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AUTORA:
Serrano Miranda de Aguilar Lidia (orcid.org/0000-0002-7389-7176)
ASESORA:
Dra. Vergara Causo, Elen Solemi (orcid.org/0000-000-6260–780X)
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN:
Educación y calidad educativa
LIMA – PERÚ
2023
.
Dedicatoria
He revisado dicho reporte y concluyo que cada una de las coincidencias detectadas no
constituyen plagio. A mi leal saber y entender el trabajo de investigación / tesis cumple con
todas las normas para el uso de citas y referencias establecidas por la Universidad César
Vallejo.
Lugar y fecha,
DNI 15728794
ORCID
0001-0002-0004-004
Firma
Declaratoria de Originalidad del Autor/ Autores
Lugar y fecha,
Pág
CARÁTULA i
DEDICATORIA (FIN ACADÉMICO) ii
ÍNDICE vi
RESUMEN 7
ABSTRACT 8
I. INTRODUCCIÓN 9
.
Palabras clave: adolescentes, neurociencias, innovación, metodologías
ABSTRACT
The CNEB has as its main objective the development of competences, in that sense
the teaching of science has as its focus the scientific inquiry to develop science as
a process and not only as a final product; however, even the teaching of science in
the RBE is developed in a traditional way, that is, focused on the repetition of
concepts away from students from interest in science, this is reflected in the low
achievement rates achieved in standard assessments. In this context, the purpose
of this research is to describe how scientific inquiry as an approach allows the
development of inquire competence in the area of primary science level RBE.
For this, the methodology used responds to the qualitative approach with non-
participatory action research design. One of the results was that the teachers
interviewed showed clarity in what scientific inquiry represents to develop the
competence investigates through scientific method to build knowledge and improve
student learning from the application of a pedagogical strengthening workshop for
primary teachers. Another finding is related to the strategies necessary to develop
the processes of the capabilities of the inquiring competition.
En ese sentido, las políticas educativas mundiales han organizado sus programas
curriculares para atender estas 4 dimensiones frente a las nuevas necesidades
formativas que trae el siglo XXI exigiendo una nueva mirada pedagógica frente a la
educación tradicional que aún persiste y que tiene su origen en la escolástica de
Francia de los siglos XVII y XVIII y que se enfoca en el rol protagónico del docente
que transmite información cuyas verdades absolutas muchas veces están
desvinculadas del contexto social e histórico en el que se desenvuelve el estudiante
el cual asume un rol pasivo. De esta manera es necesario el fortalecimiento
pedagógico de los docentes y respecto a la evaluación que era reproductiva y
sumativa se espera la evaluación formativa. Es así que, en las últimas décadas,
ese paradigma educativo evolucionó gracias a los recientes descubrimientos
científicos, el uso de internet y la globalización.
MARCO TEÓRICO
En el Foro Mundial sobre Educación realizado en Dakar (2000) y la Agenda 2050
se manifestó el interés mundial en mejorar la calidad educativa que involucra la
calidad de los profesores o docentes a cargo de esta labor. El informe de UNESCO
Teachers and Educational Quality: Monitoring Global Needs for (2015) señala que
los docentes necesitan formación y capacitación continua y de calidad, sumado a
mejores propuestas curriculares, nuevas y eficientes prácticas pedagógicas, un
ambiente emocionalmente positivo en los colegios, entre tantos otros factores.
Al respecto, Campos (2010), señala que frente a esta necesidad formativa
de los docentes, se requiere comprometer a las naciones a desarrollar una
educación que asuma los descubrimientos más reciente con bases científicas en
las neurociencias porque conllevan a conocer y trabajar con el estudiante de
manera integral y pertinente considerando que para una verdadera innovación o
transformación de la educación es necesario comprender que el ser humano está
dotado integralmente de habilidades emocionales, sociales, cognitivas, morales, y
espirituales, todas ellas generadas por el órgano más noble del organismo, el
cerebro donde se puede encontrar la respuesta para la transformación y es donde
ocurrirá la transformación, en el cerebro del maestro y en el cerebro del estudiante.
Por ello, según lo señalado por Campos, cuanto más se conozca del
funcionamiento del cerebro humano, mayor será la capacidad de adaptar las
metodologías y didácticas educativas y, el aprendizaje será más significativo,
trascendente eficaz y relevante en la vida de cada estudiante, del docente y las
comunidades educativas elevando la calidad educativa.
Teniendo en cuenta que el aprendizaje es el eje central que motiva el
proceso educativo y por ello se requiere conocer cómo se produce en los
estudiantes esta nueva disciplina científica, las neurociencias cobran gran
relevancia puesto que trata de explicar de qué manera las emociones influyen en
el aprendizaje, en este sentido Carballo y Portero (2018) afirman que la
Neurociencia educativa busca explicar cómo funciona y aprende el cerebro en el
contexto escolar.
También Bueno, (2018) y Suyadi, (2019) sostienen que los avances
científicos en neurociencia nos permitirán describir algunos elementos que forman
parte del sistema nervioso del ser humano y que desempeñan una función vital para
adquirir nuevos aprendizajes. De esta manera, las neurociencias generan
controversias en torno a su incidencia en el campo educativo; es así que algunos
autores respaldan la necesidad de la relación entre neurociencia y educación
debido a que se reconoce que toda actividad pedagógica que provoca un cambio
en el modo de pensar y actuar, está supeditada a una actividad nerviosa previa, lo
que implica que es fundamental conocer de las funciones cerebrales para acertar
en las estrategias didácticas que puedan emplear los docentes.
Entonces, como señala Manes (2017), las neurociencias pueden realizar
importantes contribuciones al conocimiento para facilitar la comprensión de
procesos cognitivos claves para la enseñanza-aprendizaje, tales como la atención,
memoria, el lenguaje, la lectoescritura, la toma de decisiones, las funciones
ejecutivas, la creatividad y la emoción, entre otros. Las neurociencias modernas
son también importantes para entender situaciones de riesgo de aprendizaje como
dislexia y discalculia y ofrecer mejores condiciones para los estudiantes que lo
presenten.
Además, agrega que la metodología usada en el campo de las neurociencias
cognitivas humanas y la psicología experimental ofrecen la posibilidad de probar
estrategias e intervenciones que se pueden implementar en el área de educación
como, por ejemplo, el monitoreo y la comparación de distintas modalidades de
enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, aunque se pueda enfatizar el potencial de
las neurociencias como herramienta para mejorar la educación, la transición del
laboratorio al aula no es tarea sencilla.
METODOLOGIA
El presente estudio tiene como finalidad, analizar la importancia de las
neurociencias respecto al aprendizaje, la memoria, las funciones cerebrales y las
emociones en el proceso educativo a partir de la revisión bibliográfica. Ocaña &
Fuster (2021) sostiene que la revisión bibliográfica consiste en un método de
investigación retrospectiva, sistemática y observacional enfocada al análisis,
selección, interpretación y discusión de las posiciones teóricas, hallazgos y
conclusiones presentadas en la literatura para contribuir a la resolución de
problemas. Esta revisión se realizó a partir de artículos originales y de revisión; y
fuentes secundarias: manuales, guías didácticas del Ministerio de Educación,
UNESCO, OEA, libros y documentos, haciendo un total de 75 documentos
explorados. 58 artículos, publicados del 2012 hasta el 2021, de los cuales 40 son
originales, 11 de revisión y 7 libros y manuales En relación al idioma se analizaron
artículos en español y en inglés; esta literatura fue de Perú y otros países como
Colombia, México, España, entre otros teniendo en cuenta diferentes bases de
datos: Scielo, Scopus, Google académico, Redalyc, Dialnet y Latindex así como el
repositorio del Ministerio de Educación y UNESCO.
La revisión se realizó a través de palabras claves, tema, y por bibliografía.
Se usaron criterios de búsqueda y de inclusión, pasando todos filtros de validez y
confiabilidad de los cuales solo se aceptaron aquellos publicados entre 2010 y 2022
que contenían información relacionada con el tema para analizar la realidad
problemática del aprendizaje y la importancia de las neurociencias; entre los
artículos científicos seleccionados tenemos: 40 artículos originales, 11 artículos de
revisión; y fuentes secundarias: 1 libro, 2 manuales y guías didácticas del Ministerio
de Educación, UNESCO, OEA; con respecto al idioma se analizaron 42 artículos
en español y en 16 en inglés. Excluyéndose aquellos que no contenían información
relevante relacionado con el tema a investigar; así también, aquellos que no
contaban con conclusiones finales y bibliografía confiable.
siendo el primer objetivo específico, explicar la evolución de las
neurociencias en la educación, el segundo objetivo, determinar los aportes que las
neurociencias nos brindan para atender las demandas de un nuevo paradigma
educativo. El tercer objetivo es identificar las bases neurobiológicas de la actitud de
cambio del docente ante los nuevos retos de la educación del S. XXI y el cuarto
objetivo, destacar el rol preponderante de los principios de neurociencias para la
efectividad y eficacia de las acciones pedagógicas.
RESULTADOS Y DEBATE
Aunque en estos días las neurociencias han cobrado mucha importancia, lo cierto
es que en esencia se responde a la pregunta que, desde siempre, el hombre se ha
hecho: ¿Cómo funciona nuestro cerebro? ¿Cómo aprendemos? Desde los filósofos
de A.C hasta los científicos del S. XXI. Estas interrogantes han dado paso a una
serie de investigaciones que nos ha permitido ir avanzando en el desarrollo de la
tarea educativa en todos los niveles y, nos llevaron a desechar creencias equívocas
dando paso a verdades con evidencias gracias al avance de la tecnología digital,
específicamente.
Al respecto, Bullón Gallego (2016) decía que, si miramos a nuestro
alrededor, podemos observar como el avance experimentado en las últimas
décadas, por la humanidad, se ha elevado hasta situaciones difíciles de imaginar
pocos siglos atrás. Los avances en numerosos campos de estudio han cambiado
creencias que veníamos arrastrando desde siglos anteriores. La revolución
tecnológica a la que estamos sometidos en la actualidad (en países desarrollados),
supone que tengamos que readaptarnos continuamente a una sociedad que
avanza a tal velocidad que nos resulta difícil llegar a entenderla.
En relación a esta afirmación, Stern, (2005) agrega que “El deseo evidente
y en aumento por una educación basada en la evidencia, ha coincidido con un
periodo de progreso tremendo en el campo de la neurociencia que ha captado un
enorme interés público general con sus logros, y ello ha llevado a un debate, ya en
marcha, acerca de la potencialidad de la neurociencia para propiciar una reforma
de la Educación”.
Ahora bien, definamos que son las Neurociencias y Kochen (2018), por
ejemplo, nos señala que las neurociencias comprenden el estudio de la estructura
y función del cerebro y sistema nervioso y, de los factores genéticos y ambientales
que subyacen a la variación tanto normal como patológica. Los sistemas biológicos
complejos con los que trata requieren de un abordaje multidisciplinar que incluye a
la neurología, psiquiatría, psicología, biología, antropología, física, ingeniería, y
matemática, entre otras disciplinas. Silva (2003) agrega, a su vez que “la
neurociencia no debe ser considerada como una disciplina, sino que es el conjunto
de ciencias cuyo sujeto de investigación es el sistema nervioso con particular
interés en cómo la actividad del cerebro, se relaciona con la conducta y el
aprendizaje”.
Cabe citar también lo que la UNESCO en 1996 señaló que
la Neurociencia: “Es una disciplina que involucra tanto a la biología del sistema
nervioso, así como a las ciencias Humanas, Sociales y Exactas, que en conjunto
representan la posibilidad de contribuir al bienestar humano por medio de mejoras
en la calidad de vida durante todo el ciclo vital”. (…) Involucra a un conjunto de
especialidades que confluyen para estudiar la estructura y el funcionamiento
del cerebro, abarcando todas las áreas involucradas: cognitiva, conductual, celular,
biología, farmacología, genética, procesos químicos y las patologías
asociadas(…)tiene un enfoque multidisciplinario.
Con respecto a las neurociencias específicamente relacionadas a la
educación, algunos autores señalan que la neurociencia unida a la este quehacer
podría dar paso a nuevas denominaciones, por ejemplo, podrían llamarse
Neurociencias aplicadas a la Educación, Neurociencia educativa o neuroeducación
siendo el objeto de estudio de este binomio, el cerebro y su relación con el proceso
de Enseñanza- Aprendizaje.
Investigadores como el oncólogo y reconocido catedrático de la Universidad
de Buenos Aires, Logatt Grabner (2022), señala que el término Neurosicoeducación
es un neologismo que busca ser identificado como una representación del aporte
de la ciencia al desarrollo humano y a nuestro crecimiento como mejores personas,
con la convicción de que la sociedad actual necesita que todos sus componentes
podamos desarrollar valores que nos permitan vivir en un mundo globalizado en
donde el YO se transforme en NOSOTROS y el respeto por las diferencias sea la
norma.
Este autor agrega, además que el principal compromiso de la
neuroeducación es contribuir a que cada vez más personas accedan a los
modernos conocimientos derivados del pensamiento científico, como un aporte
para que las personas puedan crecer como mejores seres humanos y sean
partícipes de la creación de sociedades más justas, equitativas, tolerantes y
respetuosas.
Otro autor y Doctor en Neurociencias por la Universidad de Oxford y por la
Universidad de Granada Francisco Mora también nos señala que la
neuroeducación es la nueva enseñanza basada en explicar cómo funciona el
cerebro, señalando que no si no se cuenta con las bases de la neurociencia, será
un trabajo en vano y un tiempo desperdiciado, consideran que el aprendizaje es un
proceso constante e indefinido que se va desarrollando a lo largo de la vida.
Asimismo señala que la neuroeducación es un marco en el que se colocan los
conocimientos sobre el cerebro y la manera como éste interactúa con el medio que
le rodea en la vertiente específica de la enseñanza y el aprendizaje. Mora (2017).
Como sabemos, a inicios del S.XXI hubo una gran revolución en la educación
debido al uso masivo de los medios de comunicación de masas, el internet y la
globalización. Ello significó nuevos retos y la postulación de un nuevo paradigma
educativo que acabara con la educación tradicional que tenía tres siglos sin
cambiar. Este nuevo paradigma postularía, entre otros aspectos, que es el aprendiz
que construye activamente sus aprendizajes y que la evaluación es continua dando
espacio a la reflexión y la mejora continua. Este paradigma, además, se relaciona
con los espacios y las oportunidades que deben darse para que un aprendizaje sea
efectivo y significativo. Por ello, las neurociencias han sido claves para adaptar los
procesos pedagógicos y metodologías educativas a las formas de cómo aprende el
cerebro. Bravo, L. (2018) señala que Las “competencias del Siglo XXI” definen un
conjunto de habilidades requeridas para resolver problemas tanto generales como
específicos de reciente aparición. Una competencia amalgama la información
general individual ponderándola con experiencias personales, configurando así un
conjunto de capacidades que preparan más adecuadamente para las demandas de
la sociedad y el mundo, presentes y futuras.
Todos estos aportes requieren de un profesorado que conozca, comprenda
y aplique principios de Neurociencias de manera segura. Los programas de
formación docente vienen trabajando en ello; sin embargo, aún hay mucho por
hacer. En algunos casos, la capacitación o formación continua sí contempla estos
temas en sus programas de formación, pero hay aun algunas situaciones de
reticencia que se deben contemplar consideran que los docentes provienen de la
educación del S. XX y educan estudiantes del S.XXI donde el contexto es muy
distinto. Los docentes sometidos a cambios constantes de modelos, enfoques y
curricula, ya no dan importancia a temas nuevos y prefieren continuar con sus
prácticas basados en que les dio resultado en su momento y que además, ya tienen
sus programaciones y sesiones preparadas de años anteriores y solo quieren
modificarlas. En las escuelas públicas es donde más se puede apreciar la
resistencia o falta de involucramiento con nuevas propuestas.
Siendo los docentes los directamente responsables de implementar nuevas
metodologías para aprendices de esta nueva sociedad en constante cambio e
invadido por las redes sociales e internet; su preparación, asimilación y despliegue
pedagógico a la luz de las neurociencias, será clave. La toma de conciencia de
actualizarse o capacitarse para adaptar sus programaciones, sesiones y proyectos
de aula con los principios de las Neurociencias, exige también un cambio de actitud
y un alto nivel de compromiso a fin de conseguir el perfil esperado para el estudiante
del S.XXI. Bullón G.,(2016) señaló que la neurociencia se está trasladando a las
aulas siendo así una herramienta básica para conocer y entender cómo funciona el
aprendizaje mediante el estudio del cerebro. Gracias a su estudio, el profesorado
puede saber que estrategias son las más adecuadas para que los alumnos y
alumnas adquieran cierto aprendizaje de forma duradera.
A su vez, Mora (2018) concibe la figura de un nuevo profesional, la del neuro
educador como una persona entrenada con una perspectiva interdisciplinar capaz
de hacer de puente entre los conocimientos del cerebro y su funcionamiento, y los
maestros; tendría el papel de enseñarles a estos últimos sobre los avances más
recientes de la neurociencia aplicables a la enseñanza y capacitarlos para detectar
en cada niño ciertas enfermedades o déficits que, incluso siendo síntomas sutiles,
les impidan aprender correctamente; también los capacitaría para contactar con los
padres y reconducirlos al especialista, ya sea el psicólogo o el médico. En otra
publicación, Mora (2014) resaltaba que se necesitan maestros que preparen a los
niños para afrontar los nuevos retos.
Ellos son capaces de transformar el cerebro de los alumnos, tanto física
como químicamente, de la misma manera que un escultor con su cincel es capaz
de crear una figura tan bella como el David”.
En definitiva, el rol del docente del S. XXI tiene grandes demandas y retos pues
deberá dominar aspectos que las Neurociencias le brindan y utilizarlos como
herramienta y oportunidades para transitar hacia el nuevo paradigma educativo.
En este aspecto también se suma el reto del uso de la tecnología digital e
Inteligencia Artificial en el aula. Este aspecto es el que más temores y dificultades
les viene significando a muchos docentes porque a inicios del S. XXI estaban aún
aprendiendo a su ritmo sobre el uso de la computadora y, de pronto, ya se les exigió
el dominio de la web, apps y redes sociales a la vez, sobre todo cuando sobrevino
la pandemia.
Definitivamente estos retos superan sus esfuerzos porque los avances son
muy rápidos y no corresponden con la velocidad con la que aprenden.
Respecto a esta realidad, UNESCO (2021) señala que algunos docentes se
preocupan por el futuro del aprendizaje, pero eso suele ocurrir porque no disponen
necesariamente de una perspectiva completa.
Las personas que trabajan y promueven la utilización de la Inteligencia
Artificial en el aprendizaje pueden desempeñar un papel clave en transmitir a los
docentes la idea de que no se quedarán obsoletos. Los docentes estarán más
empoderados y capacitados para satisfacer las necesidades de cada niño que
aprenda en su aula. La Inteligencia Artificial es una herramienta que guía a los
docentes en la búsqueda del camino correcto para intervenir en favor de los
alumnos que se esfuerzan por aprender.
Esa intervención es el resultado de datos que han sido contrastados a fin de
erradicar los prejuicios que se basan en la diversidad y que no emplean un enfoque
de modelo único; por lo tanto, los docentes pueden estar más seguros de que se
ajustará a las necesidades de cada niño. La Inteligencia Artificial, por ejemplo,
proporciona a los docentes la posibilidad de adaptar el aprendizaje al niño. Además,
no conocemos realmente todas las modalidades de aprendizaje. En ocasiones
debemos estar preparados para aprender de los propios niños. Un niño puede
proporcionar informaciones acerca de las diferentes vías de aprendizaje y los
docentes deben estar listos para aplicar en sus clases esos conocimientos. Los
docentes son personas muy influyentes que son capaces de dar forma a los
cerebros de muchos niños. Si hacen un buen trabajo, estarán preparándolos
correctamente para la vida.
Si reflexionamos sobre este desconocimiento de tecnología digital,
Inteligencia Artificial y Neurociencias no siempre es porque el docente no tiene los
recursos y oportunidades a la mano. Sería bueno revisar qué razones de fondo
ocasionan esta controversial realidad. Veamos que nos señalan las Neurociencias
al respecto. Las Neurociencias nos dicen que a nivel neurobiológico la resistencia
al cambio tiene su base en los ganglios basales.
En estos núcleos se deposita la memoria motora de tareas rutinarias
automáticas que ahorra energía porque evita usar la memoria de trabajo. Este
ahorro energético explica la renuencia a aceptar modificaciones (…) La resistencia
al cambio aparece en forma inmediata cuando rechazamos cualquier actividad que
nos permita un crecimiento a largo plazo por una acción que apunte a una
gratificación. Es inmediata, universal e incansable.(...) La postergación es otra de
las manifestaciones más comunes de la resistencia al cambio, porque es la más
fácil de racionalizar.
El aspecto más pernicioso de la postergación es que puede volverse un
hábito. La racionalización es la mano derecha de la resistencia al cambio. En vez
de mostrarnos nuestro miedo, para poder afrontarlo, esta actitud nos presenta una
serie de justificaciones racionales y plausibles de por qué no debemos cambiar.
Pero hay una buena noticia, la resistencia al cambio puede ser derrotada, es
sensata. Pero se puede cambiar.
El cambio casi siempre comienza en respuesta a un estímulo, ya sea interno
o externo, que nos motiva a pasar de hacer una cosa a hacer otra cosa. Mientras
que las motivaciones específicas o las circunstancias que nos estimulan a cambiar
pueden variar, el cambio raramente sucede en forma espontánea. Casi siempre
existe una fuerza que enciende el proceso de cambio.(…). Es importante
comprender que, aunque casi siempre el cambio sucede en respuesta a un
estímulo, el cambio puede ser planificado o imprevisto. Esto quiere decir que se
puede mirar a hacia adelante para poder ver que es lo que viene, considerar las
posibilidades, analizar las fuentes potenciales de resistencia, pensar estrategias.
Asociación Educar (2022)
Así pues, conociendo que que la actitud de resistencia y miedo a lo nuevo
es natural y comprensible entonces debería ser abordado de manera estratégica
por las Instituciones y entes rectores que promueven o exigen la actualización o
capacitación docente. El éxito de implementar un nuevo paradigma que tome en
cuenta los descubrimientos de las Neurociencias no depende de los docentes
únicamente sino de las políticas formativas que se proyectan para los docentes en
servicio además debe considerar a los directivos, especialistas y todo agente
responsable de la Educación de modo que tengan una misma visión-misión, así lo
afirma Briceño (2021): Es importante que todos los involucrados en el desarrollo de
un niño, tanto padres como educadores, directivos de establecimientos
educacionales y especialistas, comprendan y manejen la información
neurocientífica respecto a cómo funciona el cerebro y cómo éste logra aprendizajes
constantes.
Al comprender este proceso, entenderemos la importancia que tenemos
como miembros activos en la educación de los niños, que la escuela debe plantear
sus planes de estudio y su metodología de enseñanza en base a cómo se puede
lograr el aprendizaje significativo y un desarrollo integral de ellos como individuos.
Sobre todo, es importante que los docentes, que están directamente llamados a
entregar las herramientas para la vida y lograr el máximo potencial que puede
alcanzar un estudiante, sean capacitados en este aspecto, pero desde un objetivo
institucional, para que ellos tengan el conocimiento necesario para enseñar en
forma efectiva y afectiva.
Ahora bien, después de reconocer cómo algunos autores conceptualizan las
Neurociencias y el reto que significa para los múltiples actores de la educación,
vamos a precisar cuál es rol preponderante de los principios de neurociencias para
lograr efectividad y eficacia de las acciones pedagógicas. Como sabemos la
educación involucra dos acciones fundamentales: enseñar y aprender. Hasta hace
poco se vinieron considerando los aportes que nos brindaron las investigaciones
científicas sobre la conducta humana y el funcionamiento cerebral. Actualmente son
las neurociencias las que con evidencia comprobada nos están brindando
importantes contribuciones de modo que podamos comprender mejor los procesos
cognitivos claves para la enseñanza-aprendizaje (memoria, atención, lenguaje,
lectoescritura, funciones ejecutivas, toma de decisiones, creatividad y emoción,
entre otros).
La aplicación de las nuevas metodologías con los aportes de las
Neurociencias no es una tarea sencilla ni automática tal como lo afirma Manes,
(2017): La metodología utilizada en el campo de las neurociencias cognitivas
humanas y la psicología experimental ofrece además la posibilidad de probar
empíricamente estrategias e intervenciones que pueden implementarse en el área
de educación como, por ejemplo, el monitoreo y la comparación de distintas
modalidades de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, aunque se pueda enfatizar
el potencial de las neurociencias como una herramienta para mejorar la educación,
la transición del laboratorio al aula no es sencilla.
Como punto clave e inicial las Neurociencias nos confirman que el cerebro
es el motor del conocimiento, siendo que las experiencias lo modelan,
precisamente debido a su plasticidad. Por ello, las metodologías de enseñanza y
aprendizaje habituales, empiezan a considerar cambios profundos buscando que
los estudiantes aprendan a partir de las experiencias auténticas, a fin de potenciar
todas sus capacidades creativas, críticas y resolutivas.
Otro aporte que nos ofrece las Neurociencias que cuando la persona se
enfrenta a nueva información que debe ser almacenada en la memoria, se crean
nuevas sinapsis, otras se fortalecen, algunas se debilitan y otras se podan, por lo
cual ese proceso es un mecanismo evolutivo fundamental de aprendizaje (Manes,
2014) por ello es importante la creatividad del docente para usar estrategias que
aseguren más y nuevas conexiones, citando a Bueno i Torrens, 2018, p. 174 nos
diría que “el número y la calidad de las conexiones neurales que sustentan los
aprendizajes dependen del uso que se haga del cerebro".
Otro aspecto a considerar en las planificaciones curriculares es que las
actividades de aprendizaje deben presentarse con un nivel de dificultad adecuado
dado que el estrés un estrés produce “una atrofia en las prolongaciones dendríticas
de las neuronas principales del hipocampo, así como una reducción en las
conexiones sinápticas inter-neuronales y deficiencias en la plasticidad neuronal y
sináptica” lo que trae como consecuencia que el aprendiz abandone la tarea
propuesta. Lo ideal es “estimular un ‘estrés’ leve y sano en el individuo para que
pueda tener efectos muy beneficiosos sobre el aprendizaje; el reto está en estimular
la curiosidad por los contenidos educativos sabiendo dosificar el estrés”, Sandi
(2012).
En este proceso también se activa la amígdala durante la adquisición de
nuevos conocimientos, siendo un órgano que regula las emociones de la persona,
generando que el individuo se comprometa aún más con la tarea de aprendizaje, al
incorporar el factor emocional. En este sentido, las emociones pueden potenciar la
memoria al provocar una liberación de hormonas que estimulan la amígdala para
que ésta envíe señales a ciertas regiones craneales y es así que las emociones
interaccionan con la razón para respaldar o inhibir el aprendizaje del educando,
Souza, (2019). En consecuencia, todos estos aspectos deberán tener en cuenta el
docente puesto que minimizando el estrés de los estudiantes, quienes aprende a
distinto ritmo y nivel, podrá reducir el estrés que altera la zona del hipocampo donde
ocurren los procesos de memoria y regulación emocional.
Y, a propósito de regulación emocional, las Neurociencias nos confirman que para
aprender de manera segura y a largo plazo es necesario considerar como de suma
importancia el mundo de las emociones que es controlado por el sistema límbico.
Francisco Mora reconocido investigador, catedrático y autor de libros de
neuroeducación, resume de manera simple esta importancia y afirma que el cerebro
sólo aprende si hay emoción.
Conseguir un clima favorable para el aprendizaje se relaciona con las
motivaciones intrínsecas de los aprendices y se pueden incrementar con
actividades que involucren el juego, el movimiento, la socialización, la aceptación
de lo espontáneo, el reconocimiento del talento de cada quien, la valoración de todo
nivel de avance, etc. Además, está relacionado con la afirmación de la autonomía,
la autoestima, la relación de los aprendizajes con su entorno, el involucramiento en
actividades significativas, etc. pues activan hormonas denominadas de la felicidad
que crean bienestar y equilibrio emocional en los estudiantes haciendo que la
escuela sea un lugar donde todos quieran ir porque aprenden en un ambiente
tranquilo, alegre, acogedor resultando atrayente porque se aprende fácilmente y los
motivan a seguir aprendiendo.
Al respecto de las hormonas de la felicidad, un dato que nos recopila Rotger,
(2017) en 1921 se confirmó que las neuronas se comunican realmente por la
liberación de ciertas sustancias químicas. Estos productos químicos se llaman
neurotransmisores. El mérito por la confirmación de este hecho, y también por
haber descubierto el neurotransmisor —la acetilcolina— es del farmacólogo Otto
Loewi, 36 quien así dio origen al nacimiento de la teoría química de la transmisión
nerviosa, según la cual la corriente nerviosa provoca, en el extremo de las fibras
nerviosas, la liberación del neurotransmisor.
A asociados a la emoción está la gestión de las mismas y, Rotger (2017)
también nos señala que, en los procesos de enseñanza, todo docente quiere llegar
a las redes cognitivas racionales de sus estudiantes, es decir a su cerebro racional,
pero antes de llegar allí la información debe pasar por sus redes instintivas
emocionales, es decir por sus cerebros reptiliano y mamífero. el hecho de que la
información llegue a las redes cognitivas racionales va a depender de cómo estén
los estados emocionales de sus estudiantes. por este motivo es importante nivelar
estados emocionales en el aula, abrir los cerebros de abajo de nuestros estudiantes
para que se concrete el aprendizaje. cuánto más abiertas están sus amígdalas, más
situaciones de placer se generarán alrededor de los aprendizajes.
Otros aspectos a tomar en cuenta desde las Neurociencias para la
educación, es importante saber que aprendemos más y mejor en interacción y
cooperación social, que La música y el arte transforman el cerebro y favorecen una
experiencia más efectiva de aprendizaje, que La capacidad del cerebro para
guardar información es ilimitada y maleable. Asimismo que factores como la
alimentación, la calidad del sueño, el entorno socioeconómico y cultural, las
lesiones cerebrales, la genética y los aprendizajes previos consolidados ejercen
influencia en el cerebro y por ende la manera que aprende, el estrés, la tristeza, la
soledad o una mala condición física pueden perjudicar el buen funcionamiento de
la corteza prefrontal del cerebro, responsable de las llamadas funciones ejecutivas
(control inhibitorio, memoria de trabajo y flexibilidad cognitiva), que son
fundamentales para el desarrollo académico y personal del alumnado. Marina
(2014).
Finalmente, cabe resaltar un aspecto importante como medio de
aprendizaje: La Inteligencia Artificial (IA) pues los estudiantes del S.XXI, nacieron
con la tecnología y virtualidad. La escuela actual tiene el reto de insertarlas en las
aulas adoptadas desde un enfoque centrado en el ser humano, que tenga como
objetivo reorientar el debate para incluir la función de la IA en la lucha contra las
desigualdades actuales en materia de acceso al saber, a la investigación y a la
diversidad de las expresiones culturales, y para que la IA no acentúe las diferencias
tecnológicas entre los países y dentro de estos. La promesa de “la IA para todos”
debe permitir que cada persona pueda sacar provecho de la revolución tecnológica
en curso y acceder a sus beneficios, fundamentalmente en materia de innovación
y saber. UNESCO (2020).
En cuanto al uso de la IA, UNESCO, (2021) señala: Cuando se trata de
aprendizaje, la alianza entre las neurociencias y la IA puede ser sinérgica. Un buen
entendimiento de los procesos de aprendizaje específicos mediante las
neurociencias puede utilizarse como base en la concepción de ese proceso en
materia de IA. Asimismo, si la IA encuentra pautas en un amplio conjunto de datos
y extrae un modelo de aprendizaje, las neurociencias pueden llevar a cabo
experimentos que lo confirme. En segundo lugar, cuando las neurociencias
proporcionan a la IA los comportamientos de aprendizaje, estos pueden traducirse
a interacciones digitales, que son utilizadas a su vez por la IA para examinar los
patrones de aprendizaje de un gran número de niños en el mundo entero.
La capacidad de la IA consiste en que puede adaptarse a gran escala. La IA
puede rastrear y buscar una gran cantidad de datos para entender cómo ocurre el
aprendizaje, y determinar, cuando sea necesario, en qué momento el aprendizaje
es diferente o se desvía de los objetivos. Un tercer aspecto es el aprendizaje
individualizado. Se sabe que el acto de aprender tiene un importante componente
individual. A pesar de esto, nuestras aulas están diseñadas para proporcionar un
aprendizaje común para todos los niños.
En ocasiones, las diferencias individuales se convierten en un elemento
crucial para obtener lo mejor de cada niño y, en esos casos, debemos adaptar el
aprendizaje. Las investigaciones neurocientíficas en casos individuales han
demostrado que la información detallada sobre cada persona puede revelar
también abundante información sobre sus patrones de aprendizaje. No obstante,
esto resulta muy costoso y exige un trabajo intenso. Sin embargo, el aprendizaje
detallado que proporcionan las neurociencias puede llevarse al terreno de la IA con
el fin de ampliarlo. La IA acopia datos exhaustivos y detallados en el plano personal,
con miras a diseñar la trayectoria de aprendizaje de cada niño. De este modo,
mientras que las neurociencias se estudian en pequeños grupos, la IA se aplica en
gran escala. Si se desea garantizar un mundo en el que cada niño saque el máximo
provecho de su potencial, entonces el aprendizaje personalizado resulta
prometedor.
CONCLUSIONES:
Referencias bibliográficas:
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https://uis.unesco.org/sites/default/files/documents/teachers-and-
educational-quality-monitoring-global-needs-for-2015-en_0.pdf
Scopus 11 6 5
ProQuest 11 7 4
Scielo 15 9 6
Web of Science 16 10 6
TOTAL 53 32 21
Tabla 2
Número de documentos incluidos
Scopus 9 5 4
ProQuest 5 2 3
Scielo 8 5 3
Web of Science 15 12 3
TOTAL 37 24 13