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La presidenta chilena, Michelle Bachelet inicia la conferencia impartida el pasado

viernes, haciendo énfasis en la educación, género e interculturalidad los cuales


son términos que tienen interdependencia entre sí y son importantes ya que a
partir de esto se busca el bienestar de la sociedad. Dicho bienestar puede variar
dependiendo de lo situación y evolución de cada sociedad. Es decir, el interés
nacional de cada Estado cambia dependiendo de su situación y evolución
dependiendo de los acontecimientos que pasan en cada Estado. Por ejemplo, en
antaño se vivió una época de guerras y diferencias ideológicas. Sin embargo, en la
actualidad ya no existe este tipo de conflicto, con ello no quiere decir que vivamos
en un mundo libre de conflictos, sino que los conflictos actuales son otros, como el
terrorismo, narcotráfico, crimen organizado, entre otros. Es por ellos que cada
Estado debe analizar la situación actual y realizar políticas de acuerdo a estos
problemas.

Por lo anterior, se dice que la política exterior está basada en el interés nacional
de cada Estado, ya que un Estado no puede imitar las políticas de otro si
realmente no cumple con su interés nacional. Por ejemplo, las políticas de Chile
no pueden ser las mismas que las de Guatemala, ya que las necesidades de
ambos países son diferentes, debido a la situación actual e historia de cada
Estado.

Así también, hizo referencia al número de femicidios que existen en Chile al año,
la cifra es una mínima parte comparada con la de Guatemala, esto también puede
ser otra muestra que los intereses entre Chile y Guatemala son diferentes y por lo
tanto, las políticas deben ser diferentes.

Adicional, como menciona la Presidenta Bachelet, todos los países de la región


latinoamericana tienen ciertos aspectos parecidos y ciertas necesidades en
común. Por lo que se necesita realizar cambios en algunas políticas, como realizar
una reforma educativa, en la que exista mayor inclusión y ya no realizar la división
en la que los ricos estudian con los ricos y los pobres estudian con los pobres,
esto daña el tejido social y detiene el desarrollo de la sociedad. Esta situación
convierte a la educación en un bien de consumo y no tanto en un derecho como
debería ser. Esto también dificulta distinguir la calidad educativa, ya que no se
puede distinguir si en realidad son buenos por su metodología de enseñanza o
únicamente por la selección de sus alumnos debido al nivel socioeconómico que
tenga su familia. Por lo que Chile ya ha iniciado políticas en las que estas
divisiones terminen y de esta manera todos los padres de familia puedan elegir el
centro educativo en el que esté seguro que sus hijos recibirán una buena
educación y de esta manera la educación ya no se vea como un bien de consumo,
sino que todos tengan derecho a ella.

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