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6.- ROMPECABEZAS
Procedimiento:
Primero: Se les plantea crear un
rompecabezas a partir de temas de su interés.
Algunos temas que puedes tomar como ideas
para la creación de los rompecabezas:
¿Qué nos alimenta?
¿Qué no nos alimenta?
¿Qué bebidas son saludables?
¿Cómo cuido mi cuerpo para que esté limpio?
¿Cómo cuido mi cuerpo para que esté sano?
Segundo: Considera los materiales con los que
cuentan en la escuela y en la zona. Esta es una
buena oportunidad para el reúso de los recursos;
así no solo pensamos en rompecabezas de papel
o cartón. A partir de tu observación, organiza una
campaña de recolección de materiales con la
ayuda de los padres y madres de familia.
Tercero: Una vez que cada niño haya decidido lo
que dibujará, asegúrate de que tenga el material
apropiado para ello. Recuérdale que está
produciendo un material que le servirá también a
otros compañeros. Elaborar los rompecabezas
utilizando diversos materiales y técnicas gráfico-
plásticas requerirá de tiempo. Por ello, planifica
bien tus días de trabajo.
En esta etapa, cada niño ha decidido la temática de su rompecabezas y debe tener claro que
es un producto que, cuando esté listo, le servirá para jugar con sus amigos, o intercambiarlo
por otro. También, podrán conversar sobre lo que prepararon.
Cuarto: Cada uno de los creadores de los rompecabezas puede explicar lo que trabajó y
cómo lo hizo. Pueden exponer los rompecabezas en el aula para que todos los observen y
puedan elegir con cuál desean jugar.
(Fascículo: Rutas de aprendizaje. Pag. 138 – 139)
Antes de cada juego, explicamos qué es lo que haremos. Así, los niños sabrán cómo es el
juego y, al mismo tiempo, irán acomodándose y disfrutando de él.
Segundo: Luego de los juegos, nos reunimos para conversar sobre lo siguiente: ¿Cómo
jugamos? ¿Qué nos gustó? ¿Qué no nos gustó? ¿Por qué?
Dependiendo de la edad de nuestros niños, podríamos también preguntar: ¿Qué habría
pasado si el juego no hubiera tenido reglas? ¿Cómo habríamos jugado? En ese momento,
recogemos sus impresiones.
Podemos indagar si recuerdan haber tenido algún problema, si todos sabían cómo era el
juego y lo que había que hacer. Finalmente, podemos preguntarles si todos lograron
divertirse. Aprovechamos el momento para contarles que para poder jugar ha sido necesario
que todos entendiéramos primero cómo era el juego. Podemos comentarles también que el
cumplir con las reglas ha sido importante para que todos se diviertan.
Es importante que en este análisis que realizamos junto con nuestros niños, sobre por qué es
necesario contar con normas para divertirnos, trabajemos esta relación que se hace desde el
juego, con reglas y la importancia del respeto hacia ellas para poder jugar.
Tercero: Ha llegado el momento de empezar a elaborar nuestras normas del aula.
Comencemos por dialogar en una asamblea acerca de esas situaciones que no les agradan
y que suceden en el salón. Así, como grupo, podemos ir identificando las dificultades que
tenemos y qué solución le podemos dar a eso que nos causa molestia y rechazo. Algunas
preguntas que podríamos utilizar para iniciar la asamblea son: ¿Hay algo que no te gusta
cuando estás con tus compañeros? ¿Qué te gusta mucho cuando vienes al colegio? ¿Qué
cosas no te gustan tanto?
Entonces, a partir de lo que hemos conversado, podemos pedirles que propongan algunas
ideas sobre cuáles podrían ser las normas que tendríamos que cumplir todos para mejorar
nuestra convivencia.
Cuarto: Es importante tener algunos
criterios en consideración al momento de
elaborar las normas. Para la redacción de
las normas, sugerimos las siguientes
pautas: Redactarlas en positivo y en el
lenguaje de los niños. Por ejemplo:
“Tratamos bien a nuestros compañeros”.
En lugar de decir: “No pegamos a
nuestros compañeros”. Evitar la
abundancia de normas. Con tres o cuatro
es suficiente para el aula. Una vez que ya
tenemos nuestras normas de
convivencia, debemos trabajarlas para que los estudiantes las vayan interiorizando. Será
más fácil recordarlas si son cortas. Recordemos que para que la norma tenga validez, todos
los niños deben estar de acuerdo con ella.
Quinto: La representación de las normas es
importante para trabajar su interiorización.
¿Cómo representará en un dibujo el niño
“Tratamos bien a todos” o “Escuchamos las
ideas de los compañeros cuando hacemos
silencio”? Pidámosles que representen las
normas de su aula. Tal vez ese día solo
plasmen una, pero otro día pueden ir trabajando las demás, y coloquen sus dibujos en
lugares visibles.
11.- LA ASAMBLEA
Procedimientos:
Primero: Debemos organizar el espacio del aula para facilitar el
desarrollo de la asamblea. Para ello es necesario que tengamos en
cuenta dos aspectos importantes: primero, que todos debemos
lograr “ver” al que está hablando; y, segundo, generar un clima de
confianza e intimidad en el grupo. La mejor distribución para
generar este clima de confianza y cercanía es en círculo. También
podemos reunirnos en media luna, si es necesario observar algo
en la pizarra o en la pared, de tal manera que todos podamos ver
sin dificultades.
Segundo: Presentar la agenda de la asamblea al grupo. La agenda planteada es “lo que se
hará en esa sesión”. Puede ser preparada por las
docentes o puede ser propuesta por los niños.
Tercero: Se inicia recordando las reglas del diálogo para
la sesión y otros acuerdos que hayan decidido tomar como
grupo. Las reglas del diálogo pueden ser propuestas por
las docentes en un primer momento. Por ejemplo,
podemos proponer situaciones como las siguientes:
“Podemos probar qué sucede si todos escuchamos con
atención al compañero que está hablando. ¿Les parece?”.
“¿Y qué sucedería si cada vez que deseamos decir algo al grupo levantamos la mano para
avisar que queremos hablar?”. “Si levantamos la mano y hablamos sin esperar que los
demás estén listos para escuchar, ¿nos podremos entender?”. Haciéndoles ver a los niños
dónde está el problema para poder comunicarnos iremos, poco a poco, acompañándolos a
que vayan interiorizando lo señalado a continuación.
Cuarto: Una vez que hemos recordado los acuerdos tomados para el diálogo en la
asamblea, empezamos a desarrollar la agenda de ese día. En este momento les
brindaremos a nuestros niños un clima especial, cálido y cómodo para que se animen a
expresar de manera verbal sus ideas, opiniones y posturas con respecto a los
planteamientos que vayan transcurriendo a lo largo de la asamblea. Además de crear este
clima de confianza, es muy importante que los animemos y los felicitemos por los esfuerzos
que realizan al ordenar sus ideas y decirlas, o al escuchar lo que dicen sus compañeros.
Quinto: Es importante que al final de la sesión se pongan de acuerdo en función de las
siguientes interrogantes: ¿Qué harán? ¿Cómo terminamos? ¿En qué nos comprometemos?
¿Qué solución encontramos? Cada sesión amerita llegar a acuerdos sobre lo que harán, y
que estos sean claros para los niños.
(Fascículo: Rutas de aprendizaje. Pag. 165 – 166)