Está en la página 1de 1

«Coman lo que es bueno; deléitense con la mejor comida»

Había una vez un señor que tenía una frutería, pero nunca vendía nada porque a la
gente de su barrio le gustaba más la comida chatarra; preferían consumir comida
insalubre antes que la más sana.
Pasado un tiempo, casi todas las personas del barrio estaban enfermas por no cuidar
su salud, así que empezaron a darse cuenta que debían de cuidarse más con la
alimentación. La gente empezó a comer más frutas y verduras. Y, por comer mejor, se
fueron curando del malestar que tenían.
Eso les sirvió de lección para que no abusaran de comidas que no eran aconsejables.
Las frutas habían sido milagrosas para los habitantes del barrio, todas las personas se
recuperaron por completo, y agradecieron al señor de la frutería por proveerles
alimentos naturales y saludables.

Isaías 55.1-5

A. La gran invitación: A todas las personas sedientas y hambrientas se les invita a


venir para recibir el alimento que sacia el hambre más profunda de la humanidad,
“Todos ustedes, los que tienen sed: Vengan a las aguas; y ustedes, los que no tienen
dinero, vengan y compren, y coman. Vengan y compren vino y leche, sin que tengan
que pagar con dinero”. El agua, la leche y el vino son símbolo de alimento espiritual
y salvación. En lugar de trabajar por lo que no es beneficioso, el alimento que
Dios ofrece beneficia eternamente y es gratuito.
«Cuando abres tus manos, colmas de bendiciones a todos los seres vivos». Sl 145.16

B. “Inclinen su oído, y vengan a mí; escuchen y vivirán. Yo haré con ustedes un pacto
eterno, que es el de mi invariable misericordia por David”. Otras referencias
proféticas al “pacto eterno” se cumplen en la era mesiánica . Además, el “pacto
eterno” haría posible “la invariable misericordia por David”. El hecho de que este
versículo es citado en Hechos 13.34 y aplicado a la resurrección de Cristo da una
prueba inspirada que esto ha de entenderse aplicado a la era mesiánica.
Entonces, “la invariable misericordia por David” incluye todas las promesas que
Dios hizo a David concernientes a su descendiente, el Mesías. El renuevo de
David establecería su trono para siempre, trayendo la salvación al mundo entero.
«De ellos son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y
las promesas. De ellos son los patriarcas, y de ellos, desde el punto de vista humano,
vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas. ¡Bendito sea por siempre! Amén».
Rm 9.4-5

C. Todas estas promesas se cumplen en Cristo como podemos ver en muchos pasajes
del Nuevo Testamento - Y en Cristo Dios sacia toda nuestra hambre, toda nuestra sed,
y nos hace testigos de su gracia, de su generosidad y de su abundancia para que
anunciemos al mundo, a nuestro país, a nuestra ciudad, a nuestros vecinos y vecinas, a
nuestra familia que Cristo es el agua de vida que apaga la sed, y él es el pan de vida
que satisface el hambre de todas las personas.
«Todos comieron, y quedaron satisfechos; y de lo que sobró se recogieron doce
cestas llenas». Mateo 14.20

También podría gustarte