García Ajquejay Carlos Humberto CIC Constitución Jerárquica de la Iglesia

Tercero de Configuración P. Cristian Corado

ROMANO PONTIFICE ELIGENDO DEL PAPA PABLO VI

Mientras no haya Papa, el gobierno de la Iglesia está en manos de los Cardenales y en este
período de Sede Vacante los cardenales no tienen ninguna potestad ni jurisdicción sobre asuntos que
solo le compete al Papa; por ello mismo es declarado nulo e ilícito toda acción hecha por los
cardenales como el corregir o modificar las leyes emanadas por los papas, de lo contrario será
declarado nulo e inválido; si no hay Papa, cualquier decisión será tomada por la mayoría de los
Cardenales.
Durante la Sede Vacante, tendrá lugar dos clases de Congregaciones de Cardenales: una
general, donde participan los que deseen y que no sean impedidos y la otra particular donde
participan o no, los que tienen ochenta años en adelante. Se designan tres cardenales cada tres días
para la elección y su traje será de color negro durante el Cónclave. En las primeras congregaciones
generales se dará a conocer el período de Sede Apostólica Vacante, los cardenales deberán hacer un
juramento de observar las indicaciones establecidas y guardar el secreto colocando sus manos sobre
los Evangelios durante el juramento. Se hará el debido traslado del cuerpo del Romano Pontífice
muerto en la Basílica para la veneración por parte del pueblo y también se dispondrá sobre el inicio
y final de las exequias; un grupo de Cardenales preparará todo sobre el Cónclave y otro grupo
organizará la clausura del Cónclave especialmente sobre el presupuesto económico.
Se procede a la elección por medio de votación secreta mediante tarjetas, será elegido Ipso
Facto quien tendrá mayor número de votos. A penas el Prefecto de la Casa Pontificia haya recibido
la notica de la muerte del Papa, debe comprobarlo inmediatamente en presencia del maestro de
ceremonias Pontificias, prelados y clérigos y posteriormente extenderá el acta autentica de la
muerte, debe sellarlo y comunicarlo al Cardenal vicario quien dará la noticia al pueblo Romano. El
Decano del Sacro Colegio nomás haya sido informado sobre la muerte del Papa dará la noticia a
todos los cardenales convocándolos para el nuevo Cónclave. En este período todo el poder civil del
papa que concierne al Vaticano, corresponderá al colegio de los Cardenales y solo podrán emanar
decretos en caso de emergencia y necesidad hasta el nuevo papa y serán válidos si los confirma el
nuevo Romano Pontífice.
Después de la muerte del Papa, los cardenales celebran las exequias durante nueve días
consecutivos, si el Papa muere fuera de Roma, se harán los respectivos trámites para el debido
traslado a la Basílica. El derecho a elegir al nuevo Papa solo es de los cardenales de la Santa Iglesia
Romana y aquellos que han cumplido ochenta años, el número máximo de cardenales es de ciento
veinte. Si el papa muriese durante la celebración de un Concilio o de un Sínodo, solo podrán elegir
los ya mencionados de lo contrario será declarado nulo e inválido la elección, inmediatamente se
debe sus pender el Concilio o Sínodo, los documentos o decretos. Todos los cardenales convocados
para la elección del nuevo Papa están obligados en virtud de santa obediencia a dar el enuncio de
convocación; unos días anteriores a la elección los clérigos y demás quienes participarán deberán
realizar el juramento en latín después de haber entendido el alcance del juramento y el sentido de la
fórmula.
Los Cardenales irán a sus habitaciones en lo que se aseguran que todo el lugar esté en
orden, serán investigados los aparatos electrónicos y se prohibirán revelar la información sobre las
votaciones. La elección se realiza en la capilla iniciando con la misa, la petición al Espíritu Santo y
luego se procede a la elección. Un primer modo de elección es por aclamación o por inspiración
diciendo espontáneamente que consideran digno de ser elegido. El segundo modo es por
compromiso, es decir, cuando un grupo de cardenales encomiendan a un grupo determinado de
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poder elegir en lugar de todos al futuro Papa. La tercera forma es por escrutinio, en la que indica
para la elección de un papa son necesarias dos tercios de votos y su proceder sería: entrega de
papeletas, los cardenales colocan en el centro el nombre de quien elegirán, doblando las papeletas
las colocan en un recipiente haciendo un juramento, si alguno está enfermo los escrutadores llegan
hasta donde está y hacen lo mismo, luego los escrutadores se colocan en la mesa y sacan uno por
uno las papeletas pasando en manos de cada uno, seguidamente se ensarta un hijo para ser
conservados con seguridad y antes que todos abandonen la sala se revisan las papeletas y se
queman. Se les excomulgarán latae sententiae a los que incurran en simonía o sin haber consultado
alguna cuestión mientras vivía el Papa sobre la elección de su sucesor, prometer votos, tomar
decisiones en reuniones privadas, a los que hagan pactos, acuerdos y otros compromisos de
cualquier género que les obligue a dar o no el voto, se les pide que no sean influenciados por otros o
por algún medio de comunicación.
Hecha la elección canónica: El cardenal decano, pide en nombre de todo el colegio el
consentimiento del elegido y una vez recibido su consentimiento le pregunta cómo quiere ser
llamado, luego el maestro de ceremonia pontificia levanta acta de aceptación del nuevo Romano
Pontífice y del nombre que haya tomado, pasan a tributarle homenaje y obediencia al nuevo Papa y
el primero de los cardenales diáconos anuncia al pueblo quien es el nuevo Sumo Pontífice; el
Pontífice será coronado por el cardenal proto diácono y posteriormente tomará posesión de la
patriarcal Basílica Lateranense según el rito prescrito.