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II: Tipo de Secta. Énfasis en la profecía, la ley de Moisés, el sábado y a la vida futura.
Son dados a la caridad, a la vida social, y literatura.
Exposición
Los ministros de estas iglesias son los pastores y los ancianos (presbíteros), sin que
estos cargos tengan carácter sacerdotal, ya que carecen del Sacramento del Orden. Son
cargos conferidos por sus propias asambleas a aquellos que tienen más categoría o
antigüedad en sus iglesias (presbíteros, en el sentido de ancianos) o cierta preparación y
estudios religiosos (pastores).
El Bautismo, sólo para adultos y por triple inmersión, simboliza la muerte al pecado
del hombre viejo y la resurrección del nuevo, así como la muerte, sepultura y resurrección
de Cristo. La escuela sabática, en secciones para niños y adultos, y dentro de éstas,
divididas en grados, tiene programas muy bien planeados desde el punto de vista didáctico.
El pago del diezmo es obligatorio, aparte de otras colectas celebradas con ocasión
de sus reuniones o cultos. Todos los adventistas son por esencia misioneros de su doctrina,
porque esperando la próxima venida del Señor y dependiendo ésta de que la predicación de
este mensaje se haya extendido por el mundo entero, es natural que den el lugar
preponderante de su actividad a esta propaganda.
III. Deidad
Hay un solo Dios: Padre, Hijo, y Espíritu Santo, una unidad de tres Personas
coeternales.
Dios es inmortal, todopoderoso, omnisciente, sobre todo, y omnipresente. Es
infinito y más allá de la comprensión humana, pero conocido a través de su auto-revelación.
Dios, que es amor, es por siempre digno de adoración y servicio por parte de toda la
creación. (Gen. 1:26; Deut. 6:4; Isa. 6:8; Mat. 28:19; Juan 3:16 2 Cor. 1:21, 22; 13:14; Ef.
4:4-6; 1 Pedro 1:2.)
La Encarnación de Jesucristo es un hermoso ejemplo de cómo los tres miembros de
la Deidad trabajan en estrecha colaboración: el Padre entregó a Su Hijo (Juan 3:16); Cristo
se dio a si mismo (Gálatas 1:4), y fue concebido por el Espíritu Santo (Mateo 1:18, 20).
IV: Símbolo.
Conjunto De Identidad Global
La elección del logotipo de la Iglesia Adventista refleja los valores centrales con los
cuales los adventistas están comprometidos. El fundamento es la Biblia, la Palabra de Dios,
que está abierta, porque su mensaje tiene que ser leído y puesto en práctica. Central a ese
mensaje bíblico es la cruz, y también ocupa un lugar central en el logotipo. Sobre la cruz y
la Biblia abierta se encuentra la llama ardiente del Espíritu Santo, el mensaje de la Verdad.
La Segunda Venida
Las líneas de la parte superior del diseño sugieren un movimiento continuo hacia
arriba, lo que simboliza la resurrección y la ascensión al cielo en la segunda venida de
Cristo, el énfasis último de nuestra fe.
La Llama
Esta tiene la forma que le dan tres líneas que encierran una esfera implícita. Las
líneas representan los tres ángeles de Apocalipsis 14, que rodean el planeta, y nuestra
comisión de llevar el evangelio a todo el mundo. La forma general conforma una llama, que
es el símbolo del Espíritu Santo.
La Cruz
La Biblia Abierta
V: Jesús.
Dios Hijo encarnó en Jesucristo. A través de Él todas las cosas fueron creadas, el
carácter de Dios es revelado, la salvación de la humanidad es alcanzada, y el mundo es
enjuiciado.
Dios siendo eterno y verdadero, se convirtió también en un verdadero humano,
Jesús el Cristo. Fue concebido por el Espíritu Santo y nació de la virgen María. Vivió y
experimentó la tentación como un ser humano, pero ejemplificó perfectamente la justicia y
el amor de Dios.
Por medio de sus milagros manifestó el poder de Dios y fue atestiguado como el
Mesías prometido de Dios. Sufrió y murió voluntariamente en la cruz en lugar nuestro a
causa de nuestros pecados, resucitó de entre los muertos y subió al cielo para ministrar en el
santuario celestial en nuestro favor.
Dios, el Hijo Eterno, se encarnó en Jesucristo. Por medio de Él todas las cosas
fueron creadas, se revela el carácter de Dios, se consuma la salvación de la humanidad y es
juzgado el mundo. Verdadero Dios por siempre, también llegó a ser verdaderamente
hombre, Jesús el Cristo. Fue concebido por el Espíritu Santo, y nació de la virgen María.
Vivió y experimentó la tentación como ser humano, y ejemplificó perfectamente la justicia
y el amor de Dios. A través de sus milagros demostró el poder de Dios y fue atestiguado
como el Mesías prometido por Dios. Jesús sufrió y murió voluntariamente en la cruz en
nuestro lugar por nuestros pecados, fue resucitado de entre los muertos y ascendió para
ministrar en el santuario celestial en nuestro favor. Vendrá de nuevo en gloria para la
liberación final de Su pueblo y la restauración de todas las cosas.
(Isa. 53:4-6; Dan. 9:25-27; Lucas. 1:35; Jn. 1:1-3, 14; 5:22; 10:30; 14:1-3, 9, 13;
Rom. 6:23; 1 Cor. 15:3, 4; 2 Cor. 3:18; 5:17-19; Fil. 2:5-11; Col. 1:15-19; Heb. 2:9-18; 8:1,
2.)
Los Adventistas del Séptimo Día aceptan la Biblia como su único credo y sostienen
que ciertas creencias fundamentales son la enseñanza de las Sagradas Escrituras. Estas
creencias, tal como se establecen aquí, constituyen la comprensión y expresión de la iglesia
de la enseñanza de las Escrituras.
Los adventistas del séptimo día basan su doctrina en el principio protestante de la
Sola Scriptura: la Biblia como única norma de fe y práctica de los cristianos. Creen que
tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento fueron divinamente inspirados y pese a estar
formulados en palabras humanas constituyen la Palabra de Dios revelada a la humanidad.
Consideran que todas las creencias teológicas deben ser «juzgadas a la luz de las
Escrituras», y que toda idea que no está en armonía con el mensaje bíblico, debe ser
rechazada.
Casi todas las creencias de la Iglesia Adventista son compartidas por uno o más
grupos cristianos. Sin embargo, algunas son rasgos distintivos de esta denominación.
Los Adventistas del Séptimo Día aceptan la Biblia como su única regla de fe y
apoyo seguro de las creencias fundamentales siendo éstas enseñanzas de las Santas
Escrituras. Estas creencia, como se recogen más adelante, constituyen la comprensión de la
enseñanza de la Escritura. La revisión de estas declaraciones pueden ser hechas en el
Congreso Mundial de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, cada
cinco años, cuando la Iglesia es dirigida por el Espíritu Santo a una comprensión más
completa de la verdad bíblica o si encuentra una mejor forma de expresar las enseñanzas de
la Santa Palabra de Dios.
VII: Principios.
Los adventistas del séptimo día, con más de 17 millones miembros en el mundo, son
una iglesia cristiana protestante organizada en 1863 en los Estados Unidos.
Su origen se produce poco después del movimiento liderado por Guilherme Miller,
quien enfatizó la necesidad de mayor énfasis en la predicación acerca del breve retorno de
Jesucristo a este mundo.
Misión
Visión
En armonía con las grandes profecías de las Escrituras, entendemos que el clímax
del plan de Dios es restaurar a toda su creación en completa armonía con su perfecta
voluntad y justicia.
Los adventistas creen una vida enteramente devota a Dios en los aspectos físicos,
psicológicos, emocionales y espirituales.
Dentro del desarrollo integral encontramos los ocho remedios divinos que son el
agua, la alimentación saludable, el aire puro, la luz del sol, el ejercicio físico, la templanza,
el hogar y la confianza en Dios.
Los adventistas tienen un estilo de vida que implica el descanso semanal el sábado,
día separado por Dios para una relación más grande con sus criaturas. Confían en que Dios
trabaja en todas las áreas de su vida y que Cristo volverá pronto para dar la recompensa a
todos, justos e injustos.
Estos preceptos son la base del pacto de Dios con su pueblo y la norma en el juicio
de Dios. A través de la agencia del Espíritu Santo señalan el pecado y despiertan un sentido
de necesidad de un Salvador.
(Éxodo 20:1-17; Deut. 28:1-14; Sal. 19:7-14; 40:7, 8; Mat. 5:17-20; 22:36-40; Juan
14:15; 15:7-10; Rom. 8:3, 4; Ef. 2:8-10; Heb. 8:8-10; 1 Juan 2:3; 5:3; Apoc. 12:17; 14:12).
El Gran Conflicto
Toda la humanidad está ahora envuelta en un gran conflicto entre Cristo y Satanás
en cuanto al carácter de Dios, su ley y su soberanía sobre el universo.
La Experiencia de la Salvación
Con amor y misericordia infinitos, Dios hizo que Cristo, que no conoció pecado,
fuera hecho pecado por nosotros, para que nosotros pudiésemos ser hechos justicia de Dios
en él.
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Crecimiento en Cristo
Jesús triunfó sobre las fuerzas del mal por su muerte en la cruz. Quien subyugó los
espíritus demoníacos durante su ministerio terrenal, quebrantó su poder y aseguró su
destrucción definitiva.
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X: Vida Futura.