Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
JURÍDICA”
Ciclo IV – Sección A
HUÁNUCO – PERÚ
2022
ESCUELAS EN EL DERECHO
ESCUELA DE LOS GLOSADORES
Desde finales del siglo XI hasta el XIII se desarrolló en Bolonia la escuela de los
glosadores, llamados así por el método de la glosa. Una copia del Digesto llegó a manos
de Guarnerio De Bolonia (más tarde llamado IRNERIO), quien estudió este códice
cotejando su texto con el texto de un extracto del Digesto procedente, tal vez, de
tiempos del propio JUSTINIANO y escribió, a base de ambos, de puño y letra, un
nuevo texto, la llamada Vulgata del Digesto, que se mantuvo en vigor hasta el siglo
XIX. De esta versión proceden todos los códices que se han conservado del Digesto.
IRNERIO no se contentó con estudiar solamente el Digesto, pues en los más antiguos
códices de este se encuentran, "junto a cada pasaje, referencias a otros lugares paralelos
de la misma obra y de otras que cuentan, literalmente, por millares y que proceden,
evidentemente, en gran parte, del propio IRNERIO. Estas glosas demuestran que
IRNERIO conocía ya casi todo el Corpus Iuris. Él fue también quien sustituyó un
extracto de Las Novelas de JUSTINIANO por el texto mismo de las Novelas; como fue
también él, en unión de sus discípulos, quien completó el texto del Código, que hasta
entonces solo se conocía por medio de extractos. Sobre este dominio completo del
círculo entero de las fuentes sigue descansando todavía hoy, indirectamente, el dominio
sistemático del Derecho romano ACURSIO (1182-1260) publicó una compilación de
las glosas denominada Glosa grande.
El Corpus Iuris Civile fue considerado texto sagrado, la ratic scripta. Los glosado res
(Irnerio, Bulgarus, Ugo, Jacobo Martinus y otros) restituyeron los textos romanos y
crearon una metodología de análisis y síntesis.
La obra de los glosadores fue formal, filológica, de corrección de libros antiguos sobre
la base de otros, a fin de ordenar la vida presente. Revela los rasgos de la ciencia de
aquella época: el escolasticismo. Los glosadores hicieron sutiles análisis y amplias
clasificaciones que dieron lugar al surgimiento de obras en que se coleccionaban:
distinciones (distinctiones), disputas (dissensiones), cuestiones jurídicas no destinadas a
la enseñan za (quaestiones), hechos legales (casus), principios jurídicos (brocardica),
contradiccio nes (contrarietates), además de glosas y comentarios en torno a las
secciones de los libros jurídicos (apparatus y summae). El espíritu de los glosadores fue
sutil; amaban las disputas y distingos inútiles, aplicaban esquemáticamente las formas
mentales antes señaladas; era "un espíritu que creía ciegamente en la autoridad: así
como la medicina escolástica consistía en comentar las obras de los médicos antiguos y
arábigos, sin cote jar para nada la realidad, la jurisprudencia escolástica limitábase a
interpretar las obras de Justiniano y de los juristas extractados por él, palabras escritas
hacía ya más de mil años, esforzándose en aplicarlas a un presente totalmente cambiado.
ESCUELA DE LOS POSGLOSADORES
A comienzos del siglo XIV, surge en Italia la escuela de los posglosadores, llamada
también la escuda de los prácticos, comentadores o consultores. El fundador de la
escuela fue Bartolo de Sassoferrato (1314-1357) que profesó en Pisa, y fue seguido por
Juan Andrés Baldo de Ubaldis y Nicolás de Tudeschi. Estos últimos comentaron
también el Derecho canónico, que se había ido completando hasta formar a principios
del siglo XVI el Corpus iuris canonici.
Apartándose de la glosa literal a los textos romanos, trataron de llegar, mediante sus
comentarios, a formular principios jurídicos y a elaborar construcciones que superaran
al Derecho antiguo. La actividad de consultores o dictaminadores les permitió ponerse
en contacto con las nuevas concepciones jurídicas, las nuevas relaciones y necesidades,
por lo cual se avocaron a la tarea de adaptar el Derecho romano a las concepciones,
relaciones y necesidades de los tiempos nuevos. Hicieron del Derecho romano un nuevo
Derecho aplicable a la realidad. No se limitaron a transformar las normas del Derecho
romano bajo la inspiración del pensamiento jurídico germánico, canónico y neolatino,
sino que, además, adentrándose en este tesoro del pensamiento juridico, reestructuraron
o crearon casi ex novo ramas como las del Derecho internacional privado, la teoría de
las corporaciones, los rasgos fundamentales de la teoría del Estado, la teoría general del
Derecho penal y del procedimiento criminal.
La influencia del movimiento naturalista que desde el siglo XIII se extiende por todos
los pueblos y todos los campos de la cultura, atenuó en los posglosadores el
método escolástico.
ESCUELA JURÍDICA HUMANISTA
Desde fines del siglo XV, primero en Italia y luego con el Renacimiento en Francia y
Alemania, el finalismo escolástico cede el puesto a la escuela jurídica humanista, que da
paso, en el siglo XVII, a un finalismo racionalista, bajo el nombre de derecho natural o
derecho de la razón.
En sus inicios, los humanistas los trataron de reconstruir el antiguo Derecho romano en
sus formas puras. En los siglos XIV y XV los humanistas franceses trataron de construir
una ciencia jurídica sistemática de base histórica y filosófica, mientras que los
humanistas italianos continuaron con el método de los posglosadores, que era exegético
y que configuraba a la jurisprudencia como una actividad analítica y fragmentaria. La
Iglesia Católica tomó posición a favor de los humanistas italianos. Los franceses se
vincularon con el protestantismo y el calvinismo y en el siglo XVI dieron lugar a la
escuela de los cultos.
El movimiento humanista del Derecho, cuyo precursor es el italiano Andrés AL CIATO
(1492-1540), se preocupa por el conocimiento de los textos antiguos, pero no solo en su
forma literal como los glosadores, sino que trata de investigar el sentido que tenían
originalmente, recurriendo para ello a la historia, a la filología, etc.
La nueva concepción del ser humano y de la vida de la filosofía del Renacimiento
influyó en la concepción de la corriente humanista francesa, representada por Jacobo
JUCACIO (1522-1590) y por Hugo DONEAU (1527-1591), caracterizada por su
sentido histórico y realista.
Debido a la persecución religiosa, en los siglos XVII y XVIII, los cultos se trasladaron a
Holanda y prevalecieron en el iusnaturalismo, por conducto de GROCIO y más adelante
en SAVIGNY. Los cultos trataron de construir una ciencia del Derecho afianzada en
criterios puramente racionales.
La recepción del Derecho romano en Alemania empezó desde el siglo XIII. pero es a
finales del siglo XV cuando los juristas alemanes lo adoptaron como un Derecho
común. Los alemanes no aportaron nada; eran hombres prácticos que no rehuían,
cuando lo consideraban oportuno, uno que otro adorno humanístico o dialéctico-sis
temático, pero, en general, permanecían fieles al mos italicus. Aceptaron el Derecho
romano italiano modernizado por los posglosadores, con sumisión que llegaba al punto
de que los pasajes no glosados de las fuentes no cobraban vigencia en Alemania. Fueron
los juristas alemanes "quienes, de este modo, gestaron aquel profundo resentimiento de
despecho contra el Derecho romano, acumulado sordamente durante siglos, que explotó
en la guerra de los campesinos y que habría de manifestarse de nuevo, siglos más tarde,
al ponerse a la orden del día la creación del Código Civil alemán". Durante los siglos
XVII y XVIII se desarrolló una jurisprudencia alemana de gran altura, la del usus
modernus pandectarum.
ESCUELA DEL DERECHO NATURAL
Frente al problema de la justificación del Derecho -dice ALZAMORA 100 el espíritu
humano ha adoptado tres actitudes teóricas: ha buscado un fundamento trascendente; se
ha limitado al campo de los hechos sociales o históricos, o se ha apoyado en una
legalidad puramente lógica. La primera actitud corresponde al iusnaturalismo; la
segunda al positivismo y al historicismo, y la tercera al formulismo.
Para el iusnaturalismo panteista (greco-latino), la ley natural es la ley eterna, anterior a
cualquier ley humana, que rige el cosmos, la polis (o Estado) y el hombre. La violación
de la ley natural produce desarmonía en el orden cósmico, en la polis o en el hombre,
por lo cual requiere de una compensación. Por ejemplo, al excesivo calor hay que
oponerle el frio; el que roba, por alterar la relación armoniosa entre los hombres, debe
compensar su acto soportando la vindicta. La ley natural tiene su origen en el Universo
natural, es universal e inmutable y es conocida por medio de la razón huma na. Su
cumplimiento determina relaciones armónicas o justas y propende al bien en el cosmos.
La conducta y las leyes producidas por los hombres deben ajustarse a la ley eterna; en
caso contrario, habrá un mero ejercicio de la fuerza.
El iusnaturalismo cristiano. Para el cristianismo el universo es creado por un Dios único
y trascendente al universo. Todo ser que no dependa de Dios es causado por El nada hay
que no dependa de Dios y, por lo mismo, Dios no halla nada fuera de si y, por ende,
saca de la nada todo lo que produce; o sea, es Creador. El mundo procede de Dios; por
consiguiente, el Derecho tiene su fundamento en Dios y es conocible por la razón. El
hombre dotado de razón y de reflexión, puede conocer la senda que lo conduce a la
perfección: la ley moral. Existe una íntima unión entre Derecho y moral; el Derecho no
puede desvincularse de la justicia. Según Santo Tomás, Dios creó el universo de
acuerdo con un plan: la Ley Eterna (fuera del tiempo). La Ley Divina guía al hombre a
su fin último: la eternidad. La Ley Natural es una participación de la Ley Eterna y está
destinada al hombre como ser terrenal, social, libre y racional. La Ley Humana, creada
por el hombre para la solución de casos concretos, se deriva de la Ley Natural. Son
características de la Ley Natural: la unidad (todos sus preceptos se orientan al bien
común), la universalidad, la inmutabilidad, la indelibilidad (no es necesario que se
traduzca a leyes escritas, por estar puestas en el corazón y en la mente de los hombres).
B) Iusnaturalismo racionalista.
Para el iusnaturalismo laico o racional el derecho deriva de la naturaleza humana
no por ser hijo de Dios sino por su calidad racional y social. Sin embargo, ambas
posturas reducen el derecho a un contenido intrínsecamente justo o natural, ya
que para los iusnaturalistas -tanto teológicos como laicos o racionales- el
derecho es un valor justo o natural.
POSITIVISMO JURÍDICO
La apertura que experimentó el iusnaturalismo al desarrollarse una corriente laica o
racional permitió que de la explicación del derecho como algo de acuerdo con la
naturaleza del hombre (como ser racional) se pasara a una concepción del derecho
como producto no de la razón del hombre sino de su voluntad. A esta doctrina se le
identifica comúnmente con el nombre de “positivismo”, o llamado por algunos autores
“iusformalismo”. Como tendencia de interpretación del derecho, se funda en dos
grandes corrientes del pensamiento que son:
- El positivismo filosófico.
- Empiriocriticismo.
La tarea del Positivista es descubrir únicamente su objeto de estudio, de conocimiento
o investigación, haciendo a un lado otras tareas como la valoración axiológica de esos
hechos. Hans Kelsen, es el principal representante del “iusnormativismo”. Esta teoría
concibe al Derecho como un fenómeno eminentemente normativo, pero considerando
como un resultado exclusivo de la voluntad humana. Esta situación da origen a un
problema respecto del significado del positivismo, que es una expresión totalmente
ambigua. Por ello es mejor utilizar denominaciones específicas, algunos estudiosos
agotan al positivismo jurídico dentro del normativismo. Pero si se entiende al
positivismo en sentido negativo, como: La concepción de lo jurídico que excluye toda
creencia en una realidad irrefutable empíricamente; entonces el positivismo abarca
todas las corrientes que no sean iusnaturalistas.
SOCIOLOGÍSMO JURÍDICO.
Para los Iusrealistas el derecho no consiste exclusivamente en normas. El derecho no
se identifica con un deber ser, sino con un ser. Este ser, puede identificarse con la
norma, pero también con el hecho. De este modo, podemos distinguir entre el derecho
como norma estatal y el derecho como hecho social. El derecho no se puede reducir al
Estado, sino que debe incluir a la sociedad. Los hechos son parte esencial de esta
corriente. Los hechos han servido a los autores pertenecientes a la corriente del
iusrealismo para fundar (sobre las enseñanzas de la "libre investigación científica" de
François Gény, la "ofensiva sociologista" de Eugen Ehrlich, y de las escuelas del
"derecho libre" y de la "jurisprudencia de intereses" que incluye a autores como
Philipp Heck, Hermann Kantorowics, y otros más), una concepción del derecho
diferente, positiva pero realista. La suma de condiciones que delimitan el actuar del
hombre, conforman una realidad determinada, y el derecho, no la norma formal ni su
contenido justo, es precisamente la experiencia jurídica. Dicho de otra forma, el
derecho es: una experiencia de realidades relativa a la conducta humana y al
cumplimiento efectivo de las normas jurídicas en los fenómenos sociales. El derecho
se alimenta de la realidad, reconociendo la existencia de diferencias y de soluciones
disímiles a casos fácticamente similares. La ciencia del derecho se debe ocupar
fundamentalmente del ser de la conducta humana, que es un conjunto de fenómenos o
hechos eficaces o reales, y no de las normas formales o vigentes, ni tampoco de los
valores justos o naturales. Para el iusrealismo el derecho tiene como objeto de estudio
los hechos y no son las normas ni los valores.