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según la Ley Sáenz Peña, que estableció el sistema de voto secreto y obligatorio para
todos los ciudadanos varones, garantizando elecciones libres y democráticas por
primera vez en la historia argentina. Seis años más tarde, Yrigoyen sería sucedido por
Marcelo T. de Alvear, también radical. En 1928 volvió Yrigoyen a la presidencia para
un nuevo mandato de seis años, pero fue derrocado en 1930.
Durante los primeros años del período radical hubo recesión y pronunciada reducción
del salario real, seguido de un extenso período de crecimiento económico hasta los
últimos dos años, en los que la Gran Depresión puso fin al modelo agroexportador. La
situación política se vio enrarecida por los conflictos entre el radicalismo y los
conservadores, y entre los radicales oficialistas y los antipersonalistas, contrarios a la
línea de Yrigoyen. El período se caracterizó por el avance de la democracia en la vida
política argentina, la sanción de medidas tendientes a favorecer a los sectores obreros
como también la regulación de los ferrocarriles operados por capitales extranjeros. Se
creó la petrolera estatal YPF con el fin de combatir a los trusts extranjeros. El
gobierno apoyó el movimiento reformista estudiantil sancionando medidas a favor del
estudiantado. Varios de estos avances se vieron truncados luego del golpe de Estado
de 1930. El periodo fue también testigo de las mayores masacres obreras de la historia
argentina y el único pogrom registrado en América, con miles de personas asesinadas,
detenidas y torturadas.
El historiador del radicalismo Gabriel del Mazo, dice que el gobierno de Yrigoyen se
caracterizó por su "Plan de Tierra y Petróleo", en el que el Estado se reservaba un rol
de intervención decisivo.[32] El radicalismo mostró una tendencia económica que se
apartaba del liberalismo clásico, a partir de la idea de intervención del Estado en la
economía, considerada como antecedente del New Deal que Roosevelt llevaría
adelante en Estados Unidos casi dos década después.[33][34] El nacionalismo
económico de Yrigoyen resulta claramente expuesto en los fundamentos al veto de la
ley ferroviaria que la oposición conservadora logró sancionar en 1920, donde dice:
La política del Poder Ejecutivo es mantener en poder del Estado la explotación de
fuentes naturales de riqueza, cuyos productos son elementos vitales del desarrollo del
país... El Estado debe adquirir una posición cada día más preponderante en las
actividades industriales que respondan principalmente a la realización de servicios
públicos.
Hipólito Yrigoyen
Sin embargo, Yrigoyen debió enfrentar en la Argentina los problemas derivados de la
Primera Guerra Mundial. Su política fue mantener la neutralidad, que implicaba en
términos económicos continuar con el abastecimiento de los aliados, clientes
tradicionales.[36] Las naciones en guerra demandaban alimentos baratos, como
algunos artículos industriales tales como frazadas y carne enlatada, cuyas
exportaciones se triplicaron durante el periodo 1914 a 1920. Se estancaron, en cambio
las exportaciones de maíz y carne refrigerada (de mejor calidad que la enlatada). A su
vez se frenaron las importaciones de manufacturas industriales que antes se producían
en Europa, ya que los países participantes de la contienda centraron sus recursos en la
industria bélica. Este hecho produjo que empezaran a surgir industrias para producir
aquellos productos que antes eran importados. Entre 1914 y 1921 creció el comercio
con Estados Unidos, ya que Inglaterra y los demás países europeos no tenían que
ofrecer a la Argentina.[37]
ley que reglamentaba el trabajo en obrajes y yerbatales, ya que las condiciones de los
obreros eran inhumanas, así la ley 11 728 fue aprobada durante la siguiente
administración radical en 1925. Pero sería vetada por Marcelo T. de Alvear por
insistencia del Congreso.[22]
Así fue como en el rubro metalúrgico surgieron las empresas Tamet y La Cantábrica,
la primera nació como un pequeño taller y siguió creciendo hasta convertirse en la
mayor empresa metalúrgica de América del Sur en la década de 1920. En estos
momentos el parque automotor era de 48 000 unidades, un promedio de 187
habitantes por automóvil.[39] También se destacaban la fábrica de sanitarios
(existente hoy en día) Ferrum, tres fábricas de bolsas de arpillera y la Compañía
General de Fósforos. La empresa CATE (de capitales alemanes), dominó el mercado
de generación de energía eléctrica de la ciudad de Buenos Aires en pocos años.
La decisión más destacada del gobierno radical fue la creación de la empresa Estatal
petrolera Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) en 1922, cerca del final del primer
mandato de Hipólito Yrigoyen. Abrió toda una línea de políticas económicas
nacionalistas y anti-monopolio. En el futuro YPF sería la empresa más grande del país
y llegaría a emplear 50 000 trabajadores. El nuevo presidente radical Marcelo T. de
Alvear nombró al general e ingeniero Enrique Mosconi al frente de la misma, e
intentó impulsar una serie de medidas para nacionalizar el petróleo. Desde entonces el
radicalismo haría de YPF una bandera ideológica.
Mosconi con apoyo y financiamiento del Estado impulsó el crecimiento de YPF con
el objetivo de alcanzar el autoabastecimiento de petróleo, vital para el desarrollo
autónomo del país, y promovió medidas tendientes a disminuir la competencia entre
YPF y las empresas extranjeras. Logró la construcción de una destilería en La Plata,
lo que independizo al país de la compra de naftas. Pocos meses después de su
habilitación comenzó la producción de nafta para aviones. Esta planta industrial fue la
décima destilería más grande del mundo.[41]
Carlos Madariaga, vocal del directorio de YPF solventó con dinero de su propia
fortuna algunas obras para YPF. Gracias a ello la producción de naftas que en 1922
era inexistente, logró en 1928 que YPF vendiese 100 000 000 de litros de ese
combustible, además de 25 000 000 de litros de queroseno. Por otro lado la Standard
Oil logró en 1925 obtener concesiones por parte del conservadurismo en Salta, pero el
gobernador yrigoyenista Julio Cornejo las anuló en 1928.
También se sancionaron leyes previsionales: la jubilación para los bancarios ley n.º
11.232 y 11.575, y maestros primarios ley n.º 11.312, además se creó por ley n.º
11.289 la Caja de Previsión Social para jubilaciones a empleados y obreros, la ley n.º
11.275 de identificación de mercancías de industria argentina, y con la ley n.º 11.278
se reglamentó el pago de sueldos en moneda nacional (para evitar el uso de vales de
cambio), gracias a la ley n.º 11.287 se establecieron impuestos a la herencia que esta
vez produjo una mayor redistribución, que sirvió para reforzar la educación popular.
[104][44] En el año 1924 se aumentó la jubilación de los maestros, antes la misma era
muy baja.[105] Sin embargo el gobierno prácticamente atenuó el proceso de la
reforma universitaria, cuando intervino la Casa de Altos Estudios de La Plata y la del
Litoral, además de sancionar un estatuto antirreformista para la Casa de Buenos Aires.
[106]Durante su presidencia y con motivo de la finalización de la guerra se reactivó el
flujo de inmigración hacia la Argentina. Desde 1924 a 1929 entraron al país casi dos
millones de personas, de las cuales quedaron radicados en el país 650 000.
LA UCR ANTIPERSONALISTA
Alvear había sido propuesto como candidato por Yrigoyen, quizá porque creía que su
simpatía por los detractores del personalismo de su predecesor, combinada con su
lealtad personal, evitaría la ruptura dentro del radicalismo.
Pero la división del partido radical, se fue volviendo inevitable en 1923: nueve
senadores radicales se declararon "antipersonalistas", es decir, contrarios al
"personalismo" de Hipólito Yrigoyen, y brindaron su apoyo al presidente Marcelo
Torcuato de Alvear, también hubo roces entre este y su vicepresidente Elpidio
González. De hecho la división comenzó cuando los senadores comenzaron a
hostilizar al vicepresidente González. El yrigoyenismo tomaba a los antipersonalistas
como conservadores. Por otra parte los antipersonalistas decían que Yrigoyen violaba
las reglas del juego político. Estas disputas siguieron, y lo que fue peor, se trasladaron
al Congreso, en donde los diputados fieles a Yrigoyen solían obstaculizar las
iniciativas del Poder Ejecutivo, ya fuese a través de discusiones o bien retirándose del
recinto para evitar dar cuórum. En este contexto, el presidente Alvear clausuró por
decreto las sesiones extraordinarias, en vista de que la actividad legislativa era casi
nula.[101]
El líder del radicalismo antipersonalista fue Leopoldo Melo; con él estaban, entre
otros, Vicente Gallo, Tomás Le Breton, José P. Tamborini, Enrique Mosca, José C.
Crotto y Roberto M. Ortiz.
El 1 de abril se realizaron las elecciones. Los dos candidatos con posibilidades eran
radicales. Triunfó Yrigoyen por una diferencia aplastante: 840 000 votos contra 440
000 de Melo-Gallo. Los socialistas quedaron terceros con 65 000 votos. La asunción
fue el 12 de octubre.
En 1910 negoció con el presidente Roque Sáenz Peña la ley de sufragio secreto y
obligatorio masculino, bajo cuyas reglas fue elegido presidente de la Nación en 1916.
Yrigoyen fue cuestionado por integrantes de su propio partido por ejercer un liderazgo
«personalista». Fue sucedido en la presidencia por el también radical Marcelo T. de
Alvear, durante cuyo mandato se produjo el quiebre de la UCR en dos partidos,
agrupando uno a los yrigoyenistas y el otro a los antipersonalistas. La elección
presidencial de 1928 se polarizó entre dos partidos radicales: por un lado la Unión
Cívica Radical con Yrigoyen a la cabeza y por el otro la Unión Cívica Radical
Antipersonalista (una facción más conservadora de la misma) con la candidatura de
Leopoldo Melo. Yrigoyen ganó por segunda vez con amplia mayoría en unas
elecciones que fueron conocidas como «el plebiscito». Durante su segundo mandato
ocurrió el Crack del 29, la crisis financiera mundial más grave hasta ese momento. El
gobierno no pudo reaccionar ante la crisis y fue perdiendo apoyo. El 6 de septiembre
de 1930 fue derrocado por un golpe de Estado liderado por el general José Félix
Uriburu. Poco antes de su derrocamiento, su gobierno estuvo cerca de lograr la
nacionalización del petróleo, un hecho que se considera una de las causas del golpe de
Estado
Yrigoyen tenía varios planes para su segunda presidencia que no fueron tratados en el
senado por la férrea oposición de conservadores y radicales antipersonalistas. Entre
ellos estaban, entre otros, el proyecto de nacionalizar el petróleo, el desarrollo vial, la
Marina Mercante, la creación del Banco de la República y las leyes laborales.
El 24 de diciembre de 1929 a las 11:30, ocurrió un atentado anarquista contra
Yrigoyen al salir de su residencia para dirigirse a la Casa Rosada. El autor del ataque
fue un anarquista italiano llamado Gualterio Marinelli, que estaba en el zaguán de un
hotel, irrumpió a la vereda y disparó cinco disparos contra el automóvil en el que
viajaba el presidente, impactando en el coche pero sin dar en el blanco, el atacante
terminó abatido por la custodia presidencial. El presidente ordenó detenerse y
descendió a media cuadra para ver el lugar del atentado, pero el público curioso y los
agentes de investigaciones se lo impidieron, por lo que tuvo que regresar a su
vehículo.[160] La opinión pública comenzó a ver negativamente la nueva gestión de
Yrigoyen, quien tiempo atrás transitaba por las calles sin custodia, mientras que ahora
sus guardias habían matado a una persona.[161]
El año 1930 comenzó con el asesinato de un opositor en una provincia intervenida por
el gobierno, el abogado bloquista Manuel Ignacio Castellano. El 2 de marzo se
llevaron a cabo las elecciones parlamentarias, en las que la Unión Cívica Radical
perdió estrepitosamente en la Ciudad de Buenos Aires: frente a los 100 000 votos
obtenidos por el Partido Socialista Independiente, seguidos del Partido Socialista
original, con 84 000, los radicales obtuvieron solo 83 000 votos. En todo el país, la
UCR retrocedió en su caudal electoral y obtuvo solo 655 000 votos, mientras que la
oposición alcanzó 695 000.[146] En el citado año Yrigoyen firmó el indulto al
anarquista Simón Radowitzky, hecho que había prometido en su primera presidencia.
Sin embargo, el gobierno lo deportó al Uruguay.
Yrigoyen intentó implementar una política que asegurara al Estado la gestión
petrolera, pero esto fue mal visto por las oligarquías feudales que aún gobernaban
algunas provincias. A ello se sumaron los intereses extranjeros, que inclusive llegaban
al Senado y que impidieron que se sancionase la ley de nacionalización del petróleo.
El 1 de agosto de 1930 la empresa petrolera estatal YPF decidió intervenir en el
mercado petrolero para fijar el precio y romper los trust, pero el golpe de Estado de
1930 terminó truncando toda posibilidad de nacionalizar el recurso. Uno de los
motivos de aquella conspiración fue la decisión por parte del gobierno radical de
nacionalizar los hidrocarburos.