada en una cama que huele a Sawyer: cigarrillos y menta. A
juzgar por el cenicero en la mesita de noche y la ropa colgada en el perchero
frente a mí, esta debe ser su habitación. Me ha metido aquí y, sin embargo, no
se le puede encontrar por ningún lado. En cambio, es Nic quien ha estado
conmigo todo el tiempo. Me está alimentando extremadamente bien y tengo una
galleta en la mano, una que me ha dado.

Me alegro de haberme despertado de esa pesadilla. Todavía estoy


sufriendo los golpes, mis dedos tiemblan mientras pienso en el dolor
paralizante. Dios, quería morir cuando estaba atrapada en ese estado. El acónito
no es algo de lo que bromear. Las réplicas de esa experiencia se reproducen
repetidamente en mi mente, enviando ataques de náuseas a través de las fosas
más profundas de mi estómago. Intenta no pensar en eso Hana, me digo. Mi
estómago está revuelto, así que tengo que tragar más comida para calmarlo.

—Es dulce —le digo, mordisqueando la galleta—. No esperaba que fuera


dulce o que tuviera ligeros toques de sabor a sakura14 —Tiene la forma de una
flor de cerezo, la comida me recuerda a mi hogar. El hogar de dónde vengo
puede ser un frío e implacable, pero no se puede negar lo hermoso que es.

14Sakura: La sakura o cerezo en japonés es uno de los símbolos más conocidos de la cultura
japonesa.
209
Durante la primavera, el paisaje cobra vida, pétalos de rosa decorando la vista.
Lo extraño un poco. Es demasiado lúgubre alrededor de Crescents; al castillo le
vendría bien un poco de rosa.

—Pensé que podría gustarte. Lo horneé solo para ti —Nic frota el dorso
de su mano por el costado de mi brazo.

—¿Tú horneas?

—Cuando tengo tiempo. Iba a poner crema en mis bollos, pero pensé que
preferirías algo que tenga más temática japonesa.

—¿Qué tipo de luna hornea? Extraño pasatiempo para alguien como tú.

—¿Mmm? ¿Crees que solo porque tengo la forma del Dios del Trueno
no puedo hacer galletas? —Nic hace crujir los nudillos, parece que podrían
romper la cara de cualquier hombre si usara la fuerza suficiente.

—¿Y quién es ese? ¿Dios del Trueno?

—Realmente no tienes ninguna de las referencias pop por aquí, eh —Nic


suspira, sonriendo para sí mismo.

—¿Debería lamentarlo?

—No pasa nada. Me gusta, te hace tú.

—Hay un ligero sabor a nuez en la galleta —digo masticando. Termino


una, luego tomo otra en el plato que Nic ha colocado en mi mesita de noche.
Poco después de despertarme, mi apetito volvió y Nic se apresuró a asegurarse
de que tuviera todo lo que necesitaba para llenar mi estómago. Carter ha venido
a verme un par de veces durante el día, de la misma manera que lo hace Nic.
Pero hasta ahora, en las últimas doce horas desde que me desperté, no he visto
a Sawyer a pesar de que duermo en su cama. Me pregunto si le importo lo
suficiente como para visitarme. Nic me dijo que Sawyer está bien e ileso.

Los tres, después de que fui envenenada, se enfurecieron durante la pelea


kitsune. Arrasaron, eliminando a cualquier enemigo que pudieran, dejando un
rastro sangriento detrás de ellos. Sawyer fue por su líder, el hermano de Ren,

210
justo después de que yo sucumbiera a la matanza de lobo. Después de la muerte
de Shiro, el resto de los kitsunes se dispersaron.

—Shiro realmente está muerto —murmuro, terminando el último trozo


de mi galleta. Cepillo las migas que cayeron en mi palma en el plato a mi lado,
con cuidado de no dejar que caigan sobre las sábanas—. No puedo creerlo —
¿Cómo se supone que voy a enfrentar a Ren con esta información? ¿Se enojará?

—¿Qué es tan difícil de creer? —Nic pregunta—. Te lastimó con el


veneno. Si pudiera hacerlo todo de nuevo, lo mataría yo mismo y no dejaría que
Sawyer se divirtiera mucho —Nic afloja los hombros—. Sawyer perdió el
control cuando te vio envenenada. Nunca lo había visto tan enojado.

—¿Merecía morir? —Se supone que debo estar más acostumbrada a la


sangre. Los kitsunes en casa practicaban el hara-kiri15 cada vez que fallaban en
las misiones. No somos una raza indulgente. Aun así, estando tan aislada como
estaba, las brutalidades del mundo cambiaforma se me escapan a veces.

—Probablemente no seas la primera víctima de Shiro —Una nube pasa a


través de la ventana, ensombreciendo la mitad superior del rostro de Nic—.
¿Quién sabe a cuántas personas ha torturado para permanecer en su posición de
poder? Por otra parte, la mayoría de los líderes de la manada tienen que ser
brutales. Somos en parte animales, y así es como funcionan los animales.

—¿Los tres se pusieron furiosos?

Nic arrastra una silla y se sienta en ella.

—Sí. Shiro se metió con el equipo equivocado. No podíamos


controlarnos, no cuando parecías tan... muerta —Sus iris se oscurecen,
volviéndose de un tono verde más profundo. Me veo reflejada en su mirada,
vislumbrando a mi yo nerviosa, insegura que se vuelve inestable por la
intensidad que proyecta—. Tienes que dejar de meterte en situaciones
peligrosas, Hana. Me temo que mi corazón no puede soportarlo —Nic se inclina
y mis sentidos captan su respiración. Se vuelve más pesada, como la mía.
Lentamente, se lame los labios, la parte inferior de su boca brilla.

15 Hara-kiri: Suicidio ritual japonés por desentrañamiento

211
Nic es cariñoso y atento. Me ha tratado mucho mejor que Carter y
Sawyer, y una parte de mí desea estar comprometida con él. Las cosas habrían
sido mucho más fáciles si se suponía que debía casarme con él. Hasta ahora, no
me ha rechazado. Quiero pensar que el cuidado que me brinda es amor.
Definitivamente empezando a sentirse como un brote.

Casi estamos juntos en un beso cuando me doy cuenta de que Sawyer


está detrás de Nic. Mientras Nic se siente como el chico al que eventualmente
puedo amar, Sawyer es el hombre que quiero, se apoya contra la puerta. Pongo
mi mano sobre el hombro de Nic, deteniéndolo. Frunce el ceño, luego se da la
vuelta y ve a Sawyer. Sus ojos azules están más fríos hoy, imitando el clima. La
molestia hace que el lado de la boca de Sawyer se gire hacia abajo.

Nic gruñe.

—¿Finalmente decidiste visitar a Hana? Ella ha estado despierta por un


tiempo.

—Estaba ocupado —dice Sawyer.

—¿Con que?

El pecho de Sawyer se hincha mientras se endereza. Una expresión


sombría se tensa sobre sus rasgos afilados, la gravedad de la misma deletrea un
futuro siniestro del que no quiero formar parte. Exhala un largo suspiro y luego
responde:

—La bruja está aquí.

*****

Sawyer tira de las cortinas para que se abren aún más, dejando entrar la
luz azulada de la luna. Un día más, y será la luna llena. Un día más hasta que
los cuatro, Sawyer, Carter, Nic y yo, nos volvamos locos con el verdadero
vínculo de compañeros, necesitando aparearnos y solidificar lo que el destino
nos depara.

212
Sawyer no es el tipo de persona que deja que el destino tome el control.
Él se niega a someterse a él, por lo que lucha contra este vínculo especial que
tenemos, prefiriendo escupirle en la cara y arruinar los deseos que he tenido
desde que era una niña.

Ya no estoy sentada en la cama, sino en el pequeño sofá que está al lado.


Me quité la camiseta sin mangas y me puse algo más presentable para la bruja:
un par de pantalones cortos negros y una blusa con tirantes en la parte superior.
Ella llevará a cabo un ritual para desvincular nuestras almas, y después de eso,
Sawyer ya no estará conectado conmigo.

—Prometes que solo funcionara para ti y para ella, ¿verdad? —Nic


pregunta—. El vínculo que tengo con ella no se verá afectado.

Sawyer desvía la mirada hacia la pared y luego vuelve a mirar a Nic.

—Eso es lo que me dice la bruja.

—¿Y puedes confiar en ella?

—Ella es una maldita bruja.

—Lo tomaré como un gran y gordo no.

Agarro los reposabrazos del sofá, cruzando una pierna sobre la otra. Hay
un fuego que arde en mi pecho, lo que me inquieta. Parece que no puedo dejar
de sacudir mi pie.

—Por favor, no hagas esto —murmuro. Pero Sawyer ha estado hablando


de arruinar lo que tenemos durante semanas. Su mente está decidida. No hay
nada que lo detenga, aunque lentamente, siento que su corazón se calienta hacia
mí. Aparentemente, el deshielo de ese corazón suyo no me está dando la
bienvenida lo suficientemente rápido.

Sawyer se pone rígido. Me lanza una mirada y luego le dice a Nic.

—¿Puedes dejarnos a los dos solos un minuto?

—¿Para qué? —Nic pregunta.

213
—Hana merece saber la verdad de por qué estoy haciendo esto. No quiero
que piense que es por ella cuando el problema está en mí.

Nic busca mi rostro, como si hubiera respuestas para arreglar esta terrible
situación en él. ¿Sawyer finalmente me va a decir por qué ha estado tan distante
desde el principio? Inhalo por la nariz.

—La verdad estaría bien —le digo.

—¿Cuándo va a lanzar la bruja el hechizo? —Nic pregunta justo cuando


se para en la puerta, preparándose para dejarnos a los dos.

—Está descansando después de un largo viaje. Debería estar lista en unos


diez.

—¿Tan pronto? —Me enderezo.

—Cuanto más rápido superemos esto, mejor, ¿verdad? —El ceño


fruncido entre las cejas de Sawyer me dice que él encuentra que romper el
vínculo es tan terrible como yo.

—Quiero estar aquí para vigilar el proceso —dice Nic—. Dime cuando
termines de hablar con Hana y volveré.

—Seguro —Sawyer asiente.

La puerta hace clic detrás de Nic.

Me enfrento a Sawyer. Solo estamos los dos en esta fría habitación


iluminada por la luna. Mis ojos trazan las duras líneas de su mandíbula. Bajan
hasta su cuello, luego alrededor de sus hombros. Me resulta difícil encontrarme
con él de frente. Una vez más, pensar en el rechazo me atraviesa el pecho con
otro cuchillo. Sobreviví al acónito, así que debería tener suficiente valor para
pasar por esto. No es nada en comparación.

—Hay una maldición dentro de mi familia, una que trasciende


generaciones —explica Sawyer.

Preparo mi atención, esperando cada palabra que respira.

—Estoy seguro de que escuchaste las historias sobre mi padre, el alfa.

214
—Es un hombre terrible —respondo en voz baja—. Asumo que así es
como mantiene su posición en la cima.

—La mayoría de los alfas no brutalizan a sus compañeras —Él tensa—.


Pero las cosas que le hace a mi madre...

Por lo que me dice Isabelle, la madre de Sawyer se mantiene alejada del


ojo público. Durante los pocos momentos en que aparece, los lobos a menudo
notan que está cubierta de hematomas. No ha aparecido con tanta frecuencia
durante los últimos meses. Algunos rumores dicen que está muerta.

Los músculos del cuello de Sawyer se tensan, las venas se muestran a


través de su piel.

—Lo odio —dice.

—¿Al alfa?

—Sí. No quiero convertirme en él.

—¿Y por qué lo harías?

Sawyer se arrodilla junto donde estoy sentada. Él alcanza mi muñeca y


la aprieta. El calor de su palma besa mi piel. Es un sentimiento reconfortante,
uno que probablemente desaparecerá una vez que la bruja termine conmigo.
Decido que no voy a caer sin luchar.

Una mirada severa ensombrece la expresión de Sawyer. Su voz cae,


conteniendo una cualidad ronca cuando responde:

—Tengo su maldición. Mi padre se metió con la bruja equivocada, y


como tal, debe lastimar a la mujer que ama cada luna llena. Hubo una vez que
fue particularmente malo, cuando vi a mi madre completamente rota al lado de
mi padre. No puedo... nunca olvidaré esa imagen. Y ahora tengo pesadillas.
Vienen a mí a la media noche, cuando estoy durmiendo, y en ellas, te veo. No
es mi madre la que sufre esas pesadillas, sino tú, kit. Es... es una maldita tortura.

Pongo mis dedos en un puño.

—¿Y es por eso que no puedes amar?

215
Sawyer permite que sus hombros caigan.

—Sí.

—Dame una oportunidad —le digo—. No seremos como ellos.

—¿De qué otra manera propones que escaparemos de esta maldición?

—¿Qué pasa si no puedes lastimarme? —La sugerencia de Nic vuelve a


mí y me apresuro a expresarla—. Soy una kitsune que mi clan odia, pero no soy
completamente inútil. Ahí... ya viste lo que hice después de nuestra cacería en
el bosque. ¿Y si puedo luchar para protegerme contra ti? —Hago acopio de toda
mi confianza cuando me enfrento a Sawyer—. No tendrás que volverte como
él. Podemos ser compañeros si puedo defenderme. Sé que soy lo
suficientemente fuerte. Puedes confiar en mí.

Hace una pausa ante mi sugerencia. Puedo decir que mis palabras le
afectan, un peso que le hace dudar.

—Es demasiado arriesgado. Cuando fuiste envenenada por el acónito y


te escuché gritar, quería arrancarme las orejas. Si soy yo quien incita ese sonido
en ti en lugar de alguien más, jodidamente moriré. No me pongas bajo ese tipo
de presión, porque es mucho para mí.

—¿No vas a dejarme opinar?

—Tomé la decisión hace mucho tiempo. Sé qué es lo mejor.

Gruño ante esa declaración.

—Crees que lo sabes todo. Estás aquí tomando las decisiones por mí,
asumiendo que eres la autoridad que decide lo que me hace feliz.

—¿Me escuchaste decir algo sobre tu felicidad? —El agarre de Sawyer


en mi muñeca se aprieta—. No eres tú lo que me preocupa, al menos no ahora,
soy yo, son mis miedos los que hacen que aceptarte sea demasiado imposible.
No podemos estar juntos debido a la maldición, porque la imagen de mi padre
me impide serlo.

Por dentro, mis sentimientos por él comienzan a morir. Mi fantasía de él


desapareció hace mucho tiempo, desde que me mostró la oscuridad que yace
216
bajo su piel, desde que vi el cobarde en él. Quizás no debería estar molesta por
esto. He aprendido algo que es más importante que Sawyer en mi tiempo en
Crescents. Mientras trataba de encontrar a Sawyer, me encontré a mí misma, y
la chica nueva que veo reflejada en mí no es tan tímida, asustada o amable como
pensé que sería. Quiere más, que la traten bien, tal vez incluso que la respeten.

Sawyer no me va a dar eso; en qué decepción en la que se ha convertido.


Ya no puedo dejar que me pisotee. Tengo que contraatacar.

—Bien —le digo—. Trae a la bruja, entonces.

Tendré que enfrentarme a ella, y es el momento.

Sawyer asiente, la resolución en su expresión me atraviesa.

—Ella debería estar lista.

Unos momentos después, todavía estoy sentada en la silla, esperando el


destino que Sawyer ha elegido para mí. Lo que me frustra es que no me deja
opinar. Que no me ha preguntado qué quería. ¿Cómo es esto justo? Me siento
impotente y ya no quiero serlo. La rebelión chispea dentro de mí, apareciendo
en destellos a través de mi cabeza. Si Sawyer consigue que la bruja termine su
hechizo, entonces él gana, y que me condenen si él toma la delantera.

Estoy nerviosa. Todo mi cuerpo está tenso, como si serpientes se


deslizaran a mi alrededor, apretando alrededor de mis músculos mientras espero
lo que está por venir. El potencial del futuro que me veo teniendo con Sawyer
es un fuego que se apaga. Intenta vivir, parpadeando, pero el viento que sopla
en su contra lo hace desvanecerse. Nicholas también está conmigo, y Carter se
ha unido para ver el acto. Se sienta al otro lado de la cama, su lado ligeramente
alejado de mí, como si quisiera evitar lo que esté a punto de suceder. No
comenta sobre la situación. Aun así, la expresión severa en sus rasgos muestra
su preocupación.

Aspiro profundamente en mis pulmones cuando entra la bruja. Ella se


ve... ordinaria. En mi mente, he conjurado una imagen demoníaca de ella. Lo
que sea que esperaba, no es la versión de ella la que interviene. Es una morena
de cabello rizado con ondas rubias claras en sus cabellos. Sus ojos son de color

217
miel. Su piel, pecosa. Viste jeans y una camisa lisa cubierta con una chaqueta
de mezclilla.

—¿Cuál es el tema? —ella pregunta. Lleva una cartera que le cuelga en


los hombros. Ella lo saca de su torso y lo pone a mis pies. Miro la cartera con
cautela, como si contuviera acónito. Probablemente lo haga—. Esther es mi
nombre. Terminemos esto rápidamente para que pueda irme. Hay muchos lobos
con lo que debo hacer aquí antes de continuar con la siguiente manada.

Desnudo mis caninos hacia ella, queriendo taladrar en su cabeza que su


presencia es menos bienvenida que la de un mosquito.

Da un paso atrás y se vuelve hacia Sawyer.

—¿No es esta chica la persona con la que se supone que debo trabajar?

—Lo es —dice Sawyer. Un nudo se hincha en su garganta, moviéndose


hacia abajo. Intenta mantener una fachada tranquila, pero está tan nervioso
como yo. Quizás incluso esté teniendo dudas.

—Para que esto funcione, será mejor si ella está dispuesta —Dándome
su atención, la bruja pregunta—: ¿Lo estás?

—¿No ha mencionado Sawyer que estoy vehementemente en contra de


esta idea? —pregunto.

—Eso es problemático —Ella niega con la cabeza—. ¿Estás seguro de


que quieres que la obligue a hacer esto? Es posible que los resultados no sean
satisfactorios.

—Te estoy pagando bien, ¿no? —pregunta Sawyer.

—Genial.

—¿Y puedes cumplirlo?

—Puedo.

—Entonces deja de hacer tus preguntas estúpidas y apúrate —Frunce el


ceño, provocando la misma reacción en mí. Utilizo la ira para enmascarar mi

218
dolor. Está funcionando bastante bien, con la necesidad de venganza llenando
los bordes de mi mente.

—Bien —Sus ojos color miel me recuerdan al oro líquido mientras me


mira—. Chica, primero tendré que asegurarte. Ya que has mencionado que no
eres una persona dispuesta, es importante asegurarme de que no haga este
procedimiento más complicado de lo que tiene que ser —¿Asegurar? En el
nombre de Osyn, ¿qué significa eso?

—Primero averigua mi nombre, al menos. Eso es lo mínimo que puedes


hacer antes de hacer funcionar tu magia a través de mí —Le enseñé los dientes.

Ella me ignora, en lugar de eso, saca un papelito de su bolso. Murmura


algo inaudible antes de golpear el papel en la parte superior de mi cabeza. Deseo
abrir la boca para reprenderla —pegar cosas en la cara de las personas no es
nada cortés—, pero cuando lo intento, no salen palabras de mi boca. Intento
moverme, pero mis dedos están congelados, mi cuerpo está rígido. Atrapada por
su hechizo. ¿Qué me está haciendo ella?

Mi plan inicial era convertirme en un kitsune y escapar, arruinando los


esfuerzos de ella y de Sawyer. No puede tomar decisiones así por mí. El truco
de la bruja ha arruinado mi plan, rompiéndolo como si fuera un vidrio.
Imaginariamente se une a la serpiente alrededor de mi forma. Me duele, me
duele todo el cuerpo, el dolor me provoca un zumbido en los oídos.

Nicholas agarra el hombro de la bruja para detenerla.

—¿Qué le pasa a ella?

—Aléjate, lobo —responde Esther—. Si lo que te preocupa es su


seguridad, te puedo garantizar que sobrevivirá a esto. Romper el vínculo de
pareja no pondrá en peligro su vida, pero definitivamente no será una
experiencia agradable.

—Ella está luchando. No me gusta eso —Gruñe, los ojos destellando con
advertencia.

—Me he asegurado de que no pueda moverse para que no haga ningún


movimiento repentino que complique el hechizo.

219
—¿Esto la lastimará?

—Estos hechizos a menudo vienen con cierto dolor —dice Esther—. No


todo son piruletas y margaritas —Extiende la mano hacia el hombro, donde Nic
toca, sosteniendo un pequeño trozo de papel. Una chispa destella de las yemas
de sus dedos. Nic gruñe y aparta la mano de ella, golpeado por la chispa—.
Ahora, si no quieres que arruine esto, por favor déjame en paz, no me toques,
no aprecio cuando los lobos me tocan.

—Espera —dice Nic—. Una cosa más. Respóndeme esto: si rompes el


vínculo de pareja, solo será entre Sawyer y Hana, ¿verdad? Todavía quiero
aparearme con ella en la luna llena.

—No puedo hacer tales promesas —La bruja ya está sacando polvo
blanco de su bolso—. El vínculo es un tejido y tendré que apuntar a hilos
específicos para centrarme en Sawyer. Si me equivoco, toda la estructura
colapsará —Ella esparce polvo blanco por el suelo, su atención se centra en el
patrón que está formando a mi alrededor y la silla. Me comparo a mí misma con
un animal a punto de ser sacrificado. Tiene que haber una manera de detener
esto. Cierro los ojos y busco profundamente en mi alma, buscando el poder que
se encuentra dentro de mí. Está ahí, como una bola de energía negra y brumosa
que está lista para que yo la alcance, protegida por mi monstruo interior.
¿Debería usarlo? ¿Puedo hacerlo? No tengo suficiente control sobre eso.
Utilizarlo de manera tan imprudente sería ser irresponsable con la vida de los
demás.

Pero esta bruja está a punto de lanzarme un hechizo irreversible y


desgarrador solo por credibilidad. Seguramente si actúo ahora, sería en nombre
de la autodefensa.

Las lágrimas caen por mis mejillas, mojándome los ojos. Estoy
temblando y llorando y desesperada por una salida. Miro a Nic con ojos
suplicantes. La bruja mencionó el dolor físico, no creo que haya comenzado el
hechizo todavía, pero ya me duele el pecho, mi corazón late con tanta fuerza
contra mis costillas que siento la tensión allí. Pensé que me decía a mí misma
que no me importaba Sawyer, pero esa tonta mentira no está trabajando en mi
conciencia.

220
Sawyer se lleva las manos a la cara. Ni siquiera se atreve a mirarme y eso
me enfurece. ¿Esta fue su idea todo el tiempo, y ni siquiera quiere enfrentarla?

—Esto es por tu propio bien, Hana. Confía en mí, no viste las cosas que
mi padre le hizo a mi madre. Te estoy salvando de eso.

—N-no —digo, logrando tartamudear a través del hechizo de la bruja.

¡Concéntrate! Me digo. Puedo usar mis poderes. Si tan solo pudiera


controlarlos.

—Sawyer —gruñe Nic—. He cambiado de opinión, para esto. Hana no


merece que la traten así, ella está luchando —Nic da un paso más hacia la bruja.
Ahí es cuando ella dispara una mano, esta también sosteniendo otra hoja de
papel. El fuego blanco brota de su hechizo y atrapa la camisa de Nic. Gruñe,
aparentemente por la conmoción, mientras su cuerpo se incendia, el calor
lamiendo su ropa y hacia mí—. ¿Q-qué diablos? —Intenta apagar el fuego, pero
el elemento se arrastra por su camisa y se lo traga—. ¿Qué diablos estás
haciendo, bruja?

—Estoy trabajando para conseguir mi pago —responde Esther—. Y te


estás interponiendo en el camino. Lo siento si esto es incómodo.

El gruñido de Nic aumenta de volumen, convirtiéndose en un grito de


dolor. Sus gritos rascan mis oídos, sintiéndose como agujas apuñalando la carne
de mis tímpanos.

¿Qué le está haciendo a Nic? La ira, el dolor y el pánico me invaden. Mi


cuerpo quiere cambiar a un kitsune, así que mi magia es más fuerte. Podría
lastimar a Esther por lastimar a mi compañero. Ni una fracción de mi cuerpo se
mueve bajo este hechizo. Maldito Osyn.

Esther canturrea.

—Esto está solo en tu cabeza. El fuego blanco es una ilusión destinada a


que todos la vean, pero todo terminará pronto.

Los gritos de Nic se clavan en mí. El sonido de su voz se clava en mi


alma. Me tenso, mis dedos pinchan. Detén esto, Esther, trato de decir, pero ni
un sonido se escapa de mi garganta. Nic no se merece ninguno de sus castigos.

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Continúa sacando más polvo blanco de su bolso y lo esparce por el suelo.

—Este círculo convocará la sangre de la gran deidad a mi llamado.


Bendecirá sus sangres, que yo cosecharé, y después de que terminen de beber
las esencias de los demás, el vínculo se romperá.

—Aún no has garantizado que esto funcione —dice Sawyer, hablando


con un tono controlado a pesar del caos que nos rodea. Aprieta la mandíbula
mientras mira a Nicholas—. Y joder, le estás causando más agonía de la que me
gustaría.

—La gran magia no es fácil de dominar. Los episodios de esta magnitud


son como una cirugía y siempre conllevan riesgos. Ten la seguridad de que soy
uno de los más versados entre los miembros de mi aquelarre. Tú y Hana están
en buenas manos.

Esther habla con una voz suave y gentil, pero detrás de ella, puedo
escuchar a Nic gimoteando. Carter dejó su lugar, está de pie junto a Nic con una
expresión de confusión. Nic ha dejado de gritar. Se sienta al pie del armazón de
la cama, las llamas aun lamiendo su ropa. Hace un buen trabajo para soportar el
dolor, su rostro se contrae y los dientes apretados mientras trata de sobrellevar
la agonía. Quizás gritar demasiado lo debilitó.

—¿Qué demonios, hombre? —Carter pregunta, dirigiendo sus palabras a


Sawyer—. Detén a esta maldita bruja.

—Él se interpondrá en el camino si no lo retengo —responde Esther con


frialdad.

Sawyer aprieta la boca, actuando como si no supiera qué hacer. Nunca lo


había visto tan inseguro, mi gusto por él ya estaba disminuyendo porque no le
importaba salvar a los suyos. Hay vacilación en sus acciones, pero finalmente,
habla.

—Esther, déjalo. No tienes que atormentar a Nic así. Reduciré la cantidad


de lo que acordamos si esto sigue así.

Esther arruga la nariz, obviamente molesta. Mira a Sawyer con los ojos
entrecerrados.

222
—¿Me estás impidiendo hacer mi...?

La conmoción distrae a Esther. Eso me ayuda a orientarme y me


concentro en mi poder. Ver a Nicholas tan dañado y con dolor es la motivación
que necesito para usarlo.

Lucho contra el bloqueo mental que Esther me puso. Empujo,


concentrándome y enfocando. Ignoro el puño en mi pecho mientras lo hago,
luego rompo la barrera con pura fuerza de voluntad.

Cuando puedo sentir un hormigueo en los dedos de nuevo, trato de


controlar la cantidad de poder que uso mientras lo convoco, imaginando una
pequeña caja en mi mente que se abre con un crujido. Dejo escapar una pequeña
cantidad de magia de las yemas de mis dedos mientras eso sucede. Una
sensación de remolino gira en mi cabeza, escucho gritar a Esther, y luego es mi
propia voz uniéndose a la de ella. Usar mi poder es efectivo, pero también es
increíblemente agotador para mí. Me duele todo el cuerpo, está lleno de
ampollas con una sensación de dolor punzante.

Cuando termino, Esther está inconsciente en el suelo, se le ve el blanco


de los ojos. Tiene las extremidades pálidas y la boca abierta. ¿Está muerta?

Dios, espero no haberla matado.

Sawyer me mira, las preguntas rebosan en su mirada.

—¿Qué hiciste?

Me mira fijamente, luciendo como si pudiera estirar la mano para


agarrarme. Mi respuesta está en la punta de mi lengua. Lo hice porque quería
tener una opción y no podía dejarte ganar.

La euforia me recorre, zumbando a través de mis pensamientos. Toda mi


vida traté de esconderme, correr, obedecer, pero hoy me defendí como una
rebelde, yendo en contra de los deseos de Sawyer. Una sensación de renovación
me invade, dándome un subidón que casi me hace sonreír.

Pero el tiempo de luchar ha terminado y mi respuesta de huida se activa.


Tengo que correr antes de que Sawyer me agarre y acabe siendo cautiva de
nuevo. Llamo a mi kitsune, cambiando lo más rápido que puedo. Sawyer

223
también hace lo mismo. Un humo negro y oscuro sale de su forma mientras se
convierte en un hombre lobo.

—Vete a la mierda —dice Nicholas, levantándose y recuperándose. Le


da un puñetazo a la cara de Sawyer.

Todavía, sorprendida por la violencia repentina, cuando la necesidad de


huir vuelve a mí. Nicholas agarra a Sawyer por el cuello y lo levanta del suelo.
Dejo que los dos luchen, y antes de que Sawyer pueda atraparme, salto por la
ventana en mi forma de kitsune. Aterrizo en las baldosas adoquinadas
suavemente, y luego corro frenéticamente por delante de ellos mientras busco
escapar del castillo.

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Capítulo Veinticinco

Corro al bosque más cercano; las ramas aquí brillan de azul por luz de la
luna. Estoy debilitada por haber usado tanto mi magia. Usar menos es en
realidad más agotador ya que el control es muy agotador mentalmente. ¿De
verdad había dejado salir mi poder intencionalmente? Esa es la primera vez que
lo hago.
Mi corazón late locamente mientras las hojas se levantan de mis
apresurados pasos, mis patas hacen movimientos rápidos por el suelo del
bosque. Mis rodillas se doblan. Pronto, no podré mantener mi forma animal.
Quiero volver a ser humana, ya que ese estado es más fácil de mantener para
mí, pero por ahora, me siento más rápida en mi forma de kitsune. Mis instintos
animales me mantienen alerta.

Me encuentro un hueco dentro de un árbol, arrastrándome hacia una


cavidad. Aquí está húmedo. Después de acurrucar mi cabeza contra el torso y
aun así, los sonidos del bosque se hacen más fuertes. Puedo oír el chirrido de
los grillos, el fluir de un río cercano y en la distancia...

Un aullido.
Nunca lo había escuchado aullar antes, pero sé que ese sonido le
pertenece a Nicholas. Es la conexión que compartimos del vínculo de
compañeros lo que me mantiene en sintonía con él. Mi primera inclinación es
ir hacia él, porque sus brazos están donde se supone que debo sentirme segura.
Pero, ¿y si me castigan por lastimar a esa bruja? El miedo al castigo resuena
como una melodía solemne en mi mente, resonando con las reprimendas de mi
padre.

225
Me he portado mal.

Esto es lo que sucede cuando te defiendes, Hana, me dijo mi padre una vez.
La gente muere. Tienes mala suerte, no eres más que un error.

Todavía no sé si maté a Esther. Nunca he matado a nadie antes, y aunque


a veces puedo tener malas intenciones, actuar en consecuencia es algo que
nunca pensé que haría. Mis párpados se vuelven pesados y mi cuerpo se
esfuerza por volver a su forma femenina.

El siguiente aullido suena más cerca.

Mi mente se mueve de un lado a otro con anhelo. Nicholas, su nombre


vibra a través de mi ser. No me sacrificará por matar a Esther, ¿verdad? A
diferencia de Sawyer y Carter, puedo confiar en él. No ha sido más que
comprensivo y amable conmigo desde que me presenté en el castillo.

Espero en el hueco del árbol, la gravedad de mis acciones pesa como una
piedra en la boca de mi estómago. El aire baja de temperatura y mis pieles se
juntan debido a la humedad. Me duelen las patas. Tal vez pisé algo afilado
mientras corría aquí, ya que se sabe que el suelo del bosque es el hogar de
muchos peligros: espinas e insectos y rocas afiladas e irregulares. Pero estoy
demasiado cansada para pensar, así que no sé de dónde vino este dolor. Es
molesto, casi tan molesto como la culpa que me está devorando por dentro.

El silencio me acompaña hasta que un lobo ocupa su lugar. Veo su


sombra extendiéndose hacia el hueco, casi como si quisiera atraerme a un
abrazo.

—Pequeño pajarito —La voz de Nic resuena en mi cabeza—. Puedes salir


ahora. Soy yo.

Acerco mi pata a mi cara, escondiéndola, un gemido suena de mí, cuanto


más pasa el tiempo y más me quedo a solas con mis pensamientos, estoy
convencida de que he herido a la bruja sin remedio como lo hice con Hoshi. No
era agradable, ni mucho menos, pero dudo que realmente se merezca ese
destino.

—¿Tienes miedo, pajarito?

226
Un débil ruido sale de mi garganta una vez más.

—No hay necesidad de tenerlo, estoy aqui ahora. Seguí tus huellas y la
bruja no está en condiciones de hacerte daño.

—¿Sigue viva?

—Sí.

—Tenía miedo de haberla matado —Por violentos que puedan ser mis
pensamientos, matar todavía no está en mi naturaleza.

—No lo hiciste. E incluso si lo hicieras, esos accidentes suelen ocurrir en


el mundo sobrenatural. Es una comunidad traicionera en la que vivimos.
Suspiro, el alivio calienta mi corazón. No estaba siendo malvada. No me
había equivocado. Quizás algún día supere la matanza, pero hoy puedo celebrar
haber ganado una de mis pocas batallas. Intento buscar consuelo en el hecho de
que he encontrado la fuerza para contraatacar. Eso es progreso, espero. ¿Ren
me dirá que ahora tengo valor? ¿Cómo me mirará sabiendo que he cambiado
tanto?

Me permito arrastrarme fuera del árbol, sintiendo que más confianza


regresa a mis huesos. La sombra del lobo se convierte en la de un hombre.
Nicholas ha cambiado a su forma humana para darme la bienvenida en sus
brazos. Hago lo mismo, devolviéndole el gesto, mis extremidades alargándose,
volviendo a su textura carnosa mientras el humo oscuro me rodea.

—Lo-lo siento —digo—. Es la primera vez que utilizo mi poder de


manera tan imprudente. Cuando era niña, me enseñaron a reprimirlo, a
esconderlo de los demás como debería hacerlo con mi personalidad.

Nic me abraza con su fuerte y denso abrazo. Su estatura está construida


como piedra: robusta, resistente, confiable. Inclinó mi barbilla hacia arriba, sus
ojos verdes clavados en los míos. Están llenos de preocupación, la forma en que
me mira me da la sensación de que soy importante.

—No hay nada de qué lamentar —dice—. Estabas luchando por algo que
significa mucho para ti.

227
Estoy perdida en el color del bosque de sus iris, la calidez de su toque de
repente hizo que mis preocupaciones se desvanecieran. Me relajo en sus brazos,
exhalando un suspiro débil.

—Nunca te arrepientas de luchar por algo que te importa. Solo así se


obtiene la fortaleza mental que necesita para sobrevivir como depredador.

—¿Perderé el vínculo?

—Esther no está en condiciones de trabajar. La han llevado a la


enfermería, donde la alimentaremos con hierbas. Las brujas se recuperan rápido,
aunque más lento que nosotros. Debería estar bien por la mañana y te esconderé
de Sawyer hasta el anochecer.

Evito el remordimiento que se cuela en mi cabeza.

—Gracias —le digo.

—¿Por qué? —Nic se ríe.

—Por estar aquí —Su presencia significa mucho para mí cuando estoy
conmocionada.

—Es justo que esté allí para mi compañera —Ha aceptado nuestro
vínculo tan fácilmente, que no puedo evitar sentirme más afectuosa por él.

—No hay necesidad de preocuparse ahora. Mañana saldrá la luna llena.


Sellaré el vínculo contigo y serás mía.

Me emociono con la promesa, aferrándome a ella. La seguridad se cierne


en el horizonte, tan cerca que puedo saborearla. Es gracioso, el vínculo de
compañeros. Hay mucho riesgo en compartir tu alma con otra persona. Una vez
que nuestras almas estén unidas, si alguno de nosotros muere, los demás
también lo harán.

Sólo a través de ese riesgo se puede encontrar la plenitud; algo más


grande que uno mismo. A través de él, creceré, porque eso es lo que el amor me
hará hacer, ¿no es así? Me obligará a querer ser una mejor persona, ya que la
vida tiene sentido con más gente con quien compartirla.

228
—¿Qué hay del matrimonio con Sawyer? —pregunto—. ¿No se hará? Si
no cumplo con mi deber, mi padre me odiará y me desterrarán o me convertiré
en un minko calvo, sirviendo al clan fuera de la vista.

Nicholas besa mi frente. Me estremezco por su trato gentil, asombrada


por lo suave que son sus labios.

—No dejaré que ese idiota te haga esas cosas. Ya no, amor. Debería
haberte salvado cuando eras niña y lo mataré la próxima vez que lo vea.

—No puedes matar al meishu.

—Verte así de asustada de él me da ganas de hacerlo.

—¿Y el matrimonio?

Nicholas niega con la cabeza.

—Sawyer necesita más tiempo, así que no contaría con él. Pero créeme,
pajarito. Puede que llegue el día en que Sawyer te quiera tanto que muera por
ti.

No puedo creer eso.

—¿Después de lo que acaba de hacer?

—Le di una buena paliza. Una que se merece —Me abraza con fuerza,
acariciando la parte de atrás de mi cabeza para calmarme—. No hay necesidad
de preocuparse. Centrémonos en la luna llena. No habrá Sawyer, ni brujas, ni
deber que cumplir. Por ahora, hasta mañana por la noche, solo compartiremos
el vínculo de compañeros, tú y yo.

—Está bien —le susurro de vuelta. Dejo que mis preocupaciones se


desvanezcan y trato de no pensar mientras el olor de Nicholas me rodea. Ni
siquiera me preocupo por el destino de mi clan, porque estar con los Crescents
me ha enseñado a ser un poco más irresponsable, a soltarme, a amarme a mí
misma y a ser egoísta a veces.

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Sobre las autoras

Soy una autora situada en Asia a la que le gusta casi todo lo negro.
Escribo bajo otro seudónimo, Clara Hartley. Bajo él, tengo publicados unos
veinte libros, siendo el más popular Bane of Dragons de la serie Sera's Curse.
C.X. Young es mi intento de crear un nuevo mundo, en el que predomina
la fantasía urbana de harén inverso con tonos más oscuros. La mayoría, si no
todos los libros escritos bajo este seudónimo, estarán ambientados en el
Universo Nephilim.

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El horario de trabajo de Clara Hartley no es ajeno al de un vampiro.
Artista de día, escritora de noche, intenta sacar todo el tiempo que puede para
escribir sus historias. Como eso no es suficiente para agotar sus energías
creativas, le gusta pasar su tiempo libre garabateando sus personajes o pintando
mundos.
Si su cerebro está demasiado frito, se toma un respiro y se sienta con un
buen libro. No es la mejor para mantener relaciones, al menos las de ficción, y
tiene una multitud de novios de libros sobre los que no puede decidirse. A
menudo, también tiene que lidiar con la parte comercial de la autoría, y hacer
cosas como abrir Microsoft Word y escribir su biografía en tercera persona, lo
que es francamente, bastante extraño.
Si has disfrutado leyendo sus libros, puedes saber más de ella y de su
universo de libros siguiendo sus perfiles en línea a continuación.

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TRADUCIDO, EDITADO Y CORREGIDO POR:

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