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El artículo analiza el fenómeno del cambio rápido de color en peces y anfibios, incluidas las
funciones, mecanismos y factores involucrados. También destaca el campo emergente del uso del
cambio de color en toxicología y como biosensores. Las referencias proporcionadas cubren una
variedad de temas relacionados con la pigmentación en animales.
1. ¿Cuáles son los factores que regulan el cambio de color en peces y anfibios?
Los factores que regulan el cambio de color en peces y anfibios incluyen mecanismos de
retroalimentación intracelular, regulación a nivel de receptores a través de múltiples ligandos, control
hormonal y estímulos externos como la luz, la temperatura y el hambre/alimentación.
. En los peces, el agente dispersante de melanóforos, a-MSH, desempeña un papel fundamental en la
adaptación del color, mientras que en los anfibios, la melatonina y la noradrenalina son reguladores
clave del cambio de color. Además, múltiples factores pueden actuar juntos para regular el cambio de
color, pero existen pocos estudios sobre los efectos de las mezclas.
La pigmentación de melanina en peces y anfibios puede responder a diversos estímulos como la luz,
la temperatura, el estrés y los cambios hormonales.
El estrés también puede influir en la pigmentación de la melanina en los peces. Los estudios han
demostrado que factores estresantes como el confinamiento, la manipulación o la exposición a
depredadores pueden provocar cambios en la pigmentación de la melanina. Por ejemplo, en los peces
cíclidos, la agresión y las disputas territoriales pueden provocar un aumento de la pigmentación de la
melanina.
Los cambios hormonales también pueden regular la pigmentación de la melanina en peces y anfibios.
Hormonas como la hormona estimulante de los melanocitos (MSH), la hormona adrenocorticotrópica
(ACTH) y la melatonina pueden influir en la síntesis y dispersión de la melanina. MSH y ACTH
pueden estimular la síntesis y dispersión de melanina, mientras que la melatonina puede inhibir la
síntesis de melanina.
Parichi, DM (2006). Evolución del desarrollo del patrón de pigmento danio. Herencia, 97(3), 200-210.
Beeching, Carolina del Sur (1995). Patrón de color e inhibición de la agresión en el pez cíclido
Astronotus ocellatus. Revista de biología de peces, 47 (1), 50-58.
Bluhm, AP, Obeid, NN, Castrucci, AM y Visconti, MA (2012). La expresión de melanopsina y genes
reloj en melanóforos de Xenopus laevis y su modulación por la melatonina. Revista Brasileña de
Investigaciones Médicas y Biológicas,
Al estudiar la respuesta de los cromatóforos a diferentes sustancias, los investigadores pueden obtener
información sobre los efectos toxicológicos de estas sustancias en los organismos vivos. Los
cromatóforos también tienen aplicaciones potenciales en biosensores. Por ejemplo, los melanóforos de
rana se han utilizado como biosensores para la detección de opioides en fluidos corporales. Al
expresar receptores específicos en melanóforos de ranas, los investigadores pudieron utilizar los
melanóforos como biosensor para detectar opioides.
Este enfoque podría ampliarse para detectar otras sustancias de interés, proporcionando una
plataforma portátil y fácil de usar para la detección y confirmación rápida de agentes de amenaza
biológica o toxinas ambientales.
Nilsson Sköld, H., Aspengren, S. y Wallin, M. (2012). Cromatóforos en peces teleósteos: estructura,
función, regulación y aplicaciones emergentes. Investigación de células pigmentarias y melanoma,
26(6), 769-789.
METAMORFOSIS
Este artículo analiza el papel de la hormona tiroidea en la metamorfosis de los anfibios, centrándose
específicamente en sus efectos sobre la remodelación de tejidos, la expresión genética y los cambios
celulares durante este proceso. Destaca la importancia de los receptores de hormona tiroidea y las
actividades localizadas de las desyodasas en la regulación del momento de los eventos metamórficos.
El artículo también menciona el uso de técnicas transgénicas y análisis de expresión génica para
estudiar la metamorfosis en anfibios.
1. ¿Cuáles son los programas específicos de metamorfosis controlados por la hormona tiroidea y
sus receptores en Xenopus laevis?
2.
Los programas específicos de metamorfosis controlados por la hormona tiroidea y sus receptores en
Xenopus laevis incluyen la resorción de la cola, la resorción de las branquias, la remodelación
intestinal, el crecimiento de las yemas de las extremidades y la replicación del ADN en el cerebro, la
nariz y las yemas de las extremidades.
Se ha demostrado que estos programas se inhiben en animales transgénicos que expresan una forma
negativa dominante del receptor de la hormona tiroidea (TR).
Además, la sobreexpresión de la enzima deyodasa 3, que inactiva la hormona tiroidea, también inhibe
estos cambios metamórficos.
4. ¿Cuáles son los diferentes programas transcripcionales controlados por la hormona tiroidea en
diversos procesos metamórficos, como la resorción de la cola, el desarrollo de las
extremidades y el crecimiento del cerebro?
Estos son sólo algunos ejemplos de los programas transcripcionales controlados por la TH durante la
metamorfosis. Los genes y vías específicos involucrados pueden variar según el tejido u órgano que
sufre cambios metamórficos.
Buchholz, DR y Shi, YB (2007). Los efectos metamórficos de la hormona tiroidea sobre la expresión
genética en tejidos de Xenopus laevis. En Receptor nuclear de la hormona tiroidea (págs. 219-238).
Prensa Humana.
Buchholz, DR y Shi, YB (2005). Un receptor de hormona tiroidea dominante negativo bloquea la
metamorfosis de los anfibios reteniendo correpresores en los genes diana. Biología molecular y
celular, 23(18), 6750-6758.
VENENOS
Este artículo analiza las ranas venenosas de la familia Dendrobatidae, sus secreciones cutáneas tóxicas
y los posibles efectos letales en los humanos. Proporciona información sobre el hábitat de las ranas, su
distribución geográfica, la composición del veneno y las manifestaciones clínicas y el tratamiento del
envenenamiento. El artículo también enfatiza la importancia de evitar el contacto directo con estas
ranas.
Las ranas venenosas de la familia Dendrobatidae son conocidas por sus vistosos y atractivos
colores.Tienen una piel fina y húmeda compuesta por dos capas: epidermis y dermis. También tienen
dos tipos de glándulas: mucosas y granulares, serosas o venenosas. La toxicidad de su veneno está
asociada con la coloración de las ranas, con superficies dorsales más brillantes que indican una mayor
toxicidad.
2. ¿Cómo las neurotoxinas del veneno de estas ranas provocan la muerte instantánea?
Las neurotoxinas del veneno de estas ranas provocan la muerte instantánea al inhibir la conducción de
los impulsos neuromusculares. Cuando la toxina ingresa al cuerpo del depredador a través de la piel,
pasa inmediatamente a la circulación, provocando vasoconstricción y alterando la transmisión de los
impulsos nerviosos en el sistema nervioso central (SNC). Esta alteración en la transmisión del
impulso nervioso altera la regulación del intercambio iónico, específicamente el sodio (Na+), el
potasio (K+) y el calcio (Ca2+). Como resultado, se produce una contracción muscular sostenida que
provoca la muerte instantánea
3. ¿Cuáles son las manifestaciones clínicas del envenenamiento por estas ranas y cómo se trata?
Las manifestaciones clínicas del envenenamiento por estas ranas incluyen síntomas inmediatos como
parálisis progresiva, depresión respiratoria, disnea, ataxia, arritmia, dolor de cabeza intenso,
entumecimiento ascendente, defecación y micción involuntaria, dolor abdominal, convulsiones,
edema pulmonar, cianosis y muerte instantánea.
No existe un antídoto específico para las neurotoxinas que se encuentran en el veneno de estas ranas.
Por tanto, el tratamiento es principalmente sintomático. Consiste en administrar carbón activado
dentro de los primeros 30 minutos para absorber la toxina. También es importante controlar la
actividad cardíaca y administrar vasoconstrictores y antiarrítmicos por vía intravenosa para prevenir la
fibrilación y la muerte posterior. Se pueden utilizar agentes colinérgicos como la neostigmina para
contrarrestar los efectos de la toxina. También se puede realizar la administración seriada de carbón
activado e hidróxido de magnesio.
1. ¿Cuáles son los dos subsistemas olfativos de las salamandras y cómo funcionan?
Los dos subsistemas olfativos de las salamandras son el sistema olfativo principal y el sistema
vomeronasal. El sistema olfativo principal es responsable de detectar y procesar los olores generales
del ambiente. Consiste en el epitelio olfatorio, que contiene neuronas receptoras olfatorias que
detectan moléculas de olor, y el bulbo olfatorio principal, donde la información de las neuronas
receptoras se procesa y transmite a las regiones superiores del cerebro.
El sistema vomeronasal, también conocido como sistema olfativo accesorio, está especializado en
detectar señales químicas relacionadas con comportamientos sociales y reproductivos, así como en el
reconocimiento de depredadores. Incluye el órgano vomeronasal, que contiene neuronas receptoras
vomeronasales que detectan señales químicas específicas, y el bulbo vomeronasal, donde la
información se procesa y transmite a la amígdala y el hipotálamo, que participan en las respuestas
fisiológicas y de comportamiento.
Estos dos subsistemas olfativos trabajan juntos para proporcionar a las salamandras un sentido del
olfato integral, permitiéndoles detectar y responder a una amplia gama de estímulos químicos en su
entorno.
Las salamandras reconocen y responden a las señales de los depredadores a través de su sistema
olfativo. Pueden detectar señales químicas liberadas por depredadores en su entorno, lo que les
permite evaluar la presencia y la amenaza potencial de los depredadores.
Cuando las salamandras detectan señales de depredador, exhiben varias respuestas antidepredadores.
Estas respuestas pueden incluir congelarse, esconderse, huir o adoptar posturas defensivas. Las
salamandras también pueden alterar su comportamiento de búsqueda de alimento o reducir sus niveles
de actividad en presencia de señales de depredadores.
Por ejemplo, los estudios han demostrado que las salamandras pueden reconocer y responder a los
olores de los depredadores, como los olores de las serpientes, exhibiendo un comportamiento
congelado o huyendo de la fuente del olor.
También pueden aprender a asociar olores específicos con la presencia de depredadores y exhibir
comportamientos de evitación incluso en ausencia del depredador real. En general, las salamandras
dependen de su sistema olfativo para detectar y responder a las señales de los depredadores, lo que les
permite mejorar su supervivencia y evitar posibles depredaciones.
Además, las salamandras pueden exhibir adaptaciones morfológicas que mejoran su capacidad para
detectar y responder a los depredadores. Por ejemplo, pueden tener estructuras sensoriales
especializadas, como el órgano vomeronasal, que participa en la detección de señales químicas
relacionadas con los depredadores.