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Ejercicios
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3) Vídeos Mindfulness Timer: en 3 horas de tiempo tienes 4 minimeditaciones de un
minuto. Luego tendrás música, sonidos de la naturaleza o silencio. Acompaña tu
estudio, tu trabajo o tus a cciones de este Mindfulness Timer, que te ayuda a regresar a
la conciencia plena.
Con Música
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Anótalos. Cuando estos estímulos disparadores aparezcan aumenta tu atención y
observa. Observa cómo se activa, activa, observa con distancia, con espacio.
Te darás cuenta que las emociones las sentirás, sobre todo, en la parte delantera del
cuerpo, también en los hombros y espalda, pero con más frecuencia en la parte
delantera.
Cuando tu Cuerpo Dolor se active, trabaja con esta Meditación en las Emociones:
Por ejemplo, si prevés una situación o encuentro difícil, con pensarlo se activará el
Cuerpo Dolor, en una primera etapa, trabaja con estas Emociones esa situación o
encuentro antes de que tenga lugar. Varios días si hace falta, dependerá de lo intenso
que sea. En una segunda etapa, durante el encuentro o situación, observa tus
emociones todo el tiempo, observa pensamientos que puedan aparecer. Es decir,
observa cómo se activa el cuerpo dolor, cómo se sube a la cabeza y produce
pensamientos, cómo estos pensamientos producen más emociones en tu cuerpo.
Observa, Acepta y Regresa a tu respiración y sensaciones continuamente. Regresa y
regresa, cada pocos segundos. En una tercera etapa, pasada esta situación, si quedan
emociones, vuelve a trabajar con estas meditaciones, los días que te hagan falta hasta
que la energía emocional de esa situación esté totalmente disuelta. Así lograrás
disminuir tu Cuerpo Dolor, utilizando cada situación o encuentro difícil para transformar
el Dolor en Paz y Luz.
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Observa y anota tus creencias, generadas por condicionamiento, educación, cultura…
Sin cambiar ni un detalle de tu vida, ¿cómo te sientes ante los mismos hechos o la
misma situación de vida sin esas creencias raíces?
Observa cuándo se activan esas creencias, en qué situaciones, observa la emoción que
producen. Observa, Acepta, Disuelve. Y vuelve a repetir.
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negativas? Estas son las zonas donde, probablemente, se aferra con mayor intensidad el
cuerpo-dolor. Puedes llevar la luz de la conciencia, la energía de la respiración y la vida,
el amor de la aceptación, a esas zonas de tu cuerpo. Lo agradecerán enormemente. El
cuerpo-dolor no puede vivir con conciencia, así que irá disminuyendo, poco a poco.
Este mapa te puede ayudar. Es un mapa en el que se ven dónde la mayoría de la gente
siente las emociones (en ti puede ser un poquito diferente, tienes que dibujar tu propio
mapa). Arriba, de izquierda a derecha: Rabia, miedo, asco, alegría, tristeza, sorpresa,
neutro. Abajo, de izquierda a derecha: ansiedad, amor, depresión, desprecio, orgullo,
vergüenza, envidia.
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MEDITACIONES QUE AYUDAN:
Meditaciones en el Cuerpo o Escáner Corporal, aquí tienes la Lista de Reproducción
con todas ellas: https://www.youtube.com/playlist?list=PLdxUKi3Edf8R01bIjjN-
e2xnbR2-47Ecq
También:
6) Suelta el Pasado
Cada vez que observes que tu mente está alimentando un recuerdo, una situación o
acontecimiento que ya ha pasado, vuelve tu atención al prístino e intemporal momento
presente. Observa el tirón del ego, de la película mental, que puede ser muy fuerte, y
vuelve al Ahora, a lo que sea que se esté desplegando en el Ahora. Permanece
sumamente alerta, tanto a lo que la mente trae, como a lo que hay en el Ahora,
sensaciones en el cuerpo, respiración, las acciones que tu cuerpo esté desarrollando,
sonidos, colores, formas… Una y otra vez vuelve al Ahora, aunque sea cada pocos
segundos.
Puedes utilizar la Meditación en las Emociones cuando un Recuerdo que activa el
Cuerpo Dolor te viene a la Conciencia.
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Pon mucha atención, porque la mente puede decir que estás en el Ahora, cuando estás
en la historia mental sobre el Ahora. Por ejemplo, estás recogiendo un jarrón que te
gustaba mucho, y que alguien, accidentalmente, ha roto. Permanecer en la ‘historia
sobre el Ahora’, es recoger el jarrón mientras en la mente sigue el relato mental de
rechazo a lo que ya ha ocurrido, a lo que ya Es, y aparece una frase tras otra empezando
por ‘debería…’ y la rabia va subiendo, cambiando el tono de tu voz y la expresión de tu
rostro y tu mirada. Permanecer en el Ahora supone una Presencia sumamente alerta que
es capaz de observar cómo aparece la historia en la mente, la emoción en el cuerpo,
que es consciente en todo momento de dónde está la emoción, y que es capaz de
percibir el tirón y de permanecer anclado en la respiración, y de observar cómo el
cuerpo recoge los fragmentos y deja todo limpio otra vez. Que es capaz de preguntarse
¿Soy menos sin ese jarrón? ¿Ha disminuido lo que yo soy de alguna forma?
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cabeza, o reacciones alérgicas. Permanece a su lado plenamente consciente, guía al
niño o niña, con amor y comprensión para afrontar directamente la emoción.
Ideas: Pregúntale dónde siente la emoción, en qué parte de su cuerpo, a qué se parece,
qué forma tiene. Puedes pedirle que la pinte. Explícale que no pasa nada en sentir esa
emoción, va a ser un rato, y todas las personas sienten esas emociones alguna vez.
Cuéntale alguna vez en que tú de pequeña o pequeño has sentido lo mismo, quizá en
una situación similar. Cuéntale alguna vez en que, siendo ya adulto, también lo has
sentido. Ayúdale a cerrar los ojos y llevar su respiración a esa emoción. A sentirla y
aceptarla. ¿Qué nota cuando hace eso?
Cuando el niño tiene un «ataque» de cuerpo-dolor, permanece presente para que no te
arrastre y active el tuyo, ya que el cuerpo-dolor del niño se alimentaría de ella. No entres
en el drama. Observa y Acepta.
Si el cuerpo-dolor se activó por un deseo frustrado, no cedas ahora a sus demandas. De
otro modo, el niño aprendería: «Cuanto más desdichado sea, más probabilidades
tendré de conseguir lo que quiero». Esto es una receta para la infelicidad en la vida
futura. El cuerpo dolor se verá frustrado por la falta de reacción, y lo más probable es
que actúe un poco más durante breve tiempo antes de apaciguarse. Los episodios en
los niños suelen durar menos que en los adultos.
Poco después de haberse apaciguado, o al día siguiente, puede hablar de lo que ha
ocurrido. Hazle preguntas. ¿Qué te pasó ayer, cuando chillabas o llorabas? ¿Te
acuerdas? ¿Cómo te sentías? ¿Era una buena sensación? Eso que te pasó ¿tiene
nombre? Si tuviera nombre ¿cómo se llamaría? Si pudieras verlo, ¿qué aspecto tendría?
¿Podrías hacer un dibujo del aspecto que tiene? ¿Qué le pasó cuando se terminó? ¿Se
fue a dormir? ¿Crees que puede volver?
Quizá puedes hablarle de tu propio cuerpo dolor, utilizando términos adecuados para
su edad.
La próxima vez que sufra un arrebato de cuerpo dolor, puedes decir: «Ha vuelto,
¿verdad?». Usando las palabras que el niño haya utilizado, dirige su atención a lo que
siente (en lugar de a lo que piensa). Que tu actitud sea de interés o curiosidad, y no de
crítica o condena.
Incluso cuando el cuerpo-dolor esté activo, algo quedará en el fondo de su conciencia.
Después de unas cuantas veces, esta conciencia se habrá fortalecido y el cuerpo-dolor
se habrá debilitado. La Presencia irá creciendo en su interior y un buen día te hará ver a
ti que ahora es tu cuerpo-dolor el que ha tomado control sobre ti.