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INTRODUCCIÓN

El juicio de amparo es un medio de defensa fundamental que permite proteger los


derechos humanos frente a actos de autoridad que los violen o restrinjan. Este proceso
legal se basa en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y en tratados
internacionales, y su objetivo es garantizar la supremacía constitucional y preservar el
orden jurídico.
RESUMEN

El juicio de amparo es un medio de defensa que tienen todas las personas para proteger
sus derechos humanos frente a normas generales, actos u omisiones de autoridad que
los violen o restrinjan.

Estos derechos humanos están reconocidos por la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos y por los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea
parte. El juicio de amparo también sirve para resolver controversias entre la autoridad
federal y las autoridades de los Estados o del Distrito Federal, cuando se invada la esfera
de competencia de alguna de ellas.

Para instaurar el juicio de amparo, se debe presentar una demanda ante el órgano
jurisdiccional competente, dentro del plazo que establece la ley según el tipo de acto
reclamado. Este plazo puede variar desde 15 días hábiles hasta 30 días naturales,
contados a partir del día siguiente al que se tenga conocimiento del acto o se surta su
notificación.

Las partes que intervienen en un juicio de amparo son el quejoso, la autoridad


responsable, el tercero interesado y el Ministerio Público. El quejoso es la persona física o
moral que promueve el juicio por sí o por medio de su representante legal o apoderado, o
por cualquier persona en su nombre cuando se trate de menores de edad, personas con
discapacidad o mayores sujetos a interdicción.

La autoridad responsable es la que emite o ejecuta la norma general o el acto que se


reclama. El tercero interesado es el que resulta afectado en sus derechos por la
concesión del amparo al quejoso. El Ministerio Público es el órgano que representa el
interés público y vela por la observancia de la ley.

El juicio de amparo es procedente en contra de normas generales, actos u omisiones de


autoridad que afecten los derechos humanos reconocidos por la Constitución y los
tratados internacionales.

Estos actos pueden ser positivos (hacer algo) o negativos (dejar de hacer algo),
materiales (ejecutar una obra) o jurídicos (emitir una resolución), definitivos (que ponen fin
a un procedimiento) o provisionales (que preparan o aseguran un acto definitivo), entre
otras características.
El juicio de amparo es un medio de control constitucional porque tiene como finalidad
verificar que las normas generales, los actos y las omisiones de autoridad se ajusten a lo
dispuesto por la Constitución y los tratados internacionales.

Así, el juicio de amparo contribuye a garantizar el principio de supremacía constitucional y


a preservar el orden jurídico.

El principio de definitividad es una regla que establece que antes de acudir al juicio de
amparo se deben agotar los medios ordinarios de defensa que existan contra el acto
reclamado, salvo que se trate de casos excepcionales previstos por la ley. El propósito de
este principio es evitar que el juicio de amparo sustituya a los recursos legales ordinarios
y se convierta en una instancia más del procedimiento.

El principio de instancia de parte agraviada es una regla que establece que el juicio de
amparo sólo puede iniciarse a petición del quejoso, es decir, de la persona directamente
afectada por el acto reclamado. El propósito de este principio es evitar que se promuevan
juicios innecesarios o sin interés legítimo.

El agravio personal y directo es una condición para promover el juicio de amparo, que
consiste en demostrar que el acto reclamado causa un perjuicio real e inmediato al
quejoso, y no a otra persona o al interés general. El agravio debe ser actual y no futuro o
hipotético.

La suplencia de la deficiencia de la queja es una facultad que tienen los órganos


jurisdiccionales para corregir o suplir los errores u omisiones en que incurra el quejoso al
presentar su demanda de amparo, cuando se trate de casos especiales previstos por la
ley. El propósito de esta facultad es proteger los derechos humanos del quejoso y evitar
que se desechen sus pretensiones por cuestiones formales.

La diferencia entre el juicio de amparo directo e indirecto radica en el tipo de acto


reclamado y en el órgano jurisdiccional competente para conocer del juicio. El juicio de
amparo directo procede contra sentencias definitivas o laudos dictados por tribunales
judiciales, administrativos o del trabajo, que pongan fin a un juicio y violen derechos
humanos.

El órgano jurisdiccional competente para conocer del juicio de amparo directo es el


Tribunal Colegiado de Circuito. El juicio de amparo indirecto procede contra cualquier otro
acto u omisión de autoridad que no sea una sentencia definitiva o un laudo, y que viole
derechos humanos. El órgano jurisdiccional competente para conocer del juicio de
amparo indirecto es el Juez de Distrito.

CONCLUSIÓN

El juicio de amparo, como mecanismo de control constitucional, desempeña un papel


crucial en la defensa de los derechos humanos en México. Es fundamental conocer las
partes involucradas, los plazos establecidos por la ley, así como los principios que rigen
su procedimiento, como el de definitividad, instancia de parte agraviada y agravio
personal y directo. La correcta presentación de una demanda de amparo, respaldada por
argumentos sólidos y sustentados en la ley, es esencial para lograr una adecuada
protección de los derechos del quejoso.
REFERENCIAS
Recurso 1:

Autor(es): No especificado

Título: El juicio de amparo

Año: No especificado

Recuperado de: https://www.nsyp.aulapolivirtual.ipn.mx/pluginfile.php/58344/mod_assign/


intro/recursos/unidad_3/u3_act1_el_juicio_de_amparo.pdf

Recurso 2:

Autor(es): No especificado

Título: El juicio de amparo

Año: No especificado

Recuperado de: https://www.nsyp.aulapolivirtual.ipn.mx/pluginfile.php/58344/mod_assign/


intro/recursos/unidad_3/U3_ACT1.pdf

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