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Argentina 1916-1930: La etapa radical

La sanción de la Ley Sáenz Peña (1912) permitió la llegada al gobierno del radicalismo y de su líder, Hipólito
Yrigoyen en 1916. La continuidad de los gobiernos radicales hasta 1930 marcó un periodo de construcción
de una “democracia ampliada” con el acceso de un partido que representó a sectores antes excluidos del
juego político: a los inmigrantes y sus hijos, que conformaron las clases medias en el país. El triunfo radical
fue inesperado para muchos y dejó atrás predominio conservador de varias décadas. El partido radical
planteaba una verdadera antinomia con la política precedente, que consideraba fraudulenta y oligárquica.
Proclamaba respeto a los principios republicanos y se erigió como representante de la pureza moral de la
nación: así se presentó como “la causa” y le disputó el poder al “régimen”. El éxito electoral se sustentaba en
una política reformista que fue llevada a cabo en la presidencia de Yrigoyen (1916-1922).

Los 14 años de gobierno radical vieron fuertes transformaciones en la sociedad y en la economía. Sobre la
base del crecimiento económico de la economía agro exportadora cayó el impacto de la gran guerra, y sus
efectos complicaron al país. La caída de los precios internacionales y la falta de transportes quebró el
sistema imperante hasta entonces, de la misma forma que la ausencia de créditos y la repatriación de
capitales por parte de los países en guerra. Efecto de esta situación, se afianzó un proceso de
industrialización por sustitución de importaciones (ISI), que se verá fortalecido en los años ’30, como
consecuencia de la gran depresión. La gran novedad del período fue la triangulación económica con la
presencia de los Estados Unidos a partir de los años ‘20, cortando la relación de bilateralidad que teníamos
con Gran Bretaña. La situación se complejizó en la década del treinta, cuando cesa el flujo de capitales y el
país se sume en los efectos de la depresión mundial. Para entonces, el primer golpe de estado en el país
había devuelto el control del gobierno a los conservadores, quienes tomaron una serie de medidas que
implicaban por primera vez la intervención del estado en la economía.

La sociedad se transformó: los efectos de la guerra agravaron la situación y la conflictividad social caracterizó
los años de la primera presidencia de Yrigoyen. Entre 1917 y 1921 el retraso en los salarios y la
desocupación provocaron una serie de huelgas entre las que vale señalar la Semana Trágica y la huelga en La
Forestal (1919) y los sucesos de la llamada Patagonia Trágica (1921).

También el período se caracterizó por cambios que llevaron al crecimiento de la movilidad social
ascendente: por un lado, el aumento de la alfabetización se vinculó a la expansión de la oferta estatal de
escuelas. Por otro la Ley de Reforma universitaria de 1918 abrió las puertas a la consolidación de una clase
media profesional, para la cual la carrera significó prestigio y ascenso social. Paralelamente, la reducción de
la jornada laboral afianzó el uso tiempo libre y el consumo masivo de bienes culturales: los espectáculos
teatrales, musicales y los clubes deportivos se convirtieron en nuevos espacios de socialización y el nuevo
mercado de sectores medios y populares alfabetizados consolidó la industria editorial: la venta de diarios (El
Mundo, Crítica) y revistas (Billiken, Para Ti, El Gráfico) experimentó un aumento importante, al tiempo que la
radio y el cine se popularizaron.

En 1930 el régimen democrático se quebró por primera vez. El gobierno desgastado por los devastadores
efectos de la crisis del ’29 perdió apoyo, mientras el ejército comenzaba a verse como guardián de la
democracia y tomaba la decisión de actuar en consecuencia cuando creyera que ésta se encontraba en
riesgo. El 6 de septiembre, un levantamiento encabezado por el general José Félix Uriburu con apoyo cívico
del partido conservador y los sectores nacionalistas, depuso al presidente Yrigoyen, iniciando desde
entonces una serie de golpes de estado en el país.

Puntos importantes a tener en cuenta:

Presidencia de Yrigoyen 1916-1922: Política exterior: - Mantiene la neutralidad frente a la Primera Guerra
Mundial para asegurar el comercio exterior – Mantiene una política de oposición a la injerencia
norteamericana en la América Latina. Política interior: Recurrió a las intervenciones federales a las provincias
(muchas veces por decreto) para neutralizar a la oposición conservadora e incluso de algunos radicales que
se le oponían que manejaba muchas provincias y el Senado.

Presidencia de Alvear 1922-1928: se produjo en1924 la división del partido radical: por un lado UCR que
siguió teniendo como líder Yrigoyen y por oro la UCR Antipersonalista que se separa por que cuestionaba el
manejo que hacía del partido. Se oponían a su “personalismo”.

Segunda Presidencia de Yrigoyen 1928-1930: El gobierno propone un proyecto de ley para nacionalizar el
recurso petrolífero explotado por capitales extranjeros con el objetivo de monopolizar el refinamiento y la
redistribución de YPF a manos del Estado. Este proyecto fue rechazado por el Senado a manos de la
oposición oligárquica. Yrigoyen retoma las intervenciones federales en las provincias. Repercusión en la
economía del Crack de la Bolsa de Nueva York.

Argentina 1930-1943

En 1930, el Gral. José F. Uriburu derrocó por un golpe de estado a Yrigoyen abriendo un nuevo período en el
país, cuyos rasgos centrales en lo político fueron la vuelta al fraude electoral, primero la persecución y luego
la crisis del radicalismo. Una crisis de representatividad política generó una serie de gobiernos carentes de
legitimidad. Comienza una etapa de crisis hegemónica. El modelo de dominación de la burguesía agraria que
había logrado perdurar durante cincuenta años comienza a tambalear en todos sus aspectos.
En lo económico, el período se inicia con las repercusiones en Argentina del crack de la bolsa de
Nueva York. Para el país significó no solo la crisis del modelo agro-exportador, sino también de la política
económica liberal. Poco a poco, a partir de la presidencia del Gral. Agustín P Justo (electo fraude mediante) y
en particular cuando en 1933, Federico Pinedo asume como Ministro de Hacienda, se avanzó por un rumbo
más novedoso y activo, caracterizado por la creciente intervención del estado en la economía.
El estado fue paulatinamente definiendo las reglas de juego a partir del aumento de su intervención
en la economía, tal como empezaba a aplicarse tímidamente en una parte importante del globo. Se firma el
Pacto Roca-Runciman con Gran Bretaña para asegurar al sector ganadero su continuidad en el mercado
mundial. Se crea el Banco Central de la República Argentina para regular la actividad bancaria y monetaria,
con un directorio compuesto en un 50% por representantes de bancos británicos. Se crean las Juntas
Reguladoras (Junta Nacional de Carnes, J. N. de Granos, etc.) para regular la producción y el precio de los
productos, y otras medidas de intervención estatal.
En esa etapa, la economía nacional pegó un giro proteccionista por la necesidad de disminuir las
importaciones frente a la caída del precio de las exportaciones. Esta situación generó que se profundizase un
proceso que se denomina Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI).
En lo social, la desocupación en el campo provocó una profundización del proceso de migraciones
internas. El aumento del traslado de población desde el campo a la ciudad y de pueblos chicos a ciudades
grandes generó un crecimiento de las ya grandes ciudades como Buenos Aires y sus alrededores, Rosario,
Córdoba, por solo nombrar las principales. El hábitat tipo serán las denominadas “villas miserias” y los
migrantes sentirán la estigmatización racial y social de la pobreza, por parte de las clases altas y medias
urbanas.
En la medida que se afirma la ISI, muchos de estos nuevos pobladores urbanos comenzaron a
trabajar como obreros en las fábricas. A partir de 1935, la actividad industrial generó un proceso de
acumulación de capital en manos de los sectores propietarios. Dicho proceso no fue acompañado por
políticas distributivas. Los trabajadores contaban con bajos salarios, sin derechos sociales y muy pocos
laborales y con una baja sindicalización. Las medidas de fuerza eran reprimidas y los reclamos no eran
escuchados por los gobiernos abiertamente preocupados por asegurar el aumento de las ganancias a la clase
propietaria, amenazadas por la inestabilidad que le había generado la crisis económica. El movimiento
obrero se encontraba dividido en dos CGT, una que agrupaba a sindicatos con orientación socialista y
comunista, y la otra de orientación sindicalista.
La industrialización sustitutiva afirma su crecimiento a partir de 1939. Al estar afectadas a la
producción bélica las industrias europeas, en la Argentina se da un proteccionismo de hecho. Más
producción industrial, pero la desigualdad social continuaba.
En el aspecto político, el predominio de la Concordancia, alianza compuesta por los conservadores,
los radicales antipersonalistas y el socialismo independiente –que nada tenía de socialista-, se mantuvo al
frente del gobierno nacional gracias a la vuelta al fraude. Así llegó al gobierno la fórmula Agustín P. Justo –
Julio Argentino Roca (h.). El regreso a esa práctica electoral y el aumento de la represión a la clase obrera
hace que se denomine a este período como la “Restauración Conservadora “.
En 1938 asume la fórmula integrada por Roberto Ortiz y Ramón Castillo. Su gobierno va a estar
marcado por el inicio de la Segunda Guerra Mundial. El gobierno se declara neutral frente al conflicto, pero
su decisión implicará una divisoria en la política y dentro de las Fuerzas Armadas. Por un lado, los sectores
críticos a esta postura, partidarios de declarar la guerra al Eje, estaba compuesto por el sector más liberal de
los conservadores, la UCR, los socialistas, el Partido Demócrata Progresista y, a partir de 1941, del Partido
Comunista. Poco a poco, la Marina y los sectores liberales del ejército se sumaron a esta postura. Contaban
además por el apoyo de la embajada de los EEUU (con mayor fuerza luego del ingreso de este país a la
guerra en 1941). Por otro lado, estaban los partidarios de mantener la neutralidad. Dentro de estaban los
integrantes del gobierno que lo hacían para garantizar que la exportación de materias primas, los sectores
nacionalistas dentro de los conservadores y del ejército (muchos con afinidad ideológica hacia el Eje) y otros
grupos políticos con ideología nacionalista, no necesariamente autoritario. Hay que tener presente que
durante toda la década del treinta se produjo un continuo aumento de la difusión del pensamiento
nacionalista. Desde sectores que tenían un fuerte pensamiento anti-imperialista, ligados a la UCR
yrigoyenista (como los jóvenes intelectuales del grupo FORJA), hasta grupos que se identificaban
abiertamente con el fascismo y el nazismo. Una corriente que va tomando cada vez más fuerza, es la del
nacionalismo católico, impulsada por el sector del denominado “integrismo”, cuyo lema era la unión de la
cruz y la espada. En consecuencia, el ejército se convirtió en el principal destinatario de su prédica.
La etapa, como se dijo al inicio, comienza con un golpe de Estado protagonizado por un grupo de
militares. A lo largo de los años treinta y principios de los cuarenta, la influencia social del ejército y de la
iglesia en la sociedad y en la política fue en aumento.
En forma paralela, en Brasil, Getulio Vargas inicia un gobierno liderando un movimiento nacional y
popular. Intervencionismo estatal, nacionalismo, industrialismo, políticas distributivas, anticomunismo son
algunas de las características de su gobierno.

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