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“AÑO DE LA UNIDAD, LA PAZ Y EL DESARROLLO”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

CURSO: DERECHO TRIBUTARIO 1

DOCENTE: RENATO MACLANDER VILCA CELIS

INTEGRANTES:
 NAYELY ANSHELINA TASILLA ALAYA (N00217715)

 MILAGROS MEDALI CARRANZA HERNÁNDEZ (N00252367)

AÑO
2023
ÍNDICE
PRINCIPIO DE SEGURIDAD JURÍDICA
1. INTRODUCCIÓN………………………..………………………………………3
2. DESARROLLO…………………………………………………………………..4
3. JURISPRUDENCIAS……………………………………………………………5
3.CONCLUSIONES…………………………………………………………………7
4.REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS……………………………………………7
PRINCIPIO DE SEGURIDAD JURIDICA
La seguridad jurídica es un principio del derecho, universalmente reconocido,
que se basa en la «certeza del derecho», tanto en el ámbito de su publicidad
como en su aplicación, y que significa la firmeza de que se conoce, o puede
conocerse, lo previsto como prohibido, ordenado o permitido por el poder
público
La palabra seguridad proviene de la palabra latina sēcūritās, la cual deriva del
adjetivo sēcūrus, que significa estar seguros de algo y libres de cuidados.
El Estado, como máximo exponente del poder público y primer regulador de las
relaciones en sociedad, no solo establece, las disposiciones legales a seguir,
sino que en un sentido más amplio tiene la obligación de crear un ámbito
general de "seguridad jurídica" al ejercer el poder político, jurídico y legislativo.

INTRODUCCIÓN
La seguridad jurídica “es un principio que transita todo el ordenamiento,
incluyendo, desde luego a la Norma Fundamental que lo preside”. Es decir, se
trata de un principio jurídico general, que es aplicable a todo el ordenamiento
jurídico. En consecuencia, el principio de seguridad jurídica también es exigible
en el ámbito del Derecho Tributario. Señala el TC que “a predictibilidad de las
conductas (en especial, las de los poderes públicos) frente a los supuestos
previamente determinados por el Derecho, es la garantía que informa a todo el
ordenamiento jurídico y que consolida la interdicción de la arbitrariedad. Tal
como establecía el Tribunal Constitucional español, la seguridad jurídica
supone la expectativa razonablemente fundada del ciudadano en cuál ha de
ser la actuación del poder en aplicación del Derecho.
También tiene como principio fundamental la idea de predictibilidad, es decir,
que cada uno conozca de antemano las consecuencias jurídicas en sus
relaciones con el Estado y los particulares. La seguridad jurídica supone la
expectativa razonablemente fundada del ciudadano sobre cuál debe ser la
actuación del poder en aplicación del derecho.
Por ello, la Constitución Política del Perú debe incorporar la expresión de la
seguridad jurídica, a fin de mejorar la garantía de los derechos fundamentales,
pues la experiencia comparada demuestra que los países que incorporaron
esta institución están logrando su desarrollo, como España, México, Ecuador,
entre otros.
En efecto, tenemos que en la actual Carta Magna la institución de la seguridad
jurídica está legislada únicamente para las inversiones, sobre todo extranjeras,
y otras contrataciones del Estado frente a otros Estados u organismos
internacionales, de conformidad con el artículo 62 de la Carta Fundamental,
que otorga garantías administrativas, tributarias y políticas a las inversiones
extranjeras que ingresan al país atraídas por el buen desarrollo económico del
Perú, lo cual es correcto, positivo y muy conveniente para los intereses de
todos los peruanos.
Sin embargo, en las relaciones interpersonales y del ciudadano con el Estado,
se carece de una norma con efectos y garantías similares. De ahí la necesidad
de insistir en que sea añadida o incluida en el artículo 2 de la Constitución
Política del Perú la expresión seguridad jurídica, con el propósito de que el
administrado o la ciudadanía jamás se encuentre en una situación de
incertidumbre jurídica y, por lo mismo, en un estado de indefensión.
La seguridad jurídica en el Estado de derecho es una garantía dada al individuo
de que su persona, sus bienes y sus derechos no serán objeto de ataques
violentos, o que, si estos llegan a producirse, le serán asegurados por la
sociedad, protección y reparación

DESARROLLLO:

En el Estado de Derecho a seguridad jurídica asume unos perfiles


definidos como: presupuesto del Derecho, pero no de cualquier forma de
legalidad positiva, sino de aquella que dimana de los derechos
fundamentales, es decir, los fundamentan el entero orden constitucional
y función del Derecho que asegura la realización de las libertades. Con
ello, la seguridad jurídica no sólo se inmuniza frente al riesgo de su
manipulación, sino que se convierte en un valor jurídico ineludible para el
logro de los restantes valores constitucionales.
La seguridad jurídica es un valor estrechamente ligado a los Estado de
Derecho que se concreta en exigencias objetivas de: corrección
estructural que viene hacer la formulación adecuada de las normas del
ordenamiento jurídico y corrección funcional que es el cumplimiento del
Derecho por sus destinatarios y especialmente por los órganos
encargados de su aplicación. Junto a esa dimensión objetiva la
seguridad jurídica se presenta, en su acepción subjetiva encarnada por
la certeza del Derecho, como la proyección en las situaciones
personales de las garantías estructurales y funcionales de la seguridad
objetiva.
Respecto a las condiciones de corrección estructural suelen aducirse las
siguientes:
a. leg promulgata, ya que la promulgación es esencial a la ley, pues sin
ella no podría llegar a conocimiento de los destinatarios y, en
consecuencia, no podrían cumplirla.
b. Leg manifiesta, referida a la necesidad de que las normas puedan ser
compresibles y eludan las expresiones ambiguas, equívocas u
oscuras que puedan confundir a los destinatarios. La claridad
normativa requiere una tipificación unívoca de los supuestos de
hecho que evite, en los posible, el abuso de conceptos vagos e
indeterminados, así como una delimitación precisa de las
consecuencias jurídicas.

La seguridad jurídica puede ser clasificada de la manera siguiente: objetiva y subjetiva.

LA SEGURIDAD JURÍDICA SUBJETIVA

Alude al conjunto de organismos y a la pléyade de funcionarios públicos que, con su


eficiencia, eficacia, moralidad y legalidad, generan una suerte de íntima confianza en
la certeza de su protección y reparación en favor de las personas, en un espacio y
tiempo determinados.

Esta convicción psicológica se inspira en el cumplimiento de los principios siguientes:

Eficiencia. Es el principio que define y asegura el cumplimiento de las políticas y


metas en materia jurídica, en una doble dimensión: cualitativa y cuantitativa. Mediante
esta pauta basilar se reconoce la íntima relación entre los objetivos propuestos y los
resultados obtenidos.

Eficacia. Es el principio que permite establecer una relación óptima entre los recursos
que se utilizan y los resultados que se obtienen en materia jurídica.

Moralidad. Es el principio que permite asegurar el recto ejercicio y el uso adecuado


del poder en materia judicial, administrativa, policial, etc.

Legalidad. Es el principio que permite asegurar la defensa del orden jurídico y los
derechos que este declara a favor de los ciudadanos.

La presencia de estos principios en el seno de los órganos vinculados con la justicia y,


en particular, en la conducta de los funcionarios públicos adscritos a estos, promueve
la certeza del ejercicio pleno de los derechos ciudadanos, así como la convicción de la
factibilidad de su restablecimiento, resarcimiento y castigo, si fuere el caso, en una
situación particular y concreta de vulneración.

SEGÚN ALGUNOS AUTORES COMENTAN LO SIGUIENTE DEL TC:


Humberto Ávila [Teoría de la seguridad jurídica. Madrid: Pons, 2012], señala
que la seguridad jurídica se asocia con los criterios de determinación,
estabilidad y posibilidad.
El Tribunal Constitucional en el caso Luis Patroni Rodríguez (Expediente N°
01546-2002-AA/TC), ha señalado que la predictibilidad de la conducta estatal o
más genéricamente las consecuencias de los actos ciudadanos, es una
salvaguarda para organizar la vida personal al amparo del derecho y una
afirmación de interdicción de la arbitrariedad.
Humberto Ávila, señala que la seguridad jurídica tiene como presupuestos
la cognoscibilidad como garantía de acceso al contenido y alcance de las
normas; la confiabilidad como garantía de cumplimiento y estabilidad;
la calculabilidad como garantía de determinación subjetiva y prognosis de las
consecuencias jurídicas concretas en caso de cumplimiento o incumplimiento
de las normas.
El Tribunal Constitucional en el caso Colegio de Notarios del Distrito Notarial de
Lima (Expediente N° 0001-003-2003-AI/TC), ha consignado que su
reconocimiento constitucional aparece por vía inductiva. Ello en razón a que
dicho texto declara lo siguiente:
“Artículo 2.-
Toda persona tiene derecho:
A la libertad y la seguridad personal. En consecuencia:
Nadie está obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo
que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohíbe.
El numeral 24 del artículo 2 de la constitución, “Nadie será procesado ni
condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté previamente
calificado en la ley, de manera expresa e inequívoca, como infracción punible;
ni sancionado con pena no prevista en la ley”.
artículo 139 principios de la administración de justicia Son principios y derechos
de la función jurisdiccional:
1. La unidad y exclusividad de la función jurisdiccional. No existe ni puede
establecerse jurisdicción alguna independiente, con excepción de la militar y la
arbitral. No hay proceso judicial por comisión o delegación.
La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional.
Ninguna persona puede ser desviada de la jurisdicción predeterminada por la
ley, ni sometida a procedimiento distinto de los previamente establecidos, ni
juzgada por órganos jurisdiccionales creadas al efecto, cualquiera sea su
denominación”.
En puridad, el resguardo que se ofrece a la persona, en el sentido que la
actuación de quienes ejercen el poder tendrá correspondencia con el orden
jurídico imperante; y, que, por ende, sus derechos, bienes y proyecto de vida
no serán objetos de amenaza o violación.
La seguridad jurídica señala el compromiso del Estado de una actuación estatal
o ciudadana con sujeción al principio de legalidad; así como de protección,
reparación o resarcimiento frente a actos contrarios al ordenamiento jurídico.
CONCLUSIONES:

1. Este principio “es implícito en nuestra Constitución, aunque se


concretiza con meridiana claridad a través de distintas disposiciones
constitucionales, algunas de orden general, como la contenida en el
artículo 2°, inciso 24, parágrafo, y otras de alcances más específicos,
como las contenidas en los artículos.
2. El reconocimiento de este principio por parte del TC es relevante
porque “sólo si la seguridad jurídica es entendida como principio
podremos afirmar que su transgresión por una norma de rango legal
no nos merecerá un juicio de legitimidad, sino que podremos decir
que estamos ante un supuesto de inadecuación constitucional, que
se podrá hacer valer vía recurso o cuestión de inconstitucionalidad”.

3. El principio de la seguridad jurídica forma parte consubstancial del


Estado Constitucional de Derecho. La producibilidad de las
conductas (en especial, las de los poderes públicos) frente a los
supuestos previamente determinados por el Derecho, es la garantía
que informa a todo el ordenamiento jurídico y que consolida la
interdicción de la arbitrariedad.

BIBLIOGRAFIA:

Castañeda Deza, M. T. (2016). El principio de seguridad jurídica en la


determinación de la pena en las circunstancias atenuantes privilegiadas
del código penal peruano
Perez Luño, E.A (2000), LA SEGURIDAD JURÍDICA: UNA GARANTÍA DEL
DERECHO Y LA JUSTICIA
Recuperado de:
https://biblioteca.cejamericas.org/bitstream/handle/2015/2606/eserv.pdf

Rivera Cervantes,F (2018), LA SEGURIDAD JURÍDICA Y LA CONSTITUCIÓN


PERUANA pública, Garantías a la ciudadanía, Recuperado de:
https://elperuano.pe/suplementosflipping/juridica/709/web/pagina02.html
Rodriguez,A.J, principio de seguridad jurídica y técnica normativa, Recuperado
de: file:///C:/Users/Helio/Downloads/16325-Texto%20del%20art
%C3%ADculo-64899-1-10-20170203.pdf

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