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FEDERICO SCHWEIZER

DNI 28659019
LEGAJO 221636

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CARRERA DE ABOGACIA

Materia: FILOSOFIA DEL DERECHO (2021-23-


11108)

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Actividad Evaluable [A1]


Consigna:
Relacione los artículos 18 y 19 de la Constitución Nacional con los temas estudiados en el
presente módulo.
Lea los artículos 18 y 19 de la Constitución Nacional.
Relacione las normas mencionadas con los temas estudiados: con la “libertad”, “la
estructura de la acción”, y la “distinción entre moral y derecho”.
Elabore una conclusión que no supere una carilla.

Exordio:

Artículo 18. CN- Ningún habitante de la Nación puede ser penado sin juicio previo fundado

en ley anterior al hecho del proceso, ni juzgado por comisiones especiales, o sacado de los

jueces designados por la ley antes del hecho de la causa. Nadie puede ser obligado a declarar

contra sí mismo; ni arrestado sino en virtud de orden escrita de autoridad competente. Es

inviolable la defensa en juicio de la persona y de los derechos. El domicilio es inviolable, como

también la correspondencia epistolar y los papeles privados; y una ley determinará en qué casos

y con qué justificativos podrá procederse a su allanamiento y ocupación. Quedan abolidos para

siempre la pena de muerte por causas políticas, toda especie de tormento y los azotes. Las

cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos

detenidos en ellas, y toda medida que a pretexto de precaución conduzca a mortificarlos más

allá de lo que aquélla exija, hará responsable al juez que la autorice.

Artículo 19. CN- Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al orden

y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la

autoridad de los magistrados. Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no

manda la ley, ni privado de lo que ella no prohíbe.

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En el artículo 19 de la Constitución Nacional encontramos rápidamente, la “libertad” y la

“distinción entre moral y derecho”. Gines Garcia (2016) señala que el artículo 19 consagra en

su primera parte la separación entre moral y derecho y en su segunda, establece la libertad

como principio general y la limitación normativa como excepción. (Ginés García R., 2016,

“Fundamentos del Derecho”, p. 62)

La ética comprende dos especies: la moral y el derecho. Ambas disciplinas son normativas y

se refieren a las acciones humanas valiosas o disvaliosas. El artículo 19 separa éstas dos

especies de la ética, donde la moral queda reservada a Dios y el derecho, sometido a las leyes,

expresión natural de la voluntad del Parlamento.

En la segunda parte del artículo 19, se consagra a la libertad como regla general: “La conducta

que no está jurídicamente prohibida, se encuentra, en ese sentido negativo, permitida. Puesto

que una determinada conducta humana o bien está prohibida, o bien no está prohibida, y dado

que, cuando no es prohibida, debe vérsela como permitida por el orden jurídico…” (Kelsen H.,

1934, “Teoría Pura del Derecho”, p. 55)

Ekmekdejian (1996), señala que el artículo 19 es uno de los principales del texto constitucional,

ya que sus breves líneas encierra toda una filosofía política de libertad, puesto que recone en

el hombre toda la dignidad que emerge de su condición humana. (Ekmekdejian, M.A., 1996,

“Análisis pedagógico de la Constitución Nacional”, p. 44)

Del Vecchio, sostiene que toda acción es interna y externa al mismo tiempo, y que por tanto,

la diferencia entre Moral y Derecho debe buscarse cualitativamente. (cfr. García Belaunde, D.,

1971, “El Estado en la Filosofía Jurídica de Giorgio Del Vecchio”, p. 85).

El punto de partida lo constituye el hecho de que todas las acciones son susceptibles de ser

consideradas en su relación con otras acciones humanas. 1) con relación a otras acciones del

mismo sujeto, aquellas que pudo realizar en vez de la que ejecutó (interferencia subjetiva –

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ámbito de la moral) y 2) contraponiendo las acciones de dos o más sujetos (interferencia

intersubjetiva – ámbito del derecho).

Por otro lado, el articulo 18 completa el criterio central del artículo 19, consagrando los

principios de legalidad y debido proceso: “Ningún habitante de la Nación puede ser penado

sin juicio previo fundado en ley anterior al hecho del proceso…”. Esta parte del artículo 18 la

podemos relacionar con la estructura de la acción. Toda acción que se interfiera con el

comportamiento ajeno posee algún valor positivo o negativo, es calificada por las normas como

lícita o ilícita, y puede ser antecedente de consecuencias jurídicas. El agente debe tener

consciencia de sus actos, aunque sea una mínima comprensión del valor, del significado

normativo, y de las derivaciones jurídicas de su proceder: 1) valora las distintas situaciones de

futuro y prefiere la mejor (discernimiento) – 2) elige la mejor y se la propone como fin,

(intención) – 3) obra empleando los medios más adecuados para alcanzar dicho fin (libertad).

Kelsen dice que, “…en la conciencia de los hombres que viven en sociedad se constituye la

representación de las normas que regulan las interacciones recíprocas, de las normas que

obligan a todos”. (Kelsen H., 1934, “Teoría Pura del Derecho”, p. 97)

La norma constitucional asegura que todo ser humano antes de ejercer su libertad pueda

discernir si su conducta es lícita o ilícita, y si a pesar de ello realiza una acción ilícita, podrá

ser responsabilizado jurídicamente por la realización de su acción.

Conclusión:

En mi opinión, siempre la libertad será el bien jurídico tutelado por excelencia. La protección

de un valor tan esencial de la persona como la libertad debe ser la regla general de todos los

ordenamientos jurídicos. La libertad es la fuente de todo valor.

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Es de tal magnitud la importancia de la protección de la libertad que, en el Estatuto Provisional

de 1815 para la Dirección y Administración del Estado, en su Artículo 1°, se ancló por primera

vez el texto del que luego sería, treinta y ocho años después, el artículo 19 de la Constitución

Nacional.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el fallo Gustavo Mario BAZTERRICA s/

TENENCIA DE ESTUPEFACIENTES del 29/8/1986, se expresó al respecto de la siguiente

manera: “Que la garantía del art. 19 de la Constitución Nacional, en los términos en que se ha

venido acotando establece la existencia de una esfera privada de acción de los hombres en la

que no puede inmiscuirse ni el Estado ni ninguna de las formas en que los particulares se

organizan como factores de poder. El poco flexible límite que circunscribe el campo de

inmunidad de acciones privadas lo constituye el orden y la moral públicos y los derechos de

terceros. El alcance de tal límite resulta precisado por obra del legislador, pero, su intervención

en ese sentido, no puede ir más allá de las acciones de los hombres que ofendan a la moral

pública, que interfieran con el orden público o que afecten derechos de terceros, esto es, no

puede el legislador abarcar las acciones de los hombres que no interfieran con normas de la

moral colectiva ni estén dirigidas a perturbar derechos de terceros”.

Coincido en la totalidad de los conceptos que aquí se expresan, como espíritu fundamental del

valor constitucional de la libertad.

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