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DERECHO CIVIL

PERSONAS

La categoría SUJETO DE DERECHO experimentó cambios desde la


antigüedad
En los regímenes esclavistas hay seres humanos carentes de derechos
fundamentales; en el mundo moderno no se reconoce al menos
teóricamente hombres sin derechos.
En el derecho romano el hombre con estado jurídico se llamaba CAPUT;
su estado jurídico poseía tres elementos: la libertad, la ciudadanía y la
familia. La plena capacidad de hecho y de derecho la tenía el varón sui
iuris llamado pater familias; quien no era libre, no era sujeto de derecho,
no tenía caput.
Quien perdía la libertad y la ciudadanía, caía en la esclavitud (capitis
diminutio máxima). Si sólo perdía la ciudadanía sufría la capitis
deminutio media, y si cambiaba su estado de familia, la capitis
deminutio minima, lo cual no siempre era perjudicial porque por ej, se
podía emancipar.
En el derecho positivo persona reemplazó a caput y se constituyó en
el sujeto de derecho.
Los jurisconsultos clásicos ampliaron con todos los derechos derivados
de la naturaleza humana a los básicos de libertad, ciudadanía y familia.
La persona finalmente fue el hombre, divididos entre libres y esclavos.
Recién a mediados del siglo XIX Savigny definió el concepto
abstracto de persona como sujeto de derechos.
La personalidad terminó siendo separada del hombre y se amplió a los
entes creados por él, existiendo entonces 2 clases de personas, los hombres
y las personas de existencia ideal. Esta fue la postura que tomó Vélez
Sarsfield en el Código Civil, art. 30.

Atributos de la Personalidad
Los atributos de la personalidad fueron históricamente,
 Nombre
 Firma
 Signo
 Rúbrica
 Título
 Blasón

Los ciudadanos romanos llevaban el nombre de la gens seguido del


cognomen indicativo de su familia dentro de la gens y precedido del
praenomen para distinguirse dentro de la familia. El gentilicio fue el
primero en caer en desuso.
Los visigodos sólo usaron un nombre al que se le añadía el nombre del
padre o una palabra que denotase algún rasgo personal o un gentilicio.
Las Partidas declararon libre el uso del nombre, excepto que se use en
fraude a un tercero: los únicos que se preocupaban por conservarlo como
un derecho personal eran los nobles por los derechos que transmitían a sus
descendientes.
Firma, signo y rúbrica se usaron para individualizar a la persona. El
signo fue el primero en aparecer y la rúbrica que desplazó al signo es la
más moderna.
Los títulos nobiliarios y blasones fueron representativos de la
personalidad de sus poseedores. A partir de la Baja Edad Media se hizo
costumbre vincular los títulos a los señoríos. En nuestro ámbito, los títulos
fueron suprimidos por la Asamblea del año XIII.
La capacidad jurídica como concepto abstracto aparece recién en el siglo
XIX. Antes se daba respecto a situaciones concretas de la mayor o menor
aptitud del hombre según su estado y condición, principalmente libertad,
condición social, ciudadanía, religión, sexo y edad.
Desde la Baja Edad Media en Castilla y luego en las Indias, la diversidad
de situaciones jurídicas se dio en el marco de una sociedad estamentada
con privilegios que pudieron ser concedidos por los reyes de forma
individual por servicios recibidos.
Esta estructura social de variados derechos y privilegios, hace un gran
cambio en el siglo XIX a la luz de otros valores predominantes.
Al no coincidir anteriormente la personalidad física con la jurídica, el
hombre podía nacer para el derecho en un momento distinto al de su
nacimiento natural; en términos generales las dos causas de adquisición de
la capacidad fueron el nacimiento y la manumisión (LIBERACION DE
UN ESCLAVO).
Al desaparecer la esclavitud, sólo quedó el nacimiento para los hombres y
la decisión de la autoridad para las personas jurídicas.
Desde el siglo II el derecho romano aseguró derechos al hijo a partir
de la concepción y obligó al padre a su reconocimiento.
Al concebido legítimo lo tuvo por nacido para todo lo que lo favorecía.
Ampliado luego a los ilegítimos por influencia de la Iglesia.
Al no depender de la voluntad del padre la adquisición de la capacidad,
el derecho fijó los requisitos que debían reunir los hijos para que se los
considerase nacidos naturalmente y no abortivos; las leyes de Toro
(1505), establecían un mínimo de 24 horas de vida y bautismo, este
último requisito impuesto en tiempos de Chindasvinto.
Vélez Sarsfield prescribió en el Código Civil la existencia de las personas
desde la concepción en el seno materno y la adquisición de derechos desde
ese momento, sujetos a la confirmación del nacimiento con vida aunque
sea por un instante.
Además de la muerte natural que siempre significó la extinción de la
capacidad, otras circunstancias pudieron también ser causal de la
misma: la muerte civil y el incumplimiento de las normas legales o
la extinción del término para su existencia para las personas ideales.
Algunas veces el derecho se valió de la subsistencia después de la muerte
para ciertos actos, en especial de castigo.
Hasta el siglo XIX se admitió aunque cada vez más tenuemente la figura
de la MUERTE CIVIL, siendo sus causas más frecuentes la esclavitud
(aunque se le pudieran otorgar algunos derechos) y la imposición de
penas graves, que con la servus poenae ya tenía antecedentes en el
derecho romano.
En 1771 una pragmática abolió las penas perpetuas y la muerte civil que
acarreaba, con la excepción del desterrado de por vida, que seguía
perdiendo sus bienes.
Otra causal de muerte civil fue la herejía, en épocas en las que la
religión era uno de los elementos de la capacidad. Como contracara
se equiparó a la muerte civil con efectos parciales a los que profesaban
en algunas órdenes religiosas.
En el siglo XIX esta institución casi desapareció con algunas salvedades
como el Código francés. Vélez Sarsfield dispuso la inexistencia de la
muerte civil por cualquier causa (art. 103 CC).

Sexo en el Derecho Civil


Uno de los factores modificatorios de la capacidad históricamente ha
sido el sexo; el Génesis le daba fundamento religioso al estado de
inferioridad de la mujer.
En el derecho romano ocurría lo mismo, ocupando la mujer un lugar
inferior al del varón; al integrar una familia como hija o esposa estaba
sometida a la autoridad del padre o marido. Si era viuda se la sujetaba
a tutela por su exposición al engaño. Carecía además de derechos
políticos.
En la época posclásica, ya no estaba sometida a la autoridad del
marido ni a tutela y en la viudez podía ser tutora de sus hijos.
Entre los visigodos el papel de la mujer era casi equiparable al del varón
al llegar a la mayoría de edad, pudiendo gobernarse por sí misma, tener
potestad sobre los hijos, administrar el patrimonio y adquirir bienes, status
que se mantuvo durante la Alta Edad Media. VISIGODOS MISMO
STATUS HOMBRES Y MUJERES
En la Baja Edad Media, a consecuencia de la penetración del derecho
común, la condición jurídica de la mujer sufrió un retroceso.
Para Santo Tomás, en lo esencial ambos sexos son idénticos, pero en lo
secundario la mujer es inferior; por su menor inteligencia debía estar
sometida al varón.

Esta presunción de debilidad la hizo merecedora en algunos casos de


tratamiento privilegiado; por ejemplo podía alegar ignorancia de las leyes
y no era aprehensible por deudas; como contracara, no podía ser tutora,
desempeñar cargos públicos etc. aunque en Castilla podía reinar con un
escudero que sirviese a las armas por ella.
La ley canónica castigaba la infidelidad de ambos cónyuges, pero el
adulterio de la mujer constituía siempre delito, hasta el siglo XVI sujeto
a la venganza del marido; en cambio el del marido sólo era delito en
caso de ser público y escandaloso.
En las Indias la situación no varió: como descendiente de conquistador o
por herencia, hubo alguna virreina, adelantada, gobernadora y
encomendera, amén de los cacicazgos entre indígenas. Pese a ello cuando
se le hubiera otorgado una merced y estuviera casada, la función la ejercía
su marido. La soltera heredera de encomienda debía casarse.
Por su debilidad física, las indias estaban exceptuadas de la mita; su
servicio personal era voluntario y limitado a un año. EXCEPTUADAS
DE SERVICIOS PERSONALES EN LA INDIAS, ERAN
VOLUNTARIOS Y DURABAN SOLO 1 AÑO

En el Derecho nacional, el Código Civil declaró la incapacidad relativa de


la mujer por matrimonio, exigiendo por regla general la autorización del
marido, otorgando como contraparte capacidad casi plena a la soltera
mayor de edad y a la viuda. VIUDA Y SOLTERA: CAPACIDAD
PLENA
Estas restricciones son propias de la época, consagradas por el
Código napoléonico.
En 1926 se reconoció a la mujer mayor de edad, soltera o viuda la
capacidad para ejercer todos los derechos y funciones civiles y se amplió
el derecho de la mujer casada. 1926 SE AMPLIARON TODAS LAS
FUNCIONES CIVILES A TODAS LAS MUJERES EN GENERAL,
TMB CASADAS
Otros hitos importantes son la adquisición de los derechos políticos
(1948), plena capacidad civil (1968) y patria potestad conjunta sobre sus
hijos (1985).

EDAD
Otro factor jurídico referente a la capacidad, en toda época, fue la edad.
Los visigodos se basaron para la determinación de la minoridad en el
desarrollo físico y en los síntomas de la pubertad, criterio que subsistió
en algunos fueros castellanos. VISIGODOS SE BASABAN EN
DESAROLLO FÍSICO Y SINTOMAS DE PUBERTAD
Desde la Baja Edad Media el paso a la mayoría de edad se estableció
de manera taxativa a los 25 años. BAJA EDAD MEDIA: 25 AÑOS
Uno de los privilegios más importantes de los menores fue el de la
restitución integral, que buscaba salvar sus intereses ante una mala
administración de sus representantes.
En el derecho indiano como en Castilla, se procuró restringir la
habilitación o venia por edad en favor del menor por temor a la
dilapidación. Los reyes no delegaban esta facultad. En 1637 se prohibió a
los virreyes dar habilitación a los menores de entre 18 y 20 años, la que
debía solicitarse al Consejo de Indias. En 1752 se los autorizó a habilitar
a menores de 21 años cumplidos.
PRIMERO SE AUTORIZABA A MAYORES DE 18, LUEGO SE FUE
AUMENTANDO HASTA 21 AÑOS, PARA PROTEGERLOS
En 1824 un decreto de la Junta de Representantes de Buenos Aires,
facultó al gobierno a conocer las solicitudes de habilitación hasta que se
dictara una ley especial sobre el tema, que sólo se dio con el Código
Civil. Los menores de entre 18 y 20 años debían dirigirse a la
legislatura.
Estas disposiciones de gran rigidez no cambiaron, pero sí su modo
de aplicarse que fue más flexible con el paso del tiempo.
INSTITUCIONES NO CAMBIARON PERO SU
APLICACION FUE MAS FLEXIBLE

Vélez Sarsfield introdujo reformas en el Código heredadas del derecho


castellano, ya que los menores lo eran hasta los 22 años, lo que fue
modificado recién en 1968 con la mayoría de edad a los 21 años. VELEZ:
21 AÑOS
Estableció la división entre menores impúberes (menores de 14),
incapaces absolutos de hecho y menores adultos incapaces relativos.
(menores de 21 pero mayore de 14). Estas incapacidades cesaban a la
mayoría de edad o a la emancipación si era anterior. Se suprimió además
la restitución integral. ALCANZABA PLENA CAPACIDAD CON
MAYORIA DE EDAD O EMANCIPACION

Los aborígenes americanos desde el descubrimiento quedaron en una


situación especial, la que fue cambiando con el tiempo: las razones
eran su paganismo y estado cultural.
A fines del siglo XV estaban vigentes las teorías medievales sobre la
plenitud de derechos de cada pueblo respecto a todos los otros, los que se
negaban o regateaban mutuamente en la medida que no fueran capaces de
hacerlos valer. Este sistema permitía las guerras de conquista, la piratería,
la indefensión del extranjero, y en caso de pueblos de otra religión o
cultura, su saqueo y esclavización.
Si bien al hombre se le reconocía en principio la condición de ser libre,
se aceptaba que el derecho limitara y aún negara esa libertad. El que
no podía obrar libre o carecía de capacidad era considerado siervo o
esclavo.
Las comunidades aborígenes perdieron su independencia al incorporarse
a la Corona de Castilla, ya sea por conquista o de manera voluntaria.
En lo individual, tras el intento de Colón de esclavizarlos, la Corona en
1500 declaró que a pesar de su infidelidad, los indígenas eran libres e
iguales a los labradores de Castilla. En 1537 el papa Pablo III les
reconoció capacidad para la fe y para recibir los sacramentos.
La mayoría de los autores los consideró rústicos e inferiores,
asimilables a viudas, enfermos o miserables y con falta de malicia. De
allí proviene la encomienda para el trabajo y evangelización y la
aplicación de las normas relativas a menores y miserables, por lo que
debían ser asistidos por el protector de naturales en sus pleitos y al
contraer obligaciones.
La actuación de los defensores varió mucho de un lugar y momento a
otro, desde defensa irrestricta de los derechos indígenas a inactividad
para no enemistarse con los poderosos del lugar.
La rusticidad de los indígenas, sin importar su origen, los hizo acreedores
de la restitución integral, de litigar sumariamente y sin formalidades, etc.
La Revolución de Mayo declaró la igualdad del indígena respecto al
blanco, pero durante décadas se mantuvo el sistema legal de incapacidad
relativa, salvo para el indio asimilado.
En 1879 Avellaneda decretó la representación de los indígenas tomados en
las primeras etapas de la Conquista del Desierto por el defensor de
menores. Con la territorialización, otro decreto en 1899 establecía la
defensa del indígena a través del defensor local.
Recién en la segunda mitad del siglo XX el paternalismo estatal fue
reemplazado por el reconocimiento de derechos de los indígenas a decidir
por sí mismos.
La CN de 1994, art. 75 inc. 17 continúa con un criterio paternalista.

Para el Derecho romano clásico, la esclavitud es una institución que


permitía que alguien sea sometido al dominio de otro contra las leyes
naturales, sin presumirse su existencia y en caso de duda, prevalecía la
libertad.
Durante los últimos tiempos del Imperio y la Alta Edad Media, ocurrió un
doble movimiento de desaparición progresiva de la esclavitud y aumento
de la servidumbre (estado intermedio con el hombre libre), con
limitaciones de carácter personal y patrimonial.
En la Baja Edad Media, se emancipó a la mayoría de los siervos
rurales; al estar prohibida la esclavitud de prisioneros de guerra
cristianos, los únicos esclavos posibles fueron los moros y los negros
comprados a tal fin.
Las Partidas, con base en el Derecho romano, consideraban al siervo
o esclavo como una cosa, con total poder del amo aunque con
prohibición de matar o lastimar. Al ser cosas eran objeto de venta,
empeño, hipoteca, uso, etc.
La esclavitud se transmitía por vía materna: si la madre era esclava,
también lo era el hijo, aunque el padre no lo fuese. Al revés, si la madre no
era esclava y el padre sí, el hijo era libre.
Eran causales de MANUMISION la compra a precio justo realizada
con esa intención, el casamiento del esclavo con persona libre y
consentimiento del amo y la corrupción de la sierva por el amo.
En el Derecho indiano, al limitarse el servicio aborigen, la necesidad de
mano de obra fue suplida por la importación de esclavos negros africanos.
El traficante alegaba que no se les quitaba la libertad, ya que habían sido
esclavos al comprarlos en África.
En 1789 Carlos IV emitió una cédula para educación y trato de
esclavos; se establecieron criterios procesales para causas donde se
discutía su libertad. Otros límites se impusieron al traslado de esclavos
casados, al esclavo comprometido para la venta, etc
En época patria, el Cabildo opinaba que no se podía suprimir la esclavitud
de golpe, pero pidió en 1812 al Triunvirato que suprimiera el comercio
de personas. Si ingresaban como esclavos, recuperaban su libertad al
cabo de un año.
La Asamblea del Año XIII estableció la libertad de vientres y la libertad
por el hecho de pisar suelo nacional, aunque en 1814 ante el reclamo de
Brasil, eliminó del beneficio a los profugados.
La CN de 1853 abolió la esclavitud. Para Buenos Aires que adhirió a
ese documento en 1860, la esclavitud subsistió hasta ese año.
En losEstados Unidos la abolición data de 1863 y en Brasil de 1888
Registros

En Roma sólo se denunciaba el nacimiento de un niño para probar su


libertad. Fue la Iglesia la que organizó los primeros registros personales
que daban cuenta de bautismos, matrimonios y muertes.
En la Alta Edad Media los registros se vieron afectados por lo que las
pruebas escritas se reemplazaron por la testimonial y la fama. Igualmente
la Iglesia siguió aplicando el sistema registral perfeccionado después del
Concilio de Trento; así los registros parroquiales fueron el modelo de los
futuros registros civiles.
En Francia hasta 1789 se llevaban registros de disidentes del
catolicismo, y luego de ese año se generalizaron.
En la Argentina, los primeros registros fueron en 1833 en Buenos Aires y
en 1836 en Jujuy para disidentes. Luego hubo una breve experiencia de
registro civil por la ley de matrimonio civil en Santa Fé (1867).
Vélez Sarsfield no se ocupó del tema en el Código por entender que se
trataba de un tema municipal y no nacional. A su vez como ministro en
Buenos Aires, y en acuerdo con la curia redactó en 1857 un decreto sobre
la forma que debían llevarse los libros de estado civil por curas católicos y
pastores protestantes.
Los primeros registros generales habían sido los de la colonia Suiza de
Colón (Entre Ríos) en 1873 y de la ciudad de Córdoba en 1880.
Por la ley 2393 de Matrimonio Civil se dispuso la organización de los
registros a cargo de las provincias. En la ciudad de Buenos Aires, se
estableció en 1884 y comenzó a funcionar dos años después.

Los romanos llegaron a la conclusión de que el único sujeto de derechos


era el hombre. Algunas instituciones con apariencia de sujetos de derecho
nunca fueron reconocidas por los jurisconsultos, admitiendo sí que hacían
las veces de persona, aunque agrupándolas con las cosas. Igualmente
reconocieron por ejemplo a las ciudades la posibilidad de usucapir.
En el derecho común, los juristas medievales, dejando de lado sutilezas,
crearon la figura de “persona ficticia”, lo que dio desde entonces origen
a 2 clases de persona: la real y la ficticia considerando a esta como una
creación legislativa.
Los glosadores, ligados al espíritu germánico, negaron que la
universalidad fuese una entidad ideal titular de los bienes comunes,
sino que el titular de derechos era el mismo grupo de hombres.
El aporte decisivo para la teoría de la personalidad jurídica lo dio el
derecho canónico: en las fundaciones por ejemplo no había un sujeto
humano de derecho; los beneficiarios carecían de cualquier derecho
sobre el patrimonio y solo quedaban los bienes afectados a la finalidad
ideada por su fundador.
Los canonistas idearon al monasterio como una obra pía y a la obra pía
como titular de los bienes. Se definió a su personalidad como
institucional.
Esta teoría tiene un triple aporte: el germánico con el principio de la
absorción del individuo por la comunidad, el romano con la característica
de la personalidad ficticia y el canónico con la radicación de la obra pía en
la personalidad jurídica del monasterio.
La escuela del derecho natural en el período moderno no llevó ningún
progreso. Para los teóricos de la Revolución Francesa, no existía otro
derecho que el individual y el del estado. La admisión de la persona
jurídica vino dada por la jurisprudencia.
Savigny retomó el pensamiento romano de persona ficticia creada
por el poder público de manera artificial para fines jurídicos.
Vélez Sarsfield se basó en Savigny y en Freitas como fuentes para la
creación de esa figura en el Código. La primera clasificación en personas
jurídicas de existencia necesaria y existencia posible, fue sustituida por la
ley 17711 en personas de carácter público y privado.

MATRIMONIO – VER PPT

RELACIÓN PATERNO FILIAL


En Roma la institución de la patria potestad experimentó una
transformación paralela a la de la familia.
Se pasó del poder absoluto del padre sobre los hijos (no incluia la
muerte), a un deber de corrección protección y asistencia.
Esto tuvo un origen múltiple: el desarrollo de actividades comerciales
y militares por los hijos que por ello debían tener capacidad
patrimonial, la pérdida de la familia como institución de derecho
público, sustituida por el Estado y sobre todo la influencia de la piedad
cristiana.
La índole de la institución fue variando, pero lo que no cambió fue
su carácter perpetuo, salvo por voluntad del padre. NO CAMBIÓ
SU CARÁCTER PERPETUO, SALVO X VOLUNTAD DEL
PADRE
Más adelante, las partidas receptaron la patria potestad justinianea,
cuyos caracteres principales eran: la perpetuidad (salvo muerte natural
o civil del padre, emancipación, o por dignidad nueva del hijo); la
mayoría de edad no emancipaba a los hijos de la familia. Recaía
sobre hijos legítimos, no ejercida nunca por la madre ni aún por muerte
del padre, en cuyo caso la reemplazaba la tutela.
En la familia indiana y aún en la época patria, el poder paterno revistió
las mismas características, apoyadas incluso por liberales
revolucionarios como Castelli. AL PRINCIPIO EN INDIAS Y
ÉPOCA PATRIA EL PODER PATERNO REVERSTÍA LAS
MISMAS CARACTERÍSTICAS
El paso del tiempo hizo que estas costumbres se relajaran, y Vélez
Sarsfield implantó en el Código reformas fundamentales como la
cesación de la incapacidad por mayoría de edad o por matrimonio,
extendiendo a patria potestad a los hijos naturales aunque no a las otras
categorías de ilegítimos.
También la madre viuda podía ejercer la patria potestad mientras
no contrajera segundas nupcias. MADRE TMB PODIA
EJERCER PATRIA POTESTAD MIENTRAS NO SE
CASARA DE NUEVO
En 1985 se concedió la patria potestad al padre y a la madre de
manera conjunta y si estaban separados al que tuviera la tenencia
del hijo.

CLASES DE FILIACIÓN
El derecho antiguo distinguió diversas clases de hijos,
 Legítimos
 Ilegítimos: naturales y no naturales (incestuosos, adulterinos)
En las Indias, los hijos naturales eran comunes, generalmente nacidos
de concubinatos. En la Edad Media española el concubinato era una
verdadera institución jurídica sucedánea del matrimonio, conveniente en
casos por ejemplo de matrimonio con mujer de condición social
inferior.
El concubinato o barraganía estaba regulado en las Partidas y tolerado aún
despúes del Concilio de Trento, aunque más tarde se lo considerara una
unión indeseable.
El mismo camino siguió la institución del hijo natural, cada vez más
deshonroso, pese a lo cual los hijos naturales tenían derecho a
alimentos, herencia de la madre, al título de nobleza paterno y a
la posibilidad de legitimación; la ley 11 de Toro reputó como
NATURAL al hijo de padres que podrían haberse casado al
momento de la concepción o el nacimiento.

CCV
El Código Civil receptó la clasificación tradicional, distinguiendo a
los hijos legítimos y a los putativos que recibían la máxima
protección legal, de los ilegítimos que recibían la mínima, pudiendo
reclamar alimentos sólo si eran reconocidos voluntariamente por sus
padres y estaban además imposibilitados, careciendo además de
vocación sucesoria. ILEGITIMOS NO HEREDABAN
Se le reconocían en cambio derechos de familia al hijo natural, a los
que también se le reconocían derechos hereditarios.
La ley de Matrimonio Civil, derogó las disposiciones referentes a los
hijos sacrílegos.
En 1954 se suprimieron las discriminaciones públicas y oficiales entre los
hijos nacidos de uniones matrimoniales y no matrimoniales y las
categorías de hijos adulterinos e incestuosos denominándolos
extramatrimoniales.
En 1985 se clasificó a los hijos en por naturaleza (matrimoniales y
extramatrimoniales) y por adopción, no diferenciando los efectos entre los
dos primeros. 1985 NO DIFERENCIA ENTRA MAT Y EXT,
RECONOCIO ADOPTIVOS PERO SIN MISMOS EFECTOS
Con respecto a los hijos naturales, se presentaron históricamente
dos cuestiones, la legitimación y el reconocimiento forzoso.
La legitimación surgió en épocas de Constantino, a fin de equipararlos con
los hijos legítimos, situación que se repitió en la Baja Edad Media, a fin
de convertir en legítimos a los hijos procreados fuera del matrimonio y a
estimular a los padres a unirse matrimonialmente.
La legitimación por matrimonio fue la forma más extendida y la única
que reconoció el derecho moderno, equiparando al hijo nacido de
unión matrimonial con el legitimado por casamiento sin diferencias;
para el casamiento bastaba la inexistencia de impedimentos, sin ser
necesaria una relación estable entre padres.
La ley 12 de Toro, modificó las Partidas y prohibió a los legitimados
concurrir a la herencia de sus ascendientes, salvo por el quinto de libre
disponibilidad.
La legitimación por rescripto, apareció en Castilla con el Fuero Real,
intentando limpiar la mancha de su origen a los hijos y habilitarlos para
heredar a sus padres, al menos si carecían de hijos legítimos. Esta
modalidad se obtenía mediante un pago a la Corona, con montos
crecientes de acuerdo a la dificultad a sortear.
Por ley de la Confederación de 1855 se autorizó a Urquiza a legitimar a
sus hijos naturales con igualdad civil entre todos.
El Código Civil mantuvo la legitimación de hijos naturales por
matrimonio posterior, el que debía ser acompañado de un reconocimiento
expreso. La ley 23.264 hizo desaparecer esta institución.
La segunda cuestión fue la posibilidad de investigar la paternidad, ya sea
por desconocimiento de la misma como por muerte del padre o la
madre.
Para las Partidas, el hijo natural de concubina no presentaba problemas.
Sin embargo previeron el supuesto de reconocimiento forzoso de
cualquier hijo ilegítimo con efectos alimentarios, siendo amplios los
medios de prueba.
La ley 11 de Toro reafirmó el reconocimiento judicial aun por
muerte o negativa de padre o madre.
Estas normas se mantuvieron vigentes en el derecho indiano y patrio.
Para evitar escándalos se presentó en Buenos Aires un proyecto de ley
que prohibía la indagación de la paternidad como lo autorizaba en cambio
el Código napoléonico, a lo que Vélez se opuso, prohibiendo la
indagación sólo para el caso de atribución de hijo a mujer casada.
En la llamada Ley de Fe de Erratas, se cambió el criterio, exigiendo la
posesión de estado para poder ejercer la acción de filiación una vez
muertos los padres. Tras la ley 14.367 todos los hijos extramatrimoniales
poseen acción de filiación.
La ley 23.264 reconoció a los hijos matrimoniales el derecho de reclamar
su filiación contra ambos padres en caso de hijo matrimonial y al que
consideren su padre en caso de ser hijo extramatrimonial.
En caso de fallecimiento de alguno de los padres, la acción se dirige contra
los herederos universales.

ADOPCIÓN
La adopción tuvo un carácter importante para el derecho romano,
porque permitía al adoptado obtener la condición política del
adoptante.
Tuvo poco desarrollo en el derecho castellano-indiano; existían
algunas prohibiciones como que el adoptado no podía ser mayor que el
padre, a los eunucos e impúberes y a las mujeres por no poder ejercer la
patria potestad.
Existieron dos especies, la adrogación y la adopción propiamente
dicha.
En el caso de la adrogación un hombre libre por decreto se convertía
en hijo de otra familia, lo que requería el consentimiento del adrogado
y que por ende debía tener capacidad para hacerlo, aunque en caso de
beneficio evidente, no se requería pudiendo hacerse aun en niños. Sus
bienes pasaban a depender del adrogante.
La adopción propiamente dicha recaía sobre cualquier hijo por
voluntad de los padres y decisión judicial; la adopción plena era la
que otorgaba al adoptante la patria potestad, debiendo ser un
ascendiente. IMPERFECTA era la que dejaba la patria potestad
al padre natural.
En el siglo XVIII este régimen fue modificado en beneficio de los
expósitos y menores abandonados, permitiendo la adopción por cualquier
persona decente, siendo siempre imperfecta.
De poca aplicación en el derecho patrio, se reestableció en 1948 con
preocupación por mejorar su régimen y extender sus beneficios. La ley
23.264 hizo desaparecer las diferencias entre ambas clases de hijos,
quedando vigente la llamada adopción simple.
GUARDA – TUTELA - CURATELA
La guarda es la denominación que usaron de manera indistinta las
Partidas para la tutela y la curatela y que se usó hasta mediados del
siglo XIX.
El hijo que no estaba a cargo de su padre por muerte u otra causa de
cesación de la patria potestad debía ser puesto bajo tutela o curatela de
acuerdo a la edad; TUTELA para los impuberes y CURATELA para
los púberes. Otra posibilidad era la de depósito en casa de una persona
que se encargara de la guarda.
Desde el derecho romano hasta la Baja Edad Media, la tutela estaba
dirigida al menor y a su bienestar por ser incapaz de valerse por sí
mismo.
Existían 3 clases de tutela: Testamentaria, dativa (juez) y legitima
(personas llamadas x la ley)
La curatela se dirigía preferentemente a los bienes de los menores
púberes: si la tutela era necesaria, no lo era la curatela excepto para
actuar en juicio, tomando su carácter por nombramiento o aprobación
judicial.
También se podía dar curador a los dementes, pródigos, enfermos, etc.
Como todos los que administraban cosas ajenas los tutores de cualquier
clase debían dar fianza y rendir cuentas.
En las Indias la tutela era un problema grave por la cantidad de
huérfanos y la malversación de caudales por parte de los
administradores, lo que fue siempre motivo de preocupación de la
Corona.
Los asuntos de menores estaban a cargo del juez de menores, cargo
ejercido por uno de los alcaldes ordinarios de la ciudad, que intervenía
en cualquier causa donde estuvieran involucrados sus pupilos.
El criterio de Vélez fue extender la tutela mientras dure la
minoridad, manteniendo además la clasificación tradicional, aunque
excluyendo a la madre viuda por haberla promovido al ejercicio de
la patria potestad.
En 1985 se denominó a la tutela legítima y a la dativa tutela legal; la
madre dejó de ser tutora por completo para adquirir el coejercicio de
la patria potestad.
DEPÓSITO
En el derecho castellano fue una institución ligada con la tutela a la
que se parecía pero que no era idéntica.
Un menor podía ser depositado en vida de su padre, pero no dado en
tutela; además de la madre y las abuelas (únicas mujeres tutoras), se
admitía como depositaria a cualquier otra. El nombramiento podía
hacerse extrajudicialmente.
Los motivos del depósito eran variados: personas que recogían a
niños por caridad, o recepción en depósito para aprovecharse de
sus bienes o para aprovecharse de su servicio personal eludiendo
así la prohibición de servidumbre de blancos y negros libres.

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OBLIGACIONES Y CONTRATOS
El concepto abstracto de obligación es moderno, nacido con el
racionalismo jurídico. CONCEPTO MODERNO
Los romanos en cambio eran realistas, designando situaciones concretas,
como las relaciones entre los deudores y los poderes de los acreedores
sobre ellos. ROMANOS PONIAN A LAS OBLIGACIONES
DENTRO DE LAS COSAS DE DERECHO PRIVADO, EN LAS
“COSAS INCORPORALES”
El Derecho romano puso a las obligaciones dentro de las cosas; dentro de
las cosas de derecho privado distinguió las corporales de las incorporales,
incluyendo entre estas últimas a las obligaciones.
La obligación tenía la característica de ser una relación personal entre dos
sujetos, uno activo y otro pasivo, pero siempre con referencia a una cosa.
LA OBLIGACION ERA UNA RELACION ENTRE DOS SUJETOS
PERO SIEMPRE CON RELACION A UNA COSA
El derecho de crédito que resultaba se diferenciaba del real, en que uno
se ejercía sobre la cosa y otro sobre la persona del deudor. EL
DERECHO DE CRÉDITO RESULTANTE SE EJERCÍA SOBRE
LA PERSONA DEL DEUDOR
La obligación gravitó primero sobre la persona y luego sobre la totalidad
del patrimonio del deudor, entendiéndolo como expresión de la persona
física y en una parte proporcional indeterminada si hubiera concurrencia
de acreedores. A falta de bienes el deudor respondió con su persona hasta
el siglo XIX. A FALTA DE BIENES EL DEUDOR RESPONDÍA
CON SU PERSONA, ESTO DURÓ HASTA EL S.XIX
El concepto abstracto de obligación vino a través de la jurisprudencia
humanista y de la filosofía racionalista.
Al momento de promulgarse el Código Civil de Vélez Sarsfield, la
doctrina imperante consideraba a la obligación como una limitante a la
libertad natural, por lo que su existencia no se debía presumir, sino
demostrar.

FUENTES
Se discute aún hoy el origen de las obligaciones en el Derecho romano:
por su vinculación al cuerpo, pueden haber nacido a consecuencia del
delito y la importancia de indemnizar a la víctima (solvere implica tanto
desatar como pagar). ROMANOS NO ELABORARON TEORIAS
SOBRE FUENTES DE LAS OBLIGACIONES, AUNQUE SE
CREE QUE PUEDEN HABER NACIDO A CONSECUENCIA
DEL DELITO Y EL DEBER DE INDEMNIZAR A SU VICTIMA
Los romanos no elaboraron ninguna teoría sobre las fuentes de las
obligaciones, limitándose a constatar su nacimiento y el consiguiente
derecho de coerción de la víctima o el acreedor.
En la época imperial los juristas separaron las obligaciones contractuales
como acuerdo de la voluntad de las que no lo eran, con fundamento en la
equidad; crearon figuras como las obligaciones cuasi es contractu,
diferenciándolas de las cuasi ex delicto. No hubo en la distinción
finalidad dogmática, y cuando esta existió se hizo mediante la
multiplicación de casos específicos.
Recién con la Escuela de Bolonia nace la ley como fuente de la
obligaciones.. CON LA ESCUELA DE BOLONIA SE CONSIDERA
A LA LEY COMO FUENTE DE LAS OBLIGACIONES

CONTRATOS
Desde la República los contratos desplazaron a los delitos como fuentes
de las obligaciones.
EN LA REPUBLICA ROMANA, ESTABAN SUJETOS A
SOLEMNIDADES. EL ACTO QUE NO REVISTIERA ESAS
SOLEMNIDADES TENIA SU VALOR JURÍDICO MUY
LIMITADO. EL FOCO NO ESTABA EN EL CUMPLIMIENTO
DE LAS VOLUNTADES, SINO EN LAS PRESTACIONES
RECÍPROCAS
MUY POCOS NACIAN CON EL CONSENTIMIENTO, AUNQUE
DEPENDIA DEL NEGOCIO DEL QUE SE TRATARE
Al basarse la contratación en ciertas formalidades, era limitado el valor
jurídico de los actos no celebrados de acuerdo a ellas. Sólo por excepción
el contrato se formó por el consentimiento, especialmente con 4 tipos de
negocios: venta, locación, sociedades y mandato; pero aún en estos
contratos de tipo consensual el efecto no nacía de la convención sino de
la naturaleza de cada negocio: los juristas de esta época perseguían no el
cumplimiento de las voluntades, sino el justo equilibrio entre
prestaciones recíprocas, lo que marca una notoria diferencia con el
derecho moderno.
Durante el Imperio la distinción entre contratos y convenciones se atenuó
por obra de los jurisconsultos y de las constituciones imperiales. En el
derecho romano vulgar se vuelve al consensualismo y al realismo que por
ejemplo exigía la entrega de la cosa para el perfeccionamiento del
contrato, evitando así dudas sobre la formación del contrato como las
discusiones sobre su interpretación. Esto se vio aún más acentuado
durante la Alta Edad Media.

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