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Miguel Latorre Pérez / Derecho Financiero y Tributario / Tema 3

Tema 3: El procedimiento de inspección

1.- Distinción entre los procedimientos de gestión y el procedimiento de inspección

Es fundamental saber distinguir la gestión de la inspección. Como ya hemos visto en


el tema anterior, en la gestión se hacen comprobaciones más superficiales (sin que se
pueda acceder a libros contables y sin que se pueda pedir información financiera a
terceros), de un determinado aspecto de la obligación tributaria y están vinculadas a una la
misma campaña de la autoliquidación; mientras que en la inspección se hacen
comprobaciones de fondo (incluyendo información financiera a 3ºs, sean nacionales o
no, y acceso a libros contables) de toda la situación tributaria y sus diversas
obligaciones y están vinculadas a otras campañas anteriores. Además, la gestión da
lugar a liquidaciones provisionales y la de inspección; a definitivas como norma general.
Otra diferencia es que mientras que la gestión se hace de forma masiva, la inspección se
realiza sobre determinados OTs seleccionados.

2.- Funciones, facultades de la inspección y planificación de sus actuaciones.

Las funciones de la inspección se concretan en el artículo 141 de la ley, pero


básicamente se pueden resumir en:

- Comprobación de lo que haya presentado el OT.


- Investigación de lo que no haya presentado el OT.
- De estas dos se derivan otras como la práctica de las liquidaciones resultantes de
sus actuaciones, la obtención de información, comprobación de valores y otras.

Las facultades que tiene la inspección se sintetizan en los arts. 142 y 93 LGT.
Básicamente, pueden hacer lo que quieran: desde examinar la documentación hasta
acceder a la finca o domicilio del OT (teniendo consentimiento o autorización judicial), o
pedir al OT que comparezca o aporte documentos, sancionándolo si no lo hace. Además,
los inspectores tienen la consideración de Agentes de la Autoridad, por lo que el
desobedecerle o encararse con él puede tener consecuencias penales.

Como he dicho antes, la inspección recae sobre sujetos seleccionados por la propia
AT mediante una potestad discrecional. Por tanto, las actuaciones inspectoras deben
planificarse de una forma concreta para evitar arbitrariedades, mediante los planes de
control tributario del art. 116. Este plan se elabora anualmente por la AT y tiene carácter
reservado (aunque se pueden publicar en el BOE los criterios generales que se sigan para
realizar el plan). Por tanto, el plan existe, en parte, para limitar la arbitrariedad de los
inspectores, garantizando una mayor seguridad jurídica. Ahora bien, el hecho de que una
persona no esté dentro de los parámetros del plan no quiere decir que no puedan
inspeccionarla; lo harán si la AT detecta posibles irregularidades en su situación tributaria
que entre dentro de los parámetros del plan. Se hará un plan nacional, en el cual se
basarán los 17 planes autonómicos, en los cuales se basarán los múltiples planes
provinciales.

3.- Documentación de las actuaciones inspectoras (arts. 143 y 144 LGT)


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Para documentar las actuaciones inspectoras, hay toda una serie de formas:
además de las típicas comunicaciones y las diligencias, tenemos las actas, que son propias
de este procedimiento y que son claves porque marca la diferencia entre las dos fases de la
inspección. Estas actas recogen el resultado de las actuaciones inspectoras y tienen
valor probatorio (tienen naturaleza de documentos públicos). También puede haber
informes como documentos anexos a las actas. Las actas deben presentar el mismo
contenido mínimo que las comunicaciones, que ahora veremos, + propuesta de liquidación.

4.- Fases y desarrollo del procedimiento de inspección

La inspección se divide en dos grandes fases: Una primera fase de instrucción y una
segunda de resolución. Vamos a verlas:

- Fase de instrucción → La desarrolla el inspector actuario, que es el responsable


del expediente, y se encargará de comprobar e investigar el cumplimiento de las
obligaciones tributarias. La fase de instrucción comenzará con el inicio del
procedimiento de inspección, que se iniciará de oficio de manera más común,
aunque también puede iniciarse mediante una denuncia pública o de una solicitud de
actuación. Los efectos de la iniciación de la inspección son, sobre todo, la
interrupción del plazo de prescripción de 4 años y la imposibilidad de aplicarse el
régimen del art. 27 aunque este realice declaraciones complementarias.

El documento con el que se inicia este procedimiento es una comunicación


(con el correspondiente contenido mínimo: el impuesto, el periodo al que se
refiere, el plazo de la inspección y si tiene alcance parcial o general (es decir si
afecta a parte del tributo o a todo). Se iniciará una inspección parcial (art. 148)
cuando sólo se quiera estudiar una cuestión determinada sobre algún elemento de la
obligación tributaria, a diferencia de la general que se abre para todos los elementos.
Por ejemplo, si se abre una inspección sobre IRPF del periodo de 2020, estamos
ante una inspección general. Es necesario decir que cabe la posibilidad de que
una inspección parcial se torne una general, siempre que se motive. Obviamente,
las inspecciones parciales dan lugar a resoluciones provisionales y no
definitivas, ya que solo se estudia una parte de la situación del OT, pudiendo
comprobarte con posterioridad con carácter general.

Como mencioné antes, otra forma de iniciar el procedimiento es mediante


una solicitud de inspección con carácter general del propio a OT cuando esté
siendo sujeto de una inspección parcial (art. 149), no pudiendo la AT negarse a
hacerla. Esto puede parecer una gilipollez, pero el OT normalmente lo hará para
tener cerrado ya un periodo, ya que como he comentado, una inspección parcial da
lugar a una resolución provisional (ojo, sólo podrás solicitar esta inspección general
sobre el objeto de la comprobación general).

Respecto al lugar donde se desarrolla la inspección, hay una serie de reglas


en el art. 151.1 y .3 LGT, pero estas están un poco obsoletas. En la práctica, las
cosas se desarrollan de otra manera; normalmente, la regla general va a ser que
cuando se recibe la comunicación de inicio, te citan para que tú vayas a las
oficinas de la AEAT (la regla del domicilio del OT que viene en la ley solamente se
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utilizará cuando se quiera iniciar una inspección por sorpresa). También cabe hacer
inspecciones por medios electrónicos en vez de tener que ir a la oficina de la
AEAT. En lo referido al horario para hacerlas (art. 152), si se hace en las oficinas de
la AEAT que es lo más común, será dentro del horario oficial y de la jornada laboral
de la Administración (sólo se permitirá hacerlo fuera en caso necesario o con
autorización del OT).

Esta primera fase finalizará con un acta, que podrá ser de tres tipos distintos y
deberá presentar una propuesta de liquidación:

- Conformidad → El OT está conforme con lo que le están liquidando. Puede


dar pie a un acto expreso o tácito cuando finalice la fase de resolución.
- Disconformidad → El OT no está conforme con lo que le están liquidando
Este acta siempre supondrá un acto expreso cuando finalice la fase de
resolución.
- Con acuerdo → Aunque el OT no llegue a estar conforme, considera que es
buena idea llegar a un acuerdo con la AT. Puede dar pie a un acto expreso o
tácito cuando finalice la fase de resolución.

En la fase de instrucción, antes de las actas, el OT tiene posibilidad de


presentar alegaciones en una audiencia previa. Esto es un poco arriesgado,
porque el OT está presentando alegaciones antes de saber qué es lo que va a
decidir la AT, por tanto estaría desvelando sus cartas, de manera que la AT buscará
argumentos para poder rebatir sus alegaciones en el acta posterior. En este periodo
previo, además, deberá decidir si vas a estar conforme, disconforme o vas a
llegar a acuerdo. ¿Qué problemas conlleva? Pues nos lleva al mercadeo. Quiero
decir, si yo aun sin saber cuál será el pronunciamiento final de la inspección, pero
esta nos deja caer que si nos conformamos, la sanción será de 1.000€, tú a lo mejor
aceptas oliendote que te va a caer una gorda como no llegues a acuerdo, pero esto
es algo que te hueles y que no sabes con exactitud, así que la seguridad jurídica
aquí se la pasan un poco por el forro.

- Fase de resolución o liquidación → La realiza el Inspector-Jefe, que se encargará


de dictar una resolución donde regularice la situación del OT, mediante una o varias
liquidaciones. La tramitación de cada acta es diferente:

- Actas de disconformidad (157 LGT) → Hay Audiencia Previa1 para el OT


(no se indica plazo en la LGT, así que se le aplicará el plazo general de 15
días), en la que el OT decidirá que no está conforme con el acta (ya sea
mediante la suscripción de la misma mostrando disconformidad, la negativa a
suscribirla o la no comparecencia). En este momento, el actuario recogerá
una propuesta de liquidación donde refleje la disconformidad, acompañada

1
Esta AP es la que comenté en la fase de instrucción, aquella en la el OT delibera sobre si conformarse o no
sobre el acta.
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de un informe realizado por el actuario, sobre la cual el OT podrá hacer unas


segundas alegaciones ante el inspector-jefe en el plazo de 15 días2.

Ahora pasamos a la fase de resolución, en la que el Inspector-Jefe


tendrá que resolver. Tiene cuatro opciones distintas:

- Confimar el acta → es lo más común.


- Rectificar el acta sobre cuestiones no alegadas por el OT. Ante estas,
el OT tendrá que volver a mostrar conformidad o disconformidad.
- Rectificar el acta sobre cuestiones alegadas por el OT en las
segundas alegaciones.
- Dar la orden de realizar actuaciones complementarias, ya sea un
nuevo acta (ante las que el OT tendrá que volver a mostrar
conformidad o disconformidad) o el mantenimiento del acta con
nuevas alegaciones.

Estas resoluciones podrán recurrirse por el OT. Ojo, lo que será


recurrible no es el acta en sí, sino la liquidación que deriva del
acta.

- Actas de conformidad (art. 156 LGT) → Hay Audiencia Previa para el OT


(no se indica plazo en la LGT, así que se le aplicará el plazo general de 15
días), en la que el OT decidirá que está conforme con el expediente y tanto el
OT como por el funcionario. Cabe decir que dicho acta de conformidad
incluirá una propuesta de liquidación por el actuario.

Ahora pasamos a la fase de resolución, en la que pueden pasar dos


cosas:

- El inspector-jefe realiza una resolución expresa en el plazo de un mes


desde el día siguiente a la formalización del acta. Las posibles
resoluciones son la confirmación del acta o la rectificación de los
errores materiales que haya podido cometer el actuario (en estos dos
casos, se notificará la liquidación final). También cabe una
modificación de la propuesta liquidación por existir error en la
apreciación de hechos o aplicación de normas (en este caso, se
notificará este hecho y se hace un acta nueva con una nueva fase de
alegaciones de 15 días. Además, es posible que el I-J ordene hacer
actuaciones complementarias, con un acta nueva con la
correspondiente propuesta de liquidación, ante la que el OT mostrará
conformidad o no.
- El inspector-jefe no realiza una resolución en el plazo de un mes. Esto
se entiende como una liquidación tácita, confirmando la propuesta
de liquidación del actuario y adquiriendo ésta firmeza. Lo más
normal es que ocurra esto.
2
Cabe decir que nos rentará hacer alegaciones en esta segunda fase o no depende de la calidad del actuario.
Si es muy malo el acta, me renta callarme para poder recurrir después la liquidación; ya que si el inspector jefe
corrige el acta, se reducen las posibilidades de que me estimen el recurso.
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Un rasgo esencial del acta de conformidad, a diferencia del de


disconformidad, es que la simple firma del OT del acta actúa como
notificación. Es decir, una vez que el acta y la propuesta de liquidación
devienen firme (que recuerdo que pasará cuando pase el mes desde la
firma del acta (aunque la fecha de la liquidación será cuando se cumpla el
plazo de un mes) o cuando se notifique la resolución expresa por el I-J), se
entenderá que se realiza la notificación al OT de la liquidación incluída
en el acta, lo que implica la apertura del período voluntario de pago y la
finalización de la inspección. Además, en este acta no se incluye un informe
ampliatorio hecho por el actuario (a diferencia de las actas de
disconformidad), pero esto no quiere decir que no exista deber de motivar.

Otro rasgo sobre las actas de conformidad es que caben las


conformidades parciales, es decir, un supuesto en el que el contribuyente
muestra conformidad en una parte de la inspección y disconformidad en otra.
Por ejemplo, se comprueba al OT el IRPF de 2020 y se comprueba que por
un lado, este no ha declarado 30.000€, y por otro lado hay una discrepancia
entre AT y OT sobre cómo aplicar la normativa del IRPF a determinadas
operaciones, traduciéndose esto en 50.000€. El OT perfectamente puede
conformarse con los 30.000€ que le pillan para acogerse a los beneficios que
suponen la conformidad (ahora los explico), y puede no presentar
conformidad sobre los 50.000€. Pues bien, en este caso, sobre el mismo
impuesto y período se tramitan dos procedimientos diferentes, uno para
el acta de conformidad, generando una liquidación provisional, y otra para el
acta de disconformidad, generando una liquidación definitiva. Esta posibilidad
no se contempla en la LGT, pero sí en el reglamento.

El beneficio que genera el acta de conformidad es una reducción en


la sanción. El art. 188 los concreta:

- 30% de reducción de la sanción siempre que no recurras los


hechos (en nuestro ejemplo, aceptar que no has declarado esas
rentas de 30.000€) (art. 188.1 b).
- 40% de reducción adicional si pagas en el periodo voluntario de
pago y no recurres la liquidación (art. 1883). Es decir, esta
reducción del 40% se da si estás conforme con los hechos y también
con las consecuencias que la AT da a esos hechos, y que además
pagues. Esto quiere decir que tú puedes conformarte, aceptando los
hechos, y recurrir sobre la calificación jurídica, pero sólo te acogerías
a la reducción del 30%, renunciando a la del 40%.

Podemos observar que las ventajas de conformarse son sólo


reducciones en la sanción. Por eso sólo tiene sentido firmar en conformidad
cuando mi comportamiento lleve aparejado una sanción, pero no tiene
sentido hacerlo cuando mi comportamiento no conlleve sanción (por ejemplo,
porque se refiera a una discrepancia sobre la interpretación jurídica). Por eso
en el ejemplo que puse antes, el OT confirma en aquello que lleva aparejada
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una sanción de 30.000€ y no sobre la discrepancia de los preceptos jurídicos


de 50.000€, porque esto segundo no lleva aparejado sanción. Por tanto, si
nos encontráramos en una situación donde nos abren una inspección, a la
hora de decidir si nos conformamos con el acta o no, le tendremos que
preguntar al inspector si se nos va a abrir procedimiento sancionador o no.

- Actas con acuerdo (art. 155 LGT): Antes de meternos en su tramitación, vamos a
ver de qué se tratan. ¿Qué diferencia hay entre conformidad y acuerdo? La firma de
un acta con acuerdo supone que el OT y el inspector tienen dudas sobre sus
posiciones, y para no seguir pleiteando y tratar de cerrar el asunto, llegan a un
acuerdo que satisface a los dos. El 155 especifica cuándo se puede firmar un acta
con acuerdo, en tres supuestos específicos:

- Concreción de conceptos jurídicos indeterminados que haya que aplicar al


caso.
- Apreciación de hechos determinantes para la correcta aplicación de la norma
al caso.
- Realización de estimaciones, valoraciones o mediciones de datos relevantes
que no puedan cuantificarse de forma cierta.

Estos tres conceptos tienen una característica común: son tres cuestiones
discutibles porque no hay consenso sobre lo que significan o cuáles son estas
cuestiones. Por ende, para no discutir, se llega a un acuerdo en una fase inicial.

Para firmar un acta con acuerdo se necesita una autorización del I-J y
constituir una garantía suficiente para el pago de la posible deuda que pueda
derivarse del acta incrementado en un 20% (155.3 y reglamento). Ojo, la AT no
tiene obligación de llegar a un acuerdo, de forma que puede pasar que las partes no
lleguen a una solución, sin que se pueda recurrir este hecho (155.7).

La tramitación es distinta a la de las actas de conformidad:

1) La iniciativa para firmar el acuerdo debe venir del actuario, prescindiendo


de las alegaciones previas.
2) El OT propone el acuerdo.
3) Se fija el acuerdo entre este y el actuario, con las actuaciones que se tiene
pensado realizar.
4) Se deposita la garantía y el I-J autorizará el acuerdo o no. Si se concede la
autorización, se realiza el acta con acuerdo y aquí hay dos opciones:

- Que en el plazo de 10 días, el I-J formaliza el acta, abriéndose el


periodo voluntario de pago.
- Que pasen esos 10 días sin que e I-J haga nada, en cuyo caso se
formaliza tácitamente, abriéndose el periodo voluntario de pago
(155.5)

5) Una vez formalizado el acta, las posibles sanciones en que pueda incurrir
el OT se imponen en este mismo procedimiento (se fusionan la
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inspección y la sanción). Esto es un rasgo único de la tramitación de estas


actas.

Respecto al contenido del acta, al igual que ocurría con las actas de
conformidad, el contenido del acta debe reflejar los hechos, los fundamentos
jurídicos y los elementos de la sanción, con una reducción del 65% (la diapo hay una
errata: la reducción no es del 50%). En estas actas tampoco hay informe adicional.

Las ventajas que suponen la firma del acta con acuerdo son:

- Una reducción del 65% de la cuantía de la sanción siempre que se pague


a tiempo y no se recurra (188.2.a). Aquí tenemos una reducción única y no
hay derecho a reducción adicional del 40% extra. De nuevo, solo interesa
llegar a acuerdo si nuestro comportamiento lleva aparejada una sanción.
- Estas actas, además, no admiten recurso, sólamente son impugnables por
vicios del consentimiento o por nulidad de pleno derecho (155.6). Por eso, la
reducción del 65% se da siempre que se pague en plazo.

Al igual que en la conformidad, cabe la posibilidad de que un caso de pie


a realizar un acta con acuerdo en sólo una parte de la deuda. La otra parte
puede ser conformidad o disconformidad. Esto quiere decir que en un mismo
impuesto de un mismo periodo podemos ver las tres actas distintas.

5.- Liquidaciones derivadas del procedimiento inspector

En las actas, al final, lo que se hace es cuantificar la deuda tributaria del OT


(liquidación). ¿Qué tipo de liquidaciones son? El procedimiento de inspección puede
terminar con liquidaciones definitivas o provisionales:

- Las definitivas son las que se refieren al impuesto y al ejercicio entero, no pudiendo
reabrirse después.
- Las provisionales son las que se refieren a las vinculadas a un solo aspecto del
ejercicio o del impuesto. Un ejemplo son las actas de conformidad parcial (aunque
sobre la parte que hay disconformidad se realiza una liquidación definitiva porque la
ley indica que estas actas sólo dan pie a estas liquidaciones).

Sólo esto es lo que nos interesa saber sobre este apartado.

6.- El plazo de las inspecciones (art. 150 LGT)

El procedimiento de inspección entero, con sus fases de instrucción y resolución,


debe resolverse en un plazo bastante amplio; de 18 a 27 meses (por lo que no se aplica la
regla de caducidad de 6 meses general). De hecho, en realidad, en la inspección no se
produce la caducidad. Este es un rasgo fundamental y que lo diferencia de los demás
procedimientos. Ahora bien, si se supera ese plazo máximo, sí habrá una serie de
consecuencias (art. 150.6):
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- La AT podrá volver a reanudar el procedimiento, requiriendo otra comunicación


similar a la de inicio3. La diferencia entre reiniciar (que es lo que sucede en el resto
de procedimientos) y reanudar, es que en la primera sólamente se conservarán
algunas actuaciones que hizo la AT en el procedimiento caducado, mientras que en
el segundo se conservan todas las actuaciones, obviamente siempre que no haya
prescrito el derecho a inspeccionar (150.6.a) primer párrafo) (recordamos que la
“caducidad”4 hace que las actuaciones hechas no cuenten de cara a parar el
cómputo de la prescripción). A esta idea hay que sumarle lo que dice el 150.6.a)
párrafo 2 cuando expresa que “la prescripción se entenderá interrumpida por la
realización de actuaciones con posterioridad a la finalización del plazo”, aunque
respecto a esto, hay que recordar lo que dimos en FYT I que señala la jurisprudencia
sobre que dicha actuación tenía que estar orientada a terminar lo que se empezó
con el procedimiento anterior, y que no se haga dicha actuación solamente para
evitar que prescriba el derecho a inspeccionar.
- En el caso del OT, si caduca el procedimiento, éste podrá pagar de forma
extemporánea o espontánea y por ende beneficiarse de los beneficios del 27
(150.6.b), además de parar el cómputo de los intereses de demora, que según el
art. 150.6.c), no podrán generarse estos intereses más allá del plazo máximo (es
decir, vamos a ponernos en el caso de que un procedimiento de inspección tiene
como plazo máximo hasta el 13 de enero de 2025. Pues hasta ese momento se
generarán intereses de demora si el OT no paga antes, pero no se generarán más
allá de ese plazo aunque no haya pagado).

Así que como vemos, aunque no se denomine “caducidad”, los efectos son casi los
mismos.

La duración general del plazo será de 18 meses como máximo, pero se puede
ampliar a 27 si se dan una serie de circunstancias que están relacionadas con el
contribuyente (son circunstancias personales), debiéndose indicar la duración concreta en la
comunicación de inicio:

- Si el OT tiene una facturación (es decir, el nivel de ingresos del OT, no beneficios)
superior a 5.700.000€. Se indica esta cantidad porque es el nivel de ingresos
mínimos necesarios para auditar cuentas.
- Si el OT declara en régimen de consolidación fiscal como grupo de sociedades.
Es decir, los grupos de sociedades pueden declarar como sujeto único y si lo hacen,
el plazo es de 27 meses.
- En operaciones vinculadas. Dicho de otra forma, imagínate que tenemos una
sociedad que factura más de 5,7 M y un accionista que no factura esa cantidad. A
pesar de esto, a ese accionista se le inspeccionará por 27 meses porque a la
sociedad se le inspecciona por 27 meses al facturar 5,7M.

3
Como vemos, no es una caducidad, pero sin embargo es algo muy parecido. Las diferencias son que en los
demás procedimientos, al caducar e iniciarse otra vez, sólamente se conservarán algunas actuaciones que hizo
la AT en el procedimiento caducado, mientras que en el de inspección conservan todas las actuaciones porque
lo que se produce es una reanudación (siempre que no haya prescrito el derecho a inspeccionar), y que el plazo
es mayor.
4
Pongo caducidad entre comillas por lo que ya he comentado que en la inspección no se produce una
caducidad como tal.
Miguel Latorre Pérez / Derecho Financiero y Tributario / Tema 3

El plazo computa desde que el OT recibe la comunicación de inicio. El


momento final del cómputo es el primer intento de notificación del I-J en actas con
disconformidad, y en los otros dos actas, cuando se consolide la liquidación con el
transcurso de 1 mes o 10 días o cuando te intenten comunicar una resolución expresa en
caso de que haya (150.2).

Ahora bien, hay que saber que el plazo se puede suspender en algunos casos, por
diferentes motivos:

➢ Por la solicitud del OT de días de cortesía (150.4), porque este necesite tiempo
para preparar lo que le están pidiendo, por ejemplo, suspendiéndose el cómputo del
plazo. Se puede solicitar hasta un máximo de 60 días naturales dentro de ese plazo.
Si se solicitan esos días de cortesía y no te contesta la AT, hay silencio positivo, es
decir, se te conceden.
➢ Otros supuestos donde se suspende el plazo es la no aportación de documentos por
el OT (150.5). También cuando hay retroacción de las actuaciones por decisión
judicial o económico administrativo (150.7). No hay que saber más de estas figuras.
➢ También hay una serie de casos de suspensión del procedimiento por razones
ajenas a la propia inspección o al contribuyente (150.3). Son supuestos donde se
paraliza porque otro órgano tiene que decidir. Por ejemplo; en el curso de la
inspección se detecta que puede el contribuyente haber cometido delito fiscal
(+120.000€ por cuota o impuesto + ocultación). Por ende, en estos casos, se
paraliza la inspección porque este procedimiento deberá ser tramitado por el
Ministerio Fiscal. Otro ejemplo de supuesto especial de suspensión del
procedimiento excepto en aquello en lo que se pueda seguir actuando es la
concurrencia de fuerza mayor, siendo un ejemplo el confinamiento del COVID.

En todos estos casos se reanuda el plazo cuando cese la causa de la suspensión.

7.- Actuaciones especiales

Simplemente decir que lo que estudiamos de la estimación indirecta en FYT I es un


trámite que se da dentro de la inspección. La estimación indirecta era un método subsidiario
de la directa cuando no se contaban con los datos de contabilidad necesarios para calcular
la base imponible de un tributo.

También he de decir que la declaración de fraude de ley se da en el seno de un


procedimiento de inspección, suspendiéndose las actuaciones inspectoras.

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