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TEMA: ¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO?

Preparación

 Los adolescentes ingresan a la videollama. El catequista tiene preparado un altar, dispuesto con
mantel, un cirio como signo de Jesús resucitado y, si es posible, se coloca la Biblia y una imagen
religiosa. Se recomienda adornar el lugar del catequista con alguna imagen religiosa o
relacionada al tema.

 Se preparan algunas imágenes pequeñas del tema, en este caso: imágenes como; PALOMA,
FUEGO, AGUA, (revisar hay varias en inter)

Objetivos

 Comprender la identidad y misión del Espíritu Santo en la vida del cristiano.


 Buscar establecer una relación personal con Él.
 Esforzase en acoger los dones del Espíritu Santo en nuestra vida cotidiana, viviendo en presencia
suya.

A) VER

1) Saludo y oración de inicio

Se comienza con un Saludo o canto.

Catequista: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos: Amén.

Catequista: Queridos adolescentes, continuaremos Nuestras charlas en la preparación para el


sacramento de la confirmación, en esta oportunidad tocaremos un tema para lo cual ustedes se
están formando para recibir a plenitud al Espíritu Santo, Tomen en cuenta cuales son los dones y
los frutos que nos brinda para nuestra vida cotidiana.

 Pedir a algún confirmando que realice una pequeña oración.


2) Parte Motivacional y Dialogo - Video de Ambientación

 Videos:
1) El Catequista proyectara los siguientes videos, pedirá que presente atención y
consultará después.
 https://www.youtube.com/watch?v=eYAcWUpi-sI
El Rock del Espíritu Santo ( Dinámica para hacerlo en grupo)
 https://www.youtube.com/watch?v=qpkCb9fxigE
Espíritu Santo - Su Presencia – Él
 https://www.youtube.com/watch?v=xTaScPYfZjk El
bautismo de Jesús
 https://www.youtube.com/watch?v=ebkhKxtrFw8
Dinámica Espírito Santo

Preguntas del Video (El catequista invita a los jóvenes que den su opinión, puede
realizar las siguientes preguntas)

1) ¿Cómo te has sentido en realizar esta dinámica?- EL Rock del Espíritu Santo
2) ¿Cómo se manifiesta, según los videos, el Espíritu Santo?
3) ¿Cómo crees que es Espíritu Santo se manifiesta en ti?

 Conclusión hecho por el catequista relacionado a lo experimentado.


 Textos Bíblicos:
 Hechos 16,4-10
 Jn 6, 59-63
 Juan 14, 15-18. 25-26
 Hechos 1, 7-8
 Dialogo

Se trata de conducir a los confirmandos, primero a relacionar la palabra de Dios con su propia
vida.
 ¿Cuál / les de los textos te han gustado más y por qué?
 ¿Escuchaste o leíste alguna vez estos mensajes de Dios?
 ¿Qué es lo que a ti personalmente te dice la palabra de Dios que acabas de
escuchar?

Reflexión por el Catequista:


 Los textos Bíblicos, hace referencia que El Espíritu Santo actúa, nos guía, nos
dirige , sobre todo, en la misión de la Iglesia, testimoniando que la Iglesia es una obra
divina, que, pesar de las apariencias humanas, es Dios quien conduce la Iglesia: El
Espíritu Santo la guía en su misión, la acompaña con signos y prodigios
sorprendentes en su acción que dan testimonio del Señor resucitado, y se deja
constancia de su acción continua, manifestada especialmente en la comunión
fraterna de las comunidades cristianas.
 El Espíritu nos enseña la verdad: la Palabra de Dios: Uno de los temas centrales en
la predicación de Jesús es el de la escucha, acogida, predicación y servicio de la
Palabra de Dios. En nuestro mundo estamos ya demasiado cansados de oír
palabras, y por eso no les damos demasiada importancia, pero para el judío, la
"palabra" es un elemento fuerte, cargado de sentido, de vida... dar tu palabra
significa ponerte todo tú en juego. Por eso es tan importante no sólo oír, sino sobre
todo escuchar lo que Dios tiene que decirnos.
 La vida cristiana es una vida que está llamada a la plenitud, a la santidad. Es el
Señor Jesús el que en su palabra y en su vida nos va indicando el camino a seguir
para alcanzar la santidad. El Espíritu Santo es quien va haciendo en nosotros esa
santidad. Para ello nos concede sus frutos y sus dones.

B) JUZGAR

1. Preguntas y Dialogo de la realidad.

En la actualidad hay muchas personas que no se percatan de la existencia del Espíritu Santo, o no
conocen, cuál es la función del Espíritu Santo.

Tal vez no hay una época de más cambios y crecimiento que la actualidad que vivimos Estamos
estudiando, tal vez jugando deportes, o incluso aprendiendo cómo tocar un instrumento o hacer
otra actividad. Mientras que nuestro crecimiento en estas áreas es importante, los jóvenes
también deben procurar crecer en su madurez espiritual y relación con Dios.
Lee las siguientes preguntas y que el confirmando responda.

 ¿Qué es lo que el Espíritu Santo hace por nosotros?


 ¿Cuál es la función del Espíritu Santo?
 ¿Cuido mi cuerpo que es el Templo del Espíritu Santo, si es Si como lo hago?
 ¿Para qué es el poder del Espíritu Santo?

 Compartir con los demás tus respuestas.


 Conclusión hecho por el catequista referente a las preguntas.

 Reflexión por el Catequista:

Todo lo que tenga un valor eterno en esta vida y en la eternidad viene a través de la
obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Si queremos seguir a Jesús, y vemos que
necesitamos ayuda para hacerlo, Dios envía Su Espíritu Santo. Solamente tenemos que
pedir y ser obedientes para poder recibirlo. (Lucas 11,9- 13; Hechos 5,32) Cuando llegamos
a ser discípulos y recibimos el Espíritu Santo, este comienza a trabajar en nosotros, para
transformarnos a la imagen de Cristo (Romanos 8,29). Los discípulos tienen su mente
en las cosas del Espíritu, y serán guiados a vida y paz.

¿Para qué es el poder del Espíritu Santo? Pablo testificó que era su “anhelo y
esperanza” que por la vida o muerte Jesús sería magnificado en su cuerpo. (Filipenses
1,20) La función más grande que cumple el Espíritu Santo es fortalecer a Sus discípulos
para ser transformados a la imagen de Jesús; Su vida se manifiesta en nosotros, siempre
y cuando mantengamos la muerte del Señor Jesús en nuestros cuerpos (2 Corintios 4,
10-11). Así damos testimonio de Jesucristo. No es posible para nosotros hacer esto con
nuestra propia fuerza, sólo es posible a través del poder que el Espíritu Santo nos da.

El Espíritu Santo nos da poder para vencer sobre el pecado consciente. Está escrito que
si andamos en el Espíritu no satisfagamos los deseos de la carne (Gálatas 5,16). Si
andamos en el Espíritu y vivimos en el Espíritu, no nos volveremos vanagloriosos,
irritándonos y envidiándonos unos a otros (Gálatas 5,25-26). ¡Piensa en la comunión
que surge de esta obra del Espíritu, mientras los frutos del Espíritu crecen en nosotros
cada vez más!

2. Profundización del tema

¿Cómo fue la venida del Espíritu Santo?

Lo narra san Lucas en los Hechos de los Apóstoles, en los capítulos 1 y 2. Antes de la Ascensión,
Jesús había mandado a los discípulos “que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la
promesa del Padre. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, -les dijo- pero vosotros seréis
bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Cuando haya venido sobre vosotros
el Espíritu Santo, seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta los confines de
la tierra”.

Unos días después -sigue narrando san Lucas- "cuando estaban todos juntos, de repente, vino
del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde
estaban sentados; y se les aparecieron lenguas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de
ellos. Y se llenaron todos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas”.
En este día se revela plenamente la Santísima Trinidad y a partir de ahora el Reino anunciado
por Cristo está abierto a todos los que creen en Él.

Los Hechos de los Apóstoles, al narrar los acontecimientos de aquel día de Pentecostés en el
que el Espíritu Santo descendió en forma de lenguas de fuego sobre los discípulos de Nuestro
Señor, nos hacen asistir a la gran manifestación del poder de Dios, con el que la Iglesia inició su
camino entre las naciones. La victoria que Cristo —con su obediencia, con su inmolación en la
Cruz y con su Resurrección— había obtenido sobre la muerte y sobre el pecado, se reveló
entonces en toda su divina claridad.

¿Quién es el Espíritu Santo?

El Espíritu Santo es una de las tres personas de la Santísima Trinidad. Es Dios con el Padre y el
Hijo y con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, como señala desde antiguo el
Símbolo Niceno-Constantinopolitano. Consubstancial con el Padre y el Hijo, es inseparable de
ellos, tanto en la vida íntima de la Trinidad como en su don de amor para el mundo. Pero al
adorar a la Santísima Trinidad vivificante, consubstancial e indivisible, la fe de la Iglesia profesa
también la distinción de las Personas. Cuando el Padre envía su Verbo, envía también su
Aliento: misión conjunta en la que el Hijo y el Espíritu Santo son distintos pero inseparables. Sin
ninguna duda, Cristo es quien se manifiesta, Imagen visible de Dios invisible, pero es el Espíritu
Santo quien lo revela.

La Iglesia, comunión viviente en la fe de los Apóstoles que ella transmite, es el lugar de nuestro
conocimiento del Espíritu Santo:

– en las Escrituras que Él ha inspirado; en la Tradición, de la cual los Padres de la Iglesia son
testigos siempre actuales; en el Magisterio de la Iglesia, al que Él asiste; en la liturgia
sacramental, a través de sus palabras y sus símbolos, en donde el Espíritu Santo nos pone en
comunión con Cristo; en la oración en la cual Él intercede por nosotros; en los carismas y
ministerios mediante los que se edifica la Iglesia; en los signos de vida apostólica y misionera;
en el testimonio de los santos, donde Él manifiesta su santidad y continúa la obra de la
salvación.

Los discípulos, que ya eran testigos de la gloria del Resucitado, experimentaron en sí la fuerza
del Espíritu Santo: sus inteligencias y sus corazones se abrieron a una luz nueva. Habían seguido
a Cristo y acogido con fe sus enseñanzas, pero no acertaban siempre a penetrar del todo su
sentido: era necesario que llegara el Espíritu de verdad, que les hiciera comprender todas las
cosas. Sabían que sólo en Jesús podían encontrar palabras de vida eterna, y estaban dispuestos
a seguirle y a dar la vida por El, pero eran débiles y, cuando llegó la hora de la prueba, huyeron,
lo dejaron solo. El día de Pentecostés todo eso ha pasado: el Espíritu Santo, que es espíritu de
fortaleza, los ha hecho firmes, seguros, audaces. La palabra de los Apóstoles resuena recia y
vibrante por las calles y plazas de Jerusalén

¿Cuál es el nombre propio y los apelativos del Espíritu Santo?

El término "Espíritu" traduce el término hebreo Ruah, que en su primera acepción significa
soplo, aire, viento. Por otra parte, Espíritu y Santo son atributos divinos comunes a las Tres
Personas divinas. Pero, uniendo ambos términos, la Escritura, la liturgia y el lenguaje teológico
designan la persona inefable del Espíritu Santo, sin equívoco posible con los demás empleos de
los términos "espíritu" y "santo".
Los apelativos del Espíritu Santo

Jesús, cuando anuncia y promete la Venida del Espíritu Santo, le llama el "Paráclito", abogado.
"Paráclito" se traduce habitualmente por "Consolador".

Jn 14, 16. 26;

Jn 15, 26;

Jn 16, 7.

Jesús también llama al Espíritu Santo "Espíritu de Verdad". (Jn 16, 13).

Además de su nombre propio, que es el más empleado en el libro de los Hechos y en las cartas
de los Apóstoles, en San Pablo se encuentran los siguientes apelativos:

 el Espíritu de la promesa (Ga 3, 14; Ef 1, 13),


 el Espíritu de adopción (Rm 8, 15; Ga 4, 6),
 el Espíritu de Cristo (Rm 8, 11),
 el Espíritu del Señor (2 Co 3, 17),
 el Espíritu de Dios (Rm 8, 9.14; 15, 19; 1 Co 6, 11; 7, 40),
 y en San Pedro, el Espíritu de gloria (1 P 4, 14).

¿Qué símbolos del Espíritu Santo hay en la Sagrada Escritura?

 El agua. El simbolismo del agua es significativo de la acción del Espíritu Santo en el


Bautismo, ya que, después de la invocación del Espíritu Santo, ésta se convierte en el signo
sacramental eficaz del nuevo nacimiento: del mismo modo que la gestación de nuestro
También "hemos bebido de un solo Espíritu"(1 Co 12, 13): el Espíritu es, pues, también
personalmente el Agua viva que brota de Cristo crucificado (cf. Jn 19, 34; 1 Jn 5, 8) como de
su manantial y que en nosotros brota en vida eterna (cf. Jn 4, 10-14; 7, 38; Ex 17, 1-6; Is 55,
1; Za 14, 8; 1 Co 10, 4; Ap 21, 6; 22, 17).

 La unción. El simbolismo de la unción con el óleo es también significativo del Espíritu Santo,
hasta el punto de que se ha convertido en sinónimo suyo (cf. 1 Jn 2, 20. 27; 2 Co 1, 21). En
la iniciación cristiana es el signo sacramental de la Confirmación, llamada justamente en las
Iglesias de Oriente "Crismación". Pero para captar toda la fuerza que tiene, es necesario
volver a la Unción primera realizada por el Espíritu Santo: la de Jesús.

 El fuego: En forma de lenguas "como de fuego" se posó el Espíritu Santo sobre los
discípulos la mañana de Pentecostés y los llenó de él (Hch 2, 3-4). La tradición espiritual
conservará este simbolismo del fuego como uno de los más expresivos de la acción del
Espíritu Santo.

 La paloma. Al final del diluvio (cuyo simbolismo se refiere al Bautismo), la paloma soltada
por Noé vuelve con una rama tierna de olivo en el pico, signo de que la tierra es habitable
de nuevo (cf. Gn 8, 8-12). Cuando Cristo sale del agua de su bautismo, el Espíritu Santo, en
forma de paloma, baja y se posa sobre él (cf. Mt 3, 16). El Espíritu desciende y reposa en el
corazón purificado de los bautizados. En algunos templos, la Santa Reserva eucarística se
conserva en un receptáculo metálico en forma de paloma (el columbarium), suspendido
por encima del altar. El símbolo de la paloma para sugerir al Espíritu Santo es tradicional en
la iconografía cristiana.

 La nube y la luz. Estos dos símbolos son inseparables en las manifestaciones del Espíritu Santo.
Desde las teofanías del Antiguo Testamento, la Nube, unas veces oscura, otras luminosa, revela
al Dios vivo y salvador, tendiendo así un velo sobre la transcendencia de su Gloria: con Moisés
en la montaña del Sinaí (cf. Ex 24, 15-18), en la Tienda de Reunión (cf. Ex 33, 9-10) y durante la
marcha por el desierto (cf. Ex 40, 36-38; 1 Co 10, 1-2); con Salomón en la dedicación del
Templo. Pues bien, estas figuras son cumplidas por Cristo en el Espíritu Santo. Él es quien
desciende sobre la Virgen María y la cubre "con su sombra" para que ella conciba y dé a luz a
Jesús (Lc 1, 35). En la montaña de la Transfiguración es Él quien "vino en una nube y cubrió con
su sombra" a Jesús, a Moisés y a Elías, a Pedro, Santiago y Juan, y «se oyó una voz desde la
nube que decía: "Este es mi Hijo, mi Elegido, escuchadle"» (Lc 9, 34-35). Es, finalmente, la
misma nube la que "ocultó a Jesús a los ojos" de los discípulos el día de la Ascensión (Hch 1, 9),
y la que lo revelará como Hijo del hombre en su Gloria el Día de su Advenimiento (cf. Lc 21, 27).

El Espíritu y la Palabra de Dios en el tiempo de las promesas

Desde el comienzo y hasta "la plenitud de los tiempos" (Ga 4, 4), la Misión conjunta del
Verbo y del Espíritu del Padre permanece oculta pero activa. El Espíritu de Dios
preparaba entonces el tiempo del Mesías, y ambos, sin estar todavía plenamente
revelados, ya han sido prometidos a fin de ser esperados y aceptados cuando se
manifiesten. Por eso, cuando la Iglesia lee el Antiguo Testamento (cf. 2 Co 3, 14),
investiga en él (cf. Jn 5, 39-46) lo que el Espíritu, "que habló por los profetas" (Símbolo
Niceno-Constantinopolitano: DS 150), quiere decirnos acerca de Cristo.

Por "profetas", la fe de la Iglesia entiende aquí a todos los que fueron inspirados por el
Espíritu Santo en el vivo anuncio y en la redacción de los Libros Santos, tanto del
Antiguo como del Nuevo Testamento.

También nosotros, como aquellos primeros que se acercaron a San Pedro en el día de
Pentecostés, hemos sido bautizados. En el bautismo, Nuestro Padre Dios ha tomado
posesión de nuestras vidas, nos ha incorporado a la de Cristo y nos ha enviado el
Espíritu Santo. El Señor, nos dice la Escritura Santa, nos ha salvado haciéndonos
renacer por el bautismo, renovándonos por el Espíritu Santo, que El derramó
copiosamente sobre nosotros por Jesucristo Salvador nuestro, para que, justificados
por la gracia, vengamos a ser herederos de la vida eterna conforme a la esperanza que
tenemos.

“Alégrate, llena de gracia” – ESPIRITU SANTO EN LA VIRGEN MARIA

María, la Santísima Madre de Dios, la siempre Virgen, es la obra maestra de la Misión del Hijo y
del Espíritu Santo en la Plenitud de los tiempos. Por primera vez en el designio de Salvación y
porque su Espíritu la ha preparado, el Padre encuentra la Morada en donde su Hijo y su Espíritu
pueden habitar entre los hombres.

El Espíritu Santo preparó a María con su gracia. Convenía que fuese "llena de gracia" la Madre
de Aquel en quien "reside toda la plenitud de la divinidad corporalmente" (Col 2, 9). Ella fue
concebida sin pecado, por pura gracia, como la más humilde de todas las criaturas, la más capaz
de acoger el don inefable del Omnipotente. Con justa razón, el ángel Gabriel la saluda como la
"Hija de Sión": "Alégrate" (cf. So 3, 14; Za 2, 14). Cuando ella lleva en sí al Hijo eterno, hace
subir hasta el cielo con su cántico al Padre, en el Espíritu Santo, la acción de gracias de todo el
pueblo de Dios y, por tanto, de la Iglesia

En María el Espíritu Santo realiza el designio benevolente del Padre. La Virgen concibe y da a luz
al Hijo de Dios por obra del Espíritu Santo. Su virginidad se convierte en fecundidad única por
medio del poder del Espíritu y de la fe (cf. Lc 1, 26-38; Rm 4, 18-21; Ga 4, 26-28).

En María, el Espíritu Santo manifiesta al Hijo del Padre hecho Hijo de la Virgen. Ella es la zarza
ardiente de la teofanía definitiva: llena del Espíritu Santo, presenta al Verbo en la humildad de
su carne dándolo a conocer a los pobres (cf. Lc 2, 15-19) y a las primicias de las naciones
Al término de esta misión del Espíritu, María se convierte en la "Mujer", nueva Eva "madre de
los vivientes", Madre del "Cristo total" (cf. Jn 19, 25-27). Así es como ella está presente con los
Doce, que "perseveraban en la oración, con un mismo espíritu" (Hch 1, 14), en el amanecer de
los "últimos tiempos" que el Espíritu va a inaugurar en la mañana de Pentecostés con la
manifestación de la Iglesia.

ESPIRITU SANTO EN Cristo Jesús

Jesús no revela plenamente el Espíritu Santo hasta que él mismo no ha sido glorificado por su
Muerte y su Resurrección. Sin embargo, lo sugiere poco a poco, incluso en su enseñanza a la
muchedumbre, cuando revela que su Carne será alimento para la vida del mundo (cf. Jn 6, 27.
51.62-63). Lo sugiere también a Nicodemo (cf. Jn 3, 5-8), a la Samaritana (cf. Jn 4, 10. 14. 23-24)
y a los que participan en la fiesta de los Tabernáculos (cf. Jn 7, 37-39). A sus discípulos les habla
de él abiertamente a propósito de la oración (cf. Lc 11, 13) y del testimonio que tendrán que
dar (cf. Mt 10, 19-20).

Solamente cuando ha llegado la hora en que va a ser glorificado Jesús promete la venida del
Espíritu Santo, ya que su Muerte y su Resurrección serán el cumplimiento de la Promesa hecha
a los Padres (cf. Jn 14, 16-17. 26; 15, 26; 16, 7-15; 17, 26): El Espíritu de Verdad

El Espíritu Santo vendrá, nosotros lo conoceremos, estará con nosotros para siempre,
permanecerá con nosotros; nos lo enseñará todo y nos recordará todo lo que Cristo nos ha
dicho y dará testimonio de Él; nos conducirá a la verdad completa y glorificará a Cristo. En
cuanto al mundo, lo acusará en materia de pecado, de justicia y de juicio.

Por fin llega la hora de Jesús (cf. Jn 13, 1; 17, 1): Jesús entrega su espíritu en las manos del
Padre (cf. Lc 23, 46; Jn 19, 30) en el momento en que por su Muerte es vencedor de la muerte,
de modo que, "resucitado de los muertos por la gloria del Padre" (Rm 6, 4), enseguida da a sus
discípulos el Espíritu Santo exhalando sobre ellos su aliento (cf. Jn 20, 22). A partir de esta hora,
la misión de Cristo y del Espíritu se convierte en la misión de la Iglesia: "Como el Padre me
envió, también yo os envío" (Jn 20, 21; cf. Mt 28, 19; Lc 24, 47-48; Hch 1, 8).

El Espíritu Santo, el don de Dios

"Dios es Amor" (1 Jn 4, 8. 16) y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este
amor "Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado"
(Rm 5, 5).

Puesto que hemos muerto, o, al menos, hemos sido heridos por el pecado, el primer efecto del
don del Amor es la remisión de nuestros pecados. La comunión con el Espíritu Santo (2 Co 13,
13) es la que, en la Iglesia, vuelve a dar a los bautizados la semejanza divina perdida por el
pecado.

Él nos da entonces las "arras" o las "primicias" de nuestra herencia (cf. Rm 8, 23; 2 Co 1, 21): la
vida misma de la Santísima Trinidad que es amar "como él nos ha amado" (cf. 1 Jn 4, 11-12).

La labor del Espíritu Santo

El Espíritu Santo realiza una obra especial en este mundo y dentro del pueblo de Dios. Es la
presencia del Dios todopoderoso en medio nuestro. Él obra de diferentes formas ayudándonos
a sentir al Señor y a andar siempre de acuerdo con su voluntad.

Se atribuyen al Espíritu Santo acciones que no podrían atribuirse a una mera cosa, influencia,
poder o emanación. Tales acciones, por tanto, tienen que ser las de una persona, lo cual
demuestra que el Espíritu tiene personalidad.

Veamos algunas de sus funciones. Demos gracias a Dios por la obra del Espíritu Santo en
nosotros y pidamos su ayuda para que podamos reflejar más de él en nuestras vidas:
 1. El Espíritu enseña. "Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en
mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho"
(Jn. 14,26).
 2. El Espíritu da testimonio. "Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré
del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de
mi (Jn. 15,26); "El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos
de Dios" (Ro. 8,16).
 3. El Espíritu guía. "Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son
hijos de Dios" (Ro. 8,14).
 4. El Espíritu convence. “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya;
porque si no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo
enviaré. Y cuando él venga, convenced al mundo de pecado, de justicia y de juicio"
(Jn.16, 7-8).
 5. El Espíritu intercede. "Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad;
pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo
intercede por nosotros con gemidos indecibles" (Ro. 8,26).
 Nos equipa para el servicio. Hechos 13,2-4; Romanos 12,5-8; 1Corintios 12,4-12
 Produce fruto en nosotros, lo cual nos permite reflejar la vida de Cristo a la iglesia y al
mundo. Gálatas 5,22-23
 Nos da poder para manifestar el ministerio de Cristo Lucas 24,49;Romanos 15,19,
1Pedro 1,12

El Espíritu Santo tiene los atributos que corresponden a la personalidad

l. Intelecto. El Espíritu conoce y escudriña las cosas de Dios (1 Co. 2, 10-11; Is. 11 ,2; Ef. 1, 17).
Tiene la facultad de enseñar a los hombres (1 Co. 2, 13).

2. Emocione o sensibilidad. El hecho de que las Escrituras muestran que el Espíritu Santo tiene
sentimientos es una prueba adicional de su personalidad. Por ejemplo, se dice que el Espíritu se
entristece cuando los creyentes cometen actos pecaminosos (Ef. 4,3, "Y no contristéis al
Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención"), hecho que no
tendría sentido de no ser persona (porque una influencia no puede contristarse). En otro lugar,
Pablo invoca "el amor del Espíritu" para hacer una exhortación (Ro. 15,30).

3. Voluntad. Se afirma que la distribución de los dones espirituales depende de la voluntad del
Espíritu (1 Co. 12,11), y que el Espíritu tiene facultad para dirigir las actividades de los siervos de
Dios. Esto lo ilustra muy bien la forma en que el Espíritu guio a Pablo en Misia y en Troas. Le
prohibió a Pablo que predicase en Asia y en Bitinia, y luego lo encaminó con su comitiva a
Europa mediante la visión del hombre de Macedonia (Hch.16, 6-11).

Los Dones del Espíritu Santo

Se pide a alguno del grupo relatar a los demás la experiencia de haber recibido de alguien algún regalo
que le haya provocado alegría, satisfacción, etc.

 ¿Qué significado tiene para ustedes el recibir algún regalo?


 ¿Qué sienten hacia quien les ha dado un regalo?
 ¿De qué otra forma se le puede llamar a un regalo? (obsequio, don, presente, etc.).
 ¿Qué regalos han recibido de Dios?
 ¿Qué han hecho para agradecerle a Dios esos regalos o dones?

Sin duda que tú como adolescente te has dado cuenta del consumismo desencadenado por el
comercio, donde se te presentan cosas que hay que tener.

Si te fijas, poco o nada es lo que sí es necesario, ya que se ha perdido el sentido de lo que


verdaderamente vale. La gente se preocupa por tener bienes terrenales o por comer tal o cual
alimento que los hace ser "diferentes" más que por saber de Dios y pedir sus bendiciones. Ante
esto, debemos tener muy clara la conciencia de que la vida moral del cristiano está sostenida por
los dones del Espíritu Santo, los cuales son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil
para seguir los impulsos del Espíritu Santo

Cuando el Señor Obispo el día en que ustedes sean confirmados les imponga las manos y pronuncie
una oración a Dios antes de ungirlos con el santo crisma, lo que le pide al Creador es que derrame
sobre ustedes los dones del Espíritu Santo.

Recordemos que el Espíritu Santo es que nos ayuda a conocer al Señor Jesús, el que nos enseña a
poder relacionarnos con Dios, nosotros podemos rezar y creer, amar e nuestra vida gracias él, aunque
no nos demos cuenta él está siempre presente en nuestras vidas, él viene en ayuda de nuestras
flaqueza, él es quien nos asiste en los momentos difíciles en especial cuando no vemos las cosas
claras y es difícil hallar una solución.

Él intercede por nosotros, y se hace presentes en nuestros corazones por medio de sus 7 dones.

Los siete dones del Espíritu Santo son (ver CIC 1830):

1. Sabiduría

Este es el don que te hace acoger en el corazón y gustar las cosas de Dios .La Sabiduría es para
que veas la realidad, no solo con la inteligencia sino que, también, con el corazón, tratando de
ver las cosas como Dios las ve y comunicándolas con sabiduría de tal manera que los demás
perciban la acción de Dios en tu vida, en lo que piensas, dices y haces.

La efusión del Espíritu Santo concede como gracia la sabiduría que nos asiste y nos afianza en el
camino de la vida. El Espíritu de Dios es el maestro interior que hace sabio el corazón de los
sencillos y lo abre para acoger la palabra de Jesucristo. (Ver Sab 7, 7-16).

Conocimiento profundo y conducta prudente en la vida. Es gustar, saborear el sentido íntimo, a


la vez espiritual y corporal, que hace llegar hasta los huesos el entendimiento y el placer sereno
de la belleza de las cosas y el orden que Dios puso en ellas.

Va más allá de la sabiduría humana. Es tener la capacidad de saber decir o hacer lo que es
correcto dentro de la voluntad de Dios en una situación específica.

El Espíritu Santo mediante este regalo, permite a tu alma sencilla conocer a Dios y todo lo que a
Él se refiere. Te da un gusto especial por todo lo que se refiere a Dios o al bien de las almas. Te
hace gozar con la oración y encontrar verdadero gusto en las lecturas de buenos libros
especialmente de la Biblia. Hace que ya no actúes sólo para que te admiren, té lo agradezcan o
te estimen, sino solamente para que Dios quede contento.

2. Entendimiento - Inteligencia

Con este don puedes conocer y comprender las cosas de Dios, la manera cómo actúa, descubrir
inteligentemente sobre todo desde el Evangelio.

Es el don del Espíritu Santo que revela a nuestras mentes la voluntad de Dios y nos concede la
inteligencia espiritual para descubrir los signos de su presencia en la historia (ver 1 Co 2, 10-16).

Es el don de entender lo más importante: entender a Jesús, entender su doctrina, entender a su


Padre y al Espíritu. Entender, profundizar, interiorizar, penetrar, llegar al corazón.

Mediante este regalo, El Espíritu Santo permite que entiendas mejor los misterios de Dios, es
decir, esas cosas que cuesta trabajo entender; que tengas mayor certeza de lo que crees, todo
se vuelve más claro. El Espíritu Santo también ilumina tu entendimiento para que comprendas
la palabra de Dios en la Biblia.
3. Consejo

Este don se trata de tener la capacidad de escuchar al Señor, que te habla y tratar de discernir
lo que Él quiere y espera de ti. Te ayuda a enfrentar mejor los momentos duros y difíciles de tu
vida, al mismo tiempo te da la capacidad de aconsejar, inspirados por el ES a quienes te piden
ayuda, a quienes necesiten palabras de aliento y de vida, que tu ayudado por el Señor también
le puedes dar.

El don del consejo, que podemos relacionar con los términos bíblicos de luz y de la guía
espiritual (ver Jn 16, 13; Sal 73, 23-24; 16, 7), se nos comunica a través de la fuente inagotable
de la Palabra de Dios, para que aprendamos a seguir en la vida por senderos de justicia y paz.

Después de haber gustado y entendido hay que aplicar a las situaciones concretas de la vida, en
nosotros y en los demás, la voluntad de Dios. Aconsejarnos y aconsejar. Cada instante trae su
necesidad de reflexión. El consejo es la sabiduría en acción. Aconsejarnos es el gran servicio que
podemos prestarnos unos a otros.

El Espíritu Santo te ayuda a que en el momento de tomar una decisión, escojas lo que más te
convenga, te inspira lo que debes hacer y cómo debes hacerlo, lo que debes decir y cómo
decirlo, lo que debes evitar y lo que debes callar.

A veces al leer una buena lectura, El Espíritu Santo te dice lo que está esperando de ti.

También te ayuda a encontrar soluciones rápidas para causas urgentes, y guiar a otros para que
no hagan lo que no les conviene.

4. Fortaleza

Este don te da la capacidad de superar los momentos duros y difíciles de tu vida. Muchas veces
somos débiles y caemos fácilmente en las tentaciones como es el tener, poder y el placer. Es ahí
donde necesitamos el don de la fortaleza y pedirle al Señor que nos ilumine.

Es un don divino que nos hace firmes en la fe, nos robustece para resistir el mal, nos infunde
valor para dar testimonio de Cristo, Crucificado y Resucitado, con palabras y obras (ver 2 Co 12,
7-10; Sal 18,2-3.31-40).

Es una fuerza especial para realizar todo lo que Dios quiere de ti y para resistir con paciencia y
valor las contrariedades de la vida.

- La vida es a ratos tan dura que sin el regalo de la fortaleza, no serías capaz de aguantar sin
desesperación.

- La fortaleza te ayuda también en las tentaciones.

Hemos conocido el camino. Ahora hay que recorrerlo. Sabemos lo que hay que hacer. Ahora
hay que hacerlo. Necesitamos fuerzas para obedecer la llamada del Señor. Dios nos da los
santos deseos y la fuerza del Espíritu para llevarlos a cabo. Ese es el don de fortaleza. (Salmo
17)

5. Ciencia

Este don te ayuda a descubrir la presencia de Dios en este mundo, en la vida, en la naturaleza,
en el día, en la noche, en el mar, la montaña, etc. Te permite discernir entre el bien y mal y te
hace mirar a las personas y a las cosas con los ojo de Dios.

Con este don, el Espíritu nos introduce en el conocimiento de los misterios del Reino de Dios.
No se trata de un conocimiento de tipo intelectual, sino de experiencia de Dios, en Jesucristo
(ver 1 Co 1, 26.5). El Espíritu nos enseña las palabras de Jesús, las escribe en el corazón de los
fieles, las recuerda a los distraídos y nos educa para vivir cristianamente en el mundo (ver Jn 14,
15-26).
Conocimiento cierto de las cosas por sus principios y causas. Entender la naturaleza y sus leyes
porque vemos en ella a Dios que la creó. Ver en su belleza, en su grandeza y en su verdad el
reflejo de la belleza y la verdad de Dios.

- Es una facilidad para que puedas distinguir entre lo verdadero y lo falso, distinguir lo que te
llevará a Dios y lo que te separará de Él.

- Este regalo del Espíritu Santo también te ayuda a convencerte de que lo que más vale no es lo
material sino lo espiritual.

6. Piedad

Este don te permite acercarte confiadamente a Dios, hablarle con sencillez, abrir tu corazón de
hijo a un Padre bueno del cual debes tener la certeza que te quiere y te perdona.

Este don te ha de motivar a la oración y al encuentro profundo con el Señor, y vivir en su presencia
todos los días.

El don espiritual de la piedad expresa la actitud que guía las intenciones y obras, en lo que a
Dios y al prójimo se refiere, según el pensamiento de Dios (ver 1 Tim 6, 3-5.11-16; Mt 18,23-34).

Es sentir ternura, obediencia, admiración y afecto hacia Dios como Padre en mayor y más
verdadera ejemplaridad que cualquier padre de la tierra. Es el don sagrado de la filiación.

- Las personas que reciben este regalo, tienen hacia Dios un cariño como hacia un Padre
amorosisimo, y todo lo que sea por Él, lo hacen con gusto.

- Este regalo del Espíritu Santo te moverá a tratar a Dios con la ternura y el cariño de un buen
hijo con su padre y a los demás hombres como a verdaderos hermanos.

7. Temor de Dios

Es un temor cariñoso, que te da respeto de ofender a Dios, porque Él es un Padre tan generoso
y lleno de bondad hacia ti, y también porque sabes que Dios es ¨justo¨.

Cuando se descubre el amor de Dios lo único que deseamos es hacer su voluntad y sentimos
temor de ir por otro camino. Con este don tienes las fuerzas para vencer los miedos y aferrarte
al gran amor que Dios te tiene.

Todo menos apartarte de tu Dios. Es pues, un temor que nace del amor.

El "santo temor" o "temor de Dios" es una actitud espiritual que no se puede reducir al miedo
del hombre ante la Trascendencia y Santidad divinas. Al contrario, expresa la convicción de
quien, sintiéndose amado y tocado por Dios, no puede vivir fuera de la lógica y de las exigencias
de la "Alianza" (ver Dt 6, 1 3). Vivir en el santo temor es reconocer que Dios ha colocado su
tienda entre nosotros, a pesar de ser él totalmente distinto de nosotros: sólo Dios es Dios;
nosotros somos criaturas definidas por el Creador, de quien depende nuestra felicidad (ver Sir
1, 11-30).

Respeto que se debe tener a Dios. No es temor a ser castigado, sino temor a ofender, a hacer algo
que entristezca al Padre, a hacerse indigno de la familia, a traicionar el hogar.
Las 12 virtudes del fruto del Espíritu que transformarán tu vida

La vida con Jesús es como un árbol que crece, madura y da fruto. Según creces en tu andar con Jesús, el
Espíritu Santo transforma tu vida y te ayuda a ser más maduro.

Se llaman frutos del Espíritu Santo porque se producen mediante el riego de su divina gracia además de
la oración, reflexión, valores, virtudes, esfuerzo y lucha en la vida de cada cristiano.

 1º AMOR Es el primero de los frutos del Espíritu Santo, fundamento y raíz de todos los demás.
Siendo El, la infinita caridad, o sea, el Amor Infinito, es lógico que comunique al alma su llama,
haciéndole amar a Dios con todo el corazón, con todas las fuerzas y con toda la mente y al
prójimo por amor a Dios. Donde falta este amor no puede encontrarse ninguna acción
sobrenatural, ningún mérito para la vida eterna, ninguna verdadera y completa felicidad. Es
lógico, también, que la caridad sea un dulcísimo fruto, porque el amor de Dios, es alcanzar el
propio fin en la tierra y es el principio de esta unión en la eternidad.
 2º ALEGRÍA Es el fruto que emana espontáneamente de la caridad, como el perfume de la flor,
la luz del sol, el calor del fuego, da al alma un gozo profundo, producto de la satisfacción que se
tiene de la victoria lograda sobre sí mismo, y del haber hecho el bien. Esta alegría no se apaga
en las tribulaciones crece por medio de ellas. Es alegría desbordada.
 3º PAZ La verdadera alegría lleva en sí la paz que es su perfección, porque supone y garantiza el
tranquilo goce del objeto amado. El objeto amado, por excelencia, no puede ser otro sino Dios,
y de ahí, la paz es la tranquila seguridad de poseerlo y estar en su gracia. Esta es la paz del
Señor, que supera todo sentido, como dice San Pablo (Fil. 4,7) pues es una alegría que supera
todo goce fundado en la carne o en las cosas materiales, y para obtenerla debemos inmolar
todo a Dios.
 4º PACIENCIA Siendo la vida una permanente lucha contra enemigos, visibles e invisibles y
contra las fuerzas del mundo y del infierno, es necesaria mucha paciencia para superar las
turbaciones que estas luchas producen en nosotros, y para encontrarnos en armonía con las
criaturas con que tratamos, de diferente carácter, educación, aspiraciones y a menudo
dominadas por ideas fijas de todo tipo.
 5º LONGAMINIDAD Este fruto del Espíritu Santo, confiere al alma una amplitud de vista y de
generosidad, por las cuales, ésta saber esperar la hora de la Divina Providencia, cuando ve que
se retrasa el cumplimiento de sus designios y sabe tener bondad y paciencia con el prójimo, sin
cansarse por su resistencia y su oposición. Longanimidad es lo mismo que gran coraje, y gran
ánimo en las dificultades que se oponen al bien, es un ánimo sobrenaturalmente grande en
concebir y ejecutar las obras de la verdad.
 6º BENIGNIDAD Es disposición constante a la indulgencia y a la facilidad en el hablar, en el
responder y en el actuar. Se puede ser bueno sin ser benigno teniendo un trato rudo y áspero
con los demás; la benignidad vuelve sociable y dulce en las palabras y en el trato, a pesar de la
rudeza y aspereza de los demás. Es una gran señal de la santidad de un alma y de la acción en
ella del Espíritu Santo.
 7º BONDAD Es el afecto que se tiene en beneficiar al prójimo. Es como el fruto de la benignidad
para quien sufre y necesita ayuda. La bondad, efecto de la unión del alma con Dios, bondad
infinita, infunde el espíritu cristiano sobre el prójimo, haciendo el bien y sanando a imitación de
Jesucristo.
 8º MANSEDUMBRE La mansedumbre se opone a la ira y al rencor, se opone a la ira que quiere
imponerse a los demás; se opone al rencor que quiere vengarse por las ofensas recibidas. La
mansedumbre hace al cristiano paloma sin hiel, cordero sin ira, dulzura en las palabras y en el
trato frente a la prepotencia de los demás.
 9º FIDELIDAD Mantener la palabra dada, ser puntuales en los compromisos y horarios, es virtud
que glorifica a Dios que es verdad. Quién promete sin cumplir, quien fija hora para un
encuentro y llega tarde, quien es cortés delante de una persona y luego la desprecia a sus
espaldas, falta a la sencillez de la paloma, sugerida por Jesucristo e induce a los demás a la
incertidumbre en las relaciones sociales.
 10º MODESTIA La modestia, como lo dice su nombre, pone el modo, es decir, regula la manera
apropiada y conveniente, en el vestir, en el hablar, en el caminar, en el reír, en el jugar. Como
reflejo de la calma interior, mantiene nuestros ojos para que no se fijen en cosas vulgares e
indecorosas, reflejando en ellos la pureza del alma, armoniza nuestros labios uniendo a la
sonrisa la simplicidad y la caridad, excluyendo de todo ello lo áspero y mal educado.
 11º CONTINENCIA La continencia mantiene el orden en el interior del hombre, y como indica su
nombre, contiene en los justos límites la concupiscencia, no sólo en lo que atañe a los placeres
sensuales, sino también en lo que concierne al comer, al beber, al dormir, al divertirse y en los
otros placeres de la vida material. La satisfacción de todos estos instintos que asemejan al
hombre a los animales, es ordenada por la continencia que tiene como fin energía, el amor a
Dios.
 12º CASTIDAD La castidad es la victoria conseguida sobre la carne y que hace del cristiano
templo vivo del Espíritu Santo. El alma casta, ya sea virgen o casada [porque también existe la
castidad conyugal, en el perfecto orden y empleo del matrimonio] reina sobre su cuerpo, en
gran paz y siente en ella, la inefable alegría de la íntima amistad de Dios, habiendo dicho Jesús:
Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios. Con la gracia de Dios.

El testimonio cristiano es vivir día a día nuestra identificación con Cristo en el amor al hermano.

El crecimiento integral por los frutos del Espíritu divino en nosotros además:

- Ilumina nuestra existencia.

- Nos da fuerza y esperanza en la lucha.

- Nos une en comunidad.

- Nos impulsa a comunicar nuestra fe.

- Coima nuestra alegría y nuestra paz.

Este crecimiento sería imposible sin una purificación constante en la lucha contra el egoísmo de
nuestros propios corazones y contra los poderes carnales que nos rodean y refuerzan nuestras malas
tendencias (Ef 6, 10-1 8). La fidelidad creadora en la conversión permanente y la renovación comunitaria
son obra del Espíritu Santo. El cristiano se ve envuelto en la lucha entre el reino de Cristo y los poderes
del mal. Si deseamos vencer los poderes de la falsedad debemos confiarnos al Espíritu.

Por medio del sacramento de la Confirmación se nos enseña y capacita a vivir en el plano del Espíritu
como verdaderos miembros activos de la comunidad y a testimoniar nuestra fe. El cristiano, por la
libertad, la solidaridad, el discernimiento y la generosidad manifiesta al mundo lo que significa adorar a
Dios en espíritu y en verdad. Pertenecemos realmente a la Iglesia que ha sido bautizada por el Espíritu
Santo.

Cada uno de nosotros crece en la fe. Cuando guiados y fortalecidos por el Espíritu Santo nos decidimos
por Cristo y nos identificamos con sus actitudes e intenciones; ante la pérdida de un ser querido, busca
su consuelo y explicación en el plan de Dios; ante un mundo de sensualidad y sexualidad vive de acuerdo
a los Mandamientos de Dios; ante una actitud de soberbia y prepotencia, se decide a llevar una vida de
sencillez y humildad; ante el deseo de una vida sin sentido, vacía, busca una vida de plenitud en verdad y
libertad.
ACTUAR

1. Conclusión:

El Espíritu Santo
- Aunque sea difícil comprenderlo, Dios es 3 personas a la vez:
Es Dios Padre --- que es nuestro Padre y quien creó todas las cosas. Es Dios
Hijo --- que es Jesús que vino a salvarnos al mundo.
Es Dios Espíritu Santo --- que es la relación de amor que hay entre el Padre y el Hijo.

EL ESPÍRITU SANTO ES DIOS MISMO


- El Espíritu Santo es una de las tres personas de Dios, por lo tanto es Dios mismo.

LO RECIBES EN EL BAUTISMO

- El Espíritu Santo entra en ti el día de tu bautismo y su acción se hace mas fuerte en tu alma,
siempre que haces un acto bueno como ir a misa, comulgar, confesarte, orar, hacer obras buenas.
- Ya ves qué importante es bautizar lo más pronto posible a nuestros hijos, para que Dios
empiece a vivir dentro de ellos.

VIVE DENTRO DE TI

- Nadie puede arrebatarte el Espíritu Santo porque vive dentro de ti, solo puedes alejarlo de tu
corazón tú mismo, cuando cometes un pecado.
- El Espíritu Santo permanece para siempre en tu alma si crees y amas a Dios, actuando sin que
te des cuenta: Él es tu amigo, te aconseja y te anima en momentos difíciles.
- ¡ Que maravilla es que tanto te ama Dios que quiere vivir dentro de tu alma!

TE AYUDA A SUPERAR DIFICULTADES

- Con la ayuda del Espíritu Santo, eres capaz de llevar a cabo cualquier tarea y de superar
cualquier dificultad. Él te dará consejos, inteligencia para resolver los problemas y las fuerzas
necesarias para seguir a Jesús.

PÍDELE QUE TE GUÍE Y TE AYUDE

- Si sabes que el Espíritu Santo vive dentro de tu alma, por medio de la oración, debes pedirle
que te ayude siempre, que te enseñe lo que debes de hacer en todas tus necesidades.
¡Rézale mucho!

FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

- Aquél que el que vive en gracia, (con el alma limpia, sin pecado) tiene al Espíritu Santo dentro,
y por ello, tiene unas cualidades especiales que se llaman FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO:
que son el tener amor, alegría, paz, tolerancia, agrado, generosidad, lealtad, sencillez y dominio
de sí.
- Todos estos frutos son ideales en cualquier ocasión y momento de la vida: en casa con los
padres, los hermanos, en la escuela, con los profesores y compañeros, en el trabajo, en la fábrica,
en la siembra... con todas las personas.
- Para tener todos estos frutos debes desear ser por entero de Dios y decirle que actúe sin límites
en ti.

DONES DEL ESPÍRITU SANTO

- El Espíritu Santo da, a quien le es fiel, 7 preciosos regalos o dones. Estos dones se van
aumentando si así lo pides en la oración.

1) Don de Sabiduría:
- El Espíritu Santo mediante este regalo, permite a tu alma sencilla conocer a Dios y todo lo que
a El se refiere. Te da un gusto especial por todo lo que se refiere a Dios o al bien de las almas. Te
hace gozar con la oración y encontrar verdadero gusto en las lecturas de buenos libros
especialmente de la Biblia. Hace que ya no actúes sólo para que te admiren, té lo agradezcan o te
estimen, sino solamente para que Dios quede contento.

2) Don del Entendimiento:


- Mediante este regalo, El Espíritu Santo permite que entiendas mejor los misterios de Dios, es
decir, esas cosas que cuesta trabajo entender; que tengas mayor certeza de lo que crees, todo se
vuelve más claro. El Espíritu Santo también ilumina tu entendimiento para que comprendas la
palabra de Dios en la Biblia.

3) Don de Consejo:
- El Espíritu Santo te ayuda a que en el momento de tomar una decisión, escojas lo que más te
convenga, te inspira lo que debes hacer y cómo debes hacerlo, lo que debes decir y cómo decirlo,
lo que debes evitar y lo que debes callar.
A veces al leer una buena lectura, El Espíritu Santo te dice lo que está esperando de ti.

También te ayuda a encontrar soluciones rápidas para causas urgentes, y guiar a otros para que
no hagan lo que no les conviene.

4) Don de Fortaleza:
- Es una fuerza especial para realizar todo lo que Dios quiere de ti y para resistir con
paciencia y valor las contrariedades de la vida.
- La vida es a ratos tan dura que sin el regalo de la fortaleza, no serías capaz de aguantar sin
desesperación.
- La fortaleza te ayuda también en las tentaciones.

5) Don de Ciencia:
- Es una facilidad para que puedas distinguir entre lo verdadero y lo falso, distinguir lo que te
llevará a Dios y lo que te separará de Él.
- Este regalo del Espíritu Santo también te ayuda a convencerte de que lo que más vale no es lo
material sino lo espiritual.

6) Don de Piedad:
- Las personas que reciben este regalo, tienen hacia Dios un cariño como hacia un Padre
amorosìsimo, y todo lo que sea por Él, lo hacen con gusto.
- Este regalo del Espíritu Santo te moverá a tratar a Dios con la ternura y el cariño de un buen
hijo con su padre y a los demás hombres como a verdaderos hermanos.

7) Don del Temor de Dios:


- Es un temor cariñoso, que te da respeto de ofender a Dios, porque Él es un Padre tan generoso
y lleno de bondad hacia ti, y también porque sabes que Dios es ¨justo¨.
- Todo menos apartarte de tu Dios. Es pues, un temor que nace del amor.
EL DIA DE PENTECOSTÉS
- Cincuenta días después de la resurrección de Jesús, mientras los apóstoles estaban en oración,
recibieron al Espíritu Santo y perdieron todos sus temores e ignorancia, adquiriendo una gran
decisión y conocimiento para predicar todo lo que Cristo les había enseñado. De esta misma
manera, el Espíritu Santo puede transformar tu vida.

LA CONFIRMACIÓN
- Cuando la persona bautizada es mayor y se confirma, recibe al Espíritu Santo y sus dones
plenamente. Entonces se convierte en un soldado de Cristo siempre dispuesto a luchar por Él. El
Sacramento de la Confirmación es como un Pentecostés para cada uno de los bautizados.
- Ves qué importante es que cuando los jóvenes están en edad de confirmarse, no dejen de
hacerlo pues se pierden de aumentar en su alma estos 7 grandes regalos o dones del Espíritu
Santo.

2. Compromiso

Se invita a los confirmandos a reflexionar de forma personal el tema brindado, puede ayudarse
de la siguiente interrogante.

 ¿De qué manera manifestaré este don del Espíritu Santo con mi vida, una vez
confirmado?

C) CELEBRAR:

1. Oración :

El catequista va enunciando los dones.

Sabiduría

Oración:
Oh Dios, que en la locura de la cruz manifiestas cuán distante está el pensamiento de Cristo
de la lógica del mundo, infunde en nosotros la sabiduría del evangelio, para que, animados
por la esperanza del Espíritu, lleguemos a ser luz y sal de la tierra Por Cristo, nuestro Señor.
Amén.

Inteligencia

Oración:
Oh Dios y Padre nuestro, que te has revelado en Cristo, infunde en nosotros el don de la
inteligencia para que, penetrando las profundidades de tu palabra, experimentemos su
dulzura y su fuerza.
Amén.
Consejo

Oración

Padre omnipotente y misericordioso, haznos dóciles a la voz del Espíritu Santo y danos la
gracia de su consejo en el desconcierto, la luz de su guía en el sufrimiento, el gozo de su
consuelo en la tristeza, su presencia amiga en la soledad.
Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Fortaleza
Oración

Oh Dios, fuerza de los que en ti esperan, escucha nuestras súplicas, y, pues el hombre es
frágil y sin ti nada puede, concédenos la ayuda de tu gracia para guardar tus mandamientos y
agradarte con nuestras acciones y deseos. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

Ciencia
Oración

Dios todopoderoso y eterno, concede a tu pueblo que la mediación asidua de tu doctrina le


enseñe a cumplir siempre, de palabra y de obra, lo que a ti te complace. Por Cristo, nuestro
Señor. Amén.

Piedad
Oración

Oh Dios, que unes los corazones de tus fieles en un mismo deseo; inspira a tu pueblo el amor
a tus preceptos y la esperanza en tus promesas, para que, en medio de las vicisitudes del
mundo, nuestros corazones estén firmes en la verdadera alegría. Por Cristo, nuestro Señor.
Amén.

Temor de Dios
Oración

Oh Dios, creador del cielo y de la tierra, que con tu palabra has llamado todo a la existencia,
derrama sobre la Iglesia la potencia de tu Espíritu para que revele a todos las maravillas de
la nueva creación inaugurada por la resurrección de tu Hijo, que vive y reina por los siglos
de los siglos. Amén.

A continuación todos unidos por las manos proclamamos el Padre nuestro. Terminamos
cantando "Espíritu Santo, ven, ven"

Todos juntos cantamos:


Espíritu Santo, ven, ven
Espíritu Santo, ven, Ven, Espíritu Santo, ven, ven, Espíritu Santo, ven, ven, en el nombre
del Señor.
Acompáñanos, ilumínanos, Tú cada día. Acompáñanos, ilumínanos, Espíritu Santo, ven.
Santifícanos y transfórmanos, todos los días. Santifícanos y transfórmanos, Espíritu Santo,
ven.
Fortalécenos y consuélanos en nuestra vida. Fortalécenos y consuélanos, Espíritu Santo, ven.

2. Despedida:

El Catequista indica algunos avisos existentes al programa e invita para la celebración


eucarística y para la siguiente semana.

PROPÓSITO DE LA SEMANA:

- Son 7 días de la semana y 7 dones del Espíritu Santo. Cada día de la semana estudiaré uno, le
pediré al Espíritu Santo que aumente este don en mi persona. Cuando tenga que tomar
una decisión difícil, me acordaré de pedirle al Espíritu Santo que me guíe y cuando tenga
problemas le pediré que me ayude a superarlos.
¡Gracias Dios mío por estar siempre conmigo!

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