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Victor Tavarez

12-1-2022
El Principio de Seguridad Juridica
Se dice que, la seguridad jurídica seria un principio del derecho de carácter universal, que tiene
sis bases en la certeza y sabiduría del derecho, tanto en su ámbito de publicidad hasta en su
forma de aplicarse, tanto así que quiere decir la firmeza de que se conocen, como también puede
conocerse, lo que se ha previsto como prohibido, permitido u ordenado por el poder público. La
palabra seguridad, tiene su origen de la palabra latina ´´securitas´´, la cual tiene su derivada en el
adjetivo ´´securus´´, la cual significa, estar siempre seguros y libres de cualquier cuidado.

En su forma más simple, la seguridad jurídica es la garantía que el gobierno proporciona a una
persona de que su persona, sus bienes y sus derechos no serán violados, o que, si esa última
posibilidad se presenta, la comunidad estará allí para proporcionar su protección y cumplimiento.
En conclusión, la seguridad jurídica se refiere a la "certeza de derecho" de un individuo de que
su situación jurídica no será alterada más que de acuerdo con los procedimientos y
comportamientos legales establecidos, previos y debidamente publicados.

La irretroactividad de la ley, la tipificación legal de los delitos y las penas, las protecciones
constitucionales, la cosa juzgada, el fin de las acciones y la prescripción son algunos principios
que suelen extraerse de la seguridad jurídica. Para evitar una situación conocida como conflicto
de leyes en el tiempo, las leyes no deben aplicarse de forma retroactiva, lo que significa que no
deben afectar a hechos o circunstancias ocurridos antes de que fueran legítimas. En pocas
palabras, todo lo que enfatiza la certeza de la ley como principio o característica fundamental del
Estado.

El Principio de Legalidad, también conocido como Primacía de la Ley, es otro principio que
apoya el Principio de Seguridad Jurídica. En virtud de este principio, todo poder público debe
ejercerse de acuerdo con las normas y la jurisdicción de la ley, y no según el capricho de
personas o empresas concretas. Además de establecer o tener que establecer los requisitos legales
que deben seguirse, el Estado, como máximo representante del poder público y garante de las
relaciones sociales, tiene el deber de establecer un marco general de "seguridad jurídica" en el
ejercicio del poder político, legal y legislativo.
El objetivo último del Estado es proporcionar los medios para que quienes residen o actúan
dentro de sus fronteras gocen de estabilidad y seguridad, y asegurar que sus derechos a la
persona, a la propiedad y a las facultades no puedan ser violados sino de acuerdo con los
procedimientos establecidos que sean coherentes con un sistema de derecho vigente y que sea
justo y equitativo.

La creación de reglamentos debe respetar en primer lugar el principio de publicidad de las


normas para cumplir los estándares de seguridad jurídica. Los destinatarios deben conocerlos, y
su publicación oficial garantiza que han sido aceptados de acuerdo con las normas establecidas
por la ley. La premisa fundacional de la legalidad, que incluye un doble requisito, refuerza la
seguridad jurídica. La primera es que siempre debe haber una respuesta reglamentaria a cualquier
circunstancia o acción que pueda tener ramificaciones legales. El segundo es la claridad
normativa, que significa que las normas deben ser claras y estar libres de lenguaje confuso,
equívoco u oscuro. Esto aumenta la claridad de la ley y pone restricciones a las personas que
deben aplicarla.

La jerarquía de las normas es un principio de organización que afirma que algunas normas son
más importantes que otras, permitiendo que cada tipo de norma tenga su propia ubicación y
gobierne el territorio que se le asigna específicamente. La irretroactividad de las normas es uno
de los ejemplos más evidentes de seguridad jurídica. En estas situaciones, la previsibilidad y la
certeza de la ley actúan como un freno para mantener todo bajo control.

El concepto de expectativas legítimas, que protege contra los cambios imprevistos de las
expectativas creadas por la confianza de los ciudadanos en la ley tal como es, es un ejemplo de
cómo se demuestra esto. La imposición de decisiones arbitrarias no puede ignorarse en la
retroactividad. Sin embargo, nada impide que se apliquen nuevas leyes con carácter retroactivo si
ello beneficia a los ciudadanos.

Para que los ciudadanos comprendan el alcance y los efectos de las normas y las leyes, los
sistemas jurídicos de los Estados deben ser claros. Para respetar los derechos de los demás, las
personas pueden modificar su comportamiento de acuerdo con la ley y la constitución cuando
hay seguridad jurídica. La seguridad jurídica también se refiere a la forma en que el Estado trata
a las personas de conformidad con la ley.
El derecho a la seguridad jurídica se estableció a favor de los gobernados tras la Revolución
Francesa y la Declaración de la Ley de 1789 en un esfuerzo por evitar los abusos y las
extralimitaciones del poder estatal. Desde entonces, se ha desarrollado un marco nacional y
sistemático para promover la igualdad ante la ley y la protección del derecho a la libertad. La
escuela de pensamiento predominante consideraba la seguridad jurídica como una premisa legal
básica. Las leyes deben tener repercusiones legales predecibles y claras.

La seguridad jurídica hace ver cómo es importante el uso de la ley como herramienta normativa
para promover la justicia, la eficacia del sistema y el orden social. La ley debe cumplir ciertas
características para construir un sistema jurídico que proporcione a los ciudadanos una sensación
de seguridad jurídica.

En este sentido, el ordenamiento jurídico debe constar de leyes promulgadas, evidentes, estrictas
y previas para que funcionen como herramienta y artículo de seguridad jurídica. Por lo tanto, las
leyes deben haber sido redactadas de acuerdo con las especificaciones y directrices explícitas
establecidas en la Constitución. Además, las conductas que las normas regulan deben estar
definidas con precisión; por ejemplo, no puede haber una definición penal que no sea lo
suficientemente específica. También es necesario ser específico y explícito sobre las sanciones,
las repercusiones legales y las penas.

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