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Kenai

Gora, ese es mi nombre, me paseo por la parte segura de la ciudad de


Nueva York, donde los cambiantes poseemos alrededor de cuatro manzanas, mi
pierna derecha duele, un cambiante no debería sufrir éste tipo de dolor, pero
pensar que casi la pierdo en uno de mis últimos partidos me ha hecho recapacitar
mi retirada de la liga de fútbol americano, me detengo delante de una lujosa
joyería, viendo a cambiantes dragones por todas partes, recogiendo en una
enorme caja fuerte todo, si existe algo que agrade más a un dragón que tener
toda su riqueza bajo su cuerpo es una hembra, justo encima de esas joyas,
envuelta en ellas mientras la monta, es increíble la ceguera que llegan a desatar
por tener bajo sus casas un cementerio de tesoros incalculables. Sigo mi camino
tras asentir hacia ellos, tengo solo como una hora para estar tranquilo, sin que
mis hermanos tengan el ojo sobre mí, un bar de cambiantes llena mis fosas
nasales y llego a Krystal, un restaurante que lleva la propiamente dicha por el
nombre del local, tan temprano en la noche que está casi vacío y yo consigo
escabullirme en una mesa lejana, dejo el tiempo correr entre la cena, dándome
igual pasar un dolor estomacal por el empacho, saco mi teléfono móvil del
bolsillo de mi pantalón y entro en las redes sociales hasta ver las fotos de la
última humana con la que me enredé por un tiempo, no puedo evitar comenzar a
leer la entrevista que ha dado por medio millón, simplemente vaga hacia mí la
palabra impresionante, sarcásticamente miro hacia la pantalla, si ella supiera que
entré en su cuerpo sin estar excitado, que sentí todos sus huesos al ponerme
sobre su diminuto y flaco cuerpo, sintiendo nauseas tratando de guardar un papel
que intentaba esconder, ya ni siquiera me ayudaba pensar en la modelo de tallas
grandes Tess, aquello, tener mi cuerpo de más de cien kilos sobre cuarenta y
nueve de puro hueso ya no engañaba a mi imaginación. Mi loquero me lo decía,
me lo puso mi capitán, viendo que algo me pasaba y casi mato a aquel tipo en la
primera sesión. Bajo mi mirada hasta mi entrepierna, apretando mi ceño, furioso
de recordar a una de las mujeres más hermosas del planeta, sintiendo nada más
que el dulce del azúcar en mis labios y el amargor del café que me estoy
tomando de postre, mi polla se puso completamente flácida al deslizarme en su
interior, pero ella no debió sentirlo, normalmente me mide veinticinco
centímetros dura, lo que supongo que serán trece o así flácida, por lo que ella
igualmente se corrió. Llevo sin follar varios meses, masturbarme es otra cosa, no
puedo seguir negándomelo, me gustan las mujeres regordetas y me la suda lo
que piense el jodido mundo.
Pago la cuenta y me alejo del local, me escabullo en el enorme parque de la
ciudad, observo a mis hermanos acercarse por el paseo junto a mi madre, yo
simplemente mantengo mi mirada baja cuando empieza a sermonearme
¿Creerías que todo termino a partir de hoy? Pues no.
Un mes más tarde observo a mis hermanos en una discoteca, la música me
encantaría si no fuera por la mierda que sigo llevando encima, estamos en la
planta alta de un edificio de dos plantas, abajo ahí una cafetería, observo a mis
hermanos, puedo ver que hace tiempo dejaron de prestarme atención, igual que
las mujeres del local, no necesitaron mucho para saber que quería estar solo, el
barman se me acerca y yo no puedo evitar sonreír.
 ¿Café?
El joven de unos veintidós años me sonríe negando.
 Si tuviera le serviría uno encantado, pero me temo que
solamente tenemos bebidas alcohólicas aquí – la triste mirada que
le muestro al chaval le hace sonreír. Pero en el local de abajo
tienen un buen café.
Asiento hacia él, deslizo mi culo prieto por la banqueta y al caer sobre mis pies y
darme la vuelta observo de reojo a varias humanas mirarme, mordiendo sus
labios, tratando de llamar mi atención. Bajo por unas escaleras y nada más entrar
por la puerta me llega un olor impresionante, como si fuera canela con naranja,
en una rica galleta casera de mantequilla, rodeo la vitrina, tratando de averiguar
si es de algún dulce, no ahí nadie en el local, en una mesa alta con dos banquetas
a lo lejos un café junto a un par de grandes dulces en una caja preciosa y nada
más. Bueno y la chica que me pregunta que deseo, que es la camarera, cojo con
una de mis manos el diminuto plato con la taza de mi café y con la otra las
galletas que he pedido, bajo mi nariz hasta ellas, pero nada. Entonces es cuando
sucede algo mágico, del baño sale una mujer con el cabello ondulado hasta sus
hombros, de un castaño chocolate, tiene la piel pálida, tanto que si nuestros
cuerpos se abrazases desnudos parecerían chocolate con crema, observó sus
enormes pechos y la observo balancearse lentamente por el lugar, sin tomar
conciencia de nada de lo que había a su alrededor. Hasta llegar a su asiento, ella
sonríe hacia si teléfono, yo siento mi café verterse y me muevo a otro sitio,
observándola detenidamente, no pudo mentir y decir que no me está pasando,
porque la verdad es que mi polla duele, estoy con un maldito empalme, incluso
me estoy vertiendo un poco por la punta, la observo hasta que nuestras miradas
se cruzan, ella tiene unos preciosos ojos grandes y negros, y yo no puedo evitar
ocultar los míos azules claros, lentamente se me oscurecen y se tornan oscuros,
lo sé, al igual que siento a mi leopardo clavando sus garras en mi espalda,
deseando salir, suelto un quejido, arrugando mi labios, enseñando mis dientes y
después la observo torcer su rostro, está asustándose por mi arrebato, carraspeo,
tratando de calmarme, pero por mucho que lo intento mi polla se mantiene tiesa,
apoyo ambos codos en la superficie de madera, llevando las manos hasta mi
rostro, viendo mi anillo y tengo que gruñir. Quiero llegar hasta ella, pero
mirándola de nuevo la observo mirar su teléfono y hacia mí de reojo, como si lo
hiciera con un loco que trata de molestarla, parecía tener prisa en terminar su
café y se levantó marchándose, olvidándose de sus dulces, yo no pude evitar
intentar seguirla, tratando de buscar en mi cartera algo suelto, teniendo que
dejaron uno de veinte en la mesa. Cogí sus dulces, introduciendo las galletas en
la caja, y salí tras ella, tuve que sacar mi instinto y dejarme guiar por el rico olor,
apenas la veo torcer en una calle corro tras ella, mi rodilla arde y duele, pero no
más que mi maldita polla. Ella está ahí cuando tuerzo de nuevo en otra calle,
viendo unas revistas en un quiosco, yo puedo verme en la portada de una famosa
revista de deportes, al volver la vista hacia ella veo que ya no está ahí, veo al
hombre del quiosco mirarme y llamar mi atención, doy la vuelta a al quiosco y la
veo, me mira y sus hermosos ojos negros se abren de par en par, trata de cruzar,
y tengo que lanzarme a por ella, soltando lo que llevaba en las manos, la lanzo al
quiosco, viendo que un camión de reparto pasaba en ese momento a punto de
arrollarla y no veo la hostia que me suelta ella en toda la cara.
 Suéltame, ¿Qué quieres de mí?
Yo simplemente la recorro con los ojos, queriendo guardar dentro de mí cada
jodida cosa que tiene en su cuerpo, un lunar sobre su labio me atrapa y después
da un tirón haciéndome soltarme, me agacho y cojo la caja de dulces, volviendo
hacia ella un poco inclinado.
 Perdóname, observé que te los habías dejado en el café.
El señor del quiosco salió un segundo, comprobando a la hermosa mujer
apoyada en la pared de su quiosco.
 ¿Todo bien pequeña?
Ella asintió, con una sonrisa de dientes perfectos.
 Gracias por traérmelos, siento mucho haberte golpeado.
Sin tener porque sentirme celoso de un señor que me doblaba la edad torcí mi
mirada hacia él, tratando de hacerlo alejarse, intenté no gruñir, pero me fue
imposible y tras ver al tipo alejarse volví con mis ojos hacia la hembra humana,
ella soltó un jadeo, mientras yo trataba de no imaginarme que lo soltaba mientras
yo estaba con mi maldita verga en el fondo de su ser, vertiéndome sin parar,
marcándola, dejando mi semilla allí para que creciera.
 Déjame compensar mis actos, normalmente no soy así.
Su mirada, estaba con los ojos completamente abiertos mirándome, como una
rica presa ante mi animal y aunque pareciera mentira mi leopardo deseaba verla
correr, para lanzarse a por ella y jugar.
 Toma un café conmigo por favor.
Trato de hacerla mirarme, incluso acerco mi rostro a ella, poniendo mi mejores
ojos para ella.
 Está bien, un café.
No dudé en guiarla lejos de allí, no deseaba volver al café debajo de la fiesta,
justo por donde ella iba a cruzar había otro café, yo pasé tras ella por el local,
saludaba a los hombres que se me lanzaban hacia mí como si fuera su mejor
amigo, incluso a las chicas que deseaban abrazarme y por fin llegando al final
del local me senté justo frente a ella, dejándola ponerse en el sillón,
prohibiéndole escapar de mí.
 Parece que eres muy conocido.
Tuve que asentir al verla encogerse de hombros con una medio sonrisa.
 ¿Modelo tal vez?
Había estado en anuncios de televisión, las mejores marcas me habían cogido
para sacarme fotos en gallumbos y otras para colonias, zapatillas o ropa.
 Frío.
No pude más que reírme al saber que ella no tenía la más mínima idea de quien
era, pedimos dos cafés con crema y ella trató de volver a saber.
 Deporte.
Ella me recorrió con la mirada, parecía dudosa al ver mi gran tamaño.
 ¿Combates en la WWE?
Otra vez negué y ella alzó ambas y perfectas cejas.
 Fútbol americano.
La observé estremecerse.
 Juegas a un deporte sudoroso y peligroso.
No pude evitar reír con ganas al verla sonreír.
 Siento decirte que no soy fanática del deporte.

Ella titubeo un instante, abrió su caja de dulces y yo sonreí al ver
mis galletas, me ofreció una con un poco de nata que habría cogido
de sus pasteles y sonrió al entregármela.

 ¿Y qué tal el fútbol?
Comencé a contarle un poco lo que hacía, como me iba.
 Pero mis hermanos y yo vamos a retirarnos, ya hemos
amasado una buena suma y ellos no quieren acabar como yo,
todavía me estoy recuperando de una grave lesión.

 Lo siento mucho.

El silencio nos rodeó, apenas había varias mesas a nuestro
alrededor, yo pude ver en la camisa de un tipo su nombre y me
volví hacia ella, sintiendo que por dentro me golpeaba con la mano
la frente.

 Por cierto, no nos hemos presentado, soy Kenai.
Deseaba escucharla decir su nombre, que saliera por sus labios y se quedara en
el fondo de mí ser.
 Yo soy Bri.
Alcé una de mis cejas extrañado.
 De Briseida.
No puedo mentir y deciros que nada funcionó, porque nos tomamos otro café y
otro, hablamos de todo tipo de cosas y pareciera que conectásemos a la
perfección, conseguí pasarle mi teléfono, ella me mandó un mensaje y yo sonreí
al ver su foto de perfil, ella observó su reloj en el móvil y se llevó su mano libre
y diminuta a los labios.
 Tengo que marcharme.
Debía dejarla marcharse, pero no lo deseaba, la guie fuera, tratando de no ser
reconocido, siendo casi imposible.
 Dame una cita.
Sus cejas alzadas y sus labios entre abiertos me hicieron soltar una carcajada
baja, se había vuelto hacia mí de un salto, haciendo a su cabello removerse, pude
darme cuenta que se le estaban soltando algunas ondas y caían un poco más
debajo de sus hombros, hasta su media espalda.
 Me asustaste.
Igual debería dejar de andar tras ella como si fuera una presa, podría arrastrar
mis pies, golpear fuerte el suelo con ellos.
 Cena, esta noche.
Ella no podía, por lo que le dije que esperaría a que me confirmara cuando sería.
Dejé que se marchara, viendo como meneaba su cuerpo en los tacones altos que
llevaba, su falda baja se abría justo detrás de ella, por encima de sus rodillas,
tenía el mejor trasero del mundo, llevé una de mis manos a mis labios, tratando
de sentir si babeaba y mi otra mano a mi pecho, mis dedos eran grandes, al igual
que mi palma, di golpes allí, tratando de calmar el ritmo acelerado de mi
corazón, cuando varias calles lejos de mí se metió en otra justo en ese instante
torció sus ojos hacia mí, con una sonrisa y desapareció.
Yo sentí que uno de mis pies daba solo un paso, mi cuerpo deseaba seguirla, pero
no lo hice, me alejé de aquel barrio de humanos, caminando, recorrí varias
manzanas, me escabullí por la ciudad, un humano podía encontrar al amor de su
vida tras varios intentos, conociendo a una humana por un tiempo, manteniendo
relaciones sexuales, por el contrario un cambiante no necesitaba nada más que
una simple mirada para saber quién era su compañero o compañera.
Me arrastré hasta el edificio donde vivía con mis hermanos en un mismo piso,
mi madre, junto a mis padres vivían justo dos plantas más arriba, pero bajaban a
cocinar a la que compartía con mis hermanos, un piso con cinco habitaciones
grandes, cinco cuartos de baño, una cocina y un salón inmensos que todos los
días venían a cuidarnos varias humanas, el rico olor del cuscús, el maafe y el
postre me hacen retorcer las tripas, entro por la puerta del piso, recibiendo una
cuchara de madera en mi cabeza. Volviéndome mi madre me mira con los brazos
y manos en jarras, su ceño está fruncido y sus ojos empañados.
 ¿Dónde estuviste? Kenai, no puedes seguir así.
Yo simplemente la rodeo con mis brazos, le pido disculpas mientras la siento
sollozar, pero al abrir mis ojos observo a mis hermanos, mirándome. Y no pude
negarles que había conocido a la mujer de mis sueños.

Briseida.

El sábado que quedé con Kenai me masturbé, queriendo bajar mi apetito sexual,
fui a hacer mis uñas, compré pintalabios, me hice la cera, depilé mi vagina
tratando de dejarla perfecta y media hora antes de que nuestra cita sucediera me
senté desnuda en la cama, cruzando mis piernas, me pinté los labios, puse
perfume en mi cuello, justo tras mis orejas, mis medias, mi vestido negro que
llegaba sobre ellas, justo hasta la separación de ambas, unas bragas con el dibujo
de una mariposa cubría mi vagina, no me pondría una puta faja y menos con
semejante pedazo de hombre a mi alrededor. No pude evitar buscarlo en internet,
se podía ver que tenía grandes conquistas de pasarela, modelos, mujeres
hermosas, delgaditas y bien cuidadas, me observó, viendo que el negro oculta
algo mis rollitos, me pongo mis enormes tacones negros de tacón ancho, me
tengo que sentar para poner la hebilla de mis tobillos, al llegar al portal de mi
edificio miro por la parte de detrás, la salida hacia la calle entre mi edificio y
otros, me escabullo, tratando de salir un par de minutos antes fuera de la calle y
veo ante mi edificio a Kenai, lleva una camisa con un lobo que me es conocido,
unos pantalones de vestir negros y zapatos, es sexy, su melena está sujeta con
una cinta, veo que hace un movimiento extraño con la cabeza, la levanta y con
su nariz ancha respira hasta volverse a mí, sus ojos han perdido su tono oscuro y
se han reemplazado por un azul cielo, pero rápidamente sonríe al verme y en un
pestañeo vuelvo a ver su azul oscuro.
 Pensaba que vivías en éste edificio, no capto aquí, no vienes
de aquí.
Él se retrae sin terminar su frase, algo extrañada, por escucharlo hablar de olor
me detengo, no deseaba darle mi dirección, baja los escalones del edificio en el
que le dije vivir y lo veo apretar el ceño y volverse estornudando como si tuviera
alergia.
 Mierda, ¿estás bien?
Asiente, enredando en el bolsillo de su pantalón y pone un pañuelo en su nariz.
 Creo que te pusiste algo que me da alergia, soy alérgico a los
perfumes.
Enredo en mi bolso, hasta sacar unas toallitas íntimas, trato de limpiar todo lo
que puedo detrás de mis orejas, utilizo otra y así sucesivamente hasta que lo veo
apartar su pañuelo.
 Por lo menos no te rociaste por todo tu cuerpo.
Me noto nerviosa, pero él llega hasta mí, cogiendo mi brazo sonriente, entramos
dentro de una limusina, es grande, más que mi cuarto de baño y eso me hace
sonreír.
 Prométeme que no utilizaras esas cosas conmigo de nuevo,
casi me asfixio.
Rogó con un por favor, un tipo tan enorme que incluso sentados llegaba hasta su
pecho, agachó la cabeza ante mí, poniendo su nariz en mi brazo, respirando con
fuerza y me besó, subió hasta mi hombro, donde mordisqueó varias veces,
mientras pulsaba en mi espalda con las yemas de los dedos de una de sus manos,
mientras con la otra acariciaba uno de mis muslos y detenerse, subió su mirada
hasta mí, viéndome morderme los labios y se separó con rapidez hasta llegar a
ellos, besándome locamente, mientras me tocaba los pechos y acariciaba mi
cuerpo, apenas se detuvo el coche me ayudó a incorporarme, arregló mi pelo
alisado, colocándolo hasta el centro de mi espalda, abrió la puerta y salió antes,
para ofrecerme su mano, estábamos en un restaurante de lujo, entramos por la
puerta, yo di varios pasos antes de que él cogiera mi mano y negase, señalando
algo tras una cortina, que eran las puertas de un ascensor. Subimos hasta lo más
alto, nada más que a la azotea, donde pude ver un escenario de película para
nosotros, varios camareros están mirando sonrientes hacia nosotros, yo miré a
Kenai, él me sonreía, tenía los ojos brillosos, él gruñó hacia uno de los
camareros que trataba de sacar la silla para que me sentara y lo hizo el mismo,
mandándolos largarse con un fuerte gruñido que me hace temblar, destapa
nuestros platos y sonríe sentándose cerca de mí, mientras llena mi copa de un
vino rosado espumoso.
 El otro día no me dijiste a que te dedicas.
Tuve que tragar al verlo mirarme, traté de no ponerme pálida, pero apenas
conseguí sonreír con labios temblorosos.
 Soy enfermera.
No deseo continuar con aquella conversación, si él supiera para quienes
trabajaba y lo que hacía podría ser mi perdición.
 Ojalá lo hubiera sabido cuando me lesioné.

Varios meses atrás…


Los pasillos de la clínica siempre permanecen en penumbra, siempre accedo a
mi trabajo por la última parada del metro de la ciudad, las vías viejas del metro
me guían hasta allí, rejas y rejas puestas hasta donde alcanza mi vista entre los
pasillos cada vez más apagados, oscuridad. Desde hace poco tiempo vengo con
los cascos y la música puesta a tope, para no escuchar los sollozos, las voces,
nada, lo que aquí abajo sucede no lo sabe nadie y seguramente cuando todo esto
termine yo saldré con los pies por delante, lo que quiere decir dentro de una
caja de pino, los pasos sin ritmo de mi jefe hacen que todo se silencie a mi
alrededor, yo veo su sombra, por lo que me quito los cascos con los que escucho
música.
 Señor Víctor Capat.
El roce del aire fresco y la mano de Kenai me hacen volver a la realidad.
 ¿Perdona? No te escuché.
Kenai me sonríe bajando sus gruesos labios por mi brazo, los mantiene abiertos
y los deja recorrer mi piel, lo siento subir una de sus manos por mi espalda, con
la otra acaricia mi cadera, tras llegar hasta mi cuello, sube por mi cabello y me
tira, haciendo que mi cuerpo se tuerza para atrás.
 Pequeña, te dejaré comer hoy, la próxima vez te daré yo.
Tragando lo sentí repartir mordiscos por mi cuello, uno incluso quemó y llegó
justo a mi vagina, traté de soltar alguna cosa por mis labios, pero apenas
conseguí gemir con fuerza al sentirlo levantarse y ponerse detrás de mí, alzó mi
cabello con una de sus manos, para llegar con sus labios detrás de mí, hasta mi
cuello, recorrió con su lengua áspera lentamente toda mi piel, mordisqueaba con
sus dientes y acariciaba lentamente con sus labios, mientras yo comenzaba a
temblar, alcé mis ojos para ver la luna, estaba llena y hermosa, comencé a jadear
sin poder remediarlo ni mordiendo mis labios y como una jodida fuente comencé
a correrme.
 Déjame tenerte.
Asentí locamente, sin importarme lo más mínimo la comida, él movió la silla en
la que estaba sentada, haciéndome sujetarme con fuerza a los reposabrazos, tiró
todo lo que había sobre la mesa hasta el suelo y me hizo tumbarme, enredó en su
pantalón, sacando un preservativo XXL con vaselina y sonrió al verme
boquiabierta, arrancó mi tanga y se lo guardó, para poder penetrar su enorme
polla dentro de mí, haciéndome jadear al sentir cada centímetro dentro de mí, no
tardé en correrme, lo vi deshacerse del condón vacío.
 No te has corrido.
Sin decir nada me cargó en un pestañeo sobre su hombro, me llevó corriendo
dentro del edificio, no cogimos ascensor, simplemente salimos a otra puerta que
daba a un enorme apartamento, donde me lanzó sobre una cama, yo me volví
para ver unas esposas a cada lado del cabecero, tragué nerviosa, él me rogó que
me dejase esposar y vendar mis ojos alguna vez, yo negaba, necesitaba verlo,
saber que pasaba a mi alrededor, se lanzó sobre mí, moliendo mi piel a besos,
tratando de desnudarme a la vez que yo lo desnudaba también a él, tirando de su
camisa, tratando de quitarle botones mientras temblaba de deseo. Me tumbó,
siguiendo con los besos entre ambos, recorrió con sus labios mis pechos, los
mordisqueó con sus dientes y enredó con su lengua que algunas veces se tornaba
áspera en ellos, se movió hasta poner su impresionante cuerpo sobre el mío fofo
y grasiento, haciéndome sentir lo impresionante y fuerte que estaba tallado,
excitándome más y más.

Kenai.

Estoy demasiado tenso, nervioso y ansioso, ella está desnuda, atada en la cama,
puedo sentir que hay luna llena, normalmente me da igual, no le tengo mucha
importancia a los cambios de la luna, pero he utilizado como cuatro
preservativos, me he corrido sobre las sábanas comiéndome su bien jodido y
sabroso coño, haciendo una verdadera mierda con todo a nuestro alrededor, he
dejado sus caderas marcadas por mis garras. Patch, Buster Y Hank comienzan a
aparecer ante mis ojos, tras un enorme espejo.
 No mentiste cuando dijiste que era todo lo que siempre
hemos estado buscando.
Mis hermanos la observan, tumbada de lado, con los labios hinchados, ellos me
observan con envidia, me arrastré tras ella, cogí sus brazos, torciéndolos en su
espalda hacia atrás, haciéndola quedarse indefensa.
 Briseida, despierta, quiero que conozcas a mis hermanos.
Ella parecía haber caído en un sueño profundo, dije como siete veces su nombre
y recorrí su cuerpo con mis manos, hasta que las palabras mágicas de alguien
alrededor la hicieron volver de su sueño.
 Hermosa.
Patch tenía los codos en la cama, estaba de cuclillas, con ambas manos bajo su
barbilla, mirándola juguetón.
 ¿Qué es esto Kenai?
Se removió nerviosa y asustada, como si una presa delante de sus posibles
cazadores sintiera que le quedaban segundos de vida.
 Briseida, mis hermanos y yo compartimos todo lo que nos
importa.
Su garganta marcada por mis dientes se movió porque ella tragó, sus labios se
movieron, abriéndose y cerrándose lentamente.
 Dime que no deseas experimentar lo que te ofrecemos.
Mientras lo hacía con ella me follaba su ano con mis dedos, empapando mis
dedos con su crema, abrió sus ojos completamente, observándonos a los cuatro
en la penumbra, diciendo mi nombre, tratando de ordenarme que la soltara.
 Pruébanos, danos una oportunidad. – Ella me negaba, movía
sus brazos tratando de soltarse. – Di una jodida palabra, cuando
quieras detenerlo todo te dejaremos marchar, pero experiméntanos.
Las palabras la hicieron jadear y negar, sintió las caricias de Patch en su espalda,
recorriendo lentamente su desnuda piel, él descendió sus labios hasta su carne,
haciéndola agitarse, haciéndome encenderme más, los tres se habían contenido
tras el espejo, me arrastro sobre ella, está de lado, por lo que trato de hacerla
sentir poco mi erección, desde que la conocí me he masturbado unas cinco veces
al día. No es un orgullo, no me gusta fardar de lo que puedo hacer, nunca he
estado tan activo, normalmente me acostaba en alguna fiesta con alguna hembra
humana, imaginando a otra hermosa mujer, si no la tocaba mucho me corría,
tengo que darme placer. Recorro con mis labios su cuerpo, respirando su aroma,
deseando que su olor se impregne en mí, deseando que el mío se quede en ella,
mi polla suelta líquido y se estremece, mi animal dentro de mí desea una cosa
más primitiva y es llenarla hasta rebosar de mi semilla. Arrastro mis dientes por
su pecho alzado, mordisqueo su hermoso pezón completamente erizado,
haciéndola jadear mientras acaricio con una de mis manos en su coño, sus
muslos se aprietan al alrededor de mi muñeca, pero mis dedos siguen
jugueteando con ella y con sus jugos, consigo llegar con mis labios hasta su
cuello, la hago ponerse boca abajo, golpeo una de sus nalgas sin dejar de
comerme a besos su piel, coloco entre sus grandes nalgas mi polla, la escucho
jadear y gimotear, la hago alzarse sobre sus rodillas temblorosas, cojo con mis
manos sus grandes pechos, aprieto, alcanzo con mis dedos sus pezones y ella se
retuerce de placer mientras yo me vacío entre sus nalgas y vuelvo a morderla tras
el cuello, donde apenas puede verlo si se mira.
 Vamos pequeña humana, dinos una palabra, déjanos follarte.
Ella me observa de medio lado, respira pesadamente, sus ojos están medio
abiertos.
 Dudo que pueda correrme más veces.
Sus palabras golpean mi pecho, haciéndome negar.
 Puedes.
Lanzo su cuerpo de vuelta a la cama, suelto sus esposas un instante, para estirar
sus brazos volviéndola hacia mí, y no tardo en volver a dejarla indefensa ante
mí, bajo mis ojos hasta mi polla, para verla dura otra vez, cuando me observó
con sus ojos negros me derretí como un maldito helado.
 Tengo las nalgas y media espalda cubiertas de semen, estoy
cansada y mañana trabajo.
Escusas, gruñí las palabras con fuerza, apretando mis dientes, ella tenía los
brazos tan estirados que sus pechos estaban erguidos a la perfección,
enrojecidos, por como yo les había prestado atención.
 Déjanos mostrarte lo que podemos llegar a darte.

Briseida.

Kenai coge algo de manos de uno de sus hermanos, me dijo que se llamaba
Buster, los cuatro son morenos de piel, tienen tatuajes, todos más que Kenai, yo
pataleo, chillo con todas mis fuerzas varias veces, los observo cubrirse los oídos,
mientras Kenai al coger lo de Buster me cubre los labios, se mueve a un lado y
se deja caer en un sillón, me mira ardientemente y yo comienzo a sollozar al
sentir las manos y los labios de sus hermanos tocarme, me retuerzo, comienzo a
lanzar patadas, consiguiendo que me aten de mis tobillos al somier de la cama,
tal cual, abierta de piernas dos de ellos, Hank y Buster comienzan a pasar sus
lenguas por el interior de mis muslos, yo aparto mi rostro y lo pongo contra uno
de mis brazos estirados, aprieto mis ojos al sentirlos lamer por mis labios,
haciendo que mi coño se abra lentamente, pude ver a Kenai observar la escena
serio, con una mano tatuada apoyada en el reposabrazos del asiento donde está,
el puño cerrado en un lado de su cara, soy incapaz de dejar de temblar, Hank está
follando con su lengua mi vagina literalmente y Buster absorbe mi clítoris, jadeo
al sentir una mano envolver uno de mis pechos, aprieta y juguetea con el hasta
pulsar en mi pezón, llegan unos labios hasta el otro y yo muevo mi cabeza para
ver a Patch sobre mis pechos, tiene tatuajes en la cabeza, cubiertos por algo de
cabello que ha creído a los lados, pero no como arriba que está largo hasta su
cuello, siento que me corro, convulsiono locamente, si pudiera me apartaría de lo
fuerte que son las sensaciones, pero no puedo, comienzo a chillar de placer,
miles de puntos negros ocupan mi visión, parece que me estoy orinando, trato de
apretar, para que no suceda, pero no puedo controlar mi vagina que se desata
vertiéndose locamente hasta el punto de hacer que me desmaye.
Envuelta en una nube de algodón dulce comienzo a abrir mis ojos, me siento
borracha, esto en casa, me viene a la mente la noche y me siento asustada en el
colchón, observo mi habitación, estoy sola en mi dormitorio, cuatro rosas para
mi asombro de pétalos negros están dentro de un hermoso jarrón, de una se cae
un pétalo desciende por una carta apoyada en el jarrón y toca la mesilla de mi
dormitorio, el corazón se me encoje de miedo y cojo la nota.

Sentimos habernos comportado como animales anoche, esperamos que puedas
llegar algún día a perdonarnos.


Lejos de allí Kenai trata de calmarse al igual que sus hermanos.
 Prometimos que no nos comportaríamos jamás como unos
malditos animales en celo.
Buster estaba herido, tras ella desmayarse y sentir que se la iba a follar
dormida se lanzó de cabeza contra una de las paredes del dormitorio
donde estaban, hiriéndose seriamente y Hank no mostraba mejor aspecto,
el ruido de las puertas de la suite de lujo cayendo al suelo por su equipo
de seguridad los hizo ponerse a la defensa sobre el cuerpo de Briseida y lo
peor fue cuando se lanzaron a atacar, Kenai se reprimió, envolviendo con
manos temblorosas el cuerpo de Briseida, estaba desnudo, a los
cambiantes les importaba una mierda permanecer así los unos ante los
otros, por lo que es completamente natural andar en bolas por cualquier
lugar.
 Jamás nos perdonará.
Ellos habían marcado su piel de mordiscos y arañazos, una humana que sabía
que era un cambiante lo manejaba bien, lo peor era que ella estaba marcada y
que cualquier ser que habitase el jodido suelo alrededor de ella lo sabría.

 Buenas noches Briseida, hoy te veo algo diferente.
Ella se quitó un casco del oído, para atender a Víctor, señaló su pañuelo en el
cuello con gracia, pero él observaba detenidamente sus movimientos.
 Cualquiera diría que ocultas las marcas de un vampiro.
Para ella sonó como algo gracioso, pero Víctor permanecía serio.
 Me estoy cogiendo un resfriado y me duele la garganta.
Víctor le mandó a la sección dos, estaban sobre una ciudad abandonada, bajo
tierra, a unos veinte kilómetros decían todos que había una ocupada por seres de
otro mundo, más grande que Nueva York, al llegar varios hombres de enormes
musculaturas permanecían atados a las camas, incluso sus labios permanecían
cubiertos, solamente permanecía una enfermera como ella allí, observaba a dos
hermanos de diez, éstos eran rusos o polacos, los demás hermanos estaban
retenidos en otra enorme jaula, eran incapaces de controlar a muchos de ellos y
cogerlos era un auténtico caos, separaban la jaula donde permanecían por
secciones y cogían a cada uno de ellos, los sedantes ya no funcionaban, eran
convictos, asesinos, unas bandas organizadas que habían conseguido mutar a
animales, quemar cosas, poseer gente, cada uno tenía un don por así decirlo, el
gobierno trataba de averiguar cómo habían conseguido esas habilidades o eso
creían ellas y el resto de empleados.
 Sam, buenas noches.
El sueldo que recibían a cambio de sus silencios y de hacer lo ordenado les hacía
permanecer en silencio ante el resto de los mortales, pero no a sus corazones, la
nombrada saltó al ser llamada, no la esperaba, estaba ante uno de esos enormes
cambiantes, atado completamente a una cama, con los labios cubiertos, la mirada
gris de sus ojos permanecía sobre la nombrada, parecía que se comunicaban, ella
acariciaba su brazo, tratando de ser suave al pincharlo para sacar muestras de
sangre, después sería de esperma y así hasta tener que pinchar su columna.
 Perdona, estaba concentrada en buscar la vena de este.
Briseida se movió hacia un taburete, apuntó la hora y cruzó sus piernas como
pudo mirando a la mujer.
 Ya mismo estás de vacaciones ¿No? ¿Sam?
Ella trataba de llamar la atención de la mujer, para asombro de Briseida aquel ser
tenía su enorme mano sobre la de ella, la cogía sobre la muñeca y si quisiera se
la rompería de un simple apretón, la mujer con el cabello atado en un churro que
se había hecho con unas trenzas que salían a cada lado de su cabeza asintió rato
después, sorbiendo sus mocos.
 Tengo un mes acumulado, días de asuntos propios.
Aquella chica vivía literalmente alrededor de la planta dos, sola, vigilando y
monitorizando todo, comidas, horarios de luces, limpieza y demás, echaba horas
extra y prefería hacer ella el trabajo de todos con tal de que no tocasen a ninguno
de los seres de esa planta, igual que al resto. Se volvió hacia Briseida, haciendo
un movimiento hacia la mesa donde ella estaba, poniéndose cerca de su oído
mientras enredaba en algunos papeles.
 Permanece fuera de aquí mañana.
Las dos se miraron unos instantes, Sam después se movió al lavabo y enjuagó
sus lágrimas, ocupando una banqueta junto a Briseida. Las extracciones de
semen fueron monitorizadas por Sam, las muestras de todos los machos de aquel
lugar extrañamente eran infértiles, por lo que les resultaba imposible mandarlas a
una extracción petrolífera supuestamente desierta cerca de España. Aquello
terminó en menos de una hora, Sam le puso a ambos tipos el taparrabos con
velcro que allí llevaban, los collares que les daban grandes descargas, y las
camillas fueron arrastradas fuera de la sala de extracciones, las dos empujaron
delante de varios tipos de seguridad, pasaron ante puertas y puertas ocupadas por
enormes tipos, con la distancia exacta para que no pudieran tocarlas o dañarlas.
Los de seguridad se adelantaron, más de veinte jaulas a cada lado delante de
ellas, apuntando hacia dentro de una de ellas, haciendo a los tipos alejarse,
Briseida observó al que alzó, sus ojos grises bordeados de rojo la contemplaron y
él enseñó sus dientes afilados en una sonrisa mientras ella lo soltaba y sacaba la
camilla fuera, se puso los cascos, se alejó despacio, esperando a Sam, para coger
a otros pacientes, hasta que se volvió varios metros más allá viendo que ambos
guardias estaban gritando a los pies del enorme ser que soltaba la otra enfermera,
aquel enorme tipo la puso contra los barrotes de la jaula, fue fuerte el golpe, pero
no la mato ni marcó, se acercó a ella, evitando las armas que trataban de
detenerlo con sedantes que no hacían nada contra él, los ojos de aquel tipo se
estaban poniendo rojos y sus jodidas manos tenían llamas a su alrededor,
quemaban los barrotes y sus brazos se estaban tiñendo de negro, Briseida soltó
un ¡Oh Dios mío!, respirando con dificultad.
 Te buscaré ¿Me oyes?
Briseida trataba de escuchar lo que decía aquel ser a Sam, parecía percibir algo
más, pero nada más que susurros, la luz comenzó a parpadear, el taparrabos del
tipo se levantó hasta tocar la cadera de ella, haciéndole ver un poco a Briseida la
enorme polla que poseía aquel ser, el collar que llevaba en el cuello hacia que
aquel ser se retorciera de dolor, apretara los dientes y se golpease con la frente en
las rejas, las luces parpadeaban, pero los ojos de los que ocupaban aquella sala
deslumbraban en la oscuridad, asombrada Briseida vio como las armas de los
tipos explotaban literalmente y después observó como ellos ardían mientras
aquel ser rompía la parte de la tela entre los muslos de ella.
 Tú eres pequeña humana, nuestro único resquicio de
esperanza.

El ser la penetró un poco, cogiendo uno de sus gruesos muslos la hizo abrirse y
chillar.
 Lo siento, no quiero hacerte daño, solo quiero estar dentro de
ti, lo deseo desde hace tanto tiempo…Quiero dejar mi huella en tu
vientre.
Sam apenas podía hacer nada, otro de ellos la sujetaba por las muñecas,
haciéndola cogerse a los barrotes de la celda, Briseida estaba paralizada, hasta
que aquel ser no terminó de poseerla observó todo, como él alzaba su cabeza
soltando un gruñido que la ensordeció, como se alargaban sus colmillos, parecía
que iba a morderla, pero simplemente la beso en el cuello tras negar con fuerza
varias veces mientras gruñía. Briseida, tras ver a la otra doctora caer al suelo
miró a su alrededor y pulsó la alarma, mientras aquel ser se ponía de cuclillas
cogiendo el rostro de Sam para besarla en los labios, después torció su mirada
hacia Briseida y sonrió con arrogancia, minutos más tarde el ser parecía volver a
su forma completamente humana, la ayuda parecía no llegar mientras todos los
de aquella jaula acariciaban a Sam y tiraban de ella hacia dentro con ellos, para
comenzar a tocarla y acariciarla, tironeaban de sus ropas, descubriendo su carne
que no dudaban en acariciar entre manos temblorosas que poco a poco se iban
convirtiendo en las de verdaderos monstruos. Los pasos tambaleantes de Víctor
Capat seguido de varios hombres, alrededor de veinte le hicieron a Briseida
volverse, se apartó un poco y observó cómo noqueaban a esos enormes seres con
más sedantes que a una maldita manada de elefantes, él que la había tenido se
estaba lanzando convirtiéndose en una bestia de tres metros a por Víctor cuando
cayó entre los cadáveres ardiendo de los tipos de seguridad, mientras Sam
trataba de cubrirse con la bata que Víctor se quitaba y le ofrecía mientras gruñía.
 ¡Qué alguien me explique cómo casi ha podido perder la vida
ésta mujer y mi hija!
Briseida y Sam se quedaron sorprendidas, mirándose detenidamente
 Son demonios, pueden destruir la cédula de alimentación de
la correa, seguramente la ha quemado.
Briseida escuchó aquellas palabras, ella y Sam fueron despachadas con rapidez,
mandadas a casa, ambas se observaban al salir del metro en silencio, Sam se dejó
caer en un banco, llevando ambas manos a su rostro, hundió su rostro en sus
manos y lloró desconsolada, Briseida la rodeó con sus brazos, dejando correr el
tiempo.
 Debes calmarte Sam, trata de calmarte.
Paso casi una hora llorando hasta que Víctor apareció por el andén, caminando
hasta llegar ante ellas con las manos en los bolsillos de su pantalón.
 ¿Mejor?
Sam asintió hacia el hombre de unos sesenta años, después él recorrió a Briseida
con la mirada.
 Eres mi hija, nunca deberías haberlo sabido, quiero que
recojas tus cosas y te marches, ahora querrás un vínculo y yo no
voy a dártelo porque no eres la primera de una larga lista de
bastardas.
Briseida permanecía boquiabierta escuchando al doctor, estaba sorprendida y el
miedo por lo que había pasado la mantenía casi al borde del desmayo.
 Ahora queda de tu mano decidir si permanecerás cayada o
largarás todo lo que sabes, acarreando con las consecuencias.
Lejos de allí….
Kenai observaba su teléfono móvil, estaba en las afueras de la ciudad, en un
complejo que bien podría parecer el de los más ricos de la ciudad o los de las
películas en las que intentaban impedir la entrada de algún monstruo, los muros
habían aumentado cada día, de grosor y altura, nada más entrar un escáner revisó
todo el vehículo, allí dentro unos pocos y afortunados cambiantes habían llevado
a sus parejas, motivo de más para que el resto de cambiantes se uniera para
defenderlos. Los cuatro hermanos llegaron a un edificio de ladrillos, más de
doscientos cambiantes, vampiros, gárgolas y demonios rodeaban la enorme
habitación, normalmente se unía encantado, pero estaba tenso, al igual que sus
hermanos, había mandado mensajes de texto a Briseida, wasap, ella los había
leído, pero había comprobado que lo había bloqueado tras decirle claramente que
les dieran a los cuatro por atrás. Briseida no sabía lo que esas palabras les dolían
a los cuatro. Un fuerte golpe en las costillas de Kenai lo ayudó a volver a la
realidad, se acercó hasta la gran mesa donde muchos de los que ocupaban
aquella enorme habitación miraban unos planos antiguos del metro de Nueva
York.
 Los Demon conseguimos destruir los collares de contención,
supuestamente mis señores distrajeron a la humana que vigila
mientras se creía que dormíamos y escapamos casi todos.
El ser que hablaba desprendía electricidad por las yemas de sus dedos, por sus
cabellos y sus ojos en los que parecía que una tormenta se formaba allí dentro.
 ¿Cómo puede tener ese doctor retenidos a unos jodidos
demonios?
Aquel jodido demonio cruzó la mirada con Kenai, de haber sido un humano se
podría haber cagado de medio.
 Los demonios tenemos necesidades.
Todos en la sala sabían perfectamente las necesidades de esos seres, motivos por
los que los habían pillado a todos en una de sus celebraciones.
 Los Demon ¿Cómo es que vuestros diez señores no
escaparon primero?
El ser hizo un movimiento sobre la mesa, puso su mano a la altura de tres dedos
y comenzaron a salir rayos de su mano, tocando la mesa, dejando marcas negras
en ella, hasta que una preciosa mujer robusta hecha con los rayos comenzó a
bailar eróticamente.
 Al igual que vosotros, nosotros también nos enamoramos.
Kenai se incorporó sorprendido, se había agachado al igual que los demás
cambiantes de la sala para ver aquello, los demonios se caracterizaban por tener
clubes de sexo, donde normalmente los humanos acudían en parejas, sin saber lo
que verdaderamente los rodeaba, un jodido mundo donde desinhibirlos y
hacerlos verdaderamente adictos a los placeres más oscuros.
Todos ellos cambiaron sus ropas, se pusieron cascos, chalecos y comunicadores,
una flota de más de cien vehículos grandes de seguridad estaba ya preparada
fuera, recorrieron la ciudad en silencio, hasta una entrada abandonada del metro
en uno de los peores barrios, anduvieron por más de una hora, hacía calor, había
aguas sucias por el suelo, ratas y después unas paredes en las que pusieron
grandes cargas de explosivos, cuando fueron destruidas todos ellos entraron a un
maldito infierno donde jaulas y jaulas estaban colocadas a los lados de pasillos
largos, una línea con flechas fluorescentes marcaba el paso a seguir por los
empleados, para que no les alcanzaran ninguno de los apresados dentro de
aquella pesadilla, el olor a personas, animales, muerte y mugre se mezclaba,
provocando enfurecimiento en sus cuerpos, Patch tuvo que soltar su arma al ver
que sus garras atravesaba los guantes, algo hizo que los cuatro se detuvieran y se
miraran a través de sus cascos.
 Naranja y canela.
Los demás del grupo siguieron su ritmo, pasando entre ellos.
 Ella ha estado aquí.
Al decir las palabras Buster los demás hermanos tuvieron tragarlas como un
jarro de agua fría, siguieron al grupo, viendo que varios de ellos se habían
detenido en puertas de jaulas que habían abierto con pequeñas detonaciones, de
otras puertas comenzaban a salir cambiantes famélicos, ayudaron en darles agua
y comida a todos, estaban sorprendidos de ver que muchos llevaban toda la vida
retenidos dentro de aquel lugar, ya habían encontrado a muchos así, debían
ayudarlos a integrarse dentro de una sociedad que cada día odiaban más. Tras
conseguir sacarlos fuera de aquella planta bajaron a la segunda, costó muchísimo
sacarle a los guardias la manera de desactivar los collares de los demonios, el
resto que permanecían liberados les dieron ropas ignífugas, eran de la misma tela
que los taparrabos que llevaban puestos, incluso las zapatillas, todos los
demonios permanecían en las sombras e hicieron que las bombillas encendidas a
su alrededor estallaran, nada odiaba más uno de ellos que la luz, por eso vivían
bajo tierra, en zonas de un corto periodo de luz solar o simplemente a oscuras,
era gracioso para los cambiantes, sobre todo por el hecho de que los vampiros si
aguantaban la luz, los últimos en ser liberados mantuvieron la cabeza alzada,
comprobando a todos con los rostros completamente serios, no les importaba
estar aún llenos de unas cicatrices que debían de haber sido horriblemente
dolorosas.
 Señores.
Los diez enormes seres arrancaron sus collares, crecieron de tamaño y sus pieles
comenzaron a ponerse oscuras, enrojecidas, sus garras eran enormes, al igual que
sus colmillos.
 ¡Samantha!
Cualquiera que se llamase así de las humanas que estaban de rodillas podría
desear morirse, todos, mujeres y hombres mantenían posturas distintas, el ser
comenzó a dar pasos sobre el frío suelo, sus pies eran enormes al cambiar y
dejaban manchas negras en el suelo de quemaduras, dos cuernos comenzaron a
salirle de cada lado de la frente, una perilla su cabello se fue volviendo rojo
mientras crecía, todos lo observaron coger a un humano por los brazos, un
humano que chillaba como si estuviera quemándose vivo, mantenía el taparrabos
sujeto por unas finas cuerdas.
 ¿Dónde está la humana?
El olor a carne chamuscada consumió a todos, el humano voló por los aires,
mientras su cuerpo se iba carbonizando lentamente, aquel ser fue a coger a otro
humano, pero éste se orinó encima y negó entre lágrimas, mientras el enorme
Demon se ponía de cuchillas ante él.
 Vais a morir todos, las únicas dos personas que merecen
nuestro perdón no están hoy aquí.
El humano cogió al enorme Demon por el brazo, rogando su perdón, empezó a
hiperventilar al ver que sus manos comenzaban a ponerse rojas y que de ellas
salía humo, el demonio cogió su cuello con su mano libre, haciendo que el
humano lo soltara y se sujetase a su brazo mientras lo subía, trataba de respirar,
su rostro cambiaba de un rojo intenso a un morado, hasta que se escuchó
claramente el ruido de su cuello rompiéndose, una de las mujeres comenzó a
llorar, su espalda subía y bajaba mientras trataba de mantener la cabeza
agachada, el Demon fue a por ella, pero no pudo cogerla a tiempo, porque otros
la apartaban de él.
 A las mujeres no se les daña.
Ambos Demon se lanzaron uno contra el otro, golpeando sus frentes mientras
gruñían salvajemente.
 ¿Pregunta por la hija de Víctor o por la otra?
Una de las doctoras más mayores alzó la mirada, su rostro se mostraba
desafiante.
 ¿Hija? Víctor solo tiene una hija.
La mujer soltó una carcajada nerviosa, trataba seguramente de calmarse a sí
misma.
 Solamente reconoce a una, la del fruto de su matrimonio,
tiene muchas más.
Después de las palabras de la mujer el silencio rodeó todo aquel lugar, un
cambiante comenzó a desprenderse del casco de seguridad que llevaba puesto,
sus cuidadas barbas estaban empapadas de sudor, al igual que su cabello, sus
ojos de león le delataron como Alik Asad, que había viajado desde los Emiratos
decidido a ayudar a todo cambiante a león que quisiera vivir en el desierto.
 ¿Conoce a las demás hijas de Víctor? ¿Sabe quiénes son?
Aquella señora se mantuvo en silencio, dudando de su respuesta, agachó la
cabeza y asintió finalmente.
 Puedo daros todos los nombres, pero quiero algo a cambio.
Los dientes del cambiante relucieron, los estaba cambiando a los de su animal,
su mandíbula también, haciendo que su rostro cambiase al de un león unos
instantes.
 Quiero la inmunidad.
Alik sonrió hacia todos, cogió su casco entre sus dedos para volver a ponérselo.
 Bien, terminemos cuanto antes, mis hermanos y yo tenemos
una preciosa hembra en casa esperando por nosotros.
Hicieron a los humanos levantarse, esposaron sus brazos a la espalda y ataron
sus pies juntos, salieron a la superficie y salieron de la ciudad, rumbo a territorio
cambiante, donde tras los muros estaban seguros, al abrir las puertas de donde
mantenían a los humanos pudieron ver que uno de ellos le había quitado la vida
a la doctora y después se había suicidado.
 Mierda, deberíamos haberla llevado delante.
Parecería que habían hecho una estupidez y así era para ellos.
 Tenemos que averiguar y localizar a las putas hijas de ese
médico, como sea.
Kenai tenía una extraña corazonada, al igual que sus hermanos observaban las
pilas y pilas de documentos que iban entrando en el edificio donde se reunían.
 Hijas, nunca demostró tener contacto con ninguna mujer que
no fuera Carmen Capat, solamente tiene contacto con ella, ama a
su hija locamente y le consiente en todos los sentidos.
Los cambiantes comenzaron a investigar, siempre mantenían los teléfonos de
Víctor pinchados a pesar de que cambiaba constantemente de número.
 Quietos.
Sin darse cuenta habían pasado dos días buscando y tratando de encontrar
información, hasta que Abdel Asad con unas inmensas ojeras observó algo en la
inmensa pantalla que ocupaba una pared entera de aquel lugar, se dividía y
mostraba las noticias de televisiones de todo el mundo, señaló hacia un recuadro
e hizo que se ampliase.
• Bienvenidos preciosidades una vez más al programa número uno de la
televisión española, amor amor. Se sigue sin saber el paradero de Lara
Turkien, hija de la famosa bailarina fallecida Ana Sonoky que tuvo un
romance estando casada con el Barón Turkien quien no pudo nunca tener
hijos. Ella falleció hace apenas unos años, el famoso Barón acogió como suya
propia a Lara que no sabía que no era su verdadero padre hasta que su madre
se lo contó días antes de su muerte, el Barón desapareció en extras
circunstancias junto a su chófer de confianza hace apenas unos meses.
Recordamos que Lara trata de llevar al tribunal para unas pruebas de
paternidad a un reconocido doctor de nuestro país quien sería su padre si se
confirmase, el famoso doctor que trata de hallar curas a todas las
enfermedades que tenemos las personas se niega a hacer cualquier prueba de
paternidad afirmando que solo tiene una hija con su difunta esposa.

Abdel Asad y sus hermanos estaban boquiabiertos, sus cuerpos rígidos.
 Llamar al desierto, que esa humana salga de allí antes de que
se entere algún miembro de la manada de quien es.
Abdel apenas conservaba la compostura, se apoyó en el respaldo de un sillón,
llevando su mano libre al puente de su nariz mientras negaba, las voces de los
cambiantes con preguntas lo estaban poniendo cada vez más tenso.
 Una de las hijas de Víctor está en el desierto, manteniendo
relaciones con los hermanos pantera.

Tiempo atrás…Desierto de los Emiratos.


Seis panteras negras contemplaban las montañas altas de arena que había delante
de enormes tiendas o jaimas de tela blanca, vivían en un grupo grande de unos
cuarenta cambiantes a panteras. Pero donde estaban ahora mismo los seis
hermanos disfrutaban de algo que les encantaba, soledad, paz, pero sin estar tras
unas rejas donde simplemente se escuchaban chillos, sollozos, violaciones y
vejaciones. Los seis hermanos habían recorrido el desierto para conocer al quinto
hijo de los hermanos Asad, no sería el último, con apenas tres meses de vida sus
padres ya trataban de volver a tener a su hembra llena de sus semillas. Los seis
ahora descansaban de nuevo, los cambiantes como ellos que supuestamente
llevaban todo lo relacionado con las razas hasta que comenzaron a tener
cachorros y decidieron formar un consejo, donde ellos mismos habían tenido que
entrar tuvieron que aprender varios idiomas que hablaban los cambiantes,
humanos y demás seres del mundo, por no decir universo, el que más les costaba
era el inglés y el que menos el español. Jasim, el hermano menor de los seis
carraspeó bajo, justo antes de llevarse a los labios un poco de agua fresca que
conservaba en una botella envuelta en corcho para mantenerla fresca, aunque en
la madrugada la temperatura bajaba mucho ellos seguían conservando sus
cuerpos en una temperatura perfecta.
 Cinco cachorros les ha dado esa hembra hermosa a esos
leones.

Aban, el hermano mayor de los seis cambió con agilidad mientras hablaba,
retorció su largo cabello negro como las plumas de un cuervo en lo alto de su
cabeza y soltó un suspiro amargo que hizo a sus hermanos sentirse entristecidos.

 Nosotros no podemos tener a una humana cerca, la
dañaríamos, hemos pasado por tanto sufrimiento que casi ninguno
consigue tener una relación íntima sin ser golpeado o cortado.

Jasim se alzó quedándose en cuclillas al escuchar las palabras de
Ayham, su quinto hermano. Todos ellos tenían el mismo aspecto de
piel morena, ojos blanquecinos, como los de un brujo les decían
los humanos, median más de dos metros y sus cabellos eran
completamente negros y algo ondulados.
Sus cuerpos estaban esculpidos en puros músculos que habían
sabido formar entre las rejas en las que los humanos los habían
mantenido encerrados durante más de treinta años. Con un enorme
cuchillo entre los dedos cortados de una de sus manos terminó de
alzar su enorme cuerpo, lo llevó a su pecho desnudo repleto de
heridas y cicatrices, no dudó ni un instante en clavárselo en la parte
superior de su piel, deslizándolo por el centro de ambos pectorales,
por un lado de sus ocho marcados abdominales. Asim, su hermano
tercero sujetó su muñeca, haciendo que lo mirase a través de sus
ojos con un tono casi blanco brillante, como los de la luna, que
rodeaban el negro del centro de ellos.

 Por favor hermano detente.

Él se soltó con rapidez, dejando caer el cuchillo ensangrentado al
suelo, alejándose de ellos con un cambio rápido a pantera, corrió
por las montañas de arena hasta que lo perdieron de vista. Se dejó
caer con el cambio a humano en un oasis repleto de hierba fresca,
palmeras y agua, sus rodillas tocaron aquella cosa verde llamada
hierba y las yemas de sus dedos humanos, haciéndolo sonreír con
los ojos llenos de lágrimas. La herida ya no estaba y eso que se la
había hecho profunda, su cuerpo al cambiar se recuperaba con
rapidez, él observó su flácida polla, era larga y gruesa, no podía
cogerla y tocarse las yemas de los dedos, le resultaba imposible, se
llevó ambas manos hasta ella, apretándola hasta doler, haciendo
que sus ojos llorasen de dolor, comenzó a masturbarse, sintiendo la
sangre empapar las yemas de sus dedos y sus garras, sintiendo que
casi alcanzaba el placer, tanteó a su alrededor negando, sabiendo
que no encontraría lo que buscaba, el cuchillo con el que le gustaba
cortarse mientras se tocaba, furioso se bombeó con más fuerza,
tratando de llegar a correrse, pero su polla comenzó a curarse y
ponerse blanda, flácida, soltó un gruñido furioso, apretando los
ojos, sintió que se iluminaban por la presión, lo hizo más fuerte,
pero un ruido de explosión lo hizo abrir ambos ojos viendo un
avión enorme entre las llamas, cayendo apenas a un kilómetro de
donde él se encontraba, sin saber que hacer se quedó quieto,
viéndolo arder hasta casi la mitad, incluso explotó toda su parte
delantera, se partió a la mitad en un instante, con un ruido de
hierros partiéndose atronador para él y cualquier ser del universo,
cuando por fin se movió hasta el avión o aparato diferente al que él
y sus hermanos habían cogido pudo ver unos diez cadáveres de
varones humanos grandes. De sus labios salió un asombroso
suspiro al ver una bolsa de algo que él había visto una vez en su
vida, gusanitos rojos, estaban alejados del avión, casi en contacto
con la parte trasera, lo que se llama cola, se agachó y pudo percibir
el latido de un corazón, fue lento, pero lo hizo saltar algo
sorprendido volviendo con la bolsa de gusanitos entre los dedos
hasta los humanos quemados y muertos supuestamente, abriendo la
bolsa observó que los diez llevaban pistolas que habían explotado
seguramente casi todas con las balas que llevaban, tras llevarse un
gusanito a los labios y tratar de aguantarse el sonido de placer que
salió de sus labios sin conseguirlo miró a los humanos sin vida
negando, llevando más y más gusanitos a sus labios hasta terminar
con su mano pringada de ellos a la bolsa vacía, bajó su mirada,
viendo que estaba vacía y la volvió hacia lo que ya eran brasas
tratando de ver otra bolsa, torció su rostro en el que su lengua
sobre salía lamiendo dedos hacia la parte de atrás del avión que se
iba perdiendo tras una montaña de arena alta y se dejó llevar hasta
ella, moviendo sus ojos por dentro, divisando cosas que no sabía
para que existían, objetos y demás hasta que el latido de un
corazón volvió a escucharse con claridad. Allí no había vida salvo
la suya misma en lo alto de la arena y si fuera la de un animal
sabría que el latido no sería humano, igual su misma vida le estaba
jugando una mala pasada, sacudiendo sus dedos se observó
desnudo, con la polla colgando hasta casi sus rodillas, se iba a
marchar cuando otra vez pudo escuchar el latido, no podía
encontrarse a un humano con vida sin matarlo, estaba claro, por lo
que se metió entre la mierda revuelta de la cola de avión, buscando
cosas, abriendo una maleta, cogiendo un calzoncillo negro,
poniéndoselo para que su polla dejara de entorpecerlo, rebuscó
tratando de encontrar algo que le gustase y tras tirar cosas a su
alrededor pudo ver un pie de uñas pintadas con una línea blanca
preciosa, retiró cosas y cosas hasta conseguir ver dos piernas
gruesas perfectas, más y más, sin cesar, muslos, unas hermosas
caderas anchas, tuvo que limpiarse varias veces el sudor de la
frente y finalmente pudo ver a una humana con el cabello recogido
en una mal hecha coleta de pelo como rojizo, pero marrón, bajo la
mirada hasta su polla y tuvo que negar volviendo su mirada hacia
algo verdaderamente hermoso, algo recorrió sus tripas y llegó justo
a su pecho retorciéndose al mirar a la diminuta humana, tuvo que
rascar su nariz varias veces sin poder estornudar al sentir el
horrible olor a flores que emanaba de ella y la vio llevar sus manos
hasta él, pudo ver los brazos y las manos llenas de heridas y cortes.
El cuerpo de la hembra humana se volvió a detener y él puso su
oído en el pecho de ella, escuchando su leve latido, la sacó un poco
del avión, poniendo su cuerpo sobre una superficie metálica que
había salido disparada, algo nervioso cargó en sus brazos telas y
rebuscó tratando de encontrar algo de ella, alguna pertenencia con
ese extraño olor a colonia de flores, pero nada, tras desistir y con
una mochila cargada de agua dulce potable y algo de comida
volvió hacia la humana, viendo una mancha de sangre salir por uno
de sus costados, asustado la volteó para ver en su espalda un corte
largo, era profundo, tocó en su interior tratando de encontrar algún
resto, algún trozo del avión que pudiera joder la herida
produciéndole fiebres e infecciones hasta matarla, pero no había
nada, rebuscó en la cola del avión de nuevo hasta encontrar un kit
de primeros auxilios, encontró una aguja e hilo dentro de una bolsa
que los aislaba de coger virus, pero igualmente se movió hasta la
parte delantera del avión, quemando la aguja, con destreza
desinfecto la herida casi en el centro de su espalda, pero algo más
llamó su atención, el gran bulto detrás de su cabeza, lo tocó y
movió su cabello viendo que podía ser grabe, él había vivido entre
las rejas, viendo como los médicos cada día probaban con
cambiantes cosas, desde cortar un dedo a una pierna, hacer una
herida muy profunda que tuvieron que acabar curando,
desinfectando y más de una vez quitando, amputando miembros.
Desde humanos que se habían emparejado con cambiantes y que
conseguían que su cuerpo mejorara haciendo que no se enfermara
tanto y mantuviera un mejor estado de salud a simples humanos de
pruebas secuestrados, obligados a tratar de criar con cambiantes o
bebes, eran tan pequeños cuando comenzaron a entrarlos en jaulas
en las que tenían que hacer sus propias necesidades en una esquina.
El pulso de la humana seguía tan débil que apenas podía mantener
la calma. Él trataba de no temblar por la adrenalina y miedo a
perder a la pequeña cosa humana, al clavar la aguja en su espalda
la sintió removerse quejosa.

 Quieta por favor.

Ella se quedó completamente paralizada, su piel se estaba
erizando y seguramente volvió a perder el conocimiento al
descansar su cabeza contra la superficie metálica y su piel dejar de
estar tensa, punto tras punto Jasim se limpiaba el sudor de la frente
con el hombro mientras trataba de respirar calmado, pero no dejaba
de ponerse más y más nervioso, cuando dio el último punto soltó
todo el aire que sus pulmones mantenían contenido sin él ni
siquiera haberse percatado, no era un cirujano, pero el trabajo
estaba bien hecho y esperaba que no le dejase muchas marcas a la
humana. Siempre podría cubrírselas con tatuajes como hacían la
mayoría de cambiantes a manos de los hermanos Tattu, tres
cambiantes maoríes que habían aprendido a tatuar y se dedicaban a
cubrir heridas con una mierda de arte perfecto, se puso la mochila
y cargó a la humana en sus brazos, recorriendo el kilómetro que le
llevaba hasta el oasis, la puso en la orilla del agua, sacando de la
mochila trapos que había cargado y jabón de pastillas, empapó
trozos de tela que cortó con sus garras, los untó de jabón y desnudó
a la humana con rapidez, llevaba un vestido floreado destrozado y
solo tuvo que tironear de la tela para destrozarlo y sacarlo de su
cuerpo, la ropa interior transparente de tonos melocotón lo
enloquecieron, no tenía ni un simple vello en su vagina, estaba
completamente liso, como el de una cambiante y eso lo enloqueció
y no ayudó ver en sus enormes pechos sus gruesas aureolas
marrones tan grandes como unas galletas, unos pezones grandes y
puntiagudos estaban en el centro clamando por su boca, sus garras
comenzaban a formarse y sus manos cambiaban a patas, quitó la
tela del sujetador algo manchada por detrás como era normal y
observó que las dos prendas habían dejado marcas en su piel algo
bronceada, tras limpiarla con paciencia, haciendo que su carne
saltara y sus pechos bailaran, comenzó a oler algo en ella, en su
piel y soltó un amargo gruñido negando, levantándose al sentirla
moverse, tratando de ocultarse bajo las sombras de las palmeras
para que casi no lo viera.

 ¿Qué ha pasado? ¿Dónde estoy?

Al alzar su mirada pudo ver en los ojos de la humana su tono
marrón oscuro, se abrazó a si misma asustada, su carne estaba
completamente de gallina.

 Estás a salvo, tranquila.

Cuando ella se torció sobre sí misma para vomitar Jasim se acercó
hasta ella, poniendo uno de sus fuertes y grandes brazos bajo su
cintura y su otra mano libre alrededor de su frente, soltaba siseos y
ronroneos tratando de calmarla, cuando por fin terminó de vaciar
su estómago la movió un poco, poniendo su cuerpo sobre la hierba,
se alejó de ella, dándole la espalda, cogiendo una camiseta negra
que había traído en la mochila, se la puso y cogió otra que le
ofreció entre las sombras. Él podía verla claramente, pero sabía
que para ella era imposible hacerlo.

 ¿Recuerdas que te ha sucedido? ¿Cómo has llegado hasta
aquí? ¿Tu nombre?

Ella tras ponerse la camiseta y ocultar su cuerpo negó, se quedó
pensativa, poniendo caras interrogativas durante más de diez
minutos y de golpe comenzó a decir palabras incoherentes.

 Me llamo L… Lar… Lara, mi madre era, no lo sé, sé que
vive, pero ya no recuerdo nada más que su rostro rodeado de
niebla.

Al verla Jasim llevar los puños cerrados hasta los lados de su
cabeza y comenzar a chillar poniéndose cada vez más y más
nerviosa, la rodeó con sus brazos, dejando caer su cuerpo en la
fresca hierba, uno de sus brazos rozaba sus pechos y sus pezones
rozaban sin cesar su piel, haciendo que su polla respondiera con
entusiasmo en la cadera de ella, haciéndola no poder evitar
estremecerse.

 ¿Tú y yo?

Jasim negó en un español claro.

 Llegaste en un avión que se estrelló en medio de mi desierto,
yo te encontré hace apenas una hora, los demás están muertos.

Lara alzó ambas cejas sorprendida, tratando de mirar hacia él y
verlo.

 ¿Puedo tomar agua?

Jasim se levantó con rapidez y volvió en segundos hasta ella,
ofreciéndole una botella que ella vació casi a la mitad rápidamente.

 Despacio, no quieras vaciar de nuevo tu estómago con
rapidez.

Lara se detuvo, tratando de mirar a su alrededor, pero solo pudo
ver el agua que había en aquel lugar y las estrellas reflejadas en
ella.

 Tuve que asearte, tienes una herida cerca del centro de tu
espalda.

Jasim la escuchó jadear llevando una de sus manos hasta la herida,
asustada, con el rostro pálido, la botella en su mano comenzó a
verterse, por los temblores que estaba teniendo de pánico.

 Me habéis sacado los órganos, voy a morir.

Llevó su mano desde la espalda a sus labios soltando un sollozo,
alejándose de Jasim con rapidez hasta ponerse de pie y chocar
contra una palmera.

 Si fuera así no te encontrarías nada bien Lara, donde me
retuvieron extirpaban órganos a los que vivían conmigo delante de
mis ojos y no durarías mucho sin atención médica.

Lo sintió cerca de ella, trató de hacerlo retroceder, pero el rugido
animal de dolor que salió de sus labios la hizo estremecerse.

 No me alejes de tu lado, por favor, solo intento cuidarte y
protegerte.

Lara no lo escuchaba, el pánico la estaba consumiendo y trataba de
forcejear con él, sin poder saber que él no necesitaría mucho para
destrozarla, la rodeó con sus brazos soltando siseos, pegándola al
árbol con su cuerpo, dejándola morderlo, arañarlo y golpearlo
hasta que ya no pudo más y se rindió llorando en silencio entre sus
brazos.

 Venias con diez tipos que han sido calcinados ¿No te viene
nada a la memoria?

Ella negó dejando que las lágrimas fluyeran por sus ojos.

 ¿Y si me querían hacer daño? ¿Y si me estaban violando?

Un sonido furioso animal salió de los labios de él antes de quedarla
sin aliento al apretarla con fuerza entre sus brazos.

 No lo he olido en ti, podría mirarte y comprobar, pero no
podría contener mis ganas de hacerte mía.

Ella soltó un jadeo ahogado.

 ¿Me deseas?

Jasim asintió aun sabiendo que ella no vería su rostro, con un
suave si entre sus labios, besando su frente en un lado.

 ¿Aunque no me conoces y puedo ser cualquier tipo de
persona?

Él se contuvo asintiendo, calculó las palabras y finalmente asintió.

 No me importa, siento algo por ti que nunca he sentido por
nadie, pero deberás marcharte.

Lara soltó una risa nerviosa.

 Acabo de caer de un avión y ya me deseas.

Jasim asintió apretándola más a su cuerpo, no deseando perder el
contacto con ella nunca.

 Soy algo que dudo que comprendieras, por lo que me
conformo con poder tenerte entre mis brazos por unos instantes.

Lara jadeó algo nerviosa, tratando de soltarse de sus brazos.

 Juntos podemos averiguar quién eres, puedo llevarte a mi
tienda, hacerte una fotografía e investigar quién eres.

Ella no dijo nada por unos instantes, se quedó quieta, sin poder ver
nada.

 No quiero ser el centro de atención.

Jasim negó con la cabeza, respirando en su cuello su aroma,
haciéndole cosquillas a Lara.

 Iré allí, me fui sin más, dejando preocupados a mis
hermanos, trataré de calmar los ánimos y volveré a por ti al
amanecer, deberás permanecer aquí, si tardo en volver aun así
seguirás aquí, es muy peligroso caminar por el desierto sin
conocerlo.

Lara se soltó, asintió y comenzó a descender hasta tocar con sus
rodillas el suelo, tratando de verlo, sin saberlo provocándolo.

 No te muevas de aquí, no quiero perderte, tienes agua en la
mochila y bolsas donde en diferentes idiomas pone lo que
contienen de alimento, trata de llevar algo a tu estómago.

Jasim se movió con rapidez, salió de los calzoncillos y la camiseta,
cambiando en menos de dos segundos a una pantera grande,
recorrió los veinte kilómetros que había hasta las tiendas de la
manada, sus hermanos como era de esperar lo esperaban en las
puertas de las seis tiendas, sentados en grandes y lujosas sillas.

 ¿Ya se te pasó el mosqueo?

Aban soltó las palabras, el aire se movía hacia fuera, pero al llegar
a ellos hizo un movimiento y se levantó de un salto, llegando hasta
él, respirando en su piel algo, sus pupilas se dilataron hasta
desaparecer casi el blanquecino de sus ojos por completo y sonrió
alzando sus labios, enseñando sus afilados dientes y colmillos.

 ¿Qué huelo en ti hermano?

El resto de sus hermanos se levantaron, respirando a su alrededor,
haciéndolo ponerse nervioso e histérico por no haber precavido
aquello.

 Un avión se ha estrellado, llevaba diez personas dentro.

Alim negó con un siseo furioso.

 Huelo a humana en ti, una hembra que te ha atraído.

Jasim asintió furioso, mordiéndose los labios mientras miraba a su
alrededor, tratando de no ser escuchado.

 Hay una humana viva, conseguí sacarla de la parte trasera del
avión, no quiere ser vista, no recuerda nada de su vida.

Él sujetó el brazo de Abdul justo antes de que cambiara y se
alejara.

 ¿Ahora confías en humanos?

Jasim negó demasiado furioso, enseñando sus dientes y casi a
punto de comenzar una pelea con su hermano, pero los demás los
separaron mientras su hermano escupía furioso su odio hacia todos
los humanos.

 Ella es distinta, no recuerda nada de su vida.

Alim alzó ambas manos llamando la atención de sus hermanos.

 Tráela, averiguaremos quien es, prepararemos un baño
caliente para ella y algo de ropa, trataremos de darle nuestra
hospitalidad.

Jasim se puso nervioso, mucho más que en toda su vida, sentía que
iba a perder algo verdaderamente importante.

 No puedo dejar que nada le pase, ella no, no he visto maldad
en sus ojos.

Sus hermanos se sorprendieron ante sus palabras, quedándose
completamente en silencio.

 ¿Qué hacemos con el avión? Tarde o temprano alguien lo
buscará.

Los hermanos pensaron detenidamente las cosas, ninguno dijo
nada durante un buen tiempo, incluso la del sol comenzó a salir.

 Lo más prudente seria que Jasim fuera a por la humana en un
4X4 y que nosotros le comentásemos lo que está pasando a los
hermanos Asad, ellos entienden los problemas de los humanos
mejor que nosotros.

Jasim no tardo ni tan siquiera un par de minutos en llegar al gran
4X4, cuando puso ambas manos en el volante observó su reflejo
desnudo en la luna delantera, era normal sentirse tranquilo
desnudo, su polla se mantenía tiesa, por la emoción, por el deseo,
por todo, al bajar la mirada pudo observar la crema transparente
que empapaba su punta.

 Deberías utilizar algo ahí, no querrás que la humana se
acojone al ver tu puta polla.

Las palabras de Asim le hicieron soltar varias carcajadas que
silenció al observar su cuello y rostro, tosió con la voz profunda y
se observó unos instantes.

 Te has esforzado en que tu voz saliera bien con ella ¿Verdad?

Jasim bajó del vehículo asintiendo, moviéndose con rapidez hasta
su tienda, no tardó en coger una chilaba negra y se puso la
capucha, tratando de ocultar todo su rostro, sacó un pañuelo y se
sacó la capucha, poniendo el pañuelo alrededor de su cabeza,
cubrió su cuello y rostro hasta dejar solo sus ojos visibles y se puso
de nuevo la capucha.

 Tarde o temprano ella te verá, nadie en esta riad (conjunto de
jaimas) tiene el cuerpo sin marcas, aquí todos estamos llenos de
cicatrices.

Abdul estaba agachado en la entrada de la jaima de Jasim,
mirándolo detenidamente.

 Trae a la humana Jasim, averiguaremos quien es.

Cuando tras más de media hora consiguió llegar hasta el oasis y no
la divisó, se puso tenso, agarró el volante hasta escucharlo crujir
mientras aparcaba y al ver sus nudillos blancos lo soltó viendo las
grietas profundas que le habían salido, respiró tratando de calmarse
cuando vio a la humana entre unas palmeras, su corazón recuperó
el ritmo normal que mantenía un cambiante, pero su polla se puso
dura como el maldito hierro y no pudo evitar decir mientras se
bajaba y la observaba esconderse por miedo hacia él.

Tenemos que tenerla, tenemos que llenarla de nuestras semillas
hasta que su vientre comience a hincharse y no pueda escaparse
de nuestro lado.

 ¡Soy yo Lara!

Ella volvió a subir entre los árboles, con una simple camiseta negra
que llegaba casi hasta sus codos, pero que dejaba sus muslos justo
bajo su coño desnudos.

 Gracias a Dios, se me hizo eterna la espera.

Jasim se quedó quieto al escuchar las palabras de Lara, ella debió
de sentirlo porque se detuvo con las manos juntas ante él.

 Vamos pequeña, sube al automóvil.

El silencio iba con ellos en el coche, ninguno habló durante un
largo tiempo hasta que él suspiró.

 ¿Bebiste y trataste de comer algo? Igual no recuerdas la
lectura o si sabes idiomas o hablas español por algo.

Lara cogió su brazo tratando de calmar su charla.

 Recuerdo leer, también recuerdo mi coche y su color.

Jasim asintió al subir por una gran duna, ya conseguía ver las
jaimas, todas ellas estaban colocadas estratégicamente, las de fuera
rodeaban las habitadas, cargadas de armamento para defenderse.

 ¿Conseguiste recordar algo más?

Jasim torció su mirada para ver las rellenitas mejillas que no
hacían a sus gruesos y grandes labios carecer de importancia en su
rostro perfecto, tenía un lunar sobre sus labios, en un lado y su
nariz era chata, la observó comenzar a temblar y respirar con
fuerza y la rodeó con uno de sus brazos, poniendo su mano sobre
su hombro, acariciándola, soltando siseos, pero tuvo que frenar en
medio del descenso del vehículo, rodeando su cuerpo con sus
brazos, tratando de calmarla y calmarse a sí mismos para no
enfurecer al sentir a la hembra que sería si lo deseaba su
compañera completamente angustiada.

 Cálmate, por favor respira con tranquilidad.

Ella puso su rostro en su hombro y pasó uno de sus brazos por su
cuello, haciendo que la capucha que cubría su cabeza callera y su
pañuelo se moviera, haciendo que el lado destrozado a lo largo de
su rostro y su cuello quedaran visibles, él la separó de su cuerpo y
se torció completamente hacia la puerta, abriéndola, cerrando los
ojos mientras respiraba tratando de tranquilizarse, salió del 4X4 y
se comenzó a cubrir lentamente, tratando de calmarse, apretando
los ojos, pero sus brazos fueron apretados contra su cuerpo, unos
pechos apretaron sus pectorales y él se volvió con el cuerpo de
Lara colgando del suyo, la rodeó con sus brazos al ver sus grandes
y respingonas nalgas desnudas.

 No deberías mirarme, no te gustará verme, seguramente
provoque en ti rechazo y repulsión.

Lara apenas tocaba con las yemas de los dedos de sus pies la arena
que ardía bajo los de Jasim, pero a él eso apenas le parecía un mero
ardor.

 Tú me estás viendo el culo ahora mismo gran tipo y me has
manoseado para desnudarme, coserme y lavarme.

Algo nervioso observó su espalda, viendo que la camiseta no
estaba empapada de sangre.

 No he pensado que igual necesitarías ayuda de un médico,
tendré que llamar a alguien cuando lleguemos, en las riad no
tenemos médicos.

Tampoco es que un cambiante necesitase uno a no ser que fuera
para amputar.

 ¿Qué es riad? ¿Me suena a pueblo tal vez?

Él negó diciéndole que era el conjunto de tiendas donde vivía su
pueblo, por no decirle la verdad, que unos doscientos cambiantes
vivían alejados de la humanidad allí tras ser liberados porque no
soportaban el contacto con los humanos ¿Ella recordaría algo más?
A él le gustaría saber su edad, parecía muy joven. La sentó e insto
a entrar arrastrando sus preciosas nalgas hasta el otro extremo del
asiento, cuando llegaron a la entrada de las tiendas y la ayudó a
bajar pudo sentir él a varios miembros de la manada tras las lonas
de las tiendas, siguió su paso junto a ella, hasta la suya, haciéndola
entrar y observando que ya la habían fotografiado, el destello del
sol en una lente se lo confirmó. Tras quedarse quieto al observarla
contemplar la enorme cama sobre una alfombra que cubría el suelo
hasta la entrada de la tienda torció sus ojos para ver una mesa más
grande que la que él tenía con dos grandes sillas, ésta era alargada
y tenía siete de diferentes colores, pero grandes para ella, él fue al
baño y comprobó que habían dejado algunas cosas para ella.

 Detrás de aquel biombo tienes una puerta que da a un baño
grande que comparto con mis hermanos, deberás esperar a que yo
compruebe que ninguno este dentro cuando desees ducharte o
hacer otras cosas, tienes ropa y cuando quieras puedo traerte algo
de comida, en esa nevera tienes cualquier bebida que desees.

Él carraspeó, se movió hacia un aparato de aire acondicionado y
tras pulsarlo se sentó en una de las grandes sillas, dejando que el
aire que salía de allí lo refrescara, la observó ponerse sobre los
dedos de sus pies varias veces hasta que se volvió mirándolo
detenidamente, moviéndose con pasos de cervatillo hacia él,
provocándolo sin saberlo.

 ¿No tienes calor? Podrías quitarte la capucha y el pañuelo,
deben hacer como cuarenta grados aquí.

Lara puso sus manos en la capucha de él, la quitó con rapidez y
sujetó el pañuelo justo en el momento en el que él negaba cogiendo
sus muñecas, la hizo apartarse y se alejó de allí, Lara se quedó
completamente sola durante horas y no lo vio regresar hasta que la
oscuridad estaba bien presente dentro de la tienda, ella estaba
sentada en los pies de la cama mirando hacia el cuarto de baño y
saltó al escuchar la voz oscura que salió de él.

 Puedes entrar si lo deseas, mis cinco hermanos permanecen
fuera de sus jaimas.

Ella torció su mirada hacia la puerta, pero tuvo que volver su
mirada hacia el baño al ver la espada de él delante de la puerta del
baño, mientras accionaba una luz sobre esta, la abrió y ella pudo
ver cuatro lavabos juntos, duchas y váteres separados por paredes
de madera.

 La ropa sigue tendida detrás, para que te pongas la ropa que
deseas yo te pondré la mesa.

Se apartó de la tenue luz y se movió por la oscuridad de la gran
tienda hasta llegar a la puerta de cortinas a la calle.

 Por favor no te retrases, no me gustaría que la cena se te
enfriase, podrías enfermar.

La luz del baño se encendió sola nada más entrar ella dentro, se
observó en el espejo, tratando de recordar algo, cualquier cosa,
pero solo consiguió comenzar a angustiarse, sintiendo que se
quedaba sin aliento al no recordar nada de su propia vida, varios
ruidos la hicieron volver a la realidad y se movió a la ducha,
dejándose llevar por la histeria y los sollozos silenciosos.

 No estés triste, acabarás recordando tu vida.

Ella negó hasta sentir que la rodeaban unos fuertes brazos, los
observó, viendo lo fuerte que estaban, cubiertos de vello, con
algunas manchas y profundas heridas.

 Voy a empaparte.

Jasim besó su nuca tras soltar varios siseos bajos, apagó en agua y
la envolvió en una toalla súper suave.

 Acabarás recordando, tranquila.

Él la cogió entre sus brazos sin hacer esfuerzo alguno, la apretó a
su cuerpo, llevándola hasta la gran cama.

 ¿Podrías apagar el aire? Tengo frío.

Cuando Lara observó la espalda de Jasim no puedo evitar ver sus
brazos por detrás, tenían cicatrices, ella apartó la mirada y justo en
ese momento le vino un recuerdo, de un hombre mayor que
cojeaba, llevaba un bañador amarillo y podía ver su cadera y pierna
izquierda repleta de marcas y cicatrices que habían destrozado su
piel hasta hacer que la cojera fuera severa y apenas pudiera
mantenerse en pie por mucho tiempo, escuchó a Jasim llamarla y
su recuerdo comenzó a borrarse.

 ¿Lara?

Ella soltó sus dedos de la toalla y bajó la mirada al ver sus nudillos
blancos. La toalla cubría apenas su cuerpo, alzó la mirada para ver
a Jasim cerca de la mesa en la que un gran plato cubierto con una
graciosa tapa que le hacía parecer un jarrón estaba junto a una jarra
con un vaso muy bonito de flores.

 He tenido un recuerdo, un hombre, pero no me era familiar
creo.

Volvió a bajar su mirada hacia sus piernas, viendo toda una de sus
caderas desnudas, estuvo tratando de seguir ese recuerdo hasta que
sintió que comenzaba a marearse.

 Trata de calmarte Lara, poco a poco, no te presiones.

Observó a Jasim con una leve sonrisa, viéndolo poner una chilaba
roja sobre una de las sillas.

 No puedo ofrecerte nada más que ropas de mis hermanos y
mías, las hembras están en la ciudad disfrutando unos días más de
lo que sea que hagan.

Lara se quedó boquiabierta al escucharlo decir hembras, lo observó
moverse hasta la entrada de la tienda o riad y medio volverse bajo
la luz de la luna.

 Volveré pronto, dejaré que te cambies.

Cuando ella se sentó en la silla vestida él volvió moviendo las
cortinas, parecía que casi había escuchado cada movimiento que
ella había hecho hasta sentarse, agachando su gran cuerpo, apenas
podía verlo entre las sombras de la tienda, fuera no había luz
ninguna salvo la de las estrellas y la luna, por lo que la luz que él
había dejado encendida cerca del baño era la única que los
iluminaba, escuchó que llenaba el vaso y que quitaba la tapadera
del gran plato.

 No sabía que beberías, te he puesto un zumo, tienes un
cubierto cerca de tu mano derecha, comeré contigo, he separado la
comida porque yo como con las manos y me gusta la carne poco
cocinada.

Ella trató de mover su mano lentamente por la mesa, sin ser capaz
de localizar el cubierto hasta que él sujetó su muñeca y la guio
dejándola boquiabierta.

 No veo bien, no veo lo que como, ni el vaso.

Nada sucedió por unos instantes, hasta que él encendió una luz
cerca de la salida, iluminando la mesa y toda la tienda.

 Cuando duermas volveré a recoger todo.

Ella negó tratando de hacerlo volver, pero nada, se cruzó de brazos
y piernas al escucharlo gruñirle claramente que se quedase dentro
de la tienda por su bien.

 Abdel Asad nos ha pedido que tengamos paciencia, que
esperemos a que ellos comprueben en todas las televisiones de
habla hispana si la están buscando, igual ella recupera antes la
memoria.

Jasim se dejó caer en una de las cómodas sillas que rodeaban una
mesa baja repleta de cervezas, una bebida que les había encantado
nada más salir de sus encierros, otros cambiantes adoraban muchas
cosas más, desde tabacos a manejar negocios fuertes como los
cambiantes a zorro que liberaron con ellos y que regentaban clubes
de prostitución humana para vampiros y gárgolas, otros se habían
decidido a seguir una vida tranquila, otros ayudaban en las grandes
urbanizaciones de cambiantes en las ciudades o mansiones.

 Dijiste hembras delante de la humana, debes procesar mejor
tus palabras.

Ayham le recriminó e incluso insistió en que dejara que la humana
lo viera, haciendo que enfureciera cogiendo una helada cerveza de
una cubeta de hielo. Ellos siguieron bebiendo y hablando, la bebida
no emborrachaba a un cambiante con mucha rapidez y se
necesitaban bastantes litros de una bebida fuerte para que uno de
ellos lo hiciera, se quedaron completamente paralizados al abrir
unos botellines y ver a Lara fuera de la tienda, andaba con las
yemas de los dedos de una de sus manos en la superficie de la
tienda y miraba al suelo mientras que se abrazaba bajo sus grandes
pechos a sí misma.

 ¿Vas a alguna parte Lara?

Ella saltó al escuchar la voz de Jasim, torció su rostro hacia atrás y
delante varias veces, haciendo que su largo cabello castaño rojizo
se removiera.

 A cualquier parte maldita sea, parezco una presa dentro de
esa tienda, quiero ir a mi casa donde quiera que este y recordar mi
vida.

Jasim terminó de varios tragos su cerveza, alzándose llegó hasta la
espalda de ella, hablando cerca de su oído.

 Es peligroso, esos tipos calcinados podrían ser unos asesinos
o a saber.

Ella se horrorizó ante sus palabras.

 No recuerdo que nadie me odiase hasta querer matarme.

Se volvió encarando a Jasim, haciendo que sus frentes chocaran un
poco al igual que sus labios.

 No pienso seguir sola con mis pensamientos en medio del
desierto hasta que a usted se le antoje sacarme de aquí.

Él rodeó con sus brazos la cintura de Lara, haciéndola revolverse
tratando de salir de su agarre, llamando la atención de varios
machos cambiantes que pasaban por allí.

 Una humana dentro de nuestras jaimas, debe irse.

Jasim sujetó las muñecas de Lara, haciéndola cruzarlas mientras la
arrastraba hasta la tienda a pesar de ella resistirse, las voces de los
cambiantes siguieron, sus hermanos trataron de calmar los ánimos
sin conseguir que una pelea se formase fuera y él simplemente
soltó a Lara en la cama, haciéndola caer sobre sus manos, viéndola
volverse llevándose una mano a los labios.

 ¡Te prohíbo que me mires!

Ella jadeaba angustiada, tratando de alcanzar algún pensamiento en
su cabeza, pero él se volvió, alejándose hasta la salida de la tienda.

 ¡Permanecerás aquí! Así lo hemos decidido mis hermanos y
yo, si sales tu vida correrá peligro.

Los ruidos animales comenzaron a aumentar y Lara se quedó a
oscuras nada más salir él de la tienda, sus ojos se empaparon de
espesas lágrimas que descendían hasta su barbilla, ella se dejó caer
entre las almohadas, tumbada boca arriba, no podía calcular el
tiempo que los ruidos animales estuvieron sonando, pero cuando
pensaba que lo peor iba a llegar tras sonar golpes y sonidos de
desgarros un fuerte disparo casi la ensordeció y ella simplemente
comenzó a temblar de pánico, frío, nerviosismo y con un fuerte
recuerdo del tipo cojo que la observaba negando en un traje
chaqueta rodeado de hombres y una mujer joven rellenita y repleta
de tatuajes. Un cuerpo caliente se puso junto a ella y otro al otro
lado con una manta sobre ella, sisearon, pero cubrieron sus labios
al ella intentar chillar.

 Llevas dormida un buen tiempo, estás helada, tus labios
estaban de un profundo morado cuando entré, mi hermano Alim
está junto a ti, no tardaremos en darte calor.

Soltaron sus labios y ella simplemente castañeó con los dientes
mientras se abrazaba a sí misma.

 No hemos querido desnudarte aunque hubiera sido lo mejor.

Llevando una de sus manos hasta el cuerpo de Jasim recorrió
varios de sus abdominales con las yemas de sus dedos y llegó hasta
uno de sus pectorales, lo sintió moverse y detuvo su toque,
moviendo su mano un poco fuera de él al sentirlo moverse, pero
Jasim se lo impidió cogiendo su muñeca.

 Puedes seguir, puedes tocar todo lo que quieras, es muy
agradable.

No lo hizo y él se arrepintió de haberse movido por la incomodidad
de su polla apretando en su calzoncillo, seguramente ella sentía
que su polla estaba empapada en su cadera, él sentía la humedad.

 ¿Por qué parecía que había un zoo fuera antes?

Todo se quedó en silencio al ellos no saber lo que decirle, la
imagen de un zoo donde varias panteras se mantenían a la sombra
de un enorme árbol, ella estaba tras una cristalera y no pudo evitar
acercarse al cristal para para verse el vestido amarillo precioso que
llevaba puesto, sus largos cabellos estaban a cada lado de su
cabeza en dos coletas y estaban sujetos por unos preciosos y
grandes lazos rojos, ella contempló su rostro de niña de no más de
siete años, una mano se puso en su hombro y ella puso la suya
sobre esta, subió su mirada para ver a un hombre mayor de unos
cuarenta años mirarla sonriente con un grueso puro entre los
dientes.

 Papa.

Ese hombre no albergaba en Lara ese sentimiento al volver en si
misma soltando varios jadeos ahogados, dos gruesos brazos
envolvieron su cuerpo y las yemas de dos dedos limpiaron sus
mejillas, ya que por ellas se deslizaban gruesas lágrimas, tras
limpiarla bajaron toques por su piel y ella tuvo que jadear al sentir
que los dos tiraban de la tela de la chilaba que llevaba puesta hasta
destrozarla y tirarla lo más lejos posible.

 Estabas empapada de sudor.

Lara cruzo sus brazos sobre sus pechos y trató de incrustarse en el
colchón esperando poder desaparecer.

 En nosotros es muy común sentirse bien desnudos, no debes
sentir timidez.

Alim sujetó sus muñecas bajo la manta, tratando de hacerla bajar
los brazos.

 Cielos, que vergüenza.

Su cuerpo desnudo tocaba completamente el de Alim al igual que
el de Jasim y como ambos se movían, ella no sabía si se sentía más
excitada que avergonzada.

 Me pone nervioso que seas tan poco abierta con tu precioso
cuerpo.

Alim no podía olvidar la imagen que vio junto a sus hermanos al
entrar en la tienda, ella llevaba una chilaba roja de Abdul, de media
manga, la parte baja de la tela que debía quedar en sus pies estaba
subida por sus preciosos muslos hasta llegar a enseñar su preciosa
vagina afeitada. Alim pudo sentir que sus labios goteaban como su
polla, la mente de él se puso a trabajar con rapidez, imaginándola
sobre él, rastrillando esos gruesos labios vaginales por su maldita
polla gruesa y larga, esos preciosos labios se abrirían y brillarían
con los líquidos de ambos mezclados.

 Yo no tengo que ser abierta, dos tipos que no conozco me
rodean desnudos en una maldita cama.

Ella sujetó la manta y chilló furiosa mientras se movía cubriéndose
los costados, haciendo que ambos perdieran el contacto de la piel
de ella, ambos dejaron la cama y ella se puso de lado, escuchando
las cortinas de la tienda abrirse varias veces y después el silencio,
tardó muchísimo en quedarse dormida. Cuando quiso hacerlo ya
estaba amaneciendo, varios ruidos la hicieron alarmarse y se
incorporó en la cama angustiada observando que su cuerpo estaba
completamente cubierta de sudor, estaba empapada, se movió con
rapidez hasta el baño, entrando hasta una ducha y al salir algo
mejor cogió una toalla gruesa blanca, poniéndosela por delante,
saliendo a la tienda, llegó hasta chocar con las piernas en la cama,
comenzó a secarse y con sus propios dedos se peinó, poniendo una
de sus rodillas en el colchón se dejó caer de nalgas, alzando la
cabeza para dejar a su cabello caer libremente por su espalda hasta
sus nalgas, sintiendo sus pechos saltar animados, unas sombras
llamaron su atención y ella no pudo evitar cubrirse de nuevo al ver
a seis tipos mirarla desde la mesa en la que ella había cenado.

 De…. Des… Desayuno.

La voz animal que salió de los labios de uno de ellos la hizo
acojonarse literalmente y que ellos acabaran de verle hasta el alma
yo ayudaba en nada a calmar los temblores que comenzaron a
zarandear su cuerpo, haciéndole pasar por su mente un recuerdo
doloroso, unos brazos fuertes la rodearon y unos labios besaron
una de sus mejillas tratando de reconfortarla, pero ella se inclinó
hasta quedar su cabeza entre sus rodillas, estuvo un tiempo
llorando, viendo las lágrimas empapar la alfombra e incluso sus
pies, cuando se alzó miró hacia el rostro de Jasim, sabía que era él
y ella no pudo evitar llevar ambas manos al pañuelo que cubría su
rostro, bajándolo hasta quedar su rostro completamente visible. Él
no hizo nada más que cerras sus ojos por el que uno de ellos tenía
la piel cortada, no haciéndolo parecer más feo, si no más serio e
incluso furioso, ella siguió quitando el pañuelo hasta dejar su piel
desnuda, lo único que cubría su cuerpo era la chilaba que hacia un
cuello en uve.

 Tienes malos recuerdos que tu mente quiere ocultar.

Lara se quedó con el pañuelo en sus manos, retorciéndolo sobre su
cuerpo desnudo, observando a otro de los hermanos coger la toalla
mojada y lanzarla al baño.

 ¿Qué recuerdo tuviste?

Alzando la mirada hacia los hermanos de Jasim y después a él
soltando una negativa.

 Por favor, acabo de mostrarte mi rostro.

Tras seguir intentándolo ella asintió.

 Estaba con un chico en mi casa, tenía sentimientos por él
muy fuertes, no sé porque no había nadie vigilándonos, vivo en esa
misma casa, recuerdo el salón, hacía frío, yo lo había invitado a
estar conmigo.

Jasim apretó sus manos sobre el colchón, escuchándolo comenzar a
rasgarse.

 Comenzamos a beber, nos fuimos tocando, pero tardaron en
llamar a la puerta y él fue a abrir, era un pasillo largo y yo pude ver
a cuatro chicos entrar mientras él me señalaba y decía claramente
que iban a divertirse, corrí hasta quedarme sin aliento entrando en
una habitación que podía sellarse por dentro, active las cámaras
que había desactivado porque él me dijo que lo hiciera y cuando
quiso llegar la policía ya habían robado y destrozado muchas cosas
de la casa.

Él trataba de apartar de sus ojos la niebla roja y grisácea que lo
consumía, sus hermanos estaban igual que él por sus profundos
gruñidos, las yemas de los dedos de Lara sobre su brazo le hicieron
una caricia tan suave y pura que él no pudo evitar soltar un
ronroneo mientras que su piel se erizaba completamente.

 ¿Qué sois?

Jasim alzó la mirada hasta ella, manteniendo sus ojos blanquecinos
con los marrones de ella, después deslizó su mirada por ella,
viendo sus manos sobre sus pechos, mientras ella sujetaba su
pañuelo, uno que apenas cubría su cuerpo, dejaba a la vista sus
caderas y parte de sus piernas, de sus rodillas para abajo ya no
cubría nada y encima el pañuelo se doblaba mágicamente entre sus
piernas, haciéndole resaltar más su coño.

 Somos cambiantes, todos los que vivimos en las jaimas lo
somos.

Lara puso sus gruesos labios como los de un pez, respirando
sorprendida, entre la confusión y la sorpresa.

 ¿A qué podéis cambiar? ¿Puedo verlo?

Él apretó la mandíbula, no dijo nada y sus hermanos tampoco,
simplemente la dejaron rogar varias veces hasta que él se alzó
dejándola boquiabierta ante su gran tamaño y corpulencia.

 Tengo que desnudarme para mostrártelo, no me siento
cómodo haciéndolo vestido y me resultaría casi imposible.

Esas palabras hicieron que hasta el pecho de Lara se pusiera rojo
mientras asentía. Vio como Jasim subía su chilaba mostrando sus
enormes piernas musculosas, algunas cicatrices dibujaban su piel
hasta sus calzoncillos y después de ver el dobladillo de la marca
lobo de él no pudo evitar morderse los labios al ver sus ocho
malditos y comestibles abdominales. También tenían cicatrices que
algunas profundizaban bastante en sus perfectas ocho onzas, pero
Lara no dudaría en recorrer cada una de ellas con su maldita
lengua. Después pudo ver sus pectorales, estaban bien trabajados,
sus malditos brazos al contorsionarse estaban duros, musculosos, él
era puro músculo y verlo sujetar la cinturilla de su calzoncillo la
hizo sonrojarse, apartó unos instantes la mirada de los calzoncillos
y la alzó hasta los ojos de él, viéndolo mirarla ardientemente.

 ¿No, no tenéis vello?

Él negó con una sonrisa de dientes afilados y colmillos alargados.

 Nuestra raza solamente en la barba y cabello, pero no creas
que es una alegría, solamente lo es porque en el resto del cuerpo no
lo hace igual, es un castigo, crece mucho, en tres meses puedo
tener la barba que un humano tendría en un par de años y lo mismo
pasa con mi pelo.

Lara estaba completamente embobada mirándolo detenido ante ella
unos instantes.

 ¿Y tú cuerpo? Estas muy en forma.

Él sonrió orgulloso, alzando el rostro.

 Estuve mucho tiempo junto a mis hermanos y el resto de los
que vivimos aquí retenidos y sabemos cómo y porque debemos
mantenernos en forma.

Lara lo vio moverse y agacharse con sus calzoncillos entre sus
gruesos dedos de las manos, salió del calzoncillo, dejándole a ella
ver su espalda destrozada a latigazos, sintiendo que uno de sus ojos
se empapaba y después se quedó boquiabierta al mover sus ojos
hasta su polla, llevó ambas manos a sus labios al verla moverse un
poco y liberar algo de crema trasparente y ella sintió que su coño
ardía. Debía de medir veinticinco centímetros y llegaba hasta su
ombligo, era gruesa, tanto que ella necesitaría sus dos manos para
poder cogerla bien, aquel pensamiento la hizo enrojecer y bajar la
mirada.

 Mírame.

Ella negó llevando una de sus manos hasta una de sus mejillas.

 ¡Lara!

Cuando sus ojos se pusieron en contacto con los de él no tardó en
verlo ponerse de cuclillas y finalmente sobre sus manos y pies en
el suelo de alfombra, las manos, los brazos, el pecho, la espalda,
las piernas y pies de él fueron cambiando, primero vello negro
empezó a salir de su carne y ella no pudo evitar mirarlo a los ojos
unos instantes, viendo su rostro cambiar, su nariz se alargó,
haciéndose más ancha y puso negra hasta la punta que cambió a un
tono rosado, sus labios tenían bigotes y su rostro vello negro, lo
contempló entero y ante ella una pantera la miraba, apoyada sobre
sus patas delanteras y sobre las de atrás que mantenía dobladas,
algo asustó a Jasim y ella escuchó unos pitidos fuertes comenzar,
era una alarma.

 Quédate con ella Jasim.

Lara observó a varios cambiantes entrar agachados en la tienda,
mirándola unos instantes antes de comenzar a hablar en un árabe
claro que ella comprendía para su propio asombro.

 Humanos atacar las mansiones de los leones y de los
hermanos Asad, las demás manadas de otras jaimas acuden en su
ayuda y piden refuerzos.

Ella se encogió al ver a los enormes cambiantes mirarla con
fiereza, sus ojos negros bordeados de rojo mostraban enfado, pero
se movieron con rapidez seguidos del resto de hermanos de Jasim
que subió a la cama y se puso tras ella lamiendo su hombro y
cuello con una lengua muy áspera que la hizo estremecerse.

 Podría lamerte hasta llegar a tus huesos.

Se quedó completamente quieta al sentir el pelaje cambiar detrás
de ella y recorrer su espalda con las yemas de sus diez dedos
humanos.

 Me gusta tu carne, suave, algo morena, con un dulce olor
indescriptible, pero fresco.

Ella jadeó al sentirlo lamer desde casi encima de la raja de su culo
lentamente, teniendo que sujetarla para que ella no huyera, lo hizo
lentamente hasta llegar a su cuello donde le hizo sentir sus afilados
dientes recorrer desde ahí hasta el lóbulo de su oreja donde sorbió
haciéndola gemir completamente excitada, la sintió liberarse y
levantarse, dejándole ver sus gruesas nalgas que terminaron de
hacerlo volverse loco.

 Quiero meterme dentro de todos tus agujeros y llenarte de mí
hasta ver como rebosas mi semilla.

Lara se cubrió mientras se volvía, observando a Jasim tumbado de
lado en la cama, con su maldita y humedecida polla llegando sobre
su cadera.

 ¿Qué si tengo novio?

Jasim rodeó su cuerpo con la mirada, deteniéndose en sus pechos y
en su coño pudiendo verlo a través de la tela que apenas dejaba
nada sin poder verse.

 Si un macho te hubiera dado placer lo habrías recordado ya
pequeña humana.

Él alargó su brazo tratando de alcanzarla, soltando un gruñido al
golpearlo ella con fuerza en la mano, haciéndole sentir su rechazo.


 Tú me deseas, puedo oler tu crema pulsar empapando todos
tus labios desde aquí, dame a probarla, no te tendré sin mis
hermanos, solo quiero saborearte.

Lara caminó hacia atrás hasta golpear con su espalda la puerta del
baño y entró dejándose caer de culo en el suelo, escuchando un
arañazo por toda la puerta, jadeaba angustiada, escuchando las
palabras medio salvajes que salían por sus labios.

 No te dañaré, dame de tu dulce, cuidaremos de ti.

Ella chilló una negativa, escuchado después un ronroneo bajo.

 Por favor aléjate de mí.

Nada más se escuchó después de sus palabras, ella simplemente se
levantó cuando sus nalgas se estaban quedando dormidas, abrió la
puerta del dormitorio y llegó hasta la mesa puesta viendo comida,
él habría retirado los platos de sus hermanos y dejado solamente el
de ella, una nota estaba sobre la mesa y decía claramente que no
volvería, había dejado comida suficiente para que ella desayunase
y comiese sola y para su asombro delante de los platos había una
pantalla con un mando, él había pegado otra nota diciéndole que
tenían televisión por satélite, sin saberlo comenzó a cambiar tras
localizar más de mil canales, muchos idiomas no los entendía,
otros sí, tras dejar unos dibujos animados, desayunó un poco de
fruta con un café muy fuerte y siguió cambiando de canales hasta
verse a sí misma en una gran pantalla, no pudo evitar acercarse y
subir el volumen, la presentadora llevaba un vestido de tubo rojo y
su cabello rubio estaba peinado en un tocado perfecto lleno de laca.

• Bienvenidos preciosidades una vez más al programa
número uno de la televisión española, amor amor. Se sigue sin
saber el paradero de Lara Sonoky, hija de la famosa bailarina
fallecida Ana Sonoky que tuvo un romance estando casada con
el Barón Turkien quien no pudo nunca tener hijos. Ella falleció
hace apenas unos años, el famoso Barón acogió como suya
propia a Lara que no sabía que no era su verdadero padre
hasta que su madre se lo contó días antes de su muerte, el
Barón desapareció en extra circunstancias junto a su chófer de
confianza hace apenas unos meses. Recordamos que Lara trata
de llevar al tribunal para unas pruebas de paternidad a un
reconocido doctor de nuestro país quien sería su padre si se
confirmase, el famoso doctor que trata de hallar curas a todas
las enfermedades que tenemos las personas se niega a hacer
cualquier prueba de paternidad afirmando que solo tiene una
hija con su difunta esposa…

Lara sintió que se desvanecía al ver imágenes de su madre, de su
verdadero padre hablando furioso ante la prensa y de su padrastro,
se puso tensa, llevó sus manos temblorosas hasta los lados de su
cabeza tratando de recordar el nombre de su verdadero padre y
cayó de lado al suelo con un golpe seco, su vida comenzó a pasarle
en un sueño largo.

 Jalil y Fadel vienen de camino.

Jasim tenía a Lara rodeada con sus grandes brazos, no estaba nunca
lejos de la riad, pero hoy había salido a correr en su forma de
pantera, varios cambiantes lo buscaron hasta bien entrada la noche
y avisaron con rapidez del tremendo golpe que habían escuchado,
haciendo que él corriera con todas sus fuerzas hasta dentro de su
tienda, viendo el cuerpo de Lara tendido en el suelo.

 ¿Qué ha sucedido?

Ningún cambiante podía decirle nada con exactitud, desde la
tremenda pelea que se había formado el día anterior tras descubrir
a la humana ningún cambiante se había atrevido a llegar o pasar
cerca de las tiendas de los hermanos.

 ¿Cómo pueden tardar tanto?

Jasim soltó aquellas palabras furiosas entre los dientes, deseaba
maldecir en todos los idiomas que sabía a todos los que lo
rodeaban, enseñando los colmillos sin poder evitarlo acunaba a
Lara, una caricia suave que siempre sabría quien se la daba llamó
su atención y al bajar su mirada Lara lo observaba con una media
sonrisa que le hincho el corazón y la maldita polla.

 Me estás clavando tu pene en la espalda.

Varias risas bajas hicieron a Jasim gruñir con fuerza, haciendo a
Lara saltar asustada.

 Ahora vienen amigos a verte, médicos muy buenos.

Ella podía sentir que Jasim estaba tenso por como subía y bajaba
su pecho golpeando contra su brazo, apenas podía verlo entre las
sombras de la tienda o riad. Él la levantó sin esfuerzo alguno y la
puso en la cama, cubriéndola con rapidez con una sábana al
escuchar las gruesas cortinas de la entrada y unos carraspeos para
llamar su atención, observó detenidos a los dos hermanos médicos,
mirando a sus propios pies, tenían la barbilla completamente
pegada a sus pechos, pidiendo poder ver a Lara.

 ¿También son cambiantes?

Jasim asintió, llevó sus labios al oído de Lara susurrando que eran
los doctores, que también eran cambiantes, se levantó llegando a
Jalil y Fadel, cogiendo las manos de ambos con un apretón que
destrozaría la mano de cualquier humano.

 ¿A que cambian?

Jasim se tensó al encender la luz, se movió hacia una sombra de la
estancia y observó todo detenidamente.

 Cambiamos a dos razas, podemos hacerlo a coyote y muy
pocas veces a hiena, nuestra madre lleva un poco de sangre
cambiante en su ADN y eso hizo que al emparejarse con nuestros
padres heredásemos esa característica.

Ambos doctores se pusieron de espaldas instándola a ponerse
desnuda en la cama, que se cubriera con una sábana de nalgas para
abajo para ver su herida y cuando finalmente lo hizo con ayuda de
un Jasim que gruñía hacia ambos doctores que se sorprendieron
ante el buen trabajo que había hecho Jasim sonrieron, lo miraron
en las sombras de la tienda, viendo como contemplaba a la
humana.

 Hiciste un trabajo excelente Jasim.

Los dos enredaron en la herida de Lara, alrededor de ella,
comprobando que no supurase o hubiese nada dentro.

 Debe tomar medicación para evitar una posible infección,
vierte un poco de pus, y para el dolor también debería, veremos
ahora su cabeza.

Movieron su cabello, enredaron con las yemas de sus dedos en la
carne de ella haciéndola gemir y a Jasim enfurecerse clavando sus
uñas que fueron cambiando a garras en las palmas de sus manos,
cuando la instaron a volverse la hicieron seguir una luz con los
ojos tras quedar a oscuras la tienda.

 ¿Te atrae la humana?

Jasim asintió a Fadel mientras observaban ambos a Jalil hablar con
Lara.

 Es una humana muy joven, no debe tener más de veinticinco
años ¿No llevaba consigo nada con lo que poder comprobarlo?

Él negó muy sorprendido, mirando a Lara detenidamente,
comprobando lo que su mente no quería decirle.

 No os vengáis abajo, ella te busca con la mirada, le atraes,
calma tus malos pensamientos y trata de decidir si deseas
conservarla junto a tus hermanos ¡Eh! La edad no importa,
vosotros le daréis lo que cualquier humano nunca podría darle.

Jasim alzó almas manos convertidas en garras negando furioso.

 Los seis no podemos retenerla en el desierto, algún día
recuperará la memoria y deseará volver a su vida y si no se cansará
de vivir en un desierto tarde o temprano.

Fadel cogió su hombro negando hacia él.

 Sabes que la urbanización que se está construyendo cerca de
la casa de los hermanos Asad siempre tiene viviendas disponibles
para cualquier tipo de cambiante, puedes llegar allí, comprobar lo
felices que son las hembras emparejadas con varios de los nuestros
y decidir.

Jasim se quedó con la duda todo el tiempo que estuvieron los
doctores allí examinando a Lara y tras tomar unas cervezas y
verlos marchar volvió a la tienda, viendo a Lara desnuda y tapada
con la simple sábana blanca, observando la televisión que había
torcido hacia la cama. Se detuvo unos instantes al ver lo excitada
que estaba e ida, no prestaba atención a anda que no fuera lo que
estaba viendo, se movió cerca de la cama para verla más de cerca
con las mejillas completamente rojas y los labios algo hinchados,
él torció su mirada hacia la televisión, llegando con su cuerpo hasta
tocar con las rodillas las cama, dos tipos grandes y tatuados se
estaban follando a una rubia delgaducha con muchas tetas y otro se
follaba su boca.

 ¿Qué?

Lara saltó hasta él, sujetando su calzoncillo, entrando una de sus
suaves manos hasta su polla, sujetándola y soltando un jadeo.

 Casi toda mi vida ha pasado por mi mente y no tengo a nadie
Jasim, estoy completamente sola, quiero estar contigo.

Él agarró sus hombros torciendo su rostro hacia atrás, soltando
negativas entre gruñidos de placer mientras la sentía tocar con la
punta de su lengua su polla, cogiendo su líquido de excitación.

 Lara, yo solo no puedo tenerte.

Ella se alzó mirándolo directamente a sus ojos, sujetando su polla
con su otra mano y llevando las yemas de los dedos de la otra
empapados de él, de su líquido transparente a sus labios para
saborearlo, eso hizo que él apretara sus dientes afilados y que sus
manos que convirtieran en malditas zarpas.

 De… debes detenerte Lara.

Trato de sujetarla, pero ella se tumbó boca abajo rápidamente en el
colchón, llevando ambas manos hasta su polla y después sus
gruesos labios, haciendo a Jasim caer sobre sus manos en el
colchón, sintiéndola entrar todo lo que podía de su tamaño en lo
más profundo de su garganta.

 Detente Lara.

Al abrir sus ojos observó lo cerca que tenía los muslos apretados
de ella y no pudo evitar meter sus manos entre ellos, haciéndola
abrirse, observó su coño unos instantes antes de que ella
succionara más de él, hasta casi tragarlo entero y Jasim no pudo
evitar comenzar a mover lentamente la cintura, bajó sus labios
hasta su coño expuesto, besando sus dos labios, arrastrando su
lengua por su clítoris hasta ver su crema brillante salir por su coño,
haciéndole arrastrarse hasta allí, profundizando en ella, llevó uno
de sus dedos hasta su crema y después a su ano y siguió follándose
con su boca su coño, mientras su dedo corazón no dejaba de entrar
y salir de su ano, él entró otro, sin dejar de profundizar su lengua
en su coño, sintiéndola correrse, alimentándolo de un manjar que
jamás había saboreado, él trato de salirse de ella, pero Lara le negó
ansiosa siguiendo su ritmo.

 Me corro muy fuerte Lara, podría ahogarte.

Él siguió meciéndose, llevando su puño cerrado a sus labios,
mordiéndose con dureza al comenzar a inundarle la garganta de
crema, agarró su cuello con sus dos manos, mientras una de ellas,
la mordida se curaba con rapidez y observó una de las mejores
imágenes que en sus sueños le perseguiría por el resto de su
maldita vida, ella tragando todo de él, mientras sus movimientos se
iban reduciendo hasta poder sacar su miembro de ella, viendo sus
labios enrojecidos al igual que su coño.

 Fóllame.

Jasim observó a Lara llevando sus dos manos hasta sus pechos, la
vio acariciándoselos y pellizcárselos hasta dejarlos completamente
tiesos y negó al verla mirarlo, retrocedió al verla tratar de coger su
polla de nuevo, siguió retrocediendo al verla ponerse sobre sus pies
y seguirlo.

 Cálmate pequeña, podrías arrepentirte.

Ella negó.

 Nunca lo haré, quiero sentirte.

Jasim sujetó una cuerda que había cerca de la entrada de la tienda y
sin ningún esfuerzo la puso de espaldas y movió hasta la cama,
haciendo que sus nalgas flotaran en el aire.

 No me hagas esto Jasim.

Simplemente la dejó en la cama, justo en el centro, sin que pudiera
hacer nada, con sus manos atadas a la espalda.

 Puedo darte algo per…

Lara lo hizo callar con un siseo furioso.

 No quiero a tus hermanos, no los conozco tanto, te quiero a ti
jodido gato.

Jasim soltó un jadeo nervioso, mirando hacia ella mientras
desenredaba su cabello, lo peinaba con sus dedos y volvía a
enredárselo en la coleta.

 Los cambiantes no podemos vivir sin compartir a nuestras
hembras Lara.

Ella negó, enrabietó al imaginarse que se la follaría cualquiera que
él quisiera, comenzó a insultarlo.


 No será así Lara, solamente tocaremos tu cuerpo mis
hermanos y yo, ningún otro macho lo hará, serás nuestra para
siempre.

Jasim cargó sus muslos, subió a la cama son rapidez y se puso
delante de ella, observando como su polla daba sombra en uno de
los labios vaginales de ella.

 ¿Por qué ahora sí?

Lara torció su rostro avergonzada, recordando todo lo que había
pasado en su vida por culpa de la prensa, sintiendo que nunca
había tenido la vida de una chica normal.

“Quiero hacerlo con un hombre que no sabe quién soy, que me
desee tal y como tú lo haces”

Sintió los dedos callosos de Jasim coger su barbilla haciéndola
torcer su rostro y sus ojos hacia él.

 Hazme tuya.

Lara se mordió el labio observando a Jasim alzarse un poco,
subiendo su fuerte pecho y sus ocho abdominales, lo observó bajar
una de sus manos entre los dos, llegando con sus callosos dedos a
su clítoris, apretándolo con las yemas de su dedos, jugando con el
hasta hacerla casi venirse, viéndola retorcida, rosada y con el rostro
de lado.

 Mírame, no me prives de observar lo más hermoso que me
ha regalado la vida.

Así llegó un gran orgasmos, Lara temblaba y se sacudía de placer,
su piel se erizaba y su coño vertía dulce miel que él llevó a sus
labios, la dejó descansar unos instantes antes de voltearla y golpear
sus nalgas ruidosamente, eran tan grandes que podían acaparar
gran parte de ellas cuando lo hacía.

 Te sacaré las palabras así tenga que llevarte a la tienda que
tenemos preparada para jugar.

Lara se corrió al levantar él una de sus piernas y golpearla varias
veces en la vagina, haciendo que Jasim se quedara completamente
boquiabierto mirándola, la tumbó boca arriba y observó su vagina
palpitando hambrienta, llamando por él.

 Jasim.

Él no pudo más que torcerla mientras se tumbaba y la ponía
completamente abierta de piernas sobre su cuerpo, quedando sus
labios vaginales sobre su miembro.

 Muévete.

Lara bajó la mirada para ver la polla de él asomar por sus labios,
repleta de líquido brillante y no pudo más que negar.

 Su.. u…u… suéltame.

Jasim negó sonriente.

 Muévete sobre mí, haznos llegar sin penetración.

Él sujetó sus caderas y la hizo moverse un poco, haciéndola sentir
cada parte de su coño sobre su gruesa y larga polla.

 Vamos Lara, danos placer, ambos lo necesitamos.

Ella comenzó a moverse lentamente, presionando cada vez más el
sexo de ambos.

 ¿Te gusta la sensación?

Lara jadeó y chillo su asentimiento al sentir las manos de Jasim
sobre sus pechos y ambos se movieron al escuchar varios gruñidos
fuertes, Lara torció su rostro y Jasim alzó la mirada para ver a sus
hermanos mirándolos cerca de la entrada de la tienda, haciendo
que ella jadeara y él sonriera.

 Sigue cabalgando a Jasim pequeña humana.

Lara negó avergonzada, gimió y bajo su mirada hasta su coño
donde Jasim estaba tocando su clítoris haciéndola retorcerse.

 ¡No!

Comenzó a respirar con fuerza y tratar de evitar que él siguiera con
su tortura, pero lo vio incorporarse y llegar con uno de sus dedos
hasta su ano, haciéndola inclinarse sobre su hombro.

 Te morderé.

Jasim ronroneó cerca de su oído haciéndola apretar los dientes
mientras él hundía su dedo corazón dentro de su ano tras coger
crema de su coño, haciéndola perderse y comenzar a seguir su
propio ritmo, ambos comenzaron a respirar con fuerza, Jasim besó
su mejilla y ella no pudo más que torcer su rostro y fundirse con él
en un apasionado beso mientras que ambos se corrían.

 No conozco a tus hermanos de nada, por favor, no todavía.

Jasim tenía a Lara rodeada con sus brazos, respiraba como podía
tratando de recuperarse de su intensa corrida con la nariz pegada a
la piel de Lara, deseando que todo lo que pudiera de su olor se
quedase dentro de él.

 Está bien Lara.

Él observó la televisión unos instantes antes de que Ayham la
apagara y le hablara, sus hermanos y él tuvieron una leve charla,
una que los humanos nunca habían llegado a entender mientras los
mantenían encerrados. Después se marcharon, dejándolo solo con
Lara, soltó sus muñecas y las acarició mientras la tumbaba, se
movió al baño para una ducha rápida, a por un ungüento, cuando
volvió y observó a Lara dormida con su cascada de cabello moreno
esparcida por la cama no pudo remediar la erección dolorosa que
no se le bajó ni pellizcando un poco en su jodida polla. Observó
sus cuchillos sobre la mesa, no pudiendo evitar perderse
acariciándolos, empuñó uno llevándolo a su pecho, comenzó a
clavarlo, sintiendo el inmenso dolor, pero un fuerte gemido le hizo
detenerse.

 ¡Jasim!

La vio levantarse y tocar su corte.


 ¿Por qué?

Al verla cruzar su mirada con él no pudo articular palabra, trató de
retirar el cuchillo de entre ambos, pero rozó la yema de uno de los
dedos de Lara haciéndola quejarse y apartarse.

 Cielos Jasim, me cortaste.

Él cogió la yema de su dedo con sus manos y la llevó hasta sus
labios, chupando su dedo hasta que la herida desapareció, viendo
su rostro sorprendido tras ver aquello y después su pecho también
curado.

 Voy a organizar con mis hermanos una cena, ellos trajeron
ropas de una humana, creaste un gran revuelo pequeña humana, el
resto de humanas emparejadas desean conocerte.

Lara sonrió algo nerviosa, se sentía como en una primera cita y no
pudo evitar ponerse nerviosa al ver las ropas que ponía Jasim sobre
la cama, acercándose hasta él al verlo terminar de poner sobre la
cama un último vestido fresco sonrió.

 La compañera de mis tres buenos amigos dice que puedes
quedarte con lo que quieras y que no le importaría invitarte a salir
de compras un día con varias hembras humanas más en la ciudad.

Ella lo vio hacer una leve inclinación, observó su fornida espalda
mientras se alejaba hasta la salida de la tienda.

 Te estaré esperando fuera.

Lara se aseó un poco y se puso un vestido fresco de un tono verde
aceituna que dejaba toda su espalda al aire, trato de ver algo más
discreto, pero nada cubría su piel mucho, se observó en el baño de
espaldas contemplando su espalda, su herida cosida, sus dos claros
michelines de la espalda, negándose a sí misma varias veces antes
de ver el rostro de Jasim por la puerta del baño.

 Siento decirte que no podía esperar más.

Llevaba una túnica de un tono azul oscuro muy bonito, con un
pañuelo de los mismos tonos, apenas dejaba visible sus labios, sus
ojos y nariz, ella cogió su mano dibujada con cicatrices, la cogió
temblorosa y él tiró de ella hasta casi pegarla a su pecho,
haciéndola sonreír mientras ponía él su frente contra la de ella,
llevando su nariz cerca, haciéndola ponerse de puntillas. Después
salieron de la tienda y él la guio por las dunas hasta que divisaron
en una zona profunda un toldo, era grande, estaba clavado en el
suelo, de las patas subían luces enrolladas de led en tonos azules
oscuros que apenas daban iluminación al lugar y bajo el había una
mesa alargada con muchos platos cubiertos con tapaderas
graciosas, Lara observó los 4X4 que estaban aparcados a un lado y
después hacia los cinco enormes cambiantes que la miraban bajo
las mismas ropas que Jasim, un Jasim que la guio hasta ellos y se
los presentó bajo la luz de las estrellas. Lara vio como Aban hacía
una ligera inclinación hacia ella, mostrando su cabello negro largo
saliendo por el pañuelo, cogió una de sus manos y la besó
haciéndola sonreír, Abdul, Alim, Asim y Ayham una leve
inclinación y la guiaron hasta la mesa, Jasim estaba moviendo la
silla para ella y tras ella poner su gran trasero en el asiento la
acercó hasta dejarla delante del resto de las sillas, donde ellos se
sentaron lentamente, mirándola a través de sus ojos blanquecinos.
Un seguramente cambiante por su aspecto llegó hasta ella con una
cojera severa, tenía los ojos azules oscuros, al igual que su pelo,
abrió la tapadera de su plato y ella le regaló un gracias que le hizo
a él sonreír enseñando sus profundos cortes desde sus labios hasta
sus orejas. Él no dijo nada, simplemente se alejó bajo la atenta
mirada de ella, hasta quedar cerca de otros cambiantes enormes
que debían ser unos siete entre las sombras.


 ¿Quieres que se marchen hu… Lara?

Ella volvió su rostro hacia Aban negando, sus ojos estaban
completamente abiertos y pestañeó bajando la mirada hacia su
plato, viendo sorprendida lo lleno que estaba de comida.

 No puedo comerme todo esto.

Ayham le dijo que comiera lo que deseara y ella simplemente
probó un poco de cada cosa que había en el plato, una carne
enorme con un gran hueso, cuscús que ella reconoció y verduras
cocidas, hasta que sentía que enfermaría si llevase algo más a sus
labios.

 Ellos se llevarán la comida ahora, puede que bestias salvajes
quieran venir por el olor de las sobras.

Lara soltó una carcajada que ellos no comprendieron y ella los
miró limpiándose una lágrima furtiva mientras con su otra mano se
tocaba la barriga llena, mirando hacia el desierto.

 Cielos, seguramente me ponga mala esta noche.

Ella se torció al sentir una nariz en su hombro, chilló al ver a un
tipo respirar en su piel justo antes de que Alim saltara sobre la
mesa haciéndola caer para atrás y ver como se pegaba con el
cambiante.

 ¡Solo quería oler su padecer! No percibí nada.

Lara ahogó un chillido al sentir a Jasim alzarla y rodearla con sus
brazos, ella observaba a Alim golpear al cambiante, haciendo que
las ropas de ambos y los pañuelos se destrozaran.

 ¡Basta!

Ella chilló con todas sus fuerzas, justo en el momento en el que
Alim tenía el puño alzado sobre el rostro del cambiante, viéndolo
golpear la arena con todas sus fuerzas, Lara no pudo más que
jadear entrecortada al ver el musculoso cuerpo de Alim, era
impresionante su cuerpo bañado bajo la luz del sol, Jasim la
mantuvo junto a él hasta que los cambiantes se marcharon, sus
hermanos volvieron a poner la mesa de pie y recogieron las cosas
destrozadas en silencio.

 La humana crea interés, si no desea quedarse con nosotros
debemos alejarla antes de que nos dañe.

Lara se quedó completamente quieta tras las palabras de Abdul,
mirando hacia la nada, recordando las palabras de su padrastro casi
parecidas.

“Deja de intentar hacer a ese hombre que diga que eres su
hija, he cuidado de ti siempre como un verdadero padre, él siempre
supo de ti, pero nunca le importaste Lara, si sigues así te hará
mucho daño, aléjate antes de que eso suceda”

No pudo más que decir Víctor antes de que el rostro del hombre
que debía de ser su padre autentico desapareciera de su
imaginación, sujetando con ambas manos el gran brazo de Jasim lo
hizo soltarla y se apoyó en la mesa tratando de recordar más de
aquello, pero tras desistir observó a los seis enormes cambiantes
mirándola ceñudos.

 Ese hombre, algo sucedió.

Lara puso ambas manos en sus propias mejillas, sintiendo que sus
lágrimas las empapaban, la alzaron y se sintió rodeada por los seis,
con el rostro pegado al impresionante pecho de Jasim.

 No obligues a tu cerebro.

Los hermanos tras escuchar aquel simple nombre se observaron,
comenzaron a mirarse entre ellos, pero no dijeron nada, esperarían
a que ella no estuviera presente.

 ¿Debería acostarme con todos vosotros?

Jasim la apartó un poco de su pecho, haciéndola mirarlo al poner
las yemas de sus dedos bajo su barbilla.

 No lo hagas por despecho Lara, ni por tratar de averiguar
cosas ¿entendido?

Él repitió el entendido al verla bajar la cabeza, cerca de su oído,
viendo la piel de su cuello erizarse.

 Desnúdate y sube a la mesa, demuéstrales como me deseas.

Lara lo miró ceñuda y dudosa hasta que habló entre sus enormes
dientes de pantera.

 ¿Necesitas ayuda?

Negó apartándose de ellos al verlos acercarse rodeándola, bajó las
mangas del vestido que por lo menos habían estado cubriendo sus
enormes brazos, trató de pensar cualquier cosa, pero solo podía
sentir sus malditas majillas arder como el maldito fuego y se
volvió un poco para ver un poco a los seis cambiantes que la
observaban en medio de la nada, justo con la tela del vestido sujeta
sobre sus pechos, tratando de ver en la oscura lejanía a alguien que
los observara.

 Tranquila, nadie salvo nosotros puede verte.

Ella asintió no sintiéndose muy segura, ellos, como si fueran dos y
no seis pensaba Lara, dejando caer el vestido hasta sus caderas y
finalmente hasta sus pies desnudos suspiró, la alfombra que cubría
el suelo no la refrescaba como la arena fresca a esas horas de la
noche por lo que ni el aire frio que se estaba formando la refrescó,
ella ardía y no sabía porque el deseo la estaba quemando desde los
dedos de los pies hasta las puntas de su cabello, se volvió con un
brazo cubriendo sus pechos, con las piernas cruzadas tratando de
cubrirse mientras jadeaba al sentir que no podía ver con claridad.

 Iba en comando.

Lara pudo escuchar con claridad el siseo de Ayham, sonrió
tímidamente y pudo escucharlos cuchichear entre ellos.

 Al no ver con claridad resto de sus sentidos aumentan.

Jasim tocó su codo, ella pudo notar su toque perfectamente y saber
quién era.

 Puedo ayudarte a subir a la mesa.

Lara caminó hacia atrás y chilló un poco al sentir a Jasim cogerla
por las nalgas alzándola, haciendo que ella lo cogiera por los
hombros, agarrándose con fuerza hasta que él puso su culo sobre la
mesa, la calor que desprendía su cuerpo era increíble y ella apoyó
su rostro contra el de Jasim haciendo que el tiempo se detuviera
para los dos.

 Lo harás bien, respira preciosa.

Ella asintió mientras lo sentía apartar su rostro del de ella, él bajó
hasta su pezón y lo mordió con intensidad, haciendo movimientos
con sus dientes y su lengua, haciéndola jadear al sentirlo apoyar su
enorme paquete entre los dos, haciéndola abrirse hasta que su sexo
desnudo y el de él con la chilaba se rozaron, sintiendo que lo
empapaba jadeó, pero él no le permitió moverse llevando sus
enormes manos hasta su espalda, pulsando su cuerpo con las
yemas de sus dedos para ir hasta su otro pezón, torturando su
sensible carne, haciéndola entrar sus dedos por la tela que cubría
gran parte de su rostro, haciéndola desaparecer para ella sujetarse a
su cabello al sentirlo moverse a su otro pezón, dejando al otro
desatendido ser rozado por el aliento frío de la noche, mordisqueó,
estiró y chupó de su pezón hasta dejarla en los bordes del orgasmo.

 No puedo dejarte terminar así, me vaciaría en mis ropas,
además, los demás quieren verte darte placer a ti misma.

Se puso tensa bajo su cuerpo, clavando los dedos de sus manos en
su cabello sujeto en un moño. Ella trató de dar una negativa, pero
él besó sus labios haciéndola callar, siguiéndolo ella comenzó a
rodearlo con sus brazos mientras ambos volvían a pegarse carne
contra carne, hasta que se apartó Jasim, dejándola en aquella
oscuridad que apenas la dejaban ver las luces y las estrellas.

 Te sentimos tan tensa, trata de calmarte Lara, imagina un
gran espejo delante de ti, imagina que estoy detrás de ti pequeña,
llevando mis manos hasta tus pechos.

Ella asintió, pero en un instante sintió a Jasim junto a ella cogiendo
sus propias manos, llevándolas a sus pechos.

 Así, tócate.

Lara comenzó a hacer movimientos suaves en sus pezones
sensibles por la atención recibida, justo en ese instante él cogió de
una de sus manos dos de sus dedos, haciéndola llevarlos hasta su
coño, haciéndola coger de su propia crema y haciéndola llevarlos a
su clítoris, ella jadeó al sentir lo sensible que lo tenía, estaba
hinchado y deseoso como ella. Ella observó a su alrededor y puso
ver algo más de Jasim, él estaba completamente desnudo para ella,
con su polla brillante por la crema que él mismo vertía por ella y
esparcía con lentitud, mirándola con ojos de deseo.

 Podemos llegar juntos si quieres.

Con deseo ella asintió, viendo como él se inclinaba hasta su rostro,
besándola con ternura, cogiendo su cuello levemente con una de
sus manos.

 Mira hacia tú izquierda.

Al hacerlo ella llevaba sus ojos entrecerrados y los abrió de golpe
para ver otro gran toldo en el que había una cama enorme de
sábanas blancas.

 ¿Quieres tenernos a todos?

Él dibujó su coño con maestría con las yemas de los dedos hasta
profundizar un poco en ella.

 ¿Aquí?

Lara asintió entre jadeos de placer mientras lo sentía empapar su
ano de crema antes de profundizar en el todo su dedo corazón.

 ¿Y aquí Lara?

Asintió al sentirlo juguetear con su tensa carne, dilatándola hasta
dejarla sin aliento.

 Pues córrete, chilla tu placer, regálanos un buen orgasmo.

Los ojos de Lara se retorcieron y cerraron con fuerza, por sus
labios soltó todo lo que tenía, destrozándola de placer, su cuerpo se
estremecía en cálidas olas que martilleaban su piel. Se quedó sin
habla con los labios abiertos y recordó que nunca había tenido un
orgasmo tan poderoso, observando al abrirlos como la miraban los
seis y la crema que empapaba la mesa entre sus muslos que ella
había vertido soltó un ahogado jadeo.

 Demasiado sexy.

Lara sintió los cabellos de detrás de su nuca erizarse, se quedó
unos instantes quieta, dudosa, divagando, justo hasta sentir a Jasim
cargarla en sus brazos.

 Maldita sea Lara, ¿Qué nos haces?

Ella negó torciendo su mirada medio nublosa hacia la mesa donde
se había corrido empapándola para ver a Abdul cogiendo un poco
de su crema llevándola hasta sus labios. Cuando Jasim golpeó con
sus piernas la cama y se inclinó para ponerla en el centro de ella,
mientras la miraba fijamente y después besaba hasta dejarla sin
aliento.

 Mierda, creo que voy a hacer algo contigo que se va a
guardar muy dentro de mí.

Jasim no tardó en desnudarse y ponerse junto a ella, tocándola con
manos temblorosas y besándola con sus labios igual de
temblorosos.

 Cielos Jasim, no sé cómo complacerte a ti, como para hacerlo
con el resto de tus hermanos.

Lara se sobresaltó al sentir la cama hundirse por ciertas zonas,
después labios, manos y brazos rozaban su piel, la besaban,
acariciaban y mordisqueaban haciéndola empaparse más y más.
Alzaron sus piernas, la voltearon y se vio sobre sus codos, tratando
de no chillar de placer mientras apretaba con sus dientes sus labios
al sentir varias lenguas por su sexo, dibujando sus labios,
profundizando dentro de ella, se retorció al sentir dos lenguas
dibujar su ano, cuando sintió como mordisqueaban sus pechos
hasta llegar a sus pezones tirando de ellos con los dientes mientras
lamian con sus lenguas soltó un ahogado grito volviendo a correrse
a la vez que comenzaba a ver puntitos blancos, cada pasada de las
lenguas, dientes y labios de ellos le hacían llegar más y más lejos y
no la dejaron hasta que no le provocaron varias más antes de caer
en la inconsciencia. Cuando quiso volver en si misma pestañeó al
verse desnuda sobre el colchón, rodeada por seis enormes cuerpos
cargados de músculos.

 ¿Sufriste? No lo percibimos en tu aroma.

Lara jadeó al sentir a los seis respirando por su piel, desde su
cuello hasta su cadera o su vientre. Sintiendo las manos de uno de
ellos coger su rostro no pudo evitar mirar hacia los ojos
blanquecinos de Abdul, que trataba de ver en los de ella si mentía,
él la observó morderse los labios y no pudo evitar llevar los suyos
hasta los de ella deseoso, ambos juntaron sus lenguas haciendo
movimientos lentos, eróticos al igual que ruidos de placer entre
animales y humanos mientras que los hermanos de él torcían a
Lara y comenzaban a juguetear con su sexo, ella comenzó a
temblar sin cesar, de deseo y placer mientras observaban como su
coño se contraía deseoso. Abdul cogió como pudo con una de sus
manos uno de los pechos de Lara, apretándolo para mirar tras
separar sus labios como su carne sobresalía entre sus enormes
dedos que apenas conseguían atrapar un poco de ella.

 Me gustaría decirte que no habrá marcha atrás en esto, pero
sé que cuando recuerdes tu vida no desearas permanecer con
nosotros.

La voz intensa de Abdul hizo a Lara jadear y ella no pudo hacer
nada salvo mirarlo detenidamente.

 Si supieras lo que significas para nosotros Lara, nunca
tendremos suficiente de ti pequeña.

Él se apartó haciendo que ella sintiera un vació intenso y más aún
al sentir que solo se quedaba ella con una presión detrás de su
cuerpo, al volverse sus pechos se movieron y ella observó a Jasim
detenidamente, al igual que él la miraba a ella.

 ¿Estás segura?

Asintió con los labios aún hinchados por los besos de Abdul,
observó a Jasim ponerse lentamente sobre ella, con las piernas
abiertas y su polla descansando húmeda entre sus muslos gruesos
apretados por las piernas de él.

 No aguantarás Lara.

Ella jadeó algo nerviosa, sintiendo que se le erizaba toda la piel, lo
sintió mover una de sus piernas sobre las de ella, haciéndola abrir
uno de sus muslos y después con su otra pierna hizo lo mismo
hasta dejarla casi dolorosamente abierta, él profundizó uno de sus
dedos en ella haciéndola retorcerse, después otro y empapó en su
crema su dedo gordo para llevarlo a su ano. Bajando su rostro
hasta su cuello, sin dejar de masturbarla.

 ¿Recuerdas a algún humano aquí?

Lara abrió los ojos de par en par al escuchar sus palabras entre
dientes, tenía el rostro hacia un lado y no pudo evitar torcerlo para
mirar hacia él negando.

 Tenemos que protegerte.

El ruido de él moviéndose y rasgando algo hizo que Lara bajara la
mirada hacia un envoltorio plateado en el que una enorme XL
ocupaba casi todo el envoltorio, cuando subió su mirada hasta la de
él ambos de observaron detenidamente, justo unos instantes antes
de que él se inclinara sobre ella besándola detenidamente, pasó las
yemas de sus ásperos dedos por la espalda de Lara, haciendo que
ella se retorciera por las sensaciones, cuando ella sintió que tenía a
alguien detrás no pudo más que sujetarse a Jasim en sus costados
con fuerza haciéndolo sonreír y soltar siseos.

 Tranquila, Aban nos ayudará.

Lara asintió, dejó de hacer presión con sus dedos en la piel de
Jasim y se inclinó un poco contra el fornido pecho de Aban,
escuchándolo ronronear mientras besaba él una de sus mejillas y la
rodeaba por la cintura con sus enormes brazos, ella arrastró sus
manos por su piel hasta llegar justo bajo sus axilas, dejando que él
la tumbara un poco y abriera más para Jasim, cuando lo sintió
cerca de ella, poniendo sus brazos a cada lado de sus costillas y
después la punta de su gruesa y larga polla en su vagina haciendo
algo de presión no pudo más que soltar un gemido de sorpresa, los
escuchó decir algo mientras llevaba una de sus piernas por la
perfecta nalga de Jasim, hasta llegar con su pie encima de ambas,
retorciéndose contra el cuerpo de Aban mientras pasaba uno de sus
brazos tras él y otro tras el cuello de Jasim.

 ¡Dios Jasim! Fóllame ya, te necesito.

Él asintió mientras se limpiaba un poco de sudor de la frente,
llevando sus labios hasta uno de los pezones de Lara comenzó a
empujarse dentro de ella, invadiendo toda su carne, dilatando
centímetro a centímetro casi dolorosamente.

 Me aprieta mucho.

Lara clavó las uñas de su mano en sus hombros haciéndolo rugir en
su pezón, la sintió estremecerse, pero él no paró de entrar en ella
hasta que sintió una barrera detenerlo.

 ¿Qué?

Se salió un poco y volvió a impulsarse un poco hasta sentir a Lara
retorcerse de dolor, Aban golpeó con fuerza en su cabeza llamando
su atención, viéndolo negarle que siguiera.

 No te detengas, por favor, continua.

Lara bajó su mirada hasta Jasim, cogió su rostro con ambas manos
y lo beso hasta llegar a hacerle perder a él la cordura. Jasim sacó
un poco de su polla y después presionó con fuerza hasta entrar en
ella completamente, provocando que ella arañase su rostro antes de
rodearlo con los brazos. Un olor claro de sangre impregnó a los
seis y sus colmillos y garras comenzaron a formarse, Aban tuvo
que soltar a Lara en el instante en que sus garras comenzaron a
clavarse en las costillas de ella y trató de calmarse llevando ambas
zarpas a su rostro cambiado, apretó los ojos y al abrirlos comprobó
que Jasim tenía la espalda llena de vello negro y que una cola clara
de pantera sobresalía por su piel, tenía a Lara con la cabeza metida
en su cuello y ambos respiraban tratando de calmarse.

 La ha dañado, ¡Debemos llamar a los doctores! Él debe pagar
por dañar a una humana.

El resto de hermanos comenzaron a hablar entre ellos, cada vez
alzaban más y más la voz hasta que Lara negó sacando su rostro
del cuello de Jasim, mirando detenidamente su rostro con unas
cicatrices marcando en un lado desde su ceja, pasando por su ojo y
mejilla hasta llegar a su cuello, besó con ternura sus labios y lo
miró a los ojos.

 Estas cosas pasan cuando es la primera vez de una mujer.

La sorpresa iluminó los rostros de los hermanos y ninguno dijo
nada mientras Jasim comenzaba a moverse en el interior de Lara.
Lentamente, comprobado que todo estuviera bien para ella. No
tardó mucho en verla torcer su rostro a un lado, la observó apretar
los ojos y entre abrir los labios soltando placenteros sonidos por su
garganta, para nada animales, simplemente humanos sacados de lo
más profundo de su ser. Él no quería detenerse nunca, deseaba que
aquello durase eternamente, pero su polla ya casi se estaba
derramando, su semilla comenzaba a desbordarse lentamente
cuando ella lo apretó regalándole un dulce orgasmo que lo
consumió e incluso empapó un poco…..

Final y vuelta a la realidad.

Bajo el metro de Nueva York los cambiantes habían cementado y
destruido todo, habían pasado varios días de aquello y Kenai
estaba junto a sus hermanos en la escalera de incendios del edificio
de Briseida, ella vivía en el último piso junto a sus hermanos, no
quiso cambiar, aunque estaban en la parte de atrás del edificio,
pero no deseaba tener que dejar sus ropas allí, subieron sin apenas
esfuerzo y tras llegar observaron por una de las ventanas del piso,
viendo la cocina y el salón juntos, nada se movía por allí, las luces
permanecían apagadas.

 Cualquiera que quisiera podría entrar y hacerle daño.

Habían decidido dejar sus carreras deportivas en esta temporada,
los cuatro tenían amasado dinero para todo lo que quisieran y
podrían derrocharlo en lo que quisieran, se movieron a otra
ventana y nada, un dormitorio con una cama y un armario diminuto
es lo único que había. Pero en el siguiente una figura robusta
descansaba de costado en una cama de matrimonio, la curva de su
cadera se notaba en la sábana, ella estaba alejada, como a un par de
metros o tal vez tres, sus labios gruesos y carnosos, dos días atrás
habían comprado una isla en una subasta privada, donde la habían
comprado ya había instalados muchos más cambiantes en las de
alrededor y además estará pegada a Republica Dominicana,
abrieron la ventana, entraron y se colocaron alrededor de ella
mientras se ponía boca abajo, con el pelo alrededor de su rostro y
espalda. Kenai enredó sus manos alrededor, alzándoselo,
poniéndose de rodillas en la cama, llegando a su cuello donde
depositó un beso que la hizo removerse un poco, él siguió besos
por su piel, mientras observaba a Patch coger la sábana, tirar
lentamente de ella, descubriendo ambas nalgas y sus piernas,
haciéndolos ronronear, los tres se lanzaron a su culo, bajo la atenta
mirada de Kenai, comenzaron a besar su carne, a lamerla y
morderla mientras ella comenzaba a gimotear de placer, Kenai
volvió a sujetar su cabello, viéndola mover su rostro con una
sonrisa en los labios, pero duró poco, justo hasta que abrió los ojos
y lo observó. Briseida comenzó a removerse y agitarse,
consiguiendo que él apartase a sus hermanos y se subiera sobre
ella.

 ¡Fuera de aquí!
Los cuatro sonreían y negaban, apenas pudo hacer nada para defenderse, Kenai
sin esfuerzo alguno ató sus manos al cabecero de la cama con una cuerda que
sacó de su bolsillo, y eso que ella zarandeo sus brazos hasta casi sacárselos.
 Vuélvete hacia nosotros Briseida.
Los nervios hicieron que Briseida comenzara a temblar, intentó ponerse sobre
sus rodillas y hacer fuerzas con sus brazos de nuevo, intentó enredar con sus
uñas y dientes en la cuerda, pero Buster cargó sus tobillos y la hizo caer de cara
en la cama, la volvió el mismo, viendo los cuatro sus grandes tetas moverse
varias veces hasta detenerse y los cuatro tragaron mirándose unos a otros.
 Cuéntanos como podías vivir torturando personas Briseida,
como cojones podías dormir tranquila y llevar una jodida vida
haciendo lo que haces.

Ella torció su rostro, alejando sus ojos de los de ellos.
 Dejadme en paz.
Hank subió a la cama de un salto, sin apenas esfuerzo, llamando la atención de
Briseida mientras descendía hasta quedar a horcajadas sobre ella.
 ¿Cuántas veces te han pedido o rogado lo mismo a ti?
Briseida trataba de mover las caderas, se hacía daño intentándolo, pero él no se
movía ni tan siquiera un poco, simplemente insistía repitiendo la misma
pregunta, lo vio sacar su teléfono móvil de su bolsillo y le puso la pantalla ante
sus ojos.
 Vas a venir a un juicio Briseida, nos ayudarás a encontrar a tu
amiga Samantha o Sam, como te dé la gana llamar a la humana.
Ella negó con los ojos empañados en lágrimas.
 Era un laboratorio, todos eran asesinos, violadores, presos de
los corredores de la muerte con los que practicar en sus cuerpos.
Los cuatro pusieron rostros extrañados, mirándose entre ellos.
 Son cambiantes y demonios Briseida, muchos de ellos
llevaban toda la vida allí.
Ella negó con la cabeza, haciendo a su cuello crujir y a sus brazos, porque
trataba de soltarse sin cesar, haciéndose heridas en las muñecas.
 ¡Mientes! Muchos de ellos son violadores, recibí informes de
muchos, los tengo todavía guardados.
Ella miraba hacia el armario y Hank bajó de la cama, abrió la
puerta corredera y observó una caja con carpetas, en cada una
ponía un nombre falso por supuesto y fotografías de cambiantes y
demonios.
Siempre que llegaba un nuevo paciente se nos informaba de todo
lo que había hecho en la vida, no se dejaban nada, sin percatarse de
que ella estaba indefensa en la cama comenzaron a ver los
documentos uno a uno, sin necesidad de iluminación, la poca que
entraba por la ventana les bastaba a ellos para ver a la perfección.
Un ruido les hizo volverse y observaron que Briseida se había
puesto algo de ropa que había en un sillón y unas botas, tan
absortos y perdidos en los documentos habían estado que el ruido
había sido el de la ventana cerrándose y no se percataron, Kenai se
lanzó a por ella, rompiendo el cristal con su cuerpo.

 Cargar todo y vámonos.
Briseida descendía las escaleras a toda prisa, estaba en la segunda planta
mientras él saltaba cayendo al suelo sobre sus manos y pies, la vio en las últimas
escaleras, justo en el instante en que se dejaba caer sobre su espalda haciéndolo
gruñir. Sus hermanos no tardaron en ponerse junto a él, ella estaba doblando la
calle, corrieron y no estaba, olisquearon el ambiente, pero la brisa parecía que se
lo llevaba hacia otro lado, un vehículo negro arrancó y la vieron, en un pegasus
del 94, se percataron de que los guardias de seguridad cambiantes que habían
venido con ellos estaban en el otro extremo del edificio rápidamente y Patch
tecleó con rapidez, diciéndoles que dieran la vuelta, tardaba demasiado todo, el
teléfono en marcar, los jodidos cabrones de seguridad en llegar.
 Que todos los jodidos cambiantes se movilicen y busquen un
pegasus del 94 ya.
Buster dijo las palabras entre dientes, la furgoneta en la que iban llevaba a diez
cambiantes más ellos cuatro y otras dos ibas detrás.

 ¿Cómo se ha soltado del jodido amarre imbécil?
Patch cogió a Kenai por la camisa, y tuvieron que separarlos. Pero a pesar de
aquello no pudo evitar Kenai golpearse a sí mismo en la cabeza varios días
después, viendo el coche de ella estacionado en un centro comercial de
Brooklyn.
 Hemos pinchado su teléfono.
Dos putos días después, seguramente ya tendría ella alguno de prepago y a saber
dónde andaba, para el resto del universo el tiempo parecería correr rápidamente,
pero Kenai contaba cada segundo y le parecía una maldita eternidad, volviendo
al residencial donde se reunían los cambiantes observó que dentro del edificio de
reuniones tenían pizarras con fotos de Briseida y de la otra doctora, ninguna se
había comunicado con algún familiar, también habían pinchado el teléfono de la
otra doctora, un humano de origen chino llegó hasta donde ellos estaban, se
ponía las gafas que se iban cayendo por su nariz y cría con prisas hacia ellos.
 Las cámaras de rastreo están listas.
Rastreo, Kenai no pudo evitar enseñar sus afilados dientes en una sonrisa, los
humanos se habían pensado hacia un par de años que en todo el mundo se habían
puesto para identificar a personas buscadas por la policía, incluso a posibles
locos o asesinos. Aquello estaba ideado para los cambiantes, alienígenas y seres
como los demonios, el principal motivo fue que desde que hicieron eso
controlaban a los humanos y ahora, tras ver lo que había bajo Nueva York debían
desconfiar de cualquier sitio donde una persona con estudios médicos entrase.
 ¿Y bien?
Todos observaron el recorrido de Briseida por la ciudad, hasta llegar al parking
del centro comercial, se quedó dentro del coche hasta que abrieron las tiendas
por la mañana, desayunó en un local, se cambió de ropa en otro y salió por la
salida del metro, perdiéndose de vista para siempre.
 Samantha ¿Dónde?
El Demon que habló había cambiado a su piel de demonio, media casi tres
metros, tenía la piel rojiza y el hombre que enredaba en las cámaras tembló al
fijarse en él, se acercaba con una foto y se la puso en la mesa, el hombre trabajó
volviendo su vista hacia las pantallas y tras encontrar a la mujer se volvió,
viendo que ya no era un enorme ser, si no que era un enorme tipo con cuernos y
cabello rojo, con un poncho negro pintado de llamas, abierto en su pecho y
abdominales, enseñando lo fuerte que estaba, llevaba un calzoncillo rojo que
cubría su enorme miembro y los nueve que estaban tras él iban exactamente
iguales.
 Ll… Llegó ha… Haa…ha, hasta el aeropuerto señor.
Las palabras del tipo salieron temblorosas.
 ¿Hacia dónde cogió el avión?
Aquel humano parecía que iba a morir ahogado al empezar a decir A y E sin
parar mientras trabajaba, uno de los hermanos Demon se puso junto a él,
haciéndolo mirarlo con la frente sudando, Samantha apareció en una zona de
ventas de billetes, estaba de espaldas y observaba pantallas y pantallas con
vuelos a cualquier parte del mundo.
 En la zona de embarque la podremos ver ¿Verdad humano?
Otro de los hermanos se puso justo al otro lado del hombre, observando sus
manos y después a él, haciéndolo tragar mientras se quedaba completamente
blanco.
 Solamente están las cámaras de localización en la terminal
principal.
Todo lo que sucedió después parecería sacado de una película de terror, el
humano apenas pudo coger la máquina con la que estaba enredando y chillar al
ver la mesa llena de documentos comenzar a derretirse y quemarse, retrocedió
asustado al ver que lo rodeaban los demonios.
 ¡Humano! No corras.
Parecía que no había escuchado la voz de Patch, porque el hombre se volvió y
comenzó a correr, uno de los hermanos Demon le lanzó un látigo de fuego a los
tobillos, haciéndolo caer y perder sus gafas, la máquina golpeó en suelo y el
humano chillaba al ser tirado por el látigo hasta acabar debajo de los demonios,
sorbiéndose los mocos.
 Mejora tu trabajo humano.
El hombre asentía, sentado sobre su culo, viendo que uno de ellos se lanzaba a
cogerlo por la camisa.
 Asiente si entendiste.
Lo hizo, sin parar de mover la cabeza, el demonio lo soltó y todos vieron que su
camisa se quemaba por el centro, donde lo había sujetado el demonio, los
cambia formas cogieron sus gafas y trataron de ayudarlo a recoger, al volverse
para mirar a los demonios los vio llegar a una pared y uno de ellos hizo un
movimiento, haciendo que un portal se abriera y desaparecieron. Un enorme
cambiante cruzo delante del portal, corría, pero se detuvo a mirar aquello
boquiabierto, era Fergus, al legar hasta ellos se puso una mano en el pinganillo
que llevaba, su cabello rubio claro llegaba hasta sus nalgas y le gustaba que se la
cuidasen peluqueros, al igual que si barba, tal y como sus dos hermanos
idénticos a él.
 Nos están informando de que la hembra humana está
procediendo a poner rejas en su piso y ha informado a la policía de
lo sucedido con vosotros.
Los dos policías estaban en el edificio de cambiantes en el que ellos vivían,
esperando por ellos, Kenai entró seguido de sus hermanos en casa, deseando
sentir verdadero deseo de permanecer en ella. Pero nada calentaba su alma. Los
policías resultaron ser amigos de Briseida, su madre les tenía un café demasiado
delicioso en las manos y miraba hacia ellos con el ceño fruncido, incluso golpeó
a Kenai mientras cerraba la puerta.
 Meterán vuestros culos en la cárcel.
Patch alzó ambas manos tratando de contener a su madre, pero igualmente
recibió un tremendo guantazo que marcó su rostro un buen tiempo.
 Tranquilízate mama, trata de calmarte.
Kenai se dejó caer en uno de los sofás, observando su dormitorio vacío.
 La marqué, pronto vendrá, su cuerpo cada día se sentirá más
doloroso y hambriento.

Briseida.

Había vuelto a la ciudad, nada más despedirme de mi trabajo quien era mi
supuesto padre me llamaron de otro sitio, tiene casualidad que siempre pensara
en que el día que murió mi madre, una puta de lujo, una manutención estuviera
puesta para mí, becas, cosas sin sentido que siempre me habían pasado, tal vez
suerte. Por nada del mundo quería parecerme a ella, al verme la otra noche
rodeada por cuatro enormes jugadores de futbol americano casi rompo a llorar,
me gustaba, me hubiera gustado follar con los cuatro. Pero me imaginaba a mi
madre, orgullosa, mirándome en cualquier esquina, diciéndome que sería como
ella, entro en mi piso, es pequeño, pero no dudo en encender todas las luces y
cerrar la puerta con los tres cerrojos de seguridad, mi cuerpo está caliente, he
dormido en un hostal por estos días, seguramente tenga fiebre, tras una ducha en
la que casi se me duermen las piernas salgo ¡Dios santo!
Lo que estoy es caliente, enredo en mi teléfono tras bajar las persianas y veo
algo de porno, me gustan los de dibujos, no sé porque, pero me encanta ver esa
mierda, saco mi vibrador y pongo el móvil en la mesilla, no tardo mucho en
comenzar a empaparlo de crema, pellizco mis pezones, me lamo los labios, pero
estoy consiguiendo ponerme tensa, saco el lubricante y empapo el vibrador,
haciendo posible una mejor penetración, estoy diez minutos de reloj tocándome,
masturbo mi clítoris, sudo incluso como nunca, joder y mierda, es sábado, me
gustaría poder ver una serie, descansar y comerme una jodida pizza de queso, sin
quererlo imagino que tengo a Kenai entre mis piernas, lamiendo mi coño con su
lengua, lamiéndome de arriba abajo mientras me vierto por su mandíbula ¡Oh
señor! Me acabo de correr y he mojado las putas sábanas. Me levanto corriendo
a quitarlas, tengo que comprar empapadores y creo que pronto, de nuevo me
estoy calentando de manera loca y necesito algo que esa mierda que brilla sobre
la mesa no me quita joder y no sé qué puta mierda es.
Así jadeo cinco veces después, si, cinco veces me he corrido, ahora estoy boca
abajo en mi cama, sobre mis rodillas y una de mis manos, me estoy metiendo el
consolador e incluso un dedo por el ano. Me mareo y caigo en la cama, incluso
babeo, igual estoy para que me venga la regla y por eso estoy tan cachonda, mis
pechos arden, sollozo amargamente, observo mi teléfono y no dudo en buscar
más porno, pero me detengo a ver los mensajes, no sé porque me deslizo hasta
ver el bloqueo que le tengo a Kenai, volviendo a ponerlo y viendo que está en
línea y sonrío como una jodida niña de quince años al ver escribiendo con tres
puntos suspensivos, lo que parece una eternidad para mí no tarda más de diez
segundos en ser un hola que tal, yo no puedo escribir, mando algo parecido a
nada con manos temblorosas y jadeo demasiado excitada. No puedo evitar ver su
foto del perfil que cambia rápidamente, viéndolo a él vestido con su ropa de
fútbol americano ¡Mierda! Lleva el casco en una mano y sonríe con la cabeza
algo baja porque se está moviendo el cabello para atrás. Mi piel se eriza
rápidamente y yo jadeo, siento que me voy a correr fuerte, aprieto mis ojos y me
desvanezco sobre el jodido colchón de mi cama.
Cuando quiero volver a abrir los ojos el sol me ciega unos instantes ¡Joder!
Estoy con los muslos pegajosos, necesito una ducha, apoyo mis codos sobre la
cama y veo el vibrador, tengo que lavarlo, lo hago y le pongo polvos de talco,
después me ducho yo, tengo la vagina tan jodidamente sensible, mis piernas
tiemblan mientras camino a la cafetería y cuando me siento dando un sorbo a mi
café no consigo relajarme, puedo notar a los hombres a mi alrededor vestidos del
equipo de la ciudad, son las once de la mañana y parece que hay demasiada
gente hoy aquí.
 ¡Tío vas al partido!
Observo a los obesos hombres barbudos y sudados hablar, beber cerveza y
comer.
 ¡Sí joder! Hoy vuelve el puto Kenai Gora, espero que ese
malnacido y sus hermanos consigan ganar.
La conversación sigue fluyendo, yo trato de marcharme del local, olvidarme de
Kenai, pero un autobús me hace verlo ante mí, con todo su equipo tras él y sus
hermanos, jadeo, estoy angustiada, cruzo corriendo la calle y me encierro en mi
casa, apoyándome en la puerta. En mi vida he corrido a no ser que me estuvieran
persiguiendo, tengo el canalillo de los pechos sudado, bajo mis ojos también
sudo, pero lo peor es que mis muslos están empapados, miro mi reflejo en el
espejo de la entrada y no pudo más que ver mi cara de mejillas rosadas y osos
brillantes, bajo la mirada hasta mis pechos y los veo a pesar del sujetador
completamente erizados, después veo mis pantalones, viendo claramente la
sombra de la mancha, si pensaba que a la mañana siguiente y tras volver a
masturbarme otras más de tres veces iba a calmarme podría romper a reír de la
tremenda tensión sexual que tenía acumulada, pero lo peor estaba por llegar, el
martes estaba enfadada con todo el mundo, no parecía yo misma, el jueves mi
nuevo jefe me dijo que me tratase de calmar y el viernes me dijo claramente un
paciente mal follada, estaba completamente ida por la tarde, había decidido que
no iba a masturbarme, la noche anterior casi consigo hacerme daño tratando de
forzarme para correrme, lloro intensamente a las siete de la noche, me arde todo
el cuerpo, estoy a oscuras en mi jodido salón, la luz de la calle ilumina un poco
mi casa, pero la luna llena hace que brille una luz clara, limpio mis ojos como
puedo. Me voy a mi habitación y me pongo un pantalón vaquero oscuro con
perlas y rosas delante, cojo un suéter negro con manguitas sueltas y chillo al
rozar la tela mis pezones, apenas aguanto el sujetador que llevo puesto rozando
mi piel sensible, enredo en mi teléfono, busco una dirección clara, no puedo
conducir, no puedo casi ni aguantar el roce de los malditos pantalones en mi
sexo, cojo un taxi que me deja en un edificio alto, idéntico a otros tantos en
varias calles, en la puerta cuatro enormes tipos de unos dos metros observan el
taxi detenerse, olisquean el ambiente y veo sus dientes blancos en una medio
sonrisa, al bajarme me cae una gota de lluvia en una de las mejillas, subo mi
rostro hacia el cielo y veo que la luna se está cubriendo por una nube.
 Vaya, la hija del doctor.
Me encojo al ver a los cuatro observarme detenidamente, desaprobándome.
 Si nos dejasen y fuéramos humanos te torturaríamos.
Tuve que tragar, caminando hacia atrás, uno de ellos señaló otro edificio.
 Ellos no están aquí humana, vete hacia aquel.
Ver una pata peluda con garras señalando hacia donde debería ir me hizo quedar
blanca, voy deprisa por la calle, el edificio está al final, pero voy deteniéndome
al ver el bullicio de cámaras y prensa que hay a cada lado de la puerta, limusinas
van llegando con tipos enormes que seguramente con como ellos,
CAMBIANTES, jadeo al sentir una caricia en uno de mis brazos, me vuelvo y
no veo nada, siento una presencia detrás de mí y me encojo al ver salir a los
hermanos Gora de una gran limusina 4X4, contengo mi aliento al ver a una
preciosa chica de pelo rubio hasta los hombros.
 ¿Por qué tan triste? Hace poco tu excitación quemaba el
suelo a tu paso.
Un chillo salió por mis labios, me volví para ver a un tipo de dos metros con un
ojo blanquecino y otro gris mirándome, joder, sus ojos brillaban con las luces de
la calle, volví mis ojos hacia los hermanos Gora, viéndolos separados en la
alfombra, hablando con los de la prensa mientras la chica esperaba dejando que
la fotografiaran.
 Uno de ellos te marco sus dientes en tu hermosa piel y tu
cuerpo clama por la de los demás.
Yo negué con lágrimas en los ojos al ver como la mujer rodeaba a Patch por la
cadera, recibiendo su mano en su brazo, poniéndola junto a él en un abrazo.
 No temas pequeña, ellos te serán fieles eternamente.
Me di la vuelta al verlo besar la mejilla de la mujer o lo que mierdas quisiera ser,
comencé a caminar, la lluvia empezó a caer sobre mí, pero me daba igual, apenas
enfriaba mi piel, estuve casi una hora haciéndolo, sintiéndome perseguida,
miraba al suelo, no quería ver a nadie a los ojos, cuando derrotada caí en un
banco del parque la lluvia cesó y yo observé algo en el cielo, parecía un enorme
hombre con alas, con la primera bocanada que salió de mis labios comencé a
temblar, llevaba una semana tan agotadora.

Hermanos Gora.

Los humanos necesitaban sentirse engañados con los famosos constantemente,
por eso hoy Kelly había estado con ellos toda la noche.
 Un partido más chicos.
Varios cambiantes sonrieron hacia ellos, colegas de equipo, cambiantes, como
casi todo atleta, algo hizo a esos cambiantes volverse y los cuatro se quedaron
quietos al ver a cuatro gárgolas enormes caer en el balcón donde estaban, iban en
ropas rasgadas y miraban hacia ellos fijamente.
 Tenéis que venir con nosotros ¡Ahora!
Buster abrió sus ojos completamente, negó al ver a uno de ellos coger el móvil y
mandar algo, aquel ser cogió el teléfono al sonar un mensaje de respuesta y les
enseñó una foto que les hizo terminar sus copas de un trago y ponerse con
rapidez en el balcón.
 No me dejéis caer ¿Entendido?
Hank tenia los huevos en la garganta al hablar, las garras de los pies de las
gárgolas los cogieron por los brazos y emprendieron vuelo rápidamente, Buster,
Patch y Hank rompieron a reír al ver a Kenai con los ojos cerrados, le salían
hasta arrugas por los lados. Pero todos se callaron al ver a Briseida en el banco,
estaba de lado, sobre el ala de uno de ellos, cubierta por la otra mientras dormía,
gruñeron, pero aquel ser observó a los cuatro ceñudos.
 Que sepáis que os hemos llamado porque no sabíamos dónde
vivía la hembra, demasiada suerte tenéis de que nosotros fuéramos
los primeros en verla.
Aquel ser alzó el cuerpo de Briseida y otro de ellos la cubrió con una gruesa
manta, un tenue olor llegó hasta los hermanos Gora, haciéndoles casi cambiar en
el acto.
 Suponemos que ya la habéis olido, deberíais haber tenido
planeado éste maldito día.
Kenai cogió el diminuto cuerpo humano de Briseida, sintiendo que pesaba
menos de lo normal.
 Y malditos cambiantes imbéciles.
Hank puso uno de sus dedos sobre el pecho de aquel enorme ser, golpeándolo
varias veces.
 ¿Vosotros vais a darnos ideas de cómo hacerlo con una
hembra humana? Creo recordar que lleváis siglos buscando algo
que perdisteis por no abrir vuestro corazón ¡Sois los menos
indicados para hablar sobre esto!
Hank lo observó envolverse con sus propias alas y hacer una inclinación
mientras su cabello caía por su rostro hasta casi tocar en suelo, un coche los
esperaba fuera del parque. Con la calefacción a tope y sudando llegaron al
edificio donde vivían, Kenai se quedó sobre sus pies en el baño, viendo a sus
hermanos abrir el grifo de la ducha, arrepintiéndose de no tener ni una bañera en
todo el piso, entró en bajo el agua tras romper las ropas de Briseida, sacándola
de ellas lentamente, Kenai la observó abrir los ojos lentamente, mirándolo.
 Tu traje.
Él sonrió saliendo de la ducha, poniéndola sobre los brazos de Hank.
 ¿Por qué has pasado hambre Briseida?
La observó asombrarse y negar.
 He comido, incluso más de la cuenta.
Kenai estaba desnudo ante ella, su calzoncillo blanco empapado mostraba su
polla claramente a Briseida, él se puso de cuclillas, mirándola directamente a los
ojos con sus gruesos labios y rostro perfecto.
 No respondes a mis mensajes durante todo este tiempo y
ahora recorres media ciudad sin abrigo - Se iba acercando a ella
lentamente, hasta cogerla por el pelo empapado y hacerla mirarlo -
¿Cómo te atreves a no cuidarte pequeña? Si enfermases ¡Tendría
que haber ido a tu casa ayer, debería haber tirado la puerta y
haberte jodido!

Briseida cogió su rostro y lo besó en los labios incorporándose un poco,
haciéndolo envolver sus brazos en ella, alzándola entre sus brazos, la toalla se
deslizó lentamente por ella y Buster la cogió para secar el pelo de Briseida.
 Sabemos lo que te pasa niña y podemos dártelo, pero tienes
que permanecer desde ya con nosotros.
Kenai la observó negar con la frente pegada a la suya, con su aliento rozando su
carne.
 ¡Demonios humana! Estoy sacando cada jodida mierda de mí
para no follarte como un jodido animal.
Ella jadeó, tragó y asintió.
 Sólo quítame este ardor Kenai.
Temblaba, incluso sus labios y no era de frío.
 Buster, Hank y Patch tienen que ayudar Briseida, yo solo no
calmaré tu sufrimiento, es una jodida cosa que llevamos los seres
diferentes a los humanos.
Las yemas de los dedos de ella recorrían el pecho de Kenai, volviéndolo loco,
podía sentir que sus garras se alargaban y dibujaban la espalda de Briseida,
haciéndola retorcerse de placer.
 Estás en un punto de no retorno pequeña, rodeada por cuatro
bestias que desean follarte sin piedad.
Las palabras de Patch a su espalda, justo en su cuello le enviaron una descarga.
 ¡Oh Dios mío! ¡Hacer algo ya! me estoy quemando por
dentro.
Los cuatro sonrieron, Kenai la alzó, haciéndola rodearlo con las piernas, la llevó
hasta su dormitorio, el que compartiría con ellos, ya lo tenían preparado, la puso
en el centro de la cama y salió del calzoncillo, sonriendo como un chaval que lo
hacía por primera vez, sin apenas conocerla ya sabía que la amaría por el resto
de su vida.
 Eres hermosa.
Señaló a sus hermanos el cuerpo de ella y se quedó dónde estaba, viéndolos
subir la cama mientras ella se encogía de piernas asustada y excitada.
 No existe nada más erótico para uno de nosotros que ver a
los compartidores de compañera sobre ella.
Briseida torció su rostro al llegar Hank hasta ella tratando de besarla, recibiendo
sus labios en su cuello y los de Patch en sus labios, soltó un jadeo al sentir a
Buster abrirla de piernas. Un Buster que ronroneó al ver su coño lleno de dulce
miel y que no dudó en lanzarse de lleno hasta su coño. Kenai observaba todo,
viendo que Hank había bajado sus labios hasta uno de los pechos de ella,
devorándolo literalmente. Patch cortó su beso, cogiéndola por el cabello la besó
y mordisqueó por el cuello, temblaba mientras abría los ojos y alzaba una mano
hacia Kenai que no dudó en llegar hasta ella, besándola en el momento exacto en
que la sintió exhalar un orgasmo, seguido de otro, Buster subió por ella,
comiéndose su cuerpo a besos, lametones y pequeños mordiscos, llegando hasta
quedar sus rostros juntos, él bajó su mano hasta su polla y la posicionó en su
vagina, deslizándola lentamente en ella, soltó su polla y arrastró su mano hasta
su nalga, con la otra su cabello, controlando cada uno de los movimientos de
ella, torciéndola de lado, dejándola para que Patch con la polla untada de
vaselina se posicionara tras ella, tallando, golpeando, penetrando en medio de los
sollozos y jadeos de ella, junto a Buster, haciéndola estallar en un orgasmo tras
salir y entrar en ella unas ocho veces, los dos comenzaron un vaivén de
movimientos en su interior, haciéndola agarrarse a uno de los hombros de Buster
y a su muñeca al sentirlo acariciar su clítoris.
 Abre los ojos niña, míranos mientras te corres.
Haciéndolo Buster sonrió con la frente perlando sudor, su piel morena destacaba
con la blanquecina de ella, al igual que con los demás, Patch pellizcó en sus
pezones y espasmos la recorrieron mientras Buster la cogía por el pelo
haciéndola mirarlo unos instantes, porque ella tuvo que cerrar los ojos al correrse
salvajemente, ambos, Patch y Buster clavaron sus afilados colmillos en ella,
provocándole un orgasmo más intenso, haciéndola desenfocar la vista y ver
borroso unos instantes, la dejaron en la cama, nadando en una marea temblorosa
de placer que la consumía todavía.
Hank se sentó cerca de ella, en la posición de indio, la cogió con facilidad por la
cintura, cargó una de sus piernas a su alrededor y ella se sujetó a sus hombros,
sintiéndolo clavarse en ella lentamente, su cabello mojado llegaba hasta los pies
y piernas de él, haciéndole cosquillas y no pudo evitar soltar una risilla mientas
ella se retorcía hacia atrás de placer, dándole a él mejor acceso a sus pechos, fue
a poner una de sus enormes manos en su espalda, pero Kenai estaba tras ella,
besándola en los labios, enredándose con las yemas de los dedos en su cabello,
después la soltó y se dejó caer en la cama de lado, mirando hacia los dos, viendo
como Briseida se removía al comenzar Hank a hacerla subir y bajar. Patch y
Buster se pusieron en los lados de los pies de la enorme cama, observando
también la escena, viendo como ella se deleitaba y corría haciendo que Hank
gruñera y se corriera con ella mientras la mordía. Kenai la rodeó por la cintura y
la hizo tumbarse bola arriba, se deslizó entre sus estrechas paredes vaginales y
gimió de placer al sentirse en casa.
 Kenai.
Ella cogió su rostro con ambas y delicadas manos, recibiendo besos en su piel, se
incorporó un poco y lo besó haciéndolo ronronear y seguir su beso sin parar
ambos de mover las caderas.
 Joder pequeña, nunca me gustó mi nombre, pero ahora que lo
dicen tus labios me va gustando.
Aumentó sus envites al sentirla correrse, molió a besos sus pechos y volvió a
subir su rostro hasta ella mientras gruñía.
 Di mi nombre pequeña ¡Dilo!
Briseida lo hizo, corriéndose locamente mientras él vertía chorros y chorros de
esperma caliente en su interior, alzándola lentamente, sintiéndola caer en un
sueño profundo, se levantó de la cama y ronroneo al ver que ella sangraba un
poco por las marcas de sus hermanos.
 ¿Creéis que estará embarazada ya?
Kenai se mordió los labios con ambos colmillos mientras sonreía.
 No lo sabremos todavía, pero tenemos que asegurarnos para
que no pueda dejarnos.
Sus hermanos asintieron, se arrastraron en la cama junto a ella, dejándola
ponerse boca abajo, con las nalgas marcadas de dedos y arañazos de zarpas.
Kenai apenas tenía dos horas de sueño cuando abrió los ojos, el intenso ruido de
la cocina y el olor le estaban ayudando a abrir los ojos, se arrastró desnudo fuera
y observó a su madre poniendo la mesa.
 Vamos, se está haciendo tarde y tenéis que llevarme al desfile
de moda de las doce, no pienso ir sola.
Kenai se lamió los labios resecos, sorbió el café soltando un dulce ronroneo y
observó los platos de comida.
 ¿Qué?
Negó sonriente viendo que su madre se sentaba cerca del plato más lleno.
 Tenemos que alimentar a la futura madre de mis nietos.
La nombrada soltó un gemido al escuchar aquello, llamando la atención de
ambos, Kenai se volvió para verla envuelta en una camisa de sus hermanos, se
volvió hacia su madre, observándose ambos unos instantes, su madre reaccionó
y tocó el taburete varias veces, y sonrió al ver a Briseida llegar a la mesa y
ponerse junto a ella.
 Tranquila pequeña humana, era una broma de madre a hijo.
Ambas conversaron animadamente tras conseguir Baba calmar los ánimos de
Briseida, parecía que la dulzura de una mujer de setenta años que trataba de
entrar en su corazón hacia efecto rápidamente.
 ¿Qué son todos esos cuchicheos? Parece que estoy en una de
las veladas de mamá con sus amigas cuando era pequeño.
Patch, Hank y Buster besaron a Briseida antes de sentarse a la mesa, mientras
Baba la rodeaba con uno de sus brazos.
 Vendrás hoy al desfile de modas y al catering ¿Verdad?
Con la boca llena de beicon, huevos y pan Briseida la miró con los ojos abiertos
negando, tragando, atragantándose y negando de nuevo.
 No, yo no voy a esas cosas.

Briseida.

 ¿Cómo me he podido ver envuelta en ésta jodida mierda?
Los cuatro cambiantes con los que compartí sexo anoche están en primera fila de
la mejor pasarela de la ciudad junto a su madre, que graciosamente para mí se
llama Baba, la mujer es un encanto, se ha hecho sin yo saberlo de mis medidas,
comprado un vestido precioso de cóctel negro, con cuello en V, abierto en mi
espalda, seguro mostrando alguno de mis rollitos o todos seguramente, he
aguantado una hora sentada, dejándome grabar por las cámaras, parezco una
jodida puerta por cómo me han maquillado y me duelen los malditos pies de los
zapatos que llevo puestos, cuando todos se levantan y tras estar un rato conmigo
cada uno empieza charlas por la sala, yo me bebo mi segunda copa de champán
caro y observo que las mujeres o lo que jodida mierda quieran ser rodean a los
cuatro por diferentes sitios, incluso una se abalanza sobre Kenai, frotando sus
tetas por su brazo.
 ¿Llevando las primeras salidas con ellos bien?
Me vuelvo para ver que los cuatro se sumergen en aquel mundo a la perfección y
me encojo de hombros, tuerzo mis ojos para ver a la mujer rubia rellenita junto a
mí, creo que somos las únicas gordas en toda la jodida sala y eso no me ayuda a
que deje de terminar mi copa y coja otra, la rubia me coge de la muñeca y sonríe
hacia mí con unos preciosos ojos azules, tira de mi muñeca y me hace seguirla
mientras me quita la copa, la deja en una mesa y me lleva hasta un despacho que
cierra con llave, atravesamos hacia un pequeño patio y sonríe hacia mí.
 Trata de calmarte mujer, no quieras montar un espectáculo,
es lo que desean el resto de arpías.
Yo asiento, dejando mis nalgas caer sobre el banco de hierro helado.
 Dos de mis maridos también son famosos, aunque viven en
un rancho perdido de la mano de Dios.
La veo reír a carcajadas, se sienta junto a mí y se mueve el cabello de un rubio
precioso para atrás.
 Me suena de algo eso del rancho y dos hermanos.
Tras ella decirme quienes son me llevo ambas manos a los labios.
 ¿Estás casada con alguien más? Pero eso es imposible
Ella vuelve a reírse y me muestra un anillo con cuatro aros dorados.
 Mis maridos cambiantes. – Su rostro se volvió
completamente serio, bajó la mirada a su vientre algo abultado y
suspiró con lágrimas en los ojos. – Quería preguntarte si trabajaste
en otro sitio que no fuera en laboratorio de la ciudad. – Yo no pude
más que sorprenderme por su contundente pregunta. – Dos de mis
maridos sufrieron mucho por culpa de tu padre, tienen heridas
físicas y mentales que nunca olvidaran.
Entre los dos grandes árboles con manzanas rojas que había allí salieron dos
enormes tipos de piel demasiado oscura, uno de ellos llevaba gafas de aviador
graduadas, no tenían ninguno de los dos rastro alguno de bello en toda su cabeza,
varios más iguales a ellos, con piercing en las cejas, labios y orejas se pusieron
junto a ellos, y cuando parecía que nadie más llegaría pude ver con mis propios
ojos a los famosos hermanos Lobo, entraron por la misma puerta que lo hice yo,
en impecables trajes con botones de cabezas de lobos. Yo intenté levantarme
asustada, pero la mujer junto a mí cogió mi brazo, impidiéndomelo, haciéndome
volver a mi sitio, la sombra de los cambiantes me cubrió.
 Déjanos contarte como conocimos a nuestra dulce humana y
como cambió nuestras vidas, tal vez después desees ayudar a
nuestra gente.

En la gran villa que poseían los hermanos cambia formas a lobos había un
extraño nerviosismo que los llenaba desde hacía días, la madre de ambos se
movía delante de cuatro de sus seis padres mientras ellos trataban de calmarla.

 Debes de parar mujer, vas a batir un record si sigues así.

Otro de sus padres señaló hacia el despacho de los hermanos, donde filas y filas
de documentos y papeles se amontonaban hasta parecer que se formaría una
catástrofe si sólo un montón de esas filas se caía. Un largo y fuerte aullido los
hizo volverse a todos hacia la ventana de la enorme casa en la que estaban, era
la señal de que alguien desconocido de fuera de la manada se acercaba de
alguna manera, rato más tarde un vehículo negro se acercaba lentamente, el
tipo que iba montado dentro observaba los animales que había en los lados de
las alambradas, los corderos no se movieron, los caballos tampoco, ni tan
siquiera las vacas o los pollos, todos siguieron su rutina de comida, estaban
acostumbrados a estar rodeados de lobos, por lo que un simple de vehículo no
iba a hacerles perder la compostura.

 Tranquilidad, sólo es un funcionario del gobierno
canadiense.

Abriendo Udai la puerta mosquitera de la casa al escuchar la puerta del coche
cerrarse tuvo que tragar viendo a un tipo en traje oscuro, rostro serio, alto, con
nariz aguileña y mirada cruel.

 Señores Lobo, acabo de recorrer más de cuatro horas de
coche para llegar a verles, cuando estoy acostumbrado a que los
tipos a los que llamo acudan a mí.

Ni siquiera esbozó una leve sonrisa, su huesudo cuerpo se irguió y los miró de
medio lado a todos, deslizó una de sus manos con dedos esqueléticos hasta un
maletín y sacó un montón de papeles que ni siquiera podían cogerse con un clip.

 Tengo el maletero del coche lleno de documentos que no han
pagado ¡En diez años!

Su madre se puso delante de ellos, entre los cuerpos de sus musculosos y
fornidos hijos y el del tipo con una sonrisa de lado a lado capaz de derretir
cualquier corazón.

 Por favor, pase a tomarse un café, debe de estar agotado.

El tipo aceptó, entró con paso decidido y tras tomar un sorbo del sabroso café
que hacia su madre abrió los documentos.

 Jamás han hecho la renta, nunca han pagado impuestos, no
han declarado sus ventas, ni siquiera han declarado a los
empleados que tienen a cargo en su talleres o aquí ¿Saben que
pueden ir a la cárcel por mucho tiempo por evasión de impuestos?

Dev alzó ambas manos negando, tratando de mostrar inocencia con sus ojos
brillosos.

 Jamás hicimos una renta, no escondemos nada, simplemente
lanzamos algo de ropa al mercado y fue bien, tenemos aquí todos
los documentos recibidos durante todo ese tiempo.

Se levantó rápidamente y abrió la puerta del despacho y no pudo evitar
encogerse asustado al ver al tipo dejar la taza delante de su cara parada,
mientras que su rostro se volvía más y más blanco del asombro.

 ¿Bien? Son unos de los hombres más ricos del mundo,
aparecieron el año pasado en una maldita revista de ricos y no en
unos de los puestos de en medio o menos, si no de los primeros,
quiero que hagan una renta única de los últimos diez años, quiero
que declaren a todos los empleados que tienen, aquí tienen todo lo
que quiero.

Él tipo se levantó y los instó para que lo siguieran hasta el coche, abrió el
maletero y sacó dos enormes cajas que dejó con un ruido seco en el porche de la
casa, cuando parecía que había terminado abrió la puerta de atrás del coche y
sacó otras dos, los miró seriamente y se volvió cerrando la puerta de detrás del
coche para después montarse y mirarlos con una ceja alzada.

 Tienen todo lo que necesito ahí y mi correo electrónico para
ir recibiendo documentos en aproximadamente un mes, si no lo
hacen irán a la cárcel.

El tipo arrancó, dejándolos rodeados de más papeles y sin saber qué hacer,
mientras la nube de polvo que iba dejando el vehículo en la lejanía desaparecía
por completo finalmente.

 ¿Seguís ahí de pie como si el humano fuera a volver?

Su madre apretó un hombro de cada uno de sus hijos y ellos le cogieron cada
uno una de sus manos.

 Yo no entiendo nada de rentas, documentos e impuestos
hijos, pero debéis hacer algo, esos amigos vuestros ricos de Nueva
York podrían ayudaros, los caballos con alas que se marcharon a
la isla de los pobres tipos que han mutado los humanos a su
antojo.

Los dos soltaron varios suspiros y gruñidos furiosos.

 Ellos son más ricos que vosotros y seguro que tienen gente
trabajando en sus negocios, aún salen en las noticas del corazón,
eran unos de los hermanos solteros y millonarios más deseados del
mundo, seguro que pueden ayudaros.

Su madre volvió a apretar sus hombros y ellos se volvieron perdiendo de vista el
paisaje que los rodeaba, viendo los ojos amarillos de su madre mirarlos con
angustia.

 Está bien, los llamaremos, después de comer ese rico
estofado de ternera que podemos oler desde hace horas.

Horas después y con el estómago lleno se movieron por la enorme casa de
rancho hasta el despacho cargado de papeles, tratando de sentarse en los sofás
que había, llamaron, varias veces hasta que finalmente cogieron la llamada.

 Aquí Joel.

La voz casi cortada del cambiante les hacía saber que estaban en una isla
perdida en medio de la nada.

 Buenas amigo, somos Udai y D…

Su voz fue cortada por una tos y unas palabras secas.

 Suelta lo que necesitáis.

Tras contarle lo sucedido la línea se quedó en silencio, hasta que pensaron que
no había nadie al otro lado y que la llamada se había cortado de nuevo como
varias de las veces anteriores, pero un profundo bostezo hizo que el teléfono
pitara.

 La amiga de mi compañera es una muy buena abogada y
sabe hacer rentas, declaraciones, todo, ahora mismo no podemos
confiar en casi nadie.

Los dos asintieron, esperando saber cuándo llegaría.

 Trataré de hablar con ella.

Tosió varias veces.

 Una cosa, es humana.

La línea se cortó, antes de que ellos pudieran oponerse, cuatro días después un
coche de la manada llegaba a lo lejos, levantando polvo sin piedad alguna por
el camino de tierra que recorría más de diez kilómetros de distancia entre
bosques, tierra y pastos. Cuando la puerta del pasajero se abrió pudieron ver a
una mujer hermosa, con una cascada de cabello rubio claro en bucles, ojos
azules claros y grandes y un cuerpo perfecto lleno de cuervas.

 Mierda, creo que babeo.

Los dos respiraron su olor, sobre el perfume que llevaba y algo más que los
cautivó, haciendo que la miraran detenidamente, vestía un precioso vestido rosa
que le cubría sobre las rodillas, era escotado con medias manguitas de
transparencias, fresquito así podían describirlo, al verla llegar hasta ellos,
subiendo las escaleras del porche y finalmente deteniéndose la observaron
sonreír con sus gruesos labios perfectos para sus malditas pollas.

 Encantada, soy Aline.

Ofreció su mano, primero a uno y después a otro, pero al ver que no se movían
la retiró hacia atrás, juntándola con la otra sobre su vientre, seguramente no les
había causado una buena impresión, ella trataba de guardar sus curvas bajo
fajas, pero su cuerpo rollizo era difícil de pasar desapercibido.

 He podido observar que este lugar está en medio de la nada,
pensaba hospedarme en algún hotel para poder estar tranquila en
mis horas libres.

Aline observó que los dos se lamían sus respectivos labios superiores
observándola con verdadero apetito. Al pasar las lenguas por sus labios ella fue
percibiendo sus respectivos colmillos y se quedó casi sin aliento.

 Creo que mejor me marcho, no debería haber hecho el
maldito viaje.

Volviéndose sintió que cogían su muñeca, tropezó con alguna madera del
escalón y el otro cambiante que no la sujetaba la cogió antes de que callera,
llevando su nariz a su cuello.

 Perdónanos, es que eres muy… muy hermosa.

Él tartamudeó con nerviosismo y los dos la guiaron dentro de la casa, asintiendo
al cambiante que la había traído, para que bajara sus pertenencias.

 Dormirá en una de las habitaciones de la casa, no se
preocupe, esto es muy grande.

Cuando abrieron el despacho ella no pudo evitar llevarse una mano a los labios
al ver las pilas y pilas de documentos que había allí.

 Esto es todo lo que hemos recibido durante diez años.

Aline dejó que la mano bajara hasta el centro de su pecho y negó abriendo los
ojos completamente.

 Diez años sin hacer nada ¿Cómo ha tardado tanto el
gobierno en ir a por vosotros?

Los dos se encogieron a la vez de hombros, parecían sincronizarse, encima eran
idénticos, tenían unos ojos amarillos, y eran tan grandes como los de los
hermanos gorilas Jeff y Logan, salvo que los de los hermanos gorilas eran
negros completamente, ella carraspeo, sintiendo que olisqueaban su pequeña
quemazón en el pecho.

 ¿Cómo están los hermanos Pegasus?

Al escuchar los nombres de los cuatro cambiantes su piel se erizó y bajó la
mirada con tristeza.

 Muy mal, de nada me sirve mentirles, mi amiga lo pasó muy
mal estando en cautiverio, embarazada, sin ningún tipo de cuidado
y sin atenciones médicas.

Dejándose llevar dentro del despacho seguida por los dos soltó un triste suspiro.

 Pleyton no se perdona nada de lo ocurrido, pero trata de
ocultarlo.

Udai y Dev la dejaron unos instantes ponerse contra el marco de la puerta.

 Voy a empezar a colocar las cosas, así mañana podré
empezar con todo.

Dev cogió su brazo y lo acarició lentamente, haciéndola torcer sus ojos hacia él.

 Los cambiantes tenemos una historia muy triste detrás de
nosotros y por más que queremos protegernos y proteger a los
nuestros siempre algo nos daña y trata de arrebatárnoslo todo.

Al verla llevarse ambas manos a los ojos la rodeó con sus brazos, apretándola
contra su cuerpo, queriendo reconfortarla entre sus brazos, sin saber porque,
cuando dejó de llorar se movió con paso decidido hacia las pilas de documentos
y comenzó a trabajar dejándolos perderse en ella mirándola, cuando sintieron
que ella se volvía hacia ellos varias veces la dejaron sola, cerrando la puerta.

 ¿Qué fue eso?

Udai observó ceñudo a Dev unos instantes, viendo que éste negaba.

 Nada, es una humana ¿Queda claro?

Horas pasaron antes de que la pudiera ver salir de la oficina, mirándolos
detenidamente.

 ¿Nunca llegó a embargarles alguna cuenta el gobierno?

Los dos negaron con la cabeza, moviéndola a la misma vez en negativa.

 ¿Irán a la cárcel?

Aline se volvió hacia un pasillo largo con una mano en el pecho al escuchar una
voz femenina profunda hacer aquella pregunta, entre las sombras unos ojos
amarillos de lobo comenzaron a acercarse, hasta que pudo ver un rostro y salió
una cambiante adulta hermosa.

 No, pero si tienen que pagar unas cantidades muy altas de
dinero.

La cambiante sonrió hacia los dos hermanos antes de volverse hacia ella, con
mirada ceñuda, recorriéndola lentamente con los impresionantes ojos que
poseía, sonreía de manera maliciosa.

 ¡Qué bueno! ellos tienen dinero, pueden pagar cualquier
cantidad.

Pasó ante ella, moviéndose hacia la cocina.

 La cena está lista, mover vuestros culos a la mesa ya.

Udai y Dev se levantaron, Dev pasó delante, haciéndola seguirlo y Udai los
siguió, sin apartar los ojos de ella, llegaron a un impresionante salón en el que
cuatro cambiantes conversaban tan bajo que apenas podía percibirse que lo
hacían si no fuera porque estaban haciéndolo con movimientos rápidos de sus
manos, el carraspeo de Udai los cortó y se volvieron hacia ellos, dejándole ver a
Aline claramente que eran los padres de los dos.

 Estábamos hablando ¿Sabes?

Udai torció sus ojos a un lado antes de que Dev abriera una de las sillas, para
hacer a Aline tomar asiento, dos cambiantes más enormes que suponía también
eran sus los padres de ambos llegaron con bandejas cargadas de carne poco
cocinada, rodeada de pastas, patatas y verduras.

 Carne fresca.

Uno de los padres de ellos sonrió de manera elegante, alzando su rostro, antes
de que la madre llegara y golpeara su mano cuando trataba de coger un filete.

 No me he sentado todavía cariño.

La mujer puso una bandeja ante Aline, con la carne bien cocinada, una cantidad
exagerada de pasta, patatas y verduras.

 Dudo que pueda cenarme todo esto, seguramente enfermaría
si lo hiciera.

Al sentarse la mujer observó la bandeja, después a ella y finalmente a sus
maridos e hijos mientras cargaban sus enormes platos con comida.

 Tranquila, puedes comer lo que quieras.

Dando el primer mordisco a su filete bien cocinado sonrió, dejándose llevar por
un gemido de placer al probar aquello, haciendo que Dev y Udai la miraran
detenidamente.

 ¿De dónde eres guapa?

Ella alzó su mirada de su plato para observar a la madre de los dos lobos unos
instantes.

 Soy de Noruega, bueno nací allí, después mis padres se
mudaron a Nueva York cuando yo era aún muy pequeña.

La mujer recorrió con su mirada detenidamente su cintura, pudiendo verla a
través del cristal de la mesa.

 Pareces una buena hembra, tienes buen cuerpo para dar
cachorros fuertes, seguramente tendrías camadas.

Udai y Dev negaron hacia su madre con un gruñido fuerte.

 ¿Qué? Las humanas dan mejores cachorros que las
cambiantes, lo sabéis muy bien, no me importaría tener ya algún
puñado de nietos corriendo por aquí, me hago vieja ¿Sabéis?

Aline alzó su rostro, mirando a la mujer detenidamente con las mejillas
completamente rosas.

 No estoy interesada en sus hijos señora, siento decirle que he
venido aquí para trabajar solamente.

La cambiante y ella se miraron a los ojos unos instantes.

 Si él o ellos no han venido detrás tuya no merecen la pena
cariño.

Aline abrió un poco sus labios y negó sorprendida.

 No existe nadie señora.

La cambiante asintió antes de que los dos enormes cambiantes que se habían
alejado a por algo de la cocina volvieran y se sentaran a cada lado de ella.

 Ya está bien cariño, deja a la humana tranquila,
seguramente no entiende nada de los cambiantes y la estás
presionando, déjala hacerse a ellos.

Aline les pidió amablemente que la disculparan, aquella mujer había leído en lo
más profundo de ella al mirarla. Udai se levantó con ella, guiándola por un
pasillo largo de habitaciones hasta la que ella tendría, las maletas estaban a los
pies de una enorme cama, le señaló el baño y un pequeño vestidor, se volvió en
el dormitorio, haciéndolo parecer pequeño y la miró al rostro, levantando una
mano, poniéndola en su mejilla, para limpiar con su dedo gordo una mancha
que tenía en el labio, algo llamó su atención en la puerta y dejó su toque sobre
ella con rapidez.

 No comiste mucho, dejaremos las sobras en la nevera, las de
tu plato, espero tengas un buen descanso.

Se volvió para ver a Dev mirándolos detenidamente, cruzado de brazos y con
sus ojos amarillos brillantes, Udai se volvió antes de que Dev lo empujara fuera
y cerrara, segundos después Aline se dejó caer en la cama, se quitó los zapatos
y el vestido, se masajeó los pies y cogió de su bolso su teléfono móvil.

“¡Hola! ¿Qué tal el viaje preciosa?”

Mensajes de Jeff y Logan llenaban su teléfono móvil.

“No sabíamos que te ibas preciosa, espero vuelvas temprano, nos
gustaría volver a verte”

Aún podía recordar la noche que salió con ellos a un restaurante de cambiantes
y después a un bar de copas, recordaba que estuvo tan a gusto con los dos
cuando pasaron a recogerla a la casa de su amiga Gloria sin saber que la pobre
estaba de parto a pesar de ser cambiantes, los dos la llevaron en un vehículo
negro muy bonito a pesar de insistir Jeff en ir detrás con ella, pero los hizo ir
delante, así se relajaba por el camino, trataron de hacer una velada tranquila, a
pesar de que llevaban dos coches delante y dos detrás, por si trataban de
atacarlos, no pudo evitar recostarse en la cama, dejándose llevar una de sus
manos a sus pechos y la otra entrarla entre sus braguitas RECORDANDO….

 ¿Todo bien?

Jeff tenía la cabeza recién afeitada, al igual que Logan, al que podía ver en la
distancia hablando con varios cambiantes enormes, le guiñó un ojo y ella
asintió hacia Jeff, sintiendo sus mejillas arder al ser besada en una de ellas por
sus labios, olía tan bien a loción de afeitado y a hombre o cambiante, no sabría
ella explicarlo, pero sintió su coño humedecerse, los cambiantes torcieron sus
miradas hacia ella, mientras él soltaba un ruido bajo excitante en su oído.

 Que bien hueles preciosa.

Ella soltó un gemido al sentir que él mordisqueaba su oreja y después la besaba
en su piel desnuda, justo debajo de su oreja.

 Cuando quieras podemos irnos.

Aline torció su rostro hacia él, antes de que Logan llegase a ellos.

 Vámonos, aquí estamos muy expuestos.

Logan la rodeó por la cintura, pasando lentamente su mano por su espalda
desnuda, hasta acabar cerca de su nalga, observó la calle al salir, pero ellos
negaron a lo que ella buscaba con la mirada.

 Ellos están vigilando alrededor de las salidas de la calle.
Nosotros vamos a ese piso, en nuestra casa vive la manada y en la
que tú resides ahora están los Pegasus.

Ella simplemente asintió, dejándose llevar cruzando la calle justo al edificio que
Jeff había señalado, subieron en un ascensor hasta la planta diez y entraron a
un piso vacío de muebles, salvo por una televisión sobre una mesa, unas sillas
con una mesa grande y una bombilla colgando del techo.

 No es muy romántico que digamos.

Los dos la miraron con sonrisas de dientes completamente blancos y perfectos,
agachando sus rostros sobre el de ella, Logan robó sus labios, dándole un largo
y placentero beso, mientras que Jeff mordisqueaba su hombro desnudo, sisearon
ambos a su teléfono que sonaba sin parar, cuando soltaron ella y Logan el beso
Jeff cogió su rostro con ambas manos y la besó también, dejando profundizar su
lengua entre los labios de ella, dibujándolos con su lengua y con sus labios,
soltando gruñidos placenteros, animales por la garganta junto a su ansioso
hermano, la llevó hasta el dormitorio donde Logan colgaba su teléfono de
nuevo, llegaba hasta ella y le quitaba el bolso que tenía retorcido entre las
yemas de sus dedos rojos por la presión que hacia sobre este, estaba nerviosa,
dejándolo sobre una cómoda alta se puso tras ella y puso su ancha nariz
achatada sobre su hombro haciéndola jadear entre los labios de Jeff, abrió la
cremallera de su vestido y subió las yemas de sus dedos por su espalda
lentamente, su mano temblaba sobre la carne de ella, cogió a su hermano de la
camisa por el pecho y los dos se apartaron para ver caer la tela por su piel
antes de que ella se rodeara con sus propios brazos los pechos y la vagina en
tela interior sexy con transparencias.

 Es demasiado preciosa.

Logan se lamió los labios al decir las palabras, alzó su pecho haciendo que
pareciera el doble de grande, haciendo que ella tragara algo asustada mientras
se él quitaba los botones de la camisa con sus hermosos dedos y manos. Jeff hizo
lo mismo, después fueron sus pantalones de vestir que les quedaban raros al
curvarse en sus muslos tonificados a la perfección. Los dos se quedaron en
calzoncillos finalmente, unos de marca con dibujos de hamburguesas que le
hicieron a Aline soltar una carcajada sin darse cuenta de que ellos pensaban
que se reía de sus virilidades.

 ¿Te parecen pequeñas? Escuché que somos de mayor tamaño
que vuestros humanos, esperamos dejarte satisfecha.

Ella negó, estaban observándose ambos hermanos preocupados, después ella
llevando su vista de nuevo a sus calzoncillos, viendo sus pollas apretadas casi
para salir disparadas de la tela cerca de sus caderas se ahogó en su propia
saliva.

 Me reí por nerviosismo, al ver las hamburguesas en los
calzoncillos.

Los dos caminaron hasta ella lentamente, con sus miradas de ojos
completamente negros fijos en su cuerpo, la hicieron retroceder algo asustada,
tropezando con la tela del vestido, Logan la sujetó por la muñeca antes de que
cayera al suelo, la cogió en brazos y la puso en el centro de la cama sin
inmutarse por su peso, subió con ella saliendo antes de sus calzoncillos y Jeff se
puso a su otro lado, llegando a su pecho cubierto por el sujetador con las yemas
de los dedos, mientras ella se torcía un poco asustada al sentir las pollas de
ellos en sus caderas, golpeando a Logan al moverse y sin poder evitar que Jeff
llegara a la tela que cubría su pezón y lo besara, mordisqueara y lamiera hasta
dejar empapado, ambos metieron sus manos detrás de su espalda y sacaron su
sujetador, lanzándolo a cualquier parte, entonces los dos vieron sus pezones
rosados y bajaron sus labios hasta ellos haciéndola jadear y temblar, lo hacían
tan bien, mordisqueaban casi a la misma vez, lamian y besaban con precisión
para después sorber, sintiendo que ardía y casi se corría de placer, separaron
sus muslos con sus manos libres, movieron su braguita a un lado y toquetearon
su coño, sin piedad alguna, mientras atacaban sus pechos a besos, mordiscos y
lametones, tocaron su perla y profundizaron un dedo enorme en su coño,
clavándolo detrás de su clítoris de tal manera que la hizo chillar mientras se
corría con una autentica lluvia que empapó sus muslos y las manos de ellos
antes de que la puerta de la habitación se derrumbaba, haciendo que los dos la
soltaran y cayeran ante ella casi aplastándola, soltando ruidos furiosos a punto
de atacar.

 ¡Los Pegasus llevan llamándoos desde hace un buen rato
gilipollas! Su hembra está de parto.

Aline se intentó mover, sintiendo los cuerpos de Jeff y Logan sobre ella, trato de
moverse de nuevo abriendo los ojos y sólo pudo ver la piel preciosa oscura
brillante de ellos sobre su cuerpo, tenía los miembros de ambos cerca de su
rostro.

 ¡¿Queréis quitaros de encima?!

Los dos rugieron un fuera hacia el cambiante que estaba en la puerta, se
volvieron hacia ella y trataron de ayudarla.

 Tranquilos, deberíamos haber cogido las llamadas antes.

Unas semanas después ella miraba la preciosa noche desde una tumbona en el
porche de la casa que les tenían los cambiantes dado por el momento, el bebé de
Gloria había terminado de tomar el pecho no hacía más de una hora y le
quedaban unas dos de sueño que su madre también dormía exhausta. Se levantó
y se movió hasta su dormitorio, peinando su largo cabello rubio hasta dejarlo
suelto cayendo por sus nalgas, se pintó los labios con un poco de brillo
transparente y salió con unos zuecos de cuña, tratando de hacer el menor ruido
posible y recorrió las calles oscuras de aquella gran urbanización de
cambiantes, la vigilancia en los altos muros a esas horas no era tan
impresionante, normalmente vigilaban con cámaras absolutamente todo, por lo
que cuando quiso llegar a lo más alejado del lugar entre arboles inmensos y
pudo ver la enorme edificación donde Jeff y Logan vivían con una enorme
manada de cambiantes a gorila se acercó un poco y no pudo evitar ver a los dos
rodeados de varias hembras preciosas, poseían unos cuerpos perfectos,
delgaditos, musculosos, altos. Acercaban sus labios a los oídos de ellos varias,
tocaban sus cuerpos, haciéndolos sonreír, hasta que finalmente una de ellas
rodeó a Jeff con sus brazos por el cuello y lo besó, él puso ambas manos en su
cadera, haciendo algo de fuerza tratando de apartarla, pero finalmente desistió
y Logan se dejó rodear por dos de ellas que no dudaron en coger el cinturón de
su pantalón y tras abrirlo y tirar de la cremallera del pantalón que llevaba
puesto metieron sus manos dentro.

Dejó de masturbarse y se incorporó, cogió su neceser de una maleta y se movió
al baño, recogió su larga melena en un churro alto, puso la ducha en
funcionamiento y tuvo que negar y soltar su cabello al ver que los agujeros del
techo eran de donde salía el agua y ocupaba toda la superficie de ella, se dejó
llevar por el gusto de estar bajo el grifo y se tocó ambas manos sus dos grandes
pechos.

 Por lo menos no te has entregado a ellos, olvídalos.

Jadeó su orgasmo al sentir una punzada en sus pezones imaginando que eran
Jeff y Logan sobre ellos.

 Buenos días.

La noche no había sido muy buena, incluso había tenido una pesadilla con dos
lobos enormes negros con ojos amarillos y gorilas gigantescos de ojos negros
que se mataban entre ellos, Udai junto a Dev olisquearon su piel y soltaron un
bajo gruñido haciéndola volverse en la isla del centro de la enorme cocina en la
que trataba de desayunar.

 Hueles increíble.

Ella empujó a Dev con todas sus fuerzas, pero no consiguió apartarlo mucho
antes de que Udai la rodeara con sus brazos y respirara con fuerza en su cuello.

 Anoche tuviste sexo, pero en solitario, jodida mierda, es casi
comestible.

Aline sintió que su piel quemaba como fuego, se volvió hacia Udai jadeante y
avergonzada, haciéndolo alejarse.

 Eso no es de vuestra incumbencia, he venido aquí para
trabajar y punto.

Cogió una simple taza de café y se alejó de ellos furiosa.

 No me molestéis mientras trabajo.

Ella salió un par de veces a coger raramente comida, alguna bebida o al baño.

 ¿Deberíamos hacerla marcharse antes de la luna llena?

Udai se volvió hacia su madre antes que Dev.

 No, no le haremos nada.

Uno de sus padres dudó detrás de ella.

 Creo que sí, no quedaría nada bien que os viera dentro de
veintiocho días convertidos mientras ella corre tratando de huir y
vosotros la seguís tratando de follarla en vuestra forma de lobo.

La piel de los dos se erizó antes de que soltaran unos aullidos bajos.

 Mama, no lo hagas.

La mujer se volvió en sus pasos hacia sus hijos, mirándolos con tristeza.

 ¡Tala!

Volvió su rostro hacia su esposo Kato al ser nombrada.

 Tiene que irse, es humana, no podemos dejar que le hagáis
daño, la manada se nos echaría encima por dañar a uno de ellos,
saciar vuestros apetitos, si os vemos bien simplemente la
encerraremos en algún lugar seguro.

Esa noche tras cenar los dos se movieron al bar de la comunidad, estaba a más
de diez kilómetros el pueblo de cambiantes a lobos.

 Dos dobles Tom.

El camarero junto a su hermano se pusieron frente a ellos con dos copas
inundadas de bebida.

 ¿Unos días duros en el rancho?

Udai asintió.

 Si necesitáis una mano extra siempre podéis contar con la
ayuda de algunos de nosotros.

La ayuda llegó en forma de lobas negra, por las sombras con ojos amarillos,
Dev apretó su copa negando, haciendo que estallara en sus manos y empapara
sus ropas.

 Te noto muy tenso.

Ante él la hembra con la que alguna vez había pensado tener cachorros y
compartir una de sus viviendas tenía en sus manos una toalla y trataba de
secarlo, poniendo empeño en el centro de su pantalón.

 Sihu, no puedo.

Su polla no se levantó, ni siquiera hizo el amago y furioso se movió fuera del
bar, arrancando sus ropas y cambiando, comenzó a correr y pudo observar que
a su lado su hermano lo seguía, un olor los impregno, golpeándolos como un
coche y los dos se torcieron hacia su rancho, llegando casi hasta su casa a toda
velocidad, y al lago rodeado de árboles, lentamente y entre las sombras
pudieron ver a Aline descubriendo aquel lugar, con el reflejo de las luces de la
casa y la luz de las estrellas podía verse lo preciosa que estaba y el pensamiento
de ella desnuda bajo la luna llena con sus pollas llenado su coño y su ano los
hicieron babear, viéndose sorprendidos ante ella, su instinto les había
arrastrado delante de Aline.


 No, por favor.

Udai puso su cabeza bajo la mano de Aline y ella lo acarició lentamente, antes
de que Dev pusiera su hocico en su coño y ella chillara, se moviera y comenzara
a correr, no dio más de dos pasos antes de que Udai la atrapara por la cintura y
cubriera sus labios.

 No somos unos locos perdidos, pero tú nos haces algo
pequeña humana, trata de no huir, nos hace desear perseguirte y
seguidamente follarte.

Ella llevó sus manos hasta su brazo, arañándolo con todas sus fuerzas,
haciéndolo aullar con fuerza, la volvió y ambos observaron a Dev cambiar,
parecía un proceso lento, pero no le costó más de treinta segundos hacerlo, sus
patas delanteras se convirtieron en manos, su pecho y espalda perdieron el
pelaje y se volvieron humanos y finalmente con un paso hacia ella sus piernas se
convirtieron en humanas.

 No debí hacer eso, pero tienes algo que me vuelve loco.

Su cuerpo estaba tenso, estaba desnudo, Aline chilló al ver su polla moverse con
él y éste retrocedió tapándose, quedándose con su cuerpo tenso de músculos
cerca de ella.

 Nos vuelves locos.

Aline se movió tratando de salir del agarre de Udai, cuando por fin consiguió
soltarse su cuerpo se tambaleó sobre el de Dev, que no dudo en cogerla entre
sus brazos con ansia desbordada mientras aullaba, la observó unos instantes
pegada a su pecho y sonrió al verla alzar sus ojos hacia él.

 ¿Udai? ¿Dev?
Ella se volvió para mirar hacia la alejada casa, tratando de moverse para
volver, pero Dev la sujetó con su siseo, fue a chillar, pero él cubrió sus labios
ahogando su grito, sonriendo descaradamente hacia ella y después a su madre
que claramente los había visto con ella, pero la madre desapareció de sus vistas
en segundos y Dev la soltó, dejándola alejarse.

 Me marcharé mañana por la mañana.

Dev observo a Udai unos instantes, hablando mentalmente.

 Te daremos el doble de lo que nos pidas al mes.

Ella se volvió con los labios abiertos, completamente sorprendida.

 Todavía no hemos dicho nada de cobrar.

Negó hacia los dos.

 Creéis que soy una interesada por vuestro dinero, que bien.

Entraron detrás de ella a la casa, viendo a su madre con ambas manos en la
cintura y un pie moviéndose sin parar.

 ¿Qué le habéis hecho?

Uno de sus padres carraspeó desde la escalera.

 Os iréis al edificio de la manada en el pueblo ahora mismo y
dejaréis a la humana trabajar, estáis a un paso de ir a la cárcel y
vais a atacar contra la única ayuda que ha venido ¿Estáis en
vuestros cabales?

Los dos torcieron sus rostros hacia su madre y con sus ojos trataron de implorar,
pero ella tenía el rostro torcido y apuntaba hacia la puerta con un dedo de la
mano.

 ¡Salir de la maldita casa ahora mismo! No quiero veros
cerca de la hembra humana hasta que por lo menos consiga
sacaros la mierda de las botas.

Una semana después los dos se levantaban en sus respectivos dormitorios de sus
pisos en el edificio de la manada, Dev tenía a cuatro hembras rodeando su
cuerpo desnudo, se movió subiendo un poco su espalda al respaldo de la cama y
observó la habitación, las botellas de bebidas alcohólicas ocupaban una mesa,
sillas e incluso la cómoda alta que tenía nada más entrar en el dormitorio.

 Mmmmm…. Vuelve a la cama cariño.

Observando a una de ellas abrir los ojos mirándolo ceñuda y tragó, bajando su
mirada por su espalda.

 ¿Hicimos?

La cambiante le negó completamente seria.

 Te emborrachaste y las chicas de la manada tuvimos que
atarte, no parabas de gritar y aullar el nombre de Aline, incluso
cambiaste completamente borracho y trataste de correr hacia la
humana.

Él se llevó las manos a la cara, pasándolas con fuerza para tratar de recordar.

 Udai no tuvo mayor suerte, consiguió llegar a las puertas y
llegó hasta vuestro rancho consiguiendo un par de dardos
tranquilizantes en su culo peludo.

No pudo evitar soltar una carcajada mortal y sexy.

 Deberíais pensaros que queréis de la humana y quien la
tendrá, nunca habéis compartido a una cambiante juntos y las
humanas tienen fama de ser diferentes a nosotras.

Él saco su rostro de entre sus manos.

 Diferentes ¿Qué dices que tienen el coño de otra forma?

Las otras cambiantes comenzaron a despertarse y lo vieron poner su mano de
lado y no tardaron en hablar con él, convencerlo, mostrándole sus cuerpos.

 Deberías ducharte, afeitarte, peinarte y ver a la humana
junto a Udai.

Furioso soltó un gruñido hacia ellas haciéndolas bajar las miradas.

 Mi hermano y yo nos pelearíamos a muerte si hiciéramos
eso.

La hembra se movió, poniéndose de espaldas a él con un tanga negro de encaje,
un tatuaje de un lobo aullando ocupaba toda su espalda.

 Tenéis que intentarlo, los cambiantes siempre han
compartido a sus hembras.

Dev se levantó, moviéndose a la ducha seguido de la cambiante.

 Jamás se me olvidarán las palabras que le escuché a Abdel
Asad cuando visité los Emiratos.

Entando en la bañera suspiró, dejando que el agua fría calara su piel.

 Ella lo miraba sonriente, con el vientre completamente
redondeado del cuatro hijo de los cinco futuros reyes, aun no
comprendo como esos cinco locos no se matan por la atención de
la hembra.

Él suspiró mirando hacia los ojos de loba.

 ¿Cuantos años llevamos intentando crear algo entre
nosotros Sihu?

Las mejillas de la cambiante se pusieron rojas, ocultaba algo, él podía verlo en
su mirada.

 ¿Qué te dijo el cambiante a león?


 Él torció su mirada a los más de quinientos cambiantes que
protegen su mansión y me dijo: Cada madrugada me despierto
envuelto en sudores, soñando miles de formas en las que me
quitarían los humanos a mis cachorros o a mi compañera, no soy
un héroe, ni un caballero, soy un jodido cambiante y moriré
protegiendo a mi familia si tratan de robármela.

Se duchó, dejando que la cambiante entrara junto a él, pero sin dejarla apenas
rozarlo.

 La unión de los cambiantes con hembras humanas da muy
buenos bebés y siempre varones.

Dev se volvió hacia la cambiante, pasando una pastilla de jabón por su propio
cuerpo.

 Toda hembra da buenos cachorros, son nuestros cachorros,
lo malo no es que den buenos cachorros, lo malo es que una
humana necesita mucha protección y cuidados ¡Enferman!

La hembra lo observó unos instantes, ceñuda.

 Da igual que sea una cambiante o una humana, todas
corremos peligro al poder llevar cachorros cambiantes dentro.

Casi llegada la noche los dos hermanos se observaban desde la camioneta que
habían cogido para ir a cenar a la casa que ambos compartían en el gran
rancho, su madre con sus seis padres estaban subiéndose a una furgoneta y se
volvieron mirándolos sorprendidos.

 ¿Qué hacéis aquí?

Udai se sorprendió por las palabras de su madre.

 Debéis marcharos ahora.

El olor de dos machos jóvenes cambiantes les llegó a ambos.

 Dos cambiantes han llegado hasta aquí preocupados porque
ella no les contestaba a sus mensajes.

Sus padres trataron de detenerlos, hasta que ambos se volvieron hacia ellos.

 ¡Somos adultos maldita sea! podemos resolver nuestros
problemas, márchense por favor.

Pasaron por el porche de la casa, sintiendo las voces de los dos machos en
estado de calma, pero por el olor podían saber que estaban sobre excitados.


 No deberíais haber venido.

Los dos cambiantes trataban de rodearla con sus cuerpos, pero ella se mantenía
firme en el escritorio del despacho de ambos, que ahora estaba descubierto de
papeles y documentos.

 Te necesitamos.

Hubo silencio por un buen rato, hasta que ella habló mientras Udai y Dev
entraban por la puerta de la casa.

 ¿Igual que necesitabais a vuestras cambiantes la semana
siguiente de estar conmigo?

Los dos carraspearon, cortando las palabras que iba a decir Jeff.

 Bienvenidos a nuestro rancho.

Aline se movió, pasando entre Dev y Udai, pero ambos la sujetaron antes de que
se alejara.

 No puedes dejar a cuatro cambiantes que te desean solos
humana.

Ella se volvió hacia Dev, soltándose del agarre de Udai, enredó en el bolsillo del
vaquero que llevaba y puso un video en su teléfono móvil, mostrando a los dos
en el bar de la manada la noche anterior, rodeados por algunas hembras,
dejándose tocar y besar.

 Dudo mucho que estéis muy solos, presentarles algunas
chicas a ellos de paso.

Dev no soltaba su agarre sobre su muñeca, tiró de ella lentamente, a pesar de
ella tratar de evitarlo, mientras Udai cerraba.

 Siéntate.

En el escritorio la cogió por las caderas, la alzó haciéndola jadear y puso sus
nalgas sobre la madera, dejándola ver a los cuatro enormes cambiantes ante
ella, su piel vibro por un escalofrío al contemplarlos, los hermanos cambiantes
a gorila llevaban una camiseta de cuello en V, era blanca y apretada en sus
perfectos pectorales y más apretada a sus enormes abdominales tonificados a la
perfección.


 ¿A quiénes de nosotros eliges para tenerte Aline?

Ella alzó ambas cejas mirando a los cuatro observarse detenidamente, no
podrían estar en serio.

 A ninguno, por Dios, dejarme tranquila.

Trató de bajarse, pero Jeff se puso ante ella, cargando sus caderas como Dev,
hasta ponerla en la mesa de nuevo, furiosa trato de apararlo con todas sus
fuerzas, poniendo ambas manos en sus enormes y fuertes pectorales, no parecía
que estuvieran a punto de pelearse, intercambian algunas miradas entre ellos.

 ¡Bien! ¿Queréis que elija? quitaros la ropa.

Los cuatro la miraron de diferentes formas, haciendo que Aline se contuviera las
carcajadas que deseaba sacar para el final.

 Poneros a cada lado y quitaros las camisas y camisetas.

Observando a los cambiantes a lobo coger los botones de sus camisas y a los
cambiantes a gorila sus camisetas se mordió los labios con una sonrisa maligna,
botón a botón los lobos fueron enseñando sus pechos fornidos, hasta dejar fuera
sus camisas, de un movimiento sencillo pero que mostro los cuerpos perfectos de
los cambiantes a gorilas los cuatros se quedaron sin la parte de arriba. Aline
pudo ver a los cuatro detenidamente, miro hacia los cuatro, bajando su mirada a
los pantalones de vestir de los lobos y a los vaqueros de los gorilas mientras se
mordía los labios.

 Lo está disfrutando.

Los pantalones de los cuatro cayeron lentamente hasta sus tobillos, sobre sus
zapatos y ella los observó sonriente.

 Ahora los calzoncillos.

 No, no, no, no quiero ver sus pollas y menos sus bolas.

Cuatro negativas juntas de ellos y las manos alzadas de Jeff y Udai la hicieron
soltar una carcajada.

 Entonces nada.

Se bajó del escritorio sonriente, observando los papeles apilados a los lados de
las paredes, con un papel de pegar en la pared en la que ponía los respectivos
años de cada montaña de documentos.

 Espera.

Los cuatro la observaron llegar hasta la puerta, sujetar el pomo y después se
miraron dudosos cuando la llamaron.

 Vale, lo haremos.

Cogieron las cinturillas de sus respectivos pantalones y calzoncillos y se
agacharon bajándolas hasta quedarlas sobre sus zapatos, cuando se alzaron y
miraron hacia ella la vieron abrir la puerta con una sonrisa de mejillas rojas.

 Ahora podéis apañároslas solos.

Escucharon sus pasos por la casa, rápidos y negaron subiendo sus ropas,
estaban furiosos, pero se reían caminando tras ella.

 Ha cerrado con llave.

Logan se apartó de la puerta esperando a que los otros cambiantes sacaran
alguna llave, pero los dos negaron.

 ¿Cómo vamos a hacerlo?

Los cuatro se pusieron tensos unos instantes.

 Si peleamos por ella huirá.

Jeff se puso de lado en la puerta, golpeando con su costado, haciéndola crujir.

 Ella es nuestra, nosotros la vimos primero.

Antes de que pudiera darse cuenta y reaccionar se lanzó sobre él Udai, haciendo
que ambos cayeran sobre otra puerta y la destrozaran contra el suelo,
comenzaron a golpearse, haciendo que Aline saliera de su dormitorio viendo la
escena.

 Separarlos.

Logan y Dev la miraron, los ojos de ambos resplandecían.

 Tratamos de contenernos para no empeorar la pelea, si nos
metemos en ella será peor.

Dev observó de reojo al cambiante a gorila unos instantes antes de soltar una
carcajada.

 Meternos en ella.

Aline caminó de espaldas negando hacia su dormitorio, mientras Logan y Dev
comenzaban a seguirla diciendo los dos las mismas palabras.

 No ¡No!

Udai junto a Jeff dejaron de golpearse, se limpiaron la sangre de sus respectivos
rostros y Jeff le ofreció la mano a Udai.

 Me pido su culo.

Aline chilló cerrando la puerta con todas sus fuerzas ante las palabras de
Logan.

 ¡Abre la puerta pequeña humana, solo queremos follarte!

Nada, las voces graciosas que puso Udai hicieron a su hermano y a los
cambiantes a gorila reír, pero ni siquiera ella contestaba, golpearon la puerta
hasta romper la cerradura y entraron, viendo que había salido por la ventana
del baño.

 No se vosotros, pero yo tengo la polla como un bloque de
hormigón.

Los cuatro arrancaron sus ropas al saltar con facilidad por la ventana, se
transformaron, corrieron campo a través, hasta llegar a la zona de bosque, Jeff
y Logan treparon a los árboles, observaron a los cambiantes a lobo justo
debajo, entre los oscuros troncos de los árboles y entonces apareció ella por un
costado de un impresionante claro iluminado por la luz de la luna y de las
estrellas. Los lobos aullaron y ellos soltaron un sonido gutural haciendo que ella
corriera más deprisa y tropezara cayendo de lado al suelo, fue a levantarse
cogiendo su costado con un quejido en los labios. Cuando alzó la mirada pudo
ver directamente a Dev y Udai transformados en lobos ante sus ojos,
olisquearon su cuello, su cabello y su piel, antes de que Logan Y Jeff llegaran
junto a ella, se volvió mirando a los cuatro cambiantes directamente a los ojos y
se levantó, corriendo de nuevo hacia la casa, los cuatro avanzaron rápidamente
hasta alcanzarla, Logan se la echó ya cambiado al hombro, corrió seguido de
los demás a la gran casa de rancho y llegó hasta la cama del dormitorio donde
ella había escapado, dejándola sobre el colchón, limpiando ramitas y hojas que
tenía por su cabello.

 Nos gusta jugar a correr, nos gusta jugar a atraparte, pero
no nos gusta jugar a mostrar nuestros cuerpos desnudos en
desventaja.

Ella se abrazó a sí misma, trató de evitar que Logan quitara sus zapatillas, pero
lo hizo mientras Jeff se subía sobre ella, sujetando sus brazos sobre su cabeza.
Udai lo ayudaba sujetando sus piernas.

 ¿Alguna vez estuviste atada y con los ojos vendados,
mientras varios te tocaban?

Aline no pudo evitar jadear asustada.

 No se os ocurrirá.

Jeff estiró sus brazos y Dev envolvió con una cuerda sus muñecas, atándolas al
cabecero, tiraron de sus vaqueros a pesar de ella negar y tratar de evitarlo, pero
no hicieron caso, ella observó su braguita transparente humedecida y soltó un
grito al rajar Jeff su camiseta, mostrando sus pechos en un sujetador a conjunto
de la braguita, Aline tenía el rostro torcido y escondido tras uno de sus brazos.

 Venga humana no llores, será divertido, mira cómo estás,
toda mojada y rosada.

Ella abrió los ojos negando, podía sentir su polla clavada en su monte de venus.

 Estamos estresados y excitados por la persecución, cuando
un cambiante persigue a su compañera es para montarla, de eso
trata el juego.

 Desde aquí puedo oler tu excitación

Aline chilló al sentir los dientes de Jeff en uno de sus pezones.

 ¡Yo no soy una maldita cambiante! Y no quiero tampoco que
me aten para correrme.

Jeff la desató antes de levantarse y verla acariciándose las muñecas.

 Quiero que sea tranquilo, dulce y un poco salvaje, bueno no
lo sé.

Se miraron dudosos antes de ella seguir.

 Va a ser hoy, cómo quieras, donde quieras, pero te queremos
los cuatro, cenaremos lo que olía tan rico y te tendremos.

Ella asintió moviéndose a un lado de la cama, cogió un vestido fresco, se movió
delante de ellos, pero Jeff cogió su cintura, lanzándola contra su cuerpo.

 Nada de juegos ¿Entendido?

Asintió pidiéndoles que se pusieran algo, aunque fueran unos calzoncillos y se
movió asintiendo hasta la cocina, pero antes de que pudiera abrir el horno Udai
cogió su mano negando, Dev la alzó hasta la isla central de la enorme cocina y
la sentó mientras ellos se movían por la mesa.

 No entiendo cómo puede comer tanto una persona.

Aline observaba la enorme fuente de patatas asadas, las costillas de ternera y
las verduras soltando un suspiro agobiado.

 Vuestra madre lleva toda la semana cebándome y espero que
no sea para asarme en alguna cena familiar.

Los dos cambiantes a lobo hicieron un rodeo con sus ojos antes de tomar asiento
frente a ella, junto a los dos cambiantes a gorilas de cabeza completamente
afeitada.

 Os afeitáis la cabeza completamente.

Dev miró a ambos cambiantes escuchando a Jeff asentir con un suspiro.

 Delante de ella no.

Los cuatro miraron a Aline observándolos ceñuda, cruzándose de brazos, sin
saber o sabiendo que sus grandes pechos se levantaban.

 ¿Por qué no? Sé que fuisteis liberados de un sitio como en el
que estuvo Gloria, pobrecita.

Ella suspiró con tristeza.

 En otro momento, no queremos fastidiar la noche.

Aline siguió insistiendo curiosa.

 No entiendo porque tanta obsesión de esos médicos locos con
tener lo que tenéis, yo no querría tener hocico, pelo de lobo, gorila
o zarpas.

Hizo un movimiento de que claramente le daba igual que les hizo mirarla serios.

 Ojalá todos los humanos pensaran lo mismo que tú.

Aline preguntó a Jeff y Logan de nuevo.

 ¿Nacisteis dentro de un centro médico de algún pirado?
Ambos hermanos asintieron.
 Si Aline.

Encogiéndose de hombros llevó un trozo de carne a sus labios, dejando que el
silencio los rodeara unos instantes antes de volver a preguntar.

 ¿Sabéis quien es vuestra madre o padre?

Los dos apretaron los labios unos instantes, sus miradas cambiaron de negro a
rojo sangre en segundos, haciendo que ella jadeara al ver a Jeff romper con su
mano su cubierto.

 Nuestra madre murió en nuestro parto.

Jeff se volvió enseñándole su espalda llena de cicatrices, marcas y arañazos,
dejándola entender porque nunca le daban la espalda.

 Llena de pinchazos de su vientre para poder sacar de
nosotros el gen cambiante antes de que naciéramos y en unos días
o meses les sea imposible, después servimos para poco hasta
alcanzar la madurez, crecemos comiendo las ratas que pasean por
las celdas, bichos o lo poco que nos traen, llega un día, antes de
que pierdas tu infancia y te hacen pelear con cualquier otro
cambiante, los combates a muerte son los preferidos de muchos
humanos y más entre cambiantes que pueden cambiar a bestias
enormes ¿Sabes? No sabes bien la cantidad de dinero que puede
llegar a pagar un humano en un combate así. También te atan en
una celda oscura para violarte hasta desgarrarte, sin protección,
porque eres varón y no les interesas lo suficiente, bueno algunos si,
a varios jóvenes se llevaron para el tráfico de cambiantes, cómo lo
llamáis vosotros tráfico de personas, sobre todo las hembras, no se
la cantidad de veces que pudimos ver a varios traficantes de
cambiantes probar a una de las nuestras, les daba igual la edad y
más a los médicos que no querían seguir dándoles de comer, lo
importante dado un número muy alto de nosotros era deshacerse
de carga, ya sea matando de hambre, de violaciones, torturas o
vendiendo, a muchos les ponían collares delante de nuestros ojos,
los hacían alejarse y volaban por los aires, para amenazar a los
que iban a las granjas de humanos ricos como esclavos, no solo
les interesa a los humanos cambiar, también les interesa descubrir
porque no cogemos enfermedades.

Aline miraba la espalda de Jeff con lágrimas en los ojos, se volvió hacia ella no
sin antes limpiarse las lágrimas para que no lo viera, Dev y Udai golpearon sus
hombros haciéndolos sonreír.

 Juré que mataría a todos los médicos que me violaron,
torturaron e hicieron perder mi infancia, a mi familia, que jamás
estaría cerca de un humano y si así fuera seria para matarlo.

Ella bajó la mirada, no pudiendo mantenerla más cruzada con él.

 Di con muchos rostros de mis verdugos, me dejaron entrar a
matarlos junto a mi hermano.

Logan miraba su plato ceñudo.

 Y cuando no me quedaba ningún rostro conocido de mi
tortura por matar salvo uno llegaste tú, con tu preciosa melena
larga rubia, tus labios hinchados, tus preciosos ojos y tus
comestibles curvas y tetas de pezones rosados.

Los platos sonaron, los cubiertos y vasos, tocó con las yemas de sus ásperos
dedos la barbilla de Aline y la alzó haciéndolo mirarlo a escasos centímetros de
su rostro.

 Con un cadáver humano en los asientos de detrás de un
jodido coche, supe que tenía que tenerte ¿Pero cómo? Cuando me
sacaron de aquel agujero sólo follaba para criar con otras
hembras, bajo la atenta mirada de doctores que me drogaban y
obligaban a hacerlo, incluso me violaban mientras montaba a las
hembras, después tardé en hacerlo por placer.

Cuando iba a terminar carraspeó.

 Cuando pasó lo de tu amiga hable con Logan, ambos
prometimos dejarte para protegerte, no conseguimos desde aquello
estar con otra hembra, podemos, pero no conseguimos una buena
liberación, mi polla no se pone completamente dura a no ser que
sea cerca de ti.

Aline abrió sus ojos sorprendida por su forma de decir que habían intentado
tener a otras.

 Te necesitamos Aline, eres nuestra única.

Besó sus labios, con apenas un roce y se mordió los labios al separarse
haciéndola sonreír.

 Si tenemos que compartirte con dos perros para tenerte lo
haremos.


Dev y Udai gruñeron bajo.


 ¿No te da miedo que tal vez vengan y me lleven?

Logan asintió volviendo a sentarse.

 Siempre tendré miedo y mi vida será un maldito infierno,
pero prefiero vivir contigo un infierno que la muerte sin tenerte.

Aline soltó una risotada cortando la tensión del ambiente.

 Eso me suena a frase de película o novela.

Logan asintió.

 Seguramente, pero quien trate de llevarte no tendrá a un
gorila o dos, también tendrá a dos lobos ante él y a todas nuestras
manadas esperando a que intente acercarse. Ahora come, se me
está abriendo el apetito de ti más a cada momento que pasa y
necesito saciarlo.

Cuando terminó de cenar y a pesar de ellos no haber terminado la movieron al
dormitorio, cogiéndola Logan en sus brazos, la puso sobre sus pies y la ayudó a
salir de sus ropas, después la volvió soltando el agarre de su sujetador, metiendo
los dedos entre las tirantas y dejándolo caer al suelo.

 No entiendo porque te volviste a vestir, mira que poco
duraste.

Bajó sus labios a su cuello, los posó con suavidad y olisqueó su piel antes de
que se pusiera de gallina y vibrara de placer, entro su mano por la cintura de
sus braguitas, las bajó hasta sus muslos enrollándose y cayeron solas mientras
la acariciaba.

 Súbete a la cama y túmbate mientras me desnudo.

Los cuatro solamente se pusieron los calzoncillos para cenar.

 Logan y…o … yo.

Él golpeó su nalga haciéndola jadear de gusto por las sensaciones.

 Date la vuelta.

Estaba asustada y no podía moverse, su cuerpo temblaba, el peso del cuerpo de
Logan se sintió en los pies de la cama, sus manos a cada lado de su culo y sus
labios desde sus tobillos comenzaron a posarse lentamente por su piel, subieron
hasta sus rodillas, después hasta sus nalgas, dibujó con su lengua sus labios y
sus dientes su espalda, dejándola un poco enrojecida, subió hasta su cuello y la
observó mordiéndose el puño, la volteó y besó sus labios, rodeándola con sus
fuertes brazos.

 Estás tan tensa que puedo olerte perfectamente.

Aline jadeó abriendo los ojos, viendo su cabeza afeitada bajar y con sus labios
llegar a sus pechos, mordisqueó, besó y lamió, pero del revés, primero lamió su
pezón de una pasada, después y tras ponerlo completamente tieso lo besó
ruidosamente y después lo mordió, subió besos por su cuello hasta llegar a su
oído.

 Voy a comerte entera, hasta que no termine con toda tu
crema en mis labios no pararé.

Mordisqueó su cuello, clavando su polla en los labios vaginales de ella,
haciéndola removerse.

 Tienes que estar preparada, ellos nos ayudaran.

Dev y Udai subieron a sus lados en la cama, a la vez Logan bajaba besos por su
piel, tocaba sus dos pezones con sus labios y se los dejaba a los dos lobos, para
bajar el roce de sus labios por su vientre, mordisqueaba su ombligo y se dejaba
llevar por su monte de venus hasta su perla donde besó ruidosamente
haciéndola revolverse, sintiendo los dientes de Dev y Udai en sus pechos,
tragando aire a través de sus dientes apretados. Logan profundizó su lengua en
su vagina, haciendo que los dedos de sus pies se retorcieran y sintiera que se le
iban a montar los gemelos, perdiendo todo nerviosismo y pensamiento.

 ¡Dios m… me corro!

Logan no dejó de sorber y profundizar su lengua en ella, tragando todo lo que
podía de su crema, Dev y Udai le ayudaron alargando el ritmo lento de besos
sobre los pechos de ella, cuando se quedó con el rostro a un lado, las piernas
estiradas y su pulso relajado Logan abrió sus piernas, cargándola por las
rodillas, viéndola volver a él sus ojos azules, ella subir sus manos y dibujó
varias cicatrices de su pecho y abdominales.

 Vuelves a estar nerviosa.

Aline asintió a la vez que sus mejillas se teñían de rojo intenso, apartó la mirada
hacia sus cuerpos unidos, pero él cogió su barbilla.

 Algo te inquieta y no te deja disfrutar como quisieras,
dímelo.

Al ella negar y torcer sus ojos tratando de evitar su mirada pudo ver a Dev, Jeff
y Udai observando en un completo silencio.

 Aline mírame.

Ella jadeó al sentir la punta de su enorme polla en la entrada de su estrecho
coño, se torció al sentirlo entrar un poco de su tamaño en ella y se sujetó a sus
hombros haciéndolo soltar un gruñido corto, pero completamente animal que la
hizo volver en sí misma viendo sus profundos ojos negros.

 Te hice daño.

Logan negó dejando caer su cabeza antes de profundizar un poco más en ella
hasta una barrera que palpó con la punta de su polla.

 Demonios, no puede ser.

Ella apretó sus labios.

 ¿Qué? ¿Cómo?

Aline jadeó al sentirlo clavarse y salirse un poco sin terminar de entrar en ella.

 ¡No por favor! Mis padres siempre fueron muy protectores
conmigo, me mandaron a escuelas e institutos de chicas, yo me
guardaba para una gran ocasión, creo que lo es ahora, no quiero
esperar más, tengo treinta años.

Volvió a jadear al sentirlo volver a clavarse un poco en su himen, chilló y se
retorció bajo Logan antes de sentirlo besar su cuello.

 No solía acostarme con un chico en mi primera cita, ni en la
tercera o cuarta y eso les hacía salir pitando.

Logan no pudo evitar soltar ruidos de placer por los labios.

 Te dolerá y los cuatro enloqueceremos, nunca te lo habrán
dicho. Pero es muy peligroso acostarse con un cambiante siendo
virgen, pueden devorarte.

Ella se quedó sin alieno al sentirlo pulsar lentamente con su polla en su interior
hasta romper su virginidad. La rodeó con sus increíbles brazos y soltó ruidos
agradables por su garganta tratando de calmarla besando las dos lágrimas que
descendían a cada costado de su rostro, diciendo palabras hermosas entre sus
dientes apretados y labios.

 Aline.

Dev y Udai aullaron con fuerza tratando de calmarse, pero Logan no la dejó
mirar.

 Vamos a hacerlo especial, así dos razas diferentes de
cambiantes tengan que evitar matarse ésta noche.

Ella asintió al escuchar las palabras en su oído, se movió un poco y él salió de
ella lentamente, para después volver a profundizarse en su interior una vez, dos,
tres y cinco antes de detenerse.

 Demasiado estrecha, será cierto lo que dicen de las
humanas.

Termino con un gemido de placer al clavarse en el fondo de su estrecha vagina.

 Dudo que aguante mucho Aline, lo siento pero me aprietas la
polla hasta casi doler de gusto.

Ella asintió antes de acariciar su espalda llena de cicatrices, viéndolo alzar su
rostro y después bajarlo llevando sus labios temblorosos hasta los de ella,
dejando sus frentes pegadas al terminar.

 Tú me devuelves las ganas de sonreír, te llevas toda la
oscuridad que me rodea y me ayudas a disfrutar.

Aline se quedó sin saber que decir, llevando una mano a su mejilla con una
cicatriz apenas perceptible, su piel se puso tensa al apretar él sus labios de
nuevo contra los de ella, antes de clavarse de nuevo en su cuerpo, alzándose,
cogiéndola por la cintura con una mano y con la otra tocando su perla con las
yemas de sus dedos, viendo algo de sangre en las yemas de sus dedos, el cuerpo
de Aline se alzó, enseñando sus pezones rosados a su rostro, haciendo bajar
muerto de hambre a ellos con sus labios.

 ¡Dios Logan!

Él llevó sus dos manos a la cintura de ella, soltando el aliento al sentir la forma
en que su coño se apretaba y empapaba alrededor de su polla.

 Déjate llevar Aline, córrete.

Él orgasmo más poderoso que jamás hubiera sentido lo inundó y chorros de
semen llenaron el vientre de Aline haciéndolo sentir que se había liberado como
nunca, cayendo de lado junto a ella, abrazada a su cuerpo, dejándola finalmente
sobre su enorme cuerpo antes de que Udai trepara sobre ambos sin apenas
hacerse perceptible para ambos salvo por algo.

 Apestas a chucho.

Logan abrió sus ojos, sintiendo él mismo que brillaban por el goce inmenso que
lo inundaba, soltó el toque de las yemas de sus dedos en las nalgas de Aline y
alzó sus manos ofreciéndosela, dejándola tumbada boca abajo en la cama,
saliendo de ella, viendo a Udai besar desde los muslos de ella, subir por sus
nalgas, clavar sus rodillas en los muslos de ella, haciéndola abrirse y jadear al
pulsar en su ano con un plug empapado de vaselina. Antes de dejarse resbalar
en su estrecho coño.

 Mañana le dolerá toro el cuerpo.

Logan apretó los puños al ver al cambiante a lobo alzarla con ambas manos en
sus pechos, diciéndole que torciera el rostro, besando sus labios mientras abría
sus ojos y lo miraba unos instantes antes de correrse. La volteó, dejando que sus
pechos enrojecidos completamente endurecidos apuntasen hacia el techo de la
habitación, Jeff subió abriendo sus muslos, viendo como Logan la hacía
correrse varias veces y observó el cuerpo perfecto de ella negando antes de que
Dev le ofreciera un bote de vaselina.

 Vuélvela y fóllate su culo, vosotros os la merecéis.

Jeff lo hizo, ambos se pusieron a cada lado del cuerpo de Aline, alzando sus
nalgas grandes, poniendo un cojín bajo su cuerpo, abrieron sus nalgas con
ambas manos y Jeff presionó su dedo corazón en su ano y tras pulsar varias
veces dentro Dev pulsó el suyo, haciéndola ambos gimotear.

 Le costará, es demasiado estrecha.

Dev asintió con mirada y sonrisa lobuna.

 Sí, pero nosotros tenemos toda la vida para hacer ceder a
esta carne hasta que esté siempre dispuesta para nosotros.

Dev sacó su dedo y cogió de la mano de Udai un dilatador anal.

 Es grande.

Dev puso los dedos de su mano libre alrededor del ano de ella, estirándolo,
haciendo a Jeff ver cómo se movía cómo si llevara el ritmo de su corazón.

 ¿Viste nuestros tamaños? Esto no es nada.

Aline chilló al sentir la presión en su ano y se retorció como un potro
desbocado, pero con una mano en el centro de su espalda Jeff la detuvo.

 Quieta, coge aire por tu preciosa nariz y suéltalo por tus
preciosos y gruesos labios que pronto convertiremos en nuestros.

Ella trataba de hacerlo, por cada centímetro que Dev profundizaba del dilatador
en ella.

 Sientes que va a romperte ahora mismo, pero cuando dos de
nosotros estemos ahí abajo te volverá loca la presión asesina que
sentirás y el placer.

Aline sintió que Dev había terminado, pero algo se quedó fuera de su ano y ella
se retorció al sentirlo terminar de pulsar en ella antes de que Jeff sonriera
alzando la mano de su espalda, colocándose tras ella y profundizando
lentamente su polla en su interior adolorido, comenzó un ritmo lento que poco a
poco fue aumentando antes de que a ella la inundara el placer.

 La estamos compartiendo, sabéis que se vuelven algo así
como adictas al semen cambiante o a lo que sea de nosotros hasta
que terminamos de marcarla.

Logan rodeó con sus ojos la habitación antes de coger una cerveza que le
ofrecía Udai.

 Es a la saliva, cuando se les marca, ellas desean seguir
apareándose, de no ser así acabamos volviéndonos todos locos,
ninguna droga cura el sufrimiento, solamente nuestra muerte,
porque si ella muriera nosotros pereceríamos rápidamente.

Dev negó con un dedo y el ruido de negativa de sus labios.

 Los cambiantes a tigre me dijeron que era al semen.

Udai negó a su hermano.

 Los cocodrilos no te dijeron eso en su último viaje a Egipto,
su hembra humana está embarazada de nuevo y créeme, ellos
nunca han puesto sus dientes en su carne, las humanas no tienen el
instinto animal que las hace deseosas cuando tienen el celo, por
eso se mantienen activas durante todo el ciclo.

Logan soltó un suspiro fuerte antes de beber un trago viendo a su hermano
cargar el cuerpo de Aline con ambos brazos bajo su espalda, haciéndola subirse
sobre sus muslos, ayudándola a que se lo follara ella.

 Nunca varios cambiantes de diferentes razas han estado con
una humana y nosotros estamos aquí tan tranquilos, con varias
cervezas rodeándonos.

Logan alzó la cerveza sonriente.

 Es lo mejor que probé cuando me liberaron, junto a ella.

Dev se puso delante de la cama al apartarse Jeff, arrastró las nalgas de Aline
hasta quedarlas colgando de la cama y la penetró, dejándola casi colgando
solamente de su cabeza, Aline soltó un grito ahogado tratando de coger las
sábanas mientras Dev subía una de sus rodillas en la cama, los ruidos que
producía con su garganta zumbaban en los oídos de los demás.

 Le gusta demasiado duro, creo que compagina bien contigo
Jeff.

Estaba ofreciéndole una cerveza mientras bebía de la suya.

 Hacía demasiados años que no observaba a Dev follar.

Su hermano trataba de hacerlo lento, pero sus ansias de poseer a Aline le
podían, mientras se corría junto a ella gruño bajo, inclinándose de manera
graciosa sobre su oído.

 Te daremos más pasión que cualquier otro amante, será
incondicional, sin límites y que le den a las condiciones, tú eres
nuestro amor.

Aulló haciendo a Udai seguirlo, mientras Aline caía sobre la cama de cualquier
forma, cómo una muñeca de trapo.

 Debemos dejarla descansar, aún es nuestra empleada y
humana.

Udai asintió hacia Dev.

 ¿Cómo lo hacemos?

Los cuatro observaron el cuerpo de Aline marcado pos sus dedos y garras,
rojeces la cubrían por las caderas y cintura, Dev junto a Udai se subieron en un
costado de ella y Jeff junto a Logan en el otro, Aline gimoteó y se removió antes
de gemir de placer, Jeff, Logan y Udai observaron a Dev tocando uno de los
pezones de Aline haciéndolo erizarse completamente como un guijarro, fue a
dar otra caricia, pero Udai cogió su muñeca negando, ella se volvió, dejando su
espalda al aire, sus nalgas desnudas de piel blanca y su rostro. Tenía el culo
completamente enrojecido, arañado, marcado y su respiración era lenta,
pausada y corta.

 ¿Estará bien?

Jeff dudó unos instantes, cogiendo el rostro de Aline, haciéndola alzarse un poco
para respirar su esencia en ella, casi cuatro horas después desde otra de las
habitaciones comenzó a sonar una alarma, a pesar de estar la puerta de la
habitación cerrada y la de la otra habitación también pudieron despertarse los
cuatro y correr Dev hacia ella para apagarla.

 Tenemos que movernos Udai, tenemos varias yeguas que
pueden cumplir cualquier día y tenemos a las vacas igual de
preñadas.

Jeff bostezó poniéndose de lado, moviendo una mano sobre la enorme nalga de
Aline. Logan puso la otra justo en el centro de su coño y pulsó un dedo por su
raja hasta llegar a su perla haciéndola estremecerse.

 Pensaba que los ricos tenían empleados y sólo hacían el
vago, al ser diseñadores de ropa igual os pasabais el día entre
humanos, en fiestas.

Udai negó terminando de ponerse un pantalón al volver aseado, apretó el
cinturón con su puño al ver que seguían los dos gorilas en la misma posición,
teniendo que apartar la mirada sintiéndose furioso.

 Tenemos gente cuidando nuestras tierras, los animales y las
viviendas, pero nos gusta trabajar, no solemos relacionarnos con
humanos, salvo para salir en alguna revista que nos pague mucho
dinero o asistir a algún desfile muy importante.

Dev llegó en ese momento, con varias cuerdas gruesas sobre uno de sus
hombros, observó a los grandes cambiantes de piel muy oscura manoseando el
cuerpo desnudo de Aline y tuvo que moverse fuera, tratando de llegar rápido a
la calle, para no formar una pelea.

 No la jodáis mucho, dejarnos algo.

Jeff y Logan asintieron, los escucharon moverse fuera de la casa, arrancar una
camioneta por el ruido y finalmente dejaron de escuchar nada, los dos se
movieron para dejar a Aline torcerse boca arriba, viendo sus enormes pechos
moverse, balanceándose con gracia, su pelo rubio se enroscó un poco en su
cuello y en sus labios se quedaron varios cabellos que Jeff trató de quitar antes
de verla abrir sus increíbles ojos azules mientras se mordía los labios algo más
hinchados de lo que ella los tenia.

 Hola.

Sus gruesos labios eran increíbles y verla pasar su lengua por ellos, haciéndolos
brillar un poco los terminó de volver locos, ambos sintieron sus manos
hormiguear, temblorosas de deseo al igual que sus gruesas y largas pollas.

 Hola ¿Cómo te encuentras?

Ella exhalo una queja baja al sentir las yemas de los dedos de Logan apretando
uno de sus pezones, el labio bajo de ella vibró y no pudo evitar torcer su rostro
hacia él, dejando a Jeff llevar sus labios a su otro pecho mientras ella los
rodeaba con sus brazos y piernas, ofreciéndose deseosa.

 No, deberías calmarte, es muy reciente la perdida de tú
himen y cuatro veces, deberías descansar varios d..

Ella alzó uno de sus brazos, moviéndolo detrás del cuello de Logan, haciéndolo
acercarse para besarlo.

 Quiero.

Jeff mordisqueó en el cuello de ella y después en su espalda, justo en el centro
de su cuello, dejándola sin aliento con los labios pegados a los de Logan
mientras ambos se miraban a los ojos. Las nalgas de Aline fueron levemente
separadas y profundizaron el grueso y largo plug en su ano haciéndola chillar
entre los labios de Logan.

 Podemos darte algo de placer, no queremos que sea
doloroso, tu ano todavía se está preparando.

Aline suspiraba al sentir las yemas de los dedos de Logan en su clítoris y
después en los labios de su coño, dibujándolo con manos temblorosas y ansiosas
antes de profundizar dos dedos en su interior antes de sentir otros dos dedos
detrás, profundizando junto a los de él los de Jeff, compaginándose en su
interior casi a la misma vez, haciéndola sujetarse con todos sus brazos al
fornido cuerpo de Logan, apretando su rostro en su cuello para respirar su olor
mientras se corría locamente viendo puntos blancos iluminar su visión.

 Debemos alimentarte preciosa, te siento más flaca entre mis
brazos y eso no me gusta.

Tragando algo de saliva para empapar su garganta seca lo miró ceñuda.

 Tus hembras como vosotros decís no tienen un ápice de
grasa en sus perfectos cuerpos y a mí me queréis cebar.

Logan y Jeff la tumbaron en la cama, impidiéndole hacer cualquier movimiento.

 Sus cuerpos son incapaces de coger peso.

Estiraron ambos sus brazos hasta dejarlos sobre su cabeza, acercaron sus
cuerpos hasta ella, quedando pegados a su piel mientras ella observaba lo
blanca que estaba y lo que contrastaba con sus pieles morenas. Logan descendió
su rostro hasta uno de sus pezones, dejando la punta de su nariz sobre su pezón
unos instantes mientras olisqueaba antes de sacar su rosada lengua y lamió la
punta de su pezón haciéndolo erizarse completamente al igual que la fina piel
blanca de ella, haciéndola agitarse al sentirse indefensa, levantó una de sus
piernas nerviosa casi golpeando a Jeff que la sujetó alzándola, haciendo que lo
mirase para él besarla, acarició su muslo mientras su hermano seguía atacando
el pecho de Aline y la sintieron estremecerse de placer y casi correrse.

 Hacerlo ya.

En un gemido soltó las palabras ansiosa, viéndolos sonreír a ambos antes de
que Jeff se moviera mirando a Logan, hablándose con la mirada mientras
bajaba besos por su otro pecho, su vientre y finalmente su monte con algo de
vello rubio. Aline alzó la mirada negando antes de ver como una de sus manos
cambiaba extrañamente, aumentaba de tamaño y como se convertía en la de un
gorila dejándola flipada mientras observaba el dedo corazón de este enrollarse
en uno de los rizos sobre la separación de sus labios. Ella no pudo evitar chillar
asustada al ver su brazo cambiar también, su brazo humano a uno gigantesco
peludo y él la observó algo ansioso, enseñando sus afilados colmillos cambiados
a los de un enorme gorila. Aline comenzó a hiperventilar al verlo soltar un
fuerte rugido animal que la ensordeció e hizo perder la consciencia.

 ¿Qué he hecho?

Jeff observó a Logan con tristeza, contemplando la mano de ella sobre su propio
vientre y la otra sobre su cabeza, se había desmayado.

 No he sentido que cambiaba una parte de mi cuerpo, nada,
simplemente mi instinto animal se estaba apoderando de mí.

Logan estaba completamente quieto, ni siquiera pestañeaba, miraba a su
hermano junto a ella.

 Lo siento.

Ella comenzó a removerse y sus respiraciones aumentaron levemente, la vieron
abrir los ojos lentamente, sus ojos mostraron pura tranquilidad unos instantes,
los justos antes de recordar lo sucedido y tratar de alejarse de ellos.

 No hagas eso, por favor no nos rechaces.

Aline cogió con ambas manos el rostro de Jeff, contemplando su rostro de piel
morena, era tan brillante y oscura, recorrió su rostro con las yemas de sus dedos
gordos, haciendo una leve caricia que le hicieron sentir la polla de él comenzar
a clavarse en su cadera, arrastró sus manos por su cabeza afeitada, mientras él
bajaba sus labios hasta uno de sus expuestos pezones que ya estaba
completamente de punta para él, lo sintió deslizar uno de sus brazos bajo uno de
sus muslos y uno de los brazos de Logan abrió la otra pierna, dejando su coño
al aire unos instantes hasta que su aliento lo calentó, después sus labios gruesos
dibujaron todo su monte de venus, sus labios vaginales, su clítoris y su lengua
profundizó en su estrecho canal, haciéndola alzar su espalda, doblándose, Jeff
pasó sus fuertes brazos por detrás de ella, clavando sus ásperos dedos en ella,
haciéndola gemir al sentir sus dientes morder su otro pezón y el pecho de él
tocar su otro pezón sensible tras la atención recibida.

 N… No voy a aguantar mucho.

Jeff apartó a Logan con rapidez, moviendo a ella de lado para tratar de
penetrarla.

 Debemos poner en ella un dilatador diferente, de esos que
dilatan más y más pulsando un botón.

Logan susurró esas palabras en el oído de Aline, por detrás de ella, bajando
besos por su espalda y mordiscos, se movió un poco y ella no pudo evitar torcer
su rostro hacia él, viéndolo moverse fuera de la cama, observándolo de pie ante
una cómoda, cogiendo un bote de vaselina que puso boca abajo y apretó si más,
haciendo que la crema cayera sobre su gruesa y larga polla, su mano libre
estaba bajo su polla y deslizó la crema con precisión unos instantes antes de
mirarla. La polla de Jeff tocó sus labios vaginales, los rozó y después se
incrustaron un poco dentro de su humedecida vagina, haciéndola retorcerse de
placer, torció su rostro hacia él, tocando con su frente sudorosa la de él,
mordiéndose los labios de placer, con cada centímetro que profundizaba en ella
la hacía retorcerse y gemir, moviéndose entre ellos de placer, gemir y gozar
empapando todo su tamaño, cuando por fin terminó de incrustarse en su interior
ambos respiraron con fuerza, justo antes de que ella viera en el reflejo de los
ojos profundamente negros de él a Logan, sintió la cama hundirse y los labios en
una de sus nalgas mientras la abría y tiraba con lentitud del dilatador anal, ella
se retorció asustada, negando, apretando la polla de Jeff con su coño, él trató de
reconfortarla, con dulces palabras, besando sus hombros, sus pechos y su cuello
hasta que la polla de Logan empezó a entrar en ella, sintió que la estiraba hasta
doler, pero ambos la reconfortaron hasta quedar encajados completamente en su
interior, dejándola con la visión borrosa y la respiración entrecortada.

 Estoy mareosa.

Las pollas de ellos le hacían sentir una mezcla de dolor y placer. Ambos salieron
de ella, casi a la vez y se profundizaron de nuevo en su interior, hasta tocar con
sus testículos su carne con un ruido seco, así uno salía, el otro entraba, ambos
lo hacían juntos y ella se vertía sobre la polla de Jeff, empapando la de Logan
por detrás, haciéndolos gruñir de placer y aumentar sus acometidas en ella, que
se recuperó de su orgasmo cuando otro estaba inundándola por completo y a
ellos, que la llenaron de chorros y chorros de semen, haciéndolos pensar que sus
pollas nunca dejarían de vaciarse en su interior, se quedaron quietos
disfrutando el momento, con ella retorcida hacia Logan, con una mano en el
hombro de él y la otra en el pecho de Jeff que besaba los labios de Aline con
dulces piquitos suaves haciéndola sonreír.

 Quiero orinar y me muero de hambre.

Ambos hermanos soltaron varias carcajadas antes de que ella los siguiera tras
ir al baño, llegó al dormitorio, deseaba salir desnuda, pero tras verse en un
espejo se negó envolviendo su cuerpo en la sábana que estaba esparcida por el
suelo. Ambos hermanos enredaron en la nevera, sacaron desde huevos hasta
carne. Donde Aline se sentaba en una banqueta alta observándolos pusieron
café, eran tan grandes, ambos se volvieron con una maldita bandeja repleta de
comida hasta ella y otras dos para ellos, si ella tenía un huevo ellos tenían seis y
para sus cuatro trozos de beicon ellos tenían en cada bandeja dos enormes
montones con por lo menos diez piezas o más, muchas rebanadas de pan
tostado, montones de tortitas y no dudaron en volverse con verdaderas jarras y
cargarlas de zumo de la nevera.

 ¿Vais a comeros todo eso? ¿En serio?

Aline los observó asentir y empezar a devorar cada maldita bandeja, comían
con las manos y pudo observar que la comida de ambos estaba verdaderamente
cruda y que solamente habían cocinado su carne hasta casi quemarla.

 Si yo me comiera todo esto engordaría como mil kilos o me
daría un emparcho.

Jeff y Logan se observaron un largo rato hasta que se volvieron a ella con
miradas extrañadas.

 ¿Qué significa emparcho?

Cuando ambos la escucharon y volvieron a escuchar de sus labios lo de sus kilos
terminaron de lamerse los dedos llenos de huevo, se levantaron tras preguntarle
si había terminado y recogieron todo mandándola esperar, al volverse mientras
se secaban las manos la miraron con verdadera malicia.

 De pie y quita esa mierda de tu precioso cuerpo.

Jeff dijo las palabras y tras acabar y observar que ella no hacía nada
mirándolos asustada Logan soltó un primitivo y salvaje.

 ¡Ahora!

Ella dejó caer la sábana por su cuerpo al ponerse sobre sus pies, cubrió sus
grandes pechos con uno de sus brazos y llevó su mano hasta su vagina,
cubriéndose todo lo que podía mientras trataba de encogerse y desaparecer.

 Ponte sobre tus manos y rodillas en el suelo.

Ella, dudó, pero ambos llegaron hasta ella rodeando la mesa y la miraron sin
más, tan seriamente que parecía que ellos si no les obedecía le harían algo, pero
ella no sabía si deseaba saber el que, una parte de sí misma decía que no lo
hiciera y corriera, otra que los golpeara con todas sus fuerzas y otra lo que iba
a hacer. Se dejó caer sobre la fría superficie, poniendo los codos en el suelo, con
la cabeza agachada, pero Jeff se puso de cuclillas ante ella, cogiendo su cabello
tras su nuca, haciéndola mirarlo a sus ojos negros rodeados de un rojo sangre
increíble, lo observó meter uno de sus enormes brazos bajo su cintura,
haciéndola levantar su culo.

 Así parecerá más grande, no por favor.

Ella trató de volver a bajarlo, pero él siseó prohibiéndoselo, se puso de lado a
su cuerpo, sin soltar su cabello, llevando sus dientes hasta una de sus nalgas,
sintiendo que su rostro cambiaba, mordiéndola e incluso dejando las marcas en
ella de sus enormes dientes de gorila, arrastró por el centro de sus nalgas su
gran lengua rosada hasta el centro de su espalda, viendo como se le erizaba la
pálida piel, como se humedecía de sudor y calentaba. Logan se puso tras ella,
abriendo con ambas manos sus nalgas, metiendo su rostro de lleno en ella,
profundizando su lengua dentro de su coño, haciéndola retorcerse tratando de
levantarse y largarse.

 Estás tan confundida mi vida. Quiero tu boca ¿Me la darás?

Logan introdujo uno de sus gruesos dedos dentro de su ano, haciéndola gemir y
retorcerse, pero Jeff puso su mano sobre su espalda, prohibiéndole hacer
cualquier movimiento, ella asintió a la pregunta que Jeff volvió a repetir y no
tardó en verlo ponerse sobre su perfecto culo en una de las altas banquetas,
Logan la ayudó a ponerse sobre sus piernas y pies, temblaba de deseo y
nerviosismo, pero Jeff sujetó su rostro antes de que pudiera decir nada más, con
ambas manos, mientras ella sentía a Logan pulsar con su polla entre sus labios
vaginales hasta clavarse un poco en su coño haciéndola retorcerse, ella puso
ambas manos en los muslos de Jeff, alzando su rostro para mirarlo negando
temblorosa.

 ¡Si puedes!

Aline sintió que un espasmo la recorría mientras él cogía con sus manos sus dos
tetas con descaro, gruñía enseñando sus enormes dientes de colmillos afilados,
alzó su cuerpo al sentir a Logan entrar en ella con rapidez, sujetándose a Jeff,
rodeándolo con sus brazos, produciéndose un corte con uno de sus colmillos en
su mejilla, sacándose casi toda la polla de Logan de su coño, haciéndolo
ponerse más alzado y volverse a clavar. Eran tan grandes que Aline no sabía si
dolía, si era placentero o ambas cosas al sentirlos dentro, Jeff la rodeó con sus
brazos, haciendo que su cuerpo se torciera hacia él para poder llegar a sus
rosados pezones, soltó uno de sus brazos y lo arrastró entre ellos, llegando con
las yemas de sus dedos a su clítoris, Logan la sintió correrse alrededor de su
polla, apretándolo, empapándolo y él salió tras sentirla terminar de colapsar,
trató de empujar en su ano, pero al sentirla moverse la sujetó por las caderas,
haciéndola detenerse completamente para volver a profundizar en ella,
sintiendo su anillo apretarse alrededor de su punta hasta que cedió y pudo
entrar en ella, pasó uno de sus brazos bajo la pierna de ella, alzándola para
pasarla sobre la cadera de Jeff, ayudándolo para que entrara en su coño y
juntos la follaran, cuando ambos se detuvieron dentro de ella la escucharon
gimotear tratando de respirar tranquilamente, pero le resultaba casi imposible
mientras ellos se profundizaban en su interior una vez tras otra haciéndola
empaparse y correrse sin parar, sus piernas ardían, sobre todo la que tenía
alzada y doblada, pero ella los sentía follarla como bestias, tocando sus tetas y
su clítoris sin piedad hasta hacerla caer en un profundo charco húmedo de calor
y placer.

Dev y Udai terminaban de colocar la alambrada que había destrozado una
hembra de las vacas, haciendo que las cabezas de ganado se escapasen, varios
machos de la manda se habían movido para ayudarlos y finalmente con el sol
cayendo y casi desapareciendo los dos hermanos estaban terminando el trabajo,
sus cuerpos apestaban y dolían, pero por lo menos ya estaba resuelto el
problema y podían irse a casa, para estar con Aline, la preciosa humana de
cuerpo curvilíneo, rollizo que se moldeaba a la perfección entre los cuerpos de
ellos, bueno entre los de ellos y los de los cambiantes a gorilas.

 No somos los primeros cambiantes en mantener una relación
con una hembra humana, debemos calmarnos.

Udai no pudo evitar decirle las palabras a Dev haciéndole soltar las tenazas
que tenía en su cinturón, mirándolo con ambas cejas apretadas.

 ¿Sabes que se volverá más apetecible para los vampiros y
demás seres de la noche verdad?

Udai apretó los dientes furioso, enseñando sus colmillos a su hermano.

 Los vampiros no pueden salir de Inglaterra, no es como si
pudieran venir a llevársela, ella permanecerá junto a nosotros así
tengamos que contratarla más tiempo.

Ambos llegaron a la casa y consiguieron ducharse sin masturbarse pensando en
Aline, llevaban demasiado duros todo el día, vieron el cuerpo de Aline
descansando en la cama, ambos fueron a decir algo, pero Jeff y Logan les
sisearon desde un sofá, estaban subidos arriba, en unas posturas incómodas y
seguramente peligrosas para cualquier humano, el rico olor de una suculenta
cena se esparcía por el lugar abriendo sus apetitos, Dev Y Udai cogieron unas
cervezas que señalaban Jeff y Logan, se pusieron junto a ellos, viéndolos de
nuevo sobre sus pies en el respaldo del sofá, en cuclillas, observando de
mansera fija a Aline.

 Estábamos haciendo tiempo, esperando por vosotros para
cenar mientras ella descansaba.

Ambos hermanos cambiantes a gorilas dieron un salto silencioso poniéndose
sobre sus pies y después se dejaron caer en el sofá de manera más cómoda,
mientras Aline se movía en sueños alzando un poco su gran y desnudo trasero.

 No tiene pinta de moverse muy pronto.

Udai sonrió ante las palabras de Jeff y junto a Dev no pudo evitar sentarse a un
lado de ella, mientras Dev se ponía en el otro, ambos comenzaron a recorrer su
cuerpo con las manos y los labios, viéndola estremecerse y jadear abriendo los
ojos mientras trataba de separarse de los brazos que rodeaban sus nalgas,
sujetándola para clavarse unos labios en su sexo.

 ¡Oh Dios!

Su precioso coño rosado brillaba y de sus labios vaginales bajaba una dulce
crema que Dev y Udai no dudaron en devorar como locos, arrastrando sus
lenguas entre sus pliegues, haciéndola alzarse al meter ambos sus brazos bajo
su vientre, llevándola hasta un placentero nuevo orgasmo. Dejándola terminar
de recuperarse del orgasmo, mientras ambos se observaban con los labios
hinchados la pusieron de lado, alzando una de sus piernas sobre Udai que
mordisqueaba sin piedad su tobillo, arrastrando su lengua por su piel, entrando
en su vagina mientras ella lo arañaba, Dev se puso tras ella, estirando su ano
con su polla empapada por vaselina que se había untado y junto a Udai
comenzaron un ritmo frenético dentro de ella, llenos de pasión y deseo,
sintiéndola retorcerse y temblar violentamente varias veces mientras se corría
apretándolos una y otra vez hasta que la siguieron, dejando marcas de sus
dientes por la piel de su cuello y hombros.
Una hora más tarde los dos hermanos cambiantes a lobo estaban poniendo la
mesa junto a Jeff en completo silencio, el cambiante había preparado junto a
Logan lasaña y habían preparado pequeñas bolitas de pan de ajo, los tres se
movieron hasta la habitación donde el cuerpo de Aline permanecía de espaldas
a ellos aún, tenía la espalda llena de marcas de dedos, arañazos y mordiscos
que los cuatro se desvivían por conseguir sobre su pálida piel. Logan estaba
acariciando uno de sus pechos, con la yema de su dedo corazón y subía su toque
por el centro de sus pechos hasta llegar a su rostro y pasar un grueso y largo
mechón del cabello de Aline tras su oreja en una caricia erótica que siguió por
su cuello, su espalda y después hasta la marca que le había puesto en su nalga,
cogiendo toda su carne como podía entre sus dedos, dejándoles ver a Udai, Dev
y Logan la crema que se vertía todavía por sus agujeros hasta acabar en sus
muslos.

 Aline, pequeña, debes cenar.

Ella soltó un simple quejido acercándose más a su pecho, haciendo que los
hermanos cambiantes a lobo y su propio hermano Logan se inundaran en celos.

 No tengo hambre.

Jeff recorría su espalda con caricias que la iban encendiendo hasta hacerla
soltar jadeos.

 Te encerraste después de desayunar para trabajar, te negaste
a salir a comer y derribamos la puerta apenas hace un par de
horas, comerás.

Aline negó tratando de hacer pucheros sin conseguir que él cediera.

 No tengo ganas.

Volvieron a insistir, pero sin ella poder evitarlo se vio arrastrada por la casa
hasta la isla de la cocina, viendo como Logan enredaba en el enorme horno
sacando una gran bandeja que puso en el centro, justo delante de ella, lo
observó cortar la enorme masa y sacarla viendo que era lasaña, puso en su
plato un enorme trozo mientras ella escuchaba al igual que ellos sus tripas
gruñir y no pudo evitar reírse, cuando todos se pusieron a comer escuchó a Dev
y Udai soltar ruidos placenteros, ella hizo lo mismo tras probar el primer
bocado, mirando hacia los dos enormes cambiantes a gorila mientras ponía un
brazo sobre la mesa y se cubría los pechos poniéndolos delante.

 ¿Qué piensas hacer al terminar el trabajo aquí?

Aline observó unos instantes a Udai antes de encogerse de hombros mientras
bebía de su vaso.

 Aún tengo mucho que hacer aquí, mínimo tengo trabajo para
un mes, después no sé, buscar algo en la ciudad. De momento no
tengo nada pensado.

Dev no pudo evitar coger su mano de lado, haciéndola mirarlo.

 Podrías quedarte aquí, ayudarnos, ser nuest…

Las palabras de él se quedaron enseguida silenciadas por los gruñidos de
Logan, ambos cambiantes se miraron a los ojos unos instantes antes de que ella
se soltara de su agarre y de que un teléfono comenzara a escucharse haciendo a
los hermanos cambiantes a lobo saltar con rapidez fuera de sus asientos,
cuando volvieron miraron con los rostros completamente blancos hacia Aline y
después a Jeff y Logan.

 Han descuartizado y desangrado a varias de nuestras vacas,
debió de ser algún animal o varios, han vuelto a romper el tendido
y se han escapado.

Tenían que hacerlas volver y averiguar que pasaba, Jeff y Logan se ofrecieron a
ir junto a ellos y Aline solo pudo observarlos marcharse y quedarse sola
recogiendo la cocina, apenas eran las nueve y ella podría pasar unas horas
trabajando después de una buena ducha, lo hizo, llegó al despacho, dejando las
horas y las horas correr en silencio, hasta que observó a varias grandes
cambiantes delante de la gran puerta del despacho, mirándola detenidamente,
no las había escuchado, simplemente aparecieron como fantasmas en la enorme
casa.

 ¿Crees que tú, una simple humana puede robarnos a
nuestros cambiantes?

Ella se quedó blanca mientras otra señalaba una de las marcas de su hombro,
no pudo evitar mirarse viendo aquello más sorprendida que todas ellas.

 Viene aquí, a robarnos a nuestros machos ¿Es que no sabe
que las hembras cambiantes solo podemos emparejarnos con los
de nuestras mismas especies?

Aline se quedó sin aliento al ser lanzada desde el asiento donde estaba, pasó
sobre la mesa hasta caer cerca de los pies de las hembras, apenas llevaba un
camisón negro que mostraba y resaltaba su piel pálida.

 No, no quiero problemas.

Se alzó moviendo su largo cabello para atrás, observando sus manos
magulladas al caer al suelo.

 Termina tu maldito trabajo humana y lárgate, ya tenemos
bastante con el resto de las que son como tú, unas roba
cambiantes.

Aline negó alzando su rostro, observando los cuidados y perfectos cuerpos de
las cambiantes.

 ¿Crees que ellos te querrán cuando te salgas arrugas, estrías
y te pongas más gorda de lo que ya estás?

Se sintió rodeada por las más de veinte mujeres que tenía alrededor de la
habitación y solo pudo negar hacia la que le hablaba de piel rojiza, la sintió
cogerla del brazo, con risas lobunas mientras la arrastraba hasta fuera de la
casa, justo donde una enorme cambiante musculosa la esperaba con unos
prismáticos, la obligaron a observar, a ver a Jeff, Udai, Logan y Dev junto a
varias cambiantes que apenas estaban vestidas por unas camisetas cortitas que
dejaban a la vista unos tangas y nada más, cogiendo las manos de ellos cuatro
mientras los cortejaban por así decirlo.

 Termina tu maldito trabajo humana.

Aline sintió que clavaban en su brazo una aguja con rapidez, se movió para ver
a una de ellas apartarse rápidamente, ella sujetó por la muñeca a Aline, con
verdadera fuerza, haciendo que las lágrimas tiñeran sus ojos, su muñeca se
escuchó con claridad, un ruido profundo y el dolor la hizo chillar mientras al
soltarla la cambiante ella se sujetaba con lágrimas en los ojos.

 Y lárgate o carga con las consecuencias.

Ella observó su brazo completamente sorprendida.

 Te hemos puesto un potente anticonceptivo, no te daremos
otra oportunidad humana.

Las hembras cambiantes comenzaron a moverse, caminando hasta que ella las
perdió de vista y pudo verlas después por los prismáticos coqueteando junto a
las demás cerca de los cuatro cambiantes y varios más que trataban de arreglar
todo, casi todas tenían una extraña fijación en Jeff y Logan, ambos cargaban
largos, gruesos y pesados listones de madera en sus hombros desnudos. Ellos
eran enormes, musculosos y perfectos, Aline soltó todo su aliento, por lo menos
esas cambiantes no la habían pillado durmiendo, se movió a la cocina y
mientras bebía agua observó que eran casi las tres de la mañana, pero no pudo
evitar coger el fijo y marcar a casa de su amiga Gloria, casi desiste tras cuatro
intentos, hasta que la voz de Pleyton llenó sus oídos.
 ¿Quién es?

Ella simplemente preguntó por su amiga, la voz agotada y casi sin aliento del
cambiante le hacía saber que seguramente estaban teniendo sexo cuando ella
llamó y que seguramente corrió a por el teléfono.

 ¿Está Gloria?

El cambiante comenzó a soltar palabras furioso, maldiciendo a la desconocida,
apenas Aline podía pronuncias palabra o soltar el aliento por los labios hasta
que escuchó la voz de Gloria detrás de la de Pleyton, tratando de calmarlo
mientras él respiraba con fuerza.

 ¿Quién pregunta por mí?

Aline le contestó y Gloria comenzó a hablar hacia Pleyton, haciendo que el
cambiante pidiera disculpas hacia ella en varios murmullos, cuando por fin se
quedaron ambas en la línea Aline soltó todo mientras Gloria trataba de
calmarla.

 Las cambiantes llevan muy mal que nos emparejemos con los
cambiantes, muchos de ellos tienen relaciones e hijos con varias
cambiantes y sé que a ellas se les prohíbe tener relaciones íntimas
con humanos u otros seres que no sean de su propia raza
cambiante.

Aline no pudo evitar decirle que había mantenido sexo con los cuatro
cambiantes y que las hembras le habían pinchado en el brazo un potente
anticonceptivo.

 Deberías ir a un o una médico que compruebe que te han
pinchado y calmarte, piensa en contárselo a ellos, pero de una
manera más suave, pueden atacar a las cambiantes por lo que te
han hecho y matarlas.

Apenas la luz del sol comenzó a salir Aline se levantó de la silla donde estaba,
escuchando a su espalda crujir con fuerza mientras ambas reían por las horas
que llevaban al teléfono.

 Creo que deberíamos irnos a dormir un rato.

Mirar por la ventana de la cocina y no ver nada más que un poco de espesa
niebla por el gran campo de la enorme finca la tranquilizó ¿Debería hacer caso
a Gloria? Tenía que pensarlo, no tenía ganas de formar un revuelo entre las
hembras cambiantes, Dev, Udai, Logan y Jeff, comprobó de nuevo una de las
tirantas de su conjunto, soltando un suspiro amargo, la ropa de tallas grandes
no le costaba nada barata y ella odiaba comprar a no ser que fuera por internet,
se deslizó en la cama, recordando como la desnudó Logan mientras ella se
duchaba la primera noche que compartieron sexo, las sábanas olían a ellos
cuatro, Aline trataba de coger una postura, apenas había abierto un poco el
centro de la cama, pero la descubrió entera tras sentirse cansada de intentarse
dormir, corrió las cortinas, el sol le molestaba y ya comenzaba a tener calor,
entre sus dos pechos comenzaba a sudar, incluso por su espalda, tuvo que poner
el aparato de aire acondicionado en marcha, desnudarse y cubrirse solamente
con la fina sábana.

 Observar sus pezones, parece que sean capaces de romper la
maldita sábana.

Los cuatro no tardaron más de media hora desde que ella se durmió en llegar,
otra en ducharse, comer algo de las sobras de la nevera y llegar hasta ella. No
podían mentir en que nada más llegar a la enorme casa sintieron olores de
cambiantes hembras y que necesitaron abrir la puerta del dormitorio de Aline
para llenarse del olor de ella, ahora los cuatro estaban alrededor de la cama,
mirándola detenidamente, estaba de medio lado, la sábana cubría sus suaves
curvas y ella dormía profundamente. Udai agarró la sábana, tirando lentamente
de ella, viéndola descender lentamente, descubriendo los pechos dibujados por
algunas estrías, la piel de su vientre, su coño adornado por un precioso vello
rubio, sus muslos grandes y sus piernas. Él señaló hacia Aline y después
observó a Jeff y Logan, ofreciéndosela primero a ellos, ambos no dudaron ni un
simple instante en dejar sus grandes cuerpos caer sobre el colchón, con manos
temblorosas llegaron hasta los tobillos de ella, alzándolos, besándolos,
haciéndola ponerse boca arriba, viéndola respirar pesadamente sin inmutarse
de que ambos subían besos por sus rodillas y muslos hasta acabar en sus labios
vaginales, ambos enterraron sus labios en ellos, llegando Logan a su clítoris,
dibujándolo con vibrantes zumbidos de su lengua mientras ella se retorcía de
placer. Jeff profundizó su lengua en su coño, mandando vibraciones intensas con
toda su lengua hasta lo más profundo de su ser, ella gimoteó el nombre de los
cuatro, apenas pudieron percibirlos, salían de sus labios entre sus temblorosos y
placenteros gemidos, se quedó con los brazos sobre su vientre y ambos
hermanos observaron una de sus muñecas, con las marcas claras de unos dedos
en su fina piel blanca, no dudaron ambos en coger su brazo y ver que las palmas
de sus manos estaban enrojecidas y ambos se volvieron hacia Dev y Udai.

 ¿Cuáles de vuestras hembras entraron aquí?

Jeff hablaba entre dientes, cambiando poco a poco, bajando de la cama,
alzándose sobre su cuerpo cambiado, acorralando a los dos cambiantes a lobo
en una esquina del dormitorio mientras ambos hermanos cambiantes a gorila
los miraban desafiantes completamente cambiados, en unos segundos los
cuerpos de Dev y Udai cambiaron a los de dos lobos negros que mostraban sus
dientes furiosos y saltaban sobre los gorilas, comenzando entre ellos una pelea
mientras Aline se despertaba viendo a un gorila y un lobo destrozar una
ventana, saliendo por ella lanzados. Ella se llevó las manos a los labios,
tratando de chillar para que la escucharan y se detuvieran, pero los ruidos que
los cuatro animales que se peleaban sobrepasaban sus gritos humanos, cogió
una lámpara de la mesilla y la lanzó hacia un gorila enorme, dándole en un
inmenso brazo, rebotó sobre la cabeza del lobo y ambos se volvieron enseñando
sus enormes dientes hacia ella, haciéndola casi mearse encima mientras sus
lágrimas brotaban sin cesar por sus ojos, ella escuchó el ruido doloroso de un
lobo y el de un enorme gorila que partieron el día fuera de la ventana
destrozada por la que entraba la luz del sol, enredó en los pies de la cama al
verse desnuda y se levantó para ver un rastro de sangre por todo el césped y a
un gorila y un lobo enredados en una sangrienta pelea.

 ¡Detenerlos!

Aline se volvió para ver a Udai colocándose un brazo en su sitio, su cuerpo
estaba destrozado, lleno de moretones, golpes y mordiscos, pero Logan no se
mostraba nada mejor, su cuello, ella se llevó una de sus manos a sus labios,
viendo que apenas tenía piel en uno de los lados de su garganta y que sangraba
manchando todo su cuerpo desnudo hasta sus pies. Al no verlos moverse se
volvió hacia los cambiantes que se peleaban, empezaron a llegar lobos
alrededor del lugar, comenzando a gruñir con fuerza, observándolo todo
mientras ella no podía dejar de llorar, Udai trató de tocarla, Logan también,
pero ella los evitaba.

 No podemos entrar en una pelea de cambiantes.

Trataron de convencerla, de hacerla dejar de llorar o calmarla, pero ella sólo se
volvió alejándose de allí tras ver a los dos cambiantes detener la pelea en unos
árboles alejados de la casa, corrió lejos, intentando desaparecer de todo
mientras comenzaban a formarse nubes en el cielo y a llover intensamente, no se
detuvo hasta que el barro casi no la dejaba caminar, estaba completamente
sucia la sábana blanca y sus pies tenían incluso heridas, tenía hambre, sed y a
su alrededor no veía nada, se había hecho de noche y comenzó a convulsionar,
pero no soltó nada por los labios. Se dejó caer sobre la sábana, sintiendo el frío
del suelo empezar a enfriar su cuerpo. Escuchó varios minutos más tarde unos
sonidos animales fuertes y asustada se levantó, tratando de mirar y viendo por
la luz que pasaba por los árboles dos enormes osos corriendo hacia ella. Aline
se quedó blanca y reaccionó comenzando a correr, sentía que los animales
estaban cada vez más cerca, pero al volverse para observar tropezó con algo
que la hizo rodar, golpearse y caerse por un precipicio.
Jeff, Logan, Dev y Udai se observaron detenidamente, Udai ya estaba curado, al
igual que Logan, pero Jeff junto con Dev necesitarían varias horas más para
mostrarse al cien por cien, los inquietaba entrar en lo más profundo del bosque,
sobre todo a Dev y Udai, sabían que los territorios de animales salvajes eran
peligrosos.

 ¿Dónde está?
Varios cambiantes se pusieron tras ellos, otros llegaron de partes del bosque con
miradas bajas, y movimientos negativos con sus cabezas mientras cambiaban a
humanos. Aquello significaba algo malo y si todos ellos no conseguían localizar
algo de Aline es porque su rastro podría haber desaparecido porque alguien lo
hubiera manipulado todo o por lo que ellos no querían ni pensar, la muerte.

 ¿Más de veinte de vosotros y no habéis dado con ella?

El olor de la húmeda tierra y hierva, más el aire helado que azotaba la zona
hacían perder sus olfatos

 Parece que el bosque se ha tragado su aroma, ni siquiera
sentimos ni vemos anda más que huellas de animales salvajes o
cambiantes que han abandonado su forma humana.

 ¡Eso es mentira! Sois unos inútiles.

Jeff soltó las palabras entre dientes, tirando de su camiseta con fuerza, dejando
a la vista de todos su enorme cuerpo, se lanzó entre los árboles, desapareciendo
y rugió el nombre de su hermano que no tardó en moverse y desaparecer tras él.
Ambos corrieron sin sentido por el bosque, tratando de percibir algo de Aline, lo
que fuera y no se detuvieron hasta casi quedarse sin aliento al ver un trozo de
tela blanca colgando de un árbol, eran restos de una sábana, dos osos estaban
lejos, gruñendo con fuerza y ellos se movieron de nuevo, llegaron hasta los
animales, haciéndoles huir mientras olisqueaban en ellos el olor claro de Aline,
pero al mirar alrededor no vieron sangre, ni restos de nada más, el frío
comenzaba a azotar con fuerza y apenas pudieron detenerse cuando chocaron
contra los cuerpos de Dev y Udai, los cuatro observaron los ojos de los
cambiantes que los rodeaban, seguían sin dar con ella, hasta que uno desde una
parte alejada llamó sus atenciones, señalando hacia abajo en una especie de
precipicio. Jeff llegó el primero y la observó, estaba cubierta desde sus muslos
manchados de barro, hojas y tierra hasta uno de sus pechos, con una mano
sobre su vientre y otra estirada por la caída, su hermoso cabello rubio clarito
estaba esparcido por el suelo, ensuciado y lo peor es que apenas se podía ver
que moviera su pecho, él gruñó, sintiendo unas espesas lágrimas caer por sus
ojos, unas que jamás había vuelto a soltar desde su liberación, pensando en que
ya se habían secado y sin pensarlo corrió hacia ella, descendiendo por aquel
lugar a la carrera, nada más llegar hasta el cuerpo de Aline lo empujó
levemente, varias veces con uno de sus nudillos de gorila, su cuerpo se agitaba
solo, después viéndola moverse él soltó unos bufidos intensos entre lágrimas
más y más gruesas al verla volver a quedarse quieta, la cargó en sus brazos,
tratando de darle calor que su animal tenía, llevando su oído hasta su pecho, sin
percibir absolutamente nada y soltó un gruñido atroz y doloroso, haciendo que
los pájaros se movieran fuera de sus refugios y seguramente el resto de animales
salvajes que los rodeaba, trato de respirar, sintiendo que en cualquier momento
su muerte llegaría tras ella, mirando hacia las estrellas completamente furioso,
abriendo los labios, mostrando sus dientes para volver a gruñir. Pero un toque
suave llamó su atención y él no pudo más que bajar la mirada, pensando que
aquello era una mentira de su cerebro, pero no, Aline lo observaba a través de
sus ojos enrojecidos y sonreía por sus hermosos labios heridos por el frío.

 Jeff.

Que ella lo reconociera estando cambiado lo llenó de alegría más aún que no se
asustara al verlo tan enorme y él no pudo más que comenzar a acariciarla, besó
su rostro, puso su frente contra la de ella, haciéndola moverse y quejarse al
comenzar a restregar sus grandes manos por su cuerpo para ayudarla a entrar
en calor, tiritaba de frío, pero no la soltaría hasta que se calentase, él se sentó
en el suelo, en la postura del indio y la mantuvo pegada a su cuerpo mientras
Udai llegaba junto a ellos, poniendo su hocico pegado a la cara de Aline,
lamiendo una de sus mejillas con algunos cortes, quedándose allí para darle
más calor.

 Debería verla un médico.

Dev estaba cerca, pero ellos no le podían prestar atención, estaban demasiado
emocionados e incluso si lo quisieran les resultaría imposible dejar que Aline
saliera de sus toques, Logan trató de llegar hasta ella, consiguiendo besar su
frente mientras la observaba jadear completamente desnuda, contempló sus
pechos llenos de arañazos y cortes y no pudo evitar derramar algunas lágrimas
de tristeza por sus ojos. El camino de vuelta a la enorme casa fue
completamente silencioso, el resto de cambiantes, salvo varios que habían
emprendido una marcha más rápida para avisar de la necesidad de algún
médico capaz de atender humanos los rodeaban a los cuatro mientras Jeff
cargaba el cuerpo de Aline, no dudó en entrar con ella en la ducha, tratando
con mimo y cuidado su cuerpo, dejándola completamente limpia. La sentó sobre
su cuerpo en una banqueta del baño, tratando de desenredar su cabello,
inclinándola un poco hacia delante con su hermoso rostro entre su mano, cogió
un cepillo que Udai le ofrecía y trató de decirle gracias, pero le fue imposible
decirlo, se mantenía furioso y alerta, apenas la dejó en la cama del dormitorio
de la casa de Udai trepó por una gruesa columna de madera y se quedó en una
gran viga, observando a un cambiante a lobo de joven edad llegar con un
maletín hasta los pies de la cama, Logan sujetó su hombro, haciéndolo mirarlo.

 Si ella supiera la felicidad que nos trajo al cruzarse
en nuestros malditos caminos hermano. Ella me ha alentado
para seguir adelante, deja al macho examinarla.

Logan apartó la mirada, observando por los grandes ventanales comenzar a
salir el sol.

 Creíamos que jamás sanaría nuestro odio hacia los
humanos.

Jeff se mordió los labios, como si tuviera un dulce caramelo en su boca.

 Ella nos está dando algo, las ganas de proteger, de
criar, de sentir amor.

Varias hembras cambiantes a lobas observaban todo desde las grandes puertas
del dormitorio, trataban de parecer sumisas, con miradas casi bajas y rogaban a
Dev y Udai sus perdones y negativas hacia lo que Aline pudiera soltar por sus
hermosos y heridos labios rosados.

 Estas ganas mías de ella me están haciendo perder la
cordura. Deberíamos apartarla de todo.

Aline se llevó los labios sopa caliente que el doctor le ofreció y pidió privacidad
con el doctor, sin conseguir que Jeff y Logan se movieran de donde estaban.

 ¿Estamos ofreciéndole u obligándola ya ha
permanecer retenida en un sitio, esperando a que nos la
intenten quitar o dañar?

Tras ver al doctor insistirles en que se marcharan del dormitorio pudieron ver a
las hembras cambiantes a lobas tratando de acaparar las atenciones de Dev y
Udai sin dejarlos apenas respirar.
A ella podría parecerle que desde aquella noche todo iría mejor, pero no, dos
semanas después la tensión entre los cuatro enormes cambiantes era palpable y
apenas la dejaban un instante dentro de la casa o en cualquier otra parte sin
estar alguno de ellos cerca. Pero no la tocaban, ni siquiera trataban de estar
con ella en un mismo lugar, le habían dejado completamente sola y ella no
comprendía nada, triste y tratando de conseguir terminar su trabajo en tiempo
record para marcharse cuanto antes de allí terminó de revisar unos últimos
documentos por ese día, dejándose llevar por las cantidades que iba apuntando
en el ordenador, llegando a un recuento de dinero demasiado grande, una
cantidad que ella no podría pagar ni siquiera en veinte vidas, movió sus ojos
para ver que una sobra se ponía por debajo de la puerta del despacho, se quedó
completamente quieta y tensa hasta que se alejó de allí un instante después.
Apenas era medio día y ella ya tenía el aire acondicionado a tope, pero eso no
evitaba que sudara, el doctor le habló con claridad y sabía que tendría ratos de
calor intenso por el anticonceptivo que bien podría ser para yeguas aquello que
le habían pinchado las cambiantes, ellos no lo habían olido en su piel, ni
siquiera el doctor que deseaba comunicárselo a varios colegas, porque decía
que algo raro sucedía con las cambiantes, pero le suplicó que no dijera nada
por el bien de la comunidad, asombrosamente estaba ya completamente curada,
al haberla mordido los cuatro su cuerpo no enfermaría con facilidad y las
heridas de curarían antes, escuchó detrás de las paredes pisadas fuertes de
caballos acercarse y no pudo evitar volverse y ponerse entre las cortinas para
ver a Dev y Udai llegar montados a caballo, con sus morenos cuerpazos
desnudos de alguna camiseta, con vaqueros y unos sobreros de vaqueros de
tonos crema, sudaban un poco del trabajo que debían haber estado haciendo y
sus enormes pectorales se movían por los movimientos de los caballos al trote,
ella movía sus ojos, contando cada una de sus hermosas onzas que marcaban
sus apretados abdominales hasta tener que apartarse con los labios adoloridos
de mordérselos. Jadeó excitada volviéndose al ordenador, tratando de
abanicarse mientras subía un poco su falda, tratando de enfriar sus muslos y
tiró del pecho de su vestido floreado, intentando recuperar la compostura. Igual
si se tocase conseguiría liberar un poco la tensión sexual que llevaba a cuestas,
se movió de nuevo hacia la ventana para ver a los dos llegar ya con los caballos
hasta un establo cerca de la casa, los observó bajar delante de Logan y Jeff que
estaban cruzados de brazos, apoyados en las puertas, comenzaron a hablar un
poco mientras los dos cambiantes a lobo refrescaban a los caballos y ella
simplemente se alejó al ver a los cuatro mirar hacia la ventana, como si la
estuvieran viendo, observó unos instantes los zapatos bajos que se había puesto
y se los puso, aún no habían arreglado la habitación, por lo que tenía que
caminar hasta la casa de Udai. Cruzó el pasillo y llegó hasta la cocina, salió
por la puerta que daba a las cosas que habían construido los dos hermanos al
lado de la que debía de ser los padres de ellos y caminó hasta entrar en la de
Udai, observó las demás casas que habían construido los hermanos por la
ventana del salón y a pesar del rico olor de la comida dudaba de su hambre, en
las últimas semanas parecía que hubiera desaparecido su apetito y estaba a
gusto con eso, pero también la mantenía preocupada el saber que la regla no le
vendría en un mínimo de tres meses. Aline llevaba días observando que las
demás casas estaban vacías y sabía que los cuatro tardarían en volver a la casa
un poco más, la esperarían en la enorme casa para acompañarla a comer y
tardarían un poco en llamar a la puerta como siempre hacían, intrigada salió de
nuevo por la casa y llegó hasta una de las otras, en total había cinco y la que
estaba más alejadas del resto llamaba más su atención, era diferente a las
demás, llamaba mucho la atención porque parecía una construcción de la india
y ella quería entrar allí como fuera. Se roció de colonia y antes de que se diera
cuenta ya tenía los dedos de su mano sobre la puerta y la estaba empujando, allí
no necesitaban llaves y eso ella lo sabía desde el primer día, escucho que su
propio nombre salía por los labios de Jeff de manera completamente salvaje y
animal y tras entrar con rapidez se apoyó en la puerta, cerrando a sus espaldas
mientras los volvía a escuchar llamarla, la casa tenia ventanas grandes, pero
eran tintadas y solamente ella podía ver a los de fuera, jadeó al ver la cabeza
calva de Logan asomar por la puerta de la casa de Udai y caminó para atrás
mientras estornudaba con fuerza, lo observo volverse porque no sabía dónde
estaba, negándole a los demás por el olor a perfume. Ella lentamente se movió
para atrás y tuvo que cubrirse los labios al ver un potro de madera con cuatro
esposas, un cepo, varias jaulas, cómodos sofás, incluso una rueda con grilletes y
bandejas con pinzas y consoladores, no pudo evitarlo y cogió uno, tratando de
meterlo entre sus pechos, colocándolo debajo de ellos, se volvió para ver a los
cuatro en la casa de Udai, los podía escuchar estornudar y abrir ventanas,
salieron y entraron de nuevo rato después. Ella estaba nerviosa, tratando de ver
que ninguno miraba hacia allí. Abrió para salir corriendo hacia ellos, tratando
de llegar tranquila, sin conseguirlo.

 Pareces un tomate Aline ¿Te encuentras bien?

Ella tragó asintiendo hacia Jeff, viéndolo coger un pañuelo mientras comenzaba
a coger aire y estornudar con fuerza, la lástima la recomía por dentro, se apartó
un poco y lo observó asintiendo.

 Solamente salí un poco a tomar el fresco, necesitaba
despejarme, siento mucho haberme puesto perfume encima.

Él recorrió con la mirada todo lo que pudo fuera de la casa, tratando de
percibir alguna amenaza, después bajó la mirada por su rostro, hasta llegar a
sus pechos y observarlos mientras se lamia los labios. Ella trataba de respirar
tranquilamente, pero apenas pudo conseguirlo al sentir que su mirada volvía
hasta la de ella, haciéndola jadear, después se apartó volviendo a estornudar
mientras asentía y se ponía junto a los demás estornudando también, dándole la
espalda, enseñando su hermoso culo prieto, Aline se mordió el labio bajo y se
movió hacia su dormitorio, sacando el consolador, metiéndolo en la cómoda,
quedándose unos instantes quieta tras esconderlo, al alzar los ojos observó a
Udai mirándola delante de la puerta del dormitorio, completamente serio,
apenas podía respirar de lo nerviosa que estaba, sintiéndose descubierta y con
las mejillas completamente rojas.

 Ven a comer por favor, con todos nosotros.

Si ella pensaba que igual alguno de ellos, por lo más mínimo iba a saltar sobre
sus carnes estaba completamente confundida y la tensión era palpable mientras
los cuatro terminaban de recoger las sobras de la comida y ella se escabullía
fuera de la casa, volviendo al trabajo, dejando que pasaran incluso las horas de
cena mientras ella trataba de perder el tiempo para no cruzarse ante la realidad
de lo que estaba sucediendo allí, esperaba terminar rápido con su trabajo e irse
a despedirse de Gloria, para marcharse a trabajar lejos, mordió un sándwich de
queso y apuró la bebida casi a las dos de la mañana, dándose cuenta de la hora
cogió su móvil y puso la linterna, saliendo de la casa a toda prisa para irse a
duchar y probar aquello que había cogido, el vibrador, escuchó aullidos cerca y
se espabiló más en llegar a la casa, viendo a varias hembras cambiantes
alrededor de las casas. No respiró tranquila hasta estar dentro de la casa
silenciosa, duchada, con una toalla envolviendo su largo cabello rubio y otra
cubriendo lo que podía de su cuerpo. Trató de escuchar, con la oreja pegada en
la puerta de su dormitorio, aguantando la respiración, pero nada, parecía que la
casa estuviera vacía, se volvió hacia la cama y movió sus dedos mirando hacia
la mesilla dudosa, pero finalmente cogió el consolador, lo lavó en el cuarto de
baño, se quitó las toallas y se subió a la cama.

 Bien, piensa en algo erótico, piensa en algo erótico.

Se mordió los labios imaginando que ante sus ojos estaban Jeff y Logan, tan
magníficos y con cuerpos de chocolate, con sus enormes y gruesas pollas
apuntando hacia ella, ambos se lamieron los labios y alzaron una de sus manos,
mientras que con la otra recorrían sus perfectas tabletas de chocolate. Ella se
puso sobre la cama, poniéndose boca abajo, como en cuatro, agachando la
cabeza mientras accionaba el vibrador negro, observó que algunas bolas se
movían dentro y comenzaba a hacer movimientos y ella lo pasó por su vagina,
empapándolo, gimió y se llevó su mano libre a los labios, tratando de silenciar
sus sonidos de placer, subió su cabeza, poniéndola de lado en la cama, pegando
sus labios a la almohada, consiguiendo profundizar el consolador un poco
dentro de ella. Pero no pudo hacer más, un ruido espantoso, seguido de la
puerta reventándose hizo que ella se detuviera y al alzar la mirada pudo ver a
Jeff arrebatarle el consolador, sus ojos estaban completamente rojos y él trató
de partirlo a la mitad sin conseguirlo, haciéndola reírse al ver que se le
resbalaba entre los gruesos dedos y finalmente lo lazó contra una pared,
llevando sus dos manos a sus pechos furioso, golpeándoselo, con tan mala
suerte que el vibrador volvió hacia él y lo golpeó ruidosamente en un lado de su
rostro. Aline no pudo contenerse al verlo detenerse sorprendido y rompió a reír,
literalmente, hasta casi mearse. Pero ninguno más allí lo hacía, Udai estaba
cerca de ella, mirándola con los ojos brillantes.

 ¿Sacaste eso de nuestra casa de juegos? ¿Cómo
entraste sin saberlo nosotros?

Señalaba por la oscuridad de la ventana hacia fuera, ella se torció hacia un
lado, evitando que la cogiera.

 Por eso se perfumó con esa cosa tan desagradable.

Pero no pudo evitar que Logan cogiera su tobillo y tirara de ella hasta el borde
de la cama, la cogió y puso sobre su hombro. Aline chilló, tratando de soltarse,
lo golpeó e incrustó sus dientes en su espalda, pero con consiguió más que caer
sobre una de las rodillas de él, a la vez que él lo hacía en el sofá del dormitorio,
desnuda e indefensa trató de escapar, pero por nada lo haría de aquel enorme
titán. Apretó los dientes al sentirlo golpear una de sus nalgas, dejando una
quemazón impresionante y erótica en su carne y ella le clavó las uñas en la
pierna, hasta quedarse con piel entre ellas, pero no consiguió más que su
mirada furiosa y ser atada con las manos a la espalda. Desnuda, con el coño
aun ardiendo fue llevada hasta aquel lugar en el que entró por curiosidad y
dejada sobre una mesa que no dudó Logan en hacer dar unas cuantas vueltas,
ella se removió, casi cayendo por el borde, pero Dev sujetó uno de sus tobillos y
la estiró, inmovilizándola, siguiendo el mismo destino su otra pierna, dejándola
completamente a la merced de los cuatro. Penas se detuvo aquella mesa Aline se
observó a sí misma, sus muñecas estaban perfectamente atadas ahora sobre su
cabeza y no tras su espalda y las correas que sujetaban sus tobillos no le
permitían hacer ningún movimiento, pero lo peor llegó al ver que su cuerpo
estaba reaccionando, sus pezones estaban completamente tiesos y su piel se
estaba erizando más y más y no solo por la superficie fría de madera donde
estaba atada e indefensa.

 ¿Qué vais a hacerme?

Ella pudo verlos alrededor de la habitación, prendiendo algunas velas,
apagando la luz del techo y después los cuatro se pusieron alrededor de la mesa,
poniendo sus brazos sobre la madera, mirándola intensamente, en un completo
silencio, volviéndola loca, Udai estaba ante sus ojos, se inclinaba con algo
delante de su cara y ella observó que era una pelota roja con dos cuerdas de
cuero, trató de evitarlo, retorciéndose, viendo lo nervioso que estaba tratando de
meter la pelota entre sus labios, consiguiendo él un mordisco.

 No me toquéis.

Sin poder terminar de cerrar los labios, sintió que las manos de Jeff se ponían
alrededor de su cuello, deteniendo sus movimientos y Udai presionó en sus
labios la pelota, haciendo a Aline morderla furiosa mirándolos a los cuatro.

 Está hermosa ¿Verdad? Vamos a tomarnos una copa.

Dev y Udai hicieron que Aline tratara de decir algo, después hizo como un
sollozo, tratando de llamar sus atenciones, consiguiendo las de Jeff y Logan,
pero solo unos instantes antes de que Udai llenase unos vasos congelados con
hielo y Whisky hacia ellos, diciéndoles algo entre los labios, despues se volvió
hacia ella, dando un trago, mirándola con una sonrisa lobuna.

 No vamos a dejarla ahí toda la noche chicos, tomaros
una copa, debe aprender y ser castigada.

Udai hablaba furioso, lleno de celos por un vibrador de mierda, cosa que no
sentía cuando los gorilas tenían el cuerpo de Amber lleno por sus jodidas pollas
y todo para él era tan confuso como desear compartir con ellos y con su
hermano Dev a la diminuta y estrecha humana.

 No puedo verla así.

Jeff se sentó en el reposabrazos de uno de los dos sofás, agachando su cabeza
entre sus piernas, llevando sus manos hasta su afeitada cabeza.

 Tenemos que poner otros dos sofás aquí hermano.

Dev alzó su copa sonriente, era la primera vez que ambos estaba en aquel lugar
juntos y ahora los cuatro, pero ambos dejaron el cachondeo que iban a
comenzar a ver a Logan de cuclillas en el suelo, solamente sobre los dedos de
sus pies, mirando que Aline comenzaba a tener un brillo en los ojos de lágrimas.

 No vamos a poder hacerlo, los dos hemos sido
obligados a estar así muchas veces, hasta que nos
liberaron, atados, no pudiendo evitar ser utilizados de
cualquier manera o a la inversa, teniendo que montar
hembras.

Jeff alzó su cuerpo, cogiendo la copa que le ofrecía Udai con mano temblorosa,
llevándola hasta sus gruesos y carnosos labios, vaciándola de un solo trago.

 Aquí no va a suceder nada de lo que habéis vivido,
solamente vamos a darle placer a ella y a nuestras jodidas
mentes, no vamos a hacer nada que le produzca malestar o
dolor, lo comprobaréis por vosotros mismos.

Dev y Udai se pusieron sobre sus pies y cuerpos rectos, terminando sus copas,
instando a Jeff y Logan que tomaran asiento, ambos abrieron la nevera,
cogieron hielo de diferentes formas, desde una estrella hasta un corazón y uno
que tenía forma de consolador, ambos sonrieron al llegar a la mesa, poniendo
varios hielos por el cuerpo de Aline, haciéndola contonearse al sentir el grande
que habían puesto sobre sus labios vaginales, pero Udai volvió a cogerlo, con
sus dientes, agachándose en la mesa, subiéndose un poco, apretándolo entre sus
dientes para pasarlo por los labios vaginales de Aline, haciéndola estremecerse,
aquella cosa helada se iba deshaciendo, dejando gotas frías por la piel de ella y
cuando solo quedaba un pequeño trozo él subió, lo puso entre sus dientes y lo
rompió para comérselo, dejando algunos trocitos esparcidos por la cremosa piel
de ella, se alejó un momento a por otra copa y después volvió cerca de Aline,
justo enfrente de Dev. Ambos hermanos sonrieron, cargando un hielo cada uno
en sus manos, con forma de estrella, incluso puntiagudos. Ella se estremeció y
gimió al sentirlos dibujar lentamente sus pezones.

 Trata de respirar por la nariz, tranquila pequeña.

Los dos le decían palabras tranquilizadoras, ambos dejaron en su ombligo los
dos hielos y cogieron con sus manos sus pechos, cargándolos, llevando sus
labios hasta sus pezones, succionaron con verdadera ansia en ellos, estaban
helados y más sensibles de lo normal, pero el choque de sus alientos antes del de
sus labios la hicieron empaparse y después de sus labios sus dientes clavándose
algunas veces en su delicada piel la estaban llevando a un placer indescriptible.
Ambos empezaron a hacerle señas a Jeff y Logan, señalando los muslos de
Amber y su vagina, los dos cambiantes a gorila llegaron entre sus piernas y
hundieron sus rostros en ella, profundizando sus lenguas en su coño, lamiendo
sus labios vaginales, dibujando su clítoris mientras Dev y Udai le mordían y
succionaban los pechos y ella comenzaba a temblar de placer, sintiendo que una
inmensa e impresionante descarga se estaba formando en su cuerpo, ella
comenzó a correrse lentamente, fundiéndose con los labios de los cuatro, las
yemas de los dedos de todos ellos recorrieron su piel y le alargaron el orgasmo,
no un instante, sino un buen y brutal rato, liberaron sus labios y sus manos y
pies para dejarla abrazarse a sí misma, porque temblaba de placer, todo su
cuerpo se sacudía casi con violencia. Se incorporó un poco cerca del borde de la
mesa, viendo las restricciones por todas partes cerca de su piel y no pudo evitar
jadear de placer al sentir los labios de Jeff en su hombro, en su espalda y en el
centro de su columna, torció su rostro y lo observó mirarla detenidamente
volviendo a su hombro con los labios y después lo dejó besarla, rodeándola con
sus brazos, haciéndola torcerse y abrirse de piernas alrededor de él, cuando
ambos se quedaron sin aliento se abrazaron, sintiendo ambos el contacto
deseado, Logan se puso a un lado de ellos, con los nudillos sobre la mesa y el
pecho hinchado, mirando todo con aceptación y orgullo, mientras Dev y Udai se
quedaban frente a ellos bebiendo.

 Los demás también quieren un rico beso nena.

Él la cogió por las caderas y la bajó, ayudándola unos instantes a recuperar la
compostura, la dejó llegar hasta Jeff, viéndola rodear por detrás a su hermano
como podía, sin llegar a poder tocarse ni las yemas de los dedos, mientras él
recuperaba la compostura y se revolvía ante ella, asustándola antes de cogerla
por el culo y besarla, haciéndola quedarse colgando de los dedos de sus pies,
ella se puso con el rostro contra su pecho, con los labios enrojecidos y la mirada
brillosa, Jeff la ayudó a volver sobre sus pies y la hizo caminar con pasos
tambaleantes hasta soltarlo llegando a los cambiantes a lobo, ambos la
rodearon, poniéndose frente a ella Udai, dejándola apoyarse con sus manos en
su pecho, mirándola con intensidad, mientras Dev la mordía en el cuello
marcándola, haciéndola temblar y gimotear, dejando un rastro de sangre por su
piel, ambos lamieron su carne ensuciada por la sangre, dejándola brillante y
ella sintió que su barbilla temblaba y sus ojos se empañaban lentamente de
lágrimas, pero no de dolor.

 Te atreviste a robarnos en nuestras propias caras.

Udai alzó su rostro haciéndola mirarlo.

 Suplícanos que te perdonamos.

Apenas le dejó pronunciar palabras, estaba nervioso y excitado.

 Dinos qué harías… dinos que te dejarías hacer todo
lo que quisiéramos ¡Todo!

Ella saltó algo asustada al aullar él las últimas palabras y retrocedió chocando
contra Dev.

 ¡Dilo!

Aline tocio su rostro hacia Jeff y Logan, mientras ambos lobos olisqueaban y
rozaban con sus labios sus mejillas, viendo los enormes cuerpos y brazos
cruzados de manera tranquila de ambos gorilas sintió el aliento de Udai en su
oído y se volvió hacia él, viendo sus ojos de lobo y después su rostro, cambiando
considerablemente al de un verdadero lobo.

 Hacer conmigo lo que queráis.

Apenas dijo las palabras dejó que ambos ansiosos lobos la arrastraran
literalmente hasta una cruz de San Andrés y que ambos ataran sus manos en ella
separadas. Ella observó a Jeff con una especie de consolador de hielo, Udai se
lo arrebató de las manos y se acercó sonriente hasta un estante donde sacó algo,
metiéndolo dentro, sonriendo hacia Dev.

 Ambos supimos enseguida de donde venias pequeña,
ese apestoso olor a flores llegaba hasta aquí.

Aline algo asustada negó al llegar ambos cambiantes hasta ella, dibujando su
cuello con aquello tan frío, recorrieron sus pechos lentamente, su vientre y
vagina.

 Somos cambiantes a lobos pequeña, sabemos
perfectamente donde estás o vas siempre, porque tu olor y tu
ritmo nos guiarán siempre.

Apenas pudo apretar los dientes al sentir aquello frío entre sus nalgas, viéndolo
tocarse varias veces el pecho sobre su corazón.

 Siempre iremos un paso por delante, sabremos lo que
puedes aguantar ¡Somos jodidos cambiantes pequeña!

Dev se alejó unos instantes, volviendo con un látigo de varias puntas,
observándola unos instantes a los ojos mientras alzaba aquello y después la
golpeaba en el pecho, tocando sus pezones, él se volvió al escuchar a Jeff y
Logan gruñirle y no pudo aguantar la carcajada que salió de sus labios.

 Ya sabemos quiénes van a ser los consentidores aquí.

Aline alzó la mirada al preguntar el que si lo sabía cerca de su oído y después
observó los puños de Jeff y Logan, con los nudillos marcados, cambiando a los
de gorilas, mientras Dev la volvía a golpear varias veces, haciéndola retorcerse
y después volverse para ver que ambos gorilas trataban de arrebatarle el látigo
a Dev, pero desde detrás de ella Udai llamó sus atenciones.

 ¡Quietos! ¿No querréis que lo entre dentro de ella?

Nada más decir aquello, la punta del vibrador de hielo se puso en la entrada de
Aline, haciéndola tragar, Udai se alzó un poco, poniendo su mano libre sobre su
piel marcada, clavando un poco en ella aquello congelado, susurrando en su
oído.

 Todavía no se dan cuenta de lo hermosa que estás así,
marcada por nosotros, disfrutando, pero tranquila, pronto,
muy pronto adorarán azotar tu hermoso culo blanco
humano.

Aline comenzó a gemir al sentir el consolador comenzar a entrar en su coño, las
sensaciones eran tan extrañas que apenas podía hacer nada salvo respirar por
los labios con fuerza, él, Udai, comenzó a bajar su mano hasta su clítoris,
mientras clavaba su polla entre sus nalgas, se empapó de la crema de ella y se
profundizó un poco en su carne, sintiendo el anillo de su ano apretarlo sin
piedad, llevando su mano libre hasta uno de sus pechos, sin tener piedad alguna
con ella. Dev se puso delante de ellos, sacando de su coño el vibrador, entrando
su polla en ella, haciéndola retorcerse y gemir de placer, separaron la cruz a la
mitad, quitando la parte de abajo y le alzaron las piernas y siguieron un ritmo
en su interior casi frenético, mientras ella chillaba y gemía de placer, llenando
los oídos de Jeff y Logan, que ansiosos se acercaban cada vez más a ellos,
viendo lo que les parecía casi imposible, se corría locamente, desataron las
manos de Aline, ayudándola a poner sus manos sobre los hombros de Dev y
Udai, viéndola venirse otra vez más con ellos clavados en su interior, mientras
sus cuerpos se iban tensando cada vez más, los observaron correrse, mientras
ella los apretaba y absorbía completamente todo de ellos, con una mano
alrededor del cuello de Udai, con su espalda clavada en el pecho de Dev y los
ojos entrecerrados mirando hacia ellos, después Udai la hizo caminar hacia Jeff
y Logan, ambos la recibieron entre sus brazos, Jeff se puso sobre ella en la
cama, besando uno de sus hombros, mordisqueando su piel, entrando en ella
lentamente, viéndola retorcerse de placer, mientras él trataba de contenerse,
entrando lentamente en ella todo su miembro, esperando que se acomodara, se
movió a un lado con ella rodeando su cuerpo como podía, teniendo que
sujetarla, temblaba de placer contra él, decía o balbuceaba cosas sin sentido.
Logan se puso tras ellos, tenía la polla completamente untada en vaselina y
presionó en el ano de Aline, haciéndola gimotear de placer, ambos pegaron sus
anchas narices por la piel de ella, llenándose con su aroma, acariciaron su piel,
amando su suavidad, la escucharon decir sus nombres, sintiendo sus pechos
quemar por su ternura derramada por sus labios, observaron que se estremecía
y se le erizaba la piel por los contactos de sus labios por su cuerpo, sintieron su
temperatura con las puntas de su lengua, la llenaron de besos y suaves
mordiscos, haciéndola venirse, aguantando sus ganas y deseos de correrse. Jeff
puso su oído en el pecho de ella, sintiendo su ritmo acelerado, subió su rostro y
la sintió suspirar, temblar, llegando poco a poco por el camino de la excitación,
deseando que con esos actos pudieran hacerla de ellos.
Tras aquello los meses pasaron y Aline conservaba la puerta de su despacho
abierta, algunas veces y dado la poca ropa interior que le quedaba no llevaba
nada bajo su vestidos y Jeff junto a Logan que pasaban las mañanas con ella le
hacían perder tiempo, haciéndola inclinarse delante de ellos y muchas cosas
más, ambos la observaban ahora mismo, por la ventana del despacho, mientras
ellos esperaban a los hermanos lobos llegar a la casa, esta se estaba adornando
por algo y ellos solamente habían pasado el día viendo a varias de las hembras
lobas revolotear por la casa. No les habían permitido incomodar a su hembra de
ninguna manera y ambos se habían encerrado con comida y agua junto a ella,
estaban acostumbrados al silencio y la soledad, ambos podían hablar con
gestos, pero ahora fuera de la casa los recomía algo incómodo, sobre todo al ver
a varias hembras de su raza, hembras gorilas llegar vestidas con trajes de
fiesta, ellos no dudaron en llegar al porche de la enorme casa, viéndolas tratar
de tocarlos, pero Aline salió en ese momento por la puerta y ellas llegaron con
sus manos hasta sus cuerpos y con sus labios, llegando a besarlos en las
mejillas o cuellos, en segundos ellos reaccionaron con gruñidos furiosos. Pero
Aline no dijo nada y torció su mirada para ver los cuerpos tostados por las
horas de trabajo bajo el sol de Dev y Udai, ambos estaban sin camiseta, con
unos pantalones elásticos de tela que se dibujaba como si fuera vaquera, iban a
lomos de unos caballos pintos hermosos.

 ¿Por qué tanto revuelo?

Ella señalaba la fila de coches que llegaban a lo lejos, bajó los escalones del
porche en sus altos tacones y se puso cerca del caballo de Udai, mientas él se
agachaba para ponerle una hermosa flor en el pelo y besarla en la frente.

 Ponte algo bonito guapa, es nuestro cumpleaños.

Aline observó a los dos cambiantes a lobo sin creerse sus palabras, soltando
peros sin terminar y nerviosa.

 Cualquier vestido con los que te has paseado por
nuestro rancho es aceptable, siempre y cuando apriete ese
culo tan bonito que tienes y no utilices ropa interior,
queremos poder tocarte cuando me apetezca.

Dev se lamió los labios de una pasada y al verla mirarlo asustada él volvió a
pasar su lengua, pero por sus afilados dientes de lobo.

 También puedes quedarte desnuda en la casa de
juegos, cancelaré todo, podremos velas en sitios que no te
puedes ni imaginar de tu cuerpo y pedir deseos.

La madre de ambos olisqueó el ambiente, asomando su cabeza por la ventana de
la cocina mientras aullaba seguido.

 ¡No se os ocurrirá huir de vuestra fiesta muchachos!

Por mucho que Aline pareciera animada en ese momento no lo estaba, dejó
correr el tiempo en casa de Udai, se duchó, su cabello era liso, por lo que solo
se lo tuvo que cepillar, se puso un vestido verde oscuro que en su vientre la tela
se unía por tela haciendo una equis, se puso brillo en los labios y se presentó
ante la puerta de la gran casa con unos tacones altos negros, apenas entró por
aquel lugar todo el ruido de conversaciones se detuvo y los cambiantes la
miraron a través de sus copas o simplemente mantuvieron sus miradas en ella,
los varones retrocedían bastante o se alejaban y las hembras la miraban por
encima del hombro, se movió hasta el salón para ver a los cuatro rodeados de
por lo menos veinte hembras cambiantes de cuerpos atléticos, eran perfectas,
parecían modelos de los años noventa. Aline tuvo una picazón en el pecho, pero
sonrió nada más ver a Udai apartar a todas para llegar hasta ella.

 Estaba a punto de ir a por ti, pero mi madre me vigila,
no quiere que me aleje de la fiesta.

Ella bajó la mirada por su camisa blanca, viendo que los botones estaban en su
sitio puestos a la fuerza y que las mangas que estaban en sus codos, estaban
rotas.

 Han cogido aumentado sus musculaturas los cuatro
desde que están contigo humana.

Los dos se volvieron para ver a uno de los padres de Udai, mirándolos con una
copa en la mano.

 Se están preparando para protegerte y ante una
posible paternidad.

La madre de los cambiantes a lobo salió detrás del enorme cambiante, haciendo
que Aline se pusiera completamente roja mientras ellos rompían a reír, la
cambiante la cogió por el brazo, haciéndola caminar junto a ella escaleras
arriba por la enorme casa.

 Pequeña humana, me alegra tanto que estés con mis
hijos.

Ella nunca había subido a la planta de arriba de la casa, por lo que le parecía
extraño que aquella mujer la guiara.

 ¿No objeta nada porque este con otros dos de una
raza distinta también?

La hermosa cambiante soltó una carcajada graciosa, llegaron a un dormitorio
con una cama de las que era completamente normal ver entre los cambiantes, de
dos por dos y alta, la cambiante llegó a una cómoda enorme y le hizo señas para
que llegara hasta ella. Aline no dudó y lo hizo, se puso junto a ella, viéndola
abrir una preciosa caja de joyas, se volvió para mirarla con los ojos idénticos a
los de Dev y Udai.

 Estoy feliz porque mis hijos estén con una humana,
tendrás unos cachorros impresionantes, con el tiempo
heredarán el poder de cambiar a las dos especies de sus
cuatro padres.

La mujer se alzó con algo que brillaba hacia ella, haciéndola retroceder
asustada, pero tras soltarle un siseo tratando de calmarla le puso unos
pendientes de diamantes en las orejas.
 Llevo estos meses detrás vuestra, bueno más bien
detrás de ti, observándote, viendo que eres una hembra
perfecta para ellos.

La mujer cogió sus dos manos, soltando un suspiro pesado por los labios antes
de mirarla, no necesitaba moverse mucho, iba descalza, pero quedaba a la
altura de Aline.

 Quiero que ames a los cuatro, sé que todos no tendrán
el mismo sitio y el mismo espacio en tu corazón, pero quiero
que también intentes meterme a mí dentro, deseo tener
nietos, muchos, pero sé perfectamente que pusieron en ti un
potente anticonceptivo.

Aline se quedó pálida, pensando que ella había entrado en los planes de las
hembras cambiantes.

 Hoy verás por última vez a esas perras, porque éste
día será especial para vosotros cinco.

La cambiante la rodeó con los brazos, sin Aline esperárselo, la apretó entre sus
brazos, haciendo que sus huesos sonaran.

 Ahora vamos mi niña, llevo todo el día haciendo la
tarta del cumpleaños de mis hijos.

Las dos salieron por el pasillo y en las escaleras abajo vieron a Dev, Udai, Jeff y
Logan, esperando impacientes, la madre de los dos cambiantes a lobo aplaudió
metiéndoles prisa para llegar al salón y gruñó con fuerza varios nombres de sus
maridos, haciéndolos salir de la cocina con una tarta enorme, preciosa y repleta
de velas, todos alrededor comenzaron a cantar, aquello duró poco, pero
mientras los dos cambiantes soplaban las velas, los labios de Jeff y Logan se
pusieron sobre sus hombros y recorrieron su piel por su cuello hasta llegar a su
oído. Repartieron la tarta en platos, a todos los comensales y Aline negó a su
pedazo.

 No me apetece de verdad.

Udai junto a Dev siguieron insistiendo, acercándole el pastel, mientras ella
seguía negando y sin cogerlo, incluso Jeff y Logan insistieron.

 ¡Quieres coger el trozo de tarta y metértelo en tu
boca! Dentro hay un jodido anillo, queríamos pedirte que te
casaras con nosotros.

La emoción le hizo cubrirse los labios, sus ojos se empaparon de lágrimas
mientras ella enredaba en la tarta, llevándose un trozo a la boca, gimiendo de lo
verdaderamente buena que estaba, en la siguiente cucharada observó el anillo,
iba a conjunto de los pendientes y sus lágrimas se deslizaron por sus ojos, hasta
llegar por sus mejillas, Dev cogió su rostro con ambas manos, haciéndola soltar
sobre las manos de Udai la tarta y la besó. Así uno a uno la rodearon los cuatro,
hasta que Jeff cogió aquella hermosa joya, haciéndola parecer diminuta en su
mano y Logan sujetó su muñeca, lo hizo con fuerza, mirándola a la cara por si
decía que no quería con preocupación, apenas puso Jeff el anillo en su dedo,
Logan tiró de ella, cargándola sobre su hombro, corriendo escaleras arriba
hasta un dormitorio con una simple cama grande, lanzándola en la cama
mientras arrancaba la camiseta negra que llevaba puesta de su cuerpo.

 Hemos arreglado la habitación lo más rápido posible,
los padres de Dev y Udai decían que lo hiciéramos, que no
querían vernos follándote en medio del camino a las casas
de sus hijos.

Aline se puso completamente roja, pero no pudo evitar soltar una carcajada.

 Si anoche lo hicimos como cinco veces o más.

Los gruñidos de Dev y Udai pitaron en los oídos de Aline.

 Jamás tendremos suficiente de ti.

Ella aunque pareciera mentira se estaba acostumbrando a ver a los cuatro
enormes cambiantes hablar de manera bruta delante de ella, como si hacerlo
menos veces unos que otros les hiciera perder algo.

 Seguramente yo tenga mucha culpa.

Apenas soltó las palabras se arrepintió, al ver a Dev y Udai volverse con
sonrisas lobunas hacia ella.

 Vaya, tenemos a la culpable delante.

Dev se lanzó hacia ella, sin apenas dejarla percibir su movimiento, se colocó
con las piernas abiertas entre sus caderas, haciéndola caer para atrás
chillando, comenzó a tirar de su vestido, y de su sujetador, hasta dejarla con
algunos trozos de tela nada más sobre su cuerpo, se detuvo jadeante,
observándola detenidamente, viendo su pálida piel marcada por ellos. Por sus
dientes, garras o juguetes. Ella lanzó sus brazos a su cuello, rodeándolo,
meneándose ansiosa.

 Tranquila, todavía sigo vestido.

Se mordió los labios, mirándolo completamente excitada.

 Te necesito ahora mismo.

Apenas ella dijo las palabras movió su brazo entre ellos, llegando con su mano
a la cremallera de su pantalón, sacando su gruesa, larga y empapada polla
fuera, pasó una de sus piernas entre las de ella, haciéndola abrir una de las
suyas, clavándose lentamente en su interior mientras la observaba retorcerse y
jadear de placer empapando a ambos con su crema.

 Levántala.

Udai subió a la cama de un salto, completamente desnudo, acariciando su polla,
Dev la cogió por las caderas y la alzó, sin salir de ella, Udai se colocó tras ella,
pasando sus labios lentamente por su espalda, haciéndola gemir de placer
apretando a Dev.

 Vamos a follar contigo sin ton ni son.

Aline rompió a reír, recordando que casi cada noche la tenían, despertaban y
follaban sin más, haciéndola correrse entre temblorosos y sudorosos placeres
hasta caer casi siempre en la inconsciencia.

 Hemos creado una pequeña máquina del sexo.

Y gustosa lo era, le podía sentir sus muslos ardiendo, al igual que sus pechos,
parpadeó al ver a Jeff sobre ellos, inclinándose con la polla ante ella y Logan
cogió una de sus manos para que lo masturbara. Después se intercambiaron y la
pusieron Jeff y Logan con los pies en el suelo, entrando en ella, haciéndola
sujetarse a las pollas empapadas en crema de sí misma de Dev y Udai,
haciéndola venirse varias veces por lo cerrada que estaba mientras los dos
enormes cambiantes a gorila la montaban y tocaban.
Tras darse una ducha y comprobar que toda la casa estaba tranquila los cuatro
le pidieron unos minutos para ir a por algo de ropa a la casa de Udai, coger
algo de cena en la casa donde estaban y subir de nuevo con ella, con una clara
indicación de que descansara, porque le esperaba una noche muy muy larga,
pero estaba ansiosa y se dejó llevar al gran balcón que rodeaba toda esa planta
del gran edificio, hacía frío, la bata que se había puesto apenas cubría su
cuerpo. Una cambiante apareció por el lado del balcón, mostrando un ojo de
cada color al observarse ambas, tenía uno de sus ojos en tonos verdes y el otro
en azules, la observó mirando hacia el bosque y después a ella de nuevo,
poniendo con una de sus manos un bate a la vista.

 Los humanos son muy problemáticos.

Aline se movió asustada, tratando de marcharse, teniendo que retroceder ante el
montón de hembras cambiantes que la rodeaban, viendo que era imposible
poder huir, salvo si se lanzase al suelo desde aquellas alturas.

 No lo dudamos, deberíamos matar a ésta.

Ella se cubrió los labios, asustada.

 ¿A quién le importa una humana más? Ellos se
cansarán de su delicado cuerpo, pobre humana gorda, no
sabe dónde se está metiendo al mezclarse con cambiantes
de diferentes razas, demasiado odio contra ¡Ella!

Trató de chillar los nombres de Udai, Jeff, Dev y Logan, pero no pudo, apenas
consiguió escuchar un leve pitido tras un fuerte golpe que recibió en la cabeza,
las hembras cambiantes que la rodeaban desnudaron su cuerpo y lo envolvieron
en una sábana y una de ellas sin dificultad la cargó en su hombro, caminaron
mientras otras iban borrando las huellas de todas, rociando con perfumes
fuertes la casa y llegaron a un vehículo grande, un todoterreno que las llevó
hasta una pista privada a treinta minutos de allí, donde varias cambiantes a
gorilas habían llegado, el cabello de Aline sobresalía por la sábana con sangre,
pero no les importaba porque tras subir y despegar la durmieron con una aguja
que clavaron en su hombro.

 Preferiría haberla dejado más tiempo con ellos, se
habrían cansado.

Una de las cambiantes a lobo observó a las cambiantes gorilas mirarlas
ceñudas, apenas podían estar juntas las distintas cambiantes, pero habían
llegado a un acuerdo y todo había salido perfecto de momento.

 No iban a dejarla, es lo mejor que hacemos, será
subastada esta noche, los hermanos zorros viajan a una isla
paradisíaca donde venden humanas a precios desorbitados.
Ella desaparece, nosotras consolamos a nuestros
cambiantes y tratamos de preñarnos como sea.

Para Aline todo se movía y vibraba a su alrededor, sintió que pincharon en su
brazo varias veces, lo sabía porque lo hacían sobre el mismo sitio y ella volaba
sobre una nube rosa, dulce y algo pegajosa mientras su cuerpo se movía.
Cuando por fin pudo abrir los ojos estaba en un suelo negro, recostada de lado,
pestañeó varias veces tratando de ver con claridad y cuando escuchó las voces
masculinas hablar de cantidades de dinero parpadeó asustada, viendo en cuatro
lujosas sillas a unos tipos de pelos como fuego y pieles bronceadas repletas de
tatuajes sentados, mirando a una chica gordita tratando de ponerse sobre sus
manos en el suelo, de uno de sus ojos pudo ver que tenía el maquillaje corrido y
que temblaba mientras que de un collar que llevaba parpadeaba una luz roja a
un ritmo frenético, pero ella parecía resbalar siempre, seguramente porque no
tenía fuerzas, estaba sucia, con el pelo lleno de hojas, barro y tierra.

 Te dijimos que nunca escaparías de tus amos ¡Eres
nuestra jodida humana!

La chica jadeaba, pero era de placer, algo zumbaba ruidosamente en el
ambiente, la mujer tenía los labios abiertos, humedecidos, alzó sus manos,
tratando de coger el collar con manos temblorosas, lo consiguió y lo subió hasta
sus labios, abriéndolos, mordiendo el cuero con fuerza por una grieta que tenía,
tratando de romper aquel material. Aline parpadeó, tratando de escuchar mejor
lo que se hablaban alrededor alrededor, pero le resultaba imposible por los
jadeos de la chica, uno de ellos se lanzó a por ella, dejándose caer de rodillas a
su lado, haciéndola poner ambas manos en el suelo, la cogió por el cuello, ella
se agachó tratado de soltarse, dejando a los ojos de Aline la gruesa y larga
polla que tenía él, pero el tipo no se rindió, la alzó con su enorme mano,
mostrándole a Aline los grandes brazos trabajados que tenía llenos de tatuajes,
estaba sucio, debieron de haber corrido en la búsqueda de ella, derramó por sus
labios un líquido que parecía champán, mientras ella se resistía y su piel se
cubría hasta su vientre lleno de curvas enrojecidas al igual que sus grandes
pechos.

 ¡Bebe!

La mujer lo arañó en los brazos varias veces, a pesar de que él puso sus labios
contra una de sus mejillas, mordiendo y besando su piel hasta su oído de una
manera erótica. Pero a él no le sirvió de nada y solo obtuvo que ella se volviera
como para besarlo y le escupiera todo lo que había conseguido introducirle por
los labios.

 Tenemos tu cuerpo desnudo desde siempre, como te
prometimos, te tenemos que mantener amarrada y así será
hasta el resto de nuestras vidas, no pararemos hasta que
nos ames como a los amores de tu vida ¡Ahora bebe!

Ella juntó sus dos manos, volviéndose furiosa para golpearlo con fuerza, pero él
debía de saber su jugada, mientras se movía la chica la rodeó con sus brazos y
ambos cayeron al frío suelo mientras la penetraba lentamente, cogiendo sus dos
manos juntas en lo alto de la cabeza de cabello negro de la chica, haciéndola
retorcerse de placer mientras él sonreía recorriendo su cuerpo de ella con su
mano libre, por su cintura, su cadera y su muslo, metiéndola entre ellos hasta
llegar a su clítoris, haciéndola soltar ruidos placenteros, otro de ellos sentado
junto a los otros tres llegó hasta la pareja, cubriendo los labios de la chica con
una de sus manos, tratando de silenciar sus gemidos mientras el otro la torcía,
alzando una de sus piernas, sintiendo que ella lo apretaba y ambos se corrieron,
la cargó el que silenció sus labios entre sus grandes brazos, la chica tenía las
plantas de los pies y las piernas destrozados de arañazos, heridas y rojeces, no
dudaron en esposar sus manos mientras la chica caía rendida en los brazos del
tipo enorme, enterrando su rostro entre su cuello y su hombro, la espalda de ella
se movía con rapidez, por lo que Aline supo que lloraba en silencio, recibiendo
besos y más besos de los labios de él por su parte visible del rostro.

 Serás castigada Faith, lo sabes.

Ella no dijo nada, el tipo recorrió su espalda con arañazos, mientras los tres que
los rodeaban comenzaban a despotricar por seguramente su intento de escapar
y el estado en el que la habían encontrado, pero por sus sonrisas y la forma en
que sus miembros estaban completamente endurecidos debía encantarles, varias
seguramente cambiantes llegaron cerca de ellos, dejando trajes y ropas sobre
una mesa que se iluminó con un foco y los cuatro dejaron a la chica en una de
las lujosas sillas mientras los miraba siendo vestidos por las mujeres, observó a
Aline varias veces y a las cambiantes que se les insinuaban a los cuatro
pelirrojos, viéndolos mirar hacia la chica mientras se dejaban tocar
descaradamente todos sus fornidos y hermosos cuerpos, tratando de provocarle
celos.

 La humana esta despierta.

Aline jadeó con los ojos completamente abiertos, tratando de sentarse mientras
todo le daba vueltas.

 Drogaron demasiado su cuerpo, le será imposible
moverse y recomponerse para tener fuerzas hoy.

Los cuatro comenzaron a decir cosas imperceptibles para el oído humano, pero
alzaban la voz más y más, enfadados por no haberse dado cuenta de que Aline
estaba despierta por culpa de la chica a la que llamaban Faith, que trataba de
encogerse en el sillón para desaparecer.

 Ya han vendido a cinco de las humanas.

Final y vuelta a la realidad.

Kenai observaba junto a Patch, Buster y Hank la escena, Briseida no los vería
porque la enorme mansión tenía los cristales tintados.

 Recuperar a esa hembra humana fue nuestra derrota
total contra el mundo de la noche.
Patch soltó las palabras casi en un susurro, viendo a la hembra que compartían
dos gorilas y dos lobos quedarse dormida entre los brazos de un enorme
cambiante a gorila de piel muy oscura, los cuatro observaron el resto de
edificios, viendo los reflejos de las armas de varios francotiradores y varias
aspas de helicópteros preparados para un despegue urgente. Si trataban de
llevarse a alguna hembra humana o atacarlos no solo eso, varios edificios de la
zona estaban custodiados por cambiantes, con un gran número de ellos armados,
ningún humano que atacase saldría de allí.
 ¿Qué tengo que ver yo con esa historia?
Briseida tocía su mirada hacia el abultado vientre de Aline que era acariciado
por Logan mientras la humana dormía pesadamente, entonces el cambiante de
gafas sacó un teléfono móvil y enredó buscando algo que impactó a Briseida.

 Cambiantes, sabéis quien soy. – Era Víctor Capat, delante de una
mesa de madera oscura vacía, sentado en una silla, detrás de él
imágenes de mujeres rodeadas por cambiantes ocupaban una pizarra de
corcho.

 Conocéis a éstas humanas, todas decidieron dejar nuestros estilos
de vida y llevar uno con las bestias como vosotros. – La imagen se
movió reflejando las imágenes de las mujeres, hasta que volvió a él.

 Me habéis quitado a mi hija, os la habéis llevado y me habéis
amenazado. Ahora hablaré para el resto del mundo y os daré a conocer
si no vuelve Carmen en dos días a España y después comenzare a cazar
y liquidar lo único que os importa.

Briseida apenas podía apartar la imagen de la pantalla de teléfono móvil
mientras respiraba pesadamente.
 Cuéntanos todo lo que sepas de los laboratorios que
llevaba Víctor, tu padre y donde crees que puede haber más
o si sabes dónde puede estar.
Briseida recopiló toda la información que pudo recordar en su mente y negó
varias veces.
 Él no es mi padre, puede que se acostara con mi
madre, pero me dijo claramente que no quería saber nada de
mí.
Los cambiantes a su alrededor se observaban furiosos y extrañados.
 Hemos investigado y sabemos que movió hilos para
ayudarte en tus estudios de enfermería, becas, viviendas
pagadas, cheques de comida.
Briseida se encogió de hombros con tristeza.
 Sam y yo íbamos a cambiar de localización,
supuestamente a una extracción petrolífera abandonada en
España.
Ella enredó en su diminuto bolso, sacando su teléfono, encontró el número de
Sam y marcó, sin recibir contestación, pero si un correo después de ella, con un
simple estoy bien.
 ¿Dónde crees que puede estar la extracción?
No lo sabía, volvió a enredar en el teléfono móvil, mandando un correo a Sam y
ésta le contestó con rapidez, dándole una coordenada, ofreció su teléfono al
cambiante de gafas, viéndolo apretar los labios, abrir su nariz y después
observarla con ojos completamente rojos mientras deslizaba su teléfono en
manos de un cambiante enorme con tatuajes de zigzag por todas las partes que
podía ver de su cuerpo.
 Gracias, no sabes la cantidad de nosotros que lo
estamos pasando verdaderamente mal por nuestras familias.
Briseida bajó la mirada, observando sus dedos de las manos temblar, sintió al
tipo ponerse sobre sus pies y cogerla por el hombro.
 Él no te merece como hija.
Asintió con tristeza, sin querer mirar a todos alejarse, sus ojos se empaparon de
lágrimas y apenas pudo sorberse los mocos antes de que Kenai la rodeara con
uno de sus brazos, sentándose junto a ella. No dijo nada, se quedó junto a ella
hasta que se calmó entre tiritones.
 Tengo tanto frío.
La cargó en sus brazos y salieron de allí, Patch, Buster y Hank los esperaban
abriendo la puerta de la salida, el trayecto hasta el edificio donde ellos vivían no
duró mucho más de diez minutos, tardaron otros dos en subir al enorme piso de
los hermanos y Kenai se sentó con ella encima en una banqueta cerca de una
bañera, mientras sus hermanos la llenaban y él la desnudaba y entraba en el
agua, la dejaron sola unos instantes, hasta que llegaron de nuevo con un plato
lleno de comida china y una copa, se sentaron alrededor, contemplando como
comía, mientras ellos cogían unas cajas con algo de lo mismo para ellos, tras
terminar recogieron todo y volvieron para sacarla de la bañera, la secaron y
untaron de crema antes de arrastrarla hasta la cama.
 Todavía nos quedan algunos partidos de temporada
Briseida.
Ella asintió poniéndose de lado hacia Hank, cubriendo sus pechos con uno de sus
brazos y cerrando sus muslos.
 Hoy daremos una pequeña fiesta en el piso, varios
miembros del equipo vendrán.
Los labios de Patch recorrieron su espalda lentamente, haciéndola estremecerse
al sentir su gran polla entre sus nalgas, Hank puso una de sus manos entre sus
muslos, haciéndola abrirse un poco, llegando con las yemas de sus dedos hasta
su clítoris, Patch clavó un poco la punta de su miembro en su ano, saliendo
disparada al no entrar y se frotó con ella entre sus nalgas, haciéndola jadear, se
untó vaselina y Briseida tembló al sentir el frío.
 Relájate Bri, trata de abrirte, no quiero hacerte daño.
Las respiraciones fuertes de él daban de lleno en su oído, la cogió por el rostro,
le ayudo a torcerse y besarlo, haciéndole a Hank un mejor acceso a sus muslos
para que la abriera y clavara su polla a través de sus labios vaginales, entrando
un poco de su tamaño en su vagina.
 Póntela encima Hank, no puedo meterme en ella así y
la ¡Necesito ya!
Briseida ahogó un grito entre sus labios al escuchar a Patch soltar las última
palabras en un rugido animal, ayudó a Hank a subirla sobre él, observó como
ella se retorcía poniéndose recta, gimiendo al sentir su gran tamaño, apoyaba las
manos temblorosas en el fornido pecho de él, gemía y el sudor empapaba su
cuerpo, Patch se puso con su lengua justo en la separación de arriba de sus
nalgas y cambió su lengua a la de su animal, subió con ella por el centro de la
espalda de Briseida, haciéndola estremecerse y moverse lentamente sobre la
polla de Hank. Pareciera mentira, pero mientras Patch lamía su espalda ella se
fue calmando, aprovechó poniendo más vaselina en su polla, abriendo su mano
hacia Buster que le roció la mano y consiguió deslizarse en ella lentamente,
siseando, lo apretaba hasta matarlo, pero conseguiría terminar con las bolas
clavadas alrededor del ano de Briseida como fuera y lo hizo. Ambos comenzaron
un ritmo en el interior de Briseida casi frenético hasta hacerla correrse
deliciosamente, sus piernas se agitaron entre los dos y gimió de placer, apretando
sus pollas de manera brutal, mientras ambos la mordían haciéndola casi perder la
cordura, se quedó apoyada contra Hank, respirando con los ojos entrecerrados
mientras el cargaba con sus grandes manos su rostro, haciéndola alzarse con su
cuerpo, la besó y mordisqueó en la mejilla, mientras Hank se alzaba y cambiaba
sus colmillos por los de un enorme leopardo, poniéndolos entre uno de los
pezones de ella, haciéndola sujetarse a su cabeza y enredar en su pelo.
 Fóllanos pequeña humana.
Negaba, ella lo hacía con la cabeza, respirando por los labios, Hank deslizó una
de sus manos por su vagina, hasta llegar a su clítoris y acariciarlo, haciéndola
comenzar a seguir el ritmo que él marcaba, follando a ambos en movimientos
circulares, haciendo que los tres estallaran en un potente orgasmo, ella se deslizó
en un lado de la cama, pero no estuvo mucho tiempo en la misma postura porque
Kenai tiró de ella por los hombros, haciéndola caer por el lado del colchón un
poco, dejando su cabeza fuera, mientras Buster abría sus piernas y lamía su
coño, abrió los ojos al sentirlo lamer su ano y vio que Kenai acercaba las yemas
de los dedos de una de sus mano hasta sus labios, haciendo una caricia lenta
sobre ellos.
 Quiero que me hagas una mamada.
Briseida fue a incorporarse, pero Buster puso una de sus manos entre sus tetas,
haciéndola detener cualquier movimiento que iba a hacer.
 La primera vez así pequeña, de otra manera podrías
vomitar o atragantarte, así me podrás tragar del todo.
Apenas terminó de hablar Briseida asintió al verlo poner una de sus manos en la
cama y con la otra se sujetó la gruesa y larga verga, haciéndola tragar mientras se
mordía los labios, dudando que de verdad entrase. Ella chupó un poco la punta,
la besó como puso y abrió los labios tratando de entrarla, consiguiendo que lo
hiciera su capullo, el ronroneó sacándola, se agachó dándole un tremendo beso
mientras ella gemía con fuerza un orgasmo.
 Creo que mejor lo dejamos.
Ella negó, cogiendo su polla con la mano, tirando de ella, haciéndolo acercarse
hasta su boca, Buster comenzó a deslizarse en su vagina lentamente, hasta acabar
completamente en su interior, mientras Kenai trataba de entrar en su boca, tenía
temblores, algunas veces sacaba un poco de ella, se vertía en líquido pre seminal
por su garganta mientras ella tragaba, estaba por correrse en cualquier momento,
Briseida sujetó las piernas de Kenai, prohibiéndole moverse.
 Pequeña, tienes que dejarme salir, no, Briseida, para.
Seguía mamando de él con fuerza, pero él hizo un gruñido fuerte, saliendo de
ella como pudo mientras su leche se esparcía por sus tetas mientras gruñía,
viéndola tocarse los pechos, corriéndose locamente con Buster que la alzó
cogiéndola por las caderas, clavando sus garras en ella, gruñendo su orgasmo
mientras ella lo gemía y se desmayaba.
 Briseida, Briseida.
Las voces pitaban en sus oídos, pero ella apenas podía hacer nada, estaba limpia,
podía oler su piel, sintió que unas fuertes manos la zarandeaban, abrió los ojos
lentamente y observó a Buster, metido en un impecable traje negro, sus tatuajes a
los que apenas prestaba atención marcaban su cuello, no pudo evitar sonreír
como una colegiala de quince años al ver que la chaqueta podría romperse por
sus brazos en cualquier momento.
 Dime que no eres el gigante verde.
Él no pudo evitar mirarse, soltando una carcajada baja mientras se inclinaba
olisqueando detrás de la oreja de ella, haciéndola sonreír.
 Seré todo lo que quieras mientras me dejes follarte.
Apenas pudo Briseida ahogar un grito al ser volteada y alzada, él llevó su coño
hasta su boca y la besó ahí abajo literalmente, sus grandes labios vagaban por los
suyos vaginales y su lengua dibujaba círculos por su estrecho canal, ronroneaba
o hacia algo que vibraba en su boca, haciéndole parecer que tenía un vibrador
metido dentro.
 ¡Por Dios! Me vengo.
Él entró uno de sus dedos en su ano, su vibrante lengua por su coño y la hizo
venirse, absorbiendo ruidosamente su crema hasta dejarla limpia, la soltó,
haciendo que sus nalgas saltaran y él las contemplara con hambre.
 Hemos tratado de despertarte varias veces ¡No
comiste! Y tienes prohibido saltarte cualquier comida.
Ella torció su rostro mirándolo con una media sonrisa.
 No me voy a morir de hambre por saltarme comidas y
tampoco me viene mal.
No se esperaba que él saltara abierto de piernas sobre ella, calendo entre sus
caderas, intentó zafarse, pero él puso una mano en el centro de su espalda
mientras el ruido de la cremallera de su pantalón llenaba sus oídos, la golpeó con
su polla en las dos nalgas haciéndola reír y después entró en ella escuchándola
gemir mientras se inclinaba sobre su cuerpo y tocaba sus pechos, el ruido de su
ropa contra la carne de Briseida y de sus cuerpos follándose era duro, pero
ambos no se detuvieron, ella alzaba su culo cada vez que él se alejaba, deseando
más envites, tratando de poder abrirse de piernas, siéndole imposible porque él
estaba apretándola.
 ¿Te gusta provocarme verdad?
Ella negó como puedo, sintiendo que él la cogía por el pelo y tiraba hacia un
lado, llegando con sus dientes hasta su oreja, mordisqueándola, sin dejar de
follarla, ronroneando al sentir que su crema lo empapaba y su coño lo apretaba.
 Uno más pequeña humana.
Lo observó negar con lágrimas de placer en los ojos, las mejillas rosadas, bajó
sus labios hasta los de ella, robándole un beso mientras ambos se corrían y
detenían sus envites lentamente hasta quedarse solamente él recorriendo con su
lengua su espalda.
 Vuelves a ponerte duro dentro de mí.
Ambos soltaron unas carcajadas.
 Tengo genes animales en mi pequeña, siempre puedo
volver a montarte.
Se levantó saliendo de ella lentamente, tratando de guardar su polla llena de los
fluidos de ambos en su pantalón, dejándole ver a Briseida que no llevaba nada
debajo.
 Creo que deberías limpiarte.
Tenía una mancha de ella por los pantalones, y ella no pudo evitar morderse los
labios al ver lo furioso que se estaba poniendo al tratar de guardarse la polla en
el pantalón sin conseguirlo.
 No, pienso llevar tu marca aquí conmigo ¡Así sabrán
que soy tuyo!
Briseida se incorporó y cubrió con una sábana al escuchar la puerta, viendo a dos
jóvenes de piel morena sonrientes entrar cargadas de bolsas, cajas y chismes.
 Te veremos fuera.
Nerviosa se movió al baño, orinó y volvió a la habitación tras lavarse, las chicas
la peinaron y maquillaron con rapidez, pusieron un vestido con cuidado de no
mancharlo sobre sus hombros y lo bajaron.
 Podéis iros.
Patch abrió una caja de zapatos cerca de la cómoda, se agachó delante de ella, y
cogió uno de sus pies, besando su tobillo.
 Alza la falda pequeña.
Una hora más tarde en la fiesta él tuvo que volver a abrochar uno de los
elegantes zapatos a uno de sus tobillos, porque gruñendo un largo hacia las
mujeres que la habían ayudado a vestirse la había arrojado contra la pared,
alzado su falda, ronroneó al ver que no llevaba nada en su sexo y mordió una de
sus nalgas antes de zambullirse dentro de su coño, sintiéndola apretarlo y
empaparlo. Ambos salieron de la habitación, pero se pusieron serios al ver que la
televisión reflejaba a Víctor Capat.

“Buenos días, muchos de ustedes me conocerán, soy el doctor Víctor Capat”

Él se levantó, caminando seguido por la cámara que lo enfocaba hacia una
jaula que llegaba hasta su cintura, donde una cambiante desnuda lo miraba
abrazada a sí misma, lloraba desconsoladamente, tenía profundas heridas
en su piel que iban curándose por cada segundo que pasaba, lloraba,
trataba de secar sus lágrimas, pero eso no hizo que el temible doctor no
chasqueara los dedos de una de sus manos y que varios tipos vestidos con
cascos y trajes de seguridad abrieran la jaula donde estaba y la cogieran por
las piernas, arrastrando su cuerpo desnudo, atando sus manos a la espalda y
siguiendo con la pobre hembra cambiante a rastras por aquel horrible lugar
hasta desaparecer de la visión de la cámara. Víctor siguió delante de la
cámara con pasos cojos hasta unas enormes cristaleras con agujeros para
que entrara el aire, mostrando a un enorme cambiante de dos metros o más,
su piel era extraña, tenía escamas desde su garganta hasta los dedos de sus
pies y cabello verde oscuro, con marcas ovales de color negro y ocre en los
lados, pero las puntas eran lo que más llamaba la atención, tenían dibujos
en amarillo y negro hermosos hasta las nalgas prietas que poseía.
 ¿Cuántos días llevas sin comer?
Aquellas palabras no evitaron que aquel enorme cambiante se lanzara
contra el cristal, enseñara su boca e hiciera el ruido de una maldita
serpiente enfadada, Briseida se abrazó a si misma al ver al cambiante sacar
una lengua bífida, haciendo a Briseida temblar sintiéndose congelada. El
doctor chasqueó los dedos haciendo que la parte alta de la cristalera se
abriera y bajara una oveja que comenzó a soltar ruidos sofocantes de bala
por la boca, incluso se orinó al ser soltada y corrió hasta chocar contra uno
de los cristales alejados del cambiante que al volver la cámara hasta él
mostro sus ojos amarillos de pupilas elípticas y verticales, su piel comenzó a
tornarse escamosa y las voces de varios cambiantes entre siseos fuertes
llamaron la atención del cambiante que torció su mirada para ver algo en la
oscuridad.
 Vamos Snake, escucha a tu animal, no les hagas
caso a tus dos hermanos, obedéceme y comerás presas
vivas por mucho tiempo.
El cambiante negaba, hablaba solo, con su mitad animal que ya le resultaba
casi imposible de controlar, cuando la oveja comenzó a moverse de nuevo,
lentamente volvía en sí misma, haciendo ruidos en el suelo, tratando de
ponerse de pie, consiguiendo que el cambiante en cuestión de segundos
mutó, convirtiéndose en una enorme anaconda de por lo menos seis metros
y se lanzó a por la oveja. El tiempo parecía que se había detenido al rodear
la enorme serpiente el cuerpo de animal hasta quedarlo sin aliento, Víctor se
movió seguido de la cámara por unos largos pasillos donde había diferentes
tipos de cambiantes tratando de ocultarse entre las sombras de sus jaulas.
Se detuvo ante unas rejas oxidadas, donde un enorme tipo delgado de piel
pálida lo miraba detenidamente, tenía un cabello negro largo hermoso,
llevaba una camisa blanca abierta, unos pantalones de vestir y zapatos
caros.
 Doctor, que hermoso placer tenerlo aquí hoy,
podríamos ayudarnos mutuamente, usted decidió
encerrar a toda mi gente, soy inmortal, puede retenerme
aquí el tiempo que desee, pero acabaré saliendo de aquí
con mis cuatro hermanos y destruiré a tu familia.
La voz de aquel ser parecía dulce, era demasiado calmada, Víctor Capat
enredó en su bata, mientras los chillos de una mujer sonaban cada vez más
cerca hasta aparecer ante ellos una muchacha de unos veinte años
regordeta, de melena rojiza rizada, llevaba un vestido blanco que parecía de
los que se ponían antiguamente las mujeres bajo esos vestidos tan elegantes,
chilló con fuerza al ser lanzada al suelo ante el doctor, mientras éste sacaba
de su bolsillo un afilado cuchillo, cogió la muñeca de la joven y cortó a lo
largo de ella, la sangre comenzó a derramarse por el brazo de la chica,
acabando en su codo, goteando al suelo, Víctor hizo un movimiento rápido
con la enorme navaja y la sangre salpicó el rostro del ser que no tardo en
mostrar unos afilados colmillos.
 ¿Cuánto tiempo llevas sin alimentarte de tu esclava
humana?
La chica trataba de soltarse del agarre de Víctor, varios de los hermanos del
ser trataban de cogerla, hablaban muy bajo hacia ella, trataban de hacerla
mirarlos, conseguían coger la tela del vestido llegando a tirar y romper un
poco su vestido, tras observarlo varias veces niega con lágrimas en los ojos.
 Me prometiste que me liberarías al entregarte a los
hermanos reyes de los vampiros, ¡Incluso son más!
Víctor asintió con una sonrisa oscura, viendo a los cinco vampiros quedarse
boquiabiertos, la soltó de su agarre y la observó ponerse de pie, revelándose
un poco con su propia sangre.
 Cierto, te liberaré.

Briseida.

Veo como quien es mi padre, bajo la atenta mirada del vampiro, de los que
rodean aquel horrible lugar y del resto de la humanidad que lo ve todo por las
pantallas. Coge a la chica por el pelo y le corta la garganta de un tajo, aquellos
seres comenzaron a llorar sangre, sus rostros se volvieron monstruosos, uno de
ellos trató de llegar a Víctor con unas uñas alargadas y habló en un extraño
idioma mientras la chica trataba de cubrir con sus manos su garganta, tosía
sangre, de rodillas mientras trataba de no ahogarse en su propia sangre sin
conseguirlo. Yo tuve que correr a un baño, apenas conseguí vomitar algo de bilis
mientras sollozaba escuchando la voz fría todavía de Víctor a través de la puerta,
diciendo claramente que le devolvieran a su hija secuestrada. Cuando quise
recomponerme y lavarme la cara apenas conservaba un poco de lápiz en mis
ojos, tocaron a la puerta del baño y pude ver a Kenai mirar hacia mí preocupado.
 ¿Te encuentras bien Briseida?
Verlo entrar y rodearme con sus fuertes brazos me calmó de manera abrumadora,
era asombroso ver sus labios detenidos sobre una de mis mejillas, sus ojos azules
brillaban, no pude calcular el tiempo que estuvimos así, mientras él me mecía
entre sus enormes y fuertes brazos, abrieron la puerta de golpe rato después y
varias mujeres elegantes carraspearon al vernos, Kenai me sacó de allí y me
rodeó en el pasillo de la entrada del enorme piso, mirándome, soltando
ronroneos bajos por la garganta.
 Puedo mandarlo todo a la mierda y vaciar mi piso
ahora mismo si quieres.
Apenas podía respirar con el rostro y el cuello torcido a un lado mientras él me
mordisqueaba debajo de mi cuello, sus dedos de la mano subían un lado de mi
falda hasta llegar hasta mi sexo ya humedecido, la puerta del baño volvió a
abrirse y me oculté en el cuello de Kenai, tratando de pasar desapercibida, mis
mejillas ardían al escucharlo preguntarme que deseaba hacer.
 ¡No!
Enredé con los dedos y unas de una de mis manos en el hombro de Kenai,
haciéndolo gruñir con más fuerza mientras yo sujetaba con mi otra mano su
muñeca, tratando de impedirle entrar varios de sus dedos dentro de mí,
temblando deseosa a la vez porque lo hiciera. Alzo mi cabeza para ver sus ojos
brillantes mientras me coge una de las nalgas con su mano, sonríe hacia mí y
apenas me deja margen para pensar con claridad al bajar sus labios hasta los
míos, me besa, introduce su lengua en mí, a la vez que yo suelto un poco mis
dedos en su carne, me corro mientras él absorbe mis gemidos de placer, me
pierdo en un jodido gran orgasmo, sintiéndome blanda y apoyándome contra la
pared mientras él suelta un gruñido furioso mirando con rostro animal hacia una
sombra, y digo animal porque su rostro cambió al de un jodido leopardo en
segundos.
 Fuera de aquí Rino.
Apenas pude tragar y abrir mis ojos al ver en la oscuridad unos ojos grises fijos
en nosotros.
 Sólo estaba de paso, no te estoy haciendo nada.
Él bebió de un vaso por el reflejo que vi y soltó un carraspeo mientras Kenai me
cubría con su cuerpo.
 Gora, no quiero a tu humana.
Kenai me echaba para atrás con cada paso que él daba hacia nosotros, tropecé,
pero Kenai me cogió en un segundo, sin dejarme tocar el suelo y hacerme daño.
 Gora sabes cómo somos mi hermano y yo, apenas
obtendría un pedazo de ella con una sola vez.
Kenai me dejó estable en la pared y se lanzó cogiendo la camisa del tipo de piel
oscura, lanzándolo con un puñetazo contra la pared cercana, dejando un roto en
esta y los gruesos labios del hermoso cambiante rotos, lo veo alzar ambas manos
y sonreír hacia mí.
 Soy Rino preciosa, es un placer conocerte.

Apenas me dio tiempo a dar un pestañeo antes de que Kenai me alzara y lanzara
dentro del baño, me volví con ambas manos en un lavamanos, mirando hacia él
boquiabierta mientras cerraba el pestillo del baño, sus ojos estaban
completamente negros mientras me alzaba la falda.
 Kenai.
Él sisea alzándome, haciendo que mi cara de contra el espejo, abre mis nalgas.

Kenai.

Estúpido Rino, gracias a mis reflejos consigo que ella no toque el suelo con su
hermoso y curvilíneo cuerpo. Me inclino ante ella, abriendo sus gruesas nalgas y
miro su agujero trasero y su coño casi goteando crema, está completamente
expuesta para mí. Puedo escuchar las voces fuera, pero necesito comerme su
coño ahora mismo, mostrarle que es mía y de mis hermanos, hacerla quererme
de cualquier manera para que no me deje, para que no piense nada más que en
nosotros follando su maldito y hermoso cuerpo, ella gime mi nombre, haciendo
que mi polla empape un poco mi pantalón, arrastro mi lengua con vibraciones
por sus labios vaginales, ella es cálida, húmeda y tiene un toque ligero de sal que
me enloquece hasta casi hacerme volver loco.
Fóllala ¡Ahora! Déjame a mí hacerlo.
Niego clavando dos de mis dedos en el ano de Briseida, haciéndola gemir de
nuevo mi nombre, apenas controlo a mi animal que me trata de convencer, rujo
en el coño de Briseida, tratando de silenciarlo, haciéndolo desaparecer de mi
mente, ¡He sido preparado para hacerlo desaparecer y mandar yo hostia!, no
puedo permitirme follarla medio cambiado a un jodido leopardo, la siento
tensarse y correrse alrededor de mi lengua, apretándomela ligeramente varias
veces, y yo me bebo todo de ella hasta no dejar nada en su coño salvo las
rojeces de mi incipiente barba…

Ambos se meten rato después en la fiesta, Briseida apenas se bajó del lavamanos
temblaba, apenas conseguía mantenerse sobre sus pies y estaba a punto de caer
dormida o en coma de tantos orgasmos, conoció a cambiantes que trataban de no
mirarla mucho y bebía cócteles que las mujeres y cambiantes alrededor no
tomaban, podía o ella creía poder diferenciar a humanos de cambiantes o seres,
pero apenas podía saber si tenía razón.
 Siento mucho lo sucedido con Kenai.
Briseida se volvió ante Rino, algo sorprendida por no haberse dado cuenta que
llegaba hasta ella en la mesa de copas, parecía que no le había partido Kenai el
labio hacia escaso tiempo, jamás se hubiera imaginado a un hombre moreno de
piel con los ojos grises claros, era hermoso, fuerte, sexy.
 Supongo que también eres un cambiante.
Apenas dijo las palabras varios tipos se volvieron hacia ella, mirándola
detenidamente con sonrisas de dientes afilados.
 Y mi nombre compagina con mi clase de cambiante,
no como los hermanos Gora.
Ella soltó una leve carcajada, entendiendo las palabras.
 ¿Por qué te odia Kenai?
Él no contestó hasta que Briseida lo observó a los ojos.
 Mi hermano y yo tenemos unas manías muy raras en
los cambiantes.
Puntualizó manías alzando las cejas, con la copa que sostenía en sus labios,
Briseida tenía interés y él no dudó en decirle.
 Nos gusta compartir a las hembras.
Briseida aclaro su garganta mientras masticaba una gamba y asintió diciéndole
que era lo mismo que hacían los hermanos Gora con ella.
 Nos gusta ver como se follan desconocidos en nuestra
cama a nuestra hembra.

 Eso es extraño, he conocido en mi trabajo a muchos
como vosotros y no soportan tener alrededor de quien
muestran afecto a nadie.
Kenai, junto a Patch, Buster y Hank sonreían rodeados de un montón de
cambiantes enormes y musculosos que hablaban lejos de ellos.
 Mi hermano Rhino y yo encontramos a quien
creíamos nuestra hembra en nuestra cama con otro.
Briseida tragó volviendo sus ojos al hermoso cambiante, viéndolo sonreír con
orgullo.
 Cualquier cambiante o lo que jodidamente más
exista puede que hubiera matado al tipo, despellejado
y desmembrado, pero nosotros no, simplemente les
dijimos que siguieran, les dijimos que hacer y nos
unimos a aquello, desatando en nosotros un deseo
abrasador de seguir con aquel juego.
Deseaba saber más, pero al volverse se observó a si misma sola, caminó hasta el
balcón que rodeaba la casa y se escabulló en las sombras, abrazándose a sí
misma por el frío, apenas tragó y se pegó a la pared al ver a unas cuantas
mujeres altas de cuerpos perfectos mirándose detenidamente.

Briseida.
 ¿Habéis visto a la foca que tienen los Gora?, la lucen
como si fuera la mejor cosa del jodido mundo.
Podía ver claramente a todas observarse calculadamente, llevaban vestidos
despampanantes, tenían sus cuerpos bien cuidados, músculos en los brazos y
largas piernas perfectas, que jodida mierda digo, son despampanantes,
llamativas, mujeres de la jodida marca que todas las mujeres conocemos de ropa
interior.
 ¿Es una cambiante a foca? Jodida mierda, nunca vi
una.
Otra de ellas batió sus perfectas pestañas.
 Es un decir estúpida gata.
Me trataba de meter más en las sombras, el balcón era grande, pero las luces de
toda la casa estaban encendidas y la corriente me golpeaba de lleno en la cara,
haciéndoles a ellas imposible detectarme con sus olfatos.
 Lo único que hace bonita a la simple humana es el
lunar que tiene sobre los labios.
Otra de ellas bufó.
 ¿Lunar? Pensaba que era un trozo de panceta que se le
había quedado a la ballena pegado en el labio.
Jamás me había imaginado a mí misma así.
 Venga, sabéis como va ahora este juego entre
hermanos cambiantes o compartidores, pillan a la humana
más fea y gorda, para jugar a ver quién folla más con ella,
además es una de las hijas del doctor, tienen que tenerla
cerca y mantenerla, tratan seguramente de volverla loca por
sus grandes pollas morenas para que se ciegue por ellos.
Todas ellas soltaban carcajadas y bebían.
 Por eso no la ha llevado a ninguno de los partidos o la
ha paseado ante la prensa.
Apenas puedo tragar al ver a Rino entrar seguido de una copia exacta de él
completamente serio.
 Cerrar vuestras jodidas bocas de mierda perras hijas
de puta.
Ellas seguramente palidecen bajo sus máscaras de maquillaje.
 No necesitas ser grosero Rino, simplemente no los veo
escoltando a la ballena blanca ni siquiera a ningún partido
de fútbol.
Todas ellas miran boquiabiertas hacia él.
 Ya lo creo que sí, largaros de aquí malditas
cambiantes.
Una lágrima desciende por mis ojos, estoy helada, pero ellos arden por las
lágrimas contenidas que me niego a verter hasta que no esté sola, por favor que
no ve vean pienso tratando de calmarme, pero no lo consigo y tras volverse
miran ambos hacia mí, Rino da la vuelta mientras su hermano corre la cortina.
Me abraza y trata de reconfortarme sin conseguir hacerme dejar de temblar.
 Jamás escuché a nadie denigrándome tanto, me he
creído todo lo que han dicho.
Rhino se puso junto ante nosotros, cubriéndonos un poco la fría brisa y habló
con voz suave y demasiado sexy.
 Ojalá fuera cierto todo lo que dicen porque desde que
te hemos visto la tenemos como un jodido diamante.
Rino sonríe con dientes blancos perfectos.
 ¿Quieres que hagamos algo por ti?
Asentí, pidiéndoles que me sacaran de allí sin ser vista, me arrastro por las calles
de la ciudad, mi teléfono no tarda en comenzar a vibrar y yo lo apago, chispea,
me da igual porque yo empiezo a llorar hasta el paseo a un pequeño hostal, lleno
mi bañera y me dejo caer en el agua caliente, aquello con los hermanos Gora
podría haber funcionado, pero me he dado cuenta de que no va a ser así, he
necesitado que varias malditas cambiantes me abrieran los ojos cuando podría
haberlo hecho nada más saber quiénes eran ellos, marco un número en mi móvil
casi al amanecer y me coge mi vecino, no necesito decirle más que me coja
cosas de que tengo en casa y que me las traiga, las gotas que caían por la noche
ahora se han convertido en lluvia y cae con fuerza, cuatro días más tarde me
pongo una toalla al cuerpo y enrollo mi pelo en otra cuando escucho dos toques
en la puerta, estoy sentada en los pies de la cama cuando veo que la puerta cae al
suelo destrozada por el centro y gimo al ver a Patch mirarme bajando su pie,
detrás de él sus hermanos me miran con el ceño fruncido.
 Rino nos contó todo finalmente, nunca vuelvas a
dejarnos, no puedo creer que lo hicieras así, sin…
No le dejó terminar, alzo ambas manos tratando de calmarme.
 Esto no va a funcionar, creo que sería mejor dejarlo
aquí.
Patch me observa con los ojos abiertos de par en par, se acerca pisando la puerta,
mientras el dueño del hostal comienza a despotricar alrededor de varios enormes
cambiantes que están con ellos.
 No vamos a dejarte ir Briseida, no pensamos
aceptarlo, no te dejaremos dar por vencida tan fácilmente,
ese mundo lo hemos dejado atrás hoy.
Apenas retrocedo negando.
 Quiero que os marchéis, y me dejéis tranquila, lo
siento mucho, pero somos de dos mundos completamente
diferentes.
Un rayo rompe cerca y la poca iluminación que tenemos deja ver que las manos
que deberían de tener los cuatro eran garras y que estaba descalzos, con las ropas
destrozadas, llenas de barro, al igual que sus cuerpos.
 Nos está echando de su vida.
Buster pasa entre Patch y Hank haciéndome volverme y tratar de correr al baño,
pero lo veo coger mi brazo y presiona en mi cuello con su mano libre, masajea la
zona, haciendo que mis ojos vean pétalos de flores negras cada vez más y más
espesas hasta que pierdo todo a mí alrededor.

Hermanos Gora.

La toalla que cubre su cuerpo se desliza por su piel, mostrando sus amplias
caderas, su vientre redondeado y ellos no pueden evitar volverse mirando hacia
el resto de cambiantes de manera furiosa, viéndolos torcerse completamente,
para darles la espalda, Buster la carga en sus brazos y suelta un gruñido bajo a
Kenai mientras arroja lejos la jeringa que iba a inyectar en la carne de Briseida,
la cubre antes de besarla ambos por las mejillas regordetas de su rostro.
 Cuando despierte estará en un lugar mejor, no
necesitaremos buscarla por mucho tiempo.
Hank respiraba por fin calmado, nada más dejar de sentir el olor de Briseida en
la fiesta hizo que todo se paralizase y comenzó a sudar, su pulso se disparó y
parecía que moriría en cualquier momento del sufrimiento por su pérdida, pero
ya se había decidido todo entre ellos, un cambiante no necesitaba meses, años o
lo que fuera necesario para desatar un deseo primitivo por un compañero,
llegaron al aeropuerto y subieron a un jet privado.
 Me mantendré con ella en la cama, así no
necesitaremos atarla.
Ella había viajado en el gran vehículo hasta el aeropuerto en uno de los cómodos
sillones tumbada, uno de sus pechos estaba desnudo, su melena algo húmeda
estaba revuelta, empapando el material bajo ella, Hank apenas se había apartado
de su lado, ahora menos mientras se subía a la cama y dejaba que sus hermanos
se duchasen primero y la rodeasen.
 Les debemos nuestro agradecimiento a los hermanos
Rino, podríamos regalarles nuestro piso, ahora que nos
mantendremos fuera y nuestros padres estarán con nosotros
nos sobran los pisos.
Todos asintieron a sus palabras, desnudaron el cuerpo de Briseida y Patch no
pudo evitar olisquear entre sus enormes pechos.
 Debemos protegerla, percibimos el mismo olor al tirar
la puerta, ella está embarazada.
La palabra peso sobre ellos, porque si le hubieran puesto un somnífero podría
haber dañado al bebé.
 Fadel y Jalil estarán en el parto.
Casa, sonaba tan raro para ellos dado que se habían marchado de la vivienda que
habían compartido desde que llegaron a la ciudad de Nueva York, ahora y tras
más de diez horas de viaje en avión, observaron una enorme isla, unas cien o
más la rodeaban, poco a poco los cambiantes que lo deseaban se estaban
comprando pequeñas islas, simplemente porque lo deseaban o porque querían
alejarse de los humanos. Ellos podían observar algunas enormes mansiones en
alguna que otra isla, los altos muros que rodeaban a la isla grande protegiéndola
eran visibles desde el espacio, la monstruosa obra hecha por humanos que
habían intentado atacar a los seres que vivían allí de manera forzada no duró más
de un año y desafortunadamente el hermano mayor de siete enormes seres con
rasgos de león que estaba allí después del trágico ataque llevaba todo lo que
concernía la isla con minuciosidad, los siete habían abandonado su poca
humanidad que tenían, habían entrado en un estado animal que ahora trataban de
dejar. Kenai cogió la mano del enorme tipo de ojos de oro líquido, sintiendo que
sus garras se le clavaban en la palma de su mano.
 Me informaron hace apenas diez minutos que estabais
a punto de tomar tierra.
Aquel ser estaba en estado salvaje, con nada más que un taparrabos destrozado
cubriendo su polla, lo demás era una barba hasta su pecho, sucia, llena de barro,
tierra y hojas, su cuerpo no estaba nada diferente, Kenai mantenía su mano libre
estirada hacia atrás, abierta, haciendo a sus hermanos esperar por su aviso.
 Aquí tenemos humanas trabajando, no tenéis
necesidad de esconder a vuestra única, la posibilidad de
viajar con rapidez a vuestro hogar es imposible si no lo
hacéis desde aquí en barco.
Kenai hizo varios movimientos con su mano, haciendo a Patch y Hank salir.
Buster los siguió poco después con Briseida envuelta en una sábana oscura,
aquel ser de nariz chata, pómulos gorditos, colmillos afilados y melena aspiró
por su nariz. La piel de la nuca de Kenai se erizó mientras seguía el camino que
el enorme ser le había indicado por un camino de piedras negras, ensombrecido
por los árboles que perdían de vista en una inmensa selva, tardaban, pero media
hora después podían ver una embarcación no muy lejana de donde se
encontraban, pasando entre una abertura entre los gruesos muros, viendo la zona
de embarque, el agua pasaba debajo de los muros por unas gruesas verjas, peces
pequeños y poco más, Buster se volvió con Briseida entre los brazos para
contemplar los impresionantes muros y se quedó serio al ver a un grupo de
humanos atados entre ellos con cadenas y grilletes en tobillos y manos, eran
vigilados por enormes seres de la isla que llevaban sobre sus cuerpos puestos
equipos de seguridad, no podían ver sus rostros por los cascos que llevaban.
Apenas se volvió de nuevo al subir al barco que los movería a la isla privada vio
al solitario ser que habían conocido nada más llegar, estaba duchado, con la
melena recogida en una coleta y la barba en otra que parecía un grueso aro de
tono plateado, llevaba un impecable traje, por supuesto sin calzado.
 Siento mucho no haber estado presentable antes, mis
hermanos y yo no nos encontramos muy estables desde la
pérdida de tantos miembros de nuestro pueblo.
Ninguno de los hermanos dijo nada, simplemente mantuvieron sus miradas
bajas, zarparon hasta la isla, Buster subió las escaleras grandes que daban a los
dormitorios, puso a Briseida sobre la cama en una postura cómoda, cogió de la
mano de Hank un vestido blanco perla de medias mangas, se lo puso a ella y
espero con paciencia viéndola agitarse, quejarse y abrir lentamente los ojos,
desapareció al tiempo que ella comenzaba a sentarse. Quejosa se sentó
contemplando las telas blancas que colgaban de la parte de arriba de la cama, se
mecían por la brisa, escuchaba el mar y podía ver por los ventanales el azul del
agua, no pudo evitar sentarse y moverse hacia un gran balcón, sus piernas
temblaban, estaban flojas y tuvo que sujetarse a la barandilla, se estaba orinando
y al volverse escuchando una puerta abriéndose no pudo evitar apretar el ceño a
ver a los hermanos Gora.
 ¿Dónde estoy?
Negando alzó ambas manos furiosa.
 Mejor no me lo digáis, no quiero saberlo, me
devolveréis enseguida a Nueva York, tengo que seguir
trabajando, tengo un maldito trabajo, una jodida vida.
Briseida pasó delante de ellos, Hank trató de cogerla, recibiendo un golpe en la
mano, ella abrió una puerta corredera, viendo un enorme vestidor tan grande
como el dormitorio donde había despertado, cerro antes de que la luz allí se
encendiera sola y se movió a otra puerta que resultó ser el baño, orinó, llevaba
horas sin hacerlo e incluso se estremeció de placer al hacerlo, cuando volvió los
cuatro enormes jugadores de fútbol americano la observaban detenidamente,
viéndola cruzarse de brazos.
 ¿Y bien?
Patch dio unos pasos hacia ella, tratando de calmar su deseo de arrojarse sobre
ella.
 Vamos a comer, son más de las cinco aquí, necesitas
alimentarte.
El deseo de olerla no había disminuido ni en el avión mientras ponían sus
cabezotas alrededor del vientre de ella, Kenai trató de cogerla con sus grandes
manos, pero ella retrocedía mientras él daba grandes pasos cerca de su cuerpo.
 Por favor tienes que comer.
La primera hostia que dio Briseida contra el rostro de Kenai le hizo caer en una
de las sillas de la habitación donde la observaba dormir junto a Patch, Hank y
Buster que también recibían sus golpes en silencio, eso fue el primer día, el
tercero se la esperaba, pero él simplemente la miraba, esperaba que durmiera
para poder volver a sentarse, caía tan rendida a los quince días de estar
embarazada que apenas sentía que se sentaba junto a ella en la cama y colocaba
un mechón o dos de su cabello tras su oreja, su madre lo recriminó un día
mientras Briseida se duchaba, al ella negarse a salir de la habitación ellos
deambulaban alrededor de la primera planta de la casa.
 No me importa que tan duro me golpee mamá, yo
estaré aquí, contemplando cada día como crece su vientre,
ella es la mejor compañera que nunca podremos tener.
Siento que le hacemos daño, su sangre fluye por nosotros,
no lo vas a creer, es lo mejor que nos podría pasar en el
mundo ¡La amamos! Y si ella no nos quiere resistiremos,
amaremos a esta familia por ella, nosotros pondremos más
de esta jodida mierda para que funcione si hace falta.
Pero no lo hizo porque Briseida intentó escapar esa noche, cogiendo una
pequeña lancha, adentrándose en el oscuro, frío y mojado mar, las olas
zarandeaban la pequeña embarcación y hacían que ella casi cayera por la borda
varias veces, ellos gruñeron su nombre, incluso varios barcos de vigilancia
acudieron a ayudar, un fuerte golpe en un costado del barco la hizo caer y Hank
no dudó en saltar a por ella, sin palabras volvieron a la isla, la subieron y
arrastraron de nuevo a su cuarto.
 Vístete.
Ella negó a las órdenes de Kenai que furioso trataba de secarle el cabello
mientras ella trataba de sujetarse al lavamanos, se volvió para golpearlo, pero
apenas pudo moverse al abalanzarse él sobre su cuerpo.
 ¿Qué no entiendes que llevas a varios cachorros en tu
vientre por como suenan sus pulsos? No acabas de ponerte a
ti en riesgo ¡También acabas de poner a nuestros cachorros!
Briseida balbuceaba, negaba y sus ojos se pusieron brillosos.
 Yo no estoy embarazada, no me intentes engañar
Kenai, nuca desearé quedarme aquí.
Kenai rodeó su curvilíneo cuerpo con sus manos y brazos, viendo su propia piel
morena sobre la pálida de ella.
 Llevas encerrada días entre estas paredes, déjanos
enseñarte lo bueno que podría ser estar aquí con nosotros.
Briseida se removió fuera de su toque, poniendo ambas manos en su pecho para
apartarlo.
 Déjame.
Kenai negó varias veces, tratando de hacerla mirarlo, arrastrando finalmente sus
labios hasta su oído.
 Parece mentira que trabajaras para un humano tan
cruel y que no entiendas el peligro que corréis fuera del
cuidado nuestro, cualquiera podría desear hacerse de
nuestros cachorros, dañarlos desde tu vientre de formas
crueles.
Briseida insistía en sus empujes contra el pecho de Kenai y cuando fue liberada
de su toque respiró algo aliviada, porque verdaderamente añoraba su calor, esa
que se metía con ellos cuatro en su cama cuando más profundamente dormía a su
alrededor y salía antes de que se despertara.
 Volveré a irme, incluso buscaré ayuda si es necesario
¡No quiero nada vuestro! Me habéis engañado, queríais
utilizarme, seguramente nunca me deseaste, todo era un
estúpido juego, tarde o temprano me largaré de esta jodida
mierda de isla.
Ella apenas conseguía mantener la sábana que rodeaba su cuerpo en su sitio,
trataba de apartar su cabello de su rostro y estaba colorada.
 ¿Entregarías a mis cachorros? ¿Los pondrías en
peligro? Tú no sabes los peligros que correrías, ahora que
los humanos saben de nosotros están atacando a cada ser
que existe sobre la jodida Tierra, no serías la primera
humana en ser secuestrada, torturada y retenida hasta parir y
morir, porque si siguieras viva seguirías pariendo hasta
morir, obligarían a cambiantes a violarte o a otros seres,
creo que ya conociste a muchos y los drenaste con esa
amiga tuya.
Kenai sujetó la mano de Briseida por una muñeca antes de que lo golpease, pero
no le dio tiempo a reaccionar a la patada que le dio en los huevos, haciéndolo
caer un poco sobre ella.
 ¡Se acabó Briseida!
Cuando se recompuso la arrastró hasta la cama, arrancó y destrozó la sábana que
llevaba puesta sobre la piel a pesar de ella chillar y tirar sin conseguir quedarse
con nada entre las manos y la dejó unos instantes, pero no tardó en volver,
cogiéndola por el tobillo antes de que se escapara hacia el cabecero de la cama,
la golpeó en las nalgas haciéndola quejarse y la cogió por el pelo haciéndola
gemir.
 Te voy a follar duro, humana insolente, o tal vez te
viole ahora que dices no desearme.
Briseida sentía que sus piernas temblaban, su coño pulsaba crema de lo excitada
que estaba y le costaba respirar bien y más al sentir la lengua de él recorrer su
columna desde sus nalgas hasta su cuello.
 ¡Oh Dios! Déjame.
La polla de Kenai rastrilló entre sus nalgas, después un ruido de tela rota y su
polla empapada entre sus nalgas varias veces, tenía líquido de excitación que se
esparcía por su piel y la empapaba, lo sintió empujar entre ellas, haciéndolas
abrirse al paso de su jodida y enorme polla.
 Dime que pare Briseida, haz algo, no voy a poder
contenerme si sigues gimiendo y contoneándote alrededor
de mi jodida polla.
Sus palabras salieron en un gruñido mientras se deslizaba en su interior, estaba
completamente enloquecido y deseoso.
 Seré suave, déjame, déjame tenerte, hace tanto tiempo.
Ella podía sentir las lágrimas de él caer en su cuello, sus susurros en su oído
zumbaban con suavidad.
 Despacio, no queremos dañar.
Kenai ronroneó las palabras mientras temblaba sobre ella al retirar su polla
lentamente de su coño, parecía hablar solo con palabras incoherentes y casi
imperceptibles, pero Briseida estaba inmersa en su propio placer, se corrió al
poco entrar él varias veces su polla en ella, apretándolo, haciéndolo morderla
mientras bajaba su mano libre entre ellos y masajeaba su perla haciéndola chillar
de placer, apretándolo, haciéndolo rugir y a ella ensordecer.
 Fóllame Kenai, por favor.
Meneó su cintura e hizo movimientos fuertes mientras él negaba y trataba de no
perderse en su bestia interior sin conseguirlo, porque sus manos se convirtieron
en patas hasta sus brazos y sus garras se clavaron en la cama al soltarle el cabello
a Briseida, comenzó a follarla con salvajismo, haciendo que se moviera con cada
penetración, sintiéndola correrse varias veces alrededor de su polla,
empapándolo, casi haciéndola desmayarse tras correrse varias veces más, pero su
bestia no se contentó y salió de su interior, alzándola hasta llevarse su coño a sus
labios, devorándolo, tragando todo lo que había derramado y seguía derramando
en otro orgasmo que le provocó entrando su lengua en su coño, varios dedos,
rastrilló con ellos en sus paredes internas buscando la rugosidad de su punto G y
lo acarició varias veces, profundizando varios de sus dedos en su coño y en su
ano. La volteó, viéndola sin fuerza, con los ojos cerrados y la respiración lenta,
pero él no podía parar, necesitaba vaciarse en ella, volver a morderla, marcarla,
gruñó cerca de su oído, penetrándola lentamente, haciéndola mirarlo con los ojos
un poco abiertos.
 Más ¡Más!
Briseida apenas pudo sentir que él la mordía mientras ella lo sentía correrse con
ella, apartó los ojos de Kenai y jadeo al ver a Patch, Buster y Hank ocultos en las
sombras de la habitación, llegando hasta ellos lentamente.
Los tres apartaron a Kenai, pusieron sus garras afiladas hacia arriba, saltaron
sobre Briseida, lamieron sus brazos, su vientre, sus muslos y ella se estremeció,
soltó un ronquido y abrió los ojos al sentir una lengua vibrando dentro de su
coño.
 Si supieras el sufrimiento que hemos tenido por no
poder tocarte, olerte, verte.
Briseida pestañeó observando a Buster, la iluminación era escasa, pero ella
asombrosamente veía bien, dijo algo que apenas pudieron percibir porque apretó
los dientes al sentir que Patch profundizaba dos dedos en ella, haciéndola
correrse, apenas iba recuperándose cuando la alzaron un poco y pusieron sobre
el pecho de Buster, ella puso ambas manos sobre su fornido pecho lleno de
tatuajes y jadeó al sentirlo coger sus nalgas y abrirlas, el aire fresco de la noche
rozó su piel, haciendo que se le erizase y gimiese, la polla de Buster comenzó a
entrar en su coño y ella tuvo que retorcerse, él enredó entre ellos hasta llegar por
la separación de sus sexos hasta el clítoris de Briseida, haciéndola abrirse más
para su polla, consiguiendo deslizarse hasta tocar con sus testículos en la piel de
ella, soltando ronroneos de placer, Hank lamió sus nalgas lentamente,
mordisqueaba en ellas, las besaba, Kenai encendió una tenue luz y ella pudo ver
a Patch en un sillón cercano observando la escena que ellos hacían, sus
pantalones llegaban hasta sus pies desnudos y se acariciaba la polla mientras se
mordía los labios, Buster puso los dientes alrededor de uno de los pezones de
Briseida y tuvo que soltarla al hacer presión y ella saltar asustada, pero él la
cogió negando por el cabello, haciéndola bajar hasta quedar sus labios cerca de
su oreja.
 No tengas miedo pequeña humana, no muerdo, bueno,
algunas veces si muerdo, despacito cuando te beso.
Briseida no pudo más que retorcerse al sentir a Hank por detrás pasando su
áspera lengua por su ano, sintió que dejaba caer saliva en ella y profundizaba un
dedo enorme en su interior haciéndola retorcerse y arañar a Buster. Lo observó al
escucharlo gruñir bajo ella.
 Mi jodida polla, pequeña relájate.
La rodeó con sus brazos y se incorporó un poco con ella, haciéndola sentarse
sobre él, viéndolo cruzar sus piernas bajo ambos mientras su polla se movía en
su interior, la torció para atrás y cayeron sobre la cama, mientras su cabeza
quedaba colgando del colchón, en una postura más cómoda, sin él salir de su
interior, Hank se agachó ante ella, cogiendo su rostro con ambas manos,
besándola en una de sus mejillas, Buster salía y entraba en ella, arrastrando sus
labios por su garganta, haciéndola gemir de placer por cada golpe que él daba en
su interior, pusieron música y ella buscó con los ojos de donde venía, pudiendo
ver a Kenai poniendo su móvil cerca de Patch que seguía masturbándose
lentamente mientras la miraba, Hank cogió su rostro y la hizo abrirse para entrar
entre sus labios su gruesa y larga polla. Entró en ella lentamente, temblaba y
gruñía con fuerza, él arrastró sus labios hasta uno de sus pezones y lo besó, igual
hizo Buster con su otro pecho, haciéndola venirse mientras que la acariciaban
con los dedos de sus manos…
Casi exhausta se arrastró fuera de la cama, poniéndose en el suelo sobre sus
manos y rodillas, temblaba, no de frío, si no de los orgasmos producidos por
ambos tras más de quince minutos haciéndola venirse sin parar.
Patch la observaba acercarse hacia él, esperaba ansioso su llegada, con cada
movimiento que hacia cada vez más cerca de él lo hacía desear saltar sobre ella,
la iluminación tenue dejaba ver su piel carnosa blanca, suaves fragancias del
sexo compartido flotaban en el aire, ella está lista para más, Kenai lo sabe, ella lo
mira unos instantes, sus ojos negros brillan y él sabe que es por el deseo, sabe
que irá a peor, será durante unos tres meses, después seguramente no pueda,
debe de llevar más de dos cachorros en su vientre, tal vez una camada, ellos
están deseando saberlo, un estremecimiento recorre la piel de Patch, la tiene ante
él, y no duda en cogerla por el pelo antes de que termine de alzarse y ponga las
manos sobre sus rodillas, la estira para atrás y llega con sus labios hasta su
cuello, apenas lo roza antes de sacar su lengua, la arrastra hasta su oreja, la
mordisquea, sintiéndola temblar como un jodido flan mientras trata de sujetarse
a algo sin conseguirlo, con su mano libre recorre su cuerpo lentamente,
escuchándola gemir de placer al pellizcar sus pechos sensibles, baja por su
vientre y llega hasta su coño, haciéndola jadear, la acerca hasta él, soltando su
cabello, poniendo su mano en la espalda de ella, la escucha suspirar su nombre al
sentirlo bajar sus labios por su cuello hasta sus pechos para devorarlos, entra su
mano entre sus labios hasta llegar a su clítoris y ella tiembla hasta casi perder la
fuerza en sus piernas, ella gime su orgasmo, llevando sus manos hasta el pelo de
Patch, enredando sus dedos, tironeando y haciendo que se suelte mientras chilla
de placer siendo alzada y llevada hasta la cama, apenas vuelve en si ve que está
de lado, frente a él, mientras sus labios recorren su piel por su vientre,
saboreándola lentamente, llega hasta su pelvis haciéndola morderse los labios y
sonríe por las sensaciones, pero se detiene y queda parada al sentir a Kenai
detrás de ella, besando su cuello, alzándole una pierna, dándole mejor acceso a
Patch para adentrar su lengua en su vagina, ella se retuerce, se agarra a Kenai
estirándose y gime al sentirlo llegar con sus labios hasta los de ella y besarlos.
La lengua de Patch hace pequeños círculos en su clítoris, haciendo vibraciones,
haciendo que una ligera cascada empape su coño antes de que él llegue con su
lengua hasta ella y se inunde.
 Disfruta Briseida que la noche apenas comienza,
tenemos muchos orgasmos para ti pequeña…

….Y la vida también pensaba tres días después Briseida tirada en una hamaca
mientras abría los ojos, las sombras de las palmeras no dejaban que el sol
acariciara su piel, pero el aire cálido que corría lo permitía, pronto tendrían que
entrar en la casa porque comenzaría a hacer calor, se ducharía y sentaría a ver a
los cuatro hermanos cocinar.
Los cuatro que estaban extrañados al ver el vientre de Briseida, estaba
demasiado abultado, pero apenas conseguían sentir a los bebés, la caída del
barco los mantenía preocupados, ella no había sangrado por lo menos, ni siquiera
había tenido dolores y todo parecía estar perfecto, pero los pulsos de los bebés
apenas eran perceptibles, contaban unos dos, algunas veces parecían escuchar
otros latidos distintos, pero era extraño no poder percibir aún los olores de los
cachorros, cuando se acercaban a ella la sentían ponerse tensa, entonces los
bebés reducían sus latidos, cosa que casi no les permitía saber cuántos había en
realidad.
 Briseida, debes prepararte, vamos a salir de la isla.
Ella abrió los ojos y bostezó para ver a Hank cerca de sus pies desnudo, sentado
en la arena, mirándola con verdadera hambre.
 ¿Tienes interés por conocer a los bebés?
Con los ojos abiertos como platos asintió, apenas había digerido el día anterior
que estaba embarazada de varios bebés, cuando nacieran Odie, la madre de ellos
y sus maridos ayudarían instalándose con ellos, la casa no era pequeña, pero las
habitaciones eran muy grandes. Briseida estaba en la lancha en la que iban a
viajar hasta una isla enorme a diez kilómetros de la de ellos, se observaba
ceñuda, llevaba un chaleco naranja y apenas podía moverse sin sentir ganas de
vomitar, al entrar por unas enormes murallas de piedra que se abrieron esperaba
ver un castillo, pero simplemente vio un embarcadera que seguía hasta fuera y se
cortaba por la separación de la muralla, un paseo de piedras se adentraba en un
bosque de árboles tropicales donde comenzaron a caminar por más de una hora y
después vieron a Odie con un vestido blanco, sonreía rodeada de sus maridos
que tampoco podían ocultar sus sonrisas, les acompañaba una chica que no dudó
en saludarla.
 Briseida, ella es la doctora Deborah, es una vieja
amiga de los cambiantes.
Era regordeta, tenía el pelo largo negro recogido en una cola de caballo y unos
increíbles ojos azules agua marina increíbles, estaba a punto de decir algo
cuando de repente una explosión los hizo volverse a todos, en segundos Briseida
se vio contra la pared del edificio y tras abrirse la puerta la metieron dentro, ella
apenas se volvió escuchó otra explosión, miro en la lejanía el humo negro,
apenas pudo tragar y comenzó a escuchar ruido de disparos y camiones pasando
ante ellos con montones de enormes personas uniformadas de negro, llevaban
cascos y un caro equipo de seguridad, se formó un gran revuelo alrededor y ella
apenas digería todo viendo a los hermanos Gora junto a sus hermanos delante de
la puerta del hospital que cerraba la médica y corría la persiana metálica ante
ella, escuchó algo, como pasos rápidos pero silenciosos y se volvió para ver a un
enorme tipo con capucha detenerse en la sombras.
 Tengo que salir, soy el miembro principal del consejo.
Ella apenas podía articular palabra al verlo acercarse lentamente a la puerta
atrancada, viendo su mano algo peluda, sus garras, subió su mirada hasta su
rostro y vio la jodida cara de un león con colmillos y todo y no pudo evitar
llevarse las manos a los labios, ella se apartó hasta chocar con sus pantorrillas en
unas sillas y observó a aquel ser mirar por la persiana detenidamente.
 Permanezco dentro del hospital junto a la humana.
Briseida observó al ser torcerse un poco hacia ella y no pudo evitar bajar la
mirada hasta sus nalgas viendo algo moverse, haciéndola detenerse.
 ¿Qué sucede?
Briseida iba a decir algo, pero vio al ser volverse hacia ella con unos ojos color
oro increíbles, después se quitó en pinganillo que llevaba puesto y sonrió con
colmillos verdaderamente afilados.
 ¿Cómo han conseguido pasar el perímetro de
seguridad? ¿Cómo han podido destruir una isla entera?
Briseida tragaba y trataba de respirar por la nariz y soltar por los labios todo su
nerviosismo. Porque el rostro de aquel ser iba poniéndose cada vez más
enfurecido, la capucha se le cayó y pudo ver su cuello, las venas se marcaban
por su piel, ella observó la silla detrás suya y se dejó caer de nalgas.
 Trata de respirar humana, estás embarazada de cuatro
cachorros y se están poniendo nerviosos.
Ella saltó un poco sobre el asiento al sentir unas enormes manos tocar sus
hombros.
 ¿No lo sabias?
Apenas pudo negar con los ojos empapados de lágrimas.
 Vaya, no parecen buenas noticias.
La espalda de ella comenzó a moverse con fuerza hacia arriba y abajo, tenía las
manos en el rostro y apenas conseguía balbucear palabras, el ser junto a ella, la
rodeo con sus enormes brazos, le decía palabras dulces tratando de calmarla y
ronroneaba.
 Dicen que los embarazos alteran a las hembras
humanas o igual te tengo asustada, piensas que voy a
hacerte daño a ti o a tus cachorros.
Él soltó un carraspeo profundo y se movió a un lado volviendo a ponerse el
pinganillo.
 Llevadlos a los calabozos, no tengáis piedad, Wolf y
sus hermanos los están esperando en las salas de
interrogatorios, han destruido la isla donde había una
familia, sin importarles el personal de su interior, iban a por
todos ellos.
Briseida dejó caer su rostro contra el pecho del enorme tipo, sintió sus garras
acariciar su cabello.
 Los hermanos cambiantes de Brasil vendrán con su
equipo de cambiantes a construir más viviendas,
necesitamos reforzar los puestos de vigilancia, algo ha
pasado y vamos a averiguarlo.
Él la observó tras alejarse ella de su pecho y sonreía de manera dulce, haciendo
que su corazón martilleara con fuerza.
 Me temo que estaremos aquí un tiempo, los humanos
apresados pasarán por la puerta del centro médico, las
doctoras tienen que ir de urgencia a atender a los de mi
pueblo.
Apenas Briseida se volvió hacia él para verlo mirarla directamente al alma.
 Cuando un humano nos ve por primera vez a los que
tenemos más rasgos animales suele chillar locamente, puede
mearse o desmayarse, pero tú no, creo que ya has visto a
alguno como yo en algún laboratorio, hija de Víctor Capat.
Escupió literalmente el nombre de su padre y ella no pudo más que asentir
alzando la cabeza hacia él.
 Sí, en otro laboratorio al que fui una vez, muchos
como tú.
El rostro del ser se volvió completamente serio al mirarla a los ojos
directamente.
 ¿Sabes dónde está?
Briseida se quedó pensativa unos instantes, después se encogió de hombros
negando.
 Una compañera sabía que estaba en una extracción
petrolífera abandonada en el mar, he intentado hablar con
ella por correo, seguramente los allá leído, pero no me
contesta, ayudó a liberar a los que teníamos en los
laboratorios bajo Nueva York.
Él asintió moviendo sus manos por sus pantalones, tratando de pensar algo.
 Igual podríamos localizarla, no sabes el infierno que
hemos vivido los que como yo han sido retenidos por tu
padre.
Los ojos del ser brillaban por las lágrimas, que parpadeaba tratando de alejar.
 No lo sé, la forzaron delante de mí.
Él parecía comprenderla.
 Los humanos sois crueles incluso entre vosotros
mismos, a mis hembras las ataban en cualquier sitio, desde
suelos hasta camillas y potros de examinación, las violaban
durante días varios grupos de humanos hasta que
comprobaban que estuviera embarazada, si no seguían y
seguían hasta matarla.
Briseida negó horrorizada.
 No la violaron humanos, fue uno de los hermanos
Demon.
Aquel ser se puso de pie de un simple movimiento y se volvió para observarla
boquiabierto.
 Mientes, los señores Demon odian a los humanos, no
mezclan su sangre con ellos.
Se llevó ambas manos al rostro negando, estuvieron varias horas allí, observaron
a los humanos pasar atados con cadenas delante del edificio.
 En un momento se abrirán las puertas.
Briseida observó al tipo adentrarse en la oscuridad de los pasillos del edificio y
torcer su mirada en las ventanas, viendo entre la persiana algo que le hizo sonreír
un leve instante y morderse los labios.
 ¿No tenía prisa por salir? ¿Señor?
Ella volvió a llamarlo tratando de verlo en la oscuridad, viendo simplemente un
destello de oro líquido. Entonces una serie de disparos se escucharon y el
enorme ser se pegó a uno de los ventanales.
 Un humano trató de atacar a uno de los míos.
Briseida se puso junto a él, viendo que no miraba hacia los hombres que iban
esposados, si no que observaba detenidamente a la mujer de increíbles ojos agua
marina con amor y preocupación.
 ¿Están juntos?
Él negó soltando un suspiro entristecido, se limpió una lágrima furtiva que
apenas pudo ver Briseida y la encaró negando, haciéndola levantar la cabeza
para mirarlo a los ojos.
 ¿Por qué? Veo amor en sus ojos al observarla.
Briseida no apartó sus ojos al verlo desnudarse de su capa, de su camisa blanca,
mostrando su cuerpo descomunalmente musculoso, lleno de vello rubio por sus
pectorales y abdominales, después bajó la mirada avergonzada.
 ¿Quién puede querer a una bestia como yo? Mírame.
Ella lo hizo, viéndolo resaltar sus pómulos marcados, su nariz ancha y chata, sus
ojos de león y sus afilados colmillos.
 Mis hermanos, yo, ella pertenecemos a dos mundos
distintos, ella es muy joven, nosotros no podemos
permitirnos el lujo de dejarla vernos y ver con nuestros
propios ojos que no nos desea, que le repugnamos, ese sería
nuestro final. Preferimos mantenernos en la distancia.
Él se vistió en silencio y con rapidez, algunas lágrimas descendían por sus
mejillas, volviendo a poner la capa sobre su cuerpo, Briseida no pudo contenerse
y abrazó a aquel enorme tipo mientras se cubría, dejándolo completamente
sorprendido, los pelos de su melena hacían cosquillas por su cuello, su rostro,
pero ella no quería reír, él le devolvió el abrazo, lo sentía vibrar por el
sufrimiento y el lamento, algunas lágrimas mojaban la piel de Briseida, pero no
le importaba, ambos estuvieron así hasta que escucharon la persiana y él la soltó
y se alejó metiéndose en las sombras de los pasillos, Briseida sentía deseos de
saltar de alegría al ver a todos entrar y abrazarla olisqueándola, mirando hacia
donde estaba el ser después.
 ¿Todo bien?
Asintió con nerviosismo hacia Kenai, Patch, Buster y Hank mientras trataba de
alejarlos porque se restregaban por ella de manera casi dolorosa.
 Me hacéis daño.
Odie, la madre de los cuatro cogió a la doctora por un brazo, tratando de llamar
su atención para que dejara de mirar la escena de los cuatro arrancando las ropas
de Briseida.
 Por favor aquí no, ¡No!
Su último respiro salió apenas en un suspiro al ser aprisionada entre los cuatro.
 Necesitamos poner nuestro olor en ti Briseida, apestas
a otro macho.
Si alguien le hubiera dicho a Briseida que conocer a aquel ser le iba a conllevar
ser arrastrada por un hospital desnuda hasta una sala de curas y follada hasta
acabar exhausta se reiría, pero no lo hacía al ser tumbada en una camilla y alzada
por las caderas para que su coño fuera devorado por Patch mientras ella gemía
agarrando las cabezas de Buster y Hank, mientras Kenai la cogía por el pelo y el
cuello atacando sus labios brutalmente contra los suyos, apenas pudo respirar por
la nariz mientras soltaba por sus labios gemidos de placer por el inmenso
orgasmo que la estaba consumiendo mientras Patch entraba lentamente en su
coño.
 ¡Di que solo nos deseas a nosotros!
Ella asentía tratando de abrir los ojos sin conseguirlo, teniendo que apretarlos
más ante el placer de Patch follándola mientras acariciaba su perla y Hank con
Buster en sus pechos, otro orgasmo estaba formándose en su interior, comenzó a
correrse con Patch, apretándolo, escuchándolo gruñir mientras apartaba a sus
hermanos y se ponía sobre ella atacando sus pechos con sus manos y su boca,
haciéndola torcerse para atrás mientras su orgasmo seguía y seguía hasta hacerla
caer en la inconsciencia.
 ¡He tranquila!
Apenas abrió los ojos observó a su alrededor para ver a los cuatro hermanos
cambiantes a leopardo mirándola con intensidad, Kenai Buster no llevaba su
típica camiseta de flores que le estaba dando por ponerse y ella se observó,
viendo que la llevaba puesta.
 Llevas durmiendo un rato.
Hank la cargó entre sus enormes brazos, sin quejarse por su peso, sin inmutarse,
volvieron a los pasillos y entraron a una habitación donde tenía la doctora todo
preparado junto a Odie y sus maridos, todos ellos tenían los rostros brillantes de
felicidad, Hank la puso sobre un colchón mullido y la doctora sonrió pidiendo un
poco de privacidad con ella aun sabiendo que desde fuera las escucharían.
 Apenas nos comenzamos a conocer Briseida, yo seré
una de tus parteras el día en que decida tu bebé o bebés
nacer, te ayudaré en todo desde hoy, te pasaré las píldoras de
vitaminas que necesitas tomar, te revisaré cada semana por
medio de que estás embarazada de cambiantes y trataré de
indicarles a tus compañeros como ayudarte en todo.
La mujer esparció crema por su vientre, le puso una sábana que cubría desde sus
tobillos hasta su bajo vientre y llamó a todos tras preguntarle si deseaba o no
dejarlos ver a sus bebés.
 ¿Tienes idea de cuantos son?
Ella asintió nerviosa.
 Más de dos.
La mujer puso el frío material en su vientre y cogió crema, la ecografía era en
5D por lo que se podía ver a los embriones con claridad, parecían fetos de tres
meses y Briseida apenas podía creerse lo que veía y más al ver a cuatro bebés tan
avanzados, trató de decir algo.
 Los bebés cambiantes en apenas un mes de gestación
llegan al tamaño de un bebé humano de tres meses, vivirás
un embarazo humano, pero con bebés que pueden nacer en
cualquier momento si lo deseasen y completamente sanos.
Briseida observaba su vientre como siempre abultado, algo más, pero se lo
achacaba a los festines que se daba en la isla y a holgazanear y dormir mucho.
Estaba tan asombrada mirando la pantalla que no se percató de nada a su
alrededor hasta sentir el rostro de Kenai contra el suyo, tenía el rostro empapado
de lágrimas y apenas podía decir algo coherente.
Tras aquello los cuatro dejaron a Briseida con la doctora de nuevo a solas, para
darle más privacidad salieron fuera del edificio y se observaron con miradas
bobaliconas.
 Siento mucho lo sucedido con vuestra hembra.
Apenas Buster observó al miembro principal del consejo de la isla lo cargó por
su camisa, haciéndolo bajar la cabeza a pesar de ser más alto que él. Hank
trataba de apartar a ambos, golpeó con fuerza a Buster hasta hacerlo alejarse y
mirarlo furioso mientras soltaba un furioso gruñido animal.
 Yo simplemente cuidaba de la doctora, no la
encontraba, preocupado entré a ver que estaba bien, que
igual se hubiera dormido cubriendo turnos, pero cuando tras
no encontrarla en el centro médico iba a salir os vi,
ocurrieron las explosiones y me preocupé por ella, teniendo
que dejarme ver por vuestra humana.
Patch observó entre las sombras de los árboles de la frondosa selva que había por
gran parte de la inmensa isla mientras escuchaba a Saw hablar.
 He escuchado que a los cambiantes os están
manteniendo controlados con la policía, haciendo que
tengáis que avisar para salir de vuestras ciudades. Igual que
a muchos otros seres de éste mundo y que los humanos que
no van llevando bien el descubrimiento están empezando a
daros caza.
Todos torcieron sus miradas hacia el humo de la isla donde ellos habían estado
hasta un momento antes del ataque.
 Menos mal que en algunos países parece que ya
sabían de vosotros y os veneran como a dioses.
Buster no pudo reprimir una sonrisa.
 Esperemos que los humanos no quieran empezar una
guerra como las que ya han sucedido a lo largo de todos los
años que tiene esta Tierra.
Hank asintió con la cabeza varias veces, tratando de calmarse.
 Nos han enseñado durante siglos a controlarnos,
nosotros tenemos la obligación de enseñar a nuestros
cachorros, podemos controlar nuestros cambios, pasaremos
desapercibidos.
Aquel ser pareció suspirar lentamente antes de alzar su mirada hacia ellos.
 Nosotros podemos ayudar en todo lo que necesitéis,
estamos preparados en las batallas cuerpo a cuerpo.
Les hizo una señal para que los siguiera y los cuatro observaron las puertas del
centro médico dudosos, viendo a su madre Odie asentirles con movimientos
hacia el ser. Se subieron junto a él en un gran todoterreno, estuvieron cerca de
veinte minutos recorriendo la selva tropical hasta llegar a una zona en la que
hermosas casas se perdían alrededor, sin destrozar el paisaje, algunas incluso
tenían árboles en la construcción que habían hecho alrededor. Los cuatro
observaron al enorme ser caminar ante ellos, hasta unas puertas inclinadas en el
suelo y al abrirlas el ruido de voces varoniles lleno sus oídos, bajaron detrás de
él y vieron que en un ring un enorme y peludo ser de más de dos metros se
peleaba con otro del mismo tamaño mientras muchos como ellos tomaban
bebidas, hablaban bajo y observaban la pelea.
 Estamos para la pelea cuerpo a cuerpo y sabemos
manejar cualquier arma.
Los cuatro apenas pudieron parpadear un par de veces antes de ver al ser coger
una pistola de su espalda, lo vieron apuntar a una diana y comenzar a disparar,
justo siempre en el mismo sitio, haciendo un agujero en ella hasta vaciar el
cargador, después lo siguieron por largos pasillos de cemento.
 La isla está llena de túneles de hormigón por los que
podemos salir siempre, huir en caso de ataque, protegernos,
cada mansión que se construye tiene una habitación del
pánico.
El ser puso una mano en un lector y se abrieron unas compuertas, haciendo
posible que se escuchara a un tipo rogar y chillar, más de veinte humanos
estaban de rodillas ante unos cien seres como el que ellos seguían.
 Saw, hermano.
Los cuatro vieron como el ser daba la mano y un pequeño aventón a varios de
ellos mientras hablaban animadamente.
 Estos son todos los humanos que quedaron con vida
después del ataque, supongo que no han hablado aún.
Los cuatro apenas podían salir de su asombro al ver como los humanos resistían
y no hacían nada por salvar al que torturaban aquellos descomunales seres, los
ruidos de huesos rotos cada vez que golpeaban al humano hacían a Kenai vibrar,
pero aquellos seres debieron de saber que no les estaba gustando aquello y
trataron de entretenerlos saludándoles y hablando animadamente con el ruido de
la tortura hasta casi la muerte del primer humano.
 ¿Cómo se lesiono Kenai? Es un cambiante fuerte,
dicen que estuvo casi seis meses sin poder caminar con
normalidad.
Él podía recordar aquel día a la perfección, como se echaron sobre él más de
diez enormes miembros del equipo contrario casi arrancando una de sus piernas.
 Lo pasé fatal, si hubiera sido humano habría muerto,
pero lo peor fue que ya la pierna no me funciona como
antes, quería retirarme de la liga en lo más alto, pero me di
cuenta de que todo se queda en el olvido cuando llega una
nueva estrella, aquello estaba perdiendo para mí sentido,
conocí a una hembra humana antes que a mi compañera, no
sentía por ella nada más que aprecio y cariño, pero tras irse
con sus compañeros me quedé desolado, quería lo mismo,
una familia, traté de hacerlo, pero nunca me he sentido
atraído por las mujeres humanas que me rodeaban, capaces
de comerse una rodaja de tomate y correr al baño para
vomitarla y meterse una raya de coca, conocí a Briseida y
no pude apartarme de ella.
Kenai se quedó sin palabras al escuchar a uno de los humanos llamarlo sin cesar.
 Acabaremos con todos vosotros.
El humano escupió sangre a sus pies haciéndolo mirarlo al llegar ante sus ojos.
 Las mujeres que engañáis morirán, nosotros hemos
sido el primer aviso, vendrán más y arrasarán con todo,
veréis con vuestros propios ojos como matamos a vuestras
familias.
Tuvieron que detenerlos para que no los matasen, Saw agarró a Patch, dos de sus
hermanos tuvieron que ayudarle.
 Es lo que quiere el humano, no le des una muerte
rápida.
Apenas consiguieron devolver a los humanos a las celdas y cerrarlas antes de
que Buster se golpease contra los barrotes tratando de alcanzar a uno de los
humanos.
 Tranquilos, tranquilizaros, los humanos no llegarán de
nuevo a ninguna isla…
….Esas palabras se repetían en la cabeza de los cuatro dos meses más tarde,
Briseida estaba de tres meses humanos y un poco más de embarazo, pero su
vientre parecía de nueve, estaba durmiendo, como llevaba gran parte de este
tiempo, apenas habían salido por la mañana con una gran cesta de picnic en un
todoterreno y ya estaba medio dormida, nada más Buster colocó delante de una
gran cascada de agua dulce una mullida alfombra y cojines ella bostezó, pero se
bañó en el lago que formaba aquello tan hermoso, con un precioso biquini de
flores y se cambió para no coger frío, poniéndose una braguita y una camiseta de
bañador nuevo, antes de que cerrase los ojos Kenai la obligó a comer algo y se
apoyó en una pierna de Hank dejándose llevar, una fina baba caía por sus labios
y empapaba la pierna de él, pero apenas le importaba, los cuatro sentían a su
alrededor las miradas de aquellos que se hacían llamar olvidados, después
pisadas en la tierra y las hojas junto con el olor de una hembra humana.
 ¡Hey! ¿Cómo va todo?
La doctora Deborah susurró las palabras a dos metros de distancia, los cuatro
trataron de calmarse, pero apenas conseguían mantenerse en posturas cómodas,
estaban a la defensiva, constantemente, apenas mantenían el sueño ligero unas
horas, se turnaban, incluso su madre y sus padres se turnaban cerca de ellos para
proteger a Briseida, como si sintieran que si uno de ellos apartase la mirada de
ella la perderían, Buster trataba de no gruñir al ver el maletín abierto de la
doctora.
 Tengo que mirarle la tensión, sabéis que la mantiene
alta desde hace unos quince días.
Cogió una de las manos de Briseida y no pudo evitar jadear al ver que estaba
bastante inflamada.
 Ayer estaba mejor, ella está bien.
Hank trataba de apartar a la humana mientras decía las palabras, cogiendo a
Briseida entre sus brazos, cargándola contra su cuerpo mientras ella protestaba y
se llevaba una de las manos a la cabeza.
 Creo que deberíamos ir al centro médico.
Briseida apretaba los ojos entre los brazos de Hank y trataba de hacerlo detener
sus movimientos de acunarla. Nerviosos les parecía que nunca iban a llegar al
centro médico, Buster llamó a su madre llorando, haciéndola correr al centro
médico junto a sus maridos y escuchando todos lo que la doctora iba a decirles.
 Briseida es primeriza, es un embarazo múltiple, ella
sabe lo que le está pasando, pero no quería preocuparos.
La nombrada miraba a todos con la culpa en el rostro, haciéndolos mirarla
ceñudos.
 He comprobado a los bebés y en apenas unos días más
deberíamos provocar el parto, varias doctoras y yo hemos
pedido incubadoras que no creo que sean necesarias….
Todos tragaban las palabras lanzadas como cubos de agua llena de hielos
afilados.
 …Los bebés están casi a punto de alcanzar los ocho
meses de un bebé humano, la orina de Briseida estaba dando
proteínas, era en pocas veces y casi sin cantidad, le mandé
reposo, por eso apenas quería moverse de la cama,
cambiamos su dieta sin querer preocuparos, por eso
disminuimos la sal y os enseñamos a hacerla mejor para
ella, la analítica de ayer nos ha dado hoy insuficiencia en el
hígado y los riñones.
Estaban todos boquiabiertos, Briseida limpió una de las lágrimas de los ojos de
Hank, pero sólo consiguió hacerlo llorar al sentir el contacto de las yemas de sus
dedos en su rostro, él puso su nariz en el cuello de ella, aspirando con ansia su
olor.
 Pero si ha perdido mucho peso, apenas se notan los
bebés en su vientre.
Hank se sorbía los mocos al decir las palabras, levantando su rostro de ella.
 Cuatro parteras estaremos en el proceso del parto de
los bebés y unas cinco enfermeras, haremos una cesárea.
Kenai golpeó la mesa de la doctora con ambos puños, haciéndola saltar asustada.
 Teníamos derecho a saber esto antes, no me fio de las
humanas.
La doctora se llevó las manos al pecho negando sorprendida.
 He ayudado a traer al mundo a tres bebés cambiantes a
tigres, a dragones y a un montón de bebés leones, por nada
del mundo les haría daño a sus cachorros.
Dolida parpadeaba lágrimas la doctora mientras limpiaba el vientre de Briseida
de la crema de la ecografía, Briseida la cogió por la muñeca mientras se sentaba
y la abrazaba.
 Estoy tan cansada de todo esto.
La mujer se sonó los mocos tratando de calmarse.
 Todos me odian, los cambiantes, los olvidados, todos.
Briseida trataba de calmarla sin conseguirlo, ambas salieron fuera del centro
médico y se sentaron en un balancín de jardín de madera con el asiento en
blanco precioso.
 Gracias por ayudarme a mantenerlo todo en secreto,
por Dios no podía verme con todos ellos todavía más
encima de mí durante todo éste tiempo.
Deborah soltó una risa baja mientras apretaba los ojos por las lágrimas.
 No te odian.
Briseida se acarició la barriga sonriendo, sintiendo un alivio inmenso al haber
dicho ya todo a los hermanos.
 Ya lo creo que sí, después de que nazcan tus bebés y
todo esté bien me iré, estoy a punto de saber cuándo salen
las oposiciones para entrar a trabajar en un hospital materno
infantil español.
Deborah sonreía un poco, pero no se mostraba verdaderamente contenta.
 No puedes irte, aquí estás muy bien, por favor no te
vayas.
La doctora suspiró con tristeza.
 Lo siento mucho Briseida, pero yo no voy a quedarme
donde no se me quiere.
Apenas Briseida observó a la doctora entrar en el hospital se quedó meciéndose
tranquila, Kenai, Patch, Hank y Buster hablaban en la lejanía, ella podía
escucharlos gruñir palabras y sabía que cuando se recuperase le caería una
buena. Sintió que peso caía a su lado y torció su mirada para ver a uno de los
seres que vivía en la isla, miraba hacia el paisaje frondoso de árboles, tenía un
pantalón largo de vestir gris y una camisa blanca, pero su rostro al volverse hacia
Briseida fue lo que la hizo casi gemir, tenía los ojos grises bordeados por un rojo
sangre, tenía barba blanquecina, perfectamente cortada y el cabello afeitado a los
lados y recogido en lo alto por un churro, pero lo que más llamaba su atención
era que tenía rasgos de lobo.
 No puedo decirte el tiempo que llevo intentando que
esa doctora coincida con varios amigos míos ¡Uf! Apenas
podemos estar cerca de ella sin sufrir una buena paliza.
Briseida observó sus colmillos tragando, con los ojos abiertos como platos.
 Deborah es una buena persona, me ha ayudado
mucho.
Ella no pudo más que sonreír escuchando los gruñidos animales de los hermanos
Gora cada vez más fuertes, viendo que sus bebés se movían en su vientre como
si supieran que algo estaba mal con ellos y pudieran ayudar, viendo al enorme
ser de rasgos lobunos levantarse y caminar hasta las puertas del centro médico,
no muy lejos más de ellos llegaban.
 Tal vez pueda ayudaros…

…. Briseida no podía más que soltar todo el aliento que tenía, los bebés parecían
empujar en su vientre hacia arriba, dejándola casi sin oxígeno, estaba en el
hospital, no le habían dejado ya marcharse a casa, tenía un gotero puesto en una
de sus manos, el líquido frío pasaba por su brazo y estaba de lado, desnuda,
helada porque la simple sábana no la resguardaba del quirófano, Kenai
masajeaba su espalda tal y como le había enseñado Deborah hacia unos meses,
conseguía que los dolores casi desaparecieran por completo, pero hoy no, los
nervios tenían a Briseida tensa, apenas el gorro verde que tenía puesto en la
cabeza había empezado a picarle y sus pies parecían a punto de reventar, en
menos de veinte minutos llegaría una ATS, Deborah había insistido en hacerla
permanecer con monitores antes de la intervención, sin comer un buen rato antes
y ahora trataba de calmarla mientras los hermanos Gora masajeaban su cuerpo y
daban vueltas alrededor del quirófano casi quemando el suelo. Briseida se
durmió mientras Deborah le hablaba cerca del oído, dos enfermeras estaban
poniendo una verde delante de ellas y la doctora bromeaba acerca del regalo que
le tenía preparado ya en la habitación. Acababan de tumbarla también boca
arriba y la epidural iba haciendo efecto, Briseida no podía ver a la doctora
agachada poniéndose los guantes mientras hablaba y ella se dormía dándoles un
momento magnífico para poder trabajar las doctoras que no descansaron hasta
tener a los cuatro pequeños metidos en incubadoras, por las cristaleras de la
habitación preparada para los bebés en un corto periodo de tiempo los cuatro
cambiantes y sus padres observaban a las doctoras conectar cables y cosas en sus
cachorros mientras Briseida era limpiada y cambiada de camilla todavía
dormida.
 ¿Os habéis dado cuenta?
Las palabras de una de las doctoras llamó más el interés de todos al ver a las
doctoras moverse alrededor de los bebés mientras los observaban y observaban,
la preocupación los llenaba.
 Son idénticos.
Una de las doctoras no pudo reprimir el asombro y se llevó ambas manos a los
labios, la cama donde Briseida iba medio dormida se detuvo cerca de las
incubadoras, los bebés comenzaron a llorar y ella también, pero apenas
conseguía mover una de sus manos hacia una de las incubadoras, la llevaron a un
dormitorio desde el que también podía ver a sus bebés. Durante un mes
estuvieron allí, Briseida se negaba a dejarlos y volver cada día y apenas
conseguía dejar de llorar el día en que les dieron el alta a los cuatro pequeños
mientras los ponía a cada uno en su capazo, Odie había traído dos sillas
gemelares que había comprado nada más enterarse de que tendría cuatro nietos y
junto a ella ponía al bebé llamado Buster junto a Kenai, dos de los abuelos
ponían a Hank y Patch como si fueran una carga peligrosa y delicada en sus
respectivos capazos y no podían dejar de sonreír, hicieron el mismo proceso en
el vehículo que habían traído en un buque de carga y Kenai conducía con pies de
plomo por la carretera mientras música para bebés sonaba por los altavoces,
Briseida se bañó nada más llegar a la casa, las cajas y cajas de pañales ocupaban
toda una pared de la preciosa casa que los seres de la isla le habían ofrecido a
Odie, cuatro cunas estaban en una habitación donde dos mujeres humanas las
hacían y preparaban con mudas limpias, cuatro cambiadores de mueble donde
las bañeras estaban dentro.
 ¿Por qué las mujeres?
Briseida miraba ceñudas a las chicas mientras trabajaban y tuvo que apartarse
para dejar a otra entrar cargada con un microondas que puso cerca de un mueble
lleno de botes de leche para bebés.
 Necesitas descansar Briseida y ponerte bien.
Ella no lo dudó, pero igualmente se sentía apartada de sus hijos, no había
conseguido tener leche, por lo que era normal tener que estar siempre pendiente
de biberones y eran cuatro bebés. A pesar de tener a las tres mujeres ella trataba
de ayudar en todo lo posible y acababa agotada, cayendo sin darse cuenta
agotada en la cama, más de un mes después ella se miraba en el espejo del cuarto
de baño, su vientre estaba con estrías, sus pechos también, pero lo peor era la
horrible cicatriz que veía en su vientre, debajo parecía que tenía colgando una
bolsa de grasa, se limpió las lágrimas de los ojos como pudo mientras se ponía
un vestido color crema, pasó a ver a sus bebés, viendo que las mujeres estaban
atareadas como siempre que las veía, uno de sus abuelos las vigilaba sentado en
una mecedora con uno de los bebés entre sus grandes y fuertes brazos, lo
alimentaba y tarareaba tan bajo que era imperceptible para el oído humano. Ella
besó a ambos, tanto al abuelo como al nieto y después a sus demás hijos,
después bajó por las escaleras de la casa y en las puertas del despacho se detuvo
al ver de espaldas a los cuatro junto a una mujer alta, una cambiante, estaba
inclinada ante ellos, haciendo visibles sus grandes y perfectos pechos, no la miró
en ningún momento mientras ellos se volvían para verla y presentarlas.
 Briseida, ella es Andrea, es una amiga arquitecta de
Brasil, nos fabricará los planos de nuestra nueva casa.
La cambiante la ignoró completamente volviendo a mostrar los planos, hablaba
detenidamente, mirándolos a los ojos.
 A quien tienes que decirle y preguntarle cómo lo desea
todo, nosotros no decidimos nada.
Briseida se quedó tan boquiabierta como la cambiante al ver como Buster la
cogía por la cintura y la hacía sentarse entre sus piernas.
 Los seres de esta isla nos han dado un pedazo de tierra
donde poder construir un hogar.
Señaló entre unos árboles por los ventanales del despacho, donde ya estaban
construyendo las bases de una casa.
 Solo tienes que decir dónde quieres cada jodida cosa
que se te antoje humana y rezar a tu Dios para que tarde en
terminar la obra, porque te vamos a castigar y lo sabes.
Ella apenas pudo respirar, parecía que por su nariz pasaba fuego, sus pezones se
pusieron tiesos y su coño se empapó, ella observaba los planos en blanco,
solamente la forma de la casa estaba dibujada, dos enormes ventanales a cada
lado de la puerta, ella no pudo evitar gemir al sentir los dedos de las manos de
Buster entrar entre sus muslos, se retorció y apenas pudo coger el lápiz sin que
se le escurriera por la mano al tocar él su clítoris.
 ¡Vete de aquí!
La cambiante se marchó a toda prisa tras el gruñido de Buster, cargando como
podía los planos de la casa y Briseida chilló al sentirse arrojada sobre la mesa y
desnudada, los ronroneos de ellos llenaban sus oídos y ella trataba de cubrir su
cesárea, consiguiendo que los labios de los cuatro comenzaran a recorrer sus
dedos de las manos, sus lenguas y sus dientes hasta hacerla apartarlos y sentirlos
besando su cicatriz, su vientre, sus pechos. Sus muslos mientras la hacían abrirse
avergonzada y amada.

Buster.
No puedo evitar apartar a los demás de sus muslos, tampoco puedo evitar
rodearlos entre gruñidos y ronroneos, estoy todavía furioso por cómo han
sucedido las cosas con nuestros cachorros, sin tan siquiera saberlo, ella está
excitada, pongo mi polla sobre sus labios, mientras arrastro mi jodida boca por
su vientre y sus tetas, la siento removerse a mi alrededor, empapando mi polla
cada vez más mientras gime implorando y yo le doy lo que desea, deslizándome
lentamente en su interior desprotegido hasta terminar tocando su útero, podía
sentir el calor y la humedad corriendo por sus muslos, dándome un motivo para
trabajar en ella sin descanso, cojo sus manos, entrelazando mis dedos con los
diminutos humanos suyos y le arrastro ambas manos sobre la cabeza, dejándola
indefensa, teniendo mejor acceso al sus pechos que se muestran turgentes, tiesos
y ansiosos para mí, una y otra vez, de derecha a izquierda y viceversa bromeaba
con mi lengua sobre sus tetas, con mis dientes y con mi lengua, sintiéndola
correrse a mi alrededor, cuando creía que no podía más y sentía mi espera salir
un poco por mi jodida y apretada polla me detuve sin desearlo, haciendo ligeros
movimientos entre nosotros mientras la observaba mirarme detenidamente, con
sus increíbles ojos negros medio abiertos, como sus labios por los que trataba de
respirar.
 ¿Estás bien amor?
Briseida asiente, volviendo a sentir mis golpes mientras su espalda se retuerce y
sus pechos llegan hasta mí jodida cara.
 Voy a correrme en tu coño desprotegido, voy a poner
de nuevo cachorros en tu interior.
Aquello pareció encenderla más, porque me apretó más fuerte la polla,
viniéndose a mi alrededor, mientras yo comenzaba a vaciarme en su interior sin
parar, pensando que jamás terminaría de salir semen por mi polla, quedándome
casi ciego, viendo puntos negros por el placer, teniendo que zarandear mi cabeza
varias veces mientras soltaba un rugido atronador y placentero antes de hundir
mis jodidos dientes en ella.

Patch.

Briseida se queda en la mesa con las piernas colgando, abrazada a sí misma,
mientras Buster trata de recuperar el aliento en una silla frente a ella, antes de
que Hank pueda cogerla lo hago yo, cargándola por su cintura, la arrastro hasta
un cómodo sofá y la siento encima de mí, dejándola poner su rostro en mi
hombro, la escucho gemir al sentir mis yemas de los dedos arrastrándose por su
piel, por sus pechos, por su vientre y por su coño, toco su perla y ella se retuerce
mágicamente, dándole a mi maldita boca acceso a sus preciosas tetas.
 ¡Ah, Dios, sí!
Las palabras abandonaron sus labios cuando yo profundicé en ella varios de mis
dedos, la sostengo por la espalda con fuerza para hacer mayores mis golpes
dentro de su sexo. Ella empezó a retorcerse de placer por el orgasmo próximo,
respiraba como si se estuviera ahogando.
 Así amor, trabaja en el, déjate ir.
Sujeto su cabello y la beso, entrando mi lengua en ella mientras chilla de placer,
la dejo recuperarse unos segundos, pero pocos, la necesito.
 Agárrate a mi cabeza e inclínate, quiero comerte las
tetas mientras me introduzco en ti pequeña humana.
Lo hace mientras yo ronroneo y me apodero de uno de sus pezones sintiéndola
tirar de mi jodido cabello, mientras yo me introduzco en su interior. Parecía
imposible que sucediera de nuevo pero se estaba corriendo alrededor de mi polla
a pesar de momo Buster la había hecho correrse y yo con mis manos, jadeaba mi
nombre.
 ¡Patch! – una y otra vez soltaba por sus labios – Creo
que… voy a…. tan bueno….
Yo me aguanto apretando sus nalgas con mis manos, tratando de no sacar mis
afiladas garras mientras escucho a mi jodida bestia pedirme paso desde la jaula
donde la tengo encerrada desde hace años, pero no la dejo, me agarro al jodido
sofá y miro hacia Briseida antes de que me bese.
 Fóllame pequeña, quiero ver tus preciosas tetas saltar
mientras lo haces.
Ella dudó, haciéndome preguntarle.
 No soy muy buena, seguramente me canse.
No pude evitar reír y poner ambas manos en sus nalgas, subiéndola y bajándola
mientras se sujetaba a mis hombros.
 Enséñame que me quieres Briseida, lo que me quieres.
Sus palabras cada vez más calientes de Patch la convencieron de hacerlo, la
pongo en horcajadas, estirando más sus piernas.
 Yo te ayudaré a ir bajando y podré deslizarme mejor
dentro de ti.
Mi voz sonaba tensa y casi salvaje, es porque la deseo desesperadamente, pero
no voy a hacer anda para apresurarla, la veo sujetar mi jodida polla con una de
sus diminutas manos humanas y la siento que jodida mierda, haciendo que
jodido presemen salga de mí, no aguantaré si seguimos así, termino de hacer
presión en su interior, me quedo sin aliento al llegar al final de su canal, mi polla
besa su jodida matriz.
 Joder pequeña.
La sujeto por la cintura haciéndola detenerse, queriendo quedarme un momento
así, disfrutando la jodida e increíble sensación, porque siento cada jodido
músculo de su coño apretándome, ella no puede esperar más, hace un ligero
movimiento, sintiendo que me deslizo más en su interior solo una pequeña
fracción y luego vuelve hacia atrás. Eso ha soltado algo en mí y no puedo hacer
más que sujetarla con fuerza por las caderas y empezar a moverme en su interior,
ella gemía de placer, yo gruñía, apenas podía pensar por las sensaciones
placenteras que se estaban formando a mi alrededor, me siento bien alojado en lo
más profundo de ella, el roce de ambos, la inclino hacia abajo suavemente gruño,
quiero chupar sus pezones mientras me bombeo en su jodido coño. Me apodero
de uno de sus pezones, chupo mientras ella comienza a verterse sobre mi polla y
yo la sigo, ambos nos derretimos juntos.

Kenai y Hank.

No puedo dejar de mirar el estrecho agujero trasero de Briseida abierto de par en
par, Hank me observa detenidamente mientras da pasos hacia ella, se está
corriendo junto a Patch, quedándose ambos enredados en el sofá, pero Hank
arrojó a Patch fuera, haciendo un movimiento con Briseida sobre él, pudiendo
besarla mejor. Observó a Kenai y no reprimió una sonrisa antes de invitarlo.
 ¿Quieres unirte a nosotros?
Briseida torció su cabeza y observó a Kenai mientras se mordía los labios,
haciéndole a Kenai llegar hasta ella y acariciárselos. Hank la cogió por el rostro
y la hizo agacharse para besarla, la soltó e hizo volverse hacia Kenai,
levantándole una de sus piernas para posicionarla mejor, cogió su polla y la
colocó en la apertura de su ano, Briseida gritó, los anillos de su ano se apretaron,
negando a la invasión.
 ¡Necesito lubricante!
La orden de Hank hizo que Briseida jadeara y temblara, pero no tardaron el
dárselo mientras Kenai la cogía y levantaba, volviéndola a hacerla sentarse a
horcajadas sobre él, iba a empalarse cuando la detuvo.
 Bésame con tu jodido coño primero pequeña,
humedéceme.
Ella asintió, moviendo la cabeza varias veces, mientras que por sus pechos se
deslizaba una gota de sudor, rastrilló con su coño la polla de él, haciéndolo
apretar los colmillos, al sentir su polla verterse un poco la detuvo y tragó
mientras ella ponía los dedos de una de sus manos alrededor de su polla,
ayudándola a guiarse en su interior hasta tener todo su tamaño alojado en su
perfecta vagina, Hank puso crema en su ano e hizo que ella saltara y apretara la
polla de Kenai haciéndolo quejarse y quedarse sin aliento. La detuvo, haciéndola
quedarse completamente quieta mientras Hank se untaba de crema toda la polla
y observó a Briseida a los ojos tratando de calmarla, susurrando palabras
calmosas mientras se la puso encima, sintiéndola apretar con sus manos su
pecho, para que Hank se adentrara en su estrecho ano.
 Respira pequeña, te estás poniendo roja.
Kenai acarició con uno de los dedos de sus manos la frente de Briseida,
dibujando una vena que se le estaba marcando en el centro de ella, después
recorrió uno de los lados de su rostro, viéndola abrir los ojos que mantenía
apretados, las bolas de Hank dieron en sus nalgas y gruñó cerca del oído de ella,
de manera baja y soltando ronroneos, haciéndola estremecerse de placer,
mandándoles a ambos zumbidos en sus pollas, haciéndolos jadear y comenzar un
ritmo que ella también siguió, mandándolos a unos picos de placer demasiado
altos….
 Prometimos tomarnos las cosas con calma.
Buster no podía dejar de mirar a Briseida, con una cerveza en la mano la
observaba boca abajo en el sofá, con un brazo colgando hasta el suelo, sus
agujeros vertían semen y una de sus nalgas estaba manchada, arañada,
mordisqueada.
 Llevará razón la gente, diciéndonos que somos bestias
que follamos sin ton ni son.
Patch recibió una sacudida por parte de Hank al decir las palabras y no pudo
evitar rascarse la cabeza por la picazón.
 Solamente llevábamos meses sin hacerlo con ella, ¡La
necesitábamos!
Hank cogió una toalla húmeda y la cargó un poco, tratando de limpiar su rostro
manchado de semen, sus pechos y brazos. Observó a Kenai tratando de cargar el
vestido que ella traía puesto, viendo el trozo de harapo en el que se había
convertido, suspiró torciéndola un poco, viendo sus caderas enrojecidas y
marcadas de garras, la cargó en sus brazos y subieron hasta el dormitorio
contiguo al de los bebés, donde Briseida dormía, la bañaron como pudieron,
viendo que abría los ojos y se quejaba con la garganta tratando de hacerlo ella,
pero no consiguió recomponerse hasta que el intenso olor a comida llegó hasta
ella más de una hora después. Abrió los ojos y observó que estaba en su cuarto,
pensaba que todo había sido un sueño, pero su cuerpo le decía lo contrario, bajó
hasta la cocina para ver a Odie ordenando a sus maridos que sacaran cosas al
merendero bajo el árbol donde sus respectivos compañeros tenían entre sus
brazos a uno de los bebés, dormían, era casi cómico ver a Buster, siendo el más
grande de los cuatro con un diminuto bebé boca abajo, colgando de uno de sus
brazos mientras él lo miraba boquiabierto, Patch estaba tenso, con el bebé
sentado entre uno de sus brazos y su pecho, tratando de sujetar su cabecita, Hank
estaba tumbado de lado, con otro de los bebés recostado de lado contra él, fue
gracioso ver al pequeño bostezar y después al padre. Ella llegó hasta Kenai,
escuchándolo hablar con el pequeño sobre tácticas de fútbol, hablaba bajito, casi
con susurros, pero el bebé sonreía, bajaba sus labios y volvía a sonreír mientras
Kenai seguía y seguía hablando sin cesar, ella cogió a sus bebés en brazos
cuando alguno de ellos se lo dejaba, dio biberones y cambió pañales antes de
ponerlos en sus grupos 0 mientras comenzaban a comer, apenas pasaron tres
horas y volvieron a dar biberones, Briseida no pudo más que sonreír y saltar al
ver acercarse por el paseo de viviendas a la joven doctora Deborah, cargó a los
bebés, ayudándoles a sacar los gases con golpecitos en la espalda, cambió a uno
de ellos y no pudo evitar sentarse en una hamaca mientras ponía a uno de ellos
cerca de su pecho.
 Mira que cosita y pensar que pronto serás grande y
fuerte.
Apenas consiguió verlo entrecerrar los ojos oscuros que tenía lo puso en su
grupo 0, se quedó observándolo dormir un buen rato, hasta que soltó un suspiro
amoroso volviéndose y abrazando a Briseida sonriente.
 Me voy a ir Bri, por eso he venido, voy a tratar de
conseguir mi plaza, quería despedirme.
Ella apenas pudo tragar con los ojos completamente abiertos, intentó decir algo,
pero solo podía balbucear con lágrimas en los ojos, se dejó comprobar la tensión,
como hacían tres veces al día casi siempre la misma doctora y apenas la observó
marcharse que empezó a caminar en dirección contraria, hacia las zonas
residenciales de los seres de aquella isla.
 ¿Briseida? ¡¿Dónde te crees que vas?!
Hank había corrido detrás de ella al verla marcharse desde la ventana de los
bebés y los demás lo siguieron.
 Tengo que buscar a alguien, tengo que hablar con él.
Ninguno comprendía nada, llegaron tras más de media hora y casi hacerse de
noche a la zona de viviendas perdidas entre la selva tropical que allí se formaba
y no tardaron en comenzar a salir seres impresionantes y enormes de diferentes
casas, con rasgos más animales en algunos que otros, Buster la cogió por el
brazo y puso su otra mano tras su nuca, tratándola de hacer bajar su mirada.
 ¿Estás loca Briseida? No se puede venir aquí sin ser
invitado, agacha la cabeza joder.
Ella se soltó de su toque, llegando ante un enorme ser de más de dos metros,
observando su rostro de mandíbula cuadrada, cabello negro como el jodido pelo
de una pantera y mirada verde selva brillante.
 Necesito ver a Wolf por favor.
Aquel ser enseñó sus afilados colmillos blancos en una sonrisa y alzó una de sus
jodidas manos de zarpas señalando hacia una casa, casi todas se llevaban un
kilómetro entre ellas y se perdían entre las ramas y árboles, pero estaban ahí
joder.
 Es un placer tenerla aquí, no es impedimento, podéis
permanecer tranquilos, vuestra hembra permanecerá a salvo
en cualquier parte de esta isla siempre.
Antes de que ella diera dos pasos aquel enorme ser la cogió por el brazo, con sus
manos podría reventarla y destrozarla de un simple manotazo, pero el contacto
apenas fue un leve roce.
 Wolf no está en la casa ahora, sígueme.
Briseida se adentró junto a Kenai, Patch, Hank y Buster en la selva, estuvieron
andando por una hora, hasta divisar un edificio enorme que parecía un almacén,
los ruidos animales, de golpes y voces la acojonaban, hasta que aquel ser abrió
las puertas y ella pudo ver a siete enormes tipos de melenas largas rubias
encadenados a paredes destrozadas olisquearon el ambiente y la miraron. Ella se
encogió hasta sentir a Kenai rodeándola con sus brazos, Wolf estaba allí, trataba
de hablar con uno de ellos, consiguiendo que le destrozara la ropa y arañara su
piel haciéndole heridas, pero se curaba en escasos segundos, dejando apenas el
rastro de sangre de las heridas en su ropa, se volvió hacia Briseida y sonrió
caminando hasta ella lentamente, guiándola fuera de todo aquello.
 ¿Qué haces aquí pequeña humana?
Briseida a pesar de los rugidos animales y el sufrimiento trataba de hablar casi
sollozando.
 Lo sé pequeña humana, por eso esos siete estamos
aquí todos, debemos contenerlos hasta que tu amiga salga de
la isla.
Ella no entendía nada, torció su mirada extrañada, moviendo el rostro mientras
negaba, Wolf cogió una de sus manos, sin importarle en absoluto que los
hermanos Gora le gruñeran.
 Muchas doctoras y enfermeras salen de la isla,
sabemos a qué, cálmate pequeña, todo lo que concierne a
esa hembra está pensado, en menos de un mes volverá a su
trabajo.
Briseida no podía creerse las palabras de Wolf ni siquiera el mismo día en que el
jet que tocaba tierra y se abrían las puertas. Hasta que vio a Deborah comenzar a
bajar la escalinata, saltó varias veces contenta, trataba de no ponerse nerviosa y
eso que Buster estaba detrás de ella, con su falda alzada con una de sus manos,
entrando uno de sus dedos en su ano mientras ella gemía cuando se lo
profundizaba, ella torció su rostro para besarlo, viendo su camisa hawaiana
blanca sobre su piel morena, sintiéndolo acariciar su vientre, ella sonrió hacia
Wolf, y se apartó de Buster, mirando hacia los cuatro, saliendo a la carrera lejos,
tratando de llegar a la selva tropical mientras escuchaba rugidos animales tras
ella.
 Sabes que no te conviene correr.
Ella soltó una carcajada mientras trataba de respirar.
 ¡Sólo conseguirás que te follemos sin conocimiento y
tampoco te conviene!
Lo que ella mismo deseaba, no permitiría que no la tocasen hasta que nacieran
los gemelos….. Lejos de allí Deborah trataba de recuperar su rutina en la isla,
acababa de volver, no quería pensar en los exámenes, mañana tendría que volver
al centro médico, calcular sus horarios, se estaba haciendo de noche, apenas
tenía apetito y eso era tan raro en ella. Soltando un suspiro fue a coger una
bebida de la nevera, pero algo la detuvo, una sombra en su porche de pelo
blanquecino, escuchó la puerta y se volvió en la cocina, llegando a la puerta de
entrada, abriendo, viendo extrañada a un ser de la isla, uno de los que les gustaba
ser llamado olvidados, por como los habían dejado allí, su pelo suelto, afeitado a
los lados y blanquecino compaginaba con sus ojos grises bordeados de rojo,
musculoso, alto, tenía rasgos lobunos por su cara, lo escuchó carraspear y ella
fue a abrir la boca para decir algo, pero se quedó quita mirándolo.
 ¿Puedo pasar?
Ella asintió, lo observó contemplar a su alrededor y negar al ofrecerle ella
asiento.
 Dudo que quepa en esos sofás.
Las casas de ellos eran normalmente más altas y grandes, las camas hechas a
medidas, altas.
 ¿Quiere un refresco?
Wolf asintió, siguiéndola mientras le decía que le tutease.
 Siento mucho por todo lo que está pasando, que todos
aquí se nieguen a ser atendidos por ti.
Bebió de su bebida mientras ella se encogía de hombros.
 Pensará que la odiamos, pero solamente respetamos a
los principales miembros del consejo que la desean con
locura.
Deborah detuvo su lata de refresco cerca de sus labios, observó a Wolf sin creer
lo que había escuchado.
 ¿Por qué no les da una oportunidad?
Ella escuchó al enorme y musculoso tipo hablarle de como aquellos enormes
tipos de rasgos de león estaban obsesionados con ella, que la seguían a todas
partes, que siempre estaban donde ella estaba, pendientes de ella, incluso
mientras dormía. Cosa que a ella le hizo un pequeño tic en la cabeza, trayéndole
recuerdos extraños de dormirse en el sofá y despertarse arropada o con un churro
mal hecho y ver su pelo cepillado, ella observó por la puerta doble de la cocina
hacia el salón de la casa, trató de mirar hacia las escaleras a las habitaciones
asustada, por los ventanales hacia fuera.
 Ellos no están aquí, yo podría llevarle donde están, es
la única manera de que los conozca.
Deborah dudaba, pero escuchaba las palabras que decía Wolf.
 Han estado llevando tan mal no poder decir muchas
veces que les perteneces, todos los que los conocemos bien
hemos sufrido sus palizas después de que te vieron tener
sexo en solitario.
Ella sentía que ardía de vergüenza.
 Tus momentos altos de celo, cuando teníamos que
encadenarlos y drogarlos para que no fueran a por ti.
Las palabras siguieron más y más, dándole a saber a ella que él mismo sabía
demasiado de su vida íntima.
 Nunca tuvimos una oportunidad para ser felices y
dudo que muchos de nosotros la tengamos, es duro ver a
Lion o a Gold sollozar bajo la luna escuchándoles decir que
se les está saliendo el corazón del pecho de solo pensar en la
humana que aman, sabiendo que igual no volverías.
Wolf sorbió su bebida y la miró con los ojos más rojos que grisáceos, haciéndola
encogerse.
 Ellos dijeron cuando te fuiste que te esperarían toda la
vida, han estado en estado salvaje hasta hace poco, los
ayudas a calmar su instinto animal.
Deborah tragó asustada, Wolf hablaba cada vez más furioso, poniendo ambas
manos sobre la isla central de la cocina.
 Escúchalos, conócelos, comprueba que no sientes que
se te eriza la piel cuando los conozcas, ellos dicen que te
desean hasta donde la cordura no llega, nadie te juzgará aquí
si no sientes lo mismo que ellos.
Deborah observó entrar a varios enormes seres como Wolf, depositando cosas en
uno de sus sofás, sin atreverse a mirarla por como mantenían sus cabezas bajas
pegadas a sus pechos.
 Nosotros no necesitamos documentos, ni siquiera
necesitamos estar en un jodido registro.
Volvió sus ojos hacia Wolf, viendo que estaba cerca de ella, sin saber cómo se
había movido sin darse cuenta.
 ¿Viste alguna vez la película del famoso mono
gigante?
Ella asintió con los ojos completamente abiertos.
 Pues no quieras verte como la pobre mujer medio
desnuda, atada a los árboles y chillando hasta que ellos
lleguen a por ti.
Deborah rodeó la isla central de la cocina negando, hasta chocar contra un
enorme cuerpo, torciéndose asustada para ver dos enormes ojos rojos, que poseía
un ser de más de dos metros que tenía dos cuernos en la cabeza largos y
doblados para atrás.
 Bull, ella no escapará, no eres necesario ahora.
El frío que sacudió a Deborah al ver al tipo soltar un resoplido por la nariz,
comenzó a temblar y se abrazó a sí misma.
 Ellos piensan que van a cenar con el presidente del
gobierno español, te estaremos esperando fuera.
Deborah se quedó un tiempo parada, observando sus pies descalzos, ella era
torpe y lo arruinaba todo en las pocas citas que había mantenido con los hombres
que había salido, nunca es que hubiera estado bien con uno, su piel se suele
poner roja cuando se siente demasiado caliente, ahora simplemente negaba ante
cualquiera que la invitase a salir, en la isla no había tenido problemas, aunque
ahora sabia a que se debía.
 Tengo que ser la virgen más vieja del mundo.
Se había resignado a eso, estaba satisfecha con eso, pero tal vez podía esforzarse
un poco en quitarse eso de en medio, se muerde los labios llegando hasta la
percha envuelta en una bolsa, saca de dentro un vestido negro, dándose cuenta
de que tiene una mini falda delante y que es largo detrás, pero abierto en la
espalda, no se lo pondría, pero la imagen de la rubia de la película nombrada por
Wolf hace eco en su cerebro mientras gime asustada, carga el vestido y una caja
de zapatos sin abrir hasta su dormitorio escaleras arriba, sacó su pijama de su
cuerpo e hizo todo lo que pudo con su pelo, tratando de peinarlo hasta quedarlo
bien en una coleta alta, se puso aquel vestido como pudo, pensando que no
cabría su cuerpo dentro de las telas, pero finalmente se puso los zapatos tratando
de calmarse, hacía calor, pero su piel estaba erizada, bajó las escaleras de la casa
viendo a Wolf sonriente, mirándola a los ojos.
 Has tomado la decisión correcta.
Ella asintió, pasando junto a él, subiendo a un vehículo rodeado por otros siete
iguales, más de veinte minutos estuvieron recorriendo la isla, llegaron a un
desvío y después ella observó una de las construcciones que más le gustaban en
la isla, la casa que estaba en el acantilado, desde la que se accedía desde una
hermosa escalinata de piedra, los todoterrenos se detuvieron, y ella se bajó
seguida de Wolf, él le quitó los tacones y se los puso en las manos, después ella
lo observó con una ceja alzada, viéndolo señalar hacia arriba, ella apenas podía
asentir, mirando las paredes arañadas por garras, marcadas, comenzó a subir y se
detuvo varias veces, observando la playa bordeada por los muros que protegían
toda la isla, Wolf le hacía señales en la oscuridad para que siguiera subiendo, ella
lo hizo hasta llegar a un largo paseo de madera, se apoyó en la barandilla y se
puso los zapatos, llegó hasta la puerta de la enorme construcción y llamó, una
vez, a la segunda la puerta se abrió lentamente sola. Deborah asomó la cabeza, el
olor a comida llegó a su nariz.
 ¿Hola?
La casa parecía estar desierta y a oscuras, apenas entró caminó un poco por ella,
tratando de prender las luces, sin conseguir tener iluminación, caminó hasta unas
puertas de cristal dobles, estaban un poco abiertas y ella salió, para ver el paisaje
en el otro lado de la casa, había selva, podía escuchar el agua romper en las
murallas, oler el mar, aquella zona de la isla era donde vivían los que tenían más
rasgos animales que el resto, observó un poco todo lo que podía ver, la luz de la
luna daba una iluminación medio buena, se rascó con un zapato la pierna
contraria y escuchó los vehículos que la habían traído alejarse, tendría que
volver a pie, dando un larguísimo paseo. Se volvió y no pudo más que ahogar un
grito en su garganta al ver siete sombras detrás de ella, iba a decir algo, pero su
voz se quedó en un ruido seco, ella enredó los dedos de sus manos, juntándolos
mientras trataba de sonreír sin que le temblaran los labios, dio unos pasos,
entrando por el ventanal, observando que ellos se alejaban de ella, tratando de
ocultarse entre las sombras de la enorme casa, decidida fue hasta casi llegar a la
puerta, escuchándolos gruñir.
 Por favor no te marches.
Deborah se volvió, observando que ellos se mantenían en las sombras, sin
moverse, quietos.
 Quédate a cenar con nosotros.
Las dos voces que escuchaba eran tan elegantes, masculinas y fuertes que
mandaron una chispa de algo caliente e intenso a su cuerpo, observó a uno de
ellos como pudo, se movió a un lado, corriendo una silla por el suelo de madera,
instándola a sentarse. Cuando lo hizo escuchó el resto de sillas que debía de
haber alrededor moverse y a ellos como pudo sentarse sin poder ver nada bien,
pusieron algo ante ella, era un botellín que cayó al intentar cogerlo y uno de ellos
la ayudó, haciéndola sentir una mano áspera de garras afiladas que la hizo jadear
sorprendida.
 Necesito ver.
Sabía que ellos la veían a la perfección, pero ella se sentía ciega, pusieron un
plato cerca de ella, pero apenas consiguió tratar de buscar un cubierto, metiendo
su mano en el plato, empapándose de salsa los dedos de las manos, los subió
hasta su rostro y lamió lo que pudo, cortando todo al escucharlos ronronear,
enfadándose y levantándose.
 Me voy, no estoy a gusto, necesito ver con quien
hablo, necesito ver lo que como.
Un agarre en su muñeca la detuvo en su intento de huida y la hicieron sentarse,
poniendo dos manos callosas en sus hombros sus dedos, minutos más tarde ella
observó que una luz lejana se encendía en alguna habitación, le preguntaron que
si veía algo, ella negó, así hasta llegar a encender la de la cocina, pero allí no se
veía bien, en aquella esquina del salón, encendieron una lámpara pequeña cerca
y ella se quedó paralizada mirando hacia los siete….

Fin.

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