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LA CONFESIÓN BAUTISTA DE FE

Y
EL CATECISMO BAUTISTA
LA CONFESIÓN BAUTISTA DE FE traducido por Chapel Library,
2603 West Wright St., Pensacola, Florida 32505 USA

EL CATECISMO BAUTISTA traducido por Pastor Eduardo Flores.


Iglesia Bautista Reformada Los Lagos, Heredia, Costa Rica.

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Índice de Contenidos
Acerca de la Declaración de fe de Londres de 1689.................................. 5
1. DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS................................................10
2. DE DIOS Y DE LA SANTA TRINIDAD…........................................14
3. DEL DECRETO DE DIOS ..................................................................15
4. DE LA CREACIÓN ............................................................................17
5. DE LA DIVINA PROVIDENCIA .......................................................18
6. DE LA CAÍDA DEL HOMBRE, DEL PECADO Y SU CASTIGO…21
7. DEL PACTO DE DIOS .......................................................................22
8. DE CRISTO EL MEDIADOR ............................................................ 23
9. DEL LIBRE ALBEDRÍO….................................................................28
10. DEL LLAMAMIENTO EFICAZ….................................................. 29
11. DE LA JUSTIFICACIÓN .................................................................30
12. DE LA ADOPCIÓN.......................................................................... 32
13. DE LA SANTIFICACIÓN…............................................................ 33
14. DE LA FE SALVADORA................................................................. 34
15. DEL ARREPENTIMIENTO PARA VIDA Y SALVACIÓN…....... 35
16. DE LAS BUENAS OBRAS….......................................................... 37
17. DE LA PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS………................... 39
18. DE LA SEGURIDAD DE LA GRACIA Y DE LA SALVACIÓN... 41
19. DE LA LEY DE DIOS....................................................................... 42
20. DEL EVANGELIO Y DEL ALCANCE DE SU GRACIA…........... 45
21. DE LA LIBERTAD CRISTIANA Y DE LA LIBERTAD DE
CONCIENCIA………………………………………………………….46

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22. DE LA ADORACIÓN CRISTIANA Y DEL DÍA DE REPOSO …. 48
23. DE LOS JURAMENTOS Y VOTOS LÍCITOS................................ 50
24. DE LAS AUTORIDADES CIVILES ……....................................... 52
25. DEL MATRIMONIO ....................................................................... 53
26. DE LA IGLESIA............................................................................... 54
27. DE LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS ......................................... 58
28. DEL BAUTISMO Y LA CENA DEL SEÑOR …............................ 59
29. DEL BAUTISMO............................................................................. 60
30. DE LA CENA DEL SEÑOR…......................................................... 61
31. DEL ESTADO DEL HOMBRE DESPUÉS DE LA MUERTE........ 63
32. DEL JUICIO FINAL ........................................................................ 64
EL CATECISMO BAUTISTA…………………………………………66

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Acerca de la Declaración de fe de 1689
En Inglaterra, durante la década de 1630 y de 1640, surgieron de
la Iglesia Anglicana grupos congregacionalistas y bautistas. Sus primeros
años de existencia se caracterizaron por repetidos ciclos de persecución
por parte del Parlamento y la religión oficial del país. El infausto Código
de Clarendon fue adoptado en la década de 1660 para aplastar todo disenso
de la religión oficial del estado. Los períodos de rigurosa aplicación y los
intervalos de relajamiento de estas leyes coercitivas angustiaban a
presbiterianos, congregacionalistas y bautistas por igual.
Los presbiterianos y congregacionalistas no sufrieron menos que
los bautistas bajo este acoso. Su frente unido en un acuerdo doctrinal fue
una de las razones principales de su relativo éxito al resistir la tiranía
gubernamental. Todos los presbiterianos se mantuvieron fieles a la
Confesión de Westminster de 1647. Los congregacionalistas adoptaron
prácticamente los mismos artículos de fe en la Declaración de Savoy de
1658.
Confesión de Westminster (1647)
Mientras la Guerra Civil en Inglaterra entre el Parlamento puritano
y el rey (1642-1649) estaba en pleno auge, se hicieron cambios en la
Iglesia Anglicana. En 1643, el Parlamento abolió la forma episcopal de
gobierno eclesiástico, con sus parroquias y obispos jerárquicos. También
pidió una nueva estructura. Ésta sería formulada por una asamblea de
ciento veintiún clérigos (los “teólogos”) y treinta laicos: 10 miembros de
la Cámara de los Lores y 20 miembros de la Cámara de los Comunes. Esta
“Asamblea Westminster de Teólogos” se reunió en la histórica abadía de
Westminster (contigua al Parlamento) en Londres, de la cual la declaración
deriva su nombre.
La mayoría de los presentes en la Asamblea reunidos en 1643 eran
presbiterianos puritanos. Se permitió la participación de ocho
comisionados escoceses en las reuniones, como muestra de aprecio por su
ayuda en la lucha contra el rey. Aunque los representantes escoceses no
tenían ningún rol oficial en las reuniones, su presencia fue influyente. La
Asamblea realizó 1.163 sesiones entre el 1 de julio de 1643 y el 22 de
febrero de 1649. Se requería un quórum de 40 miembros.

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Al ir avanzando el trabajo, se preparó un Directorio de Culto para
reemplazar el libro de oración episcopal. Además, se redactó una nueva
declaración de fe para la Iglesia Anglicana. La Confesión de Westminster
llegó a ser el credo protestante más importante de la época de la Reforma.
Se empezó a trabajar en esta confesión en julio de 1645, siguiendo con
muchas interrupciones hasta ser terminada en diciembre de 1646. La
confesión o declaración fue presentada a ambas Cámaras del Parlamento
en 1647 bajo el título: “El humilde consejo de la Asamblea de Teólogos,
con citas y pasajes de las Escrituras anexadas, presentado por ellos a ambas
Cámaras del Parlamento.”
La Confesión de Westminster es un resumen de las principales
creencias cristianas en treinta y tres capítulos. Está saturada de la teología
bíblica reformada clásica, con énfasis en las relaciones de pacto entre Dios
y el hombre. En cuanto al gobierno de la iglesia, presenta el concepto
presbiteriano: con presbíteros (o sínodos) que supervisan a las
congregaciones locales. En cuanto al bautismo, conserva al bautismo
infantil, en concordancia con el concepto de pacto de la herencia cristiana.
Éste mantiene que Dios con frecuencia salva a familias enteras, y que el
infante es considerado parte del pacto a través de sus padres creyentes,
mientras no pruebe lo contrario por medio de sus decisiones relacionadas
con su estilo de vida.
A fin de explicar la declaración, la Asamblea de Westminster
preparó un Catecismo Mayor para ser enseñado públicamente por los
pastores desde el púlpito. Se publicó un Catecismo Menor para la
instrucción de los niños.
Aunque la Confesión de Westminster fue usada sólo brevemente
por la Iglesia Anglicana, fue adoptada por la Asamblea general de la
Iglesia de Escocia en 1647 para uso general. La Confesión de Westminster
sigue siendo hasta hoy la declaración de fe autoritativa de la mayoría de
las iglesias presbiterianas.
Declaración de Savoy (1658)
Muchos cristianos evangélicos conservadores consideraban que la
Confesión de Westminster era una afirmación correcta de la fe según las
Escrituras, pero no coincidían con las afirmaciones sobre el gobierno de la

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iglesia y el bautismo. Éstos formaron dos grupos: los congregacionalistas
y los bautistas.
A fin de mantener el crecimiento del que disfrutaban, el 29 de
septiembre de 1658 se reunieron en el Palacio Savoy en Londres, en una
asamblea de líderes congregacionalistas. El sínodo adoptó una
“Declaración de fe y orden, observados y practicados en las iglesias
congregacionalistas.” Basada mayormente en la Confesión de
Westminster, la Declaración de Savoy incluía una sección sobre “La
institución de iglesias y el orden establecido en ellas por Jesucristo”.
Defendía la forma congregacional para el gobierno de la iglesia.
Confesión Bautista de Londres de 1677
Los que consideraban que las Escrituras enseñan el bautismo del
creyente también necesitaban una declaración de fe clara. A éstos los
conocían como “bautistas”. Sintiéndose sustancialmente unidos con el
sufrimiento de los presbiterianos y los congregacionalistas bajo la misma
injusticia cruel, los bautistas se reunieron para publicar su armonía
sustancial con ellos en cuestiones de doctrina.
Se envió una carta circular a las Iglesias Bautistas Particulares en
Inglaterra y Gales, pidiendo a cada congregación que enviara
representantes a la reunión en Londres en 1677. Se aprobó y publicó una
declaración inspirada en la Confesión de Westminster. Desde entonces
lleva el nombre de Confesión de Londres de 1677. Debido a que este
documento fue desarrollado en las oscuras horas de opresión, fue lanzado
bajo el anonimato.
El prefacio de la publicación original de 1677 dice en parte: “Han
pasado ya muchos años1 desde que varios de nosotros... sentimos la
necesidad de publicar nuestra confesión de fe, para la información y
satisfacción de quienes no entendían cabalmente cuáles eran nuestros
principios, o que habían tenido prejuicios contra nuestra profesión...

1
Habían pasado 33 años desde que la Declaración de Londres anterior había
sido expedida (en 1644) por siete congregaciones bautistas en Londres. Aquel
documento había sido desarrollado para distinguir a las iglesias bautistas
reformadas (que siguieron la fe evangélica histórica de la Reforma), de los
anabautistas y los recientemente formados bautistas arminianos.

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“En vista de que en la actualidad esta confesión1 no está al
alcance de todos, y de que muchos otros también han aceptado la misma
verdad que contiene; juzgamos necesario juntarnos para dar un testimonio
al mundo de nuestra adherencia firme a estos sanos principios...
“Llegamos a la conclusión de que era necesario declararnos más
plena y decididamente... y no encontrando defecto en este sentido en la
adoptada por la Asamblea [de Westminster], y después de ella por los
congregacionalistas, llegamos a la conclusión que sería mejor retener el
mismo orden en nuestra presente declaración de confesión... mayormente
sin ninguna variación en los términos... haciendo uso de las mismas
palabras de ambos... Esto hicimos para... convencer a todos que no
tenemos ningún deseo de dificultar la religión con palabras nuevas, sino
de esa manera dar nuestro inmediato consentimiento a las palabras sanas
que han sido usadas por otros antes que nosotros... En aquellas cosas en
las que diferimos con otros, nos hemos expresado con toda candidez y
sencillez... Nuestro propósito dista de querer crear una polémica en todo
lo que hemos hecho en esta cuestión.”
Confesión de fe de Londres de 1689
William y Mary subieron al trono de Inglaterra en 1689. El 24 de
mayo de ese año se promulgó la Ley de Tolerancia. A los dos meses, varios
pastores londinenses pidieron una reunión general de bautistas
procedentes de Inglaterra y Gales. Se reunieron en Londres representantes
de ciento siete congregaciones desde el 3 al 12 de septiembre. Adoptaron
la Confesión de Londres de 1677 con algunas importantes correcciones.
Una de las razones del crecimiento de las congregaciones bautistas
eran las características particulares del movimiento. Los bautistas no
reconocían los sacramentos como tales, como los reconocían los
anglicanos y los católicos romanos. Creían en dos ordenanzas: la Cena del
Señor y el bautismo de los que profesaban ser creyentes. Los primeros
bautistas preferían ser bautizados por inmersión en “aguas vivas”; agua
que corría en un río o arroyo. En el gobierno eclesiástico bautista, la
congregación tenía completa autoridad. Podía llamar a su pastor y
despedirlo. No había obispos ni superintendentes en la estructura bautista.
Ningún grupo tenía poder gubernamental sobre otras congregacines
individuales.

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En resumen, las interpretaciones de fe cristiana evangélica tal
como las proclaman las Escrituras fueron presentadas en la Confesión de
Westminster en 1647. Se realizaron actualizaciones 1) para el gobierno
eclesiástico congregacional en la Declaración de Savoy en 1658 y 2) para
el bautismo del creyente en la (primera) Confesión de Londres de 1677.
El mensaje principal de la Confesión de Westminster fue
nuevamente preservada en la Confesión de fe de Londres de 1689, que
incorporó las revisiones menores tanto de la Declaración de Savoy y la
primera Confesión de Londres. La presente Confesión Bautista Fe de 1689
ha pasado la prueba del tiempo y ha llegado a ser una de las afirmaciones
más importantes de la fe evangélica en la historia de la iglesia. Es utilizada
en la actualidad por miles de congregaciones alrededor del mundo.

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CAPÍTULO 1
DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS
Párrafo 1. Las Sagradas Escrituras constituyen la única regla suficiente,
segura e infalible de todo conocimiento, fe y obediencia salvadores.¹
Aunque la luz de la naturaleza y las obras de la creación y de la providencia
manifiestan de tal manera la bondad, sabiduría y poder de Dios que dejan
a los hombres sin excusa², no obstante, no son suficientes para dar el
conocimiento de Dios y de su voluntad que es necesario para la salvación.³
Por lo tanto, agradó al Señor, en distintas épocas y de diversas maneras,
revelarse a sí mismo y declarar su voluntad a su iglesia;⁴ y posteriormente,
para preservar y propagar mejor la verdad y para un establecimiento y
consuelo más seguros de la iglesia contra la corrupción de la carne y la
malicia de Satanás y del mundo, le agradó poner por escrito esa revelación
en su totalidad, lo cual hace a las Santas Escrituras muy necesarias,⁵
habiendo cesado ya las maneras anteriores por las cuales Dios revelaba su
voluntad a su pueblo.⁶
¹2 Timoteo 3:15-17; Isaías 8:20; Lucas 16:29,31; Efesios 2:20
²Romanos 1:19-21, 32; Romanos 2:12a, 14, 15; Salmos 19:1-3
³Salmos 19:1-3 con vv. 7-11; Romanos 1:19-21; 2:12a, 14, 15 con 1:16, 17
y 3:21
⁴Hebreos 1:1, 2a
⁵Proverbios 22:19-21; Lucas 1:1-4; 2 Pedro 1:12-15; 3:1; Deuteronomio
17:18ss.; 31:9ss., 19ss.; 1 Corintios 15:1;2 Tesalonicenses 2:1,2,15; 3:17;
Romanos 1:8-15; Gálatas 4:20; 6:11; 1 Timoteo 3:14ss.; Apocalipsis 1:9,19;
2:1; Romanos 15:4; 2 Pedro 1:19-21
⁶Hebreos 1:1, 2a; Hechos 1:21, 22; 1 Corintios 9:1; 15:7, 8; Efesios 2:20

Párrafo 2. Bajo el nombre de Sagradas Escrituras o Palabra de Dios


escrita, están incluidos todos los libros del Antiguo y Nuevo Testamento,
que son:
DEL ANTIGUO TESTAMENTO:
Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Josué, Jueces, Rut, 1
Samuel, Samuel, 1 Reyes, 2 Reyes, 1 Crónicas, 2 Crónicas, Esdras,
Nehemías, Ester, Job, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar de los
Cantares, Isaías, Jeremías, Lamentaciones, Ezequiel, Daniel, Oseas, Joel,

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Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo,
Zacarías, Malaquías.
DEL NEUVO TESTAMENTO:
Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Los Hechos, Romanos, 1 Corintios, 2
Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 Tesalonicenses, 2
Tesalonicenses, 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito, Filemón, Hebreos, Santiago,
1 Pedro, 2 Pedro, 1 Juan, 2 Juan, 3 Juan, Judas, El Apocalipsis.
Todos ellos fueron dados por inspiración de Dios para ser la regla de fe y
de vida.⁷
⁷2 Timoteo 3:16 con 1 Timoteo 5:17, 18; 2 Pedro 3:16

Párrafo 3. Los libros comúnmente llamados Apócrifos, no siendo de


inspiración divina, no forman parte del canon o regla de la Escritura y, por
lo tanto, no tienen autoridad para la iglesia de Dios, ni deben aceptarse ni
usarse excepto de la misma manera que otros escritos humanos.⁸
⁸ Lucas 24:27, 44; Romanos 3:2

Párrafo 4. La autoridad de las Sagradas Escrituras, por la que debe ser


creída, no depende del testimonio de ningún hombre o iglesia,⁹ sino
enteramente de Dios (quien es la verdad misma), el autor de ella; por lo
tanto, debe ser recibida porque es la Palabra de Dios.¹⁰
⁹Lucas 16:27-31; Gálatas 1:8,9; Efesios 2:20
¹⁰2 Timoteo 3:15; Romanos 1:2; 3:2; Hechos 2:16; 4:25; Mateo 13:35;
Romanos 9:17; Gálatas 3:8; Romanos 15:4; 1 Corintios 10:11; Mateo 22:32;
Lucas 16:17; Mateo 22:41ss; Juan 10:35; Gálatas 3:16; Hechos 1:16; 2:24ss;
13:34,35; Juan 19:34-36; 19:24; Lucas 22:37; Mateo 26:54; Juan 13:18; 2
Timoteo 3:16; 2 Pedro 1:19-21; Mateo 5:17,18; 4:1-11

Párrafo 5. El testimonio de la iglesia de Dios puede movernos e inducirnos


a tener una alta y reverente estima por las Sagradas Escrituras;¹¹ y el
carácter celestial del contenido, la eficacia de la doctrina, la majestad del
estilo, la armonía de todas las partes, el fin que se propone alcanzar en todo
su conjunto (que es el de dar toda la gloria a Dios), la revelación completa
que dan del único camino de salvación para el hombre, y muchas otras
excelencias incomparables y la totalidad de perfecciones de las mismas,
son argumentos por los cuales dan abundante evidencia de ser la Palabra

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de Dios.¹² Sin embargo, nuestra plena persuasión y certeza de su verdad
infalible y su autoridad divina provienen de la obra interna del Espíritu
Santo, quien da testimonio en nuestros corazones por medio de la Palabra
y con ella.¹³
¹¹2 Timoteo 3:14,15
¹²Jeremías 23:28,29; Lucas 16:27-31; Juan 6:63; 1 Pedro 1:23-25; Hebreos
4:12,13; Deuteronomio 31:11-13; Juan 20:31; Gálatas 1:8,9; Marcos
16:15,16
¹³Mateo 16:17; 1 Corintios 2:14ss.; Juan 3:3; 1 Corintios 2:4,5; 1
Tesalonicenses 1:5,6; 1 Juan 2:20,21, con v. 27

Párrafo 6. Todo el consejo de Dios tocante a todas las cosas necesarias


para su propia gloria, la salvación del hombre, la fe y la vida, está
expresamente expuesto o necesariamente contenido en las Sagradas
Escrituras; a las cuales nada, en ningún momento, ha de añadirse, ni por
nueva revelación del Espíritu ni por las tradiciones de los hombres.¹⁴Sin
embargo, reconocemos que la iluminación interna del Espíritu de Dios es
necesaria para un entendimiento salvador de las cosas reveladas en la
Palabra,¹⁵ y que hay algunas circunstancias tocantes a la adoración de Dios
y al gobierno de la Iglesia, comunes a las acciones y sociedades humanas,
que han de determinarse conforme a la luz de la naturaleza y de la
prudencia cristiana, según las normas generales de la Palabra, que han de
guardarse siempre.¹⁶
¹⁴2 Timoteo 3:15-17; Deuteronomio 4:2; Hechos 20:20, 27; Salmos 19:7;
119:6, 9, 104, 128
¹⁵Juan 6:45; 1 Corintios 2:9-14
¹⁶1 Corintios 14:26, 40

Párrafo 7. No todas las cosas contenidas en las Escrituras son igualmente


claras en sí mismas¹⁷ ni son igualmente claras para todos;¹⁸ sin embargo,
las cosas que son necesarias saber, creer y guardar para salvación, se
proponen y exponen tan claramente en uno u otro lugar de las Escrituras
que no sólo los eruditos, sino los que no lo son, pueden adquirir un
entendimiento suficiente de tales cosas por el uso adecuado de los medios
ordinarios.¹⁹
¹⁷2 Pedro 3:16
¹⁸2 Timoteo 3:15-17

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¹⁹2 Timoteo 3:14-17; Salmos 19:7-8; 119:105; 2 Pedro 1:19; Proverbios
6:22,23; Deuteronomio 30:11-14

Párrafo 8. El Antiguo Testamento en hebreo (que era el idioma del pueblo


de Dios en la antigüedad),²⁰ y el Nuevo Testamento en griego (que en el
tiempo en que fue escrito era el idioma más generalmente conocido entre
las naciones), siendo inspirados inmediatamente por Dios y mantenidos
puros a lo largo de todos los tiempos por su especial cuidado y
providencia, son, por lo tanto, auténticos;²¹ de tal forma que, en toda
controversia religiosa, la iglesia debe recurrir a ellos como autoridad
determinante.²² Pero debido aque estos idiomas originales no son
conocidos por todo el pueblo de Dios, que tiene derecho a las Escrituras e
interés en las mismas, y se le manda leerlas16 y escudriñarlas²³ en el temor
de Dios, han de traducirse a la lengua común de toda nación a la que sean
llevadas,²⁴ para que morando abundantemente la Palabra de Dios en todos,
puedan adorarle de manera aceptable y para que, por la paciencia y
consolación de las Escrituras, tengan esperanza.²⁵
²⁰Romanos 3:2
²¹Mateo 5:18
²²Isaías 8:20; Hechos 15:15; 2 Timoteo 3:16,17; Juan 10:34-36
²³Deuteronomio 17:18-20; Proverbios 2:1-5; 8:34; Juan 5:39,46
²⁴1 Corintios 14:6, 9, 11, 12, 24, 28
²⁵Colosenses 3:16; Romanos 15:4

Párrafo 9. La regla infalible de interpretación de las Escrituras la


constituyen las propias Escrituras; y, por consiguiente, cuando surge una
duda respecto al verdadero y pleno sentido de cualquier pasaje bíblico (que
no es múltiple, sino único), éste se debe buscar en otros pasajes que se
expresen con más claridad.²⁶
²⁶Isaías 8:20; Juan 10:34-36; Hechos 15:15, 16

Párrafo 10. El juez supremo, por el que deben decidirse todas las
controversias religiosas, y por el que deben examinarse todos los decretos
de concilios, las opiniones de autores antiguos, las doctrinas de hombres y
espíritus particulares, y cuya sentencia debemos acatar, no puede ser otro
sino las Sagradas Escrituras entregadas por el Espíritu. A dichas Escrituras
así entregadas, se reduce nuestra fe en definitiva.²⁷
²⁷Mateo 22:29,31,32; Efesios 2:20; Hechos 28:23-25

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CAPÍTULO 2
DE DIOS Y DE LA SANTA TRINIDAD
Párrafo 1. El Señor nuestro Dios es un Dios único, vivo y verdadero;¹ cuya
subsistencia está en él mismo y es de él mismo, infinito en su ser y
perfección;² cuya esencia no puede ser comprendida por nadie sino por él
mismo;³ es espíritu purísimo, invisible, sin cuerpo, miembros o pasiones,
el único que tiene inmortalidad y que habita en luz inaccesible;⁴ es
inmutable, inmenso, eterno, inescrutable, todopoderoso, infinito en todos
los sentidos, santísimo, sapientísimo, libérrimo, absoluto;⁵ que hace todas
las cosas según el consejo de su inmutable y justísima voluntad, para su
propia gloria;⁶ es amantísimo, benigno, misericordioso, longánimo,
abundante en bondad y verdad, perdonando la iniquidad, la transgresión y
el pecado;⁷ galardonador de los que le buscan con diligencia, y sobre todo,
justísimo y terrible en sus juicios, que odia todo pecado y que de ninguna
manera dará por inocente al culpable.⁸
¹Deuteronomio 6:4; Jeremías 10:10; 1 Corintios 8:4,6; 1 Tesalonicenses 1:9
²Isaías 48:12
³Éxodo 3:14; Job 11:7, 8; 26:14; Salmos 145:3; Romanos 11:33, 34
⁴Juan 4:24; 1 Timoteo 1:17; Deuteronomio 4:15, 16; Lucas 24:39; Hechos
14:11, 15; Santiago 5:17
⁵Malaquías 3:6; Santiago 1:17; 1 Reyes 8:27; Jeremías 23:23, 24; Salmos
90:2; 1 Timoteo 1:17; Génesis 17:1; Apocalipsis 4:8; Isaías 6:3; Romanos
16:27; Salmos 115:3; Éxodo 3:14
⁶Efesios 1:11; Isaías 46:10; Proverbios 16:4; Romanos 11:36
⁷Éxodo 34:6, 7; 1 Juan 4:8
⁸Hebreos 11:6; Nehemías 9:32, 33; Salmos 5:5,6; Nahúm 1:2, 3; Éxodo 34:7

Párrafo 2. Teniendo Dios en sí mismo y por sí mismo toda vida, gloria,


bondad y bienaventuranza, es todo suficiente en sí mismo y respecto a sí
mismo, no teniendo necesidad de ninguna de las criaturas que ha hecho,
ni derivando ninguna gloria de ellas, sino que solamente manifiesta su
propia gloria en ellas, por ellas, hacia ellas y sobre ellas;⁹ él es la única
fuente de todo ser, de quien, por quien y para quien son todas las cosas,
teniendo sobre todas las criaturas el más soberano dominio para hacer
mediante ellas, para ellas y sobre ellas todo lo que le agrade;¹⁰ todas las
cosas están desnudas y abiertas a sus ojos; su conocimiento es infinito,
infalible e independiente de la criatura, de modo que para él no hay
ninguna cosa contingente o incierta.¹¹ Es santísimo en todos sus consejos,

14
en todas sus obras y en todos sus mandatos;¹² a él se le debe, por parte de
los ángeles y los hombres, toda adoración, todo servicio u obediencia que
como criaturas deben al Creador, y cualquier cosa adicional que a él le
placiera demandar de ellos.¹³
⁹Juan 5:26; Hechos 7:2; Salmos 148:13; 119:68; 1 Timoteo 6:15; Job 22:2,
3; Hechos 17:24, 25
¹⁰Apocalipsis 4:11; 1 Timoteo 6:15; Romanos 11:34-36; Daniel 4:25, 34, 35
¹¹Hebreos 4:13; Romanos 11:33, 34; Salmos 147:5; Hechos 15:18; Ezequiel
11:5
¹²Salmos 145:17; Romanos 7:12
¹³Apocalipsis 5:12-14

Párrafo 3. En este Ser divino e infinito hay tres subsistencias, el Padre, el


Verbo o Hijo y el Espíritu Santo, 1 de una sustancia, un poder y una
eternidad, teniendo cada uno toda la esencia divina, pero la esencia
indivisa:2 el Padre no es de nadie, ni por generación ni por procesión; el
Hijo es engendrado eternamente del Padre, y el Espíritu Santo procede del
Padre y del Hijo;3 todos ellos son infinitos, sin principio y, por tanto, son
un solo Dios, que no ha de ser dividido en naturaleza y ser, sino distinguido
por varias propiedades relativas peculiares y relaciones personales; dicha
doctrina de la Trinidad es el fundamento de toda nuestra comunión con
Dios y nuestra consoladora dependencia de él.
¹⁴Mateo 3:16, 17; 28:19; 2 Corintios 13:14.
¹⁵Éxodo 3:14; Juan14:11; 1 Corintios 8:6
¹⁶Proverbios 8:22-31; Juan 1:1-3, 14, 18; 3:16; Santiago10:36; 15:26; 16:28;
Hebreos 1:2; 1 Juan 4:14; Gálatas 4:4-6

CAPÍTULO 3
DEL DECRETO DE DIOS
Párrafo 1. Dios, desde toda la eternidad, por el sapientísimo y santísimo
consejo de su propia voluntad, ha decretado en sí mismo, libre e
inalterablemente,¹ todas las cosas, todo lo que sucede;² sin embargo, de tal
manera que por ello Dios ni es autor del pecado ni tiene comunión con
nadie en el mismo;³ ni se hace violencia a la voluntad de la criatura, ni se
quita la libertad o contingencia de las causas secundarias, sino que más

15
bien las establece;⁴ en lo cual se manifiesta su sabiduría en disponer todas
las cosas, y su poder y fidelidad en llevar a cabo sus decretos.⁵
¹Proverbios 19:21; Isaías 14:24-27; 46:10, 11; Salmos 115:3; 135:6;
Romanos 9:19
²Daniel 4:34, 35; Romanos 8:28; 11:36; Efesios 1:11
³Génesis 18:25; Santiago 1:13; 1 Juan 1:5
⁴Génesis 50:20; 2 Samuel 24:1; Isaías 10:5-7; Mateo 17:12; Juan 19:11;
Hechos 2:23; 4:27, 28
⁵Números 23:19; Efesios 1:3-5

Párrafo 2. Aunque Dios sabe todo lo que pudiera o puede pasar en todas
las condiciones que se puedan suponer,⁶ sin embargo nada ha decretado
porque lo previera como futuro o como aquello que había de suceder en
dichas condiciones.⁷
⁶1 Samuel 23:11, 12; Mateo 11:21, 23; Hechos 15:18
⁷ Isaías 40:13, 14; Romanos 9:11-18; 11:34; 1 Corintios 2:16

Párrafo 3. Por el decreto de Dios, para la manifestación de su gloria,


algunos hombres y ángeles son predestinados, o preordenados, a vida
eterna por medio de Jesucristo, para alabanza de la gloria de su gracia;⁸ a
otros se les deja actuar en su pecado para su justa condenación, para
alabanza de la gloria de su justicia.⁹
⁸1 Timoteo 5:21; Mateo 25:34; Efesios 1:5, 6
⁹Romanos 9:6-24; 1 Pedro 2:8-10; Judas 4

Párrafo 4. Estos ángeles y hombres así predestinados y preordenados están


designados particular e inalterablemente, y su número es tan cierto y
definido que no se puede aumentar ni disminuir.¹⁰
¹⁰Mateo 22:1-14; Juan 13:18; Romanos 11:5, 6; 1 Corintios 7:20-22; 2
Timoteo 2:19

Párrafo 5. A los humanos que están predestinados para vida, Dios (antes
de la fundación del mundo, según su propósito eterno e inmutable y el
consejo secreto y beneplácito de su voluntad) los ha escogido en Cristo
para gloria eterna, meramente por su libre gracia y amor,¹¹sin que ninguna
otra cosa en la criatura, como condición o causa, le moviera a ello.¹²

16
¹¹Romanos 8:30; Efesios 1:4-6,9; 2 Timoteo 1:9
¹²Romanos 9:11-16; 11:5, 6

Párrafo 6. Así como Dios ha designado a los escogidos para la gloria, de


la misma manera, por el propósito eterno y libérrimo de su voluntad, ha
preordenado todos los medios para ello;¹³ por lo tanto, los que son
escogidos, habiendo caído en Adán, son redimidos por Cristo,¹⁴
eficazmente llamados a la fe en Cristo por su Espíritu obrando a su debido
tiempo, son justificados, adoptados, santificados¹⁵ y guardados por su
poder, mediante la fe, para salvación;¹⁶ nadie más es redimido por Cristo,
o eficazmente llamado, justificado, adoptado, santificado y salvado, sino
solamente los escogidos.¹⁷
¹³1 Pedro 1:2; 2 Tesalonicenses 2:13; Efesios 1:4; 2:10
¹⁴1 Tesalonicenses 5:9,10; Tito 2:14
¹⁵Romanos 8:30; Efesios 1:5; 2 Tesalonicenses 2:13
¹⁶1 Pedro 1:5
¹⁷ Juan 6:64, 65; 8:47; 10:26; 17:9; Romanos 8:28; 1 Juan 2:19

Párrafo 7. La doctrina del profundo misterio de la predestinación debe


tratarse con especial prudencia y cuidado,¹⁸ para que los hombres, al
ocuparse de la voluntad de Dios revelada en su Palabra y, al obedecerla,
puedan, por la certidumbre de su llamamiento eficaz, estar seguros de su
elección eterna;¹⁹ de este modo, esta doctrina proporcionará motivo de
alabanza, reverencia y admiración a Dios,²⁰ y de humildad,²¹ diligencia²² y
abundante consuelo²³ a todos los que sinceramente obedecen al evangelio.
¹⁸Deuteronomio 29:29; Romanos 9:20; 11:33
¹⁹1 Tesalonicenses 1:4, 5; 2 Pedro 1:10
²⁰ Efesios 1:6; Romanos 11:33
²¹Romanos 11:5, 6, 20; Colosenses 3:12
²²2 Pedro 1:10
²³Lucas 10:20

CAPÍTULO 4
DE LA CREACIÓN
Párrafo 1. En el principio agradó a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo,¹
para la manifestación de la gloria de su poder, sabiduría y bondad eternos,²

17
crear o hacer el mundo y todas las cosas que en él hay, ya sean visibles o
invisibles,³ en el lapso de seis días,⁴ y todas muy buenas.⁵
¹Hebreos 1:2; Juan 1:2, 3; Génesis 1:2; Job 26:13; 33:4
²Romanos 1:20; Jeremías 10:12; Salmos 104:24; 33:5, 6; Proverbios 3:19;
Hechos 14:15, 16
³Génesis 1:1; Juan 1:2; Colosenses 1:16
⁴Génesis 2:1-3; Éxodo 20:8-11
⁵Génesis 1:31; Eclesiastés 7:29; Romanos 5:12

Párrafo 2. Después que Dios hubo creado todas las demás criaturas, creó
al hombre, varón y hembra, con almas racionales e inmortales, haciéndolos
aptos para la vida con Dios para la cual fueron creados;⁶ siendo hechos a
imagen de Dios, en conocimiento, justicia y santidad de la verdad;⁷
teniendo la ley de Dios escrita en sus corazones, y el poder para cumplirla
y, sin embargo, con la posibilidad de transgredirla, por haber sido dejados
a la libertad de su propia voluntad, que era mutable.⁸
⁶Génesis 1:27; 2:7; Santiago 2:26; Mateo 10:28; Eclesiastés 12:7
⁷Génesis 1:26,27; 5:1-3; 9:6; Eclesiastés 7:29; 1 Corintios 11:7; Santiago
3:9; Colosenses 3:10; Efesios 4:24
⁸Romanos 1:32; 2:12a,14,15; Génesis 3:6; Eclesiastés 7:29; Romanos 5:12

Párrafo 3. Además de la ley escrita en sus corazones, recibieron un


mandato de no comer del árbol del conocimiento del bien y del mal; y,
mientras lo guardaron, fueron felices en su comunión con Dios y tuvieron
dominio sobre las criaturas.⁹
⁹Génesis 1:26, 28; 2:17

CAPÍTULO 5
DE LA DIVINA PROVIDENCIA
Párrafo 1. Dios, el buen Creador de todo,¹ en su infinito poder y sabiduría,²
sostiene, dirige, dispone y gobierna³ a todas las criaturas y cosas, desde la
mayor hasta la más pequeña,⁴ por su sapientísima y santísima
providencia,⁵ con el fin para el cual fueron creadas,⁶ según su presciencia
infalible, y el libre e inmutable consejo de su propia voluntad;⁷ para

18
alabanza de la gloria de su sabiduría, poder, justicia, infinita bondad y
misericordia.⁸
¹Génesis 1:31; 2:18; Salmos 119:68
²Salmos 145:11; Proverbios 3:19; Salmos 66:7
³Hebreos 1:3; Isaías 46:10,11; Daniel 4:34,35; Salmos 135:6; Hechos 17:25-
28; Job 38-41
⁴Mateo 10:29-31
⁵Proverbios 15:3; Salmos 104:24; 145:17
⁶ Colosenses 1:16,17; Hechos 17:24-28
⁷Salmos 33:10,11; Efesios 1:11
⁸Isaías 63:14; Efesios 3:10; Romanos 9:17; Génesis 45:7; Salmos 145:7

Párrafo 2. Aunque en relación con la presciencia y el decreto de Dios, la


causa primera, todas las cosas suceden inmutable e infaliblemente, de
modo que nada ocurre a nadie por azar o sin su providencia;⁹ sin embargo,
por la misma providencia, las ordena de manera que ocurran según la
naturaleza de las causas secundarias, ya sea necesaria, libre o
contingentemente.¹⁰
⁹Hechos 2:23; Proverbios 16:33
¹⁰Génesis 8:22; Jeremías 31:35; Éxodo 21:13; Deuteronomio 19:5; Isaías
10:6,7; Lucas 13;3,5; Hechos 27:31; Mateo 5:20,21; Filipenses 1:19;
Proverbios 20:18; Lucas 14:25ss.; Proverbios 21:31; 1 Reyes 22:28,34; Rut
2:3

Párrafo 3. Dios, en su providencia ordinaria, hace uso de medios;¹¹ sin


embargo, tiene la libertad de obrar sin ellos,¹² por encima de ellos¹³ y
contra ellos,¹⁴ según le plazca.
¹¹Hechos 27:22,31,44; Isaías 55:10,11; Oseas 2:21,22
¹²Oseas 1:7; Lucas 1:34,35
¹³Romanos 4:19-21
¹⁴Éxodo 3:2,3; 2 Reyes 6:6; Daniel 3:27

Párrafo 4. El poder omnipotente, la sabiduría inescrutable y la bondad


infinita de Dios se manifiestan en su providencia hasta tal punto que su
consejo determinante se extiende aun hasta la primera Caída y a todas las
demás acciones pecaminosas, tanto de los ángeles como de los hombres¹⁵
(y eso no por un mero permiso), las cuales sapientísima y poderosamente
limita, y asimismo ordena y gobierna de múltiples maneras para sus
santísimos fines;¹⁶ sin embargo, de tal modo que la pecaminosidad de las

19
acciones de ellos procede sólo de las criaturas, y no de Dios, quien siendo
justísimo y santísimo, no es, ni puede ser, autor del pecado ni aprobarlo.¹⁷
¹⁵Romanos 11:32-34; 2 Samuel 24:1; 1 Crónicas 21:1; 1 Reyes 22:22,23; 2
Samuel 16:10; Hechos 2:23; 4:27,28
¹⁶Hechos 14:16; 2 Reyes 19:28; Génesis 50:20; Isaías 10:6,7,12
¹⁷Santiago :13,14,17; 1 Juan 2:16; Salmos 50:21

Párrafo 5. El Dios sapientísimo, justísimo y clementísimo a menudo deja


por algún tiempo a sus propios hijos en diversas tentaciones y en las
corrupciones de sus propios corazones, a fin de disciplinarlos por sus
pecados anteriores o para revelarles la fuerza oculta de la corrupción y del
engaño de sus corazones, para que sean humillados; y para llevarlos a una
dependencia de él más íntima y constante para su apoyo en él; y para
hacerlos más vigilantes contra todas las ocasiones futuras de pecado, y
para otros fines santos y justos.¹⁸ Por consiguiente, todo lo que ocurre a
cualquiera de sus escogidos es por su designio, para su gloria y para el bien
de ellos.¹⁹
¹⁸2 Crónicas 32:25,26,31; 2 Samuel 24:1; Lucas 22:34,35; Marcos 14:66-72;
Juan 21:15-17
¹⁹Romanos 8:28

Párrafo 6. En cuanto a aquellos hombres malvados e impíos a quienes


Dios, como juez justo, ciega y endurece a causa de su pecado anterior,²⁰
no sólo les niega su gracia, por la cual podría haber iluminado su
entendimiento y obrado en sus corazones,²¹ sino que también algunas
veces les retira los dones que tenían,²² y los deja expuestos a las cosas que
su corrupción convierte en ocasión de pecado;²³ y, a la vez, los entrega a
sus propias concupiscencias, a las tentaciones del mundo y al poder de
Satanás,²⁴ por lo cual sucede que se endurecen bajo los mismos medios
que Dios emplea para ablandar a otros.²⁵
²⁰Romanos 1:24-26,28; 11:7,8
²¹Deuteronomio 29:4
²²Mateo 13:12; 25:29
²³Deuteronomio 2:30; 2 Reyes 8:12,13
²⁴Salmos 81:11,12; 2 Tesalonicenses 2:10-12
²⁵Éxodo 7:3; 8:15,32; 2 Corintios 2:15,16; Isaías 6:9,10; 8:14; 1 Pedro 2:7;
Hechos 28:26,27; Juan 12:39,40

20
Párrafo 7. Del mismo modo que la providencia de Dios alcanza en general
a todas las criaturas, así también de un modo más especial cuida de su
iglesia y dispone todas las cosas para el bien de la misma.²⁶
²⁶Proverbios 2:7,8; Amós 9:8,9; 1 Timoteo 4:10; Romanos 8:28; Efesios
1:11,22; 3:10,11,21; Isaías 43:3-5,14

CAPÍTULO 6
DE LA CAÍDA DEL HOMBRE, DEL PECADO Y SU CASTIGO
Párrafo 1. A pesar de que Dios creó al hombre recto y perfecto, y le dio
una ley justa, que hubiera sido para vida si la hubiera guardado, y amenazó
con la muerte su transgresión, el hombre no la honró por mucho tiempo,¹
usando Satanás la sutileza de la serpiente para subyugar a Eva y luego a
través de ella seduciendo a Adán, quien sin ninguna coacción,
deliberadamente transgredió la ley bajo la cual habían sido creados y
también el mandato que les había sido dado, al comer del fruto prohibido,²
lo cual agradó a Dios permitir, conforme a su sabio y santo consejo,
habiéndolo ordenado con el propósito de que fuera para su propia gloria.³
¹Eclesiastés 7:29; Romanos 5:12a, 14,15; Génesis 2:17; 4:25-5:3
²Génesis 3:1-7; 2 Corintios 11:3; 1 Timoteo 2:14
³Romanos 11:32-34; 2 Samuel 24:1; 1 Crónicas 21:1; 1 Reyes 22:22,23; 2
Samuel 16:10; Hechos 2:23; 4:27,28

Párrafo 2. Por este pecado, nuestros primeros padres cayeron de su justicia


y rectitud original y de su comunión con Dios, y nosotros en ellos, por lo
que la muerte sobrevino a todos;⁴ viniendo a estar todos los hombres
muertos en pecado, y totalmente corrompidos en todas las facultades y
partes del alma y del cuerpo.⁵
⁴Génesis 3:22-24; Romanos 5:12ss.; 1 Corintios 15:20-22; Salmos 51:4,5;
58:3; Efesios 2:1-3; Génesis 8:21; Proverbios 22:15
⁵Génesis 2:17; Efesios 2:1; Tito 1:15; Génesis 6:5; Jeremías 17:9; Romanos
3:10-18; 1:21; Efesios 4:17-19; Juan 5:40; Romanos 8:7

Párrafo 3. Siendo ellos la raíz de la raza humana, y estando por designio


de Dios en lugar de toda la humanidad, la culpa del pecado fue imputada
y la naturaleza corrompida transmitida a toda la posteridad que descendió

21
de ellos mediante generación ordinaria, siendo ahora concebidos en
pecado, y por naturaleza hijos de ira, siervos del pecado, sujetos a la
muerte y a todas las demás desgracias–espirituales, temporales y eternas–
a no ser que el Señor Jesús los libere.⁶
⁶Romanos 5:12ss.; 1 Corintios 15:20-22; Salmos 51:4,5; 58:3; Efesios 2:1-
3; Génesis 8:21; Proverbios 22:15; Job 14:4; 15:14

Párrafo 4. De esta corrupción original, por la cual estamos completamente


indispuestos, incapacitados y opuestos a todo bien y enteramente
inclinados a todo mal,⁷ proceden en sí todas las transgresiones.⁸
⁷Mateo 7:17,18; 12:33-35; Lucas 6:43-45; Juan 3:3,5; 6:37,39,40,44,45,65;
Romanos 3:10-12; 5:6; 7:18; 8:7,8; 1 Corintios 2:14
⁸Mateo 7:17-20; 12:33-35; 15:18-20

Párrafo 5. La corrupción de la naturaleza permanece durante esta vida en


los que son regenerados;⁹ y, aunque aquella sea perdonada y mortificada
por medio de Cristo, ella misma y sus primeros impulsos son verdadera y
propiamente pecado.¹⁰
⁹1 Juan 1:8-10; 1 Reyes 8:46; Salmos 130:3; 143:2; Proverbios 20:9;
Eclesiastés 7:20; Romanos 7:14-25; Santiago 3:2
¹⁰Salmos 51:4,5; Proverbios 22:15; Efesios 2:3; Romanos 7:5,7,8,17,18,25;
8:3-13; Gálatas 5:17-24; Proverbios 15:26; 21:4; Génesis 8:21; Mateo
5:27,28

CAPÍTULO 7
DEL PACTO DE DIOS
Párrafo 1. La distancia entre Dios y la criatura es tan grande que aun
cuando las criaturas racionales le deben obediencia como su Creador, éstas
nunca podrían haber logrado la recompensa de la vida a no ser por alguna
condescendencia voluntaria por parte de Dios, que a él le ha placido
expresar en forma de pacto.¹
¹Job 35:7,8; Salmos 113:5,6; Isaías 40:13-16; Lucas 17:5-10; Hechos
17:24,25

22
Párrafo 2. Además, habiéndose el hombre acarreado la maldición de la ley
por su Caída, agradó al Señor hacer un pacto de gracia,² en el que
gratuitamente ofrece a los pecadores vida y salvación por Jesucristo,
requiriéndoles la fe en él para que puedan ser salvos,³ y prometiendo dar
su Espíritu Santo a todos aquellos que son ordenados para vida eterna, a
fin de darles disposición y capacidad para creer.⁴
²Génesis 3:15; Salmos 110:4 (con Hebreos 7:18-22; 10:12-18); Efesios 2:12
(con Romanos 4:13-17 y Gálatas 3:18-22); Hebreos 9:15
³2. Juan 3:16; Romanos 10:6,9; Gálatas 3:11
⁴Ezequiel 36:26,27; Juan 6:44,45

Párrafo 3. Este pacto se revela en el evangelio; en primer lugar, a Adán


en la promesa de salvación a través de la simiente de la mujer, y luego
mediante pasos adicionales hasta completarse su plena revelación en el
Nuevo Testamento;⁵ y tiene su fundamento en aquella transacción federal
y eterna que hubo entre el Padre y el Hijo acerca de la redención de los
escogidos;⁶y es únicamente a través de la gracia de este pacto como todos
los descendientes del Adán caído que son salvados obtienen vida y bendita
inmortalidad, siendo el hombre ahora totalmente incapaz de ser aceptado
por Dios bajo aquellas condiciones en las que estuvo Adán en su estado de
inocencia.⁷
⁵Génesis 3:15; Romanos 16:25-27; Efesios 3:5; Tito 1:2; Hebreos 1:1,2
⁶Salmos 110:4; Efesios 1:3-11; 2 Timoteo 1:9
⁷Juan 8:56; Romanos 4:1-25; Gálatas 3:18-22; Hebreos 11:6,13,39,40

CAPÍTULO 8
DE CRISTO EL MEDIADOR
Párrafo 1. Agradó a Dios,¹ en su propósito eterno,² escoger y ordenar al
Señor Jesús, su Hijo unigénito, conforme al pacto hecho entre ambos,³ para
que fuera el mediador entre Dios y el hombre; profeta, sacerdote, y rey;
cabeza y Salvador de la iglesia, el heredero de
todas las cosas y juez del mundo;⁴ a quien dio, desde toda la eternidad, un
pueblo para que fuera su simiente y para que a su tiempo lo redimiera,
llamara, justificara, santificara y glorificara.⁵

23
¹Isaías 42:1; Juan 3:16. 2. 1 Pedro 1:19. 3. Salmos 110:4; Hebreos 7:21,22
²1 Pedro 1:19
³Salmos 110:4; Hebreos 7:21,22
⁴1 Timoteo 2:5; Hechos 3:22; Hebreos 5:5,6; Salmos 2:6; Lucas 1:33;
Efesios 1:22,23; 5:23; Hebreos 1:2; Hechos 17:31
⁵Romanos 8:30; Juan 17:6; Isaías 53:10; Salmos 22:30; 1 Timoteo 2:6; Isaías
55:4,5; 1 Corintios 1:30

Párrafo 2. El Hijo de Dios, la segunda persona en la Santa Trinidad, siendo


Dios verdadero y eterno, el resplandor de la gloria del Padre, consustancial
con aquel e igual a él, que hizo el mundo, y quien sostiene y gobierna todas
las cosas que ha hecho,⁶ cuando llegó la plenitud del tiempo,⁷ tomó sobre
sí la naturaleza del hombre, con todas sus propiedades esenciales⁸ y con
sus debilidades concomitantes,⁹ aunque sin pecado;¹⁰ siendo concebido
por el Espíritu Santo en el vientre de la virgen María, al venir sobre ella el
Espíritu Santo y cubrirla el Altísimo con su sombra; y así fue hecho de una
mujer de la tribu de Judá, de la simiente de Abraham y David según las
Escrituras;¹¹ de manera que, dos naturalezas completas, perfectas y
distintas se unieron inseparablemente en una persona, pero sin conversión,
composición o confusión alguna. Esta persona es verdaderamente Dios¹²
y verdaderamente hombre,¹³ aunque un solo Cristo, el único mediador
entre Dios y el hombre.¹⁴
⁶ Juan 8:58; Joel 2:32 con Romanos 10:13; Salmos 102:25 con Hebreos 1:10;
1 Pedro 2:3 con Salmos 34:8; Isaías 8:12,13 con 3:15; Juan 1:1; 5:18; 20:28;
Romanos 9:5; Tito 2:13; Hebreos 1:8,9; Filipenses 2:5,6; 2Pedro 1:1; 1 Juan
5:20
⁷Gálatas 4:4
⁸Hebreos 10:5; Marcos 14:8; Mateo 26:12,26; Lucas 7:44-46; Juan 13:23;
Mateo 9:10-13; 11:19; Lucas 22:44; Hebreos 2:10; 5:8; 1 Pedro 3:18; 4:1;
Juan 19:32-35; Mateo 26:36-44; Santiago 2:26; Juan 19:30; Lucas 23:46;
Mateo 26:39; 9:36; Marcos 3:5; 10:14; Juan 11:35; Lucas 19:41-44; 10:21;
Mateo 4:1-11; Hebreos 4:15 con Santiago 1:13; Lucas 5:16; 6:12; 9:18,28;
2:40,52; Hebreos 5:8,9
⁹Mateo 4:2; Marcos 11:12; Mateo 21:18; Juan 4:7; 19:28; 4:6; Mateo 8:24;
Romanos 8:3; Hebreos 5:8; 2:10,18; Gálatas 4:4
¹⁰Isaías 53:9; Lucas 1:35; Juan 8:46; 14:30; Romanos 8:3; 2 Corintios 5:21;
Hebreos 4:15; 7:26; 9:14; 1 Pedro 1:19; 2:22; 1 Juan 3:5
¹¹Romanos 1:3,4; 9:5
¹²Juan 8:58; Joel 2:32 con Romanos 10:13; Salmos 102:25 con Hebreos
1:10; 1 Pedro 2:3 con Salmos 34:8; Isaías 8:12,13 con 3:15; Juan 1:1; 5:18;

24
20:28; Romanos 9:5; Tito 2:13; Hebreos 1:8,9; Filipenses 2:5,6; 2 Pedro 1:1;
1 Juan 5:20
¹³Hechos 2:22; 13:38; 17:31; 1 Corintios 15:21; 1 Timoteo 2:5
¹⁴Romanos 1:3,4; Gálatas 4:4,5; Filipenses 2:5-11

Párrafo 3. El Señor Jesús, en su naturaleza humana así unida a la divina,


en la persona del Hijo, fue santificado y ungido con el Espíritu Santo sin
medida, teniendo en sí todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento,
en quien agradó al Padre que habitase toda plenitud, a fin de que siendo
santo, inocente y sin mancha, y lleno de gracia y de verdad, fuese
completamente apto para desempeñar el oficio de mediador y fiador;¹⁵ el
cual no tomó por sí mismo, sino que fue llamado para el mismo por su
Padre, quien también puso en sus manos todo poder y juicio, y le ordenó
que lo cumpliera.¹⁶
¹⁵Salmos 45:7; Colosenses 1:19; 2:3; Hebreos 7:26; Juan 1:14; Hechos
10:38; Hebreos 7:22
¹⁶Hebreos 5:5; Juan 5:22,27; Mateo 28:18; Hechos 2:36

Párrafo 4. El Señor Jesús asumió de muy buena voluntad este oficio,¹⁷ y


para desempeñarlo, nació bajo la ley,¹⁸ la cumplió perfectamente y sufrió
el castigo que nos correspondía a nosotros, el cual deberíamos haber
llevado y sufrido,¹⁹ siendo hecho pecado y maldición por nosotros;²⁰
soportando las más terribles aflicciones en su alma y los más dolorosos
sufrimientos en su cuerpo;²¹ fue crucificado y murió, y permaneció en el
estado de los muertos, aunque sin ver corrupción.²² Al tercer día resucitó
de entre los muertos con el mismo cuerpo en que sufrió,²³ con el cual
también ascendió al cielo,²⁴ y allí está sentado a la diestra de su Padre
intercediendo,²⁵ y regresará para juzgar a los hombres y a los ángeles al
final del mundo.²⁶
¹⁷Salmos 40:7,8 con Hebreos 10:5-10; Juan 10:18; Filipenses 2:8
¹⁸Gálatas 4:4
¹⁹Mateo 3:15; 5:17
²⁰Mateo 26:37,38; Lucas 22:44; Mateo 27:46
²¹Mateo 26-27
²²Filipenses 2:8; Hechos 13:37
²³Juan 20:25,27
²⁴Hechos 1:9-11
²⁵Romanos 8:34; Hebreos 9:24

25
²⁶Hechos 10:42; Romanos 14:9,10; Hechos 1:11; Mateo 13:40-42; 2 Pedro
2:4; Judas 6

Párrafo 5. El Señor Jesús, por su perfecta obediencia y el sacrificio de sí


mismo²⁷ que ofreció a Dios una sola vez a través del Espíritu eterno,²⁸ ha
satisfecho plenamente la justicia de Dios,²⁹ ha conseguido la
reconciliación³⁰ y ha comprado una herencia eterna en el reino de los
cielos³¹ para todos aquellos que el Padre le ha dado.³²
²⁷Romanos 5:19; Efesios 5:2
²⁸Hebreos 9:14,16; 10:10,14
²⁹Romanos 3:25,26; Hebreos 2:17; 1 Juan 2:2; 4:10
³⁰2 Corintios 5:18,19; Colosenses 1:20-23
³¹Hebreos 9:15; Apocalipsis 5:9,10
³²Juan 17:2

Párrafo 6. Aun cuando el precio de la redención no fue realmente pagado


por Cristo hasta después de su encarnación, sin embargo la virtud, la
eficacia y los beneficios de la misma fueron comunicados a los escogidos
en todas las épocas desde el principio del mundo,³³ en las promesas, tipos
y sacrificios y por medio de los mismos, en los cuales fue revelado y
señalado como la simiente que heriría la cabeza de la serpiente,³⁴ y como
el Cordero inmolado desde la fundación del mundo,³⁵ siendo el mismo
ayer, hoy y por los siglos.³⁶
³³Gálatas 4:4,5; Romanos 4:1-9
³⁴Génesis 3:15; 1 Pedro 1:10,11
³⁵Apocalipsis 13:8
³⁶Hebreos 13:8

Párrafo 7. Cristo, en la obra de mediación, actúa conforme a ambas


naturalezas, haciendo por medio de cada naturaleza lo que es propio de
ella; aunque, por razón de la unidad de la persona, lo que es propio de una
naturaleza algunas veces se le atribuye en las Escrituras a la persona
denominada por la otra naturaleza.³⁷
³⁷Juan 3:13; Hechos 20:28

Párrafo 8. A todos aquellos para quienes Cristo ha obtenido redención


eterna, cierta y eficazmente les aplica y comunica la misma,³⁸ haciendo
intercesión por ellos,³⁹ uniéndoles a sí mismo por su Espíritu,⁴⁰
revelándoles en la Palabra y por medio de ella el misterio de la salvación,⁴¹

26
persuadiéndoles a creer y obedecer,⁴² gobernando sus corazones por su
Palabra y Espíritu,⁴³ y venciendo a todos sus enemigos por su omnipotente
poder y sabiduría,⁴⁴ de manera y en formas que más coincidan con su
maravillosa e inescrutable dispensación;⁴⁵ y todo por su gracia libre y
absoluta, sin prever ninguna condición en ellos para granjearla.⁴⁶

³⁸Juan 6:37,39; 10:15,16; 17:9


³⁹1 Juan 2:1,2; Romanos 8:34
⁴⁰Romanos 8:1,2
⁴¹ Juan 15:13,15; 17:6; Efesios 1:7-9
⁴²1 Juan 5:20
⁴³Juan 14:16; Hebreos 12:2; Romanos 8:9,14; 2 Corintios 4:13; Romanos
15:18,19; Juan 17:17
⁴⁴Salmos 110:1; 1 Corintios 15:25,26; Colosenses 2:15
⁴⁵Efesios 1:9-11
⁴⁶1 Juan 3:8; Efesios 1:8

Párrafo 9. Este oficio de mediador entre Dios y el hombre es propio sólo


de Cristo, quien es el Profeta, Sacerdote y Rey de la iglesia de Dios; y no
puede, ni parcial ni totalmente, ser transferido de él a ningún otro.⁴⁷
⁴⁷1 Timoteo 2:5

Párrafo 10. Esta cantidad y orden de oficios son necesarios; pues, por
nuestra ignorancia, tenemos necesidad de su oficio profético;⁴⁸ y por
nuestra separación de Dios y la imperfección del mejor de nuestros
servicios, necesitamos su oficio sacerdotal para reconciliarnos con Dios y
presentarnos aceptos para con él;⁴⁹ y por nuestra falta de disposición y total
incapacidad para volver a Dios y para rescatarnos a nosotros mismos y
protegernos de nuestros adversarios espirituales, necesitamos su oficio
real para convencernos, subyugarnos, atraernos, sostenernos, librarnos y
preservarnos para su reino celestial.⁵⁰
⁴⁸Juan 1:18
⁴⁹Colosenses 1:21; Gálatas 5:17; Hebreos 10:19-21
⁵⁰Juan 16:8; Salmos 110:3; Lucas 1:74,75

27
CAPÍTULO 9
DEL LIBRE ALBEDRÍO
Párrafo 1. Dios ha dotado la voluntad del hombre de una libertad natural
y de poder para actuar por elección propia, que no es forzada ni
determinada a hacer bien o mal por ninguna necesidad de la naturaleza.¹
¹Mateo 17:12; Santiago 1:14; Deuteronomio 30:19

Párrafo 2. El hombre, en su estado de inocencia, tenía libertad y poder


para querer y hacer lo que era bueno y agradable a Dios,² pero era inestable
y podía caer de dicho estado.³
²Eclesiastés 7:29
³Génesis 3:6

Párrafo 3. El hombre, por su Caída en un estado de pecado, ha perdido


completamente toda capacidad para querer cualquier bien espiritual que
acompañe a la salvación; por consiguiente, como hombre natural que está
enteramente opuesto a ese bien y muerto en el pecado, no puede por sus
propias fuerzas convertirse a sí mismo o prepararse para ello.⁴
⁴Romanos 6:16,20; Juan 8:31-34; Efesios 2:1; 2 Corintios 3:14; 4:3,4; Juan
3:3; Romanos 7:18; 8:7; 1 Corintios 2:14; Mateo 7:17,18; 12:33-37; Lucas
6:43-45; Juan 6:44; Jeremías 13:23; Juan 3:3,5; 5:40; 6:37,39,40,44, 45,65;
Hechos 7:51; Romanos 3:10-12; Santiago 1:18; Romanos 9:16-18; Juan
1:12,13; Hechos 11:18; Filipenses 1:29; Efesios 2:8,9

Párrafo 4. Cuando Dios convierte a un pecador y lo traslada al estado de


gracia, lo libra de su esclavitud natural bajo el pecado y, por su sola gracia,
lo capacita para querer y obrar libremente lo que es espiritualmente
bueno;⁵ sin embargo, por razón de la corrupción que todavía le queda, no
quiere, ni perfecta ni únicamente, lo que es bueno, sino que también quiere
lo que es malo.⁶
⁵Colosenses 1:13; Juan 8:36; Filipenses 2:13
⁶Romanos 7:14-25; Gálatas 5:17

Párrafo 5. Esta voluntad del hombre es hecha perfecta e inmutablemente


libre para querer sólo el bien, únicamente en el estado de gloria.⁷
⁷Efesios 4:13; Hebreos 12:23

28
CAPÍTULO 10
DEL LLAMAMIENTO EFICAZ
Párrafo 1. A aquellos a quienes Dios¹ ha predestinado para vida,² tiene a
bien en su tiempo señalado y aceptable,³ llamar eficazmente⁴ por su
Palabra⁵ y Espíritu,⁶ sacándolos del estado de pecado y muerte en que están
por naturaleza y llevándolos a la gracia y la salvación por Jesucristo;⁷
iluminando de modo espiritual y salvador sus mentes, a fin de que
comprendan las cosas de Dios;⁸ quitándoles el corazón de piedra y
dándoles un corazón de carne,⁹ renovando sus voluntades y, por su poder
omnipotente, induciéndoles a querer hacer lo bueno, y llevándoles
eficazmente a Jesucristo;¹⁰ pero de modo que acuden a él con total libertad,
habiendo recibido por la gracia de Dios la disposición para hacerlo.¹¹
¹Romanos 8:28,29
²Romanos 8:29,30; 9:22-24; 1 Corintios 1:26-28; 2 Tesalonicenses 2:13,14;
2 Timoteo 1:9
³Juan 3:8; Efesios 1:11
⁴Mateo 22:14; 1 Corintios 1:23,24; Romanos 1:6; 8:28; Judas 1; Salmos 29;
Juan 5:25; Romanos 4:17
⁵2 Tesalonicenses 2:14; 1 Pedro 1:23-25; Santiago 1:17-25; 1 Juan 5:1-5;
Romanos 1:16,17; 10:14; Hebreos 4:12
⁶Juan 3:3,5,6,8; 2 Corintios 3:3,6
⁷Romanos 8:2; 1 Corintios 1:9; Efesios 2:1-6; 2 Timoteo 1:9,10
⁸Hechos 26:18; 1 Corintios 2:10,12; Efesios 1:17,18
⁹Ezequiel 36:26
¹⁰Deuteronomio 30:6; Ezequiel 36:27; Juan 6:44,45; Efesios 1:19; Filipenses
2:13
¹¹Salmos 110:3; Juan 6:37; Romanos 6:16-18
Párrafo 2. Este llamamiento eficaz proviene exclusivamente de la gracia
libre y especial de Dios, no de ninguna cosa prevista en el hombre, ni por
ningún poder o instrumentalidad en la criatura,¹² siendo en esto
enteramente pasivo, al estar muerto en delitos y pecados, hasta que es
vivificado y renovado por el Espíritu Santo;¹³ es capacitado de este modo
para responder a este llamamiento y para recibir la gracia que éste ofrece
y transmite, y esto por un poder no menor que el que resucitó a Cristo de
los muertos.¹⁴
¹²2 Timoteo 1:9; Tito 3:4,5; Efesios 2:4,5,8,9; Romanos 9:11
¹³1 Corintios 2:14; Romanos 8:7; Efesios 2:5
¹⁴Efesios 1:19,20; Juan 6:37; Ezequiel 36:27; Juan 5:25

29
Párrafo 3. Los niños escogidos que mueren en la infancia son regenerados
y salvados por Cristo por medio del Espíritu, quien obra cuándo, dónde y
cómo quiere;¹⁵ así lo son también todas las personas escogidas que sean
incapaces de ser llamadas externamente por el ministerio de la Palabra.
¹⁵Juan 3:8

Párrafo 4. Otros, que no son escogidos, aunque sean llamados por el


ministerio de la Palabra y tengan algunas de las operaciones comunes del
Espíritu,¹⁶ como no son eficazmente traídos por el Padre, no quieren ni
pueden acudir verdaderamente a Cristo y, por lo tanto, no pueden ser
salvos;¹⁷ mucho menos pueden ser salvos los que no reciben la religión
cristiana, por muy diligentes que sean en conformar sus vidas a la luz de
la naturaleza y a la ley de la religión que profesen.¹⁸
¹⁶Mateo 22:14; Mateo 13:20,21; Hebreos 6:4,5; Mateo 7:22
¹⁷Juan 6:44,45,64-66; 8:24
¹⁸Hechos 4:12; Juan 4:22; 17:3

CAPÍTULO 11
DE LA JUSTIFICACIÓN
Párrafo 1. A quienes Dios llama eficazmente, también justifica
gratuitamente,¹ no infundiéndoles justicia y rectitud sino perdonándoles
sus pecados, y considerando y aceptando sus personas como justas;² no
por nada que hay en ellos o hecho por ellos, sino solamente por causa de
Cristo;³ no imputándoles la fe misma, ni la acción de creer, ni ninguna otra
obediencia evangélica como justicia; sino imputándoles la obediencia
activa de Cristo a toda la ley y su obediencia pasiva en su muerte para la
completa y única justicia de ellos por la fe, la cual tienen no de sí mismos;
es don de Dios.⁴
¹ Romanos 3:24; 8:30
²Romanos 4:5-8; Efesios 1:7
³1 Corintios 1:30,31; Romanos 5:17-19
⁴Filipenses 3:9; Efesios 2:7,8; 2 Corintios 5:19-21; Tito 3:5,7; Romanos
3:22-28; Jeremías 23:6; Hechos 13:38,39

30
Párrafo 2. La fe que así recibe a Cristo y confía en él y en su justicia es el
único instrumento de la justificación;⁵ sin embargo, no está sola en la
persona justificada, sino que siempre va acompañada por todas las demás
virtudes salvadoras, y no es una fe muerta sino que obra por el amor.⁶
⁵Romanos 1:17; 3:27-31; Filipenses 3:9; Gálatas 3:5
⁶Gálatas 5:6; Santiago 2:17,22,26

Párrafo 3. Cristo, por su obediencia y muerte, saldó totalmente la deuda


de todos aquellos que son justificados; y por el sacrificio de sí mismo en
la sangre de su cruz, sufriendo en el lugar de ellos el castigo que merecían,
satisfizo adecuada, real y completamente a la justicia de Dios en favor de
ellos;⁷ sin embargo, por cuanto Cristo fue dado por el Padre para ellos,⁸ y
su obediencia y satisfacción fueron aceptadas en lugar de las de ellos,⁹ y
ambas gratuitamente y no por nada en ellos, su justificación es solamente
de pura gracia,¹⁰ a fin de que tanto la precisa justicia como la rica gracia
de Dios fueran glorificadas en la justificación de los pecadores.¹¹
⁷Romanos 5:8-10,19; 1 Timoteo 2:5,6; Hebreos 10:10,14; Isaías 53:4-6,10-
12
⁸Romanos 8:32
⁹2 Corintios 5:21; Mateo 3:17; Efesios 5:2
¹⁰Romanos 3:24; Efesios 1:7
¹¹Romanos 3:26; Efesios 2:7

Párrafo 4. Desde la eternidad, Dios decretó justificar a todos los


escogidos;¹² y en el cumplimiento del tiempo, Cristo murió por los pecados
de ellos, y resucitó para su justificación;¹³ sin embargo, no son justificados
personalmente hasta que, a su debido tiempo, Cristo les es realmente
aplicado por el Espíritu Santo.¹⁴
¹²1 Pedro 1:2,19,20; Gálatas 3:8; Romanos 8:30
¹³Romanos 4:25; Gálatas 4:4; 1 Timoteo 2:6
¹⁴Colosenses 1:21,22; Tito 3:4-7; Gálatas 2:16; Efesios 2:1-3

Párrafo 5. Dios continúa perdonando los pecados de aquellos que son


justificados,¹⁵ y aunque ellos nunca pueden caer del estado de
justificación,¹⁶ sin embargo pueden, por sus pecados, caer en el desagrado
paternal de Dios; y, en esa condición, no suelen recibir la restauración de
la luz de su rostro, hasta que se humillen, confiesen sus pecados, pidan
perdón y renueven su fe y arrepentimiento.¹⁷

31
¹⁵Mateo 6:12; 1 Juan 1:7–2:2; Juan 13:3-11
¹⁶Lucas 22:32; Juan 10:28; Hebreos 10:14
¹⁷Salmos 32:5; 51:7-12; Mateo 26:75; Lucas 1:20

Párrafo 6. La justificación de los creyentes bajo el Antiguo Testamento


fue, en todos estos sentidos, una y la misma que la justificación de los
creyentes bajo el Nuevo Testamento.¹⁸
¹⁸Gálatas 3:9; Romanos 4:22-24

CAPÍTULO 12
DE LA ADOPCIÓN
Párrafo 1. A todos aquellos que son justificados,¹ Dios se dignó,² en su
único Hijo Jesucristo y por amor de éste,³ hacerles partícipes de la gracia
de la adopción, por la cual son incluidos en el número de los hijos de Dios
y gozan de sus libertades y privilegios, tienen su nombre escrito sobre
ellos,⁴ reciben el espíritu de adopción, tienen acceso al trono de la gracia
con confianza, reciben capacitación para clamar: “Abba, Padre,”⁵ reciben
compación, protección, provisión y corrección como por parte de un
Padre, nunca son desechados, sino que son sellados para el día de la
redención,⁶ y heredan las promesas como herederos de la salvación
eterna.⁷
¹Gálatas 3:24-26
²1 Juan 3:1-3
³Efesios 1:5; Gálatas4:4,5; Romanos 8:17,29
⁴Romanos 8:17; Juan 1:12; 2 Corintios 6:18; Apocalipsis 3:12
⁵Romanos 8:15; Efesios 3:12; Romanos 5:2; Gálatas 4:6; Efesios 2:18
⁶Salmos 103:13; Proverbios 14:26; Mateo 6:30,32; 1 Pedro 5:7; Hebreos
12:6; Isaías 54:8,9; Lamentaciones 3:31; Efesios 4:30
⁷Romanos 8:17; Hebreos 1:14; 9:15

32
CAPÍTULO 13
DE LA SANTIFICACIÓN
Párrafo 1. Aquellos que están unidos a Cristo, son llamados eficazmente
y regenerados, teniendo un nuevo corazón y un nuevo espíritu, creados en
ellos en virtud de la muerte y a resurrección de Cristo,¹ son aún más
santificados de un modo real y personal,² mediante la misma virtud,³ por
su Palabra y Espíritu que moran en ellos;⁴ el dominio del cuerpo entero del
pecado es destruido, y las diversas concupiscencias del mismo se van
debilitando y mortificando más y más, y se van vivificando y fortaleciendo
más y más en todas las virtudes salvadoras, para la práctica de toda
verdadera santidad,⁵ sin la cual nadie verá al Señor.⁶
¹Juan 3:3-8; 1 Juan 2:29; 3:9,10; Romanos 1:7; 2 Corintios 1:1; Efesios 1:1;
Filipenses 1:1; Colosenses 3:12; Hechos 20:32; 26:18; Romanos 15:16; 1
Corintios 1:2; 6:11; Romanos 6:1-11
²1 Tesalonicenses 5:23; Romanos 6:19,22
³1 Corintios 6:11; Hechos 20:32; Filipenses 3:10; Romanos 6:5,6
⁴Juan 17:17; Efesios 5:26; 3:16-19; Romanos 8:13
⁵Romanos 6:14; Gálatas 5:24; Romanos 8:13; Colosenses 1:11; Efesios
3:16-19; 2 Corintios 7:1; Romanos 6:13; Efesios 4:22-25; Gálatas 5:17
⁶Hebreos 12:14

Párrafo 2. Esta santificación se efectúa en el hombre en su totalidad,


aunque es incompleta en esta vida; todavía quedan algunos remanentes de
corrupción en cada parte,⁷ de donde surge una continua e irreconciliable
guerra:⁸ la carne lucha contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne.⁹
⁷1 Tesalonicenses 5:23; 1 Juan 1:8,10; Romanos 7:18,23; Filipenses 3:12
⁸1 Corintios 9:24-27; 1 Timoteo 1:18; 6:12; 2 Timoteo 4:7
⁹Gálatas 5:17; 1 Pedro 2:11
Párrafo 3. En dicha guerra, aunque la corrupción que aún queda
prevalezca mucho por algún tiempo,¹⁰ la parte regenerada triunfa a través
de la continua provisión de fuerzas por parte del Espíritu santificador de
Cristo;¹¹ y así los santos crecen en la gracia, perfeccionando la santidad en
el temor de Dios, prosiguiendo una vida celestial, en obediencia
evangélica a todos los mandatos que Cristo, como Cabeza y Rey, les ha
prescrito en su Palabra.¹²
¹⁰Romanos 7:23
¹¹Romanos 6:14; 1 Juan 5:4; Efesios 4:15,16

33
¹²2 Pedro 3:18; 2 Corintios 7:1; 3:18; Mateo 28:20

CAPÍTULO 14
DE LA FE SALVADORA
Párrafo 1. La gracia de la fe, por la cual los escogidos reciben capacidad
para creer para la salvación de sus almas, es la obra del Espíritu de Cristo
en sus corazones, y ordinariamente se realiza por el ministerio de la
Palabra;¹ por la cual, y por la administración del bautismo y la Cena del
Señor, la oración y otros medios designados por Dios, esa fe aumenta y se
fortalece.²
¹Juan 6:37, 44; Hechos 11:21,24; 13:48; 14:27; 15:9; 2 Corintios 4:13;
Efesios 2:8; Filipenses 1:29; 2 Tesalonicenses 2:13; 1 Pedro 1:2
²Romanos 10:14,17; Lucas 17:5; Hechos 20:32; Romanos 4:11; 1 Pedro 2:2

Párrafo 2. Por esta fe, el cristiano cree que es fidedigno todo lo revelado
en la Palabra por la autoridad de Dios mismo, y también percibe en ella
una excelencia superior a todos los demás escritos y todas las cosas en el
mundo, pues muestra la gloria de Dios en sus atributos, la excelencia de
Cristo en su naturaleza y oficios, y el poder y la plenitud del Espíritu Santo
en sus obras y operaciones; y de esta forma, el cristiano recibe capacidad
para confiar su alma a la verdad así creída;³ y también actúa de manera
diferente según sea el contenido de cada pasaje en particular: produciendo
obediencia a los mandatos,⁴
temblando ante las amenazas,⁵ y abrazando las promesas de Dios para esta
vida y para la venidera;⁶ pero las principales acciones de la fe salvadora
tienen que ver directamente con Cristo: aceptarle, recibirle y descansar
sólo en él para la justificación, santificación y vida eterna, en virtud del
pacto de gracia.⁷
³Hechos 24:14; 1 Tesalonicenses 2:13; Salmos 19:7-10; 119:72
⁴Juan 15:14; Romanos 16:26
⁵Isaías 66:2
⁶1 Timoteo 4:8; Hebreos 11:13
⁷Juan 1:12; Hechos 15:11; 16:31; Gálatas 2:20

34
Párrafo 3. Esta fe, aunque sea de un nivel diferente y pueda ser débil o
fuerte,⁸ es, sin embargo, aun en su nivel más bajo, diferente en su clase y
naturaleza (como lo es toda otra gracia salvadora) de la fe y la gracia
común de aquellos creyentes que sólo lo son por un tiempo;⁹ y
consecuentemente, aunque muchas veces sea atacada y debilitada, resulta,
sin embargo, victoriosa,¹⁰ creciendo en muchos hasta obtener la completa
seguridad¹¹ a través de Cristo, quien es tanto el autor como el consumador
de nuestra fe.¹²
⁸Mateo 6:30; 8:10,26; 14:31; 16:8; Mateo 17:20; Hebreos 5:13,14; Romanos
4:19,20
⁹Santiago 2:14; 2 Pedro 1:1; 1 Juan 5:4
¹⁰Lucas 22:31,32; Efesios 6:16; 1 Juan 5:4,5
¹¹Salmos 119:114; Hebreos 6:11,12; 10:22,23
¹²Hebreos 12:2

CAPÍTULO 15
DEL ARREPENTIMIENTO PARA VIDA Y SALVACIÓN
Párrafo 1. A aquellos de los escogidos que se convierten cuando ya son
adultos, habiendo vivido por algún tiempo en el estado natural,¹ y
habiendo servido en el mismo a diversas concupiscencias y placeres, Dios,
al llamarlos eficazmente, les da arrepentimiento para vida.²
¹Tito 3:2-5
²2 Crónicas 33:10-20; Hechos 9:1-19; 16:29,30

Párrafo 2. Si bien no hay nadie que haga el bien y no peque,³ y los mejores
hombres, mediante el poder y el engaño de la corrupción que habita en
ellos, junto con el predominio de la tentación, pueden caer en grandes
pecados y provocaciones,⁴ Dios, en el pacto de gracia, ha dispuesto
misericordiosamente que los creyentes que pequen y caigan de esta
manera sean renovados mediante el arrepentimiento para salvación.⁵
³Salmos 130:3; 143:2; Proverbios20:9; Eclesiastés 7:20
⁴2 Samuel 11:1-27; Lucas 22:54-62
⁵Jeremías 32:40; Lucas 22:31,32; 1 Juan 1:9

35
Párrafo 3. Este arrepentimiento para salvación es una gracia evangélica⁶
por la cual una persona a quien el Espíritu hace consciente de las múltiples
maldades de su pecado,⁷ mediante la fe en Cristo⁸ se humilla por él con
una tristeza que es según Dios, lo abomina y se aborrece a sí mismo, ora
pidiendo el perdón y las fuerzas que proceden de la gracia,⁹ con el
propósito y empeño, mediante la provisión del Espíritu, de andar delante
de Dios para agradarle en todo.¹⁰
⁶Hechos 5:31; 11:18; 2 Timoteo 2:25
⁷Salmos 51:1-6; 130:1-3; Lucas 15:17-20; Hechos 2:37,38
⁸Salmos 130:4; Mateo 27:3-5; Marcos 1:15
⁹Ezequiel 16:60-63; 36:31,32; Zacarías 12:10; Mateo 21:19; Hechos 15:19;
20:21; 26:20; 2 Corintios 7:10,11; 1 Tesalonicenses 1:9
¹⁰Proverbios 28:13; Ezequiel 36:25; 18:30,31; Salmos 119:59,104,128;
Mateo 3:8; Lucas 3:8; Hechos 26:20; 1 Tesalonicenses 1:9

Párrafo 4. Puesto que el arrepentimiento ha de continuar a lo largo de toda


nuestra vida, debido al cuerpo de muerte y sus inclinaciones,¹¹ es por lo
tanto, el deber de cada hombre arrepentirse específicamente de los pecados
concretos que conozca.¹²
¹¹Ezequiel 16:60; Mateo 5:4; 1 Juan 1:9
¹²Lucas 19:8; 1 Timoteo 1:13,15

Párrafo 5. Tal es la provisión que Dios ha hecho a través de Cristo en el


pacto de gracia para la preservación de los creyentes para salvación que,
si bien no hay pecado tan pequeño que no merezca la condenación,¹³ no
hay, sin embargo, pecado tan grande que acarree condenación a aquellos
que se arrepienten, lo cual hace necesaria la predicación constante del
arrepentimiento.¹⁴
¹³Salmos 130:3; 143:2; Romanos 6:23
¹⁴Isaías 1:16-18; 55:7; Hechos 2:36-38

36
CAPÍTULO 16
DE LAS BUENAS OBRAS
Párrafo 1. Las buenas obras son solamente aquellas que Dios ha ordenado
en su santa Palabra¹ y no las que, sin la autoridad de ésta, han inventado
los hombres por un fervor ciego o con el pretexto de que tienen buenas
intenciones.²
¹Miqueas 6:8; Romanos 12:2; Hebreos 13:21; Colosenses 2:3; 2 Timoteo
3:16,17
²Mateo 15:9 con Isaías 29:13; 1 Pedro 1:18; Romanos 10:2; Juan 16:2; 1
Samuel 15:21-23; 1 Corintios 7:23; Gálatas 5:1; Colosenses 2:8,16-23

Párrafo 2. Estas buenas obras, hechas en obediencia a los mandamientos


de Dios, son los frutos y evidencias de una fe verdadera y viva;³ y por ellas
los creyentes manifiestan su gratitud,⁴ fortalecen su seguridad,⁵ edifican a
sus hermanos,⁶ adornan la profesión del Evangelio,⁷ tapan la boca de los
adversarios⁸ y glorifican a Dios, cuya hechura son, creados en Cristo Jesús
para ello,⁹ para que teniendo por fruto la santificación, tengan como fin la
vida eterna.¹⁰
³Santiago 2:18,22; Gálatas 5:6; 1 Timoteo 1:5
⁴Salmos 116:12-14; 1 Pedro 2:9,12; Lucas 7:36-50 con Mateo 26:1-11
⁵1 Juan 2:3,5; 3:18,19; 2 Pedro 1:5-11
⁶2 Corintios 9:2; Mateo 5:16
⁷Mateo 5:16; Tito 2:5,9-12; 1 Timoteo 6:1; 1 Pedro 2:12
⁸1 Pedro 2:12,15; Tito 2:5; 1 Timoteo 6:1
⁹Efesios 2:10; Filipenses 1:11; 1 Timoteo 6:1; 1 Pedro 2:12; Mateo 5:16
¹⁰Romanos 6:22; Mateo 7:13,14,21-23

Párrafo 3. La capacidad que tienen los creyentes para hacer buenas obras
no es de ellos mismos en ninguna manera, sino completamente del Espíritu
de Cristo. Y para que ellos puedan tener esta capacidad, además de las
virtudes que ya han recibido, necesitan una influencia real del mismo
Espíritu Santo para obrar en ellos tanto el querer como el hacer por su
buena voluntad;¹¹ sin embargo, no deben volverse negligentes por ello,
como si no estuviesen obligados a cumplir deber alguno aparte de un
impulso especial del Espíritu, sino que deben ser diligentes en avivar la
gracia de Dios que está en ellos.¹²

37
¹¹Ezequiel 36:26,27; Juan 15:4-6; 2 Corintios 3:5; Filipenses 2:12,13;
Efesios 2:10
¹²Romanos 8:14; Juan 3:8; Filipenses 2:12,13; 2 Pedro 1:10; Hebreos 6:12;
2 Timoteo 1:6; Judas 20,21

Párrafo 4. Quienes alcancen la máxima obediencia posible en esta vida


quedan tan lejos de llegar a un grado supererogatorio, y de hacer más de
lo que Dios requiere, que les falta mucho de lo que por deber están
obligados a hacer.¹³
¹³Reyes 8:46; 2 Crónicas 6:36; Salmos 130:3; 143:2; Proverbios 20:9;
Eclesiastés 7:20; Romanos 3:9,23; 7:14 ss.; Gálatas 5:17; 1 Juan 1:6-10;
Lucas 17:10

Párrafo 5. Nosotros no podemos, aun por nuestras mejores obras, merecer


el perdón del pecado o la vida eterna de la mano de Dios, a causa de la
gran desproporción que existe entre nuestras obras y la gloria que ha de
venir,¹⁴ y por la distancia infinita que hay entre nosotros y Dios, a quien
no podemos beneficiar por dichas obras, ni satisfacer la deuda de nuestros
pecados anteriores; hasta cuando hemos hecho todo lo que podemos, no
hemos sino cumplido con nuestro deber y somos siervos inútiles;¹⁵ y tanto
en cuanto son buenas proceden de su Espíritu;¹⁶ y en cuanto son hechas
por nosotros, son impuras y están mezcladas con tanta debilidad e
imperfección que no pueden soportar la severidad del castigo de Dios.¹⁷
¹⁴Romanos 8:18
¹⁵Job 22:3; 35:7; Lucas 17:10; Romanos 4:3; 11:3
¹⁶Gálatas 5:22,23
¹⁷1 Reyes 8:46; 2 Crónicas 6:36; Salmos 130:3; 143:2; Proverbios 20:9;
Eclesiastés 7:20; Romanos 3:9,23; 7:14ss.; Gálatas 5:17; 1 Juan 1:6-10

Párrafo 6. No obstante, por ser aceptados los creyentes por medio de


Cristo, sus buenas obras también son aceptadas en él;¹⁸ no como si fueran
en esta vida enteramente irreprochables e irreprensibles a los ojos de
Dios;¹⁹ sino que a él, mirándolas en su Hijo, le place aceptar y recompensar
aquello que es sincero aun cuando esté acompañado de muchas
debilidades e imperfecciones.²⁰
¹⁸Éxodo 28:38; Efesios 1:6,7; 1 Pedro 2:5
¹⁹1 Reyes 8:46; 2 Crónicas 6:36; Salmos 130:3; 143:2; Proverbios 20:9;
Eclesiastés 7:20; Romanos 3:9,23; 7;14ss.; Gálatas 5:17; 1 Juan 1:6-10
²⁰Hebreos 6:10; Mateo 25:21,23

38
Párrafo 7. Las obras hechas por hombres no regenerados, aunque en sí
mismas sean cosas que Dios ordena, y de utilidad tanto para ellos como
para otros,²¹ sin embargo, por no proceder de un corazón purificado por la
fe²² y no ser hechas de una manera correcta de acuerdo con la Palabra,²³ ni
para un fin correcto (la gloria de Dios),²⁴ son, por tanto, pecaminosas, y no
pueden agradar a Dios ni hacer que alguien sea digno de recibir gracia por
parte de Dios.²⁵ Y a pesar de esto, el descuido de las buenas obras es más
pecaminoso y desagradable a Dios.²⁶
²¹1 Reyes 21:27-29; 2 Reyes 10:30,31; Romanos 2:14; Filipenses 1:15-18
²²Génesis 4:5 con Hebreos 11:4-6; 1 Timoteo 1:5; Romanos 14:23; Gálatas
5:6
²³1 Corintios 13:3; Isaías 1:12
²⁴Mateo 6:2,5,6; 1 Corintios 10:31
²⁵Romanos 9:16; Tito 1:15; 3:5
²⁶1 Reyes 21:27-29; 2 Reyes 10:30,31; Salmos 14:4; 36:3

CAPÍTULO 17
DE LA PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS
Párrafo 1. Aquellos a quienes Dios ha aceptado en el Amado, y ha llamado
eficazmente y santificado por su Espíritu, y a quienes ha dado la preciosa
fe de sus escogidos, no pueden caer ni total ni definitivamente del estado
de gracia, sino que ciertamente perseverarán en él hasta el fin, y serán
salvos por toda la eternidad, puesto que los dones y el llamamiento de Dios
son irrevocables, por lo que él continúa engendrando y nutriendo en ellos
la fe, el arrepentimiento, el amor, el gozo, la esperanza y todas las virtudes
del Espíritu para inmortalidad;¹ y aunque surjan y les azoten muchas
tormentas e inundaciones, nunca podrán arrancarles del fundamento y la
roca a que por la fe están aferrados; a pesar de que, por medio de la
incredulidad y las tentaciones de Satanás, la visión perceptible de la luz y
el amor de Dios puede ensombrecérseles y oscurecérseles por un tiempo,²
él, sin embargo, sigue siendo el mismo, y ellos serán guardados, sin
ninguna duda, por el poder de Dios para salvación, en la que gozarán de
su posesión adquirida, al estar ellos esculpidos en las palmas de sus manos
y sus nombres escritos en el libro de la vida desde toda la eternidad.³
¹Juan 10:28,29; Filipenses 1:6; 2 Timoteo 2:19; 2 P.1:5-10; 1 Juan 2:19

39
²Salmos 89:31,32; 1 Corintios 11:32; 2 Timoteo 4:7
³Salmos 102:27; Malaquías 3:6; Efesios 1:14; 1 Pedro 1:5; Apocalipsis 13:8

Párrafo 2. Esta perseverancia de los santos depende no de su propio libre


albedrío,⁴ sino de la inmutabilidad del decreto de elección,⁵ que fluye del
amor libre e inmutable de Dios el Padre, sobre la base de la eficacia de los
méritos y la intercesión de Jesucristo y la unión con él,⁶ del juramento de
Dios,⁷ de la morada de su Espíritu, de la simiente de Dios que está en los
santos⁸ y de la naturaleza del pacto de gracia,⁹ de todo lo cual surgen
también la certeza y la infalibilidad de la perseverancia.
⁴Filipenses 2:12,13; Romanos 9:16; Juan 6:37,44
⁵Mateo 24:22,24,31; Romanos 8:30; 9:11,16; 11:2,29; Efesios 1:5-11
⁶Efesios 1:4; Romanos 5:9,10; 8:31-34; 2 Corintios 5:14; Romanos 8:35-38;
1 Corintios 1:8,9; Juan 14:19; 10:28,29
⁷Hebreos 6:16-20
⁸1 Juan 2:19,20,27; 3:9; 5:4,18; Efesios 1:13; 4:30; 2 Corintios 1:22; 5:5;
Efesios 1:14
⁹Jeremías 31:33,34; 32:40; Hebreos 10:11-18; 13:20,21

Párrafo 3. Y aunque los santos (mediante la tentación de Satanás y del


mundo, el predominio de la corrupción que queda en ellos y el descuido
de los medios para su preservación) caigan en pecados graves y por algún
tiempo permanezcan en ellos¹⁰ (por lo que incurren en el desagrado de
Dios y entristecen a su Espíritu Santo,¹¹ se les dañan sus virtudes y
consuelos,¹² se les endurece el corazón y se les hiere la conciencia,¹³
lastiman y escandalizan a otros,¹⁴ y se acarrean juicios temporales),¹⁵
renovarán su arrepentimiento y serán preservados hasta el fin mediante la
fe en Cristo Jesús.¹⁶
¹⁰Mateo 26:70,72,74
¹¹Salmos 38:1-8; Isaías 64:5-9; Efesios 4:30; 1 Tesalonicenses 5:14
¹²Salmos 51:10-12
¹³ Salmos 32:3,4; 73:21,22
¹⁴2 Samuel 12:14; 1 Corintios 8:9-13; Romanos 14:13-18; 1 Timoteo 6:1,2;
Tito 2:5
¹⁵2 Samuel 12:14ss.; Génesis 19:30-38; 1 Corintios 11:27-32
¹⁶Lucas 22:32,61,62; 1 Corintios 11:32; 1 Juan 3:9; 5:18

40
CAPÍTULO 18
DE LA SEGURIDAD DE LA GRACIA Y DE LA SALVACIÓN
Párrafo 1. Aunque los creyentes que lo son por un tiempo y otras personas
no regeneradas vanamente se engañen a sí mismos con esperanzas falsas
y presunciones carnales de que cuentan con el favor de Dios y que están
en estado de salvación (pero la esperanza de ellos perecerá),¹ los que creen
verdaderamente en el Señor Jesús y le aman con sinceridad, esforzándose
por andar con toda sinceridad delante de él, pueden en esta vida estar
absolutamente seguros de hallarse en el estado de gracia, y pueden
regocijarse en la esperanza de la gloria de Dios; y tal esperanza nunca les
avergonzará.²
¹Jeremías 17:9; Mateo 7:21-23; Lucas 18:10-14; Juan 8:41; Efesios 5:6,7;
Gálatas 6:3,7-9
²Romanos 5:2,5; 8:16; 1 Juan 2:3; 3:14,18,19,24; 5:13; 2 Pedro 1:10

Párrafo 2. Esta certeza no es un mero convencimiento conjetural y


probable, basada en una esperanza falible, sino que es una seguridad
infalible de fe³ basada en la sangre y la justicia de Cristo reveladas en el
evangelio;⁴ y también en la evidencia interna de aquellas virtudes del
Espíritu a las cuales éste les hace promesas,⁵ y en el testimonio del Espíritu
de adopción testificando con nuestro espíritu que somos hijos de Dios;⁶ y,
como fruto suyo, mantiene el corazón humilde y santo.⁷
³Romanos 5:2,5; Hebreos 6:11,19,20; 1 Juan 3:2,14; 4:16; 5:13,19,20
⁴Hebreos 6:17,18; 7:22; 10:14,19
⁵Mateo 3:7-10; Marcos 1:15; 2 Pedro 1:4-11; 1 Juan 2:3; 3:14,18,19,24; 5:13
⁶Romanos 8:15,16; 1 Corintios 2:12; Gálatas 4:6,7
⁷1 Juan 3:1-3

Párrafo 3. Esta seguridad infalible no pertenece a la esencia de la fe hasta


tal punto que un verdadero creyente no pueda esperar mucho tiempo y
luchar con muchas dificultades antes de ser partícipe de tal seguridad;⁸ sin
embargo, siendo capacitado por el Espíritu para conocer las cosas que le
son dadas gratuitamente por Dios, puede alcanzarla,⁹ sin una revelación
extraordinaria, por el uso adecuado de los medios; y por eso es el deber de
cada uno ser diligente para hacer firme su llamamiento y elección; para
que así su corazón se ensanche en la paz y en el gozo en el Espíritu Santo,
en amor y gratitud a Dios, y en fuerza y alegría en los deberes de la

41
obediencia, que son los frutos propios de esta seguridad: así está de lejos
esta seguridad de inducir a los hombres al libertinaje.¹⁰
⁸Hechos 16:30-34; 1 Juan 5:13
⁹Romanos 8:15,16; 1 Corintios 2:12; Gálatas 4:4-6 con 3:2; 1 Juan 4:13;
Efesios 3:17-19; Hebreos 6:11,12; 2 Pedro 1:5-11
¹⁰2 Pedro 1:10; Salmos 119:32; Romanos 15:13; Nehemías 8:10; 1 Juan
4:19,16; Romanos 6:1,2,11-13; 14:17; Tito 2:11-14; Efesios 5:18

Párrafo 4. La seguridad de la salvación de los verdaderos creyentes puede


ser zarandeada, disminuida e interrumpida de diversas maneras: por
negligencia en conservarla,¹¹ por caer en algún pecado especial que hiere
la conciencia y contrista al Espíritu,¹² por alguna tentación repentina o
fuerte,¹³ por retirarles Dios la luz de su rostro, permitiendo, aun a los que
le temen, que caminen en tinieblas, y no tengan luz;¹⁴
sin embargo, nunca quedan destituidos de la simiente de Dios y de la vida
de fe, de aquel amor de Cristo y de los hermanos, de aquella sinceridad de
corazón y conciencia del deber, por los cuales, mediante la operación del
Espíritu, esta seguridad puede ser revivida con el tiempo; y por los cuales,
mientras tanto, los verdaderos creyentes son preservados de caer en total
desesperanza.¹⁵
¹¹Hebreos 6:11,12; 2 Pedro 1:5-11
¹²Salmos 51:8,12,14; Efesios 4:30
¹³Salmos 30:7; 31:22; 77:7,8; 116:11
¹⁴Isaías 50:10
¹⁵1 Juan 3:9; Lucas 22:32; Romanos 8:15,16; Gálatas 4:5; Salmos 42:5,11

CAPÍTULO 19
DE LA LEY DE DIOS
Párrafo 1. Dios dio a Adán una ley de obediencia universal escrita en su
corazón,¹ y un precepto en particular de no comer del fruto del árbol del
conocimiento del bien y del mal;² por lo cual le obligó a él y a toda su
posteridad a una obediencia personal completa, exacta y perpetua;
prometió la vida por el cumplimiento de su ley, y amenazó con la muerte
su infracción; y le dotó también del poder y de la capacidad para
guardarla.³

42
¹Génesis 1:27; Eclesiastés 7:29; Romanos 2:12a, 14,15
²Génesis 2:16,17
³Génesis 2:16,17; Romanos 10:5; Gálatas 3:10,12

Párrafo 2. La misma ley que primeramente fue escrita en el corazón del


hombre continuó siendo una regla perfecta de justicia después de la
Caída;⁴ y fue dada por Dios en el monte Sinaí,⁵ en diez mandamientos, y
escrita en dos tablas; los cuatro primeros mandamientos contienen
nuestros deberes para con Dios, y los otros seis, nuestros deberes para con
los hombres.⁶
⁴Para el Cuarto Mandamiento, Génesis 2:3; Éxodo 16; Génesis 7:4; 8:10,12;
para el Quinto Mandamiento, Génesis 37:10; para el Sexto Mandamiento,
Génesis 4:3-15; para el Séptimo Mandamiento, Génesis 12:17; para el
Octavo Mandamiento, Génesis 31:30; 44:8; para el Noveno Mandamiento,
Génesis 27:12; para el Décimo Mandamiento, Génesis 6:2; 13:10,11
⁵Romanos 2:12a, 14,15
⁶Éxodo 32:15,16; 34:4,28; Deuteronomio 10:4

Párrafo 3. Además de esta ley, comúnmente llamada ley moral, agradó a


Dios dar al pueblo de Israel leyes ceremoniales que contenían varias
ordenanzas típicas; en parte de adoración, prefigurando a Cristo, sus
virtudes, acciones, sufrimientos y beneficios;⁷ y en parte proponiendo
diversas instrucciones sobre los deberes morales.⁸ Todas aquellas leyes
ceremoniales, habiendo sido prescritas solamente hasta el tiempo de su
reforma, cuando fueron abrogadas y quitadas por Jesucristo, el verdadero
Mesías y único legislador, quien fue investido con poder por parte del
Padre para ese fin.⁹
⁷Hebreos 10:1; Colosenses 2:16,17
⁸1 Corintios 5:7; 2 Corintios 6:17; Judas 23
⁹Colosenses 2:14,16,17; Efesios 2:14-16

Párrafo 4. Dios también les dio a los israelitas diversas leyes civiles, que
acabaron cuando acabó aquel pueblo como Estado, no siendo ahora
obligatorias para nadie en virtud de aquella institución;¹⁰ siendo solamente
sus principios de equidad utilizables en la actualidad.¹¹
¹⁰Lucas 21:20-24; Hechos 6:13,14; Hebreos 9:18,19 con 8:7,13; 9:10; 10:1
¹¹1 Corintios 5:1; 9:8-10

43
Párrafo 5. La ley moral obliga para siempre a todos, tanto a los justificados
como a los demás, a que se la obedezca;¹² y esto no sólo en consideración
a su contenido, sino también con respecto a la autoridad de Dios, el
Creador, quien la dio.¹³ Tampoco Cristo, en el evangelio, en ninguna
manera cancela esta obligación sino que la refuerza considerablemente.¹⁴
¹²Mateo 19:16-22; Romanos 2:14-15; 3:19-20; 6:14; 7:6; 8:3; 1 Timoteo 1:8-
11; Romanos 13:8-10; 1 Corintios 7:19 con Gálatas 5:6; 6:15; Efesios
4:25—6:4; Santiago 2:11-12
¹³Santiago 2:10-11
¹⁴Mateo 5:17-19; Romanos 3:31; 1 Corintios 9:21; Santiago 2:8

Párrafo 6. Aunque los verdaderos creyentes no están bajo la ley como


pacto de obras para ser por ella justificados o condenados,¹⁵ sin embargo
ésta es de gran utilidad tanto para ellos como para otros, en que como regla
de vida les informa de la voluntad de Dios y de sus deberes, les dirige y
obliga a andar en conformidad con ella,¹⁶ les revela también la pecaminosa
contaminación de sus naturalezas, corazones y vidas; de manera que, al
examinarse a la luz de ella, puedan llegar a una convicción más profunda
de su pecado, a sentir humillación por él y odio contra él; junto con una
visión más clara de la necesidad que tienen de Cristo, y de la perfección
de su obediencia.¹⁷ También la ley moral es útil para los regenerados a fin
de restringir su corrupción, en cuanto que prohíbe el pecado; y sus
amenazas sirven para mostrar lo que sus pecados todavía merecen, y qué
aflicciones pueden esperar por ellos en esta vida, aun cuando estén libres
de la maldición y el puro rigor de la ley.¹⁸ Asimismo sus promesas
manifiestan a los regenerados que Dios aprueba la obediencia y cuáles son
las bendiciones que pueden esperar por el cumplimiento de la misma,¹⁹
aunque no como si se les deba por la ley como pacto de obras;²⁰ de manera
que si alguien hace lo bueno y se abstiene de hacer lo malo porque la ley
le manda lo uno y le prohíbe lo otro, no por ello demuestra que se
encuentre bajo la ley y no bajo la gracia.²¹
¹⁵Hechos 13:39; Romanos 6:14; 8:1; 10:4; Gálatas 2:16; 4:4,5
¹⁶Romanos 7:12,22,25; Salmos 119:4-6; 1 Corintios 7:19
¹⁷Romanos 3:20; 7:7,9,14,24; 8:3; Santiago 1:23-25
¹⁸Santiago 2:11; Salmos 119:101,104,128
¹⁹Efesios 6:2,3; Salmos 37:11; Mateo 5:6; Salmos 19:11
²⁰Lucas 17:10

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²¹Véase el libro de Proverbios; Mateo 3:7; Lucas 13:3,5; Hechos 2:40;
Hebreos 11:26; 1 Pedro 3:8-13

Párrafo 7. Los usos de la ley ya mencionados tampoco son contrarios a la


gracia del evangelio, sino que concuerdan armoniosamente con él; pues el
Espíritu de Cristo subyuga y capacita la voluntad del hombre para que
haga libre y alegremente lo que requiere la voluntad de Dios, revelada en
la ley.²²
²²Gálatas 3:21; Jeremías 31:33; Ezequiel 36:27; Romanos 8:4; Tito 2:14

CAPÍTULO 20
DEL EVANGELIO Y DEL ALCANCE DE SU GRACIA
Párrafo 1. Habiendo sido quebrantado el pacto de obras por el pecado y
habiéndose vuelto inútil para dar vida, agradó a Dios dar la promesa de
Cristo, la simiente de la mujer, como el medio para llamar a los escogidos,
y engendrar en ellos la fe y el arrepentimiento. En esta promesa, el
evangelio, en su sustancia fue revelado, y por lo tanto, es eficaz para llevar
a los pecadores a la conversión y salvación¹
¹Génesis 3:15 con Efesios2:12; Gálatas 4:4; Hebreos 11:13; Lucas 2:25,38;
23:51; Romanos 4:13-16; Gálatas 3:15-22

Párrafo 2. Esta promesa de Cristo, y la salvación por medio de él, es


revelada solamente por la Palabra de Dios.² Ni las obras de la creación ni
la providencia, con la luz de la naturaleza, revelan a Cristo, o la gracia que
es por medio de él, no en forma general ni velada;³ igual como tampoco
los hombres que no tengan una revelación de él por la promesa del
evangelio pueden obtener una fe salvadora o arrepentimiento.⁴
²Hechos 4:12; Romanos 10:13-15
³Salmos 19; Romanos 1:18-23
⁴Romanos 2:12a; Mateo 28:18-20; Lucas 24:46,47 con Hechos 17:29,30;
Romanos 3:9-20

Párrafo 3. La revelación del evangelio a los pecadores, hecha en diversos


tiempos y distintos lugares, con el agregado de promesas y preceptos para

45
la obediencia que éste requiere de las naciones y personas a quienes es
concedida, es sólo por la voluntad soberana y el beneplácito de Dios;⁵ no
apropiándosela en virtud de promesa alguna, no obteniéndose por un buen
uso de las capacidades naturales de los hombres, ni en virtud de la luz
común recibida aparte de él, lo cual nadie hizo jamás ni puede hacer.⁶ Por
lo tanto, en todas las épocas, la predicación del evangelio ha sido
concedida a personas y naciones, en su extensión o restricción, con gran
variedad, según el consejo de la voluntad de Dios.
⁵Mateo 11:20
⁶Romanos 3:10-12; 8:7,8

Párrafo 4. Aunque el evangelio es el único medio externo para revelar a


Cristo y la gracia salvadora, y es, como tal, completamente suficiente para
este fin,⁷ para que los hombres que están muertos en sus delitos puedan
nacer de nuevo, ser vivificados o regenerados, es además necesaria, en
toda alma, una obra eficaz e insuperable del Espíritu Santo, con el fin de
producir en ellos una nueva vida espiritual; sin ésta, ningún otro medio
puede efectuar su conversión a Dios.⁸
⁷Romanos 1:16,17
⁸Juan 6:44; 1 Corintios 1:22-24; 2:14; 2 Corintios 4:4,6

CAPÍTULO 21
DE LA LIBERTAD CRISTIANA Y DE LA LIBERTAD DE
CONCIENCIA
Párrafo 1. La libertad que Cristo ha comprado para los creyentes bajo el
evangelio consiste en su libertad de la culpa del pecado, de la ira
condenatoria de Dios y de la severidad y maldición de la ley,¹ y en ser
librados de este presente siglo malo de la esclavitud a Satanás y del
dominio del pecado,² del mal de las aflicciones, del temor y aguijón de la
muerte, de la victoria sobre el sepulcro y de la condenación eterna,³ y
también consiste en su libre acceso a Dios, y en rendirle obediencia a él,
no por un temor servil, sino por un amor filial y una mente dispuesta.⁴
Todo esto era sustancialmente aplicable también a los creyentes bajo la
ley;⁵ pero bajo el Nuevo Testamento la libertad de los cristianos se

46
ensancha mucho más porque están libres del yugo de la ley ceremonial a
que estaba sujeta la iglesia judía, y tienen ahora mayor confianza para
acercarse al Trono de gracia, y tienen una comunicación más plena con el
Espíritu libre de Dios que ordinariamente tenían los creyentes bajo la ley.⁶
¹Juan 3:36; Romanos 8:33; Gálatas 3:13
²Gálatas 1:4; Efesios 2:1-3; Colosenses 1:13; Hechos 26:18; Romanos 6:14-
18; 8:3
³Romanos 8:28; 1 Corintios 15:54-57; 1 Tesalonicenses 1:10; Hebreos
2:14,15
⁴Efesios 2:18; 3:12; Romanos 8:15; 1 Juan 4:18
⁵Juan 8:32; Salmos 19:7-9; 119:14,24,45,47,48, 72,97; Romanos 4:5-11;
Gálatas 3:9; Hebreos 11:27,33,34.
⁶Juan 1:17; Hebreos 1:1,2a; 7:19,22; 8:6; 9:23; 11:40; Gálatas 2:11ss.; 4:1-
3; Colosenses 2:16,17; Hebreos 10:19-21; Juan 7:38,39

Párrafo 2. Sólo Dios es el Señor de la conciencia,⁷ y la ha hecho libre de


las doctrinas y los mandamientos de los hombres que sean en alguna
manera contrarios a su Palabra o que no estén contenidos en ésta.⁸ Así que,
creer tales doctrinas u obedecer tales mandamientos por causa de la
conciencia es traicionar la verdadera libertad de conciencia,⁹ y exigir una
fe implícita y una obediencia ciega y absoluta es destruir la libertad de
conciencia y también la razón.¹⁰
⁷Santiago 4:12; Romanos 14:4; Gálatas 5:1
⁸Hechos 4:19; 5:29; 1 Corintios 7:23; Mateo 15:9
⁹Colosenses 2:20,22,23; Gálatas 1:10; 2:3-5; 5:1
¹⁰Romanos 10:17; 14:23; Hechos 17:11; Juan 4:22; 1 Corintios 3:5; 2
Corintios 1:24

Párrafo 3. Los que bajo el pretexto de la libertad cristiana practican


cualquier pecado o abrigan cualquier concupiscencia, al pervertir así el
propósito principal de la gracia del evangelio para su propia destrucción,¹¹
en consecuencia, destruyen completamente el propósito de la libertad
cristiana, que consiste en que, siendo librados de las manos de todos
nuestros enemigos, sirvamos al Señor sin temor, en santidad y justicia
delante de él, todos los días de nuestra vida.¹²
¹¹Romanos 6:1,2
¹²Lucas 1:74,75; Romanos 14:9; Gálatas 5:13; 2 Pedro 2:18,21

47
CAPÍTULO 22
DE LA ADORACIÓN RELIGIOSA Y DEL DÍA DE REPOSO
Párrafo 1. La luz de la naturaleza muestra que hay un Dios, que tiene
señorío y soberanía sobre todo; es justo, bueno y hace bien a todos; y que,
por lo tanto, debe ser temido, amado, alabado, invocado, creído y servido
con toda el alma, con todo el corazón y con todas las fuerzas.¹ Pero el
modo aceptable de adorar al verdadero Dios fue instituido por él mismo,
y está de tal manera limitado por su propia voluntad revelada que no se
debe adorar a Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los
hombres o a las sugerencias de Satanás, ni bajo ninguna representación
visible ni en ningún otro modo no prescrito en las Sagradas Escrituras.²
¹Jeremías 10:7; Marcos 12:33
²Génesis 4:1-5; Éxodo 20:4-6; Mateo 15:3,8,9; 2 Reyes 16:10-18; Levítico
10:1-3; Deuteronomio 17:3; 4:2; 12:29-32; Jos. 1:7; 23:6-8; Mateo 15:13;
Colosenses 2:20-23; 2 Timoteo 3:15-17

Párrafo 2. La adoración religiosa ha de tributarse a Dios Padre, Hijo y


Espíritu Santo, y a él solamente;³ no a los ángeles, ni a los santos, ni a
ninguna otra criatura;⁴ y desde la Caída, no sin un mediador; ni por la
mediación de ningún otro, sino solamente de Cristo.⁵
³Mateo 4:9,10; Juan 5:23; 2 Corintios 13:14
⁴Romanos 1:25; Colosenses 2:18; Apocalipsis 19:10
⁵Juan 14:6; Efesios 2:18; Colosenses 3:17; 1 Timoteo 2:5

Párrafo 3. Siendo la oración, con acción de gracias, una parte de la


adoración natural, la exige Dios de todos los hombres.⁶ Pero para que
pueda ser aceptada, debe hacerse en el nombre del Hijo,⁷ con la ayuda del
Espíritu,⁸ conforme a su voluntad,⁹ con entendimiento, reverencia,
humildad, fervor, fe, amor y perseverancia;¹⁰ y cuando se ora con otros,
debe hacerse en una lengua conocida.¹¹
⁶Salmos 95:1-7; 100:1-5
⁷Juan 14:13,14
⁸Romanos 8:26
⁹1 Juan 5:14
¹⁰Salmos 47:7; Eclesiastés 5:1,2; Hebreos 12:28; Génesis 18:27; Santiago
5:16; 1:6,7; Marcos 11:24; Mateo 6:12,14,15; Colosenses 4:2; Efesios 6:18
¹¹1 Corintios 14:13-19,27,28

48
Párrafo 4. La oración debe ser por cosas lícitas, y a favor de toda clase de
personas vivas, o que vivirán más adelante;¹² pero no a favor de los
muertos ni de aquellos de quienes se pueda saber que han cometido el
pecado de muerte.¹³
¹²1 Juan 5:14; 1 Timoteo 2:1,2; Juan 17:20
¹³2 Samuel 12:21-23; Lucas 16:25,26; Apocalipsis 14:13; 1 Juan 5:16

Párrafo 5. La lectura de las Escrituras,¹⁴ la predicación y la audición de la


Palabra de Dios,¹⁵ la instrucción y la amonestación los unos a los otros por
medio de salmos, himnos y cantos espirituales, el cantar con gracia en el
corazón al Señor,¹⁶ como también la administración del bautismo¹⁷ y la
Cena del Señor¹⁸: son parte de la adoración religiosa a Dios que ha de
realizarse en obediencia a él, con entendimiento, fe, reverencia y temor
piadoso; además, la humillación solemne,¹⁹ con ayunos, y las acciones de
gracia en ocasiones especiales, han de usarse de una manera santa y
piadosa.²⁰
¹⁴Hechos 15:21; 1 Timoteo 4:13; Apocalipsis 1:3
¹⁵Timoteo 4:2; Lucas 8:18
¹⁶Colosenses 3:16; Efesios 5:19
¹⁷Mateo 28:19,20
¹⁸1 Corintios 11:26
¹⁹Est. 4:16; Joel 2:12; Mateo 9:15; Hechos 13:2,3; 1 Corintios 7:5
²⁰Éxodo 15:1-19; Salmos 107

Párrafo 6. Ahora, bajo el evangelio, ni la oración ni ninguna otra parte de


la adoración religiosa están limitadas a un lugar, ni son más aceptables por
el lugar en que se realizan, o hacia la dirección que se dirigen;²¹ sino que
Dios ha de ser adorado en todas partes en espíritu y en verdad;²² tanto en
cada familia en particular²³ diariamente,²⁴ como cada uno en secreto por sí
solo;²⁵ así como de una manera más solemne en las reuniones públicas,²⁶
las cuales no han de descuidarse ni abandonarse voluntariamente o por
negligencia, cuando Dios por su Palabra o providencia nos llama a ellas.²⁷
²¹Juan 4:21
²²Malaquías 1:11; 1 Timoteo 2:8; Juan 4:23,24
²³Deuteronomio 6:6,7; Job 1:5; 1 Pedro 3:7
²⁴Mateo 6:11
²⁵Mateo 6:6
²⁶Salmos 84:1,2,10; Mateo 18:20; 1 Corintios 3:16; 14:25; Efesios 2:21,22

49
²⁷Hechos 2:42; Hebreos 10:25

Párrafo 7. Así como es la ley de la naturaleza que, en general, una


proporción de tiempo, por designio de Dios, se dedique a la adoración a
Dios, así en su Palabra, por un mandamiento positivo, moral y perpetuo
que obliga a todos los hombres en todas las épocas, Dios ha señalado
particularmente un día de cada siete como día de reposo, para que sea
guardado santo para él;²⁸ el cual desde el principio del mundo hasta la
resurrección de Cristo fue el último día de la semana y desde la
resurrección de Cristo fue cambiado al primer día de la semana, que es
llamado el Día del Señor y debe ser perpetuado hasta el fin del mundo
como el día de reposo cristiano, siendo abolida la observancia del último
día de la semana.²⁹
²⁸Génesis 2:3; Éxodo 20:8-11; Marcos 2:27,28; Apocalipsis 1:10
²⁹Juan 20:1; Hechos 2:1; 20:7; 1 Corintios 16:1; Apocalipsis 1:10;
Colosenses 2:16,17

Párrafo 8. El día de reposo se guarda santo para el Señor cuando los


hombres, después de la debida preparación de su corazón y de haber
ordenado de antemano todos sus asuntos cotidianos, no solamente
observan un santo descanso durante todo el día de sus propias labores,
palabras y pensamientos³⁰ acerca de sus ocupaciones y diversiones
seculares, sino que también se dedican todo el tiempo al ejercicio público
y privado de la adoración de Dios, y a los deberes que son por necesidad
y por misericordia.³¹
³⁰Éxodo 20:8-11; Nehemías 13:15-22; Isaías 58:13,14; Apocalipsis 1:10
³¹Mateo 12:1-13; Marcos 2:27,28

CAPÍTULO 23
DE LOS JURAMENTOS Y VOTOS LÍCITOS
Párrafo 1. Un juramento lícito es una parte de la adoración religiosa en la
cual la persona que jura con verdad, justicia y juicio, solemnemente pone
a Dios como testigo de lo que jura, y para que le juzgue conforme a la
verdad o la falsedad de lo que jura.¹

50
¹Deuteronomio 10:20; Éxodo 20:7; Levítico 19:12; 2 Crónicas 6:22,23; 2
Corintios 1:23

Párrafo 2. Los hombres sólo deben jurar por el nombre de Dios, y al


hacerlo, han de usarlo con todo temor santo y reverencia. Por lo tanto, jurar
vana o temerariamente por este nombre glorioso y temible, o simplemente
jurar por cualquier otra cosa, es pecaminoso y debe reprobarse.² Sin
embargo, en asuntos de peso y de importancia, para confirmación de la
verdad y para poner fin totalmente a una contienda, la Palabra de Dios
justifica el juramento, por eso, cuando una autoridad legítima exija un
juramento lícito en tales casos, el juramento debe hacerse.³
²Deuteronomio 6:13; 28:58; Éxodo 20:7; Jeremías 5:7
³Hebreos 6:13-16; Génesis 24:3; 47:30,31; 50:25; 1 Reyes 17:1; Nehemías
13:25; 5:12; Esdras 10:5; Números 5:19,21; 1 Reyes 8:31; Éxodo 22:11;
Isaías 45:23; 65:16; Mateo 26:62-64; Romanos 1:9; 2 Corintios 1:23;
Hechos 18:18

Párrafo 3. Todo aquel que haga un juramento justificado por la Palabra de


Dios debe considerar seriamente la gravedad de un acto tan solemne, y no
afirmar en el mismo nada sino lo que sepa que es verdad, porque por
juramentos imprudentes, falsos y vanos se provoca al Señor y por razón
de ello la tierra gime.⁴
⁴Éxodo 20:7; Levítico 19:12; Números 30:2; Jeremías 4:2; 23:10

Párrafo 4. Un juramento debe hacerse con palabras comunes cuyo sentido


es claro, sin equívocos ni reservas mentales.⁵
⁵Salmos 24:4; Jeremías 4:2

Párrafo 5. Un voto (que no ha de hacerse a ninguna criatura, sino sólo a


Dios)⁶ ha de hacerse y cumplirse con todo cuidado piadoso y con
fidelidad;⁷ pero los votos monásticos papistas de celibato perpetuo,
pretendida pobreza y obediencia a las reglas eclesiásticas, distan tanto de
ser grados de perfección superior que son realmente trampas
supersticiosas y pecaminosas en las que ningún cristiano debe enredarse.⁸
⁶Números 30:2,3; Salmos 76:11; Jeremías 44:25,26
⁷Números 30:2; Salmos 61:8; 66:13,14; Eclesiastés 5:4-6; Isaías 19:21
⁸1 Corintios 6:18 con 7:2,9; 1 Timoteo 4:3; Efesios 4:28; 1 Corintios 7:23;
Mateo 19:11,12

51
CAPÍTULO 24
DE LAS AUTORIDADES CIVILES
Párrafo 1. Dios, el supremo Señor y Rey del mundo entero, ha instituido
autoridades civiles para sujetarse a él y gobernar al pueblo¹ para la gloria
de Dios y el bien público;² y con este fin, les ha provisto con el poder de
la espada, para la defensa y el ánimo de los que hacen lo bueno, y para el
castigo de los hacen el mal.³
¹Salmos 82:1; Lucas 12:48; Romanos 13:1-6; 1 Pedro 2:13,14
²Génesis 6:11-13 con 9:5,6; Salmos 58:1,2; 72:14; 82:1-4; Proverbios 21:15;
24:11,12; 29:14,26; 31:5; Ezequiel 7:23; 45:9; Daniel 4:27; Mateo 22:21;
Romanos 13:3,4; 1 Timoteo 2:2; 1 Pedro 2:14
³Génesis 9:6; Proverbios 16:14; 19:12; 20:2; 21:15; 28:17; Hechos 25:11;
Romanos 13:4; 1 Pedro 2:14

Párrafo 2. Es lícito para los cristianos aceptar cargos dentro de la autoridad


civil cuando sean llamados a ocuparlos;⁴ en el desempeño de dichos cargos
deben mantener especialmente la justicia y la paz, según las buenas leyes
de cada reino y estado; y así, ahora con este propósito, bajo el Nuevo
Testamento, pueden hacer lícitamente la guerra en ocasiones justas y
necesarias.⁵
⁴Éxodo 22:8,9,28,29; Daniel; Nehemías; Proverbios 14:35; 16:10,12;
20:26,28; 25:2; 28:15,16; 29:4,14; 31:4,5; Romanos 13:2,4,6
⁵Lucas 3:14; Romanos 13:4

Párrafo 3. Habiendo sido instituidas por Dios las autoridades civiles con
los fines ya mencionados, se les debe rendir sujeción⁶ en el Señor en todas
las cosas lícitas⁷ que manden, no sólo por causa de la ira sino también de
la conciencia; y debemos ofrecer súplicas y oraciones a favor de los reyes
y de todos los que están en autoridad, para que bajo su gobierno vivamos
una vida tranquila y sosegada en toda piedad y honestidad.⁸
⁶Proverbios 16:14,15; 19:12; 20:2; 24:21,22; 25:15; 28:2; Romanos 13:1-7;
Tito 3:1; 1 Pedro 2:13,14
⁷Daniel 1:8; 3:4-6,16-18; 6:5-10,22; Mateo 22:21; Hechos 4:19,20; 5:29
⁸Jeremías 29:7; 1 Timoteo 2:1-4

52
CAPÍTULO 25
DEL MATRIMONIO
Párrafo 1. El matrimonio ha de ser entre un hombre y una mujer; no es
lícito para ningún hombre tener más de una esposa, ni para ninguna mujer
tener más de un marido.¹
¹Génesis 2:24 con Mateo 19:5,6; 1 Timoteo 3:2; Tito 1:6

Párrafo 2. El matrimonio fue instituido para la mutua ayuda de esposo y


esposa;² para multiplicar el género humano por medio de una descendencia
legítima³ y para evitar la impureza.⁴
²Génesis 2:18; Proverbios 2:17; Malaquías 2:14
³Génesis 1:28; Salmos 127:3-5; 128:3,4
⁴1 Corintios 7:2,9

Párrafo 3. Pueden casarse lícitamente toda clase de personas capaces de


dar su consentimiento en su sano juicio;⁵ sin embargo, es deber de los
cristianos casarse en el Señor. Y, por lo tanto, los que profesan la
verdadera fe no deben casarse con incrédulos o idólatras; ni deben los que
son piadosos unirse en yugo desigual, casándose con los que viven una
vida malvada o que sostengan herejías condenables.⁶
⁵1 Corintios 7:39; 2 Corintios 6:14; Hebreos 13:4; 1 Timoteo 4:3
⁶1 Corintios 7:39; 2 Corintios 6:14

Párrafo 4. El matrimonio no debe contraerse dentro de los grados de


consanguinidad o afinidad prohibidos en la Palabra, ni pueden tales
matrimonios incestuosos legalizarse jamás por ninguna ley humana, ni por
el consentimiento de las partes, de tal manera que esas personas puedan
vivir juntas como marido y mujer.⁷
⁷Levítico 18:6-18; Amós 2:7; Marcos 6:18; 1 Corintios 5:1

53
CAPÍTULO 26
DE LA IGLESIA
Párrafo 1. La iglesia católica o universal,¹ que (con respecto a la obra
interna del Espíritu y la verdad de la gracia) puede llamarse invisible, se
compone del número completo de los electos que han sido, son o serán
reunidos en uno bajo Cristo, su cabeza; y es la esposa, el cuerpo, la
plenitud de aquel que llena todo en todos.²
¹Mateo 16:18; 1 Corintios 12:28; Efesios 1:22; 4:11-15; 5:23-25,27,29,32;
Colosenses 1:18,24; Hebreos 12:23
²Efesios 1:22; 4:11-15; 5:23-25,27,29,32; Colosenses 1:18,24; Apocalipsis
21:9-14

Párrafo 2. Todos en todo el mundo que profesan la fe del evangelio y


obediencia a Dios por Cristo conforme al mismo, que no destruyen su
propia profesión mediante errores fundamentales o conductas impías, son
y pueden ser llamados santos visibles;³ y de tales deben estar compuestas
todas las congregaciones locales.⁴
³1 Corintios 1:2; Romanos 1:7,8; Hechos 11:26; Mateo 16:18; 28:15-20; 1
Corintios 5:1-9
⁴Mateo 18:15-20; Hechos 2:37-42; 4:4; Romanos 1:7; 1 Corintios 5:1-9

Párrafo 3. Las iglesias más puras bajo el cielo están sujetas a la impureza
y al error,⁵ y algunas se han degenerado tanto que han llegado a ser no
iglesias de Cristo sino sinagogas de Satanás.⁶ Sin embargo, Cristo siempre
ha tenido y siempre tendrá un reino en este mundo, hasta el fin del mismo,
compuesto de aquellos que creen en él y profesan su nombre.⁷
⁵1 Corintios 1:11; 5:1; 6:6; 11:17-19; 3 Juan 9,10; Apocalipsis 2 y 3
⁶Apocalipsis 2:5 con 1:20; 1 Timoteo 3:14,15; Apocalipsis 18:2
⁷Mateo 16:18; 24:14; 28:20; Marcos 4:30-32; Salmos 72:16-18; 102:28;
Isaías 9:6,7; Apocalipsis 12:17; 20:7-9

Párrafo 4. La Cabeza de la Iglesia es el Señor Jesucristo, en quien, por el


designio del Padre, todo el poder requerido para el llamamiento, el
establecimiento, el orden o el gobierno de la iglesia, está suprema y
soberanamente investido.⁸ No puede el papa de Roma ser cabeza de ella
en ningún sentido, sino que él es aquel Anticristo, aquel hombre de pecado
e hijo de perdición, que se ensalza en la iglesia contra Cristo y contra todo

54
lo que se llama Dios, a quien el Señor destruirá con el resplandor de su
venida.⁹
⁸Colosenses 1:18; Efesios 4:11-16; 1:20-23; 5:23-32; 1 Corintios 12:27,28;
Juan 17:1-3; Mateo 28:18-20; Hechos 5:31; Juan 10:14-16
⁹2 Tesalonicenses 2:2-9

Párrafo 5. En el ejercicio de este poder que le ha sido confiado, el Señor


Jesús, a través del ministerio de su Palabra y por su Espíritu, llama a sí
mismo del mundo a aquellos que le han sido dados por su Padre¹⁰ para que
anden delante de él en todos los caminos de la obediencia que él les
prescribe en su Palabra.¹¹ A los así llamados, les ordena andar juntos en
congregaciones concretas, o iglesias, para su edificación mutua y la debida
observancia del culto público, que él requiere de ellos en el mundo.¹²
¹⁰Juan 10:16,23; 12:32; 17:2; Hechos 5:31,32
¹¹Mateo 28:20
¹²Mateo 18:15-20; Hechos 14:21-23; Tito 1:5; 1 Timoteo 1:3; 3:14-16; 5:17-
22

Párrafo 6. Los miembros de estas iglesias son santos por su llamamiento,


y en una forma visible manifiestan y evidencian (por su profesión de fe y
su conducta) su obediencia al llamamiento de Cristo;¹³ y voluntariamente
acuerdan andar juntos, conforme al designio de Cristo, dándose a sí
mismos al Señor y mutuamente, por la voluntad de Dios, profesando
sujeción a los preceptos del evangelio.¹⁴
¹³Mateo 28:18-20; Hechos 14:22,23; Romanos 1:7; 1 Corintios 1:2 con los
vv. 13-17; 1 Tesalonicenses 1:1 con los vv. 2-10; Hechos 2:37-42; 4:4;
5:13,14
¹⁴Hechos 2:41,42; 5:13,14; 2 Corintios 9:13

Párrafo 7. A cada una de estas iglesias así reunidas, el Señor, conforme a


su voluntad declarada en su Palabra, ha dado todo el poder y autoridad en
cualquier sentido necesario para realizar el orden en la adoración y en la
disciplina que él ha instituido para que lo guarden; juntamente con
mandatos y reglas para el ejercicio propio y correcto y la ejecución del
mencionado poder.¹⁵
¹⁵Mateo 18:17-20; 1 Corintios 5:4,5,13; 2 Corintios 2:6-8

55
Párrafo 8. Una iglesia local, reunida y completamente organizada de
acuerdo con la voluntad de Cristo, está compuesta por oficiales y
miembros; y los oficiales designados por Cristo para ser escogidos y
apartados por la iglesia (así llamada y reunida), para la particular
administración de las ordenanzas y el ejercicio del poder o el deber, que él
les confía o a los que los llama, para que continúen hasta el fin del mundo,
son los obispos o ancianos, y los diáconos.¹⁶
¹⁶Filipenses 1:1; 1 Timoteo 3:1-13; Hechos 20:17,28; Tito 1:5-7; 1 Pedro 5:2

Párrafo 9. La manera designada por Cristo para el llamamiento de


cualquier persona que ha sido calificada y dotada por el Espíritu Santo¹⁷
para el oficio de obispo o anciano en una iglesia, es que sea escogido para
el mismo por la votación común de la iglesia misma,¹⁸ y solemnemente
apartado mediante ayuno y oración con la imposición de manos de los
ancianos de la iglesia, si es que hay algunos constituidos anteriormente en
ella;¹⁹ y para el oficio de diácono, que sea escogido por la misma votación
y apartado mediante oración y la misma imposición de manos.²⁰
¹⁷Efesios 4:11; 1 Timoteo 3:1-13
¹⁸Hechos 6:1-7; 14:23 con Mateo 18:17-20; 1 Corintios 5:1-13
¹⁹1 Timoteo 4:14; 5:22
²⁰Hechos 6:1-7

Párrafo 10. Siendo la obra de los pastores atender constantemente al


servicio de Cristo, en sus iglesias, en el ministerio de la Palabra y la
oración, velando por sus almas, como aquellos que han de dar cuenta a
él,²¹ es la responsabilidad de las iglesias a las que ellos ministran darles no
solamente todo el respeto debido, sino compartir también con ellos todas
sus cosas buenas, según sus posibilidades,²² de manera que tengan una
provisión adecuada, sin que tengan que enredarse en actividades
seculares,²³ y puedan también practicar la hospitalidad hacia los demás.²⁴
Esto lo requiere la ley de la naturaleza y el mandato expreso de Nuestro
Señor Jesús, quien ha ordenado que los que predican el evangelio vivan
del evangelio.²⁵
²¹Hechos 6:4; 1 Timoteo 3:2; 5:17; Hebreos 13:17
²²1 Timoteo 5:17,18; 1 Corintios 9:14; Gálatas 6:6,7
²³2 Timoteo 2:4
²⁴1 Timoteo 3:2
²⁵1 Corintios 9:6-14; 1 Timoteo 5:18

56
Párrafo 11. Aunque sea la responsabilidad de los obispos o pastores de las
iglesias, según su oficio, estar constantemente dedicados a la predicación
de la Palabra, la obra de predicar la Palabra no está tan particularmente
limitada a ellos, sino que otros también dotados y calificados por el
Espíritu Santo para ello y aprobados y llamados por la iglesia, pueden y
deben desempeñarla.²⁶
²⁶Hechos 8:5; 11:19-21; 1 Pedro 4:10,11

Párrafo 12. Todos los creyentes están obligados a unirse a iglesias locales
cuándo y dónde tengan oportunidad de hacerlo. Asimismo, todos aquellos
que son admitidos a los privilegios de una iglesia también están sujetos a
la disciplina y el gobierno de la misma, conforme a la norma de Cristo.²⁷
²⁷1 Tesalonicenses 5:14; 2 Tesalonicenses 3:6,14,15; 1 Corintios 5:9-13;
Hebreos 13:17

Párrafo 13. Ningún miembro de iglesia, por alguna ofensa recibida,


habiendo cumplido el deber requerido de él hacia la persona que le ha
ofendido, debe perturbar el orden de la iglesia, o faltar a las reuniones de
la iglesia o abstenerse de la pariticipación de ninguna de las ordenanzas
por tal ofensa de cualquier otro miembro, sino que debe esperar en Cristo
mientras prosigan las actuaciones de la iglesia.²⁸
²⁸Mateo 18:15-17; Efesios 4:2,3; Colosenses 3:12-15; 1 Juan 2:7-11,18,19;
Efesios 4:2,3; Mateo 28:20

Párrafo 14. Puesto que cada iglesia, y todos sus miembros, están obligados
a orar continuamente por el bien y la prosperidad de todas las iglesias de
Cristo en todos los lugares, y en todas las ocasiones ayudar a cada una
dentro de los límites de sus áreas y vocaciones, en el ejercicio de sus dones
y virtudes,²⁹ así las iglesias, cuando estén establecidas por la providencia
de Dios de manera que puedan gozar de la oportunidad y el beneficio de
ello,³⁰ deben tener comunión entre sí, para su paz, crecimiento en amor y
edificación mutua.³¹
²⁹Juan 13:34,35; 17:11,21-23; Efesios 4:11-16; 6:18; Salmos 122:6;
Romanos 16:1-3; 3 Juan 8-10 con 2 Juan 5-11; Romanos 15:26; 2 Corintios
8:1-4,16-24; 9:12-15; Colosenses 2:1 con 1:3,4,7 y 4:7,12

57
³⁰Gálatas 1:2,22; Colosenses 4:16; Apocalipsis 1:4; Romanos 16:1,2; 3 Juan
8-10
³¹1 Juan 4:1-3 con 2 y 3 Juan; Romanos 16:1-3; 2 Corintios 9:12-15; Jos. 22

Párrafo 15. En casos de dificultades o diferencias respecto a la doctrina o


el gobierno de la iglesia, en que las iglesias en general o una sola iglesia
están preocupadas por su paz, unión y edificación; o uno o varios
miembros de una iglesia son dañados por procedimientos disciplinarios
que no coincidan con la verdad y al orden, es conforme a la voluntad de
Cristo que muchas iglesias que tengan comunión entre sí, se reúnan a
través de sus representantes para considerar y dar su consejo sobre los
asuntos en disputa, para informar a todas las iglesias involucradas.³² Sin
embargo, a los representantes congregados no se les entrega ningún poder
eclesiástico propiamente dicho ni jurisdicción sobre las iglesias mismas
para ejercer disciplina sobre cualquiera de ellas o sus miembros, ni para
imponer sus decisiones sobre ellas o sus oficiales.³³
³²Gálatas 2:2; Proverbios 3:5-7; 12:15; 13:10
³³1 Corintios 7:25,36,40; 2 Corintios 1:24; 1 Juan 4:1

CAPÍTULO 27
DE LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
Párrafo 1. Todos los santos que están unidos a Jesucristo,¹ su cabeza, por
su Espíritu y por la fe² (aunque no por ello vengan a ser una persona con
él),³ participan en sus virtudes, padecimientos, muerte, resurrección y
gloria;⁴ y, estando unidos unos a otros en amor, participan mutuamente de
sus dones y virtudes,⁵ y están obligados al cumplimiento de tales deberes,
públicos y privados, de manera ordenada, que conduzcan a su bien mutuo,
tanto en el hombre interior como en el exterior.⁶
¹Efesios 1:4; Juan 17:2,6; 2 Corintios 5:21; Romanos 6:8; 8:17; 8:2; 1
Corintios 6:17; 2 Pedro 1:4
²Efesios 3:16,17; Gálatas 2:20; 2 Corintios 3:17,18
³1 Corintios 8:6; Colosenses 1:18,19; 1 Timoteo 6:15,16; Isaías 42:8; Salmos
45:7; Hebreos 1:8,9
⁴1 Juan 1:3; Juan 1:16; 15:1-6; Efesios 2:4-6; Romanos 4:25; 6:1-6;
Filipenses 3:10; Colosenses 3:3,4

58
⁵Juan 13:34,35; 14:15; Efesios 4:15; 1 Pedro 4:10; Romanos 14:7,8; 1
Corintios 3:21-23; 12:7,25-27
⁶Romanos 1:12; 12:10-13; 1 Tesalonicenses 5:11,14; 1 Pedro 3:8; 1 Juan
3:17,18; Gálatas 6:10

Párrafo 2. Los santos, por su profesión, están obligados a mantener entre


sí un compañerismo y comunión santos en la adoración a Dios y en el
cumplimiento de los otros servicios espirituales que tiendan a su
edificación mutua,⁷ así como a ayudarse unos a otros en las cosas externas
según sus posibilidades y necesidades.⁸ Según la norma del evangelio,
aunque esta comunión deba ejercerse especialmente en las relaciones en
que se encuentren, ya sea en las familias o en las iglesias,⁹ debe extenderse,
según Dios dé la oportunidad, a toda la familia de la fe, es decir, a todos
los que en todas partes invocan el nombre del Señor Jesús.¹⁰ Sin embargo,
su comunión mutua como santos no quita ni infringe el derecho o la
propiedad que cada hombre tiene sobre sus bienes y posesiones.¹¹
⁷Hebreos 10:24,25; 3:12,13
⁸Hechos 11:29,30; 2 Corintios 8,9; Gálatas 2; Romanos 15
⁹1 Timoteo 5:8,16; Efesios 6:4; 1 Corintios 12:27
¹⁰Hechos 11:29,30; 2 Corintios 8,9; Gálatas 2; 6:10; Romanos 15
¹¹Hechos 5:4; Efesios 4:28; Éxodo 20:15

CAPÍTULO 28
DEL BAUTISMO Y LA CENA DEL SEÑOR
Párrafo 1. El bautismo y la Cena del Señor son ordenanzas que han sido
positiva y soberanamente instituidas por el Señor Jesús, el único
legislador,¹ para que continúen en su iglesia hasta el fin del mundo.²
¹Mateo 28:19,20; 1 Corintios 11:24,25
²Mateo 28:18-20; Romanos 6:3,4; 1 Corintios 1:13-17; Gálatas 3:27; Efesios
4:5; Colosenses 2:12; 1 Pedro 3:21; 1 Corintios 11:26; Lucas 22:14-20

Párrafo 2. Estas santas instituciones han de ser administradas solamente


por aquellos que estén calificados y llamados para ello, según la comisión
de Cristo.³
³Mateo 24:45-51; Lucas 12:41-44; 1 Corintios 4:1; Tito 1:5-7

59
CAPÍTULO 29
DEL BAUTISMO
Párrafo 1. El bautismo es una ordenanza del Nuevo Testamento instituida
por Jesucristo, con el fin de ser para la persona bautizada una señal de su
comunión con él en su muerte y resurrección, de estar injertado en él,¹ de
la remisión de pecados² y de su entrega a Dios por medio de Jesucristo
para vivir y andar en novedad de vida.³
¹Romanos 6:3-5; Colosenses 2:12; Gálatas 3:27
²Marcos 1:4; Hechos 22:16
³Romanos 6:4

Párrafo 2. Los que realmente profesan arrepentimiento para con Dios y fe


en Nuestro Señor Jesucristo y obediencia a él son los únicos adecuados
para recibir esta ordenanza.⁴
⁴Mateo 3:1-12; Marcos 1:4-6; Lucas 3:3-6; Mateo 28:19,20; Marcos
16:15,16; Juan 4:1,2; 1 Corintios 1:13-17; Hechos 2:37-41; 8:12,13,36-38;
9:18; 10:47,48; 11:16; 15:9; 16:14,15,31-34; 18:8; 19:3-5; 22:16; Romanos
6:3,4; Gálatas 3:27; Colosenses 2:12; 1 Pedro 3:21; Jeremías 31:31-34;
Filipenses 3:3; Juan 1:12,13; Mateo 21:43

Párrafo 3. El elemento exterior que debe usarse en esta ordenanza es el


agua, en la cual ha de ser bautizada⁵ la persona en el nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo.⁶
⁵Mateo 3:11; Hechos 8:36,38; 22:16
⁶Mateo 28:18-20

Párrafo 4. La inmersión de la persona en el agua es necesaria para la


correcta administración de esta ordenanza.⁷
⁷2 Reyes 5:14; Salmos 69:2; Isaías 21:4; Marcos 1:5,8-9; Juan 3:23; Hechos
8:38; Romanos 6:4; Colosenses 2:12; Marcos 7:3,4; 10:38,39; Lucas 12:50;
1 Corintios 10:1,2; Mateo 3:11; Hechos 1:5,8; 2:1-4,17

60
CAPÍTULO 30
DE LA CENA DEL SEÑOR
Párrafo 1. La Cena del Señor Jesús fue instituida por él la misma noche
que fue entregado,¹ para que se observara en sus iglesias² hasta el fin del
mundo,³ para el recuerdo perpetuo y para la manifestación del sacrificio
de sí mismo en su muerte,⁴ para confirmación de la fe de los creyentes en
todos los beneficios de la misma,⁵ para su alimentación espiritual y
crecimiento en él,⁶ para un mayor compromiso en todas las obligaciones
que le deben a él,⁷ y para ser un vínculo y una prenda de su comunión con
él y entre ellos mutuamente.⁸
¹1 Corintios 11:23-26; Mateo 26:20-26; Marcos 14:17-22; Lucas 22:19-23
²Hechos 2:41,42; 20:7; 1 Corintios 11:17-22,33,34
³Marcos 14:24,25; Lucas 22:17-22; 1 Corintios 11:24-26
⁴1 Corintios 11:24-26; Mateo 26:27,28; Lucas 22:19,20
⁵Romanos 4:11
⁶Juan 6:29,35,47-58
⁷1 Corintios 11:25
⁸1 Corintios 10:16,17

Párrafo 2. En esta ordenanza, Cristo no es ofrecido a su Padre, ni se hace


en absoluto ningún verdadero sacrificio para la remisión del pecado ni de
los vivos ni de los muertos; sino que solamente es un memorial de aquel
único ofrecimiento de sí mismo y por si mismo en la cruz, una sola vez
para siempre,⁹ y una ofrenda espiritual de toda la alabanza posible a Dios
por el mismo.¹⁰ Así que el sacrificio papal de la misa, como ellos la llaman,
es sumamente abominable e injurioso al sacrificio mismo de Cristo, la
única propiciación por todos los pecados de los escogidos.
⁹Juan 19:30; Hebreos 9:25-28; 10:10-14; Lucas 22:19; 1 Corintios 11:24,25
¹⁰Mateo 26:26,27,30 con Hebreos 13:10-16

Párrafo 3. El Señor Jesús, en esta ordenanza, ha designado a sus ministros


para que oren y bendigan los elementos del pan y del vino, y que los
aparten así del uso común para el uso sagrado; que tomen y partan el pan,
y tomen la copa y (participando también ellos mismos) den ambos a los
participantes.¹¹
¹¹1 Corintios 11:23-26; Mateo 26:26-28; Marcos 14:24,25; Lucas 22:19-22

61
Párrafo 4. Negar la copa a los miembros de la iglesia,¹² adorar los
elementos, elevarlos o llevarlos de un lugar a otro para adorarlos y
guardarlos para cualquier pretendido uso religioso,¹³ es contrario a la
naturaleza de esta ordenanza y a que Cristo instituyó.¹⁴
¹²Mateo 26:27; Marcos 14:23; 1 Corintios 11:25-28
¹³Éxodo 20:4,5
¹⁴Mateo 15:9

Párrafo 5. Los elementos externos de esta ordenanza, debidamente


separados para el uso ordenado por Cristo, tienen tal relación con el
Crucificado que en un sentido verdadero, aunque en términos figurativos,
se llaman a veces por el nombre de las cosas que representan, a saber: el
cuerpo y la sangre de Cristo;¹⁵ no obstante, en sustancia y en naturaleza,
esos elementos siguen siendo verdadera y solamente pan y vino, como
eran antes.¹⁶
¹⁵1 Corintios 11:27; Mateo 26:26-28
¹⁶1 Corintios 11:26-28; Mateo 26:29

Párrafo 6. La doctrina que sostiene un cambio de sustancia del pan y del


vino en la sustancia del cuerpo y la sangre de Cristo (llamada comúnmente
transustanciación), por la consagración de un sacerdote, o de algún otro
modo, es repugnante no sólo a las Escrituras¹⁷ sino también al sentido
común y a la razón; echa abajo la naturaleza de la ordenanza; y ha sido y
es la causa de muchísimas supersticiones y, además, de crasas idolatrías.
¹⁷Mateo 26:26-29; Lucas 24:36-43,50,51; Juan 1:14; 20:26-29; Hechos 1:9-
11; 3:21; 1 Corintios 11:24-26; Lucas 12:1; Apocalipsis 1:20; Génesis
17:10,11; Ezequiel 37:11; Génesis 41:26,27

Párrafo 7. Los que reciben dignamente esta ordenanza,¹⁸ participando


externamente de los elementos visibles, también participan interiormente,
por la fe, de una manera real y verdadera, aunque no carnal ni corporal,
sino alimentándose espiritualmente de Cristo crucificado y recibiendo
todos los beneficios de su muerte.¹⁹ El cuerpo y la sangre de Cristo no
están entonces ni carnal ni corporal sino espiritualmente presentes en esta
ordenanza para la fe de los creyentes, tanto como los elementos mismos lo
están para sus sentidos corporales.²⁰
¹⁸1 Corintios 11:28

62
¹⁹Juan 6:29,35,47-58
²⁰1 Corintios 10:16

Párrafo 8. Todos los ignorantes e impíos, no siendo aptos para gozar de la


comunión con Cristo son, por lo tanto, indignos de la mesa del Señor y,
mientras permanezcan como tales, no pueden, sin pecar grandemente
contra él, participar de estos sagrados misterios o ser admitidos a ellos;²¹
además, quienquiera que los reciba indignamente es culpable del cuerpo y
la sangre del Señor, pues come y bebe juicio para sí.²²
²¹Mateo 7:6; Efesios 4:17-24; 5:3-9; Éxodo 20:7,16; 1 Corintios 5:9-13; 2
Juan 10; Hechos 2:41,42; 20:7; 1 Corintios 11:17-22,33,34
²²1 Corintios 11:20-22,27-34

CAPÍTULO 31
DEL ESTADO DEL HOMBRE DESPUÉS DE LA MUERTE Y DE
LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS
Párrafo 1. Los cuerpos de los hombres vuelven al polvo después de la
muerte y ven la corrupción,¹ pero sus almas (que ni mueren ni duermen),
teniendo una subsistencia inmortal, vuelven inmediatamente a Dios que
las dio.² Las almas de los justos, siendo entonces perfeccionadas en
santidad, son recibidas en el Paraíso donde están con Cristo, y contemplan
la faz de Dios en luz y gloria, esperando la plena redención de sus cuerpos.³
Las almas de los malvados son arrojadas al infierno, donde permanecen
atormentadas y envueltas en densas tinieblas, reservadas para el juicio del
gran día.⁴ Fuera de estos dos lugares para las almas separadas de sus
cuerpos, las Escrituras no admiten ningún otro.
¹Génesis 2:17; 3:19; Hechos 13:36; Romanos 5:12-21; 1 Corintios 15:22
²Génesis 2:7; Santiago 2:26; Mateo 10:28; Eclesiastés 12:7
³Salmos 23:6; 1 Reyes 8:27-49; Isaías 63:15; 66:1; Lucas 23:43; Hechos 1:9-
11; 3:21; 2 Corintios 5:6-8; 12:2-4; Efesios 4:10; Filipenses 1:21-23;
Hebreos 1:3; 4:14,15; 6:20; 8:1; 9:24; 12:23; Apocalipsis 6:9-11; 14:13;
20:4-6
⁴Lucas 16:22-26; Hechos 1:25; 1 Pedro 3:19; 2 Pedro 2:9

Párrafo 2. Los santos que se encuentren vivos en el último día no


dormirán, sino que serán transformados,⁵ y todos los muertos serán

63
resucitados⁶ con sus mismos cuerpos, y no con otros,⁷ aunque con
diferentes cualidades,⁸ y éstos se unirán otra vez a sus almas para siempre.⁹
⁵1 Corintios 15:50-53; 2 Corintios 5:1-4; 1 Tesalonicenses 4:17
⁶Daniel 12:2; Juan 5:28,29; Hechos 24:15
⁷Job 19:26,27; Juan 5:28,29; 1 Corintios 15:35-38,42-44
⁸1 Corintios 15:42-44,52-54
⁹Daniel 12:2; Mateo 25:46

Párrafo 3. Los cuerpos de los injustos, por el poder de Cristo, serán


resucitados para deshonra;¹⁰ los cuerpos de los justos, por su Espíritu,¹¹
para honra,¹² y serán hechos entonces semejantes al cuerpo glorioso de
Cristo.¹³
¹⁰Daniel 12:2; Juan 5:28,29
¹¹Romanos 8:1,11; 1 Corintios 15:45; Gálatas 6:8
¹²1 Corintios 15:42-49
¹³Romanos 8:17,29,30; 1 Corintios 15:20-23,48,49; Filipenses, 3:21;
Colosenses 1:18; 3:4; 1 Juan 3:2; Apocalipsis 1:5

CAPÍTULO 32
DEL JUICIO FINAL
Párrafo 1. Dios ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con
justicia por Jesucristo, a quien todo poder y juicio ha sido dado por el
Padre.¹ En aquel día, no sólo los ángeles apóstatas serán juzgados,² sino
que también todas las personas que han vivido sobre la tierra
comparecerán delante del tribunal de Cristo³ para dar cuenta de sus
pensamientos, palabras y acciones, y para recibir conforme a lo que hayan
hecho mientras estaban en el cuerpo, sea bueno o malo.⁴
¹Hechos 17:31; Juan 5:22,27
²1 Corintios 6:3; Judas 6
³Mateo 16:27; 25:31-46; Hechos 17:30,31; Romanos 2:6-16; 2
Tesalonicenses 1:5-10; 2 Pedro 3:1-13; Apocalipsis 20:11-15
⁴2 Corintios 5:10; 1 Corintios 4:5; Mateo 12:36

Párrafo 2. El propósito de Dios al establecer este día es la manifestación


de la gloria de su misericordia en la salvación eterna de los escogidos, y la
de su justicia en la condenación eterna de los réprobos, que son malvados

64
y desobedientes;⁵ pues entonces los justos entrarán a la vida eterna y
recibirán la plenitud de gozo y gloria con recompensas eternas en la
presencia del Señor; pero los malvados, que no conocen a Dios ni
obedecen al evangelio de Jesucristo, serán arrojados al tormento eterno y
castigados con eterna perdición, lejos de la presencia del Señor y de la
gloria de su poder.⁶
⁵Romanos 9:22,23
⁶Mateo 18:8; 25:41,46; 2 Tesalonicenses 1:9; Hebreos 6:2; Judas 6;
Apocalipsis 14:10,11; Lucas 3:17; Marcos 9:43,48; Mateo 3:12; 5:26;
13:41,42; 24:51; 25:30

Párrafo 3. Así como Cristo quiere que estemos totalmente persuadidos de


que habrá un Día de Juicio, tanto para disuadir a todos los hombres de
pecar,⁷ como para ser de mayor consuelo de los piadosos en su
adversidad;⁸ así también quiere que los hombres no sepan cuándo será ese
día, para que se desprendan de toda seguridad carnal y estén siempre
velando porque no saben a qué hora vendrá el Señor;⁹ y estén siempre
preparados para decir: Ven, Señor Jesús; ven pronto.¹⁰
⁷2 Corintios 5:10,11
⁸2 Tesalonicenses 1:5-7
⁹Marcos 13:35-37; Lucas 12:35-40
¹⁰Apocalipsis 22:20

65
EL CATECISMO BAUTISTA

P. 1: ¿Quién es el Ser Primero y Excelso?


R. Dios es el Ser Primero y Excelso.¹
¹Isaías 44:6; 48:12; Salmos 97:9

P. 2: ¿Deben todos creer que Dios existe?


R. Todos deben creer que Dios existe; ¹ y es el gran pecado y necedad de
aquellos que no lo hagan. ²
¹Hebreos 11:6
²Salmos 14:1

P. 3: ¿Cómo podemos saber que Dios existe?


R. La luz de la naturaleza en el hombre, y las obras de Dios, claramente
declaran que hay un Dios;¹ pero solo Su Palabra y Espíritu lo hacen
completa y eficazmente para la salvación de pecadores.²
¹Romanos 1:19,20; Salmos 19:1-3; Hechos 17:24
²1 Corintios 2:10; 2 Timoteo 3:15,16

P. 4: ¿Qué es la Palabra de Dios?


R. Las Santas Escrituras del Antiguo y Nuevo Testamentos son la Palabra
de Dios, y la única regla infalible de fe y obediencia. ¹
¹2 Timoteo 3:16; Efesios 2:20

P. 5: ¿Pueden todos los hombres usar las Escrituras?


R. Todos los hombres no solo son permitidos sino mandados y exhortados
a leer, escuchar y entender las Santas Escrituras. ¹
¹Juan 5:38; Apocalipsis 17:18,19; 1:3; Hechos 8:30

P. 6: ¿Qué cosas contiene principalmente la Sagrada Escritura?


R. Las Sagradas Escrituras contienen principalmente lo que el hombre
debe creer acerca de Dios y que obligación Dios requiere del hombre. ¹
¹ 2 Timoteo 1:13; 3:15, 16

P. 7: ¿Qué es Dios?
R. Dios es un Espíritu,¹ infinito,² eterno,³ e inmutable⁴ en Su ser,⁵
sabiduría,⁶ poder,⁷ santidad,⁸ justicia, bondad y verdad.⁹
¹Juan 4:24
²Job 11:7, 8, 9
³Salmos 90:2
⁴Santiago 1:17

66
⁵Éxodo 3:14
⁶Salmos 147:5
⁷Apocalipsis 4:8
⁸Apocalipsis 15:4
⁹Éxodo 34:6

P. 8: ¿Hay más dioses que uno?


R. Hay sino uno solo, el Dios viviente y verdadero.¹
¹Deuteronomio 6:4; Jeremías 10:10

P. 9: ¿Cuántas personas hay en la Deidad?


R. Hay tres personas en la Deidad, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo; y
esos tres son un Dios, lo mismo en esencia, igual en
poder y gloria.¹
¹Juan 5:7; Mateo 28:19

P. 10: ¿Qué son los decretos de Dios?


R. Los decretos de Dios son Su propósito eterno, de acuerdo al consejo de
Su voluntad, por el cual para Su propia gloria Él ha preordinado todo lo
que sucede.¹
¹Efesios 1:4,11; Romanos 9:22-23

P. 11: ¿Cómo ejecuta Dios Sus decretos?


R. Dios ejecuta Sus decretos en las obras de creación y providencia.

P. 12: ¿Qué es la obra de creación?


R. La obra de creación es cuando Dios creó todas las cosas de la nada, por
la Palabra de Su poder en el espacio de seis días y todo muy bueno.¹
¹Génesis 1; Hebreos 11:3

P. 13: ¿Cómo creó Dios al hombre?


R. Dios creó al hombre varón y mujer, en Su propia imagen: en
conocimiento, justicia, y santidad, con dominio sobre las criaturas.¹
¹Génesis 1:26-28; Colosenses 3:10; Efesios 4:24

P. 14: ¿Cuáles son las obras de providencia de Dios?


R. Las obras de providencia de Dios son Su preservar y gobernar de la
manera más santa,¹ sabia,² y poderosa³ todas Sus criaturas y todas sus
acciones.⁴
¹Salmos 145:7
²Salmos 104:24; Isaías 28:29
³Hebreos 1:3

67
⁴Salmos 103:19; Mateo 10:29-31

P. 15: ¿Qué acto especial de providencia ejerció Dios hacía el hombre,


en el estado en que fue creado?
R. Cuando Dios hubo creado al hombre, Él entró en un Pacto de Vida con
él, bajo condición de obediencia perfecta, prohibiéndole comer del árbol
del conocimiento del bien y del mal, bajo pena de muerte.¹
¹Gálatas 3:12; Génesis 2:17

P. 16: ¿Continuaron nuestros primeros padres en el estado en que fueron


creados?
R. Nuestros primeros padres siendo dejados a la libertad de su propia
voluntad, cayeron del estado en que fueron creados al pecar contra Dios.¹
¹Génesis 3:6-8, 13; Eclesiastés 7:29

P. 17: ¿Qué es el pecado?


R. El pecado es cualquier falta de conformidad a, o transgresión de, la Ley
de Dios.¹
¹1 Juan 3:4

P. 18: ¿Cuál fue el pecado por el cual nuestros primeros padres cayeron
del estado en que fueron creados?
R. El pecado por el cual nuestros primeros padres cayeron del estado en
que fueron creados fue el comer del fruto prohibido.¹
¹Génesis 3:6, 12

P. 19: ¿Cayó toda la humanidad en la primera trasgresión de Adán?


R. El pacto habiendo sido hecho con Adán, no solo por sí mismo sino por
Su posteridad, toda la humanidad descendiendo de él por generación
ordinaria, pecó en él, y cayó con él en su primera trasgresión.¹
¹Génesis 2:16, 17; Romanos 5:12; 1 Corintios 15:21, 22

P. 20: ¿A qué estado trajo la caída a la humanidad?


R. La caída trajo a la humanidad a un estado de pecado y miseria.¹
¹Romanos 5:12

P. 21: ¿En qué consiste lo pecaminoso de aquel estado en que el hombre


cayó?
R. Lo pecaminoso de aquel estado en que el hombre cayó consiste en la
culpa del primer pecado de Adán, la falta de justicia original y la
corrupción de toda su naturaleza, esto es comúnmente llamado pecado
original, junto con todas las trasgresiones actuales que proceden de este.¹

68
¹Romanos 5:12, hasta el final; Efesios 2:1-3; Santiago 1:14, 15; Mateo
15:19

P. 22: ¿Cuál es la miseria de aquel estado al que cayó el hombre?


R. Toda la humanidad por su caída perdió comunión con Dios,¹ está bajo
Su ira y maldición,² y así hecha sujeta a todas las miserias de esta vida, a
la muerte misma y a los sufrimientos del Infierno para siempre.³
¹Génesis 3:8, 10, 24
²Efesios 2:2, 3; Gálatas 3:10
³Lamentaciones 3:39; Romanos 6:23; Mateo 25:41,46

P. 23: ¿Dejó Dios a toda la humanidad a que pereciera en el


estado de pecado y miseria?
R. Dios habiendo, por Su sola buena voluntad desde toda la
eternidad, escogido algunos para vida eterna,¹ entró en un Pacto
de Gracia, para librarlos del estado de pecado y miseria y traerlos
a un estado de salvación por medio de un Redentor.²
¹Efesios 1:4, 5
²Romanos 3:20-22; Gálatas 3:21, 22

P. 24: ¿Quién es el Redentor de los elegidos de Dios?


R. El único Redentor de los elegidos de Dios es el Señor Jesucristo;¹ quien
siendo el eterno Hijo de Dios, vino a ser hombre,² y así fue y continúa
siendo Dios y hombre, en dos naturalezas distintas, y una persona, para
siempre.3
¹1 Timoteo 2:5, 6
²Juan 1:14; Gálatas 4:4
³Romanos 9:5; Lucas 1:35; Colosenses 2:9; Hebreos 7:24, 25

P.25: ¿Cómo Cristo, siendo el Hijo de Dios, vino a ser hombre?


R. Cristo el Hijo de Dios vino a ser hombre por medio de tomar para sí
mismo un verdadero cuerpo,¹ y un alma racional;² siendo concebido por el
poder del Espíritu Santo en el vientre de la Virgen María y nacido de ella,³
pero sin pecado. ⁴
¹Hebreos 2:14,16; 10:5
²Mateo 26:38
³Lucas 1:27, 31, 34, 35, 42; Gálatas 4:4
⁴Hebreos 4:15; 7:26

P. 26: ¿Qué oficios Cristo lleva a cabo como nuestro Redentor?


R. Cristo como nuestro Redentor lleva a cabo los oficios de Profeta, de
Sacerdote, y de Rey, tanto en Su estado de humillación y exaltación.¹

69
¹Hechos 3:22; Hebreos 12:25; 2 Corintios 13:3; Hebreos 5:5-7; Salmos
2:6; Isaías 9:6, 7; Mateo 21:5; Salmos 2:8-11

P. 27: ¿Cómo lleva a cabo Cristo el oficio de Profeta?


R. Cristo lleva a cabo el oficio de Profeta al revelarnos por Su Palabra y
Espíritu la voluntad de Dios para nuestra salvación.¹
¹1 Juan 1:18; 2 Pedro 1:10-12; Juan 15:15; 20:31

P. 28: ¿Cómo lleva a cabo Cristo el oficio de Sacerdote?


R. Cristo lleva a cabo el oficio de Sacerdote en Su única ofrenda de Sí
mismo, un sacrificio para satisfacer la justicia divina¹ y reconciliarnos a
Dios,² y en hacer continúa intercesión por nosotros.³
¹Hebreos 9:14, 28
²Hebreos 2:17
³Hebreos 7:24, 25

P. 29: ¿Cómo lleva a cabo Cristo el oficio de Rey?


R. Cristo lleva a cabo el oficio de Rey al someternos a Sí mismo, ¹
gobernarnos,² y defendernos,³ y en dominar y conquistar todos los
enemigos Suyos y nuestros.⁴
¹Hechos 15:14-16
²Isaías 33:22
³Isaías 32:1,2
⁴1 Corintios 15:25; Salmos 110

P. 30: ¿En qué consistió la humillación de Cristo?


R. La humillación de Cristo consistió en Su haber nacido, y eso en una
condición humilde,¹ hecho bajo la ley,² sufriendo las miserias de esta vida,³
la ira de Dios,⁴ y la muerte maldita de la cruz;⁵ en ser sepultado,⁶ y en
continuar bajo el poder de la muerte por un tiempo.⁷
¹Lucas 2:7
²Gálatas 4:4
³Hebreos 12:2, 3; Isaías 53:2, 3
⁴Lucas 22:44; Mateo 27:46
⁵Filipenses 2:8
⁶1 Corintios 15:4
⁷Hechos 2:24-27, 31; Mateo 12:40

P. 31: ¿En qué consiste la exaltación de Cristo?


R. La exaltación de Cristo consiste en Su levantarse de entre los muertos
en el tercer día,¹ en ascender al cielo,² en sentarse a la diestra de Dios el
Padre,³ y en venir a juzgar el mundo el último día.⁴

70
¹1 Corintios 15:4
²Marcos 16:19
³Efesios 1:20
⁴Hechos 1:11; 17:31

P. 32: ¿Cómo somos hechos participantes de la redención comprada por


Cristo?
R. Somos hechos participantes de la redención comprada por Cristo por
medio de su aplicación eficaz a nosotros por Su Espíritu Santo.¹
¹Juan 1:11-13

P. 33: ¿Cómo aplica a nosotros el Espíritu la redención comprada por


Cristo?
R. El Espíritu aplica a nosotros la redención comprada por Cristo por
medio de obrar la fe en nosotros,¹ y por ella uniéndonos a Cristo en nuestro
llamamiento eficaz.²
¹Efesios 1:13, 14; Juan 6:37, 39; Efesios 2:8
²Efesios 3:17; 1 Corintios 1:9

P. 34: ¿Qué es el llamamiento eficaz?


R. El llamamiento eficaz es la obra del Espíritu de Dios,¹ en la cual
convenciéndonos de nuestro pecado y miseria,² iluminando nuestras
mentes en el conocimiento de Cristo,³ y renovando nuestras voluntades,⁴
Él nos persuade y capacita para acoger a Jesucristo, ofrecido libremente a
nosotros en el Evangelio.⁵
¹2 Timoteo 1:9; 2 Tesalonicenses 2:13, 14
²Hechos 2:37
³Hechos 26:18
⁴Ezequiel 36:26, 27;
⁵Juan 6:44, 45; Filipenses 2:13

P. 35: ¿De qué beneficios aquellos que son eficazmente llamados


participan en esta vida?
R. Ellos que son eficazmente llamados en esta vida participan de
justificación,¹ adopción,² santificación y de los varios beneficios que en
esta vida ya sea acompañan o fluyen de ellas.³
¹Romanos 8:30
²Efesios 1:5
³1 Corintios 1:30

71
P. 36: ¿Qué es justificación?
R. Justificación es un acto de la gracia soberana de Dios, por el cual Él
perdona todos nuestros pecados,¹ y nos acepta como justos ante Su vista,²
solo por la justicia de Cristo imputada a nosotros, y recibida por medio de
la fe sola. ³
¹Romanos 3:24, 25; 4:6-8
²2 Corintios 5:19, 21
³Romanos 5:17-19; Gálatas 2:16; Filipenses 3:9

P. 37: ¿Qué es adopción?


R. Adopción es un acto de la gracia soberana de Dios, ¹ por el cual somos
recibidos al número, y tenemos un derecho a todos los privilegios, de los
hijos de Dios.²
¹1 Juan 3:1
²Juan 1:12; Romanos 8:14

P. 38: ¿Qué es santificación?


R. Santificación es una obra de la gracia soberana de Dios,¹ por la cual
somos renovados en el hombre entero a la imagen de Dios,² y somos
capacitados más y más a morir al pecado y vivir para justicia.³
¹2 Tesalonicenses 2:13
²Efesios 4:23, 24
³Romanos 6:4, 6

P. 39: ¿Cuáles son los beneficios que en esta vida acompañan o fluyen de
la justificación, adopción y santificación?
R. Los beneficios que en esta vida acompañan o fluyen de justificación,
adopción y santificación son: la seguridad del amor de Dios, paz de
conciencia,¹ gozo en el Espíritu Santo,² crecimiento en gracia,³ y
perseverancia en ella hasta el final.4
¹Romanos 5:1, 2, 5
²Romanos 5: 5, 17
³Proverbios 4:18
⁴1 Juan 5:13; 1 Pedro 1:5

P. 40: ¿Qué beneficios reciben de Cristo los creyentes en su


muerte?
R. Las almas de los creyentes son en su muerte hechas perfectas en
santidad,¹ e inmediatamente entran en gloria;² y sus cuerpos, estando aún
unidos al de Cristo,³ descansan en sus tumbas,⁴ hasta la resurrección.⁵
¹Hebreos 12:23
²2 Corintios 5:1, 6, 8; Filipenses 1:23; Lucas 23:43

72
³1 Tesalonicenses 4:14
⁴Isaías 57:2
⁵Job 19:26, 27

P. 41: ¿Qué beneficios reciben de Cristo los creyentes en la resurrección?


R. En la resurrección, los creyentes siendo levantados en gloria, ¹ serán
públicamente reconocidos y vindicados en el Día del Juicio,² y hechos
perfectamente benditos, tanto en alma como en cuerpo, en el gozo pleno
de Dios³ para toda la eternidad.⁴
¹1 Corintios 15:43
²Mateo 25:23; Mateo 10:32
³1 Juan 3:2; 1 Corintios 13:12
⁴1 Tesalonicenses 4:17, 18

P. 42: ¿Qué será hecho a los malos en su muerte?


R. Las almas de los malos serán en su muerte echadas en los tormentos del
Infierno, y sus cuerpos permanecerán en sus tumbas hasta la resurrección
y juicio del gran día.¹
¹Lucas 16:23, 24; Hechos 1:25; Judas 7; 1 Pedro 3:19; Salmos 49:14

P. 43: ¿Qué será hecho a los malos en el día de juicio?


R. En el día de juicio, los cuerpos de los malos siendo levantados de sus
tumbas, serán sentenciados, junto con sus almas, a indecibles tormentos
con el diablo y sus ángeles para siempre.¹
¹Juan 5:28, 29; Mateo 25:41, 46; 2 Tesalonicenses 1:8, 9

P. 44: ¿Cuál es la obligación que Dios requiere del hombre?


R. La obligación que Dios requiere del hombre es obediencia a Su
voluntad revelada.¹
¹Miqueas 6:8; 1 Samuel 15:22

P. 45: ¿Qué reveló Dios primero al hombre como regla de su obediencia?


R. La regla que Dios al principio reveló al hombre para su obediencia fue
la ley moral.¹
¹Romanos 2:14, 15; 10:5

P. 46: ¿Dónde es resumida la Ley Moral?


R. La ley moral es resumida en los Diez Mandamientos.¹
¹Deuteronomio 10:4; Mateo 19:17-19

73
P. 47: ¿Cuál es la Esencia de los Diez Mandamientos?
R. La Esencia de los Diez Mandamientos es amar al Señor nuestro Dios
con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma, con toda nuestra fuerza
y con toda nuestra mente; y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.¹
¹Mateo 22:37-40

P. 48: ¿Cuál es el Prefacio a los Diez Mandamientos?


R. El Prefacio a los Diez Mandamientos está en estas palabras; Yo soy el
Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre.¹
¹Éxodo 20:2

P. 49: ¿Qué nos enseña el Prefacio a los Diez Mandamientos?


R. El Prefacio a los Diez Mandamientos nos enseña que puesto que Dios
es el Señor, y nuestro Dios y Redentor, por lo tanto estamos sujetos a
guardar todos Sus mandamientos.¹
¹Lucas 1:74, 75; 1 Pedro 1:15-19

P. 50: ¿Cuál es el primer mandamiento?


R. El primer mandamiento es, No tendrás dioses ajenos delante de Mí.¹
¹Éxodo 20:3

P. 51: ¿Qué requiere el primer mandamiento?


R. El primer mandamiento nos requiere conocer y reconocer a Dios como
el único verdadero Dios y como nuestro Dios;¹ y por lo tanto adorarle y
glorificarle.²
¹1 Crónicas 28:9; Deuteronomio 26:17
²6 Mateo 4:10; Salmos 29:2

P. 52: ¿Qué prohíbe el primer mandamiento?


R. El primer mandamiento prohíbe el negar,¹ o no adorar y glorificar el
verdadero Dios,² como Dios y nuestro Dios,³ y el dar esa adoración y gloria
a cualquier otro, que es debida solo a Él.⁴
¹Salmos 14:1
²Romanos 1:21
³Salmos 81:10, 11
⁴Romanos 1:25, 26

P. 53: ¿Qué nos enseña especialmente estas palabras “delante de Mí” en


el primer mandamiento?
R. Estas palabras “delante de Mí” en el primer mandamiento nos enseñan
que Dios que ve todas las cosas, se fija y se disgusta mucho con el pecado
de tener cualquier otro dios.¹

74
¹Ezequiel 8:5-18

P. 54: ¿Cuál es el segundo mandamiento?


R. El segundo mandamiento es, No te harás imagen, ni ninguna semejanza
de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo
de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy el Señor
tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos
hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago
misericordia a millares, a los que me aman y guardan Mis mandamientos.¹
¹Éxodo 20:4-6

P. 55: ¿Qué requiere el segundo mandamiento?


R. El segundo mandamiento requiere que recibamos, observemos y
guardemos puros y enteros, toda adoración y ordenanzas religiosas, que
Dios ha ordenado en Su Palabra.¹
¹Deuteronomio 32:46; Mateo 28:20; Hechos 2:42

P. 56: ¿Qué prohíbe el segundo mandamiento?


R. El segundo mandamiento prohíbe la adoración de Dios por medio de
imágenes,¹ o por cualquier otra manera no mandada en Su Palabra.²
¹Deuteronomio 4:15-19; Éxodo 32:5,8
²Deuteronomio 12:31,32

P. 57: ¿Cuáles son las razones añadidas al segundo mandamiento?


R. Las razones añadidas al segundo mandamiento son, La soberanía de
Dios sobre nosotros,¹ Su derecho de propiedad sobre nosotros,² y el celo
que Él tiene por Su propia adoración.³
¹Salmos 95:2,3,6
²Salmos 45:11
³Éxodo 34:13,14

P. 58: ¿Cuál es el tercer mandamiento?


R. El tercer mandamiento es, No tomarás el nombre del Señor tu Dios en
vano; porque no dará por inocente el Señor al que tomare Su nombre en
vano.¹
¹Éxodo 20:7

P. 59: ¿Qué requiere el tercer mandamiento?


R. El tercer mandamiento requiere el uso santo y reverentemente de los
nombres,¹ títulos,² atributos,³ ordenanzas,⁴ palabras,⁵ y obras de Dios.⁶
¹Mateo 6:9; Deuteronomio 28:58
²Salmos 68:4

75
³Apocalipsis 15:3,4
⁴Malaquías 1:11,14
⁵Salmos 138:1,2
⁶Job 36:24

P. 60: ¿Qué prohíbe el tercer mandamiento?


R. El tercer mandamiento prohíbe profanar o abusar de cualquier cosa por
medio de la cual Dios se revela a Sí mismo.¹
¹Malaquías 1:6,7,12; 2:2; 3:14

P. 61: ¿Cuál es la razón añadida al tercer mandamiento?


R. La razón añadida al tercer mandamiento es que aunque los
quebrantadores de este mandamiento quizás escapen el castigo de los
hombres, aún así el Señor nuestro Dios no permitirá que escapen Su juicio
justo.¹
¹1 Samuel 2:12,17, 22, 24,29; 3:13; Deuteronomio 28:58,59

P. 62: ¿Cuál es el cuarto mandamiento?


R. El cuarto mandamiento es, Acuérdate del Sabbat para santificarlo: seis
días trabajarás y harás toda tu obra; mas el séptimo día es el Sabbat para
el Señor tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu
siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus
puertas. Porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar, y
todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, el
Señor bendijo el Sabbat y lo santificó.¹
¹Éxodo 20:8-11

P. 63: ¿Qué requiere el cuarto mandamiento?


R. El cuarto mandamiento requiere el guardar santo para Dios un día
entero de entre los siete como un Sabbat para Él mismo.¹
¹Éxodo 20:8-11; Deuteronomio 5:12-14

P. 64: ¿Cuál día de los siete ha designado Dios ser el Sabbat semanal?
R. Antes de la resurrección de Jesucristo, Dios designó el séptimo día de
la semana para ser el Sabbat semanal;¹ y el primer día de la semana desde
ese entonces, para continuar hasta el fin del mundo, que es el Sabbat
cristiano.²
¹Éxodo 20:8-11; Deuteronomio 5:12-14
²Salmos 118:24; Mateo 28:1; Marcos 2:27, 28; 16:2; Lucas 24:1, 30-36; Juan
20:1,19-21, 26; Hechos 1:3; 2:1, 2; 20:7; 1 Corintios 16:1, 2; Apocalipsis
1:10

76
P. 65: ¿Cómo debe ser santificado el Sabbat?
R. El Sabbat debe ser santificado por medio de un descanso santo todo ese
día,¹ inclusive de tales empleos y recreaciones mundanales que son
legítimos en los otros días;² y ocupar todo el tiempo en actos públicos y
privados de la adoración de Dios,³ excepto aquel que tenga que ser usado
en las obras de necesidad y de misericordia.⁴
¹Éxodo 20:8,10
²Éxodo 16:25-28; Nehemías 13:15-22
³Lucas 4:16; Hechos 20:7; Salmos 92: título; Isaías 66:23
⁴Mateo 12:1-13

P. 66: ¿Qué prohíbe el cuarto mandamiento?


R. El cuarto mandamiento prohíbe la omisión o el cumplimiento
descuidado de las obligaciones requeridas;¹ y el profanar el día con
ociosidad,² o hacer aquello que sea en sí mismo pecaminoso,³ o por
pensamientos, palabras u obras innecesarias acerca de empleos o
recreaciones mundanales.⁴
¹Ezequiel 22:26; Amós 8:5; Malaquías 1:13
²Hechos 20:7,9
³Ezequiel 23:38
⁴Jeremías 17:24-27; Isaías 58:13

P. 67: ¿Cuáles son las razones añadidas al cuarto mandamiento?


R. Las razones añadidas al cuarto mandamiento son: que Dios nos ha
permitido seis días de la semana para nuestros propios empleos legítimos,¹
Su exigir una propiedad especial de un séptimo, Su propio ejemplo y Su
bendecir el día Sabbat.²
¹Éxodo 20:9
²Éxodo 20:11

P. 68: ¿Cuál es el quinto mandamiento?


R. El quinto mandamiento es, Honra a tu padre y a tu madre, para que tus
días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da.¹
¹Éxodo 20:12

P. 69: ¿Qué requiere el quinto mandamiento?


R. El quinto mandamiento requiere la preservación del honor, y el guardar
las obligaciones que pertenecen a cada uno, en sus diversas posiciones y
relaciones, como superiores,¹ inferiores,² o iguales.³
¹Efesios 5:21
²1 Pedro 2:17
³Romanos 12:10

77
P. 70: ¿Qué prohíbe el quinto mandamiento?
R. El quinto mandamiento prohíbe el descuidar o hacer cualquier cosa
contra el honor y obligación que pertenece a cada quien en sus diversas
posiciones y relaciones.¹
¹Mateo 15:4-6; Ezequiel 34:2-4; Romanos 13:8

P. 71: ¿Cuál es la razón añadida al quinto mandamiento?


R. La razón añadida al quinto mandamiento es una promesa de larga vida
y prosperidad (en tanto sirvan a la gloria de Dios y el bien de ellos
mismos), a todos los que guarden este mandamiento.¹
¹Deuteronomio 5:16; Efesios 6:2,3

P. 72: ¿Cuál es el sexto mandamiento?


R. El sexto mandamiento es, No matarás. ¹
¹Éxodo 20:13

P. 73: ¿Qué requiere el sexto mandamiento?


R. El sexto mandamiento requiere todo esfuerzo legítimo para preservar
nuestra vida¹ y la vida de los demás.²
¹Efesios 5:28,29
²1 Reyes 18:4

P. 74: ¿Qué prohíbe el sexto mandamiento?


R. El sexto mandamiento prohíbe absolutamente el tomar nuestra propia
vida, o la vida de nuestro prójimo injustamente, o cualquier cosa que lleve
a ello.¹
¹Hechos 16:28; Génesis 9:6

P. 75: ¿Cuál es el séptimo mandamiento?


R. El séptimo mandamiento es, No cometerás adulterio.¹
¹Éxodo 20:14

P. 76: ¿Qué requiere el séptimo mandamiento?


R. El séptimo mandamiento requiere la preservación en corazón, palabra
y conducta, de nuestra castidad y la de nuestro prójimo.¹
¹1 Corintios 7:2, 3, 5, 34, 36; Colosenses 4:6; 1 Pedro 3:2

P. 77: ¿Qué prohíbe el séptimo mandamiento?


R. El séptimo mandamiento prohíbe todos los pensamientos, palabras y
actos impuros.¹
¹Mateo 15.19; 5:28; Efesios 5:3,4

78
P. 78: ¿Cuál es el octavo mandamiento?
R. El octavo mandamiento es, No hurtarás.¹
¹Éxodo 20:15

P. 79: ¿Q ué requiere el octavo mandamiento?


R. El octavo mandamiento requiere que procuremos y promovamos
legítimamente nuestra prosperidad y patrimonio externo, y el de los
demás.¹
¹Génesis 30:30; 1 Timoteo 5:8; Levítico 25:35; Deuteronomio 22:1-
5; Éxodo 23:4,5; Génesis 47:14,20

P. 80: ¿Qué prohíbe el octavo mandamiento?


R. El octavo mandamiento prohíbe cualquier cosa que injustamente
dificulte, o pueda dificultar, la prosperidad o patrimonio externo, ya sea
nuestro¹ o de nuestro prójimo.²
¹1Timoteo 5:8; Proverbios 28:19
²Proverbios 21:17; 23:20,21; 28:19; Efesios 4:28

P. 81: ¿Cuál es el noveno mandamiento?


R. El noveno mandamiento es, No hablarás contra tu prójimo falso
testimonio.¹
¹Éxodo 20:16

P. 82: ¿Qué requiere el noveno mandamiento?


R. El noveno mandamiento requiere mantener y promover la verdad entre
los hombres,¹ y nuestro buen nombre y el del nuestro prójimo,²
especialmente al atestiguar.³
¹Zacarías 8:16
²3 Juan 12
³Proverbios 14:5,25

P. 83: ¿Qué prohíbe el noveno mandamiento?


R. El noveno mandamiento prohíbe todo lo que haga daño a la verdad, o
dañe nuestro propio buen nombre o el de nuestro prójimo.¹
¹1 Samuel 17:28; Levítico 19:16; Salmos 15:3

P. 84: ¿Cuál es el décimo mandamiento?


R. El décimo mandamiento es, No codiciarás la casa de tu prójimo, no
codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni
su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.¹
¹Éxodo 20:17

79
P. 85: ¿Qué requiere el décimo mandamiento?
R. El décimo mandamiento requiere un contentamiento pleno con nuestra
propia circunstancia,¹ con un ánimo de espíritu justo y caritativo hacía
nuestro prójimo y todo lo que es suyo.²
¹Hebreos 13:5; 1 Timoteo 6:6
²Job 31:29; Romanos 12:15; 1 Timoteo 1:5; 1 Corintios 13:4, 7

P. 86: ¿Qué prohíbe el décimo mandamiento?


R. El décimo mandamiento prohíbe todo descontento con nuestro propio
patrimonio,¹ envidiar o dolernos ante el bien de nuestro prójimo,² y toda
moción y afecto desordenado de lo que es suyo.³
¹1 Reyes 21:4; Ester 5:13; 1 Corintios 10:10
²Gálatas 5:26; Santiago 3:14, 16
³Romanos 7:7, 8; 13:9; Deuteronomio 5:21

P. 87: ¿Puede alguna persona guardar perfectamente los mandamientos


de Dios?
R. Ninguna mera persona, desde la caída, es capaz en esta vida de guardar
perfectamente los mandamientos de Dios,¹ sino que diariamente los
quebranta en pensamiento, palabra y obra.²
¹Eclesiastés 7:20; 1 Juan 1:8, 10; Gálatas 5:17
²Génesis 6:5; 8:21; Romanos 3:9-21; Santiago 3:2-13

P. 88: ¿Son todas las transgresiones de la ley igualmente nefastas?


R. Algunos pecados en sí mismos, y por razón de diversas agravaciones,
son más nefastos ante los ojos de Dios que otros.¹
¹Ezequiel 8:6, 13,15; 1 Juan 5:16; Salmos 78:17,32,56

P. 89: ¿Qué merece todo pecado?


R. Todo pecado merece la ira y maldición de Dios, tanto en esta vida como
en la venidera.¹
¹Efesios 5:6; Gálatas 3:10; Lamentaciones 3:39; Mateo 25:41; Romanos
6:23

P. 90: ¿Qué requiere Dios de nosotros para que podamos escapar de Su


ira y maldición que merecemos por el pecado?
R. Para escapar de la ira y maldición de Dios que merecemos por el
pecado, Dios requiere de nosotros fe en Jesucristo, arrepentimiento para
vida,¹ con el uso diligente de todos los medios externos por los cuales
Cristo nos comunica los beneficios de la redención.²
¹Hechos 20:21
²Proverbios 2:1-6; 8:33-36; Isaías 55:2,3

80
P. 91: ¿Qué es fe en Jesucristo?
R. Fe en Jesucristo es una gracia salvadora,¹ por la cual recibimos, y
descansamos sólo en Él para salvación, como Él se nos ofrece en el
Evangelio.²
¹Hebreos 10:39
²Juan 1:12; Isaías 26:3, 4; Filipenses 3:9; Gálatas 2:16

P. 92: ¿Qué es arrepentimiento para vida?


R. Arrepentimiento para vida es una gracia salvadora,¹ por la cual un
pecador, por un sentir verdadero de su pecado,² y comprensión de la
misericordia de Dios en Cristo,³ con dolor y aborrecimiento de su pecado,
se vuelve de este a Dios,⁴ con un propósito pleno y esfuerzo por una
obediencia nueva.⁵
¹Hechos 11:28
²Hechos 2:37,38
³Joel 2:12; Jeremías 3:22
⁴Jeremías 31:18,19; Ezequiel 36:31
⁵2 Corintios 7:11; Isaías 1:16,17

P. 93: ¿Cuáles son los medios externos por los cuales Cristo nos comunica
los beneficios de la redención?
R. Los medios externos y ordinarios por los cuales Cristo nos comunica
los beneficios de la redención son Sus ordenanzas, especialmente la
Palabra, el bautismo, la Cena del Señor, y la oración; todos estos medios
son hechos eficaces a los elegidos para salvación.¹
¹Mateo 28:19,20; Hechos 2:42,46,47

P. 94: ¿Cómo es la Palabra hecha eficaz para salvación?


R. El Espíritu de Dios hace la lectura de la Palabra, pero especialmente la
predicación de la Palabra, un medio eficaz para convencer y convertir a
pecadores, y para edificarlos en santidad y consuelo por medio de la fe
para salvación.¹
¹Nehemías 8:8; Hechos 26:18; Salmos 19:8; Hechos 20:32; Romanos
1:15, 16; 10:13-17; 15:4; 1Corintios 14:24,25; 1 Timoteo 3:15-17

P. 95: ¿Cómo debe ser leída y escuchada la Palabra para que sea eficaz
para salvación?
R. Para que la Palabra sea eficaz para salvación debe ser atendida con
diligencia,¹ preparación,² y oración,³ recibida con fe y amor,⁴ guardada en
el corazón,⁵ y practicada en nuestras vidas.⁶
¹Proverbios 8:34
²1 Pedro 2:1,2

81
³Salmos 119:18
⁴Hebreos 4:2; 2 Tesalonicenses 2:10
⁵Salmos 119:11
⁶Lucas 8:15; Santiago 1:25

P. 96: ¿Cómo el bautismo y la Cena del Señor son medios de salvación


eficaces?
R. El bautismo y la Cena del Señor son medios de salvación eficaces no
por ninguna virtud en ellos, ni en el que los administra, sino solo por la
bendición de Cristo,¹ y la obra del Espíritu en aquellos que por fe los
reciban.²
¹1 Pedro 3:21; Mateo 3:11; 1 Corintios 3:6,7
²1 Corintios 12:3

P. 97: ¿Qué es el bautismo?


R. El bautismo es una ordenanza del Nuevo Testamento instituida por
Jesucristo,¹ para ser a la persona bautizada una señal de su comunión con
Él: en Su muerte, sepultura y resurrección; de haber sido unida a Él;² de la
remisión de sus pecados;³ y de darse a sí misma a Dios a través de
Jesucristo para vivir y andar en una vida nueva.⁴
¹Mateo 28:19
²Romanos 6:3-5; Colosenses 2:12; Gálatas 3:27
³Marcos 1:4; Hechos 2:38; 22:16
⁴Romanos 6:3, 4

P. 98: ¿Quiénes deben ser bautizados?


R. Las personas que deben ser bautizadas son solo aquellas que realmente
profesen arrepentimiento para con Dios y fe y obediencia a nuestro Señor
Jesucristo; y nadie más.¹
¹Mateo 3:6; 28:19; Marcos 16:16; Hechos 2:37, 38; 8:36-38

P. 99: ¿Han de ser bautizados los bebés de aquellos que profesan ser
creyentes?
R. Los bebés de aquellos que profesan ser creyentes no han de ser
bautizados, porque no hay mandamiento alguno ni ejemplo en la Sagradas
Escrituras, ni implicación segura de estas para
bautizarlos.¹
¹Proverbios 30:6; Lucas 3:7,8

P. 100: ¿Cuál es la forma correcta del bautismo?


R. La forma correcta del bautismo es por inmersión, o el sumergir el
cuerpo entero de la persona en agua, en el nombre del Padre, y del Hijo y

82
del Espíritu Santo, de acuerdo a la institución de Cristo, y la práctica de
los apóstoles,¹ no es por rociar o derramar agua, ni por sumergir parte del
cuerpo, como se hace en las tradiciones humanas.
¹Mateo 3:16; Juan 3:23; Mateo 28:19,20; Hechos 8:38; 10:48; Romanos
6:4; Colosenses 2:12

P. 101: ¿Cuál es la obligación de los que han sido correctamente


bautizados?
R. Es la obligación de los que han sido así correctamente bautizados el
entregarse a sí mismos a alguna iglesia de Jesucristo particular y
organizada, para que puedan andar sin tacha en todos los mandamientos y
ordenanzas del Señor.¹
¹Hechos 2:41,42; 5:13,14; 9:26; 1 Pedro 2:5; Lucas 1:6

P. 102: ¿Qué es la Cena del Señor?


R. La Cena del Señor es una ordenanza del Nuevo Testamento instituida
por Jesucristo en la cual al dar y recibir el pan y vino, de acuerdo a Su
institución, Su muerte es proclamada; y los que la reciben dignamente son
hechos participantes de Su cuerpo y sangre, con todos Sus beneficios para
su alimento espiritual y crecimiento en gracia, no en una manera corporal
o carnal, sino por fe.¹
¹Mateo 26:26-28; 1 Corintios 11:23-26; 10:16

P. 103: ¿Quiénes son los participantes apropiados de esta ordenanza?


R. Aquellos que han sido bautizados en base a una profesión personal de
su fe en Jesucristo y arrepentimiento de obras muertas.¹
¹Hechos 2:41,42

P. 104: ¿Qué se requiere para recibir dignamente la Cena del Señor?


R. Se requiere de ellos que han de participar de la Cena del Señor que se
examinen a sí mismos, en su conocimiento para discernir el cuerpo del
Señor,¹ de su fe para nutrirse de Él,² de su arrepentimiento,³ amor,⁴ y
obediencia nueva,⁵ para que no vengan indignamente y coman y beban
juicio para sí mismos.⁶
¹1 Corintios 11:28, 29
²2 Corintios 13:5
³1 Corintios 11:31
⁴1 Corintios 10:16, 17
⁵1 Corintios 5:7, 8
⁶1 Corintios 11:28, 29

83
P. 105: ¿Qué es la oración?
R. La oración es ofrecer nuestros deseos a Dios,¹ con la ayuda del Espíritu
Santo,² por cosas que concuerdan con Su voluntad,³ en el nombre de
Cristo,⁴ creyendo,⁵ con confesión de nuestros pecados,⁶ y un
reconocimiento agradecido de Sus misericordias.⁷
¹Salmos 62:8
²Romanos 8:26
³1 Juan 5:14; Romanos 8:27
⁴Juan 16:23
⁵Mateo 21:22; Santiago 1:6
⁶Salmos 32:5, 6; Daniel 9:4
⁷Filipenses 4:6

P. 106: ¿Qué regla nos ha dado Dios para dirigirnos en la oración?


R. Toda la Palabra de Dios es útil para dirigirnos en la oración; ¹ pero la
regla especial directiva es esa oración que Cristo enseñó a Sus discípulos,
comúnmente llamada el Padre Nuestro.²
¹1 Juan 5:14
²Mateo 6:9-13; Lucas 11:2-4

P. 107: ¿Qué nos enseña el prefacio del Padre Nuestro?


R. El prefacio del Padre Nuestro, que es Padre nuestro que estás en los
cielos,¹ nos enseña a acercarnos a Dios con toda reverencia santa y
confianza, como hijos a un padre, capaz y listo a ayudarnos;² y que
debemos orar con y por otros.³
¹Mateo 6:9
²Romanos 8:15; Lucas 11:13
³Hechos 12:5; 1 Timoteo 2:1, 2

P. 108: ¿Por qué oramos en la primera petición?


R. En la primera petición, que es Santificado sea Tu nombre,¹ oramos que
Dios nos capacite y a los demás, a glorificarle en todo aquello en lo cual
Él se revela,² y que Él disponga de todas las cosas para Su propia gloria.³
¹Mateo 6:9
²Salmos 67:2, 3
³Salmos 83: 1-18, Romanos 11:36

P. 109: ¿Por qué oramos en la segunda petición?


R. En la segunda petición, que es Venga Tu reino,¹ pedimos que el reino
de Satanás sea destruido,² y que el reino de gracia sea avanzado,³ nosotros
y otros traídos a él y guardados en él,⁴ y que el reino de gloria sea
apresurado.⁵

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¹Mateo 6:10
²Salmos 68:1,18
³Apocalipsis 12:10, 11
⁴2 Tesalonicenses 3:1; Romanos 10:1; Juan 17:19,20
⁵Apocalipsis 22:20

P. 110: ¿Por qué oramos en la tercera petición?


R. En la tercera petición, que es, Hágase Tu voluntad, como en el cielo,¹
así también en la tierra, oramos que Dios por Su gracia nos haga capaces
y deseosos de conocer, obedecer y someternos a Su voluntad en todas las
cosas,² como los ángeles lo hacen en el cielo.³
¹Mateo 6:10
²Salmos 67:1-7; 119:36; 2 Samuel 15:25; Job 1:21
³Salmos 103:20, 21

P. 111: ¿Por qué oramos en la cuarta petición?


R. La cuarta petición, que es, El pan nuestro de cada día dánoslo hoy,¹
oramos que del don gratuito de Dios recibamos una porción adecuada de
las cosas buenas de esta vida y gocemos de Su bendición con ellas.²
¹Mateo 6:11
²Proverbios 30:8, 9; Génesis 28:20; 1Timoteo 4:4,5

P. 112: ¿Por qué oramos en la quinta petición?


R. En la quinta petición, que es, Y perdónanos nuestras deudas, como
también nosotros perdonamos a nuestros deudores,¹ oramos que Dios por
causa de Cristo nos perdone gratuitamente todos nuestros pecados;² algo
que se nos anima pedir porque por Su gracia somos habilitados para
perdonar a otros.³
¹Mateo 6:12
²Salmos 51:1,2,7,9; Daniel 9:17-19
³Lucas 11:4; Mateo 18:35

P. 113: ¿Por qué oramos en la sexta petición?


R. En la sexta petición, que es, Y no nos metas en tentación, mas líbranos
del mal,¹ oramos que Dios ya sea que nos guarde de ser tentados al pecado,²
o nos sostenga y libere cuando seamos tentados.³
¹Mateo 6:13
²Mateo 26:41
³2 Corintios 12:8

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P. 114: ¿Qué nos enseña la conclusión del Padre Nuestro?
R. La conclusión del Padre Nuestro, que es, Porque Tuyo es el reino, y el
poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén,¹ nos enseña a tomar nuestro
ánimo en oración solo de Dios,² y adorarlo en nuestras oraciones,
adscribiéndole el reino, poder, y gloria a Él.³ Y en testimonio de nuestro
deseo, y certidumbre de ser escuchados, decimos Amén.⁴
¹Mateo 6:13
²Daniel 9:4,7-9,16-19
³1 Crónicas 29:10-13
⁴1 Corintios 14:16; Apocalipsis 22:20, 21

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