Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
A través del estudio de las relaciones intergrupales, es decir, del modo en que la gente en un grupo
interno (endogrupo) piensa y actúa hacia los miembros de otro grupo externo (exogrupo), los
psicólogos y psicólogas sociales buscaron comprender una serie de fenómenos sociales críticos. Entre
los principales se destacan las relaciones intergrupales de tipo conflictivas, tales como el prejuicio y la
discriminación (Hewstone, Rubin & Willis, 2002). En este sentido, mientras que el prejuicio podría ser
OM
definido como una actitud, generalmente negativa, hacia un grupo y sus miembros, la discriminación
se refiere al comportamiento negativo hacia ellos. Diferentes investigaciones han demostrado que
ambas expresiones están a menudo estrechamente relacionadas entre sí (Macrae, Stangor &
Hewstone, 1996).
.C
Según Gordon Allport (1954, p. 9), y muchos de los libros de texto posteriores en psicología social y
áreas relacionadas, el prejuicio se puede definir como “una antipatía basada en una generalización
errónea e inflexible. Puede dirigirse hacia un grupo en su conjunto, o hacia un individuo por ser miembro
de ese grupo”.
DD
En la introducción del libro “En la naturaleza del prejuicio: cincuenta años después de Allport”, Dovidio,
Glick y Rudman (2005) comentaron que la definición de prejuicio como antipatía era “el punto ciego
más fundamental de la obra de Allport” (p. 10). En este sentido, siguiendo a autores tales como Connor,
Glick y Fiske (2017), Hammond y Overall (2017), es necesario enfatizar que las actitudes
condescendientes que posicionan a un grupo como más débil que el otro y como necesitados de
protección (como el sexismo benevolente), se desempeñan notablemente bien en el mantenimiento de
LA
la desigualdad entre los grupos. Del mismo modo, Brewer (2017) destaca que la disparidad puede
surgir no sólo como resultado del odio hacia el exogrupo, sino también por el amor hacia el propio
grupo.
Determinar si ciertas creencias, actitudes, ideologías, estereotipos, entre otras, funcionan para ayudar
a mantener la jerarquía y la explotación intergrupal, puede ser productivo si el objetivo que nos
proponemos es desafiar la desigualdad. En este sentido, se considera que el prejuicio podría ser
FI
entendido como “aquellas ideologías, actitudes y creencias que ayudan a mantener y legitimar la
jerarquía y la explotación entre los grupos”.
1.2. Estereotipos
Introducido en 1922 por Lippmann en el ámbito académico para referirse a la imagen típica que viene
a la mente de un individuo cuando se piensa en un grupo social particular.
Puede decirse que los estereotipos son esquemas cognitivos socialmente percibidos, cuya función es
procesar información acerca de otros (Hilton y von Hippel, 1996).
Los estereotipos no solo reflejan creencias acerca de los rasgos característicos de los miembros de un
grupo, sino que además, contienen información acerca de otras cualidades como los roles sociales
esperables y el grado en que sus miembros comparten características específicas, influenciando la
emergencia de reacciones emocionales hacia quienes pertenecen a ese grupo. Los estereotipos a su
vez, implican una cantidad sustancial de información acerca de las personas que va más allá de las
cualidades superficiales, inmediatas y aparentes, permitiendo anticipar comportamientos en nuevas
situaciones (Oakes y Turner, 1990). En general, producen una preparación para la percepción de
comportamientos o características que son consistentes con la información precedente.
Los estereotipos son transmitidos durante el proceso de socialización, a través de sus agentes (e.g.
medios de comunicación, familia, grupo de pares). Dovidio, Hewstone, Glick y Esses (2010), lo definen
1.3. Discriminación
En este contexto, la discriminación posee un significado peyorativo debido a que implica algo más que
una simple distinción entre objetos sociales: refiere a un trato inapropiado y potencialmente injusto de
los individuos por ser parte de un determinado grupo. La discriminación involucra comportamientos
negativos hacia los miembros de un grupo.
De acuerdo con Allport (1954), la discriminación implica negar el tratamiento igualitario hacia una
persona o grupo. Por su parte, Jones (1972) la define como “las acciones destinadas a mantener las
características endogrupales, favoreciendo la posición del grupo de pertenencia a expensas de una
comparación grupal” (p. 4).
OM
El favoritismo endogrupal (Allport, 1954) juega un papel fundamental en las relaciones intergrupales,
ya que vivimos en ellos y a veces por ellos. Una serie de estudios han señalado que el sesgo intergrupal
que favorece al endogrupo, aparece cuando un exogrupo se encuentra asociado a fuertes emociones
(Brewer, 2001). Éstas pueden ser percibidas como miedo, odio o disgusto, y son las principales causas
de sobre reacción frente a otros grupos (Smith, 1993). Como parte de este sesgo intergrupal, se
diferencian las emociones más leves (e.g. disgusto), de las más fuertes (e.g. desprecio o ira). Es allí
que, cuando un exogrupo viola una norma establecida por el endogrupo, aparece el disgusto y la
.C
evitación; cuando un exogrupo es percibido como siendo beneficiado de manera injusta (e.g. ayudas
del gobierno), aparecen resentimientos y acciones que conducen a creer que deben reducirse. Las
emociones menos intensas implican formas débiles de discriminación, pero las más intensas conllevan
DD
a movimientos en contra del exogrupo, pudiendo ser utilizadas para justificar el daño infligido a quienes
piensan diferente (Brewer, 2001). Dovidio, Hewstone, Glick y Esses (2010) definen a la discriminación
como el comportamiento individual que crea, mantiene y refuerza las ventajas de un grupo y sus
miembros por sobre otros.
A lo largo de la historia, la interacción entre los diferentes grupos sociales ha sido una parte
fundamental para la comprensión de las sociedades humanas, pero fundamentalmente para el análisis
e identificación de los hechos y factores que promovieron la formación de estereotipos y categorías
sobre los miembros de diferentes grupos sociales, sobre las cuales se asientan el prejuicio y la
discriminación (Bar-Tal, Graumann, Kruglanski & Stroebe, 2013).
FI
OM
defensa (Aviram, 2009). Este proceso operaba de manera inconsciente, canalizando las
tensiones surgidas entre la personalidad y el mundo exterior, a través de la emergencia del
prejuicio hacia colectivos minoritarios utilizados como chivos-expiatorios (negros, pobres,
extranjeros, etc.). La universalidad (generalización) de estos procesos, explicaba la
omnipresencia de los prejuicios, mientras que su función defensiva inconsciente permitía dar
cuenta de su irracionalidad y rigidez.
Durante este período, una gran variedad de procesos psicodinámicos fueron asociados al
.C
prejuicio, entre ellos la proyección (Ackerman & Jahoda, 1950), la frustración (MacCrone,
1937), los chivos expiatorios (Veltfort & Lee, 1943) y el desplazamiento de la hostilidad
(Dollard, Doob, Miller, Mowrer & Sears, 1939). Estos conceptos proveyeron explicaciones
DD
razonables a la gran extensión del prejuicio en diversas partes del mundo y a sus expresiones
más extremas.
El enfoque psicodinámico fue una plataforma de estudio que impulsó un cambio de perspectiva
en el estudio del prejuicio en un contexto histórico en el que resultaba necesaria una respuesta
más específica a esta problemática. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, se produjo un
notable cambio dentro del paradigma psicodinámico: el énfasis ya no recaía en los procesos
LA
Uno de los marcos interpretativos con mayor trascendencia para el estudio del prejuicio que
se inicia durante este período como una alternativa al enfoque psicodinámico, fue el de las
diferencias individuales (Allport, 1954). Este nuevo enfoque surge en el marco de la posguerra,
buscando las causas de la discriminación en factores intraindividuales, dado que la democracia
comenzaba a florecer a nivel mundial generando un clima de optimismo y, por lo tanto, aún no
era posible explicar el prejuicio y a la discriminación a partir del análisis del sistema social y las
instituciones (Fairchild & Gurin, 1978).
OM
la norma social circunscripta a un cierto contexto no permitía la comprensión acabada del
fenómeno y se empezó a pensar en la presencia de conflictos intergrupales más básicos y en
ciertos condicionantes de la estructura social. El objetivo entonces era identificar y explicar
aquellos aspectos de las relaciones intergrupales y las estructuras sociales que constituían la
base del prejuicio y la discriminación.
.C
De la perspectiva cognitiva a las nuevas formas del prejuicio
En 1980, mientras ciertos estudios evidenciaban una aparente reducción de las actitudes
negativas hacia los grupos sociales minoritarios, investigaciones en distintas partes del mundo
demostraron que el racismo no se había reducido, sino que por el contrario, sus formas de
DD
expresión se habían modificado (Frey & Gaertner, 1986). Estas investigaciones sugerían que
el racismo tradicional había sido suplantado por un nuevo tipo de racismo más sutil y
socialmente aceptable. Esta nueva forma de racismo ha sido denominada de diferentes
maneras: racismo moderno o simbólico (McConahay & Hough, 1976), resentimiento racial
(Kinder & Sanders, 1996) y prejuicio sutil (Pettigrew & Meertens, 1995).
Años más tarde y sobre la base de estos estudios pioneros, Hamilton (1981) corroboró
LA
social desencadena un proceso motivacional cuyo objetivo es efectuar una valoración positiva
del propio grupo en relación a los demás (Tajfel & Turner, 1979). Algunas de las principales
limitaciones de estos enfoques, fundamentalmente de los puramente cognitivos, tienen su
explicación en que el componente afectivo no había sido tenido en cuenta o, en su defecto,
había sido relegado a un segundo plano (Smith & Mackie, 2005). Sin embargo, tal y como lo
señalaba Hamilton (1981), la mayoría de los enfoques cognitivos aunque en sí mismos resultan
incompletos, han brindado herramientas útiles para la comprensión y reducción del prejuicio,
las cuales continúan revistiendo interés en las políticas sociales de muchos países.
OM
En cuanto al primero, se compone de cuatro creencias básicas que reflejan la confluencia del
conservadurismo político, los valores individualistas y los afectos raciales adquiridos en la temprana
infancia. Estas cuatro creencias son:
a) “La discriminación hacia la raza negra, es una cosa del pasado”
b) “La falla en el progreso de la gente de color, es debido a que no se esfuerzan lo suficiente”
c) “Las personas de raza negra demandan demasiado”
d) “Estos individuos tienen más de lo que se merecen” (Henry & Sears, 2002).
.C
Producto de estas creencias, el racismo simbólico permite predecir las actitudes políticas y el
comportamiento racial de mejor manera que las medidas tradicionales de racismo clásico (Berg, 2013).
Por otra parte, si bien el racismo moderno deriva del simbólico, ambas posiciones difieren en el origen
DD
que atribuyen al sesgo racial. Mientras que para las teorías sobre el racismo simbólico las actitudes
raciales negativas se originan en las creencias y la preocupación de que éstos grupos amenazan la
visión del mundo del grupo mayoritario, el racismo moderno sostiene que diferentes formas de afecto
negativo como miedo o desagrado son adquiridas durante el proceso de socialización o por aprendizaje
modelado y persisten hasta la vida adulta (Swim, Aikin, Hall, & Hunter, 1995). Pese a éstas diferencias,
ambas teorías asumen que las actitudes raciales negativas se expresan indirectamente y
LA
simbólicamente a través del apoyo a temáticas sociales y políticas más abstractas, pero en las que se
ven involucrados aspectos raciales (e.g. oposición a la integración escolar) (McConahay, 1986).
Racismo aversivo (Dovidio & Gaertner, 2004), que a diferencia de las anteriores formas de racismo -
centradas en las personas políticamente conservadoras-, focaliza su atención en las personas
políticamente progresistas, con aparente tolerancia y aceptación hacia las minorías (Nail, Harton &
Decker, 2003). Éstos sujetos consideran que no son prejuiciosos, pero sus sentimientos y creencias
FI
que el prejuicio se manifiesta, más que en los sentimientos negativos hacia un determinado exogrupo,
en la ausencia de sentimientos positivos hacia ellos (Meertens & Pettigrew, 1997). Uno de los aspectos
más importantes de estos desarrollos es que, a pesar de su aparente “suavidad”, estas formas sutiles
de prejuicio son tan nocivas como las expresiones de tipo manifiestas, ya que según Dovidio (2001)
“afectan la vida de las personas de manera sutil pero significativa” (p. 834).
1. .
2. .
3. .
4. El contenido de los estereotipos: el papel de la calidez y la competencia
Según este modelo, nuestra percepción de los grupos sociales se elabora a partir de dos dimensiones
básicas en las que se combinan los diferentes estereotipos: la calidez y la competencia. La dimensión
de calidez nos permite dar cuenta de las intenciones de las demás personas hacia nosotros/as, y se
compone de rasgos tales como la confianza, sinceridad, amistad, afecto, etc. Por su parte, la dimensión
4.1. Emociones prototípicas que favorecen la emergencia de diferentes formas del prejuicio
Las diferencias en la percepción de calidez y competencia hacia distintos grupos sociales dan cuenta
OM
de cuatro combinaciones, de acuerdo a los niveles de cada dimensión. Tales combinaciones dan lugar
a cuatro respuestas emocionales prototípicas: la piedad, la envidia, el desprecio y la admiración.
.C
lugar al prejuicio paternalista debido a que la compasión por parte de quien percibe se posiciona en un
papel dominante, superior a la persona percibida. El paternalismo, entonces, implica emociones
positivas dirigidas hacia personas por formar parte de grupos considerados como poco afortunados
DD
debido a causas que están fuera de su control.
percibidos como personas que carecen de calidez, empatía y/o respeto por los demás, considerando
así que sus intenciones son hostiles (Parrott & Smith, 1993). La envidia es uno de los posibles
productos que puede emerger a partir de la comparación social, favoreciendo el resentimiento de las
personas debido a que experimentan la sensación de sentirse en desventaja frente a otras personas
que son valoradas como significativamente más competentes (Smith, 2000). Los sentimientos
negativos de inferioridad que provoca la envidia conllevan la mayoría de las veces a considerar a los
FI
altos niveles de competencia del exogrupo como ilegítimos (Smith et al., 1994). De acuerdo con Spears
y Leach (2004), la envidia pareciera ser la reacción más prototípica hacia grupos percibidos como
superiores, más incluso que la ira o el resentimiento, sin embargo este fenómeno psicológico es muy
complejo de evaluar, debido a que las personas no suelen admitir este tipo de sentimientos.
OM
5. El sexismo ambivalente: Una nueva forma de prejuicio hacia la mujer
Según Glick y Fiske (1996), el sexismo ha sido tradicionalmente concebido como un reflejo de la
hostilidad hacia las mujeres, dejando por fuera del plano de análisis un aspecto central del fenómeno:
los sentimientos positivos hacia la mujer. Este aspecto que señalan los autores no es menor, debido a
que los hombres y las mujeres han convivido desde que existe la humanidad, siendo compañeros
muchas veces de la más íntima confianza, aunque al estudiar del fenómeno siempre se ha puesto
énfasis en la hostilidad del hombre hacia la mujer (Dovidio et al., 2010). Es necesario, entonces,
.C
estudiar al sexismo como un constructo multidimensional, el cual abarca dos grupos de actitudes
sexistas: el sexismo hostil y el benevolente (Glick & Fiske, 1996, 2001).
DD
5.1. El Sexismo Hostil
El sexismo hostil se amolda a la clásica definición de prejuicio propuesta por Allport (1954), como “una
antipatía basada en una generalización inflexible y errónea, la cuál puede ser sentida o expresada,
dirigida hacia un grupo como totalidad o hacia un individuo por ser miembro de un grupo”.
En casi todas las culturas y períodos de tiempo de los cuáles se dispone de información, las mujeres
se han limitado al cumplimiento de determinadas funciones sociales, la mayoría de las veces con
LA
menor estatus que los hombres (Tavris & Wade, 1984). Además, las mujeres continúan siendo
percibidas de manera menos favorable que los hombres al adoptar roles de liderazgo (Eagly et al.,
2000) y también existe una amplia evidencia de que la violencia sexual hacia las mujeres es frecuente
(Unger & Crawford, 1992). Se deja entrever un aporte importante de la teoría del sexismo ambivalente
para la prevención de la violencia a la mujer: diferentes estudios dan cuenta de que lo que deriva en
una actitud sexista hostil, suele iniciar como una actitud sexista benevolente (Fitz, & Zucker, 2014).
FI
como positivas a nivel emocional por su receptor. Los comportamientos considerados como
prosociales por parte de los hombres hacia la mujer (e.g. caballerosidad), considerándolas frágiles,
débiles o sentimentales, son algunos ejemplos de sexismo benevolente (Shnabel, Bar-Anan, Kende,
Bareket, & Lazar, 2016). Esta forma de sexismo no es comprendida como positiva desde un punto de
vista psicológico, más allá de la percepción positiva de su receptor, debido a que sus fundamentos se
asientan en estereotipos tradicionales de la mujer, sirviendo al dominio masculino (e.g. hombre
proveedor - mujer cuidadora), y sus consecuencias son con frecuencia perjudiciales.
Sin embargo, esta forma de sexismo no siempre es experimentada como benevolente por la mujer.
Glick y Fiske (1996) ejemplifican este punto indicando cuando un hombre le dice de manera inocente
a una compañera de trabajo “lo linda que está”, por más que la intención pueda ser positiva,
comentarios de este tipo pueden poner en peligro los sentimientos de la mujer acerca de, por ejemplo,
ser tomada en serio como profesional.
6. Conclusiones
Si bien en la actualidad el prejuicio sigue siendo uno de los problemas sociales centrales que enfrenta
OM
la humanidad, lamentablemente es bastante probable que los prejuicios y la desigualdad se vuelvan
más apremiantes en el futuro con una mayor presión demográfica, una disminución de los recursos,
una mayor globalización y la creciente probabilidad de desplazamiento masivo de la población. El
problema, o quizás sería más apropiado decir el desafío en torno al estudio psicológico del prejuicio,
también se entrelaza con los problemas permanentes de reducir la desigualdad en todo el mundo y
resolver dilemas cooperativos humanos a gran escala.
.C
DD
LA
FI