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INTRODUCCIÓN

Los seres humanos somos muy propensos a sufrir múltiples tipos de accidentes, los
cuales pueden conllevar a daños irreparables en la vida del individuo o hasta incluso
pueden tener como consecuencia la muerte, por ello, es importante reconocer que
tipo de lesión o daño se ha generado en el organismo de nuestro paciente, con la
finalidad de brindarle un tratamiento adecuado y salvaguardar su vida.

Los accidentes o incidentes que tienen un gran impacto o daño en el cuerpo del
paciente tienen principalmente como consecuencia traumas encefálicos y vertebro
medulares que ponen en riesgo la vida del individuo. Por ello, es trascendental aplicar
correctamente el ABCDE, ATLS y BLS en la escena del accidente y en el ambiente
clínico; esto nos permitirá evaluar y responder mejor ante la situación. Asimismo, es
importante mencionar que, un gran porcentaje de la causa de este tipo de lesiones
son los accidentes automovilísticos, dado que, debido a la gran frecuencia y cantidad
de personas politraumatizadas que tiene como consecuencia diariamente, la
evaluación y asistencia médica debe ser rápida y meticulosa en el ambiente
extrahospitalario, durante el traslado del herido y la atención en el ambiente
intrahospitalario. Desarrollar cada uno de estos protocolos de atención es
imprescindible para brindar una mayor esperanza de vida.

Cabe mencionar que, ante traumas abiertos y sangrantes se debe de sospechar un


traumatismo vertebro-medular; por lo tanto, es fundamental realizar una correcta
detención del sangrado e inmovilización del paciente para así evitar y contrarrestar
los daños en su organismo.

A continuación, en este informe presentaremos información sobre la fijación,


transporte en camilla e inmovilización de columna cervical ante la posibilidad de
traumas encefálicos y vertebro-medular. Esto lo desarrollaremos a partir del uso de
bibliografía de fuentes confiables, la indagación y análisis crítico.
CONTENIDO
1. En qué momento de la revisión primaria de atención al politraumatizado
se debe proteger la columna cervical.
La protección de la columna cervical es un elemento crucial de la revisión primaria en
la atención de pacientes politraumatizados. La columna cervical abarca la sección de
la columna vertebral en la zona del cuello, que comprende las vértebras cervicales y
es especialmente propensa a lesiones en casos de traumatismos. Desde el inicio de
la evaluación, se debe dar énfasis a la preservación de la integridad de la columna
cervical, y esto se suele resaltar en el "ABC" de la revisión primaria, que constituye la
primera etapa esencial en el manejo de pacientes politraumatizados.

- Control de la vía aérea(A):

La columna cervical de todos los pacientes politraumatizados debe permanecer


inmovilizada y su movilización debe realizarse en bloque hasta que se haya
descartado por completo la posibilidad de una lesión en la médula espinal.

La apertura de la vía aérea debe llevarse a cabo con control cervical, involucrando a
dos profesionales para mantener la cabeza en una posición neutral mientras otro
equipo realiza la apertura de la vía aérea mediante maniobras que implican elevar el
mentón y levantar la mandíbula.

Figura N°1: “Primeros auxilios en traumatismos.”


Se debe realizar la evaluación y aseguramiento de la vía aérea del paciente. Si el
paciente puede hablar, esto sugiere que no hay una obstrucción inmediata de la vía
aérea.

Sin embargo, si el paciente se encuentra inconsciente o si se detecta una obstrucción


de la vía aérea, se deben remover cuerpos extraños con pinzas Magill, aspirar las
secreciones o vómitos, y considerar la intubación traqueal o, en situaciones críticas,
una cricotirotomía (casos de emergencia).

Figura N°2: “Cricotirotimia.”

En ocasiones, puede ser necesario el uso de cánulas orofaríngeas Guedel para


prevenir obstrucciones y asegurar una vía aérea despejada.

- Ventilación (B): Después de haber asegurado la vía aérea, es esencial evaluar


la ventilación adecuada y la suficiente oxigenación. Se deben tomar las
medidas necesarias para garantizar la ventilación adecuada, que incluye
acciones como la intubación endotraqueal o la inserción de un drenaje torácico.
Además, la administración de oxígeno es un componente fundamental en el
manejo de todos los pacientes politraumatizados.
- Durante la evaluación, es importante llevar a cabo una inspección detallada del
tórax y el cuello para observar la presencia de la respiración, evaluar la
frecuencia respiratoria (FR), el ritmo y el esfuerzo respiratorio. También se
debe verificar la posición de la tráquea y la presencia de ingurgitación yugular.
Además, se deben auscultar los sonidos respiratorios y examinar la pared
torácica en busca de señales como movimientos anormales y asimétricos,
deformidades o hematomas. Esta evaluación ayuda a identificar problemas
graves que representan un riesgo vital, como el tórax inestable, el neumotórax
abierto, el neumotórax a tensión, la contusión pulmonar bilateral y el hemotórax
masivo, así como el taponamiento cardíaco.
- En este proceso, es importante mantener una monitorización continua de la
saturación de oxígeno mediante la oximetría de pulso. Además, se debe
administrar oxígeno a través de una mascarilla facial con o sin reservorio o
utilizar soporte ventilatorio cuando sea necesario para asegurar una
oxigenación adecuada del paciente.

- Circulación (C): Luego de lo anterior, nos toca realizar la evaluación de la


circulación. En el proceso de atención a un paciente politraumatizado, es
crucial iniciar la monitorización cardíaca para detectar posibles trastornos del
ritmo cardíaco, y las arritmias graves deben ser tratadas de acuerdo con las
pautas clínicas establecidas.
- Además, se debe identificar y controlar cualquier hemorragia externa. Esto se
logra mediante presión directa en la herida, la aplicación de vendajes
compresivos o elevación de la extremidad si es posible.
Figura N°3: “Control de hemorragia, con presión.”

- En casos de hemorragias severas que no se controlan de manera efectiva con


estos métodos, se puede considerar el uso de apósitos hemostáticos o, en
situaciones críticas, el uso de torniquetes controlados.

Figura N°4: “Control de hemorragia, con torniquete.”

- Si se sospecha una lesión pélvica, es importante alinear las caderas y aplicar


fajas pélvicas para inmovilizar la zona.

Figura N°5: “Lesión pélvica, alineación con faja pélvica.”

- También se realiza una evaluación rápida del estado circulatorio, que implica
verificar el nivel de conciencia, el color de la piel, el relleno capilar, la
temperatura corporal y los pulsos centrales del paciente. Esto proporciona
información valiosa sobre su estado circulatorio y puede guiar las
intervenciones necesarias.

Figura N°6: “Llenado capilar.”

Es esencial mantener la protección de la columna cervical a lo largo de todo el proceso


de evaluación primaria y secundaria en el tratamiento de pacientes politraumatizados.
Esto implica el uso de tablas espinales u otros dispositivos diseñados para inmovilizar
la zona cervical, al mismo tiempo que se evita cualquier tipo de movimiento o
manipulación que pueda poner en riesgo la integridad de la columna cervical. La razón
fundamental detrás de esta precaución es prevenir lesiones adicionales en caso de
fracturas o daños a la columna cervical, ya que estos pueden dar lugar a daños
neurológicos graves. La inmovilización de la columna cervical se mantiene hasta que
se haya realizado una evaluación completa de la columna y se haya determinado con
seguridad si es apropiado retirar la inmovilización.

Figura N°7: “Manejo de la columna cervical.”


¿Cómo realizamos la protección correcta de la columna cervical en pacientes
politraumatizados?

Para asegurar la protección de la columna cervical en pacientes con


politraumatismos, se emplean diversas medidas y procedimientos destinados a
reducir al mínimo el riesgo de lesiones adicionales.

MANEJO DEL TRAUMA CERVICAL

Evaluación inicial con control cervical: Cuando se atiende a un paciente


politraumatizado, es esencial que los profesionales de primeros auxilios se cercioren
de mantener la estabilidad de la columna cervical. Esto conlleva la evitación de
movimientos innecesarios en la cabeza y el cuello, manteniéndolos en una posición
neutra. Esta precaución se toma con el propósito de evitar cualquier daño adicional a
la columna cervical.
Figura N°8: “Inmovilización manual.”

Inmovilización cervical: Para asegurar la inmovilización de la columna cervical en


pacientes con politraumatismos, se recurre al empleo de collares cervicales y tablas
espinales. Estos dispositivos contribuyen a mantener la cabeza, el cuello y la región
superior del torso en una posición inmóvil. Esta inmovilización se lleva a cabo de
manera minuciosa y se ajusta de forma precisa para evitar cualquier tipo de
movimientos no intencionados.

Figura N°9: “Inmovilización con collarín cervical.”

Evaluación y diagnóstico: Se llevan a cabo exámenes de diagnóstico por imágenes,


tales como radiografías o tomografías computarizadas, con el fin de examinar la
columna cervical y determinar la presencia de posibles lesiones. Una vez que se
establece que la columna está en una condición estable, se puede comenzar a
considerar la posibilidad de retirar la inmovilización cervical.
Intervención médica: Cuando se detectan lesiones en la columna cervical, se
procederá a aplicar el tratamiento médico apropiado, el cual se adaptará en función
de la gravedad de la lesión. El tratamiento puede abarcar desde procedimientos
quirúrgicos hasta enfoques de tratamiento no invasivos, dependiendo de la situación
particular.

2. TRAUMAS QUE PUEDE SUFRIR LA COLUMNA CERVICAL EN ACCIDENTES

CLASIFICASIÓN DEL TRAUMA ENCEFALOCRANEANO:

POR EL MECANISMO:
CERRADO
Se produce por el movimiento en latigazo del cerebro hacia atrás y adelante,
golpeándose de manera interna con la superficie áspera del hueso craneal.

Figura N° 10: “Movimiento en latigazo del cerebro”.

PENETRANTE
Lesión a un área específica del cerebro:
Figura N° 11: “Por arma de fuego”.

Figura N° 12: “Por arma punzocortante”.

POR LA GRAVEDAD:
LEVE

Es la más frecuente, aun así, la persona debe estar en observación, ya que esta
podría perder el conocimiento, una vez que la paciente este completamente
recuperada y sin ninguna otra sospecha de lesión puede darse el alta.

MODERADO

El paciente con esta clase de trauma queda inconsciente durante un largo periodo de
tiempo hasta 24 h después de haber sufrido el impacto, y además presentara lesiones
cerebrales que deberán ser atendidas a la brevedad.

GRAVE

En este nivel de intensidad la perdida de conciencia supera las 24 h, esto indica


complicaciones importantes en la cabeza, como hemorragias, en estos casos la
persona debe ser trasladada a la unidad de cuidados intensivos (UCI), y ser
preparado para cualquier tipo de intervención necesaria.

POR SU MORFOLOGIA:
 FRACTURAS DE CRÁNEO: Es la ruptura de los huesos de la cabeza.

Figura N° 13: “Los huesos craneales”.

EN LA BÓVEDA CRANEAL: Son la union de todos los huesos craneales para formar
un casco para proteger principalmente al cerebro, cerebelo, tronco cefalico y otras
terminaciones nerviosas.

LINEALES: estas fracturas generalmente son cerradas, y ocurre en lineas definidas


del cráneo.

Figura N° 14: “Fractura lineal”.

CON HUNDIMIENTO: ruptura del hueso cráneal con depresión hacia el cerebro,
puede generar absesos, necesita de intervencion quirurgica de levantamiento.
Figura N° 15: “Fractura con hundimiento”.

COMPUESTA: estas fracturas son abiertas (dejan expuesto el cerebro al exterior),


presentan esquirlas en los huesos y hay pérdida de piel y puede presentarse lesion
cerebral grave.

Figura N° 16: “Fractura compuesta”.

DE BASE: esta en la base del cráneo, los signos más comunes para identificar esto
son el hematoma periorbitario (ojos de mapache) y signo de batle.

Figura N° 17: “Signos en la fractura de base craneal”.

 LESIONES INTRACRANEALES: Producida al achicar el cerebro contra las


paredes internas del cráneo.
 FOCALES:
Figura N° 18: “Tipos de hematomas intracraneales”.

HEMATOMA EPIDURAL: Es un sangrado que se da entre la dura madre y el cráneo.

HEMATOMA SUBDURAL: Es un sangrado que se da entre la duramadre y la


superficie cerebral.

HEMATOMA INTRAPARENQUIMATOSO: La sangre se acumula en los tejidos del


cerebro.

HEMATOMA SUBARACNOIDEO: Es la acumulación de sangre en el espacio


subaracnoideo.

Figura N° 19: “Espacios meníngeos craneales”.


 DIFUSAS:

CONTUSIÓN LEVE: Puede traer consecuencias en la visión, memoria y equilibrio,


estos efectos son temporales, y el paciente puede recuperarce por completo.

CONTUSIÓN GRAVE: Trae consecuencias en la memoria, concentración, equilibrio,


coordinación los efectos pueden ser duraderas, incluso definitivas, la persona no se
recupera en su totalidad.

DAÑO AXONALDIFUSO: Afecta las fibras nerviosas que conectan las las diferentes
partes del cerebro (Axones) se rompen causando microhemorragias, y puede
provocar el coma o alteraciones neurologicas.

Figura N° 20: “Estiramiento y ruptura axonal”.

CLASIFICACIÓN DEL TRAUMA EN LA COLUMNA CERVICAL:

PARTES DE LA COLUMNA CERVICAL:

ATLAS: La vértebra C1 o atlas representa la transición con la cabeza y establece su


relación con esta mediante las articulaciones occipito-atloideas.
Figura N° 21: “Vértebra C1”.

AXIS: El axis sostiene la carga transmitida por las articulaciones atloaxoideas, y la


apófisis odontoides del axis se conecta con la parte posterior del arco anterior del
atlas, lo que le permite llevar a cabo el giro axial.

Figura N° 22: “Segunda vértebra cervical”.

ARTICULACIÓN C2- C3: Son el inicio de la columna cervical.

COLUMNA CERVICAL SUBAXIAL C3-C7: Son las últimas cinco vértebras estas
tienen discos intervertebrales y articulaciones interapofisarias, el principal movimiento
de este segmento es el de flexo-extensión.
Figura N°23: “Columna cervical”.

Figura N° 24: “Factores que propician lesión cervical”.

HIPEREXTENCIÓN

Es el movimiento posterior excesivo de la cabeza y cuello.


Figura N° 24: “Lesión por hiperextensión”.

HIPERFLEXIÓN

Es el movimiento anterior excesivo de la cabeza sobre el tórax.

Figura N° 25: “Lesión por hiperflexión”.

COMPRESIÓN

Cuando se coloca el peso de todo el cuerpo en el cuello y cabeza.

Figura N° 26: “Lesión por compresión”.

ROTACIÓN

Cuando hay un exceso en el movimiento transversal de la columna y cuello en


sentidos opuestos.
Figura N° 27: “Lesión por rotación”.

FLEXIÓN LATERAL

Fuerza lateral extrema directa en la columna vertebral.

Figura N° 28: “Lesión por flexión lateral”.

ESTIRAMIENTO

Estiramiento de la columna y cuello, por un peso que lo estira.


Figura N° 29: “Lesión por estiramiento”.

3. CONSECUENCIAS DE REALIZAR UNA MALA INMOVILIZACIÓN CERVICAL

Inmovilización de forma manual de la columna vertebral

Para ejecutar esta técnica de manera eficaz, se realiza el alineamiento de la cabeza


del afectado; sin embargo, este procedimiento de ninguna manera se hace cuando el
herido presenta algún tipo de dolor o conmoción en el cuello. Las técnicas que suelen
utilizarce en politraumatizados son la tracción cervical, alineación de la columna
vertebral y la inmovilización cervical, la cual, un manejo inadecuado de la técnica,
lesionaria al paciente de forma grave. Los collares cervicales ejercen la inmovilización
de la columna, pero al nivel cervical; de este modo, se previenen lesiones de la
médula espinal reduciendo flexiones y otros movimientos. Si mencionamos la medida
y el ajuste, estos son muy importantes, ya que, un collar cervical demasiado largo
puede generar una hiperflexión (movimientos excesivos más allá de lo permitido en
una articulaicón), si es muy ajustado puede oprimir las venas del cuello y si fuera muy
suelto, afectaría la vía aérea del lesionado. Al efectuar una inmovilización correcta, se
toma en cuenta la posicón supina (boca arriba) sobre y ubicado en una tabla espina
con su respectivo collar cervical y correas para el ajuste efectivo de las extremidades.
Consecuencias de una mala inmovilización cervical

Al efectuarla sin la debida precaución, cuidado y preparación puede ocasionar


severas consecuencias o secuelas, estas lesiones pueden dividirse en lo siguiente:

 Luxaciones: Esto sucede cuando el politraumatizado es lanzado de manera


brusca hacia adelante, desatando una pérdida total o parcial de la función que
tiene el ligamento entre la apófisis espinosa, también llamada proceso espinal,
y las fibras posteriores del disco que ayudan a perservar la solidez vertebral.

Figura N° 30: “Luxación cervical”.

 Fracturas por compresión: Depende de la fuerza que se emplea a la espina


ubicada verticalmente y clasificándose en cuatro tipos: las dos iniciales que
podemos mencionar son las de recuperación convencional; sin embargo, las
dos últimas suponen una cuadriplejía (pérdida de las funciones motoras de las
cuatro extremidades).

Figura N° 31: “Fractura por compresión”.


 Combinaciones de fracturas y dislocaciones: En esta sección se puede
incluir a las fracturas aisladas que ocasionan dislocaciones.

Figura N° 32: “Fractura de columna cervical”.

Estas situaciones, demandan de una gran y debida responsabilidad de parte de los


asistentes cuando se encuentren frente a un politraumatizado, requiriendo de una
adecuada capacidad de respuesta y tiempo para el correcto uso de las técnicas pre
hospitalarias, redactar el diagnóstico en un tiempo corto y el equipamiento de el
equipo asistencial en general, en su conjunto, conforman la especialización debida
para un manejo esencial en estos casos de suma importancia.

Figura N° 33: “Correcta inmovilización cervical”.


CONCLUSIONES

En síntesis, siempre se debe de sospechar en caso de dolor o déficits motores o


sensoriales un trauma de la columna vertebral; asimismo, en caso de inconsciencia
siempre habrá que sospecharlo ante fuertes traumatismo, sin embargo, es primordial
realizar una exhaustiva evaluación para dar un diagnóstico acertado y brindar una
asistencia adecuada.

En primer lugar, es fundamental aplicar correctamente el ABCDE, y además es


primordial realizar adecuadamente las maniobras de permeabilización de vía aérea,
sin embargo, estas deben de realizarse protegiendo la columna cervical y controlando
el sangrado; asimismo, no se debe de mover en ningún momento al paciente sin antes
haberlo inmovilizado, puesto que, se debe tener especial cuidado de no comprimir la
columna u otros huesos para proteger la médula espinal y los vasos sanguíneos.
Además, ante sospechas traumatismo craneal nunca colocar una sonda
nasofaríngea, incluso, durante la atención es fundamental evaluar o monitorear el
estado de conciencia, con la escala de Glasgow para diagnosticar el nivel de daño
ocurrido. Para realizar una inmovilización adecuada, podemos usar un collarín
cervical y también una tabla espinal larga hasta que toda la columna esté estable,
incluso en el ambiente intrahospitalario y se necesita una cirugía se usaran tornillos
para inmovilizar el miembro, estos se emplearan según lo determine el examen físico
y las radiografías apropiadas.

En segundo lugar, Los elementos básicos del tratamiento para todos los pacientes
con lesión cerebral traumática son: Mantener ventilación, oxigenación y perfusión
cerebral adecuadas para evitar daño cerebral secundario. El tratamiento temprano e
intensivo de la hipoxia, la hipercapnia, la hipotensión y el aumento de la presión
intracraneal pueden evitar complicaciones secundarias. El sangrado de las lesiones
(externas e internas) debe controlarse rápidamente según sea necesario y los
volúmenes intravasculares deben reemplazarse rápidamente con la solución
cristaloide más adecuada.

En conclusión, las personas que tienen un traumatismo encefalocraneano y/o


vertebral deben de ser atendidas en la brevedad posible para así brindarles mayores
probabilidades de tener menos daños físicos y psicológicos permanentes, asimismo,
una atención e inmovilización correcta siguiendo los protocolos rigurosamente evitará
complicaciones en el organismo del paciente.
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