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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE

MÉXICO
SUA

Licenciatura en Psicología

PROCESOS COLECTIVOS Y PROBLEMAS SOCIALES

Profesora:
Lucia Magdalena Martínez Flores

Actividad: foro problemas sociales

Alumnos:
Barragán Rayón Diego Alexis
Guzmán Sánchez Zaira
Martínez Patiño María Yolanda
Pinedo del Barrio Mariana
Rodríguez García María José

2024/1
Problemas sociales
La Discriminación

En el siguiente texto hablaremos del grave problema social que representa la


discriminación, este es uno de los cuatro problemas que podíamos elegir en equipo
para hacer nuestro último trabajo, los otros eran pobreza, cultura del crimen
organizado y violencia. Todos ellos son muy graves y tienen desafortunadamente
vigencia en nuestra sociedad y no solo están vigentes sino que cobran cada vez
más fuerza. Todos estos problemas tienen factores comunes, como son la
agresividad, la rabia, el poder, la desigualdad, la falta de consciencia del otro, entre
otros muchos factores que pueden explicar estos fenómenos tan complejos.

Como menciona Brown (citado en Pascale, 2010), establecer que el prejuicio y, en


consecuencia, la discriminación, es un fenómeno intergrupal es el primer gran
aporte de la Psicología social a este campo, es importante entender que se genera
en procesos de grupo y tiene sus factores causales en las percepciones de los
individuos y su comportamiento hacia miembros de otros grupos, asimismo,
tenemos que mencionar que los principios psicológicos no son suficientes para
explicar el surgimiento de estas actitudes, por lo que deben ser comprendidas
dentro de un contexto histórico, económico y político.

Dado que es un fenómeno intergrupal es importante que se defina lo que es un


grupo social. Turner (citado en Smith Castro, 2006) nos dice que un grupo social
es entendido como una representación cognitiva del sí mismo y de los otros en
tanto miembros de una misma categoría social, podría decirse, entonces, que es un
grupo de personas que se clasifican a sí mismas como miembros de la misma
categoría, se identifican con esta categoría y están dispuestas a actuar de
acuerdo a las normas de tal categoría, esta categorización se define con base
en creencias religiosas, ubicación geográfica, orígenes étnicos, raza, género,
nacionalidad, estatus socioeconómico, estatus legal, edad u otras características
relevantes.
Con estos aspectos en mente pasaremos a definir lo que es la discriminación,
Prevert, A. et al (2011) definen la discriminación desde la psicología social de la
siguiente manera: “la discriminación corresponde a la traducción en actos de los
prejuicios. Se trata de un comportamiento negativo en contra de los miembros de
un grupo que es objeto de una imagen negativa. La aparición de un comportamiento
discriminante está relacionada con ciertas condiciones sociales y psicológicas:
diferencias sociales, el estatus de los individuos, la posición de poder”. A este
respecto la discriminación debe reasentarse en un marco de análisis de las
estructuras sociales basadas en distintas formas de desigualdad de poder, de
medios materiales, de reconocimiento, etc.

La discriminación se refiere al tratamiento diferencial (generalmente injusto) del que


es objeto una persona en sus interacciones cotidianas por el simple hecho de
pertenecer a la categoría social a la que pertenece. Desde la perspectiva del actor,
se trata entonces de todas aquellas conductas que tienden a limitar o negar la
igualdad en el trato a ciertos individuos o grupos sociales (Smith Castro, 2006)

Evidentemente la discriminación hace una desvalorización del otro: “todo


regiomontano es tacaño, los costeños son flojos, los franceses son pedantes, los
argentinos creídos, los judíos avaros, los musulmanes terroristas…” esa negación
o falta de reconocimiento del otro tiene su base en prejuicios y estereotipos sobre
esa persona o grupo de personas, los mismos que se trasmiten culturalmente dentro
de una lógica de mantenimiento del poder entendido como dominación. Salgado, J.
(2003)

A menudo el concepto de discriminación suele confundirse con otros conceptos


como estereotipo o prejuicio, sin embargo, representan ideas diferentes, aunque
existe una relación entre ellos como hacen mención Fiske, (1998) y Huici, 1999 en
Morales, et al (2007) p.218 La forma más habitual de concebir la relación entre
estereotipo, prejuicio y discriminación es adoptar la concepción tripartita clásica de
las actitudes, según la cual constan de tres componentes: cognitivo, afectivo y
conductual. En el caso de una actitud determinada, el conjunto de creencias sobre
las características que se asignan al grupo sería la parte cognitiva o estereotipo, el
afecto y/o la evaluación sería el prejuicio, y el comportamiento sería la
discriminación. Siendo el prejuicio en una relación empírica un mejor predictor de la
discriminación.

La orientación psicosocial nos habla de que la percepción de la discriminación


grupal es muy superior a la de la discriminación individual y es una sobrestimación
del efecto grupal. De esta manera, en la discriminación interpersonal, las víctimas
reaccionan oponiéndose directamente a la persona en tanto que, en la
discriminación institucional, las víctimas recurren a acciones colectivas (Prevert et
al., 2011).

La discriminación favorece la creación de diferentes ópticas, se puede observar y


experimentar en las situaciones más comunes de la cotidianidad.

La discriminación tiene distintas formas o manifestaciones. Es decir, existen


distintos tipos de discriminación, por razón de género, edad, raza, orientación
sexual, identidad de género, condición socioeconómica y otros factores que,
muchas veces, están interrelacionados entre sí. Aquí algunos tipos:

Discriminación cultural

La discriminación cultural se origina cuando una parte de la sociedad considera


que ciertas tradiciones, creencias, religión, costumbres o hábitos son inferiores a
otras. Por lo tanto, las personas o colectivos que poseen o tienen por costumbre
esas características diferentes son objeto de malos tratos.

Los casos de discriminación cultural en el mundo se deben, entre otros, a la


situación económica y social de un país, a las numerosas ideologías y costumbres
diferentes en una misma región, al miedo a las personas que actúan diferente y,
también, es consecuencia de aquellos individuos que se dejan llevar por las
actuaciones de otros.

Discriminación de género

La discriminación de género se basa en la creencia de que un sexo es superior al


otro y que el sexo superior tiene dotes, derechos, prerrogativas y estatus superiores
a los del sexo inferior. La discriminación de género es el resultado de un complejo
conjunto de causas que interactúan entre sí. Los derechos de la mujer se ven a
menudo vulnerados por algunos textos y enseñanzas religiosas, prácticas culturales
y tradicionales y por las diferencias en la educación (en determinados contextos, las
mujeres y las niñas tienen menos estudios que los hombres y los niños).

Discriminación racial

La discriminación racial se manifiesta cuando hay distinción, exclusión, restricción


o preferencia basado en motivos de raza, color, origen o etnia. Se puede expresar
a través de bromas, insultos o casos más graves, como crímenes de odio racial.

Edadismo

El edadismo es definido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un


estereotipo, prejuicio y discriminación hacia las personas de ciertas edades debido
a la afectación o deterioro natural de su salud. Incluso, este ha sido señalado como
la tercera forma de discriminación, después del racismo y el sexismo.

La edad es una de las primeras cosas que observamos en otras personas. El


edadismo surge cuando la edad se utiliza para categorizar y dividir a las personas
por atributos que ocasionan daño, desventaja o injusticia y menoscaban la
solidaridad intergeneracional.

Cada cultura tiene actitudes distintas hacia la edad y el envejecimiento pero ninguna
está exenta de prejuicios sobre la edad. Hoy sabemos que la mitad de la población
mundial es edadista contra las personas mayores.

Discriminación por orientación sexual e identidad de género

A pesar de algunos avances legales y sociales en las últimas dos décadas, las
personas lesbianas, homosexuales, bisexuales, transgénero e intersexuales
(LGBTQI+) siguen enfrentando discriminación y violencia generalizada en muchos
países. Esta discriminación y violencia conduce a la exclusión y esta exclusión tiene
efectos adversos tanto en la vida de las personas LGBTQI+ como en las
comunidades y economías en las que viven.
Aspectismo

El trato diferencial que reciben las personas basado en el aspecto, se denomina

“aspectismo” y es otra forma de discriminación. Los efectos en las personas que lo

sufren son muy amplios pero no se puede decir que haya una causa-efecto de
relación directa, pero sí que es claro que puede haber un descenso de la
autoestima, pérdida de seguridad en uno mismo o algún daño psicológico asociado
al rechazo.

Nos gustaría decir que esta lista termina aquí, pero lamentablemente los seres
humanos nos volvemos cada vez más “creativos” en la forma de agredirnos los unos
a los otros.

¿Cómo se puede intervenir desde la psicología social para poder mitigar este
problema social?

La psicología puede coadyuvar tanto en situaciones individuales como grupales a


entender la discriminación, así como, a generar propuestas de intervención,
arbitraje o mediación que permitan a los individuos y grupos pensar y accionar
acerca de la discriminación y sus efectos nocivos en la convivencia social.

Primero que nada es importante que la psicología ayude a entender cómo es que
se genera la hostilidad grupal, gracias las teorías cognitivas entendemos que la
hostilidad intergrupal surge de sesgos en la percepción comunes a todos los seres
humanos, que imponemos una estructura a la realidad social de acuerdo a nuestras
creencias y valores, asimismo, a través de las teorías motivacionales podemos
comprender que estos sesgos pueden obedecer a necesidades psicológicas de
distinta índole, así, los sujetos estamos dispuestos a distorsionar nuestra
percepción del mundo social para satisfacer ciertas necesidades psicológicas
(Smith Castro, 2006), es a través de todas estas observaciones, descripciones y
teorías que permiten explicar este fenómeno desde distintos ángulos, que ayudan
a comprenderlo, como posteriormente podremos intervenir para poder mitigarlo.
Las investigaciones actuales proponen condiciones que facilitan la promoción de
actitudes intergrupales positivas, de esta manera se puede reducir este
antagonismo y, en consecuencia, la discriminación, hoy en día parece que a)
igualdad de estatus; b) objetivos comunes; c) la cooperación intergrupal; d) el apoyo
institucional y e) la generación de un potencial de amistad son las condiciones
necesarias para que pueda darse este cambio (Smith Castro, 2006).

Teniendo toda esta investigación en cuenta podemos decir que desde las diferentes
áreas de la psicología podemos diseñar planes de intervención.

Ahora queremos poner un ejemplo práctico y sencillo para dar una respuesta a este
problema social, por ejemplo, desde la psicología educativa, se puede hacer una
intervención preventiva en el nivel de educación básica, trabajando tanto con
estudiantes como con personal docente, padres o tutores y directivos de las
instituciones. La intención como ya se mencionó es preventiva y el tipo de
discriminación sería discriminación cultural, tomando como marco la compleja
situación que se está viviendo en México con los miles de migrantes centro y
sudamericanos que están recorriendo el país con la intención de llegar a los
Estados Unidos y que debido a su problemática están permaneciendo en la Ciudad
de México y demás estados de la Republica Mexicana más de lo que quisieran,
ocasionando la molestia de muchos residentes, que han comenzado a tener
actitudes poco cordiales con los migrantes y voluntaria o involuntariamente dan un
muy mal ejemplo a sus hijos.

En el siguiente cuadro proponemos una actividad de las tantas que pudieran


utilizarse en la intervención, directamente en el salón de clases de niños que cursan
los grados de tercero a sexto de primaria.

Tipo de intervención A quien va Técnica Nombre del


dirigida empleada instrumento
Educativa Estudiantes de Gamificación “El avioncito”
preventiva/emergente 3ro a 6to grado
nivel Primaria.
Formativa, educativa, Estudiantes Todo aprendizaje ZDP: zona de
donde el desarrollo desde, el manejo tiene su origen en desarrollo
humano, enfatiza la del lenguaje. un entorno social y proximal.
importancia de la Preescolar, se desarrolla en un Propósito:
interacción social y primaria y contexto mantiene su
cultural en el secundaria. influencia en los
colaborativo, es
aprendizaje y el métodos de
decir, aprendemos
enseñanza
desarrollo cognitivo, Docentes y
cuando moderna de la
personal que
interactuamos con educación. Así
El alumno es un ser colabora de
otros individuos. vemos cómo
SOCIOCULTURAL. manera directa
Formato Bocadillo: maestros y
interactuando
profesores
intercalar líneas
con el estudiante. analizan las
para relleno e
actividades
imágenes y psíquicas de sus
completar el alumnos como el
aprendizaje. humor, el carácter

Formato Tarta: Es y el afecto para


trazar un programa
dinámico los
de aprendizaje que
reactivos se
les funcione
resuelven por adecuadamente.
pasos.
Propósito:
El propósito de esta actividad es que los niños a través del juego conozcan otros
países y su cultura y aprendan a valorarlos desde la identificación y el
conocimiento de su geografía, su vestimenta, su comida, su forma de hablar, etc.
Y así como aprenden las diferencias que existen, reconozcan también los puntos
en común que tiene nuestra cultura con la de otros países, fomentado esta
actividad desde la diversidad y el respeto.
Descripción:
Los alumnos y el docente elegirán un país de la región e investigarán acerca de
ese país con la guía del docente, quien deberá tener conocimiento de dicho país
para lo cual debe documentarse con antelación acerca de los datos más
relevantes, destacando los aspectos positivos de la cultura del país elegido.
En clase simularán un viaje a ese país y en este punto deberán utilizar los
recursos con los que cuente la institución todo esto en un ambiente de juego.
Esto es solo un ejemplo de una de muchas actividades que pudieran realizarse
para fomentar el respeto hacia los demás buscando evitar actitudes
discriminatorias.

Desde la psicología conductual, se han estudiado y propuesto acciones que


promuevan las conductas prosociales, que se entienden generalmente como
aquellas destinadas a beneficiar voluntariamente a los demás, al tiempo que
reducen la agresión y el comportamiento antisocial antisociales (p. ej., Batson 1991;
Carlo, Knight, McGinley, Zamboanga y Hernandez-Jarvis, 2010; Hoffman, 2000),
son deseables y beneficiosas para la sociedad (Eisenberg, Fabes & Spinrad, 2006).

Siguiendo los principios del condicionamiento operante en el que la frecuencia de


una conducta (la cantidad de veces que se repite) es modificada a través de la
aplicación de reforzadores positivos o negativos contingentes con ellas, es que se
aborda estas conductas (pro-sociales) que buscamos promover en los individuos de
una sociedad.
Así como la economía se ha involucrado en los procesos psicológicos y las
conductas que motivan a los individuos a actuar de determinada forma ante diversas
circunstancias. Esto con el fin de que los modelos empleados sean lo más
acercados a lo empírico, más allá de la teoría. Lo que nos lleva al ejemplo del juego
del ultimátum explicado en Sigmund, Fehr y Nowak, 2002; en el que contrario a lo
que podría creerse, las personas “en encuentros con otros no solamente actuamos
absolutamente por el interés propio, sino que también contamos en nuestros
cálculos con la situación del otro. No solo nos interesa nuestro propio beneficio, sino
que también nos comparamos con nuestros competidores y exigimos un resultado
justo”. Teniendo como fundamento que la cooperación y la justicia pareciera ser una
conducta que aprendemos mantenida por las contingencias disponibles en el
ambiente, es que podemos entender el siguiente modelo de economía del
investigador económico Herb Gintis de la Universidad de Massachussets. Donde
explica que, “aquellos grupos que disponen de muchas personas dispuestas a
castigar a otros tienen ventajas a la hora de sobrevivir crisis como guerras,
epidemias, hambrunas que amenazan la continuidad del grupo. En estas
situaciones, la colaboración debería quebrar porque las interacciones siguientes
son menos probables. Debido a una consecuencia, aquellos miembros egoístas del
grupo están más dispuestos a colaborar. En la mayoría de los grupos, los miembros
exigen justicia y solidaridad, da igual si se trata de niños en un campamento de
verano o de mafiosos en un robo de banco. Al fin y acabo son normas morales que
determinan una parte esencial de la vida económica”( Sigmund, Fehr y Nowak,
2002). Con lo que desembocamos en la conducta guiada verbal, que se presenta
como una opción a que las normas o reglas sociales rijan nuestro comportamiento
no como una imposición, sino como lo dicho por Glenn (1991), quien afirma que las
reglas son guías codificadas como instrucciones o sugerencias que median las
diferentes formas de enfrentar ciertas situaciones. Como producto de la conducta
verbal, las reglas describen el funcionamiento y la organización de las
contingencias. La regla generalmente indica qué hacer, cuándo hacerlo y qué
pasaría al hacerlo. Lo que tendría una probabilidad más alta de que no sólo
disminuyan conductas discriminatorias, sino que las acciones de cada individuo
vayan enfocadas a erradicarlas autorregulando su propio comportamiento.

Conclusiones

La discriminación es una realidad que, como sociedad, hemos normalizado tanto al


grado que no nos percatamos que, todos en algún punto de nuestra vida hemos
discriminado o hemos sido discriminados con conciencia o no del hecho.

Debemos tener en cuenta que la discriminación es un fenómeno intergrupal y que


responde a necesidades psicológicas individuales que se satisfacen a través del
grupo, por lo que resulta crucial tener siempre en cuenta el contexto en el que nos
encontramos, es decir, considerar el momento histórico, económico, político, social
y cultural en el que nos encontramos, reconocer las emociones y las vivencias que
son desencadenantes de estas necesidades y, en consecuencia, de estos
comportamientos, por lo que como psicólogos siempre debemos ser conscientes de
que son problemas complejos con soluciones sistémicas.

Es importante comprender que, si existe una solución para evitar al máximo posible
la discriminación y sus terribles consecuencias, esta se debe buscar desde todos
los ángulos del problema, haciendo una inmersión en las creencias más profundas
y arraigadas que tiene la sociedad y que la enriquecen, pero también la limitan para
entender que todos desde nuestra diversidad y diferencias somos iguales y tenemos
los mismos derechos. El secretario general de la ONU declaró lo siguiente “varias
sociedades requieren inversiones en cohesión social contra la discriminación y la
desigualdad por parte de los gobiernos nacionales y locales y la sociedad civil. Las
ciudades y los gobiernos se enfrentan al cambio, y con él la oportunidad de priorizar
el respeto por la diversidad y la inclusión como un bien común y una responsabilidad
compartida.” La discriminación está en todos los niveles de la sociedad y su
eliminación está consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos
y en los principales tratados internacionales de derechos humanos. Y depende de
la sociedad en su conjunto -gobierno, instituciones, medios de comunicación y
sociedad civil- terminar con ella.

Para erradicar flagelos tan devastadores como lo es la discriminación, debemos ser


más comprensivos, para ser más humanos.

“Todos, como individuos y como organizaciones, tenemos un papel importante que


desempeñar a medida que avanzamos. Cada uno de nosotros debe afirmar y
demostrar consistentemente los valores de diversidad, inclusión no discriminatoria
y respeto mutuo en todos los aspectos de nuestras vidas. Solo así veremos
progresos para poner fin al flagelo del racismo y todas las formas de discriminación.”

Declaración ONU-Habitat (2021)


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