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SEÑOR

TRANSF RMAME
Lección 19

LA VIDA DE LOS JUSTIFICADOS:


EL ESPÍRITU SANTO Y EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL

TEXTO CLAVE:
«Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro
descubierto y reflejando como en un espejo la gloria
del Señor, somos transformados de gloria en gloria en su
misma imagen, por la acción del Espíritu del Señor»
(2 Corintios 3:18).

INTRODUCCIÓN:
Según Hechos 19:1-5, Pablo se encontró con un grupo de creyentes
en Éfeso y les preguntó: «¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando
creísteis?», a lo cual ellos respondieron: «Ni siquiera habíamos oído
que hubiera Espíritu Santo». La conversación que siguió condujo al
bautismo o rebautismo de estos creyentes tanto por agua como por
el Espíritu Santo (Hechos 19:6).
Cada vez que leo esta historia, usualmente hago algunas preguntas
sobre este texto: ¿Qué llevó a Pablo a preguntarles sobre la recepción
del Espíritu Santo? ¿Por qué es el bautismo del Espíritu Santo tan
importante para la vida cristiana? ¿Cuál es el rol que desempeña el
Espíritu Santo en la restauración de la imagen de Dios en nosotros? En
esta lección nos proponemos responder estas preguntas y otras más.

1. A la luz de la obra que el Espíritu Santo he hecho en y por medio


de la iglesia desde el Pentecostés, ¿qué crees que pudo haber
llevado a Pablo a preguntarles a los creyentes de Éfeso la primera
pregunta que les hizo en Hechos 19:1-6?

LEE Hechos 19:1-6; 1 Corintios 3:1-3


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NOTAS:
Pablo sabía cómo debían vivir los creyentes que están llenos del
Espíritu y que son guiados por Él. Comprendía las bendiciones
del Pentecostés y el poder que el Espíritu Santo trae consigo,
no solo para la transformación del carácter, sino también para
la predicación del evangelio. Por lo tanto, cuando se encontró

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con estos creyentes que conocían solo el «bautismo de Juan»


(aparentemente por medio de la predicación de Apolo antes
de su encuentro con Aquila y Priscila), Pablo descubrió «en estos
creyentes la falta de dones espirituales, y quizá carencia de la
paz, gozo y alegría que se manifiestan en los que han recibido
plenamente el mensaje del Evangelio» (Comentario bíblico
adventista, vol. 6, p. 369).

2. Antes de su crucifixión, Jesús dedicó mucho tiempo a hablar a


sus discípulos acerca de la promesa del Espíritu Santo (Juan 14-
16). ¿Por qué crees que Jesús hizo esto?
¿Por qué es la promesa del Espíritu Santo tan importante para la
iglesia?

LEE Juan 16:7-11; Hechos 1:6-8; Juan 7:37-39


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NOTAS:
El espacio asignado a esta lección es muy pequeño para
mencionar todo lo que la Biblia enseña sobre el rol del Espíritu
Santo. Si me preguntas, «¿Qué hace el Espíritu Santo por el
creyente?», mi respuesta sería: «todo». Todo lo que Jesús prometió
relacionado con la vida espiritual, el crecimiento y la perfección
para el creyente, es hecho efectivo en nuestras vidas como
resultado de la obra del Espíritu Santo. El Espíritu nos «convence de
pecado»; nos da nueva vida; nos capacita para la testificación;
nos dota de dones para el ministerio; nos enseña la Palabra de
Dios; traduce nuestras oraciones y nos sella para la eternidad.
Según Elena G. White, «Esta bendición prometida, reclamada por
la fe, trae todas las demás bendiciones en su estela» (El deseado
de todas las gentes, p. 626).

3. ¿Qué papel desempeña el Espíritu Santo en la transformación de


nuestro carácter?

LEE 2 Corintios 3:17-18; Romanos 8:3-14; Juan 3:3-6; Gálatas 5:22-23.


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«El Espíritu iba a ser dado como agente regenerador, y sin esto
el sacrificio de Cristo habría sido inútil. El poder del mal se había
estado fortaleciendo durante siglos, y la sumisión de los hombres
a este cautiverio satánico era asombrosa. El pecado podía ser
resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de
la tercera persona de la Divinidad, que iba a venir no con energía
modificada, sino en la plenitud del poder divino. El Espíritu es el
que hace eficaz lo que ha sido realizado por el Redentor del
mundo. Por el Espíritu es purificado el corazón. Por el Espíritu llega
a ser el creyente partícipe de la naturaleza divina. Cristo ha dado
su Espíritu como poder divino para vencer todas las tendencias
hacia el mal, hereditarias y cultivadas, y para grabar su propio
carácter en su iglesia» (El deseado de todas las gentes, p. 625).

«Después de convencer de pecado, y de presentar ante la


mente la norma de justicia, el Espíritu Santo quita los afectos de
las cosas de esta tierra, y llena el alma con un deseo de santidad.
“Él os guiará a toda verdad” (Juan 16:13), declaró el Salvador. Si
los hombres están dispuestos a ser amoldados, se efectuará la
santificación de todo el ser. El Espíritu tomará las cosas de Dios y
las imprimirá en el alma. Mediante su poder, el camino de la vida
será hecho tan claro que nadie necesite errar» (Hechos de los
apóstoles, p. 43).

4. ¿Cuáles son las condiciones para recibir y cooperar con el Espíritu


Santo en su obra de transformarnos y capacitarnos?

LEE: Hechos 2:37-39; Lucas 11:9-13; Filipenses 2:1-3; Hechos 2:1


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NOTAS:
El primer paso para cooperar con el Espíritu Santo consiste
realmente en aceptar su apelación a que miremos a Jesús y
seamos salvos. Él nos conduce a arrepentirnos de nuestros pecados
y a recibir nueva vida de lo alto. Diariamente, nos sometemos a
Cristo y buscamos un nuevo bautismo de su presencia; Él obra
para transformar nuestras vidas de gloria en gloria. El Espíritu
Santo no viene a recibir direcciones de nosotros; viene a darnos
esas direcciones. Por lo tanto, una cualidad importante que

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necesitamos al cooperar con el Espíritu Santo es la humildad. Es


decir, la disposición de entregarlo todo por causa de Cristo; todas
nuestras ambiciones personales deben ser rendidas para que el
Espíritu Santo pueda tener pleno control. Como Elena G. de White
dijo sobre los días de preparación previos al Día de Pentecostés,
«Poniendo aparte toda diferencia, todo deseo de supremacía,
se unieron en estrecho compañerismo cristiano» (Hechos de los
apóstoles, p. 30).

REFLEXIÓN
El Espíritu Santo nos trae todo lo que Jesús prometió y dispuso
para nuestra vida espiritual. Es un privilegio para nosotros recibir
la presencia de Dios en nuestras vidas a través del Espíritu Santo.
Esto es posible solo por medio de le muerte de Jesús. Debemos
apreciar este Don. «Dondequiera la necesidad del Espíritu Santo
sea un asunto en el cual se piense poco, se ve sequía espiritual,
obscuridad espiritual, decadencia y muerte espirituales.
Cuandoquiera los asuntos menores ocupen la atención, el poder
divino que se necesita para el crecimiento y la prosperidad de la
iglesia, y que traería todas las demás bendiciones en su estela,
falta, aunque se ofrece en infinita plenitud... Puesto que éste es
el medio por el cual hemos de recibir poder, ¿por qué no tener
más hambre y sed del don del Espíritu? ¿Por qué no hablamos
de él, oramos por él y predicamos respecto a él?» (Hechos de los
apóstoles, p. 41).

PUNTOS DE ORACIÓN
• Por una mejor comprensión y un mayor aprecio del don del
Espíritu.
• Por el bautismo del Espíritu Santo.

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