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ALMA DE DRAGON 2

CORAZÓN DE DRAGON
2
STEPHANI HECHT
A veces tienes que enfrentarte a tu horrible pasado o de
lo contrario nunca tendrás un futuro brillante y feliz.
Lester siempre ha sido la mitad de bueno: mitad
hechicero, medio dragón, pero sobre todo un hijo bastardo,
rechazado y no deseado cuando era un niño. Así que lo
primero que hace cuando puede, es alejarse al mundo
humano y nunca más mirar atrás. Pero el mundo
sobrenatural está llegando hasta él. La guerra entre los
dragones y los hechiceros está en su clímax y ambos lados
quieren tener a Lester.
Mick, cambia formas dragón, creció viendo a su mejor
amigo Lester siendo maltratado y rechazado. Ahora que 3
está de regreso, Mick está, más que nunca, decidido a
protegerlo. Cuando los dos se dan cuenta que ambos están
enamorados, ¿serán capaces de superar todos los
obstáculos, o la guerra le ganará la batalla al amor?
Dedicación
A mamá — gracias por todo lo que has hecho. Te quiero.

4
Reconocimiento de marcas registradas

El autor reconoce el estatus de marca registrada y


propietarios de marcas comerciales a los siguientes
nombres mencionados en esta obra de ficción:
FruityPebbles: Post FoodsLLC
Prada: Prada SA
Hummer: General Motors Corporation
Bactina: Bayer, Inc.

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Capítulo 1

Lester Bucan había esperado que pasara otro mundano


día en la Sala de Emergencias. Debería saberlo bien.
Primero, las cosas nunca eran mundanas en el área de
Urgencias y nunca lo serían, siempre y cuando seas medio
brujo y medio dragón.
El día había comenzado simplemente. Había ido a
trabajar, actuando como el humano normal que había
estado fingiendo ser durante más de una década. Todo era
sencillo y espeluznante. En el trabajo, todo su tiempo se
llenaba con su desempeño, pero como había sido enfermero
durante más de cinco años, podía manejarlo. Estaba
consiguiendo sacarlo adelante.
Cuando tuvo que ir a la sala de exámenes número seis,
fue cuando todo se había ido al traste. En ese momento la 6
vida, en la que había trabajado tan duro para construir
durante una década, se desmoronó delante de sus ojos.
Allí, sentado en la sala de examen con su metro setenta
de altura, estaba Mick en toda su gloria. No había cambiado
mucho con los años. Aún tenía el pelo negro, flequillo de
punta1. Llevaba botas altas y pesadas que probablemente
pesaban más de lo que parecía. Numerosos piercing
adornaban su rostro, desde sus cejas hasta su sensual labio
inferior. Demonios, si él no seguía viéndose tan bien como
siempre.
Lester pensó en la época en la que había estado
enamorado de Mick. Cuando podía pensar en que algo
podría suceder entre ellos.

1
Usa la expresión; FauxHawk…
Eso había sido cuando era joven y estúpido, antes de
haber aprendido la cruel realidad de la vida: que los
dragones no se mezclaban con bastardos como Lester y que
con toda seguridad no se mezclarían con los mestizos. Así
que nunca le había admitido a Mick sus verdaderos
sentimientos y nunca lo haría. Era mejor así.
Lester cerró la puerta rápidamente y le preguntó: —¿Qué
demonios haces aquí?
—¿Tengo una tos desagradable? —Mick entonces fingió
toser, consiguiendo emular el sonido más falso que Lester
había escuchado en su vida.
—Buen intento, pero los dragones no se enferman. Así
qué, ¿cuál es la verdadera razón por la que estás aquí?
—Brian me envió… bueno, ambos, en realidad.
—En el nombre de Dios, ¿qué querría mi medio hermano
de mí ahora? —Antes no me necesitaba para nada.
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Mick frunció el ceño, ese gesto lo hacía parecer más
joven. Siempre fue amable contigo. Fue su madre quién
tuvo un problema contigo. Ella odiaba verdaderamente tu
coraje.
—Probablemente será porque yo era el recordatorio vivo,
de que su marido la había engañado. —dijo Lester.
—Probablemente.
—Todavía no me has dicho por qué estás aquí—le recordó
Lester a Mick.
Por mucho que a Lester le hubiera gustado sentarse allí
todo el día y mirar a Mick, y, le hubiera gustado mucho
hacerlo, sobre todo desde que Mick se convirtió en un
sueño húmedo, Lester estaba ocupado. Necesitaba quitar de
su camino al joven dragón para poder volver a su trabajo.
—Ah claro, ahí voy… Tienes que venir conmigo, y con eso
quiero decir, en este momento, —anunció Mick de manera
natural.
Lester se quedó boquiabierto. Sabía que Mick era
impulsivo y temerario, pero esto era un nuevo punto para
él. —Simplemente no puedo colgar la bata e irme. Estoy en
medio de mi turno.
—Bueno, ya ves. Aquí es donde tienes que dejar de fingir
ser humano y regresar a nuestro mundo.
—¿Quién lo dice?
—Lo dice todo el mundo.
—¿Qué diablos está pasando?
—Duncan volvió a casa.
Esa noticia sorprendió a Lester. Lo último que había oído
sobre su medio hermano, fue que estaba desaparecido en
acción, y eso había sido hacía cinco años. Duncan ni si
quiera se había presentado para el funeral de su madre.
Se apoyó contra la pared, Lester preguntó: —¿Cuándo?
Hace un par de meses, pero se pone aún mejor. Tiene un 8
compañero que es un hechicero, el hijo del mismo que
había mantenido a Duncan cautivo durante todos estos
años. El mismo que capturó su Ojo de Dragón.
De repente, todo tenía sentido. Si el hechicero hubiera
capturado realmente el Ojo de Dragón, entonces, en
esencia, habría conseguido retener el libre albedrío de
Duncan. Habría estado a su merced e impotente para
marcharse. Habría sido el esclavo del hechicero. Era un
destino que todos los dragones vivían con miedo.
Entonces, el segundo dato que Mick le había dado, golpeó
a Lester como si le hubieran dado una bofetada en la cara.
—¿Has dicho que Duncan se ha emparejado con un
hechicero?
—Sí, a mí también me sorprendió, pero Trent es
realmente un tipo decente una vez que lo conoces.
—Me pregunto cómo se han tomado eso Nicholas y Brian,
—dijo Lester.
Mick se encogió de hombros como si no fuera un gran
problema, aunque Lester sabía que debía haberlo sido. —De
hecho, nos ha llevado un poco acostumbrarnos, pero todo
está volviendo a la normalidad. En cierto modo, ha sido un
cambio para todos nosotros. No es fácil bajar por la
mañana para llenarte un cuenco con tus cereales
FruityPebbles2 y encontrarte con un jodido hechicero
sentado allí. No, cuando hemos estado en guerra con ellos
durante tantos siglos. Ha habido un par de ocasiones que
casi me he meado en los pantalones, hasta que recuerdo
que está de nuestro lado.
—Aún no me has contado lo que tiene que ver conmigo—
apuntó Lester.
Se había olvidado de lo hablador que podía ser Mick a
veces. Si le pones al tipo una moneda, él podría seguir sin
parar hasta la eternidad. Por lo general, Lester encontraba
el rasgo atractivo, pero por el momento, quería conseguir
que Mick o cualquier dragón que hubiera traído con él, se 9
fueran de Dodge. Así Lester podría volver a llevar su
pacífica y aburrida vida.
—Bueno, ahora que Trent desertó, los hechiceros se
enfadarán. Tienen miedo de que otros se nos unan, y tú,
amigo, eres el número uno en su lista de éxitos.
—¿Yo?—Lester señaló su propio pecho. —No tengo
ninguna habilidad mágica. Además, no puedo cambiar a
dragón. Por todas las habilidades que tengo, bien podría
ser un humano.
—No puedes usar tu magia porque nadie te enseñó. O al
menos eso es lo que Trent piensa. Dice que una vez que
vuelvas con nosotros, trabajará contigo eso.

FruityPebbles, son cereales de colores, los hay de diferentes formas…


2
Lester podía sentir su ira y frustración creciendo con
cada segundo que pasaba. Justo cuando finalmente había
conseguido su propia vida, su viejo yo, había vuelto para
patearlo fuertemente en el culo. Simplemente no era justo.
—¿Y si no quiero volver?
Mick le dedicó una mirada de—tú me estás tomando el
pelo. —Es nosotros o los hechiceros y nosotros te queremos
vivo. Ellos, sin embargo, quieren que estés muerto.
—Pero, ¿por qué tienen interés en mí?
—Porque saben que Trent será capaz de entrenarte para
que puedas usar tus poderes—Mick hizo una pausa e inclinó
la cabeza hacia un lado. —Realmente estás pasando por alto
todo lo que pasa aquí.
—Tendrás que disculparme… han pasado diez años desde
que he estado en este mundo. Me va a llevar algún tiempo
para ponerme al día. —replicó Lester.
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Mick se congeló, sus ojos se dilataron cuando olisqueó el
aire. El corazón de Lester comenzó a latir y su estómago se
revolvió cuando Mick soltó una maldita maldición: —¡Puta
mierda! Ya están aquí.
Para Lester, todo el olor en la sala era el habitual del área
de urgencias, entonces preguntó confuso: —¿Quién?
—Un grupo de hechiceros. Si tuviera que adivinar, diría
que son un grupo de seis, por lo que no es tan malo, ¿no?
solo nos superan en dos a uno.
Lester miró a Mick como si se hubiera vuelto loco.
—¿Cómo se supone que debemos vencerlos cuando nos
superan en esa proporción?
—Tengo dos dragones más en la sala de espera, así que no
te estoy contando. No te preocupes.
¡Ay! Esa clase de dolor volvió. Pero nuevamente Mick
tenía razón. A Lester nunca lo habían enseñado a luchar o a
usar su magia. Era el niño olvidado. El que nadie quería.
El que siempre era empujado a un lado e ignorado. Y
ahora tendría que volver a ese ambiente. ¡Yippee!
Mick saltó de la mesa de examen y agarró a Lester por el
brazo. —Tenemos que salir de aquí… ahora.
—No puedo irme así. Estoy en medio de mi turno. ¿Qué le
digo a mis compañeros de trabajo? —protestó Lester.
—Diles que tienes que irte o algo así. No me importa. Haz
algo para salir de aquí sin llamar demasiado la atención.
Salieron de la sala de examen para ver a tres brujos
caminando por el pasillo en su dirección. Eran todos
enormes, musculosos y vestidos de negro de la cabeza a los
pies. Vamos, como para no llamar la atención.
—¡Mierda! —exclamó Mick.
Giró a Lester en dirección contraria. El corazón de Lester
latió a destiempo al ver a Tristán y Brody, dos
cambiaformas dragón, que esperaban fuera. Como los 11
hechiceros, estaban bien constituidos, pero ahí terminaban
todas las semejanzas. Tristán tenía el pelo corto y rubio, y
llevaba vaqueros y una chaqueta larga para esconder sus
armas. Brody llevaba una chaqueta similar, pero tenía el
pelo oscuro y sus penetrantes ojos azules parecían mirar
directamente a tu alma. En general, no parecían mucho
más amigables que los brujos, pero Lester aún se
encontraba corriendo en su dirección.
Justo, cuando Mick y él alcanzaron a los otros dos, los
hechiceros comenzaron una lluvia de disparos justo en
medio de la sala de urgencias. Lester se agachó tras un
carro móvil para protegerse, a la misma vez gritó, —¿Qué
demonios? ¡Esto es un hospital, idiotas!
Ese comentario solo le valió más disparos. Los pacientes y
los miembros del personal comenzaron a gritar mientras
corrían por la sala o simplemente se agachaban intentando
protegerse justo donde estaban.
—Creo que ellos ya saben dónde están. Simplemente no
les importa. —dijo Mick en un fuerte susurro.
Estaba agazapado detrás de un cubo de basura a un metro
donde estaba Lester. Tristán soltó un sonido silbante bajo e
hizo un gesto con la cabeza a una serie de puertas
correderas dobles a unos metros de donde estaban ellos.
Mick asintió antes de dirigirse a Lester.
—Tenemos que salir corriendo antes de que cualquier ser
humano sea lastimado o aparezca la policía. Cuando te lo
diga, corre hacia la puerta. Vamos a cambiar tan pronto
como salgamos. Puesto que no podemos arriesgarnos a ser
vistos, tenemos que volar inmediatamente. Así que necesito
que estés listo para saltar sobre mi espalda lo más
rápidamente posible que puedas. ¿Lo has entendido?
—Lo entiendo.
Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa si significaba que
los disparos se alejaran de los pacientes y de la sala de
emergencia. Seguro que el personal se preguntaría que le
pasó, pero que así sea. No parecía que volvería pronto a su
vida humana en cualquier momento.
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Tristán dijo. —¡Ahora!
Todos salieron corriendo hacia el juego doble de puertas.
Cuando parecía que los tres dragones estaban preparados
para echar abajo las puertas, Lester rápidamente presionó
el botón para abrirlas.
Todos se detuvieron un momento para dedicarle una
mirada de sorpresa. Él movió sus dedos. —No hay magia.
Sólo sé cómo usar la electrónica.
Corrieron fuera y los cambiaron rápidamente: Tristán se
convirtió en un dragón verde, mientras que Brody era
negro. Sin embargo, Mick era el más hermoso. Sus escamas
eran azules, y eso significaba que eran de cada tonalidad de
azul. Los tonos eran más oscuros en su cabeza y
gradualmente se aclaraban más cerca de la punta de su
cola.
Lester podría haberse pasado todo el día mirando a Mick,
pero recordó sus órdenes y corrió rápidamente hacia la
espalda de Mick. Era un buen punto que incluso en su
forma de dragón Mick era un poco más pequeño. Si Lester
hubiera tenido que montar a Brody, habría necesitado un
taburete. El tipo era enorme.
El trío batió las alas y despegó. Todos a la misma vez. Los
hechiceros salieron y comenzaron a disparar al cielo.
Lester sabía que deseaban poder utilizar su magia, pero eso
era una acción que su consejo les prohibía hacer en
público. No es que todos los hechiceros obedecieran esa
regla, pero hasta ahora este grupo parecía estar actuando
como buenos chicos.
Una bola de fuego se abrió camino, pasando cercana a
Mick. Oops, parecía que Lester había sacado conclusiones
demasiado pronto. Después de todo, a estos chicos no les
importaba usar su magia en público.
Otra bola de fuego se abrió paso, pero Mick fácilmente la
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esquivó. Después de eso, estaban demasiado lejos de la
zona de tiro de los hechiceros, así que ni armas ni magia
les podían acertar. Lester soltó un grito de emoción. Casi
recordaba los viejos tiempos. A pesar de que él y Mick
tenían veintiocho años, ambos eran considerados jóvenes
en el mundo de los dragones. Aun así, Lester tenía un deseo
perverso de patear a los que habían lanzado las llamaradas
por lo que había sucedido.
Tristán resopló, dejando escapar una nube de humo antes
de girar a la izquierda. Los demás lo siguieron. Lester dio
un apretón a Mick. No era la primera vez que había
montado a su amigo. De hecho, era algo que solían hacer
todo el tiempo antes de que Lester se fuera. Lester se
encontró volviendo a caer fácilmente en el viejo hábito,
como si fuera montar en bicicleta3.

3 Montar en bicicleta. Es una expresión que se usa para decir que algo es fácil y que nunca se olvida. Si
lleváis mucho tiempo sin subiros a una bicicleta y lo hacéis, observaréis que no se os ha olvidado .
Solo deseaba haber llevado su grueso equipo de
equitación que solía usar. Sus prendas ligeras no lo
protegían del aire fresco. Aunque no tardaron mucho en
llegar volando a casa, para ese momento en el que llegaron,
Lester estaba temblando y presentaba las primeras etapas
de hipotermia.
Los dragones aterrizaron frente a lo que solía ser la casa
de su padre, pero ahora pertenecía al hermano mayor de
Lester, Brian. Lester se deslizó por la espalda de Mick y
casi cayó cuando sus piernas cedieron al entrar en contacto
con el suelo.
Mick y los demás volvieron a sus formas humanas,
volviendo a ponerse la ropa. Mick extendió la mano para
sujetar a Lester. —¿Estás bien?
—Sí, ha pasado un tiempo desde que he volado y hacía frío
ahí arriba—respondió Lester entre el castañeteo de sus
dientes. 14
—¡Mierda!—maldijo Mick. —Ni si quiera pensé en eso.
Estaba demasiado preocupado por alejarnos de esos
idiotas.
Lester levantó la vista hacia la casa. Mientras que para
muchos otros solo parecía una casa sencilla, a Lester le
parecía mucho más. Era un lugar que le traía muchos
recuerdos malos, dañinos y odiosos, y sin embargo, estaba
dispuesto a caminar de regreso a su interior. Querido Dios,
debía haber perdido sus canicas o algo así. O tal vez era tan
estúpido y simplista como siempre lo había acusado su
padre.
Brian salió y se detuvo en el porche delantero. Como
todos los hermanos, incluyendo Lester, tenía cabello oscuro
e incluso ojos más oscuros. Brian fue el único que mantuvo
su pelo un poco más largo, mientras Lester había preferido
mantener el cabello más corto. A parte de eso, también que
uno era mayor que el otro diez años y Lester era un hijo
bastardo, podrían haber sido gemelos.
—Lester, es bueno ver que lograste llegar a casa sano y
salvo. —dijo Brian.
Lester notó que no había ningún abrazo fraternal para
recibirlo. Soltó un suspiro. De todos modos, estaría
recibiendo suficientes muestras de cariño de Nicholas y
Duncan. Además, fue Brian quién lo había convocado aquí,
no al revés, por lo que a Lester no podía importarle menos
si presionaba al tipo.
—¿Está libre mi antigua habitación?—preguntó Lester
mientras subía las escaleras.
—Sí, Padre insistió en que nadie la tocara.
Esa información sentimental fue un golpe para Lester,
pero en ese momento estaba demasiado abrumado para
discutirlo. Asintió y se dirigió a su habitación de la
infancia. Después de entrar, se arrastró bajo las mantas y
estuvo dormido casi tan pronto como su cabeza golpeó la
almohada. 15
Capítulo 2
Mientras Mick miraba hacia la vieja casa de campo en la
que Lester había crecido, no podía dejar de preguntarse
cómo se sentía su amigo por volver. Aunque Lester nunca
había dicho una palabra y menos admitirlo, Mick sabía que
no había sido fácil vivir allí.
¿Y por qué? Por algo que Lester no tenía absolutamente
ningún control. Como si él hubiera elegido nacer, y mucho
menos, como si hubiera elegido a sus padres. Sin embargo,
había sido él quien fue castigado por sus pecados no
cometidos. Había sido el único que enfrentaba la
vergüenza. A veces la vida apestaba.
Mick se volvió para irse a su casa, una de las cabañas
situada en el perímetro de la finca, pero Brian lo hizo
volverse. —Mick, necesito hablar contigo un minuto.
Mick apenas contuvo un suspiro de irritación. Le
encantaba su líder, realmente, de verdad, pero para el tipo, 16
un minuto de charla se convertía a menudo en dos horas de
conversación. Las órdenes eran órdenes, así que subió los
escalones y entró.
Mientras lo hacía, no puedo evitar captar el olor de
Lester. Como si tuviera una mente propia, la polla de Mick
comenzó a hincharse. ¡Genial! Justo lo que Mick necesitaba:
su viejo enamoramiento de Lester literalmente surgía de
nuevo. Mick había pensado que había superado lo del tipo,
pero parecía que las cosas no podían estar más lejos de la
verdad. Todavía tenía un mega caso de Lester—itis y no
había cura a la vista.
¿Cómo no podría Mick estar atraído por el tipo? Incluso
en ese horrible uniforme de hospital, todavía estaba
caliente como el infierno. Con su pelo oscuro y corto y sus
profundos ojos marrones, su cuerpo delgado y apretado que
estaba hecho para joderlo y sus labios que suplicaban que
los besaran, era todo lo que Mick quería en un hombre.
Pero en el pasado, cada vez que Mick había intentado
hacer acercamientos a Lester, este siempre se había
alejado, lo cual era extraño porque Mick era bueno leyendo
a otras personas y podía decir que Lester se sentía atraído
por él. Entonces, ¿por qué demonios Lester lo rechazó? A
menos que pensara que no era lo suficientemente bueno
para Mick o algo así, una idea que parecía una locura.
Mick siguió a Brian a la biblioteca que también servía
como oficina de Brian. Brian tomó asiento detrás del
enorme escritorio en el centro de la habitación. Haciendo
un gesto hacia una de las sillas libres frente al escritorio,
Brian le dijo: —Siéntate, esto puede llevarnos un tiempo.
Así que iba a ser una maratón de charla, tal como Mick
había sospechado. Se sentó en el asiento y se acomodó.
—¿De qué quiere hablar señor?
—Creo que es bastante obvio, ya que él acababa de
montarse en tu espalda, —respondió Brian con una pequeña 17
sonrisa. —Como en los viejos tiempos, ¿eh?
—Sí, solo que esta vez no tenemos que preocuparnos de
que Lester sea golpeado por no hacer sus tareas
correctamente cuando regrese a casa —murmuró Mick con
rabia.
Se dio cuenta de que probablemente no debería haber
dicho eso, ya que estaba hablado de los padres de Brian,
que ya estaban muertos, pero años de cólera reprimida se
habían soltado y acababan de salir.
Para sorpresa de Mick, la irá brilló a través de los ojos de
Brian, pero no estaba dirigida a él.
—Decir que nuestros padres eran menos que amables con
mi hermano menor sería una enorme subestimación. Esa es
una de las razones por las que no puedo culparlo por irse.
Lo habría traído antes, pero sé que este lugar solo guarda
malos recuerdos para él. La única razón de traerlo ahora es
por culpa de los hechiceros asesinos que lo matarían a la
primera oportunidad.
—¿De verdad crees que puede aprovechar sus poderes? —
preguntó Mick. —En todo el tiempo desde que lo conozco,
no ha demostrado un indicio de tener habilidades mágicas.
—Trent parece pensar que con una formación adecuada
puede cambiar. Aparentemente no es el único, puesto que
los hechiceros repentinamente han ofrecido una
recompensa por la cabeza de Lester.
—¿Cuánto cuesta? —preguntó Mick.
Brian sonrió sardónicamente. —Digamos que habría hecho
que nuestro querido padre se sintiera tan orgulloso de
saber que uno de sus hijos valiera tanto.
—Tu madre, por otra parte, probablemente le habría
entregado por el dinero —dijo Mick.
—Más rápido de lo que podría decir Prada4.
—¿Trent va a trabajar realmente con Lester? —preguntó
Mick. 18
—Por supuesto ¿Por qué no lo haría?
—Sé cómo pueden comportarse algunas personas cuando
se trata sobre medio brujos. No quiero que Lester tenga
que trabajar con alguien que lo vaya a tratar como una
mierda.
Brian arqueó una ceja. —¿Desde cuándo tienes algo que
decir?
Desde la primera vez que lo sostuve en mis brazos
mientras lloraba, solo éramos niños. Desde ese momento me
di cuenta de que era más que un amigo para mí. Desde que lo
amo a pesar de que sé que nunca podré tenerlo como mío,
porque bastardo o no, él es la realeza y yo soy sólo un
soldado común.
—Nosotros estábamos muy unidos. Odiaría ver a alguien
lastimándolo. —fue todo lo que dijo Mick.

4 Prada es una firma italiana de moda. Fundada por Mario Prada en 1913 como Fratelli Prada (en
italiano: Hermanos Prada), la firma dio un giro radical con la llegada a la gerencia de Miuccia Prada,
nieta del fundador, en 1978.
—Trent sabe todo sobre la historia de Lester y él estaba
tan horrorizado como nosotros.
—¿Qué quieres decir con horrorizado? —dijo Mick. —Si
usted, Duncan y Nicholas hubieran estado tan afectados
entonces, ¿por qué no lo ayudasteis y protegisteis cuando
erais niños?
Mick sabía que era una locura hablar con su jefe de esta
manera, pero no pudo evitarlo. Todo lo que podía pensar
eran todas las palizas y abusos verbales que Lester había
sufrido. Si hubiera habido algo que los otros tres pudieran
haber hecho para detenerlo, y no lo habían hecho, entonces
eso los hizo tan culpables como a sus padres.
—Lo hicimos—dijo Brian. —Pero cada vez que
intercedíamos, ellos solo duplicarían el castigo de Lester.
Así que aprendimos rápidamente a mordernos nuestras
lenguas, sin importar cuánto nos doliera hacerlo. ¿Tienes
una idea de lo difícil que fue para nosotros ver a nuestro
hermano pequeño siendo golpeado y saber que no
19
podíamos hacer nada por ayudarlo?
—Odio decir esto, señor, pero la mayoría de nosotros
pensamos que estabais en contra de él. —confesó Mick.
Una expresión de angustia cruzó por el rostro de Brian.
—¿Incluso Lester?
—Especialmente Lester.
Brian se cubrió la cara con sus manos. —Nuestra madre
nunca nos dejó acercarnos, así que no pudimos explicarle
la situación. ¿Nos odia?
—Creo que llamarlo odio, sería suavizarlo, —dijo Mick con
sinceridad. Podía echar todo fuera allí mismo, comenzando
por el principio. No tenía sentido andar de puntillas y
tratar de no hablar del tema.
—¿Qué debo hacer? ¿Debería hablar con él? —preguntó
Brian.
Por primera vez, Mick vio a su líder sin saber qué hacer.
Fue un poco inquietante y cómico al mismo tiempo. Brian
siempre era muy estoico y organizado. Era agradable ver
que a veces, incluso podría agrietarse un poco.
—No creo que ahora sea el mejor momento. Está un poco
molesto por haberlo arrancado del mundo que él mismo
creó.
—Pero incluso él, tiene que darse cuenta de que no era
seguro para él allí fuera. —protestó Brian.
—Es cierto, pero todavía está enfadado con nosotros.
Cualquier cosa paranormal nos iguala en su libro, así que a
pesar de que son los hechiceros los que lo están haciendo
esconderse, todavía culpa a los dragones por ello.
Brian rio amargamente. —Lester siempre era terco.
—Y eso no ha cambiado. Prácticamente tuve que
arrastrarlo fuera de esa Sala de Urgencias.
20
—Eso suena a mi hermano. Brian dejó escapar un
profundo suspiro. Lo extrañaba tanto. Me pregunto si se
dará cuenta de eso.
—Probablemente no.
—Nuestros padres hicieron un trabajo de mierda en
nuestras cabezas, ¿verdad?
Mick se encogió de hombros. —Suena como que hicieron
un buen trabajo con todos ustedes.
—Sí, lo hicieron. Lo que me lleva a la razón por la que te
llamé aquí. ¡Finalmente estábamos llegando al punto de la
conversación!
—¿Y sobre que era señor? —preguntó Mick.
—Quiero que reavives tu amistad con Lester. Necesitamos
que él sea tan cooperativo y confíe en nosotros tanto como
sea posible. Creo que va a ser la única manera en que él va
a abrirse.
Mick tuvo que esconder sus manos debajo del escritorio
para que su líder no viera que sus puños se apretaron por
la furia. —Así que quieres que me acerque a mi viejo amigo
para que puedas usarlo para tu causa. ¿Qué tal si me acerco
a él para que pueda conocerlo? ¿O para que pueda
disculparse por todos estos años que sufrió de abusos?
¿Qué tal por ese gesto?
Brian se pasó las manos por el pelo. —Mick, por supuesto
que quiero todas esas cosas, pero también estoy intentando
encauzar una guerra aquí. Tenemos cientos, tal vez incluso
miles de dragones capturados por ahí, y tenemos que
averiguar quién tiene los Ojos de Dragón. Trent piensa que
puede trabajar un hechizo de escrutinio para localizar a
todos ellos, pero necesita la ayuda de otro hechicero. Ya
que no tenemos otra oportunidad, Lester es lo más cercano.
Si Trent puede ayudarlo a entrenar sus poderes, podremos
salvar innumerables vidas. Así que tendrás que
disculparme si no me posiciono ahora como hermano del 21
año. Por mucho que quisiera estar nada más que al lado de
Lester, tengo que preocuparme de todo mi pueblo.
Mick agachó la cabeza. Cuando Brian lo había expresado
así, tenía un punto. —Bueno, me acercaré a Lester de
nuevo. No debería ser demasiado difícil, ya que antes
habíamos estado muy unidos.
Pero ¿podría esta vez separar mis sentimientos de
atracción de mis sentimientos de amistad? Estaba empeñado
en esperar eso, ya que si no, estaría en mundo de dolor.
Brian le dirigió una pequeña sonrisa. —Gracias, lo
aprecio. De hecho, te nombro su Guardián personal.
¡Genial! Justo lo que Mick necesitaba. Más
responsabilidad con respecto a Lester. Mick se puso de pie.
Si ha terminado conmigo, me gustaría ir a verlo.
—Adelante.
Mick se fue y subió los escalones que conducían al
dormitorio de Lester. Estaba al final de un pasillo largo y
sin decoración, mucho más pequeño que el de sus
hermanos. Cuando llegó, encontró a Duncan y Trent fuera
de la puerta del dormitorio, manteniendo una conversación
agitada y en susurros.
—¿Qué está pasando? —preguntó Mick.
—Nada—respondió Duncan, aunque su expresión
preocupada en sus ojos gritaba que era una mentira grande
y gorda.
—¿Tiene algo que ver con Lester? —preguntó Mick.
—Realmente no es asunto tuyo—dijo Duncan.
—Si se trata de Lester, entonces lo es—argumentó Mick.
—Solo porque seas amigo no significa que tengas acceso a
cada área de su vida.
—Tal vez no, pero como su recién nombrado Guardián, lo 22
tengo.
Mick observó a Duncan con un gesto de derrota. Duncan
se volvió hacia su compañero Trent, quién se limitó a
encogerse de hombros y luego se volvió hacia Mick.
—Lo que voy a decirte, nunca podrá salir de este pasillo.
—dijo Duncan.
—De acuerdo—dijo Mick.
—Una de las razones por las que Trent piensa que Lester
está tan agotado ahora es que usó la magia sin querer para
crear un hechizo de protección alrededor de vosotros
cuando escapabais del hospital.
Mick sacudió la cabeza. Seguramente estaban jugando con
él. —Por lo que he oído, se necesitan grandes habilidades
mágicas para cubrir a una persona, y mucho más a un
grupo de dragones. ¿Cómo alguien como Lester haría algo
así y más sin ningún entrenamiento?
Trent lo miró con expresión sombría. —Es mucho más
poderoso de lo que cualquiera de nosotros se haya dado
cuenta. ¿Alguien tiene idea de quién era su madre?
Duncan se pellizcó el puente de la nariz. —No, papá
simplemente llegó un día a casa con Lester. Siempre se
negó a decirnos quién era su madre. Solo que era una
hechicera que no quería tener nada que ver con un hijo
bastardo.
El modo en que Duncan mordía esas palabras mostraba lo
que pensaba de la mujer sin nombre. Un sentimiento que
Mick repitió fuertemente.
—Lester lo ha tenido muy duro, ¿eh? —preguntó Trent.
—Ni si quiera eso se acerca a describirlo. —replicó Mick
con ferocidad—. Te has dado cuenta que este es el pasillo
para el cuarto de los criados, ¿no? ¿Sabes que cuando había
una recepción aquí, a Lester no se le permitía asistir, para
que no avergonzara a la Dama de los Dragones? 23
Trent miró a Duncan en estado de shock. Duncan
simplemente asintió con la cabeza para afirmar que era
cierto.
—¿Las cosas van a ser lo mismo ahora? —se atrevió Mick
a preguntar.
—No, claro que no. Sabes que Brian no es como nuestro
padre.
—Entonces, ¿por qué Lester está en esa habitación? —
exigió Mick, su voz temblaba un poco.
—Porque aquí es a donde se dirigió. Nadie tuvo la
oportunidad de detenerlo. Una vez que se despierte, lo
mudaremos a una habitación más cercana a donde tú
dormirás, ya que ahora eres su Guardián.
¡Mierda! Mick ni si quiera había pensado en eso. Ahora
que era guardián de Lester, estaría viviendo en la casa de
campo veinticuatro horas al día, siete días a la semana. Le
gustara o no, estaba a punto de vivir, respirar y comer a
Lester.
—Si me disculpas, necesito echarle un vistazo. —dijo
Mick.
Pasó por delante de la pareja y se metió en la habitación.
Encontró a Lester durmiendo de lado, con las mantas
cubriendo hasta sus hombros. Se veía tan tranquilo y joven,
que Mick se sintió atraído de vuelta a los tiempos cuando
eran niños, cuando la magia y los dragones no importaban.
Cuando todo lo que querían eran amistad y diversión. Antes
de que la vida real y todo ese tipo de basura hubiera
invadido y arruinado las cosas.
Mick alargó la mano para acariciar el cabello de Lester. —
Yo te protegeré. Lo prometo. Incluso si tengo que morir
mientras lo hago. Estarás a salvo, te lo juro.

24
Capítulo 3

Lester se despertó en su vieja habitación y le tomó un


instante darse cuenta del por qué estaba allí. Entonces, los
acontecimientos del día anterior cayeron sobre él como una
dura realidad y se sentó con un gemido.
Poco había cambiado desde que se había ido. Su
habitación era tan espartana como siempre. Sólo había una
cómoda en una esquina y una cama sencilla. Ni juguetes o
decoraciones personales. Lo único diferencia era el
pequeño dragón que estaba acurrucado al lado de su cama,
durmiendo sobre una silla.
Lester extendió su mano y le dio un golpecito. —Mick,
¿qué haces allí?
Mick se irguió de un salto, sus brillantes ojos mirando
rápidamente en todas las direcciones posibles como si el
peligro pudiera estar viniendo de cualquiera de ellas. 25
Finalmente tomó varias respiraciones tranquilizantes.
—Lo siento, me has pillado a mitad de un sueño.
Lester soltó una risita. —Debías de estar soñando algo
verdaderamente excepcional como para reaccionar de esa
forma.
Mick pasó una mano por su cabello. —Sí, algo así. ¿Cómo
te sientes esta mañana?
—Como si hubiera sido atropellado por una manada de
dragones, por lo demás, estoy bien. Aunque, no entiendo el
por qué estoy tan cansado.
—Trent piensa que ayer utilizaste magia para
protegernos.
Lester se congeló, luego dejó escapar una risita por lo
ridículo de la idea. —Pero no sé cómo usar magia. Nunca he
podido.
—Él piensa que lo hiciste sin querer. Me dijo que es bien
sabido que los hechiceros pueden hacer ese tipo de cosas en
el calor de un momento peligroso. Explicaría el por qué
hemos sido capaces de escapar tan fácilmente y el por qué
estás tan cansado.
—Pero no crees que yo me habría dado cuenta si lo
hubiera hecho—argumentó Lester.
—Tal vez, tal vez no. Todo sucedió tan rápido anoche.
—Supongo que tienes un buen punto. —Lester bajó la
mirada hacia sus manos por primera vez, considerando la
idea de que en realidad pudiera ser capaz de usarlas para
hacer magia. Le habían dicho durante tanto tiempo que era
un inútil que nunca lo había intentado, pero ahora
realmente estaba comenzando a pensar de una forma
diferente.
—¿Sinceramente crees que Trent puede ayudarme?—
preguntó Lester, por primera vez sintiéndose esperanzado. 26
Mick se encogió de hombros. —No te haría daño. Además,
no es sólo tu magia en lo que vas trabajar. He sido
nombrado como tu Guardián.
Lester levantó una ceja. — ¿Tú eres mi Guardián?
Mick le dio una sonrisa arrogante. —Sip, Brian me lo dijo
anoche.
—¿De qué sirve? No creo que alguna vez pueda
transformarme en un dragón.
—Bueno, eso es porque nunca antes a nadie se le permitió
entrenarte. Ahora es mi trabajo el ayudarte con eso.
Lester puso los ojos en blanco. —¡Genial! Como si no
tuviera ya suficiente estrés en mi vida. Ahora debo
aprender magia y cómo transformarme. No hay problema,
puedo manejarlo. —Se levantó y comenzó a caminar.
Mick se puso de pie y posó sus manos sobre los hombros
de Lester. Ellos estaban de pie uno frente al otro. Sus
rostros a centímetros de distancia.
Habría sido muy fácil para Lester el inclinarse hacia
adelante y robarle ese beso que tanto deseaba. En lugar de
eso, simplemente se quedó allí actuando como un conejo
asustado.
—Puedes manejar esto. Sé que puedes. Además, no estarás
solo, me tendrás a tu lado. —dijo Mick.
Lester respiró profundamente. —Supongo que tienes
razón. Los dos somos capaces de cualquier cosa, ¿cierto?
Ambos rieron. Aquella era una vieja broma de los dos y
maldición si no encaja con el momento.
—¿Por qué estabas durmiendo a mi lado? —preguntó
Lester. No es que le importara. Aquello había sido una
bonita vista con la que despertarse. Era simple curiosidad.
Los labios de Mick se curvaron en una irónica sonrisa.
—Tus hermanos querían verte en el mismo instante en el
que te despertaras. 27
El miedo hizo que el estómago de Lester se comprimiera.
Dado que sus hermanos nunca habían sido para nada
amables con él, todavía sentía receloso por tener que lidiar
con su familia. Había una razón por la que él no había
regresado por una década.
—Okey, quizás y terminemos con esto de una vez y para
siempre —dijo Lester soltando un fuerte suspiro.
—Sabes, ellos realmente te extrañaron—dijo Mick
seriamente.
—Sí, estoy seguro que lo hicieron.
—Realmente lo hicieron. Te estuvieron vigilando todos
estos años. Se aseguraron de que estuvieras a salvo en todo
momento. ¿Por qué crees que nos enviaron al primer
indicio de peligro?
—Porque finalmente podría ser de alguna utilidad para
ellos. —dijo Lester.
De acuerdo, así que él podría estar un poco obsoleto.
Demándalo.
—No, es porque ellos se preocupan por ti.
Lester podía sentir como su ira iba en aumento con cada
palabra que se decía durante la conversación. ¿Cómo se
atrevía Mick a decir ese tipo de cosas? Claro, él conocía
algunas de las cosas por las que Lester había atravesado,
pero sólo había presenciado la punta del iceberg de mierda.
Él no tenía ninguna idea de lo malas que realmente habían
sido las cosas detrás de las puertas cerradas de la casa de
campo. O de lo terrible que podía ser la Sra. de los
Dragones cuando quería.
—No, no lo hacen. O de lo contrario habrían encontrado
una forma de parar eso. —dijo Lester.
Antes de que Mick pudiera preguntarle qué era eso que
debieron parar, Lester pasó por delante de él y salió de la
habitación. Lo cual fue tan bien. No había ninguna forma
de que él fuera a compartir con Mick, de entre todas las
personas, cuan mal las cosas se habían puesto. O cómo sus
propios hermanos se habían mantenido al margen y
28
dejaron que continuaran. Lester resopló. ¿A quién estaba
engañando? Eran sólo sus hermanastros y necesitaba
recordar eso. Ellos, tan seguro como el infierno, no lo
dejarían olvidarlo.
Como él sabía que estarían en la biblioteca, porque ese
era el lugar donde su padre siempre solía hacer sus
reuniones, fue allí. Efectivamente, era ahí donde todos lo
esperaban Duncan, Nicholas y Brian. Como líder, Brian se
había sentado detrás del escritorio, Nicholas y Duncan lo
flanqueaban. Por un breve momento, Lester se preguntó si
él esperaba que se arrodillara a sus pies o algo así.
Como no estaba dispuesto a hacer eso, simplemente dio
un paso hacia el interior y se quedó de pie frente a la mesa.
— ¿Querías verme?
Nicolás caminó alrededor de la mesa y apretó a Lester
con un fuerte abrazo rompedor de costillas. Lester se
congeló al principio, sorprendido por la muestra abierta de
afecto. Rápidamente se dio cuenta y devolvió el abrazo.
Antes de que él pudiera recuperarse del shock, él estaba
recibiendo abrazos de sus otros hermanos, primero Duncan
y luego, sorpresa de todas las sorpresas, siguió Brian. Ellos
sacaron una silla para que él pudiera sentarse con ellos,
como si fuera su igual.
—¿Por qué estás actuando tan sorprendido? —preguntó
Duncan.
—Porque están actuando como si estuvieran felices de
verme. —soltó Lester.
Tan pronto como dijo esas palabras, las quería de regreso
porque sabía lo débil y estúpido que lo hicieron sonar.
Pero no es posible regresarlas, así que simplemente se
limitó a agachar la cabeza y se sentó en la silla que le
habían ofrecido.
Sus hermanastros se sentaron también, y un silencio
incomodo cayó sobre ellos. Duró tanto tiempo que Lester se
sintió listo para arrastrarse fuera de su piel antes de que 29
Brian finalmente lo rompiera.
—Lamentamos mucho la forma en que nuestros padres te
trataron cuando eras niño.
Esa había sido la última cosa que Lester esperaba
escuchar. Levantó la vista mientras el shock pasaba a
través su cuerpo.
Su sorpresa debía de reflejarse en su rostro porque Brian
asintió con tristeza. —Lo digo en serio. Nunca quisimos que
eso te ocurriera.
—Entonces ¿por qué no los detuvieron? —preguntó Lester,
sabiendo que sonaba casi igual que un niño.
—Lo intentamos, pero cada vez que interveníamos, sólo te
castigaban peor. Tan duro como fue para nosotros,
aprendimos que era mejor que el alejarse y no decir nada—
dijo Duncan.
—No tienes idea lo difícil que fue para nosotros. —añadió
Nicolás. —Nos mataba el ver como abusaba de ti de esa
manera. Tener que sentarnos allí y ver cómo te trataban
peor que a un perro y no poder hacer nada para ayudarte.
Por eso estuvimos muy felices de que al menos tuvieras a
Mick para que te ayudara a atravesar lo peor de eso.
—Los necesitaba a ustedes—dijo Lester, su garganta
apretándose por las emociones.
—¿Crees que no lo sabíamos? —preguntó Brian. —Cada vez
que veíamos a esa perra lastimándote, queríamos ir hacia
ti, pero no podríamos porque si lo hacíamos ella te
castigaría diez veces peor. Requirió de todo nuestro
autocontrol para no acudir en tu ayuda.
—Entonces, si tanto me quisieron, ¿por qué no enviaron a
buscarme justo después de que ella muriera? ¿Por qué
esperaron hasta ahora que, convenientemente, me
necesitan? —escupió Lester amargamente. 30
Brian negó con la cabeza. —Eso no es eso en absoluto.
Pensábamos que no podrías estar aquí con todos esos malos
recuerdos.
—Sí, —replicó Nicholas— lucias tan feliz en tu nueva vida
que no queríamos arrastrarte de regreso hasta aquí.
—La única razón por la que te trajimos de regreso es
porque tu vida estaba en peligro. Si no, te habríamos
dejado en paz. Nosotros podríamos haber encontrado otro
hechicero de alguna forma. —añadió Duncan.
Como quería Lester creerles, pero había sido lastimado
por su familia tantas veces en el pasado que le era muy
difícil dejarlo ir.
Él presionó sus rodillas contra su pecho y dejó escapar un
suspiro. —Yo ya no sé qué creer.
—Entonces empecemos con los hechos básicos. Sabes que
tu vida está en peligro, ¿cierto? —preguntó Brian.
Lester asintió. —La forma en cómo esos hechiceros
dispararon contra mí en la Sala de Urgencias como en O.K.
Corral más o menos eso me dijeron.
—¿Y entiendes que este es el lugar más seguro para ti
ahora mismo? —continuó Brian.
Lester asintió, esta vez más reacio. —Supongo. —Él se
esforzó por ignorar la breve mirada llena de dolor que
atravesó el rostro de Brian.
—Todos estamos de acuerdo en que ayer usaste algo de
magia. —dijo Brian.
—Eso dijo Trent. Yo no estoy tan seguro de eso. Sin
embargo, después me sentí endemoniadamente cansado—
dijo evasivamente Lester.
Nicolás se inclinó hacia adelante sobre sus rodillas.
—Vamos. Tienes que admitir que no hay forma de que
vosotros pudierais haber escapado de allí tan fácilmente 31
sin un hechizo de protección alrededor de vosotros. Ya que
eres el único con sangre de brujo en su interior, no es
necesario decir que fuiste tú.
Lester dejó escapar un profundo suspiro. —Tal vez, pero
no recuerdo haberlo hecho. Así que no veo cómo puede ser
de alguna ayuda para nosotros.
—Eso demuestra que sí tienes poderes mágicos. —señaló
Brian. —¿Ha habido alguna otra ocasión en que cosas raras
te hayan pasado? ¿Tal vez pacientes que han sanado cuando
no deberían? ¿Puertas cerradas que se abren para ti?
¿Otros sucesos extraños?
Sí, todos han pasado, pero Lester había optado por
ignorar todo eso, sin atreverse siquiera a considerar esa
posibilidad. Puesto que la perra de su madre biológica lo
había tirado a la basura, él no quería tener nada que ver
con ella o sus dones, y él todavía no quería nada que ver
con ellos. Pero parecía que ya no tenía voz en el asunto.
Pasando sus manos por el cabello, Lester admitió, —Sí,
además ha estado ocurriendo más a menudo, últimamente.
Es como si, mientras más crezco, más fuertes se vuelven
mis poderes.
—Trent puede enseñarte cómo usarlos. —le aseguró
Duncan.
—¿Y qué pasa si no los quiero? —refutó Lester enojado.
—Es porque soy mitad hechicero que mi vida fue infierno
puro. Odio esa parte de mí. Sólo deseo que se vaya.
—No puedes negar quien eres, Lester. No importa cuánto
lo quieras. —dijo Brian calmadamente.
—Es fácil para ti decirlo. No tienes que tratar con esto—
replicó Lester.
Brian se levantó y por primera vez lucia enojado.
—Tengo a toda la comunidad de hechiceros atacando a mi
hermano, a quien resulta quiero muchísimo, así que si 32
tengo que lidiar con eso. Ahora mismo estoy tratando de
hacer todo lo posible por averiguar la mejor forma de
protegerte, mientras que al mismo tiempo proteger al resto
de la comunidad de dragones. ¿Tienes alguna idea de cuán
difícil es eso?
Lester se quedó en silencio, dándose cuenta de lo
malcriado que se estaba comportando. Después colocar su
rostro sobre sus manos por un breve momento, él miró
volvió a mirar a Brian. —No, no lo sé. Lo siento. Solo estoy
agitado por toda esta mierda.
Brian se sentó de nuevo. —Tienes todo el derecho a
estarlo. Yo lo estaría si estuviera en tu situación.
—Sí, pero sólo estás tratando de ayudarme y reaccioné
como si fuera un mierda.
—Okey, ambos lo sienten, lo entendemos. —Nicholas los
interrumpió—. ¿Ahora, podemos seguir adelante y ser una
verdadera familia por una vez?
Lester asintió. —Sí.
—Lo primero que vamos a hacer es trasladar a Lester al
ala familiar. Su dormitorio ya no va a estar con el de los
criados. —dijo Brian.
Por alguna razón eso hizo que Lester se sintiera mucho
mejor. Ese simple gesto le hizo sentir como si realmente
fuera parte de una familia. Lo cual era estúpido, ya que
sólo era una jodida habitación. Pero, sin embargo, lo hizo
sentir a tres metros de alto.
—Gracias. —dijo.
—Le daremos a Mick una habitación cercana, ya que es tu
Guardián. Él va a enseñarte el camino de los dragones—dijo
Brian. —Deberías haber tenido un Guardián todo este
tiempo, pero padre lo prohibió. ¿Quién sabe? Tal vez con el
entrenamiento adecuado, incluso serás capaz de
transfórmate algún día.
—¿Alguien que pueda transformarse y usar magia?—
Duncan arqueó una ceja. —¿Ha habido alguien que pudiera 33
hacer las dos cosas?
—No que yo haya podido encontrar en los libros de
historia. —admitió Brian.
—Entonces, ¿qué te hace pensar que yo podría hacerlo? —
preguntó Lester, más confundido que nunca.
—Nuestro padre pudo haber sido un estúpido, pero
descendía de una fuerte línea de sangre, tal vez eso te dará
un impulso adicional—Brian se encogió de hombros. —Creo
que no te hará daño intentar. Si no, entonces no estaremos
peor que antes.
—¿Y si funciona? —les preguntó Lester.
Brian le dio una mirada dura. —Entonces tendremos una
de las más poderosas armas en esta guerra.
—¿Y qué arma es esa? —le preguntó Lester.
—¿No es obvio? —sonrió Brian.
—No.
—Tú. ¿Un dragón que puede hacer magia? Nada podría
detenerlo.

34
CAPITULO 4
Lester no estaba seguro de cómo sería la formación en la
magia o en la historia de los dragones, pero estaba seguro
como el demonio, que no era lo que consiguió el día
siguiente.
Tren lo cogió por la mañana. Despertó a Lester temprano
y apenas le dio tiempo para desayunar antes de llevárselo a
la biblioteca y sentarlo frente a una gran montaña de
libros.
—¿Qué es esto? —preguntó Lester estornudando por culpa
del polvo.
Algunos de esos libros parecían tener más de cien años.
Otros parecían estar unidos solo por finos hilos, mientras
que otros pocos parecían ser completamente nuevos. Lester
contempló el lomo, percibiendo que algunos de ellos no
parecían estar siquiera escritos en inglés, sino en lenguaje
élfico y otros abstractos, que Lester ni siquiera se acercaba 35
a hablar.
—Estos son los pocos libros que pude reunir sobre el tema
de la magia. Ojalá pudiera recopilar más, pero como soy un
fugitivo, mis recursos son limitados. —Trent sonrió.
Lester pudo ver por qué Duncan se sentía atraído por el
hechicero. Con pelo castaño oscuro y profundos ojos azules,
era lo suficientemente seductor. Pero no era lindo y
travieso como Mick. Lester suspiró. No, nadie se igualaba a
su dragón y no pensaba que alguien lo consiguiera.
Lester pasó la mano por la enorme pila de libros. —Si esto
es acceso limitado, odiaría ver lo que conseguirías si lo
tuvieras completo.
Trent rió —Entonces estarías en problemas.
—Dime ¿Qué vamos a hacer el primer día?
—Nosotros no vamos a hacer nada. Tú estarás leyendo.
Lester estaba un poco confundido. Espera ir directamente
al centro del meollo, y empezar a aprender de inmediato
magia y más magia. Después de todo, fueron ellos los que
actuaron como si corriera mucha prisa.
—¿Voy a estar leyendo? —preguntó
—Si vas a usar la magia, primero tienes que entenderla.
Este es un buen lugar para empezar. —Trent palmeó la pila
de libros.
—Algunos de estos libros están escritos en una lengua que
ni siquiera puedo entender. —Señaló Lester.
Trent le ofreció una sonrisa indulgente —No te preocupes.
Una vez los tengas, los libros trabajarán contigo.
Con esas frustrantes palabras finales, él salió, dejando a
Lester solo con su confusión. Alzando las manos al aire,
deseó, no por primera vez, que nunca se hubiera
despertado ayer, y que todo lo que estaba sucediendo fuera
un gran y jodido sueño. 36
Pero por supuesto que no lo era. Era su vida. Por mucho
que se alejara de ella, regresaba y lo succionaba. Así que
ahora tenía que lidiar con ella, le gustara o no. Sin muchas
opciones, tomó el libro de la izquierda y empezó a leer.
No se sorprendió al encontrarlo aburrido y soso, pero
había pasado por lo mismo con los libros de medicina, por
lo que no era algo nuevo para él. Estudió toda la mañana,
levantándose solo un par de veces para tomar un café.
Antes de que se diera cuenta, Mick había entrado. —Es
hora de almorzar ¿Tienes hambre?
—En realidad estoy famélico. —admitió Lester.
Aunque, cuando él miró al pequeño dragón, se dio cuenta
de que tenía hambre de algo más que comida. Mick se veía
muy bien hoy. Iba vestido todo de cuero, incluso llevaba
una chaqueta heavy con varias cremalleras.
Le ayudaba a Lester a imaginar fantasías acerca de lo que
podía hacer con esas cremalleras. Lester cerró el libro con
el que estaba actualmente. Afortunadamente aún no había
llegado al de los elfos, así que aún no había descubierto el
misterio de cómo el libro “trabajaría” con él. Supongo que
eso tendría que esperar hasta el día siguiente. Después del
almuerzo, estaba programado que trabajara con Mick en
los estudios sobre los dragones. Con suerte, eso implicaría
mucha menos lectura.
—¿Qué hay para almorzar? —preguntó Lester mientras se
levantaba y relajaba la tensión del cuello.
—A quién le importa siempre y cuando sea carne. —Le dijo
Mick con esa sonrisa traviesa.
Maldición, si Mick supiera lo que esa sonrisa le hacía a su
cuerpo. Posiblemente estaría corriendo y gritando por la
habitación.
Lester retorció su cuerpo hacia un lado con la esperanza 37
de ocultar su erección, y dijo: —Suena bien para mí.
Ellos entraron en la cocina y se unieron al resto del
grupo. Además de sus hermanos, había un par más de
dragones que se habían unido a ellos, Maddox, uno rubio
que era poco mayor que Lester, y Ryker, un chico moreno
que nunca hablaba mucho.
—Así que ¿Has aprendido algún hechizo para hacer tu
pene más grande? —preguntó Maddox.
Sí, nada había cambiado con Maddox, aún era un listillo.
—No, parece que estás atrapado con uno pequeño—Lester
contestó. —Siento no poder ayudarte con eso.
Todos excepto Maddox y Trent estallaron en carcajadas.
Trent puso los ojos en blanco —La magia es algo serio y
Lester necesita tratarla como si lo fuera.
—Lo siento. —dijo Lester, poniéndose inmediatamente
serio.
—¿Has aprendido algo de los libros esta mañana?—
Preguntó Trent.
Lester se pasó el resto de la comida recitando lo que
había leído esta mañana. Algo que había aprendido en la
escuela de enfermería, era que él se destacaba por ser
bueno reteniendo información, habilidad que le estaba
mostrando a Trent ahora. Trent se sentó y asintió con la
cabeza, pero Lester podía decir que había impresionado al
hechicero.
—Así que ¿No has llegado a los libros élficos todavía?—
preguntó Trent con una sonrisa de comprensión.
—No, pero estoy trabajando para llegar allí. —respondió
Lester
—No puedo esperar a ver tu reacción cuando lo hagas.
Eso intrigó a Lester todavía más, y quiso preguntarle a
Trent qué es lo que quería decir, pero Mick le agarró del
brazo y le dijo: —Vamos, me toca el turno de entrenarte. 38
Se fueron de la cocina y salieron corriendo de la casa,
dirigiéndose a una extensión de tierra propiedad del clan
dragón.
Mick se volvió hacia Lester, con esa sonrisa en su rostro.
—He estado deseando mostrarte esto desde hace mucho,
pero no me lo permitían. Las cuevas de nuestros
antepasados. Espera hasta que las veas. ¡Son asombrosas!
Les.
Les. Mick no lo había llamado así desde que eran niños.
Lester tomó ese pequeño desliz y lo sostuvo cerca del
pecho. Aunque Mick no se hubiera dado cuenta de eso,
había dado a Lester algo que atesoraría toda la vida.
Entraron más profundamente en el bosque, donde las
ramas asomaban y las raíces hacían que tropezaras. Mick
se acercó y se agarró a la mano de Lester. —Ven,
permíteme ayudarte. Es fácil caer si no estás acostumbrado
a caminar por aquí.
Lester disfruto con el contacto. Las descargas eléctricas
iban desde los dedos, por su brazo y llegaban a su polla.
Querido señor, si solo el que le cogiera la mano tenía ese
efecto en él ¿Cómo hubiera reaccionado, si alguna vez Mick
le hubiera besado? La cabeza de Lester probablemente
explotaría o algo así.
Los bosques eran cada vez más oscuros. Incluso eran
tranquilos, como si la madre naturaleza estuviera
conteniendo el aliento y esperando a que algo importante
sucediera. El corazón de Lester comenzó a latir un poco
rápido y, ahora mismo, eso no era por culpa de Mick. No
podía dejar de sentir que algo que cambiaría su vida estaba
a punto de suceder y no habría vuelta atrás.
Mick dobló una esquina y se encontraron con la entrada
de la cueva. Parecía bastante simple. Solo una obertura
oscura. Sin embargo, al mismo tiempo, atraía a Lester
como nunca antes lo había hecho. Casi le gritaba que
entrara. 39
—¿Lo sientes? —preguntó Mick
—Sí, me está llamando. —respondió Lester.
Mick, saltó arriba y abajo unas cuantas veces —Sabía que
tenías un dragón en ti. Esa perra estaba equivocada todo el
tiempo.
—Tengo que entrar ¿Verdad? —preguntó Lester, más que
un poco asustado, aunque no sabía por qué.
—Sí, pero no te preocupes, estaré contigo en cada paso del
camino —Le aseguró Mick.
Lester se giró y le miró, todavía muy consciente de que
sus manos estaban entrelazadas entre sí. —Como en los
viejos tiempos.
Dando un paso más, Mick inclinó la cabeza, solo un poco,
hacia arriba.
—Exactamente.
Si se lo preguntaran más tarde, Lester no sabría decir que
es lo que le dio el coraje, pero él bajó la cabeza, y acarició
los labios de Mick. No fue un gran beso. No hubo lengua
implicada ni ninguna otra cosa, pero para ser de sus
primeros besos, no fue tan malo.
Mick dio un paso hacia atrás, pero sin soltar la mano de
Lester. —Si supieras cuanto tiempo he esperado a que lo
hicieras.
—No pensé que quisieras a un bastardo. —dijo Lester sin
rodeos.
Mick levantó la vista, con los ojos muy abiertos. —¡Nunca
pensé eso! Simplemente no creí que fuera suficientemente
bueno para ti, ya que tienes sangre real y yo soy solo un
tonto guerrero.
—Siempre fuiste, suficientemente bueno para mí.
Mick inclinó la cabeza hacia atrás y miró al cielo —No me
puedo creer lo idiotas que hemos sido. Si hubiéramos 40
tenido esta conversación hace diez años, me hubiera ido
contigo.
Lester se sintió sorprendido y humillado al mismo
tiempo.
—¿De verdad habrías hecho eso por mí? ¿Dejar el clan
dragón?
—Yo haría cualquier cosa por ti, Les—Sus ojos se
oscurecieron por el deseo.
—Y yo por ti, pero primero tenemos que entrar en la
cueva. Entonces podremos regresar a casa y revisar mi
nuevo dormitorio juntos. ¿Cómo te suena eso?
Mick le lanzó una sonrisa perversa —Me encanta. Ahora
vamos a entrar en la cueva para que podamos terminar la
lección.
Ellos se metieron en la cueva. Al principio parecía ser
solo eso… una cueva. Pero cuando se adentraron más,
entonces las cosas cambiaron.
Las paredes empezaron a brillar con tonos blancos, casi
como si estuvieran hechas de hielo. Diferentes joyas y
piedras, de diversos tipos y tamaños, estaban dispersas
por varios lugares.
—¿Qué son? —preguntó Lester pasando el dedo por lo que
parecía un rubí. Lo juraba, estaba zumbando bajo su toque,
casi como si le cantara.
—Son varios tributos, dejados por otros dragones, para la
familia real. Utilizaron fuego de dragón para colocarlos en
la pared. —explicó Mick
—Pero hay muchos. —Lester suspiró.
—Tu familia se remonta mucho tiempo atrás. No siempre
estuvo en una granja ubicada aquí. Solían estar en un
castillo. Han tenido que cambiar para acomodarse a los
nuevos tiempos y encajar. Los dragones han estado más
tiempo alrededor que los hombres. Hemos mantenido
nuestra existencia como un secreto bien guardado. 41
—Sí, bueno, odio romper tu burbuja de seguridad, pero
tienen cámaras en el garaje de mi hospital, donde
cambiaste el otro día. —señaló Lester.
—Maddox ya se encargó de eso. Sabemos cómo cubrir
nuestro rastro. Ya deberías haberte dado cuenta.
Cierto, Lester debería saberlo. Pero le habían empujado
por la espalda tan a menudo que no estaba al tanto de
muchos los secretos de los dragones o de sus operaciones
internas. A decir verdad, gracias a su madrastra y padre,
no sabía casi nada sobre ellos, a pesar de haber crecido a
su alrededor.
Eso también le avergonzaba —No sé nada de mí —dijo
Lester en voz alta. El admitirlo finalmente, le hacía
sentirse bien, no era tan embarazoso como se había
imaginado.
—Está bien, Les. Para eso estamos aquí. Para enseñarte.
Para mostrarte las cosas que deberías haber aprendido
durante todo este tiempo.
Mick se detuvo en una piedra. Era sencilla, solo un ónice,
pero para Lester se destacaba de entre todas las demás. Él
extendió la mano y la tocó. Tal vez fuera solo su
imaginación, pero el zumbido parecía ser más fuerte en
esta piedra. Hizo que todo su cuerpo temblara.
—Esa es la que yo puse—admitió Mick. —Se supone que
debemos hacerlo cuando nos transformamos en dragón.
Estuve pensando en ti, todo el tiempo mientras le exhalaba
fuego.
De acuerdo, eso lo consiguió. Incluso un hombre como
Lester, no podía tener tanto autocontrol. Cayendo de
rodillas frente a Mick, estiró la mano y empezó a
desabrochar la cremallera de sus pantalones de cuero.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Mick. —Este es un
lugar sagrado.
—Estamos a punto de hacerlo aún más especial—Dijo
Lester, bajando la cremallera de Mick 42
De alguna manera, no se sorprendió al descubrir que su
amigo iba de comando. Lester sacó la polla, con un tamaño
impresionante, de Mick y escupió en la puntas, antes de
girar la lengua por la cabeza. Mick soltó un gemido que
resonó por la caverna.
—Pensé que habías dicho que esperaríamos a volver a tu
habitación. —dijo Mick, a pesar de estar echando las
caderas hacia delante.
—Nosotros estamos… esto es solo un pequeño avance.
Lester separó los labios y tomó solo un par de pulgadas
para fastidiar un poco a Mick. Luego la dejó escapar. Antes
de que Mick pudiera recuperarse de eso, Lester lamió la
tierna parte inferior de la polla.
—Me estás matando. —Mick se quejó.
—Acabo de empezar nene. —Se jactó Lester.
Luego separó sus labios y tomó, muy lentamente, la
longitud de Mick, mientras que con sus manos rodaba sus
bolas. Mick se apoyó contra la pared, y separó las piernas
para darle a Lester un mayor acceso, movimiento que a
Lester le habría hecho sonreír. O al menos habría sonreído
si no hubiese tenido la boca llena.
Lester empezó a mover la cabeza de arriba hacia abajo
con un ritmo constante, y al mismo tiempo, seguía
masajeando las bolas de Mick. Mick se agachó y puso las
manos en el pelo de Lester y se mantuvo firme, sumando la
picadura a las sensaciones eróticas.
—Me corro Les. Si no quieres que lo haga en tu boca, es
mejor que retrocedas.
Lester siguió aspirando, más y más rápido. Quería saber,
como sabía Mick. De hecho, había estado despierto muchas
noches pensando en ello. Efectivamente, un par de minutos
después, Mick se puso rígido, después gritó el nombre de
Lester, antes de lanzar varias cuerdas de esperma caliente
43
hacia su boca.
Lester tragó rápidamente, sin querer perder ni una gota.
Mick sabía dulce, pero con un toque picante. Era mejor de
lo que se había imaginado y no podía obtener suficiente.
Incluso lamió la polla flácida de Mick antes de volver a
meterla en sus pantalones.
—Esto no debería estar en los planes de las lecciones. —
Mick jadeó.
Lester se inclinó hacia adelante y compartió un profundo
beso con él. —No me digas que no disfrutaste de cada
maldito segundo.
Mick esbozó una sonrisa pícara. —Oh, no, ahora eso sería
una mentira. Y nosotros hicimos el voto de no mentirnos
nunca. ¿Lo recuerdas? Con calidez en el corazón, Lester
asintió con la cabeza. —Por supuesto que sí.
Capítulo 5
Mick cogió la mano de Lester y casi lo arrastró de vuelta a
la casa. Mick tenía una risa silenciosa cada vez que la
llamaron una casa de campo. Mansión sería una mejor
palabra. Tenía más dormitorios que algunos hoteles. ¿Pero
si la familia real quería insistir en llamarla casa de campo,
quién era él para discutir?
Ellos tropezaron con los escalones y se encontraron con
Brian tan pronto como entraron. Brian les dio una sonrisa.
—¿Lo tomo como que la sesión de entrenamiento ha ido
bien?
—Sí, me enteré de mucho—dijo Lester. —A propósito, mi
nueva habitación esta lista para usarse, ¿verdad?
Mick rodo los ojos. Lester tenía mucho que aprender
cuando se trata del arte de la sutileza. No es que le
importara mucho. Al menos Lester estaba haciendo lo que
ellos tanto querían. 44
—Sí, si vas arriba, es el tercer dormitorio pasando la mía.
Mick está justo al lado.
Pero Brian ya estaba hablando al aire vacío porque Lester
había agarrado a Mick por la muñeca y lo tiraba por las
escaleras. O lo seguía o literalmente sería arrastrado por la
escalera.
—Gracias, Brian, hasta luego. —Mick dijo, tratando de
salvar una cierta apariencia de cortesía.
Por otra parte, a Lester le tenía sin cuidado. Él parecía
decidido tener a Mick en la habitación y al diablo con el
que se pusiera en su camino. Era un poco irritante, pero de
otra manera fue un gran paso para saber que él y sólo él
podría hacer a Lester perder el control de esa manera.
Por fin llegaron a la habitación. Lester ni siquiera se tomó
el tiempo para mirar alrededor de su nueva habitación, su
mirada nunca dejó la de Mick. Mick sintió un poco de
nervios, pero también le dio una emoción embriagadora.
—Desnúdate para mí—ordenó Lester. —Si no consigo estar
dentro de ti pronto, voy a explotar.
Incluso cuando empezó a quitarse la ropa, un irritado
Mick dijo —¿Quién dice que soy la parte inferior? Puedo ser
pequeño, pero eso no quiere decir que no me gusta arriba.
Los ojos de Lester destellaron con pasión. —Puedes
tenerme la próxima vez. Sólo tengo esta abrumadora
necesidad de reclamarte justo ahora. ¿Está bien?
Los labios de Mick se curvaron en una sonrisa.
—Por supuesto que lo está. Yo sólo estaba teniendo un
poco de diversión contigo. Me gustan las dos cosas.
Lester dejó escapar un suspiro de alivio justo antes de
que siguiera una maldición. —Por favor, dime que tienes
condones. No tengo ninguno.
Mick se echó a reír. A veces se olvidaba cuánto tiempo
había estado fuera Lester. 45
—Nene, no los necesitamos aquí. Recuerda, dragones y
hechiceros no transmiten enfermedades como lo hacen los
humanos. Todo lo que necesitamos es un poco de lubricante
y ya está. Y si conozco a Nicholas, se aseguró de que había
algunos en la mesa de noche cuando estableció la
habitación para ti.
Lester abrió el cajón y dejó escapar un grito de alegría.
—Tienes razón, lo hizo. Aunque, ahora que me pongo a
pensar en ello, eso es un poco raro.
Mick se echó a reír. Sólo alguien como Lester se le
ocurriría algo así en el medio de un encuentro sexual.
—Sólo desnúdate para que me puedas joder ya.
—¡Oh, cierto!
Lester comenzó a desprenderse de sus ropas y Mick se
encontró dejando de hacerlo para ver cómo Lester reveló
cada pulgada de su carne suculenta.
Por supuesto, se habían bañado desnudos de niños, pero
esta era la primera vez que Lester se desnudaba sólo para
Mick y había una gran diferencia.
Decir que Lester tenía un cuerpo hermoso hubiera sido
una gran subestimación. Mientras que él era musculoso
como muchos de los otros dragones, tenía una calidad
elegante en él que lo hacía atractivo y erótico al mismo
tiempo. Y maldito si Mick no quería probar todas y cada
pulgada de esa exquisitez.
Totalmente desnudo, Lester arqueó una ceja. —¿Sólo vas a
sentarte allí y bostezar todo el día o vas a terminar de
desvestirte? Porque no creo que pueda ir todo hombre de
las cavernas y arrancarte esa ropa de cuero de encima.
Mick miró hacia abajo y se dio cuenta de que, si bien se
las había arreglado para perder sus botas, calcetines y
camiseta, aún tenía puestos los pantalones.
—Vaya, sí. Creo que es mejor deshacerse de esto, si 46
quieres tener mi culo.
—Sería hacer las cosas un poco más fáciles.
Mick cogió la cremallera de los pantalones y la bajo antes
de lentamente quitárselos y tirarlos a un lado. A pesar de la
anterior mamada en la cueva Mick estaba duro, cogió su
pene y se acarició a sí mismo un par de veces mientras
seguía mirando a Lester.
—Esa cosa que estás luciendo entre las piernas es
bastante grande. ¿Estás seguro de que va a encajar? —Mick
bromeó con su mejor acento de estrella porno.
Lester simplemente rodo los ojos. —Metete en la cama,
así que pueda cogerte ya.
—¿De qué manera me quieres? —preguntó Mick.
—En tu espalda, de esa manera puedo mirarte a los ojos
cuando te reclame.
Mick se preguntó si como él, Lester esperaba que llegaran
a ser verdaderos compañeros. La única manera de
averiguarlo era follar. Una vez que el acto fuera hecho, si
pudieran hablar entre sí telepáticamente, eso demostraría
que eran compañeros.
Una parte secreta de Mick siempre había esperado que él
fuera el compañero de Lester y esperaba que Lester
sintiera lo mismo. Sobre todo después de lo que habían
compartido en la cueva. Mick no quería perder a Lester por
algún otro Dragón en el camino. Quería mantenerlo de por
vida.
Sus preocupaciones deben haberse mostrado en su cara,
porque Lester metió los dedos bajo la barbilla de Mick y lo
obligó a mirar hacia arriba. —Hey, nada de pensamientos
de ese tipo. Nosotros fuimos hechos el uno para el otro. No
me importa lo que diga el destino. Somos compañeros.
—Sólo quiero tan mal que seas mío para siempre—
finalmente Mick expresó su temor más grande.
47
—Yo pensé que ya estaba claro que me tienes—dijo Lester,
dándole un suave beso.
Con el máximo cuidado, Lester guio a Mick a la cama y lo
acostó en el colchón. Era tamaño King—Size, no individual
como antes, por lo que les dio un montón de espacio para
moverse.
Lester abrió la botella de lubricante y roció una buena
cantidad en sus dedos. A continuación, comenzó a trabajar
un dígito dentro y fuera del orificio de Mick. Al mismo
tiempo, Lester llovió suave, pero constantemente, besos
por el pecho de Mick, abriéndose camino a su torso y luego
a su ombligo. Justo cuando estaba a punto de alcanzar el
pene de Mick, Lester trabajó su camino de regreso de
nuevo.
Lo único que lo salvaba era que añadió un segundo dedo,
haciendo tijera hacia fuera para estirarlo.
Mick dejó escapar un grito de placer mientras apretaba la
colcha en un puño bajo el. Iba a volverlo loco antes de que
comenzara. Entonces, Lester comenzó la misma rutina, sólo
que esta vez agregó mordeduras de amor a ella, dejando
atrás, sin duda, todo tipo de marcas interesantes. Mick no
iría sin camisa en público, al menos no por un tiempo.
—Vas a matarme. —dijo Mick con un gemido.
—No te vas a venir hasta que esté dentro de ti. —
respondió Lester, dando al pezón de Mick un mordisco
particularmente duro.
—Entonces, apresúrate a tomarme ya. No sé cuánto más
de esto puedo resistir.
Lester metió un tercer dedo y los movió para que rozaran
la próstata de Mick. —Vas a tomar lo que te doy y algo más.
—¡Mierda! —gritó Mick. —Sólo recuerda que esto es juego
limpio y estaré arriba la próxima vez.
48
—Tomada debida nota. —dijo Lester con una sonrisa
salvaje. Y en ese momento, Mick casi pudo ver al Dragón al
acecho bajo el hombre y condenado si no lo encendió más
que nada en su vida. Tanto es así que Mick agarró la parte
posterior de sus rodillas y tiró de las piernas más atrás,
ofreciéndose a sí mismo aún más.
Algo brilló en los ojos de Lester y Mick podría haber
jurado que cambiaron brevemente a su forma de Dragón,
pero sucedió demasiado rápido para estar seguro. Lester
emitió un gruñido que era claramente de Dragón mientras
dejaba sus dedos libres y los rozaba hacia arriba en su
pene.
—Eres mío ahora. —dijo Lester, cuando alineó la punta de
su pene con el agujero de Mick.
—Sí. —jadeó Mick.
Lester empujo en él en un movimiento fluido. Después de
eso, toda la dulzura había desaparecido. No es que Mick
hubiera esperado algo diferente.
Él reclamo era un proceso a veces brutal. De hecho, si
hubiera sido de otra manera, habría defraudado a su propio
Dragón.
Les prácticamente dobló por la mitad a Mick mientras
golpeaba el infierno fuera de él y a Mick le encantó cada
momento de ello. La sensación de ser llenado por Les, el
conocimiento de que por fin le reclamaba, lo dejaba
abrumado y Mick sintió que su mente se quebró. Pero no
mal, voy a volverme loco, sino más bien en la manera de
esto es eufórico. Era como si las espirales de placer se
abrieran camino hasta su cuerpo y su mente, y podía
sentirse conectar con Lester como no había conectado con
ningún otro.
—¡Compañero! ¡Mío!
Él no sabía si era su propia voz la que lo había dicho en su
cabeza o la de Lester. Todo lo que Mick sabía era que
estaba a punto de llegar. Dejando escapar un grito
ahogado, disparó gruesas cuerdas de esperma, abarcando
49
ambos estómagos. Unos pocos golpes más tarde, Lester se
unió a él, llenando el culo de Mick.
Una vez que todo había terminado, Lester dejó las piernas
de Mick deslizarse libres, pero se quedó en la parte
superior de Mick. Ambos jadeaban en busca de aire y Mick
sabía que mañana iba a sentir dolor en más de una docena
de lugares.
—Si nos quedamos así, vamos a pegarnos juntos una vez
que se seque el semen. —dijo Mick.
—Podemos tomar una ducha en un segundo. Vi un baño
incorporado en nuestro camino. —respondió Les.
—¿Estoy siendo optimista justo ahora o hablamos en la
cabeza del otro?
—No estás siendo optimista. Lo hicimos. Somos
compañeros de por vida.
Lester le dio a Mick un beso suave en la punta de la nariz.
—¿Crees que tus hermanos se pondrán locos? —preguntó
Mick.
La última cosa que quería hacer era romper el frágil
vínculo que había sido puesto en su lugar. Sin embargo, al
mismo tiempo, él no estaba dispuesto a renunciar a Lester.
—Algo me dice que no van a estar demasiado
sorprendidos. No con lo cercanos que siempre hemos sido—
respondió Lester. Se levantó y tiró de Mick por el brazo.
—Vamos a tomar una ducha. Es hora de cenar. No hay
mejor momento para que todos puedan saberlo que ahora.
Mientras Mick estuvo de acuerdo, una pequeña parte de
él no podía dejar de estar nervioso. Siempre había sido
aceptado por los otros guerreros Dragón, pero no se perdió
que era el más pequeño, el más débil y el más joven. ¿Cómo
iba su líder a reaccionar al tener a uno de sus hermanos
acoplado al enano?
Rápidamente se bañaron. De acuerdo, folaron una vez 50
más y se ducharon, pero los dragones tenían sus
necesidades. Luego fueron abajo justo a tiempo para la
cena. Tan pronto como todo el mundo en la sala noto sus
manos entrelazadas, Mick sabía que el concierto había
terminado.
Ya se tratara de una buena sincronización o porque Brian
sabía dónde habían estado, los únicos en la mesa eran
miembros de la familia. Mick tragó saliva, una familia a la
que pertenecía ahora. O por lo menos que esperaba que así
fuera y lo aceptaran.
Lester se inclinó y pasó la mano por Mick. —Por supuesto
que van a aceptarte. Eres mi compañero.
—¿Qué pasa si piensan que no soy lo suficientemente
bueno para ti?
—¿Por qué crees eso? Si tú no fueras lo suficientemente
bueno, entonces nunca habrías sido uno de los guerreros de
mi hermano, para empezar.
—Oh, mis dioses, están hablando en sus mentes,
¿verdad?—interrumpió Nicholas bruscamente.
—Es hablar con tu compañero y se supone que debe ser un
regalo maravilloso. —Brian respondió con melancolía.
Eso hizo que Mick se preguntara si su líder era un poco
solitario. Era algo que nunca había pensado antes. Sobre
todo porque Brian parecía tan seguro de sí mismo y
responsable. Pero, como Mick considero, se dio cuenta de
que su líder debe sentirse solo a veces.
—¿Así que ustedes están de acuerdo con esto? —preguntó
Lester mientras que ponía a Mick en un abrazo protector.
Duncan resopló. —Por favor. Lo vimos venir hace años.
Estábamos sorprendidos cuando Mick no se fue contigo
cuando te fuiste.
—No estaba seguro de que me fuera a querer—admitió
Mick y enterró su rostro en el hueco del cuello de Lester
para ocultar su vergüenza. 51
—¿Estás bromeando? Lester estaba tan enamorado que
me sorprendió que no te pidiera que fueras—añadió
Nicholas su granito de arena.
—No pensé que fuera a venir conmigo—Lester dijo
mientras alisaba su mano por la espalda de Mick en un
gesto de amor.
—Oh demonios. Ellos van a ser como Duncan y Trent
ahora—se quejó Nicholas. —Todo manoseo y esas cosas.
—¿Qué hay de malo en eso? —preguntó Trent con una
sonrisa.
—No hay nada que no sea el hecho de que se pone molesto
después, oh, unos dos minutos.
Trent señaló a Nicholas. —Sólo tienes que esperar hasta el
día que encuentres a tu pareja. Entonces las cosas serán
diferentes.
Nicholas rodó los ojos. —Eso nunca va a suceder. No estoy
de humor para asentarme próximamente.
—Vamos a ver eso—dijo Trent ominosamente.
Nicholas entrecerró los ojos a su cuñado. —¿A qué hechizo
basura estás jugando conmigo?
Trent se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia la mesa.
—Ahora, Nicholas, sabes que nunca te haría eso. Prometí
no volver a trabajar mi magia en tu pequeño cerebro.
—Malditamente cierto que lo hiciste—replicó Nicholas,
antes de pensar un momento. —Oye, ¿me llamaste
estúpido?
—Más o menos.
Las bromas continuaron así durante el resto de la comida.
Pronto Mick y Lester se unieron y fue simplemente como
una comida familiar debe ser. Mick no podía recordar un
momento en el que había estado más contento y feliz, a 52
pesar de que sabía que todavía tenían mucho trabajo duro
por delante de ellos, para conseguir a Lester listo para
enfrentarse a sus muchos enemigos.
Capítulo 6
El siguiente par de semanas parecieron volar. Por las
mañanas, Lester se quedaba atascado leyendo a través de
los libros viejos y secos. Que a veces eran un poco
interesantes, aunque aún había de llegar a los élficos.
Siguieron quedándose en la parte inferior, llamándolo,
como un tipo de desafío al que quería llegar, sin embargo,
al mismo tiempo lo temía por alguna extraña razón.
En las tardes, trabajaba con Mick. Mientras Lester había
sido incapaz de llamar a su Dragón hasta el momento,
podía sentirlo persistente debajo de la superficie, sólo
arañando por salir. En lugar de animarlo, sólo se frustraba
más. Se sentía como si estuviera muy cerca, y sin embargo
seguía fallando en el último momento.
Una tarde en particular, Lester perdió la calma y golpeó
un árbol cercano, obteniendo hematomas en sus nudillos en
el proceso. Mick se acercó, tomó su mano y la besó para
quitar el dolor.
53
—Enojarse no va a ayudar en nada. Tu Dragón sabrá
cuándo es el momento adecuado para salir.
—¿Qué pasa si eso nunca sucede? —pregunto Lester
finalmente con voz áspera, dando voz a su mayor temor.
Sin soltar la mano de Lester, Mick le dio otro beso.
— Sucederá. A veces, cuando estamos jodiendo, puedo ver
destellos de él en tus ojos. Acabará por hacerlo.
Lester dejó escapar una risa seca. —Bueno, esperemos
que cuando lo haga, estes en la parte superior. Si no, puede
ser un poco incómodo para ti.
Mick soltó una carcajada al tiempo que tocaba a Lester en
el pecho. —Ni siquiera bromees sobre eso. Me da
escalofríos de sólo pensar en ello.
Lester lo recogió y lo hizo girar. —Como si pudiera hacer
daño a mi compañero de esa manera. Atesoro tu culo
demasiado.
—Sólo el culo, ¿eh?
Mick lo dejo deslizarse por su cuerpo, Lester plantó un
acalorado beso en los labios de Mick. —No, yo atesoro cada
pulgada tuya, Mick. Tú lo sabes.

Lester dejó escapar un suspiro mientras pensaba volver a


ese maravilloso día. Era un poco difícil, ahora que se había
encerrado una vez al día con todos los viejos libros de
Trent. ¿Era la imaginación de Lester, o se multiplicaban las
malditas cosas? Si no supiera mejor, juraría que el joven
brujo iba a escondidas por la noche y añadía más, sólo para
prolongar la tortura de Lester.
Lester acababa de terminar sobre Albert el No Tan Loable 54
y cómo había perdido la gran batalla de Dark Waters con
los dragones debido a su sobre inflado ego. En lo personal,
Lester pensó que era sólo porque el tipo era un idiota que
no sabía distinguir el culo de su codo. Pero bueno, ¿quién
era él para hablar? No era más que un bastardo mestizo.
¿Qué sabía él?
Eso no fue hasta que había agarrado el siguiente libro
sobre la mesa frente a él que Lester se dio cuenta de que
era el primero de los élficos. Su respiración se enganchó en
su pecho y su corazón comenzó a latir con tanta fuerza que
pudo escucharlo físicamente.
Con las manos temblorosas, lo abrió. Él no sabía qué
esperar, pero algo en el fondo le dijo que sería tremendo y
que su vida no volvería a ser la misma.
Una pequeña parte, la cobarde, quería llamar a Trent
para que pudiera estar con él durante este momento, pero
Lester tenía la idea de que el brujo ya estaba cerca y
viendo.
Lester bajó la mirada hacia las páginas abiertas,
esperando a ver nada más que galimatías, pero, para su
total asombro, las letras comenzaron a brillar. No era sólo
una luz normal, o bien, pero un tono dorado brillante que
cubría toda la habitación.
Al mismo tiempo, las letras se reformaron a sí mismas en
un lenguaje que Lester entendió. Encontró a sus labios
moviéndose rápidamente mientras decia las palabras, no
porque quisiera hacerlo, sino porque tenía que hacerlo. Era
como si hubiera estado esperando toda su vida para
hacerlo, y ahora que había llegado el momento, no podía
conseguir acabar el encantamiento con la suficiente
rapidez.
Una mano cayó sobre su hombro y la voz de Trent estuvo
cerca de la oreja de Lester. —Lo estás haciendo genial. Sólo
un poco más lento.
Con eso Lester respiró hondo y se obligó a hablar más
despacio, tomándose el tiempo para enunciar cada palabra
55
con cuidado. El viento se soltó en la habitación, agitando
papeles sueltos en todas direcciones. La luz dorada
comenzó a azotar alrededor también, por lo que, estaban en
el medio de un gran vórtice mágico. Debería haber sentido
miedo como el infierno, pero por alguna razón, a Lester le
pareció bastante bonito.
Una vez que Lester llegó al final del hechizo, todo se
calmó. La luz dorada se desvaneció, los papeles se
establecieron en el suelo y el viento se calmó.
Lester miró a Trent, que sonreía como un loco, y le
preguntó:
—¿Qué demonios fue eso?
—Acabas de llevar a cabo tu primer hechizo.
Lester tomó una bocanada de aire inestable. —¿Se te ha
ocurrido pensar hacerle al chico alguna advertencia?
—No pude. No funciona de esa manera.
Nicholas, Brian, Duncan y Mick se precipitaron en la
habitación, todos ellos con sus espadas.
—¿Qué demonios está pasando aquí? —Brian rugió.
Trent les dio un gesto de rechazo. —Oh, nada grande.
Lester hizo su primer hechizo.
Mick pasó por encima y le dio un gran abrazo Lester.
—Estoy tan orgulloso de ti.
Trent comenzó a rebotar en las puntas de los pies. —Esto
es mucho más grande de lo que ustedes piensan. Esto
significa que podemos ir a buscar uno de los Cuencos
Negros de las Visiones.
—¿Qué es eso? —preguntó Duncan. —¿Y por qué no los has
mencionado antes?
—Debido a que se necesitan dos hechiceros para usarlos y
yo no quería dar esperanza a todo el mundo, si al final no
nos fuera posible. Si puedo conseguir mis manos en uno y 56
usar mis poderes combinados con los de Lester, podemos
ser capaces de localizar donde están todos los Ojos de
Dragón capturados. Será como un mapa.
—¿Por qué no nos lo dijiste antes?—Brian repitió.
—Podríamos haber secuestrado a un brujo y obligado a
ayudarnos.
—Como he dicho, yo no quería darles falsas esperanzas.
Además, el otro brujo tiene que estar dispuesto.
—Podríamos haberle hecho que quisiera—se burló
Nicholas.
—¿Lo suficientemente dispuesto para subir una pequeña
montaña que está protegida por un nido de Arpías? Porque
es donde está el cuenco de las visiones. Tiene que ser
recuperado por dos hechiceros, también. Uno no va a hacer
el truco.
—Y ya que no puedo cambiar a mi forma de Dragón, sin
embargo, tendremos que subir por él—dijo Lester
sombríamente.
Duncan se acercó por detrás y le puso una pesada mano
sobre el hombro a Lester. —No te preocupes. Estaremos
allí, ayudando en todo el camino. Nos ocuparemos de
algunas Arpías.
—Sí, —añadió Nicholas— pan comido. No sabrán lo que les
golpeó.
Trent se encogió de hombros. —Ellos tienen un punto. Lo
último que las Arpías se esperan será que los dragones y
hechiceros estén trabajando juntos. Puede que sólo las
entretengan lo suficiente para que seamos capaces de
llegar al Cuenco de las Visiones con el culo intacto.
—Eso me hace sentir mucho mejor. —dijo Lester con una
risa nerviosa.
Mick se acercó por detrás a Lester y le dio un abrazo. —Se 57
pondrá bien, nene, voy a estar allí protegiéndote todo el
tiempo.
De alguna manera, su tranquilidad hizo a Lester sentir
mejor que todos los demás juntos. Se hundió en el abrazo
de Mick, teniendo la comodidad en el tacto de su
compañero.
—Nunca he visto incluso una Arpía antes. ¿Qué tan malo
es? —preguntó Lester.
Trent le dio una mirada cómica. —Piensa en tu peor
pesadilla y luego la multiplicas por diez. Eso sería lo más
cercano a decir lo que son.
Nicholas dejó escapar un estremecimiento. —Me encontré
con una en un callejón oscuro y todavía tengo pesadillas
sobre ello.
—¿Por qué? ¿Trato de atacarte? —preguntó Lester.
—No, peor. Ella quería tener sexo conmigo. No hay
suficiente cerveza en el mundo que podría hacer que yo
hiciera tal... cosa. —Nicholas dio otro estremecimiento.
—Lo que te está bien empleado por pasar un rato en
lugares así en el primer lugar. —lo amonestó Brian.
Nicholas le dio una sonrisa maliciosa. —Ah, vamos. Un
tipo tiene que tener su diversión en alguna parte. No me
gusta decírtelo, pero por aquí, a veces, puede ser tan
aburrido como el infierno.
—Bueno, las cosas se van a poner más emocionantes. Hay
que reunir a las tropas, estamos a punto de ir a jugar con
las Arpías. —dijo Brian mientras salía de la habitación.
—Wow, no pierde el tiempo, ¿verdad? —dijo Lester una
vez que Brian se había ido.
Duncan negó con la cabeza. —No cuando se trata de
dragones que están cautivos, porque los ojos de Dragón
están siendo capturados. Ya que me pasó a mí, se ha 58
convertido en personal para él.
—¿Qué debo hacer para estar listo? —preguntó Lester,
cuando la enormidad de la situación le llego.
Todos ellos contaban con él, el bastardo. El niño que
había sido rechazado y fue dejado a un lado durante toda
su vida. Ahora iba a la batalla con sólo un par de semanas
de entrenamiento embutidas en él y Lester, sinceramente,
no sabía si estaba listo para la tarea en cuestión. Él sabía
una cosa: que no podía defraudarlos. No cuando todos
contaban con él.
Trent hojeó el libro hasta que llegó a una página en
particular. —Necesitas memorizar este encantamiento. Es
lo que vamos a tener que decir que cuando lleguemos a la
cima de la montaña y tocar el Cuenco Negro de las
Visiones. Es la forma en que vamos a conseguirlo en
nuestro poder. Pero tenemos que decirlo juntos y no se
puede estropear o tropezar con las palabras en absoluto.
—No hay presión allí. —murmuró Lester en voz baja.
Se sentó y comenzó a estudiar el encantamiento. Por
supuesto que no podía ser una cosa corta, o bien, tenía que
ser de una milla de largo y lleno de ellos y estos como
Shakespeare y la Biblia combinados. Lester no veía cómo
alguna vez iba a lograr memorizar eso a tiempo.
Entonces pensó en todos esos pobres dragones cautivos y
la forma en que serían capaces de ayudarles. Él sabía que
no tenía elección. Tenía que hacer esto, porque bastardo o
no, era su única esperanza. Dejó escapar una risa
sardónica. Sólo desearía que su madrastra hubiera vivido lo
suficiente para ver esto. Hubiera sido bueno para ella
tragar un poco de mierda por una vez en su vida.
Todo alrededor de Lester tembló, el caos resonó cuando
los guerreros dragón se presentaron para la batalla. Él hizo
todo lo posible para sintonizar con eso, para que pudiera
concentrarse en memorizar el hechizo. Era una muy buena
cosa que su memoria era casi perfecta o si no estaría en un
59
gran problema. En el momento en que Lester lo había leído
por décima vez, fue cuando finalmente obtuvo control
sobre él.
—¿Cómo va? —preguntó Brian cuando él se acercó y puso
una mano sobre el hombro de Lester.
—No me estás dando mucho tiempo aquí. —señaló Lester.
—Lo sé, pero podríamos tener dragones muriendo
mientras hablamos.
—Realmente apestas cuando se trata de no presionar a la
gente. Lo sabes, ¿verdad? —dijo Lester.
—Voy a tratar de trabajar en ello. Ahora, ¿tienes esa cosa
memorizada o no?
—¿A qué distancia está el Valle de las Arpías? —preguntó
Lester, ni siquiera seguro de si se llamaba así o no.
—Cerca de una hora en coche.
—Vamos, lo puedo tener para entonces.
—¿Estás seguro?
—¿Tengo alguna otra opción?
Brian hizo una pausa y le dio una mirada triste. —Siento
que todo esto te esté presionando. Esta no es la forma en
que quería que fuera tu regreso a casa.
—Sí, viendo que yo no creí que alguna vez fuera a tener
un regreso a casa en primer lugar.
Brian se acercó y tomó la silla de enfrente de Lester.
—Quiero que sepas que siempre te hemos considerado
nuestro igual, a pesar de lo que Mamá o Papá puedan haber
dicho o hecho. Nunca lo he hecho ni jamás te he visto como
algo más que uno de mis hermanos, lo mismo que Duncan y
Nicholas.
—Pero yo no soy como ellos y ambos lo sabemos—se sintió
obligado a señalar Lester.
Dado que estaban teniendo una conversación profunda, 60
bien podría poner todas las piezas ahí. De esa forma podían
seguir adelante y no tener que mirar hacia atrás de nuevo.
—No, sólo sucede que tienes algo de sabor extra. Eso es
todo—dijo Brian con una sonrisa suave. —Mira, no pediste
tener una bruja por una madre, más de lo que nosotros
pedimos tener una Dragón, ¿por qué debemos sentir
vergüenza por ello? Eres nuestro hermano, nuestra raza, y
nada, nunca, va a cambiar eso. Sólo deseo que hubiera más
que pudiéramos haber hecho para protegerte cuando
éramos niños. Si vivo hasta los mil años, ese será mi mayor
pesar.
Lester se sintió tan conmovido por las palabras de Brian
que no sabía cómo procesarlas. —¿Me estás diciendo todo
esto para hacerme sentir mejor, por el desastre que puede
pasar, o porque tienes miedo de que no puedas hacerlo de
nuevo?
Los labios de Brian se levantaron en una sonrisa torcida.
—Voy a admitir que, en cualquier batalla, siempre hay
una posibilidad de que no vayamos a volver. No sólo
tenemos a las Arpías de que preocuparnos, pero estoy
bastante seguro de que los brujos van a adivinar que
estamos llegando y tendrán el lugar vigilado. Así que no
voy a mentir y decir que va a ser una misión fácil. Pero no
es por eso que te dije todas esas cosas. Es porque ya era
hora de que lo escucharas. De hecho, debería habértelo
dicho hace años y me da vergüenza no haberlo hecho. —
Brian bajó la mirada hacia la mesa donde tenía las manos
entrelazadas.
Lester se acercó y las agarró, sosteniéndolas fuerte. —No
importa. Me lo dijiste ahora, cuando es importante, y es
ahora cuando tenía que escucharlo. Gracias.
Ambos se pusieron de pie y se abrazaron, Brian le dio a
Lester palmaditas en la espalda. Una vez que se separaron,
Lester podría haber jurado que vio a Brian limpiar sus ojos,
pero él no podía estar seguro y no estaba a punto de 61
preguntar a su líder sobre eso.
Mick apareció en la puerta. —Todo está empacado y listo
para partir.
Brian miró a Lester. —¿Seguro que estás listo para esto?
Lester tomó una respiración profunda. —Sí lo estoy. Vamos
a visitar a algunas Arpías.
Capítulo 7
El viaje pareció durar para siempre, sin embargo, pasó
demasiado rápido, si eso tiene algún maldito sentido.
Durante todo el tiempo, Lester trabajó duro para conseguir
ese maldito encantamiento memorizado. Mientras estaba
bastante seguro de que lo tenía preparado, quería estar
seguro, ya que no creía que habría una segunda
oportunidad con esto.
Iban en Hummers en lugar de las habituales furgonetas y
Lester pronto vio eso cuando se dirigían por la carretera y
en los densos bosques que parecían rodear la mayor parte
del área alrededor de las tierras Dragón. Mientras que la
cobertura era conveniente, les impidió, no solo, las miradas
indiscretas de los seres humanos cuando volaban, sino que
también hizo una casa atractiva para los indeseables. En
este caso, las Arpías.
Cuando se detuvieron cerca de la base de la pequeña
montaña, Lester alzó la vista y pudo ver pequeñas figuras
62
volando alrededor en un grupo. Puesto que eran demasiado
pequeñas como para ser dragones, sólo podía asumir que
eran las criaturas con las que pronto estarían luchando.
—¿Son mujeres? —preguntó.
—En teoría, aunque no hay nada femenino sobre ellas.
Son diez veces más fuertes que la mayoría de los hombres,
también, así que prepárate para eso. —le informó Duncan
con gravedad.
—Mira. Tenemos un comité de bienvenida, también, justo
lo que esperábamos. —dijo Maddox, señalando a un
pequeño grupo de hechiceros que estaban en la base de la
montaña.
—¡Rápido! ¡Atrápenlos antes de que puedan pedir
refuerzos! —ordenó Brian.
—Como si no pudiéramos manejarlos si lo hicieran. —dijo
Maddox con una sonrisa salvaje.
Él y varios de los otros guerreros se transformaron en
dragones y atacaron a los hechiceros. Los hechiceros
respondieron disparando magia y pronto una batalla a gran
escala estaba pasando. Lester estaba hipnotizado y
horrorizado por la visión de la misma. Nunca había estado
tan cerca de una gran lucha antes.
Trent lo agarró por el brazo. —¡Vamos! Tenemos que
empezar a subir. El Cuenco de las Visiones estará en la
parte superior.
—¿No deberíamos estar usando material de escalada
profesional o algo? ¿Qué pasa si caemos? —preguntó Lester
cuando el pánico comenzó a invadirlo.
Trent le dio una mirada de -estás bromeando-.
—Sólo grita y esperamos que uno de los dragones nos
atrape. Ahora vamos, tenemos que ir.
De repente, Lester tenía anhelo por su antigua vida,
donde todo de lo que tenía que preocuparse era llegar a su 63
turno a ER a tiempo y si tenía leche para su cereal en la
mañana. Luego se recordó a sí mismo que todos los
dragones contaban con él y fue hasta el primer tramo
empinado y empezó a subir.
Al principio, no fue fácil. Por un lado, él nunca había
subido nada que no fueran las escaleras en el trabajo y sólo
había sido cuando el ascensor estaba estropeado. Otro
problema fueron las Arpías, que se mantuvieron lanzando
tiros al azar contra ellos. Se lanzaron contra ellos y
trataron de apartarlos de su agarre. Fue sólo porque
estaban debajo de los dragones que respiraron fuego contra
ellas que se llevaron los demonios de vuelta. Y “demonios”
era una palabra amable.
Nicholas no bromeaba cuando dijo que las cosas eran
feas. Se veían como cabras humanoides con alas, sólo...
pelo largo andrajoso marrón y rojo, ojos brillantes. Incluso
sus alas eran horribles.
Eran enormes, marrones y llenas de podredumbre que
goteaban lágrimas de pus y sangre. En sus manos tenían
garras largas y negras, las cuales utilizaban para tratar de
agarrar a Trent y Lester.
A pesar de la ayuda de los dragones, en el momento en
que estaban a mitad de camino por la montaña, la parte de
atrás de la camisa de Lester termino por los suelos y podía
sentir una tibieza que sólo podía significar que estaba
sangrando. Él ni siquiera quería pensar en qué tipo de
infecciones pudieran estar contagiándole las perras. De
alguna manera él no las vio siendo el tipo de cosas que se
lavan las manos antes y después de una comida.
Lester se estiró para agarrar una roca, pero una Arpía se
precipitó y se llevó una gran parte de la parte posterior de
su muñeca. Él dejó escapar un grito de dolor, pero no se
atrevió a dejarse ir. No cuando él no sabía lo que le
esperaba abajo.
—¿Estás bien? —La voz de Mick vino a su cabeza.
64
—Estoy bien. Sólo preocúpate por ti, nene. —Lester se
apresuró a asegurarle. Lo último que quería era que Mick
muriera porque estaba preocupado por él. Lester pensaba
que no sería capaz de vivir consigo mismo.
Empezó a subir de nuevo, consciente a la vez, del hecho
que Trent estaba junto a él, también apaleado. Justo cuando
Lester estaba seguro de que nunca llegarían a la cima, vio
el cuenco.
Él no sabía lo que había esperado, pero seguro que no era
un viejo platillo destartalado que tenía cerca de 30
centímetros de diámetro. La única cosa que estaba a la
altura de sus expectativas es que era negro, aunque
desvanecido.
—¿Lo ves? —gritó Lester.
—¡Sí! No se debe iniciar el encantamiento hasta que los
dos lo estamos tocando, de lo contrario no va a funcionar.
—respondió Trent.
Lester rodó los ojos. Sí, lo entendió. Ambos tenían que
tocar la maldita cosa. Trent lo había repetido tantas veces,
que Lester estaba a punto de salvar el problema y acabar
obteniendo la frase tatuada en el culo. A él le gustaba su
cuñado, pero maldición, él podía ser denso a veces. Y pensó
¿de todos modos era momento de quejarse, cuando las
Arpías estaban tratando de matarles?
Ambos, finalmente, llegaron a la cima estirándose para
tocar el cuenco, el cual estaba firmemente incrustado en la
roca. Trent bloqueo su mirada con Lester y asintió con la
cabeza, luego iniciaron el encantamiento.
Una vez que se puso en marcha, las palabras salieron de
la boca de Lester sin problemas, casi como sí hubiera
nacido para decirlas. Incluso se olvidó de las Arpías y la
batalla que les rodeaba. Lo único que importaba era la
magia que estaba pasando entre él y Trent.
Luego, con la misma rapidez, llegó el final del
encantamiento. Entonces el cuenco dejó escapar un ruido
65
chirriante en voz alta, Trent tiró de él soltándose.
Lester y Trent tuvieron un momento de -Mierda,
realmente acabamos de hacer esto- antes de que se
recuperaran. Trent escondió el cuenco en una bolsa que
había cruzado sobre su hombro para la ocasión.
—¿Vas a ser capaz de bajar con esa cosa? Se ve bastante
pesado. —preguntó Lester.
No sólo eso, sino que, también, Trent parecía haber
tomado su propia parte justa de mordeduras de las Arpías.
El bajar iba a ser un infierno para ambos.
Trent se tocó la sien. —Acabo de hablar con Duncan. Él va
a hacer que nos lleven. Las Arpías han diezmado un poco,
por lo que será un poco más seguro. Además, el hechizo
nunca dijo nada acerca de nosotros teniendo que bajar, solo
que teníamos que subir.
Lester dejó escapar un suspiro de alivio. —Chico
inteligente. No creo que pudiéramos sobrevivir al viaje.
Tan pronto como esas palabras salieron de la boca de
Lester una Arpía llegó en picado de la nada. Ella cogió a
Trent por el centro del pecho y lo envió volando fuera de la
parte superior de la montaña.
—¡Trent! —Lester gritó mientras miraba por encima del
borde.
Miró a su alrededor frenéticamente para ver si alguno de
los otros dragones venían, pero no parecieron darse
cuenta. Solo quedaba una opción por hacer. Tomando una
respiración profunda, Lester saltó. Sólo esperaba que su
Dragón no le fallara cuando lo necesitaba.
Mick había prometido que el Dragón de Lester vendría
cuando lo necesitara más, y si había algún momento era
ahora. No sólo era la vida de Lester la que dependía de ello,
también lo era la de Trent. Además, él estaba dispuesto a
apostar que tampoco el cuenco de las visiones sobreviviría
a la caída. 66
A medida que el suelo comenzó a acercarse, Lester podía
sentir el pánico comenzar invadirlo. ¡Oh, muchacho! Tal
vez había realmente jodido este momento. Pero justo
cuando se estaba preparando para el gran final, lo sintió, la
transformación.
No era dolorosa como hubiera esperado. En realidad, era
una sensación agradable, como un millón de burbujas que
bailan sobre su cuerpo. Sólo duró un segundo y él estaba en
su forma de Dragón.
Él ni siquiera tenía tiempo para deleitarse con el hecho de
que lo había logrado. En su lugar, él se acercó con sus
garras delanteras y suavemente cogió a Trent antes de caer
al suelo. Lester tuvo entonces cuidado a la izquierda para
evitar el pequeño grupo de arpías que aún quedaba. Él
abrió la boca y se aseguró de soplar fuego contra ellas. Sólo
que su fuego era de un extraño verde en lugar del normal
rojo y naranja de los otros dragones. Debe haber sido más
caliente, también, porque no se limitó a quemar las Arpías,
las derritió en el acto.
Ellos comenzaron a ayudar a los dragones que luchaban
contra los magos en el exterior de la cueva. Mientras que
aún quedaban sólo algunos de los malos a la izquierda,
Lester decidió también utilizar su fuego sobre ellos. Tenía
el mismo efecto.
—¿Qué. Mierda. Fue. Eso? —Maddox exhalo, tan aturdido
que dejó caer su espada y dio unos pasos hacia atrás.
Mick cambió de nuevo a su forma humana y sonrió. —Ese
es mi compañero.
Todos cambiaron de nuevo a su forma humana, Lester
siendo el último de ellos. Las primeras palabras que
salieron de su boca fueron: —¿De qué color era yo?
Maddox señaló la pila de sustancia viscosa que quedo de
los brujos y le dijo: —¿Hiciste eso y lo único que quieres
saber es de qué color era tu Dragón, mientras estabas en
esa forma?
—Por supuesto, siempre me he preguntado que si pudiera 67
transformarme como me vería así. —Lester se encogió de
hombros.
Mick le dio un gran abrazo. —Eras púrpura, con una
franja negra por la espalda, y eras hermoso.
Sin embargo, Maddox no se olvidó de la llama verde.
—Amigo, ¿cómo demonios hiciste eso con el fuego?
Trent se acercó a los hechiceros y los estudió, mostrando
que él era mucho más valiente que la mayoría de ellos,
debido a que el hedor era bastante fuerte.
—Creo que es porque Lester tiene magia en su sangre,
también. Eso le da un impulso adicional.
—Lo que lo hace un arma patea—culo de nuestro lado—
conjeturó Maddox.
—También le hará ser cazado como el infierno—dijo Brian
con gravedad.
El estómago de Lester se desplomo con la predicción de
su hermano, porque sabía que era verdad. Una vez que se
supiera de un Dragón que también podía usar la magia, él
sería el centro de la diana, la meta de todos. No sólo serían
hechiceros, toda criatura paranormal por ahí querría un
pedazo de su culo y no en el buen sentido.
—Van a tener que pasar por mí primero—Mick dijo a
través de su enlace.
—Eso es lo que temo. No quiero que te hagan daño por mi
culpa.
—Bueno, mala suerte. Estás atrapado conmigo para toda
la vida ahora. Así es como funciona con los compañeros.
Lester puso una mano en su estómago mientras se dio
cuenta de lo terrible que era realmente su situación.
—Lo sé. Yo sólo deseo poder protegerte mejor.
Mick dejó escapar un suspiro irritado. —Tú me proteges y 68
yo te protejo y nos irá bien. Te lo prometo.
Lester puso un brazo alrededor de su compañero y rogó
para que él tuviera razón. Porque ahora que había tomado
a Mick como su compañero, no había realmente ninguna
manera en que pudieran sobrevivir sin el otro.
Eso solo no estaba en la composición de un Dragón. Ellos
se debilitan y mueren uno sin el otro. Así no habría nada de
huir para salvar Mick del peligro.
Además, Lester no estaba en huir de sus problemas. Había
aprendido algo, y era que con eso no resuelve nada. Sólo
empeora las cosas. No, él se quedaría y enfrentarían este
problema de frente, con su pareja y familia a su lado.
—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó Lester a Brian.
—En primer lugar, nos vamos a casa y nos limpiamos y
luego vemos si este cuenco de las visiones funciona. Si lo
hace, entonces empezamos a salir y rescatar uno por uno a
nuestros hermanos Dragón.
Volvieron a los vehículos, y Lester se estremeció un poco,
porque el cambio no había curado lo peor de las
mordeduras y arañazos de las Arpías.
Mick pasó una mano tranquilizadora sobre su espalda. —
No te preocupes, ahora que has cambiado, tu sanación
Dragón mejorada hará que las lesiones restantes
desaparezcan rápido.
—Queman como el demonio. Yo no quiero ni pensar qué
tipo de basura tenían esas garras debajo de ellas.
Mick le dio una sonrisa amable. —Probablemente no. Vi
los cadáveres de sus enemigos. Eran bastante
desagradables.
Lester dejó escapar un estremecimiento. Y ahora todo lo
que quería era que la mugre debajo de su piel, supurara
lejos. Claro, él podría tener la capacidad de curación de un
Dragón, pero aún tenía la formación de un enfermero y
esta le gritaba que agarrara el Bactine y comenzara a 69
fregar hacia fuera.
El regreso a casa parecía tardar más tiempo que antes, y
para el momento en que llegaron allí, ya era de noche.
Lester estaba hambriento, cansado y dolorido por todas
partes. Se apoyó en Mick, cuando bajaron y se dirigieron a
la mansión... oops, granja.
De alguna manera, Lester logró subir las escaleras e ir a
la cocina. Un par de dragones que trabajaban como
médicos improvisados cortaron su camisa y se pusieron a
lavar las heridas en su espalda. Mientras tanto, otros dos
cocinaron comida para todo el mundo.
La única cosa que evitó que Lester dejara caer su cabeza
sobre la mesa y se quedara dormido en el acto fue la
sensación de picadura mientras limpiaban sus heridas. Uno
de los médicos, calmado, tranquilo, un Dragón joven de
nombre Alex, murmuraba palabras de disculpa.
Aunque eso no le impidió fregar el infierno fuera de la
piel de Lester, sin embargo. Lester simplemente apretó los
dientes y lo aguantó. Como enfermero, sabía que era un
mal necesario. Tenían que asegurarse de que la infección
quedara atrás.
Cuando llegaron a su muñeca, fue la peor parte. Mick
tuvo que sostener su mano a través de ello. Lester oró a
través de todo el proceso doloroso que la Arpía que le había
hecho daño, fuera una de las que había personalmente
frito. Era lo menos que podía hacer para pagar por todo el
daño que le estaba causando.
Al otro lado de la mesa frente a él, Trent estaba
recibiendo el mismo tratamiento. Lester tuvo que
reconocer al chico. Él se lo tomaba tan estoicamente. Él
nunca pronunció una palabra de queja, a pesar de que tenía
la frente perlada de sudor, y estaba en un mundo de dolor
también.
Por último, la limpieza y el vendaje habían terminado y la
70
comida fue traída a la mesa. Todos cayeron en ella como
una horda hambrienta. No era mucho, sólo un cocido con
un poco de pan, pero era la mejor comida que Lester había
comido.
Una vez que terminaron, Lester preguntó Brian.
—¿Ahora qué?
Bloqueando su mirada con Lester, Brian respondió:
—Ahora, veamos si todo valió la pena. Vamos a probar ese
cuenco de las visiones.
Capítulo 8
Después de que Trent le dio a Lester un nuevo
encantamiento para memorizar, éste mucho más corto,
todos ellos se reunieron de nuevo en la biblioteca. Varios
de los dragones ya estaban allí y fue entonces que Lester se
dio cuenta que muchos de ellos probablemente tenían
familiares que estaban entre los desaparecidos.
Lo hacía sentir triste y le recordaba aquellos años
difíciles, cuando no habían tenido ni idea de dónde estaba
Duncan. Había sido tan difícil, sin saber si estaba vivo o
muerto, seguro o sufriendo bajo las manos de un
propietario despiadado.
El cuenco estaba en el centro de una mesa y ya lleno de
agua. Trent se sentó en uno de los lados, por lo que Lester
tomó la silla frente a él. Varias velas blancas se
encendieron y la habitación tenía una sensación silenciosa
al respecto. 71
—¿Estás listo? —preguntó Trent.
Tomando una respiración profunda para calmar sus
nervios, Lester asintió con la cabeza. Él y Trent juntaron
las manos sobre el recipiente y comenzaron el
encantamiento. Al igual que antes, a pesar de que el idioma
era extraño para él, las palabras se deslizaron sin esfuerzo
de los labios de Lester.
Si bien mantuvo los ojos cerrados, oía un zumbido
proveniente del cuenco. También podía detectar los jadeos
de shock procedentes de los dragones que estaban
alrededor. Sin embargo, no dejo que nada lo distrajera.
Lester se mantuvo centrado en el hechizo y siguió adelante.
Finalmente habían dicho las últimas palabras y Lester
abrió los ojos para ver si el hechizo había funcionado. Lo
que vio en el cuenco de las visiones le quitó el aliento. No
estaba seguro de lo que había estado esperando, tal vez un
pequeño mapa o algo, pero era mucho más.
No sólo tenían la ubicación exacta de todos los dragones,
tenían pequeñas imágenes de ellos. Destellos de lo que
estaban pasando en este momento. Uno estaba siendo
azotado por un castigo. Otro, que era tan pequeño y de
aspecto inocente, estaba acurrucado en una bola. Tenía una
gran cadena atada a su tobillo. Sin embargo, otro se veía
obligado a ceder a su maestro brujo. Todos y cada imagen
hizo sentir a Lester enfermo del estómago.
—Dioses—respiraba Trent. —¿Con cuál empezamos?
—Éste—dijo Nicholas con firmeza.
Había señalado al pequeño Dragón con la cadena
alrededor de su tobillo. Lester estaba a punto de preguntar
por qué, pero algo en la mirada de su hermano le hizo
cerrar la boca y simplemente asentir con la cabeza.
Comenzarían con el pequeño.
Brian debe haber llegado a la misma conclusión, porque él
tenía una expresión un poco confusa en su rostro antes de 72
finalmente hacer un gesto lento.
—Está bien, podemos salir mañana.
—Gracias—dijo Nicholas cortante. Luego salió de la
habitación y se dirigió hacia las escaleras, un portazo se
escuchó a los pocos segundos.
—Me pregunto de que iba todo eso—preguntó Lester.
Duncan se encogió de hombros. —Tú suposición es tan
buena como la mía. Pero al menos tenemos un lugar para
empezar.
Brian juntó las manos. —Está bien, todo el mundo a la
cama. Tenemos una semana de mucho trabajo por delante.
Mientras entraban en su habitación, tomo todo en Mick
no abordar a Lester y reclamarlo en el acto. Desde que
había visto a Lester cayendo desde la montaña, mientras
que él había estado demasiado lejos como para hacer algo
al respecto, Mick había estado en el borde.
Casi había perdido a su compañero en ese día y
simplemente no lo haría. Su Dragón estaba enojado,
asustado y herido y sólo una cosa que lo calmaría, un
Lester dominado. Mick sólo esperaba que Lester estuviera
dispuesto y comprensivo.
Lester se acercó al borde de la cama se volvió y dio a
Mick una sonrisa diabólica. —Estás a punto de cogerme sin
sentido. ¿No es así?
Volviendo sus manos en puños, preguntó Mick. —¿Cómo
te diste cuenta?
—Tu actitud prácticamente lo grita. Además, puedo leer tu
mente, ¿recuerdas? 73
¡Mierda! —¡Oh sí! Yo como que me olvidó de esa parte.
Lester se volvió y extendió sus brazos. —¿Qué estás
esperando? Ven y tómame.
Mick no necesitó una segunda invitación. Con un gruñido
salvaje bajó, llegando a Lester y empujándolo hacia atrás.
Aterrizaron en la cama, con las bocas reuniéndose en un
enfrentamiento torpe de labios y dientes.
—Te necesito. Te quiero. —dijo Mick mientras empezaba a
arrancar la ropa de Lester.
—Me tienes. —le aseguró Lester.
Mick estaba en un frenesí. Él los desnudó, pero sus ropas
nunca serían usables de nuevo. No es que le importara una
mierda por el momento. Todo lo que quería era conseguir a
Lester desnudo y debajo de él, y eso fue exactamente lo que
hizo Mick y en un tiempo récord, también.
Tan pronto como tenía a Lester desnudo, Mick tomó un
momento para hacer una pausa y estudiar el regalo en
exhibición por debajo de él.
Sosteniendo con una mano el esternón de Lester, Mick le
dijo —¿Sabes cuánto te amo?
Lester negó con la cabeza. —No creo que alguna vez me lo
dijeras antes.
—Te amo más que a mi vida, y cuando vi que caías, creo
que una parte de mí murió. No vuelvas a asustarme así de
nuevo.
—Voy a tratar—Lester tomó la mano de Mick y le dio un
beso en la palma. —Yo también te amo.
Un sentimiento de alegría inundó a Mick, pero eso no
quiere decir que dejaría de darle a Lester la jodida de su
vida. En el momento en que terminara, su compañero iba a
estar más adolorido en unos lugares que en otros, y él
sabría a ciencia cierta a quién pertenecía. 74
Pero eso no quiere decir que, en primer lugar, no pudiera
haber algún juego previo. Mick no era todo negocios, le
gustaba su diversión y juegos, tanto como a todos.
Bajando la mano, agarró la polla de Lester.
—¿Qué tenemos aquí?
Lester se quejó. —Sabes exactamente lo que es, eres un
gran bromista.
—¿Por qué no agarras la botella de lubricante mientras
juego alrededor un poco?
Lester de alguna manera estiro su cuerpo para conseguir
el lubricante, a la vez que no dejo que se desprendiera su
pene de las manos de Mick. Mick decidió recompensar su
buen comportamiento dando a la cabeza de la polla de
Lester unos lametones.
Lester dejó escapar un grito. —Maldita sea, eso se siente
bien.
—Se supone que sea así, bebé.
Mick enganchó la botella de la mano de Lester, abrió la
botella y roció un poco de líquido en sus dedos. Entonces
volvió su atención a la polla de Lester.
Separando los labios, Mick tomó poco a poco la longitud
de Lester. Al mismo tiempo, Mick pasó su mano debajo de
Lester y deslizó un dedo sobre la abertura apretada. Mick
lo bordeo un par de veces antes de que poco a poco
hundiera un dedo en el interior.
Lester se quedó sin aliento, su cuerpo arqueándose fuera
de la cama. Al mismo tiempo, Mick aspiro y se retiró, de
modo que solo la punta del pene quedó en su boca. Mick
relajó la mandíbula, tomándolo de nuevo mientras
empujaba su dedo una vez más.
Mick mantuvo el mismo ritmo, añadiendo un segundo y
luego un tercer dedo. En ese momento, Lester estaba
pidiendo la liberación y Mick sabía que tenía a su 75
compañero directo donde lo deseaba.
Después de dejar el pene de Lester deslizarse libre de su
boca con un estallido, Mick quitó los dedos y dio una
palmada en el culo a Lester.
—Ponte en tus manos y rodillas.
Lester se movió tan rápido a obedecer que casi chocó su
cabeza con Mick. Este esquivó rápidamente el golpe,
entonces, se acomodó detrás de su amante.
Después de alinear su pene, Mick se empujó dentro. —Te
amo.
—Te... amo... también. —respondió Lester, sus palabras
saliendo rotas debido a que Mick ya le estaba dando la
jodida de su vida.
Mick sabía que estaba siendo áspero, pero él no podía
contenerse. Su Dragón había tomado el relevo y quería a su
pareja para saber que le reclamaba.
Mick agarró las caderas de Lester en un apretón que le
dejaría moretones, pero necesitaba joderlo en el colchón.
No es que a Lester le pareciera mal, tomando en cuenta
los gritos de placer que salían de su boca. Lester incluso
fue empujando hacia atrás para cumplir con Mick hasta la
mitad, y las manos empuñando las sábanas mientras se
sostenía con toda la fuerza.
—Eso es todo, Mick, dámelo duro. —gritó Lester.
Bien, eso era la mejor luz verde que Mick hubiera oído
antes. Él apretó aún más y comenzó a cogerlo más duro.
Una capa de sudor estalló sobre su cuerpo y el sonido de
carne golpeando carne llenó la habitación, marcada por el
mascullar ocasional o gruñido.
Finalmente, Lester dejó escapar un grito más fuerte que
todos los demás y su cuerpo se puso rígido, se vino, chorros
calientes de semen cubrieron el edredón púrpura de lujo
debajo de él. La vista y el olor era todo lo que Mick necesito 76
para empujarlo por el borde, con un último impulso se vino
también, su pene llenando los estrechos confines del culo
de Lester.
Después de que se hubieran recuperado, se limpiaron,
tiraron el sucio edredón a un lado y se metieron en la
cama. Lester tomó a Mick en sus brazos y se metió en una
posición cómoda, acurrucándose.
—Tenía tanto miedo de perderte hoy—dijo Mick.
—Lo sé, pero no lo hiciste—le aseguró Lester mientras
jugaba ociosamente con los dedos de Mick.
—No va a ser fácil luchar codo con codo contigo, ¿verdad?
—No, pero lo lograremos.
—¿Cómo?
—Con amor y un poco de magia.
Mick se levantó en un hombro. —¿En realidad dijiste algo
tan tonto?
Lester sonrió. —Sí, supongo que sí. ¿Qué puedo decir? El
buen sexo me hace ñoño.
Mick se echó a reír. —Sólo prométeme que no lo harás con
demasiada frecuencia y vamos a estar bien.
—Prometo guardarlo sólo para el dormitorio.
Esa era una promesa con la que Mick podía vivir.

FIN

77
Sobre el Autor

Stephani Hecht está felizmente casada y es madre de dos


hijos. Nacida y se criada en Michigan, le encantan todas las
cosas del estado, desde los inviernos fríos hasta el equipo
de hockey de los Detroit Red Wings. ¡Ánimo Wings! Puedes
encontrarla habitualmente acurrucada junto a su portátil,
creando su siguiente libro o atiborrándose de cafeína en su
cafetería preferida,

78
Créditos
David
Rasv
Sakura
Reaper
Dragon Moon
Cyllan
Morgana Celtic

79

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