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Semana 3/Módulo V

MENCIÓN EN TRASTORNOS ESPECÍFICOS DEL


LENGUAJE

Módulo V: Reeducación psicopedagógoca de la lectura y escritura

Semana 3: Motivación y estrategias de Enseñanza-Aprendizaje


Semana 3/Módulo V

INTRODUCCIÓN

Poco sabemos de aquella energía que nos impulsa y nos anima a perseguir
una meta. La motivación según la psicología es un elemento clave en nuestro
bienestar psicológico y es muy importante estudiar tanto su definición como todos
los tipos de motivación que existen.

Esta semana se recogen las distintas aproximaciones al fenómeno de la


motivación, y en dicho contexto, se constata y cuestiona aquella conceptualización
de la Motivación Escolar que pone su acento en el nivel de la tarea, haciendo de
ésta una motivación por realizar ciertas actividades que le son demandadas por la
escuela, pero no necesariamente, una motivación por aprender.

En este marco, se proponen pistas sobre algunos elementos o variables que


debieran ser considerados en el constructo de la motivación escolar. Estas pistas
tienen que ver específicamente con la incorporación, dentro del constructo, de los
motivos que los alumnos tienen para aprender en la escuela y que dan sentido a su
aprendizaje escolar; y que complementan las variables vinculadas a la tarea. Así,
sin olvidar que el alumno debe poner su empeño en realizar las tareas diseñadas
para su aprendizaje, debemos volver a mirar las características de la Motivación
Escolar, es decir, en aquello que impulsa, conduce y mantiene el esfuerzo del
alumno y activa recursos cognitivos para aprender. Aprendizaje que, como es de
consenso entre los educadores, no puede limitarse a la mera adquisición de
información, sino que debe procesada. Así, el conocimiento construido se hace
significativo y profundo.
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IDEAS FUERZA

1. La motivación el estímulo, es aquel motor que nos impulsa a alcanzar un


determinado objetivo, en este caso es el interés por aprender las diferentes
asignaturas.

2. Los factores motivacionales juegan un rol importante en la organización y


dirección de la conducta positiva del estudiante ante el proceso de
aprendizaje, pues la motivación contribuye a desarrollar sus capacidades,
superar sus limitaciones y atender sus intereses.

3. La tarea esencial del docente es mantener motivado al estudiante para que


este desarrolle tareas por satisfacción propia más no por una calificación, es
decir, “realizo mis tareas porque me interesan”.

4. La motivación no es un proceso unitario, ya que abarca diversos


componentes que se puede definir como un conjunto de procesos implicados
en la actividad, dirección y persistencia de la conducta. Por lo cual es el pilar
principal en todo el proceso enseñanza-aprendizaje, en términos generales
se puede afirmar que es la base que mueve al ser humano lo que permite
modificar la conducta personal, social y estudiantil.
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1. MOTIVACIÓN

La motivación, del latín motivus (relativo al movimiento), es aquello que


mueve o tiene eficacia o virtud para mover; en este sentido, es el motor de la
conducta humana. El interés por una actividad es “despertado” por una necesidad,
la misma que es un mecanismo que incita a la persona a la acción, y que puede ser
de origen fisiológico o psicológico. Cada vez que aparece una necesidad, ésta
rompe el estado de equilibrio del organismo y produce un estado de tensión,
insatisfacción e inconformismo que lleva al individuo a desarrollar un
comportamiento o acción capaz de descargar la tensión. Una vez satisfecha la
necesidad, el organismo retorna a su estado de equilibrio anterior (Carrillo et al.,
2009).

Figura 1. Ciclo motivacional


Fuente: (Carrillo et al., 2009), La motivación y el aprendizaje.

Por tanto, ante una situación determinada, es la motivación quién decreta el nivel
de energía y en qué dirección es hacia donde el individuo actúa.
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1.1. Teorías psicológicas sobre motivación

Actualmente en psicología, existen muchas teorías que tienen como finalidad


aumentar nuestro bienestar emocional, así como nuestra propia motivación para
que llevemos a cabo nuestros objetivos vitales y podamos experimentar los
beneficios que trae consigo nuestro propio desarrollo personal.
Es por esto que, a continuación, se presenta las principales teorías psicológicas
sobre motivación.

1.1.1. Teoría de la motivación humana (Abraham Maslow)

Una de las teorías más conocidas sobre la motivación es la que se grafica en


la Jerarquía de Necesidades Humanas de Maslow (1956), citado por Carrillo et al.,
(2009), quien identificó cuales son las principales necesidades de los seres
humanos y las clasificó en categorías de acuerdo a un orden jerárquico de
importancia para la supervivencia y nuestra propia capacidad de motivación.

Esta teoría coloca a las necesidades básicas o simples en la base de la


pirámide y las relevantes o fundamentales en la cima; en este sentido, los cuatro
primeros niveles son considerados como “necesidades de supervivencia”; al nivel
superior lo denominó “motivación de crecimiento”, o “necesidad de ser”. A medida
que la persona logra controlar sus necesidades de jerarquía inferior aparecen
gradualmente necesidades de orden superior.

Si bien Maslow presenta este orden de prioridad, considerado como el orden


normal o lógico, en diferentes etapas de nuestra vida y ante determinadas
circunstancias, el orden puede variar; es más, existen casos de personas que
anteponen a las necesidades fisiológicas, necesidades de autorrealización.
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Fuente: (Carrillo et al., 2009), La motivación y el aprendizaje.

Según Maslow (1943), citado por Castillo & Gajardo, (2014) señala que las
personas se encuentran motivadas por cinco tipos de necesidades: fisiológicas
(alimento, agua y abrigo), de seguridad (protección, orden y estabilidad), sociales
(afecto, amistad y sentido de pertenencia), autoestima (prestigio, status y
autoestima) y autorrealización (autosatisfacción).

Estas necesidades humanas están ordenadas según una jerarquía, donde


unas son prioritarias y solo cuando estas están cubiertas, se puede ascender a
necesidades de orden superior.

Las necesidades se satisfacen en el siguiente orden, primero, las


necesidades básicas (fisiológicas y de seguridad) y luego las necesidades
secundarias (social, autoestima y autorrealización). Esto es porque las personas
buscan satisfacer sus necesidades básicas y luego ascender en la búsqueda de
satisfacer necesidades más complejas.
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Un aspecto importante en la Teoría de Maslow es que una vez satisfechas


una serie de necesidades, estas dejan de fungir como motivadores. Esto implica
que para motivar a los trabajadores en la realización de sus labores es necesario
permitirles satisfacer sus necesidades insatisfechas.

La literatura no apoya la existencia de la jerarquía exactamente como fue


concebida por el autor. Asimismo, se señala que esta teoría puede oscurecer las
diferencias de las necesidades secundarias que varían según las personas y las
culturas. No obstante, existe evidencia empírica que apoya la división de las
necesidades en primarias y secundarias. Además, se ha demostrado que las
necesidades que motivan a las personas son aquellas que no están satisfechas.

1.1.2. La teoría de Motivación-Higiene de Herzberg

La Teoría de Herzberg, centra su atención en el trabajo en sí mismo como


fuente principal de satisfacción. Esta teoría subraya la importancia de las
características del puesto y las prácticas organizacionales, (Castillo & Gajardo,
2014).

Herzberg consideraba que el trabajo es la actividad más importante del


individuo. De acuerdo a esto, concluyó que la satisfacción laboral y la insatisfacción
laboral son producto de dos tipos de experiencias distintas (modelo de dos factores).
Es decir, Herzberg estableció que los factores que generan insatisfacción en los
trabajadores son de naturaleza totalmente diferente a la de los factores que
producen satisfacción.

Por un lado, los factores que generan satisfacción se conocen como


intrínsecos, motivadores o satisfactores y por otro lado, los factores que producen
insatisfacción se consideran como extrínsecos, de higiene, insatisfactorias.
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Los factores intrínsecos se relacionan con el contenido del trabajo (el trabajo
en sí mismo, la responsabilidad y el reconocimiento, entre otros) y los factores
extrínsecos lo hacen con el contexto laboral (relaciones con el supervisor, el salario
y las relaciones con los compañeros, entre otros).

Dado esto, según Castillo & Gajardo, (2014), se puede argumentar que
cuando las personas hablan de sentirse bien o satisfechas, hacen referencia a los
factores intrínsecos, los cuales se relacionan con la satisfacción laboral cuando
están presentes, pero no con la insatisfacción cuando están ausentes.
Considerando esta situación, cuando los empleados hablan de sentirse
insatisfechos con el trabajo se refieren a los factores externos del mismo (aunque
relacionados), los cuales se asocian con la insatisfacción laboral cuando están
ausentes, pero no con la satisfacción cuando están presentes.

1.1.3. La teoría motivacional de McClelland

Según McClelland (1961), citado por Castillo & Gajardo, (2014), señala que
existen tres motivaciones en las personas, las cuales son las necesidades de logro,
afiliación y poder.

Algunos autores sostienen que estas necesidades son motivaciones


sociales, ya que se aprenden de una manera no consciente, como producto de
enfrentarse activamente al medio. Dado esto, su importancia radica en que
predisponen a las personas a comportarse en formas que afectan de manera crítica
el desempeño en muchos trabajos y tareas. Debido a lo anterior, las personas con
una alta necesidad de logro, buscan distinguirse por hacer bien las cosas y disfrutan
de situaciones en las que pueden tomar responsabilidades. Asimismo, las personas
que tienen una alta necesidad de poder, buscan controlar a los demás y que se
haga lo que ellas desean. Por su parte, las personas con una alta necesidad de
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afiliación tienden a interesarse y a pensar con frecuencia acerca de la calidad de


sus relaciones personales.

Aunque la mayoría de los especialistas logran llegar a una definición de


motivación; en el marco explicativo de cómo se produce la motivación, cuáles son
las variables determinantes, o cómo se puede mejorar desde la práctica docente;
son cuestiones no resueltas y en parte, las respuestas dependerán del enfoque
psicológico que se adopte, (Carrillo et al., 2009).

Fuente: (Carrillo et al., 2009), La motivación y el aprendizaje


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1.2. Tipos de motivación

Son numerosos los criterios que pueden utilizarse para clasificar la


motivación. En este apartado consideraremos algunas clasificaciones básicas para
la discusión general del tema. Se reservan para otro espacio las clases de
motivaciones derivadas de teorías particulares.

1.2.1. Motivación intrínseca

La motivación intrínseca se fundamenta en factores internos, como la


autodeterminación, la curiosidad, el desafío y el esfuerzo, (Naranjo, 2009).

Brunner (1966), citado por Carrillo et al., (2009), identificó tres formas de
motivación intrínseca:
• De curiosidad, que satisface el deseo de novedad. Surge así el interés por
los juegos y las actividades constructivas y de exploración.
• De competencia, se refiere a la necesidad de controlar el ambiente. Si eso
sucede, aparecerá el interés por el trabajo y el rendimiento.
• De reciprocidad: alude a la necesidad de comportarse de acuerdo con las
demandas de la situación.

Ajello (2003), citado por Naranjo, (2009) señala que la motivación intrínseca
se refiere a aquellas situaciones donde la persona realiza actividades por el gusto
de hacerlas, independientemente de si obtiene un reconocimiento o no.

En este sentido, la motivación intrínseca tiene su procedencia a partir del


propio sujeto, está bajo su dominio y tiene como objetivo la experimentación de la
autorrealización, por el logro de la meta, movido especialmente por la curiosidad y
el descubrimiento de lo nuevo. Los alumnos intrínsecamente motivados toman el
aprendizaje en sí mismo como una finalidad y los incentivos para aprender se
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encuentran en la propia tarea, por lo cual persiguen la resolución de ella y “tienden


a atribuir los éxitos a causas internas como la competencia y el esfuerzo”.

La motivación interna y el interés intrínseco en las actividades académicas


aumentan cuando la persona tiene posibilidades de elección y oportunidades para
tomar la responsabilidad personal de su aprendizaje, establecer sus propias metas,
planear cómo alcanzarlas y monitorear su progreso. Por otra parte, cuando sus
habilidades son altas, pero las actividades no son desafiantes, el resultado es el
aburrimiento. Cuando el desafío y los niveles de habilidad son bajos, se experimenta
apatía y cuando se enfrenta una tarea desafiante para la que no se cree tener las
habilidades necesarias, se experimenta ansiedad, (Ospina, 2006).

1.2.2. Motivación extrínseca

La motivación extrínseca, obedece a situaciones donde la persona se implica


en actividades principalmente con fines instrumentales o por motivos externos a la
actividad misma, como podría ser obtener una recompensa, (Naranjo, 2009).

Según García, (2006), citado por Ospina, (2006), la motivación extrínseca es


el efecto de acción o impulso que producen en las personas determinados hechos,
objetos o eventos que las llevan a la realización de actividades, pero que proceden
de fuera.

De esta manera, el alumno extrínsecamente motivado asume el aprendizaje


como un medio para lograr beneficios o evitar incomodidades. Por ello, centra la
importancia del aprendizaje en los resultados y sus consecuencias.

Respecto de este tipo de motivación, se puede observar que ciertas personas


se aplican en sus estudios, porque desean obtener buenas calificaciones o para
evitar la desaprobación de otras personas; es decir, están motivadas
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extrínsecamente. Otras lo hacen porque están motivadas internamente a obtener


niveles altos de desempeño académico.

Entonces, cobra importancia también el papel del profesor, para establecer


la relación adecuada entre la motivación y el aprendizaje en la construcción del
conocimiento, dada su influencia decisiva en el desarrollo curricular; por ejemplo,
cuando introduce en éste las acciones pertinentes desde lo metodológico y lo
didáctico, en relación con el enfoque de currículo y el modelo pedagógico
seleccionados para el programa, de tal forma que favorezcan principalmente la
motivación intrínseca en el estudiante, (Ospina, 2006).

1.3. Motivación para aprender en la escuela

Muchos autores han intentado comprender cómo es que la motivación afecta


nuestras conductas en todos los aspectos de nuestras vidas. Así también hay otros
quienes han intentado definir qué es la motivación. Sin embargo, cualquiera sea la
aproximación a la definición de la motivación, el compromiso que adquiere el alumno
con sus tareas cotidianas, claramente influencia el aprendizaje, el desempeño y los
logros de éste. Y es por ello que revisaremos a continuación la relación existente
entre la motivación y el rendimiento académico en particular.

Por ejemplo, entre quienes buscan comprender cómo es que la motivación


afecta el rendimiento académico, se encuentran Gage y Berliner (1988), citado por
Arancibia et al., (2007) quienes describen tres maneras en que la motivación afecta
el aprendizaje:

i. La motivación define lo que constituye un refuerzo: según sus


intereses y motivos, distintas personas considerarán como valiosas
distintas cosas, por lo tanto, lo que constituye un buen “premio” o
refuerzo depende de cada persona.
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ii. La motivación explica la orientación a objetivos: cada secuencia de


conductas está dirigida a un fin. La motivación de una persona
contribuye a explicarnos la razón por la cual esa persona se involucra
en dicha secuencia de conductas.

iii. La motivación determina la cantidad de tiempo que se invierte en


diferentes actividades: uno de los hallazgos más certeros en el estudio
es la relación positiva entre la motivación por un determinado tema y
el tiempo invertido en el estudio de ese tema. Como sabemos, el
tiempo y esfuerzo invertido en una tarea es, a su vez, uno de los
predictores del desempeño en la tarea

1.4. Características necesarias para fomentar la motivación escolar

Las metas motivan a la gente a actuar para reducir las discrepancias entre la
posición en que se encuentra y la posición en que quiere estar. Por ejemplo, a
muchas personas les resulta útil fijarse metas, fuera de las tareas rutinarias que se
realizan sin mayor atención como comer, leer el primer capítulo de un libro, trotar,
preparar una pizza para la cena y enviar un regalo de cumpleaños a un primo. Una
vez que la persona ha decidido realizar estas tareas, no se siente tranquila hasta
completar la lista.

Como lo menciona Locke y Latham, (1990) citado en Naranjo, (2009); la


fijación de metas indica que en el establecimiento de metas se debe resaltar que el
objetivo es el que orienta la acción; es decir, anima a realizar estrategias y planes
de acción. Al centrar la atención, la persona selecciona qué actuaciones son
importantes y se conduce en consecuencia. Para lograr una meta se tienen que
plantear las alternativas idóneas. El objetivo, a su vez, permite que se trabaje de
una manera más persistente; además, se presenta como aquello que con esfuerzo
y persistencia se puede alcanzar.
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1.4.1. Clases de metas

Las metas que poseen los estudiantes organizan y regulan su


comportamiento de cara a la consecución de un logro. Dichos logros se encuentran
determinados por el tipo de orientación motivacional que adopten. Entre las
múltiples metas posibles, el aprendizaje es uno de los objetivos que en contextos
educativos se valora especialmente, aunque no siempre es lo que los alumnos
jerarquizan.

Las clases de metas que establecemos influyen en la magnitud de la


motivación para alcanzarlas. Las que son específicas, moderadamente difíciles y
que pueden alcanzarse en el futuro próximo tienden a fortalecer la motivación y la
persistencia. Las metas concretas ofrecen normas claras para juzgar la ejecución,
y si ésta es insuficiente, seguimos intentándolo.

En las aulas encontramos dos categorías principales de metas: las de


aprendizaje y las de desempeño.

i. Metas de aprendizaje
El objetivo de este tipo de metas es mejorar, aprender sin importar
cuántos errores se cometan o qué tan torpe se sienta el individuo. Los
estudiantes que establecen metas de aprendizaje tienden a buscar
retos y a persistir ante las dificultades; se les llama estudiantes
centrados en la tarea, porque les interesa dominarla sin preocuparse
por cómo se "mida" su ejecución en comparación con el resto del
grupo; además, muestran mayor disposición a buscar la ayuda que
requieren. A menudo decimos que son personas "que se absorben en
su trabajo".

ii. Metas de desempeño


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El objetivo de estas metas hace que quienes las persiguen, se


preocupen por la forma en que los juzgan los demás. Les interesa
pasar por listos y no verse como incompetentes, pero si esto parece
imposible, adoptan estrategias defensivas para evitar el fracaso
aparentando, por ejemplo, que no les importa, que "en realidad no se
están esforzando" o simplemente se dan por vencidos. Lo que les
interesa es la evaluación de su desempeño y no lo que aprendan o
qué tanto se esfuercen, se les denomina estudiantes centrados en el
ego porque se preocupan por sí mismos.

Además de tener metas de aprendizaje específicas, hay otros dos factores


que hacen que en el aula funcione el establecimiento de metas. El primero es la
retroalimentación. Para que un individuo se sienta motivado por una discrepancia
entre "el lugar que ocupa" y "el lugar en que quiere estar", necesita una idea precisa
de dónde se encuentra y qué tan lejos quiere ir. Cuando la retroalimentación le dice
a un alumno que sus esfuerzos son insuficientes para alcanzar la meta, puede
esforzarse más o intentar otra estrategia. Cuando la retroalimentación le informa
que ha alcanzado la meta o la ha excedido, se siente satisfecho y competente, tanto
quizá, como para fijarse una meta mayor en el futuro. Hay pruebas de que la mejor
retroalimentación es la que subraya el progreso.

El segundo factor que afecta la motivación para perseverar, es la aceptación


de las metas. Las metas pueden aprovecharse para motivar el aprendizaje cuando
los alumnos las establecen o aceptan, de buena manera, las metas que fijan sus
maestros. Pero la motivación será menor, si los alumnos rechazan las metas
establecidas por otros o se niegan a escoger las suyas propias. Por lo general, los
estudiantes están más dispuestos a adoptar las metas de otros, si éstas les parecen
realistas, de un grado razonable de dificultad, significativas y si les dan buenas
razones de que esas metas valen la pena.

1.5. Condiciones contextuales de la motivación


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Todo individuo que participe en un proceso de enseñanza- aprendizaje,


desde un rol activo o pasivo, debe procurar construir una relación productiva, donde
la interacción se constituya como un solo equipo, asumiendo su responsabilidad y
se logre potenciar el proceso de aprendizaje.

La calidad del aprendizaje está relacionada directamente, aunque no de


manera exclusiva, con la calidad de la enseñanza. Una de las mejores maneras de
mejorar el aprendizaje es mejorar la enseñanza. Independiente del nivel de
motivación que traen los estudiantes, será cambiado, a mejor o a peor, por lo que
ocurra en el aula.

Muchos factores afectan a la motivación de un estudiante dado para el trabajo


y el aprendizaje, como por ejemplo el interés en la materia, la percepción de su
utilidad, la paciencia del alumno. No obstante, no todos los estudiantes vienen
motivados de igual manera. Lo que sí está claro es que los estudiantes motivados
son más receptivos y aprenden más, por lo tanto, la motivación tiene una influencia
importantísima en el aprendizaje.

Lo que sí parece ser cierto es que la mayoría de los estudiantes responden


de una manera positiva a una asignatura bien organizada, enseñada por un profesor
entusiasta que tiene un interés destacado en los estudiantes y en lo que aprenden.
Si queremos que aprendan, debemos crear condiciones que promuevan la
motivación.

1.5.1. Comienzo de las actividades de Aprendizaje

Todo profesor debe lograr al comienzo de una clase, como condición


necesaria para activar la motivación de sus alumnos, captar su atención
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despertando su curiosidad, mostrando la relevancia de lo que han de aprender y


creando las condiciones para mantener su interés.

Sin embargo, para afrontar las tareas escolares con esta intención, hace falta
que se den varias condiciones que los profesores pueden conseguir mediante el
empleo de diferentes estrategias:

a) Activación de la curiosidad
b) Explicitación de la relevancia de la tarea
c) Activación y mantenimiento del interés
d) Mantenimiento del interés de los alumnos durante el desarrollo de la
clase
e) Mantenimiento del interés de los alumnos cuando trabajan solos

1.5.2. Pautas de desarrollo de las actividades de aprendizaje

Un hecho que se relaciona positivamente con el rendimiento escolar, es la


percepción por parte de los alumnos de que el profesor los escucha, que pretende
ayudarles y que no le importa si son mejores o peores, porque no les compara con
ningún otro. Sin embargo, que los profesores tengamos que atender a un número
no pequeño de alumnos y que éstos cambien año tras año, no facilita la percepción
por parte de los alumnos de que los profesores les aceptan. Lo cual no implica que
experimenten rechazo, tan sólo ocurre que no se producen los indicios que
favorecen la percepción de aceptación.

Si la causa de la desmotivación por el aprendizaje de los alumnos es debido


a que cuando lo intentan no lo consiguen, se requiere algo más que despertar su
curiosidad y su interés, además de mostrar la relevancia de las tareas o darles
oportunidades de opción y de auto responsabilizarse de su trabajo para poder
motivarles. Es preciso que cuando lo intenten, aprendan de hecho y que perciban
que progresan, es decir, que experimenten el fruto de su esfuerzo, lo que los hará
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sentir más competentes. Para ayudarles a ello, es necesario agregar otras


condiciones. Éstas tienen que ver con el diseño de las tareas de aprendizaje, con la
interacción profesor-alumno a lo largo de ellas y con los tipos de interacciones entre
iguales que se producen a lo largo de las clases.

a) Diseño de las tareas: Existen cinco objetivos que deben conseguirse al


diseñar las tareas de aprendizaje, para que motiven realmente a los
estudiantes a aprender:
a. Centrar la atención de los alumnos en los aspectos más significativos
y relevantes de los contenidos
b. Despertar en ellos la curiosidad y el interés mediante actividades
novedosas y diversas
c. Plantearles acciones que impliquen un desafío razonable
d. Ayudarles a plantearse metas realistas a corto plazo
e. Apoyar el desarrollo y el uso de estrategias de aprendizaje efectivas

b) Interacción profesor-alumno: Uno de los factores que más ayudan a definir la


motivación de los alumnos, y que más facilitan o dificultan el aprendizaje, lo
constituye el contexto creado por la interacción profesoralumno. La
interacción tiene tres componentes principales: los mensajes dirigidos por el
profesor a lo largo de las tareas escolares, las recompensas que da a los
alumnos y los modelos de actuación frente a los propios éxitos y fracasos
que ofrece con su comportamiento. Los mensajes del profesor a lo largo de
los quehaceres escolares, especialmente si se dan de forma regular,
contribuyen notablemente a definir la motivación con que alumnos y alumnas
encaran el trabajo escolar

c) Interacción entre alumnos El que los alumnos comiencen la actividad escolar


pendientes de aprender o de cómo van a quedar frente a los demás, depende
en gran medida, de la forma en que los profesores organicen las actividades
de la clase y si ésta promueve en sus alumnos interacciones de tipo
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cooperativo. Las distintas formas de interacción promovidas por el profesor,


tienen diferentes efectos sobre la motivación. Como conclusiones se pueden
señalar las siguientes:

a. Interacción competitiva: La organización de las actividades escolares


en un contexto competitivo es la que tiene efectos motivacionalmente
más negativos para la mayoría de los alumnos. La razón principal está
en que siempre hay perdedores. Es más, como el esfuerzo en estos
casos está especialmente mediatizado por las expectativas de superar
a los compañeros y éstas sólo son elevadas en algunos sujetos, la
mayoría se desmotiva.

b. Trabajo individual: El que un alumno tenga que estudiar


individualmente, que es lo más frecuente, puede tener efectos más o
menos positivos dependiendo del tipo de tarea, del tipo de metas y de
los mensajes dados por el profesor. Si el objetivo de la actividad es
que desarrollen destrezas que deben utilizar individualmente (leer,
escribir, consolidar las destrezas de cálculo, etc.), en principio es
preferible que lo hagan de forma individual, ya que es la práctica la
que determina fundamentalmente los progresos. Pero si el objetivo de
la tarea es que caigan en la cuenta de las implicaciones de un
concepto, de un principio o de realizar o no los pasos que requiere un
procedimiento, la actuación individual no facilita el que las cosas se
vean desde distintos puntos de vista, por lo que en este caso no sería
la más adecuada

c. Trabajo cooperativo: Las modalidades de trabajo cooperativo son:

i. Tutoría: se refiere a cuando pedimos a un alumno más


avanzado que ayude a un compañero. En estos casos, los
factores que pueden afectar o perjudicar la motivación de tutor
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y tutorizado son diferentes. La tutoría ofrece al tutor la


posibilidad de mostrar sus conocimientos, y esto puede
favorecer su autoestima. Asimismo, la necesidad de
expresarlos de modo que el tutorizado le entienda, lo obliga a
elaborarlos con mayor precisión. Esta exigencia favorece su
propio aprendizaje y da lugar a una experiencia que resulta
gratificante y, por ello, motivadora.

ii. Coordinación Cooperativa: ésta ocurre cuando les pedimos a


nuestros alumnos que formen grupos de varios alumnos para
realizar acciones que requieren algún tipo de producto basado
en una recogida y elaboración de datos.

iii. Colaboración Cooperativa: en esta categoría, se incluyen


aquellas actividades realizadas normalmente sólo por dos o
tres miembros, en donde el objetivo es que la propia interacción
facilite la comprensión de un fenómeno o la adquisición de una
destreza, siendo menos importante el hecho de que haya o no
un resultado final.
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CONCLUSIÓN

La motivación en el aprendizaje es importante dado que sin ella no existirá el


interés del estudiante por realizar las tareas que implica el aprendizaje, por lo cual
es netamente necesario que los docentes logren que sus alumnos mantengan
encendido aquel motor que los impulsará al nuevo conocimiento, ya que al no lograr
que sus estudiantes permanezcan motivados es probable que estos se bloqueen y
con ello crearán una resistencia al aprendizaje.

El educador debe ser perceptivo a las variaciones afectivas del alumno y así
poder ofrecerle las herramientas necesarias para que el estudiante pueda producir
aquel interés en las tareas del aprendizaje para que este se dé.

Esta nueva visión del rol del docente nos invita a replantear nuestra práctica
y a convertir nuestras aulas en espacios de interacción donde el aprender sea
posible para todos. La motivación es la fuente para que el entusiasmo nazca en
cada una de las cosas que hace, se vive o se tiene, por lo tanto, en la educación, el
docente es el motor para comenzar a generar amor al aprendizaje, y entusiasmo de
seguir aprendiendo.
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BIBLIOGRAFÍA

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