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INTEGRANTES
DOCENTE
PRÁCTICA DE OBSERVACION
POLITÈCNICO AGROINDUSTRIAL
SEPTIEMBRE DE 2022
TALLER
Todos los niños y niñas del mundo tienen derecho a una educación nutrición y salud que
aseguren su pleno crecimiento y desarrollo. Es una etapa educativa con identidad propia
por lo tanto los primeros años de vida incluyendo el período prenatal son cruciales y
decisivos para el desarrollo integral de la persona.
Se considera al niño y a la niña como seres completamente buenos, los cuales dependen
de un adulto para moldearlo y conducirlo, ya que no tienen capacidad de defenderse solos
se necesitan de los mayores y el estado para asumir el papel de protección frente a los
peligros sociales y los atropellos del adulto. Es decir que son seres a los cuales se deben
proteger de todo lo que atente contra su bondad natural.
La política de primera infancia reconoce al niño y a la niña como sujeto pleno de sus
derechos, sin importar los distingos de edad, genero, raza, etnia o estrato social. El niño
y la niña como un ser social activo en su proceso de desarrollo y permanente evolución,
con una identidad específica personal, biológica, psíquica, social y cultural en la
expansión que debe ser valorada y respetada. Deja de ser un asunto privado, para
convertirse en una responsabilidad colectiva sobre la cual se puede actuar.
Es considerada en la política como la etapa del ciclo vital crucial para el desarrollo pleno
del ser humano en todos sus aspectos y decisiva para la estructuración de la personalidad,
la inteligencia y el comportamiento social.
Los niños y las niñas cuentan con las capacidades de ir más allá, de recibir pasivamente
las palabras, las expresiones corporales, los cuidados y la información del mundo que le
rodea. Experimentan, disfrutan y aprende del mundo permanentemente, lo sueñan lo
sienten y solamente ellos con su hermosa imaginación e inteligencia puede compartirnos.
Desde el inicio de la vida permanentemente ponen su mente e intelecto a trabajar para
analizar y comprender la información que proviene del mundo de la vida, es decir que,
mediante la sensorialidad, el movimiento, y la conciencia del cuerpo en el espacio realizan
ejercicios internos asociados a la lectura de la realidad. Gracias a los cuales
intencionalmente contribuyen saberes, desarrollan habilidades y capacidades para
comprender entender y darle significado al mundo. Los niños y las niñas desde los
primeros meses de vida son sensibles y buscan la voz de sus padres y los sonidos de la
lengua materna. Les interesan mayormente los rostros humanos y muy rápidamente
imitan gestos y entran a hacer parte de intercambios comunicativos; es posible decir que
ellos orientan su acción hacia la comprensión del mundo social y características que son
particulares para construir saberes. La vida cotidiana ofrece posibilidades de participación
social de los niños y niñas y a la vez permiten la definición de nuevas experiencias, nuevas
miradas, y nuevos referentes imaginarios. Así como los escenarios de participación en el
hogar en las instituciones de educación inicial, el barrio y la ciudad ofrecen oportunidades
para sentir, jugar, expresarse, intercambiar con otros, apropiar códigos y herramientas que
amplían la creación de mundos posibles.