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punto los niños fueron objeto del amor de Jesús. Por eso, las intensidad. Consciente de la dificultad, los va educando de una
palabras completan y aclaran el mensaje: «El que acoge a un manera progresiva en diferentes valores: la elección del último
niño como éste en mi nombre, a mí me acoge; y el que me acoge a lugar, la renuncia a puntos de mira demagógicos, la acogida de
mí no es a mí a quien acoge, sino al que me ha enviado» (v. 37). los que no cuentan, como los niños. Les está ayudando a no
Estar bien dispuestos hacia un niño, signo de quien no cuenta, rehuir la cruz, entendida sólo en negativo, uniéndola siempre a
significa dejar sitio en nuestra propia vida a Jesús y, a través de la resurrección. Sólo de la combinación pasión-muerte-
él, al Padre. resurrección nace el misterio pascual. Les está sensibilizando
con el misterio pascual, aun cuando su humanidad rebelde
No hemos de buscar, por consiguiente, la supremacía con la tiende a mostrarse recalcitrante ante un discurso
idea implícita de hacernos servir, de ser reverenciados, sino con comprometedor. Es mejor escabullirse y quedarse en el campo
la disponibilidad de ponernos al servicio de todos, de mostrarnos restringido del interés personal, instintivamente comprensible y
acogedores con todos, incluso con los últimos. Este es el modo gozable de inmediato: «¿Quién es el más importante?». La
correcto y fructífero de ir a Jerusalén para compartir el misterio verdadera grandeza se mide con los parámetros de Dios, no con
pascual con Jesús. los de los hombres, que son medidas inestables y fluctuantes.
3. MEDITATIO
Siempre anda al acecho la tentación de detenerse antes de
La siguiente etapa es la meditación. Meditar es reflexionar en los llegar a Jerusalén, de cambiar de camino, de buscar atajos o
valores permanentes del texto bíblico; es buscar el sabor de la caminos anchos... Aquí está la gran prueba de los discípulos y
Palabra y no lo científico; es "rumiar" la Palabra tratando de de todos los creyentes. Hagamos resonar tanto para los
asimilarla con un esfuerzo de interioridad y concentración; es discípulos como para nosotros mismos la sugerencia del libro
cerrar los ojos ante el Señor y confrontar el texto con la vida del Eclesiástico: “Pon en él tu confianza, que él vendrá en tu
indicando las actitudes y sentimientos que la Palabra de Dios te ayuda». Así es, Jesús nos ayudará a superar la prueba y a
transmite. Así: «subir» con él a Jerusalén para celebrar su pascua y la nuestra.