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PENTECOSTALES, DISPENSACIONALISMO

MEDIO ORIENTE Y SIONISMO CRISTIANO

Alberto Mansueti

La Realidad, octubre 2023

Los Pentecostales se dicen apolíticos


excepto cuando se trata del Estado de Israel
¡y se ponen INTENSOS Y BINARIOS!

PENTECOSTALISMO

El pentecostalismo o movimiento pentecostal es un movimiento protestante de iglesias que recalcan la


doctrina del bautismo en el Espíritu Santo, cuya manifestación contemporánea se catalizó a partir del
llamado Avivamiento de la Calle Azusa dirigido por el pastor afroamericano William J. Seymour en una
Iglesia Metodista Episcopal Africana de Los Ángeles, California, en 1906.

Pentecostés era una celebración judía también llamada la Fiesta de las Primicias. El descenso del Espíritu
Santo sobre los discípulos de Jesús se describe en el capítulo dos del libro de Hechos.

Este movimiento carece de una dirigencia mundial ya que está conformado por varias organizaciones e
iglesias que presentan un cuerpo de autoridades sobre sí mismas. En la actualidad, el pentecostalismo
tiene 4 corrientes importantes: pentecostalismo histórico y pentecostalismo clásico, pentecostalismo
unicitario y el movimiento carismático o neopentecostalismo (incluye movimiento carismático evangélico
de segunda ola, neo-carismáticos de la tercera ola, y la renovación carismática católica).

Una iglesia pentecostal puede trabajar de forma independiente o estar afiliada a una organización
religiosa, ministerio o apostolado de mayor cobertura. Sus ritos, prácticas y costumbres dependen de la
corriente con la cual se identifique. Se financian con diezmos, primicias y donaciones, así como a través
de inversiones en la bolsa de valores y negocios como el mercado inmobiliario y telecomunicaciones.

Las Asambleas de Dios, la denominación pentecostal más grande del mundo, tendría 53.7 millones de
miembros en 2022. Las otras denominaciones pentecostales internacionales importantes son la Iglesia
Apostólica con 15 millones de miembros, la Iglesia de Dios (Cleveland) con 36 mil iglesias y 7 millones de
miembros, la Iglesia Cuadrangular con 67.500 iglesias y 8.8 millones de miembros. En América del Sur, en
Brasil nada más la Convención General de las Asambleas de Dios cuenta con 12 millones de miembros.

Todas o casi todas comparten estas creencias fundamentales:

1.- Jesucristo salva. La salvación como un don dado por Dios a las personas con fe en la crucifixión de
Jesús. La mayoría cree en el arminianismo, contra de la doctrina calvinista de la predestinación.

2.- Jesucristo bautiza con el Espíritu Santo. El “hablar en lenguas” puede ser una señal.

3.- Jesucristo sana. La curación por la fe. Ayunos. Exorcismos.

4.- Diezmos, primicias, ofrendas, promesas. Algunas iglesias predican la “ley de la siembra y la cosecha” y
también el “Evangelio de la Prosperidad”.

5.- Continuismo en “milagros, prodigios y señales”, ministerios apostólico y profético.

6. Jesucristo viene. La escatología se centra en el pronto regreso de Jesucristo, en dos momentos: el


arrebatamiento o rapto de la Iglesia y el regreso de Jesús cuando la Gran Tribulación.

DISPENSACIONALISMO

El dispensacionalismo es un sistema teológico cristiano evangélico, que afirma que Dios ha empleado
diferentes medios de administración de sus planes en diferentes períodos de la historia humana, donde
ha demostrado Su gracia. Lo distintivo del dispensacionalismo es que sostiene que Israel (como nación) y
la Iglesia (como cuerpo de Cristo), no forman un único pueblo de Dios, sino dos pueblos con profecías,
promesas y destinos diferentes.

Orígenes jesuitas y pentecostales del dispensacionalismo,

por Alejandro Moreno Morrison.

https://reformapresbimex.wordpress.com/2016/07/15/origenes-jesuitas-y-pentecostales-del-
dispensacionalismo/

Jesuitas

La primera aparición en la historia de la Iglesia de una interpretación dispensacional y plenamente


futurista del Apocalipsis fue invento del teólogo jesuita español Francisco Ribera (1537-1591). Nunca
antes en la Iglesia se había interpretado de esa manera el Apocalipsis ni mucho menos la Biblia.

Ribera fue un teólogo de la Universidad de Salamanca que militó en la contrarreforma católicorromana.


En su libro In sacrum beati Ioannis apostoli, & evangelistiae Apocalypsin Commentari publicado en 1590,
Ribera desarrolló su interpretación futurista y dispensacional del Apocalipsis con el fin de responder y
rebatir la interpretación historicista que de dicho libro hacían muchos protestantes, identificando al
Vaticano y al papado con el anticristo o “la gran ramera” del Apocalipsis.

Pocos años después (1593), otro teólogo jesuita militante en la contrarreforma católica, el italiano
Roberto Belarmino (1542-1621), publicó Disputationes de controversiis christianae fidei adversus hujus
temporis hereticos, un libro de apologética catolicorromana en el que recogió y defendió la interpretación
futurista y dispensacional del Apocalipsis, propuesta por primera vez por Ribera, para defender a la
Iglesia romana de los ataques de los protestantes.
En 1791, casi 200 años después de la publicación del libro de Belarmino, el jesuita Manuel De Lacunza
(1731-1801), en Santiago de Chile, escribió el libro La venida del Mesías en gloria y magestad, bajo el
nombre de Juan Josafat Ben Ezra, “hebreo-cristiano.” De Lacunza enseñaba una escatología futurista,
premilenialista, y con inclinaciones sionistas y judaizantes. Retoma en su libro las ideas escatológicas
inventadas por Ribera y desarrolladas por Belarmino. Escrito en 1791, el libro fue publicado en 1812.

Protestantes

Catorce años después, a principios de 1826, el pastor presbiteriano escocés Edward Irving (1792-1834)
leyó el libro La venida del Mesías en gloria y magestad de De Lacunza. Irving pastoreaba la congregación
de la Iglesia de Escocia en Londres, y un año antes había caído bajo la influencia de Hatley Frere, un
premilenialista laico aficionado a la especulación en torno a las profecías bíblicas.

Ese mismo año (1826), Irving publicó el libro Babilon and Infidedlity Foredoomed (Babilonia y la
infidelidad ya condenadas a la perdición). En dicho libro Irving pronosticó que la segunda venida del
Señor sería en 1864. También reconoció en ese libro la influencia que sobre él había tenido Frere.

En 1827, Irving publicó su traducción al inglés del libro del jesuita De Lacunza, bajo el título The Coming
of Messiah (La venida de Mesías). En el prefacio, Irving expone sus propias ideas escatológicas, incluso la
restauración de los dones carismáticos de profecía y lenguas como señal de un segundo estadío en la vida
cristiana—otra innovación doctrinal sin precedente en la historia de la Iglesia.

En el verano de 1828, un año después de publicar su traducción al inglés del libro de De Lacunza, Irving
visitó Edimburgo, Escocia, con motivo de la celebración de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, y
aprovechó para difundir sus ideas escatológicas a multitudes ávidas de escucharlo en Escocia.

También en 1828 (quizá bajo la influencia de Samuel Taylor Coleridge y sintiéndose ya “libre de las
ataduras de la tradición recibida” y “disfrutando de la dirección directa del Espíritu Santo”), Irving
publicó The Doctrine of Incarnation Opened (La doctrina de la encarnación abierta), donde dice que el
Señor Jesucristo tuvo una naturaleza pecaminosa. La oposición de la Iglesia a sus herejías le parecía a
Irving una señal más de la decadencia de la Iglesia que había comenzado a pronosticar desde 1825.

En noviembre de 1826, tuvo lugar el primer “congreso profético” auspiciado por Henry Drummond en su
opulenta mansión campirana, Albury Park (en Surrey, Inglaterra). En dicho primer “congreso profético,”
que duró una semana, Irving promovió el libro del jesuita De Lacunza con las ideas de los jesuitas Ribera y
Belarmino, junto con sus propias ideas escatológicas pesimistas, dispensacionales y premileniales.

De dicho “congreso profético” surgió el Círculo de Albury, llamado así por las reuniones anuales
(congresos proféticos) entre 1826 y 1830) en dicha mansión de Drummond, quien convocó y organizó a
dicho círculo (todos amigos suyos), para discutir las especulaciones escatológicas de Irving y otros temas.
Los congresos proféticos continuaron llevándose a cabo (1830-1834) en Powerscourt Castle, un castillo
cerca de Dublín, Irlanda, propiedad de Lady Powerscourt, miembro del Círculo de Albury.

Hacia este Círculo de Albury pueden trazarse los orígenes, no sólo del dispensacionalismo, sino también
del carismatismo y del “sionismo cristiano.”

Movimiento Carismático y Sionismo Cristiano

En 1830, Irving comenzó a difundir las “revelaciones” de Margaret McDonald según las cuales la segunda
venida del Señor Jesucristo se dividiría en dos episodios, siendo el primero un “rapto secreto” (una venida
“invisible”) de los verdaderos creyentes, antes de la aparición del anticristo y la “tribulación.”
Algunos clérigos que formaron parte del Círculo de Albury continuaron difundiendo y expandiendo las
ideas de Irving. Uno fue John Nelson Darby (1800-1882). Originalmente episcopal irlandés, y ordenado
como diácono en la Iglesia de Irlanda en 1825, Darby fue uno de los fundadores del movimiento anti-
eclesiástico y separatista “Hermanos de Plymouth” (Plymouth Brethren), en Dublín, alrededor de 1825.
En 1828 Darby renunció finalmente a su posición en la Iglesia de Irlanda (en Wicklow) para dedicarse por
completo a liderar el movimiento de los “Hermanos.”

En 1830 Darby asistió al congreso de profecías bíblicas en Powerscourt Castle, en donde Irving le habló
de la “revelación” que había tenido Margaret McDonald. A instancias de Irving, Darby visitó a Margaret
McDonald en su hogar en Port Glasgow, Escocia. Darby adoptó las supuestas revelaciones de McDonald,
elaborándolas y difundiéndolas como propias (es decir, sin dar a conocer su origen). Alrededor de 1834,
Darby rompió toda relación con la Iglesia Anglicana, y partir de 1850, comenzó a difundir por escrito las
ideas escatológicas del Círculo de Albury y de Margaret McDonald.

Entre 1862 y 1877, Darby realizó siete viajes a EEUU para dar conferencias sobre profecías bíblicas. Los
escritos de Darby influyeron mucho en Henry Moorehouse (de los “Hermanos”), quien a su vez influyó en
Dwight L. Moody. Darby también influyó directamente en James H. Brookes y en C. I. Scofield (y en las
anotaciones que este último produjo y publicó bajo el título Biblia anotada por Scofield).

SIONISMO CRISTIANO

Introducción al libro de Stephen Sizer

Apenas conocido en Europa, el fenómeno del sionismo cristiano en EEUU vive en los últimos años un auge
cuyas reales dimensiones podemos comprender con una sola cifra: los más de 65 millones de libros
vendidos por los 16 volúmenes de la serie Left Behind, de Tim LaHaye y Jerry Jenkins, una
ficcionalización de las doctrinas del sionismo cristiano respecto a Israel y el fin de los tiempos.

Surgido como corriente milenarista en la Inglaterra decimonónica, implantado en los EEUU por el pastor
John Nelson Darby y crecido al calor del fundamentalismo evangélico norteamericano, el sionismo
cristiano considera que sólo cuando el pueblo elegido de Israel esté en posesión de todo el territorio
comprendido entre el río Éufrates y el río Nilo (Eretz Israel, el Gran Israel, tal como lo recoge el
Génesis) tendrán lugar los acontecimientos anunciados por las profecías bíblicas: o sea el Armagedón (la
batalla final) y la segunda venida de Cristo para instaurar el Reino de Dios. A falta de muchos datos,
expertos consideran que hay decenas de millones que comparten estas creencias.

El sionismo cristiano ha jugado un papel histórico determinante en la creación y sustento del Estado de
Israel. Este rol se ha reforzado en el curso de las últimas décadas, y en la actualidad continúa
desempeñándose de las más diversas formas, desde la presión política en Washington DC y el
adoctrinamiento masivo a través de los medios (véanse los casos de Pat Robertson y del finado Jerry
Falwell, o la citada saga de los Left Behind) a la financiación directa de la emigración judía a Israel y de
los asentamientos de las ocupadas Cisjordania y Jerusalén Este.

Sionismo cristiano: ¿Hoja de Ruta a Armagedón?, es fruto de la investigación doctoral del teólogo
británico Stephen Sizer, se ha convertido en el texto de referencia para todo aquel interesado en
conocer el origen y desarrollo histórico del sionismo cristiano, las razones de su identificación total con
el proyecto sionista del Estado de Israel y su decisiva influencia en el devenir cotidiano del conflicto,
tanto en las altas esferas de la administración estadounidense como en su contribución sobre el terreno a
las políticas de limpieza étnica y expansionismo israelíes. En definitiva, para entender en gran medida por
qué la paz y la justicia parecen aún inalcanzables en Oriente Próximo.

https://stephensizer.com/2020/02/what-is-christian-zionism/

Los orígenes del sionismo cristiano

Los orígenes del movimiento se remontan a principios del siglo XIX, cuando un grupo de excéntricos
líderes cristianos británicos comenzó a presionar por la restauración judía de Palestina como condición
previa necesaria para el regreso de Cristo. El movimiento cobró fuerza a partir de mediados del siglo
XIX, cuando Palestina se convirtió en estratégica para los intereses coloniales británicos, franceses y
alemanes en Oriente Medio. Por lo tanto, el sionismo protocristiano precedió al sionismo judío por más de
50 años. Algunos de los más firmes defensores de Theodore Herzl eran en realidad clérigos cristianos,
como el reverendo William Hechler.

El sionismo cristiano, como movimiento teológico y político moderno, abraza las posiciones ideológicas más
extremas del sionismo. Se ha vuelto profundamente perjudicial para una paz justa a lograr entre Israel y
Palestina. Propaga una cosmo-visión en la que el mensaje cristiano se ve reducido solo a una ideología de
imperio, colonialismo y militarismo. En su forma extrema, pone énfasis en los eventos apocalípticos que
conducen al fin de la historia en lugar de vivir el amor y la justicia de Cristo hoy.

Para muchos evangélicos estadounidenses, la fundación del Estado de Israel en 1948 llegó a ser vista
como el cumplimiento más significativo de la profecía bíblica, y "la mayor noticia profética que hemos
tenido en los años 20". ésimo siglo'. La "Guerra de los Seis Días" de 1967 marcó otro hito significativo
para el interés de los cristianos evangélicos en Israel y el sionismo. El suegro de Billy Graham, Nelson
Bell, por ejemplo, entonces editor de Christianity Today, expresó los sentimientos de muchos evangélicos
cuando, en un editorial de la revista, escribió:

"Por primera vez en más de 2.000 años, Jerusalén está ahora completamente en manos de los judíos, le da
al estudiante de la Biblia una emoción y una fe renovada en la exactitud y validez de la Biblia".

Los seguidores del sionismo cristiano están convencidos de que la fundación del Estado de Israel en 1948
y luego la captura de Jerusalén en 1967, así como el Sinaí, los Altos del Golán y la Cisjordania palestina,
todo en solo seis días, fue el cumplimiento milagroso de las promesas de Dios hechas a Abraham de que
establecería a Israel como una nación judía para siempre.

En 1976, una serie de acontecimientos llevaron al sionismo cristiano a la vanguardia de la política


estadounidense. Jimmy Carter fue elegido como el presidente "nacido de nuevo" con el apoyo de la
derecha evangélica. En 1977, en Israel, Menachem Begin y el partido derechista Likud llegaron al poder.
Poco a poco surgió una coalición tripartita entre la derecha política estadounidense, los cristianos
evangélicos y el lobby judío, facilitada por líderes eclesiásticos como Jerry Falwell.

Durante más de 40 años, el lobby cristiano sionista ha ayudado a garantizar apoyo bipartidista casi 100 %
a Israel y una antipatía hacia los vecinos de Israel, tanto en el Congreso como en el Senado de EEUU.

Las florecientes organizaciones sionistas cristianas como la Embajada Cristiana Internacional (ICEJ), los
Amigos Cristianos de Israel (CFI) y los Cristianos Unidos por Israel (CUFI) ejercen mucha influencia
considerable en el Capitolio, afirmando tener una base de apoyo de más de 50 millones de creyentes.

Esto significa que ahora hay al menos diez veces más sionistas cristianos que sionistas judíos. Y sus
primos europeos no son menos activos en el cabildeo a favor de Israel, atacando agresivamente a sus
críticos y frustrando la solución de dos Estados. EEUU e Israel son a menudo retratados como gemelos
siameses, unidos en el corazón, compartiendo valores históricos, religiosos y políticos comunes.

El pastor John Hagee es uno de los líderes del movimiento sionista cristiano. Es el fundador y pastor
principal de Cornerstone Church, de 19,000 miembros en San Antonio, Texas. Sus programas semanales
se transmiten en 160 estaciones de televisión, 50 estaciones de radio y ocho redes en aproximadamente
99 millones de hogares en 200 países. En 2006 fundó Cristianos Unidos por Israel, admitiendo:

"Durante casi 26 años, he estado golpeando a la comunidad evangélica a través de la televisión. La Biblia
es un libro muy pro-Israel. Si un cristiano admite: 'Creo en la Biblia', puedo convertirlo en un partidario
pro-Israel o tendrá que renunciar a su fe. Así que tengo a los cristianos sobre un barril, podría decirse".

En marzo de 2007, Hagee habló en la Conferencia de Políticas del Comité de Asuntos Públicos USA-
Israelí (AIPAC). Comenzó diciendo:

"El gigante dormido del sionismo cristiano ha despertado. Hay 50 millones de cristianos que se ponen de
pie y aplauden al Estado de Israel..."

Como señaló el Jerusalem Post, a su discurso no le faltó claridad. Continuó advirtiendo:

"Estamos en 1938. Irán es Alemania, y Ahmadinejad es el nuevo Hitler. Debemos detener la amenaza
nuclear de Irán y apoyar con valentía a Israel, la única democracia de Oriente Medio. Piensen en nuestro
futuro potencial juntos: 50 millones de evangélicos que se unen en una causa común con 5 millones de
judíos en EEUU en nombre de Israel es una combinación hecha en el cielo".

La agenda política del sionismo cristiano

La agenda política de los cristianos sionistas es multifacética. Está moldeada por su teología ultra literal
y fundamentalista y dirigida por agencias como AIPAC, la ADL y la Federación Sionista:

1.- La creencia de que los judíos siguen siendo el pueblo elegido de Dios lleva a los sionistas cristianos a
tratar de bendecir a Israel de manera material. Sin embargo, esto también se traduce invariablemente
en el apoyo acrítico y la justificación de las políticas racistas y de apartheid de Israel, en los medios de
comunicación, entre los políticos y a través de giras de solidaridad a Israel.
2.- Por lo tanto, como pueblo escogido de Dios, se alienta activamente la restauración final de los judíos a
Israel. La emigración de judíos de Rusia es financiada y facilitada por las agencias sionistas cristianas en
asociación con la Agencia Judía.

3.- Eretz Israel, tal como se describe en las escrituras hebreas, desde el Nilo hasta el Éufrates,
pertenece exclusivamente al pueblo judío, por lo tanto, la tierra debe ser anexada y colonizada, los
palestinos deben ser expulsados por la fuerza mediante la demolición de viviendas y la confiscación de
tierras, y los asentamientos judíos ilegales deben expandirse y consolidarse.

4.- Jerusalén es considerada como la capital eterna y exclusiva de los judíos, y no puede ser compartida
con los palestinos. Así, los sionistas cristianos han presionado a la Administración de EEUU para que
traslade su embajada a Jerusalén y que Jerusalén sea reconocida como la capital indivisa de Israel.

5.- Los sionistas cristianos ofrecen diversos grados de apoyo a organizaciones como los Fieles del Monte
del Templo Judío, que están comprometidos con la destrucción de la Cúpula de la Roca y la reconstrucción
del Templo judío en el Haram Al-Sharif (Noble santuario de Al-Aqsa).

6.- Los sionistas cristianos tienen invariablemente una visión pesimista del futuro, convencidos de que
habrá una guerra apocalíptica de Armagedón en un futuro inminente. Son profundamente escépticos de la
posibilidad de una paz duradera entre judíos y árabes y, por lo tanto, se oponen al proceso de paz.

Los puntos de vista de John Hagee son representativos de la agenda cristiana sionista más amplia. En una
reunión de Cristianos Unidos por Israel, el 17 de julio de 2007, celebrada en Washington, D.C., insistió:

"Queremos que reconozcan que Irán es un peligro claro y presente para EEUU e Israel. Y... que es hora
de que nuestro país considere un ataque militar preventivo contra Irán si no cede a la diplomacia".

El sionismo cristiano, por lo tanto, como movimiento teológico y político moderno, abraza las posiciones
ideológicas más extremas del sionismo. Se ha vuelto profundamente perjudicial para una paz justa entre
Palestina e Israel. Propaga una visión del mundo en la que el mensaje cristiano se reduce a una ideología
de imperio, colonialismo y militarismo. En su forma extrema, pone énfasis en los eventos apocalípticos que
conducen al fin de la historia en lugar de vivir el amor y la justicia de Cristo hoy.

Una respuesta de la Iglesia del Medio Oriente

En 2006, cuatro de los jefes de las iglesias de Jerusalén firmaron la Declaración de Jerusalén sobre el
Sionismo Cristiano: Su Beatitud el Patriarca Michel Sabbah, Patriarca Latino de Jerusalén; el arzobispo
Swerios Malki Mourad, del Patriarcado Sirio Ortodoxo de Jerusalén; el obispo Riah Abu El-Assal, de la
Iglesia Episcopal de Jerusalén y Oriente Medio; y el obispo Munib Younan, de la Iglesia Evangélica
Luterana de Jordania y Tierra Santa.

"Rechazamos categóricamente las doctrinas sionistas cristianas como una falsa enseñanza que corrompe
el mensaje bíblico de amor, justicia y reconciliación.

Además, rechazamos la alianza contemporánea de líderes y organizaciones sionistas cristianas con


elementos de los gobiernos de Israel y EEUU que están imponiendo sus fronteras preventivas unilaterales
y su dominación sobre Palestina. Esto conduce inevitablemente a ciclos interminables de violencia que
socavan la seguridad de todos los pueblos del Oriente Medio y del resto del mundo.

Rechazamos las enseñanzas del sionismo cristiano que facilitan y apoyan estas políticas, ya que promueven
la exclusividad racial y la guerra perpetua en lugar del evangelio del amor universal, la redención y la
reconciliación enseñado por Jesucristo. En lugar de condenar al mundo a la ruina del Armagedón, hacemos
un llamamiento a todos para que se liberen de las ideologías del militarismo y la ocupación. En cambio, ¡que
busquen la sanidad de las naciones!

Sigue:

Hacemos un llamamiento a los cristianos de las Iglesias de todos los continentes para que recen por los
pueblos palestino e israelí, que sufren como víctimas de la ocupación y el militarismo. Estas acciones
discriminatorias están convirtiendo a Palestina en guetos empobrecidos rodeados de asentamientos
israelíes exclusivos. El establecimiento de asentamientos ilegales y la construcción del muro de
separación en tierras palestinas confiscadas socavan la viabilidad de un Estado palestino y la paz y la
seguridad en toda la región."

Los patriarcas concluyeron: "Dios exige que se haga justicia. Ninguna paz, seguridad o reconciliación
duraderas son posibles sin el fundamento de la justicia. Las exigencias de la justicia no desaparecerán. La
lucha por la justicia debe llevarse a cabo con diligencia y persistencia, pero sin violencia". El profeta
Miqueas pregunta: "¿Qué pide el Señor de ti, que actúes con justicia, que ames la misericordia y que
camines humildemente con tu Dios?" (Miqueas 6:8).

El sionismo cristiano es ahora el grupo de presión organizado más grande, más controvertido y
probablemente más destructivo dentro del cristianismo actual. Es el principal responsable de perpetuar
las tensiones en el Oriente Medio, justificar el programa colonialista de apartheid de Israel, incitar a la
agresión militar contra las naciones vecinas y frustrar el proceso de paz entre Israel y los palestinos.

El capítulo final del Nuevo Testamento nos lleva de vuelta a las imágenes del Jardín del Edén y la
eliminación de la maldición que surge de la Caída:

"Entonces el ángel me mostró el río del agua de la vida, claro como el cristal, que fluía del trono de Dios y
del Cordero... A cada lado del río estaba el árbol de la vida, que daba doce cosechas de frutos, que daban
su fruto cada mes. Y las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones". (Revelación 22:1-2.)

Seguramente esto es lo que Jesús tenía en mente cuando instruyó a sus seguidores a actuar como
embajadores de paz y reconciliación. Trabajemos juntos para lograr la justicia, la paz y la reconciliación,
y que el reino de Dios venga a la tierra como lo es en el cielo.

Una perspectiva personal

Dado que al menos nueve de cada diez sionistas afirman ser cristianos, tal vez no sea sorprendente que
los sionistas sean ultrasensibles cuando sus partidarios cristianos son desafiados. Aquellos que defienden
los derechos palestinos o critican el sionismo son invariablemente intimidados o difamados y acusados de
antisemitismo o negación del Holocausto.

En mi caso, comenzó con intentos de revocar mi doctorado de la Universidad de Middlesex y desafiando a


mis examinadores. Cuando se publicó mi tesis, intentaron presionar a la editorial para que retirara mis
libros. Utilizaron repetidamente el anonimato para atacarme en línea. Llamaron por teléfono y escribieron
a los miembros del personal de mi iglesia para persuadirlos de que se fueran o se desasociaran de mí.
Presentaron una queja formal contra mí a mi Obispo anglicano, que finalmente fue retirada. Intimidaron
repetidamente al personal y a los fideicomisarios de varias organizaciones benéficas con las que estaba
asociado. Las invitaciones para hablar en conferencias fueron ocasionalmente retiradas debido a la
presión. Cuando he hablado en conferencias, han tratado de interrumpir las reuniones. Por lo tanto, si
estás motivado para abogar por la justicia, la paz y la reconciliación en Palestina, prepárate para ser
atacado, vilipendiado y condenado al ostracismo. Entonces recuerda que estás en buena compañía.
Jesús dijo: "Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, cuando os excluyan y os insulten,
y rechacen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del Hombre; regocijaos en aquel día y saltad de
alegría, porque grande es vuestro galardón en el cielo. Porque así trataron sus antepasados a los
profetas". (Lucas 6:22-23.)

Una oración

"Que la justicia de Dios caiga como el fuego y traiga un hogar para el palestino, que la misericordia de
Dios se derrame como la lluvia y proteja al pueblo judío, y que los hermosos ojos de un Dios santo, que
llora por todos sus hijos, traigan la esperanza sanadora para sus heridos, para los judíos y los palestinos".

De "Diez medidas de belleza" de Garth Hewitt

¿SOLDADOS CRISTIANOS DE ZION?

Otro libro de Stephen Sizer

Gracias a Dios, aquí viene por fin un libro que desafía la pseudo-teología que, al dar precedencia al
Antiguo Pacto sobre el Nuevo, relega a la Iglesia al estatus de concubina para hacer de Israel la Novia de
Cristo. En términos claros y medidos, el autor demuestra desde la Escritura que los propósitos de Dios
para la historia no son impulsados por una obsesión racista estrictamente selectiva, sino más bien por su
eterno designio para crear la Iglesia, la nueva comunidad bien asegurada a través de la cruz para todos
los seguidores de Cristo, tanto judíos como gentiles. Profesor Gilbert Bilezikian, Profesor Emérito,
Wheaton College y líder fundador de Willow Creek Community Church, South Barrington, Illinois.

No es una subestimación decir que lo que está en juego es nuestra comprensión del evangelio, la
centralidad de la cruz, el papel de la iglesia, y la naturaleza de nuestro mandato misionero, no menos
importante, al pueblo judío amable. Si no vemos a Jesús en el corazón de las escrituras hebreas, y la
continuidad entre sus santos del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento en la única Iglesia inclusiva,
no los estamos leyendo correctamente. La pregunta clave es esta "¿Era la venida de Jesús y el nacimiento
de la Iglesia el cumplimiento o el aplazamiento de las promesas que Dios hizo a Abraham?" Los sionistas
cristianos ven las promesas de identidad, tierra y destino como parte de un pacto continuo que Dios tiene
con el pueblo judío. En este libro desempaqueto esta pregunta y muestro que el sionismo cristiano es una
manifestación reciente de una herejía refutada por el Nuevo Testamento.

¿Cuál es la relación entre Israel y la Iglesia? Siete respuestas bíblicas

Esta es una simple introducción de cuatro páginas a los pasajes bíblicos principales que responden y
refutan las suposiciones sionistas más comunes sobre los propósitos de Dios para Israel y la Iglesia.
También puedes leer una versión editada de cada uno de los siete capítulos

1. Por el Amor de Sion: La Biblia les dice así

2. Israel y la Iglesia: ¿Quién es el pueblo elegido de Dios?

3. La tierra prometida: ¿del Nilo al Eufrates?

4. Batalla por Jerusalén: ¿La Capital Eterna de los Judíos?

5. El Templo del último día: ¿Listo para reconstruir?

6. Obertura al Armagedón: ¿Quieres quedarte atrás?


7. El lugar de Israel: John Stott

ÚNICA SOLUCION JUSTA: DOS ESTADOS

Asignar el territorio del antiguo mandato británico de Palestina ubicado al oeste del río Jordán, para la
creación de dos Estados separados e independientes: el Estado de Israel y el Estado de Palestina. Los
límites de ambos están aún sujetos a debate y a una negociación final; sin embargo, en general se asume
que el Estado de Palestina comprendería la Franja de Gaza y Cisjordania, es decir, actuales Territorios
Palestinos administrados por la Autoridad Nacional Palestina.

Los palestinos reivindican un Estado que tendría la Línea Verde como frontera, y el cual además de los
territorios antes mencionados incluiría a Jerusalén Este como su capital; esta tesis es la admitida por la
comunidad internacional generalmente.

Esta fue, en todo caso, la idea original de las Naciones Unidas cuando en 1947 se aprobó el plan de
partición de Palestina en dos Estados; uno judío y otro árabe, que no llegó a concretarse tras el estallido
de la primera guerra árabe-israelí en 1948.

Historia de la solución de dos Estados

La primera propuesta fue hecha en el reporte de la Comisión Peel de 1937, la cual concluyó que el mandato
se había hecho inviable y recomendó su partición. La partición fue nuevamente propuesta por la ONU en
1947 en el Plan de partición de Palestina que recomendó dividir el mandato en dos Estados, uno judío y
otro árabe, con un área bajo control internacional (corpus separatum) que incluía Jerusalén y Belén.

Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU y el reconocimiento de los derechos palestinos

Después de la guerra de los Seis Días de 1967, el Consejo de Seguridad de la ONU unánimemente aprobó
la Resolución 242 llamando a una retirada israelí de los territorios ocupados en la guerra y a "terminación
de todas las situaciones de beligerancia o alegaciones de su existencia, y respeto y reconocimiento de la
soberanía, integridad territorial e independencia política de todos los Estados de la zona".

En septiembre de 1974, 56 países de la ONU propusieron que "la cuestión de Palestina" fuera incluida
como un tema en la agenda de la Asamblea General. En una resolución adoptada el 22 de noviembre de
1974, la Asamblea General afirmó los derechos de los palestinos, que incluían el "derecho a la libre
determinación sin injerencia del exterior", "el derecho a la independencia y la soberanía nacionales" y "a
regresar a sus hogares y sus propiedades, de los que han sido desalojados y desarraigados". Estos
derechos han sido constantemente reafirmados desde entonces

PLAN DE PARTICION

El rechazo del gobierno británico al plan, junto con la negativa de los países árabes de la región a
aceptarlo, tuvo como consecuencia una guerra civil en el territorio del Mandato de Palestina que estalló al
día siguiente de la votación del Plan, seguida de la guerra árabe-israelí de 1948 y los sucesivos
enfrentamientos entre árabes y judíos que se mantienen hasta la actualidad.

El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea Plenaria de la ONU —bajo presidencia del brasileño Osvaldo
Aranha— votó el plan de partición recomendado por la UNSCOP, siendo el resultado final de 33 votos a
favor, 13 en contra y 10 abstenciones, a la vez que hizo ajustes en los límites propuestos entre los dos
estados. La partición tendría efecto desde la retirada británica. La resolución no contemplaba ninguna
disposición para ejecutar el Plan, lo cual tuvo consecuencias a la larga, ya que no fue posible aplicarla. Los
EEUU y la Unión Soviética estuvieron entre quienes votaron en favor de la resolución.

La mayoría de los judíos celebraron el plan para la creación de un estado judío, pero criticaron su falta de
continuidad territorial, dividido en tres zonas separadas por vértices que lo hacían muy poco viable (y
difícil de defender), al igual que el territorio asignado a los árabes. Los líderes árabes se opusieron al
plan argumentando que violaba los derechos de la población árabe, la cual en ese momento representaba el
67 % de la población total (1.237 millones de habitantes), criticando además que la mayor parte del
territorio (el 54 %, incluyendo el desierto del Néguev, que suponía el 45 % de la superficie de todo el
país) se adjudicaba al Estado judío, que consistía en el 33 % de la población.

El Irgún de Menájem Beguin y el Leji (conocido por sus opositores como el Stern Gang), que habían
luchado contra los británicos, rechazaron el Plan. Beguin advirtió que la partición no traería la paz porque
los árabes atacarían el pequeño Estado de Israel, y declaró «En la guerra que está por venir tendremos
que estar solos, será una guerra por nuestra existencia y nuestro futuro.» Afirmó también «la bisección
de nuestra patría es ilegal. Nunca será reconocida.» Beguin estaba convencido de que la creación de un
estado judío permitiría la expansión territorial «después de derramar mucha sangre»

LOS PACIFICADORES

El mundo necesita desesperadamente la paz de Dios. Nuestro mundo tiene una necesidad urgente de
pacificadores, aquellos que representan el corazón de Dios para traer paz a un mundo y relaciones rotas.
La Biblia tiene mucho que decir sobre la paz; aparece 329 veces en la Biblia, con la mayor ocurrencia de
30 en el libro de Isaías.

En las bienaventuranzas, Jesús nos educó sobre ciertas buenas conductas cristianas que cuando las
imitamos invitarán las bendiciones de Dios sobre a nosotros. Uno de ellos es "Peacemaking". Como
cristianos, estamos llamados a ser "pacificadores" no “alborotadores”.

Los pacificadores en este pasaje no son aquellos que eligen vivir en paz sino aquellos que eligen vivir en
paz y hacer campaña por la paz, la tranquilidad y la armonía entre las personas en la familia, la comunidad
y donde sea que se encuentren. Según la concordancia de Strong, la palabra hebrea traducida como "paz"
es "shalom", que significa "integridad, solidez y bienestar". Proviene de la raíz de la palabra shalam que
significa enmendar o hacer todo o completo. Por lo tanto, tener shalom significa estar en un estado de
plenitud o plenitud, sin ninguna deficiencia o carencia.

En la cultura judía, la gente usaba shalom en expresiones de saludo como shalom Aleijem, que significa “el
bienestar sea contigo” o “que estés bien”. Jesús y los escritores del Nuevo Testamento a menudo se
saludaban y se despedían con paz (Juan 20:19).

El equivalente griego de "Shalom" (paz) en el Nuevo Testamento proviene de la palabra griega "eiréné".
Según Strong, "eiréné" significa, "uno, paz, quietud y descanso". Tiene su origen en la raíz de la palabra
"eiro", que significa " unir, o unir en un todo”.

Por lo tanto, "eiréné" significa unidad; es juntar múltiples partes para formar un todo, o establecerlo
como uno nuevamente. Por ejemplo, dos amigos que se reconcilian después de una pelea hacen "eiréné", es
decir, vuelven a estar juntos y su relación es completa.

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